INSTITUTO PANAMERICANO DE GEOGRAFIA E HISTORIA. --l MONOGRAFIA DE LA CATEDRAL DE MEXICO CON NOTAS HISTORICAS. ARTISTICAS E INFORMATIVA

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INSTITUTO PANAMERICANO DE GEOGRAFIA E HISTORIA DI.IiCTOR:

SU.-DIRIiCTORl

'NG. PEDRO C. SANCHEZ

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MONOGRAFIA DE LA

CATEDRAL DE MEXICO CON NOTAS HISTORICAS. ARTISTICAS E INFORMATIVA. POR EL ARQUITECTO DON

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LUIS R. RUIZ

DOCTOR EN el ENel AS

(PROPIEOAD A31lGURAOA RE61lRVAOO EL DERECHO

De TRAOUCCION Y"OAP. TACJON)

PUBLICACION

NUM.

M!XICO. D.,F".

1939

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PANAMERICANO DE GEOGRAFIA E HISTORIA aUB-DIR_CTOR:

CTOR.

C. SANCHI!Z

ING. OCTAVIO BUSTAMANTE

MONOGRAFIA DE LA

CATEDRAL DE MEXICO CON NOTAS HISTORICAS. ARTlSTlCAS E INFORMATIVAS POR EL ARQUITECTO DON

LUIS R . RUIZ

DOCTOR EN CIENCIAS

(PROPIEDAO ... S~GURAD ... . RE Se: R V400 EL Df;R ECMO OE TRADuce lON y ADAP . TACION )

PUBLICACION NUM. 36 MEXICO. D . F. 1939

BIBLIOTECA DE MEXICO

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PROLOGO La

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cada día más imperiosa de dar a

( arte ('olollial: el coro y la capilla de San Antonio. Al coro se le recortaron las cornizas que ocupaban mucho lugar ; alrededor de todo 1'1, se pusieron azulejos de la pintura que salió de la Academia de 'San Carlos, llamada Istones (¡.festones?) con columnas repartida s en cada fin de los Istones y entre las dichas columnas un árbol; el antepecho, de otros azulejos_ En las cuatro esquinas, quitando los estantes que había , se pusieron cuatro repisoncitos, el fondo al óleo de color de rosa, flores y filetes de dos oros, y rosicler azul, verde y encarnado sobre plata. Cada uno teuía dos arbotantes de madera_ Al facistol se le hizo un ni cho grande de vidrios finos; dentro está un Niño Jesús de Guatemala. (Actualmente ocupa este lugar ún nicho con la cabeza de San Francisco, que era del uso de Fray Antonio Flores. ) Frente de la puerta y pared izquierda, se hizo un nicho de vara y media para un nacimiento. El nicho de éste tenía marco dorado y tres vidros 32

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finos, y "guarda polvo de madera ordinaria, aíorrado con papel de colores, y dentro de él la imágen del Niño Jesús en el pesebre, con muchas de animales y frutas de zera y diversidad de flores de cola picis." Un lienzo cubría todo el medio punto y la puerta del nicho; estaba pintado el nacimiento de Jesucristo; adornando todo el lienzo, pastores, montañas, los tres Reyes y arriba ángeles. (Este lienzo se lo robaron los soldados americanos, en 1847, como se verá más adelante.) Para los dos medios puntos de la cabecera y costado de la puerta del coro, se pintaron en 1750 los tres lienzos existentes, habiendo dado de limosna el costo de ellos, ciento cincuenta pesos, un devoto del Convento. Coetáneos de estos cuadros, son los que adornaban la portería. Dice la Provisión de este año: "Mas para la Portería están completándose dos lienzos, el uno que se asiguó para la cavezera de dicho ámvito, el que tiene un árbol Genealógico de la V. M. María de Jesús Agreda, el cual costó cincuenta pesos que tiene recibido el Maestro Pintor; y éste tiene de largo cinco varas y dos tercias y de ancho tres varas y cuarta : El otr"o está asignado para la frontera que hace el Cementerio; éste contiene la Revelación en que N. S. P. Sn. Francisco previó a N. Reformador San Pedro de Alcántara. Es su longitud de ocho varas y cuarta. v 33

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latitud de tres varas y media, le costeó un Vienechor." Este último lienzo, aunque destruido completamente en la parte inferior, está colocado en el claustro bajo, del lado Norte_ El 1753 se colocaron en el Claustro alto dieciocho lienzos, "que con dos medios puntos más completaron todo el ánvito de sus paredes, en los que se representaron los Misterios de Nuestra Redempción, tan subido de punto el primor de su pincel, que no tiene que notar el Arte ningún descuido en esta obra tan lucida!' Tres años más tarde se pusieron en la escalera principal "cuatro bellisimos cuadros que contienen varios pasajes de la vida de Nuestro Padre," y que pueden verse aún. El cuadro del Buen Pastor fué pintado en 1693. El facistol, adornado con presillas de revecillo azul, tenia en sus cuatro lados Antifonarios de una vara de tamaño, de pergamino batido, bellamente miniados por los frailes del convento, forrados en cordobán, con cantoneras y guarniciones de bronce, y Psalterios e Hymnarios de la misma dimensión, con cantoneras de bronce y adornados con digitales y registros de listón fino de todos colores_ Uno de los más hábiles miniaturistas de este convento, fué Fray Ignacio· de Navarrete (1727)_

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El primitivo facistol, que existió hasta a fines del siglo XVII, era de madera de cedro, con guarnición y tablilla encim~ de lo mismo, con letras de 01'0, y un Híe est Chorus dorado y con guarnición negra_ Al frente del coro, a los lados de la puerta y a ambos lados de la escalera, lo mismo que de escalón a escalón, se pusieron azulejos iguales a los del interior ; completando el adorno exterior con la pintura fina de los muros, imitando Tápalos de Catay (mantones de Manila) _ La parte superior de la puerta, por la parte de adentro, está adornada con un San Cristóbal de azulejos, fabricados, como se dijo ya, en la Academia Nacional de Bellas Artes. El órgano se construyó en 1791 y tuvo de costo setecientos cincuenta pesos. La tribuna, ciento treinta pesos. LA CAPILLA DE SAN ANTONIO Esta capilla, bellisimo ejemplar de arqnitectura colonial, se construyó junto a la portería, destapando el arco que miraba a la puerta y quedando al pie de la tQrre. Se sacó de cimientos; y por haberse descubierto al pie de dicha torre o cubo un manantial de agua muy copioso, se trabajó en balde dos semanas. El mismo cañón de la torre sirve de presbiterio IG

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y para el altar del Santo, y a los lados se abrieron dos nichos en la pared.

En cuatro arcos muy fuertes, haciendo labor con el de la portería, se cimenta la media naranja que tiene cinco ventanas descubiertas y tres no, por impedirlo torre y coristado. La linternilla tie· ne cuatro, y todo muy curioso. Se repusieron varias almenas labradas por arriba. Se le pusieron azulejos finos como los del coro, y su guardapolvo de azulejos azules· y blancos; todo ocupa vara y media y costaron cuarenta y nueve pesos; por lo que ya acabada la obra perfectamente, de lo que pertenece a albañilería, y habiendo trabajado duo rante ocho meses, fué su costo de quinientos nueve pesos. Después se pintó toda, se le pusieron vidrieras a las cinco ventanas del cimborrio, cuatro a la linternilla y medio punto d'e la puerta principal. El colateral y los nichos laterales se doraron finamente. En éstos se pusieron, en uno, la imagen del señor de Burgos, que estaba en la iglesia, y en el otro, la de Señor San José. El H. Presidente, Fray José Jáuregui, quien solicitó la mayor parte de la limosna para la fá· brica de dicha capilla y los azulejos que la adornan interior y exteriormente, solicitó el vidrio del nicho del Santo, que importó cien pesos. Asimis36

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mo los manteles de bretaña fina, punto de oro con centro encarnado y guardapolvo de raso listado. Tenía dos rejas: en la puerta principal, de cedro, pintada de verde, y en la puerta de la portería, de lo mismo_ La señora Iraeta regaló una alfombra de Génova muy fina, y otra corriente para el uso diario_ Cuatro años más tarde se colocaron, en lugar de las almenas originales, tibores grandes de Puebla, que aunque mutilados, se conservan hasta -hoy_ En esta época se pintó el claustro alto y se pusieron las estaciones del Calvario, en azulejos. Al claustro bajo se le quitaron los naranjos por lo mucho que le humedecían_ (Los que existen actualmente fueron plantados en 1860, formándoles arriates con hermosos arabescos_) Se ahondó cerca de una vara; se llenó de piedra y arena, sobre la cual se enladrilló todo de solera nueva ; se le quitó el cerco de mampostería (que se le volvió a poner en 1860) ; se blanqueó todo y alrededor se le pusieron azulejos de Puebla de medio pañuelito, los que forman cuatro distintas y curiosas labores, rematando el lienzo con guarda del mismo azulejo poblano, y al fin de cada lienzo del claustro, una columna de azulejos de la Academia de México_

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REFECTORIO El dia 26 de agosto de 1806, estando en la noche la comunidad en el refectorio, se anegó éste, por lo cual se mandó cavar una vara, se .llenó de pie· dra dura y se enladrilló con soleras nuevas. Se abrieron dos ventanas, una para la cátedra y otra enfrente, para tener más luz. Se renovó el cuadro de San Francisco y el cielo raso. Se le hi· cieron asientos de tablones de Río Frío para evi· tar la humedad. Se le pusieron alrededor, más del ancho de una vara, azulejos curiosos; 14 gruesas, y cuarenta y seis varas de remate amarillo o jaboncillo.

BAÑO La pieza destinada para el baño de los religio· sos se fabricó en 1801 en el lugar que fué lavan· dería, dándole entrada por debajo de la escalera. Tenía dicha pieza cinco varas en cuadro, con una ventana al Oriente, reja de madera de encino cu· riosamente pintada de verde, lo mismo que el baso tidor de los vidrios. En el interior se hizo la tina bastante espaciosa y cómoda. Junto de ella, la cama, y todo se cubrió de azulejos amarillos y azules. En la huerta se hizo un portal, en cuyo centro 38

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estaba la tina de agua fría, la calentadera y un pequeño tanque de agua limpia, que la recibía del tanque grande. Cada religioso de la comunidad solicitó de li· mosna seis pesos, el Presidente Jáuregui los azulejos de la tina, y el Convento los de la pieza y cama. Esta desapareció por completo, debido a la rapacidad de los-visitantes nacionales y extranjeros, y a la incuria de los conserjes que tuvo el convento en épocas pasadas. Muy poco queda de todo ello. DE PROFUNDIS Este Departamento, como el refectorio, estaba sumamente húmedo; por lo que hubo necesidad de ponerlo al nivel de aquél, extraer el lodo que causaba la humedad, rellenar de cascajo y ponerle soleras nuevas. El guardapolvo se formó con azulejos de México, y se colocaron asientos nuevos de tablones de Río Frío. Esta mejora se realizó el año de 1808. Exceptuando los azulejos del lavabo de la sacristía, los de las estaciones del cementerio, y los del guardapolvo del claustro bajo, todos los demás que adornan los diversos departamentos del convento fueron fabricados en la Academia de San Carlos, hoy Escuela Nacional de Bellas Artes. 39

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¿Por qué no estabecer nuevamente esa industria nacional, ahora que los arquitectos mexicanos construyen edificios de estilo colonial? Seria un recurso para muchos alumnos indigentes de nuestra Escuela de Bellas Artes. El crecido consumo que hacia la comunidad de piezas de loza para el servicio del refectorio y cocina, cuyos productos los obtenia de Cuautitlán, Puebla y Guadalajará, determinó que se construyera un horno y se instalara alfarería. En 1775 se "hizo el horno en el potrero para labrar loza de provisión." El año de 1799, "se pintó el claustro alto y se le pusieron las estaciones del Calvario en azujelos"; por su factura y estilo de escritura, son distintos de los que exist.en en el cementerio, procedentes de Puebla. Esto hace suponer que indudablemente éstos fueron construidos en la alfarería del convento.

1847

L 20 de agosto de 1847, el convento de Churu· busco fué mudo testigo de uno de los hechos más gloriosos que registra nuestra patria historia, realizado por un puñado de esforzados mexicanos, que con valor sin igual, defendieron en su recinto y contornos, el honor, la independencia y la integridad nacionales. La brillante división del Norte, la mejor equi· pada y la más disciplinada con que contaba la Nación, había sido vencida en la madrugada de ese día, debido principalmente a ruines pasiones de los generales Santa Anna y Valencia. El ejército invasor acababa de obtener su primer triunfo en el Valle de México, y victorioso y re'· suelto, marchó en las primeras horas de la ma· ñana a abrirse paso, desde los campos de Padierna hasta la capital de la República. El ejército derrotado se retiraba en completo desorden, acosado por las descarga"s de las colum· nas americanas que le seguían de cerca, a las que no oponía resistencia alguna. "Al amanecer del 20 de agosto, dice Guillermo Prieto en sus "Memorias," los americanos, vol·

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l.eando nuestra posición por movimientos efectua· dos con la velocidad del relámpago, inclinaron su artillería)' la nuestra sobre las fuerzas dispersas que huían por el descenso de las lomas y queda· ron r egueros de cadáveres; heridos que se arras· traban moribundos ; carros hechos pedazos y mujeres enloquecidas de aullar, con los brazos levantados y los ojos de lobas perseguidas .... Aquella avalancha rodaba, se escurría loca, es· pantosa, en dirección a Churubusco. En la hon· donada de una loma, t endido en el suelo, en mangas de camisa muy ensangrentada, se encont raba un joven como de veinticinco años, de notable apos· tura. Un hombre lo atendía con diligencia cario ñosa, conociéndose sin esfuerzo al facultativo diestro y experimentado. Ar~rquéme al grupo y reconocí en el cirujano a m' ilustre amigo Anto· nio García Gutiérrez, autor del Trovador y honra de las letras españolas. -Antonio, ¿qué es esto? ¿qué haces aquí? -Guillermo, mi raza, mi raza ... ! Y en efecto, García Gutiérrez fué un ángel de caridad en aquellas circunstancias, y yo cuando co· lumbro entre sus laureles su recuerdo, le veo con gratitud, r esplandeciente de bondad para con los defensores de mi patria." El antiguo convento de Churubusco, aislado y sin alturas que lo protegieran, era el valladar que debía detener en su marcha victoriosa al (2

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ejército de los Estados Unidos. Sus elementos de defensa eran unas malas trincheras a barbeta, no concluí das, sin cubrir todos sus lados y que no podrían oponer larga resistencia a la artillería enemiga: cuatro cañones de a 8, uno de a G y dos de a 4, y mil trescientos soldados cuyas nueve décimas partes veían por primera vez una batalla. Re aquí la fortaleza y el ejército que iban a re· sistir a ocho mil soldados triunfantes, orgullosos, inteligentemente dirigidos y provistos de todos los elementos necesarios para la guerra. Los batallones de Guardia Nacional, que los componían seiscientos ochenta civiles, vieron desfi· lar, sin combatir, á cinco mil soldados de la división del Norte, quedándose ellos a sacrificarse ante el empuje de casi todo el ejército yanqui, ebrio de sangre y de gloria con la fácil acción de Padierna! Más tarde llegaron los piquetes de Tlapa, Chilpancingo y Galeana y una compañía de San Patricio. Las tropas que cubrían los puntos avanzados del Sur, hacienda de San Antonio y rancho de Xotepingo, se replegaban a México. Solamente los defensores de Churubusco recibieron orden de resistir el empuje de los invasores, lo más que fuere posible, a fin de proteger la retirada de las tropas que de Coyoacán, San Angel y Xotepingo marcha· ban a la capital. La recomendación de defender vigorosamente '3

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el convento de Churubusco, la recibieron verbalmente de Santa Anna, los generales don Manuel Rincón y su segundo, don Pedro Maria Anaya, bajo cuyas órdenes estaba la defensa de ese punto. A las diez y media, grupos de indígenas de las cercanías abandonaban sus chozas al acercarse los invasores, pasando por el convento, a cuyo recinto volvía el teniente coronel primer ayudante, don Francisco Peñúñuri, con los restos de un destacamento que llevó a Coyoacán para observar los movimientos del enemigo. Dispuesto todo en Churubusco para repeler el ataque, dejaron que los americanos se acercaran para hacer fuego. Estos, confiados en no hallar resistencia, viendo que nuestras tropas se concentraban hacia la capital, sin combatir, se acercaron resueltos. Los generales Rin cón y Anaya habían dispuesto que no se disparara sobre los enemigos hasta que estuvieran a muy corta distancia, para economizar el parque. Así se hizo; y el estrago causado en las filas norteamericanas fué tan tremendo, que las obligó a detenerse momentáneamente, amedrentadas y sorprendidas. Repuestas . de la sorpresa, siguen avanzando sobre el frente y costado derecho del parapeto. Este hecho de armas comenzó a los tres cuartos para las once de ese día.

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Uno de los jefes que concurrieron a la defensa de Churubusco, con el grado de coronel de las Guardias Nacionales, fué don Manuel Eduardo de Gorostiza, el insigne dramaturgo mexicano, y por él sabemos la hora exacta en que se dispararon los primeros tiros en el convento_ "Gorostiza vió en su reloj la hora, dice un autor, sacó de su purera un habano, pidió lumbre a su ayudante y advirtiendo que temblaba a éste la mano, dijole algún chiste adecuado al caso. A poco se había generalizado el combate, siendo el fuego tan vivo, que no se oían a veces los toques de órdenes ni las dianas de las bandas. Habíase colo' cado el coronel frente a una tronera sin cañón, y como su ayudante le suplicaba que arrendara un poco el caballo hacia un lado para quedar menos descubierto, le contestó: "Hijo mío, me quedo en mi puesto, porque en todas partes está la muerte." Hubo en aquella accióu rasgos de valor, entre los cuales debe citarse el del joven don Eligio Villamar, oficial del regimiento de Bravos, mandado por Gorostiza, quien desde los primeros tiros se subió sobre el parapeto para alentar a sus soldados, expuesto a los fuegos contrarios, vitoreando a la República y sus generales. Arrojo inaudito, pues era la primera vez que este patriota desafiaba la muerte en un campo de batalla, dedicado antes, exclusivamente, a las labores científicas y literarias. 45

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A pesar del valor con que pelearon los soldados americanos, fueron rechazados en su primer ata· que. Reforzados con mayor número de tropas, acometen de nuevo por varias partes del convento, generalizándose en poco tiempo el combate. Los valientes de Churubusco no desmayan, dice el ca· pitán don Napoleón Saborío, ayudante del general ADaya, a quién seguiremos de preferencia en la narración de esta epopeya nacional; multiplican sus esfuerzos para rechazar al enemigo, y su fuego certero aumenta considerablemente el número de los muertos y heridos. Sin embargo, la situación de esos esforzados combatientes es ya bastante critica: su r etaguardia misma, el punto único por donde pueden salvarse en caso de un desastre, está ya atacado por la división del general Worth. que avanza sobre las tropas en retirada de San Antonio. Y no es esto lo peor, sino que las muni· ciones empiezan a escasear, y se prevé el momento en que su falta absoluta impedirá toda resistencia eficaz. El general Santa Anna, a instancias de los de· fensores del convento, mandó los refuerzos de Tlapa, Chilpancingo y Guerrero y la compañia de San Patricio, de que se hizo mención, y 1m ca· rro de parque, que resultó de diecinueve adarmes, para fusiles que no tenían este calibre. Así es que la desesperación de los soldados llegó a su colmo

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cuando, con la esperanza de mantener el combate, y aun de triunfar, se arrojaron a los cajones de parque, y despedazándolos con las manos, llevaban los cartuchos al cañón, que desgraciadamente era muy estrecho para contenerlos. Algunos cajones resultaron con parque de instrucción, y varios soldados, para suplir la bala, buscaban piedras de un tamaño proporcionado. En los momentos de mayor pelea, y cuando el éxito parecia próximo a inclinarse en favor de los enemigos, el general Anaya subió a la esplanada a caballo, mandó cargar una pieza a metralla, y desmontando luego, dirigió personalmente la puno tería. Las chispas del lanza·fuego que sirvió para disparar la pieza, incendiaron el parque, abrasando a cuatro o cinco artilleros, al capitán Oleary que la servia, y al mismo general Anaya, Todos ellos quedaron fuera de combate, menos el general, quien, a pesar de haber permanecido ciego por algún tiempo, no abandonó el campo. Durante toda la acción se le yió siempre en el peligro, lo mismo que al general Rincón, recorriendo el uno toda la linea para alentar al soldado con su presencia, y fijo el otro en un lugar, para dictar con serenidad increíble sus disposiciones como jefe_ Tres horas y media había durado ya la acción, sin que los repetidos esfuerzos de los americanos 4.7

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les hubieran dado un triunfo decisivo. El ánimo de los defensores no decae, antes al contrario, a cada momento se sienten los soldados más deseosos de prolongar el combate. Por desgracia las municiones se agotaron completamente. El tiroteo comienza a apagarse paulatinamente, y cesa al fin_ De aquel convento que poco antes arrojaba fuego por todas partes, como un castillo, no sale entonces un solo tiro, como si ninguno de sus defensores hubiera quedado en pie. Sorpréndese el enemigo con aquel repentino silencio, que no acierta a comprender, y temiendo una estratagema de guerra, tarda algunos minutos en avanzar sobre el parapeto, del que no recibe ya ningún daño. Los defensores, por su parte, llenos de desesperación, descansaban ya en su mayoría sobre sus armas descompuestas y ardientes como el fuego vivo que habían despedido. Todavía, en aquellos momE:ntos, hubo valientes que intentaron hacer el último esfuerzo de la desesperación, y su arrojo añadió nuevas víctimas a las que ya había costado aquella memorable defensa. El intrépido Peñúñuri cargó a la balloneta sobre los americanos, a la cabeza de unos cuantos soldados de su cuerpo; mas apenas había avanzado unos cuantos pasos, cuando una bala lo hiere de muerte. Ni aun entonces se doblega su ánimo es48

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forzado; incapaz ya de moverse, retirado por sus compañeros al interior del convento, continuó alentando a sus soldados, y muere al fin con la dignidad y la grandeza de los héroes. También el capitán de cazadores, don Luis Martínez de Castro, recibió otra herida mortal al querer abrirse paso por entre los enemigos, para incorporarse a su regimiento, del que había sido cortado. Sucumbió, dejando en el corazón de sus familiares y amigos un vacío inmenso con su muerte, que lloraron la patria, la virtud y la literatura. "La sangre de nuestros compatriotas, dice en el parte oficial el general Rincón, se hahía derramado a torrentes eu aquel recinto, como lo acreditan 136 muertos y 99 heridos; por cuya causa nuestra fuerza se había debilitado, y muertos o heridos nuestros mejores artilleros, nuestros fuégos se minoraron considerablemente; lo que advertido por el enemigo, cayó sobre el punto, donde todavía encontró resistencia en las bayonetas de los valientes que lo defendían; pero al fin fué preciso replegarse al interior del convento, como lo hicieron nnestros soldados, con admirable orden y serenidad, sin que faltasen de sus puestos los se· ñores jefes y oficiales, resolviéndonos el Excmo. Sr. general D. Pedro Maria Anaya y yo, así como 49

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todos, a sufrir la suerte que nos tocara, antes de entrar en capitulación de ninguna clase. "La defensa, Excmo. Sr., fué vigorosa, y se ha· bria prolongado, si no fuera por las causas expre· sadas: pero doscientos treinta y cuatro conciuda· danos nuestros han derramado su sangre en defensa de la patria; el campo enemigo quedó sembrado de cadáveres, entre los que se cuentan jefes de mucho valor y graduación, oficiales y tropa, cuya pérdida le es muy sensible; y sin duda por eso el enemigo elogia y admira nuestra resistencia. "La República debe llorar la pérdida del bizarro primer ayudante del batallón de Independencia, don Francisco Peñúñuri, y las de los demás que han muerto defendiendo los sacrosantos derechos de su patria, cuyas familias merecen la alta consideración del supremo gobierno, que debe dispensarla también al valiente capitán de cazadores del batallón Independencia, don Luis Martinez de Castro, quién recibió dos heridas mortales. "Por último, a todos cuantos bajo mis órdenes se batieron en Churubusco, los creo muy dignos de la consideración del supremo gobierno, por su brillante comportamiento, causa por la que no me atrevo a hacer recomendación alguna; pues la gloria adquirida es toda de ellos y toda por ellos, y el hablar una injusticia. Pero si cabe alguna dis50

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tinción, permítaseme la haga en favor del señor general don Pedro María Anaya, quien sin embargo de estar quemado del rostro y manos y lastimado de una espinilla, recorría todos los puntos, presentándose en los mayores peligros y reanimándonos con su ejemplo_ También recomiendo a V_ E. a l coronel retirado don Eleuterio Méndez, quién acreditó su valor y serenidad al frente del peligro; repitiendo que no hago más recomendaciones, porque me sería imposible, puesto que todos han llenado sus deberes con entusiasmo, valor y decisión admirables_" El primero que se presentó sobre el parapeto, fué el capitán ameticano Smith, del 30. de linea, quien díó aquel ejemplo de valor a cuantos le seguían. Y apenas se cercioró de que ya de parte de los defensores del convento no se podía hacer más resistencia, enarboló bandera blanca, e impidió que la turba salvaje que lo acompañaba cebara ~u furor en los vencidos. Un hurra general había anunciado la llegada del general Twiggs; saludando cortés y marcialmente a los generales y oficiales mexicanos, aren· gó a los suyos, encomiando su valor y recomenliando a los prisioneros. El general americano, al preguntar al general Anaya por las municiones existentes, contestó éste con acento espartano: "Si hubiera parque no estaría usted aquí." 51

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En aquella defensa heroica, las balas mexicanas habían acertado veintidós tiros al pabellón americano, que Twiggs llevaba en las manos, despedazado_ Un momento después ondeaba en el convento de Churubusco, y presidía a la escena de muerte, desolación y ruina, que aquella mansión religiosa, tan sosegada y tranquila en otro tiempo, presentaba el 20 de agosto de 1847.

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ATENTADOS SALVAJES DE LOS SOLDADOS AMERICANOS Mientras que la división de Twiggs acantonaba en San Angel, la de Pilow en Mixcoac, la de Quitman en Tlálpam y la de Worth en Tacubaya, la brigada de Shields, compuesta de voluntarios de Nueva York y Carolina del Sur, acampó en el convento, permaneciendo alli hasta el 7 de septiembre que evacuaron ese lugar_ Durante esos diecinueve dias ¿qué fué del convento de Churubusco, de.! templo, de la hermosisima capilla de San Antonio, primoroso ejemplar de arte colonial, de la extensa huerta, pletórica de árboles frutales, hortaliza y cereales? ¿ Qué de los ornamentos de tisú, de damasco de Granada, de raso de Toledo, de telas ricas de Sevilla, muchos de ellos bordados a mano, acusando hábil y paciente labor de monjas; de las albas clásicas, y sobrepellices de primera clase, de Ruan de florete, guarnecidos con encaje fino de Flandes; de Jos froutnles de todos colores, unos de damasco y otros de capichola; de los visos de lama de plata de los sagrarios; de los cálices de oro, obra acabada de orífices mexicanos; de las alfombras de Génova; de 53

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las cátedras de nogal profusamente talladas; de las mesas y sillones de finas maderas y artística factura, y de tantas otras obras de arte con que contaba el convento? Por fortuna para la historia de México, el archivo de ese convento se conserva íntegro, y de él tomamos las siguientes noticias que el Padre l,'1tardián, Fray Francisco Orruño y San Miguel, en funciones aquel año, rindió al convento de San Diego de México, a cuya jurisdicción pertenecía_ Después de dar cuenta del movimiento de caudales, de las adquisiciones hechas por donación y compra para la sacristía, iglesia y coro, de las ohras y reparos llevados a cabo en el cementerio, convento y huerta; después de manifestar que la biblioteca, la ropería, el refectorio y la cocina quedaban en el mismo estado de prosperidad en que los recibió, y de que el personal del convento lo componían cinco religiosos, cuatro donados y dos comensales, prosigue con hondo sentimiento y justa indignación en contra de las salvajes hordas americanas en estos términos: "En este estado se hallaba el convento el día 21 de junio del presente año de 47, y el día 22, se apoderó el gobierno de todo, convirtiéndolo en presidio, cuartel y fortaleza, comenzando entonces 0.1 infeliz estado de ruina en que se halla, y en que 54

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con bastante pena y sentimiento de mi corazón lo entrego, haciendo una sucinta relación, como sigue : IGLESIA Y SACRISTIA Los dos sagrarios, del Altar Mayor, y el de la Purísima, descerrajados, y robados los adornos interiores de cortinitas, pabelloncitos y corporales. It. Un cáliz con patena, cucharita y corporales que se robaron. It. La imagen de Ntra. Sra. de Loreto, robado su adorno, cabeza y Niño, y sólo queda la arma· zón del cuerpecito. It. La imagen de N. P. S. Francisco, enteramen· te desnuda, pues le robaron el Hábito y Manto con que estaba adornada. It. Desenvigado en partes el Altar de la Purí· sima. It. Un gran pedazo que le cortaron a la Col· gadura. It. La Alacena de la Sacristía, descerrajada. It. Los cajoncitos de los Amitos rotos, y quebrados. It. La mayor parte de la Sacristía desenvi· gada; pero se está medio aderezando. . It. La puerta de la Sacristía descerrajada, .,. doblado el cerrojo. 55

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It. La puerta de las bodegas de la Sacristía descerrajada y rota. It. Algunas vigas robadas del envigado junto al cancel de la Iglesia. It. Un pafio de Cáliz, con bolsa de corporales, que se robaron. It. Una estola y manípulo del ornamento de la. clase. It. Otra estola, y manípulo de otro ornamento. It. Estola, manípulo y paño de cáliz, y bolsa de corporales del ornamento, encarnado de pri· mera clase, y su almaisal. It. El ornamento encarnado de tisú, todo ente· ro, esto es la casulla y sus a víos. It. Le quitaron el galón a otro ornamento blanco que servía para segunda clase. It. Descerrajaron la capilla de S. S. Antonio y se llevaron el mantel, palio y guardapolero y el Sto. Cristo de bronce que servía para las misas. It. Cuatro ramilletitos de pie de cristal, que tenía S. S. Antonio. It. Un par de vinajeras corrientes con su platillo. It. Multitud de purificadores, corporales, hijuelas, parba palios y amitos, que se robaron de la Alacena de la Sacristía. It. Se robaron las tres ojías, con sus roquetes, de los Acólitos. 56

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It. La tarima de la capilla de S. S. Antonio fue para quemar; e igualmente la alfombra. It. Un roquete fino, y dos manteles corrientes. It. Las potencias de plata de un Sto. Cristo. It. El espejo grande y el vidrio de uno de los visos, los rompieron. It. Se llevaron una llave del aguamanil. CORO La cortina azul de la puerta se la llevaron. It. El lienzo del Nacimiento, que cubria el otro nacimiento. It. Las cintas anchas del Facistol, y la del atril del antepecho. It. Maltrataron el órgano, y aunque le quita· ron algunos llavines, pero no se los llevaron, sino que los dejaron tirados, y robada la chapa de su puerta. LIBRERIA Unica pieza que se libró del robo, aunque no del registro. ROPERIA y CONVENTO Todas las tarimas rotas, dos quemadas, y otras que faltan. Torlas las sillas de la celda del Proyl. se han desaparecido, y sólo la silla de brazos quedó rota e inservible. Se llevaron tres; 57

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It. Se llevaron la carpeta, tintero, y candelero con sus despabiladeras, y platito de la celda del Prior. It. Todas las puertas de las celdas descerrajadas, sin chapas, y algunas joyas de las ventanas, exceptuando las celdas del Guardián, la del número 2, 3 Y 4. It. La vidriera de la celda de Secretar hecha pedazos. It_ Rompieron dos lienzos de vidrio de la ventana de la antecelda del Prior. It. El día 7 de septiembre del presente año, acabaron de salirse del convento los Infames Ladrones Yanquis, y en momentos se robaron la imagen de lienzo del Smo_ Patriarca S. S. José, que estaba al bajar la escalera de la sacristía, dejando sólo el vidrio, que no pudieron quitar_ It. Tres ocasiones registraron la oficina, y en la primera se llevaron el Botellón con cosa de seis cuartillos de vino, un manojo de velas de cebo, seis escobas, una bandeja de hojalata, y cuatro escandamanes, y palas de fierro de la herramienta que dejaron a guardar de parte del Gobierno; el botellón se resarció después, ya vacio. It. Se llevaron la campanilla de la puerta del coristado_ It. Todos los fanales y vitrinas rotos e inservibles. 58

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REFECTORIO, DE PROFUNDIS y CAPITULO Se llevaron una docena de servilletas nuevas de orihuelas de a tres cuartas; y otras cuatro de algodón, grandes y finas. It. Una docena de cubiertos de Plaqué. It. Quitaron un tablón grande de asientos y los tablones para asientos del De Profundis, y sólo dejaron uno. It. Desenvigaron toda la Capitula, e hicieron leña para quemar. It. Hicieron pedazos la Cátedra, también para leña, y sólo dejaron un pedazo. It. Todos los marcos de madera para vidrieras, y encerados, con otra porción de madera que habia, y un Nicho antiguo que estaba alli guardado. It. La puerta del refectorio tirada porque le rompieron el marco, y toda quedó lastimada, y convertido en caballeriza. It. Sólo quedan cuatro mesas del refectorio maltratadas; la otra y la de la Porteria las quemaron. HORTALIZA Y HUERTA Por disposición del ingeniero don Juan Cano, de los señores comandantes, general don Antonio Gaona y coronel don Sebastián Moro del Moral, le rebajaron a la tapia que queda al Sur una y 59

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media varas de altura, y a la que queda al Oriente, tres cuartas por espacio de diez varas; y manifestando al C. Presidente don Antonio López de Santa Anna el grandísimo daño que le ocasionaba al Convento y el ningún provecho que resultába a la fortificación, mandó suspender la rebaja y que se avaluara el daño causado. Lo miró el ingeniero don Francisco Palafox y monta a la cantidad de 266 pesos, cuyo avalúo formado de la misma, queda en este convento. Toda la demás cerca en circunferencia queda con tablados de vigas para los soldados. It. Toda la siembra de chile, lechuga, cebolla y nabo, la pisotearon y destruyeron. It. La siembra de maíz, tanto la de la hortaliza, como la de la huerta (la que estaba muy adelantada, y en banderillas), la acabaron tantos caballos, como de una y otra parte metieron. It. Toda la fruta, aun la más verde, tiraron a palos, pedradas, y de toda manera que pudieron hacerlo los Yanquis, hasta dejar muy arruinados y maltratados los árboles, y el terreno, como la palma de la mano. (Bien cara pagaron su gula, con el crecido número de atacados de disentería.) It. La cosecha de cebada que habia guardada en el pajar, y que se calculaba en diez cargas de cebada, y ciento ochenta arrobas de paja, toda, toda 60

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la acabaron los Yanquis, tanto para mantener caballos, mulas y burros, que robaban, como para formarse camas para dormir_ It_ Al pozo que se había abierto en el patio, para proveernos de agua, le derribaron el brocal, tiraron los laterales, y lo llenaron de las más asquerosas inmundicias, sin guardar más agua pa ra el uso que la que corre, y sale de la Iglesia por la atargea que está junto a los ciruelos, y sirve para minorar las humedades del edificio_ It_ La puerta de la huerta hecha pedazos_ Habiéndose impedido la celebración del capítulo provincial citado para el día 25 de septiembre del año de 47, por motivo de la injusta invasión de los enemigos de nuestra patria y de su independencia, los norteamericanos, que se posesionaron de la Capital de México, y tanto el Gobierno civil y politico, como el Eclesiástico y religioso, sufrieron notable trastorno, se difirió para el 23 de oc lubre del mismo año, en cuyo tiempo de un mes ~- cuatro dlas que han pasado hast a 18 del mismo octubre en que se entregó el convento al Hermano Presidente y Presidente In-cápite, Fr. Antonio Urízar, parece que ha habido de recibo la cantidad de cincuenta y cuatro pesos, dos reales, y de gasto, la de sesenta y tres pesos, seis y tres cuartillas de reales, por lo que excede éste a aquél en nueve pesos cuatro y tres cuartillas de r eales, como consta en la siguiente: 61

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Demostración. Recibo . Gasto. Exceso del gasto.

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Esta deuda que ha sufragado el guardián como la anterior, y lo demás del recibo se ha invertido igualmente del mismo modo en el culto divino, y mantención diaria de los mismos individuos, y en hacer algunos reparos en la Iglesia, Sacristía y Convento, corno se expresa por menor en lo que sigue : IGLESIA Y SACRISTIA De los residuos de las casullas que le quitaron el galón fino, se hicieron dos cortinitas para los sagrarios del Altar Mayor y Purísima. It. Se le compusieron las llaves a los Sagrarios. It. Se envigó el pedazo de la puerta de la Igle· sia que rompieron con sus caballos, los enemigos. It. Se medio vistió la imagen de N. S. P . Fran· cisco. It. Se compuso la puerta de gracias. It. Se envigó el gran peqazo de la Sacristía que quemar on. It. Se compuso la alacena y su llave. 62

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It. Se repuso la escalera chica de mano de cinco varas. It. Se compuso el cerrojo de la Portería, que . doblaron y rompieron. . It. Se redimió la llave de la Iglesia, y se sacó tanta inmundicia que dejaron. OONVENTO

Se compró llave para la celda del Provincial, y a la celda número cinco se le acomodó una cha-

pa que había: igualmente se compuso la celda del número quince, que es la que queda servible. Se compuso otra llave para la Ropería, y se compuso la Mampara de la Ante-tribuna, que rompieron. It. En el lugar donde estaba la imagen de S. S. José, se puso otra de óvalo, que había en la Sacristía. It. Se redimieron las llaves de la puerta del campo. REFECTORIO

Se levantó la puerta que rompieron, y se le pusieron el barrote y goznes que le faltaban. COCINA

Se compró llave para reponerle la que se llevaron. 63

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HUERTA Se compuso la puerta, que estaba toda destruida, y se le compuso la llave_ It_ De dos puertas del coristado, destinadas para quemarse, no verificado, se hicieron servir a la ermita, que se compuso, poniendo esas puertas_ Todo lo demás queda en el estado de ruina referido_ Sala Capitular de San Diego de México, octubre 20 de 1847_ Vióse, y penetrado el Reverendo y Venerable Definitorio de los daños y perjuicios que ha padecido el convento, así como la resignación, constancia y sufrimiento de Nuestro Hermano Guardián, 1" da las ru:ls expresivas gracias, calificándolo todo en el grado más sublime. Así lo Decretó y Mandó el Reverendo y Venerable Definitorio por ante mí de que doy feo-Fr. A_ntonio Escobm·.-Definidor y Secretario." 'fal fué el estado lamentable en que quedó el convento de Churubusco, después de la desocupación de él por la soldadesca americana. Odjo profundo deben haber sentido por un lugar que tan caro les costó el tomarlo, y que solamente debido a un cúmulo de fata les circunstancias, no encontraron una seria derrota, pero del que fueron rechazados varias veces con enormes pérdidas. y es digno de tomarse en consideración el hecho 64

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de que la (mica dependencia del convento que es· capó de la rapiña de los invasores fué la biblio· teca; lo cual nos da la medida de la intelectualidad de los voluntarios de Nueva York y Carolina del Sur. Constaba de más de cuatro mil volúmenes, de materias selectas, y entre los que se contaban verdaderos tesoros bibliográficos. Reparados, en parte, los desperfectos causados por la guerra y la barbarie, el templo volvió a abrirse al culto, y la comunidad ocupó nuevamen· te sus celdas, hasta la época de la exclaustración de las comunidades religiosas. Expedidas las Leyes de Reforma, no faltó quien quisiera adjudicarse el con vento; pero ya la ad· ministración de Comonfort habia decretado que en Churubusco se erigiera un monumento para perpetuar la memoria de la jornada del 20 de agosto, en cuyo monumento se depositaron los res· tos de Peñúñuri y de Martinez de Castro. Al triunfo de la República en 1867, volvieron a insistir nuevamente en denunciar y adjudicarse el convento y la 'huerta ; mas el Presidente .Tnárez dispuso que el ex· convento de Churnbusco y sus anexidades quedaran exceptuados de adjudica· ción, y l'e~ervándose el Gobierno aplicarlos a al· gún objeto de beneficencia pública. En la época del gobierno de don Sebastián Ler· do de Tejada, a principios del año de 1875, la

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autnridad municipal de Cnynacán mandó medir la huerta del ex-cnnventn, pnr haberse presentadn algún interesado en denunciarla. Inmediatamente el cura de Churubuscn, Fr. Rafael Venegas, se dirigió al Ministrn de Hacienda, manifestándnle t al pretensión y diciéndnle entre .otras cnsas : " Yn vengn en suplicarle recuerde y tnme en cnn· sideración el privilegin que el Supremn Magistra· dn difuntn ha cnncedidn a este lncal r egadn con la sangre de lns hér.oes que defendiernn y dejarnn bien sentadn el hnnGr nacinnal ante las demás PGtencias." Y d ta el decretn de agGstn de 1869. N.o acaba aquí el cel.o (lel patrinta cura, sinn que se dirige igualmente a lGS supervivientes de 47, en un razonado ,Y patrióticn manifiestn, que n.o .obstante su extensión, insertamns íntegrn : " S e/l ores los qu e nlÍlI sobreúvis al cuerpo de Independencia, )-e¡Jresent(l1ulo lo s valientes que en Churubusco se ba,ticron, defendiendo y dejando bien sentado el huno" nacional : "El cura de Churubusc.o que ya P.or much.os añ.os ha tenid.o la sati sfacción de partir c.on V.oSntr.os las glorias con que venís a este lugar a celebrar vuestr.o an iversari.o en saludable sufragin J', santa mem.oria de aquell.os hér.oes, hny tiene el sentimiento de P.oner en vuestra nnticia una triste ma nifestación, para que v.osotr.os, c.om.o interesadns en est.os venerand.os lugares, regadns cnn vues~~

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tra sangre, pongáis en movimiento los resortes que estén a vuestro alcance, a fin de alejar el mal que en estos momentos amenaza a este lugar, teatro de vuestro honor y de vuestras glorias. "Es el caso, valientes mexicanos: que por orden de la autoridad municipal de la villa de Coyoacán a que pertenece l'ste de Churubusco, hoy se ha mandado medir la huerta del ex-convento de Churubusco en que vive el que suscribe. Este hecho me da a entender que algún individuo se ha presentado al Ministerio de Hacienda, solicitando la adjudicación de dicha huerta, sorprendiendo al Ministro_ Vosotros sabéis que a solicitud de algunos de vosotros mismos (don José Revilla y Pedreguera, en un brindis pronunciado en la comida a que asistió el señor Presidente y su Gabinete el 20 de agosto de 1869 en ChurubuscoJ, el Ilustre Magistrado difunto expidió un decreto en que cerró la puerta a los adjudicatarios, a fin de que esos lugares no fuesen profanados, y es del tenor siguiente: "Sección 6a. Mesa 3a. "Se ha servido acordar el C. Presidente lo que sigue : "Agosto 21 de 1869.-EI C_ Presidente de la República, desea.ido perpetuar el recuerdo de los buenos mexicanos que sucumbieron en la batalla de Churubusco el día 20 de agosto de 1847, y en 87

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cumplimiento del arto 15 de la ley de 19 de agosto de 1867, se ha servido resolver, que el ex-convento de Churubusco y sus anexidades queden exceptuadas de adjudicación, reservándose el mismo supremo Magistrado aplicarlos a algún objeto de beneficencia. "Lo que se comunica a la Sección 6a., a fin de que no se admitan dentrncias, ni se practique operación alguna con relación a los objetos expresados_-Romero.-Una Rúbrica. "Lo que se hace saber por medio del "Periódico Oficial" con el fin de que tenga su más exacto cumplimiento. "Independencia y Libertad, México, agosto 21 de 1869_-lIfigllel 1'. Ba,-,-ón, Oficial Mayor." "En esta disposición no sólo se comprende el exconvento, sino todos sus anexos están privilegiados y exentos de la adjudicación, y tales anexos se reducen únicamente a sólo la referida huerta, que por ser de pequeñas dimensiones, es un miserable auxilio con que cuenta el que suscribe, como en retribución de estar a su cargo y cuidado las venerandas cenizas que depositan estos lugares. "Es cierto que posteriormente a este decreto "han emanado del gobierno nuevas disposiciones sobre ia materia ; pero ellas, como leyes generales, en nada perjudican ni debilitan el vigor de ese decreto o ley particular, según firme y sentado 88

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principio en cualquiera legislación, y es: que ninguna ley general puede derogar una particular, . a no ser que en ella se haga nominal y expresa mención de que en ella queda derogada la particular; en niuguna, pues, de las leyes que después de la nuestra particuJar han emauado del Gobierno, se encuentra cláusula alguna en que terminantemente se diga que la ley nuestra de 21 de agosto de 1869. relativa al ex-convento de ·Churubusco. queda derogada; sucediendo antes bien lo contrario en el hecho mismo de que esas leyes han pasado en silencio, respetando una disposición dada por el ilustre magistrado difunto_ "El actual jefe del cuerpo de lndependencia (¿el Presidente Lerdo de Tejada? 1, ese mismo vuestro jefe, se encuentra en la cumbre del poder; una sola palabra suya nos salva ele la tormenta que tan de cerca nos amaga. Si pue', aílll conserváis ese ahinco, ese celo 'lue siempre habéis demostrado por esos lugares purpurados con vuestra sangre y depositarios de esas ,;euerandas cenizas; si pues aún arde en vuestro corazón ese fuego sacro, yo lo invito, yo lo excito, para cou vuestros hermanos y compaiieros de batalla, cuyos sagrados restos están al cuidado de este vuestro capellán, que también se honra en ser vuestro compañero, en celebrar y respetar anualmente las glorias y el honor del cuerpo de Independencia. ~9

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"Mas si por una fatalidad (lo que no espero) las pretensiones de adjudicación llegan a efectuarse, tendré, señores, el sentimiento de abandonar in· dispensablemente estas sagradas fosas, por ser imposible que sacerdote alguno pueda permanecer en él, careciendo absolutamente de lo muy preciso para la vida, cuando se le quita el pequeño y mi· serable auxilio de la huerta. "Con esta exposición, señores, reciban el cordial afecto con que los saluda este vuestro obsecuente y atento capellán, Q. B. vuestras manos. "Churubusco, abril 7 de 1875."

MUSEO HISTORIeO L activo celo del cura de Churubusco dió el resultado apeteeido, impidiendo que el con· vento pasara a poder de particulares; y, "ños más tarde, se estableció en ese punto el Hospital Militar de enl'ermedalles conta gi osas. La incuria y la negligencia hacían que ese histórico lugar amenazara ruina , ~- la mala fe o el descuido contribuyeron a que desaparecieran rápi damente los adornos coloniales de que estaba pródigamente dotado.

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Por fortuna, la Inspección de Monumentos Are Hi stóricos consiguió, pOI" conüucto de la Universidad Nacional, de In cual depende, que ese local fuera convertido en Museo Histórico_ Al quedar el ex-Convento rle Churubusco al cuidado de dicha Inspección, esta oficina procedió a verificar las obras de conserva ción más urgentes, a embellecer el jardín y adaptar algunos salones para la exhibición de objetos; quedando así convertido en museo el ruinoso convento que, sin duda alguna , causará la admiración de propios yextraños, y perpetuará la memoria de los que supieron morir heroicamente defendiendo la integridad del territorio nacional. tistico~

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