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Introducción a la Biblia V: El Canon Bíblico Autor Felipe Rincón Vásquez lunes, 25 de abril de 2011 Modificado el lunes, 25 de abril de 2011

El canon Bíblico

La palabra canon viene de un término griego que significa estándar o regla. Al ser aplicado a la Biblia se refiere a aquellos libros que son el estándar, que son considerados como autoritativos. El canon de la Biblia es la lista de todos los libros que pertenecen a la Biblia.

Es necesario tener presente lo siguiente:

1. La comunidad existía antes de que se escribiese una sola línea. Esto significa que los escritos de la Biblia fueron compuestos en la comunidad y en referencia a vivencias de la comunidad.

2. En un inicio cada escrito bíblico fue compuesto como una unidad autónoma. Ninguno fue escrito con la intención de formar parte de un canon o colección.

3. A partir de cierto momento la comunidad (judía, cristiana) se guió, en base a determinados escritos que reconocía como normativos antes de que se tomase una decisión oficial de fijar un canon.

4. La necesidad de fijar un canon de escritos normativos surgió de la necesidad de deslindar y determinar de una vez por todas cuáles, de todos los escritos existentes, verdaderamente representaban la fe de la comunidad.

Tenemos las Sagradas Escrituras en dos libros: La Tanak (la Bíblia hebrea que comúnmente los cristianos llaman, Antiguo testamento) y los escritos sagrados cristianos (comúnmente denominado como Nuevo Testamento), y lo llamamos libros canónicos porque contra ellos no hay nada que objetar. Creemos y practicamos sus enseñanzas correctamente divididas, como única regla de fe y practica, gobierno y disciplina. El Antiguo Testamento contiene: Los cincos libros de Moisés, a saber: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio; el libro de Josué, de los Jueces, y Rut; dos libros de Samuel y dos libros de los Reyes, dos libros de las Crónicas; el libro de Esdras, Nehemías, Ester, Job; los Salmos de David; tres libros de Salomón, a saber: Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares; los cuatro profetas mayores: Isaías, Jeremías (con sus Lamentaciones), Ezequiel, y Daniel; y los doces profetas menores: es decir: Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, http://iglesiaelplantio.org

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Miqueas, Nahum, Habacuc y Sofonías, Hageo, Zacarías, y Malaquías. Y el Nuevo Testamento: los cuatro Evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas, y Juan; Los Hechos de los Apóstoles, las trece cartas del apóstol Pablo, o sea: a los Romanos; dos a los Corintios, a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, dos a los Tesalonicenses, dos a Timoteo, a Tito, y a Filemón; una carta a los Hebreos; las siete cartas de los Apóstoles, a saber: la carta de Santiago, dos cartas de Pedro, tres de Juan, y la carta de Judas; y el Apocalipsis del Apóstol Juan (2 Tim. 3.16-17; 1 Tim. 3.14-14; Ef. 2.20).

Únicamente a estos libros aceptamos por sagrados y canónicos, para regular nuestra fe según ellos, para fundamentarlos en ellos y con ellos confirmarla. Y creemos sin duda alguna todo lo que esta comprendido en ellos, y que son de Dios; (Lc. 16.27-31 / Jn. 6.63; 1 P. 1.23-25; Heb. 4.12-13; Mr. 16.15-16; Jn. 20.31; Gal. 1.8,9 / Mt. 16.17; 1 Cor. 2.14ss; Jn. 3.3; 1 Cor. 2.4-5).

A estos santos libros los distinguimos de los Apócrifos, que son los siguientes: El tercer y cuarto libro de Esdras, el libro de Tobías, Judit, el libro de la sabiduría, Eclesiastés, Baruc, lo que se ha añadido a la historia de Ester; la oración de los tres mancebos en el fuego, la historia de Susana, la de la imagen de Bel y del Dragón; la oración de Manases, y los dos libros de los Macabeo. La Iglesia podrá leer estos libros de la mismas manera que otros escritos humanos, y tomar de ellos enseñanzas en tanto que estén de conformidad con los libros Canónicos; pero carecen de poder y autoridad para apoyar en ellos algún articulo de fe o de la religión Cristiana, pues podrían disminuir o contradecir la autoridad de los libros Sagrados.

El canon hebreo.

La Biblia hebrea está dividida en tres secciones principales. La primera es llamada Torah, que significa ¨Instrucción¨ ¨ley¨. Es conocida también por su nombre latino Pentateuco, basado en la palabra latina para ¨cinco¨. La segunda sección es llamada Nebhi`im, que significa ¨profetas¨. La tercera sección es llamada Kethubhim, también conocida como los Escritos, o por su nombre latino la Hagiographa.

Los libros que los cristianos llaman Antiguo Testamento al diferenciarlo con el Nuevo Testamento, es conocido en conjunto por los judíos como la TANAK.

El libro de la ley fue encontrado en el templo en 621 a. de J.C., durante el reinado de Josías (2Reyes 22,8-23,25). Josías lo aceptó como la base autoritativa para una reforma religiosa importante en Judá. Esta es la primera evidencia documentada de un libro siendo aceptado como una escritura sagrada autoritativa, para dirigir la fe y la vida. El siguiente paso identificable se encuentra en el regreso de Esdras de Babilonia en 458 a. de J. C.; con la ¨ley http://iglesiaelplantio.org

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de Dios¨ en su mano (Esdras 7,14). Catorce años más tarde él leyó lo que es llamado el ¨libro de Moisés¨ a oídos de todo el pueblo (Nehemías 8,1-3). Esta lectura pudo haber sido todo el Pentateuco. Lo que se leyó fue aceptado por el pueblo como una Escritura autoritativa. Más tarde se reconocieron los escritos de los profetas como palabras autoritativas de Dios.

En el tiempo de los escritos hoy aceptados como canónicos cristianos, los escritores usaron las expresiones ¨la ley y los profetas¨ o ¨Moisés y los profetas¨. Muchos cristianos han interpretado estas expresiones como referidas a todo el llamado Antiguo Testamento. Pero, dadas las tres divisiones del canon hebreo, es más probable que se refieran específicamente a las dos primeras partes. Esto es lo que puede ser afirmado con certeza. De modo que para la época del Nuevo Testamento, las primeras dos secciones del canon hebreo parecen haber estado ya coleccionadas y aceptadas.

Según las expresiones de Jesús en Lucas 24,44 se puede indicar que o se refirió a los Salmos como tal o pudo haber usado una figura idiomática para referirse a toda la colección de los Escritos. También su expresión en Lucas 24,44 puede referirse a todo el contenido del llamado Antiguo Testamento en su forma actual, si tomamos en cuenta que Abel fue la primera persona asesinada en la Tanak y Zacarías fue el profeta asesinado en la época de Joás que se registra en 2Crónicas 24,20-21; recordando que Crónicas cierra la sección de los Escritos que a su vez cierra el canon de la Biblia hebrea. Esto nos lleva a concluir que los oyentes de Cristo conocían la colección completa en su forma actual, aunque no todos lo habían aceptado como autoritativo.

Tomando en cuenta fuente extrabíblica, probablemente alrededor del 400 a. de J. C., la Tora o Pentateuco, como lo tenemos en la actualidad, se completó. En cuanto a los otros libros aceptados como canónicos según un escritor conocido como Ben Sirach, que escribió alrededor del 200 a. de J.C., los Escritos ya eran conocidos en esa fecha, junto a la Torah y los profetas.

Con el surgimiento del cristianismo, los judíos llegaron a ser más defensivos en cuanto a lo que pertenecía realmente a sus Escrituras. Parece ser que se realizaron dos concilios rabínicos en Jamnia (Jabneh) en el 90 y 110 d. de J.C., con el propósito de determinar su canon autoritativo. Después de muchos debates fue establecido el cano hebreo como lo conocemos hoy.

En estos debates y para aceptar como parte de los Escritos a un determinado libro se tomaron cuatro criterios para ser aceptados o rechazados según W. D. Davies: (1) Ningún libro escrito después de Daniel durante el período persa podía ser aceptado, en vista de que la profecía había cesado en Israel; (2) la conformidad del contenido del libro con la Torah; (3) la consistencia del libro en cuestión; (4) El carácter originalmente hebreo.

La Septuaginta tiene catorce libros más que el canon hebreo y los libros están en un orden diferente. Llegó a ser conocida como el canon alejandrino, dado que su escritura y distribución se centró en Alejandría, Egipto. El canon Hebreo, por su parte, es conocido como el canon palestiniano. La Iglesia Católica adoptó el canon alejandrino como su versión del llamado Antiguo Testamento. Los protestantes, prefirieron el canon palestiniano.

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Criterio de canonicidad

1. El criterio fundamental fue el de la identidad entre la fe vivida por la comunidad y la fe expresada en el escrito en cuestión. Es la regula fide.

2. El escrito debe presentar y reflejar la fe que se vive y sostiene la comunidad. Este es el criterio de la ortodoxia.

3. El escrito debe ser coherente con otros escritos que desde hacía algún tiempo ya habían sido reconocidos tácitamente como sagrados, como es el caso del Pentateuco. Este es el criterio de la coherencia.

4. El criterio de la tradición. Los escritos considerados para constituir parte del canon debían haber servido ya como norma de fe y de conducta desde hacía algún tiempo y en todas o la mayoría de las comunidades, señal de que contaban con una aceptación tradicional y universal.

5. El criterio de la inspiración divina. En el judaísmo, el Pentateuco, los escritos proféticos así como los asignados a David y Salomón, fueron considerados como productos de inspiración, incluso dictado divino. Por eso se leían en las sinagogas. En el cristianismo, la inspiración divina no fue una consideración para canonizar escritos cristianos. Fue una vez canonizados que se les consideró inspirados.

En conclusión:

La Torah fue completada y aceptada como autoritativa alrededor de 400 a. de J.C.;

Los Nebhi`im fueron completados y reconocidos como autoritativos alrededor del 200 a. de J.C.;

Los Kethubim estaban aparentemente en la forma en que lo tenemos ahora hacia la época del ministerio de Jesús, alrededor del 30 d. de J.C. pero no podemos considerarlos como habiendo sido generalmente reconocidos como http://iglesiaelplantio.org

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Escrituras autoritativas hasta poco después, quizá tan tarde como la época de los concilios en Jamnia (entre 90 y 110 d. de J.C.).

El canon cristiano

El desarrollo de canon cristiano empieza con los escritos de los apóstoles. Para que un libro pertenezca al canon, es necesario que (1) haya sido recibido como palabras de Dios por medio de autores humanos, (2) que la iglesia primitiva, bajo la dirección de los apóstoles, preservó el libro como parte de las Escrituras. La cuestión de autoría por un apóstol es importante, porque fue primariamente a los apóstoles a quienes Dios les dio la capacidad de escribir palabras con absoluta autoridad divina. Si se puede demostrar que fue escrito por un apóstol automáticamente pertenece al canon. Para otros libros, la iglesia tuvo, por lo menos en algunos aspectos, el testimonio personal de algunos de los apóstoles que todavía vivían que respaldaban la autoridad divina de estos libros. Por ejemplo, Pablo habría respaldado la autenticidad de Lucas y Hechos, y Pedro habría respaldado la autenticidad de Marcos como que contenía el evangelio que él mismo predicaba.

Los criterios que se tomaron en cuenta para determinar la canonicidad de los escritos en cuestión fueron:

1. Su origen apostólico. Compuestos por un apóstol o alguien cercano a los apóstoles que garantice la fidelidad a la tradición apostólica.

2. Debían ser conforme a la fe apostólica. La regula fidei.

3. Su aceptación y uso universal en las comunidades.

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