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G.P.I. Carlos Pellegrini | Golf: 100º Interclub | Polo: Novillo Astrada Esgrima: Medalla de Bronce | Ajedrez: Larsen | Squash | Estancias

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JO C K E Y C LU B comisión di r e ct i va

PRESIDENTE Bruno Quintana SECRETARIO GENERAL Alfredo Francisco Cantilo TESORERO Juan de Ganay

COMISIóN DE CARRERAS

COMISIóN DEL INTERIOR

PRESIDENTE Emilio Raúl Dumais

PRESIDENTE Diego Norberto Quirno

SECRETARIO Edgardo A. Garat

SECRETARIO J. Esteban Cornejo Murúa

VOCALES Guillermo M. Alvarez Fourcade Juan Carlos Bagó Horacio Walter Bauer Carlos H. Blaquier Hernán Ceriani Cernadas Juan Carlos Echeverz Bartolomé Luis Mitre

VOCALES Daniel C. L. Funes de Rioja Tomás González Álzaga Diego M. Ibarbia Iván Didimo Posse Molina Marcos F. Roca Julio Sánchez Sorondo Patricio Edmundo Weiss

VOCALES SUPLENTES Carlos María del Carril Miguel Enrique Crotto Roberto Enrique Hornos Alfredo E. Mihura Guillermo Strada

carta del presidente

N

uevamente el Carlos Pellegrini será una carrera solidaria. Esta vez, fieles al espíritu de los fundadores del Club y a una nueva tradición inaugurada en los últimos años, correremos para ayudar, conjuntamente, al Hospital de Clínicas, al Hospital Fernández, al

Hospital de San Isidro y a Fundaleu. Desde su fundación y conforme a normas estatutarias, el Jockey Club siempre dio su apoyo a instituciones de bien público, generando y patrocinando actividades culturales y deportivas en todos sus sectores (Sede Social, Hipódromo, Golf y Campo de Deportes), en forma constante a lo largo de todo el año y de manera sostenida en el tiempo, para contribuir al bienestar de la sociedad. La lista de lo realizado en el área solidaria sería interminable pero, sólo a modo de ejemplo, vale destacar que, en 1959, el Jockey Club donó tierras del Hipódromo de San Isidro a la Municipalidad local, para construir el Hospital Central. Y contribuyó a financiar la obra hasta su habilitación, con aportes económicos y carreras a beneficio. En los años 60 y 70, contribuyó a la construcción del Colegio Sagrado Corazón de Jesús (Boulogne), de la Escuela Nº 180 (en Laguna Blanca, Provincia de Río Negro), de la Sala XXa. del Hospital Rivadavia para el funcionamiento del CEMIC y un pabellón del Hospital Pirovano. También construyó el Hospital Veterinario de San Isidro. En los 80, el Jockey Club dio becas de estudios universitarios a alumnos sin recursos y veteranos de la Guerra de Malvinas. Colaboró en la construcción de la Escuela nº 282 de El Desvío (Provincia de Santiago del Estero), y en la finalización de las obras de la Sede Social de la Asociación Gremial de Profesionales del Tu rf . En los años 2005,2006 y 2007, se re a l i z a ron carreras solidarias para equipar el Hospital Materno Infantil de San Isidro, y a beneficio de Conciencia, Solidagro y de la Fundación del Hospital Fern á ndez. En los dos últimos años, el Club contribuyó también para las obras de restauración de la Catedral de San Isidro . El próximo sábado 15 de Diciembre, se correrá un nuevo Carlos Pellegrini, la carrera más importante del año. Desde estas páginas invitamos a los señores socios y sus familias a disfrutar el Gran Premio, jerarquizando con su presencia esta jornada solidaria.

Bruno Quintana Presidente

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Jockey Club Revista para Socios del Jockey Club

Staff

índice

Director

Alejandro Ramos Mejía colaboran en este numero:

Xavier Prieto Astigarraga Gaston Saiz Roberto D. Muller Fernando Castro Nevares Peter Laurence Santiago Martel Fiona Davis Javier José Puiggari

12 Reunión Anual de la I.F.H.A en París 14 Escuela de Entrenadores 18 Copa Carlos Pellegrini 22 100º Campeonato Argentino Interclubes

Arte Consignas Diseño

28 Polo: Entrevista a Eduardo Novillo

Fotografia

Víctor Alvarez Marcelo Sarachi Archivo Jockey Club

Astrada (h) 32 Campo de Deportes

CORRECTOR

38 Sede Social: Esgrima

Calos Algeri

40 Squash

FOTO DE TAPA

Carreras en el Hipódromo de San Isidro. Foto: Marcelo Sarachi Revista del Jockey Club es una producción de ARM Ediciones. Suipacha 1230 9º B 1011 - Buenos Aires Tel. (011) 4322-5082 [email protected] Impreso en FP Compañia Impresora

42 Ajedrez

estilos 54 Estancia Dos Talas 58 Teresa Gowland

sumario

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Carreras

El Gran Premio internacional Carlos Pellegrini La competencia cúlmine de la hípica argentina llegará a 120 años de existencia a mediados de diciembre, celebrando su 122ª realización, sobre 2.400 metros.Y el Club prepara, como cada temporada, una gran fiesta del turf para ese día. Como es habitual, el espectáculo no desatenderá el costado solidario.

Golf

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Torneo Nacional Interc lubes Seniors de 1ª. División El equipo del Jockey se impuso entre los mayores de 55 años y recuperó el título de la categoría, obtenido en 2005. Recibieron el premio de manos de Roberto de Vicenzo, anfitrión del club que lo tiene como vecino.

Biblioteca

Las invasiones vistas por los invasores A doscientos años años de las invasiones inglesas, un grupo de invalorables libros de nuestra biblioteca muestran la visión que sobre ellas tuvieron sus protagonistas británicos

Reciprocidad

El Casino de Madrid Con notables personalidades como socios, este histórico Club tiene la cualidad de reunir disciplinas tan seductoras como disímiles. En 1993 fue declarado “Monumento de Interés Cultural”, y constituye una atracción para turistas de todo el mundo.

carreras

Gran Premio Internacional Carlos Pellegrini

Los cumplirá feliz La competencia cúlmine de la hípica argentina llegará a 120 años de existencia a mediados de diciembre, celebrando su 122ª realización. Storm Mayor, el vencedor de las dos últimas versiones, ya no está, y los postulantes para sucederlo son varios.

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obre sentir que nada son veinte años hablaba, más bien cantaba, Carlos Gardel en su triste “Volver”. Tal vez sea factible evadir mentalmente un par de décadas; imposible sería eludir esa cantidad de tiempo más un siglo. Así de insoslayable es el Gran Premio Internacional Carlos Pellegrini, que en diciembre cumple nada menos que 120 años. Un acontecimiento de historia bien extensa y trascendente, nacido apenas un lustro después que el club que lo organiza, y que, en rigor, no necesitó completar esos doce decenios para convertirse en el suceso magno de la hípica del hemisferio meridional. Será, la de mediados de diciembre de 2007, la 122ª versión de la carrera, que se efectúa anualmente desde 1887, salvo en 1976, cuando no se realizó, y en 1915 y 1923, cuando se celebró dos veces. Como cada temporada, se organiza una gran fiesta del turf para ese día, el sábado 15, en el cual el Pellegrini (2.400 metros) compartirá cartel, como siempre, con sus hermanos menores —pero también competencias de grupo I—, los grandes premios Joaquín S. de Anchorena (1.600) y Félix de Álzaga Unzué (1.000). Será una jornada de multitudes y eventos especiales en el Hipódromo de San Isidro, propiedad del club que organiza la prueba. ¿Y cuál es ese famoso club? El que fundó aquel hombre que es honrado por la carrera: Jockey Club Argentino. Pero no se trata, el nombre de la competencia, de un acto de vanidad del prócer. Desde su génesis, y por mucho tiempo, se la denominó “Gran Premio Intern a c i onal”, a secas; es desde 1941 que lleva el nombre del ex presidente nacional. O t ro homenaje al “piloto de tormentas” fue el de Storm Mayor, que en 2005 y 2006 consiguió un histórico doblete de triunfos consecutivos. El zaino, que aca-

bó con casi 58 años de éxitos singulares, ya no actúa en el ámbito argentino (aunque quedó trabado su viaje a Emiratos Árabes Unidos por una cuestión aduanera) y así, a los cinco años de edad, abdicará. Por supuesto, varios pre t e n d e n blandir su cetro sentados en su trono. Y, de paso, quedar bien con sus propietarios, consiguiendo los 720.000 pesos destinados al ungido —por propio mérito— nuevo monarca. La cifra no sólo es algo más del doble de la de 2006 (350.000) y constituye un récord para el Pellegrini, sino que también lo convierte en el gran premio más generoso en re-

contribución caritativa, que en este caso beneficiará a, entre otros, los hospitales F e rnández y de San Isidro. La competencia es abierta a todo ejemplar de tres años o mayor, sin restricción de sexo y con carga de peso según la edad (entre 54 y 61 kilos). Con la relatividad de una proyección elaborada un mes y medio antes del acontecimiento, se estima que, entre los principales candidatos, se situará Indio Glorioso, el cabal ganador del Gran Premio Jockey Club, la segunda gema de la Triple Corona. No lejos en la consideración del público debería estar Ilusor, vencedor del

Storm Mayor, ganador de la versión 2005 y 2006.

Gran Premio Polla de Potrillos, apertura de la tríada que completa el Nacional. Aunque el producto de tres años respondió a su engañoso nombre (resultó 10º), siendo favorito en aquel pasto pesado sob re el que se desarrolló el Jockey, había dado, y tiene por dar, mucho más. Una re p resentante del sexo débil —que en el t u rf lo es, claramente— podría ser Arriba Baby, la yegua que arrasó por 12 cuerpos en el Clásico Ignacio E Ignacio F. Correas (2.500) de Palermo. Y es de prever que habrá algunos del exterior, siempre con

compensas de la hípica sudamericana. En total, distribuirá nada menos que 1.200.000 pesos, un número que hasta hace un tiempo hasta habría parecido fuera de contexto para la actividad local. La fabulosa suma no es todo; el Hipód romo celebrará, en un ambiente propio de la década del '30, con desfiles de modelos y pantallas gigantes para seguir las carreras, y no dejará de lado lo que poco a poco va pasando a ser una tradición: la

c i e rtas chances de victoria, como que hubo cuatro foráneos en la foto del festejo en las últimas 14 realizaciones. C l a ro que hay un posible participante especial, un macho local cuya trayectoria bien merece la coronación de un Pellegrini: Latency. Tiene ya seis años el exitoso pingo del corazón en la frente, pero la edad no constituirá un obstáculo; al menos no lo fue para Moloch en 1921, cuando llegó primero a sus siete años, ni para el francés Athos II, que en 1892 se impuso con seis y en 1894 repitió con ¡ocho! Latency es a tal punto virtuoso, que tiene tantos años de edad como consagraciones en pruebas de grupo I, y parece poseer tanto coraje que nada le resultaría inviable. Mientras tanto, el Hipódromo no quiere ser menos que su principal espectáculo, y para una fecha cercana a la del gran premio habrá adquirido el último grupo electrógeno, que le permitirá autoabastecerse en cuanto a iluminación a rtificial de sus pistas y, en el contexto de la crisis energética, no depender de la p rovisión externa. Ese proceso ya está en marcha, mediante la compra y la puesta en marcha de otro grupo que suministra p a rcialmente la electricidad. No es un único pro g reso en cuanto a infraestructura. En el campo 2, en tanto, se trabajó en el reacondicionamiento de la pista 3, la pavimentación de senderos, la sustitución del sistema eléctrico y el levantamiento de guaneros. Se trata de mejoras que ponen a tono al escenario, y al laboratorio de ensayos donde se alistan los actores de la gran obra turfística, con la competencia más i m p o rtante de estos lares. La que está por tener lugar, por primera vez en decenios, sin la existencia del gran Hernán Rodolfo Ceriani Cernadas, el entrepre neur de la hípica argentina, fallecido once meses antes. Es la prueba que tiene por vencedor más famoso al legendario Yatasto, el campeón de 1951 y llamado “el Gardel de las pistas”. Es, en su 120º aniversario, el Gran Premio Carlos Pellegrini. El Gardel de las carreras.

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carreras

Cómo apostar El Hipódromo del Jockey Club de San Isidro, ofrece tres diferentes tipos de apuestas: directas, múltiples o combinadas. En todos los sectores del hipódromo se encuentran ventanillas habilitadas para adquirir las apuestas y para el eventual cobro de boletos. Para jugar a las carreras, los apostadores deben determinar el monto a apostar, el tipo de apuesta y el número de el o los caballos elegidos.

APUESTAS DIRECTAS Ganador Se apuesta sobre un caballo que debe llegar primero en una determinada carrera. Los poseedores de apuestas a ganador cobrarán solo si el caballo elegido gana. Segundo Se apuesta sobre un caballo que debe llegar en segundo lugar o mejor. Una apuesta a segundo gana si el caballo elegido termina ya sea como ganador o como segundo. Lo que otorga al apostador dos chances de cobrar. Tercero Se apuesta sobre un caballo que debe llegar en tercer lugar o mejor. Una apuesta a tercero gana si el caballo elegido termina ganador, segundo o tercero, lo que otorga al apostador tres chances de cobrar

APUESTAS MÚLTIPLES Doble Se deben seleccionar dos caballos en dos carreras consecutivas que deberán llegar en primer lugar.

APUESTAS COMBINADAS Exacta Se deben seleccionar dos caballos en una misma carrera que deberán llegar primero y segundo en orden exacto. Imperfecta Se deben seleccionar dos caballos en una misma carrera que deberán llegar primero y segundo en cualquier orden. Trifecta Se deben seleccionar tres caballos en una misma carrera que deberán llegar primero, segundo y tercero en orden exacto. Cuatrifecta Se deben seleccionar cuatro caballos en una misma carrera que deberán llegar primero, segundo, tercero y cuarto en orden exacto.

Consiste en acertar los ganadores de tres carreras previamente determinadas en el programa oficial. Por ser una apuesta abierta, el vale ganador del 1er pase se deberá canjear durante la venta del 2do pase. Y nuevamente, el vale ganador del 2do pase, se deberá canjear durante la venta del 3er pase. Opcionalmente se podrá ingresar en esta apuesta en el 2do y/ó 3er pase adquiriendo el respectivo "vale de enganche".

Triplo Se deben seleccionar tres caballos que deberán llegar primero en tres carreras señaladas en el programa oficial. Cuaterna Se deben seleccionar cuatro caballos que deberán llegar primero en cuatro carreras consecutivas señaladas en el programa oficial. Triple con canje, enganche y placé

Cadena Se deben seleccionar seis caballos que deberán llegar primeros en seis carreras señaladas en el programa oficial. En el caso de retirarse un competidor, pasa al favorito de la apuesta a ganador.

EL MARCADOR BANDERA ROJA: Indica la orden para largar y permanece en alto hasta que el marcador pasa a ser definitivo. BANDERA VERDE: Indica que, a simple vista, el juez de raya no pudo determinar cuál de dos o más competidores resultó ganador de alguno de los puestos. BANDERA AMARILLA: Indica un reclamo de uno o varios jockeys contra uno o varios de sus compañeros por molestias.

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Distanciamiento

Empate

Ventaja mínima

Hocico

Media cabeza

Cabeza

Medio pescuezo

Pescuezo

Medio cuerpo

Tres cuartos cuerpo

Un cuerpo

Un cuerpo y medio

Dos cuerpos

Dos cuerpos y medio

Tres cuerpos

Tres cuerpos y medio

Cuatro cuerpos

Cuatro cuerpos y medio

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carreras

La reunión anual de I. F. H. A. en París

América del Sur también existe Bruno Quintana, Presidente del Club y de la Organización Sudamericana de Fomento del Sangre Pura de Carrera (O.S.A.F.), expuso en Francia la importancia de la hípica regional en el contexto del turf mundial.

l Presidente del Jockey Club Argentino, de la Asociación Latinoamericana de Jockey Clubes e Hipódromos y de la Org anización Sudamericana de Fomento del Sangre Pura de Carrera (O. S. A. F.) tomó la palabra en la sede de France Galop, la institución rectora del turf en Las Galias y habló en inglés. Un acto de cortesía con el auditorio ya que, habiendo traducciones por intermedio de auriculares, pudo prescindir del gesto. El directivo, además, aprovechó la ocasión para presentar un video, realizado en el mismo idioma, acerca del origen, la actualidad y la relevancia del turf de América del Sur. Fue en ocasión de la 41ª Conferencia Internacio-

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cesa el papel que cumple Sudamérica en el concierto mundial del turf. Esa función, de acuerdo con lo expuesto durante la proyección, es la de suministrar materia prima de calidad al universo hípico. “América del Sur, cuna de campeones y proveedora de grandes caballos de carrera para todos los merc a d o s consumidores del mundo, con criadores que cuentan con recursos humanos y tecnológicos que están a la altura de los más avanzados, tiene un bien definido perfil productor y proveedor, que afronta con responsabilidad y entrega. Ése es su destino, y la calidad de sus caballos, un motivo de inocultable orgullo”, exaltó el video, muy aplaudido al concluir la proyección. Las imágenes presentaron un panorama de la actividad en la región, incluyendo su historia. “Todo es a uso y semejanza de Europa, tanto en lo edilicio como en lo organizativo y lo reglamen-

Bruno Quintana, presidente del Jockey Club con Louis Romanet, el presidente de France Galop y de la Federacion Internacional de autoridades Hipicas

nal de la Federación Internacional de Autoridades Hípicas (I. F. H. A.), un encuent ro anual celebrado en París, en el que se analiza la realidad de la hípica mundial. Ante representantes de 56 países, el titular del Club destacó en la capital fran-

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tario. Nace así, hacia finales del siglo XIX, el turf, organizado, en muchos países, por el esfuerzo de los Jockey Clubs, entre ellos el Argentino”, subrayó el trabajo audiovisual. Quintana acudió a la cita con un discurso tan realista como convincente. No escondió que, en la región, se apuestan anualmente unos 400.000.000 de dólares (una cifra que en Hong Kong se recauda en apenas cuatro días), que equivale a un tercio de lo que costará la construcción del hipódromo Meydan, en Emiratos Árabes Unidos, y que es exigua en re l a-

ción con el dinero jugado cada año en todo el orbe: 86.000.000.000 de euros. Sin embargo, Quintana destacó que América del Sur, que lucha por un trato legal igualitario en la competencia con los juegos de azar, es un generador de magníficos ejemplares, competencias, entrenadores y jockeys. Y recordó a Invasor, el mejor caballo de carreras del mundo en 2006, nacido y criado en Argentina, y preparado en Uruguay, antes de deslumbrar en Estados Unidos y en Dubai. También mencionó a Bayakoa, Paseana y Candy Ride, otros cracks argentinos, y a destacados ejemplares de naciones vecinas. De los números mencionados en la reunión, surge que la región origina 0,4% del total anual de apuestas mundiales, pero la pro p o rción mejora mucho cuando se trata del contenido de este deporte-industria y no del dinero: alre d edor de 16.000 nacimientos por tempora-

da sobre unos 118.000 mundiales, un 13,4% (7.200 son argentinos, un 6,1%); 25.000 carreras sobre 159.000, un 15,7%; 30.000 caballos corre d o res; 25.000 propietarios, 3.100 entrenadores; 250.000 personas empleadas por la actividad, que da trabajo directo o indirecto a siete individuos por cada ejemplar que alcanza alto rendimiento. La conferencia se planteó un objetivo general: que la hípica resulte competitiva frente a deportes de difusión masiva. Pero, aún para quienes ven en esta posibilidad una cuestión meramente comercial, Sudamérica tenía algo por decir: por sus facilidades naturales, la relación entre costos y premios es excelente. Apunte que, por cierto, bien podría sonar a invitación para invertir en la actividad regional. La cita internacional de autoridades hípicas se realizó en ocasión del renombrado Gran Premio Arco de Triun-

fo, la prueba más trascendente del Viejo Continente, que doce meses atrás tuvo más de 60.000 espectadores y superó los 50.000.000 de euros en apuestas. Un resumen exacto de la comparación entre Europa y América del Sur: no hubo más tradición (86 años, contra 120 del Internacional Carlos Pellegrini), ni más público que en las grandes carreras de estos lares, pero sí mucho más dinero en juego. A propósito, la reunión en el hipódromo de Longchamps arrojó el triunfo de Río de la Plata en el Gran Criterium. El producto, de 2 años, más allá de su nombre criollo, es estadounidense. Pero su madre, Express Way, pese a su nombre inglés, es argentina y había sido vendida por apro x i m a d a m e n t e 1.000.000 de dólares. Casi como sin quererlo, una oportuna y acabada síntesis fáctica de la exposiX.P.A. ción de Quintana en París.

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La Escuela de Entrenadores del Jockey Club

Transfusión de experiencia El éxito de un caballo de turf depende de varios factores. Uno de los principales es el trabajo de su entrenador, que es mucho más que un alistador de purasangres. Es un actor hípico de compleja tarea, que requiere de muchos conocimientos técnicos y organización. Atendiendo a su misión, el club reabrió los cursos con los que, en seis meses, enseña gratuitamente esta ocupación.

ace cuarenta años (o quizá menos), se tenía el concepto que los directores técnicos de fútbol no eran mucho más que ex jugadores, que ponían en estado físico (no necesariamente muy bueno) a sus dirigidos, les daban algunas instrucciones tácticas y los mandaban a la cancha, con alguna arenga anímica previa. Algo de eso había, pero en los últimos quince años la hipertelevisación del fútbol y de sus quehaceres colaterales, causó dos efectos en contrario: por un lado, llevó al público una imagen más compleja de los entrenadores, mostrando los pormenores de su actividad. Y, por otro, los obligó a especializarse, a estar al día, a reducir cada vez más los niveles de improvisación. Una visita a la Escuela de Entrenadores que funciona en el Hipódromo de San Isidro puede generar exactamente la misma impresión y el mismo contraste con el prejuicio: los preparadores de caballos de carrera son hombres que se ocupan mucho más que del estado atlético de sus pupilos, y la instrucción académica los hace más sapientes y capaces. Hablando de prejuicios: los entrenadores no son todos hombres; también hay mujeres. “ J e r a rquizar las profesiones de jockey y entrenador mediante el conocimiento” es uno de los objetivos del Jockey Club, según lo declara Carlos Alberto Carabajal, director y docente de la Escuela de Entre n a d o res, situada en el edificio de la tribuna de profesionales (la Academia de Pilotos se ubica en el campo 2).

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Las tareas en entrenamiento, se programan día por día

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“Hay muchos entrenadores que no saben de estos temas”

El curso dura seis meses, entre m a rzo y septiembre de cada año, es gratuito y está abierto a caballerizos, capataces, asistentes de entre n a d o re s , ex jockeys e hijos de entre n a d o re s . Contiene 106 horas de cátedra —cuat ro por semana— y contempla exámenes parciales y uno final. En rigor, la escuela no es nueva. Funcionó hasta el año 1984; tras un paréntesis que llegó a cumplir la mayoría de edad, volvió a ver la luz en agosto del 2006, por una iniciativa del fallecido Jorge Iglesias, ex Gerente del Hipód romo. Veinte alumnos se inscribiero n en la temporada de re a p e rtura, de los cuales egre s a ron quince. En el segundo año, los anotados fueron cinco, y term i n a ron dos. Carabajal, quien además de entrenador se recibió de veterinario, es un hombre de turf que, antes de contraer matrimonio, advirtió a su novia: “Yo me casé primero con los caballos”. Una muestra del apasionamiento que debe poseer un preparador, sin el cual no puede llevar adelante una ocupación sacrificada. “Hay que levantarse a las cinco de la mañana, porque la pista se abre a las 6.30. Cuando se llega a la caballeriza, hay que averiguar si los caballos comieron bien, si descansaron bien, si todo está en orden. Es necesario estar siempre pendiente de ellos. Incluso, uno se va a la cama pensando en qué carrera conviene anotar a determinado potrillo. A veces, el trabajo provoca ausencia a reuniones de

Tres egresados del curso de Entrenadores valoran haber adquirido un conocimiento más científico, desde los métodos de preparación hasta la sanidad. Carlos Carabajal, el director de la Escuela, es padre de nueve hijos: siete mujeres y dos varones, y en su familia se habla de equinos hasta en la mesa. Incluso, dos de sus hijas están vinculadas con el mundo de las carreras: Lucrecia, de 27 años, es jocketta desde hace tiempo, y Cristina, de 25, ya terminó el curso de entrenadora. “Vivir en una familia de turf brinda muchos conocimientos, que no cualquiera tiene. Pero en la Escuela me interioricé de veterinaria, primeros auxilios, métodos de entrenamiento, anatomía. Hay muchos entrenadores que no saben de esos temas”, cuenta la profesora de educación física y de natación, que espera en el futuro “ser una buena entrenadora para la larga distancia, aunque acá no se corre a menudo, porque hay muchas más carreras de 1000 metros”. Esperanzas parecidas tienen otros egresados, Juan Sebastián Maldotti y Nicolás Gaitán Dassié, hijos, respectivamente, de Juan Carlos y Alfredo, dos prestigiosos entrenadores. “En mi caso, este camino empezó con mi bisabuelo (Juan), y siguió con mi abuelo (Juan Alberto) y con mi papá. Estando siempre en el stud, esto se convierte en una suerte de pasión. El curso fue muy bueno, aprendimos mucho. Sirvió para ampliar el conocimiento general sobre los caballos, nos dio un saber más científico. Espero dar continuidad a mi apellido en la profesión”, señala Juan Sebastián, de 22 años. Nicolás, de 19, expresa: “La experiencia fue muy linda y de gran ayuda. Estoy desde muy chico con mi papá al lado de los caballos, y hay cosas que yo creía tener bien aprendidas, pero me di cuenta de que no era así, y que siempre hay más por saber. Me interesó mucho el tema de los defectos de los caballos y el de la sanidad. Me gustan más los caballos de mediana o larga, las distancias de las carreras importantes de la hípica mundial. Ojalá algún día pueda entrenar para un haras de los grandes”.

El Dr. Carlos Carabajal, director de la Escuela de Entrenadores

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padres”, apunta. “Es una actividad que puede atentar contra la integridad de la familia”, agrega, mitad en bro m a , mitad en serio. En la Escuela se enseña, entre otras cosas, que el caballo, ante una competencia, tiene adrenalina positiva (con actitud desafiante) o negativa (con temor); que la distancia que corre el animal depende de su capacidad de incorporar oxígeno (aerobismo) después de la explosión anaeróbica del comienzo de la carrera, y que el entrenador debe administrar esa precocidad o esa abulia; que de un velocista se puede hacer un fondista, pero no lo contrario; que, tras la doma, el ejemplar es entre g a d o al preparador a los dos años de edad y que no debe empezar a correr antes de cumplir seis meses de entrenamiento; que la furosemida y la fenilbutazona — ésta, sólo desde cierta edad— son los únicos medicamentos autorizados, y se indica las acciones por ejecutar en caso de urgencia, hasta que llegue el veterinario; que el entrenador es un asesor del adquirente de un sangre pura de carrera, en cuanto a conformación y pedigre e.

de izq. a der: Los alumnos Cristina Carabajal, Nicolás Gaitán, Juan S. Maldotti y Alejandro Luna

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Algunos requisitos Una de las transparencias ilustrativas que se proyectan, con las que Carabajal enseña a sus alumnos, habla de las condiciones necesarias para desempeñarse como entrenador. Entre ellas, figuran la importancia de ser: • Observador: para detectar todo cambio o circunstancia que afecte la vida o el entrenamiento de su caballo. • Pensante: para prever las necesidades cuya cobertura favorecerá su buen desempeño. • Creativo: para saber rectificarse a tiempo en un programa que no hace progresar a su entrenado. • Intuitivo: para presentir los riesgos o necesidades del animal. • Sensible: para sentir los padecimientos del caballo. • Constante: para no producir vacíos o ausencias en la preparación. • Organizado: para programar las tareas día por día. • Paciente: para tener la capacidad de poder ver “el árbol y el fruto” al mismo tiempo.

Y así como el coach de un equipo profesional de fútbol se encarga de las cuestiones físicas, tácticas, técnicas,

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organizativas, la administración de energías, el pedido de incorporaciones a los directivos, la planificación de pretemporadas y el manejo de estados de ánimo, el preparador de caballos de t u rf debe interactuar con muchos otro s

a c t o res de la actividad: el peón (el verdadero “cuidador”, aunque esta palabra sea usada para designar al entrenador), el capataz, el sereno, el galopador, el jockey, el veterinario, el herr a d o r, el forr a j e ro, el viru t e ro, la farmacia, los laboratorios, la talabart e r í a , el contador. Y, además, ocuparse de las inscripciones, los forf a i t s, las medicaciones, las programaciones y las presentaciones. Del mismo modo que, con el tiempo, los conductores de planteles futbolísticos justificaron su denominación de “directores técnicos”, bien se podría ya llamar así a los “entrenadores”, “preparadores” o “cuidadores” de purasangres. Sobre todo, si aprendieron la complejidad de su tarea cursando en la Escuela del Hipódromo. ¿Futura “escuela de directores técnicos de caballos de carrera”? No sería una mala denominación. X.P.A.

golf

COPAS CARLOS PELLEGRINI Y SANTIAGO LURO

Luego de caer los dos últimos años en las semifinales, Gastón Morgan, de 19 años, logró su primera Copa del Club tras vencer a Juan De Bary por 5 y 4. En la Copa Santiago Luro también se multiplicaron las emociones.

Y el sueño se concretó

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e mantuvo al acecho durante dos años y esperó su oportunidad, hasta que la tercera fue la vencida: Gastón Morgan se consagró en la Copa Carlos Pellegrini, tras vencer a Juan De Bary por 5 y 4 en el match play final a 36 hoyos. De esta manera, concretó su faena en la cita más importante del Club, tras dos intentos fallidos en 2005 y 2006, años en los que había caído en las semifinales. Faltó el marco habitual de público que convoca una definición de estas características, pero sucedió que, el último duelo en la Colorada, coincidió en la fecha con el encuentro River-Boca y el partido entre Los Pumas y Escocia, por el

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Mundial de Rugby. De todas maneras, el calor provino desde las entrañas mismas del trazado, donde ambos sostuvieron una pulseada que fue incrementando su interés hacia la tarde, con algunos golpes de gran nivel. “Ganar la (Copa) Carlos Pellegrini es un objetivo que me había propuesto desde muy chico, porque es lo máximo que se puede aspirar en el calendario interno, y es un torneo muy divertido para jugar. No hay nada más lindo que ver tu nombre grabado en la copa”, contó Gastón, quien, pese a sus 19 años, entabló ya un largo vínculo con el golf. Tuvo como primer modelo de jugador a su padre, Enrique, y de a poco fue abriendo puertas por sus

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propios méritos. A los 15 años ganó la Copa Juárez Celman, un título que lo marcó, y luego empezó a participar en torneos nacionales. Por aquella época, ingresó de lleno en el golf debido a una lesión en la rodilla izquierda, que le impidió continuar practicando deportes de contacto, como el fútbol y el rugby, dos de sus pasiones. “Después, supe que debía resignar un montón de cosas para dedicarme a full, y sentirme de igual a igual con los chicos del interior en las competencias nacionales. Por eso es que volví a tomar al golf como un h o b b i e”, relató.

El ganador de la Copa Carlos Pellegrini, Gastón Morgan

En el match final jugado el 7 de octub re, Gastón mostró esos bríos que le dieron, por fin, su propio desquite. Al mediodía, al cabo de los primeros 18 hoyos, M o rgan ya se había colocado 4 arriba. Justamente en el capítulo 18 embocó un muy buen putt que le otorgó esa ventaja, mientras que De Bary no lograba atenuar sus vacilaciones: “Tuve una mala mañana. Simplemente arranqué jugando mal y, en vez de frenar y focalizarme en la concentración, me enceguecí y no pude rendir. El golf es así; uno tiene días malos”, dijo el finalista. En los últimos 18 hoyos fue evidente la mejoría de De Bary, aunque al mismo tiempo Morgan se mostró más sólido y p reciso. Concluido el recorrido de ida (hoyo 27), la diferencia seguía siendo de 4 arriba a favor del campeón. Y en el hoyo 29 se fijó otro punto de inflexión, ya que Morgan llegó con dos tiros al green de ese par 5, luego de un gran golpe con un híbrido. Ese momento de inspiración y la obtención del hoyo, terminaron diluyendo las últimas esperanzas de Juan, de 31 años: “Es cierto que me sentí mucho más despejado después del mediodía, para el segundo tramo —admitió—. Aunque Gastón conservó todo lo bueno que había realizado por la mañana y no hubo

f o rma de alcanzarlo. Lo más importante es que él mereció la victoria, porque, además de ser buen golfista, se comportó muy bien en todo momento”. La aventura de De Bary concluyó allí, p e ro antes del arribo a la final había dejado en el camino a Ignacio Giménez Zapiola (hoyo 19), Hernán Dubourg (3 y 1) y Santiago Beláustegui (2 y 1), éstos últimos campeón y subcampeón, respectivamente, en 2006. Lejos de sentir la derrota en la final como una frustración, De B a ry no quiere perderse la versión 2008 de la Copa Carlos Pellegrini. En cuanto a Morgan, su recorrido ha-

Arriba: Eduardo Casaux Alsina Abajo: Juan de la Tour (h)

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cia la corona también estuvo cargado de victorias resonantes en los matches mano a mano, después de disputar una clasificación que no le había dejado una sensación de confianza total en su juego. En octavos de final dio cuenta de Agustín Hope, a quien superó por 2 y 1, luego de marchar 2 abajo en la ida. En cuartos, venció a Manuel Vidal Alemán por 1 a rriba en el 18, mientras que en las semifinales eliminó a Agustín Sánchez Sorondo por 6 y 5. Para explicar la principal clave de su conquista, Gastón tuvo una certeza: “Gané el torneo gracias al putter. Hubo hoyos en que resultó decisivo embocar en el green y por suerte no me equivoqué. Lo único que lamenté fue no haber podido ver el superclásico y el partido de Los Pumas, pero así lo indicó el almanaque”. Los enfrentamientos finales de la Copa Santiago Luro en las distintas categorías, también entregaron momentos de emoción. En la de 0-9, Eduardo Casaux Alsina derrotó por 5 y 4 a Marcelo SaintJean. Según el campeón, su consagración estuvo teñida de situaciones sorpresivas. Por lo pronto, se clasificó para actuar en esta categoría tras un segundo s o rteo, por la baja de un jugador. Luego, a propósito de su partido de octavos de final, su rival Hugo Papini jugó primero con pelota equivocada en el hoyo 18 y, tras la penalización, quedaron igualados en el marcador. Hasta que en el hoyo 19, E d u a rdo terminó imponiéndose con un bogey contra doble bogey de Papini. Es más: en las semifinales contra Jaime Hope estuvo peleando siempre desde abajo en el resultado, hasta el hoyo 18 — donde lo alcanzó—, y terminó resolviéndolo en el 20, con un birdie tras concretar un putt de 20 centímetros. Y en la final ante Saint-Jean, el propio Casaux Alsina relató otro episodio que terminó sirviéndole de disparador: “En el hoyo 1 pegué un drive a la izquierda, que cayó en medio de los árboles del hoyo 18. Se suponía que Marcelo me debía ganar fácil ese primer hoyo, porque yo estaba muy mal ubicado. Pero desde allí ejecuté un tiro muy bueno, que me ayudó a lograr el par,

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mientras que él se fue con doble bogey. No sé por qué, pero estaba visto que yo tenía que ganar la Luro”, bromeó Eduardo. En la de 10-13, Juan De La Tour superó ajustadamente a Alberto Loizaga en el hoyo 19. Nunca hubo más de un hoyo de d i f e rencia, a lo largo de los 18 capítulos, y el dominio cambió de mando una y otra vez. Al tee del hoyo final, Juan se ubicaba 1 arriba, pero Loizaga la dejó dada para birdie —pelota que fue concedida— y prolongaron el suspenso en el desempate del hoyo 1. Loizaga venía con el envión de aquel empate agónico, aunque su esfuerzo se echó a perder con una mala salida, que obligó a sacar la pelota a buena a más de 250 yardas del green. A continuación, De La Tour no tomó riesgos y pegó un drive al medio que lo encaminó hacia el éxito definitivo. “Esa falla de Alb e rto en el hoyo 19 me dio la tranquilidad suficiente como para encarrilar la situación. La verdad es que todo el match venía siendo bastante estresante. Estoy feliz porque es la primera vez que gano en la Santiago Luro. Ahora aspiro jugar en la categoría de 0-9 y clasificarme para los matches finales”, se ilusionó Juan, con proyección a un año. En la franja de 14-17, Iván Reynal Correa aventajó con comodidad (5 y 4) a Martín Berardi, pero las presunciones a priori eran otras, según el ganador: “Sinceramente, me tenía cero fe —reveló—. Aunque, cuando derroté en los cuartos de final a Alejandro Lagos Mármol, quien había sido el ganador de la clasificación, encontré el impulso que necesitaba y un motivo muy válido para atrapar el título”. Su panorama en la final se despejó enseguida, ya que en el hoyo 4 ya estaba t res arriba. Luego perdió los hoyos 6 y 7, y sólo quedó 1 arriba en el hoyo 8, donde experimentó ese clic tan necesario para ganar. “Ensayé una sacada de bunker tras un segundo intento desde la arena y la dejé dada. Eso significó el empate en ese hoyo ante Martín —ambos firmaron b o g e y—. Si perdía el 8 me moría, porque implicaba que me igualase en el marcador. Por suerte, después se me hizo todo más fácil”, admitió Iván, que suplió su

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Torneo Oficial Copa “Carlos Pellegrini” (Campeonato del Club) Final a 36 hoyos Domingo 7 de Octubre de 2007 Ganador K.O.: Gastón Morgan 5/4 Finalista: Juan De Bary Copa “Santiago Luro” Final a 18 hoyos Domingo 7 de Octubre de 2007 Categoria 0 a 9 Ganador K.O.: E. Casaux Alsina 5/4 Finalista: Marcelo Saint Jean Categoria 10 a 13 Ganador K.O.: Juan De la Tour h. 19 Finalista: Alberto Loizaga Categoria 14 a 17 Ganador K.O.: Iván Reynal Correa 5/4 Finalista: Martín Berardi Categoria 18 a 24 Ganador K.O.: Ignacio Peña hoyo 19 Finalista: Lucas Alvarez Bayon Categoria 25 a 36 Ganador K.O.: Francisco Peró 1 up Finalista: Pablo Zavaleta

habitual déficit en el g reen con un efectivo rendimiento en ese rubro: “El putter suele ser mi punto débil, pero esta vez metí todo desde dos metros o menos de distancia”. Respecto de la categoría 18-24, Ignacio Peña estableció una contienda sin desmayos ante Lucas Alvarez Bayón, a quien terminó derrotando en el hoyo 19, después de un doble bogey contra triple b o g e y. “No hubo muchas diferencias, el match estuvo siempre para cualquiera de los dos”, expuso Peña, quien, en su

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primera participación en la Santiago Luro, se dio el gusto de alzar el trofeo. Alvarez Bayón logró empatar el marcador en el hoyo 17 y el equilibrio se mantuvo en el 18. En el 19 llegó la hora de la verdad: “El tiro del día fue ese último putt de un m e t ro y medio que me quedó para definir el m a t c h.Fue importante, porque implicó dar por cerrado el pleito después de un desarrollo muy estresante”, manifestó Ignacio, de 50 años y con 21 de handicap. La última de las categorías (25-36) se la adjudicó Francisco Peró, vencedor de Pablo Zavaleta por 1 arriba. Teniendo en cuenta que estuvo 3 abajo al hoyo 13, la recuperación del ganador resultó formidable, ya que se impuso en los hoyos 15, 16, 17 y 18 y ahí mismo se aseguró el m a t c h. “Esa seguidilla no tuvo tanto que

A la izquierda: Ignacio Peña. A la derecha arriba: Iván Reynal Correa, abajo Francisco Peró.

ver con mi juego, sino con mi tenacidad —explicó—, ya que nunca me entrego. Pablo es un gran jugador y actúa en torneos mucho más asiduamente que yo; p e ro lo que tengo a mi favor es que soy persistente”. Para Francisco se trató de su debut en la Santiago Luro y en un match play: “Me encantó este formato. Quiero seguir probándome, porque me p a reció apasionante”, se desafió. Gastón Saiz

golf

El 100º Cam peonato Argentino Interc lubes

Anfitriones del Centenario El equipo del Club, integrado por Agustín Hope, Diego Hernández, Gastón Morgan, Juan Ignacio Bialet y Manuel Vidal Alemán, finalizó tercero. Festejó el Córdoba Golf Club

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sí como en 2005 el Jockey Club recibió el Torneo Centenario del Abierto de la República, este año tuvo el orgullo de ser el anfitrión del 100º Campeonato Argentino Interclubes de Primera División de la Asociación Argentina de Golf (AAG), donde finalizó tercero, detrás del Córdoba Golf Club y el Jockey Club de Rosario. Nuestra entidad forma parte de la galería de grandes campeones de este tradicional certamen para aficionados, ya que se impuso en nueve oportunidades en la historia: 1944, 1950, 1963, 1967, 1968, 1973, 1975, 1990 y 1997. También triunfó en la cita de 1958, bajo el nombre de Campos Argentinos de Golf. De izq. a der.: Hernán Cruz Dubourg, Hernán Pisarenko, Gastón Morgan, Agustín Hope, Juan Ignacio Bialet, Diego Hernández, Manuel Vidal Alemán, Andres Cusi (Capitan no jugador)

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En la presente ocasión, del 11 al 14 de octubre pasados, el Campeonato Interclubes de la categoría Primera midió fuerzas entre nueve entidades bajo el formato match play. El equipo, conformado por Agustín Hope, Diego Hernández, Gastón Morgan, Juan Ignacio Bialet y Manuel Vidal Alemán, empató 5-5 ante el Córdoba Golf Club, y consiguió un contundente 8-2 frente al Golf Club Argentino, en los dos matchs de la jornada inaugural. En la pulseada con los cordobeses, Hernández y Vidal Alemán ganaron sus respectivos partidos por uno arr i b a , mientras que Bialet igualó con Federico C a b rera, hijo del campeón del US Open. Distinto desarrollo se produjo ante el Argentino, porque la superioridad del Club quedó de manifiesto con los éxitos de Hope (uno arriba), Hernández (4 y 2), Morgan (uno arriba) y Bialet (3 y 1).

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Hasta la primera jornada, el Jockey Club de Rosario encabezaba la tabla en soledad, con cuatro puntos grandes, uno de distancia respecto del Club. Debido a la lluvia, el viernes 12 de octubre no se pudo cumplir el fixture, y al día siguiente todo se hizo cuesta arriba: empate 5-5 ante el Jockey Club de Rosario (Vidal Alemán terminó mano a mano con Fernando Chiesa, uno de los mejores aficionados argentinos de la historia) y derrota vs. el San Andrés Golf Club por 6-4, con lo que el Club se retrasó a tres puntos de los líderes, el Córdoba Golf Club y los rosarinos. El domingo 14, en el día de la definición, la jornada se volvió extenuante, ya que hubo acción desde las siete de la mañana hasta las diecinueve, para re c u p erar la rueda de retraso por las condiciones climáticas imperantes el viernes 12. El Jockey Club mostró buenos indicios de recuperación, con el triunfo sob re el Club de Campo de Mendoza (6-2) y el empate con Rosario Golf Club (4-4). En los últimos dos compromisos, surg i eron nuevas sonrisas ante el Olivos Golf Club (6-2) y una igualdad 4-4 frente a Tandil Golf Club, que aseguraron un lugar en el podio con un total de 10 puntos grandes, resultado de tres duelos ganados, cuatro empatados y uno perdido. En lo más alto, festejaron Federico Cabrera, Germán Tagle, Franco Barrera y Jorge Fernández Valdes, que le d i e ron al Córdoba Golf Club la cuart a coronación en esta prestigiosa cita G.S. amateur.

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Torneo Interclubes Senior de Primera División

Un grito en el Ranelagh El equipo del Jockey Club, integrado por Diego Hermida, Martín Pelayo, Eduardo Casaux Alsina, Carlos Soler y Emilio Bazet, se impuso entre los mayores de 55 años y recuperó el título de la categoría, obtenido en 2005. l Jockey Club acaparó felicitaciones y elogios por la consagración en el Torneo Nacional I n t e rclubes Seniors de Primera División, que se realizó el 7 y 8 de sept i e m b re en el Ranelagh Golf Club. Para Diego Hermida, Martín Pelayo, Eduardo Casaux Alsina, Carlos Soler y Emilio Bazet, integrantes del equipo, significó un orgullo haber recuperado el título obtenido en 2005, con el valor extra de re c ibir el trofeo de manos de Roberto De Vicenzo, el mejor golfista argentino de todos los tiempos, y anfitrión del club que lo tiene como vecino. El viernes 7 se desarrolló la clasificación medal play, en la que se eligieron las tres mejores tarjetas de cada conjunto, luego de 18 hoyos. Entre los seis clubes participantes en la categoría, avanzaron a la definición el Jockey, el Argentino y CUBA, que el sábado 8 midieron fuerzas bajo el formato match play. Las otras t res entidades quedaron postergadas a la lucha por evitar el descenso. La primera jornada resultó reñida pero, en el momento decisivo, coincidió la inspiración de los cuatro jugadores del Jockey Club, que terminaron imponiéndose en la tradicional competencia para mayores de 55 años. “A esta edad, la condición física de los j u g a d o res es un factor preponderante. Quienes se mantienen bien pueden aguantar dos, tres o cuatro días jugando sin problemas. Otros, en cambio, están más ‘abandonados’, aunque todos poseen un buen juego. Hay que recordar

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El equipo del Jockey con Roberto de Vicenzo; de izq. a derecha: Carlos Soler, Eduardo Casaux Alsina, Diego Hermida y Martín Pelayo

que, en este torneo, actuaron varios ex campeones nacionales, como Manuel Tagle (Córdoba Golf Club)”, apuntó Diego Hermida, quien representó por primera vez al Jockey Club en esta cita, ya que antes lo hacía para La Cumbre Golf Club, al igual que su amigo Emilio Bazet. Justamente Bazet se erigió como una pieza clave durante la clasificación del viernes 7, y su score facilitó el salto d i recto hacia los enfrentamientos match play. Bazet no participó de los últimos

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duelos del sábado 8 de septiembre y, en su reemplazo, estuvo Martín Pelayo, quien, con ésta, acumula tres coronaciones en Interclubes Seniors (2004, 2005 y 2007) de los seis que jugó. “Todos los triunfos tienen un sabor especial: el de 2004, por haber sido el primero; el del año siguiente por haber repetido; y en esta ocasión, por haber recuperado el primer puesto”, comentó Pelayo. Respecto de cómo se palpita esta clase de certámenes, reveló: “Siempre se viven con tensión, porque todos los hoyos cuentan. Primero se define por puntos grandes; es decir, cuando un equi-

po le gana a otro. Pero en caso de un empate en el primer puesto, entran en juego los puntos chicos, donde cada capítulo cobra valor”. Finalizada la jornada del viernes 7 de septiembre, Eduardo Casaux Alsina era el más confiado en una hipotética victoria del Jockey Club, y les propuso una idea a sus compañeros, mezcla de cábala y convicción: jugar el último día uniformados con prendas similares. La vestimenta consistió en riguroso pantalón beige y remera blanca con el logo del Club. “El sábado, como fui el primero en terminar, me quedé a la espera de los resultados de mis compañeros y, lógicamente, sentía nervios. Por suerte, todo terminó de la mejor manera, ante contrincantes de primerísimo nivel”, afirmó Casaux Alsina. Carlos Soler, el quinto integrante, describió en sus reflexiones las exigen-

cias de la cancha y del torneo: “En Ranelagh nos encontramos con greens complicados, muy duros, de pelo y contrapelo. Son certámenes en los que experimentás una enorme adrenalina, porque tenés cuatro cargas: jugás contra el campo, contra dos personas, en defensa del honor del Club y el de tus compañeros”. Luego de la lucha golfística, que entablaron sin concesiones durante dos

días, estos batalladores compartieron recuerdos y anécdotas con sus viejos amigos, rivales en el house de la entidad anfitriona. Allí animaron una suerte de “hoyo 19” los 150 veteranos, entre representantes de primera división, intermedia, segunda, tercera y cuarta. Fue el tiempo para que el Jockey Club hiciera su íntimo brindis final por el G.S. nuevo logro.

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Abierto del Jockey Club

Pasado por agua El gran torneo anual del Jockey Club, esta vez ni siquiera pudo comenzar. Las copiosas lluvias frustraron la promesa de una destacada versión del certamen sanisidrense, con la participación de ocho conjuntos de 29 a 34 goles de handicap, y figuras importantes, como Adolfo Cambiaso. e dijo una y mil veces: la lluvia es la gran enemiga del polo. Como, por seguridad, impide jugar, cuando aparece en plena temporada, obliga a re p rogramar partidos. Y, si se repite demasiado, hasta puede dejar sin definición un torneo. Incluso, puede originar algo peor: obligar a cancelar toda la competencia. El percance lo padeció este año el Campeonato Abierto del Jockey Club.

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El que prometía constituirse en un certamen de gran calidad, con ocho equipos de entre 29 y 34 goles de handicap, y un promedio de 31 tantos, iba en camino de convertirse en el cuarto más poderoso del planeta, no muy distante (en cuanto al nivel) de la Triple Corona argentina, la tríada de pruebas más jerarquizada en el mundo del polo. El agua caída del cielo, lejos de ser un maná, dejó a los aficionados sin la posibi-

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Imagenes de lo que no pudo ser y que esperamos ver el próximo año.

lidad de un gran espectáculo, porque no hubo margen para efectuar el Abierto antes de que comenzara el de Tortugas, p r i m e ro de los tres grandes torneos. Un signo de la categoría de la competencia lo marcaban la cantidad y el tenor de sus auspiciantes: Kia Motors (se iba a jugar por la copa homónima), Bodegas

Chandon, Medicus, Rolex, La Martina, Vogue Latinoamérica, Municipalidad de San Isidro y American Express. Reunir tantas entidades prestigiosas es factible cuando se cuenta con notables figuras: Adolfo Cambiaso, Agustín Merlos, Gonzalo Pieres (hijo), Bartolomé Castagnola e Ignacio Novillo Astrada. Cinco de los diez polistas de 10 goles que existen en el país, iban a ser de la partida, entre muchos otros grandes jugadores. Además, habían asegurado su participación siete extranjeros: un inglés, un australiano, un canadiense, un italiano, dos brasileños y un chileno. La preparación para la Triple Corona, las excelentes canchas del Jockey y el interés cada vez mayor de los patrones foráneos por actuar en el ámbito criollo, fueron los atractivos que permitieron reunir tamaña jerarquía polística, al menos en las anotaciones. “Al mal tiempo, buena cara”, afirmó en la presentación del torneo, realizada en el salón Anasagasti de la sede de Alvear y Cerrito, Guillermo Álvarez Fourcade, capitán de polo del club. “El año pasado tuvimos el apoyo de la familia Pieres. Sabíamos que este año sería difícil superar el último certamen, pero tenemos una gran satisfacción por la calidad que reunimos en este campeonato”, expresó el escribano, recordando la realización de 2006, cuando el retornado Gonzalo Pieres y sus tres hijos varones alzaron el trofeo. Juan Martín Nero, de 9 tantos y can-

tado 10 futuro, apuntó que “uno viene de jugar mucho afuera, y el Jockey, un torneo con tanto nivel y con excelentes canchas, es muy bueno como para empezar la temporada argentina”. Otro grande, Tincho Merlos, comentó: “Es una muy linda competencia como para participar, y los Merlos siempre tratamos de estar”. También opinó Nuño Sainz, directivo de Kia, el principal patrocinador: “Es un placer estar en el Jockey. Nuestra empresa siempre apoyó el deporte, como en los casos del

tenis y el fútbol. Hemos decidido hacer un cambio en la Argentina y respaldar el deporte más de élite. Por eso elegimos el polo. Ojalá esta relación continúe varios años”. El comienzo iba a ser con los cuartos de final por eliminación directa, para dar lugar a las semifinales, y luego a la final, con la reconocida televisación de la cadena E.S.P.N. “Siempre que llovió, paró”, se esperanzó Álvarez Fourcade al cerrar la conferencia. Pero no siempre paró a tiempo: el clima nunca dejó poner en marcha la acción, y tras 130 milímetros de lluvia en pocos días, llegó la suspensión definitiva. “Manteníamos algún optimismo, dada la respuesta que las canchas tuvieron en reiteradas ocasiones. Pero, para jugar un abierto, los riesgos eran ciertos y nuestro plazo se había acabado. Agradezco a los jugadores por haber respondido a nuestra convocatoria, lo que representa un gran incentivo para seguir trabajando. Y vaya nuestro reconocimiento a Kia Motors, Chandon, Vogue, La Martina, American Express, Rolex, Medicus, E. S. P. N. y la Municipalidad de San Isidro, por acompañarnos”, mencionó el capitán de polo. Hasta la llegada de la versión de 2008, habrán pasado dos años sin Abierto del Jockey. Con semejante nivel de certamen, la expectativa para cuando llegue el momento promete ser extraordinaria. Xavier Prieto Astigarraga

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Entrevista a Eduardo Novillo Astrada (h) l muchacho nació en Londres, pero es argentino en todo lo demás. Sus amigos del colegio Newman le dicen “Ricardo”, pero se llama “Eduardo”. Le quedan, desde hace tiempo, tres materias para recibirse de administrador de emp resas, pero sostiene que ahora “estudia polo” y que lo de la universidad no va más. Y es un símbolo de La Aguada, equipo de alto handicap, pero es socio de otra entidad polera, el Jockey Club. No, no es una contradicción caminante Eduardo Novillo Astrada (h.). El resto de su vida, o lo conocido, es lógico, normal. Al menos para un jugador de su nivel, que pasa varios meses por año en el exterior, donde el polo es su trabajo. No lo era aún cuando de chico participaba en los torneos internos del club, “que eran muy divertidos”, según recuerda. Su papá, Taio, era socio y eso permitía al hiperkinético Eduardo disfrutar el polo en San Isidro, más allá del

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que practicaba con sus hermanos -él es el mayor de los cinco varones, que anteceden a la única hija- en Open Door. Allí está La Aguada, el histórico club de los Novillo Astrada, fundado por el abuelo Julio (Iaio), quien era, a su vez, socio vitalicio del Jockey. La membresía de Eduardo, entonces, deriva de sus ascendientes. Y de las bondades del club, incluida la proximidad con su casa. “Vivo a seis cuadras, desde hace cinco o seis años. Le queda cómodo a la familia, tengo muchos amigos con los que vengo a jugar al golf entre semana, los chicos tienen clases de tenis, festejamos acá los cumpleaños... Y, de paso, sigo con la tradición de la familia”, comenta en un encuentro con la Revista en la terraza del golf, donde tantas veces intentó mejorar su juego como para bajar handicap. ¿Bajarlo? Sí, porque la entrevista fue frente a la colorada, una cancha que, cuando está bien, le parece formidable. Su han-

Por amor a la camiseta Eduardo Novillo Astrada (h.), un ícono de La Aguada en el alto handicap, es socio del Jockey, donde juega tenis y golf, y hasta celebra cumpleaños. El Nº 2, de 35 años y 9 goles, recuerda anécdotas vividas desde chico en el club, donde ahora, como polista, realiza sólo prácticas. 2 8

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dicap golfístico es de un “mentiroso” 25 (“porque no presento tarjetas”), pero lo hacen jugar con 14 o 16. Y el polístico es de 9. Es en este deporte que se destaca, y con títulos de grueso calibre: la casi inasequible Triple Corona (Abiertos de Tortugas, Hurlingham y Palermo) 2003, por La Aguada, y los Abiertos nacionales de Estados Unidos (2006) y Reino Unido (2002 y 2006), se cuentan entre los más salientes. “Creo que llevo tres años como socio. Y antes, cuando en el alto handicap jugábamos por La Cañada, al ser hijos de un socio, teníamos la posibilidad de jugar en la cancha 7 algunas prácticas buenas después de lluvias. Y sigo viniendo a jugar, para probar caballos. Acá no tengo ninguno, porque logísticamente sería bastante difícil tenerlos en

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Sus hijos, los futuros Contepomi del rugby La charla de Eduardo Novillo Astrada (h.) con la revista transita por las actividades del jugador de La Aguada en el club, hasta que se le pregunta por hijos y... “Los chicos toman clases de tenis. Justo y Cruz tienen 8 años; Lucio tiene 1 y va a jugar al rugby: es un toro. Y los otros me pidieron jugar al rugby en Newman”, cuenta. -Serán los nuevos mellizos de Newman (en alusión a Felipe y Manuel Contepomi, ami gos de los Novillo Astrada). -¡Uy, me muero! Sería el padre más feliz del mundo. Pero no sé si van a ser tan buenos cómo ellos. Por lo menos, que sean la mitad de buenos. -¿Cómo viviste que a los Contepomi les fuera tan bien en el Mundial? -En casa se vivió no como si fueran Novillo Astrada, pero... De chicos venían a Luján todos los fines de semana. Son muy amigos de Nacho (su hermano). El día que ganamos la Triple Corona, Felipe había viajado especialmente de Europa para vernos, aunque se le atrasó el avión y no llegó al partido. Nos han acompañado en nuestros logros, y ahora me puse muy contento por ellos. Lo que han hecho es impresionante y nosotros los entendemos, porque somos cuatro hermanos que jugamos en un mismo equipo, y alcanzamos cosas bastante importantes. Podemos contarlo, pero lo sentimos nosotros, nomás. El orgullo de la familia y tener al lado en la cancha a un hermano, no son algo fácil de explicar. dos lugares, pero lo he pensado más de una vez. Jugar acá me quedaría tan cómodo...”, enuncia Eduardo, de 35 años. -¿Cómo son las prácticas acá? -Generalmente vengo a jugar con caballos de Martín Orozco, al que le comp ro todos los años. Dos de mis mejores yeguas, Ombucito Vincha y Ombucito Balconera, son de la cría de los Orozco, que están en la comisión de carreras. -¿Qué tal son las canchas? -Son muy viejas, y eso las hace ser muy buenas. En los últimos años han in-

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El club ganó en Pilar En el complejo polístico de la AAP en Pilar, el Jockey Club (14) venció el 08/11 a Las Liebres (13) por 12 a 10 y se adjudicó el Abierto del Torneo Metropolitano de Bajo Handicap, organizado, como los dos anteriores, por la Asociación Argentina de Polo dentro de su Calendario Oficial de Primavera de 2007. Participaron 48 equipos, divididos en 12 zonas, de entre 7 y 14 goles de valorización. El equipo del Jockey formó con: Pedro Falabella (h.), 1; Silvestre Fanelli, 3; Pablo Falabella, 6, y Jerónimo Fanelli, 4. Total, 14. v e rtido más en arena y otros cuidados. La Nº 1 es una de las mejores de Argentina, sin duda alguna. -¿Y del mundo? ¿También en canchas el polo argentino es el Nº 1 del mundo? -Sí, sí, seguro. Y me animaría a decir que la del Jockey es la mejor después de la 1 de Palermo. La cancha es extraordinaria, y a eso se suman el escenario y el lugar. -¿Qué hace buena a una cancha? ¿La firmeza? ¿Que corra bien la bocha? -Principalmente, la seguridad de que el caballo no va a patinarse, de que hace buen pie. Y cuando una cancha tiene buen piso y está bien cuidada, seguramente será muy buena como para pegarle a la pelota. Cuanto mejor está la cancha, mejor es el polo.

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-¿Qué actividades desarrollás en el club? -Juego al tenis una hora por semana con mi preparador físico, Gaspar Serú, y uso el gimnasio del anexo en los días de lluvia, cuando no puedo salir a correr. Mis amigos usan bastante la sede del c e n t ro; yo voy dos veces por año, nomás. A papá le queda cerca y la usa. A veces lleva gente a comer; a los extranjeros les gusta mucho porque es un lugar único. -¿Has llegado a formar un vínculo sentimental con el Jockey? -Se da por muchos recuerdos que tengo. Yo jugaba al rugby con unos amigos de Newman y veníamos todos los sábados al campeonato de fútbol del club. Éramos bastante agresivos los del equipo (ríe), que se llamaba La Resaca. Yo jugaba de 4 o de 6. Y después nos íbamos a las carreras. Éramos bastante timberos en mi época de la facultad. -¿Tenés anécdotas de chico acá? -Yo vengo desde chiquito, porque papá jugaba el Abierto del Jockey, con la camiseta del club. Los grandes jugaban y venían a tomar el té acá (la confitería de la colorada), y a los chicos nos encerraban allá (señala otro recinto de la confitería). Estábamos los Merlo, Bautista (Heguy), los que hoy tenemos entre 30 y 40 años. En aquella época teníamos 8, 10, y nos íbamos con los taquitos a jugar al polito a los greens, para que no nos vieran (ríe), y salían a corrernos. Nos metíamos a los bunkers, y terminábamos llenos de arena... Era muy divertido. -¿Alguna vez vas a jugar un torneo de cierta valía con la camiseta del club? -Y... nunca se sabe. En una de ésas se da. Por ahora, la agenda está bastante apretada. Pero siempre se está a tiempo, calculo. Acá están Martín Orozco, los Pando, (Juan Manuel) Echeverz, los Bagnardi... Mayoritariamente son jugadores de 6, 7 goles. Tommy Fernández Llorente (8) es socio, también, y jugó muchos años acá. Vamos a ver; Dios dirá. Si Dios dijera que sí, entonces la tradición de los Novillo Astrada en el Jockey X.P.A. sería completa.

campo de deportes

Futbol

EL 10º TORNEO GENERAL SAN MARTÍN

Confraternidad en Rosario Dos seleccionados del Club emprendieron una gira por la ciudad santafesina, en ocasión del certamen que organizó el Jockey rosarino. Igual que en 2006, los mayores de 32 años se consagraron campeones, mientras los mayores de 45 cumplieron con un digno papel

esde hace algunos años, el fútbol del Club se proyecta más allá de sus f ronteras, una política de p u e rtas abiertas que no para de dar satisfacciones. Una muestra de ello fue la gira que dos seleccionados de socios re a l izaron por Rosario, en oportunidad del 10° Torneo General San Martín. Los días 25 y 26 de agosto, en el Jockey Club de esa ciudad, participaron los mayores de 32 años (se consagraron campeones) y los jugadores pertenecientes a la categoría de mayores de 45. Al margen de estadísticas y resultados, lo más re s c atable fue la confraternidad que alumbró naturalmente con el resto de las entidades, rosarinas y uruguayas. Y al mismo tiempo, el vínculo y el conocimiento que se re f o rzó entre los socios mismos del

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Aragón, Ignacio Aguilar, Federico Fortunati Padilla, Javier García Igarza, Fernando Moroni, Alberto Valdez y Gonzalo Vayo. En el debut, nuestro conjunto se impuso por 2-1 a Woodlands (Uruguay), luego igualó 0-0 con los locales y en el tercer compromiso, disputado el domingo, venció a Clifton, también de Uruguay, por 3-1. Pero antes de desatar el festejo por el título, hubo que esperar el resulta-

Horacio Lerena

En Rosario y en San Isidro, los veteranos y los más jovénes disfrutan la misma pasión futbolera.

Club, que en el certamen interno se desempeñan en equipos distintos. La categoría de Mayores de 32 años estuvo integrada por Ezequiel Ramos Oromí, Juan Hurtig, Emilio Dodds, Julián Videla, Gustavo Maschwitz (capitán), Fernando

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Recientemente nos llegó la noticia del fallecimiento de Horacio Lerena. Durante muchos años fue un incansable colaborador en la organización y crecimiento del fútbol en la sede de San Isidro. Su conocimiento de equipos y jugadores, a los que observaba asidua y atentamente los fines de semana, se prolongaba en las tradicionales reuniones futboleras de los martes, que encabezaba con entusiasmo y empeño, Sin duda, los amigos del fútbol lo vamos a extrañar, sea este un sentido homenaje, un reconocimiento que merece y que quedará en el recuerdo ya que la copa primavera 2007 de la categoría Veteranos, actualmente en juego, se llamará “Horacio Lerena”.

do del enfrentamiento entre el Jockey Club de Rosario y Woodlands, ya que en caso de que triunfara el primero, debía disputarse una finalísima entre ambos Jockey Clubes. Sin e m b a rgo, los dirigidos por Pedro Laurence se vieron favorecidos por el empate entre rosarinos y uruguayos, y allí sí quedó confirmada la coronación de nuestro seleccionado, al igual que en 2006.

Los más chicos muestran sus habilidades en los torneos anuales que organiza el Jockey

miento social con muchos condimentos”. Según Javier, la clave del título estuvo en el empate ante el Jockey Club de Rosario: “Pudimos sostener el empate, gracias al oficio de muchos de los jugadores. Si bien contra los rosarinos nuestro equipo tenía un promedio de edad más alto, y sin tanto recambio, supimos llevarlo adelante con esas individualidades que sacaron a relucir su experiencia”. La categoría Mayores de 45 años, en tanto, se conformó con este plantel: Federico Amuchástegui, Eduardo Ramos Oromí, Agustín Obligado, Mario Seeber, Alfre-

Copa Otoño Fútbol Menores Categoría “C” Campeón: Barcelona 20 puntos. Capitán: Armando Besada. Goleador: Carlos M. de Estrada (La Coruña) Categoría ”D” Campeón: Florentina 33 puntos. Capitán: Emilio Massera Goleador: Sin definir Categoría “E” Campeón: Veracruz 28 puntos. Capitán: Alejandro Gregorini Goleador: Francisco Pistone (Veracruz) Categoría “F” Campeón: Frankfurt 28 puntos. Capitán: Carlos Barthe. Goleador: Matías Viel (Frankfurt) Fútbol Juveniles Zona “A” Campeón: Douglas. Capitán: Ignacio López. Goleador: Ignacio López (Douglas) Zona “B” Campeón: Juncal y Billinghurst. Capitán: Jorge Bonadeo. Goleadores: Tomas Robbio (Guardianes de la Bahía) y Juan Zubizaretta (Barrios Bajos F.C.)

El podio, que sirvió como escenario de la postal final, cobijó los momentos más emotivos; allí se alzó la copa y se recibió el afectuoso saludo de los anfitriones, a quienes se les agradeció una vez más por la invitación y el impecable armado del torneo. Javier García Igarza, de 32 años (el más joven del plantel), contó su primera experiencia futbolística fuera de los límites del Jockey: “Lo más interesante es que compartimos un viaje en común con varias generaciones; el mismo hotel, el mismo micro y las mismas comidas. Sirvió para afianzar relaciones con muchachos con los que, hasta allí, sólo había compartido 90 minutos de fútbol, y con camisetas diferentes. No se trató únicamente de un encuentro deportivo, sino también de un aconteci-

do Cantilo (capitán), Hamilton Casinelli, Daniel Lanusse, Fernando Rivarola, Alejandro Oyuela, Julián Mosquera, Agustín Lamarca, Emilio Massera, Esteban Daneri, Pedro Laurence y Pablo Colombres. El conjunto sufrió bajas de último momento, pero concretó un digno papel, ya que igualó 1-1 con Los Arroyos (Rosario), y luego perdió ajustadamente frente a los locales (0-1) y ante Country Club de Rosario (1-2). Apodado por sus compañeros como “La Leyenda”, por sus 63 años y su pasión inalterable por el fútbol, Federico Amuchástegui contó: “La llama sigue en viva en nosotros, porque el Club es nuestra segunda casa; es donde nacimos y corrimos. Atrapa en un sentido deportivo y en el aspecto social; hay un clima espectacular y

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vale la pena vivirlo”. El N° 10, devenido lateral izquierdo con los años, coincidió con la visión de García Igarza: “Ésta fue mi séptima gira a Rosario, y lo gratificante es que se logra una atmósfera similar al rugby, en la que la excusa es conocer amigos. Además, se logra una federalización entre todos los clubes, un intercambio de confraternidad que, como vivencia, es muy rica”. Seguramente, el año próximo el fútbol del Jockey Club continuará con su línea de crecimiento y afrontará nuevos desafíos. La oportunidad está a la vista, ya que el Club recibió una propuesta formal para jugar en Montevideo y Maldonado, Uruguay. Ese sueño rioplatense puede cristalizarse en 2008. Gastón Saiz

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tenis, hockey y mucho más

Los niños primero Fútbol femenino, hockey, tenis, disciplinas acuáticas. Una variada oferta de actividades apunta al entretenimiento de los más chicos a lo largo del año. o importa de qué estación se trate: en cualquier época del año hay un abanico de actividades para disfrutar en el Campo de Deportes del Club. El segundo semestre ofreció distintas opciones para los más chicos y los adolescentes, que pueden repasarse en estas líneas. Fútbol femenino. Este deporte evidenció un claro crecimiento respecto de 2006, ya que entonces había 14 chicas que lo practicaban y ahora son 34 las que se animan a dominar la número 5. El 1º de septiembre, las categorías de 10 a 13 años y de 14 a 16, recibieron una invitación para jugar en el Club Náutico de San Isidro. Tocó un día de mucha neblina, pero no hubo impedimentos para mejorar la técnica y ajustar la táctica, en un clima de total camaradería con las anfitrionas. Se desarrollaron dos encuentros, con dos tiempos de 25 minutos cada uno, siempre bajo una misma consigna: aprender y divertirse. Además, el 20 de octubre se efectuó una visita a Champagnat, donde se disputó un torneo amistoso ante los conjuntos de la entidad local y del Club Náutico de San Isidro. En ese triangular se registraron dos derrotas por la mínima diferencia, y luego se jugó un último partido entre las integrantes de Champagnat y el Jockey frente al Náutico, con victoria para el primer combinado. Al final de la jornada, quedó co-

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mo mejor balance el cordial intercambio entre los tres grupos de jóvenes. Para abril del año próximo está previsto que las dos categorías del Jockey Club formen parte de una liga, en la que también participarán Champagnat, el Náutico de San Isidro, los colegios

Arriba: Las chicas del hockey en Rosario Abajo: El fútbol femenino en ascenso

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Lincoln, Michael Ham y Santa Inés, el Newman y Nordelta. Hockey femenino. El 22 de septiembre se jugó en Rosario la 8ª Copa “Amistad”, que se realiza altern a d amente en esa ciudad santafesina y en nuestro campo de deportes, de acuerdo con la temporada. En esta ocasión viajaron 300 kilómetros las divisiones 7ª 8ª, 9ª y 10ª, que se midieron en sus respectivos duelos ante el Jockey Club de Rosario, en dos escenarios disímiles: la carpeta sintética y la vieja cancha de césped. Hubo una marcada superiori-

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Novedades 1. Se están repavimentando las calles internas, con sus correspondientes cunetas y alcantarillas. 2. Se reemplazaron varios árboles, que estaban en situación precaria y podían provocar accidentes. Se plantaron fresnos americanos en el Bar de Menores, tilos en el acceso hasta el sector Cadetes y se repusieron otras plantas dentro de todo el campo. 3. Se sigue avanzando con el recambio de los alambrados de tenis y el camino lateral. 4. Se colocaron nuevas barandas en la terraza del House de Menores, que también se pintó de blanco. 5. Ya están instalados en el Control 1 y en el sector Cadetes los dispositivos electrónicos de lectura de los carnets para el ingreso. 6. Se está terminando con la reconstrucción a nuevo de dos canchas de paddle (una rápida y otra lenta) y un frontón de tenis con piso poroso. 7. Se terminó con la nivelación de la nueva cancha de fútbol para la categoría "C" 8. Pronto tendremos el sistema emisor de carnets, para que el socio no tenga que ir al centro a realizar dicho trámite. 9. Se está construyendo, por cuestiones de seguridad, una vereda para el tránsito peatonal en la calle de acceso paralela a Avenida Márquez.

dad de juego de nuestras chicas, fundamentalmente la división más pequeña, que demostró grandes progresos con la bocha. Además, el sábado 27 de octubre se organizó en el Club la tercera edición de la Copa “Carlos Casal”, frente a tres entidades con buen arraigo del hockey: el SIC, el CASI e Hindú. Cobijamos a seis divisiones de cada uno de estos clubes (de la 5ª a la 10ª) y hubo un total de 240 jugadoras, que animaron 26 partidos en una gran jornada de cuatro horas de duración. En el cierre, ca-

Múltiples actividades desarrollan los chicos durante el año. El hochey y el tenis de menores son algunas de las alternativas

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da chica atesoró un diploma por su participación, mientras que para los padres se preparó un “Vino de honor”. Tenis Menores. El fin de semana del 29 y 30 de septiembre se llevó adelante la Copa "Integración" con el Tenis Club Argentino (TCA). Las categorías que intervinieron fueron las Sub-12 Infantiles, Sub-14 Menores y Sub-18 -Juveniles de varones, junto con la Sub-14 Menores de mujeres. La primera etapa se puso en marcha el sábado 29 en el TCA de Palermo, con la actuación de 15 chicos. En tanto, el domingo le dimos la bienvenida al grupo visitante. Se disputaro n 28 partidos entre singles, dobles y dobles mixtos; luego llegó el tercer tiempo, donde grandes y chicos disfru t a ron de un lunch. Además, hubo entre g a s re c í p rocas de platos re c o rd a t o r i o s , medallas y gorras. Con esta iniciativa se abrió una nueva puerta para la integración de clubes amigos, ya que significó la primera experiencia de estas características. Actividades de Verano: Comenzó la inscripción para hijos de socios de 4 a 11 (menores) y de 12 a 14 años (Ac teens). Fútbol, tenis, gimnasia, pileta, buceo, olimpíadas e inflables, son parte de las actividades, que tendrán su puntapié inicial el 11 de diciembre y apuntarán al sano entretenimiento. Una cosG.S. tumbre del Club.

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Esgrima

Los Juegos Panamericanos 2007

Para el bronce En Río de Janeiro, Ricardo Bustamante (hijo) logró una Medalla de Bronce junto con el equipo argentino de sable, una conquista que no se daba desde hacía 28 años

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a tengo allí junto con los otros trofeos, pero en un lugar muy especial”. Ricardo Bustamante (hijo) habla emocionado del tesoro más preciado en su carrera como esgrimista: la Medalla de Bronce que obtuvo en los últimos Juegos Panamericanos. Aún con la juventud que le otorgan sus 19 años, Bustamante fue partícipe de un logro muy especial en Río de Janeiro, ya que, junto con Alexander Ach-

Ricardo Butamante (hijo)

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ten y Diego Drajer, consiguió la primera presea en sable para un equipo argentino, después de un período de sequía de 28 años. Hay que remontarse a la cita panamericana de San Juan de Puerto Rico '79 para encontrar el último ascenso al podio en esta disciplina. Además, la de Río significó la 46° medalla de esgrima en los Panamericanos para la Argentina, que figura tercera en el ranking por países. Pero con la salvedad que, 37 de ellas, las ganó en las primeras ocho realizaciones, de 1951 a 1979. “Es una sensación gratificante, porque te queda la convicción de que hiciste

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bien el trabajo. Como equipo, no nos habíamos entrenado nunca juntos. En Río fue la primera vez que nos unimos para tirar. No es lo ideal, pero así se dieron las cosas, porque Achten vive en el sur de Alemania”, comenta Bustamante, que ya se fijó como próximo objetivo el Mundial Junior de Catania, en abril de 2008. Allí estarán los diez mejores del ranking int e rnacional, posición de privilegio que ocupa el representante del Jockey Club. Antes de la cita panamericana, Bustamante se había entrenado en Madrid para obtener mayor experiencia, pero su aprendizaje se aceleró al lado de sus compañeros del equipo argentino, ambos mayores que él. “Alex Achten aportó confianza en nuestras fuerzas. Y Diego (Drajer), que es mi ídolo, me llevó a ingresar en el alto rendimiento. Luego que nos adjudicamos la Medalla de Bronce, no me salieron las lágrimas que sí le salieron a él, después de tantos años de esfuerzo en la esgrima", comenta el muchacho que empezó a tirar a los 7 años en la sala de armas del Jockey Club. Liderados por Achten —nacido en Alemania y de padres argentinos, bronce olímpico en Sydney 2000—, los muchachos dieron el gran golpe en la competencia al superar a Venezuela por 45-33. “Ese fue el punto de quiebre donde podíamos empezar a pensar en la medalla”, reconoció Bustamante. Luego estuvieron cerca de desestabilizar a los estadounidenses, pero éstos se impusieron 45-39 y term i n a ron consagrándose campeones. Finalmente, el b ronce para la Argentina se concretó con la victoria sobre Cuba por 45-35 Más allá de los avatares en la pedana, Bustamante nunca olvidará la emoción, minutos antes del ingreso al campo del estadio Maracaná, en la fiesta inaugural de los Panamericanos. “Eramos la primera delegación que iba a entrar; estábamos con el resto de los atletas nacionales, y encima teníamos una bandera gigante celeste y blanca. Esos son los instantes mágicos que te brinda el deporte G.S. de alto rendimiento”.

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Squash

Interclubes de Primera Categoría 2007

Notable actuación del equipo del Jockey Luego de una derrota inicial contra el Squash Club, el joven conjunto de Primera comenzó a sumar victorias consecutivas.

ras perder con el campeón del año anterior, Ciudad de Buenos Aires, el equipo del Club finalizó la primera etapa en la tercera ubicación en la tabla (los p r i m e ros cuatro clasifican a semifinales) de todos los Clubes de Buenos Aires que disputan esta competencia anual. Este torneo, de gran jerarquía, se tornó sumamente competitivo, pues cada club dispuso de sus mejores estrellas para lograr coronar el objetivo: poner a la institución que re p resentan en lo mas alto del Squash Argentino Amateur, donde, en los últimos años, las innumerables incorporaciones de jugadores que practicaban este deporte de manera pro f e s i onal, elevaron notablemente el actual nivel de la competencia.

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De izq. a der.: Gregorio Rueda, Javier Puiggari (capitán), Santiago de Estrada, Alfredo Viel Temperley y Emilio Dodds.

Las premisas de este encuentro siemp re fueron, y serán, hacer prevalecer la amistad y el fair play ante todo, aspectos sumamente valorados en este tipo de competencias, como así también la reunión del tercer tiempo, para profundizar la hermandad de todos los clubes. Después del receso de mitad de año, el conjunto enfrentó al Squash Club nuevamente, pero con otra actitud. Resultaba vital conseguir un triunfo, para seguir en la lucha, ya que era un rival directo de cara a la clasificación. Luego de estar igualados en un partido por lado, tras la dura caída de Facu de la Fuente (a pesar de haber dejado

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todo en la cancha), pude vencer en un duro 3/2 al Nº 2 del Squash. El match quedó igualado, y las dos mejores raquetas del Jockey Club y Squash Club se enfrentaban para definir la serie. En un partido memorable, con sutilezas de ambos lados, Santiago de Estrada cerró el partido 3/2 dejándole en claro a Duncan Dubb (jugador con mayor cantidad de torneos ganados en la historia del Interclub), que su reinado había terminado. El equipo vencedor tenía otro nombre: Jockey Club. Habiendo derrotado a uno de los escollos más duros de este campeonato (el equipo del ahora jugador a vencer), Santiago de Estrada más la dupla de los hermanos Javier y Fernando Puiggari, comenzaban nuevamente una racha ganadora venciendo otra vez a CUBA, Nautico, Belgrano Athletic y Buenos Aires Social. Faltaban tres fechas para el cierre de la clasificación, y el Club igualaba el tercer puesto con Squash Club y Ciudad de Buenos Aires A. Perdió con Ciudad de Buenos A i res B (Nº 1 Clasificado), y se jugó todo contra Ciudad Buenos Aires A, pues el que ganaba ese partido clasificaba. Gané el primer partido, que no era muy complicado en los papeles, pero el jugador Nº 3 del Jockey perdió, y definieron los dos Nº 1, en un partido de muy alto vuelo, donde esta vez Santiago de Estrada no pudo con Gabriel Ramírez, un jugador que compitió internacionalmente muchos años. Estuvimos muy cerca, este equipo no alcanzó su techo y tiene hambre. No cesaremos de persistir hasta ubicar a nuestro Jockey Club en lo más alto del Squash en el nivel amateur, siempre manteniendo los valores de equipo en lo humano y en lo deportivo. Javier José Puiggari (Capitán Interclub Primera)

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Ajedrez

El brillo intacto de dos talentos Los homenajes a los Grandes Maestros Bent Larsen y Héctor Rossetto, constituyeron dos de los acontecimientos más importantes de los últimos años dentro del ámbito ajedrecístico del Club.

victorias ante varios campeones mundiales, entre ellos los rusos Botwinnik, Smyslov, Tal, Petrosian, Spassky y Karpov, y el norteamericano Bobby Fischer. Sus máximos lauros fueron los interzonales de Amsterdam (1964), Sousse (1967) y Biel (1976), que le valieron figurar entre los mejores jugadores del mundo durante quince años. Famoso por sus aperturas, se convirtió en el primer Gran Maestro que venció a la computadora Deep Blue, en 1993. Su trayectoria y sus anécdotas f u e ron re c o rdadas en el acto del Jockey Club, que editó un pequeño libro de sesenta páginas titulado “Homenaje

l ajedrez entiende de homenajes y reconocimientos. Es una disciplina que oportunamente enaltece a sus grandes maestros, a aquellos que trascendieron con brillantes trayectorias, y hoy continúan impartiendo sus enseñanzas con plena vigencia. En dos años sucesivos, el Jockey Club se enorgulleció al agasajar en sus salones a dos grandes figuras: el danés Bent Larsen, de 72 años, y el bahiense Héctor Rossetto, de 74. El tributo a Larsen, quien vive en la Argentina desde 1982, se produjo en el Club el 8 de junio de 2005, a propósito del 70° aniversario del jugador. Los 150 concurrentes admiraron de cerca a uno de los exponentes más interesantes del siglo XX, un batallador que se plantó como una amenaza para la hegemonía soviética en el mundo del ajedrez. Larsen nació en Tilsted, aunque su crianza e infancia transcurr i eron en la ciudad de Holstepro. Avanzó con pasos seguros, movilizado por su mente lúcida: a los 12 i n g resó en un club de ajedrez, y a los 19 se transformó en Maestro Internacional. A los 21 alcanzó el título de campeón de Dinamarc a y el de Gran Maestro. En 1958, a los 23, llegó por primera vez a n u e s t ro país y conquistó el torneo de Mar del Plata. Pero

al GM Bent Larsen al cumplir 70 años”, obsequiado a cada asistente tras la conclusión de la ceremonia. En ese volumen se repasan partidas del danés, con capítulos escritos por Hern á n Huergo, Ricardo Nazar Anchorena y M a rcelo Condomí Alcorta. Nazar Anchorena habló de Larsen como "un comentarista de partidas magistrales" y relató las participaciones destacadas de Bent como columnista para diversos medios. Por su part e , Huergo se refirió a su capítulo, titulado "Bent Larsen, un Gran Maestro de estilo único", donde se reseñan los hitos de su extraordinaria carrera ajedrecística. La última parte del homenaje a Larsen,

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El gran Maestro Bent Larsen compartiendo algunas tácticas sobre el tablero

fue en su visita de 1982, por el Magistral que se disputó en la Ciudad Feliz, cuando decidió radicarse en la Argentina. En ese cert amen conoció a Laura, una argentina admiradora de su juego. Tiempo después, contrajo matrimonio con ella y juntos hicieron base en la localidad de Martínez. Un rápido repaso de su carrera indica que Larsen se consagró seis veces campeón escandinavo y exclusivo maestro occidental, con

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efectuada el 15 de junio, consistió en una serie de ocho partidas simultáneas con reloj ante representantes del Club e invitados, de las cuales el agasajado ganó siete y empató la restante. Rossetto, aquél entusiasta bahiense El Jockey Club se debía también un reconocimiento para Héctor Rossetto, encuentro que se dio el gusto de cumplir el 15 de noviembre de 2006, con la asistencia de unas cincuenta personas especialmente invitadas.

pronto surgiría como el mejor jugador de la ciudad. Cinco años más tarde, ya instalado en Buenos Aires, aprendió a vivir de los escaques y otros juegos, siempre con la guía de su amigo Carlos Guimard. Sus constantes progresos lo catapultaron a formar parte de la época dorada del ajedrez argentino, anclada en la década del ‘50. Junto con Najdorf, Bolbochán, Guimard y Pilnik, atrapó el segundo puesto en la Olímpiada de Dubrovnik, en 1950. Dos años después, en Helsinki, logró otra vez la segunda ubi-

De izquierda a derecha: Hérnan Huergo, Ricardo Nazar Anchorena, Bent Larsen y Guillermo Martínez Suviria

El gran Maestro Héctor Rossetto

A los seis años, cuando ya tenía edad para asomar la cabeza por arr iba del tablero, Héctor ensayó sus prim e ros movimientos en los bares de Bahía Blanca, acompañado por su padre, Don Arnaldo, un fanático del juego-ciencia. A los 12, el Círculo de Ajedrez de Bahía Blanca le abrió un espacio al joven Rossetto, que

cación, detrás de Rusia. Rossetto, medalla de oro en su tablero con el 80% de los puntos, participó en aquella oportunidad junto con Najdorf, Eliskases y Pilnik. En Amsterdam, en 1954, acompañando a Najdorf, Bolbochán, Panno, Guimard y Pilnik, repitió esa ubicación para el conjunto nacional.

En el homenaje del Club, Ricardo Nazar Anchorena re c o rdó el famoso triunfo que obtuvo Rossetto frente a K o rchnoi, en el Torneo del Sesquicentenario, en 1960, que él presenció desde la platea. Rossetto venía de perder las cuat ro primeras rondas. En la quinta, había apuntalado su recuperación ganándole a Ivkov, y luego le tocaba Korchnoi, a quien terminó superando tras una ext r a o rdinaria combinación. Por otro lado, el Maestro Internacional Alberto Foguelman rememoró los gratos momentos que vivió con el bahiense en el Interzonal de Amsterdam de 1964, y el propio homenajeado, entre múltiples relatos, rescató anécdotas del famoso Torneo de Hollywood de 1945, donde puede vérselo, en varias fotos, junto con Humphrey Bogart y Marlene Dietrich, entre otras celebridades. Dos leyendas vivientes de los tableros. Dos figuras de jerarquía internacional. Bent Larsen y Héctor Rossetto pasearon su talento por el Club, y la admiración hacia ellos perdura en forma G.S. indeleble.

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Socios

Socios vitalicios del año 2007

Parte del grupo de Vitalicios 2007

Argüelles, Amílcar Emilio Arzeno, Roberto Arturo Battro, Guillermo Isidoro Bayá Casal. Jorge Alfredo Berro Madero, Carlos Jorge Bobbio, Emilio J. A. Bohtlingk, Jorge E. Borda, Patricio Martín A. Brea, Pablo Hernán Brunet, Manuel Canedo, Juan José (h) Carril, Eduardo Horacio del Claret, Jorge Luis Comin, Jorge Humberto Z. Cornejo Saravia, José O. (h) Crotto, Enrique Claudio Curutchet, Miguel Luis Cusi, Eduardo L. D´Agostino, Carmelo Juan Delpech, Marcelo Escudero Peña, Fernando Fernández Sáenz, Alejandro C. (h) Flores Pirán, Pedro L. Furlotti, Roberto Arturo Galli, Juan Carlos Games, Jorge F. García Jiménez, Juan J. F. González Arquati, Raúl

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González Mujica, Marcelo Jacinto Hubert, Carlos Alberto Huergo, Enrique T. Insúa, Jorge Alfredo Jáuregui Rueda, Carlos Lago, Alfonso Mario Lan Duncan, Eduardo Laprida, Narciso Francisco Lavalle Cobo, Juan Legeren, Juan Benito Loyúdice, Francisco Maschwitz, Jorge A. Masi Elizalde, Jorge Massalín, Gustavo Alejandro Massera, Emilio Eduardo Maurette, Rafael Minvielle, Luis Molina Leguizamón, Eduardo B. Murga, José Ignacio Nazar Anchorena, Ricardo A. Ocantos Estrugamou, Jorge Olivera, Héctor Oneto Gaona, Alejandro Oneto Gaona, Eduardo Palacios Hardy, José Gerardo Pereira, Enrique Esteban Perrotta, Fernando Pirán, Juan Antonio

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Quesada, Mario Guillermo Quirno, Federico Guillermo Quiroga Durand, Raúl E. Raffinetti, Carlos Alberto Ravagnan, Juan Alberto Rivarola, Carlos Emilio Rivarola, Jorge Salamone Croft, Roberto Salvador Sánchez Granel. Eduardo A. Santa Coloma, Fernán de Santamarina, Manuel Antonio Schindler, Octavio Subiza, Héctor Tejerina Ignacio (h) Terán, Delfín Jorge Thomsen Hall, Carlos Hugo Tiscornia Biaus, Eduardo Augusto Urioste, Andrés de Urioste, Carlos A. Ventura, Eduardo Pedro M. Videla, Carlos E. Vieyra, Enrique Benjamín Vieyra, Raúl Antonio Villa Larroudet, Juan Carlos Welsh Mongay, Juan Carlos Winterhalder, Teodoro Víctor von Yeatts, Guillermo M. Young Nicholson, Edgardo Tomás

biblioteca

Las invasiones vistas por los invasores A doscientos años de las invasiones inglesas, un grupo de invalorables libros de nuestra biblioteca muestran la visión que sobre ellas tuvieron sus protagonistas británicos.

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Por Roberto D. Müller

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n agosto de 2006 y en julio de 2007 se cumplieron los bicentenarios de dos magnos acontecimientos de nuestra historia: la Reconquista y la Defensa de Buenos Aires. Por supuesto, existe en nuestra Biblioteca una muy nutrida y variada bibliografía sobre el tema, pero hoy nuest ro estudio se centrará únicamente en unos cuantos libros e impresos ingleses contemporáneos de aquellos sucesos que forman parte de nuestro patrimonio y que nos muestran cómo vivieron y a p re c i a ron los invasores y las autoridades de su metrópoli el desarrollo de los sucesivos conflictos. El primero de ellos es un folleto titulado A brief description of Buenos Ayres, and the Province in which it is situated, so lately, and so gloriously conquered by the two gallant officers, Sir Home Pop ham & Maj. Gen. Beresford; together with an account of its natural produc tions, commerce, &c. &c., impreso en Manchester en 1806. Por cierto, para cuando llegaron a Inglaterra estas noticias y pudieron circular impresas, Buenos Aires ya había sido reconquistada, pero vale la pena hojear el librillo para apreciar la descripción que el anónimo autor hizo de la ciudad —“a large hand some city”—, su clima, sus casas y la catedral, a la que juzgó como un “beauti ful stone building”. Analizó asimismo el tipo de gobierno y administración de estas tierras, y dejó bien asentado —¡inglés al fin!— que no se desconocía aquí el té, pero que no se lo consideraba sólo un lujo sino también muy “valuable as medicine”, enumerando una larga

serie de enfermedades para las cuales parecía constituir una cura segura. En cuanto a los habitantes, señalaba el autor que podía hablarse de tres clases sociales: los españoles, los “Creoles” y los mestizos y mulatos. Por supuesto había también negros —“the lowest class of society”—, que cumplían funciones como domésticos o sirvientes, advirtiendo que los primeros asumían un ridículo aire de superioridad respecto de los segundos, y que imitaban los usos y costumbres de sus amos, comportándose también como seres superiores frente a los antiguos “lords of the country”, es decir, los aborígenes. Como “nueva colonia” que era —así se denominaba a Buenos Aires en el impreso—, y tal como se lo anunciaba ya desde la portada, en el folleto se hacía un concienzudo análisis acerca de los re c u rsos exportables y las necesidades de la población con respecto a los productos británicos, aclarándose que —¡idea ingrata!— Buenos Aires podía ser un mercado excelente para la ropa de confección o de segunda mano, fabricada con telas de poca calidad. Seguía a estas curiosas apreciaciones la re p roducción de las garantías ofrecidas a los habitantes por el general Bere s f o rd y el comodoro Popham, y se daba cuenta de que en el buque Narcissus ya se habían embarcado 1.086.208 dólares1, suma formada por 71 lingotes de plata y los fondos tomados del Te s o ro Real, la Compañía de Filipinas, la Administración del Tabaco y la villa de “Luxam” (Luján). Finalmente, se reproducía una carta que Popham había dirigido a los comerciantes de Inglaterra y a los magistrados de Manchester, comunicándoles la apertura del comercio con las nuevas tierras incorporadas a la Corona Británica y los beneficios que aquél podía producir para las manufacturas inglesas. Es de suponer con cuánto alborozo se deben de haber recibido estas noticias en L o n d res y en un centro industrial como Manchester, pero sin duda esa alegría debió durar muy poco. Producida la Reconquista, rendido Beresford ante Liniers e internados los oficiales y soldados

ingleses en diversos ámbitos del Vi rreinato, el optimista Popham volvió a Inglaterra y fue sometido a una corte marcial, cuyo desarrollo y detalles obran en otra de las obras que se conservan en nuestra Biblioteca: Minutes of a Court Martial; holden on board His Majesty’Ship Gladia dor; in Portsmouth Harbour, On Friday, the 6th day of March, 1807, And continued by Adjoumment, till Wednesday, Marc h 11, following, for the trial of Capt. Sir Ho me Popham (London, 1807). Es cierto que a Popham se lo juzgó principalmente por haber desviado su flota de Ciudad de Cabo hacia Buenos Aires sin órdenes superiores al respecto, pero durante el p roceso se hicieron referencias constan-

tes a la situación creada en el Río de la Plata y a las posibilidades que un dominio en estas latitudes abriría para la economía inglesa. Popham reconoció haber actuado “solely by a desire to promote the honour, the interests, and the glory of my c o u n t ry”, y la corte juzgó que si bien su conducta podía censurarse, únicamente se resolvió que fuera “s e v e rely repriman ded”. Las perspectivas a las que el comod o ro se había referido en su carta a los c o m e rciantes habían prendido en el inte-

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rés de quienes siguieron el juicio. Eran i n t e reses connaturales a la política inglesa y, por lo tanto, pronto se volvería a intentar recuperar estas lejanas tierras, vengando de paso la deshonrosa derrota de agosto de 1806. Las alternativas de la segunda expedición nos son relatadas en A narrative of The Expedition to, and the Storming of Buenos Ay res, By The British Arm y, com manded by Lieutenant General Whiteloc ke. By An Officer, attached to the expedi t i o n, trabajo publicado en Bath en 1807, y en un libro firmado por An Irish Officer, titulado An authentic narrative of the Pro ceedings of the Expedition against Buenos Ay re s, dado a luz en Dublín en 1808. El trabajo de An Officer es un folleto de 38 páginas, ilustrado con un plano de Buenos Aires en el que figuran resaltados algunos sitios de especial interés, como la Catedral, “The Retiro, or Plaza de Toro s”, el fuerte (“The citadel or castle”), la plaza, la iglesia de Santo Domingo,“w h e re the Light Brigade were posted”, la Residencia y el “River Chuelo” [sic]. A pesar de su b reve extensión, nos ofrece un muy detallado informe de las operaciones, reconociendo que los españoles se habían comportado humana y amigablemente con los vencidos, para concluir con una apelación que aún hoy llama la atención, ya que expresaba su esperanza de que lo o c u rrido fuera una lección eterna para el g o b i e rno de su país, que debía comprender que no era correcto sacrificar a bravos soldados con el único fin de satisfacer los fantasiosos deseos de John Bull2. La obra de An Irish Officer es un libro de 109 páginas, en cuyo breve prefacio el autor se disculpa por su pobre estilo literario, que esperaba fuera recibido con indulgencia, ya que “as a soldier has other duties to attend to besides the study of em bellished language”. Su narración comienza rememorando la primera invasión y la actuación de Bere s f o rd, para entrar luego de lleno en el relato de la estrategia de los británicos en el segundo intento y de las medidas tomadas por los defensores de la ciudad. Llegado el momento en que las tropas invasoras ven

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p e rdidas todas las esperanzas, cuenta el oficial el encuentro entre los comandantes y la firma del tratado del 7 de julio de 1807, en el que se dispuso el cese de las hostilidades y se estableció, entre otras condiciones, que habría una inmediata devolución de prisioneros, incluso de los que habían quedado en el país desde el año anterior, debiéndose reembarcarlos en un período no mayor de diez días rumbo a Montevideo, dando los oficiales británicos su palabra de honor de que no tomarían las armas contra “South Ameri ca” hasta que volvieran a estar en Europa. No calla tampoco este autor sus críticas a la mala planificación de la empresa en un párrafo que comienza con acento melancólico: “And thus terminated, so fa tally for the British arms in South Ameri ca, an expedition from which so much had been expected by the British nation” (p. 75). Pero tal vez sean las ideas que exp resa a partir de la página 93 las más interesantes y significativas. Según el oficial irlandés, el contacto con los ingleses había producido entre los americanos un efecto sorprendente. Había sido como si recibieran un “flash of lighting” que, según le confesaron algunos hombres preparados, les había hecho avanzar un siglo en cuanto a sus ideas políticas. Por eso, el autor se preguntaba con sagaz intuición si esa inesperada influencia no llevaría tal vez a que Buenos Aires y quizás toda América del Sur terminaran por separarse definitivamente de España. El tiempo se encargaría de darle la razón. Los resultados de esta segunda empresa llevaron a que se sustentara un juicio en contra del Whitelocke. Su desarrollo, por demás detallado, ha quedado registrado en dos obras que también obran en poder de nuestra Biblioteca: The trial

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at large of Lieut. Gen. Whitelocke, late Commander in Chief of the forces in South America, by A General Court Martial, held at Chelsea Hospital, On Thursday, Ja nuary 28, 1808, and continued by adjourn ment to Tuesday, March 15 […] London: Printed for R. Faulder and Son, 1808, y en

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los dos tomos que integran The procee dings of a General Court Martial, held at Chelsea Hospital […], que fueron impresos en Londres, también en 1808. Sabido es el resultado de ese sonado trial: la Corte decidió que Whitelocke fuera degradado y declarado totalmente incompetente e indigno para prestar servicios a Su Majestad en cualquier tipo de empleo militar. Las dos obras, que relatan minuciosamente ese proceso y en las que quedó i m p resa la sentencia citada fueron ilustradas con mapas y planos. En el primer caso, un Sketch of Rio de la Plata fro m Cape St. Mary, to Buenos Aire s, combinado con otro en el que se muestra el avance de las tropas desde Ensenada hasta la ciudad; en tanto entre las páginas 510 y 511 se inserta un plano de Montevideo y sus alre d e d o res, con el despliegue y la ubicación de las de las tropas invasoras. En cuanto a la segunda obra —en la que los dos tomos están encuadernados en un único volumen—, al comienzo se o f rece un mapa que muestra la ruta seguida por los británicos desde su desemb a rco hasta llegar a Buenos Aires, y al comenzar el segundo otro muy detallado de Buenos Aires, indicando los sitios en que

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se pro d u j e ron los principales encuentros armados. En ambas obras, los grabados fueron realizados por un artista de apellido Neele, tal vez Samuel John Neele (1758-1824), que por entonces estaba en un momento culminante de su labor como ilustrador de libros. No podemos concluir estas notas sin aludir a otro testimonio de un participante en la primera invasión que, internado en diferentes parajes de nuestro territorio, nos dejó, además de un relato de la campaña, una interesantísima descripción de los poblados de aquellos años, sus habitantes y sus costumbres. Nos referimos al mayor Alexander Gillespie, que recordó todos aquellos acontecimientos y los dejó por escrito en sus fascinantes Gleanings and remarks collected during many month of residence at Bue nos Ayres and within the upper country, que se publicaron en Leeds en 1818. Una vez producida la Reconquista, Gillespie pudo dedicarse a observar todo aquello que los enfrentamientos no le habían permitido percibir. Describió la ciudad, la vida familiar, las costumbres de las mujeres, los edificios, el estado de los caminos. Recorrió en su condición de prisionero especial las villas de Luján, “Capello del Senor”, San Antonio y Salto de Areco. En Córdoba conoció “River Ter cero” y el “Vale de Calamacheta”, y en todas las ocasiones se preocupó por dejar constancia del clima de la región, describir los cultivos, sin olvidar asimismo las penurias que a veces soportaban los ingleses al ser constantemente trasladados a nuevos destinos, hasta que por fin se los trajo nuevamente a Buenos Aires, se los envió a Montevideo y pudieron partir para su patria. Buenos recuerdos debió llevar Gilespie de su estadía en estas tierras, porque agregó a su trabajo una conclusión en la cual, luego de referirse a la revolución producida en Buenos Aires, e x p resaba unas palabras llenas de esperanza, que merecen ser reproducidas textualmente: “No city on the globe pre sents a more enviable importance than Buenos Ay res at this moment. She has not only conquered her own destinies, but the

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l i b e rties of Chili, and is about to spre a d those blessings over Peru. […]. Neither C a rthage nor Constantine, so famed in ancient story, nor Boston nor Philadelphia, those early cradles of North American Li berty, can excel her in pre-eminence. A flourishing commerce with the universe has now opened upon her…”. Sólo había que esperar —advertía— que estos pueblos de América del Sur pudieran conc retar una nación unida, “one friendly community, and one happy family”. Esa fue la visión que de nosotros tuvo, y el

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emocionado testimonio que nos dejó, uno de aquellos invasores que, hace ya más de 200 años, volvieron derrotados a su patria, pero también llenos de nuevas y fascinantes experiencias. 1 El dólar era una moneda de plata con valor de 8 reales crea da en España en el siglo XVI. Fue utilizada para el comercio internacional hasta fines del siglo XVIII, y se acuñaba tanto en España como en sus dominios americanos. En 1803, los Estados Unidos decidieron crear una moneda única para reemplazar a las usadas en cada uno de sus estados, y recu rrieron al dólar español, denominándolo dollar. 2 John Bull ha sido y es la forma popular de denominar a In glaterra y al pueblo inglés.

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El Casino de Madrid

Para disfrutar como un príncipe Con notables personalidades como socios, este histórico emprendimiento tiene la cualidad de reunir disciplinas tan seductoras como disímiles: gastronomía, deportes, cultura y salones aptos para cualquier tipo de reuniones. En 1993 fue declarado “Monumento de Interés Cultural”, y constituye una atracción para turistas de todo el mundo.

l Casino de Madrid es uno de los clubes más exclusivos de la Península Ibérica, y surgió a fines de 1836, por iniciativa de un grupo de jóvenes que, cansados de la exaltación política de la época, decidieron buscar un lugar tranquilo donde poder reunirse en paz y armonía. Desde un humilde local de la calle Visitación, el Casino pasó a funcionar en dos pisos de la calle del Príncipe y la Carrera de San Jerónimo. En aquel entonces contaba con 56 socios, de los cuales la mayor parte eran condes y marqueses. Era la época en la que se lo conocía como Casino del Príncipe. En 1878 adoptó el nombre definitivo de Casino de Madrid. Los cambios de sede continuaron (al café Suizo, y más tarde al edificio de la Equitativa, en la calle Alcalá), hasta que, en 1903, se convocó a un concurso público internacional para la construcción de un edificio propio. El 29 de septiembre de ese año, se realizó la inauguración oficial de la actual sede, sobre la calle de Alcalá 15, constituyéndose el acto en uno de los acontecimientos más importantes de la capital española. Sobre 2.394 metros cuadrados comprados al Veloz-Club, se erigió un edificio de estilo modernista, con fachada francesa y numerosos salones decorados con el mejor gusto de la época, ubicado junto al centro cultural y oficial de aquellos años: la tradicional P u e rta del Sol. El Casino de Madrid también ofrece casi una decena de salones para la rea-

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La entrada principal del Casino de Madrid

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1. El salon Puerta del sol 2. Sala de billar 3. Para disfrutar la terraza

centro de la ciudad, y situado al noroeste de la capital española. Ubicado entre las localidades de Algete y Alalpardo, es el lugar ideal para desarrollar un juego de calidad, gracias a sus excelentes instalaciones. Como su nombre lo indica, la práctica principal es el golf. Para ello dispone de dos canchas, una de 18 hoyos y otra adicional de 9 hoyos de par 3, cuyo diseño contó con el asesoramiento y supervisión del campeón internacional de golf José María de Olazábal

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lización de diversas reuniones sociales: banquetes, fiestas, homenajes, aniversarios o casamientos. Algunos de los servicios que el club brinda son los salones de billar, una biblioteca con más de 70 mil volúmenes, b a r, restaurant, servicio de limpiabotas, peluquería, sala de esgrima, un gimnasio con los más modernos aparatos, sauna y una espléndida pileta climatizada. Su gastronomía merece un lugar aparte, ya que, de la mano de los chefs Ferrán Adriá y Paco Roncero, internacionalmente premiados (el primero está considerado por la prensa especializada como el cocinero más creativo del mundo), las comidas en el Casino se transforman en un verdadero placer para los sentidos. Desde el restaurant “La Terraza del Casino”, con una estrella Michelín, hasta el restaurant de socios (Recoletos), el

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club brinda a sus asociados y clientes una cocina moderna, con una rigurosa elección de las mejores materias primas del mercado. Además de su sede social, el Casino de Madrid cuenta con el Casino Club de Golf Retamares, a sólo 20 minutos del

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La belleza del lugar, con espléndidas vistas sobre la sierra de Madrid, su forestación y los tres lagos artificiales, hacen de este campo un lugar único. El Casino Club de Golf Retamares brinda la posibilidad de practicar otros deportes. Dispone de tres canchas de tenis, seis canchas de paddle, una de squash, dos piletas (una para adultos y otra para menores), gimnasio, una pista polideportiva, y un salón social ideal para cualquier celebración. El Casino de Madrid tiene correspondencia con más de cien clubes privados de todo el mundo, entre los cuales figura el Jockey Club de Buenos Aires. Por su ubicación, su valor patrimonial y los servicios que ofrece, el Club Casino de Madrid, declarado Monumento de Interés Cultural en 1993, se presenta como una de las mejores alternativas turísticas para visitar y disfrutar. Fernando Castro Nevares

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estancias

Dos Talas, en Dolores as grandes estancias de la Argentina. Acabado símbolo de una nación pujante en medio de un todo por hacer. Signos de una inquietud arquitectónica diferente y creadora, identificatoria y original. Claro que no constituyen meros rejuntes de materiales bellamente combinados. Poseen orígenes, historias. Hechos que merecen ser contados. Personas que deben ser conocidas.

Un lugar, L mil historias Pierre Luro, más conocido como “Pedro”, fue casi un fundador de Mar del Plata. A unos 200 kilómetros de allí, se conserva magníficamente el establecimiento que el emprendedor vascofrancés obtuvo a cambio de sólo plantar árboles, y que hoy está en manos de sus descendientes en quinta generación.

Casa de Agustina Luro

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Luro, más que una avenida Una de ellas es Dos Talas. Y una de esas personas célebres fue don Pierre (Pedro) Luro. El mismo de la conocida avenida marplatense. Un francés de origen vasco, que llegó a tierra criolla en el año 1837, cuando tenía 17 años. Emprendedor, de carácter intenso, Luro -quien se había casado en la porteña iglesia de Nuestra Señora de La Concepción, a los 24 años, con su compatriota Jeanne Pradère-, trabajaba en una pulpería y almacén de Dolores. En 1852, un terrateniente, Fermín Cuestas, le encargó forestar su campo mientras se encontraba de viaje en Europa. Comedido, trabajador e inteli-

gente, el francés plantó tantos árboles que sorprendió al propietario a su vuelta, cinco años después, y éste prefirió cederle 7.000 hectáreas de ese campo que pagarle la ingente suma. Así, Luro se convertía en estanciero, y sabría sacar un excelente provecho de su nueva condición. Al año siguiente, 1858, mandó erigir una casa de dos pisos, y allí pasó a residir con su mujer. Inquieto, hizo transcurrir su vida por diversos lugares del territorio bonaerense, no obstante lo cual, doce de sus catorce vástagos nacieron en Dolores (los restantes, en la capital nacional). Se cuenta que una vez, de regreso desde Bahía Blanca, tomó el camino de la costa y se topó con Mar del Plata; quedó encantado por esa urbanización iniciada por Patricio Peralta Ramos en 1860 y a ella dedicó su trabajo, su energía, su lucidez. Al comprar las tierras de un saladero, Peralta Ramos plantó la bandera fundacional de Mar del Plata, pero, según dicen, Luro fue su creador. Su desarrollador, se podría precisar. En los primeros tiempos, el pueblo no funcionaba bien en lo económico y perdía pobladores, que se marchaban a Balcarce o Tandil, en busca de mejores horizontes. Alrededor de 1870, Luro procuró una contracorriente: llevó a la incipiente localidad costera gente vasca para que trabajara en saladeros, compró y recuperó industrias, repobló el lugar. A mediados de la década de los '70 -del siglo XIX, por supuesto-, poco antes de radicarse en Mar del Plata con su familia, compró una mitad del ejido de la urbe (la otra era de Peralta Ramos). Y realizó mucho más, como la generación

1. El parque, diseño de Thays 2. El refinamiento asoma en los interiores 3. Añosas arboledas circundan la estancia 1

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del puerto y la playa marplatenses. Eso no es todo: hizo construir saladeros, muelles, viviendas, el hotel Casa Amueblada (de 110 habitaciones y futuro Grand Hotel), un molino, una quinta; ordenó sembrar e inició la exportación de productos argentinos, vía marítima, en esa zona. Su visión comercial y de entrepreneur lo llevó a amasar una enorme fortuna. Todo para una y una para todo A su segunda hija, Agustina, nacida en el mismo año (1858) en que Luro empezó a vivir en Dos Talas, le tocó en herencia la estancia, que debe su nombre a un paraje de hace más de 200 años, que abarcaba hasta lo que hoy es la ciudad de Magdalena, y en cuyo terreno se fundó el pueblo de Dolores. Agustina Luro, que contrajo matrimonio con Francisco Sansinena, miembro de una familia dueña de grandes frigoríficos, no se limitó a disfrutar el campo; más bien lo hizo progresar. En 1893, tres años luego del fallecimiento de su padre, ordenó levantar una vivienda de dos pisos y un sótano, que actualmente es el casco de estancia. Se aprovechó para ello un proyecto de casa que se iba a construir en Mar del Plata, llamativo por su mixtura de estilos italiano, francés e inglés. En 1908, la nueva propietaria, con muy buen gusto, encomendó a otro francés inmigrante en la Argentina, Charles Thays, la parquización de 30 hectáreas en un monte que poseía eucaliptos australianos plantados por Luro. Y el prestigioso paisajista diseñó otra de sus grandes obras: distribuyó más de 50 espe-

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4. La casa que fuera de Pedro Luro 5. El palomar de fines del siglo XIX 6. Rincones que albergan historias

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cies vegetales, con arboledas que escoltan avenidas convergentes; colocó un rosedal y estatuas, y creó un lago artificial con una isla. A ese reservorio de agua se suma una laguna semipermanente, que según las precipitaciones puede ocupar 60 hectáreas, y que posee cisnes de cuello negro, patos, garzas, caracoleros. Alrededor de un decenio más tarde, la temprana muerte de su hija Julieta, en París, a los 33 años, condujo a Agustina a disponer, en honor a aquélla, la edificación de una capilla en un extremo del parque, rodeada por cipreses. Los planos, a cargo del arquitecto Alfredo Villalonga, contenían una réplica de la iglesia de Notre Dame de Passy, de la capital francesa, y al producto final se lo dotó de obras de arte e imágenes traídas de Europa, mayormente de templos italianos arrasados durante la Primera Guerra Mundial. De la época original de la estancia se conservan, no siempre intactos, un palomar de fines del siglo XIX, de donde se obtenían los pichones y los huevos que componían los menúes franceses de la época; algunos puestos; una cochera, y, por supuesto, la casa de Pedro Luro, cuyo escritorio constituye en la actualidad un museo provisto de muebles, libros, documentos y objetos de la familia. En tanto, la casa principal cuenta con una biblioteca de unos 3.000 libros y manuscritos en español, francés, italiano e inglés, además de fotos. Otro elemento que todavía permanece y al que incluso se lo utiliza es, curiosamente, la vajilla. Y con el tiempo fueron agregándose otras instalaciones,

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como la piscina y la cancha de pelota vasca. Agustina, que fue la primera de los hijos de Luro registrados en la parroquia de Dolores, tuvo por su parte cuatro descendientes, pero todos fueron mujeres, por lo que en esa rama del clan desapareció su apellido. Su segunda hija, Bebé Sansinena de Elizalde, encabezó por más de dos décadas la entidad Amigos del Arte, lo cual llevó a que grandes figuras de las letras argentinas pasaran por Dos Talas. Allí estuvieron Adolfo Bioy Casares, Victoria y Silvina Ocampo, Manuel Mujica Láinez, como también el filósofo español José Ortega y

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Gasset. Sin embargo, pese a la magnitud de esos nombres, bien se puede considerar que el más elevado vínculo de la estancia con la cultura fue con otro escritor, Ricardo Güiraldes, pues Dos Talas resultó escenario de la inspiración del autor gauchesco para que, al regreso de una ida a caballo a los cangrejales de Ajó, creara en 1921 “Cangrejal”, capítulo de su obra más famosa, “Don Segundo Sombra”. Desde entonces hasta hoy, lo más significativo en cuanto a las instalaciones tal vez sea la redecoración de la vivienda principal, efectuada en los años cincuenta. De ella se encargó la prestigiosa casa Compte, propiedad de Lía Elena de Elizalde y su marido, Ignacio Pirovano, que habían ambientado el hotel Llao Llao, de Bariloche, y que para Dos Talas importaron de París muebles y diversos géneros. Hoy, “Luro” se dice “de Elizalde” Es el apellido de Lía Elena, “de Elizalde”, el que tomó posesión de la estancia al menos hasta nuestros días. Ahora el establecimiento pertenece a los hermanos Luis, Lía y Agustina de Elizalde, que conforman la quinta generación descendiente de Pierre Luro y que lo han abierto al público, principalmente extranjero, como atracción turística, para que su utilización comercial solvente los grandes gastos propios de su mantenimiento. Ellos, los actuales de Elizalde, son ya lejanos suces o res de un fundador, cuyos hijos honraron al patriarca continuando su obra, con la rambla marplatense, con el hotel Bristol, con la “catedral San Pedro”, que así se llama en honor a Pierre. “Labrar el engrandecimiento de este pueblo será venerar mi memoria”, dejó como misión don Luro, algo así como un prócer de Mar Del Plata y de varios sitios de la provincia. Dos Talas, la aún hoy encantadora estancia Dos Talas, es todo un homenaje en ese sentido. A su pujante iniciador vascofrancés, y a un floreciente país de antaño. Xavier Prieto Astigarraga

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Entrevista a Teresa Gowland

El arte en su alquimia Desde su hogar-taller en Núñez, la acreditada restauradora de arte nos guía a lo largo los vericuetos de su incansable vocación. Así, entre las leyes y misterios de una tarea para muchos tan incierta, nos relata algunas de sus obras más reconocidas, como la cúpula de la Iglesia de la Merced, un mural de Castagnino, la cúpula de las Galerías Pacífico y —últimamente— el “Manto de Arlequín” del Teatro Colón.

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e resa Gowland pertenece a una rara avis, que es parte del infinito universo del arte. “Las obras no tienen que quedar como nuevas —sentenciará ella una vez sentados a la mesa de su estudio-taller de Núñez—. La historia también habla y tiene que respetarse, porque el tiempo pasa y el tiempo marca, igual que con uno mismo”. Así lo comprueban sus logrados trabajos en sitios tan disímiles como las Galerías Pacífico, la Casa de Gobierno, retablos en Pilar, la Casa de Cultura del Gob i e rno de la Ciudad de Buenos Aires, el Teatro Cervantes y el Museo de la Ciudad. –El tuyo es un trabajo con mucha responsabilidad… –Sí, y no trabajás solo; lo hacés con o t ros profesionales. En general, conmigo s i e m p re están el fotógrafo, la bioquímica y el historiador de arte. El fotógrafo hace el re g i s t ro de la obra antes, durante y después de la intervención. La bioquímica saca muestras de los materiales con los que voy a trabajar y que yo, con mi experiencia, elegí. Ella me certifica que todo es tal como yo lo pensé; a veces me llevo sorpresas, y otras veces hay muchas dudas, y ella me las aclara. El historiador de arte me informa sobre la época, el artista y su momento, cuando realizó la obra; me describe paisajes, ayuda. O sea que, en general, es un trabajo compartido con otros profesionales. –¿Qué tipo de obras restaurás? –Cuadros, esculturas, todo lo que sea 'pintura sobre'. Y también he trasladado murales, como uno de Castagnino que estaba en un hogar particular. La dueña vendía su casa, pero no quería dejar la obra; entonces hicimos un trabajo en conjunto con el equipo del arquitecto Marcelo Magadán y otra restauradora. Primero nosotras hicimos la protección, mientras ellos efectuaron cortes sin afectar la capa pictórica, después de haber fijado la estructura a un marco metálico atornillado a un andamio. Construyeron un bastidor y lo trajeron al taller. Acá hicimos la limpieza, quitamos el velado (la protección de la obra), y terminamos de restaurarlo. Fue

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un lindo rescate y la obra finalmente se vendió muy bien en Naón. –¿En qué estás trabajando? –Ahora estoy trabajando en el Teatro Colón, en lo que se conoce como el “Manto de Arlequín”, que es una pintura sobre tela que está pegada a una placa de metal. En realidad, el telón viene abajo y esta pintura está arriba. Tiene toda una decoración alrededor, con dibujos de grutesco en un tono verde agua y ocre. Hicimos un trabajo de limpieza y consolidación: tenía roturas y superficies adheridas con un pegamento que no estaba bien. Fue un trabajo

interesante y muy difícil, con un gran equipo de gente; entre ellos, muchos estudiantes recibidos en el IUNA, que es la escuela de restauración. Ahora ya estamos en la etapa final. –¿Cómo fue la tarea de la cúpula de la Iglesia de la Merced? –Muy interesante, porque son pinturas murales que fueron hechas por un italiano que se llamaba Luiggi Rossi; también tiene vitrauxs y, además, pinturas de otro pintor italiano, Ernesto Bellandi. Estos son seis ángeles que los traj e ron acá y los pegaron en la pared, con una técnica que se llama marouflage. 1

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1. Iglesia del Pilar, retablo mayor 2. Iglesia de La Merced, Cupulin 3. Su estudio en Nuñez

¡Hay que ir a verlo! Está en Reconquista y Perón; allí nos casamos con mi marido. Cuestión de familia El marido de Te resa es Miguel Frías, un hombre muy vinculado con el mundo del arte, con quien comparte su amor y vocación. Juntos tienen dos hijos: Pilar, que “estudió Ciencias Políticas tres años y ahora termina periodismo en Tea”, y Pablo, que “estudia Ciencias de la Comunicación, pero no le gusta el periodismo, me parece que le gusta más la cosa gráfica y además es músico”. El arte es una cuestión de genética, además de familia: su hermana, María, se dedica a la restauración de marcos. Todo invita a

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4. Parte de un sector restaurado de La Merced 5, 6 y 7. La trastienda del arte, imagenes del taller

pensar en la niñez, el origen de todo, el papel del destino. –¿Qué querías ser cuando eras chica? –Me imaginaba como una persona muy activa, pero más dedicada al trabajo social. Por eso estudié Asistencia Social y trabajé un tiempo en adopción. Me ocupaba de madres que, por diversos pro b l emas, tenían que entregar a sus hijos. –¿Y cómo llegaste a la restauración? –Me fui a vivir a Europa y mi vida tomó un giro distinto, hacia el lado del arte. Mi familia ya estaba muy metida en el tema, porque mi padre era pintor y mi abuelo coleccionista. Estando en Inglaterra, me acerqué a Sotheby´s para ver dónde podía estudiar. Justo me topé con el director y, hablando y hablando, me ofreció un puesto como asistente del restaurador principal. O sea que fui muy afortunada. –¿Vos venías trabajando en pintura? –Para nada. Fue el destino, un destino increíble. Y en mi carrera de restauración siempre fue así: estaba en el lugar justo en el momento preciso. Por ejemplo, cuando volví a la Argentina (sería en el año 80), el Maestro Corradini empezaba un curso por cuatro años. Él era un gran restaurador italiano, muy académico, que llegó a ser Fellow del Instituto Internacional de Conservación. Y bueno, coincidió la fecha exacta y empecé a estudiar con él. Después, en pintura mural trabajé con Manuel Serrano, que es un restaurador importante que ha hecho grandes obras en México. –¿Cuándo y cómo se determina la necesidad de una intervención? –En general nosotros solamente intervenimos en aquellos lugares donde hay una laguna. Por ejemplo, si hay un c u a d ro que tiene pérdidas de capas de pintura, se interviene únicamente en esos sectores donde hay faltantes, que se rellenan con una técnica, con un grafismo que de cerca se identifica y de lejos no. Por supuesto que hay que conocer el estilo, la época, y tenés que saber cómo tiene que quedar una obra. Pero la res-

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tauración tiene técnicas muy precisas. –¿Con qué materiales trabajan? –Son bastante específicos. No están en el comercio, sino que son especiales para restauración, por las características con que han sido creados. Por ejemplo, son reversibles, no se deterioran con el tiempo, no amarillean, no se vuelven ácidos. Hay una serie de condiciones que hacen a la conservación de la obra de arte en el tiempo. –¿Y hay posibilidad de prueba y error, o uno siempre tiene que ser exacto? –Hay prueba y error, por supuesto. De todos modos, cuanta más experimentación, menos prueba y error. Pero los restauradores trabajamos con un código de ética que surgió luego de las guerras mundiales (después de que se destruyeran tantos edificios y patrimonio en ge-

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neral), cuando en distintos países se empezó a reconstruir. Los especialistas se dieron cuenta de que no había un criterio unificado, y entonces comenzaron a reunirse y a dictar normas para seguir lineamientos en común. –¿Por ejemplo? –¿Hasta dónde re c o n s t ruir?, ¿cuánto i n t e rvenir y cuánto no? o ¿con qué materiales se interviene? –¿Te ha pasado estar frente a casos y tener que decir: 'No, acá no se puede hacer nada'? –Yo creo que casi todo se puede restaurar. Salvo, por ejemplo, cuando algo se quemó, que ya no tiene recuperación. P e ro si no, la mayoría de los deterioros, en cierta manera, se pueden intervenir. –¿Qué es lo que nunca hay que perder de vista?

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8. Vitreaux de La Merced 9. Teresa en plena tarea 10. Trabajos de restauración en espera

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–Pienso que la intención del artista; hay que respetarlo. Es muy importante cómo fue creada esa obra, cuál era la imp ronta del artista, la sensación estética que esa obra transmite. –¿Qué es lo que más disfrutás de tu trabajo? –Generalmente la parte final, que es el retoque. Pero disfruto todo. La lupa expert a Para restaurar hay que mirar. Hay que aguzar la visión hasta detectar en cada pincelada una historia, una huella. A partir de allí hay un lenguaje común y compartido: “Visto de lejos, el efecto es normal. Pero de cerca, un restaurador enseguida detecta las zonas donde intervino su colega”, contará Teresa después. Todo cobra vida en su propio mundo privado: un taller, un laboratorio, un refugio. Por una estrecha escalera se accede a su espacio de trabajo, una extensión de su casa a la que se llega luego de atravesar el jardín, donde el arte emana en todas sus formas. Está corporizado en cuadros con pesados marcos dorados, en esculturas antiquísimas, figuras religiosas y exóticas, muebles que exhiben su historia en cada veta de la madera más oscura. Y está también en sus herramientas. Como los pinceles, en tamaños que superan a la imaginación, y en los pomos y frascos que

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exhiben en su interior sustancias coloras e incoloras. Acaso las pociones que hacen posible la recreación. –¿La restauración es un art e ? –Es una técnica que está formada por muchas disciplinas que te permiten realizar tu tarea. O sea, para poder determinar la problemática de una obra, tenés que tener conocimientos de materiales, de Historia del Arte, un poquito de Química… –¿Hay lugar para la experimentación? –Sí, hay muchísimos centros que se dedican a esto. Tanto en universidades como en Roma, en el Instituto Central del R e s t a u ro; o en Inglaterra, en el Instituto Courtauld; o en Bruselas. Ellos analizan los materiales que se producen y manifiestan su opinión acerca de si son aceptables o no. También existen investigadores (físicos, químicos) que están tratando de producir otros materiales nuevos, co-

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mo, por ejemplo, un barniz que no se altere con el tiempo, que sea una barrera p e rmanente, que sea blando para que, si el día de mañana lo quieren reemplazar, se pueda. Es más, hay muchos materiales que estamos usando ahora y que no sabemos qué repercusión podrían llegar a tener dentro de 150 años. –¿Cuáles son los temas que se debaten hoy en la disciplina? –La educación para la conservación. Cómo cuidar de una obra de arte, cómo manipularla, cómo almacenarla, cómo exponerla, cuánta iluminación puede tener, al lado de qué puede o no estar; porque hay ciertos materiales que despiden acidez (sulfuro por ejemplo) y hay materiales neutros. La conservación previene la futura restauración. Teresa corta su relato y se entrega al fotógrafo. Ella —se nota— prefería hablar. Amante de la historia humana y sus e x p resiones más soberbias, como restauradora, ella se entrega a la encomiable labor de recuperar aquello que muchas veces pide, a gritos, ser redescubierto. Y así, en una tarea que requiere tanta responsabilidad como humildad —ésa que p e rmite reconocer el genio fuera de uno mismo—, le exige a ese tiempo perezoso y negligente, una prórroga, una mora. Y la consigue, con creces. Fiona Davis

8 de Diciembre de 1935

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1. El presidente del Jockey Club, don Félix de Alzaga Unzué junto al presidente de la República, Gral. Agustín P. Justo en aquel día memorable. 2 y 3. Jornada inaugural del Hipódromo de San Isidro.

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