José Miguel Baños Baños. Universidad complutense de Madrid

Dos tipos De intra nsitiviDaD en latín: sintaxis y seMántica* José Miguel Baños Baños Universidad complutense de Madrid [email protected] Resumen —

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Dos tipos De intra nsitiviDaD en latín: sintaxis y seMántica* José Miguel Baños Baños Universidad complutense de Madrid [email protected]

Resumen — la hipótesis de la inacusatividad o «intransitividad escindida» (split intransitivity) postula la existencia de dos tipos de verbos intransitivos (inergativos e inacusativos), una distinción gradual, de naturaleza semántica, asociada a rasgos como la telicidad o la agentividad, y que se releja en mayor o menor medida en determinados comportamientos morfosintácticos de las lenguas. pues bien, a partir de diversos estudios interlingüísticos sobre la intransitividad,mi propósito es mostrar que la distinción entre estos dos tipos básicos de intransitividad no sólo es extensible al latín sino que, además, ayuda a entender mejor fenómenos aparentemente tan diversos como la extensión del acusativo interno (vitam vivere), la formación de nombres de agente en -tor o la pasiva impersonal con verbos intransitivos (acriter pugnatur). Abstract — the so-called Unnacusative Hypothesis or split intransitivity entails the existence of two kinds of intransitive verbs (unergative and unnacusative), a gradual semantic distinction, associated to features of telicity or agentivity and relected – to a greater or lesser extent – in certain morpho-syntactic behaviors of languages. Well then, taking into account the cross linguistic studies on split intransitivity, my purpose is to show that this distinction between the two basic types of intransitivity may not only be extended to latin but can also help us to understand such apparently disparate phenomena as the extension of the internal accusative or cognate object (vitam vivere), the formation of agent nouns in -tor or the impersonal passivization with intransitive verbs (acriter pugnatur). Keywords — Unaccusative Hypothesis, split intransitivity, latin, unergative verbs, agentivity, telicity, cognate object, -tor nominalizations, impersonal passive

* este trabajo se inscribe en el marco del proyecto de investigación FFi200913402-C04 -02, inanciado por la Dgi.

• Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. 1 · Madrid 2013 · 759-790

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1 Dos tipos De verBos intransitivos: inaCusativos vs. inergativos los verbos intransitivos constituyen en todas las lenguas una clase heterogénea, sintáctica y semánticamente, pero, bajo esa diversidad, se puede establecer – es ya un lugar común en lingüística – dos clases semánticas fundamentales, los verbos «inergativos»(2) e «inacusativos» (3): (1) (2) (3)

a María hierve la leche todos los días b [deus] qui… terras movet («[el dios] que… mueve las tierras», plaut. Rud. 1) a María trabaja en una oicina todos los días [verbo inergativo] b María corre por el parque todas las tardes [verbo inergativo] a La leche hierve [verbo inacusativo] b si terra movet («si la tierra se mueve», tert. nat. 1.9.3) [verbo inacusativo]

si tomamos como punto referencia predicados transitivos como los de los ejemplos de (1), con sus dos polos semánticos, un sujeto agente (María, deus) y un objeto paciente o afectado (la leche, terras) por la acción verbal, los ejemplos de (2) y (3) ilustran dos tipos distintos de verbos intransitivos, ya que la naturaleza semántica del sujeto es diferente en cada caso. en los ejemplos de (2), el sujeto del verbo intransitivo (María) comparte características semánticas y sintácticas con el sujeto agente de un verbo transitivo. cuando eso ocurre estamos ante verbos «inergativos» o «intransitivos puros», es decir, aquellos que denotan actividades o procesos que dependen de la voluntad e intención de un agente, como en español bailar, luchar, dormir, llorar, correr, toser, etc. en cambio, los ejemplos de (3) ilustran un tipo de verbos intransitivos muy distinto, como muestra por lo demás la alternancia causativa de (1): el sujeto sintáctico de estos verbos (la leche hierve / terra movet) es tan paciente o afectado por la acción verbal como el objeto Directo correspondiente de los ejemplos de (1). en tales casos hablamos de verbos «inacusativos», es decir, de aquellos que denotan estados y eventos no agentivos como llegar, caer, morir, aparecer, existir, etc. la diferencia, tal como acabo de formularla, entre los dos tipos de verbos intransitivos sería de naturaleza semántica: el sujeto de 760

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los verbos inergativos es agente o presenta rasgos propios del sujeto agente de un verbo transitivo, mientras que el sujeto de un verbo inacusativo (y este es tal vez el hecho que más puede llamar la atención) es tan paciente o afectado como el objeto Directo de un verbo transitivo. en esta diferencia, en la existencia de estos dos tipos básicos de verbos intransitivos (inergativos e inacusativos), radica la llamada «hipótesis de la inacusatividad» (Unaccusative Hypothesis) o «intransitividad escindida» (Split Intransitivity). ¿estamos ante meras sutilezas semánticas? en absoluto. ocurre que esas diferencias entre los dos tipos de verbos intransitivos tienen relejo en la morfosintaxis de las lenguas. precisamente perlmutter (1978), el primero que llamó la atención sobre esta diferencia, formuló su hipótesis de la inacusatividad – en el ámbito de la Gramática Relacional1 – para intentar explicar por qué en determinadas lenguas sólo se documenta la pasiva impersonal con un tipo concreto de verbos intransitivos2. enunciada la hipótesis de la inacusatividad, en un primer momento fue sobre todo la Gramática Generativa (Burzio 1986) la que hizo suya esta distinción, la reformuló en términos sintácticos3 y, sobre todo, la justiicó por la existencia de distintos tests o diagnósticos que muestran, en último término, que el sujeto de los verbos inacusativos comparte, además de semánticas, características morfosintácticas con el objeto de los verbos transitivos.

1  para la Gramática Relacional, los argumentos de un verbo transitivo se etiquetan como 1 (sujeto-agente-inicial) y 2 (objeto paciente). pues bien, perlmutter (1978: 160) formula así su hipótesis: determinadas predicaciones intransitivas tienen 2 inicial (objeto directo) porque carecen de 1 (sujeto-agente). 2  sobre la pasiva impersonal volveré al inal del trabajo (§ 4.3). 3  en la formulación generativa (Burzio 1986), se habla de argumento externo (agente) y argumento interno (paciente) de un verbo transitivo. con los verbos inacusativos (que Burzio llama «ergativos»), por tanto, al carecer de argumento externo (agente) en un nivel abstracto de análisis, es el argumento interno el que acaba ocupando la posición sintáctica de sujeto. en otras palabras, la característica fundamental de los verbos inacusativos es que su único argumento «es un objeto nocional, a pesar de ser un sujeto sintáctico» (Mendikoetxea 1999: 1579).

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2 DiagnóstiCos De inaCusativiDaD voy a recordar y comentar brevemente tres de los diagnósticos de inacusatividad más conocidos y estudiados4: el empleo del auxiliar «ser» en las formas perifrásticas de pasado en diversas lenguas románicas y germánicas (§ 2.1), el empleo de clíticos pronominales en lenguas como el italiano y el francés (§ 2.2) y las construcciones de participio absoluto (§ 2.3) por ser el criterio más utilizado en español. 2.1 Empleo del auxiliar «ser» en las formas perifrásticas de pasado sin duda, el diagnóstico de inacusatividad más estudiado en las lenguas románicas y germánicas (Burzio 1986, sorace 2000, Manente 2008, entre otros), es el empleo del auxiliar «ser» con las formas perifrásticas de perfecto. como es bien sabido, en lenguas como el italiano, francés o alemán5, determinados verbos intransitivos y relexivos seleccionan el auxiliar correspondiente al verbo «ser» (essere, être, sein) en pasado, tal como muestran los ejemplos de (4) y (5). estamos en tales casos ante verbos inequívocamente inacusativos. el resto de verbos intransitivos, como ilustra (6), utiliza en cambio como auxiliar el verbo «haber»: (4) (5) (6)

Maria è arrivata / Marie est arrivée («María ha llegado» [lit. «María es llegada»]) Ein Mann ist eingetrofen («Un hombre ha llegado» [lit. «es llegado»]) a Giovanni ha telefonato / Jean a téléphoné («Juan ha llamado por teléfono») b Ein Mann hat geschlafen («Un hombre ha dormido»)

4  además de estos tres criterios y de los que comentaré (infra § 4) en el caso del latín (objetos cognados, formación de nombres de agente y pasiva impersonal), otros diagnósticos frecuentemente utilizados son las construcciones resultativas en inglés, las alternancias causativas similares a los ejemplos de (1a) / (3a), la posición posverbal del sujeto con construcciones locativas, el empleo atributivo de los participios pasivos, construcciones impersonales, etc. Una relación y comentario de estos y otros diagnósticos, en levin & Rappaport (1995), Kuno & takami (2004) o Bentley (2006), entre otros. 5  el empleo de dos auxiliares con verbos intransitivos se mantuvo todavía en inglés moderno temprano; en el caso de las lenguas romances, el rumano y el portugués, como el español, fueron reduciendo progresivamente el empleo del auxiliar «ser» (elvira 2001: 223). en Bentley (2006: 55-56 y 73) se ofrecen numerosas referencias sobre el alcance interlingüístico de este criterio.

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el fenómeno es suicientemente conocido por lo que sólo haré dos breves consideraciones: la primera, para recordar que los verbos inacusativos, en italiano o francés (4), no sólo seleccionan el auxiliar «ser» sino que además establecen concordancia entre el sujeto y el participio (Maria è arrivata / Marie est arrivée), lo que no ocurre con «haber» (6a). se trata por cierto de la misma concordancia y la misma selección del auxiliar que se da con el sujeto paciente de las construcciones pasivas transitivas. la segunda es de naturaleza diacrónica: aunque el español ha generalizado el empleo del auxiliar «haber» con todo tipo de verbos (transitivos, inergativos e inacusativos), mantuvo hasta el siglo xvi la distinción entre «ser» y «haber» como auxiliares perfectivos, tal como muestran los ejemplos de (7) del Cantar de Mio Cid o, todavía en 1535, valdés en su Diálogo de la lengua (8): (7) (8)

a Exido es de Burgos e arlançon ápassado (C M C , 201) b De un día es llegado antes el rey don alfons (C M C , 2013) los moços son idos a comer y nos han dejado (valdés)

2.2 Empleo de clíticos pronominales(ital. ne; fr. en). el segundo de los diagnósticos de inacusatividad, el empleo de clíticos pronominales como ne en italiano (Bentley 2006: 251-320) o en en francés (Manente 2008: 71-72), se ilustra con los ejemplos clásicos de (9) a (11), tomados de Burzio (1986: 21-23): el objeto Directo de los verbos transitivos (9a), cuando aparece cuantiicado (Giovanni inviterà molti esperti), puede ser retomado mediante el clítico pronominal ne (9b): Giovanni ne inviterà molti. pues bien, esa misma posibilidad de pronominalización la comparte el sujeto de verbos inacusativos como arrivare (10), pero no verbos inergativos como telefonare (11). Un comportamiento en parte similar, aunque más restringido, presenta en en francés6 y en catalán. 6  Paul a invité deux enfants à son anniversaire → Paul en a invité deux à son anniversaire (v. transitivo); Il est arrivé deux enfants → Il en est arrivé deux (v. inacusativo); la scène sur laquelle ont dansé deux enfants → *la scène sur laquelle en ont dansé deux (v. inergativo). legendre & sorace (2003) cuestionan la iabilidad de este test, ya que en determinados contextos pragmáticos también se puede pronominalizar el sujeto de un verbo inergativo: frente a la agramaticalidad de (11b) en italiano, en francés son aceptables frases como (des hommes) Il en a téléphoné / travaillé / parlé beaucoup dans ce bureau. para Manente (2008: 71-72), en cambio, el criterio es iable: ocurre simplemente que los ver-

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a Giovanni inviterà molti esperti («G. invitará a muchos expertos») b Giovanni ne inviterà molti (lit. «G. de-ellos invitará a muchos») [v. transitivo] (10) a Arriveranno molti esperti («llegarán muchos expertos») b Ne arriveranno molti («De-ellos llegarán muchos») [v. inacusativo] (11) a Telefoneranno molti esperti («telefonearán muchos expertos») b *Ne telefoneranno molti («? De-ellos telefonearán muchos») [v. inergativo]

De nuevo, pues, como ocurría con el empleo del auxiliar «ser», el sujeto de un verbo inacusativo como arrivare en italiano comparte características sintácticas con el objeto Directo de los verbos transitivos. 2.3 Construcciónes de participio absoluto ¿y en español? podríamos pensar que, frente al italiano o el francés, las diferencias entre verbos inergativos e inacusativos están ocultas bajo una morfología más opaca (De Miguel 1992: 46; Mendikoetxea 1999: 1626), ya que, además de la ausencia de clíticos pronominales partitivos como ne, se ha generalizado el uso de «haber» en los tiempos compuestos de los verbos. Hay, sin embargo, en español otras pruebas, diagnósticos o construcciones, que muestran la pertinencia de esta distinción entre verbos inergativos e inacusativos. la prueba más socorrida, aunque no la única7, son las construcciónes de participio absoluto, tal como ilustran los ejemplos de (12) a (14): bos inergativos, cuando son compatibles con la pronominalización en / ne, han sufrido un proceso de «dégradation» a inacusativos. la clitización pronominal y el empleo de cuantiicadores se utilizan como diagnósticos de inacusatividad en lenguas tan diversas como el turco, el ruso (en el caso de la particula distributiva po) o el japonés (Bentley 2006: 279-282). 7  para otros diagnósticos de inacusatividad en español, cf. Bosque (1989: 168-171), campos (1999: 1564-1568), Mendikoetxea (1999: 1581-1583) o cifuentes (1999), entre otros. así, por ejemplo, los verbos inacusativos (como los transitivos) admiten auxiliares de tipo aspectual (noticias acabadas de llegar o recién llegado / *un niño acabado de gritar o *recién sonreído) o emplean su participio con valor atributivo, como modiicador de un sintagma nominal (con un hombre caído / *bailado), pero, en cambio, no pueden aparecer en construcciones impersonales con se (De Miguel 1992: 133-197); determinados verbos inacusativos presentan como orden no marcado un sujeto postverbal (ha llegado Juan, aparecieron varias personas…), algo que sólo es posible con verbos inergativos con

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José M i guel B años B años (12) Derrotado el ejército pompeyano, César celebró la victoria («derrotar» trans.) (13) Muerto Carlomagno, se disolvió su imperio («morir», inacusativo) (14) a *Luchado Carlomagno, se extendió su imperio («luchar», inergativo) b *Bailada la niña, los padres se emocionaron… («bailar», inergativo)

en efecto, el objeto Directo de un verbo transitivo como derrotar puede conigurar una construcción de participio absoluto (12), derrotado el ejército pompeyano, una posibilidad que comparten también los sujetos de verbos inacusativos como morir en (13): muerto Carlomagno. en cambio, esta posibilidad está completamente vedada en el caso de los sujetos de verbos inergativos, tal como muestran los ejemplos de (14)8. 3 perspeCtivas De análisis: sintaxis y seMántiCa los tres criterios comentados son, creo, suicientes para ilustrar la hipótesis de la inacusatividad y justiicar la pertinencia de distinguir estos dos tipos de verbos intransitivos, un tema que ha suscitado una bibliografía casi inabarcable en las tres últimas décadas, tal vez porque constituye uno de los aspectos de la gramática de las lenguas donde resulta más evidente la interrelación entre la semántica de los verbos y sus características morfosintácticas. por resumir estos estudios9, la investigación se ha centrado, a veces con posturas enfrentadas, en el enfoque sintáctico (3.1) o semántico (3.2) del fenómeno, y en la discuuna expresión locativa inicial en ejemplos del tipo en este árbol anidan cigüeñas (torrego 1989), etc. 8  esta peculiaridad fue notada hace ya más de siglo y medio por el gramático andrés Bello (1847, § 432), al señalar que verbos como nacer o morir poseen participios (los llamó «deponentes») con propiedades especiales, ya que «decimos nacida la niña, muertos los padres, siendo la niña la que nació y los padres los que murieron». este diagnóstico de inacusatividad es también pertinente, en mayor o menor medida, en lenguas como el francés, italiano, inglés o alemán, y está sujeto, por lo general, a restricciones aspectuales: en francés (legendre & sorace 2003: 220-223) el evento expresado por el participio absoluto debe acabar (telicidad) antes de que comience el evento principal y debe ser resultado de un cambio (dinamicidad). en italiano, se excluye además, como en latín, la correfencialidad con el evento principal (loporcaro 2003). 9  como las referencias bibliográicas son interminables, remito al estado de la cuestión y a los capítulos introductorios de algunas de las monografías más conocidas sobre el tema: levin & Rappaport (1995: 1-30), Kuno & takami (2004: 1-30), alexiadou et al. (2004: 1-21), Bentley (2006: 1-28), etc.

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sión de hasta qué punto la separación entre verbos inacusativos e inergativos ha de entenderse en sentido rígido o de forma gradual (3.3). comentaré brevemente cada uno de estos enfoques, en la medida en que algunas de las relexiones tendrán después su aplicación al análisis de los datos latinos (4). 3.1 Perspectiva sintáctica la presentación misma que acabo de hacer de los diagnósticos de inacusatividad es un buen ejemplo del enfoque sintáctico. es el aspecto que más ha primado la gramática generativa, sobre todo en la década de los 80 (perlmutter & postal 1984, Burzio 1986), junto con la discusión teórica de cómo se formula y se formaliza dentro de la propia teoría generativa el desajuste en los verbos inacusativos entre su estructura supericial y profunda (alexiadou et al. 2004: 2-15). Un resultado positivo de no pocos de estos estudios es, desde un punto de vista tipológico, la constatación del alcance interlingüístico de la dicotomía (creissels 2008: 139-146): en lenguas tan diversas como el nahuatl o el japonés, el ruso o el hebreo, el nepalí o el georgiano, el vasco o no pocas lenguas australianas, es posible documentar fenómenos sintácticos o marcas morfológicas que distinguen, en mayor o menor medida, los dos tipos de verbos intransitivos. la lectura negativa, en cambio, tiene que ver con la validez y el alcance de los diagnósticos de inacusatividad (Forest 1995; cifuentes 1999): i. ocurre que un mismo criterio (por ejemplo, el empleo del auxiliar «ser») tiene un alcance diferente en lenguas tan próximas como el francés y italiano (legendre & sorace 2003), por no hablar de variaciones dialectales, generalizaciones o extensiones analógicas no siempre congruentes con la semántica del verbo (Bentley 2006: 55-59)10; ii. ocurre que no todos los verbos inacusativos responden por igual 10  así, en alemán (Keller & sorace 2003: 16), parejas de verbos como legen / liegen («poner algo tumbado / estar tumbado») o stellen / stehen («poner de pie / estar de pie») seleccionan haben en ambos casos (Ich habe das Buch auf den Tisch gelegt, «he puesto el libro sobre la mesa» / Das Buch hat auf den Tisch gelegen, «el libro ha estado sobre la mesa») cuando lo esperable sería sein en la predicación inacusativa, que es, por cierto, lo que ocurre en las variantes dialectales de Baviera y austria. en realidad, estos verbos se construían con sein en estadios anteriores y es en medio-alto alemán cuando se se-

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a un mismo diagnóstico: en español, por ejemplo, no todos los verbos inacusativos pueden aparecer en construcciones de participio absoluto (De Miguel 1992: 63-131). iii. y ocurre, incluso, que un mismo verbo, como veremos enseguida, se muestra variable en la aplicación de un criterio determinado (Dowty 1991: 605-614; Zaenen 1993;levin & Rappaport 1995: 5-10). 3.2 Enfoque semántico así las cosas, para dar respuesta en parte a estos desajustes, se ha impuesto, a partir de los años 90, el enfoque semántico: más allá de su expresión morfosintáctica, lo fundamental es determinar, por un lado, los grupos de verbos pertenecientes a cada categoría y, por otro y sobre todo, los rasgos semánticos que deinen y caracterizan a los verbos inacusativos frente a los inergativos (van valin 1990, Dowty 1991, levin & Rappaport 1995, entre otros). en realidad, ya desde las primeras formulaciones de la hipótesis de la inacusatividad (perlmutter 1978: 162-164) se señaló una correspondencia entre la clase de verbos inacusativos y ciertos contenidos verbales. Un ejemplo de este enfoque en español es Mendikoetxea (1999: 1584): la autora distingue dos clases semánticas fundamentales de verbos inacusativos que coinciden básicamente con clasiicaciones similares en inglés, francés o italiano: (i) los verbos de cambio de estado (engordar, romperse, palidecer, encoger, brillar, hundirse, hervir, etc.) y de ubicación (llegar, partir, salir, descender, etc.); y (ii) los verbos de existencia (existir, permanecer, durar, etc.) y aparición (aparecer, resultar, morir, surgir, suceder, etc.). pero, más allá de taxonomías y clasiicaciones, y a veces en paralelo a ellas, la distinción entre verbos inacusativos e inergativos ha sido puesta en relación con dos rasgos semánticos fundamentales, la telicidad y la agentividad, rasgos semánticos que a veces son inherentes a determinados verbos, pero que en otros casos caracterizan al conjunto de la predicación. en cuanto a la agentividad, no creo que sea necesario insistir en su relación con conceptos como control, volición, intención, etc., pero lecciona haben, siguiendo una tendencia compartida por muchas lenguas romances a generalizar el verbo «haber» como auxiliar del pasado.

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sí recordar, de la mano de autores como van valin (1990) o Dowty (1991), que existe una jerarquía escalar y no rígida entre los macropapeles de actor y afectado o, en la reformulación de Dowty, entre las funciones semánticas de proto-agente y proto-paciente, con situaciones intermedias o menos prototípicas, donde el grado de control, intencionalidad, volición, implicación, etc. es variable o contextual: por poner un ejemplo, en no pocas lenguas los verbos que expresan procesos corporales (eructar, vomitar, orinar, etc.), aunque se suelen realizar como inergativos, también pueden hacerlo como inacusativos según se entienda la actividad más o menos involuntaria. ahora bien, de hacer caso a no pocos estudios, por encima de la agentividad es el factor aspectual de la telicidad el que determina el comportamiento de un verbo como inacusativo o inergativo. en este sentido, se podría formular la siguiente generalización: si un verbo intransitivo es télico (es decir, si incorpora en su contenido la idea de un límite inicial y / o inal de la acción) se realizará como inacusativo, mientras que si es atélico (es decir, si expresa un proceso o una actividad durativos, no limitados desde el punto de vista de su aspecto léxico), se realizará como inergativo11. la diferencia entre télico y atélico se muestra, por ejemplo, en la compatibilidad con expresiones de duración (los inergativos) o de plazo de tiempo (los inacusativos): (15) ha corrido por el parque durante una hora / *en una hora (atélico: inergativo) (16) llegó a casa en cinco minutos / *durante cinco minutos (télico: inacusativo)

He ilustrado la diferencia con verbos como llegar y correr para mostrar de paso cómo, aun siendo ambos verbos de movimiento, su distinta naturaleza aspectual determina su adscripción a un tipo u otro de verbos intransitivos. los verbos que expresan un desplazamiento orientado y con límites inicial y / o inal (como llegar, salir, partir, caer, etc.) son inherentemente télicos y se realizarán por tanto como inacusativos, mientras que aquellos verbos que expresan una manera de movimiento (como andar, caminar, correr, saltar, etc.) son atélicos e inergativos. 11  la existencia de una correlación estricta entre inacusatividad y telicidad ha sido señalada, entre otros, por van valin (1990) o, para el español, pérez & Moreno (2007). por el contrario, levin & Rappaport (1995) o De Miguel (1992) sostienen que tal correlación es sólo una tendencia, dado que existen grupos de verbos inacusativos atélicos.

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con independencia de que se trate de una correlación estricta o de una simple generalización, esta diferencia aspectual explica no pocos casos en los que un mismo verbo parece comportarse a la vez como inacusativo o inergativo, tal como muestra el verbo correre en italiano en los ejemplos de (17) y (18). se trata de un verbo de manera de movimiento y, por tanto, en principio atélico, inergativo, lo que explica que seleccione el auxiliar avere (17): Giovanni ha corso per tre ore. ahora bien, contextualmente correre se puede realizar como télico cuando presenta un complemento preposicional que exprese el término del movimiento (levin & Rappaport 1995:185-189) y en tal caso selecciona como auxiliar essere(18): (17) Giovanni ha corso per tre ore (atélico: inergativo) (18) Giovanni è corso a casa in due ore (télico: inacusativo)

3.3 Una diferencia gradual el hecho, por tanto, de que un mismo verbo se realice como inacusativo o inergativo, más que invalidar el criterio del empleo del auxiliar como marca de inacusatividad, muestra, por un lado, que los rasgos semánticos de telicidad y agentividad caracterizan no sólo al verbo, sino al conjunto de la predicación, y, por otro, que no se puede establecer una frontera estricta, rígida, entre los dos tipos de verbos intransitivos, sino que habría que hablar más bien de una intransitividad «luida» (creissels 2008). tal vez la propuesta más interesante en este sentido es la planteada por sorace (2000, 2004): la elección del verbo auxiliar («ser» / «haber») muestra, según la autora, la existencia de una jerarquía, de un continuum entre dos polos, tal como intento relejar en (19), una jeraquía deinida primariamente por el rasgo aspectual de la telicidad y sólo secundariamente por la agentividad del predicado: en uno de los extremos de la escala estarían los verbos prototípicamente inacusativos (los verbos de cambio de posición o estado, que son inherentemente télicos: tipos 1 y 2) y en el otro los prototípicamente inergativos (los verbos que expresan manera de movimiento o actividades no mocionales: tipos 6 y 7). en medio se encontrarían aquellos verbos de comportamiento más variable:

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D os t i pos D e i ntr ansi t i vi DaD e n latí n: si ntaxi s y se Mánti C a CuaDro (19): Jerarquía escalar de la intransitividad (adaptado de sorace 2000, 2004) tipos seMántiCos 1. cambio de posición (llegar) 2. cambio de estado (morir) 3. Mantenimiento de un estado (durar) 4. existencia de un estado (existir) 5. procesos incontrolados (sudar) 6. Maneras de movimiento (correr) 7. actividades no mocionales (trabajar)

auxiliar CoMportaMiento (ital./ Fr.) sintáCtiCo essere / être essere / être-(avoir) + inacusativo essere / avoir essere / avoir avere / avoir avere / avoir avere / avoir

+ inergativo

cada lengua, desde un punto de vista morfosintáctico, establece la frontera entre cada categoría de manera más o menos restrictiva: por seguir con el empleo del auxiliar como criterio de inacusatividad, en italiano la existencia de un estado (los verbos del grupo 4) es garantía suiciente para marcar su estatus inacusativo, mientras que en francés, que tiene una clase de verbos formalmente inacusativos más reducida, parece ser el cambio de posición el criterio esencial. aunque cabe preguntarse si esta jerarquía escalar, válida para explicar la elección del verbo auxiliar, es extensible o no a otros diagnósticos de inacusatividad, lo que sí parece claro es que, al menos en la elección del auxiliar, la naturaleza télica o no del predicado (o del conjunto de la predicación) prevalece sobre su carácter agentivo. en los ejemplos de (17) y (18) acabamos de ver cómo el verbo correre en italiano varía su auxiliar según la naturaleza télica o no de la predicación; en cambio, los ejemplos de (20) y (21) muestran cómo no varía el empleo del auxiliar «ser» por el hecho de que la predicación se entienda o no como agentiva e intencional (legendre & sorace 2003: 193): (20) Maria è caduta apposta per non andare a lavorare / Marie est tombée volontairement pour ne pas aller travailler (predicación agentiva-intencional) (21) Il vaso è caduto dal tavolo / Le vase est tombé de la table (predicación no agentiva)

por hacer una mínima recapitulación de todo lo expuesto hasta ahora, podría decirse que la distinción entre verbos inergativos e in770

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acusativos es de naturaleza semántica, asociada a determinados tipos de verbos y a rasgos como la telicidad o la agentividad, que se releja en mayor o menor medida en comportamientos morfosintácticos, con lenguas más explícitas y otras más opacas, y sin que tenga sentido establecer una frontera estricta, sino más bien un continuum escalar con situaciones o verbos más prototípicos que otros. 4 la intransitiviDaD esCinDiDa en latín con este marco previo, es el momento ya de preguntarnos si el latín establece algún tipo de diferencia entre los dos tipos de verbos intransitivos. De entrada, podría pensarse que se trata de una lengua opaca, en la medida en que los tres criterios que acabamos de comentar como diagnósticos de inacusatividad no parecen tener relejo ni pertinencia. De ser así, el latín sería una de las lenguas que muestra que la «unaccusativity is not necessarily syntactically encoded» (alexiadou et al. 2004: 12). es más, la práctica inexistencia de estudios especíicos sobre el tema, al menos en latín clásico12, podría entenderse como una 12  Una excepción es el interesante trabajo de Gianollo (2005), en el que se deiende que la voz media en latín (y, en concreto, los verbos deponentes) parece estar determinada por los mismos rasgos semánticos que la inacusatividad. al in y al cabo, si la voz pasiva es una construcción sintácticamente inacusativa (se caracteriza por un sujeto inagentivo, interno, afectado), y los verbos deponentes en latín presentan una morfología pasiva (-r), es lógico pensar que estos últimos expresan el mismo tipo de intransitividad. es posible que así fuera en un estadio antiguo, ya que, como mostró Flobert (1975: 550), los deponentes latinos son originariamente verbos intransitivos. pero esta situación se desdibuja en época clásica y postclásica, por el aumento considerable del número y tipos de verbos deponentes (por ejemplo, preijados) y por procesos analógicos que alteran la coherencia interna inicial: «there are many disturbing factors which render data not so perspicuous, and also that the deponent class is undergoing a deep change which is in act since the earlier stages of attested latin, and which causes the -r lexion to lose its original function» (Gianollo 2005: 101). Falta, con todo, un estudio en profundidad de los verbos deponentes latinos y su relación con otros medios de expresar una intransitividad inacusativa (por ejemplo, con los verbos de estado en -eo), sobre todo en latín tardío: el uso de pronombres relexivos (cennamo 1999), la intransitivación progresiva de verbos transitivos (Feltenius 1977, sánchez salor 1981, García Hernández 1990), la extensión de construcciones impersonales (cennamo 2011), etc. al in y al cabo, los verbos que seleccionan «ser» como auxiliar en las lenguas romance son un resto parcial de los deponentes latinos. no deja de ser signiicativo, en in, que, en el estudio de la intransitividad en español, los verbos inacusativos se denominen también «deponentes» (Bosque 1989: 169; elvira 2001: 23).

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conirmación de que es poco lo que se puede decir al respecto o, lo que es lo mismo, que no existen criterios morfosintácticos que hagan visible esta diferencia semántica13. lo cual no deja de ser, cuando menos, sorprendente: si, como muestran los estudios tipológicos, esta dicotomía está presente de manera explícita (morfosintácticamente) en muchas y muy diversas lenguas (creissels 2008), cabría esperar que se relejara también en latín, máxime cuando resulta evidente en su continuación natural: en las lenguas romance. pues bien, un análisis detenido de los datos latinos muestra, a mi juicio, la existencia de varios diagnósticos, de validez ya probada en otras lenguas, que revelan, también en latín, la pertinencia de esta split intransitivity. Mi modesta aportación va a ser precisamente poner de maniiesto algunas de estas construcciones, bien conocidas pero no siempre bien explicadas, y que cobran una nueva dimensión – y se entienden mejor – cuando se analizan desde esta perspectiva: como espero demostrar, fenómenos tan diversos como el empleo de acusativos internos (4.1), la formación de nombres de agente en -tor (4.2) o la pasiva impersonal (4.3) guardan relación entre sí y, en último término, muestran la pertinencia, también en latín, de la distinción entre verbos inergativos e inacusativos. 4.1 El acusativo interno en latín (y en griego) el acusativo interno, como es sabido, presenta en latín dos tipos básicos, según que éste sea de la misma raíz que el verbo (pugnam pugnare) o del mismo campo semántico (proelium pugnare). en (22) se ilustran las dos posibilidades, sin olvidar ejemplos pasivos como los de (23) que muestran que estos acusativos se formalizan como objetos Directos sintácticos: (22) a quasi non servitutem serviat («como si no sirviera una esclavitud = como si no fuera verdaderamente esclavo», plaut. Mil. 482) b ut profecto vivas aetatem miser («…de tal forma que a buen seguro serás toda tu vida un desgraciado», plaut. Amph. 1023) c non pugnavit… solus dicenda musis proelia («no fue el único  además de las construcciones que se comentan a continuación, también la preverbación de los verbos intransitivos en latín se explica mejor desde la perspectiva de la inacusatividad. Romagno (2003), por ejemplo, ha puesto de maniiesto que la preverbación convierte a verbos intransitivos inergativos (atélicos) en transitivos (télicos): laboro, curro, eo, pugno → elaboro, percurro, obeo, oppugno, etc. 13

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José M i guel B años B años en librar batallas dignas de ser contadas por las musas», Hor. carm. 4.19-21) (23) a haec illic est pugnata pugna usque a mani ad vesperum («esta lucha ha sido librada allí de la mañana a la noche», plaut. Amph. 253) b narras… / pugnata sacro bella sub ilio («narras… los combates librados al pie de la sagrada ilión», Hor. carm. 3,19,3-4)

De entrada resulta al menos pertinente la comparación entre el griego y el latín porque normalmente se hacen las mismas relexiones en ambas lenguas. en efecto, en no pocas gramáticas griegas, pero también en estudios más recientes, se da a entender que cualquier verbo intransitivo puede transitivizarse con este tipo de acusativos, una situación que se hace extensible al latín y que se presenta como un rasgo distintivo de las lenguas clásicas, frente al empleo restrictivo de este tipo de objetos cognados en las lenguas modernas: «Un verbo intransitivo cualquiera puede transitivizarse con uno de estos acusativos [internos]» (adrados 1992: 97-98). «in latin and ancient Greek the use [cognate object] is much more widespread (…) and seems possible with virtually every intransitive verb, even with unaccusatives» (Bary & swart 2005: 17). y la verdad es que ejemplos del griego como los de (24), con acusativos internos con verbos típicamente inacusativos como «salir», «caer» o «morir», parecen conirmar esta generalización: (24) c πάσας δὲ διεξόδους διεξελθὼν ἀποστραφῆναι («y escapar saliendo todas las salidas», pl. R 405c) b εἰ παλαισθεὶς πτῶμα θανάσιμον πεσῇ («si, vencido en la lucha, caes [en] una caída mortal», eur. El. 686) a αὐτοῦ γάρ κε καὶ ἄμμες ἀπωλόμεθ᾽ αἰπὺν ὄλεθρον («pues hubiéramos muerto allí nosotros una dolorosa muerte», Od. 9.303)

sin entrar en el análisis de los datos griegos, lo que sí se puede decir es que la realidad del latín es notablemente distinta14: ¿cualquier 14  Dejando a un lado motivaciones pragmáticas y razones estilísticas (Rosén 1996), que son con todo fundamentales para explicar el empleo del acusativo interno, no está de más una relexión, que, por obvia, muchas veces se olvida: este tipo de acusativos internos o de igura etimológica se dan también, y en términos absolutos con mucha más frecuencia, con verbos típicamente transitivos (facta facere, dicta dicere, acta agere, dona dare, etc.), es decir, no son un empleo propio o exclusivo de los verbos intransitivos. sobre los problemas de análisis sintáctico que plantea el acusativo interno en griego y en latín, cf. Bortolussi (1988) y villa (2007).

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verbo intransitivo puede presentar en latín un acusativo interno? la respuesta es: no (Baños, en prensa-a). para demostrarlo, baste la siguiente relación (25), creo que exhaustiva, de aquellos verbos intransitivos que en latín arcaico y clásico documentan (aunque sólo sea un ejemplo, y en muchos casos así es) un acusativo interno: (25) Relación de verbos intransitivos que documentan un acusativo interno en latín arcaico y clásico15: bello («guerrear»), certo («competir»), curro («correr»), [decurro («bajar corriendo»), excurro («salir corriendo»), transcurro («pasar corriendo»)], edormisco («dormirse»), eo («andar, ir») [abeo («alejarse»), commeo («ir de un lugar a otro»), redeo («dar la vuelta»)], leo («llorar»), furo («estar fuera de sí»), garrio («charlotear»), gaudeo («gozar, disfrutar»), insanio («estar loco»), laboro («trabajar»), ludo («jugar»), milito («servir en el ejército»), noceo («hacer mal»), oleo, oboleo («oler»), pecco («cometer una falta»), pergo («proseguir»), prandeo («almorzar»), proiciscor («partir, salir»), pugno («luchar»), regredior (retroceder»), rideo («reir(se)»), salto («bailar»), servio («servir»), sitio («tener sed»), somnio («soñar»), sudo («sudar»), triumpho («triunfar»), vigilo («estar en vela»), vivo («vivir») vomo («vomitar)

pues bien, la simple lectura de los verbos de (25), ordenados alfabéticamente, muestra que se trata por lo general de actividades o procesos atélicos, durativos, de carácter voluntario y con un mayor o menor grado de agentividad (correr, dormir, andar, trabajar, luchar, etc.), es decir, de verbos prototípicamente inergativos. ello resulta evidente si ubicamos ahora los verbos latinos intransitivos de (25) en la escala de jeraquía de sorace (2000, 2004), tal como se recoge en el cuadro (26). los datos son, creo, más que signiicativos: aunque se podría discutir el detalle de si tal o cual verbo (oleo o somnio, por ejemplo) hay que entenderlo como un proceso incontrolado aunque voluntario, más que como una actividad16, la conclusión última  los datos proceden de las siguientes fuentes: Bennet (1914: 195-208), Kühner-stegmann (1914, ii.1: 274-278), Bassols (1945: 146-152), Hofmann-szantyr (1965: 38-40), Rosén (1981:101-103; 1996), touratier (1994: 382-385) y serbat (1996: 123-130). 16  para estos extremos, y para datos puntuales de frecuencia, remito a Baños (en prep.)a. no puedo detenerme tampoco a comentar el distinto comportamiento de vivo y morior en latín clásico y sus aparentes diferencias (Mendikoetxea 1999: 1610) con vivir y morir en español. por otra parte, algunos verbos alternan estos acusativos con ablativos internos (curriculum / curriculo currere), mientras que con verbos inacusativos el ablativo alterna, en todo caso, con un nominativo (luce / lux lucet). Datos en Rosén (1981: 181-248; 1996: 130-134) 15

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se visualiza claramente: el acusativo interno está asociado en latín a verbos inergativos. y cuanto más prototípicamente inergativo es un verbo, también con más frecuencia (pugno, uiuo, salto) documenta este tipo de construcción. CuaDro (26): los verbos latinos con acusativo interno en la jerarquía escalar de sorace grupos verBos latinos Con seMántiCos aCusativo interno inacusativos 1. cambio de posición 2. cambio de estado 3. continuación del estado 4. existencia del estado 5. procesos incontrolados: insanio, oleo, oboleo, sudo, sitio, 7 verbos somnio, vomo 6. procesos de movimiento: curro [decurro, excurro, 11 verbos transcurro], eo [abeo, commeo, redeo], pergo, proiciscor, regredior 7. actividades no bello, certo, edormisco, leo, garrio, mocionales: 18 verbos gaudeo, laboro, ludo, milito, pecco, prandeo, pugno, rideo, salto, servio, triumpho, vigilo, vivo inergativos

en el extremo opuesto, superior, de la tabla, no se documentan ejemplos de acusativo interno con verbos de movimiento que expresan inherentemente un cambio de posición (como egredior «salir», advenio «llegar», cado «caer», etc.), es decir, con verbos inacusativos télicos. en cambio, este acusativo sí se documenta (y con relativa frecuencia) con verbos agentivos que expresan manera de movimiento, como curro (y sus compuestos) en el ejemplo (27), un verbo por naturaleza inergativo, y también con verbos que expresan un movimiento no orientado como eo (en el sentido de «caminar, andar») y, por extensión, con determinados compuestos (redeo, abeo, ineo), tal como se ejempliica en (28) y (29). en tales casos es su naturaleza agentiva el factor fundamental que determina su adscripción inergativa, con independencia de que contextualmente se puedan realizar como télicos. así, por ejemplo, en (28) las formas de imperativo presuponen una situación controlada y en (29) el contexto es también inequívoco: en (29a), el ininitivo proicisci (es, por cierto, el único ejemplo 775

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documentado con este verbo), depende de un verbo impresivo como cogor, lo que implica el carácter controlado de la subordinada, como también ocurre con regredere conare en (29b) o ire contendit en (29c): (27) cur non eosdem cursus … cucurrerunt («¿por qué no siguieron recorriendo… el mismo camino…?», cic. leg. agr. 2.44) (28) a «suis utrisque superstitibus praesentibus istam viam dico; ite viam.» praesto aderat sapiens ille qui inire viam doceret. «redite viam.» («‘presentes los testigos de ambas partes, yo os señalo este camino: ¡andadlo!’ allí estaba presto el famoso sabio para mostrarles el camino a seguir: ‘¡desandadlo!’», cic. Mur. 26) b sine me hinc abire, tu abi tacitus tuam uiam («déjame marchar de aquí y tú sigue en silencio mi camino», plaut. Rud. 1027) (29) a magnumiter ad doctas proficisci cogor athenas («me veo obligado a emprender un largo camino, hacia la docta atenas», prop. 3.21.1) b quo nunc gradum regredere conare? («¿adónde intentas volver tus pasos?», enn. trag. 5) c caesar iter constitutum ire contendit («césar se esforzó por hacer la marcha previamente establecida», Bell.Afr. 6.4)

Más allá de comentarios puntuales (Baños, en prep.-a), la generalización que he formulado para el latín, es decir, que el acusativo interno aparece restringido a predicados inergativos con sujetos agentivos, tiene además numerosos paralelos en otras muchas lenguas, a veces muy alejadas del ámbito indoeuropeo. así, se ha convertido en una cita obligada el estudio de austin (1982) sobre un grupo de lenguas australianas, en el que constató que el empleo de objetos cognados estaba limitado a siete verbos intransitivos («hablar, dormir, bailar, jugar, andar, vestir y pintar»), todos ellos, por cierto, inergativos. pero, sin necesidad de acudir a lenguas exóticas, en español ocurre lo mismo: los verbos inacusativos «no admiten objetos de los llamados ‘cognados’, que suelen aparecer con los verbos inergativos» (Mendikoetxea 1999:1610). y otro tanto ocurre en francés (Zribi-Hertz 1987, larjavaara 2000) y en inglés (levin & Rappaport 1995: 148): «only unergative verbs can appear in the cognate object construction. no unaccusative verbs can»17 (Kuno & takami 2004:107). 17  sin embargo, Kuno & takami añaden que esta generalización no es del todo válida ya que algunos verbos considerados inacusativos presentan también un objeto cognado (2004: 111-117). Unas excepciones que se pueden justiicar si la generalización

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4.2 La formación de nombres de agente en -tor el segundo diagnóstico de inergatividad en latín que me gustaría comentar es la formación de nombres de agente en -tor.sólo que en este caso voy a empezar comentando el alcance y validez de este criterio en español y en otras lenguas. en la reciente e imprescindible Nueva Gramática de la lengua española, de la Real academia, se lee lo siguiente (la cita es larga, pero su lectura me va a ahorrar no pocas relexiones similares para el latín): (30) «los sustantivos en -dor / -dora (y sus variantes) que designan personas se derivan tanto de verbos transitivos (registrar > registrador) como intransitivos (correr > corredora). los segundos suelen proceder de los verbos que (…) se denominan intransitivos puros o inergativos: conspirador, conversadora, corredor, jugador, nadadora, remador (también remero), soñadora, si bien algunos de ellos admiten también acepciones transitivas. en ocasiones, estas voces provienen de los verbos llamados inaCusativos (…) en contextos en los que denotan ciertas acciones de carácter intencional, lo que hace pensar que han dejado de pertenecer propiamente a esta clase sintáctica. es el caso de llegador (en el ciclismo y en otros deportes). se usa entrador (a veces en alternancia con entrón) en gran parte de américa como adjetivo («que tiene iniciativa en las relaciones sociales y se gana fácilmente la simpatía de los demás»), si bien parece relacionado con una acepción de entrar (entrar a alguien «abordarlo, acercársele con alguna intención»). se emplea asimismo el adjetivo salidor («amigo de salir mucho de casa»), en chile, el Río de la plata y en el caribe continental» (rae 2009, vol. i: 456: 6.7.c. el subrayado es nuestro)

la generalización del español (laca 1993; campos 1999: 1567) es extensible a otras muchas lenguas europeas, como, por ejemplo, a las formaciones en -eur del francés (Zribi-Hertz 1987) o en -er del inglés (Rappaport & levin 1992): sólo los verbos intransitivos inergativos permiten la formación regular (31) de derivados agentivos en -dor, -tor (del mismo modo que los verbos transitivos agentivos) y las aparentes excepciones, es decir, verbos inacusativos con formaciones de agente se basa en restricciones aspectuales: «only atelic verbs, i.e. verbs without an inherent endpoint, can occur in the cognate object constructions» (swart 2007: 36).

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en -dor, implican en realidad una modiicación del signiicado habitual de estos verbos al adquirir un valor más agentivo: (31) trabajar > trabajador, correr > corredor, escribir > escritor… [v. inergativos] (32) aparecer > *aparecedor, venir > *venidor, morir > *moridor [v. inacusativos]

pues bien, esta generalización es tambien extensible al latín: la formación de nombres de agente en -tor constituye un criterio de caracterización de verbos inergativos. en su estudio sobre la plurivalencia de los nombres de agente en -tor, Fruyt (1990) comenta las diversas clases léxicas que conigura en latín, en un continuum «entre une lexicalisation [los grupos que designan oicios y funciones sociales] et une gramaticalisation» (1990: 70), que es la que representan, en último término, las formaciones de agente en -tor asociados a una raíz verbal, formas que la autora considera «quasi-participiales» (1990: 61). Dichas formaciones suponen la nominalización de un predicado verbal y, por tanto, cabe esperar, como ya señaló Benveniste ([1948]1975), un paralelismo entre las propiedades sintácticas y semánticas de este tipo de sustantivos y las de los verbos a los que se asocian. pues bien, a partir de esta última idea (ducit exercitus < > ductor exercitus), torrego (1996)muestra la existencia de restricciones evidentes en la formación de estos nombres en -tor:por un lado, los predicados que admiten un nombre de agente presentan, en su sujeto, el rasgo / + control / y, por otro, se asocian, sobre todo, a predicados transitivos. para justiicar su airmación, la autora se detiene a explicar aquellos ejemplos o formaciones donde el rasgo / + control / no resultaba tan evidente, sobre todo con verbos intransitivos. pues bien, tanto esta generalización como la explicación puntual de los ejemplos aparentemente anómalos son totalmentes congruentes con la tesis que estamos sosteniendo y que podría reformularse en los siguientes términos: en latín, los verbos intransitivos que documentan nombres de agente en -tor o son inequívocamente inergativos (saltator, pugnator, bellatrix, cursor, etc.) o se realizan como tales, es decir, aparecen en contextos en los que la situación se entiende claramente como voluntaria o intencionada. es el caso de los ejemplos de (33) a (37), para cuyo comentario puntual remito a las atinadas explicaciones de torrego (1996: 184-190). se trata, como se puede ver, en los tres primeros ejemplos, de verbos 778

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que expresan procesos corporales (uomitor, dormitor, ructatrix), procesos que se realizan habitualmente en otros muchas lenguas como inergativos (3.2) y que en los contextos en que aparecen en latín se entienden inequívocamente como situaciones agentivas o intencionadas. así, en (33a) séneca critica a quienes se provocan voluntariamente el vómito con el estómago vacío, Marcial recuerda en (33b) el mito de endimión, de quien se enamoró la luna y a quien Zeus concedió el sueño eterno, un sueño, por tanto, buscado, querido; y en (34) mentha ructatrix es un empleo claramente causativo. consideraciones similares se podrían hacer para explicar un hápax como (35), en el que la uxor le «ladra» al marido en sentido igurado («enfadarse») pero no precisamente de forma involuntaria, o, en in, para entender el ejemplo plautino de (36), cuya interpretación ha suscitado más de un comentario18: (33) a quid liberale habent isti ieiuni vomitores …? («¿Qué tienen de liberal esos [depravados] que se provocan el vómito con el estómago vacío..»? sen. epist. 88.19) b quid tibi dormitor proderit Endymion? («¿Qué provecho sacas con [el mito / la lectura de] endimión, el que quería dormir / dormilón?», Mart. 10.4.4) (34) nec dest mentha ructatrix («no falta la menta que provoca eructos / latulenta», Mart. 10.48.10) (35) sed nolo mi [uxorem] oblatratricem in aedis intro mittere («pero no quiero meter en casa a una mujer dispuesta a ladrarme», plaut. Mil. 681) (36) [Ba.] sed qur sedebas in foro, si eras coquos, tu solus…? # [co.] … hoc ego fui hodie solus obsessor fori … me nemo potest minoris quisquam nummo ut surgam subigere («[Balión] pero, si eras un buen cocinero, ¿por qué fuiste el único que te quedaste sentado…? 18  este ejemplo merece una explicación puntual, en parte porque es citado por Fruyt (1990: 61) para apoyar precisamente su airmación de que -tor no es portador de un sentido «agentivo», ya que está asociado en este caso a un verbo de estado como obsideo «estar sentado». en primer lugar, no se puede desechar (torrego 1996: 189-190) que plauto esté jugando con el doble sentido (intransitivo y transitivo) de obsideo («estar sentado / asediar»), lo que justiicaría la formación, teniendo en cuenta además que en el resto de autores que lo documentan obsessor presenta siempre un valor agentivo evidente (así, por ejemplo, en cic. dom. 13, obsessor curiae, «sitiador de la curia», paralelo al obsessor fori plautino y acompañado además de otros nombres de agente: concitator, percussor, lapidator, depopulator). pero es que, aun manteniendo el sentido de «estar sentado» en (36), la explicación que acompaña a solus obsessor (me nemo potest… ut surgam subigere),

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D os t i pos D e i ntr ansi t i vi DaD e n latí n: si ntaxi s y se Mánti C a # [cocinero] por eso he sido hoy yo el único que se mantuvo sentado en el foro:… a mí, por menos de un escudo nadie me hace levantar de mi sitio», plaut. Pseud. 800-807)

4.3 La pasiva impersonal como recordaba al principio, la formulación de la hipótesis de la inacusatividad tuvo su origen en un trabajo de perlmutter (1987) en el que trataba de explicar por qué en lenguas como el holandés o el turco sólo un grupo de verbos intransitivos (los que hemos llamado inergativos) puede aparecer en pasiva impersonal. su explicación era de naturaleza sintáctica, estructural: si la pasiva de un verbo transitivo supone la promoción de un objeto paciente a la posición sintáctica de sujeto, en el caso de los verbos inacusativos el paciente aparece ya como sujeto supericial, por lo que la pasiva morfológica con estos verbos no tiene razón de ser. explicaciones al margen, desde una perspectiva interlingüística numerosos trabajos han mostrado hasta qué punto la impersonalidad (se exprese esta de forma más morfológica, con la misma marca que la voz pasiva, o de manera más léxica, mediante aijos, pronombres, etc.) constituye un criterio de diferenciación entre los verbos intransitivos: en español, por ejemplo, el emplo de se impersonal no presenta restricciones en el caso de verbos inergativos, pero sí en cambio con los inacusativos19. pero, centrándonos en la pasiva como expresión de impersonalidad, en aquellas lenguas que la documentan con verbos intransitivos (el francés, alemán u holandés)20 se ha demostrado que sólo los verbos tal como he intentado relejar en la traducción, insiste en la idea de que el cocinero ha permanecido sentado deliberadamente: no se levantó porque se negaba a aceptar un salario miserable por sus servicios. 19  aunque la cuestión es compleja (Mendikoetxea 1999: 1701), con los verbos inacusativos se impersonal aparece únicamente con aspecto genérico y no resulta natural en pretérito (De Miguel 1992: 135): se crece más si se desayunan cereales / *se creció más en E EU U y por eso hay allí mejores baloncestistas. Bosque (1989: 170) observa también que, a diferencia de los inergativos, los verbos inacusativos no son compatibles con el uso impersonal de la tercera persona del plural activa: en los bares gritan mucho / *en los bares siempre llegan tarde. 20  así, por ejemplo, para el francés Zribi-Hertz (1987) y cummings (2000); para el aleman, Keller & sorace (2003); y para el holandés, además de perlmutter (1987), Zaenen (1993). en Malchukov & siewierska (2011) se ofrece una visión tipológica de los distintos procedimientos de expresión de la impersonalidad en las lenguas.

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inergativos son plenamente compatibles con la pasiva impersonal y que, por encima de su valor aspectual télico o atélico, el factor determinante en estos casos es el grado de agentividad (primus 2011): (37) a Il a été dansé dans cette salle récemment («se ha bailado [lit. ha sido bailado] en esta sala recientemente») b *Il a été disparu plusieurs personne dans ce quartier («*se ha desaparecido [lit. ha sido desaparecido] mucha gente en este barrio»)

pues bien, el latín impone restricciones similares en el empleo de la pasiva impersonal. ya lehmann señaló ([1985] 2011: 247-248) que las pasivas impersonales en latín están limitadas a verbos de semántica activa, una generalización que sigue siendo válida por más que pueda suscitar dudas la interpretación puntual de algún ejemplo plautino21. en efecto, la pasiva impersonal en latín se limita a verbos agentivos (pieroni 2000: 288), sean éstos bivalentes transitivos en empleos absolutos como disputo en (38a), bivalentes con segundo argumento no acusativo como inuideo + dat. (38b) o, los que más nos interesan, verbos intransitivos como pugno (39a), curro (39b) o eo (39c), es decir, verbos inherentemente inergativos o que se realizan como tales: (38) a disputatur in consilio a Petreio atque Afranio («se discute en una reunión por parte de petreyo y afranio», caes. civ. 1.67.1) b invidetur enim commodis hominum ipsorum («se ve con malos ojos un beneicio personal», cic. de orat. 2.207) (39) a pugnatum est ab utrisque acriter («se luchó por ambos bandos con arrojo», caes. Gall. 4.26.1) b nec minorem motum animorum Romae tam atrox res facit… ergo ex omnibus locis urbis in forum curritur. quo simul ventum est,… («no es menor en Roma la conmoción que provoca aquel crimen horrible…; por eso, desde todos los rincones de la ciudad se acude corriendo al foro. cuando fueron llegando allí,…», liv. 1.59.7) c macte nova virtute, puer: sic itur ad astra («bravo por ese valor naciente, muchacho: así se llega a las estrellas», verg. Aen. 9.641)

en realidad, el número de verbos intransitivos que en latín apare21  pieroni (2000: 288, n. 1) cita el ejemplo de plauto ([Ba.] ¿quid agitur, Calidore? # [ps.] amatur atque egetur acriter # [Ba.] misereat si familiam alere possim misericordia, «[Balión] ¿Qué pasa, calidoro? # [pséudolo] estoy enamorado y terriblemente necesitado». # Me compadecería de ti si pudiera alimentar a mi gente con compasión», plaut. Pseud. 273) como excepción a esta generalización, que se podría, con todo, explicar puntualmente: además de su coordinación con amatur, el adverbio acriter se socia regularmente a predicaciones controladas, como en (39a).

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cen en pasiva impersonal es más que restringido. en el cuadro (40), a partir de los datos de Deckman (1920), aparece una relación completa de todos los verbos intransitivos documentados en pasiva impersonal en un corpus de prosa clásica (césar, salustio y nepote), y entre paréntesis el número real de ejemplos de cada verbo cuando es superior a uno. como se puede ver, en césar, por ejemplo, la práctica totalidad de verbos intransitivos en pasiva impersonal, o son verbos de lucha (pugno, conligo, dimico, disputo, etc.) o son verbos de movimiento, fundamentalmente tres (con algunos de sus compuestos): curro, eo y venio. no creo que haga falta insistir en el carácter agentivo de estos verbos: por limitarme a los cuatro más representativos (pugno, curro, eo y venio), pugno es un verbo típico de actividad no mocional y curro expresa manera de movimiento, es decir, representan los dos grupos más prototípicos de verbos inergativos, tal como veíamos en (19) o (26).por su parte, en el caso de eo y venio, que expresan movimiento no orientado, son verbos que se pueden realizar (y se realizan habitualmente con un sujeto humano) como agentivos, con independencia de que contextualmente puedan expresar una situación télica. CuaDro (40): Frecuencia de la pasiva impersonal en prosa clásica autores caes. civ.

total 55

sall.

19

nep.

15

verBos accedo, adpropinquo, conclamo (3), concurro, conligo, contendo (3), decurro, dimico (4), discedo (6), disputo (2), eo, exeo, pervenio (2), procedo (2), pugno (13), redeo (2), resisto (2), sucurro (2), venio (7) certo (4), concurro, eo, pervenio, pugno (2), sileo, subvenio, venio (8). ceno, convenio (2), delibero, dimico (3), disputo, despero, pervenio (2), pugno (2), redeo (2).

entre los numerosos argumentos que corroboran el carácter agentivo de estos verbos (su empleo en imperativo, en dependencia de verbos impresivos, etc.)22, se añade uno más cuando aparecen en pa22  a los ejemplos eo y sus compuestos en imperativo (28) o en dependencia de verbos de semántica impresiva (29) ya comentados, en predicaciones por tanto controladas, se pueden añadir, en el caso de venio y algunos de sus compuestos (pervenio, por

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siva impersonal. y es que, como muestra (39a) y los ejemplos de (41), con la misma excepcionalidad que un verbo transitivo prototípico y por las mismas razones pragmáticas, es posible la explicitación del agente23 mediante ab + abl., prueba inequívoca de que estamos ante predicaciones controladas (Baños 2009: 390-91): (41) a sed nostri milites… cum… advertissent non concurri a Pompeianis («pero nuestros soldados… al advertir que los pompeyanos no corrían a su encuentro..», caes. civ. 3.93.1) b cum ad me aditum est ab iis qui dicerent a se intolerabilia tributa exigi… («después de que acudieron a mi casa para decir que se les exigían unos tributos intolerables…», cic. fam. 3.7.3)

en deinitiva, de los dos rasgos semánticos que determinan la intransitividad escindida, en la elección de la pasiva impersonal prima claramente en latín la agentividad sobre la telicidad, justo lo contrario al empleo del auxiliar en italiano, tal como ilustraban los ejemplos (17)-(18) y (20)-(21). en este caso, el latín se comporta de manera similar al holandés («the impersonal passive construction is limited to verbs that have a dimension of ‘intentionality’», Zaenen 1993: 326) o al alemán: «the possibility of passive [impersonal] depends on the feature [ + contr], whereas the auxiliary sein ‘be’ is selected if the feature [ + telic] is present « (Wunderlich, en prensa: 9). en otras palabras, la pasiva impersonal constituye en estas lenguas un diagnóstico de inergatividad más que de inacusatividad (levin & Rappaport 1995: 13). llegados a este punto24, me gustaría hacer un comentario general sobre los verbos de movimiento, ya que son la clase semántica que con más frecuencia aparece en pasiva impersonal en latín. ello adeejemplo, pero nunca advenio), ejemplos similares, en imperativo (patres conscripti…, subvenite mihi misero, ite obviam iniuriae…, «¡senadores…, acudid en mi ayuda, salid al encuentro de la injusticia..!», sall. Iug. 14.25), con expresiones de inalidad (nunc quam rem oratum huc veni primum proloquar, «ahora os diré en primer lugar el ruego que he venido a haceros», plaut. Amph. 50) o en dependencia de verbos impresivos (domum ad se venire iussit centuriones, «[antonio] ordenó a los centuriones que fueran a su casa», cic. Phil. 5,22), predicaciones todas ellas que implican un sujeto agente, consciente, responsable y con capacidad de realizar o no la acción. 23  pieroni (2000) viene a demostrar que en la pasiva impersonal latina hay una relación entre el grado de transitividad (y, por tanto, de control) de los predicados y la explicitación del complemento agente, en una escala decreciente que podría representarse así: disputatur > pugnatur > curritur > itur. 24  para un análisis más matizado de los verbos de movimiento en latín y la hipótesis de la inacusatividad, cf. Baños (en prep.-b).

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más me va a servir para ir recapitulando algunas de las ideas que he desarrollado a lo largo de este trabajo. CuaDro (42): inergatividad, inacusatividad y verbos de movimiento en latín

Criterios pasiva impersonal acusativo interno agente en -tor

manera de mov. curro + + + + inergativo 

tipos seMántiCos movimiento no movimiento orientado orientado eo (per-)venio advenio cado + + +

-

-

-

-

-

 + inacusativo

con el cuadro (42) he intentado sintetizar el distinto comportamiento de los verbos de movimiento según su naturaleza semántica y en relación con los tres criterios comentados hasta ahora. He señalado ya varias veces, y numerosos estudios así lo prueban, que los verbos que expresan manera de movimiento se realizan como verbos inergativos y son inherentemente agentivos. el latín no hace sino conirmar este análisis: curro documenta de forma positiva los tres criterios de inergatividad que hemos comentado: aparece en pasiva impersonal, documenta acusativos internos y conforma el nombre de agente cursor. en el extremo opuesto, a la derecha, están los verbos que expresan movimiento orientado (desde el punto de partida o hacia la llegada) y cambio de posición, como advenio («llegar») o cado («caer»), que son inherentemente télicos, inacusativos, y que, en consecuencia, responden negativamente a los tres criterios de inergatividad, incluida la pasiva impersonal: en realidad, verbos como advenio o cado no documentan una pasiva morfológica en latín clásico, porque no tiene justiicación semántica. por último en una posición intermedia se encuentran los verbos eo («marchar, andar, ir(se)») y venio («venir, llegar»): expresan un movimiento no orientado, y sólo composicionalmente, es decir, en el contexto, se pueden realizar como télicos. pero, como ya he señalado, 784

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en el empleo de la pasiva impersonal prima el valor agentivo de estos verbos sobre la posibilidad de realizarse o no como télicos. 5 ConClusión para acabar, me gustaría recapitular, antes que nada, los seis criterios comentados para justiicar la existencia de dos clases de verbos intransitivos en diversas lenguas. aunque éstos, y otros criterios que no he podido desarrollar25, se etiquetan habitualmente como «diagnósticos de inacusatividad», en realidad, tal como intento relejar en el cuadro (43), caracterizan de manera distinta la intransitividad escindida. en efecto, los tres primeros criterios son estrictamente diagnósticos de inacusatividad, en la medida en que caracterizan positivamente, en aquellas lenguas que los documentan, a los verbos inacusativos. en cambio, los tres criterios que se han mostrado válidos en latín, lo que hacen en realidad es caracterizar positivamente a los verbos inergativos, y sólo secundariamente, por exclusión, a los verbos inacusativos. el resultado último es el mismo (probar la existencia de dos clases de verbos intransitivos) pero su alcance es diferente, porque lo es también el rasgo semántico determinante en cada caso. algunos estudiosos (van valin 1990; creissles 2008: 148-150) han señalado que mientras en unas lenguas el rasgo semántico determinante es la telicidad a la hora de marcar esta intransitividad escindida, en otras en cambio se muestra más relevante el de la agentividad. el latín sería, a mi juicio, un buen ejemplo de esta segunda posibilidad: en los tres criterios comentados, y que caracterizan positivamente a los verbos inergativos, es el grado de agentividad el determinante.

 además de la consideración de los deponentes latinos como verbos inacusativos, del analisis de distintos fenómenos del latín tardío como relejo de una intransitividad escindida (supra, n. 12), o de las restriciones en la transitivación mediante preverbios de verbos intransitivos (n. 13), falta por comprobar el alcance en latín de otros diagnósticos que se han mostrado más o menos válidos en español (n. 7) o en otras lenguas (n. 4). 25

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D os t i pos D e i ntr ansi t i vi DaD e n latí n: si ntaxi s y se Mánti C a CuaDro (43): Diagnósticos de inacusatividad e inergatividad. Rasgos semánticos. DiagnóstiCos De verBos verBos inaCusativiDaD / inergativiDaD inaCusativos inergativos elección de «ser» en las formas + perifrásticas de pasado empleo de clíticos pronominales + (ital. ne, fr. en) construcciones de participio + absoluto posibilidad de un acusativo interno + Formación de nombres de agente en + -tor posibilidad de pasiva impersonal + la telicidad como rasgo semántico + caracterizador la agentividad como rasgo + semántico caracterizador

en conclusión, la idea fundamental que he intentado demostrar, de forma necesariamente sumaria, pero con argumentos lo más sólidos posible, es que el latín no es, como pudiera parecer, una lengua opaca a la hora de caracterizar sintácticamente como inergativos o inacusativos a los verbos intransitivos, sino que existe toda una serie de fenómenos que muestran que también en latín se gramaticalizó esta diferencia. Una diferencia gradual, como no podía ser de otro modo, en la que resultan determinantes no sólo el signiicado de los verbos, sino rasgos semánticos del conjunto de la predicación como su naturaleza agentiva o télica: fenómenos aparentemente inconexos, como el acusativo interno, la pasiva impersonal o la formación de nombres de agente en -tor, adquieren así una nueva perspectiva. reFerenCias BiBliográFiCas aDraDos, F. R. (1992) Nueva sintaxis del griego antiguo, Madrid. alexiaDou, a. et alii (eds.) (2004) The Unaccusativity Puzzle, oxford. austin, p. (1982) «transitivity and cognate objects in australian languages»,

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