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v--'^- nos conformamos, como corresponde a nuestra modestia profesional, con publicar esta selecto, acompañada de su- cintas notas bio-bibliográf

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v--'^-



nos conformamos, como corresponde a nuestra modestia profesional, con publicar esta selecto,

acompañada de su-

cintas notas bio-bibliográficas, material que a nosotros o

a otro cualquiera será nitiva historia literaria,

tancia

y

el cernido del

útil

para

pasados

escribir la futura los años,

cuando

y

defi-

la dis-

tiempo den a cada figura sus ver-

daderas dimensiones y libertad en los juicios al

crítico.

Ahora, preferible es detenerse en este limite a incurrir en errores al tratar de determinar el lugar que cada poeta

tenga reservado en el Parnaso.

(1)

Menéndez y Pclayo. Obra iituda, 1

O

f.

I.,

pdg. VI.

Todas las regiones españolas ofrezcn flores para millete de poesías, en cuya selección días,

este ra-

hemos empleado muchos

aspirando a que nuestra labor tenga la perfección que

cabe alcanzar á las obras humanas. R.

1

1

Segura de la Garmilla.

.

.

ÍNDICE Contreras,

^.

Cordero, m. Wcalde

Zafra

tíc

Ucover,

(J.),

Cortines, 95.

pdg. Í7.

Cuenca,

19.

Uontar, 24.

97.

Cuc^uerella,

lfl[Li

ílbnso Cortés, 26. lloftso

CH

Polo, 30.

lotón del

Olmet (C),

32.

Chamizo,

ponte, 34.

103.

Delgado, 106. Díaz de Estovar, lOf Dicewta (hijo), ii3. Díez-Canedo, Ii7. Durbán, 120.

iacarisse, 36.

altoontln, 38.

arreda, 4J.

ernárdez, 45. latico-Belnionte, 4a. orrás, 54. rúii,

,'57.

uenUia, 58.

Endériz, 121. Estelíich, 123.

Estevan, 125. Estrañi, 127.

a»ntno, 60. intó, 64. »rrere, 66.

isanova

(S.),

Fernández Ardavín, 125, Fernández Shaw, 131. Fernández del Villar, )3T



70.

isañal, 72. istro (C. de), 76.

Fortúii, 14!.

istro (L. de), 79. istro

(M. de), 82.

G

itarineu, 84.

lorrlo, 87.

Gabriel y Galán, 1

3

I41.

literario

periódico cor-

del

Trasladóse a Madrid, ingresando en

la

redacción de

El Español».

En

la

actualidad es redactor-jefe de

Ilustración Española

de

y

Orden de Alfonso

la

A. B. C.» y colaborador de -La

Americana» y «Blanco y Negro

Comendador

>.

XII.

Obras: *Dos rosas^, poesías, 1894; -Desde mi celda», cuentos, 1895; «Flores de un día»,

crónicas, 1895;

-La torre de

da cordobesa, 1895; — me ha dicho el viejo

señor cura de

aquel que

le

la aldea,**

pedía

limosnas secretas

las

que de tantos hogares ahuyentaban las

hambres, y los

fríos,

y

las penas.

¡Pof eso los mendigos

que llegan a mi puerta llorando se descubren y

un Padrenuestro por 11

veo

del dolor

el

me ha

ama

rezan!

obscurecido

a luz de la belleza.

Ya no saben

hundirse mis pupilas 1

5 5

en

la

de

los espacios

visión serena

hondis,

puros y azules, de extensión inmensa.

Ya no ni la

'el

sé traducir la poesia,

alma en

médula me entra

la

intensa melodía del silencio,

que en

la

llanura quieta

parece que descansa,

parece que se acuesta. Será puro

el

ambiente,

como

antes,

y

la

atmósfera azul será serena,

y

la

brisa

amorosa

moverá con sus

alas la alameda,

los zarzales floridos, 1(

s

la.-,

la

guindos de mieses de

Y mugirán y

la hoja,

copa verde de

lamentando la

vega,

la

la

encina

vieja...

los tristes becerrillos,

destete, en la pradera,

el

de alegres recentales dulces,

tropa gentil escalará

la

cuesta

balando plañidens al pi^-

de

las dulcísimas ovejas;

y cantará en

el

y en los aires

la

n onte la abubilla,

alondta mañanera

seguirá derritiéndose en gorjeos,

musical filigrana de su lengua...

Y

la

vida solemne de los

seguirá su carrera 1

5 6

mundos

monótona, inmutable, magnífica, serena...

Mas ¿qué me vivir

ni el

ambiente

ni las brisas a

de

canta

ni e'

importa todo,

me alegra, me baña en bienestares, música me suenan,

de los mundos no

si el

los

p ajaros del mon*e

estimula mi lengua, ni

me

de

la

muevLos caballeros de

1912;

la

pruz», ensa-

os de psicología española, 1916; «Gozos del dolor de amor», 1918; «Euroa trágica», crónica de un testigo de

oz de

la

la

guerra, 3 volúmenes, 1918-1920; «La

sangre», novela, 1920.

doncellas sin

amrior

¡Oh, mal haya

que sola deja

el

caballero

la niña!

(Romance de

Solo está

muda

el

camino,

está la casa,

triste la infantina,

sola en la ventana.

Fuese

no sé

si

el

caballero,

a la guerra, no sé

si

dejóse a la niña ¡tan

abandonada!

17

9

a la caza;

la Infantina.)

amor en

con

la

y

dolor de la ausencia en

el

miel del

los labios el alma...

¡Pobre la infantina,

pobre

zagala

la

que adolece de amor y de ausencia, pobres,

¡ay!,

de cuantas

lloran soledades y sufren desvíos

del galán

que se espera y se tarda,

que, acaso, ya nunca torne a la ventana!... ¡Tristes las tristes las

los días

que

lloran,

que aguardan

que nacen y mueren,

desiertos, vacíos,

los

años

que corren y pasan!

¡Pobres las doncellas sin amor,

mal haya

quien las deja solas,

quien las desampara por irse a

por

la guerra,

irse a la caza!

Margarita, Irene, Julia,

Concha, Laura,

Isabel, Teresa, Rosario, Victoria,

Carmen, Rosa, Clara, todas sois gentiles, todas sois hermosas, todas sois lozanas,

como

como

los claveles,

como

los racimos bajo el sol 1

las estrellas,

8 O

de Málaga...



eres pe'irrubia,

como seda en

capullo, y se

en tu carne

jazmín y

la

el

leche y las fresas,

amasan

guinda,

la

sangre y

la

el

nácar;

tú tienes la frente de color de trigo,

pero los cabellos de color castaña,

y tú tienes

porque

la

el sol

cara morena

ha besado

te

la cara.

¿Quién no titne un señuelo, un hechizo,

un primor, un

ardid,

una gracia?

Ser mujer es ser ángel: glorioso, rebelde o caído, pe o ángel de raza. Si ésta tiene los ojos azules

como

el

la otra,

de

de

la

Guarda,

oro,

y aquélla de acero y aqué'la de malva; y esa

gitanílla,

de ojos negros y tez africana, los tiene

más hond'S, rasgados y

que una noche de amor y

ardientes

estocadas...

Otra tiene las manos chiquitas:

en un corazón pudieran guardarlas, y esta niña del talle garboso

y

el

cuello de garza,

tiene dos lunares, el

y

uno en

el otro... lo

sabe

como dos la c el

Amor

también con sus besos

1

abejas,

ra

que, algún día,

las mieles

8

1

hurtaba

..

En

de insomnio

las lúgubres troches

.

en las horas de afán y nosta'gia,

cuando un cálido soplo de vida sacude

los

un deseo

cuerpos y enciende las almas,

infinito os desvela,

una incógnita sed os abrasa; vuestros pechos son copas vacías,

vuestros labios son r^sas quemadas, vuestros nervios de vírg nes tiemblan

como cuerdas

vibrantes de un arpa

y sentís a compás de lo? pulsos,

donde en vano

la

consumirse en

el ll?r

sangre cabalga, del

Ensueño

las ascuas azules, las ascuas doradas...

Cada luna de otoño que mengua, cada noche de invierno que avanza, dibuja una sombra de olvido en la frente

y apaga una

estre'la

e

amor en

el

alma.

¡Cuánto germen de hogares futuros, cuánta suave caricia ignoradi,

qué de mieles y qué de fragancias nos usurpan las horas que vuelan, los

años que huyen, los vientos que pasan!

¡Cuántos nobles destinos sin log

cuánta ilustre virtud

o,

solitaria,

cuántas hermosuras que parecen reinas,

pero son esclavas, cuántas manos humildes sin dueño,

cuántas nítidas fuentes selladas, cuánta boca esperando

que venga a

la

boca

besarla! 1

8 2

¿Cuándo en vuestros cuándo

labios temblarán las risas^

los arrullos en vuestras gargantas

y

los azahares en vuestros cabellos

y

las dulces fiebres

en vuestras entrañas?

¿Cuándo tristes

a vuestras puertas,

y olvidada^;,

llamarán los ecos

de los rondadores y las serenatas, la

la

copla divina,

canción de las nupcias (^oradas,

cunas que se mecen, ángeles que

lloran,

pájaros que cantan?

¿Cuándo en

1"S rosales

de vuestras ventanas se abrirán las rosas, brotarán los nidos,

jugarán las brisas, temblarán las alas

y vendrán a yacer las palomas

sacudiendo sus plumas nevadas?

¿Cuándo

el

áureo

anillo,

símbolo de alianza,

tomarán vuestros dedos graciosos temblando de orgu

lo,

pu

ior

y esperanza?

¡Oh claustros desiertos, oh cunas vacías,

oh mustios claveles, oh cuerdas calladas, cosas tristes y obscuras y sola*,

que

sois las

hermanas

de

las infantinas,

de

las olvidadas, 1

8

3"

de

las sin ventura

que parecen

reinas,

pero son esclavas; las si

que sufren de amor y desvío,

hermosos

las

los cuerpos,

enfermas las almas;

que esperan llorando en

sobre un lecho sin

la

m

che

flor s ni gasas...!

¡Pobres las que sufren, tristes las

que aguardan,

pobres las doncellas sin amor! ¡Mal

haya

quien las adolece, quien las abandona

por

irse a la guerra,

por

irse a la caza,

mientras se consumen del sagrado fuego las ascuas azules, las ascuas doradas,

horas corren, y los días mueren,

y

las

y

los soles huyen, y los

años

pasan...!

Luis linares becerra Nació en Madrid en

1887.

Es inspector de Primera enseñanza de Ma-

drid y doctor en Derecho.

Ha

pañol», de Buenos Aires.

Ha sido redactor

Jornada»,

etc.

y director de

colaborado en «El País» y

la revista

el

«Diario Es-

del «Diario Universal», «La

internacional «La Razón

.

Obras: «Canciones rebeldes», poesías, 1908; «Estudio económico de la Isla

de Cuba»,

I'.IU;

te», estudio literario

en

la

1916;

enseñanza y en

«Cómo

se hacen las cosas», 1914; «La voz del Orien-

y filosófico de Egipto y el arte»,

«Osma-, estudio geográfico

res», estudio acerca

Castilla», 1917.

En

de

la

la India, 1915;

conferencia, 1915;

«La bondad

El teatro de policías»,

e histórico, 1916; «Canciones y canta-

canción española, 1916; «La escuela rural en

prensa: «La fuente perdida», poesías; «La Samarita-

na», narraciones sentimentales; «En olor de santidad», ídem, y «El

mar

latino-, viajes por Francia e Italia.

Ha estrenado más de

setenta obras dramáticas, entre las que mereceu

«Alma negra», en colaboración con Javier de Burgos, 1907; «El cuento del dragón», comedia lírica, 1912; «El amigo de la casa», saínete, citarse:

1912;

«La escuela de

las cortesanas»,

tino», opereta, 1915; etc.

poema

erótico, 1915; «El barrio la-

Últimamente se ha dedicado con singular esmero

el melodrama moderno. «El guante Nueva York, «Los hijos del circo «La venganza

a cultivar

rojo

,

do pasan

moroso

los lobos»,

con un prólogo en verso,

etc.,

triunfo todos los escenarios de España.

1

8 5

,

«Los misterios de

del ajusticiado»,

«Cuan-

han recorrido en

cla-

Las

y errantes golondrinas,

líricas

abatiendo su vuelo soberano, arrancaron piadosas las espinas

que a Dios ciñera

el

hormiguero

Al emprender su vuelo hacia

huyendo de

los valles

Y

esa

flor

la tierra

flor...

dolorida

que germinó en esa

la sierra

de dolor,

cayó una espina y germinó en y esa espina fué

humano-

la ingrata

Humanidad,

que es perfume en nuestra vida,

flor

se llama caridad.

La caridad es

pan para

es g'oria

el

para el hijo sin

para

el

pan

el

ser sin fortuna,

vencido, libertad para

preso,

padre tiene calor de cuna,

padre sin hijo tiene calor de beso.

Es como un bello ángel que en

la frente

de un huérfano inocente, despierta del beso de la

y que

el

el

es

le

baja de

bálsamo para

y en esas gfises horas

el

dormida

memoria

madre que ya no está en

ángel bendito

La caridad

la

la

vida

la gloria...

ser sin consuelo^

sin voluntad ni calma, 1

8 6

es una luz rosada que desciende del cielo a elevarnos la frente y a curarnos

Sobre sobre

la llaga

viva de

la

alma...

el

pasión humana,

dolor de muerte de nuestro corazón,

el

deja caer en santa lluvia sainaiitana las rosas

generosas de una nueva

Los que

i'usión...

nombre imploran

lloran y sufren su dulce

y en ella tienen siempre sus tristes ojos

porque en

ella hallan

un regazo de madre donde todos son

En y en

la frente del la

de

la

fijos,

siempre los que sufren y

lloran'

hijos...

héroe que murió sin triunfar

doncella que murió sin amor,

pone lauros y robles y coronas de azahar y una du'ce esperanza de una vida mejor...

Cuando

los

hombres odian y por

cuando nuestras pasiones

y hacemo-í de los campos de paz, la

caridad su manto sobre

y hace brotar de nuevo sobre

el

el

sin freno se

la

odio mata^i,

desatan

camp

)S

de guerra,

humilla

la tierra

paz de una semilla

san'o regazo maternal de

la tierra.

¡Pobre colmena humana! Busca en tu propia vida la

única luz eterna,

que en ¡se está

lo

la

inextinguible

luz...

hondo de tu alma, medrosa y escondida,,

trocando en rosa

1

la

espina de la cruz!

8 7

Enrique López Alarcón Nació en Málaga en 1881. Ha sido redactor de »E1 Nuevo Evangelio-, «El Mundo», «La Mañana»,

, comedia, 1905;

sin el

que devora

moro sedentario

huij del espejismo se adormila, y sueña, y ora el

ritmo recio y seco del calmoso dromedario.

repente,

rompe

el a*ire la

monótona chicharra zumbido eterno y hondo,

al

como

la llanura se

al

son de

más

los

la

trompeta,

desgarra,

raros insectos van saliendo de su fondo,

cortejo extraño

y en

la cuneta,

polvo se mantiene

agobio de un asceta.

í-1

la vida, es la fiebre

tierra, es el desie't

el

con su voz áspera y dura, y

y

rojo techo

el

vera del camino;

marchan

los

mosquitos trompeteros,

jabardillos insistentes de diabólica armonía,

noble orquesta, y a su cola, seis hormigas por maceres

con dalmáticas lucientes que un cabildo envidiaría.

Van al

detrás los moscardones, tan vellosos y rizados,

compás de sus salmodias, precediendo

que ancho entre

sitio

el púb'.ico

respeto por

Siguen luego en largas

y

al

al

escorpión,

pide y busca con sus ojos enconados

filas

el

miedo a su aguijón.

mariquitas purpuradas,

tán-tán continuo y bronco de los grillos imperiales, 1

9 4

:aballeros 'saltamontes, hijosdalgo sin espadas;

purgón de

f

el

gorgojo de las mieses, y

j

el

señor escarabajo, prez y orgullo de

j

algún zángano zumbante que

hacienda,

panal atisba y chupa;

una guardia pretoriana de abejorros de ancha grupa.

Podo pasa con )ero sólo

ve

:aut¡var

{ así

las

la siesta;

la estéril

viada observa;

r

el

la

los rosales,

bajo un dosel de pámpanos, una araña reverenda

j,

j

el

cruza

el límite

un

viajero;

descubierta lejanía,

nada escucha;

el

cortejo bullanguero

un solo punto su atención no

lograría.

ocurre con los hombres: aunque extremen los detalles

pompas embusteras

del cortejo peregrino,

nientras ellos enderezan sus cortejos por las calles, !n

silencio

y

sin mirarlos

pasa Dios por

1

9 5

el

camino.

Celso Lucio

López

y

Nació en Burgos en 1865. Fué redactor de «El Globo» y colaboró en

•Madrid Cómico» y

Blanco y Negro-. Murió en 1915.

Estrenó una veintena de obras teatrales, escritas casi todas en colaboración con diversos autores. Publicó un volumen de versos, titulado

«Género chico»

(1906).

XjSi

n^isa

d.el -¿^l"ba

Queriendo reponer mis energías, tan precisas

al

cuerpo como

al

alma,

pues que tantas se pierden y se agotan en los combates de

la

vida ingrata,

vine a parar a esta escondida aldea

de

la

costa cantábrica,

donde

el aire

impregnado de perfumes

que sus bosques exhalan, y

el olor

saludable de las brisas

que llegan a

la playa,

parece que devuelven

el

tesoro

de las fuerzas gastadas; lejos

de las diarias inquietudes. 1

9 6

y envuelto en esta atmósfera de calma, soy un convaleciente que recobra fuerzas para volver a la batalla.

A la hora en que

los pobres pescadores,

con sus débiles lanchas, en busca del sustento cuotidiano

animosos se lanzan;

cuando apenas

de

las luces

la

aurora

horizonte tiñen con sus galas;

el

buscando una emoción desconocida

y en

las

grandes ciudades ignorada,

por ver aparecer un nuevo día

en todo su esplendor, bajé a

Panorama grandioso: en

el

allá,

la playa.

extendida

espacio que la vista alcanza,

se ve ondulando con ligeros rizos la superficie blanca,

semejando a mis ojos de creyente sagrado mantel que cubre

el

La hermosa nave

el

Ara.

del soberbio templo

es del cielo la bóveda azulada; del órgano las dulces ceremonias

son

el

viento y

que imitan

el

agua,

los acordes

melodiosos

en misteriosas arpas.

Y de

allá la

en

el

fondo,

Forma Sag

el Sol,

símbolo hermoso

ada,

elevado por manos invisibles,

majestuoso y solemne se levanta,

19

7

llenando los espacios de alegría,

de vida

El

el

cuerpo y de ventura

momento

es sublime.

De

el

alma.

rodillas

caigo postrado ante grandeza tanta... ¡Y es que por vez primera he asistido

a la misa del alba!

1

9 8

JUAN JOSÉ LLOVET Nació en Santander en

1895.

Obras: «El rosal de

leyenda», poemas,

do»,

la

ídem, 1914; «Friné-, opereta,

1913;

«Pegaso encadenade Lamartine,

I9l6; «Graciela»,

tra-

ducción, 1919; «El caballero Des Touches», novela, de Barbey d'Aurevilly, traducción,

Es

alto

1920.

y fachendoso; tiene

el

por las nieblas de Flandes y por

rostro curtido

de Argel;

el sol

y en un mesón un día dejó muy mal herido a un vizconde imprudente que osó

m

farse de él.

En la ciudad murmuran que una muy noble dama le

ofrenda las fragantes flores de su pasión;

y en boca de las gentes circula un epigrama

que a

tales

Pero

con

el

él

amoríos compuso un poeta hampón.

ambula

altivo; la

mano en

la tizona,

bigote erguido a usanza borgoñon?i,

despreciando a

la

chusma con un gesto

ducal;

y tan sólo sonríen sus labios omniscentes

cuando dice en un corro de atónitos oyentes: «...yo era

entonces soldado de

19

9

la

Marina Real».

Antonio Machado

y Ruiz

Nació en Sevilla en 1875. Es catedrático de Lengua francesa en

Soledades, Galerías y otros poe

Obras: «Soledades», poesías, 1903:

mas», 1912;

1907;

el Ins-

y técnico de Segovia.

tituto general

«Artículos

varios»,

1904;

«Campos de

Castilla»,

poesías

«Canciones y dedicatorias», 1914; «Poesías escogidas», 1917; «Poe-

sías completas», 1917.

Oaz^apos

d.e

Soria

I

Es Por

la tierra

de Soria árida y

las colinas

fría.

y las sierras calvas,

verdes pradillos, cerros cenicientos, la

primavera pasa

dejando entre las hierbas olorosas

sus diminutas margaritas blancas.

La

tierra

no revive,

el

campo sueña.

Al empezar Abril está nevada la espalda del €l

Moncayo;

caminante lleva en su bufanda

envueltos cuello y boca, y los pastores

pasan cubiertos con sus luengas capas.

2

II

Las

como

tierras labrantías,

retazos de estameñas pardas,-

el huertecillo, el abejar, los

de verde oscuro en que

el

trozos

merino pasta,

entre plomizos peñascales, siembran

sueño alegre de

el

En

los

infantil arcadia.

chopos lejanos del camino,

parecen humear las yertas ramas

como un y en

glauco

vapor— las nuevas hojas—

las quiebras

blanquean

de valles y barrancas

los zarzales florecidos

y brotan las violetas perfumadas. III

Es

el

campo undulado, y

ya ocultan

los viajeros

los

caminos

que cabalgan

en pardos borriquillos,

ya

al

fondo de

la

tarde arrebolada

elevan las plebeyas figurillas C|ue el lienzo de oro del ocaso

Mas desde

si

trepáis a

los picos

manchan.

un cerro y veis

donde habita

el

son tornasoles de carmin y acero, llanos plomizos, lomas plateadas,

circuidos por montes de violeta

con

las

cumbres de nieve sonrosada.

2 01

campo

el águi'a,

IV

campo sobre

¡Las figuras del

Dos

el cielo!

lentos bueyes aran

en un alcor cuando

el

otoño empieza,

y entre

las negras testas

bajo

pesado yugo,

el

doblegadas

pende un cesto de juncos y retama, que es

y

la

cuna de un niño;

tras la yunta

marchan

un hombre que se

inclina h^cia la tierra

y una mujer que en

las abiertas zanjas

arroja la semilla.

Bajo una nube de carmín y llama, en

el

oro fluido y verdinoso

del poniente las

sombras se agigantan.

V La se ve

y

nieve. el

En

el

mesóa

hogar donde

la

al

campo

leña

abierto

humea

la olla al hervir borbollonea.

El cierzo corre por

alborotan

lo

el

campo yerto

en blancos torbellinos

la nieve silenciosa.

La nieve sobre

el

campo y

los caminos,

cayendo está como sobre una

Un

fosa.

viejo acurrucado tiembla y tose

cerca del fuego; su la vieja hila,

mechón de lana

y una niña cose

verde ribete a su estameña grana. 2

2

Padres

los viejos

son de un arriero

que caminó sobre

la

blanca

tierra,

y una noche perdió ruta y sendero, y se enterró en

En torno y en

las nieves

la sierra.

fuego hay un lugar vacio,

a!

de hosco ceño,

frente del viejo,

la

de

como un tachón sombrío —tal

La

el

golpe de un hacha sobre un leño—.

vieja mira al

pasos sobre Desierta desierto

la el

cnmpo

la nieve.

cual

si

oyera

Nadie pasa.

vecina carretera,

campo en torno de

La niña piensa que en

la

los verdes

casa.

prados

ha de correr con otras doncellitas en los días azules y dorados,

cuando crecen

las

blancas margaritas.

VI ¡Soria fría, Soria pura,

cabeza de Extremadura,

cou su

castillo guerrero

arruinado, sobre

el

Duero;

con sus murallas roídas y sus casas denegridas! ¡Muerta ciudad de señores soldados o cazadores;

de portales con escudos,

de cien linajes hidalgos,

y de famélicos galgos, de galgos flacos y agudos, 2

3

que pulu'an por las sórdidas

y a

la

cuando graznan ¡Soria fría!

de

la

callejas,

media noche

ululan,

las cornejas!

La campana

Audiencia da

la una.

Soria, ciudad castellana

]tan bella! bajo la luna.

VII ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas,

por donde traza

Duero

el

su curva de ballesta

en torno a Soria, oscuros encinares, ariscos pedregales, calvas, sierras,

caminos blancos y álamos del

rio;

tardes de Soria, mística y guerrera, h(;y siento por v sotros,

en

el

fondo

del corazón, tristeza, tristeza

que es amor! ¡Campos de Soria

donde parece que conmigo

vais!...

las rocas sueñan,

¡Colinas pla'eadas,

grises a'cores, cárdenas roquedas!

VIII ¡Oh!,

sí,

conmigo

vais,

campos de

tardes tranquila?, montes de violeta,

alamedas del

río,

verde sueño 2

4

Soria,

del suelo gris y de la parda tierra,

agria melancolía

de

la

ciudad decrépita,

¿me habéis

llegado

o acaso estabais en

Gentes del

al el

alto llanto

alma,

fondo de ella?

numantino

que a Dios guardáis como cristianas ¡que

el sol

de España os llene

de alegrías, de luz y de riqueza!

2

5

viejas,

Manuel Machado y ruiz Nació en Sevilla en 1874. Es licenciado en Filosofía y bibliotecario,

por oposición, en

la

«Electra», que inició

Nacional de Madrid. Fundó en

1900

la revista

renacimiento literario actual. Ha colaborado en

el

periódicos de Madrid y en algunos de América latina. Fué

todos los

redactor y critico dramático de Libertad», de

la

El Liberal

y en la actualidad de «La

que es también fundador y copropietario.

Obras: «Alma-, poesías, l90l; «Caprichos», ídem, 1905; «La fiesta na-

poema,

cional»,

1906;

poema», poesías, •

1909;

«Alma, Museo y Los Cantares», <

Canciones y dedicatorias», ídem,

1914; «El

amor y

la

poemas Víctor ción.

,

Hugo y

mal

literaria»,

«Un año de

ensayos;

teatro», críti-

«Día por día», crónicas, 1918; «Sevilla y otros

«L' Aiglon», de

Edmundo

el

«Hernani», de

Rostand, ambas en colabora-

como

cola-

Casa Garnier, de París, más de cuarenta obras de

la li-

También tradujo una la

«La guerra

Nuestro París», novela. Ha traducido

1919:

borador de

1914;

muerte», novelas, 1914;

cas dramáticas, 1918;

1907; «El

Cante hondo», ídem, 1910; «Apolo», ídem, I9l0,

«Selecta^ de Paul

Verlaine, y,

teratura francesa.

El

OauToallero d.e la 1s/Lb,i^o al ^eclio (O-reco) Este desconocido es un cristiano

de

serio porte y negra vestidura,

donde

brilla

no más

la

empuñadura

de su admirable estoque to'edano. 2

6

Severa faz de palidez de surge de

por

iluminada,

la luz interior

de un macilento y

Aunque porque del

el

lirio

escarolada,

la golilla

religioso cirio.

solo de Dios temores sabe

vitando hervor no

mundano

le

apasione

placer perecedero,

en un gesto piadoso, y noble, y grave, la mano abierta sobre el pecho pone, -como una disciplina,

Xja

Espan-ola-

CíSu-pB,

La Capa

es «la fermosa cobertura

que llamó Santillana a

La compañera

y

la

En

ella

fiel

bandera de

—de

los

caballero.

el

de

»,

la poesía.

la aventura,

la gallardía.

hombros de chicos y de grandes

seda rica o sórdida estameña—

estuvo en América y en Flandes,

flotando

al

¡Y aun

La que

al

par de

es,

española enseña.

malgrado nuestro, toda España!.

lance de amor nos

o nos oculta en

Ante

la

las majas, el tapiz

y en las arenas,

acompaña

la contraria suerte.

el

rumboso,

jirón airoso

que se burla con gracia de

2

7

la

Muerte.

Oante Hoiid.o «La Lola; Lola se va a los Puertos.

la

La

Y

queda

Isla se

sola.»

esta Lola ¿quién será,

que

así se ausenta,

la Isla

dejando

de San Fernando

tan sola, cuando se va?... Sevillanas, chuflas, tientos, marianas,

tarantas, «tonas», livianas...

Peteneras, «soleares», «soleariyas»,

polos, cañas, «seguiriyas»,

martinetes, carceleras...

Serranas; cartageneras.

Malagueñas, granadinas.

Todo

el

cante de Levante, cante de las minas,

todo

el

todo

el cante...

que cantó

tía

la Trini, la

Salvaora,

Coquinera,

la Pastora...

y

el Filio,

y

el

2

Lebrijano,

8

y Curro Pabla, su hermano,

Moya, Ramoncillo.

Proita,

Tóbalo— inventor Silverio, el Chato,

del

polo—,

Manolo

Torres, Juanelo, Maoliyo...

Ni una,

ni

uno

— cantaora o carttaorllenando toda

desde Diego a

Tomás

(ni los

el

la lista,

el

Picaor

Papelista

vivos ni los muertos),

cantó una copla mejor

que

la Lola...

Esa que se va a y

la Isla se

los Puertos,

queda

2 O

(>

sola.

Francisco Maldonado Nació en Salamanca en 1891. española en

Es catedrático de Lengua y literatura

Universidad de Valladolid. Colabora en

la

la

«Revista Cas-

tellana», de esta ciudad.

Obras: «Constanza», poema, de Eugenio de Castro, traducción, 1913.

Horacio, Od.a 2^111

IDe

Cuando

tú, Lidia,

alabas

del Teiefo la testa luminosa,

y los pálidos brazos de Teiefo, ay! entonces, la entraña

se

me entumece

Ni

el

color ni

con espesa

bilis.

'

sentido

el

en su apropiado asiento permanecen, y,

a escondidas,

el lloro

resbala en las mejillas, declarando

cómo

se apura

Consumóme si

el

pe.

tus Cándidos

alma en lento fuego.

sando

hombros manciilaron

las contiendas del vino

o

si el

mozo

y demasías,

furor huella incisiva

dejó impresa en tus labios.

No

esperes

(si

me

escuchas) que

fiel

-quien hirió— salvaje— a puros besos *-

2

1

O

sea

tus labiecillos, que impregnara las esencias quintas

de

Feliz, tres

los ni

Venus

de sus néctares.

y más veces,

que unió amor en vínculo irrompible,

puso entre

hasta que

ellos infeliz querella

el día

supremo sobrevenga.

2

1

1

Eduardo Marquina Nació en Barcelona en

Obras: -Jesús y

poema

mias»,

La Publicidad», de Barcelo

1899;

1931; «Églogas»,

poema dramático,

zuela, 1903; «Elegías», 1903; Ilini»,

Colaboró en

diablo-, poemas,

el

geórgico,

1902; «El pastor»,

1879.

Heraldo de Madrid», «Blanco y Negro»,

na, «España Nueva»,

-Odas

1902;

19C2;

,

19D0;

etc.

«Las vendi

«Agua mansa

zarzuela

,

La vuelta del rebaño», zar

«Emporium>, ópera,

1906;

«Benyenuto Ce

biografía dramática, 1906; «Mala cabeza», drama, 1906; «La cara-

vana», novela, 1907; «La muestra», ídem, 1907; «El delfín», zarzuela er colaboración con mática,

poema

J.

Salmerón, 1907; «Las hijas del Cid», leyenda

premiada por cíclico,

la

Real Academia

Canciones del momento»,

1909;

Brava», romancero dramático, 1910;

drama premiado por

la

1910;

«Doña María h

«En Flandes se ha puesto

Real Academia

dra-

Española, 1908; «Vendimión»

el sol»,

La

Española», 1910;

alcal-

desa de Pastrana», 1911; "Cuando florezcan los rosales», comedia sentimental, 1913; «Por los pecados del rey»,

drama,

1913; «El

retablo de

Agrellano», drama fantástico religioso, 1914; «La hiedra», tragedia, 1914; •

Tierras de España», versos, 1914; «Juglarías», ídem, 1914; «Tapices vie-

jos», teatro corto,

«Como

igi-i:

«Las flores de Aragón», comedia histórica, 1914;

las abejas», novela, "1915;

-Una mujer», comedia,

1915;

«El Gran

Capitán», leyenda dramática, 1916; -Maternidad», novela, 1916; -Rosas de sangre», ídem, 1916; «Beso de oro>, ídem, 1917; 1917;

morisca», comedia, 1918; laboración con

Amadeo

traña-, comedia, 1921; to»,

-

Las dos vidas», ídem,

«La enemiga», comedia, traducción de Darío Nicomedi; 1917; «La El abanico duende»,

comedia musical, en co-

Vives, 1918; «La morisca», ópera,

«Agua de

cisterna», novela, 1921; «El

ídem, 1921.

2

1

2

1919;

alma

«La exdi Six-

E ^ l^X 2Sr

o-

¡La avena fresca para

E

la lo dice,

el caballo!

bravamente erguida,

de un color lamiendo

el traje

el

y con los brazos luengamente sosteniendo sin pena

de

la

el

¡La avena fresca para

Y

cuerpo

finos,

el ;-nontón

hierba olorosa en

rústico

regazo.

el caballo!

argentina voz saliendo de

la

cruza

Xj

./í^

el aire,

como una

ella,

golondrina,

entra en los corazones y los gana,

y sacude los nidos y los llena,

y se mezcla

y

es,

en

el

al

murmurio de

¡La avena fresca para

La

bestia noble, en

levanta

la

las aguas,

punto aquel, reina del campo.

el

el caballo!

establo tibio,

cabeza, y con los ojos

llenos de votos, nunca pronunciados,

mira a

que

la

superior Encantadora

le acaricia las

melenas lacias

con más dulzura que una yegua joven.

2

1

3

¡La avena fresca para

Y

ella

ya no se ve; deja

el caballo!

la

puerta

ciega, sin la alegría de su imagen,

y todavía queda por

el aire,

signo de protección, su voz caliente,

su voz aquietadora, su voz

llena,

que atiende a todo y no se niega a nadie. ¡La avena fresca para

2

1

4

el caballo!

-

Isaac Martín Granizo Nació en León en 1880. Fué abogado. Murió en 1909. Obras: «Soñar despierto», monólogo, en colaboración con Quintilla

no Saldaña,

1898;

«Cantos y cuentos., 1900;

«Guzmán

el

Bueno-, mo-

nografía histórica, en Colaboración con Alberto Arguello, 1900; «La cenicienta», ensayo de novela, 1908; «Prosa, cuentos y artículos

humorís-

ticos', 1909; «Poesías», 1910.

Q-U-iteria o dLe El

era

la,

liistoria

siempre

más apuesto mozo de aquel

el sin

valle

par Basilio,

el

luchador más fuerte,

el

zagal

más

temido,

noble con la nobleza del cachorro, fuerte con la pujanza del novillo.

Cantando,

le

envidiaban las calandrias

de los bosques sombríos; corriendo, los rebecos de las peñas

se quedaban

y tirando a le

muy

chicos,

la barra

admiraban sumisos

los

mozos más robustos y briosos

de

los

pueblos vecinos. 2

15

'

En

fin,

que en

la

cortaba el bacalao

Camacho

Basilio.

un ricacho

vanidoso y presumido,

liberal, el

era

comarca

el tal

que para casarse con Quiteria

y hacer una sonada

n aquel sitio,

f

mandó alfombrar un prado, mandó traer manjares exquisitos, y de pollos, jamones y embuchados; colgó las ramas de elevados guindos...

Y la

sin par Quiteria

era una rosa del pensil florido,

una

flor

guapa,

de

muy

gentil,

pocas primaveras,

de hermoso

talle

y brío.

Es verdad que venía paliducha a tomarse los dichos, pero ¿a qué novia en vísperas de boda

no sucede

lo

mismo?

Basilio es de Quiteria— según dicen—,

Quiteria es de Basilio,

pero

ni éste se

casa con aquélla,

ni aquélla a éste llamará marido.

¿Por qué? Por por

lo

lo

de siempre,

que está muy

visto,

porque Basilio es pobre, porque Camacho es

Mas

¡ay! el

amor

rico.

tiene

recursos infinitos,

y

Basilio apelando a su inventiva

finge

muy

y entonces

bien un trágico suicidio; al

mirarlo ensangrentado

2

1

6

y en

el

suelo tendido,

Quiteria, enamorada,

da un

le

un

acompañado de



si claro

que resucita

Y

los

suspiros,

y sonoro muerto (que es un

al

vivo).

grupos se alteran

y se lanzan mil

gritos,

y en las mismas narices de

Camacho

Quiteria sé desposa con Basilio.

Y

prosiguen las bodas comenzadas

y poco a poco caen y Basilio se

los embutidos,

lleva a su Quiteria,

y Camacho se

lleva... el

2

1

primer mico.

7

Gt^EGORio Martínez Sierra Nació en Madrid en 1881. Fundó

la editorial 'Renacimiento,»

ró en «La Lectura», «Blanco y Negro>, «Helios»,



Colabo-

Nuevo Mundo>,

etc.

Obras completas: «El poema del trabajo-, «Diálogos fantásticos», «Flores de escarcha», «Sol de la tarde-, novelas; la;

«Teatro de ensueño

vela; ria»,

«La

feria

«Motivos», crítica

,

de Neuilly

,

La humilde verdad», novelírica,



eres la paz», no-

sensaciones frivolas de París; «Aldea iluso-

cuentos; «La casa de la primavera», poesías; «El peregrino ilusiona-

do-, viaje sentimental; «Abril melancólico»,

ídem; «La selva muda», ídem; «Granada

,

novela; «E! diablo se ríe»,

guía emocional; «La vida in-

quieta», glosario espiritual; «Cartas a las mujeres de España»; «Feminis-

mo», «Feminidad», «Españolismo», «Kodak romántico», «Canción de cuna».

Primavera en Otoño»,

«Madrigal

,

entre espinas», comedias;

Lirio

«El pobrecito Juan», ídem;

«Mamá»,

«Amanecer», «Las golondrinas»,

El ideal», teatro; «El reino de Dios», «La adúltera penitente», «Navidad»,

ídem; «Esperanza nuestra», «Sueño de una noche de agosto», «Rosina es frágil»,

El

ídem,

etc.

d.ía está* d.e .^L.moT d.e HDiosSabes vidas de santos, y

como cosa de

las dices

sueño.

Inevitablemente, los

dos pájaros negros,

que en tus ojos están medio dormidos, despiertan para oír contar divino, y aletean.

2

1

8

el

cuento

Tu voz emocionada va nombres

diciendo

de tierras santas,

aventuras de monjes y romeros

en busca del Sepulcro, penitencias;

cómo con

floreció el

la oración,

yermo

regada en sangre y llanto,

del frai'e soñador;

cómo

vinieron

ruiseñores, cantando, a consolarle,

cuando ya

casi

muerto

le

rendían en tierra

el

dolor y

el amor...

— ¡Ay, ojos negros, ojos suyos y míos!

cuando

¡Cómo

brillan,

«amor», los dos luceros

ella dice

que tenéis escondidos en de

alas, las

la

sombra

dos centellas que

misterio

el

guarda, y que son de oro,

y que son para dormid, velad

mí! Pájaros buenos,

la

lumbre;

quiero escuchar con reverencia

—Hoy y

te

el

cuento.

es Pascua florida

voy a contar

el

Evangelio;

episodio fragante

que acaeció en un huerto; historia de

mañana

de sábado de

abril.

En

el

sereno

candor del campo, que despierta

y

ríe,

a Cristo muerto

buscaba Magdalena; hallóle vivo 2

1

9

al

día

— era y no

buen jardinero—

el

le

conoció, que así los ojos

turbados de deseo

nos suelen engañar cuando buscamos

amor que

al

está cerca.

.

y no

le

vemos.

— ¿Eres tú quien hurtaste cuerpo de mi bier? ¿Dónde

el

le

has puesto?

El jardinero respondió: —¡María!

El alma conoció la voz: —¡Maestro!

clamó

la

...El



pecadora.

alma conoció

la

voa

..

—¿Qué

es eso?

Ojos suyos y míos, ¿por qué lloráis? ¿por qué, pájaros bueno?,

no me queréis mirar? ¿por qué se

lía

roto

hebra de seda y oro de tu cuento?

la

También de

abril,

es hoy

de

sol,

mañana de Pascua, de Evangelio;

si lloras, llora

frente a mí;

por alas para

el cielo,

no vuelvas

cabeza

la

si

lloras

para llorar tu sueño.

—El día está de amor de Dios- -me dice?. Tú lo sabrás: de mí sé que te quiero. Mi corazón es tuyo; llévale al

con tu anhelo,

Jordán, a Betania, donde quieras,

sobre

las alas

de tus ojos negros.

2 2

CÉSAR DE MEDINA ^OCOS Nació en Pedtajas de San Esteban (Valladolid) en 1873. Es aboga-

Ha sido diputado provincial por el distrito de Medina del CampoOlmedo y gobernador civil de Murcia. En la actualidad desempeña este cargo en Almería. Ha colaborado en «Blanco y Negro». do.

Obras: «Espigas y racimos-», poesías, 1915.

El Lleno

d.e Sii^ciiente

:e=ij.íÍo la

sembradera de simiente;

tomo un puño de grano, y poniendo

la

mano

exten -"ida a la altura de

la frente,

a los granos de trigo,

con sincera emoción, «Vais a ser en

el

así les digo:

surco derramados:

luego de los arados el

aguzado

hierro,

rajando por mitad

os dejará en

el

el

duro cerro,

hoyo sepultados.

Bien podéis estar ciertos

que enterrados

seréis, ¡pero

Quien enciende del sol

y en

los

la lluvia

la

campos derrama bendecida,

os dará nueva vida. 2 2

1

no muertos!

viva llama

Para romper

un

os ha de dar, agudo

y verde;

terruño

la costra del

cada grano de este puño

tallo a

como

de

¡del color

esperanza!

la

como yo

¡Dios os bendiga

lanza,

hago;

lo

os libre del estrago del hielo y el granizo destructores;

madure

los verdores

con que habéis de alegrar

primavera,

la

y premie mis afanes y sudores concediéndome veros, de la era volver, ciento por uno, a mi panera.

¡Dios os bendiga,

que

sois del

como yo

hombre

o^ bendigo!

el

natural sustento

al

último mendigo.

y servís de alimento

mismo

lo

¡Bendito

al

rey que

seas, trigo!

porque bajo tu cascara dorada quiso Dios concederte

que guardes

que en en

el

Le

la

la

blancura inmaculada

Hos'ia consagrada

Cuerpo de Cristo se convierte!» dije

de esta suerte,

y después de besarlo, en

el

aire la cruz tracé al tirarlo

repartido en distintas direcciones;

y avanzando en

eché a andar, a

el

surco

el

lo largo del

pie derecho,

barbecho,

repartiendo a los lados bendiciones!

2 2 2

Vicente Medina Nació en Archena (Murcia) en 1866. Fué en su mocedad vendedor de ¡riódicos y romances; en la actualidad regenta ¡

Santa Fe (Argentina), donde dirige

Cómico

Aadrid 1»,

«La Ilustración Española y Americana, «El Libe-

«Blanco y Negro»,

Obras: )esias, lOO;

,

etc.

naufragio

«El

,

narración poética, 1895; «Aires murcianos»,

«La sombra del

1898;

una escuela en Rosario

revista «Letras». Colaboró en

la

hijo»,

drama, 1899; «Alma del pueblo»,

«¡Lorenzo!>, drama, 1900; -La canción de la huerta», nuevos aires

urcianos, 1901, «El alma del molino», drama, 1902; «La canción de la vii>',

poesías, 1902; «La canción de la muerte-, prosa, 1904:

ama, iticos,

1907; 1908;

«Poesia»,

«Canciones de

Lcce-Homo>, idem,

«El rento»,

composiciones seleccionadas, con doce juicios la

guerra», 1914; «Abanico», poesías, 1916;

1917.

¿Pa qué quiés que vaya? Pa ver cuatro espigas arrollas

pa ver

y pegas a

los sarmientos ruines y

y esnüas sin ni

la tierra;

un grano d'uva,

tampoco siquiá sombra de

pa ver

el

pa ver

la laera,

sin

mustios

las cepas,

ella...

barranco,

una matuja... ¡Pa vé que se embisten

de pelas

las peñas!...

2 2 3

Anda

tú, si quieres,

que a mí no un soplo

ni

me quea d'aliento,

ni

una onza de juetza,

ni

ganas de verme,

ni

de que

Anda pise



me la

pué que

ni

ya muerto

Anda



No he

la cosecha...

que yo pué que nunca

quieres,

si

más

mienten siquiá

senda, la

me

pase,

no es que en^re cuatro

si

llevan,,.

si quieres...

d'ir

por mi gusto

si

en cruz

me

lo

ruegas,

por esa sendica por ande se fueron,

pa no golver nunca, tantas cosas güeñas.,. esperanzas, quereres, amores... ¡tó

se jué por

ella!...

Por esa sendica se marchó aquel hijo

que murió en

la guerra...

¡Por esa sendica se jué la alegría!... ¡Por esa sendica vinieron las penas!...

No

te canses,

anda ¡a

ver

tú si

si

que no

me remuevo;

quieres y éjame que duerma,

es pa siempre!...

Tengo una

¡Si

cansera!

2 2 4

no

me

espertara!

Enrique menéndez y pelayo Santander en 1861. Fué doctor en Medicina, correspondien-

Jacio en e las

Reales Academias Española y de la Historia y de la de Bue-

Letras, de Sevilla. Colaboró

en

'Santander Crema», «El Aviso», io .íVlontañés», etc.,

la

«Revista Literaria-, de Vallado-

«El AtUintico», «La

Atalaya», «El

de Santander. Murió en 1921.

)bras: «Poesías», 1886;

«Desde mi huerto»,

artículos, 1890;

«Ronian-

de una aldeana», 1892; «Las noblezas de don Juan», comedia en

¿A

1900;

a,

la

sombra de un

comedia en prosa,

primer concurso abierto por itos, 1905; ;

0"

;

«Alma de mu-

Biblioteca «Patria-, 1904; «Selectos», 1905;

«Via-Crucis nuevo», en verso,

novela, primer premio

Biblioteca «Patria»,

la

1900;

novela, primer premio

1909;

«Interiores»,

del

segundo con-

cuadros literarios,

«Del mismo tronco», comedia, 1911; -Rayo de luna», paso de co-

la, 5

la

«Cuentos y trazos»,

«El idilio de Robleda»,

de

roble», artículos,

«La Golondrina»,

1904;

«Cancionero de

1914;

en

al la

la

la

vida

quieta», poesías, 1915;

solemne velada con que se inauguró en

estatua de

¡Si

don Marcelino Menéndez y Pelayo»,

mi estrofa tuviera

esas alas de alondra mañanera

con que tu estrofa candida volaba; aquel sutil encanto

que

sin

como

armas de

risa ni

de llanto

a traición las almas penetraba;

2 2 5

Discurso

la Biblioteca

1917.

Na-

aquel blando rumor de fuente oculta,

que sus aguas sepulta con leve ruido en -aquella gracia

Por

que

ella el viejo

plantado por

tu

dormida arena,

la

ti vivir

&erena!

huerto castellano

mano,

de verde flor se cubre todavía,

y

al discurrir

por

él

tiempos y gentes

toca amable sus frentes

suave y gentil melancolía. ¡Oh altísimo cantor de la fontana

tina

que, por ver

la

hermosura

de tus campos, corriendo se apresura!

Mi

espíritu se afana

por gustar de esas aguas

y a remedar su placidez vano será el empeño,

que

la frescura

aspira:

aquella voz que en tu cantar suspira

¿cómo

otra vez encontrará su

Mas

por

si

dueño?

logro aprisionar la estela

de aquel devoto resplandor de luna que, con albor de cisne en

en tus estancias

la

laguna,

riela,

ahora qué atardece,

y un manso

viento los laureles mece,

que del oro y del cetro pone olvido, anura que lu

que de

añora que

como a

el ti

bosque enamorado canta

ha aprendido,

el

ruido mundanal se esfuma,

a una piedra hanta

tu sepulcro tocaré

mi pluma. 2 2 6

¡Quién sabe

mirarme,

si ai

olí

elegido,

vagar solo, atraído quietud excelsa de tu huerto

por

la

y

verme tan desierto

al

de ambición y cuidado, sin codicia

de gloria

me acordarás que un lampo de esa Humilde soy. los

ni

de hacienda

sobre mí descienda

luz

Así,

que he codiciado! mis camaradas,

romeros del canto que a mi vera

del arte

y de

la

vida

anduvieron las ásperas jornadas, en mí encontraron amistad cumplida, ni ni

atajada del tiempo en su carrera,

por

la

Cual

amé

si

torpe emulación vencida.

fueran escritas por mi mano,

sus rimas; cada vez que aquellas

que, alumbradas del

con resplandor de

numen soberano

estrellas,

sus regias alas ante mí batían, ni cauteloso

mi emoción contuve,

ni el aplauso

y las lágrimas detuve

que del fondo

Nunca por

del

alma

el laurel

mi pobre corazón

me

que

salían. el

triunfo

latió

impaciente,

ni al ver en otra frente

una corona

la

de espinas sentí sobre mi

Tan hermano me

frente.

siento

en dichas y pesares

de cuantos saben

el

divino acento

traducir de las selvas y los mares,

2 2 7

abona

que cuando logra alguno ver atada de su canto

al corcel

me tomo

una parte

moneda

cual de

Y ¿qué

la victoria,

de su

gloria,

todos dada.

pc-ra

importa que un verso bien labrado

sea de éste o de aquél? ¿Sabéis del ruiseñor

esa trova gentil que ignora

¡Goce

y

el

el

el

nombre

que anoche os ha cantado

mundo

nombre

el

hombre?

himno que ha sonado

del

del autor

quede ignorado

como voz que clamara en

el

desierto!

|De Dios es toda gloria y todo acierto! El es

manantial de donde brota

el

toda agua de poesía;

la corriente

que, en mil pedazos rota,

de

al través

y de

vida

la

las la

almas se abre paso aridez repara.

¿No

será indiferente

que

el

agua

surja, ni surgiere clara,

por una u otra boca de ¡Alto despreciador

Jamás

el aire

cuando la

le

que

dora

fuente?

la

de

la fortuna!

tu huerto

el sol

o

orea

platea

le

desvelada luna,

entre su fronda plácida derrama ni el salvaje

ni el

clamor de

la pelea,

aroma enervante de

Tú que

la

la

desdeñaste

cual todo vano y

mundanal ruido,

tu solo has merecido la gloria

fama.

que esquivaste, 2 2 8

y que

al

correr de las edades crece.

desdeña

¡Sólo quien la

la

merece!

Para saciar tu anhelo

más

excelsa corona pretendías;

«¿Cuándo será que pueda»— repetías— «libre

de esta prisión volar

El genio

al cielo?»

que en tu frente fulguraba

nunca a mover tu vanidad fué

parte,

y humilde se empleaba,

cuando en noche serena despertaba, en adorar a Dios, no en adorarte. ¡Ay de quien ve en saltar esta

de

la

el

huerto que cultiva

agua viva

vena creadora,

y remontar no sabe su corriente hasta dar con

la

en donde nace

cima vencedora,

la inextinta fuente!

2 2 9

Juan Menendez Pidal Nació en Madrid en

gobernador

civil

de

rió

Cuerpo de Archiveros,

Museos»

e individuo de la Real

de Archivos,

Academia Española. Mu-

en Madrid en 1915.

Obras: leyenda,

«Dios y 1830;

el

César»,

la

conde de Muñazán»,

romances que se cantan por

danza prima, esfoyazas y fiiandones, recogidos

boca del pueblo», dena»;

tesis doctoral; «El

«Don Ñuño de Rondaliegos», ídem; -Poesía popular.

Colección de los viejos

en

jefe del

Histórico Nacional y de la «Revista

director del Archivo

Bibliotecas y

Fué doctor en Dere.cho, diputado a Cortes,

1861.

varias provincias,

«Alalá-,

1885;

«La orden militar

poesías,

1890;

los

asturianos

directamente de

-San Pedro de Cár-

de Santa María de España»;

"El bufón

de

Carlos V, don Francesillo deZúñiga-; «Leyendas del último rey godo», 1905; «Poesías», 1913;

de recepción en

la

«Don Luis de Zapata y su Miscelánea», discurso

Real Academia Española, 1915.

— Aiilla junto a

la

un perro, madre, puerta;

en cuanto aclare

el

día

ya estaré muerta!

—Si vas mejorando; no digas

eso...

—¡Madre mía

del alma,

dame

otro beso!

—No

temas

nada...

2 3

I

—Por

ti

y por Juan

lo siento,

madre adorada.

...¿Qué ruido suena,

—Los

madre?

rondadores;

es sábado y cortejan a sus amores.

—¿La

voz ce Juan no escuclias

entre esos cantos?

—Alguna

igual te engaña,

porque son tantos

—No; madre mía jY

el

..

..

pérfido juraba

que me quería!

¡Sabe que estoy muriendo...

No, no

¡Qué

me

quiere.

tr:ste se

ve

el

mundo

cuando se muere!

—Mírame, abre

los ojos;

es mi deseo...

—¡Madre, dentro qué si

alma

quiero alzarlos,

muy

negras somb-as,

me hacen

mía

muerte es

la

del alma,

cierta;

vuelve a gañir junto a

negras^

bajarlos!

...¡Madre la

del

claro veo;

perro

el

puerta!

2 3

1

¡Qué sola en este mundo vas a quedarte!

¿Quién en tu desamparo va a consola'te...?

¡Madre querida, tan sólo por

perder

siento

ti

la vida!

¿Quién trenzará amorosa tus nobles canns,

sentada por

las

contigo

al sol

mañanas;

y quién luiíta bajo a

el

tarde

castaño,

par de

pasará

la

ti

el

cosiendo

año?

¡Años enteros

con mis recuerdos sola por compañeros! Al amor de

la

lumbre

buscando abrigo, creerás, estando sola,

que estás conmigo. Recuerdos importunos de mis canciones fingirán en tu oido

débiles sones...; ¡eco

apagado

del canto

de

la

dicha

que se ha alejado! 2 3 2

.

Juan vendrá, como todos, a verme muerta.

No

le

dejes que pase

de aquella puerta. Dile que, ya muriendo, sentí su canto;

que, ni muerta, oir quiero

su necio llanto.

Que ame

a Dolores;

me basta, me llores!

que a mí

que



madre,

Vísteme de mortaja la

ropa toda

que en

el

arca tenía

para mi boda;

y después que me hubieres amortajado,

quítame estos corales

que Juan

me

ha dado,

porque no crea

que aun he muerto queriéndole,

cuando me vea.

Vendrán todas

las

mozas,

menos Dolores, a poner en mis andas cintas y flores: sin ella, al

vendrán todas

cuarto mío

por besar en mi rostro

ya duro y

frío...

2 3 3

¡Madre; sin su

si

mu'ero,

beso y su cinta

marchar no quiero!

madre

Dile,

que

la

del alma,

perdono:

que olvide también

ella

su injusto encono;

que yo siempre

más que

la

quise

a ninguna;

que no hubo de mi parte traición alguna;

que ya

le olvido...

¡Y qué culpa yo tuve si él

En

me ha

querido!

los robles

oscuros

solloza el viento; se apagan las estrellas del firmamento; el rio

entre los álamos

reluce y pasa; ni crujir

una viga

se oye en la casa; la candileja

que ardió toda de

la

noche,

lucir deja.

Se oyen dulces tonadas, risas y bulla...

La niña da un suspiro y

el

perro

aulla...

2 3 4

Al volver de

la

ronda

los rondadores,

murió

la

pobre niña

soñando amores...

Cuan Jo

moría,

en las cumbres It-janas

amanecía.

2 3 5

Enrique de Mesa y Rosales Nació en Madrid en

de España» y

«

1879.

^

Ha colaborado en «La Correspondencia

Helios».

Obras: «Flor pagana», prosa,

1905; -Tierra

y alma», poesías, 1906;

«Tragicomedia», prosa, 1910: «Andanzas serranas», idem, 1910; «Cancio-

nero castellano», poesías,

premiada por Trastamara

«Manon

,

la

1911;

«El silencio

de

la

Cartuja», poesías,

Real Academia Española, 1916; -La corte poética délos

Traducciones: «Rojo y Negro», novela, de Stendhal, 1919;

Lescaut», novela, del Abate Prévost, 1919; «Viaje por España»,

de Teófilo Gautier,

1920;

«La pescadora», drama, de Bjornstierne Bjorn-

son, 1920.

s E iK :k ..¿^ 3sr X n. Xj -¿^ Fa&tores de Majavieja, zagales los del Hoyón, los

que apriscáis vuestras cabras

al pie del

Cancho Mayor.

Decidme

si

por ventura

vuestro majadal cruzó la espiga

más codiciada

que grana en mi

tragalón.

Marchóse de amanecida, antes del primer albor, al

punto que

las alondras

cantan barruntando 2 3 6

el sol.

Ibase con

como

el

hatero,

otras veces marchó,

para llevar

la

remuda,

pan y sebo a mi pastor.

—Por

aquí pasó

como

iba solo

con su yegua y

el potrillo

—¿No ¿No

hatero;

el

vos,

alba

la cuati

retozón.

caberos?

la visteis los

mi blanca

visteis

flor,

pastores de Majavieja,

zagales los del Hoyón?

—Por con el

el

aqui pasó

la

moza

vaquerizo Antón,

que viene de

Castilla

cuando empieza

Caminaban cuando

el

la calor.

sierra arriba

alba clareó:

el

zagal iba encendido;

la

mozueía

—Si

sin color.

cabreros,

la visteis los

muertos os contemple yo,

que no echasteis de los hatos

—Por

la

al

los

mastines

ladrón.

senda se perdieron

en compaña y con amor: el

hatero iba delante,

pero solo como vos.

—¿No

acosara

al

vaqueriza)

vuestro perro ladrador? 2 3 7

—El

cachorro trujillano

silencioso los miró,

—¿No

librasteis la ovejuela

del lobezno robador?

—Cada

cual cuide su chozo

y gobierne su zurrón.

—Dios maldiga

vuestros hatos,

pues burláis con mi dolor, pastores de Majavieja,

zagales los del Hoyón,

"^OZ

3DEI_. .á^OrTJ-j^

Era pura nieve

y

los soles

me

hicieren cristal.

Bebe, niña, bebe la clara

pureza de mi manantial.

Canté entre los pinos al

bajar desde el blanco nevero;

crucé los caminos, di

armonía y frescura

No temas finja

al

que, aleve,

engaños mi voz de

Bebe, niña, la clara

sendero.

cristal.

bebe

pureza de mi manantial. 2 3 8

cuando

Allá,

mi

el frío,

blancura las cumbres entoca;

luego, en el estío,

voy cantando a morir en tu boca.

Tan no

me

sólo soy nieve,

enturbian ponzoña ni mal.

Bebe, niña, bebe, la clara

pureza de mi manantial.

2 3 9

.

Carlos Miranda Nació en La Coruña en 1870. Fué redactor de «El Liberal». Murió en 1918.

Obras:

-Cosas de

corta, 1910; «El

versos festivos, 1006;

la calle»,

crimen de

la calle

Minina», novela

de Tudescos^, ídem, 1912; «Mi Dulci-

nea», ídem, 1913; «Rosas de pasión», poesías, 1914; «La ca'da de doña Isabel

II»,

novela corta, 1914; -Juegos malabares», prosa rimada,

«Bergantín-, novela corta, 1915.

¡Santa

madre nuestra, nuestro santo amor:

ruega por nosotros a Nuestro Señor!

Velaste mi sueño

mientras yo dormía.

Hoy

velo yo

el

tuyo,

santa madre mía.

Hay

sobre mis sienes gotas de rocío

de

la triste

noche del corazón mío...

2 4

1915;^

.

La voz que en

sollozos sale de

es del hijo

mi boca,

amado que a tus puertas

A

toca.

tu pecho, madre, sin cesar llamé;

su

latir buscíiba.

pero no

¿Dónde

que nos coniolaba,

'

la

lo hallé...

madre

está la

que nos dormia, la

que nos

velaba?...

Santa madre nuestra, nuestro santo amor: ¡ruega por nosotros

a Nuestro Señor!

Di: ¿por

qué tus ojos

a ¿Por qué

te

la luz

escondes?

llamamos,

y no nos

Tu

respondes?...-

pálida imagen es, entre los cirios,

como una azucena rodeada de

Tus marchitos

son como rojos,

lirios...

labios aleh'es

que florecen cuando nos 2 4

1

sonríes...

.

Y hay sobre

tu helada frente marfileña,

la

sombra de un ángel que, durmiendo, sueña.

¿Dónde

madre

está la

que nos consolaba, la

que nos domía, la

que nos

velaba?...

Santa madre nuestra, nuestro santo amor: ¡ruega por nosotros a Nuestro Señor!...

Ven conmigo, hermana, v-n a que recemos. Ven, hermana mía, para que lloremos...

En

raudal de sangre corra nuestro llanto,

por aquella pobre

que nos quiso

La

tanto...

luz de sus ojos

arde en

la

penumbra:

luz de nuestra muerte

nuestra vida alumbra!

Y

esa luz, reflejo del

debe

amor

divino,

ser el faro

de nuestro camino... 2 4 2

¿Dónde la

está la

madre

que nos consolaba, que nos dormía, la

que nos

^

velaba?...

Santa madre nuestra, nuestro santo amor: ¡ruega por nosotros

a Nuestro Señor!

2 4 3

Joaquín montaner Castaño )

.

Nació en Villanueva de

la

Serena (Badajoz) en 1892. Es redaetpr de

«La Publicidad», de Barcelona y colabora en «El Sol». Obras: «Cantos»-, 1907; «Sonetos y canciones»,

poema,

(1915),

1911; «Juan

"

.

Farfán>,

«Primer libro de odas>, 1914; «Poemas inmediatos de

la

guerra», 1916; «Antología de poetas clásicos par^ niños-, 1917. Teatro: «El ilustre don Beltrán», 1911; «La honra de los muertos», 1916.

IDon.

Lope

d.e ^ig"u.erosL

¡Rataplán! ¡Rataplán!— Los pífanos guerreros chirrían estridentes— y redobla el timbal.

Ya

están en

Zalamea— los bravos mosqueteros

que van a Portugal.

¿Qué puerta no ha de abrirse?— ¿qué casa será extraña a tanto pecho noble— y a tanto airón de fuego?

Donde

ellos pisan

es— siempre

tierra

de España,

de vino, amor y juego. Reumático, don

Lope— de

Figueroa va,

con esa barba gris— que es en su cara eterna.

De una

pierna cojea;— pronto cojeará

también de

la otra pierna»

2 4 4

«¡Viven los cielos!»

no puede Despide

salir

y—

¡Por Cristo!» de su boca

nunca— más que

la

exclamación.

palabras,— lo mismo que una loca

las

bombarda su cañón.

Cuando se

irrita,

nadie— le conoce segundo.

mundo es pequeño— y es poco a su denuedo. Todo ¡Es capaz de romper— en la bola del Mundo el

su espada de Toledo!

Su vida es la

combate,— su fama

el

banda es su derecho,— y

el

es guerrear;

honor es su

ley.

Respeta a Dios jurando;- y aun se atreve a jurar delante de su Rey. Pero, aunque ruge y

y maldice

el

clama— y sacude

reuma -que no

le

aun tiene blando para— la queja y aun sabe

Y

el

coiazón

se vuelve de espaldas— porque nadie le vea el

guante— la mojada

—España guarda uno— que ir

bastón

llorar.

que deja sobre

al

el

deja andar,

señal.

dejó en Zalamea

a Portugal.

2 4 5

José Montero Nació en Ciudad Rodrigo (Salamanca) en 1878. Fué redactor de «Nue-

vo Mundo», «Mundo Gráfico» y «La Esfera». Murió en Obras: «Velarde

«Yelmo

>,

1920.

estudio, 1908; cEl solitario de Proaño», ídem, 1917;

florido», poesías, 1917; «Lienzos castellanos», ídem.

Oamción Espaüola Las

letras floridas

que en

los áureos libros

de orlas histo(riadas

hablan a los siglos de mágicos nombres y rancias noblezas, cantan una estrofa de notas alada?, rondel caprichoso que tiene en sus viejas rimas olvidadas

todos los emblemas, todas las virtudes, todas las grandezas. Entre los cuarteles de azur y de oro

suenan

y en

las canciones

triunfal cadencia

un himno de

de un gentil trovero

de raudal sonoro

gloria canta el

Un himno que suena con que agita en que

el aire

llena el espacio

como eco de

Romancero.

ritmos marciales,

flotantes airones,

de gritos triunfales

fiero rugir

de leones;

que tiende sus alas de carmín y oro por toda

la tierra

y puebla los campos de bosques de lanzas y son de clarines,

2 4 6

y

lleva en sus recios caballos de guerra

de sus caballeros y sus paladines,

la legión triunfante

los bravos señores

de espuelas doradas y largos briales

que ante una sonrisa caían vencidos siendo vencedores, y en los firmes arcos de los ventanales decían

gala de sus madrigales

la

y daban en prenda de su galanía un ramo de Si gustáis los lances

oíd lo

Campo de por

el

que dice

la

voz del trovero:

cruzadas, tierra de Castilla solemne y severa,

mar sagrado que forma

al

pjrderse tu excelsa llanura

se extiende a lo lejos en legión de b'avos

que

flores.

de mi cancionero,

llevó a otros pueblos, con la

la

Cruz en

raza altanera

su sed de

alto,

(aventura. El glorioso ciclo del Cid se adelanta,

bajo

y

la

es

el

sol

de fuego brillan como escudos petos y espaldares

polvareda que en su andar seguro

nimbo rosado para

Un

grito

allá,

legión levanta

de guerra, como una saeta se eleva hasta

rumor de corazas y son de atambores y

la

las fufaras glorias militares.

en

el

ocaso,

como una paloma

que apenas sostiene la

la

el cielo,

los aires atruena

se agita el lenzuelo

mano devota de doña Jimena;

mano de

nieve

que rítmica y leve hilará juiciosa los

copos floridos

mientras va sonando

la

voz amorosa

que dice un romance de guerra,

que guarda un recuerdo para 2 4 7

la

glosa

los vencidos.

'

Alcázar de et-sueños, de bandas y encajes.

Granada

como una

la bella,

y en áureo proclaman

sultana se mira en

el río,

cortejo, los Abencerrajes

de su poderío.

el triunfo

Detrás de los

liierros

mira Lindaraja llegar a

de su celosía

lo lejos las

huestes cristianas,

>

en sus ojos negros se posa una nube de melancolía y escucha temblando las trompas lejanas

que suenan llorando como una

elegía.

Después, cuando pasan los blancos corceles sobre alfanjes rotos y sucios girones de albos alquiceles, cubiertos los lomos por m:mtos reales,

oye entre

el

las

vibrante rasg.';r_vic orioso del ciaría sonoro

voces cristianas que apagan triunfales

el triste

Sobre

el

y doliente suspiro del moro.

mar dormido

se extiende gloriosa la voz de Castilla,

y enhiesto en

el

tope de sus galeones

se despliega y brilla el

pendón morado de

Un nuevo

la tierra

van siendo raíces

y prende en

los

dos

sol luce y

nuevas perlas tiene mientras en

los

f

castillos

y

los

dos leones.

un mundo se humilla,

ara su corona la reina cristiana,

de vírgenes bosques y blancos eriales

los rústicos hilos

de toscos sayales

pechos su lumbre de amores

la fe castellanaj.,

¡La luz que en las a'mas, del cielo caía

con dulces aromas de nardo y de

y

al

lirio

besar el suelo, como una promesa, besaba y abría la flor del martirio!

2 4 8

Con

el

mal ceñida y

al aire la

allá

el

mostacho

la

capa encarnada

gesto altivo y al

cuerpo

fiero,

pluma del ancho sombrero,

van hidalgos de rostro altanero

que buscan empresas de amor y de espada. Se cruzan el pecho con bandas de seda que bordó una

her-

(mosa mientras los galanes rondaban de noche su reja la

dama olvidada que gime

odiando a

y

ai pie

la bella rival preferida.

unos ojos negros

Si

florida,

celosa

les

miran traidores

de otras rejas oyen una dulce promesa de amores,

su abrazo y su vida darán a y

al

hermosa

la

gentil vasallaje,

abrir el día su aurora rosada

podrán vencedores colgar de su espada las cifras

Y

de un blanco pañuelo de encaje.

en tanto que riman los versos de un tierno madrigal alado

y a

la

dama entregan

muestran retadores ante la

la flor cel envío,

valeroso galán despechado

el

espada desnuda para un desafío.

Asi escribe España su clara leyenda, asi

va alfombrando de rosas

que pisan chisperos y majas,

la

senda

las flores

de las Maravillas y los Curtidores. El alma del pueblo que en ríe

la bulliciosa clásica

verbena

sus amores

entre olor de nardos y de hierbabuena;

que canta en sus

fiestas

y sufre en silencio

y

si

de gozo encendida

llora

lleva en sus voces a

de pena

España prendida.

2-4 9

La raza que supo romper con que

la

cadena

la

oprimieron temidos rivales

y tuvo a sus plantas, de sangre teñidas, las águilas fieras, rotas

y vencidas

las alas triunfales.

¿Oísteis

el

himno de amor y

fortuna, la canción

rimada

con pulidos versos y rayos de espada

que en su Es

la

luz la envuelven

voz eterna,

la

como una aureola?

canción

que canta en sus triunfos

2 5

la

sagada raza española.

Manuel Monterrey Nació en Badajoz en 1879. Obras: «Mi primer ensayo-, poesías, 1905; «Mariposas azules», ídem, 1907; «Madrigales floridos», 1903;

Lira provinciana', ídem, 1910; nte;

vertiendo espesos coágulos

en

el

tejado uiievo del mulíno

y, allá

en las viñas, en

secos pámpanos...

is

1

*

Por

los

caminos hondos— recliin ntes

y dando secos tumbos— van

y del fondo del

os,

los ta

valle, junto al ríf,

sube un dulce cantar aleteando, y otro cantar desciende

la la-^eta,

y otro raudo planea sobre y otro se abate lento,

el

prado,

á a lo

al

lejos...

tan lento y tan lejano... tan lejano...

Se ha en endido una roche va

la

de ios a

e trella;

cerr.indc';

er. s

se desprende

huele a pino y a

Por bajo de

la

estiér. ol.

el .

hu

v.i-,

Se oye

el

Ángelus..

parra del camino

se ha metido un rebaño,

y

el

las

chivo

más

manos en

rijoso

el aire,

aún ramonea,

un rojo pámpano.

2 9 4

.

^vdZarg-arita. ¡Traque! ¡traque!

bajo

reclamando, quiebra

como en

tecelara,

la

la siesta íildeaiía,

los rastrojos codorniz en celo.

¡Traque! ¡traque! la

El telar abue'o

á!...

¡t

peso mozo de

el

'

¡'rá!...

a

moza

retaci

rústica urdimbre con b;io doblado.

La tarde es un ascua, tasienue

el

sobrado

a h 'no maduro, sudor y aibah xa.

¡Traque! ¡traque!

""rece

¡tríí!...

el rollo

moreno, fragante de

—¡Qué

triste,

Suspira

la

qué

Acucia a

— Dos

las

Pazo va por

vacas

brasas

¡Don-din!

la

m

¡don!... .

moza aún

canúno!

la

Cantan

las esquilas.

calleja-

voz de una

vieja...

za tiene en las pupilas.—

¡Qué

lejos se

oye

el

esqui'ón!

Es un eco de im eco apagado...

¡Traque! ¡traque! la

la

el

la frente.

¡don-din! ¡don!...

del

¡Don!... ¡din!.

a

qué largo

moza y enjuga

¡Do'i-c'in!...

— Ganado

solo,

lentamente

lino...

¡trá!...

Y

e! telar

cansado

suena: ¡don-dii¡! ¡don-din! ¡don!.

2 9 5

Oon-d-enacióan

XjSl

d.e I^ai:isto

El hidalgo ha comido y ahora está amodorrado

de codos en

la

mesa. Margarita trajina

y a una criada, a voces, regaña en Bajo

la

mesa duerme

Alucina tiene

Como al

la siesta.

el

la cocinj.

mastín enroscado.

El rastrojo dorado

un temblor de carne en

la roja calina.

un bordón inmenso tañido con sordina,

vuelo de las moscas, suena

el aire

abrasado.

El hidalgo espabila. Bosteza... Tose... Escancia

en su vaso más

vino...

de pronto, como fuego

Lo

huele.

Su

fragancia,

le infiltra, le sofoca...

Quiere alzarse ciispado...

Y

arrojando una espesa

bocanada de sangre, rueda bajo El mastín se despierta, va y

2 9 6

le

la mesa...

lame

la

boca.

I Arturo Reyes aguilar Nació en Málaga en 1864. Murió en 1913. Obras: «Intimas», poesías, 1891; «Cosas de mi tierra», novelas, 1893;

«Desde

el

surco», poesías, 1896;

Cartucherita', novela andaluza, 1897;

*E1 lagar de la Viñuela», idein, 1898; «La goletera», novela, 1900; «Del

bulto a la coracha», cuentos andaluces, 1902; «Otoñales», poesías, 1904;

«La moruchita», novela, caireles», ídem, 1908;

tos, 1910; «Béticas», poesías,

azul», novela andaluza, 1911;

«El

del Rocío»,

andaluces,

1912;

«Las de PintO", ídem, 1908;

1907;

l!»10; «De mi almiar», novela, 1910; «Cielo «De mis parrales», cuentos andaluces, 1911;

novela, 1911; -Sangre gitana», ídem,

«Sangre torera», novela,

1913; «Entre breñas»,

1912;

Dadme mi

caballo bayo,

el

que

el

que es del viento

rival es del rayo, rival;

que huir quiero mis pesares, que volver quiero a mis

lares

y volver a mi aduar. Volver quiero presuroso,

donde tan dichoso

latía

1911;

«Oro de

«Romances ley»,

ídem,

ídem, postuma, 1913; «Del crepúsculo», poesías,

postuma, 1914.

allí

niño de los

.

p'acer,

tan lleno, t^n fuerte, tan claro, tan grande,

que es

Es

triunfo glorioso

de vida y

p( der.

triunfo en las mieses granadas

que cubren

las

hazas

d-^1

cálido egido;

es triunfo en las dehesas tostadas

y es las

triunfo en las verdes campiñas:

que tienen un huerto

y un

Y

florido

valle frondoso de espléndidas viñas.

es triunfo en las era=,

— promesa lejana de las sementeras— donde hay, para premio de tantas

fatigas,

primero, las parvas de rubias espigas,

después,

la

ventura de trojes graneras

que alegran inviernos para hombres y hormigas. ¡Realidades de honrados ardores,

y esperanzas de tiempo aún mejor, sonrisas, cuidados, sueños labradores,

músculos

activi

¡qué hermoso es

s,

gotas de sudor,

el triu- fol...

Cantan

3 O

1

'os

gañimes

como

si

ese triunfo de rudos afanes

fuese

la

promesa de un

triunfo

de amor!

¡Oh días de paz y sosiego

que tiene mi

tierra!

¡Oh estío

de fuego,

de y

ciel^,

de campo y de luz

nuble vivir cotiJiano

el

del noble trabajo cristiano

que

llena los siios de

grano

y los cuerpos hinche de vida y salud! Labrador: ara y siembra y recoge: esos granos que colman riégalos por la

vega

que después con

la luz del

son (spigas del sol en flor

la troje

risueña,'

de harina son luego en

y en y en

el

la

Señor

las hazas, la

aceña,

horno son blancas hogazas, mesa son pan deí amor.

¡Que siempre fecunde mis campos feraces el sol del eslío!

la

¡Que llene

mies en los haces!

¡Que suene por estas llanuras más grandes que el

el

mar

himno sereno

del trgo y del heno,

oro de

la patria,

sangre de

la

3

raza y

2

amor

del hogar!

José Rincón lazcano Nació en Madrid en 1880.

Es licenciado en Derecho. Colabora en

Blanco y Negro» y otros periódicos, singularmente en los de Segovia. Obras: -Historia de los monumentos de la villa de Madrid», 1909; «Del viejo tronco», poesías, 1910; -La alcaldesa de Hontanares»,

trenada en la

y

el

el

Teatro Español y premiada por

la

comedia es-

Real Academia Españo-

Círculo de Bellas Artes de Madrid, 1917; «El ajuste», paso de co-

media, 1919; «Después de misa», ídem, 1919; -Espigas de un haz», dra-

ma,

1920.

Tiene en preparación un tomo de poesías y otro de cuentos

castellanos.

So3r Xj£iTorad.or En un

cantar recio y llano

del terruño castellano

quiero engarzar mi e noción ¡Si

..

carece de primores,

lleva en

cambio

los mejores

ritmos de mi corazón!

Soy labriego y soy poeta...; musa inquieta

y es mi hidalga libre

alondra musical,

que no canta otros cantares que

los limpios

y vüls^ares

del terrazgo y del

3

erial.

3

Tengo del

a ga'a ser

hermano

que brega sobre

cara

el

viento y cara

al

llano

?! sol;

y un orgullo desmedido

cuando advierto que he nacido castellano y español.

Más

cumple a mi deseo

le

mansísimo zureo

el

de una candida torcaz,

que

voz de

la

los torrente?,

desbordantes y rugientes,

de

álve>> turbio

Más

la vieja

que en del

la

la

canción de oro

fuente canta

amnr y

que

y hondo caz.

el

coro

del placer,

extraña melodía

de una patria que no es mía

y que nunca Por

vivir

lo

ha de

ser.

con labradores

y zagales y pastores

sabe mi alma

la

que palpita en que

vertir)

quien

le

Sé por

verdad la belleza

en Naturaleza

dio su majestad.

ellos

que

la tierra

guarda, esconde, oculta y cierra,

oro virgen que es de ley;

3

4

y que ahondar para buscarlo y sudar para encontrarlo hace honor

Sé en

las

mismo

al

rey.

hoscas sonochadas

y en las crudas madrugadas

apostarme en librar a

y

de

los lobos

el cantil,

mis ovejas

y vulpejas

que son plagas del redih

Sé cien cosas perogrin's de las artes campesinas

y

lenguaje natural...

el

Sé cantar como se canta cuando a un niño

le

amamanta

una cabra maternal. Sé en

la siega ser

hoz fuerte

y dejar rastros de muerte

donde un campo

Y

y binar

la

barbechca

cual mi pajre

Sé y

la

de

me

las coplas

enseñó.

de

la trilla

música sencilla

las

rondas del lugar;

y dormir bajo

de

floreció...

sé alzar la rastrojera

la

el

creciente

luna transparente

en las parvas sin

Irillar.

3

5

Sé correr hasta y bañarme con

cumbres

las

lumbres

las

del divino sol ile Abril,

y escuchiir cabe los pobos ios aullidos de

s lobos

1

cuando dejan su

cubil.

Sé estas crsns castellanas, tan vu'garcs y tan llanas,

que

el

¡Si

con

terruño

me

enseñó...

algo valen y merecen,

el

alma os

las ofrecen

mis he! manos, que no yo!

¡Aceptadlas..

que unos

!

¡Son las flores

viejos labradores

os pretenden

ofrendar!...

¡Han nacido en

los ribazos

y en lus surcos y lindazos

de un vergel de pan

Un

vergel que en

llevar!

el

verano

su riqueza de secano,

depurada por

el sol,

va a acrecer

el

gran tesoro

que ha nutrido siempre castellano y esp-'ñol.

3

6

el

oro

Cipriano de Rivas Cherif Nació en Madrid en

literaria.

Ha colaborado en •España>, «La Liber-

y «Los Lunes de El Imparcial».



Obras: «Versos de abril», 1908; «El cristal

,

Redacta en colaboración con Manuel Aza-

1891.

«La Pluma», revista

.,

i90ti;

«Los cuernos de

la

luna», novela cor-

con que se mira», boceto de comedia, 1909; «Un ca-

irada más», novela, 1921. Traducciones: «Florecillas», de San Francis1912;

,

«Memorias», de La Rochefoucauld,

Alighieri, i,

1919; -Vita

Nova

del

,

1919; «El convivio-,

mismo,

de Dan-

«La posadera», come-

1920:

de Goldoni, 1920; «Ultimas cartas de Jacobo Ortiz», novela de Hugo

scolo, 1920; «La vida en los campos», ídem, de laniel

Giovanny Verga,

1920;

Cortis», idem, de Fogazzaro, 1920; «El capitán Fracasa», ídem,

Gautier,

1921; «El

matador de Cinco-Villas», ídem,

de A. Bennet,

21;

-La viuda del balcón y otros cuentos de Cinco-Villas», del mismo,

II;

«Dos dramas, de Salvatore

írardo de Nerval,

di

Giacomo,

1921. Ediciones críticas:

1921; «Silvia», novela,

«Romances

ique de Rivas, con prólogo y notas, 1911; «Poesías escogidas de

amor», 1921.

-¿^ Vina, Sí,

ya

lo sé.

IL/li-uissi

TTlTra

La Primavera

rosas enciende en las mejillas,

pero

el

tiempo no tiene espera,

verás las hojas amarillas.

Verás el campo mudo y yerto con una mortaja de nieve, 3

7

de

históricos-, del

Cam-

un

tu corazón será

pesadumbre

desierto,

tu gracia leve.

Esa luz tan

clara y tan

en que viertes se perderá en

nada oscura,

la

tu voz no volará en

Por más que

pura

pensamiento,

el

el

viento.

le aprietes la

venda

a la fe que hace andar la noria,

¿cómo quieres que no comprenda que

la existencia es transitoria?

Se tornará opaco y opaco tu cutis se apagará con

el color,

terso;

el

amor

música del universo.

la

Llegará un

que no oirás

De

amanecer

triste al

gallo cantar.

vivir alegre al

no ser

hay muy poco trecho que andar.

Luego después, sobre

la piedra

de tu tumba, una hierba verde

—musgo

misero, que no hiedra-

borrará cuanto te recuerde.

Ven

aqu'',

gocemos ahora

porque no nos'castigue Dios,

de este El

sol

mundo

que

montes dora.

los

es de nosolros dos.

3 O

¿'

El viento las nubes se lleva, los torvos pesares se van;

abandónate y sé como Eva, yo seré

inocente Adán.

el

Trasciende

y

el cielo

la

divina pauta

se copia en la linfa.

Haré de cañas una

Soy

flauta.

el sátiro, tú la ninfa.

Al suave son de este concierto, el

cuerpo del alma se ayuda;

cuando en

la siesta

despierto

estás a mi lado desnuda.

Se desgarra irrumpe

el

él sol, la

último

pintada de verde y azul

renace

tul;

vida empieza,

la naturaleza.

3

9

José Rodao Hernández Nació en Cantalejo (Segovia) en 1565. Es profesor en

la

Escuela

N

mal y secretario del Consejo provincial de Fomento en Sejovia. Ha ( laborado en gran número de periódicos y con bastante asiduidad en , él la tierra

Así exclamó

el

se deja encadenar».

mano

gigante que tuvo en una

redondez del mundo

mas

el

al fin vestiglos,

amor conquista con

el

y sólo de

la

ser;

la guerra;

se ha de poner!».

el sol

sus triunfos pasajeros serán

sólo

pluma,

es la que abarca los cetros de la tierra,

y nunca en sus Estados

el

frágil

cien Estados clamó con ansia suma:

«,Un milagroso

la

la llama,

cual héroe vencedor!»

cimera cayó una

triunfal

Rey de

mismo que

al

ser su soberano;

com.o en férreas cintas de espadas lo prendió,

rompiendo

el

Orbe opreso

las hojas toledanas

soltó sus ligaduras cortantes e inhumanas,

y

el Sol,

de un vasto soplo,

¿Y qué azotes de si el

al

César apagó.

esperáis inmóviles, fantasmas espectrales, la tierra

mundo no

vestidos de metales,

supisteis llenar de

3

23

amor y

luz?

Lo mismo que

visiones dormís en las corazas,

cercados de rodelas, de bronces y de mazas, vestidos de relámpagos y plumas de avestruz.

De

la

barbarie

humana

fué vuestro hera do,

el

sois símbolo

y compendio,

monstruo crinado del incendio,

fué vuestra estela, un lago de sangre que tender; caballos^ cual vorágines montasteis en la tierra,

y

el

hurto, el dolo,

el

crimen, endriagos de la guerra,

bajo la cruz de Cristo llevo vuestro poder.

De

Cristo,

sí,

miradlo; se yergue su figura;

se eleva entre vosotros sin casco ni armadura:

avanza, mira, alumbra, se agranda su visión: viril

macho de yunque

el

el

que arrojó del templo

Os

sostiene entre sus manos,

Jesús terrible de arranques soberanos,

es

reta;

las turbas

en montón.

en vuestras frentes os tiemblan las celadas;

saliendo de las fundas, se os crispan las espadas;

—«¡Resucitad!»— os

dice,

y os da carne mortal:

ya sois otra vez Reyes, ya sois Emperadores pero

al

mirar de Cri to los trágicos furores

os tiembla

la

No pueden

armadura de efímero metal. las

edades dar tumba a

resurge de las épocas, con

más

la conciencia,

tenaz vehemencia

pidiendo de los crímenes y victimas perdón.

Jesús levanta

y hay un

crujir

el

torvo martillo en las alturas,

inmenso de broncas armaduras,

y escudos, cascos, lanzas, en brusca rebelión. Retiemblan los relámpagos de luz de oscilan las rodelas de aceros milaneses,

regidos los caballos dan bote colosal;

3 2 4

los arneses,

como

batalla

y elevan a

enorme retumba

Amería,

la

los aires su bárbara armonía,

cimeras, petos, lanzas, su estrépito triunfal.

Jesús descarga

deshace

el

las lorigas

los discos de

golpe rompiendo mil espadas,

de luz empavonadas,

Medusa

prodigio del cincel,

las láminas de acero

que comban

los pretales,

las ínclitas crineras de curvas imperiales,

y todo ondula en grande

Y

baja entre

el

y horrísono tropel.

estruendo del bélico recinto

de su corcel soberbio

el

César Carlos Quinto

mirando con firmeza de absorto

girasol,

y ante Jesús inmenso que es todo maravillas, se postra, repicando los dientes, de rodillas, ¡él,

en cuyos Estados no vio ponerse

el Solí

Pero Jesús no abdica, no absuelve, no perdona;

deshace un martillazo del César

que

corona,

la

salta en ricas piedras y ráfagas

¡son piedras

de

luz.

como lágrimas de niños y de

esposas,

de madres y soldados, de vírgenes hermosas, de cien guerras brutales en nombre de la Cruzl Avanza luego rápido la

Felipe, el

sangre envenenada, llagado

el

Rey

del

mundo,

cuerpo inmundo,

y con enorme espanto, su voz clama: «¡Perdón!». Jesús eleva

el

torvo martillo poderoso

y rompe en vanas chispas

el

cráneo del coloso

lanzando un penetrante rugido de león.

Es

el

furor celeste lo

como un

que a Jesús domina;

volcán inmenso borbota su retina;

su pecho es cataclismo, sentencia, 3 2 5

tribunal;

cual dos ríos de Tainas de fieio enojo llenas, rostro trágico se bajan las melenas

en torno

al

como un

apocalipsis de origen inmortal.

«¡Venid, prorrumpe, todos los monstruos de la espada,,

con tronos, y diademas, y glo:ia consagrada;

yo soy

A

yunque excelso que

el

forja el porvenir».

sus palabras, huyen los Reyes espantado',

y hay un temblor de bron es y aceros congelados,

un estupor que

Rompe

el

el

ámbito de asombro hace

crujir.

martillo trágico frontales belicosos,

bruñidos francaletes, pretales luminosos, gruperas y gualdrapas de rea seda

real,

escudos con grandiosas escenas de combate.

y lanzas de torneo mostrando en

como una

luz, la larga cuchilla

el

remate,

de metal.

Tan grande espanto siembra su mano al ir

la

destructora

pulverizando, sublime y vengadora,

guerra y

que sobre

la barbarie, el

tronando entre las dos,

mar de escombros y

restos de titanes^

parece que desfilan cual lavas de volcanes

en mil leguas de fuego,

Cesó llenó la

la cólera

de Dios.

estrago: entonces prodújose un portento;

el

inmensa estancia del vértice

pasmosa

al

cimiento,

Biblioteca que cobijó una cruz;

y hubo por lanzas, plumas;

tinteros, por

cañones^

cerebros, por celadas; por petos, corazones;

amor, por sangre y llanto; por hierro y bronce, luz.

José Samaniego Nació en Valladolid en Jaén.

1878.

Es teniente

Ha colaborado en «La Época»

Obras:

de Cegama

L.

fiscal

en

la

Audiencia de

y «El Universo».

«Serio y festivo», poesías, 1895; -Multicolores», idem,

1899;

«Trébol», poesías, en colaboración con Perrín y A. Torre Ruiz, 1902; «El

consejo de familia», tesis doctoral, 1902; «El moderno pesimismo», 1903;

«El tonto del pueblo», entremés, 1905; «Algo sobre

la

cuestión social»,

1906.

S I E lí^IF' lEE E TT I TT ^¿^ Tan era

que di

llena estaba de tu

mío al

amor mi

vida,

tu ser de tal manera,

extinguirse tu oración postrera

a todo cuanto

amé

la

Quiso mi alma en tu

despedida.

fatal partida

volar contigo hacia la azul esfera;

mas de mi cuerpo impuro gimió en

la

prisionera

sombra y se abatió vencida.

Porque sé que me aguardas aún sé que no

me abandonas porque

sobre mi corazón tus ojos

Tus dulces

fijos.

ojos que cerré

al

y que se abren, triunfando de para mostrar

el cielo

aliento;

siento

perderte la

muerte,

a nuestros hijos.

3 2 7

Manuel de Sandoval y Cutoli Nació en Madrid en fia

1874.

Es licenciado en Derecho, doctoren Filoso-

y Letras, catedrático de Lengua y literatura castellana en

el Instituto

de Toledo e individuo de número de lo Real y^.cadeinia Española y de la de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. Ha colabsrado en «Blanco y Negro», «Los Lunes de El Iinparcial» y «A. B. C.» Obras: «Prometeo», poemas, 1895; «Aves de paso», poesías, 1904; «Cancionero», 1909;

reado con

el

artículos, 1916;

so en

la

Los

«Musa

castellana», 1911;

premio Fastenrath,

«De mi cercado»,

1912; «El

«Lo inconsciente en

la

florilegio lau-

abogado del diablo», centón de

obra

literaria»,

discurso de ingre-

Real Academia Española, 1920.

frailes

y las monjas, en claustros y abadías

€n crónicas trocaron

los épicos cantares

que, errantes, recitaron en los heroicos días,

por plazas y

y

y juglares.

Y

en prosa convertido quedó

el

mutilado verso a transformarse vino

en una el

castillos, troveros

flor

lo

que era canto,

marchita que aroma con su encanto

venerable códice de viejo pergamino,

3 2 8

porque quedó impresa en

el

la huella del

metro peregrino

austero relato de la crónica,

igual que las facciones del Redentor divino

quedaron para siempre grabadas en

el lino

con que enjugó, apiadada, su rostro

la

En vano

que

es

con trabazón seguida,

la Historia,

los rotos hemistiquios acople,

y la

Verónica.

empalme y

suelde,

borre, cuidadosa, su acento y su medida;

profanada gesta se agitará rebelde

y en su mezquina

La

prosa,

cárcel reclamará la vida.

que fué verso, su paso de andadura

altera, encabritándose,

como

corcel de guerra;

y suena el viejo ritmo cual agua que, en la hondura, rebota, salta y corre debajo de la tierra.

Surgiendo de improviso, se engalla un verso entero que, a un tiempo, sin quebrarse, se encorva, fulge y

como que,

al salir

el

ha

siglos

de manos del trovero

genio modelando del habla de Castilla,

le dio la refulgencia

y

el

temple del acero.

Y

cada aislada frase que, rítmica y gallarda, su gracia o su hermosura de pronto nos revela, es parda alondra oculta en la planicie parda,

que

calla entre los surcos

y canta cuando vuela.

3 2 9

brilla,

— Ingente cordillera que allá en edad remota las

aguas abismaron y que levanta enhiestas,

cual pétreos eslabones de la cadena rota,

sus angulosas cumbres y sus aisladas cimas,

hundido de

del continente

aquí y

allí,

las perdidas gestas,

elevando sus picos y sus crestas,

emergen de

la

prosa las triunfadoras rimas.

Y la inmortal poesía

que sepultada yace

bajo las hondas aguas descúbrese

al viajero;

y aquella vieja Atlántida que de la es

mundo que

al

recordar la «Iliada», preludia

Al ver

cómo

a dos

tu

mundos para el

mar renace

servir

de

enlace,,

Romancero.

mano, paciente y primorosa,

ordena los fragmentos del monorrimo arcaico

y ajusta las palabras y frases que desglosa, lo

mismo que

al

ver que a tus conjuros recobra

según la

el

si

fueran las piezas de un mosaic el

;

ser primero,

olvidado mester de ioglaria,

anónima epopeya que debe a un pueblo entero

—que

unió cuando, glorioso, cantaba y combatía,

con

valor de Aquiles la inspiración de

el

Homero

aquella soberana y virginal poesía

ingenua y espontánea, pueril y candorosa, que, con trabajo estéril y con tenaz porfía, crueles mutilaron, el fraile

en

el

al

traducirla en prosa,

convento y

el

monje en

3 3

la

abadía,

recomponer quisiera también

el

viejo canto

de dicha y de esperanza que en mi niñez oía

y que aun, truncado y roto, me alegra con su encanta cuando su dulce ritmo rebusco en mi memoria; porque también

la

vida que, con crueldad suprema,

deshizo mis ensueños y destrozó mi g'oria,

con los divinos versos de mi tejió la

infantil

burda trama de mi prosaica

3 3

1

poema

historia.

Diego San José de la Torre Nació en Madrid en 1885" Colaboró en «Madrid Cómico». Actualmente en «El Liberal», «El Imparcial»,

«La Tribuna>, «Nuevo MunJo-, «Mun"

do Gráfico», «La Esfera», -Blanco y Negro», «La Novela Corta» y en muchos periódicos de España y América. Fué redactor del diario «La Noche».

Obras: «Un último amor», comedia, 1908; «El bufón del Rey, adaptación de «Le roi s'amuse», drama de Victor Hugo, en colaboración con En-

rique Reoyo, 1909; «Rufianescas», poesías, 1910, «Los hijosdalgo del hampa», prosa, 1910; «Hidalgos y plebeyos», poesías, 1911; «La bella

malma-

ridada», novela, 1912; «Mozas del partido», ídem, 1912; «Libro de diver-

sas trovas», poesías, 1912; «Mentidero de Madrid», artículos, 1913;

«Doña

Constanza», novela, 1913; «El libro de horas», ídem, 1915; «Puñalada de picaro», 1916;

ídem,

drama, en colaboración con E. Reoyo,

1916; «El loco»,

«Una vida ejemplar», novela,

1916;

«La monja del amor humano»

ídem, 1916; «El sombrero del rey», ídem, 1916; «La Maríblanca», ídem, 19 '9;

«En pecado mortal», ídem,

1919;

«Cuando

el

motín de las capas-,

ídem, 1919; «La estatua de nieve», ídem, 1919; «El manteo prodigioso», saínete en verso, 1919; -Dios 'e tenga en su gloria», ídem, 1919; «Gratas

memorias», novela, 1921. Es autor también de unas cuarenta novelas cortas.

De

1912 a 1916 hizo

varios arreglos teatrales, que se estrenaron

en Barcelona, como «La dama boba», de Lope de Vega, «Los pechos privilegiados» y «El semejante a

si

mismo», de Ruiz de Alarcón. En

la

actualidad tiene en prensa una novela, a punto de estrenar una comedia

en verso, «La ilustre fregona», basada en tes y

la

novela ejemplar de Cervan-

una leyenda dramática, «La estatua de nieve», en colaboración con

E. Reoyo.

3 3 2

¿Qué buscas, mujer, en mí? ¿Es poco ¡El

y

alma

el

lo

que llevaste?

me

la arrancaste

corazón te

¿Qué pena ¿Qué

tortura

¿Qué

fibra

le di!

se te olvidó?

no me diste?

no

me

¿Qué espina no

rompiste?

se enconó?

Yo he apurado

la

amargura

de ver tu cuerpo querido, delirio

de mi locura,

en otros brazos prendido.

Dísteme penas de celo que son

terrible agonía,

mostrándome cada la corte

día

de tus martelos.

¿A qué tornar al dormido remanso de mi querer?

¿Qué buscas en Respeta

lo

mujer?

é!,

que he

sufrido.

3 3 3

Mi

vida, rota, en girones

arrastraste por el suelo

e hiciste de ella un lenzuelo

para envolver tus pasiones.

¿Qué buscas, mujer, en mi? ¿Es poco ¡El

y

lo

alma me

el

que la

corazón te

llevaste?j

arrancaste le di!

3 3 4

Ramón de Solano

Polanco

y

Nació en Santander en 1871. Es abogado del Estado en aquella provincia y •

correspondiente de

Nuevo MuHdo

laya

,

,

Real

la

Academia Española. Colabora en

«El Sol» y «El Siglo Futuro», de Madrid y en «La Ata-

y «Diario Montañés», de Santander.

El Cantábrico

Obras: «Coplas en romance», 1894; «La tonta», novela, premiada por la

Biblioteca «Patria» (1904), 6.* edición, 1921;

premiada por

Novela Ilustrada»,

«^La

1910; «Canas, muletas y

poráneos

>,

de

la

el

domadoras», comedia,

amor», novela corta, premiada por «Los Contem-

1913; «Vía-Crucis»,

mer premio en

«Amor de pobre», ídem,

19Ü7; «Las

en verso; «Romancero de Cervantes», pri-

concurso nacional organizado en alfercer centenario

muerte de Cervantes, 1916.

Llora d^ara.

A

el -A_naor

•ujn.a. -ní-ñ a. e3a.a.2aauOxa.d.a, 37-

tus ojos claros he visto llorar,

en tus ojos niños he visto

el

dolor,

se ha puesto de luto mi viejo cantar,

de lu*o

No

el

Amor.

sé tu pesar,

ignoro la angustia que te hace sufrir

y en dónde bebiste la gota de hiél... ;pero es que tus ojos no pueden mentir y lloran por

él!

3 3 5

tiists)

Pudiera impedir el

pobre poeta tu

triste aflicción,

y no emplearía tan

alta virtud

¡que en esas tristezas está la ilusión

de tu juventud! Así es

que

la

pasión,

una hoguera no puede alumbrar

sin

y sin un incendio no puede

y toda

la dicha

lucir,

suprema de amar

consiste en sufrir.

Amar

es llorar;

querer entre risas ¡eso no es querer!; el sol

y al

que no quema no puede dar

Amor

hombro

Tu

luz,

se declara sabiendo tener la cruz.

llanto es, mujer,

más hondo consuelo que un

fácil reir:

tu dicha inefable está en padecer,

y tus ojos claros parecen decir

que sabes beber el

raro elixir

—acíbar y míales para

que

el

paladar—

en su rojo cáliz encierra la flor

agria cuando

hermosa— como

el

azahar—

que llaman «Amor» Por eso tus lágrimas no quieren secar

cuando ante tus penas desgrana un cantar el viejo

cantor

que a tus ojos claros ha visto y en tus ojos niños ha visto

3 3 6

llorar

el dolor.

LUIS DE Tapia Nació

en Madrid

en 1871.

Obras: «Salmos», poesías, ramelos»,

1911;

Es redactor de «La Libertad».

1." serie, 1903; 2.", 1904;

«Bombones

cuadros satíricos, 1916; «Coplas del año», 1917; «En casa y en 1917;

«Coplas del año», 1919; «Matemos

al

lobo»,

la calle»,

comedia para niños,

1921.

-A_

Ci"beles en.

1^-u.eiite

sij.

d.el Fra-d-o Serena, porque así lo quiso

el

Arte,

altiva en tus helénicas facciones,

caminas sobre un carro de leones hacia los templos de Mercurio y Mar'e.

Caen

tus paños, plegados

como caen de

las chulas los

cuando van de verbena, en

al

sentarte,

mantones

los

simones;

que eres de Grecia y de Madrid en parte.

En

invierno eres diosa, con mortaja

de agua deshecha en congela los L

y ca-

«Poesias escogidas de Quevedo», 1914; «Así vivimos',

Pero en

Abril,

lloros...

cuando mi pueblo baja

por Alcalá, en estrépitos sonoros,

más que

diosa pareces una maja

que vuelve, en su

calesa,

de

3 3 7

los toros...

.

Osinto

Teresa

a-

¿Que a Teresa Si

tal;

Mi La

vate.

es cierto, Espronceda?.

«canto a Teresa» será un canto breve...

rubia amí'zona va

En

cante?..

no hay quien pueda

negar esto a un

¿No

('>

sol africano,

al

m; reno suelo.

un copo de

'¿Quién no se derrite ante

Los moros «amigos», «íntimos» se hicieron,

al

nieve!...

tal consuelo?...

ver su semb'ante,

como

era

muy

justo...

(Dicen que Abd-el-Kader usó más turbante,

y dicen que «El Gato» mayaba de gusto) Llevar a

la

guerra belleza y talent"»

es llevar ganada la áspera batalla;

por eso ha triunfado, y en este momento levanto por ella mi copa de

(1)

talla...

Teresa de Escoriaza, gentil cronista que

envió a Marruecos en

el

el

periódico

verano de i921. Escribió sobre

la

La Libertad campaña be_

Uisimos y emocionantes artículos que después reunió en un volumen

ulado

Dc¿

dolor de la guerra.

(N. del C.)

3 3 8

ti-

Por

ella

aquí bebo de esta sangre roja

(¡sangre de banquetes!), y digo: ^¡Señores,

por

la

que nos

gozar con

la

hizo, gentil paradoja,

pluma que empapó en dolores!»

Sus «crónicas»

que en

el

encanto

tristes tienen e!

arte tiene la verdad vivida...

(¡Ya quisiera Cierva que gustasen tanto los partes diarios

con que nos convida!)

jSalud a la ilustre cronista guerrera,

poetisa en prosa de castizas

galas!...

¡La rubia walkyria triunfó en su carrera!

(Verdad es que tuvo caballo con

alas.)

¡Salud a la ilustre cronista guerrera! ¡Salud, compañera!

Y

aquí acaba

El banquete

el

brindis y sus

muchos

trancos.

ha sido de archirrechupete,

porque fué ofrecido a unos dientes blancos, y

además ha sido

el

primer banquete

que ha habido en España

?3

¡¡sin

9

que

asista Francos!!

José Toral y Sacrista Nació en Andújar (Jaén) en 1874. Es abogado y notario de Madrid y Librarla y Editorial Rivadeneyla

cofundador, con don Luis Montiel, de ra».

siete

Fué redactor del «Diario de Manila- y de «La Oceania durante los años que estuvo en

cuando

lo dirigía

las Islas Filipinas,

y de «El Globo», de Madrid,

don José Francos Rodríguez. Ha colaborado en «La

Ilustración Artística»,

Obras: «La musa y

«Nuevo Mundo y el poeta», poema,

La Esfera». 1893; «Tradiciones filipinas»,

en

colaboración con su difunto hermano Juan, 1896; «El sitio de Manila»,

memorias de un voluntario, en colaboración con ras notas», versos, 1904;

de honor en

la «Fiesta

«Cadena

de

la

el

mismo,

1898; «Prime-

sin fin», poesía laureada con el

premio

Poesía» celebrada en El Escorial, 1916; «Pa-

ra el descanso», versos, 1917;

«La cadena», novela,

1918;

«Poemas en

prosa», 1919; «La sombra», novela, 1920; «Flor de pecado: un regenerador», ídem, 1921.

En prensa: «El

ajusticiado» y

Flor de pecado; Iiorás

sentimentales», novelas,

I

Eras fuerte y gigante, patria mía,

cuando en

el libro

mano, de

tu las

de

la

humana

historia

tu noble ejecutoria,

páginas eternas escribía;

cuando sus vivos rayos esparcía por los mundos

el

astro de tu gloria,

3 4

y a tu carro de guerra

la

victoria

tu fuerte brazo con v. lor uncía;

cuando forjaban mundos tus varones; cuando tu gente, de su amor llevada, a tus plantas rendía las naciones;

cuando sobre

la tierra

amedrentada

tremolabas triunfantes tus pefidones y dictabas sus leyes con tu espada.

II

Hoy, nuestro pueblo desangrado gime, de sus timbres perdida mientras

el juicio

memoria,

la

adverso de

la Historia

cárdena huella en nuestra raza imprime.

Poeta excelso, pensador sublime,

de un en

la

siglo

y de una raza ejecutoria,

pura corriente de tu gloria

de sus culpas

la patria se redime.

El sonoro lenguaje de Castilla,

que dulce canta o que iracundo truena, con nueva lumbre en tus comedias

y ennoblece otra vez mientras •^nte

el

el

la patria

pueblo dobla

escena,

la rodilla

genio inmortal que

3 4

brilla

1

le

enajena.

III

La imagen de

la Patria

desangrada

tu genio excelso con dolor evoca,

y

al

pueblo ente o a meditar convoca

en tu «Ciudad alegre y confiada».

Con

fuerte

plum^ en

sembrar pretendes en la ira

y

el

en

el

el

dolor forjada,

la estéril

roca;

pueblo tu visión p ovoca

terror en la turba asalariada.

Tu

voz, que true

>a

como voz

del cielo,

a los Crispines de la patria reta

y hace temb ar estremecido

No ni

el

suelo.

es tu frase lamento del poeta

fantasma de noches de desvelo;

no agorero serás: eres profeta.

3 4 2

Andrés Tc^re Ruiz Nació en Munilla (Logroño) en

1

JS2.

Es catedrático de Lógica en

Universidad de Valiadolid. ^Colabora en «El Sol

Madrid y en «El Norte de

Castilla»,

«Éxodo» y

y «Nuevo

Mundo

,

la

de

Revista Castellana-, de

Valladolid.

Obras: «Federico Nietzsche. «Genealogía del inmoralismo». «La poesía

después de

la

guerra-. «Poemas».

He mano caminante: Tú, qie a través da nieblas, y tinieblas, y abrojos,

y páramos

estériles,

como un mar de

ce. 'iza,

o bajo un sol de fuego que te abrasa los ojos,

vas haciendo tu

triste jornada,

siempre avante...

yo sé que muchas veces, hermano caminante, tu esperanza se enturbia y tu esfuerzo agoniza.

Y

dices:

«He aquí que

el

camino es penoso

y mi cuerpo rendido necesita reposo. ¡Señor, Señor! ¿Por

qué

me

obligas

a marchar entre zarzas y entre ortigas?

¿Por qué haces que mis manos se crispen dolorosas? 3 4 3

Yo

las qu'siera alegres

y piadosas,

para ayudar a mis hermanos

y bendecir todas

Yo

las cosas.

las quisiera ingenuas,

como palomas

blancas,

activas siempre en un fecundo frenesí.

Señor, ¿por qué las hieres? Señor, ¿por qué el

amor a

la

vida y

¿Existe acaso

el

la

me

arrancas

esperanza en Ti?

jardín prometido

de sombra amiga y aguas que mitiguen mi ardor?

¿Mi jornada de angustias, habrá, Señor, servido para que mis hermanos encuentren florecido el

sendero que guarda sangre de precursor?»

Óyeme, caminante,

el

de

las

puras

manos ensangrentadas: que vayan tus miradas siempre buscando

Más

allá

y de

la carretera

y

del

de

la

las alturas.

varga fatigosa polvorosa,

páramo inhóspito y

los

sonoros montes,

aliento a tus fatigas, premio a tus desamparos,

eternamente abiertos est

ín los

horizontes

claros.

Te

crees solo, peregrino,

en la aridez ingrata

del camino.

¿Por qué en tus horas de d

)lor

no piensas

en los millones de hombres que con y

los ardientes ojos

sobre

el

las

almas tensas

enigma abiertos,

van buscando tus mismos ideales 3 4 4

inciertos?

Que

polvo que levantan tus sandalias no oculte

el

senda recorrida. Que

la

el

tedio del instante

no caiga como alud de nieve y

te sepulte

bajo sus ondas frías tu anhelo palpitante.

Que

sobre tu cabeza, del ayer

al

mañana,'

trace tu pensamiento su roja trayectoria,

y cuando

el

dirás a tu

horizonte se matice de grana,

alma ingenua: «Descansemos, hermana;

basta a cada dia su pequeña victoria.»

le

Para vencer tu escepticismo

y

tu fatiga y tu dolor,

oye en

fondo de

el

ti

mismo

acento robusto de tu verbo

el

interior.

Esa palabra austera, tanto tiempo escondida;

como una dice que

y es

la

fuente pura que corre soterraña,

sí al

placer, y al dolor,

voz de tus huesos y

Su acento

la

y a

la vida,

voz de tu entraña.

primitivo hará que tus pasiones

rujan, salten y ondulen,

En

ella

suena

en

ella

va

la

el

como

tigres en celo.

canto de c'en generaciones,

nota personal de tu anhelo.

Polífona y bravia,

como

el grito

en sus potentes ondas disuelto

que el

lleva

huracán,

inmensamente antigua e inmensamente nueva, es voz de himno futuro y de flauta de Pan.

Óyela confiado. No temas que su acento diga sólo a tu oído un infecundo Yo.

En su

hálito

hay un férvido calor de sentimiento

y se nutre con vivo

zumo

del corazón.

3 4 5

Tu vida— toda vida— solamente

es intensa

cuando alarga los brazos temblorosos y enciende los

Y

hombres y

es

más

las cosas

intensa cuanto

en una hoguera inmensa.

más

se extiende.

3 4 6

MIGUEL DE UNAMUNO Y JUGO Nació en Bilbao en 1864. Es catedrático de Lengua griega e Historia de

la

lengua castellana en

la

Universidad de Salamanca, a

la

que prestó

prestigio en los catorce años que fué rector. Colabora en varios periódi-

cos de España y América.

Obras: «Paz en en España», 1899;

«En torno sajes

>,

al

1902;

la

guerra», novela, 1897;

«De

la

enseñanza superior

Tres ensayos: [Adentro!, La ideocracia, La

casticismo», 1902;

«De mi

«Amor y pedagogía-,

fe», 1900;

novela. 1902; «Pai-

don Quijote y Sancho, según

país», 1903; «Vida de

Miguel de Cervantes Saavedra, explicada y comentada-,

1903;

«Poesías,

«Recuerdos de niñez y de mocedad», 1908; «Mi religión y otros ensayos», 1910; «Por tierras de Portugal y de España-, 1911; «Rosario de 1907;

sonetos

líricos», 1911;

Unamuno la

«Soliloquios y conversaciones», 1912; ', versoF, 1909; ^Los perros de

po y hogar', poesía?, madre, Salamanca»,

¿Te

1913;

1916.

cicij.erd.as, n^^aría'?

María Rene, ¿que será de

¿Aún

la alquería», lí>12¡

tí?

como yo

eres tan bella

te vi

hace muchos años por primera vez entre los rosales del jardín jovial del colegio

donde yo era

colegial

contigo en los tiempos de nuestra niñez?

¿Te acuerdas, María? Era en y era en

el

A

llevaron de



Tú de

Tu

me

tu París

colegio del Santo de Asís.

estabas interna. ti

como un

«Cam-

«La moza cel mesón», novela, 1915; «Castilla

loco,

dulce presencia

España a estudiar.

Yo me enamoré María Rene.

me

hizo delirar.

3 5 6

Tu

belleza ingenua, apenas en

mi niñez ardiente llenó de un desvelado y

triste...

Yo pensaba

y se me incendiaba lento Hoy,

los

dos tan

María Rene,

en

ti

corazón...

el

lejos de aquella

emoción,

¿te acuerdas de mí?

¿Te acuerdas, Maria,

del niño español

que hace muchos años, bajo de tu hermosa

un

flor,

amor

claro sol

el

patria, en aquel jardín,

a dejar

día, a hurtadillas, se atrevió

un beso que luego no pudo

olvidar

en tus dulces labios de fresco carmín?

¡Te recuerdo mucho, Maria Rene!

¿Por qué te recuerdo?... ¿Es acaso que fuiste

mía en otro pasado

o que tu destino y

el

vivir,

mío, quizás,

habrán de reunimos por siempre jamás en una otra vida que está por venir?

¡Ya estarás

muy

vieja!

;Qué angustia

me da

pensar que tu gracia se habrá ajado ya!

¿Te platea

¿Como yo

el

negro cabello en

la

¿Sientes unas veces locuras de

y otras

el

sien?

has sufrido? ¿Sabes del dolor?

amor

cansancio de vivir también?

¿Tus ojos conservan su gracia y su luz? ¿Eres venturosa, o

de

los infortunios

la

dura cruz

pesa en tu vivir? 3 5 7

.

de entre tu mortaja

salirte podrás,

hundida en un grave y eterno dormir! ¡Oh! ¡No, no, María! Siempre te he de ver,

como en

nuestros días fragantes de ayer,

con tus trenzas negras y tu hondo mirar;

con tus labios frescos, con tu gracia en Así yo te evoco, y enfermo de igual

que de niño vuelvo

¿Qué

será de

Te recuerdo y

ti,

iVlaria

lloro, sin

amor

a suspirar...

Rene?

saber por qué.

3 5 8

fk)r...

Ramón del Valle-ínclán Nació en Puebla de Caramiñal (PoiiteveJra) en

1869.

Obras: «Femeninas», seis historias amorosas, 1894; «Epitalamio», his-

de amores, 1897; «Cenizas', drama, 1399; «Adega», 1899; «Sonata de

toria

otüño', 1902; «Corte de amor», florilegio de honestas y nobles damas, Jardín umbrío

1903;

vera

,

Sonata de invierno sas

El

1905;

,

,

,

l9()7;

ermit.iño,

El

,

1907;

Una

1908;

novelas:

I,

novelesco,



como paladines

rebaño, los fuertes mastines,

albos los colmillos y

el

ojo avizor.

3 5 9

visión

1920; «El pasajero-, claves líri-

cas, 1920.

Por

>,

Cuentos, estética y poemas»,

Tañen

las esquilas lentas, soñolientas

las ovejas

por

madres acezan sedientas

fuente clara de claro cristal,

la

y ante

el sol

que muere, con piafante

macho

se yergue en dos patas

el

y un epitalamio dice

maizal.

En

el

el

brío,

cabrio,

oloroso atrio de la ermita,

donde penitente la fontana late

y pone en

el

vivió

un cenobita,

como un corazón,

agua yerbas olorosas,

una curandera, murmurando prosas que rezo y conjuro juntamente son.

Como

en

la

leyenda de aquel penitente,

un pájaro canta

de

la

al pie

de

la fuente,

fuente clara de claro

¡C'iital

de

cristal.

la fuente, trino cristalino,

armoniosamente se unen en un que aroman

las rosas

trino,

de un santo rosal!

Pro sobre o rosal voa un paxariño que leva unha rosa a Jesús Menino.

3 6

Andrés Vázquez de Sola Nació en San Clemente (Cuencaí en

«Nuevo Mundo», «Blanco y Negro»,

Colabora en «La Esfera»,

1889.

La Ilustración Española y America-

na», «Heraldo de Madrid», «La Tribuna», «La Libertad», etc.

Obras: -Mis versos», 1933; to»,

«Musa ingenua»,

poesías, 1913; «Abejorri-

novela corta, 1917.

Bajel

d.e I3ns-u.efics

Perdido entre

soy un

las

brumas de ignotos mares

que avanza

bajel

sin

rumbo

cierto;

las

encrespadas olas de ios pesares

me

arrastran a la lucha fuera del puerto.

Sobre mí desataron su todas

las

siempre esperando

y siempre en

¡Oh,

el

furia insana

tempestades de

la

el

la

amargura;

beso de

la

mañana

ceguera de noche oscura.

dolor de los sueños irrealizados!

¡Oh, la eterna esperanza no conseguida!

¡Oh, luchar contra mares alborotados para, al

fin,

en

la

lucha perder 3 6

1

la vida!

que

oiii iiuiuu

uic guie, ids veías luias,

a los rudos combates del

mar me entrego.

¿Podrá ser que en algimas playas remotas

me

depare

El

el

Destino blando sosiego?

abanico de

iris,

no abre ante mí y aun

me

así,

gama de sus

colores;

aguarda un ignorado puerto de amores.

velas que

en

esperanza,

sueño a veces que, en lontananza,

Mas, ¿cómo

¡Sí,

la

la

el

a buscarlo

ir

si

ya no tengo

viento rice, timón que oriente?

bajel de quimeras, mi fe sostengo el frao-il

acas

>

de

la corriente!

Mujer desconocida, puerto amoroso: si

en mi afán impotente sueño contigo,

¿podriV ser que los mares y, a' fin,

me den

reposo

goce en tus calmas eterno abrigo?

3 6 2

Francisco Víllaespesa Nació en Laujar entre otras

(Aliiieria)

en H77. Fundó vanas revistas

Vida y Arte», «Revista Latina» y «Cervantes

los principales periódicos

.

literarias

Colabora en

de España y América. Flores de almendro-, 1898;

Obras.-Poesía: •Intimidades», 1893;

tLu-

chas-, 1899; «Confidencias», 1899; «La copa del rey de Thule», 1900; «La

musa enferma»,

1901; «El alto

de los bohemios», 1902; «Rapsodias», 1903;

«Canciones del camino», 190Ó; «Tristitiae rerum», 1903; «Carmen», 1907; «El patio de los Arrayanes», 1908;

de Lindaraxa», 1909;

Viaje sentimental-, 1908; «El mirador

1908; «El libro de Job», 1908; -El jardín de las

«Las horas que pasan»,

1910; «Bajo la lluvia»,

1909;

Torre de marfil

1910;

«Los remansos del crepúsculo',

quimeras»,

«Saudades», 1909; «In memoriam» ,

1911; «El espejo

encantado», 1911; «Los

panales de oro», 1912; «El balcón de Verona», ¡912; «Palabras antiguas 1912; -Jardines

de plata», 1912; «El velo de

sueño

«Campanas pascuales-,

1914;

,

«Los nocturnos del üeneraliíe las gacelas», 19IG;

escogidas», 1917;

1918;

1915;

del

la

«La Gioconda», ,

1915;

«La fuente de

1916;

la

muerte», 1917; «Paz», 1917;

los cipreses-, 1917; «La casa del

«Tardes de Xochimilco-, 191C; «Panderetas sevillanas»,

Doña María de

,

1921. Teatro:

Padilla», 1013; él», 1914;

«El alcázar de las

«Aben-Humeya»,

1913; «El

«El halconero-, 1915;

desierto», 1915; «La leona de Castilla», 1915; «La maja de Goya»,

Reissig

.,

«Ajimeces de en-

«Lámparas votivas»,

1914;

amor y

rey Galaor», 1913; «Judith», 1914; -Era el

1913;

«La cisterna»,

sombra de

1921; «Tierra de encanto y maravilla

perlas», 1921;

Isis»,

«Baladas de cetrería», 191ó; -Amor»,- 1916; -Poesías «El libro

«Hernán Cortés», 1917; «A pecado»,

,

'

1911; «Andalucía», 1911;

1920; Prosa:

estudio,

1911;

«En 1!)17;

-Zarza florida, novela, 1908; «Julio Herrera

«Las garras de

la

pantera», novela, 1912; «Las

granadas de rubíes», ídem, 1912; «Breviario de amor», 1912; «Fiesta de poesía», 1912; «La tela de oasis»,

Penélope», novela, 1914; «Las palmeras dcj

ídem, 1914; «Los malos milagros», ídem,

ídem, 1917.

3 6 3

1916;

«Resurrección»,

lEIoras

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