LA ACADÉMIA DE SAN CARLOS EN MÉXICO: LOS ACTORES DE LA INDEPENDENCIA Báez Lira Fernando Báez Renteria Patricia Romyna Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” Colegio de Historia, FFL 2 oriente 410 Edificio “Aduana Vieja” Centro Histórico c. p. 72000´ Puebla, Puebla. México Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
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Introducción Como lo anotamos en el resumen este trabajo es parte de una línea de investigación en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, dentro del Área de Historia. Tomamos en consideración la vinculación que existe entre la historia y el arte; por lo tanto presentamos en este primer encuentro –De la Independencia de México a la Revolución Mexicana 1810 a1910- un avance de nuestra investigación en el cual realizamos un estudio comparativo de imágenes históricas que ilustran personajes y escenarios de la Independencia de México. Debemos acentuar que dentro de un contexto actual observamos la proliferación y circulación sin precedentes de imágenes, esto por el desarrollo de nuevas tecnologías mediáticas y audiovisuales. Nuestro trabajo lo iniciamos con algunas interrogantes: ¿de donde habían surgido las primeras imágenes de los actores de la independencia?, era necesario tener en cuenta que en los años posteriores a 1821 no existían aun cámaras fotográficas; por lo tanto debía ser por medio de la pintura. También se tenia que saber quienes habían sido los gobernantes que se encargaron de llevar a cabo este proyecto y como lo iban a realizar. Es por lo tanto que nuestra investigación nos lleva a la etapa del Imperio de Maximiliano donde encontramos que este personaje con sus ideas de un gobierno liberal, trata de conjuntar a los actores que intervienen en uno y otro bando de la guerra de Independencia para que el pueblo tuviera una representación dentro de su imaginario de quienes fueron los que lograron la emancipación de México. Iniciamos nuestro trabajo de investigación con la historia de la Academia de San Carlos en México, ya que es aquí donde se formaban los encargados del arte, cuales eran
las materias que comprendían sus áreas de estudio y las practicas de los alumnos que acudían a esta Institución. El corpus de trabajo esta centrado en las imágenes de la etapa de la Independencia de México las cuales fueron tomadas de las distintas ediciones de libros de texto gratuitos de Historia editados por el gobierno mexicano. Jerarquizamos la iconografía de los personajes de la Independencia donde predominan contenidos y articulación de ejes históricos e iconográficos. Asimismo como parte de nuestra investigación estamos aglutinando un archivo de imágenes con la iconografía histórica de los periodos en que se divide la historia en México Por cuestiones de espacio y tiempo aquí solo presentamos una parte donde aparecen los actores de la etapa de independencia de México, así como la forma de trabajo artístico de la Academia de San Carlos para saber la importancia de cómo se desarrollo el primer acercamiento para conocer a personajes históricos.
La Academia de San Carlos Como parte de los planes de organización nacional después de la independencia de México, el desarrollo de las artes plásticas se proyectaba en un país que intentaba una forma de gobierno monárquico o republicano que fuera independiente política, económica y culturalmente de la antigua metrópoli. Para tener una visión general del desarrollo de las artes plásticas tenemos que situarnos a principios del siglo XIX, para no extendernos a la época virreinal, lo cual nos alejaría de nuestro tema, nos abocaremos, como punto de partida el arte después de la independencia de México. En las primeras décadas del siglo XIX en 1826, el italiano Claudio Linati
(1790-1832)
establece
en
México el arte de la litografía durante su breve estancia en el país, ya que poco después fue expulsado por cuestiones políticas y prepara su libro Costumes Civils, Militaires et Religieux du Mexique. Este libro editado en Bruselas en 1828, muestra una serie de litografías a color de los oficios, grados militares e indumentarias costumbristas, acompañados con textos de sentido crítico. En dos de éstas litografías aparecen las imágenes enaltecidas de Hidalgo
y Morelos, los caudillos de la independencia que han ilustrado los libros de texto gratuitos y que utilizaremos para nuestra investigación.1 Hay que destacar la importancia que tuvo la Academia de San Carlos para la formación de los artistas mexicanos, con algunos maestros más destacados de Europa, que vinieron a impartir sus enseñanzas a México. Los antecedentes más significativos de la elaboración de retratos de personajes de la política y la sociedad de esta época comenzaron siendo director de la Academia Pedro Patiño Ixtolinque (discípulo de Tolsa). Es obvio que los retratos más significativos fueron los de Agustín de Iturbide, los cuales no eran obras de gran formato realizadas en la Academia, eran pinturas de creación artesanal, que no carecían de atractivo estético y que conferían a sus efigies una carga simbólica de la antigüedad clásica; en su mayoría son anónimas, aunque es posible que fueran realizados por pintores formados en la Academia. Mencionamos Algunos de estos: Entrevista de los señores O´Donoju, Novella y don Agustín de Iturbide en la hacienda La Patera del 13 de septiembre de 1813; dos pinturas sobre la entrada triunfante de Iturbide en México del 27 de septiembre de 1821, localizadas
actualmente
en
el
Museo
Nacional de Historia; una acuarela sobre seda que muestra la coronación de Iturbide en la catedral de México el 21 de julio de 1822; así como
La Alegoría de la
Coronación de Agustín de Iturbide de José Ignacio Paz del 23 de julio de 1822; y el óleo de Iturbide de José María Uriarte en 1823 que muestra la concepción clásica del retrato académico. La Academia de San Carlos paso por un período de inactividad y descenso,
sin
avance
en
las
manifestaciones artísticas durante la etapa de los cambios políticos después del fallido imperio de Iturbide. 2 Conviene anotar que entre 1821 y 1843 se pintaron escasos retratos y cuadros históricos
1 2
por las pugnas ideológicas y políticas de los grupos rivales; aparecieron
Acevedo: 1986; Estrada: 1994; Fernández: 1984; Linati: 1979 Galí: 1997; Rodríguez: 1964
algunas pinturas populares de tema histórico en los cuales se afirmarían los conceptos de patria y de nación en la conciencia popular.
Algunas
de
los
principales
fueron: Retrato de Excmo. Don José María Morelos, Capitán General de los Ejércitos
de América, Vocal de su
Suprema Junta y Conquistador del Sud, como aparece al pie de éste, pintado por un indígena mixteco en Oaxaca por 1812; en el cual aparece con uniforme de gala, con el bicornio emplumado bajo el brazo, empuñando un entorchado bastón y con una cruz pectoral de oro que había sido del obispo Campillo de Puebla. Se atribuye asimismo a Clemente Terrazas, una pequeña escultura de madera de Miguel Hidalgo donde aparece de pie, con
el
brazo
derecho
extendido
y
sosteniendo con una mano un rollo de papel; portando sombrero, levita larga y botas fuertes. Antonio Serrano pintó El verdadero retrato del Bachiller Don Miguel Hidalgo y Costilla, Rector del Colegio de San Nicolás de Valladolid, siendo probable que tomara como modelo la escultura de madera de Terrazas, esta fechado diez años después de la muerte de Hidalgo (1831); y el retrato anónimo de Guadalupe Victoria en 1825, referido por Manuel Rivera Cambas en su “México pintoresco”, actualmente en el Museo Nacional de Historia.3 Nuevamente durante la gestión del General Antonio López de Santa-Anna, que reorganizó y dio nueva vida a la Academia de San Carlos, mediante el decreto del dos de octubre de 1843. En dicho decreto, se anotaba que la Academia solicitaría directores de pintura, escultura y grabado,
de entre los mejores artistas de Europa. Además, se
otorgaba los beneficios de una lotería que establecía: dar manutención a seis jóvenes en los mejores establecimientos del viejo Continente donde se perfeccionaran en las artes plásticas, el número de pensionistas, premios anuales que se darían en las exposiciones 3
Garibay: 1990; Herrejón: 1996; Lira: 1986; Tibol: 1964
y para los alumnos más aventajados; la formación de una buena galería de pinturas, el aumento del número de esculturas hechas por los alumnos becados; asimismo compra, reparación y ornato del edificio que ocupara la Academia.
la
4
Los primeros maestros europeos que llegaron en 1846 a la Academia de San Carlos fueron el director de pintura Pelegrín Clavé y el director de escultura, Manuel Vilar, ambos de origen catalán, los cuales establecieron un programa de estudio parecido a las Academias de San Lucas de Roma y la Barcelonesa donde ellos se habían formado. Entre las innovaciones que introdujeron estuvo el dibujo al natural, dibujo anatómico, perspectiva, paisaje, empleo de modelos vivos y de maniquíes. El maestro de grabado en hueco fue Santiago Bagally que llegó a México en 1847, cuando se reiniciaron las clases en la Academia, el inglés Agustín Periam estuvo en la cátedra de grabado en lámina en 1854; en la cátedra de paisaje estaría el italiano Eugenio Landesio en 1855; arquitectura el italiano Javier Cavallari que llegó en 1856.
y en
5
La Academia de San Carlos tuvo un apoyo económico muy grande por su lotería y de parte de un selecto público al cual estaba encaminado la mayoría de pinturas y obras de arte, entre estas estaban los temas bíblicos y los retratos, que tenían como fin acentuar un rango social. Tenemos que tomar en cuenta el legado dentro de la pintura académica en México del pintor catalán Pelegrín Clavé (1810-1880), ya que su nombre ha quedado vinculado a la historia del arte en nuestro país, al lado del escultor Manuel Vilar al reorganizar la antigua Academia de San Carlos en el siglo XIX. Clavé llegó para cumplir un contrato de cinco años en la Academia y estuvo más de veinte años, logrando al poco tiempo que México contara con una generación de pintores que destacarían en la época siguiente. En la catalogación de la obra pictórica de Clavé encuentra un retrato de Andrés Quintana Roo presentado en la III exposición de la Academia de San Carlos en 1851 y en 1860 un retrato de Benito Juárez; siendo los únicos que han sido empleados para documentar una parte de la historia de México en su etapa independiente en los libros de texto gratuito para la educación e inclusive en el papel moneda del banco de México.6 Por otra parte tenemos que mencionar que en 1853 el pintor mexicano Juan Cordero al regresar de Europa quiso sustituir en la cátedra de pintura a Clavé en la Academia de San Carlos, la cual trató de obtener por medio de una recomendación del dictador Santa-Anna, pero fue rechazada por la junta directiva a cargo de José Bernardo 4
Báez: 1974; Galí: 1987; García: 1986; Moreno: 1966 Schávelzon: 1988; Sánchez: 1996 6 Báez: 1974; García: 1986; Moreno: 1966; Rodríguez: 1964 5
Couto que recontrató a Clavé por cinco años más.7 En 1861 al llegar Juárez al gobierno de México se realizaron varios cambios en la Academia de San Carlos, por ejemplo suprimió la lotería que le había dado autonomía financiera y ésta pasa a depender del subsidio estatal del ministerio de instrucción pública y cultos; disolvió la Junta directiva nombrando como director al pintor Santiago Rebull, cargo que desempeño hasta 1863 y se le cambio el nombre a Escuela Nacional de Bellas Artes.8 Esta situación política provocó problemas entre los maestros de la Academia y el gobierno de Juárez, provocando la destitución de Clavé, Landesio y Cavallari en 1863 por negarse a firmar una protesta en contra de la intervención francesa de 1862; se consideraba a la Academia como dominio de los conservadores y se trataba que tuviera una declaración de postulados liberales.9 A la llegada de las tropas francesas a la ciudad de México en 1863 y abandonarla Juárez, la Junta Directiva de la Academia se volvió a constituir y reabrió sus trabajos, regresando los maestros y Clavé otra vez a sus puestos. La regencia francesa le ordenó a Clavé hacer una copia del retrato de Napoleón III y de la emperatriz Eugenia, los cuales entregó en 1864, en éste año, la Academia recibe el nombre de Academia Imperial de Bellas Artes de San Carlos. El pintor Santiago Rebull fue el favorito de la Corte imperial y realizó los retratos de los emperadores, a Maximiliano lo representó de cuerpo entero y manto imperial, éste le valió al pintor la distinción de oficial de la orden de Guadalupe y fue enviado a Miramar; la copia del Museo Nacional de Historia la realizó Joaquín Ramírez. Del retrato de Carlota solo quedó el busto pues la emperatriz no quiso seguir posando, además produjo los tableros que representan unas figuras de bacantes para decorar las terrazas del Castillo de Chapultepec. Podríamos considerar el inicio de la historia de México en el arte en la segunda mitad del siglo XIX, durante el imperio de Maximiliano tomando como punto de partida el impulso y pretensión del emperador en su proyecto de gobierno; cuando ordena se realicen las pinturas de los personajes de la independencia que intervinieron de uno y de otro bando por los discípulos más aventajados de Clavé.10 El gobierno imperial de Maximiliano comenzó apoyándose en la imagen y valores de las culturas prehispánicas para legitimar el régimen que presidía; así como el 7
Báez: 1974; Fernández: 1984; Galí: 1997; Garibay: 1990; Tamón: 1981; Tibol: 1964 Báez: 1974; Casanova: 1986; Ramírez: 1985 9 Báez: 1974; Casanova: 1986; Garibay: 1990; Moreno: 1966; Ramírez: 1985; Tibol: 1964 10 El subrayado es del Autor del Ensayo. 8
reconocimiento público de los personajes que intervinieron en el proceso de independencia. Maximiliano buscaba la vinculación del pasado de México y el imperio que él representaba, por lo cual mandó edificar en 1865, la llamada Galería de Iturbide en Palacio Nacional (Castillo de Chapultepec), donde sería colocada una colección de seis pinturas de paisajes históricos precolombinos de Eugenio Landesio (que no llegó a ejecutar); y la formación de una iconografía de los héroes de la independencia. Esta Galería albergaría los personaje de las dos tendencias, así localizaríamos en un mismo salón a: Agustín de Iturbide, Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón y Vicente Guerrero; con esto se reconocería y aglutinaría la historia de México en sus próceres, tratando de fincar la monarquía como una continuación del imperio de Iturbide.11 Entre los alumnos más sobresalientes de Clavé en México que destacarían posteriormente y en los que predominaban los temas académicos religiosos (bíblicos) y los retratos al estilo europeo, estuvieron Santiago Rebull, José Salomé Pina, Rafael Flores; Joaquín Ramírez quién pintó un cuadro de Hidalgo; Petronilo Monroy quien realizó por encargo del emperador Maximiliano los retratos de Agustín de Iturbide y José María Morelos, Ramón Sagredo que pintó el retrato de Vicente Guerrero, José Obregón pintó el de Mariano Matamoros y Ramón Pérez el de Ignacio Allende; la mayoría de éstos pintados en 1865. Actualmente estos cuadros se encuentran en la colección del Palacio Nacional. Es necesario señalar que Pelegrín Clavé no tuvo relaciones cordiales con el emperador Maximiliano por cuestiones diversas, por platicas desdeñosas del emperador hacia España, provocando una relación incomoda que lo hizo pensar en regresar a Barcelona al cumplir su contrato en 1866. Pero tenía que cumplir las pinturas murales de la cúpula del templo de la Profesa en la ciudad de México proyectadas desde 1858 y comenzadas en 1865 con la ayuda de sus discípulos; las cuales fueron terminadas en 1867, después del fusilamiento de Maximiliano en el cerro de las Campanas en Querétaro (estas pinturas se destruyeron en un incendio de la iglesia en 1915). Posteriormente en 1868, Clavé salió de México y regresó a Europa.12 En la Academia de San Carlos quedaron en 1868, José Salomé Pina en la dirección de las clases de pintura y Santiago Rebull como profesor de dibujo al desnudo; asegurando la continuidad de la escuela dedicada al academicismo que Clavé aprendió en Roma. Rafael Flores quedo como profesor de dibujo de estampa; Petronilo Monroy de
11 12
Acevedo: 1982; Casanova: 1986; Luca de Tena: 1990; Moreno: 1966; Sánchez: 1996 Fernández: 1971; García: 1986; Garibay: 1990; Moreno: 1966; Rodríguez: 1964
las clases de ornato y Juan Urruchi de las de yeso; entre los años de 1869 y 1875.13 Tenemos que mencionar la influencia de la escuela de Clavé en él inició de la pintura académica con dos muestras de temas mexicanos prehispánicos o historia del antiguo mundo indígena de México como le llamaron en esa época, con José Obregón en el cuadro El descubrimiento del pulque en 1869; Y Rodrigo Gutiérrez con la pintura La deliberación de senado de Tlaxcala en 1875 y La prisión de Cuauhtémoc de Santiago Rebull; hechos a petición del Licenciado Felipe Sánchez Solís para su colección de arte precolombino. Pero, conviene anotar que estas primeras pinturas con temas históricos prehispánicos, actualmente han sido criticadas por las incongruencias que presentan en las figuras humanas, donde los indígenas no se alejan de los cánones europeos clásicos; en su época no se percibieron estos anacronismos.14 Raquel Tibol anota que los pintores de la Academia no realizaron muchos cuadros temáticos de la historia de México, destacando como excepciones el boceto al óleo en el que se pretende recrear un hecho histórico de la avenencia de las dos facciones que contendieron por la Independencia representados por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero: El abrazo de Acatempan de Petronilo Monroy, y El perdón concedido por Bravo a los prisioneros españoles, de José Obregón; episodio en el cual Nicolás Bravo perdona la vida a los prisioneros españoles después de haber recibido la noticia del fusilamiento de su padre. Junto a éstos ésta la Alegoría a la Constitución de 1857 también de Petronilo Monroy que fueron hechos por encargo oficial para la exposición de Filadelfia de 18751876. La etapa de proposiciones históricas artísticas del imperio de Maximiliano se hizo a un lado con el triunfo de los liberales al restablecerse la República en 1867, logrando imponer los argumentos de la corriente dominante que era la del partido liberal. Pero sí desvinculamos el arte de la política quedaron exponentes de éste período como el busto de Maximiliano de Felipe Sojo que fue director de escultura hasta 1868; siendo sustituido después por Miguel Noreña que destacó posteriormente por sus esculturas. Así como las pinturas de Petronilo Monroy,
Joaquín Ramírez y Ramón Sagredo por mencionar
algunos. Fue en este momento cuando se realizó una consagración pública del pasado indígena y de los héroes insurgentes.15 En correlación a las otras cátedras de la Academia de San Carlos es necesario 13
Báez: 1974; Fernández: 1984; García: 1994; Tibol: 1964 Fernández: 1984; Garibay: 1990; Rodríguez: 1964; Tibol: 1964 15 Acevedo: 1986; Báez: 1974; Fernández: 1984; Ramírez: 1985 14
reflexionar para nuestro trabajo de investigación en la escultura, como otro eje importante análogo con los inicios del arte en la historia de México, la cual recibió un gran impulso al arte académico por parte del catalán Manuel Vilar. Como parte de la reorganización en la Academia se propuso para la escultura, el estudio de la anatomía de modelos vivos, el modelado, el dibujo de antigüedades y de obras originales, la copia y vaciado de yesos antiguos y retratos, la composición en bocetos y para los alumnos más avanzados la hechura de grupos y bajorrelieves; La culminación era la talla en mármol de conjuntos grupales y estatuas.16 Hay que reconocer que Manuel Vilar fue el primer artista que trabajó en México temas históricos de figuras indígenas, pre y post-colombinas y del México independiente, lo cual significó la entrada de éstos temas al arte culto. Fue él inició de la apropiación de un proceso de cimentación de una “historia nacional”, que empezaba a originarse por medio del arte.17 Entre las más importantes esculturas de tipo histórico de Manuel Vilar destaca la de Moctezuma II expuesta en la tercera exposición de la Academia de San Carlos en 1850, de un metro de alto realizada en yeso y que jamás fue vaciada en bronce o hecha en mármol. Esta escultura presentaba a Moctezuma II ataviado con capa y penacho de plumas, y un bastón en la mano, cuidando cada uno de los detalles; destacan varios autores, el estudio minucioso de Vilar en documentos antiguos para el traje y los adornos de ésta.18 En 1851 Vilar comenzó la escultura del jefe tlaxcalteca Tlahuicole, comunicándole al presidente de la Academia
Nacional de San Carlos, Javier Echeverría él haber
terminado esta estatua semicolosal de dos metros en actitud de combate atado a la piedra de los sacrificios. La importancia de ésta, fue por la grandiosa anatomía que proyecta y porque ningún artista del país había intentado tomar como inspiración una referencia histórica y menos aún prehispánica tomada de la historia antigua de México del padre jesuita Francisco Xavier Clavijero,19 sin embargo, estuvo más de un siglo en yeso y por empeño de Justino Fernández y de los rectores de la UNAM: Doctor Ignacio Chávez y el Ingeniero Javier Barrios Sierra, fueron vaciados en bronce haciéndose dos ejemplares; uno de éstos fue para José Luis Martínez, director del INBA en 1967.20 En 1852, Vilar inicia La Malinche o Doña Marina, escultura que representaba a la 16
Báez: 1974; Garibay: 1990; Moreno: 1966; Uribe: 1986 Báez: 1974; Galí: 1997; García: 1986; Moreno: 1966; Schávelzon: 1998 18 Fernández: 1984; Galí: 1997; Rodríguez: 1964; Schávelzon: 1998 19 Báez: 1974; Moreno: 1966; Rodríguez: 1964; Schávelzon: 1998 20 García: 1985; Moreno: 1966; Ramírez: 1985 17
intérprete y concubina de Hernán Cortés, la cual estuvo cuidada en todos sus detalles, tenía por objeto hacer pareja con la de Moctezuma II, en cuanto a sus dimensiones y a la temática. Salvador Moreno escribiría en 1966, no saber la razón por la cual no aparece en los catálogos de las exposiciones de la Academia; y también señalaba Daniel Shavelson de esta escultura, el que “no tenía muchos méritos”; pero, ahora sabemos que ésta fue restaurada después, gracias a los detallados dibujos de Pelegrín Clavé.21 De las estatuas de Iturbide, en septiembre de 1852, Vilar comunicaba al entonces presidente de la Academia Nacional de San Carlos, Bernardo Couto, acerca de la proposición de Manuel Dies de Bonilla y Joaquín Velázquez de León de la Junta Superior de Gobierno sobre la presentación de un dibujo y presupuesto para la ejecución de una estatua ecuestre de Agustín de Iturbide en bronce, en la cual señalaba su compromiso del modelaje en barro y en yeso; además como la junta se encargaría de la fundición en bronce. Esta escultura fue modelada y vaciada en yeso, pero no se realizó en bronce, se conservó restaurada en el museo de San Carlos, así como tres dibujos del proyecto del monumento. Se calculaba del tamaño de la de Carlos IV.22 La otra escultura representaba a Iturbide proclamando el Plan de Iguala, vestido de general envuelto en una ancha capa, llevaba en la mano izquierda el estandarte de las tres garantías y la mano derecha en alto incitando al entusiasmo. Estas esculturas nunca fueron inauguradas por razones políticas.23 Al mismo Couto, cuatro años después en 1856, Vilar le comunicaba la entrega de los modelos en yeso de los bustos del general Antonio López de Santa-Anna, de Lucas Alamán y otro del mismo Couto; en vista de haberse terminado el plazo para la entrega de la obra de su segundo contrato para la Academia. Se disculpaba de ésta manera al entregar estos bustos, por el hecho de haberse comprometido en los proyectos y trabajos preparatorios del monumento ecuestre de Iturbide que le había encargado la Junta Superior de Gobierno.24 En 1858, Vilar tenía listo el modelo en yeso de una estatua de Cristóbal Colón, en gesto de señalar el mundo descubierto; comunicándoselo a Bernardo Couto, así como el tiempo que había ocupado junto con sus discípulos en terminarla y el precio que debían pagarle. Esta estatua de Colón fue fundida en bronce treinta y dos años más tarde de la muerte de Vilar en 1892 y colocada en la Plaza de Buenavista de la ciudad de México en 21
Moreno: 1966; Schávelzon: 1998 Galí: 1997; Moreno: 1966 23 Galí: 1997; Moreno: 1966; Ramírez: 1985; Rodríguez: 1964 24 Moreno: 1966; Ramírez: 1985 22
el cuarto centenario del descubrimiento de América.25 En 1860, muere Manuel Vilar de una pulmonía en la Ciudad de México a los 48 años de edad. Sus discípulos al igual que los de Clavé destacaron en fechas posteriores. En la dirección de escultura de la Academia quedo Felipe Sojo hasta 1868 como hemos registrado antes, en este trabajo mencionaremos a los artistas que realizaron esculturas históricas. Fuera de la historia de la Academia de Bellas Artes de San Carlos debemos citar la llegada al país en 1828 del pintor catalán Carlos de París, nacido en Barcelona (18001861), del cual no se tienen datos precisos, siendo probable que estudiara pintura en la Lonja y después continuar en Roma, por lo que en México le llamaron “el pintor romano”. Es posible que a su llegada a México se dedicara también a la escenografía, por las decoraciones que hizo para el teatro; de los cuales existen algunos datos. Es importante porque durante su estancia en México realizó una iconografía de personajes importantes y del presidente en turno, entre los que destacan el de Antonio López de Santa-Anna, Manuel Gómez Pedraza, y puede ser también de él, probablemente el de Anastasio Bustamante del museo del Castillo de Chapultepec, por tener el mismo estilo, aunque por el momento se considera anónimo. Hizo litografías, grabados y se dedicó a pintar a algunos de los personajes más influyentes de la capital que estaban deseosos de igualar los estilos europeos, que requerían para expresar sus valores e ideales. La pintura más conocida que realizó en México de tipo histórico fue La batalla de Tampico, conocida también por otros nombres Acción militar de Pueblo Viejo Tamaulipas, Relación del general español Isidro Barradas en Tampico; de ésta solo se conserva un esbozo de la obra en el Museo de Historia del Castillo de Chapultepec, el original se destruyó en el incendio ocurrido en la Cámara de Diputados en 1872. Este cuadro representa la victoria del general Antonio López de Santa-Anna sobre el español Isidro Barradas, cuando en el año de 1829 quería recuperar el país. Algunos autores identifican entre los personajes centrales a Santa-Anna y al general Mier y Terán. Estamos de acuerdo con Fausto Ramírez en su comentario de la pintura, en el deseo del artista de dar una impresión de teatralidad, al presentar a los personajes en un escenario evocando las acciones de campaña. Suponemos que el cometido de esta pintura encargada a Carlos de París, era convertir a Santa-Anna en el héroe imprescindible de la política nacional de su tiempo. En 1835, el General Antonio López de 25
Galí: 1997; Moreno: 1966
Santa-Anna donó este cuadro al Congreso de la Unión y fue colocado sobre la entrada de ésta, donde permaneció hasta su destrucción a causa del siniestro de 1872; como ya anotamos líneas arriba. Es probable que la salida de Carlos de París de México en 1836 fuera por cuestiones personales y no por motivos políticos; no encontramos esa información.26
Segunda parte Podemos mencionar que al reconstituirse el gobierno de la República en 1867, Santiago Rebull y José Salomé Pina quedaron como los principales maestros de la ex-Academia de San Carlos, llamada en ésta época Escuela Nacional de Bellas Artes donde se ofrecerían estudios comunes para escultores, pintores, grabadores y arquitectos. Se expidió además, la Ley Orgánica de la Instrucción Pública del 2 de diciembre de 1867 y se ordenaría toda la educación pública. Rebull y Pina quedarían como los formadores de una nueva generación de pintores mexicanos, después del ciclo que dejaron Vilar y Clavé en los que predominó y continuó el arte académico y la temática primordial de su obra pictórica fue la religiosa.27 Con la presencia de Juárez en el gobierno se suprimió la expresión europeizante en la cultura y el arte, se consideraba que el país necesitaba adquirir una conciencia propia para encontrar su propia identidad, una senda y un arte que fuera hacía la veneración a la patria; por lo tanto, se fomentaron las exposiciones artísticas y se les dio carácter de actos públicos y fiestas cívicas. Se puede señalar que la crítica romántica y nacionalista de personajes como Ignacio Manuel Altamirano y José Martí formo y creo una escuela mexicana de pintura nacional que exaltaría los valores patrios; la producción de temas y hechos históricos, tipos nacionales, de costumbres mexicanas y paisajes mexicanos. Posteriormente encontramos entre las pinturas de corte histórico: La batalla del 5 de mayo de 1862, encomendada a Primitivo Miranda en 1863 por el Licenciado Juan Antonio de la Fuente, ministro de Relaciones Exteriores y Gobierno, se sabe que la pintura fue concluida en 1868 y presentada oficialmente hasta 1869 en la XIV exposición de la Academia, representa el instante cumbre de la resistencia liberal; los retratos de José María Morelos, Vicente Guerrero, y los hechos de la independencia y la Reforma, La Alegoría de la Constitución del 57 de Petronilo Monroy en 1869 al que ya hemos hecho
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Acevedo: 1985; Fernández: 1984; Ramírez: 1985 Báez: 1974; Casanova: 1986; García: 1986; Ramírez: 1985
alusión.28 El mencionado artista José Obregón, realizó El descubrimiento del pulque en 1869, expuesto en la XVI exposición de la Academia de Bellas Artes, donde representaba el pasaje histórico o legendario de la presentación de la bebida llamada pulque (néctar de maguey), al rey de Tula Tepalcatzin por la princesa llamada Xóchitl; al cual ya hemos hecho referencia. En la XVIII exposición de la Academia de 1877, se presentaba otro cuadro de grandes dimensiones Fray Bartolomé de las Casas de Félix Parra, donde se representa al defensor de los indios, entrando a un templo con las manos en cruz levantando sus ojos al cielo; encontrando a un indígena muerto y una indígena que se abraza a sus pies buscando su protección. Subsiguientemente el mismo autor, en el lienzo La matanza de Cholula también en 1877, presenta un paisaje del asesinato que Cortés cometió en esa población.29 En las décadas de los años ochenta y novenas del siglo XIX esta corriente de pintura alcanzó su máximo apogeo de interés en los temas históricos nacionales. Altamirano considero que esta si era una pintura histórica nacional concebida con gran talento, inspirada en la naturaleza y ejecutada con un sentimiento artístico y original. La pintura de paisaje en esta época alcanza su mayor esplendor en la obra de José María Velasco, propuesta por Clavé desde la Academia, en ésta se descubrió la bella naturaleza de México y por la cual recibió diversas condecoraciones. El estudio de la pintura de paisaje, la dejaremos a un lado ya que por su propia naturaleza, se presta a un tratamiento reconocible de ambientes locales y no históricos. En la pintura, otras obras representativas fueron El suplicio de Cuauhtémoc de Leandro Izaguirre en 1892, y las versiones de La fundación de México Tenochtitlán pintados por José Jara, Joaquín Ramírez y el mismo Leandro Izaguirre para el concurso bienal de 1889 por encargo oficial. En 1892, Natal Pesado y Segura, hijo de José Joaquín Pesado, pintó el cuadro Bravo perdona a los prisioneros realistas, actualmente se encuentra en el salón de recepciones de Palacio Nacional; y Luis Coto realizó Hidalgo en el monte de las cruces arengando a sus tropas momentos antes de la batalla en 1879, presentado en la XIX exposición; éste cuadro no tuvo buena recepción por la crítica. En la XX exposición Juan Ortega expone Morelos se presenta ante Hidalgo para ofrecerle sus servicios en el pueblo de Charo, cuando el General se dirigía sobre la capital de Virreinato en 1886; y José E.
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Casanova: 1986; García: 1986; Ramírez: 1985 Báez: 1974; García: 1986; Lira: 1986; Rodríguez: 1964
Domínguez en 1897, presenta en la XXIII exposición Episodio del sitio de Cuautla.30 Fausto Ramírez anota que después de 1898, ya no se organizó ninguna exposición global en los años restantes del porfiriato.
Otra parte En los últimos 25 años del siglo XIX, la pintura y la escultura de carácter histórico fue la más trascendental para la política de Porfirio Díaz que necesitaba el apoyo del arte para exteriorizar su grandeza, una argumentación historicista que justificara su régimen centralista y autoritario. Por lo tanto exaltó la historia de México. El arte comenzó a considerarse como un proceso evolutivo, que debía orientarse hacia la verdad y los fines positivos; al presentar a los héroes y los hechos gloriosos por medio de imágenes se recordaría las vidas y episodios de nuestra historia a través de los libros de historia y los museos. El ímpetu nacionalista de Porfirio Díaz en las artes fue el decreto de 1877, en el programa escultórico a lo largo del Paseo de la Reforma para que se adornara con efigies de los héroes de la Conquista, la Independencia y la Reforma. Hay que apuntar que en la enseñanza de la escultura destacaron en esta época Jesús F. Contreras y Enrique Alciati entre otros. El primer monumento que ocupó una de las glorietas del Paseo de la Reforma antes del gobierno porfirista, fue la estatua de Cristóbal Colón regalada y costeada por Antonio de Escandón, siendo obra del escultor francés Henri Charles Joseph Cordier, para embellecer la ciudad en 1876.31 Encontramos como dato interesante de las esculturas históricas que antes de la del Ingeniero Francisco M. Jiménez, Miguel Noreña y Gabriel Guerra; existió un monumento dedicado a Cuauhtémoc en 1869, estaba colocado en un pedestal de piedra, y sostenía un busto de pequeñas dimensiones y color gris, estuvo ubicado en el paseo de la viga, sabemos de su existencia por una litografía de Hesiquio Iriarte, actualmente se encuentra en un costado del atrio de la catedral de México abandonado.32 La estatua de Cuauhtémoc de Miguel Noreña fue la repuesta a los monumentos que se pretendían para el Paseo de la Reforma. Los antecedentes dignos de esta obra habían sido las estatuas de Manuel Vilar: Moctezuma II (1850), Tlahuicole (1851) y la Malinche (1852), arrumbadas en las bodegas de la Academia. A partir de 1878 a 1887, este escultor tuvo la suerte de ver muchas de sus 30
Báez: 1974; Ramírez: 1985 Casado: 1986; Fernández: 1984; Lira: 1986 32 Ramírez: 1985; Lira: 1986 31
esculturas vaciadas en bronce y colocadas en lugares públicos donde aún permanecen, la más importante, la referida estatua de Cuauhtémoc en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México el cual lleva adosado en la base el bajorrelieve de Gabriel Guerra “El tormento de Cuauhtémoc “; fue develado en 1887; destaca por su significación histórica y artística. La escultura de Vicente Guerrero, en el jardín de San Fernando en 1870; Y la sedente de Benito Juárez en 1891, develada en el departamento de Hacienda del Palacio Nacional.33 Siguiendo con los monumentos del Paseo de la Reforma, en septiembre de 1891 se colocaron en la entrada de éste, las estatuas de los reyes aztecas Izcoatl y Ahuitzol de Alejandro Casarín (mejor conocidos como los indios verdes) financiados por la Secretaria de Finanzas, en 1901 fueron trasladados al paseo de la Viga.
A manera de conclusión Esta etapa de conformación de un país liberal, se hizo por hombres que muchas de las veces reunían en una sola persona, al militar, al literato, al poeta, al periodista, al diputado o al historiador, lo que provocó e implantó un proyecto de nación. Se utilizó a los actores históricos, no solo en las escuelas, libros o museos, sino que se introdujeron en otros campos
como la pintura o escultura pública;
las cuales fueron las vías más
recomendables para que la población tuviera contacto con la historia de México y se formara un imaginario colectivo. Estas esculturas levantadas en plazas y paseos de las ciudades cumplían con la función de dar rostro y cuerpo a la historia de nuestra patria.34 Entre las múltiples medios iconográficos que ofrecía la historia patria destacó en la pintura, la profusión de asuntos prehispánicos, esto por el especial realce concedido por el régimen porfirista al indigenismo pretérito y, en segundo lugar resalta el interés otorgado a episodios y figuras de la insurgencia, confirmándose esto al repasar los títulos de esculturas y pinturas en los catálogos de las exposiciones de la Academia. Después de una rápida revisión de la nómina iconográfica del siglo XIX, podemos deducir que existieron significativas lagunas temáticas, como si se hubiera corrido un velo sobre algunos asuntos de la historia de México. Destacan entre estas ausencias iconográficas de artistas mexicanos, temas sobre la llamada Guerra de los pasteles, la intervención norteamericana de 1847 o de la
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Casado: 1986; Fernández: 1984; Rodríguez: 1964 Altamirano: 1988; Lira: 1986; Schávelzon: 1988
ejecución de Maximiliano (solo existe un cuadro de Manuel Ocaranza anterior al Porfiriato), Denegación del indulto a Maximiliano, expuesto en 1873.35 Es seguro que en la época Porfirista se pasaron por alto estos asuntos conforme a la política conciliatoria y el interés de fortalecer vínculos amistosos y económicos con las potencias extranjeras. Era imprescindible reconstruir la historia, explicar de otra forma el pasado, darle un papel a los nuevos grupos sociales que así lo exigían, aunque dentro de una historia que, lógicamente, sirviera a los sectores en el poder.
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Báez: 1974; Galí: 1987; García: 1986; Moreno: 1966
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