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LAS INSCRIPCIONES MAS ANTIGUAS DE ASIA DESCIFRADAS
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A antigua civilización india, llamada comúnmente del Indo, pero que fué la civilización de toda la India, antes de la invasión Arya, es la civilización más antigua del Asia, que originó la civilización Sumeria, de la que proceden la Babilónica y la Ninivética, y que causó la civilización de China, que después se propagó a Corea y Japón.» Esta fué una de las conclusiones con que terminé mi conferencia sobre la escritura de Mohenjo Daro, dada bajo los auspicios de la Real Sociedad Asiática de Bombay, presidiendo el acto Mr. Kane, Catedrático retirado de Literatura Sánscrita. Hice referencia a los trabajos de varios eruditos y Profesores que me habían precedido en el estudio de estas inscripciones. La difusión de la civilización Arya en el Indostán, ha hecho olvidar a muchos que antes de que existiese esta civilización, otra civilización no-Arya había existido en aquella tierra. Tal vez por olvidar esto, las inscripciones de Mohenjo-Daro no han sido descifradas todavía. La civilización de Mohenjo-Daro es evidentemente preArya. Esto ha sido probado tan satisfactoriamente con el estudio de las reliquias descubiertas en aquella antigua ciudad, que si algún día se llega a probar que la invasión
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Arya tuvo lugar antes de la fecha fijada como la más probable para la civilización de Mohenjo Daro, todavía tendríase que afirmar que esta civilización, aunque no sea pre-Arya, es ciertamente no-Arya. Después de explicar las teorías modernas respecto al origen de los comúnmente llamados pueblos Dravídicos, describí el estudio comparativo que he venido haciendo por algún tiempo de los signos de Mohenjo-Daro con los signos de dieciséis escritos antiguos, incluyendo el Iberio, el Etrusco, el de Minoas, el Creta, el Egipcio, el Sumérico, el Proto-Chino, el llamado Brahmi del norte y del Sui* de la India, las marcas prehistóricas del sur de la India, las de la isla de Pascua y las monedas puranas de la India. Después de esto, estudié las inscripciones mismas, derivando de este estudio las siguientes conclusiones: Ia Estas inscripciones se hallan en pequeños sellos cuadrangulares de esteatita, en algunas placas de cobre del mismo tamaño y en pedazos de cacharros rotos. La mayoría de estos sellos y placas, además de la inscripción, tienen una figura de un animal esculpida con extraordinaria destreza. Varios animales son así representados en estos sellos: el unicorno, el búfalo, el buey, el cocodrilo, el macho cabrío, el elefante, etc. Son los signos totémicos de las antiguas tribus Indias, cuyos nombres aún aparecen en los poemas épicos y en los Puranas de siglos adelante: las tribus de los Mahishis, los Nagas, los Garudas, los Vanaras, los Matsyas, etc. Otros sellos tienen otras figuras, probablemente de significado religioso. 2a Los signos de estas inscripciones son generalmente pictográficos, pero algunos ya tienen valor fonético. Estos signos con valores fonéticos son especialmente para representar ideas abstractas, por ejemplo, el año. Un pequeño acento o una rayita al lado del signo, cambia el valor fonético del signo y, por tanto, también su significado. 3a Conforme a las teorías de los Profesores Langdon de Oxford y Hunter de Nagpur, la escritura se lee de de recha a izquierda. Con todo, entre los sellos hasta ahora
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descifrados, dos se han encontrado cuya escritura es de izquierda a derecha. 4a Las inscripciones descifradas hasta el presente, pueden dividirse en seis grupos: Sellos de carácter privado, inscripciones religiosas, inscripciones sociales, inscripciones geográficas, inscripciones históricas e inscripciones astronómicas. 5a Los sellos de carácter privado son aquellos que pertenecieron a tal o cual persona. Algunos eran sellos de comerciantes, otros de personas pertenecientes a diferentes profesiones. Entre los primeros hay algunos con nombres íntimamente ligados a la profesión de las personas que los llevaban. Un comerciante de pescado es llamado «el pato>; dos tejedores son llamados «las arañas». Entre los otros sellos, los más notables son los de tres jueces: uno, de un juez de la ciudad; otro, de un juez rural; el tercero de un juez anciano «que vive en su casa». Esta frase parece indicar que se trata de un juez retirado. 6a Las inscripciones de asunto religioso no son tantas como alguno de los profesores que trataron de descifrarlas imaginaron. Con todo, bien podemos esperar que, cuando todas las inscripciones estén descifradas, nos darán una perfecta idea de la religión de estas gentes. Según aquellas que ya han sido descifradas, el culto de los árboles era frecuente entre ellos. Las inscripciones hablan también de una divinidad cuyos ojos son llamados «ojos de pez». Esta parece ser la denominación pre-Arya de Minakshi, la diosa venerada en Madura en el sur de la India. Con todo, uno de los sellos que trae esta denominación parece atribuirla al dios Siva, pues habla de tres ojos, que son una característica de este dios. 7a Las inscripciones que se refieren a la vida social muestran que a lo menos algunas veces, si no siempre, no existía grande amor entre los subditos y sus señores, pues el único sentimiento de que se hace mención en las inscripciones, en relación con estos últimos, es el miedo. Es además evidente que existían tierras de labor pertenecientes a la comunidad de ciudadanos, cosa que era muy
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frecuente en la India antigua dentro del período histórico, y que existen todavía en el territorio Porgues de Goa. Finalmente, las castas o tribus de los Paravas y de los Maravas, que todavía existen hoy en el sur de la India, son mencionadas en algunas de estas inscripciones. 8* El sur de la India es mencionado dos veces en las inscripciones geográficas. Una inscripción habla de la ciudad, probablemente la capital, de los Paravas. Otra inscripción menciona los montes centrales, que probablemente son las cordilleras del Hindú Kush, Pamires e Himalayas, que se extienden desde Oeste a Este desde Afghanistan hasta Birmània y que pueden llamarse centrales, pues están en el centro del Asia dividiendo a la India de la China. 9a Los hechos históricos hasta ahora reseñados en estas inscripciones no son de mucha importancia. Con todo es de esperar que, cuando todas las inscripciones estén descifradas, que será a no mucho tardar, serán muy útiles para reconstruir la historia de la India pre-Arya. Una de estas inscripciones conmemora el hecho de que dos canales fueron construidos durante los meses de kudam (Aquario) y mina (Peces) en la tierra del picamaderos. Otra nos habla de la construcción de otro canal que, indudablemente, tenía que ser mucho mayor que los otros dos, pues se emplearon trece meses en ella. Es de grande interés ver }os medios de irrigación tan desarrollados en aquellos lejanos tiempos. Otro sello menciona las siete tierras o reinos, frase que pasó más adelante a las obras de literatura sánscrita. 10. Entre todos estos sellos, los más interesantes, y hasta ahora también los más importantes, son los que tienen inscripciones astronómicas casi siempre relacionadas con los signos del Zodíaco. Los pre-Aryos de la India contaban el tiempo por el año solar. Hasta ahora se había creído que el Zodíaco había sido inventado por los Caldeos. Pero hoy, después de descifrados estos signos, debemos admitir que los llamados Dravidios del Indostán habían escrito en estos sellos sus observaciones astronó-
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micas basadas en el Zodíaco miles de años antes de que de ellas aprendiesen los Caldeos los signos zodiacales. Una de las inscripciones menciona el hecho de que el signo Aries camina más aprisa que los otros signos. Esto no pudo acontecer sino cuando esta constelación estaba en el solsticio de invierno, o a lo menos muy cerca de él. Ahora la constelación Aries corresponde a abril y mayo; pero a causa del movimiento de precesión de la eclíptica, Aries estaba en el solsticio de invierno, o a lo menos muy cerca de él, alrededor de seis mil quinientos años antes de Jesucristo. Siendo esto así, debemos afirmar que, siendo Aries el primer signo del año solar, según estas mismas inscripciones, y estando este signo tan cerca del solsticio de invierno, estas gentes, sin duda, comenzaban el año cuando el sol estaba en el equinoccio de primavera. Varias inscripciones de las hasta aquí descifradas confirman este cálculo. Otras inscripciones, aunque no muchas, se refieren a observaciones lunares. 11. El problema más difícil al tratar de descifrar estas inscripciones es el de la lengua. No hay ni el más mínimo monumento literario de las lenguas Dravídicas del período pre-Aryo. Aquella lengua debía ser distinta de todas las lenguas Dravídicas habladas al presente, pero debe de estar relacionada con todas ellas. Aquella lengua debe ser llamada proto-Dravídica. El único medio de llegar, no precisamente a resucitarla, pero acercarnos a ella lo más posible, debe ser un estudio comparativo de las modernas lenguas Dravídicas, juntamente con las formas antiguas y clásicas de cada una de estas lenguas, sin excluir Tulú, Brahui y Uraón. Escogiendo las raíces de las palabras seleccionando las palabras descriptivas, desnudando el lenguaje del fárrago de preceptos y embellecimientos literarios inventados por los gramáticos dando al lenguaje un carácter primitivo, cuanto más posible, aunque sin cambiar el genio de la lengua, podremos, no reproducir exactamente aquella lengua prístina, pero sí acercarnos a ella mucho. Es ciertamente muy interesante encontrar después •de cerca de ocho mil años los signos de estas inscripció-
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nés en el mismo orden requerido por algunas de las difíciles construcciones característicamente Dravídicas. La tradición Sumeria señala el Sur como el lugar de procedencia de su civilización. La tradición Budística, consignada en las historias de los previos nacimientos del Buda, llamadas Játakas, muestra a los indios arribando por vez primera a las ciudades a lo largo del Eufrates o del Tigris, y los sellos con inscripciones similares descubiertos en UiyKish, Susa y otros lugares de aquellas tierras, confirman la veracidad de estas tradiciones. La escritura India de Mohenjo-Daro es la madre de la escritura Sumeria, que más adelante se desarrolló en la escritura cuneiforme de Babilonia y Asiria. Con la escritura, gran parte de la civilización Dravídica también pasó a aquellas regiones. El Zodíaco fué uno de estos elementos Dravídicos así transplantados a Babilonia y Nínive. De modo semejante, según tradición china consignada en las más antiguas crónicas históricas, sabios venidos de la India a través de los montes, propagaron muchas invenciones por China durante el tercer milenio antes de Jesucristo. Una de estas invenciones fué la escritura. E n las inscripciones proto-chinas de la Dinastía Shang, la mayoría de los signos, si no iguales, son a lo menos semejantes a los de Mohenjo-Daro. P. ENRIQUE HERAS, S. I. Académico Correspondiente de la Historia