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Un cuento letárgico en evolución: la bella durmiente
La bella durmiente es una leyenda históricamente global. Pocas otras historias han sido transmitidas tanto hasta arraigarse y adaptarse a la propia cultura de los diferentes lugares en los que ha sido narrada. La obra titulada Tres contes meravellosos del segle XIV aparece por primera vez como el primer recopilatorio de cuentos donde se introduce la historia de la leyenda dama durmiente. Antes ningún otro recopilatorio había introducido esa temática en él. Posteriormente, y para comprender esa evolución, aparecieron otros como el Pentameron (1634) de Giambattista Basile (“Lo cunto de li cunti overo lo Trattenemiento de peccerille”, “El cuento de los cuentos o El divertimento de los niños”) o Les Contes de ma mère l'Oye (1697) de Charles Perrault, los cuales serán objeto de mi estudio a modo comparativo para ver los rasgos comunes o de evolución que se produjeron con el relato inicial de Fraredegoig i SordePlaer. Nos encontramos pues, con un recopilatorio de autor anónimo, donde lo maravilloso y fantástico impera sobre la realidad más cotidiana. El autor al ser anónimo no nos da pie tristemente a conocer realmente cual era su punto de vista sobre su obra y su criticismo real, eso si, podemos extraer conclusiones implícitas en sus historias. Este cuento juntamente con las dos otras versiones de siglos posteriores se caracterizaron por mostrar unos elementos comunes y a la vez relevantes en la memoria del espectador. Si nos paramos a analizar la temática de la bella durmiente, la memoria popular nos conducirá hacia la visualización de dos elementos clave: una mujer bella durmiendo y un príncipe que rompe el hechizo. Muchos tenemos la perspectiva que nos ofreció Disney en su película de animación del cuento, el cual basó sus dibujos en la historia de Perrault, pero muchos desconocen realmente de donde parte todo ello. Podríamos decir que la historia que nos ofreció la compañía fue una versión simplista, fuera de polémicas y adaptada a la naïveté del público al que se dirigía y al tipo de producciones que hacia. Todo el mundo está acostumbrado al tema de la chica que cae en un sueño profundo del modo que nos lo explicó Perrault o Disney, pero poca gente se ha adentrado en comprender que había anteriormente. Si penetramos en el imaginario de los cuentos anteriores, sobretodo el que se narraba en el siglo XIV, seremos testimonios de un relato totalmente distinto. El texto que servirá de núcleo para este trabajo será el de Frare
degoig y los otros dos cuentos La belle au bois dormant de Perrault y Le Soleil, la Lune et Thalie de Basile servirán de apoyo para comprender su cariz como texto medieval. Mi objetivo principal será dilucidar los puntos en común y diferenciales que existen entre estas tres obras y comprender los cambios y evoluciones que se produjeron en las diferentes versiones posteriores para comprender como un relato del siglo XIV tan poco conocido por el público ha acabado convirtiéndose en una de las historias más transmitidas de generación en generación Para iniciar mi análisis, es importante visualizar como los tres cuentos tanto el medieval como los posteriores, han conservado su estructura de cuento. Así los tres se caracterizan por ser narraciones breves que se producen en espacios ficticios y donde los sucesos fantásticos eran comunes en esas realidades. El receptor no tiene demasiados problemas en comprender la historia ni en orientarse en la trama ya que sigue una estructura lineal y es concisa. El texto medieval tiene como objetivo transmitirse al mayor numero de personas posibles, utilizando un léxico comprensible para el receptor y haciéndolo asequible. No encontramos indicios de que el autor estuviera buscando un público preciso o dirigir sus palabras a un tipo de persona o de clase, así lo explica en este fragmento: “Vol que posi en rima una faula sense consonàncies estranyes ni mots subtils; es diu que així és més fàcil que l’aprenguin bons parladors de cor franc i molts cortesos ben educats ”, Anonimo, p.115. A través de este comentario puramente subjetivo, el autor nos da a entender que sus pretensiones son las de ser comprendido y que las personas con buen corazón puedan aprender de ello. Perrault y Basile por el contrario dirigen a su vez sus cuentos a un público de la alta burguesía y un público aristócrata y adulto respectivamente. Aunque pueda parecer lo contrario, los dos textos fueron evolucionando hacia un público infantil. El texto de Basile pasó por una censura aparente borrando el pasaje más erótico donde el príncipe se acostaba con Thalie –la princesa así aparece en la nota al pie de pagina: “ne couze li frutte d’ammore”. En el texto medieval, el autor prefiere hacer un inciso para mostrar quien es el narrador, mediante la subjetividad del fragmento
mostrado anteriormente, y ve la necesidad de remarcar cuales son sus objetivos y que espera conseguir con ellos. Perrault y Basile van directamente al grano y únicamente exponen la historia sin más dilaciones. Los diferentes narradores inician pues las presentaciones de la historia de forma distinta. En el primer caso, la protagonista de la historia SordePlaer nos es presentada directamente como una filla molt bella joveneta, franca i plaent, amorosa i de bella figura. Basile inicia su historia con una princesa niña ya nacida il y avait une fois un seigneur qui eut une fille nommée Thalie y en el relato de Perrault aun la joven debe nacer chaque jour ils se lamentaient : « Ah ! si seulement nous avions un enfant. » Mais d'enfant, point. En los tres casos nos encontramos con unos elementos relacionados con la realeza y por la estética que rodea el relato podemos afirmar que se situarían en la época medieval. Basile no da detalle alguno del nacimiento de la princesa, únicamente que esta bajo la protección de su padre “rey” al igual que las otras dos jóvenes de los otros cuentos. Perrault se detiene a explicar el nacimiento de la princesa e incluye el elemento fantástico de la hada para dotar a la joven de unos dones que no son descritos en los otros cuentos. Posiblemente para enfatizar esa madurez que ya aparecía de inicio en la figura de las otras dos chicas. Es a través de la figura de esas hadas también, que se explica el estado de letargia a la cual la princesa es condenada. Al principio en Perrault, la joven princesa iba a morir, pero una de las hadas cambió su destino. Basile es mas extremo y ya nos muestra una joven muerta al igual que el cuento medieval. Prefieren dar mayor énfasis al estado funesto de la joven para dar mayor realismo. En el relato medieval, no se aplica el elemento fantástico para definir su “muerte”, sino que se plantea el hecho de forma simple y como algo cotidiano, como si la muerte rondara ante nuestros ojos: Com que la mort ronda d’ací d’allà –sovint força més que no caldria– la donzella un bon dia va morir sobre la taula de menjar, mentre escoltava els joglars i tenia servit un àpat suculent, p115. En este caso, la muerte aparece como un sujeto vivo y humanizado que se produce en un momento cotidiano en un lugar común. No se alcanza ese estado que Perrault define como sueño eterno. Los emperadores la hacen bañarse en un bálsamo para que el cuerpo
de su hija no fuera degenerando conservando así el recuerdo de su hija y su belleza, como una especie de ritual de momificación egipcia. Se nos muestra la posibilidad de que aquella doncella no este muerta, por ello no se la entierra, pero no hay ningún indicio en un principio de que este vida. Basile, juega con la misma baza, y par malheur, une écharde de lin lui entra dans l’ongle et elle tomba morte par terre mostrando así la figura de una joven no definida como estando dormida. Sigue el mismo proceso que el autor anónimo y hace que el rey en cuestión lleve el cuerpo a una habitación o lugar donde pueda conservarse el cuerpo y olvidarlo. Los diferentes lugares donde se encuentran las distintas jóvenes juegan un papel importante para comprender la hazaña de la historia, todas están situadas de forma a poder ser encontradas de algún modo. SordePlaer pasa sus días durmiendo en un indret als afores de la ciutat on hi havia un jardí al mig d’un Prat, haciendo del lugar un sitio similar al paraíso. Este paraje atrae a todo aquel que pasa a su lado, pero por razones mágicas, no pueden acceder a él más que los padre. Un puente de vidrio es lo que separa ese mundo. La única forma de cruzar al otro lado depende de la magia. Basile y Perrault sitúan a sus respectivas princesas en un castillo, haciéndolo más accesible para cualquiera y sin la protección encantada del cuento medieval. Colocan a la princesa en una situación terrenal donde el único obstáculo es un bosque frondoso y con gran cantidad de plantas, donde la curiosidad y casualidad del príncipe salvador sirve como guía hasta su lecho. El estereotipo del príncipe salvador aparece de la misma forma en los tres relatos. En el cuento medieval y Perrault los príncipes conocen la historia de la princesa como un rumor legendario, en cambio en el de Basile juega la casualidad de que el príncipe cazaba por los alrededores y se encontró a la princesa en una habitación. Aun así, los tres casos no se parecen casi nada en sus recorridos personales. El príncipe del cuento de Perrault se adentró en el lugar –castillo de forma directa caminó hacia el castillo, que veía al extremo de una larga alameda, en la que penetró, quedando muy sorprendido al observar que los de su comitiva no habían podido seguirle porque los árboles volvieron a recobrar su posición natural y a cerrar el paso en cuanto hubo pasado, al igual que el de Basile donde al buscar a su halcón utilizó una escalera para penetrar quand on eut frappé assez longtemps, il fit apporter une échelle de vendangeur, voulant pénétrer luimême en la maison et voir ce qu’il y avait dedans. Il y monta
aussitôt, se promena partout et fut profondément étonné de ne rencontrer âme qui vive. Todo desprende una gran simplicidad –y se deja a un lado los niveles de una queste porque se quiere dar la idea que es el príncipe que está predestinado a estar con esa dama, no le hace falta ninguna fuerza superior para llegar hasta ella. Por el contrario el príncipe medieval, su recorrido entra en los tópicos de la queste y de la demostración de su hazaña como algo fuera de lo corriente. Para acceder y superar el reto de llegar hasta donde se encuentra la princesa, consciente de los obstáculos mágicos insuperables para un mortal decide buscar ayuda en la figura de Virgilio. La necesidad de un ayudante y supone una forma más valerosa y épica para conseguir el objetivo final, y más si es alguien de la envergadura histórica de Virgilio –el cual ayuda también a Dante a salvar a Beatriz. Es su figura finalmente quien le ayuda a acceder hasta el lugar. Dentro del ideario actual, todo el mundo sabe que el príncipe con un beso consigue romper el maleficio, así paradójicamente en la realidad medieval no se produjo así, ni en el caso de Basile –el cual es mas cercano que el de Perrault. Perrault y Basile no describen a sus príncipes, son representados como elementos sin ningún tipo de identidad ni nombre que parecen aparecer fruto de una casualidad narrativa. No son relevantes como personas sino como su condición “legendaria” de príncipes. El príncipe del cuento medieval es bien distinto. Frarede goig es su nombre, al igual que el de la dama Sordeplaer y ya no son meros elementos decorativos de un espacio, sino que alcanzan una condición mucho más humana que los anteriores, más ligada a las pasiones mas primales donde i la va tornar a besar, sí, més de cent vegades abans d’apartar la boca. Esa pasión lo lleva hasta el punto de culminar el acto sexual, es decir, una violación en toda regla. Así la joven dama su virginidad y queda embarazada de el mientras esta “muerta”. El príncipe no la despierta con un beso como tendríamos en nuestro ideario, sino que es la pasión sexual lo que la despierta –es decir su amanecer sexual, menstrual como mujer y las hierbas que le da Virgilio lo que la hacen reaccionar. No existe acto alguno realmente en el que una acción del príncipe haga despertar a la princesa. En Perrault el príncipe únicamente entra en la estancia de la princesa y ella se despierta tras su beso en la frente, no en ninguna parte erógena, Basile por otro lado censura ese momento y únicamente vemos como el príncipe transporta a la princesa a la cama y se despierta siendo madre. Se deduce que al exponer el ne couze li frutte
d’ammore en la nota al pie, el príncipe mantiene relaciones sexuales con ella ya que posterior queda embarazada de dos niños y finalmente son los dos niños que tras nacer y querer succionar sus ubres la despiertan del sueño. En el cuento medieval la joven tras despertar, ve que le han tomado la virginidad sin su consentimiento y recriminar a esa persona lo hecho, una vez conocida la noticia de que aquel que la había atacado y manchado su honor era FraredeGoig –un príncipe todo cambia y se entrega a él. El cuento medieval y el de Basile juegan al desconocimiento. Ninguna princesa al despertar sabe que le ha ocurrido, las dos han sido penetradas sexualmente y preñadas y únicamente al conocer la condición del príncipe que ha puesto su semilla dentro es cuando les hace cambiar su perspectiva de mujer atacada y mancillada. En Perrault, la joven ya conoce por premonición a su príncipe, ya no da lugar a las pasiones y a la magia sino a un supuesto control del amor. En el cuento medieval y en Basile, contemplamos una crítica a un tipo de mujer, una mujer interesada inadaptada emocionalmente para el hombre. Alejada de sus valores mas “maternos” y que únicamente descubre su rol gracias al hombre. Actúa por el interés propio y por consiguiente de su familia/hijo. Solo les interesa el “título” del hombre en cuestión y su poder social. La figura del príncipe queda como un elemento que permite acceder a la mujer al conocimiento de su naturaleza y la sabiduría en el fondo. La dama de Perrault en cambio no se cuestiona nada y únicamente actúa como si todo lo supiera y ya supiera su futuro. Las tres princesas juegan con la premonición y la predicción de sus destinos para comprender su condición y alejarse del contacto exterior y la vida fuera de castillo. En el texto de Basile es gracias a un oráculo que se conoce el futuro suceso de la princesa, al igual que las hadas que predicen en el de Perrault que su hija a los 15 años seria fruto de un maleficio. En el caso medieval, el narrador de algún modo hace lo mismo, es el conocimiento de la muerte que ronda lo que permite ya anticiparnos que a la joven le pasará algo tras esas palabras del narrador. Así las tres princesas son esclavas de sus propios destinos.
En definitiva, tras haber analizado a grandes rasgos las principales diferencias de los tres vemos como existe una evolución de la narración adaptada a cada público. Salta a la vista que el cuento medieval es de una crudeza mayor que los dos posteriores, y se dirige
a un público más adulto y formado ante este tipo de obras literarias. Disfrutan con este tipo de historias que mezclan, erotismo, magia y aventura. Queda claro que el texto de Perrault es menos provocador que el de Basile o el medieval por lo que accede a un abanico mayor de público. Al igual que el texto de Basile, tras sufrir la censura, fue adaptado para ser leído por un público infantil. Así vemos que los contenidos de las diferentes historias han sido transformados para adaptarlos a las necesidades de cambio que el género del cuento ha necesitado. El cuento del siglo XIV, dentro de su antigüedad, tiene mayor complejidad que los cuentos posteriores. Juega con descripciones más precisas y reales, y da mayor énfasis a los personajes y sus personalidades que aparecen en la historia. Perrault y Basile jugaron con una estética más llana y unas narraciones más simplistas y menos complejas, con una técnica mas adaptada a los cánones del cuento popular de ese momento así el público infantil podía comprenderlos mejor. En el cuento medieval, también se produce algo bien distinto y es su alto contenido moral, el autor busca educar y a la vez narrar una aventura. Nos muestra los entresijos del comportamiento cortesano y que rol desempeñan los personajes de la corte, o de la supuesta corte. La figura mítica de Virgilio, no hace más que dar mayor énfasis al contenido intelectual de una obra que dentro de sus elementos fantásticos y su figuración representa de forma simbólica una realidad crítica por el autor. Así comprobamos que en los tres cuentos se produce un desenlace feliz, para regodeo del lector pues es lo que el género ofrece: una lección moral y un divertimento. Las bellas durmientes encuentran su felicidad al formar una familia con sus respectivas parejas. Sus historias acaban girando entorno al amor y ese es el eje de la literatura que ha ido continuando sin verse afectada por su evolución.
BIBLIOGRAFIA
Tres contes meravellosos del segle XIV FraredeGoig i SordePlaer, autor Anonimo, Quaderns Crema. “El cuento de los cuentos, Pentamerón”, cuento “Soleil, lune et Thalie” de BASILE, Giambattista. Ediciones Siruela.
“La belle au bois dormant” de PERRAULT, Charles, Web: http://www.annuaire enfantskibodio.com/conteperrault/labelleauboisdormant.html