LA CARCEL: POESIA y rocada

PARAGUAY: Un dictador que' • qUlere entrar .al libro de los récords . . . . Gerardo de la Torre: la cultura en MEXICO en 'la cultura Su e . re! N

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Story Transcript

PARAGUAY: Un dictador que' • qUlere entrar .al libro de los récords .

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Gerardo de la Torre:

la cultura en MEXICO en 'la cultura Su e . re! Núm. 1308 30 de abril México D.F.

1987.

ROMANCE DEL

Ciechanower/Puig:

En Cuba la , . muslca popular, ¡democracia o

mal

gusto~

Enzensberger:

PADRE I

KINO"

LA CARCEL: POESIA y rOCADA

cómo no hacer -

"Portugal, isla a la deriva"

(segunda pane)

un guión sobre uTJa .película ./

en Méxiéó -

35

Compilación y notas de

soledad de soledades Encause de desvio artículo de primera necesidad Compendio de historias y de- histerias Cran Larousse ilustrado moribunda inmortal Paridora incansable madre tierna con tus engendros Hierro candente que nos marcas de orgullo o vergüenza Ramillete de barrotes .. finamente amurallada Maduradora de ingenios puta mil veces desflorada internacionalmente Violentada por tu propia voluntad Consuelo de pendejos sádica buscada Admirada reprobable Pandora fracasada ¡LOS MALES DE LA HUMANIDAD °SICUEN AFUERAI

Salvador Castañeda SDlvador CD8tañedo fue guerrillero y preso polí&0; egresado de la Cárcel Preventiva de Lecumberri. acribió la novelG testimonial é Por qué no diji.1e todoP (Premio Gri;albo de novela en 1981). Atrapado sin Ullido "7quízó- en lG teIDraña de lG literatura. inicí6 lG compilGci6n de poemG8 que doce compD8 e3C1ibieron en lG cdrcel. donde purgaban condenD8 por $U partidpaci6n en grupo! como el Movimiento de Acci6n RevolucionaTÚl (MAR). ID Liga Comunida 23 de Septiembre. el Frente Urbano Zapatúta (FUZ) y el Partido de 103 Pobres. entre otr03. La siguiente es una muestro de esD compilaci6n. que en breve será editado. y -entonces con seguridod. leeremoa (ntegro el tmo de AgtUtín Hemóndez que dice: "Dime/ pinche carcelero/ ., entre ttU llaves/ ¿hoy oIguna pora abrir floraP/ No encobrononl tu mi1'tUlo aceitOMJI ni tu ootlor °domeslictUlo./ Lo que encalmma e8 que un barrote como tú! pueda andor pór ohí/ como si deoerM comprendiera/ la reverencúl de 103 árboles". (EPC) ,

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Agustín Hemández Ro.saJes Nació en MichoGcdn el 27 de febrero de 1952. Detenido en junio de 1971 como miembro del Movimiento de Acci6n RevolucioMria (MAR). Liberado en septiembre de 1977 desi&timiento federal. I

por

Al grano al germen al grumo al de la roja juvent~d y palpitante dialéctica Fue una ráfaga de miedo calibre .45 al tamaño de la clase. No lo entienden pero lo intuyen. (~s patente el alivio solidaridad y regocijo David corre la sangre y el coompogne en una libación de temor y ~qcias como en cualquier huelga que no va más allá del preludio. )

Intuyen que nuestras filas compactas como átomos en el metal sólo entreabren de combate; que otras huellas al lado de tus huellas clandestinas esparcen socialismo; que tu hueco es un depósito colmado de conciencia y un recipiente colmado de futuro para lavar la sangre cuando circule y brote °en los claveles todo el rojo que hoy se coagula en plusvalía. Intuyen que esa nube con residuos de llovizna nos traerá por la tarde de nuevo la tormenta, :JG.

julio 1977

¡así es esto de comunistas! que1ochingoda . reclworio norte agcmo 12, 1976 (&te poema fue acrito a raíz dP. lG m~ de David }iménez Sarmiento, julio 1976)

David Zaragoza Jiménez , Naci6 en Guadolo;aro, 101., el 22 de mayo de 1951. Aprehendido en la mi8ma t;iudod el 27 de mayo de 1975 como miembro de ID Liga Comunúta 23 de Septiembre. aali6 libre bajo fianza en julio de 1978. P06ferlormente fue amnútiado.

Opacadora de soles sol de los opacados Constructora de poetas. que destruyes Degeneradora de dioses diosa de degenerados ¡Asesina! corruptora de mayores gran maestra Frustración de los creadores creadora de los frustrados Refugio de los castrados castradora de blandengues Mina de gambusinos de escritorio Secadora de conciencias templo de meditaciones Desintegradora familiar cómplice de jueces Alcahueta de ladrones con licencia para matar Represiva incorregible redentora insospechada Paridora de hombres hacedora de despojos Lugar de masturbaciones creadora de neuróticos Cran panacea sala de espejos desnudantes Prostituta mayor ¡CRANPUTAI Exterminadora de amores forjadora de odios Truncadora de proyectos desinhibidora cruel Arrancadora de máscaras fábrica de locos Reina del vicio ¡¡PINCHE CARCEL!I Clausuradora de gargantas domadora impotente Semillero de degenerados o

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Fernando Pineda Ochoa

Naci6 en el atado de Guerrero, en 1946. Detenido en febrero de 1971 como miembro del Movimiento de Acci6n RevolucionaTÚl (MAR). Liber~o en &eptiembre de 1977, previo desistimiento federal.

Voces tocadas por nuestros sueños lsubterráneos se deslizan en el polvo de la noche y el lugar reducido que ocupo te contiene mediante las proporciones de tu ausencia. Toda existencia cubre la órbita de mis ojos no 1}ay ríos ni flores ni mar, que no se extienda sobre lellas. Inevitablemente descubro tu cuerpo linamovible anegado de rocío fértil al amor ...pero terriblemente ¡distante Como esa risa de niños que juegan en su jardín nocturno con estampas de mariposas. Como el dolor de la luna devorada por la desdentada boca de la noche. Voces tocadas por nuestros sueños. subterráneos se deslizan... La mañana se introduce sigilosa (es un leve temblor de Iprimavera) remolinos de figuras nos dictan el origen de ocultas nubes que vigilan la Iciudad dormida... Mientras nuestros ojos opacos contemplan la muralla. primavera 76

lecumberri "O·'

RECLUSORIO ORIENTE

"Estoy cansado de Inirar el Inuro frío. • • " Alfredo Martínez R.

fuera cae una lluvia de deshielo: suave, delgada igual que si una música de Benny Goodman flotara entre la niebla. Aquí • adentro; en el pequeño salón, se suceden dos, cuatro, seis, diez ojos que miran con desconcierto y asombro a Mario Mota en el piano. Sus dedos pulsan, golpean, acarician, rasgan cada tecla y un sonido de tempestad inunda la sala. Las notas ascienden por veredas de rocas afiladas, veredas oscuras y adunadas, para después caer determinadamente hacia un desfiladero inexorable, sin fin. Su mano derecha expulsa tímidas coloraciones azules, amarillas; la izquierda por su parte. se debate dolorosamente en percusiones cada vez más tenaces, como gemidos animales. Sus ojos no observan nada. Miran, si, pero un piano interior. un teclado infinito. Súbitamente manos enteras. codos, dedos arrancan un estruendo unánime al instrumento. Una sola ráfaga, un solo golpe. Y Mario se queda sobre el piano igual que una camisa y un pantalón dejados ahí descuidadamente. Ahora son las seis y media de la tarde. Los hombres de beig empiezan a llenar la sal•. Rostros morenos. blancos, negros. rubios. Rostros silenciosos. alegres, inexpresivos. tristes. , -Orale. agarren sus platos y manos a la boca... Es la voz de el Conde. habitante decano de esta pequeña ciudad. ex requintero, ex zorrero. ex fardero, aprendiz de linotipista y escritor nato. que nos regala un cartel y un tezto en caló hechos por él mismo. como signo de bienvenida: -Nel, lo que nunca tienes que perder es el cotorreo, es lo único que te mantiene vivo. El cotorreo es lo único que te da chance para pensar que uno u otro dia vas a estar allá. afuera. acá. con la raza, con los cuates de siempre. y nos pone frente a la mirada el cartel:

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-Yaaaaaa, mi Conde. chales. no te la restires... -Oh, usted, demuestre su educación. y deme tregua que estoy parlando aquí con los valedores. Una tonada rítmica, tropicalona, entonces, nos interrumpe. Tres colombianos cantan tonto amor que te di! tonto amor que me distes! y yo viVÚl angustiado! y muy desesperado! y tú con tw caprichos! mi vida marchitastes... y una sola voz sigue la letra. Cien bocas cantan. doscientas manos aplauden. y gritos de euforia y de impotencia, gritos de -Otra. otra. otra. otra ... -Ya callen a ese gdey. -les. que traigan a su jefa y que le dé la mamadera. -Chupas. -El oso gracioso de tu hermana. -De a rana te pongo y sin cama. - Yaaa. shhhh, tranquis. y ahora un merengue que baila en las piernas de todos los hombres de beig que siguen el rítmo con el cuello~ con los pies, con el dedo meñique, con el estómago. Yel apagón. -Orale esa mano no es mia. -Por no pagar. -Saquen aquella. pa' alumbrarnos ¿no? Rafel Catana d~ide hablar. Comenta que las "rolas que vamos a interpretar son composiciones nuestras. de Arturo Meza y mías, esperamos que les gusten". Pero la luz no llega. Por una de las pequeñas ventanas apenas si se cuela un fino rayo de luna. Aún así. Rafael canta: La reyna dt: la cuadra me sonríe cuando yo espero el amanecer cuando la luna empieza a oxidarse y ella me recuerda ayer los llaneros todavía apuestan y esconden su caguama en el callejón Todos siguen el ritmo palmeando. taconeando. aullando. Rafael gira la guitarra en el suelo y su sombra se proyecta sobre su propia imagen. Su cabellera le cae sobre los hombros como si fueran resortes negros. Baila. Canta y baila. y se mueve como un muñeco de trapo. como si estuviera perdidamente ebrio. Su barba se confunde. a ratos. con la cabellera que le cubre la cara de vez en vez. Y entre el público, a coro, irrumpen las frases:

-Lobo. lobo, lobo. --Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuyyy. -Mucha ropa. -Que se quite el brasier. Un hombre de beig, de pronto. se decide y se levanta de su asiento. De entre las ropas saca una armónica pequeña y empieza a soplar. despacito, tenuemente. Un sonido lastimero asciende. Ululu:es melancólicos. un blues que taladra muros y se mete por el pecho de todos los que escuchan en el silencio más absoluto. -Ese es mi cabrón, sóplale. así. chingón. -Otra vez. mi Grafitos. otra vez, y con más güevos. -Rey. mochis. saquen. para que me sienta más acá. Grafitos toca· junto a Rafael. Sus ojos se mueven junto a las manos que llevan a la armónica de un lado a otro de la boca. Improvisa muy bien cada ritmo. cada nota. Grafitos dice que antes tocaba en un grupo de rocle. que les iba bien, que ya la estaba haciendo. -Pero ni pedo. Así es la onda "¿no? A ratos la levantas y a ratos te lleva la chingada. Después, acompañado del Grafitos, Rafael interpreta Dama en la carretéra: Conocí a John Reed por la ventana del tren era noviembre Salud~ a John Reed desde mi bicicleta caray tus piernas arriba de un vagón grande por la carret.era

una mujer cualquiera te hablaría de amor Saludé a John Reed desde mi ventanilla "muro de arcilla es mi país mujer mujer cereza loca el mar viene te toca arriba de un vagón grande por la carretera una mujer cualquiera te hablaría de amor Conocí a John Reed desde la venta del tren era noviembre un Ford 20 un villista una canción -comenzó la guerra un Ford 20 un villista una canción comenzó la guerra Conocí a Jonh Reed por la ventalla del tren era noviembre era noviembre era noviembre..

• • • Arturo Meza tiene la guitarra. Sus dedos alargados y puntiagudos se deslizan por las cuerdas de la guitarra como serpientes entre piedras y matorrales. Arturo deja escapar un hilo de voz que poco II poco se va haciendo grave, gutural: "Estoy cansado de besar el mUfO frio! de navegar en los pasillos! de mirar el ventanal! de ver morir en el vacío! a cien caballos! uno a uno arrofÚrse serenamente". Su voz se transmite directa por los ojos de los hombres de beig. vibra en las piernas. suda en las manos. "Amar es nuestra meta. nena". dice, y parece que cada sílaba es un río tranquilo y azul. parece un árbol meciéndose suavemente por un viento cansado. Los hombres de beig están ardiendo (como si ardieran en ginebra). aplaude con gran euforia, aplauden con gritos. dando zapatazos al piso de cemento, percutiendo en las butacas. Sin embargo no todo tiene un final feliz. Y aparecen los hombres de azul. La luz cegadora de las lámpaI ras de mano nos mancha. Y una voz que ordena: -Orale. a los dormitorios. ya. avanzando. -Orale no te hagas pendejo... -Rápido. adelante, adelante; tú no te quedes.. y las macanas reafirmando la orden. La luz buscando en cada milímetro del salón. abajo de cada silla. -Disculpen, jóvenes. pero no se pueden quedar"más tiempo. Perdonen. es que la luz, ni modo. Será para la otra. Arturo. Rafael. Mario. dos amigas invitadas y yo comenzamos a guardar los intrumentos en los estuches. Los de azul nos vigilan atentos. desconfiados. Mientras avanzamos hacia la salida vel1\os los dos cerros que flanquean el penal. Son las únicas cosas en que la mirada puede descansar de la monótona tarea de explorar la extensión de los muros rojizos. Después. uno a uno. pasamos por una máquina que verifica si traemos la mancha de tinta indeleble en la mano derecha. Es una especie de abretesésamo que surte su efecto en los custodios que al descubrirla sonríen ampliamente. satisfechos de cumplir al pie de la letra con su labor. Ya ep la calle me atraviesa una idea: el Conde escribiendo con Reed y las piernas de una dama en la carretera; el Grafitos traspasando al blues de la armónica una sola frase, siempre la misma: "estoy cansadode mirar el muro frío/estoycansado de mirar el muro frío/estoy cansa... " • . 37

PARAGUAY: El niño que aspiraba a

ingresar a.1libro Guinness -~-

Carlos Contreras

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ue precoz desde su más tierna infancia. Los investigadores que le ban seguido la pista desde aquellos años, creen haber I descubierto las causas por las cuales, desde aquel entonces y hasta los días actuales, ha mostrado una surrealista preferencia por una mancuerna comestible; es la que le ha acompañado a sol y sombra en las distintas etapas escolares, en su paso por el instituto militar que le acogió virilmente o en sus campañas políticas electoral~ al conjuro del Partido Bicho Colorado: invariablemente, salchichas con chucrut junto al clásico mate, ese brebaje maldito que hace las delicias de vastos sectores d conosureños con el monótono accionar del chupa -que te chupa, y que tome el que sigue. La explicación no ha sido muy complicada. Ambas _vertientes alimenticias provienen de los ancestros y de sus respectivos ramajes genealógIcos: salchichonería por el lado de aquel padre bávaro (no confundir a clausurado), alcanzó a leer que iba I I

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a tener satiSfacciones con el hobby de la carpintería. Fue precisamente el día en que le serruchó el piso presidencial al "colorado" Federico Chávez, vigésimo octavo primer mandatario del país en este siglo y, si algunas calculadoras no fallan, centésimo décimoquinto gobernante a partir del momento en que a Carlos V se le ocurrió la brillante idea de enviar a Pedro de Mendoza al Río de la .Plata. Diez año~ más tarde, en 1964, cuando ya iba entrando en calor en eso de sentirle el gustito al mullido sillón presidencial, alcanzó a escuchar en un programa de horóscopos que emitía Radio Nandutí (por entonces, claro, n~ se había visto forzada a silenciar sus trasmisiones) que para 'su ' signo se concretaría una jornada muy dulce, fresca y sabrosa. Esa señal astrológica lo decidió: promulgó la Ley 246, anduvo cerrando unas 60 fábricas de refrescos y le dio semáforo verde a la Panamericana Paraguay Refresco S. A. que, por si alguien no adivinó, no era sino una subsidiaria de la poderosa Coca Cola. Aun sin estar enterados de lo que otras cartas astrales le anunciaron en su oportunidad, es posible detectar que en ciertas ocasiones deben haber hecho alusión, directa o indirecta, a algunos rubros en los que puso manos a la obra (y así quedaron esas mIUlOS, en beneficio de la nación): desde la industria textil a la de carne, desde lliS concesiones militares estratégicas hasta la actividad de los bancos en función de los capitales grin-

gos.

De todos modos, y a esa altura del partido, podía sentirse satisfecho con algunos acercamientos que había logrado concretar en aquell05 años continuados de sartén por el mango presidencial. Desde aquella tierna etapa de lactante en que cayera ante sus celestes ojos un ejemplar del libro de récords "Guinness", soñaba, deliraba con figurar algún día en sus egregias páginas. Pero ¡ojol nada de aterrizar en ellas como recordista en las comilonas de huevos duros y perros calientes, o de infinitos litros de cerveza enviados a la bodega estomacal, o de acuerdo con la cantidad de cigarrillos consumidos uno tras ofro, o por medio del lanzamiento de flanes o ladrillos hasta apreciables distancias. No. Nada de eso. Faltaba menos. Nuestro héroe aspiró siempre, desde pequeño, a las grandes empresas de tipo político y a figurar entre las egregias personalidades de la historia de todos los tiempos. . Sabía que tarde o temprano, infaliblemente, h~ría de llegar su turno. Hasta tanto ello sucediera, hasta tanto el semáforo histórico hiciera. tr~)Dar con intermitencia el alerta rojo (con per-

(Alíni~o

retrato

hablado de un dictador)

dón del color, obviamente) indicando que su ingreso al "Guinness" ya era un hecho, anduvo ensayando con otros capítulos menos comprometidos, digamos, hasta lograr cifras y porcentajes medianamente aceptables para sus aspiraciones mayores de figuración. Sin ir más lejos, logró ubicar al p~ís cuya batuta presidencial esgrimía en el primer lugar de mortalidad infantil dentro del continente latinoamericano; aun con todos los esfuerzos llevados a cabo, ímproba tarea según constancias, no pudo arribar a la primera colocación en dos áreas en las que le interesaba competir y, obviamente, triunfar: la de los deprimentes exiliados repartidos por doquier -siempre hay miUcos y juntas militares del Cono Sur que logran hacer mejor letra en esa película numérica de rajes y desarraigos-, y aquella otra en la que siempre estuvo dando la lucha en finales que algún aficionado a las carreras de caballos llamaría, por lo reñido, como de "cabeza a cabeza": la de los bienvenidos ex nazis que lograron esquivarle el bulto a lo de Nuremberg. Sin hablar, por supuesto, de la magnánima hospitalidad brindada a terroristas (en serio) fugitivos, a integrantes de Triples Aes venidos a menos, o á directivos y jerarcas de regímenes militares que ~n algún momento nada gracioso -para ellosse quedaron circunstancialmente sin chamba fija, por aquello de los accesos a la democracia que le dicen. Para su satisfacción personal, con todos estos rubros al menos ha obtenido una buena y dignísima ubicación en el capítulo internacional deinquilinosin~bles.

No les van en zaga en este ranking -Dios nos libre que así ocurriera- los porcentuales que dan cuenta del reducidísimo (no reducido, sino reducidísimo) número de familias a las que pertenecen las tres cuartas partes de las tierras de este país comandado por nuestro personaje, así como -otro notable esfuerzo para arribar a este resultado conmovedoramente patriótico- el hecho de que 15 de las 18 industrias nacionales se hallan "controladas" (forma elegante de no decir domilUIdas integralmente) por el capital extranjero. En buen romance, se importa casi todo -se la salvan raspando el algodón y la soya en materia de exportaciones- y oj course, el agregado de las cuestiones ilegales del contrabando y del tráfico de cocaína y mariguana. Estas últimas casi no las consignamos en virtud de que son sabidas por media humanidad, y también porque no deseamos perder el tono de virginidad que sobrevuela a lo largo y ancho de estas cuartillas y de su personaje protagónico. Pero para qué nos vamos a engañar con toc:105

estos rollos que, a fin de cuentas, no son sino pamplinas: el anhelo de nuestro héroe llevaba (y lleva) aspiraciones mucho más importantes y trascendentes en cuanto a incorporar su nombre y apellido al de aquellos afortunados que ya pululan en las páginas del "Guinness". Todas las aproximaciones posibles a la calidad de récords, no tenían la mínima comparación con aquel sueño mayor similar al primer premio de la lotería de vida: ni la ubicación cuantitativamente privilegiada de los campesinos en el ranking de las miserias, ni el porcentaje de grupos de familia -estas sí, privilegiadas en serio- que se adueñaron de las tierras más fértiles y ricas, ni cualquiera de los otros datos que se suman a lo de la mortandad infantil. Entre ellos, para no aburrir, el promedie de vida del campesinado que oscila entre los 35 y 38 años, la desnutrición y falta de proteínas, las condiciones precarias, infrahúmanas, de las viviendas de barro y paja en que desarrollan sus vidas, y un ldlo de etcéteras complementarios. Nada de esto ha sido prioritario en la aspiración de figurar de nuestro carismático líder. Ha ocupado sí un respetable lugar dentro de esa escala aspirante a hacerse un lugarcito dentro de los famosos récords "Guinness", al igual que pudieran serlo la cantidad de "expertos" de la CIA (buen porcentaje, sí, sí) que es posible contabilizar por esos lares, los de la misión militar norte-. americana y su injerencia en asuntos de uniformes, y de los otros, o la de muchos presos políticos que -por su cuenta, y si no tuvieran que pedir permiso- podrían también presentarse en algún "concurso", y no precisamente de Míster Universo sino en algún otro auspiciado por algu- . na Comisión de Derechos Humanos, ostentando -en lugar del clásico numerito de participante- la cantidad de años que llevan sobre sus espaldas en estrechos calabozos, exponentes máximos del hacinamiento. Habrá que insistir: nada de esto se ha constituido, desde su niñez, en la expectativa suprema de este Supremo Yo en miniatura. Los vientos corren en otra dirección. Aunque hay una suma de dignísimos opoqentes, nuestro Jerarquizado personaje no pierde las esperanzas de ingresar a esa suerte de "salón de la • fama"' que, en lugar de beisbolistas o boxeadores, ofrece la imagen escrita de gobernantes y dictadores. Según él, lo va a lograr. Afirma que se halla en inmejorables condiciones físicas como para arribar (lo declaró alguna vez) al año 2000. Ya barrió con varios de esos nobles adversarios:

Somozas y TrujQlos en el ámbito de Latinoamérica; trasponiendo las fronteras de su patria y dirigiendo la mira hacia el Continente Europeo, se halla en camino de superar a su ídolo Francisco Franco, alias el generalísimo, o al portugués Oliveira Salazar. En cambio, Ferdinand Marcos y los Duvalier -estos últimos divididos en dos- . no han sido sino nenes de pecho en aquello de ir pasando las hojas de los almanaques y ntabili-' zando los años de sus regímenes. Y encima, ni han tenido capacidad para aguantar una levan- . tadita popular... Qué poca. Nuestro hombre en Asunción se acerca cada vez más, redondamente, a -su añejo objetivo. Aquel que se ha ido plasmando desde que alguien (la historia no menciona de quién se trataba, pero según parece fue en un cumpleaños de la tierna edad, mismo en el que recibió también un ejemplar de Mein Kampf) le acercó aquel fascinante Libro Guinness de los records. A pasos agigantados se acerca a la meta. Para ser más precisos, a la sección del libro que brinda cabida a los estadistas que han dirigido, por más tiempo, los gloriosos destinos de sus respectivos países. Por estos dias, humilde y esforzadamente, ha .aceptado cargar con ese enorme peso que representa el rango presidencial. Una vez más, han debido rogárselo las masas populares. Le ha costado la decisión, pero se sacrificará nuevamente por su pueblo presentándose como candidato a las elecciones de 1988. Según las estimaciones que se vienen barajando desde los anteriores periodos quinquenales de elecciones, en las del próximo año le toca triunfar con un 89,225 por ciento de votos. y si llega al final de ese nuevo mandatQ,sanito y gordito, rozagante como ahora que tiene 74 años, sí que habrá avanzado enormemente en el logro de aquella aspiración que lo tiene a mal traer desde que era un inocente párvulo. La de figurar en el libro de récords "Guinness"' en el capítulo de quienes han tenido por mayor tiempo consecutivo la manija presidencial entre sus garras. Ojalá que pueda concretar ese sueño pleno de ternura dictatorial. El mismo que sólo podrá ser coartado (sería lamentable) por aquella señora .de la guadaña que no sabe de plazos ni postergaciones. O por algunos alocados~ de esos que nunca faltan, a quienes se les ocurra la peregrina idea de interrumpir los treinta y tantos calendarios pletóricos de dicha y felicidad vividos por la ciudadanía paraguaya. 39 1

(

EL ROMANCE DEL PADRE KINO:

Cómo no hacer una película en México Gerardo de la Torre

,i BAR ESTUDIOS CHURUB.USCO (OlA) rente a una mesita del ruidoso bar, lleno en su totalidad, tres JOVENES CINEASTAS: MUL, lOSE LUIS YDIEGO, discu\ ten disfrutando sus tequilas. DIEGO: ¿Para qué las escuelas de cine si finalmente no podemos hacer cine? Vas meses o años con tu proyecto bajo el brazo y nadie te lo acepta porque ¿quién eres? ¿qué has hecho? ¿qué premios has ganado? JOSE LUIS: Para ingresar al sindicato tienes que hacer una película industrial, y para hacer una película industrial debes pertencer al sindi· cato. No hay salvación. . RAUL: A mí la industria me importa un cacahuate. Yo seguiré haciendo cine marginal, como quiera y cuando quiera. JOSE LUIS: ¿Y cómo financias? RAUL: Instituciones benévolas, amigos generosos, rifas, anticipos por la distribución. DIEGO: ¡Ajá! ¿Y quién va a distribuirte? RAUL: Distribuidoras marginales. JOSE LUIS: Claro, y vendemos el alma al público de cíneclubes. RAUL: También puedes vel)der derechos para video. Los gringos necesitan material para la faja fronteriza. DIEGO: Yo estoy hasta la madre de hacer antesala en Imcine. Ellicehcíado llegará más tarde, el licenciado no vendrá hoy, el licenciado ya se fue. ¿Existe el director de Imcine? JOSE LUIS: (En plan confidencial) ¿Saben quién está a punto de levantar Ul) proyectazo? LOS OTROS DOS CINEASTAS preguntan quién. José Luis se los dice al oído. RAUL: ¿Qué'proyecto? JOSE LUIS: Padre IGno. Parece que ponen la plata un par de secretarías de Estado. Dicen que va a costar un lanal. DIEGO: Apuesto a que- se les cae.

F

CORTE A: PLAYA PUERTO ESCONDIDO (DIA) Es una playa larga y solitaria. El sol cae casi a plomo. El GUIONISTA 2, sentado en la arena, escribe en un cuaderno de tapas rojas. De vez en vez alza la mirada y otea el mar, pensativo, mordisqueando la tapa del bolígrafo. A su lado, 1>040. ,. '

cabajo, tendida sobre una toalla, se encuentra BERNARDA, mujer morena, requemada, atractiva, de unos 30 años. El GUIONISTA 2 se vuelve hacia BERNARDA. Le habla. GUIONISTA 2: Kino es una historia de sueños frustrados. Este jesuita deseaba ir al oriente y el destino lo llevó a la Nueva España. QuisO fundar misiones en la Baja Calüornia y tuvo que hacerlo en Sonora. Sin renunciar a sus sueños supo enfrentar la realidad. Salvando incomprensiones, dificultades del clima y de la geografía, el desconocimiento de las lenguas indígenas, el misionero evangelizó, introdujo nuevos cultivos y la cría de ganado. Para Kino, antes que cristianos los indígenas debían ser seres humanos. BERNARDA: M.mmjú. GUIONISTA 2: Primero planeamos cinco programas de una hora para televisión. Después se decidió hacer un filme de dos horas. Junto con siete tomos de información, vino el anticipo. Y a trabajar. Tomás estaba en el hospitaL El GUIONISTA 2 vuelve la vista al mar y pe manece mirándolo. CORTE A: OFICINA DEL GUIONISTA 2 (DIA) -FLASH BACKUna habitación pequeña y modesta. Hay un escritorio repleto de papeles, máquina de escribir, un vaso y una botella de ron. En una pared lateral se advierten fotografías de Ralph Ellison, Poe, Hemingway, Hammett, Dos Passos. El GUIONISTA 2, hojeando un grueso libro, toma notas. SFX: TIMBRE DE TELEFONO. El GUIONISTA 2 remueve papeles yencuentra el teléfono.. Descuelga la bocina. GUIONISTA 2: Bueno... Sí, sí... ¿Cómo va lo de Tomás?. Un par de semanas, sí, ni modo. Pero con tal que todo vaya bien ... Sí, yo me encargo de la línea argumental ... Pero me voy a Puerto Escondido unos días ... Claro que sí, voy a trabajar... Sí, lo anoto, el día 14 con los asesores. No hay problema... Estamos en contacto. . .f;l GUIONISTA 2 cuelga. Continúa tomando notas. Da un largo trago al ron de su vaso. CORTE A:

PLAYA PUERTO ESCONDIDO (OlA)

LA PAREJA permanece en actitudes semejantes a las de la primera escena. GUIONISTA 2: Tengo que regresar pasado mañana, a la reunión con los asesores. BERNÁRDA se da vuelta, levanta el torso. BERNARDA: Yo me quedo. Y en dos días nos vemos de nuevo aquí. O DO. Mejor en Ouaca. ¿Sale? El GUlONISTA 2 asiente perezoso. CORTE A: OFICINA DE LOS ASESORES (NOCHE) Bajo una potentísima luz, el GUIONISTA 2 ~ rodeado por DOS .ASESORES y DOS FUNCIONARIOS. Es uq cuarto desnudo, el GUIONISTA 2 se halla sentado en un banco. ASESORES y FUNCIONARIOS permanecen en la sombra. El GUIONISTA 2, ante los asertos de los demás, asiente siempre. ASESOR 1: ¡Tenernos que apegarnos fielmente a los hechos históricosl ASESOR 2: IEl padre Kino era un religioso, no lo olvidemos! • FUNCIONARIO 1: ¡Hay que cuidar los costos de producción! ¡Nada de locurasl ¡Nada de locuras! FUNCIONARIO 2: ¡En su totalidad, el guión tendrá que ser aprobado por nosotros! ASESOR 2: ¡Se dice que pretenden ponerle una amante al padre Kino! ¡Es inadmisible! El GUIONISTA 2, al fin, con timidez, se atreve a hablar. GUIONISTA 2: No es una amante, es un amante. . CORTE A: ALBERCA HOTEL OAXACA (OlA) El GUIONISTA 2, sentado en una silla de jardín, escribe en su libreta de tapas rojas. A veces parece meditar. A un lado, sobre el piso, tendida en una toalla, BERNARDA yace bocarriba al sol. GUIONISTA 2: Tengo casi lista la línea argumental. Mañana comenzaré a escribir las primeras escenas. Y de regreso comenzaré a discutirla.'" con Tomás. Está muy bien. BERNANDA: Mmmjú. CORTE A:

SALVATIERRA: ¿Sabéis lo que se murmura? KlNO: Conozco bien a los españoles. Desde California sé que sacrifican los grandes ideales a los pequeños intereses... y no me refiero sólo al reino de Dios, hablo del futuro de una nación, de la armonía que existiría sólo cuando los naturaleS sean reconocidos como seres humanos. SALVATIERRA: Corren rumores de que tratáis muy mal a los indios. Que los esclavizáis en la agricultura y en la construcción. 533. SAETA muestra su contrariedad con un gesto. 534. laNO: y que mato a mi gente con los Santos Oleos... Lo sé y sé de donde viene. CORTE A: BAR ESTUDIOS -cHURUBUSCO (NOCHE)

INTERIOR MlSION MAGDALENA (DIA) 112. El PADRE KINO entreabre los labios dificultosamente, romo queriendo decir algo. Lo único que consigue es emitir sonidos ininteli· gibles. . El PADRE GOÑI acerca un oído a la boca de K1NO. Este hace un esfuerzo: UNO: El hermano Javier... El padre Saeta... Quiero que él ... que él escuche mi confesión... El padre Saeta, que venga el padre Saeta... ¡Ay, esta dilatada Pimería.. ! CORTE A: OFICINA ALTO FUNCIONARIO (DIA) En el elegante despacho, los FUNCIONARIOS 1 y 2, informan a su JEFE, un cincuentón de gafas negras, rostro impenetrable. FUNCIONARIO 1: ¡Se está convirtiendo en un proyecto desorbitado¡ ¡Extras, caballos, incendios, batallas! FUNCIONARIO 2: ¡Hablan de construir un barcor ¡Y además, en el desierto! FUNCIONARIO 1: ¡Y para coimo, afirman que sobre lo histórico debe privar lo cinematográfico! EL JEFE mueve la cabeza, no se sabe si asintiendo o negando. JEFE:.Voy a estudiarlo. Lo estudiaré.

En el bar semivacío y ~ penumbra, los mismos TRES JOVENES CINEASTAS, beben tequila alegremente. JOSE LUIS: Parece que lo de Kino va muy bien. Están en el tercer tratamiento del guión. y ya ca- . si tienen el reparto. RAUL: Diseño de vestuario, locaciones, plan de rodaje. DIEGO: Lo malo es que el presupuesto crece y el dinero no fluye. MUL: ¡Cómo no va a crecer! Los costos"aumentan cada día. Eso que llaman inflación. JOSE LUIS: (Levantando su copa) ¡Salud! Los tres JOVENES CINEASTAS beben. DIEGO: No entiendo a la gente. Cuando se metieron en lo de Kino sabían que iba a ser un proyecto caro. Y ahora, ante las cifras, comienzan a r¡¡juse. RAUL: y a ti, ¿ya te recibieron en Imcine? DIEGO: La semana que entra. El licenciado anda de viaje.

CORTE A: OFICINA DEL GUIONISTA 2 (NOCHE) Una lámpara de mesa ilumina el escritorio del GUIONISTA 2, particularmente la máquina de escribir en la que teclea. Enfrente, sobre el escritorio, BERNARDA ojea una revista de modas. El GUIONISTA 2 interrumpe su trabajo. GUIONISTA 2: Después de cuatro meses le estamos viendo (orma y final al guión. Habría que

la cultura en MEXICO en la cultura SLN)k~Ill('Ilto de Si('nlPn.~!

COBTEA:

OFICINA TOMAS (DIA) En un pequeño despacho atestado de libros de cine, TOMAS teclea frenético en una vieja máquina de escribir. SFX: TIMBRE DE TELEFONO. TOMAS interrumpe y toma la bocina del teléfono que tiene a un lado. TOMAS: Sí, Tomás... Bueno, estoy trabajando en las escenas de los guaycuros... Perfecto, tú sigues con lo de los cochimíes y el viaje a la ciudad . de México... Sí, mañana nos hablamos. Habrá que comenzar con la Pimería... Eso. Hasta luego. CORTE A: PUEBLO DE COSARI (DIA) 532. SALVATIERRA se detiene, mira fijamente a KINO:

Dlrmor GftwNl: J- '1IIés LIeIltO· Dlr:mor: P8C.'O Ip.clo Taiho 11 J~, • r~: Gerardo ele la Tor.'e 1JMfdlo: Beatriz Mira

IIM«r1Óf1: FrandIro Pérez Arce. Maurido- Ciechanower. Ro,eelio

VUJcaíno. Emtllano Pérez Cruz. Luis Hernández. ec.me Ornelas. Jorr:e llelarmlno FemúdeE Tomás. Jesús Al\a~'a ftoIiq•• Andres Ruiz. Orlando . Ortlz. Vldor Bonqulllo. Juan Manuel Pa~·án. Héctor R. ele la Vep. Carlos Pull. A.... Valtlerra, Pilar Vázquez. ArtnUdo Castellanos.

comenzar el rodaje en febrero, en marzo a más tardar. Luego, el calor es insoportable. BERNARDA asiente sin levantar la mirada de la revista. . El GUIONISTA 2 muestra gran enojo. GUIONISTA 2: Mi trabajo no te interesa para nada, ¿verdad? BERNARDA: (Con la mirada sobre la revista) Mmmjú. Encolerizado, el GUIONISTA 2 saca la hoja que tiene en la máquina, la rompe y, hecha una bola, la arroja a la papelera. Toma otra hoja y, meneando la cabeza como si no pudiera creer en .nada, la hace correr en el rodillo. Teclea con furia. CORTE A: EXTERIOR ZONA SEMIDESFJ\TICA (DIA)

1000. De uno y otro lado aparecen GRUPOS DE PIMAS, en su mayoría MUJERES y NIÑOS: TODOS LOS GRUPOS convergen en esa gran. masa que sigue a K1NO. . 1001. De lejos, vemos al PADRE K1NO avanan,. do seguido por la MULTITUD. Es como si fuera una gran procesión que tiene algo de pagano. 1002. Conforme KINO se va alejando, aparece -EN SOBREIMPRESION- el siguiente texto: EUSEBIO FRANCISCO K1NO MURIO EN MAGDALENA EL 15 DE MARZO DE 1711. MURIO COMO HABlA VIVIDO, SOBRE PIELES DE CARNERO, UN APAREJO POR CABECERA Y DOS FRAZADAS DE INDIO. NI SE DESVISTIO, NI PIOlO COSA ALGUNA. FIN CORTE A: OFICINA ALTO FUNCIONARIO (DIA) El JEFE está echando una mirada a un libreto ciIíematográfioo. Lo cierra. En acercamiento vemos que se trata de el guión para el filme Padre lCino Entra a cuadro la mano del JEFE, que empuña un sello que deja caer sobre la portada. Al levantar el sello, descubrimos que ha mareado: PROYEcro CANCELADO.

FIN Este sí, el verdadero fiJu'..j

Portugal, isla a la deriva Hans Magnos Enzensberger ¡

(11 Y último)

I

o sé quién es Xavier PiJÍtado, jamás le he visto. En la foto del tamaño de UD sello que aparece en el periódico tiene aspecto ae alto funcionario. Pero no escribe como un tenócrata. Su artículo, que hallé en el mayor ~ ,riódico lisboeta, el DiGno de Noticúu, llevaba por titulo El resto. Nadie parece líaber tomado conocimiénto de él: no ha dado origen a ninguna polémica, lo que es mala sefial. Me he permitido traducir unos pasajes de aquel texto: : ~ "He estado en Cinebla, en un viaje de servicio que he tenido que reaJ1iar a Suiza, al país con la renta media más elevada del mundo. Cuando aterricé en Lisboa de vuelta, Portugal acababa de firmar solemnemente y con gran ceremonial el tratado de adhesión a la. Comunidad EcoDÓmica Europea." .: . "A las siete y media de la tarde vl en la parte baja de la ciudad una iglesia iluminada. Bajo el portón, delante del cancel, había dos mendigos en el suelo, Uno, medio acurrucado, alargaba la mano; el otro, colocado sobre la piedra blanca del umbral, mostraba una herida en la pierna descubierta." , ~ . "En el interior de la iglesia se h bia reunido una treintena de personas, casi t as maY0J:es. En su mayoría vestían de negro. riadas, des~mpleados, todos gente modesta. Un hombreeiJlo que pasaba ya de los 70 leía en voz débil, de la Biblia, un capítulo de Jeremías. '¡El señor ayudó a su pueblo, al resto de Israell Mira, iré a buscarlos de la tierra del Norte, y de los confines de la Tierra he de reunirlos, también a los ciegos y tullidos, a las mujeres preñadas y a laS madres'." "No escuché por mucho rato, pues me sumí en cavilaciones. Lo que me daba'qué pensar era la palabra resto." , "Veía la escena en su contexto histórico. Israel i!Staba derrotado. La juventud, los hombres y mujeres aptos para el trabajo habían sido deportados. No había quedado sino el resto: viejos, 'ciegos, tullidos, embarazadas. Aquel ruto cobró posteriormente un significado simbólico. Los pobres de Jahvé, los ontJwín, eran aquellos que carecían de voz y.de IÜJtw, de ahí que pusieran 'toda su esperanza en él Señor. El liberaría un dia 'a Israel. Tal era en esencia la esperanza mesiánica." "Hoy, me dije en mis meditaciones, loS portugueses son ese rmo en esa Europa rica en la que lacabamos de ingresar, y en la que seremos siem'pre los últimos, sea cual fuere la medida que adoptemos: la renta, la productividad, los salarios. Antes de nuestro ingreso, la diferencia entre las regiones más pobres y las más acomodadas era de 1 a 7. En el futuro, la relación será de 1 a 12, y habrá dos distritos que serán el farolillo rojo: Braganca y Beja. Allí, al igual que la miserable iglesia en medio de Lisboa, se concentra la nueva pobreza de Europa, que escucha la lamentación de Jeremías sib entender su significado. Y me pregunté: ¿Qué significa para estas gentes la entrada en la Comunidad Europea? ¿Qué tiene que ver con sus esperanzas?"

N

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"Me viene a la memoria una conferencia que pronunciara hace unos años en Lisboa Michael Emersen, uno de los más brillantes economistas de la Comisión Europea. Habló de los distintos modelos de desarrollo que pueden encontrarse hoy en Europa. El modelo po1't\1gués, dijo, no conoce más que medidas a corto plazo; -es indefinido, contradictorio, incoherente, poco razonable, y hace caso omiso de -todos Jos problemas estructurales." , u ¿Buscamos, como los demás europeos, la estabilidad, la eficacia, estrategias realistas, o preIer rimos la incons~ancia, la ideología, la huida soñadora de la reaUdad?" "Si optiun9s por la alternativa errónea, Europa tan sólo podrá prestarnos un último servicio, y será un mal servicio. Tras el periodo de transición, cuando reine total libertad de residencia, el Norte admitirá nuestra mano de obra. Emigrará entonces todo el que pueda emigrar. Y atrás, en un país que se ha quedado atrás, quedará el resto. Los portugueses se convertirán en los onowírt de Europa." En una vieja desCripción de viajes puede leerse: "La ciudad de Beja es un horrible agujefO en medio de' una llanura consumida por el sol. Sus calles yacen abandonadas; todo duerme". Yo no iría tan lejos, aunque he de conceder que la calma que aquí reina es difícil de distinguir de la desesperación. Nadie va descalzo. Los diminutos escaparates están repletos de zapatos de piel. Como en cualquier parte del mundo, un hórrido fuerte muestra sus desnudos muros y sus abandoJilados caño-

nes. La estación, solitaria, del año 1940, parece que hubiera sido construida en 1912, como su re-loj, de hierro fundido, verde oscuro, fabricado por Paul Camier, "horloger méctJníden, Rue Taibout, 6 et 16, París". También el pa.-que municipal, con su ldosko para música y su estanque de patos, es como ~ de un álbum amarillen. too Los niños, siempre que no sean niñas, co~· guen otro helado más Y se les deja hacer lo que quíeran. Como en cualquier sitio del mundo, hay demasiadas oficinas bancarias. La vieja vestida de negro, con su alto sombrero de fieltro también negro y un metro y medio de estatura, porta.sobre la cabeza un enorme atado y camina pegada a la pared. Pero su nieta lleva unos pantalones de corte vaquero amarUlo rabioso. En la barbería, magnífica brocha de afeitar, paños calientes y fríos, sillón mecánico de cromo resplandeciente como en el dentista,'. 0110 de papel en la nuca y un soporte graduable para los pies. En la delega. ción de Hacienda hay colgada una orden mfniste.. .rial de 1954: sólo se permite la entrada a las oficinas con la cabeza descubierta. Jeringas gigantes· cas para el ganadol en una farmacia veterinaria. El claustro del monasterio, una ruina -en desmoronamiento; en la sección de celdas se ha instala. do un cuartel; en el antiguo tomo se está insta· lando un despacho. El instalador es pajarero de segundo oficio. Junto a unas tenazas para tubos se esparcen bolsas de cáñamo. Como en todos los lugares del mundo, el cine es el último reIugio: en el Explanada exhiben Alcotroz, con Clint Eastwood, y en el Bellasvistas' &posmoI eróticos. Los desempleados juegan al dominó en el café La

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Colmena, fundado el 10 de julio de 1951 por Carlos Augusto L~a, pero que más bien parece un café de 1921. No hay mujeres aquí, pero sí, en cambio, un ventilador que chirría, un halcón disecado y una báscula para persbnas, sin dueño reconocido. Para la fiesta del Primero de Mayo, un cartel anuncia carreras del galgos. Los canes levantan las patas en el aire. En el suelo·crujen los papeles de envolver azúcar, restos de pan y cáscaras de cacahuates. Palacetes nobiliarios blancos como la nieve hospedan las oficinas de partidos Y sindicatos. La casa del partido comunista aparece desierta. Todas las puertas, abiertas de par en par. En los estantes amarillean los discursos de Brejnev y las tractoristas risueñas. Finalmente, un inválido sale arrastrando los pies de detrás de un tabique de madera. No sabe nada de nada. Por delante de las raras tiendas de modas pasa raramente un asno trotón. Y de cuando en cuando, un moped: motor diminuto, ruido ensordecedor, silencio. Barrio alemán

Hacia las afueras, junto a la carretera de circunvalación, detrás de bobinas de cables y caídos cobertizos, hay un parquecillo semisilvestre. Allí viven los gitanos desde tiempo inmemorial. Son tan pobres que ni tiendas de campaña tienen. Duermen sobre sacos en la hierba, y cuando llueve tienden encima una lona. No tienen tampoco oficio: no afilan las tijeras ni arreglan los cacharros. Tan sólo llevan consigo un par de mulas y algún jamelgo hinuto. Pues el lunes hay feria de ganado en Beja. Unos pasos detrás del campamento, en medio del Alentejo, comienza la República Federal de Alemania. Mercedes resplandecientes y furgonetas Volkswagen con tablas de surfing, delante de casas inmaculadamente nuevas. No hay ropa colgada de los balcones. Entre macizos de flores perfectamente alineados y encerrados en hormigón, una mujer rubia saca a pasear a su pachón. En este barrio alemán vive el personal del DtLwUbPIKdo de Beja. Así lo expresan los militares, con su viejo amor por las abreviaturas tácticas. Una base de la Luftwaffe alemana ha anidado en una de las provincias más pobres de Portugal. La señora rubia, casada con un inspector de bomberos que presta sus servicios en el aeródromo, me cuenta con candor. sus- cuitas en

dialecto suabio. "No se puede dejar una hamaca O unas zapatillas de deporte delante de la puerta. Por la noche desaparece todo, hasta el felpudo. Los gitanos se llevan todo lo que DO esté bien sujeto. Y luego, estos portugueses, que parecen dormidos, DO se sabe qué es lo que pretenden. La empleada, por ejemplo. Tiene muy buen carácter, eso sí tengo que decirlo, y sale barata. Pero le tengo dicho cien veces que hay que humedecer las blusas antes de plancharlas; pues no hay manera: me deja las mangas llenas de dobleces." El destino en Beja se considera en la Bundeswehr como un destierro. ¿Adónde se puede ir? Los bares son sucios y a los alemanes nos miran raro. Debe de haber muchos comúnistas aquí. Y luego, lo de las bombas: todavía tenemos el susto metido en el cuerpo. Hace un año saltaron por los aires 12 coches. Tuvo que pagarlos el seguro; estaban totalmente destrozados. Los fines de semana, todo el mundo se marcha. Todos se suben al coche y van al Algarve. Los hoteles son demasiado caros, así que se hace camping con remolque. La mujer conoce la vida de aquí. El dia y la conversación transcurren apacibles, mientras el perro se lo toma con calma. .Las instalaciones del aeródromo tienen 800 hectáreas, 141dlómetros de verjas, una poderosa infraestructura. El comandante en jefe de la base, el teniente coronel Michen, hombre eficiente, al tanto de lo que ocurre en el mundo, vestido con el uniforme rojo-anaranjado de los pilotos, me enseña los hangares, los bancos de pruebas, las instalaciones de protección de vuelo, los servicios de búsqueda y salvamento, 105 talleres de e~ónica, el almacén, la clínica, el polvorín, la' central de operaciones. Hay hasta una tienda duty- free, como en los aeropuertos internacionales. Tan sólo echan de menos con amargura una piscina y un gimnasio. La base da la impresión de una empresa industrial bien organizada: alta tecnología en vez de aires militares, especialización en vez de obediencia ci-:ga. Disuasión made in Germony como producto de punta. "Beja", me explica el comandante. "no es una base losDstica. Aquí lo único que hacemos es entrenamiento de tiro, bombardeo y vuelo rasante. En el Alentejo se puede volar a 100 metros del suelo sin problemas. No nos queda otro remedio, dada la falta de comprensión de la población alemana respecto a las necesidades de las fuerzas aéreas". Sin ningún recato se pronuncia el concepto decisivo: exportactón de ruido. "No, con los portugueses no hay el menor problema. Los contactos con el alcalde se producen sin dificultad, y la relación con la población es positiva en términos generales. Al fin Y al cabo, la base es la que proporciona más puestos de trabajo en muchos kilómetros a la redonda. Contactos privados con los militares portugueses tenemos, por desgracia, pocos. Falta de tiempo, fatiga y, luego, la barrera que supone el idioma..." Otro oficial que nos ha estado escuchando, y que por lo visto es un as en la OTAN, interviene en la

conversación. Conoce pr'cticamente todas las bases desde ATizona hasta Anatolia, pero, por lo que se refiere a las fuerzas aéreas portuguesas, si>-lo puede decir: ",Todo chatarral Desde el punto de vista técnico y de preparación son como un jardín de infancia. ¡Olvidese de los pot1Ugueses si un día se poneillas cosas seriasl" El gesto del comandante en jefe se petrificó. "Ese compañero", me dijo al despedirnos, "está aquí sólo como huésped. En cambio, nosotros.•. ¿Cómo le diría? En fin, en una palabra: no DOS gustan esos tonos." Paso la velada en la Casa Alemana. Hay chuletas a la cazadora y costillas ahumadas. La Afisión Católica Militar comunica: "Santa misa de la Camunidad militar, a las siete de la tarde; capilla de la base, bloque 111, padre doctor F. HUdebrand". Al terminar, nos quedamos charlando y disfrutando de la mutua compañía. Después de la tercera cerveza vienen las historias. "Por ejemplo, el .problema. de la bandera negra, roja y dorada. En suelo portugués sólo puede ondear la bandera portuguesa. En eso han hecho mucho hincapié. No sabemos si estará escrito en alguna parte. Desde un punto de vista formal, la base está bajo mando portugués. Ni siquiera el Secretario de Estad~, qlle vino hace poco de Bono, pudo convencer .del otra cosa a esos señores de Lisboa. ¿Qué podíamos hacer? Al final optamos sencillamente por colgar nuestra bandera de la ventana. Y luego aquel asunto del perro. No, no era un perro pachón; era un coQie neurótico. La dueña, mujer de un suboficial, no era tampoco muy estable. Sufría dificultades de adaptación, se dijo, sobrecarga psíquica. El caso es que se le fue la mano cuando un chaval le hizo daño al perro. ,No vea cómo se pusieron los padresl Estos portugueses. Se habló de maltratos a la infancia. Se llamó a la policía. El proceso está aún pendiente. Pueden pasar años antes de que se vea el juicio y para entonces la autora del incidente hará ya tiempo que ha vuelto a su casa en el Sarre o en el Alto Palatinado. Sea como fuere, son historias desagradables. Yo di~a que son conflictos intercu1turales: para los alemanes, el perro es sagrado, y para los portugueses lo es el niño. Pero, por lo demás, no tenemos aquí ningún problema." l

El. placer de estar triste

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En la noche más corta del año no habla casi una

• 1

Loure~

me lanzó una mirada como si le hu. "Ni hablar", dijo. "No me puedes pedir una 03ia.así. Considero mi obligación", pro5iguié-en tono solemne, "protegerte de esa pegajosa ocu.rreocia. Aqui. y 10 que sigue lo soltó como un recitativo. mudando la voz. "aquí encuentra el alma portuguesa su expresión musical en el fado. que te produce una maravillosa tristeza. ¡Sí. señor! La búsqueda de un dolor ioemnguible, el paladeo de una desgracia innombrable, la esperanza de la desesperación. No hagq más que citar lo que te susurran todas las guías turísticas que se han escrito sobre Portugal. Yen la línea siguiente encuentras la palabra sobre la que sólo hay una cosa cierta: que es intraducible. Saculadel ¡Fondo primigenio del alma portuguesal Ese es el lamento que lanzan esas señoras en la Adega Mes.quita, con los ojos cerrados en éxtasis. ¡Melancolíal ¡Cruel destino! O gono de Iet' trútel Y tienes que oírlo en silencio reverente, y pobre de ti si no lloras con las guitarras. ¡Qué profundidad! ¡Qué imbecilidad! Tenemos que tomarnos otra copa a la salud del fado." Habíamos recalado en un bar aburridamente vacío. Aparte de nosotros. ao había más qUé una pareja de enamorados cuchicheante en esta cueva crep~ar. forrada de terciopelo rojo. que producía la impresión de un panteón. Louren~ no había acabado aún su perorata. "Portugal es el único país del mundo en el que los adultos lloran y se recrean en su propia inanidad. ¡Ya sé lo que vas a decirmel Que todos los pueblos tienen su kitltch, su lado cursi. Y lo veDerano Pero nadie cree tan profundamente en el ahsurdo como nosotros. El kitlch es nuestra religión. ¿Y por qué? cabe preguntar. Porque a nadie le es tan necesario como a nosotros. El fado es el nimbo de nuestra ignorancia, la aureola que le hemos puesto a nuestra miseria. No es de asombrar que Baudtu/.e no tenga traducción. ¡En todo el mundo no hay nadie, más que nosotros, que se sienta orgulloso de estar acabado! ¡Salud!" "Bueno, ¿y qué?" le interrumpí. procurando mostrar tacto. "No tiene tanto de extraño. Toda mentira en la vida tiene su grano de verdad." "¡Tanto peor! Si es verdad que tenemos un trapo mojado por alma. ¿quieres que me ponga a llorar conmovido? ¡Me importa un pito esa alma! ¡Prefiero a un gánster, a un especulador, a un chaval que se prostituye!" Pude ver con el rabillo del ojo que la pareja del rincón se levanta~ precipitadamente. El timido y cortés Louren~ estaba irreconocible. "¡Benditas sean las multinacionales!" Ahora casi gritaba. "¡Bienvenida a Portugal, mM! ¡Bienvenida la brutalidad alemana, el bulldozer Jl.D1ericano! ¡Es normal! La codicia, el cáncer, la explotación, todo normal. ¡O. si quieres, el existente reall ¡Cualquier cosa antes que éste serial r:adiofónico que se tiene por profundidad del almal" Se detuvo y me miró sarcástico. No puedo garantizar qué es lo que pasó después. a POCO.

biera 1lJDeDaZllOO con -un cuchillo.

sola nube. Una brisecilla subía clesde el río hasta la terraza en la que habíamos cenado. "Todas las interpretaciones de Wittgenstein al uso", decía Loure~. mi más rec¡iente amigo, "fallan en este punto capital." I Probablemente tenía razón, perq, por desgracia, no puedo comunicar al resto del mundo las demostraciones que me expuso. Estaba demasiado ocupado admirando el respl*ndor rosáceo que los últimos rayos del sol .arrojaban .sobre el muro rosa ante el que estábamos Isentados. No tenia esta luz nada de lechoso ni neblinoso. Louren~ Vaz me había gustado primera vista. Sabihondo. tímido e indiferen , con sólo 22 años, se me antojaba UD niño piodigio. Estudiaba matemáticas. Aunque no tenía un céntimo -su padre era un representante de productos farmacéuticos fracasado y vivía de una pequeña pensión-o se movía como si tuviera Lisboa a sus pies: medio dandi, medio enfant terrible. Le pedí que me condujera por la ciudad de noche. En las diminutas tabernas detrás del teatro Nacional, las apreturas eran incesantes. El aguar. diente de orujo que se tomaba aquí era fuerte y barato. Lourenco hablaba un alemán preciso y : pulido. Tras el tercer btJg~o conseguí apartarle, : con una pregunta hecha ex profeso. de GiXie1, i Tarslti y las antinomias de la axiomática, y nos \ pusimos camino de la ciudad alta. Ya había anochecido entre tanto. Se detuvo ante una casa cuyafachada estaba recubierta de tablas claveteadas. "Este es el local al que hay que venir", me dijo. . "Y no me preguntes por qué. Al parecer, se reúnen aquí los jóvenes intelectuales. ¡Mira eso!" La entrada estaba rodeada, en efecto, de figuras de la movida de moda. y el control de los era inexorable. Para sorpresa mia, LourenQO pudo entrar en seguida y también yo pude gozar de un whislcy tibio y una música atro- . nadora. No era posible mantener una conversación. Pronto~uimos de allí. Fuera pululaban actores y actrices entrados en años, carteristas. señoras peripuestas. pequeños ClJmeUos. turistas. por las estrechas callejuelas. El lujo se había instalado en medio de un barrio pobre. En la Rúa Diario de Noticias. una voz femenina, ronca y quejumbrosa, salía de un sótano. "Nunca he estado en un local de fado", dije. "La verdad es que va siendo hora de que lo es. cuche. ¿Tú vendrías?"

r

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rostros

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roco

yo tampoco tenia la cabeza muy clara. "Te voy a decir una cosa". empellÓ, más o menos, de nuevo. "Nunca ha existido el alma portuguesa. Lo be estudiado. ¡Es todo litel'atural Un invento de los extranjeros que en el siglo XIX se venían aquí a disfrutar de sus rentas. cansados de la civiliZllcióll. fODNÍ!ntic05 de guardarropa... Fueron ellos los que se lo ucaron de la manga. ¡Y nosotro5 caímos en la trampal Ni siquiera las ilusiones más idiotas han aeciclo 81 nuesbo propio estiércol. U..... tieoeo el progreso y el dinero, pero su vida es fria. vacía, carente de alma. ~o­ sotros no tenemos qué comel'. pero. en cambiq, usufructuamos la condición humana. La pobreza es un resplandor interior'. 'EtIo es10 bonito en Portugal. _uJ4de. Puede contratarse en cualquier agencia de viajes. ¡Sencillamente COIlIDOVedor! Precisamente todo aquello de lo que huís en vuestro país como de la peste. os psta aquí: nuestros can'OS de bueyes. nuestra alfarma, nuestra primigenú!dal y nuestra alma lastimera." Acabé por llevarle a casa. a pie, atravesando plazas desiertas. por empinadas escaleras. Una vez tuvimos que apartarnos para que no nos mojara. con su chorro de agua el camión que iba limpiando las calles, y tengo la sensación de habernos cruzado con el violinista ciego en alguna perdida callejuela. Recuerdo cómo tanteaba con su bastón blanco y la cuenca clara de su ojo apagado... Pero quizá sólo lo imagino. Delante del portal había dos putas chinas jovencísimas que parecían niñas. Por la ventana abierta de una mísera pensión salían jirones de música africana. La escalera era un pozo oscuro que parecía no acabar nunca. Por fin llegamos ante la puerta de la casa de Loure~' Se llevó el índice a los labios. porque no quería despertar a sus padres. El piso parecía un guardamuebles. Estaba atestado de armarios informes y de sillones con fundas blancas. En una mesita en la sala se apilaban libros de lógica matemática. Reinaba un olor antiguo a cera del suelo y naftalina. Había un silencio algodonoso. En una vitrina adornada con más y más trabajo de talla oscura, se guardaban patrióticas medallas conmemorativas. De golpe, me sentí totalmente despejado. A la luz de una lámpara que tenía la forma de un enorme búho de porcelana. colocada sobre una cómoda, podía contemplarse una serie de trofeos y fetiches procedentes de Timor y que colgaban en la pared. Loure~ estaba seno

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humanos. En realidad son muy poco 11mcionales. Alguna son demasiado grandes pua ser habitadas y permanecen vacias. Con las persianas bajadas esperan a sus dueños, que ..... endeud.oo por tiempo- iDdefiDido y tiefteIt qaeprestar su servidumbre penonal en Stuttgart o Amieas a eambio de sus sueftos petdftcadolJ. Se han tomado una terrible venganza COI) la tiemt que tercamente se negara a alimentarlos. El equivaJente profesional de esta arquitectura sin arquitectos se encuentra en Lisboa. El que llega en barco o cruza el estuario en un transbordador, puede ver en lo alto, sobre la fam~ silueta de la ciudad, por encima de torres y colinas, una serie de gipntelcas cajas de cartón que sobresalen, violentos cubos mal tapados con ornamentos rosa pastel o azul celeste. El centro comercial Amoreiras es el orgullo del posmodemismo portugués. El terrorista, cuidador de jardín de infancia, que ha amontonado aquí sus tacos de construcción uno sobre otro se llama Tomás Taveira, nombre que podría olvidarse con alivio si no fuera porque su portador, que una vez se presentara como izquierdista estridente, se ha convertido en. el. niño mimado de la derecha. PenaIo qÚB en cambio debe anotarse muy bien es ~ nombre de quien le encarga los trabajos. Krus Abecasis, dotado demagogo, se convirtió en 1979 en alcalde de Lisboa. "¡Cuando termine mi mandato", gritó a los lisboetas, "00 vais a reconocer vuestra ciudad!"' Y esta amenaza la ha hecho realidad Abecash en toda la medida de sus-fuerzas. El hecho de que prohibiera a los jardineros municipales plantar claveles, porque quería borrar t~ do recuerdo de la revolución de 1974, es una mera anécdota. El que haya convertido una de las calles más elegantes de Lisboa, la Rúa do Carmo, en una zona peatonal digna de una pequeña ciudad de la cuenca del Ruhr alemana o de los Midlands ingleses es una simple aberración del gusto. El que no vea la menor razón para atenerse a las leyes vigentes es un defecto de carácter. Pero, en cambio, su proyecto principal:. la destrucción deliberada de Lisboa, es un crimen que no incumbe solamente a los portugueses. Semejante empresa es posible gracias a una dirección autoritaria de los asuntos municipales, que en el centralista Estado portugués está a la orden del día. La administración autónoma de los ayuntamientos y el derecho de intervención de los ciudadanos apenas tienen raíces allí. Y por ese hueco de la democracia se introducen los mafiosos locales. Barrios enteros de las orillas del Tajo se han entregado a la voracidad de las alimañas de la construcción. La arteria ejemplar de Lisboa, la avenida da Liberdade, proyectada en el siglo XIX como réplica de los Campos Elíseos, se ha abandonado a la barbarie de los bancos. Calles enteras caen bajo la piqueta. La estrategia del alcalde es el ataque en tenaza. Por un lado, deja que la ciudad se siga deteriorando. Para ello sirve de punto de apoyo la ley de Arrendamientos, que hace casi imposible el mantenimiento de la sustancia histórica. La rutina administrativa sen!S

tado justamente debajo de estas figuras, sobre un banco de madera. Se habí~ quedado dormido. Salí de puntillas de la habitación. Desmoote Hasta bien entrado el siglo XX, más o menos hasta que comenz6 la I Guerra Mundial, los maestros constructores portugueses eran, dentro de lo humanamente posible, infalibles. Desde la capital que volvieron a levantar después del gran terremoto hfsta la más apartada aldea, crearon . una arquitectura, a lo Jargo de los siglos XVIII y XIX, que es, a la vez, espléndida y modesta, elegante y útil. No estoy hablando de los arquítectos famosos, cuyas obras adoman con estrellitas las guías turísticas. Quien sepa .distinguir entre la megalomanía y la grandeza se limitará a encogerse de hombros ante el monstruoso sarcófago de Malra o los adefesios neomanuelinos de Sintra y Bucaco. El país debe su sustancia única a infinidad de constructores anónimos que levantaroó quintas, palacios y casas de vecinos de gusto certero, de una destreza artesanal y una seguridad en proporciones que no se encuentran en ningún otro país europeo. Quien pueda pasar unos días de vacaciones en el verde paraíso del Norte, no notará en el Miño su prolongada explotación. La agricultura de pequeñas parcelas que se da en esta región se basa en una secular mitosis de la propiedad, gracias a un derecho hereditario que ha acabado por dejar unos huertos del tamaño de sábanas. A ~ a centenas de miles no les quedó más elección que emigrar. Las huellas de la miseria ya no pueden contemplarse en panorama, pues en los últimos 20 años han vuelto a su tierra innumerables trabajadores emigrados y han levantado, entre las viejas quintas y casas de labranza, una cortina de borror. Junto al Miño pueden verse hoy las casas más feas del mundo: unas barracas emperejiladas, con azulejos color lila, rosa pastel, verde chillón, con extravagantes escaleras de hierro fundido, que se arquean sobre garajes desproporcionados; arquitectura espontánea que, imitación sobre imitación, ha escalado las alturas de una pesadilla y ha llegado a superar con mucho a sus modelos. Ningún barrio alemán o francés de nueva planta puede competir con esta varia~te pequeñoburguesa de ficción científica. Y en aras de estas construcciones se han sacrificado muchos

es oUa aJ'IDIl qIMl a la Jarp nsuIIa.... dem.olec& la que cuaIqafer 1IrJlIdDur. T, por otro lado, se fomenta por ~ los mecIos de especulación. El objetivo _la opend6D es la modemización forzada _ .. apa¡; el idaI eslétic:cY. la imitación servil; el modelo inalcanzable: Hóuston, Teos. Si la arquitectura fuera una simple cuestión ~ buen gusto o de protección de los monumentos y nada ~, bastaría con hacer estas observaciones. Pero los muros en los que se instala una sociedad dicen más acerca de ella de lo qu,e podrían soñar sus- constructores. ¿Qué significa, así pues, el espectacular hundimiento del arte arquitectónico? Tales cuestiones no hay que planteárselas.solamente en Lisboa o en el Miño.Portugal es sólo un caso extremo. Las casas de los alemanes llevan escrita en la I frente su riqueza pequeñoburguesa; las de los suecos, la ideología de su estado de bienestar; las ~ de los italianos, su caos productivo. Pero los portugueses carecen de la vitalidad paradójica de los ' unos y de la cultura socialdemócrata de los otros, por no hablar ya de que hubiesen podido encontrar el denominador común en el consumo. ¿De dónde les viene entonces que se empareden en lo inhabitable? La burguesía

..Está muy claro", exclaman mis sesudos anfitriones. "¡Mira la burguesía que tenemos!. .... No acabo de entender. Y me aportan datos que apenas se diferencian de un repertorio de imprecaciones: "Fue desde el principio una clase parasitaria. Para explotar a otros era para lo único que era capaz. Pero, al fin y al cabo~ eso DO es t~ do lo que se puede pedir de una burguesía nacional. La plusvalia extraída ha de ser ahorrada, acumulada e invertida en la producción. Pero eso no se le ocuma a nuestra clase burguesa ni por sueño. No es extraño que no fuera muy lejos. Primero, fueron lameculos de la monarquia; luego, aristócratas de quiero y no puedo. Hasta los vendedores de mermelada se compraban un título nobiliario. Pero, lo que es aún peor: toda aquella banda adoptó la pose de los grandes terratenientes. El resultado fue una triste parodia, puro despilfarro y pretensión. Precisamente no haciendo nada era como quería esta burguesía lumpen demostrar su exquisitez. Comisionistas, intermediarios, especuladores... 1Cualquier cosa menos

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una actividad productival Una pequeña minoría radical de trepadores y estafadores, y no sólo en sentido figurado. La competencia la considera.ban una canallada, el proteccionismo les parecía la cosa más natural, 'el rendimiento lo tenían por superfluo y la cualificación se les antojaba algo secundario. A sus ojos, sólo a los tontos se les ocurría trabajar:' y la cosa no quedó ahí, naturalmente. Pues, al 19ua1 que hiciera la burguesía con respecto a la nobleza, también los pequeños burgueses tomaron ejemplo en el modelo de sus inmediatos superiores, siguiendo el lema: si él lo hace, ¿por qué no yo? La actitud parasitaria es una enfermedad contagiosa, y vivir por encima de las propias posibilida~ es, en este país, un imperativo categórico. En las modestas viviendas de alquiler de los años sesenta seguía habiendo siempre un cuarto para la criada, porque hasta el más humilde criado se las daba de señor. Y desde 1974, prácticamente toda la población trabajadora ha adoptado esta actitud. Una clase media tan Iu'brida, tan poco funcional y tan desorientada como la surgida en Portugal no hay que buscarla con lupa. Sólo el Ministerio de Agricultura alimenta a 18,000 funcionarios y empleados, todos los cuales tienen su puesto en Lisboa y se invitan a almorzar entre sí a costa del Estado. Y eso en 'un país que tiene que importar la mitad de sus alimentos, a pesar de que uno de cada cuatro portugueses trabaja en la a~tura. En -fin, volviendo a la arquitectura, todo e$b> se refleja en ella. Portugal es un país que se moderniza desde fuera y no desde dentro, por medio del consumo y 00 de la producción. Los que están subdesarrollados DO son los portugueses pobres, sino los ricos, desde el multimillonario al último pequeño burgués. Hablamos todavía largo sobre este y otros t~ mas. Los cuadros de la pared estaban t;nmarcados con buen gusto, los sillones eran cómodos y en los vasos de -whúlcy tintineaban los ~bitos de hielo.

Los inSensatos "No ~ por qué", escribí. hace 100 años en su diario de viaje la princesa Ratazzi, 1tero siento la más honda simpatía por este país pequeño que nO se deja avasallar, • pesar de que todo el mun50

do dice que está dormido, por DO decir que está en las últimas." Nada ~ que objetar a la ambición, a las quejas, a las confesiones y los ataques de mis anfitriones. Ellos conocen Portugal mejor que éualquier visitante' ocasional. Pero si tienen razón, ¿de dónde viene su energía crítica? ¿Qué es lo que suscita su espíritu de contradicción? ¿Y cómo se explica que, aparte de los propios portugueses, no haya nadie que los deteste? El que conoce el país vuelve. ¿Es toda una revelación de tarjetas postales? ¿Es todo únicamente nostalgia, kitBch, mistificación? Me cuesta creerlo. Ya el viejo arte de sobrevivir en siglos de decadencia es un argumento en contra. A juzgar por las estadísticas, la mayona de los portugueses. tendrían que estar muertos. Trabajadores a los que se les paga el salario con 9, 12, 15 meses de retraso; pensionistas que tienen que apañarse con 6,000 escudos al mes; desempleados sin seguro; campesinos que sacan su sustento de parcelas diminutas: todos los indicadores señalan una miseria sin parangón en Europa. ¿De qué viven estas gentes? Nadie grita, nadie pega tiros. nadie se muere de hambre. Ese es el verdadero- milagro portugués, un milagro negativo. Las estadísticas son desoladoras. Pero la realidad no se rige por las estadísticas. Ocurre que el sentido de los portugueses para lo fantástico no es sólo una confusión romántica. InteJ.:Viene poderosamente en la práctica vital diaria. Comparado con la fantasía, el producto social bruto es una quimera abstracta, y la economía oficial, en la que creen en Bruselas y en el Banco Mundial, parece una mera sombra. Se vive de tres o cuatro empleos, en las anchas zonas de un protéico trabajo clande.mno; se vive de huertos que no están registrados en ninguna parte, del trueque directo, de un antiguo dar y tomar en las familias. Y de paso, se pone de manifiesto que el principio de realidad, que otras sociedades se han prescrito con el mayor rigor, no es tan realista como creen sus fieles seguidores. El alto funcionario europeo al que conocí en Lisboa, un hoI.ndés que se frotaba" las manos Dlientras hablaba, parecía convencido de que lo único que había que hacer era tener paciencia con los portugueses, que lo que pasaba es que todavía no habían evolucionado suficientemente; de lo que se trataba era de animarles y elogiar sus progresos, y acabarían entrando en razón. Me permito dudarlo. Pues lo que los portugueses oponen a la realidad no es sólo incapAFidad. Es resistencia. Aun.que es bastante difícil diferenciar una cosa de otra. Sea como fuere, el resultado es una especie de silencioso sabotaje que no se practica, como en otros' sitios, por rabia, por convicción, por rencor, por ideología, por obstinación. No se combate al capitalismo de la eficiencia y la organización, sino que se evita, y se evita de una manera natural y espontánea, porque Ii. porque DO les di-

ce nada a los portugueses. porque las virtudes que exige no son la suyas propias. Se aferran a lo suyo: a su tolerancia patológica; a su escepticismo, que sólo se detiene ante el milagro; _ su generosidad indolente; a virtudet' que tal vez sean utópicas y que acarrean una ¡re. 'Ve pen- Iización porque en un mundo progresivo se consideran pecados capitales. ~ero no habrá un día que recurrir a ellu? Todavía no está dicha a este respecto la última palabra. Lo que los portugueses deEieoden. a veces de una manera sorda e involuntaria, pero siempre con tesón, no es Dio· gún activo. Son sus deseos. Pero es lo que nadie posee. La critica a la razón se ha hecho carne en este pueblo. Supongamos que la política fuese algo más que armamento y producción: suponga· mos que existiera una Europa de los deseos. En eM Europa, Portugal no seria ningún apéndice periférico, sino una gran poteocla, y como todas las grandes potencias, pondría nerviosos a sus vecinos, pero también despertaría su envidia. En su Libro del ~o hlll:le el auxiliar de contadof Bernardo Soares la siguiente confesión: "Aveces, en medio de la vida activa. en la que naturalmente dispongo de mí mismo exactamente igual que todo el mundo. me asalta una extraña sensación de duda: DO sé en esos momentos si existo. Muy bien pudiera JeI' yo el sueño de otro ser... Estoy casi convencido de que nunca estoy despierto. No sé si acaso no estoy soñando cuando vivo, o si no estoy viviendo cuando sueño, o si sueño y vida no son en mí cosas que se mezclan y se sobreponen." Nadie sabe a ciencia cierta si el auxiliar de contador Soares se halla entre los vivos. En todo caso, su inventor y heterónimo, el poeta Fernando Pessoa, hace ya más de 50 años que murió. Pero todavía hoy, en medio de una reunión, el ingeniero Soares aparta con una media sonrisa la ~ lación del ordenador, y el dependiente Soares, poco antes de la hora de cerrar, deja caer sobre el mostrador la pieza de tela. Hasta este momento había estado atento a su trabajo. Ahora, de ~ pente, ~ tan reservado, tan vuelto hacia sí. ¿Está distraído? ¿Está cansado? ¿Está abstraído? ¿En qué está pensando? ¿En qué cavilaciones, en qué meditaciones se haDa sumido? ¿Se ha olvidado de nosotros? {Tof7UJdo de Die Zeit, Hamburgo; oenión de lA]

DISCOS

---Mu, bueno - - - -EJr«lenle

historial artístico, y el despegue que ha tenido para dejar a un costado a aquél que. junto a su solitaria guitarra, tenía sobre sí el peso íntegro en discos y recitales. Los climas sonoros que en la actualidad le rodean han conformado otra imagen del trovador cubano, les guste o no a sus seguidores. Este álbum, creemos, redondea esa imagen y ese cambio notorio. (MC)

--~in1

-Mejor.-o pn 'u ltmo a _ mnrtir;o

·~Io

Los naleos

Contigo Amor y Parodia (* ..) Sello Opus 35

Album doble de Silvio Rodríguez, ea.... yazares Grabado en España (Sin Calificación no circula en Mésico-Fonomusic Extraño elepé, ya que recoge composiciones de distintas etapas autorales del trovador cubano (de veinte años atrás para acá, fechas variadas basta arribar a la presente década). Con la aportación de AfroCuba en calidad de acompañantes, Silvio deja de lado, definitivamente, aquellas épocas de cantautor intimista y, por el contrario, nutre a sus páginas del condimento elaborado en cuanto a arreglos y musicalización de sus obras. Hay varios temas que corresponden a música para películas (entre ellas "Solo el amor", "Te conozco", "No hacen falta alas" y "Cuando digo futuro") que, aunque efectuadas por encargo, mantienen la conocida y reconocida altura poética de sus textos para canciones, a la par de otras (que no tenían ese destino fílmico) entre las que sobresale "Canción en harapos", de 1970, con una letra corrosiva y denunciadora. Similares méritos para "Historia de las sillas", "En mi calle" (algo menos para esta última en lo que respecta a imágenes y figuras poéticas) y, unos escalones más abajo, la que consideramos la más floja de la muestra elegida: la titulada "Boga, boga " . Como para atestiguar la madurez que Se ha ido posesionando del Silvio Rodríguez creador, un par de ejemplos que provienen de la época más reciente incluida en este álbum doble: ambas originarias de 1984, "Réquiem" y "No h~ falta alas". Creemos que el keierto de este disco estriba en el hecho de atravesar diferentes épocas del trabajo de SiIvio (cerca de una veintena de años), misma que permite apreciar lós avances producidos a Jo lar~o de su

estudios de Nueva York, recogen parte del material que ha sido ofrecido en USA a partir de una inocente serie de recitales en Broadway que, posteriormente, se ha ido ampliando a diversos estados de la Unión Americana con enorme éxito de público y crítica. Los dos discos recurren, en su enorme mayoría, a temas tangueros de antaño, aunque el tratamiento orquestal y de arreglos es sumamente moderno. Vaya una cosa por otra. Hay una serie de instrumentistas de primera, y una'agrupación que puede ser considerada como una de las más equilibradas, sonoramente, entre las que tienen su cuartel general en Buenos Aires: el Sexteto Ma- . yor. Entre las Guatro voces convocadas sobresale la de Raúl Lavié, ya que las restantes, femeninas, apelan a la emotividad interpretativa ante la paulatina desaparición de sus cualidades vocales. La grabación en estudio probablemente reste aquella atmósfera que, seguramente, está presente en el eS"pectáculo en vivo. (MC) ..

Una combinación explosiva: Amor y parodia. Los paraísos y las tragedias de la relación de pareja. Datos aproximados de los enamorados: de 25 a 40 años, casi en el truene pero aún con ganas de vivir; marcado por la década de los sesentas y todo lo que tenga que ver con la energía de entonces. Una o varias canciones pueden ser la radiografía de muchas relaciones amorosas. El lado de la ternura, en el disco, está logrado por vastos recursos musicales e infinidad de influencias: de Chico Buarque al bolero mexicano. La parodia de Los Nakos sigue siendo eficaz. Sarcasmo como punta de lanza en contra del mismo enemigo al que enfrentan desde hace vein- Antonio Zeped¡¡ te años: el sistema. Ahora son más y Templo mayor (* ***) gaQaron mucho con los años. De la (Dos elepés) urgente evidencia de un lenguaje di- Discos Olinkan I recto se'Cambia a un humor más sugerente, aunque siga siendo un golpe . Un lugar común recorre los rincones más profundos del oído musical o:tedirecto. En el lado dedicado a la parodia, Dcano: la idea centralista y mercannada mejor que el rock para sopor- til de que la vida contemporánea sótarlo. Amor y parodia'es también un lo es, puede y será expresada metestimonio -que peca de serlo de- diante el instrumental y la carga masiado evidente- del trabajo de conceptual de la imaginación urba- . na (léase rock, jazz o música "nueva" Mallo iniciado en 1968. (VR) de carácter académico). Para desmentir esto -quizá sin proponérselo- Antonio Zepeda realiza un trabajo casi solitario por descubrir y/o reinventar la música que logra sacar de instrumentos prehispánicos y étnicos de uso y factur~ reciente: ocarinas y silbatos, flautas de barro y carrizo, caracolas de mar, teponaztlis deoambú y madera, caparazones de tortuga, entre muébos más. Se puede disentir del carácter mfstico que Zepeda imprime a sus· actuaciones. Se puede discutir el atractivo "folklórico-turístico" de un músico de larga treosa y vestimenta colorida. Pero la música está ahí, y Tango Argentino (*. y medio) esos sonidos brotando ~e instrumenGrabación en estudio de parte del tos viejos o primitivos, no mienten. espectáculo de igual nombre Música nueva por la simple razón SelloWEA de que antes de la visión-oído de 'LeEstos dos volúmenes, re~strados en peda, no existía. (CO)

Ric Ocasek

'I1ús side of paradise (* **.) Discos Wea-Ceffen

Ríc Ocasek (ex de los Can) es de los' , mejores cantantes que han tratado de describir el estado actual de los sentimientos amorosos. Para Ocasek, el amor es concebido como un leve tocarse ocasional, como un leve acompañarse solidaria y solitariamente en un mundo de violencia creciente. "Los sentimientos en movimiento" (una de las mejores composiciones del disco) son aplastados por la velocidad exterior de las máquinas. En este lado del paraíso tenemos la continuación de una concepción musical plena, instalada en el rock dé vanguardia de los últimos años. Ocasek es, en buena medida, el trovador de la post-modernidad. (GSRlCR)

Martha Jean Claude Canto popular de Haití. (**.) Sello Pentagrama (Licencia EGREM, Cuba) Por medio de una docena de composiciones del más acentuado repertorío folklórico, la intérprete haitiana (radicada hace mucho en Cuba) 'ene oportunidad de lucir sus condi iones vocales y las del grupo qu~ le acompaña en esta tarea ~uera. Podrá el oyente detectarla en S11S instantes delicados o en sus arrebatos vibrantes, en lo cálido o lo potente, poseída por la suave y necesaria entonación o por la fiel¿re rítmica que contagia al más desprevenido de los auditores. Por si fuera poco, la dualidad que separa y reúne (de acuerdo al tema del que se trate) al oyente sugestivamente cómplice o a aquel que, ya, se halla apto para entrarle al rubro danzante.. TratánOOse..de-·un sólo elepé, parecería que se le va la mano en materia de cambios y variaciones... Quienes están frente al equipo de sonido, o en la pista y a la espera, agradecidos. (Me) 51

CUBA LA MUSICA POPULAR .

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¿Democracia o mal gusto? Nueva Trova ¿dónde estás?

Junto con el significado que han tenido las emiso-

l'aS oortamericanas en cuanto a invasi6n de ondas radiales (con lo que ésto signifi~ obviamente, en materia de su.gereocia o imposici6n de gustos musicales ~ los cubanos), hace un par de dos los dirigentes de la Revolución creyeron COIlVeDiente, o llegado el moDÍento, de poder asimilar -seguramente por la creencia en la madu..s6n del pueblo- aquellos materiales que, provenientes del exterior, podían ser puestos al alcance de la población radioescucha, sin mucho peligro de "contaoúnación" en cuanto a sus valores artísticos, musicales en particular. Con ese criterio, los cubanos pudieron tener a su alcance a los grandes y rutilantes nombres del mundo de la canción orientada, básieatnente, a Mauricio Ciecbanower lo comercial, y dentro del circuito internacional por todos conocido. No hace falta mucha memoria e imaginación para darse cuenta que tuvieron ingreso en Cuba, urante y después de algunos viajes a la sin ningún tipo de requerimiento en materia de isla de Fidel ~n especial, motivados por pasaporte (muy por el contrarío) figuras que son eventos artísticos festivaleros- DOS surabiertamente adversas y hasta enetnigas de la R~ gían cierta dudas lespecto a cuestiones del muo- - voluci6n Cubana, como Julio Iglesias, Roberto Carlos, Raphae1, el "Puma" Rodríguez, y las de do del arte Y del especücuIo, vistas y oídas en el curso de nuestra estancia. . origen gringo en boga, aparte de las de origen Llegó a llamlll'DOl poderosamente l. atención mexicano que, generalmente, han sido bien acola insistencia de gran parte del público presente gidas por el público de la isla. Desde los remotos en el Festival de Varadero, por ejemplo, a propótiempos del bolero a los del cba-cha-cha, el mamsito de consultas al respecto de diYel'SOS números bo y los de tinte romántico y baladístico de las úl-de los que aquí, en MéDco, o en cualquier platimas épocas. Pensamos que esta apertura del mercado discoza internacional se hallan catalogadas dentro del rubro netamente "comercial"- y que, luego de gr~ico y radial en la patria de Guillén es la que haberse anunciado su participación en el ya faha influido, notoriamente, en los resultados de la moso festival de la hermosa playa cubana, no mencionada encuesta. concurrían al mismo (en especial por las conociCercanos ya los treinta años del triunfo de la das trabas e impedimentos, por no decir directaRevolución, y junto a eSta particularidad recién punb,alizada, estimamos que otro índice se inmente probibidoaes, que les eran impuestas por el monopolio de Televisa, ya que se trataba de corpora con caracteres netos a aquel fenómeno números artisticos de su habitual cartelera). En del acceso libre a todo tipo de manifestaciones general, asistían figuras directa o indirectamente musicales provenientes del exterior: el cansancio, relacionadas con la llamada corriente del Nuevo el tedio o el aburrimiento de grandes sectores del público cubano hacia los -máximos o mínimos _Canto, pero gran parte de ese público reclamaba portavoces de la llamada Nueva Trova Cubana. por la ausencia de populares figuras de la canción Las colocaciones, prácticamente inexistentes, (en especial romántico-baladística, o de los de SUvio Rodríguez y Pablo Milanés en los escrusiempre bien recibidos mariachis, apreciados en tierra cubana).. tinios finales, pareciera indicar esa tónica manifiesta por parte de los connacionales de ambos Con un poco de detenimiento en el fenómeno, cantautores. es posible rastrear esta particular situación de la -música popular -nativa e intemacional- que Y esto último'no checa, a decir verdad, con la se verifica en la tierra de Martí. imagen y las fantasías que muchísima gente (que Una reciente encuesta, de amplio espectro, no habita en Cuba) tiene al respecto de dicho movimiento cancionero en la isla. efectuada a nivel nacional (y cuyos resultados fueron dados a conocer .hacia mediados de marm Todo mundo supone (o cree estar en 10 cierto Y seguro) que dicha corriente de la palabra y el último) sirve para ratificar una linea que guarda relación estrecha con sus resultantes generales y, canto cubano arrasa (literalmente) con los restambién, con la orientación que en materia de tantes géneros que tienen cabida y difusión en aquellos lares geográficos. . gustos priva, desde hace algunos años, en la plaSin embargo, rotundamente, no es así. tea' Yen la audiencia niedia de Cuba. En bastanDatos concretos que avalan esta certeza (al te medida, la más significativa dentro de este tipo de sondeos • nivel popular. margen de las observaciones personales que uno

Una encuesta reveladora

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lhNando ele aperturas

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pudo haber hecho en su¡ estadías en Cuba): SUDO figuró a l las dos listas al las que podía haberse hecho presente; por uo lado, la de compositor y autor de sus propios temas; por otro, en el de intérprete. Por su parte, Pablo Milanés se ubicó sí como creador, en el segundo lugar entre su¡ compatriotas, con "El breve espacio en que no estás.., y al igual que su colega SUvio no logró colarse entre los intérpretes elegidos por el público. En cierta ocasión, Silvio Rodríguez reconoció, ante una consulta que le formuláramos, que sí había descendido el porcentaje o la cuota de canciones "comprometidas" o sociales que, en los primeros años de la Revolución, habían tenido mayor cabida en los repertorios de la gente de la Nueva Trova Cubana como él y sus compañeros. Incluso que ~ caudal se había volcado, en gran parte, a la temática de lo sentimental y lo cotidiano. Ni aún con eso, con esa variante en el catálogo temático los máximos eKpOnentes de esa línea cancionística -él y Pablo- pudieron competir con sus "opositores" en las colocaciones, según se podrá apreciar seguidamente ante los números, siempre elocuentes, de lo escrutado en la encuesta que nos ocupa. vio B.odriguez

Los peldaños del pRo popular De entrada nomú, José José toma la simbólica escoba entre sus manos y, literalmente, "barre" con sus seguidores: triplica en votos (con más de 110 mil) a sus iiunediatos seguidores: nada menos que Julio Iglesias, Rubén Blades y Juan Gabriel, en ese orden y ~n 40 tnil sufragios el primero, y 38 tnil y monedas los dos últimos. La constatación no culmina ahí. Hay otras de· parecido calibre, para quienes suponía -o estaban seguros- que el público cubano andaba en otras ondas, mucho más calificadas en cuanto a profundidad temática y artística. Algo parecido, digamos, a lo que sucede en el terreno de la literatura y las inclinaciones del lector medio de la isla. Seguimos. La cifra de votos favorables a José José significa, en materia porcentual, un 23.8 por ciento del total de lo computado y encuestado.Cabalgando atrás del segundo, tercero y cuarto que ya hemos citado, se colocan algunas figuras que, entremezcladas en el orden de aparición, también provocan algunas muestras de sorpresa y de cuestión insólita. Veamos los nombres y porcentajes de los puestos q~ sexto y octavo: Dyango, con 7.6%, Camilo Sesto con 7.1 % Y Michael Jackson con 3 por ciento. Sin alcanzar el número tres, con 2.~% se ubica Stevie Wonder; en el décimo casillero, y con 2.8 %, el brasileiio Roberto Carlos. Antes de que cierren el pelotón Serrat, Kenny Rogers y Chico Buarque, colocados en los núm~ ros 18, 19 y 20, consignamos a quienes se en-

cuentran por encima de ellos aunque sea con porcentajes mínimos en cuanto a preferencias. Ellos son Plácido Domingo (1.7% } Elton John y ~ionel Richie, ambos con 1.6%, Y el fenómeno gringo Bruce Springsteen con un deprimente 1 y medio por ciento. Como se podrá apreciar, la selección efectuada por la población cubana tiene sus bemoles, hablando en términos musicales.

OlDara

Portuondo:

Material de estadio

El gusto cubano

Es evidente que los resultados de esta encuesta llevada a cabo en Cuba entre una gran parcela de su ciudadanía tiene tela de donde cortar, en cuanto a investigación y conclusiones a arribar ante números tan insólitos y sorpresivos en muchos casos. No se trata únicamente de detectar por medio de esos porcentajes y ubicaciones hacia dónde sopla el viento de la idolatría popular, sino también qué está pasando con los cubanos en esta etapa tan cercana a las tres décadas de haberse concretado la Revolución. Párrafos atrás hemos empleado los términos cansancio~ tedio y aburrimiento, con respecto a los exponentes y al movimiento de la Nueva Tr~ va en sí. Estimamos que las figuras y cifras que Carlos Puig hemos dado a conocer colaboran con el acercamiento a esa hipótesis. Creemos que ahi no termina la cosa. El abanico pareciera haberse ensanchado, de unos años a esta parte, en otros renglones en los que mucha gente creía que las cosas estaban más claras y definidas respecto a la evolución y afianzamiento de determinados valores en el pr~ revoluci~ narío iniciado aquel enero de 1959. Algunos índices parecieran indicar que no todo se da en esos términos. Recordamos, a propósito, el impacto que nos causara en uno de los viajes a Cuba (1984) una telenovela de origen brasileño que sacudió, conmovió e impactó sensacionalmente a la audiencia ace treinta años, cuando era casi una ni-realmente es inenarrable e incalificable lo que ña, Omara Portuondo visitó México por fue aquello-, en base... a una mujer, de condiprimera vez con el cuarteto vocal femenición humilde ella, que se enamora (y viceversa, no de Aida. Hoy, convertida en una de las cancomo no podía ser menos) del clásico hombre ritantes locales más reconocidas en Cuba, tal y ~ co. Al mejor estilo de Corin Tellado, dicha telemo lo muestra ]a encuesta de ]a revista Opina, ha novela (creo que se titulaba "La esclava", o algo regresado a México para hacer una temporada.en así), modificó la rutina diaria y los horarios de la El Gran Salón. población, haciendo que se corrieran las horas de "Ha sido de una gran emoción para mí esta exinicio de los partidos de beisbol, que se abrieran . periencia en ~éllico-dicelacantante-, es intermedios especiales en las festividades del carcional ver cómo los jóvenes y viejos mexicanos naval (nada menos esto, en Cuba), y hasta los de bailan y cantan nuestros sones y bolp.Tos." determínadas actividades laborales... Cuando lo comentamos con colegas amigos cuCon respecto a los datos de la encuesta de la rebanos de distintos medios, se "solidarizaban" con vista cubana y que llegaron a México en un cable nuestro planteo... y hasta agradecían el hecho de de France Press, en la que no aparecían ni Pablo que no hayamos estado cuando algunas de esas fiMilanés ni Silvío Rodrígnez- comenta: "es obvio guras de la telenovela llegaron a Brasil para una que hay un error en e] reporte de la encuesta y és- . visita. Lo de héroes nacionales, según nuestros te, seguramente, es que no se tomó en cuenta que interlocutores, se quedaba corto. Opina haCe dos distintas investigaciones, una paSumamos esta última referencia televisiva al ra los cantantes internacionales y otra para los significado que le otorgamos a una no tan inocende] ]ugar. En Cuba la Nueva Trova es muy querite encuesta sobre la música popular y los gustos da; sobre todo Pablo Milanés, lo que no impide del público cubano al respecto de sus figuras, l~ que también se oiga otro tipo de música". cales e internacionales. Cubana de pies a cabeza dice que el hecho de Pensamos que debiera ser motivo de estudio que José José, Julio Iglesias o Camilo Sesto sean por parte de los sociólogos y especialist~ de la muy escuchados en su pais, no debe considerarse isla en el campo de los medios de comunicación como un retraso dentro del progreso cultural de y, en este caso concreto, de lo discográfico y rasu país, sino que al contrario "esto demuestra que dial en especial. Se podrían arribar a conclusiones (y las subsecuentes correcciones, por sucomo en todas partes del mundo en Cuba hay púpuesto) en estos terrenos tan delicados para un blico para todo tipo de cosas y aunque la popularidad de estos cantantes sea alta~ no se detiene el país como Cuba, único por sus características proceSo de apoyo a los artistas cubanos y más a dentro del ámbito latinoamericano. Cuando salen a luz cuestiones como éstas , los jóvenes"y despuésde ponerel ejemplo de la última Bienal de Pintura de la Habana advierte: -que creemos trascienden lo meramente anec"Esto se verá bien claro en el próximo Festival de dótico-, es conveniente ponerse a pensar en la Varadero. Por suerte -dice- e] anfitrión y or: distancia que separa a la ióvolución de la evoluganizador principal este año es Pablo Milanés, esción, en un proyecto que nació y se desarrolló, to redituará en calidad para e] festival y por concon todas las dificultades imaginables, a partir de siguiente e] públiCo cu~ano, que espera con aquel recordado comienzo de año de 1959.

d·a para

mucho

H

sensa-

muchísimo cariño este festival, tendrá a lo mejor. de lo mejor en casa". . Invitada por el gobierno de Veracruz para participar en el carnaval jarocho, Ornara decidió ve.DÍl a México para segpir presentándose "porque ~e )ICIIS es muy celaDO • Cuba en todos los aspectos; hace algunos dos tuve la experiencia de ¡.1eSeDtanDe ea el CaIiforDfa '1 es sorprendente como la gente lDeIicana baila Ydisfruta nuestros SOlleS, que son lo que ustedes Uaman salsa; desde el jUin, México y Cuba tiellen una identidad musical muy parecida". Ornara estuvo presente en los conciertos de Pablo Milanés en el Auditorio ~acional el pasado mes de m~: "DO pude contener las lágrimas, es un triunfo que Pablito se ha ganado a pulso, a base de hacer las cosas con mucha calidad; para los que estuvimos presentes en e] "Anfiteatro" no nos queda duda de que sería muy tonto no incluir a Pablo en alguna lista de popularidad. y qué decir del público mexicano que se entrega porque sabe que Pablo ]0 merece". . En Varadero, Omara Portuondo se presentará con lrakere, experiencia que, según cuenta, ]a tiene muy ilusionada: "Yo me presentaré con mis amigos de Irakere, E]ena Burke ]0 hará con el grupo de Arturo Sandoval que es uno de los grandes trompetistas cubanos contemporáneos; también habrá, como siempre, bo]erístas, troveros y gente del canto nuevo, eSto demuestra que en Cuba hay todo tipo de música y el público sigUe bailando los sones, porque esa música nunca se va a morir, porque lo traemos en la sangre, tenemos raíces africanas yeso a la hora de bailar no se "olvida". . En Cuba, concluye Omara, "se sigue y se seguirá escuchando el jilin, los boleros, los sones, la vieja trova,·el canto nuevo y toda la música que salga de las raíces más profundas de] pueblo, porque es al pueblo a quien le cantamos y si lo hacemos en un tono que él identifica como suyo, seguramente le gustará y lo disfrutará". 53

T

u calle y

nr.

soledad. Te cuesta trabajo

Tu calle

dejar de ver televisión. tener que.aneglar-

te y salir, pero es viernes de quincena y ni modo, la noche será buena. Si regresas, harás con el dinero suficiente para completar la renta. Cambias de opini6n y sólo buscas tus pantalones de mezclill. y tu suéter azul. La bolsa que eliges es la misma que usaste ayer y por ello hay en ella todo lo necesario para que te arregles en el botel, eo el ouarro donde te cambiarás de ropa. En la sala tu madre termina de ver una telenovela, apaga la televisión y se mete a la cocina a lavar los trastes de la comida. Son.lassiete y media de la noche y te despides de ella y de tu hijo, ese niño de cinco años que apenas y habla; ese niño siempre distante, pegado a las. faldas de su abuela. Cuando lo besas te acuerdas de lo que te , dijo un cliente que resultó policía: "Reina, tú y yo nos parecemos; cada vez que salimos de la casa y no sabemos si vamos a regresar". Para ellos y tu hermana, que no tarda en regre.sar de la escuela acompañada por el novio que le apruebas, trabajas de mesera en un Vips. Te conviene hacerlo de noche, porque hay menos trabajo, un sobresueldo y son mejores las propinas. Todos saben que guardas tus uniformes en el restaurante. Desde hace tiempo tu madre y tu bermana saben a lo que te dedicas pero ninguna de ustedes lo acepta. Te molestan los momentos en que la complicidad de ellas se hace evidente; los regresos con tanto cansancio a cuestas en que procuras no hacer ruido y ellas en el cuarto se despiertan y te miran lo mismo contentas por tu regreso que tristes y dolidas. Esa mirada se las descubriste cuando te despidieron aquella vez en el aeropuerto, cuando te fuiste a Cancún, invitada a una convención de hombres viejos y solos que nunca entendiste bien a bien a qué se dedicaban, pero que te dej6 el dinero con el que abriste la cuenta de banco. Ese dinero con el que esperas llegar a poner un negocio para dejar la calle; ese dinero que aumenta cada mes por los inte~ y los miles de pesos que eres capaz de apartar para tu salvaci6n; para no llegar a vieja y que nadie se vaya contigo como le sucede a Susana, la pobre Susana tan grande y tan gorda con ustedes en la calle, dand9 lástimas. La Susana, distint de tu amiga Remedios, la que si supo cómo salvarse: tres años en eso y después se fue a Pachuca, rentó un local y puso una boutique. Remedios te invit6 a su boda, se casó con un muchacho guapo y decente; un muchacho como el que sabes te espera en alguna parte, lejos de la calle en que trabajas, ese muchacho con el que sueñas: tan parecido y tan distinto al padre de tu hijcJ, a quien después del divorcio nunca volviste a ver; supiste que se fue a vivir a Monterrey. Bajas las escaleras desde el tercer piso y sales a la calle, caminas unas cuadras basta llegar al Eje y ahí esperas un tui que te llevará a la esquina de Cayosso. La noche te da miedo. Cuando subes al taxi te preocupa la mirada del hombre que descubre adonde vas y a lo que te dedicas. Ese hombre que en el primer semáforo te ofrece un cigarro y

.0

yml•

soledad Víctor Ronquillo

comienza a hablar de sus taxis, del negocilade fayuca que tiene en Tepito, donde queda la casa que te ofrece. Desde hace mucho aprendiste que es mejor la cortesía, un trato amable, llevarle a ellos la corriente para evitar su violencia. El tipo te explica que por este lado llegarán más rápido cuando nota tu preocupación porque tomó un rumbo distinto al de tu camino de tres o cuatro noches a la semana. Te explica que es viernes de quincena y que hay tráfico por todas partes. Te pregunta a qué te dedicas y le respondes que eres mesera en un Vips. Te invita a una fiesta, una fiesta con sus amigos en ATag6n; le gustaría conocerte en otro plan. Le das las gracias diciéndole que no puedes, tienes que trabajar. Su tono cambia y te pregunta cuánto. Finges no escucharlo y en el siguiente semáforo intentas bajarte mientras preguntas qué le debes. El estira la mano y te lo impide, te dice que te calmes, lo único que quiere es divertirse, pasar un buen rato contigo. Le gustaste, nada más. Mencionas el doble de lo que piensas ganar esta noche. Se ríe diciéndote: "Ni que estuvieras tan buena mamacita, mejor te llevo a tu esquina y luego paso". Una hora después llegas a Cayosso, tuviste que bajarte andando del taxi cuando el tipo se la sacó y comenzó a masturbarse COD una mano mientras con la otra intentaba manejar. Te quedaste en la calle More1os y de ahí corriste hasta llegar a quién sabe qué avenida para tomar otro taxi, el de un anciano que no dej6 de mirarte por el espejo retrovisor, incapaz de dirigirte la palabra. En el botel se tra~ja por comisi6n. Los cuatro

mil pesos del cuarto son para ellos, más un poramtaje-de los~ mü que le cobras a cada cliente. Uegaste ahí gracias a tu amiga Remedios. Ella, como tú, era cajera de la panadería Paty en la Industrial. A ella. como a ti, las corrieron sin darles la liquidación que merecían. Desde antes ella venía aquí los viernes y los sábados en la noche, y como te vio tan desesperada sin trabajo te' invitó. Te ayudó prestándote lo de la cuota y su recotnendac~n vali6-pJl!.a que pudieras trabajar. Sus consejos fellytlQ~mucho esa primera noche: al cliente dabas algo a cambio de lo que te pagaba, era todo. No sentiste Dada y mientras duró tuviste miedo de que ese señor no te pagara; habías cometido el error de no cobrarle por adelantado. En el hotel sabes que te cuidan, poco a poco has visto que están bien organizados. El ·'Muy" está a unos pasos del lugar, en que te gusta trabajar. Ese 'lugar que compartías con Remedios, en la espera hablaban de su vida, de sw amores. Allí te contó del dinero que tenía en el banco para ine a Pachuca y poner su boutique. Allí contaste lo que pasó con tu novio Alberto; quería casarse contigo y ser un padre para tu hijo y nunca entepdiste bien a bien por qué te dejó. Ese Alberto que te esperaba fuera de la Panadería y te acompañaba a casa y tu mamá lo quería tanto y a quien ahora extrañas cuando te miras en el espejo antes de salir a trabajar. Alberto sí te quería. Te pones unos pantalones tejidos y blancos que se ajustan a tu cuerpo. Se ciñen a tu sexo, lo dibujan para ofrecerlo a los posibles clientes que te miran desde los carros. Te has puesto una camiseta negra, el suéter; sin brasier y calzones transparentes. A algunos les gusta mirar, te piden que te desnudes lentamente y se excitan: pagan su tiempo y además dan propina. Quieres que esta noche sea buena y cuando sales caminando del estacionamiento del hotel ya olvidaste lo que pasó con el taxista. Vas a trabajar y recuerdas que hay un cliente que te busca los viernes: ese señor calvo y de lentes que te contó su vida, una vida triste Ysolitaria como la tuya, la vida tediosa de un empleado bancario que quiso ser piloto. Dijo que era poeta y te regaló un cuaderno forrado con papel blanco que con letra garigoleada y fina. tenía escrito tu nombre en la portada: Rocío. Te lo llevaste guardado en la bolsa y lo escondiste. En el baño la mañana sIguiente, comenzaste a leerlo: "Tu calle y mi soledad...".

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.:~ ".

. . Ola

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