La diosa Roma en las monedas de su tiempo (I). La República

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NARCISO SANTOS YANGUAS, CARLOS VERA GARCÍA y MERCEDES GARCÍA MARTÍNEZ

La diosa Roma en las monedas de su tiempo (I). La República La importancia de Roma como divinidad protectora de su ciudad homónima parece arrancar varias décadas (e incluso centurias) después del momento considerado tradicionalmente como el correspondiente a la fecha fundacional de dicho centro de habitat1.

Los párrafos precedentes, recogidos en una obra que viene a ser una especie de recreación artificial (simposio literario) en relación con un banquete de 3 días ofrecido por Pretextato con motivo de la celebración de las Saturnalia del año 3844, nos documenta la existencia de esta divinidad misteriosa y desconocida.

1.- Antecesores

Sabemos, por ejemplo, que la imagen de la diosa Angerona se hallaba ubicada en el altar de Volupia (en la conocida como Curia Acculeia), cerca de la puerta Románula en la parte norte del Palatino5.

En ese cometido de tutelar la urbe en expansión la diosa Roma estaría precedida por algunas otras divinidades, la más importante de las cuales parece haber sido la conocida como Angerona, a pesar de que en un principio una de las características que la definían era la de que su nombre no podía ser mencionado2. La mejor recopilación del significado de su acción protectora nos ha sido transmitida por Macrobio, autor latino posiblemente de origen africano: Nam propterea ipsi Romani et deum in cuius tutela urbs Roma est et ipsius urbis Latinum nomen ignotum esse voluerunt. Sed dei quidem nomen non nullis antiquorum, licet inter se dissidentium, libris insitum et ideo vetusta persequentibus quicquid de hoc putatur innotuit. Alii enim Iovem crediderunt, alii Lunam, sunt qui Angeronam, quae digito ad os admoto silentium denuntiat, alii autem quorum fides mihi videtur firmior, Opem Consiviam esse dixerunt. Ipsius vero nomen etiam doctissimis ignoratum est, caventibus Romanis ne quod saepe adversus urbes hostium fecisse se moverant, idem ipsi quoque hostili evocatione paterentur, si tutelae suae nomen divulgaretur. Sed videndum ne quod non nulli male aestimaverunt nos quoque confundat, opinantes uno carmine et evocari ex urbe aliqua deos et ipsam devotam fieri civitatem3.

Esta figuración escultórica se nos muestra representada con un dedo sobre la boca, que a su vez permanecía cerrada como en actitud de recomendar silencio a sus fieles y adeptos6. La raíz de su nombre se vincula directamente con el verbo angere, convertiéndose por tanto en la divinidad que libera de la angustia y de las preocupaciones del alma, pasando por ello muy pronto a ser considerada como la diosa que encarnaría y personificaría los sentimientos de contento y de placer7.

1. Sobre este problema ver, entre otros, Ampolo, C.: Le origini di Roma e la “cité antique”, MEFRA 92 (1980) p. 567 y ss.; Bernardi, A.: “La Roma dei Re fra storia e leggenda”, Storia di Roma, Turín 1988, 1, p. 181 y ss.; Martínez-Pinna, J.: “ En torno a los orígenes de Roma”, Gerión 2 (1984) p. 356 y ss. y “La tradición literaria sobre los orígenes de Roma”, Gerión 4 (1986) p. 329 y ss.; Poucet, J.: Les origins de Rome, Bruselas, 1985. 2. Macrob., Sat. 1.10.7. 3. Macrob., Sat. 3.9.3-6. 4. Acerca de la vinculación de Macribio con la vida política y las corrientes filosofícas-culturales de su época (décadas finales del siglo IV e iniciales del V) remitimos, entre otros a Flamant, J.: Macrobe et le néo-platonisme latin à la fin du IVe siècle, Leiden 1977, y Matthews, J.: Western Aristocracies and Imperial Court AD 364-425, Oxford 1990. 5. Macrob., Sat. 1.10.8. 6. Varrón, LL. 6.23. Cf. Plin., N.H. 3.64: ore obligato obsignatoque simulacrum habet. 7. Macrob., Sat. 3.9.4. Cf. igualmente Tertull., Ad Nat. 2.11 y Cic., Fin. 1.37-39 y 2.11-14.

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En este contexto se comprende que se haya llegado a pensar que Angerona se identificaría con la divinidad oculta encargada de la protección de la ciudad de Roma y cuyo nombre estaba terminantemente prohibido pronunciar: de esta manera, al ignorar su nombre, los enemigos de la ciudad jamás podrían evocarla en sentido positivo o negativo8. Sin embargo, todos los escritores antiguos que hacen mención de ello son conscientes del secreto de su nombre, por lo que tal vez ese silencio atribuido a dicha divinidad deba ser interpretado en otro sentido9. Dicha divinidad, que sería tutelar de la Urbs Roma, sería sustituida con posterioridad en dicha actividad por la diosa ROMA; el nuevo numen protector de la ciudad carecía de vinculaciones familiares, puesto que no se conocen ascendientes ni descendientes del mismo, al tiempo que su fiesta se celebraba el día 21 de abril, coincidiendo con otras dos dataciones igualmente simbólicas en el marco del primitivo calendario religioso romano: • por un lado la conmemoración del aniversario de la fundación de la VRBS ROMA10, y • por otro las ceremonias conectadas a la celebración de las Parilias11, fiestas realizadas en honor de Pales como diosa rural, protectora al mismo tiempo de los pastores y del ganado. A este respecto sabemos que otros centros urbanos de la Antigüedad buscarían sus divinidades tutelares entre las correspondientes a su propio panteón patrio, divinidades que, por lo general, tenían encomendados otros patronazgos además del correspondiente a la tutela de la ciudad. Frente a ello la diosa Roma solamente ejercería, como cometido único, la protección de la Urbs y de sus ciudadanos, y por ello significaba la representación de la importancia, majestad y triunfo tanto de la ciudad como del pueblo romano.

2.- Bronces primitivos Se consideran incluidos en esta clasificación ejemplares de las series que van desde las primeras monedas acuñadas en bronce hasta el final de las monedas conocidas como de dios/proa. Para realizar el análisis de las mismas hemos dividido el conjunto en dos etapas distintas:

I. desde las primeras monedas acuñadas en bronce hasta los bronces puestos en circulación entre los años 225-217 a.C.; y II. las monedas de bronce que circularon con posterioridad al año 217 a.C. del tipo dios/proa. El límite temporal entre ambas fases históricas se ha fijado teniendo en cuenta los importantes acontecimientos tanto de carácter político como militar que se van sucediendo entre esos dos momentos, entre los que sobresalen el llamado “tratado del Ebro”12, el posible tratado de Roma con Sagunto13, su hipotética vulneración por parte de Aníbal14, lo que conduciría al desencadenamiento de la Segunda Guerra Púnica15, la invasión del territorio itálico a manos del general cartaginés, así como las derrotas que este personaje inflige a las legiones romanas en Trebia y Trasimeno16, lo que obligaría al Senado Romano a devaluar la moneda a través de la lex Flaminia, cuya principal consecuencia17, desde el punto de vista numismático, consistiría en que el denario de talla 72 en libra (4,55 gramos) equivalente a 10 ases, pasa a una talla de 84 en libra (3,90 gramos) y a la nueva equivalencia de 16 ases. §

1ª Etapa

Para analizar las monedas romanas de bronce de esta época se ha estudiado una muestra formada por 64 monedas, que se han ido ordenando de acuerdo con la clasificación realizada ya por M. H. Crawford18. 8. Macrob., Sat. 3.9.4. Cf. Igualmente Plin., N.H. 28.2.4 y Serv., Ad Aen. 2.351. 9. Dumézil, G.: Desees latines et mythes védiques, París 1956, p. 66 y ss. 10. Ovidio, Fastos 4.802-808. 11. Ovidio, Fastos 4.721-725. 12. Liebmann-Frankfort, Th.: Le traité de l’Ebre et sa valeur juridique, RD, 1972, p. 193 y ss. 13. Dorey, T.A.: The Teatry with Saguntum, Humanitas 11-12 (19591960), p. 1 y ss. 14. Carcopino, J.: Le traité d’Hasdrubal et la responsabilité de la deuxiéme guerre punique, REA 55 (1953), p. 258 y ss. Cf. igualmente Bosch Gimpera, P.: Problemas de la Segunda Guerra Púnica. Los dos Ebros de Carcopino, Homenaje a E. Serra Rafols, La Laguna, 1970, p. 303 y ss. 15. Santos, N.: El tratado del Ebro y el origen de la Segunda Guerra Púnica, Hispania 37 (1977), p. 269 y ss. Cf. Liebmann-Frankfort, Th.: Du traité de l´Ebre à la paix de Dardanos. Variations romaines sur le respect du à la parole donnée, Latomus 30 (1971), p. 585 y ss. 16. Salmon, E.T.: The Strategy of de Second Punic War, G & R 7 (1960), p. 131 y ss. 17. Beltrán, A.: Introducción a la Numismática Universal, Madrid, 1987, p. 205. 18. Roman Republican Coinage, Cambridge, 1974.

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LA DIOSA ROMA EN LAS MONEDAS DE SU TIEMPO (I). LA REPÚBLICA

Este conjunto de monedas se ha ido desglosando en tres apartados distintos: a.- monedas en las que aparece la diosa Roma b.-monedas en las que figuran otros dioses c.- monedas dedicadas a otras figuras no divinas Algunas de dichas monedas presentan divinidades en el anverso y en el reverso a un mismo tiempo, lo que acarrea que en el cómputo final haya mayor número de dioses representados que monedas con dioses. De esta manera la distribución proporcionada aparece reflejada en el Cuadro nº 1. Con el objeto de poder analizar la importancia relativa que la sociedad romana o, en su caso, el Senado romano, asignaba a sus dioses, se han utilizado los dos criterios siguientes: 1. Criterio A: una divinidad que recibe muestras de una mayor atención, por figurar en un número de monedas de series distintas más amplio, se considera más importante para el pueblo romano que aquellas otras que figuran en menos monedas. 2.Criterio B: teniendo en cuenta que en cada momento existen monedas de diferentes valores (unas de más valor que otras), se considera que las divinidades que se nos muestran en las monedas de mayor valor serían más importantes en la consideración del pueblo romano que aquellos dioses que aparecen acuñados sobre monedas de menor valor.

La columna DIOSES incluye el nombre de todas aquellas divinidades que aparecen en el grupo de monedas incluidas en el análisis, al tiempo que la columna MONEDAS corresponde con el número de monedas que presentan la figura de dioses y VECES el número que alcanza la presencia de divinidades en las monedas del conjunto incluido en la columna MONEDAS. Como resultado de ello la aplicación del CRITERIO A en el período correspondiente a la 1ª ETAPA nos esta indicando que la diosa Minerva sería la divinidad más considerada, seguida a continuación por la diosa Roma.

Aplicación del criterio B En este grupo de 64 monedas de bronce que hemos sometido a estudio nos encontramos con tres sistemas monetarios diferentes: a.- Sistema de la litra: formado por tres monedas, doble litra de 6,73/5,7g, litra de 3,37/3,0 g, y media litra de 1,65 g. b.-Sistema del “as”: configurado por 8 monedas, tressis de 891 g, dupondios de 569,62 g, semis de 165/132,36 g, triente de 89,44 g, cuadrantes de 67,59 g, sestantes de 56,61 g, y uncia de 21,71 g. c.- Sistema indefinido: conformado por monedas sin nombre conocido y sin pesos relacionados, AE con pesos de 16 / 15 g, AE con pesos de 6,14 g, AE con pesos de 3,29 g.

Aplicación del criterio A En el Cuadro nº 1 se recogen los datos correspondientes a las acuñaciones de monedas en las que figura la diosa Roma en el anverso (dos de estas monedas, concretamente las marcadas con los números 3 y 7, tienen también la diosa Roma en el reverso); en todos los casos la figura de la diosa se halla representada por su cabeza con casco.

Se ha considerado que la presencia de una divinidad en la mayor moneda de cualquier sistema representa similar distinción, con independencia del peso intrínseco de la moneda (la divinidad figura en la moneda de mayor representación).

De los datos de este Cuadro nº 1 se desprende que la diosa Roma aparece reflejada en el anverso en 8 veces mientras que en el reverso únicamente en 2 ocasiones.

En otros términos, la puntuación señalada para las divinidades que figuran en una moneda corresponde a su mayor o menor valor facial dentro del sistema, con independencia de su mayor o menor valor intrínseco.

Análisis similares se han realizado con las 27 monedas en las que figuran otros dioses; de este modo con los datos obtenidos se ha confeccionado el Cuadro nº 2, que incluye también las monedas en las que figura la diosa Roma.

Con este fin se han considerado las puntuaciones que corresponden a las divinidades, en función del valor relativo, dentro de su sistema, de las monedas en las que figuran, resulta para los múltiplos 3 puntos, para las unidades 2 puntos y para los divisores 1 punto.

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Aplicando todos estos conceptos, a los distintos conjuntos de monedas, nos ofrece como resultado la ordenación de mayor a menor importancia de las divinidades, que se recoge en el en el Cuadro nº 3. Así pues, la aplicación de las reglas establecidas por el CRITERIO B nos presenta a la diosa Minerva como la que gozaría de mayor consideración popular, seguida a continuación de la diosa Roma. En el Cuadro nº 4 se ha tratado de reflejar las posiciones relativas a las distintas divinidades de acuerdo con el resultado obtenido de la aplicación de los dos criterios previamente mencionados.

El último as que presenta esta tipología fue acuñado en el año 82 a.C. bajo el dictador Lucio Cornelio Sila., quien promulgó a través de un edicto la Lex Cornelia de falsis19, a través de la cual, entre otras disposiciones, se prohibía la emisión de monedas de bronce, no reemprendiéndola hasta 40 años después con las emisiones provinciales de los pompeyanos y los cesarianos y hasta el año 23 a.C. con el as20 cuando Augusto restableció la moneda del Imperio. Para aplicar las reglas de los Criterios A y B es preciso tener en cuenta las consideraciones siguientes: • existen monedas que se acuñaron en períodos muy cortos, por lo que los resultados que nos ofrece su análisis carecen de significación; • algunas divinidades aparecen representadas en dos tipos de monedas distintos; y • los criterios de valoración son los mismos que los utilizados para la 1ª Etapa.

De esta manera las posiciones de Minerva y Roma coinciden en ambos criterios en el primer y segundo lugar respectivamente; sin embargo Apolo y los Dióscuros aparecen cambiados de posición (puestos 3 y 4), al tiempo que Marte y Hércules coinciden (puestos 5 y 6 respectivamente). Finalmente las tres últimas divinidades (Mercurio, Jano y Saturno) aparecen ocupando posiciones bastantes diferentes: tal vez sus resultados sean los menos significativos por el escaso numero de monedas utilizadas en el análisis. §

Aplicación del criterio A El Cuadro nº 5 incluye los resultados alcanzados con la valoración llevada a cabo a través de la aplicación de las reglas establecidas para el Criterio indicado.

Aplicación del criterio B

2ª Etapa

Las monedas de bronce de este período se caracterizan por el hecho de que en su anverso figura la cabeza de una divinidad y en el reverso la proa de una nave. Por lo general las divinidades del anverso son las mismas para cada valor (el dupondio es la moneda de mayor valor en esta serie y la semiuncia la de menor). Se acuñaron valores diversos en cantidades diferentes: así, por ejemplo, del bes (valor de 8 uncias) únicamente conocemos una serie acuñada por C. Casius en el año 126 a.C., mientras que del quadrans (valor de tres uncias) se conocen hasta 167 series. Por su parte el as presenta una gran interrupción en su acuñación: se deja de acuñar en el año 146 a.C., coincidiendo con el final de la Tercera Guerra Púnica, y se reanuda su acuñación en los años 114/113 a.C. (a partir de reiniciarse la acuñación del as, y en consecuencia de sus divisores, se realizan modificaciones que aumentan la talla y disminuyen el peso).

Con las mismas reglas aplicadas con anterioridad (múltiplos 3 puntos, unidades 2 puntos y divisores 1 punto) y siguiendo las normas del Criterio correspondiente, se ha realizado la valoración que figura en el Cuadro nº 6. Si prescindimos de las monedas con escaso numero de acuñaciones, por considerarlas poco significativas, la diosa que aparece con menor relevancia es precisamente Roma, que figura en la uncia; bien es verdad que se acuña una moneda menor, la semiuncia, pero en ella encontramos reflejada la figura del dios Mercurio, simultaneando su presencia con el sextans, por lo cual aparece con mayor presencia y en una moneda de mayor valor que la diosa Roma.

19. También conocida como lex Cornelia testamentaria nummaria. 20. Beltrán, A., Introducción a la Numismática Universal, Madrid, 1987, p. 211.

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En el Cuadro nº 7 se comparan los resultados obtenidos mediante la aplicación de los dos Criterios, eliminando del mismo las divinidades Ceres, Apolo, Vulcano y Liber, por entender que el escaso numero de sus acuñaciones les resta significación. Observamos entonces que la posición de Jano resulta favorecida por el Criterio B: al figurar en el as su puntuación se duplica; salvo dicha circunstancia, los dos Criterios ofrecen posiciones similares.

El Cuadro nº 8 refleja de forma simplificada el conjunto de los denarios anónimos y con monetario incluidos en el catálogo Calicó22, en los que figura la diosa Roma; en el período considerado, dicho Cuadro incluye el conjunto de todos estos denarios correspondientes a las acuñaciones llevadas a cabo entre los años 185 y 44 a.C.: para mejor comprensión del mismo se ha distribuido en bloques de 14 años cada uno menos el último, que es de 12 años con el objeto de finalizar el gráfico en el momento del asesinato de Julio César. Por lo que respecta al Gráfico nº 1 nos ofrece la distribución de las acuñaciones de acuerdo con los datos contenidos en el Cuadro nº 8.

Conclusiones El análisis realizado nos permite establecer para la moneda de bronce, de acuerdo con los criterios establecidos, que la diosa Roma presenta en la I Etapa una posición prominente en el panteón romano, pero en cualquier caso inferior a la de la diosa Minerva. Sin embargo, durante la 2ª Etapa descubrimos una nueva escala de valores en la distribución de los dioses: la importancia de la diosa Roma parece haber decaído notablemente al figurar su efigie en monedas de pequeño valor.

3.- Los denarios de la República De los 9 períodos establecidos hace ya medio siglo por parte de E. A. Sydenham21 con vistas a la ordenación de los denarios de la República romana se ha considerado para este análisis que el I, correspondiente a las monedas de tipo griego, así como el II, que incluye los cuadrigatos y los victoriatos, tendrían una significación muy escasa para el análisis que tratamos de realizar, por lo que hemos decidido iniciar el mismo a partir del Período III, correspondiente al año 187 a.C., así como finalizarlo con el momento del cambio de Era. Para su valoración los denarios de dicha época se han organizado en dos grandes conjuntos: a. Denarios anónimos: es decir aquellos que no cuentan con símbolos ni con letras, o bien que, teniéndolos, no se han podido interpretar, y en consecuencia no se conoce el monetario que realizó la acuñación; y b. Denarios con monetario: en los que figuran leyendas que nos permiten conocer el nombre o nombres de los monetarios que llevaron a cabo su acuñación.

En él podemos observar que, a partir del origen en el año 185 a.C., tiene lugar un incremento, con subidas y bajadas, de las acuñaciones de denarios en los que aparece la diosa Roma representada. El cúlmen de dicha representación se alcanza en los años comprendidos entre 112 y 98; a partir del final de dicho período las acuñaciones de moneda con la diosa Roma experimentan una súbita disminución, de manera que en los períodos posteriores la acuñación de denarios con la diosa Roma mantiene un nivel ligeramente superior a las acuñaciones de los años 98-84. ¿A qué obedece este fenómeno? Es posible pensar que la causa de la disminución de la devoción y confianza en la diosa Roma (y por ende su escasísima aparición en las emisiones monetales posteriores al año 100) tenga mucho que ver con los lamentables acontecimientos que lastran el desarrollo del último siglo de la República y que van fraguando la crisis de la misma. De esta manera, podemos observar que el último período del siglo II a.C., caracterizado por la actividad (interna y externa de Mario: años 112-98) asiste a una fase de confianza en la diosa Roma, mientras que a partir de Sila (período 98-84) esa protección tutelar sobre la ciudad (y en última instancia sobre el Estado romano) parece haberse abandonado casi por completo. A partir de ese momento Roma ya no se recuperará, viéndose además envuelta en la vorágine ocasionada 21. The coinage of the Roman Republic, Londres,1952. 22. Calicó, X. & F.: Los denarios romanos anteriores a J. C., Barcelona, 1991.

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con motivo de los diferentes acontecimientos de las guerras civiles, tanto en el interior como en el exterior, por lo que difícilmente la diosa Roma, protectora ancestral de la ciudad, podía ser objeto de culto y veneración nuevamente. El final de dicho proceso parece coincidir con el año 45 y la emisión llevada a cabo por T. Carisius en la que se nos muestra a la diosa Roma; sin embargo la muerte de César, e incluso sus años previos, en los que el dictador

trataría de crear, afianzar y consolidar el origen de su familia (la gens Iulia)23 oscurecería igualmente, si es que todavía tenía alguna representación, el culto a la que había sido la divinidad tutelar de la ciudad y del Estado romanos durante gran parte de la fase republicana. Por ello no es de extrañar que a partir del año 44 a.C. hasta el cambio de Era no se produzca acuñación alguna de denarios con la imagen de la diosa Roma, siendo el primer emperador romano (Augusto) quien reinicie las acuñaciones en honor de esta diosa.

23 Al tiempo que aparecen los primeros síntomas de divinización en las monedas. Cf. Santos, N. y Vera, C.: La divinización en las monedas de los Julio-Claudios: César como precedente, Actas XI Congreso Nacional de Numismática, Zaragoza, 2002, pp. 111 y ss.

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LA DIOSA ROMA EN LAS MONEDAS DE SU TIEMPO (I). LA REPÚBLICA

Cuadro nº 1 Número

VALOR

CECA

FECHA a.C. Nº ORDEN ACUÑACIÓN CRAWFORD 275 - 266 19/2 269 - 266 21/1

PESO EN GRAMOS 165,24 267,33

Observaciones

1 2

SEMIS AS

ROMA ROMA

3

TRESSIS

ROMA

265 - 242

24/1

891,00 Anv. y Rev.

4 5

DUPONDIO AS

ROMA ROMA

265 - 242 265 - 242

24/2 24/3

569,62 271,38

6 7

MEDIA LITRA AS

ROMA ROMA

234 - 231 230 - 226

26/4 27/5

1,65 269,38 Anv. y Rev.

8

UNCIA

ROMA

225 - 217

31/5

21,77

Cuadro nº 2 DIOSES MINERVA ROMA APOLO DIOSCUROS MARTE HERCULES MERCURIO JANO SATURNO TOTAL

MONEDAS 9 8 4 5 3 3 1 1 1 35

VECES 11 10 7 6 3 3 3 1 1 45

Cuadro nº 3 SISTEMA

INDEFINIDO LITRA AS T. PUNTOS

MINERVA

5 3 13 21

ROMA

1 18 19

DIOSCURO

APOLO

11 11

1 2 6 9

MARTE

HERCULES

JANO

SATURNO

MERCURIO

6

5 1 6

3 3

2 2

1 1

6

Cuadro nº 4 CRITERIO A MINERVA ROMA APOLO DIOSCUROS MARTE HERCULES MERCURIO JANO SATURNO

POSICIÓN 1 2 3 4 5 6 7 8 9

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CRITERIO B MINERVA ROMA DIOSCUROS APOLO MARTE HERCULES JANO SATURNO MERCURIO

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Cuadro nº 5

Cuadro nº 6

DIOSES HÉRCULES SATURNO JANO MINERVA MERCURIO ROMA CERES APOLO VULCANO LIBER

MONEDAS 167 143 133 2+126 103+13 53 3 2 2 1

DIOSES JANO HÉRCULES SATURNO MINERVA MERCURIO ROMA CERES APOLO VULCANO LIBER

VECES 167 143 133 128 126 53 3 2 2 1

DATOS 133x2 167 143 2x3+125 103+13 53 3 2 2 1

T, PUNTOS 266 167 143 131 126 53 3 2 2 1

Cuadro nº 8

Cuadro nº 7 CRITERIO A HÉRCULES SATURNO JANO MINERVA MERCURIO ROMA

Posición 1 2 3 4 5 6

AÑOS A.C. MONETARIO ANÓNIMA TOTAL 187 - 168 3 29 32 168 - 154 20 22 42 154 - 140 27 9 36 140 - 126 54 2 56 126 - 112 38 38 112 - 98 63 1 64 98 - 84 2 2 84 - 70 7 7 70 - 56 8 8 56 - 44 7 7 TOTAL 229 63 292

CRITERIO B JANO HÉRCULES SATURNO MINERVA MERCURIO ROMA

Gráfico nº 1

MONETARIO

ANÓNIMA

70 1

60 2

40 22

Años a.C.

642

2

7

8

7

70 - 56

56 - 44

112 - 98

126 - 112

140 - 126

3 154 - 140

0

27

84 - 70

20

10

63

54 38

29

168 - 154

20

9

98 - 84

30

187 - 168

Cantidad

50

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