LA EDAD DEL BRONCE EN LA PENÍNSULA IBÉRICA ASPECTOS CULTURALES Y ARQUEOLÓGICOS

LA EDAD DEL BRONCE EN LA PENÍNSULA IBÉRICA ASPECTOS CULTURALES Y ARQUEOLÓGICOS Aspectos básicos del Bronce Peninsular: generalidades. La metalurgia d

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LA EDAD DEL BRONCE EN LA PENÍNSULA IBÉRICA ASPECTOS CULTURALES Y ARQUEOLÓGICOS

Aspectos básicos del Bronce Peninsular: generalidades. La metalurgia del Bronce en la Península Ibérica. Cultura material del Bronce Peninsular. Hábitat y Asentamiento en el Bronce Peninsular. Mundo funerario del Bronce Peninsular.

APROXIMACIÓN AL BRONCE PENINSULAR LA PENÍNSULA IBÉRICA EN EL II MILENIO A. C.

PUNTO DE PARTIDA Una de las peculiaridades más notables de la Edad del Bronce en la Península Ibérica está en su estrecho margen de desarrollo cronológico. Prácticamente en el II milenio a. C., la Península abandona el Calcolítico –con las últimas facies del Vaso Campaniforme– y se adentra en la Edad del Bronce que vive en todo ese milenio la fase que conocemos como Bronce Inicial (o Antiguo) y Bronce Medio (o Pleno). El influjo orientalizante, el cambio en el patrón de asentamientos y los cambios en el sector metalúrgico motivarán, a finales de dicho milenio, el cambio hacia la Edad del Hierro I, a través del periodo que conocemos como Bronce Final. DIVERSIDAD REGIONAL Y UNIDAD DE CARACTERES También en la Península Ibérica se vive el axioma de distinción entre la Edad del Bronce y las Edades del Bronce. A pesar de las diversidades regionales, hay varios rasgos que resultan básicos y comunes en el Panorama del Bronce Peninsular: 1. Progresiva sustitución del sílex por el metal en la fabricación de la industria, tendencia que ya veíamos manifiesta desde el Calcolítico. El resto de la industria se centra en la cerámica, a veces con una cierta pervivencia del horizonte final del Campaniforme y con la aparición de nuevas formas, sobre todo carenadas, y con decoraciones incisas y cordadas. 2. Generalización de los conocimientos metalúrgicos, primero del bronce arsenical (cobre + arsénico) y después del bronce típico (cobre + estaño). Como consecuencia de ello, algunas de las sociedades peninsulares se especializarán en la orfebrería y entrarán en las rutas comerciales, en especial el grupo del Sudeste, que formará las culturas más importantes del Bronce Peninsular: El Argar y los Millares. 3. Transformaciones en los rituales funerarios. En seguida se va a proceder –casi al paso de la aparición de la metalurgia, como sabemos– a la sustitución de la inhumación colectiva megalítica por el enterramiento individual en fosas o en cistas y con ajuar. 4. Mayor complejidad económica de las sociedades. Del mismo modo que habíamos hablado de una cierta benignidad climática para el Calcolítico, que habría explicado la progresiva extensión del hábitat y por tanto el número de yacimientos, parece que la Edad del Bronce va unida en la Península a una cierta sequía que hará necesario el hecho de que las sociedades del Bronce Peninsular se vuelquen en actividades económicas no dependientes del clima como la metalurgia, la minería, o el comercio, que, en cualquier caso, cuando sea transmediterráneo, también se verá afectado por los colapsos que, hacia el 1200 a. C., sufren las comunidades del Mediterráneo Oriental, colapso que dejará también su incidencia en el ritmo de los intercambios comerciales peninsulares.

LA METALURGIA DEL BRONCE EN LA PENÍNSULA ELEMENTOS TECNOLÓGICOS Y ARQUEOLÓGICOS

CRONOLOGÍA La metalurgia del bronce propiamente dicho no se empezará a usar en la Península Ibérica hasta pasado el 1.200 a. C. Desde los primeros trabajos con el cobre, que ya estudiamos en el Calcolítico, hasta bien entrado el Bronce Medio, la Península Ibérica trabajará sobre todo el bronce arsenical, siempre menos perfecto que el bronce estamnífero, que obtiene su perfección en una aleación que no aporte más del 10% de estaño. Ni siquiera las grandes culturas metalúrgicas del Bronce Peninsular (Sudeste) utilizarán el bronce estamnífero hasta casi el Bronce Final. INDUSTRIA METALÚRGICA

• Conocemos –sobre todo en El Argar– algunos hornos a cielo abierto y crisoles, aunque la mayor documentación sobre el proceso de fabricación nos la dan los restos de escoria así como los moldes bivalvos sobre los que se fabricarían las hachas planas típicas del horizonte del Bronce Inicial. • La industria metalúrgica del Bronce Peninsular comienza con la herencia de piezas ya recibidas a través del Calcolítico Final y propias del horizonte del Campaniforme como son las puntas Palmelas, los adornos de oro o el puñal de lengüeta (abundantes en yacimientos de la Meseta). Sólo en el Sudeste existen desde el Bronce Inicial piezas que se convierten en típicas del horizonte cultural Argárico (espadas de hoja ancha, alabardas, hachas planas, punzones, cinceles…) y un desarrollo notable de la orfebrería (diademas y espirales de oro y plata). También Galicia manifiesta desde fecha temprana, por los contactos atlánticos, cierto desarrollo metalúrgico.

ÁREAS DE PRODUCCIÓN

• Al margen de zonas en las que hay elementos metalúrgicos que remiten a la herencia Calcolítica, dos son los focos principales de la metalurgia: 1. Sudeste. Es la zona metalúrgica por excelencia en la que, sobre todo en torno de El Argar, se procede a la localización de yacimientos mineros y a su transformación. En esta áreas se innova en formas creando puñales cortos, espadas anchas y largas, hachas planas y alabardas. En cualquier caso se trata de bronce siempre arsenical. 2. Galicia y la Meseta. Estas zonas, de influjo atlántico y no mediterráneo han dado –con fecha 1400-1300 a. C.– las cronologías más bajas para la actividad metalúrgica del bronce estamnífero en la Península. El contacto comercial con las rutas del estaño y la herencia recibida del Campaniforme hacen posible una metalurgia que en algunos casos, como el gallego, explica un aparente crecimiento demográfico.

ELEMENTOS DE LA CULTURA ARQUEOLÓGICA APROXIMACIÓN A LA CULTURA MATERIAL DEL BRONCE PENINSULAR INDUSTRIA METALÚRGICA La industria a la que se ha prestado más atención en el Bronce Peninsular es la industria derivada de la metalurgia. Como hemos visto, existen algunas piezas de tradición plenamente calcolítica como las puntas Palmela, los puñales o puntas de flecha de lengüeta y algunos adornos en oro. Son piezas propias del Bronce las espadas largas, los puñales cortos, las hachas planas, las alabardas, los punzones y cinceles para el trabajo del hueso o las sierras para el trabajo de la madera. Al margen de la actividad metalúrgica del bronce, algunas sociedades atesoran cuentas de fibrolita, calaita, serpentina… INDUSTRIA ÓSEA En hueso abundan las espátulas, los peines, las agujas, los punzones biselados y los botones. En este grupo destacan los denominados “botones en V”, que suelen aparecer como elemento habitual de adorno. INDUSTRIA CERÁMICA La cerámica presenta muchas variedades. En algunas zonas como la Meseta perviven en el Bronce Antiguo formas del Campaniforme de Ciempozuelos, al que se le van incorporando formas incisas y cordadas en fecha más reciente. La mayor variedad de formas la aporta el horizonte de El Argar donde nos encontramos cerámicas negras, bruñidas, en ocasiones lisas y otras veces con mamelones o líneas incisas a las que acompañan, además, abundantes formas (cuencos, ollas, copas, cucharas, vasos ovoides…). Esas formas de El Argar luego se extienden por zonas de influjo mediterráneo como el área valenciana donde la cerámica incorpora decoración incisa de carácter geométrico, a veces “a peine”. Si durante el Bronce Antiguo la tendencia es la de fabricar cerámicas carenadas, a partir del Bronce Medio empezamos a encontrarnos con piezas semiesféricas, de paredes rectas, vasos coladores… INDUSTRIA LÍTICA La industria lítica persiste en el armamento: puntas de flecha de pedúnculo y aletas, brazaletes de arquero en piedra pulimentada, algunas hachas…

FORMAS DE HÁBITAT DEL BRONCE PENINSULAR PATRONES DE ASENTAMIENTO PUNTO DE PARTIDA La variedad de áreas geográficas que ofrece la Península permite detectar muy variadas formas de hábitat en el Bronce Peninsular, aunque, algunas, desde luego, sean paradigmáticas por el carácter prospectivo que incorporan respecto de las que serán las formas de hábitat posteriores. A) Hábitat en Cueva. Aunque a veces la cueva se va definiendo como lugar de enterramiento (CUEVA DE MONCÍN, Zaragoza), algunas áreas manifiestan en el Bronce Antiguo hábitat en cueva como sucede en la Cornisa Cantábrica (CUEVA DE LAS PAJUCAS, Álava o CUEVA CUELEBRE, Asturias) o en la Meseta. Prácticamente, el hábitat en cueva se extingue en el Bronce Inicial, perdurando apenas sólo en el Bronce Medio en Cataluña (CUEVA DE TOLL, Barcelona) y en la Facies Cuevas de La Mancha. B) Hábitat en Poblado. Es muy variada la tipología de los poblados del Bronce Peninsular: 1. Poblados en altura. Suelen estar situados en cerros con defensas naturales y artificiales, murallas, torres y hasta fosos defensivos. Las viviendas se adaptan al terreno, siendo casi siempre rectangulares o cuadrangulares, construidas con adobe y tapial y cubiertas con techumbre vegetal. Abundan en el Bronce Medio Ibero-Valenciano (HOYA QUEMADA, Terue)l; y se configuran con rasgos propios en el horizonte PreCogotas (LOS TOLMOS, Soria) y en la Facies Castellones de la Meseta (CERRO DE LA ENCANTADA, Ciudad Real). 2. Poblados en llano. Un tipo frecuente del Bronce Inicial es el de los “fondos de cabaña”, abundante en el Valle del Ebro (MONCÍN y MUELA DE BORJA, Zaragoza), la Meseta (EL VENTORRO, Toledo; o los varios poblados de la facies Motillas de Albacete y Ciudad Real como MOTILLA DE EL AZUER, Daimiel). 3. Poblados Urbanizados. Aunque, ciertamente, el urbanismo ya empieza a proliferar en todos los asentamientos en poblado del Bronce, es necesario individualizar el caso de El Argar. Los asentamientos de El Argar –zona de Almería y Málaga– son siempre asentamientos ubicados en las cumbres de cerros elevados con defensas naturales y fortificaciones de varios anillos defensivos que incluyen torres circulares y cuadrangulares, con viviendas rectangulares con cabecera absidada construidas con piedras, lajas, barro, postes de madera y techumbres vegetales. La conexión entre viviendas está pensada a través de calles y escaleras así como de terrazas. Se detecta, además, la especialización de áreas para la metalurgia, la actividad textil, la estabulación del ganado…

MUNDO FUNERARIO DEL BRONCE PENINSULAR PATRONES DE ENTERRAMIENTO PUNTO DE PARTIDA Al igual que sucede con el hábitat, las formas de enterramiento que se atestiguan en el Bronce Peninsular son tan variadas como las diversas áreas geográficas en las que el Bronce Peninsular está atestiguada. A) Enterramientos megalíticos. En las facies iniciales del Bronce Peninsular encontramos atestiguados enterramientos en cistas megalíticas con inhumaciones individuales y materiales de ajuar de tradición calcolítica. Así está atestiguado en BOVILA MADURELL (San Quirce del Vallés, Barcelona); y se singulariza de modo especial en FERRADEIRA (Alemtejo, Portugal) donde los enterramientos son en thóloi con cistas de grandes lajas verticales, práctica también atestiguada en la zona Norte de Portugal y en Galicia (MONTELAVAR, La Coruña). La pervivencia de este sistema de enterramiento aunque con túmulos más pequeños está atestiguada en ATALAIA (Ourique, Alemtejo) y en SINES (Sines, Portugal), ya en el Bronce Medio. Se trata de enterramientos en túmulos en el interior de los cuales aparecen las tumbas en fosas rectangulares excavadas y cubiertas por una laja. La zona de mayor pervivencia de la tradición megalítica es sin duda Baleares, donde en SON BAULÓ DE DALT aun existen dólmenes Pretalayóticos. B) Enterramientos en píthoi. Es el enterramiento clásico y más conocido de El Argar aunque no el exclusivo. Son enterramientos de inhumación en grandes tinajas o píthoi con el cadáver encogido acompañados de un ajuar fundamentalmente cerámico y de joyas de adorno personal. No es exclusivo de El Argar pues lo tenemos documentado también en el Bronce Ibero-Valenciano, y generalmente fuera de las viviendas. También en la Meseta hay algunos ejemplos de necrópolis en grandes tinajas cerámicas. C) Enterramientos en fosa o cista. Es el tipo de enterramiento más numeroso del Bronce Peninsular. Generalmente los enterramientos se sitúan fuera de los poblados, aunque próximos a ellos, a veces incluso en las laderas del cerro en que éstos se asientan. Se trata de enterramientos, siempre individuales, en fosas recubiertas de cistas, a veces aprovechando, incluso, covachos o grietas naturales. Generalmente los ajuares son pobres, cerámica, adornos y algún útil muy poco presente. Cuando los enterramientos están en el interior de los poblados –por ejemplo en ELTOMILLAR (Ávila)– suelen estar hechos en hoyos similares a los de los silos, casi siempre sin ajuar pero incorporando ofrendas alimenticias.

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