La enfermería en el hospital de El Escorial desde su reglamento

La enfermería en el hospital de El Escorial desde su reglamento Autoras: Josefa Centeno Brime1 Mª Isabel Arandojo Morales2 Francisca Juliana Hernánde
Author:  Sandra Luna Flores

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La enfermería en el hospital de El Escorial desde su reglamento

Autoras: Josefa Centeno Brime1 Mª Isabel Arandojo Morales2 Francisca Juliana Hernández Martín3

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Enfermera. Colaboradora Honorífica del Departamento de Enfermería de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología y Miembro del Seminario Permanente para la Investigación de la Historia de la Enfermería de la Universidad Complutense de Madrid. Lugar de trabajo: PREMAP, Seguridad y Salud. Madrid. 2

Enfermera. Master en Investigación en Cuidados en Salud y Doctoranda en Cuidados en Salud de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología Enfermería de la Universidad Complutense de Madrid. Lugar de trabajo: Colegio de Guardias Jóvenes “Duque de Ahumada” (Guardia Civil). Valdemoro, Madrid. 1

Enfermera. Profesora de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología y Presidenta del Seminario Permanente para la Investigación de la Historia de la Enfermería de la Universidad Complutense de Madrid.

Lugar de trabajo: Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la UCM.

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La enfermería en el hospital de El Escorial desde su reglamento RESUMEN El Hospital de San Lorenzo El Real, también llamado “Hospital de Laborantes”, se creó para dar asistencia a los obreros encargados de la construcción del Real Monasterio de San Lorenzo, pero también a los enfermos pobres de la villa y de la comarca. El rey Felipe II escribió un reglamento donde se establece el funcionamiento y organización del centro, el personal, los cuidados administrados en el mismo y el material necesario para llevarlos a cabo. Objetivos: Señalar los contenidos del documento relacionados con la organización del centro y los cuidados de enfermería. Resultados: Los cuidados de enfermería se realizan de manera integral (cuerpo y espíritu), con el prior como máxima autoridad y el enfermero mayor como supervisor de medios materiales, y humanos. Además se dotó al centro con abundantes recursos para su funcionamiento. Palabras clave: Hospital de Laborantes, instrucción, cuidados de enfermería

The nursing in the hospital of El Escorial from its regulation SUMMARY The San Lorenzo Hospital El Real, also called Laborantes Hospital, was built to provide assistance to the workers responsible for the construction of the Royal Monastery of San Lorenzo, but it also assisted the poor sick of the region. King Philip II wrote a regulation that establishes the operation and organization of the center, its administrative care and the material needed to carry it out. Aims: Point out the document content related to the center organization and nursing care. Results: Nursing care is done holistically (body and spirit), with the Prior as the highest authority and the Mayor Nurse as the supervisor of the material, human and personal means. The center was also provided with abundant resources for its operation. Keywords: Laborantes Hospital, regulation, nursing care

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La enfermería en el hospital de El Escorial desde su reglamento INTRODUCCIÓN En 1556, el rey Felipe II sube al trono para hacerse cargo de la poderosa Monarquía Hispánica y gobernar un extenso territorio en “donde no se ponía el sol”. De espíritu y formación germánica, establece la capital permanente en la villa de Madrid e impulsa la creación de un Estado Moderno, con una burocracia que desarrolla una amplia normativa, donde se regula cada una de las empresas que promueve durante su reinado1. Entre los proyectos abordados por el monarca, se encuentran el Alcázar de Madrid, como residencia oficial, y el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, como lugar de enterramiento dinástico y para su retiro espiritual. Esta obra, considerada por los contemporáneos como la Octava Maravilla del Mundo2, sirve para manifestar el espíritu del Concilio de Trento y el gran poder de la monarquía española3. El Real Monasterio, edificado entre 1563 y 1584 en el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, a 54 Km de Madrid, y dirigido por la Orden Jerónima, es un conjunto de edificaciones: panteón real, monasterio, Iglesia, palacio real, y biblioteca. Por ser obra de gran importancia, se complementa con un colegio, un seminario y un hospital, este último situado en la cercana villa de El Escorial4. La fundación de El Hospital de San Lorenzo El Real de El Escorial y la elaboración de la instrucción que lo rige, deben entenderse en el contexto de la política sanitaria y la reorganización de los hospitales realizada por Felipe II5,6. En estos momentos, los reyes comienzan a considerar la asistencia a los pobres como una preocupación del Estado y el hospital como la institución donde se les acoge y cuida. Felipe II continúa la labor iniciada por los Reyes Católicos con la creación de hospitales reales primero y hospitales generales después, como el “Hospital General de Corte” de Madrid. Estos centros dependen de la Corona7 y, para su funcionamiento, se elabora una reglamentación con gran valor jurídico y práctico, y que se lleva también al Nuevo Mundo para dar entidad a los hospitales construidos allí. Desde el inicio de la construcción del Monasterio, una de las primeras preocupaciones de Felipe II es prestar asistencia sanitaria a las personas enfermas que viven o trabajan allí, debido a la incidencia de las epidemias, las temperaturas extremas de la zona, la insalubridad de los alrededores y la inexistencia de centros asistenciales cercanos. El rey y los monjes jerónimos, movidos por un gran espíritu práctico, ven la necesidad de crear un hospital en la villa para atender las gentes del lugar y jornaleros (laborantes)8, que trabajan en las obras, y una Enfermería en el monasterio nuevo para tratar a los religiosos9. JUSTIFICACION Aunque este Monasterio ha sido objeto de múltiples investigaciones y publicaciones en el campo histórico, artístico, religioso, farmacológico e incluso esotérico, pocos estudios han analizado el documento: “Instrucción y modo de lo que se ha de tener en curar enfermos del Hospital de Sanct Lorenzo el Real de el Escorial, ansi en lo del alma como en lo del cuerpo”10 ,realizado por el rey Felipe II para establecer el gobierno y el cuidado a los enfermos en el Real Hospital, y que reguló éste desde su inicio en 1563 hasta el cierre de esta institución en 159911.

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OBJETIVOS 1. Señalar los contenidos del documento relacionados la organización del centro. 2. Analizar el escrito desde la perspectiva de los cuidados de Enfermería considerando los cuidados corporales y cuidados espirituales del enfermo. MATERIAL Se han utilizado fuentes documentales, que permiten profundizar en los cuidados de enfermería en un hospital renacentista de finales del siglo XVI, y fuentes bibliográficas, que ayudan a contextualizar el estudio en el espacio y en el tiempo. La principal fuente documental analizada ha sido la “Instrucción y modo de lo que se ha de tener en curar enfermos del Hospital de Sanct Lorenzo el Real de el Escorial, ansi en lo del alma como en lo del cuerpo”10, a través de la trascripción realizada por J: Zarco Cuevas en 1923 del documento original, que se encuentra en el Museo Británico de Londres y que se puede consultar en la Revista La Ciudad de Dios. Según señala Zarco Cuevas, se elaboran 2 Instrucciones para la administración de este hospital y esta parece ser la más extensa. También se ha consultado abundante documentación epistolar asociada a la elaboración de este texto10, que permite comprender el espíritu y los intereses de las personas implicadas en el diseño de esta normativa. Para realizar esta instrucción se tomaron como referencia otros escritos anteriores, como los Advertimientos de los Obregones del “Hospital de General de la Corte”10 y documentos del monasteriohospital de Guadalupe, perteneciente a la Orden Jerónima y que, según FJ. Campos y Fernández, sirvió de modelo, definiéndolos como “dos monasterios gemelos”12. MÉTODO En este trabajo de investigación se ha utilizado el método histórico crítico, siguiendo a J. Arostegui13, la aplicación del método científico al estudio de la Historia como ciencia social. La heurística ha permitido la localización y recopilación de fuentes documentales, la crítica interna y externa, el análisis de los resultados y la hermenéutica la interpretación de los resultados y su generalización. Esta metodología permite realizar un análisis documental y contrastar lo que aquí exponemos con el contexto sociopolítico y profesional de la época. ANÁLISIS El hospital de San Lorenzo El Real de El Escorial surge en la villa de El Escorial en 1563 como establecimiento destinado a acoger a pobres y enfermos de la villa y comarca14: “Para que en él se curen algunos enfermos del dicho lugar (de El Escorial) y otros lugares comarcanos”. En un primer momento, funciona como una pequeña enfermería vinculada al primitivo convento jerónimo de la villa de El Escorial, en lo que E. Maganto ha denominado la ”casilla” de la enfermería de Francisco Romo, con una capacidad de 1011 camas3,11. Más tarde, por necesidades prácticas, sufre varias ampliaciones al tener que atender a los jornaleros enfermos que participan en la construcción del Real Monasterio10 y se convierte en “hospital de laborantes”8. “Que porque se entiende que los laborantes, para cuya cura y remedio principalmente sirve y ha de servir agora este hospital, adolescen acá arriba en el Sitio y se están algunos días enfermos antes de baxarlos al hospital.” 4

A partir de 1576, este establecimiento pasa a tener categoría de Real Hospital, dependiente de la Corona, y el rey Felipe II le otorga un reglamento para su gobierno, que es la instrucción que analizamos. No se conocen las razones últimas de este importante cambio, pero se podría apuntar la idea de crear una institución que perdure en el tiempo y sirva de modelo de hospital renacentista3 Pero, a pesar de los esfuerzos del rey Felipe II para que se mantuviera en el tiempo, en mayo de 1599 este hospital cierra sus puertas y todos sus enseres pasan a la Enfermería del nuevo convento, situada en la fachada meridional del Monasterio, cerca de la Torre de la Botica y la Galería de los Convalecientes4,11,15 Al estudiar la Instrucción, nos encontramos un reglamento de 91 artículos, donde se establece minuciosamente el funcionamiento del centro, el personal, los cuidados administrados en el mismo y el material necesario para llevarlos a cabo. Se sistematiza el trabajo del centro y la organización de los cuidados a los enfermos, buscando la máxima eficacia sin escatimar en recursos materiales. Para redactarlo, el monarca realiza consultas a través de sus secretarios personales (Gaztelu, Antonio Gracian y Pedro del Hoyo)10 a las diferentes personas que tienen algo que decir al respecto, por lo que se pide consejo al prior del Real Monasterio, Julián de Tricio, quien asesora tomando como modelo un establecimiento que conocían bien, el monasterio-hospital de Guadalupe. El arquitecto Juan de Herrera aconseja sobre aspectos constructivos: ubicación adecuada, tamaño y ampliación del centro cuando aumenten las necesidades de espacio. El Dr. Ortega, médico del hospital, orienta sobre aspectos relacionados con sus funciones y al Venerable Bernardino Obregón, enfermero y amigo personal del monarca16, se le pide consejo sobre la organización del cuidado a los enfermos, en torno a la figura del “enfermero Mayor” como responsable del funcionamiento del hospital17. Existe abundante documentación epistolar donde se habla de las aportaciones de estas personas y del gran peso del Venerable Bernardino Obregón en la elaboración de esta instrucción18, debido a su amplia experiencia como enfermero y fundador de la Mínima Congregación de los Siervos de los Pobres Enfermos (Hermanos Obregones), quienes se ocupaban del cuidado de los enfermos del Hospital General de Corte. Esta Orden Hospitalaria elabora, a principios del siglo XVII, un manual para enfermeros que se denomina: “Instrucción de enfermeros y consuelo de afligidos enfermos y verdadera practica de cómo se han de aplicarlos remedios que enseñan los médicos”19, el primer manual escrito por y para enfermeros del que se tiene constancia hasta el momento actual. Dotación de personal El hospital se dotó del personal suficiente en número y con la formación necesaria, para asegurar el cuidado de los enfermos durante el día y la noche. “…y que haya cada noche vela para que los enfermos que tuvieren la necesidad sean luego socorridos, y si esto hubiere y se guardare no habrá necesidad más de una campañilla y podrá se repartir la vela entre los enfermeros, y cuando alguno estuviere a la muerte tendrá cuidado de llamar al clérigo y a otro para ayudar a bien morir” (Art. 22). Se establece una estructura jerárquica de gobierno, con el prior de la Orden Jerónima como máxima autoridad del mismo (Art 90) pero con supervisión real y dependiendo de él, la figura del enfermero mayor (Arts.28-43) como responsable del cuidado de los enfermos, con amplia formación y funciones: 5

“Es necesario, si es posible, que uno de los enfermeros sepa un poco de zurugía y aun de botica, o que sean dos, uno para cada cosa…” (Art. 54). Cuenta además con un médico, 4 enfermeros, un boticario, un cocinero, un portero y un mozo (art 60), estableciendo también la Instrucción las cualidades que deben tener las personas que sirven a los enfermos: ”Es necesario que el clérigo y enfermero, con el cocinero y los demás que han de servir a los enfermos tengan mucha caridad, paciencia y cuidado y limpieza con prudencia, porque teniendo estas serán bien servidos los enfermos” (Art. 1). El médico tiene un papel poco relevante en el centro, por el número de artículos dedicados, aunque aparece como el responsable de la cura de los enfermos mediante la prescripción de las medicinas, las técnicas y las dietas. Sus tareas están perfectamente definidas en la Instrucción y sus obligaciones y honorarios se establecen en el contrato firmado con el hospital3. Es una persona asalariada y con una limitada estancia y dedicación al centro por lo que, en situaciones de necesidad práctica, es el enfermero mayor el que debe asumir funciones asignadas a este profesional por su permanencia continua en el hospital. El boticario20 se encarga de la elaboración y suministro de diferentes remedios, preparados y medicamentos, con prescripción y firma médica Cuidados administrados El cuidado al enfermo se realiza desde un punto de vista integral, considerando a la persona enferma en sus dos vertientes: corporal y espiritual. La vertiente corporal contempla los cuidados básicos al enfermo, lo que Schipperges denomina “res non naturalis”21, que incluye la higiene y dietética del enfermo siguiendo a Paracelso y los aristotélicos, y que incorpora el humanismo renacentista a la medicina del siglo XVI y usa “sex res non naturalis”22 para referirse a la luz y aire, comida y bebida, movimiento y reposo, sueño y vigilia, excreciones y pasiones o estímulos afectivos, como elementos de la salud. Toda la instrucción está orientada, desde el principio, para el buen servicio al enfermo, que se inicia desde el ingreso: “… y antes de ponerlos en la cama, si hubiere lugar y no estuvieren tan peligrosos y tuvieren cabello largo, los hagan quitar el cabello y barba, y les quiten la camisa y les pongan una limpia para que no hincha la cama de piojos y otras inmundicias…” (Art. 2). “Será bien que cuando se resciba algún enfermo, procuren antes de ponerle en la cama lavarle el rostro y las manos y los pies con agua caliente para que no ensucie la ropa, y también le corten las uñas, si las tuviere grandes, que todo es salud y limpieza…” (Art. 3) Es fundamental evitar la pérdida de calor del paciente, por lo que se instruye la necesidad de tener mantas para mantener el enfermo caliente (Art. 65), ropa de cama suficiente (arts. 66), calentadores para el invierno (art. 75) y hasta “un ropón y unos pantuflos para levantarse” (Art. 73), además de “…caballos para leña y badiles y tenazas y una docena de braseros o media para tener fuego de invierno en los aposentos…” (Art. 81) y suficiente provisión de leña y carbón (Art 91). La dieta se considera elemento terapéutico para la convalecencia y recuperación de los enfermos y constituye uno de los pilares básicos del cuidado, con alimentos y 6

preparados como caldos, mermeladas para los enfermos delicados y hasta se establece la manera de hacerlos y la pauta de administración al enfermo (Arts. 42 a 48). A los convalecientes se les pauta una buena alimentación basada en carne de aves, con abundancia de gallinas para obtener caldo y huevos frescos. A este respecto, juega un importante papel la huerta para productos de temporada, como frutas, verduras y hortalizas. “Que si manda el médico que den a algunos de almorzar por la mañana, que son los convalecientes, si es en tiempo de fruta y si hubiere algunas guindas y ciruelas o de un buen melón se les dé sólo para comer dos bocados, y beber una vez, y cuando no hubiere fruta sean pasas o algunas higadillas” (Art. 45). También se tiene en cuenta la atención a los enfermos más vulnerables: a los que tienen calentura (Art 30 y 48), a los inapetentes (Art. 47), a los que necesitan dieta especial (arts.41 al 50), a los frenéticos (psiquiátricos) con un artículo magnífico dedicado a la sujeción de los mismos para cuidar que no se hagan daño (Art 38), e incluso se establece que no se eche del hospital al que padezca alguna enfermedad larga y de peligro, para que no muera fuera del mismo (Art. 56). La recuperación se completa con paseos al sol y al aire y con conversaciones, aplicando intuitivamente algo así como una “psicoterapia”. “… y cuando el enfermo pidiere alguna cosa de deseo para que no quede desconsolado, comunicará primero el médico con el enfermero si la tiene viendo si se le puede dar para que se le dé, y sino lo tuviere sea obligado el médico con palabras amorosas decirle que no le conviene y darle de lo que tuviere el enfermero en lugar dello […] con palabras de caridad y mansas se consuela el paciente y no hay rencor ni mala voluntad…” (Art. 28). En cuanto a la vertiente espiritual, se cuida con confesión al ingreso y de forma periódica, asistencia a los oficios religiosos, e incluso realizando su testamento. “… si tuviere fuerzas, le den tiempo para aparejarse para que piense sus pecados y los pueda confesar y rescebir el Santísimo Sacramento antes de echarse en la cama…” (Art. 2). “…antes de hacerle ningún beneficio corporal, hagan que confiese y comulgue y haga testamento si pudiere por escripto o por palabra, porque no se muera como bestia, pues importa más curar el alma que no el cuerpo” (Art. 6) Se trata sobre todo de ayudar “al bien morir”, siguiendo la línea de manuales del “ars moriendi” bajomedieval21 “…ayudar a bien morir a los que se murieren en el dicho hospital y cuando hubiese mucha priesa sea obligado el beneficiado que está asalariado de su Majestad a ayudarle, y también el enfermero, y no que se mueran como bestias, y que se haga señal en la iglesia de Sant Lorenzo el viejo cuando se muriere alguno…” (Art. 17). Recursos materiales El monarca no quiso escatimar en recursos materiales, por lo que la instrucción establecía cuantas camas debía poseer el hospital, sus medidas, y la provisión de abundantes sábanas, mantas, cobertores, almohadas (Arts. 63 a 66). También se tenía en cuenta la abundancia de paños, manteles, servilletas (Art. 67) y hasta jarrillos y orinales (Art. 69) y una cocina “… bien proveida de todo lo necesario, con cantaros de cobre, bacías, calderas, cazos, peroles…” (Art. 80). 7

El hospital se complementaba con la existencia en el mismo de una botica de urgencia (Art. 54 y 58) con “…aguas y jarabes, aceites, ungüentos, polvos, yerbas, raíces y otras cosas de medicina”. RESULTADOS Felipe II quiso dotar al centro de una Instrucción o normas, de iniciativa real no religiosa, que reglamentaran el criterio de actuación y la organización de la asistencia a los pacientes, sistematizando la atención, curación y el cuidado de los enfermos de la villa y comarca de El Escorial y también de los laborantes que trabajaron en la construcción del Monasterio. El espíritu de la Instrucción que rige el Real Hospital es la idea cristiana de amor al prójimo a través de cuidado a los pobres enfermos (Filosofía de servicio). Además, se incorporan nuevos conceptos del humanismo renacentista aplicado a la Medicina23 como el de curar, que aparece en el mismo título de la instrucción, o la idea de convalecencia. Estos conceptos respondían además al fin práctico con el que se concibió esta institución, es decir, atender con los mejores medios humanos y materiales existentes a la mano de obra enferma contratada en la construcción de Real Monasterio, a la se intentaba cuidar y sobretodo restablecer, para que siguieran trabajando. Por ello, la instrucción organiza la administración de un hospital de 30 camas, a modo de hospital renacentista con buena dotación económica, y con abundantes medios materiales para su funcionamiento, además del personal suficiente para ofrecer servicio al enfermo durante las veinticuatro horas del día, siguiendo un modelo de organización jerárquica cuya máxima autoridad era el Prior, al servicio de Dios y su Majestad, y con el Enfermero Mayor al frente de la organización de los cuidados. Estamos ante un documento normativo y administrativo extenso y minucioso en su desarrollo, que se realizó con la indicación del Venerable Bernardino Obregón, que asesoró ampliamente en el articulado referente a cuidados. En él se considera al enfermo desde un punto de vista integral, a nivel corporal y espiritual, y se regula su estancia desde que ingresa hasta que se va de alta o fallece. El enfermero mayor es el responsable del cuidado y tiene dedicación exclusiva a este cometido. Es una figura de autoridad en el centro, responsable de la calidad asistencial y de su buen funcionamiento, y debe asegurarse de que las personas que allí trabajaban apliquen al enfermo el mejor cuidado posible con los recursos existentes. Se instruyen cuidados básicos, como la higiene de personas y utensilios, la dieta, y la administración de preparados medicinales. Es importante mantener calientes a los enfermos y las instalaciones hospitalarias y se consideran cuidados especiales para pacientes delicados, frenéticos y convalecientes. Pero también se tiene muy en cuenta el cuidado espiritual, centrado en el consuelo del enfermo y en la ayuda al bien morir. El hospital y la instrucción que lo rige pueden considerarse pioneros en la organización del cuidado enfermero, con arreglo al desarrollo de la ciencia renacentista, y van a servir de modelo para otros documentos jurídicos que regulan el funcionamiento de los hospitales desde el punto de vista de los cuidados, como es “Instrucción de Enfermeros” de Andrés Fernández, 1625, o las instrucciones de los Obregones de 1604.

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CONCLUSIONES Las Instrucciones dadas por el monarca Felipe II constituyen una regulación administrativa para sistematizar el gobierno y cuidado de los ingresados en el Hospital de San Lorenzo el Real y la atención a laborantes enfermos o accidentados que trabajaron en la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y otros enfermos de la villa y comarca. El modelo de cuidados de enfermería tiene una jerarquía bien definida, donde el Enfermero Mayor es relevante en la supervisión de medios materiales, humanos y personales y en la realización de tareas que perduraron a lo largo del tiempo, en este oficio primero y profesión después. El cuidado es individualizado e integral y está dirigido a un enfermo pobre en un hospital real, no una enfermería monástica, gracias a la importante asesoría del Venerable Bernardino Obregón. Es por esto que este hospital sigue una organización asistencial semejante a la establecida por el mismo en el Hospital General de Corte y en el monasterio hospital de Guadalupe, regentados por la Orden. Se reglamenta la estancia del paciente y la cobertura de todas sus necesidades básicas, en relación con la cura y cuidado, siguiendo una pauta lineal, ya que comienza con el ingreso en el centro y cubre la recuperación y convalecencia hasta que se va de alta o muere. Felipe II busca disponer de un hospital con enfermeros preparados para ejercer unos cuidados de calidad, acordes con el desarrollo de la medicina renacentista y la botica escurialense por lo que, mientras funciona, se usan la medicina, botica, higiene, dieta y convalecencia como como elementos terapéuticos aplicados por los enfermeros, al frente de los cuales estaba el Enfermero Mayor. La instrucción se elabora para un hospital pequeño, a modo de ensayo de hospital renacentista, como modelo para aplicar a otros centros más grandes, como eran los hospitales generales. Se elaboran escritos que recogen el funcionamiento de la institución y las funciones de las personas que trabajan en ella y que, posteriormente, marcan la base jurídica de regulación de la Enfermería, entre otras instituciones. BIBLIOGRAFIA 1. García Cárcel R. Historia de España siglos XVI y XVII: la España de los Austrias. Madrid: Cátedra; 2003. 2. De Almela JA. Descripción de la octava maravilla del Mundo, que es la excelente y santa casa de San Laurencio, el Real Monasterio de frailes Jerónimos compuesta por el doctor Juan Alonso de Almela, médico 1594. Inventario General de Manuscritos de la BNE. 3. Maganto Pavón E. La Enfermería Jerónima del Monasterio del Escorial (Su historia y vicisitudes durante el reinado de Felipe II). San Lorenzo de el Escorial: R.C.U EscorialMª Cristina. Servicio de Publicaciones. Colección del Instituto Escurialense de Investigaciones históricas y Artísticas nº6; 1995. p. 13 y 52-6. 4. Sigüenza J. Historia primitiva y exacta del Monasterio del Escorial. Madrid: Imprenta y Fundición de M.Tello; 1881. 5. Rey Bueno M, Alegre Pérez M. La ordenación normativa de la asistencia sanitaria en la corte de los Habsburgo españoles (1515-1700). Dynamis Acta Hispánica ad Medicinae Scientiarumque Historiam Illustrandam. 1998;18:341-75. 9

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