La escucha y el diálogo

La escucha y el diálogo V La escucha y el diálogo Materiales preparatorio por parte del acompañante del grupo • Impresión del Anexo V2-1. • Papeles

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La escucha y el diálogo

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La escucha y el diálogo Materiales preparatorio por parte del acompañante del grupo • Impresión del Anexo V2-1. • Papeles de colores. • Vela. El título de este tema ya nos plantea un interrogante importante: ¿existe el diálogo sin escucha? Efectivamente, la elección de este nombre está hecha con una clara intencionalidad. Para poder comunicarnos no basta simplemente con “hablar”, sino que es necesario “escuchar” también. A veces podemos no darnos cuenta de la importancia que tienen estas dos acciones. Debemos expresar lo que sentimos, lo que vivimos…y también saber escuchar. Y en este tema vamos a hablar de la escucha y el diálogo en diferentes ámbitos que todos compartimos en el grupo: los amigos y Dios. Así todo, el contenido del tema está planteado hacia el diálogo, debido a que vamos a suponer que ya la escucha está contenida en él. Para que haya un buen diálogo hay que saber escuchar. Como llevamos proponiendo desde el inicio de los temas, el diálogo en el grupo es imprescindible para conseguir la unión entre la fe y la vida, para la transmisión de los contenidos del catecismo. Es por eso que el diálogo ha debido convertirse en hábito dentro de nuestras reuniones en la parroquia. Seguramente aún estaremos construyendo este hábito dentro del grupo, no es fácil. Por eso esperamos que este tema ayude a mejorar la actitud del grupo en este sentido. Y no sólo dentro de nuestro grupo, sino también fuera, con su familia, amigos…y, por supuesto, con Dios. Es importante que vean en su acompañante una buena actitud de escucha y diálogo, el mejor aprendizaje que pueden tener es con el 61

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ejemplo. Y cuando ellos ven que dentro del grupo se fomenta la comunicación, la participación de todos, el afecto… teniendo en cuenta sus opiniones, preocupaciones, ideas, sentimientos, etc, se les ayuda para que avancen por la senda del aprendizaje y de la maduración. Seguramente, el grupo tenga ya algunas “normas” básicas y coherentes para los momentos de diálogo o asamblea en el grupo. Prestar atención al compañero que está hablando, no hacer conversaciones aparte, respetar el turno de palabra, etc. A través de este tema van a poder comprender aún mejor de la importancia de estas normas que, seguro, lleva repitiendo el acompañante desde el inicio de las reuniones. Por otro lado, vamos a reforzar nuestra relación con el Señor a través del diálogo (ojo, y la escucha). Dios ha deseado hablar con las personas como un amigo habla con su amigo. Ha querido comunicarse con nosotros e invitarnos a vivir con él y unidos a él.

Objetivos a tratar en la sesión • Descubrir los beneficios de un buen diálogo. • Aprender las actitudes básicas de escucha y diálogo con otras personas. • Descubrir de qué manera mantienen los cristianos un diálogo con Dios y así intensificar nuestra relación con Él.

A. ENTRADA Oración inicial breve. Empezamos poniéndonos en presencia del Señor. Es necesario que generemos un clima de silencio y oración. A continuación, de manera espontánea, podemos presentarle a Dios nuestras intenciones, ofrecerle la reunión por una persona que queremos tener presente en este momento, comunicarle algo significativo que nos haya sucedido esta semana, etc. Es un momento donde comenzamos a llevar nuestra vida al grupo y lo compartimos en clave de oración.

B. VER - Miramos nuestra realidad B.1. ¿Qué es dialogar? Comenzaremos el tema planteando esta cuestión, y así aprovecharemos para conocer las ideas previas con las que parten los niños y trabajar sobre ellas. A modo de lluvia de ideas, el grupo irá diciendo lo que para ellos es dialogar, e iremos apuntando la “definición” conjunta que va saliendo en alguna pizarra, cartulina o papel. 62

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B.2. El diálogo con los amigos Vamos a abrir esta parte con un pequeño juego divertido que van a poder relacionar con lo complicado que resulta comunicarse a veces. Tienes que esforzarte si quieres mantener realmente un buen diálogo, debes adquirir algunas pautas y actitudes. Así pues, elegiremos a una o varias personas (según considere el acompañante) para que transmitan un mensaje. Este mensaje puede ser algo que nos quieran contar al grupo (algo que les haya pasado esa semana por ejemplo) o directamente responder a algo que les pregunte el acompañante. La complicación viene porque van a tener que hablar y ser escuchados con algo metido en la boca (cola cao, una magdalena, una galleta…). Otro tipo de complicación (que si sacamos a varias personas podemos ir alternando) puede ser hablar sólo con una vocal o, si tuviéramos los medios, hablar mientras se escuchan a sí mismos con unos auriculares pero algún segundo más tarde. Tras el juego realizaremos algunas preguntas, recuerda que no es jugar por jugar. ¿Os ha resultado complicado hablar de esta manera? ¿Habéis entendido lo que quería deciros? ¿Hay veces que os sentís de esta manera cuando habláis con alguien? ¿Os cuesta mantener un diálogo? ¿Ser escuchados? Después de esta introducción, repartiremos a los niños papelitos de dos colores, azul y verde (se pueden repartir varios a cada uno, si escriben varias cosas). Cuando dialogamos con nuestros amigos, en el cole, en el grupo…es posible que nuestras palabras puedan entenderse bien o puede que se entiendan mal. Comunicarnos con otros y hablar de ciertos temas es algo muy importante y, a la vez, puede llegar a ser difícil. En nuestro grupo, cuando trabajamos un tema concreto, cuando nos contamos cosas personales o cuando debatimos acerca de algo…estamos dialogando entre nosotros, estamos hablando, escuchando y comunicándonos. En los papeles azules van a escribir algún momento en el que han tendido alguna dificultad a la hora de expresar algo en el grupo. En el papel verde van a escribir una cosa positiva que les llame la atención del grupo cuando se hablan temas personales o de grupo.

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Si no se les ocurre nada, podemos ayudarles con algunas preguntas: ¿Alguna vez se ha malinterpretado algo de lo que has dicho? ¿Siempre que hablas te escuchan? ¿Te da vergüenza hablar o contar tus cosas? ¿Cuando empiezas a hablar ya no paras o te vas por las ramas? Etc. ¿Te sientes escuchado? ¿Participamos todos los integrantes del grupo activamente en los diálogos? ¿Respetamos nuestras opiniones? ¿Somos críticos (constructivamente) unos con otros? ¿Nos percatamos de cuándo alguno necesita hablar y ser escuchado (por algo que le haya ocurrido por ejemplo)? Etc. El acompañante va a preparar dos trozos de cartulina con las dos opciones que hemos planteado: dificultades y cosas positivas (Anexo V2-1). Iremos leyendo los papeles que han escrito y colocándolos en el cuadro que corresponda. Según vayan saliendo las dificultades y aspectos positivos, los iremos comentando y reflexionando sobre ellos. ¿Por qué te parece esto una dificultad? ¿Se suele dar en nuestras reuniones? ¿En otro tipo de grupos se da esta característica? ¿Crees que eso puede cambiarse? Etc. Cuando estén todos los papeles pegados, dialogaremos a raíz de las preguntas que aparecen en los cuadros escritas: Dificultades: ¿Por qué hemos tenido esas dificultades? ¿Qué consecuencias pueden tener? Cosas positivas: ¿Por qué nos llaman la atención? ¿Qué consecuencias pueden tener? Dificultades: ¿por qué hemos tenido esas dificultades? ¿Qué consecuencias pueden tener?

Cosas positivas: ¿por qué nos llaman la atención? ¿Qué consecuencias pueden tener?

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B.3. El diálogo con Dios Acabamos de ver cómo nos comunicamos y dialogamos en el grupo. Esto tiene mucha importancia para nosotros y nos parece difícil pero… ¿es más fácil comunicarnos con Dios? ¡Sí! Como hemos aprendido en otros temas, la forma que tenemos para comunicarnos, dialogar, y hablar con Dios es LA ORACIÓN. ¿Soléis dialogar con Dios? ¿Cómo lo hacéis? En el grupo, ¿cómo y cuándo lo hacemos? Orar es hablar con Dios y a Él se le habla como a un padre o a un amigo: con total sinceridad. Orar a Dios no consiste tan solo en pedirle cosas sino en estar con él, en darle gracias por lo que nos da y en sentir que está con nosotros. Tampoco consiste en repeticiones de palabras aprendidas y recitadas sin entendimiento ni sentimiento alguno, sino decirle lo que sale de nuestra propia mente y nuestro corazón sabiendo que nos va a escuchar. No necesitamos estar en un lugar especial, Dios escucha en todas partes a los que le buscan de todo corazón, con toda y toda fuerza. Eso sí, no olvidemos que Jesús está presente de manera especial en el Sagrario, y a Él le gusta que lo visitemos y hablamos con Él allí. Nuestro grupo, nuestro diálogo y nuestra vida debe siempre tener en el centro a Dios y por eso, como comunicarnos con Él es tan importante, ¡¡vamos a experiméntalo!! El acompañante prepara una vela, la coloca en medio de la mesa, y la enciende. Con el símbolo de la luz, vamos a tener presente a Dios ahora… Apagamos todas, o casi todas las luces, y dejamos la vela encendida. Podemos poner música ambiental muy bajita. Vamos a calmarnos y a concentrarnos en la luz… sólo en la luz… Cristo es nuestra luz… y pensamos en cómo Jesús está en nuestras vidas, en la familia, en la parroquia, en el colegio… Él te está escuchando ahora mismo, quiere saber de ti, que le cuentes cosas… ¿Qué te apetece contarle? Abre tu corazón… Jesús puede ver lo que piensas de Él ahí, en lo más profundo…díselo sin miedo, dile cómo te sientes, tus preocupaciones, tus alegrías, tus miedos…Y dile lo que sientes por Él. ¿En verdad quieres que te acompañe, que te escuche? Díselo, está deseando oírlo. Ahora escúchale tú a Él… también tiene cosas que contarte ¿qué te dice? ¿cómo te hace sentir?¿sientes su apoyo? 65

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Dejamos unos minutos para que los niños se concentren, se calmen y disfruten. Pasados 2-3 minutos volvemos a encender la luz. Preguntamos a los niños cómo se han sentido y explicamos que esto ha sido un tiempo de oración que pueden repetir en cualquier momento. Dios está siempre con nosotros pero especialmente lo encontramos en la iglesia, en el sagrario y esa debe ser nuestra luz. Dejamos unos minutos para que los niños se concentren, se calmen y disfruten. Pasados 2-3 minutos volvemos a encender la luz. Preguntamos a los niños cómo se han sentido y explicamos que esto ha sido un tiempo de oración que pueden repetir en cualquier momento. Dios está siempre con nosotros pero especialmente lo encontramos en la iglesia, en el sagrario y esa debe ser nuestra luz.

B. JUZGAR - ¿Qué nos dice Jesús? Después de ver y experimentar cómo dialogamos en el grupo y cómo lo hacemos con Dios… ¿Qué nos dice Él al respecto? ¿Cómo nos dice Jesús que deben de ser nuestras conversaciones con los demás? “Vuestra conversación sea siempre agradable, con su pizca de sal, sabiendo cómo tratar a cada uno.” Col 4, 6 “Prepara tu discurso y así serás escuchado, ordena tus ideas y luego responde.” Eclo 33,4 “Antes de informarte, no recrimines; reflexiona primero y censura después. Antes de escuchar, no respondas, ni interrumpas al que tiene la palabra.” Eclo 11, 7-8 ¿Cómo quiere Jesús que tratemos al resto a la hora de comunicarnos? ¿Cómo quiere que actuemos dentro del grupo? Y, ¿Cómo nos dice Jesús que debe ser nuestro diálogo con Dios? Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy el pan nuestro de cada día. 66

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Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén. Mateo 6, 7-13 ¿Pensabais que dialogar con el Padre, hacer oración, era tan sencillo? ¿Por qué Mateo se refiere precisamente a la oración del Padre Nuestro? ¿Qué tiene de especial? El Padre Nuestro es la oración que Jesús nos enseñó. Cuando oramos el Padre Nuestro, el Espíritu Santo directamente nos une al Padre, haciendo que Éste escuche lo que tenemos en nuestro corazón. Es bueno que vayamos introduciendo a los niños de nuestro grupo a la oración personal, deben hacerlo de varias maneras y a través de otras muchas oraciones de las que la Tradición ha ido transmitiendo de generación en generación pero, especialmente para aquellos que aún les cuesta introducirse en la oración personal, pedirles que recen, al menos de momento, el Padre Nuestro, es sensato. Esta idea nos puede ayudar cuando recordemos y reforcemos el compromiso de oración diaria.

B. ACTUAR - ¿Qué podemos hacer? Preguntas de ayuda para guiar el momento de tomar compromisos: Llegados a este punto, ¿qué podemos hacer? En el grupo… En casa… Con Dios… ¿Actuamos como Jesús quiere que lo hagamos? ¿Siempre respetamos que se dé un buen diálogo? ¿Participo dentro del grupo en las conversaciones y reflexiones grupales que se generan? ¿Cómo lo hago? ¿Solemos hacer oración personal? ¿Y grupal? ¿Ves importante hablar con Dios? Compromiso personal Se anima a los niños a pensar con quién o quiénes les cuesta más dialogar y, sobre eso, pueden adquirir un compromiso.

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Compromiso grupal Como en este tema se ha hablado del diálogo grupal, se puede animar al grupo a que en cuanto a eso cree una lista de normas de comunicación en el grupo (en el caso de que tengan algunos problemas). También hemos hablado del diálogo con Dios y, como el centro de nuestra vida y de nuestro grupo es Él, es el momento de revisar si realmente en nuestro grupo se le da el protagonismo a Jesús que merece. Entonces se les puede animar a los niños a adquirir un compromiso en torno al diálogo con Jesús y a la oración grupal. Para trabajar en familia En este tema hemos descubierto la importancia del diálogo y la escucha. Ya nos hemos comprometido para dialogar más con Dios y con los integrantes de nuestro grupo, pero no debemos olvidarnos del diálogo dentro de nuestras familias. A veces, y más en estas edades y en las que se aproximan, vamos dejando a un lado las conversaciones con nuestros padres, hermanos, abuelos… Por eso es positivo que desde el equipo de vida se les haga ver la necesidad de mantener esa conexión con la familia. Quizás pueda ser simplemente preguntar qué tal el día al llegar a casa, contar lo que has hecho en el entrenamiento, en la clase de música… El compromiso familiar de esta semana consistirá en que los niños, en el momento del día que elijan (al llegar a casa de la reunión es lo mejor), van a contar a su familia lo que hemos hecho hoy. Pueden comentar el tema tratado, cómo lo hemos trabajado, lo que más les ha gustado, lo que menos…e incluso el compromiso personal que han asumido. E. DESPEDIDA Oración final Señor Dios, te alabamos y te glorificamos por la hermosura de ese don que se llama diálogo. El diálogo desata los nudos, abre las puertas, soluciona los conflictos, engrandece a las personas, es vínculo de unidad y de fraternidad. Cristo Jesús, haznos comprender que nuestras discusiones se deben, casi siempre, a la falta de diálogo. Haznos comprender que mutuamente nos necesitamos y nos complementamos, 68

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porque tenemos para dar y necesitamos recibir, ya que puedo ver lo que otros no ven, y ellos pueden ver lo que yo no veo. Señor Jesús, cuando aparezca la tensión, dame la humildad para no querer imponer mi verdad, de saber callar en el momento oportuno de saber esperar a que el otro acabe. Dame, Señor, la generosidad para pensar que también el otro busca la verdad, y para mirar sin prejuicios y con generosidad las opiniones ajenas. AMÉN

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