La evaluación de los procesos de coordinación The evaluation of the coordination processes

M.Sc. Conrado Rovero Mora Ministerio de Educación del Poder Popular, Venezuela

Universidad de Ciencias Pedagógicas “Héctor A. Pineda Zaldívar” Cuba http://www.pedagogiaprofesional.rimed.cu

ISSN 1684-5765 Volumen 10, no. 3, julio-setiembre, 2012. Trimestral

RESUMEN La evaluación es una categoría utilizada en el proceso educativo con diferentes objetivos, pero debe precisase que el objetivo fundamental es el contribuir al desarrollo exitoso de todos los procesos o acciones que se realicen en dicho proceso. En el presente artículo se realizan referencias a la evaluación educativa y de forma particular a la evaluación de los procesos de coordinación, pero se inicia precisando que es necesario atender que no solo se evalúa el proceso de aprendizaje sino que es necesario evaluar el "contexto", "el proceso", "el resultado", "el producto", hasta llegar al impacto. Se realiza una sistematización de definiciones de evaluación de diferentes autores para determinar cuáles son las características fundamentales de la evaluación. Además se destacan las funciones de la evaluación siguiendo el criterio de un autor y como elemento final se presenta la definición de la evaluación de los procesos de coordinación.

Palabras clave: Evaluación, procesos de coordinación, Venezuela

ABSTRACT Evaluation is a category used in the educational process with different objectives, but must precisase that the main objective is to contribute to the successful development of all processes or actions carried out in the process. This article references are made to educational assessment and particularly the assessment of coordination processes, but starts explaining that need to be addressed not only assesses the learning process it is necessary to evaluate the "context" , "process", "result", "product", until the impact. We performed a systematic review of definitions of different authors to determine which the key features of the evaluation are. Besides highlighting the features of the evaluation following the criterion of an author and as a final element is the definition of the evaluation of coordination processes.

Key words: Evaluation, coordination processes, Venezuela.

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INTRODUCCIÓN

El término evaluación es polisémico y complejo, y su estudio depende en gran medida, de su valoración amplia.

En los sistemas educacionales desde el momento en que se introdujo el término evaluación educativa se ha venido transitando un camino que desde lo teórico y la práctica se ha ido enriqueciendo continuamente. Investigadores como Tyler y Bloom (1950), Stuffleman (1992), Santos Guerra, M. (1993), Stoke (1997), Añorga Morales, J. (1997), González, P. (1998), Lazo, J. (2000), Ferrer, M. T. (2002), León, N. (2002), Torres, P. (2004) y Zolórsano, R. (2006) a lo largo del siglo XX y del siglo XXI, han abordado la evaluación tanto del aprendizaje, de los resultados, en relación con la acreditación, así como sobre los procesos de impacto de programas educativos. En todos los casos los investigadores la han asumido como proceso y resultado.

A la par se ha podido constatar que en todos los casos consideran que la evaluación proporciona la información oportuna para revelar el estado de los objetos que se evalúan, posibilita el control de los procesos, a la par que permite la toma de decisiones y valorar los resultados de los impactos tanto en la institución como en su entorno. Coinciden además estos investigadores que para la evaluación, resulta indispensable la selección y utilización de diferentes métodos e instrumentos que permitan una valoración más integral sobre el objeto evaluado.

EL objetivo de este artículo es sistematizar diferentes posiciones teóricas en cuanto al análisis del término evaluación lo que le permite al autor profundizar en las funciones de la evaluación en el contexto actual y asumir una postura para definirla.

DESARROLLO La evaluación es un proceso de esencia social, en tanto es el individuo quien conscientemente realiza el proceso, que entre otros beneficios le ofrece conocimientos objetivos y amplios sobre el objeto evaluado, a la vez que desarrolla un mecanismo de regulación para relacionarse con el mundo que le rodea.

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Estos argumentos permiten afirmar que la categoría evaluación tiene sus inicios fuera del ámbito escolar y que se incluye en este desde que surge la escuela como institución. Cabe señalar que se realiza conscientemente desde el inicio del siglo XX.

Su desarrollo en el proceso educativo, ha conllevado a que se le considere desde diferentes aristas en concordancia con los objetivos que se propongan evaluar. Puede ser considerada como un producto final o resultado, como un proceso permanente de una política, plan, programa, proyecto, actividad, tarea o acción desarrollada por los seres humanos en una institución u organización; y se concibe desde diferentes instancias educativas, tales como: colectivos de trabajo en el ámbito local, municipal, regional, nacional e internacional. Algunas maestras y maestros pueden asumirla también como una amenaza a su individualidad, mientras que otros pueden buscarla como una alternativa de control, de orientación, de asesoramiento y de transformación.

Por lo tanto, desde la escuela, la evaluación puede propiciar la capacidad del liderazgo transformacional de los directivos en la gestión escolar, la eficiencia de las y los docentes en la mediación de los procesos de aprendizaje, la efectividad en la planificación estratégica de los procesos pedagógicos, coherencia en la relación teoría y práctica, así como la pertinencia social en las investigaciones socio-educativas, además de que como proceso de carácter social promueva la participación corresponsable de la familia, la escuela y la comunidad.

Distintos enfoques y definiciones de evaluación, exigen asumir un marco teórico referencial que responda a la finalidad del desarrollo de este proceso y desde esta posición hablar de concreción de la metodología a desarrollar.

En su estudio se reconoce que en el diccionario la palabra evaluación se define como, “señalar el valor de algo, estimar, apreciar o calcular el valor de algo”1 La evaluación educativa es amplia por cuanto, el carácter educativo supone incluir dimensiones diversas como lo son la evaluación de los aprendizajes, la evaluación del desempeño, la de los resultados, la de los efectos. Se precisa evaluar el proceso integro, global, evaluando no solo los objetivos, sino también el "contexto", "el proceso", "el resultado", "el producto", hasta llegar al impacto.

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El investigador Pose Guillermo (2006), señala que el término evaluación, “está unido a otros que lo enmascaran o determinan, es así cuando nos referimos a medir, calificar, apreciar, estimar. Nos identificamos con la evaluación como un proceso cíclico y continuo de delinear, obtener y proporcionar información útil para enjuiciar alternativas de decisión."2 Otro autor, Montserrat Colomer (1979) citado por Cano Ramírez, A. define la evaluación como: “Un proceso crítico referido a acciones pasadas con la finalidad de constatar, en términos de aprobación o desaprobación, los progresos alcanzados en el plan propuesto y hacer en consecuencia las modificaciones necesarias de las actividades futuras”.

3

Por otro lado, Cohen y Franco (1988), citado por esta misma autora reconocen a la evaluación como un proceso que posibilita “fijar el valor de una cosa, para hacerlo se requiere efectuar un procedimiento mediante el cual se compara aquello a evaluar respecto de un criterio o patrón determinado”.4

Otro grupo de autores abordan la definición de evaluación desde otros enfoques. Díaz Herráiz, E. y Rodriguez Martìn, V. (1988) señalan que: “La evaluación es la aplicación de una metodología de la investigación científica para medir los procesos de cambio y los resultados o productos (outputs) de esos cambios”.5 Para García Ramis, L. (1989) “la evaluación es una actividad o proceso sistemático de identificación, recogida o tratamiento de datos sobre elementos o hechos educativos, con el objetivo de valorarlos primero y, sobre dicha valoración, tomar decisiones”. 6 Este autor destaca como rasgo importante de la evaluación su carácter procesal y sistemático. Scriven citado por Valdés, H. y Pérez, F. plantea que la evaluación es: “un proceso sistemático de recogida de datos, incorporado al sistema general de actuación, que permite obtener información valida y fiable para formular juicios de valor acerca de una situación. Estos juicios, a su vez, se utilizarán en la toma de decisiones con objeto de mejorar la actividad valorada”.7 Alvira (1991) citado por Cano Ramírez, A. entiende que “Evaluar es emitir juicios de valor, adjudicar valor o mérito a un programa o intervención, basándose en información empírica recogida sistemática y rigurosamente”8 Y Fernández García (1992) citado por Cano Ramírez, A. afirma que “Evaluar es estimar los conocimientos, aptitudes y el

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rendimiento de los programas, de las intervenciones y de los profesionales que interactúan en todo el proceso metodológico”. 9 Por otro lado, para Lehmkuhl, citado por Días Sobrino, (2003) señala que la evaluación es: “un proceso sistemático y permanente que permite obtener información sobre el objeto evaluado para contrastarlo con su marco de referencia y a partir de ese contraste emitir juicios de valor y proponer alternativas para mejorar dicho objeto”.10 Stufflebeam citado por Jara, M. (2004) señala que la evaluación es, “(...) el estudio sistemático, planificado, dirigido, realizado con el fin de ayudar a un grupo de clientes a juzgar y perfeccionar el valor o merito de algún objeto resaltando sus posibilidades de contribuir a la mejora de los procesos”.11

Colomba, N. y otros (2011) señalan que la evaluación es “el proceso sistemático de recolección y análisis de la información, destinado a describir la realidad y emitir juicios de valor sobre su adecuación a un patrón o criterio de referencia establecido como base para la toma de decisiones”. Es decir que evaluar “es participar en la construcción de un tipo de conocimiento axiológico, interpretando la información, estableciendo visiones no simplificadas de la realidad y facilitando la generación de una verdadera cultura evaluativa”.12 Torres Paul y Sol Angel Galdós (2003) reconocen que la evaluación es: “Es un proceso que tiene como objetivo la obtención e interpretación sistemática de información válida y fiable del objeto o actividad estudiada, para contrastarla con su marco de referencia y, sobre su base formar juicios de valor que permitan la toma de decisiones encaminadas a su mejora o perfeccionamiento”. 13

Sobre la base de lo antes expuesto se reconoce que los autores citados establecen que la evaluación es un proceso sistemático, planificado, dirigido, permanente, reflexivo, riguroso, de identificación; que permite llevar una recolección, indagación de informaciones válidas, fiables de una realidad, de una actividad, de un objeto, de una situación de datos; para su análisis y así emitir juicios de valor, a través de un marco referencial para poder realizar las modificaciones necesarias para el futuro. Además del análisis se revela que la evaluación posibilita proponer alternativas que contribuyan al perfeccionamiento del objeto evaluado, lo que supone la toma de decisiones atendiendo el contexto, bajo principios de objetividad, validez, fiabilidad, participación y ética.

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En consecuencia se asume que la evaluación es un proceso y un resultado. Como proceso debe ser sistémico y sistemático, debe promover el control, la identificación de resultados, debe conducir a la toma de decisiones. Y como resultado, permite la realización de valoraciones con vistas a modificar si es necesario el proceso que se evalúa.

Se apunta que aún cuando la evaluación como concepto se asocia, enjuiciamiento, que socialmente le da connotación punitiva al proceso evaluativo, reconoce este enjuiciamiento como un resultado de valor esencial que ofrece conocimiento sobre los objetos evaluables. Laforucade, (1989), la evaluación es "La etapa del proceso educativo que tiene como finalidad comprobar, de manera sistemática, en qué medida se han logrado los objetivos propuestos con antelación. Entendiendo a la educación como un proceso sistemático, destinado a lograr cambios duraderos y positivos en la conducta de los sujetos, integrados a la misma, en base a objetivos definidos en forma concreta, precisa, social e individualmente aceptables”. 14 Se destaca de este autor, que reconoce a la evaluación como parte consustancial del proceso educativo, aspecto que se comparte, ya que no puede verse aislada del proceso educativo general. Sin embargo la reduce a la concepción de logros de los objetivos y en el cambio de conducta de los individuos, lo que lo ubica dentro de un enfoque conductista y de resultado. Desde otra arista, Teleña, (1985), señala que: "La evaluación es una “operación sistemática, integrada en la actividad educativa con el objetivo de conseguir su mejoramiento continuo”. 15 Para Ander Egg, E. (2000) “La evaluación es una forma de investigación social aplicada, sistemática, planificada y dirigida; encaminada a identificar, obtener y proporcionar de manera válida y fiable, datos e información suficiente y relevante en que apoyar un juicio acerca del mérito y el valor de los diferentes componentes de un programa (tanto en la fase de diagnóstico, programación o ejecución), o de un conjunto de actividades específicas que se realizan, han realizado o realizarán, con el propósito de producir efectos y resultados concretos; comprobando la extensión y

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el grado en que dichos logros se han dado, de forma tal, que sirva de base o guía para una toma de decisiones racional e inteligente entre cursos de acción, o para solucionar problemas y promover el conocimiento y la comprensión de los factores asociados al éxito o al fracaso de sus resultados”.16 Otra definición la ofrece Aragundi, E. (2011) en la cual expresa que “...la evaluación es una acción político educativa, al servicio de promover el conocimiento y la comprensión de los factores asociados al éxito o al fracaso de sus resultados”. 17 Otra definición la ofrece Aragundi, E. (2011) en la cual expresa que“(...) la evaluación es una acción político educativa, al servicio de promover mejores prácticas, pero no sólo para producir mejores resultados, sino para una mejor justicia de la misma...” además que. “...la evaluación opera bajo la lógica de control de calidad y se orienta a la valoración de la eficacia y eficiencia para conseguir resultados”.18

Estos tres últimos autores coinciden en que la evaluación es la forma de constatar los resultados al final de un programa educativo, todo ello con el fin de lograr méritos y de esa forma decidir si pasa al siguiente grado; así como también para promover mejores prácticas, es por ello que la evaluación es continua y permite el reajuste del proceso o el mejoramiento de los sujetos que se evalúan.

Otra arista la aporta Cruz Sánchez, A. (2001) al referirse a la evaluación institucional, en la cual plantea que: “La evaluación institucional actualmente se considera que debe ser integradora y sistemática abarcando los principales procesos de la organización, sin embargo, el tipo de evaluación que predomina es la externa, perdiéndose de esta forma la posibilidad de la evaluación formativa o de procesos, que permite corregir o mejorar continuamente la gestión de la institución y tributar a la política educacional, lo cual se logra sólo a través de la autoevaluación, es decir, la evaluación realizada por el propio centro y los responsables del mismo”19

De esta definición se reconoce que con una posición más amplia se puede desbordar el concepto de institución y asumirlo como una expresión de organización, célula que no necesariamente debe verse como institución educativa escolarizada,

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sino como organización educativa cuyo objetivo los organiza y los cohesiona. En este caso se reconocen a los colectivos de formación permanente, como estructura organizacional

constituida

por

un

colectivo

de

profesionales

que

como

representantes de diferentes niveles educacionales se integran a un colectivo de trabajo cuya responsabilidad y corresponsabilidad es la de coordinar acciones y trazar líneas estratégicas de desarrollo integral para la comunidad educativa.

Lo que resulta de mayor importancia en esta definición y de significación para la presente investigación, es el enfoque humanista social que le otorga a la evaluación, su consideración sobre el carácter integrador y sistemático que revela este proceso.

Este mismo autor, se refiere a la evaluación externa e interna en la primera se aprecia "la organización y el funcionamiento de la institución, se observa la trama de su desarrollo, se valoran los procesos y los resultados, se recomiendan cursos de acción. La realizan personas que no pertenecen a la institución, independientes en su criterio aunque sobre la base del proyecto institucional de la misma, partiendo de la autoevaluación realizada. Para llevar a cabo la evaluación externa, se definen pautas o criterios generales que con el tiempo y con la experiencia serán enriqueciendo y reformulando. Cada caso requerirá una específica adecuación de la evaluación externa a sus particularidades."20

Por otro lado, la evaluación interna "nos informa de un proceso surgido de la necesidad de reflexionar desde el propio contexto, por parte de los propios agentes involucrados en él, sobre el valor y alcance de las actividades desarrolladas. Su propósito, como cualquier otra modalidad de evaluación, se orienta hacia la obtención de la información considerada más relevante en el interior de un proceso o de una situación cualquiera. Sin embargo, el hecho de que sea autoevaluación supone una diferencia sustancial con otros modos de evaluar. Se trata de que tanto el proceso como la metodología y la información obtenida se realiza, se elabora y se contrasta desde las propias necesidades, desde los valores y el punto de vista de los mismos agentes y desde la función social que éstos realizan."21

La autoevaluación, también descrita como evaluación interna, es aquella que se realiza desde la propio seno del colectivo de coordinación. Desde esta posición la

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evaluación interna de la coordinación de los colectivos de formación promueve y potencia el autoperfeccionamiento, y siempre con la misma finalidad que la evaluación externa que es de mejorar el proceso que coordinan.

Se considera como el principal factor de éxito en toda autoevaluación a la participación

y

al

compromiso

que

asumen

todos

los

responsables

y

corresponsables del colectivo en el proceso educativo.

La Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), expresa sobre la evaluación institucional que "es una tarea ineludible para definir y diseñar el trabajo que ella supone. Esta reflexión posibilita pensar que la evaluación institucional supone un proceso complejo para determinar el valor de algo, que implica una delicada tarea de interpretación de un conjunto de elementos que interactúan configurando una realidad particular y significativa. De hecho, evaluar no es, rigurosamente la etapa posterior o final de un proceso, sino un momento en el camino para apreciar lo caminado, y decidir cómo continuar. Si se sigue profundizando, se puede decir que la evaluación que se formula debe aspirar a la credibilidad y al consenso”.22

Una vez expuesto el análisis sobre estas definiciones se precisa que la evaluación debe tener las siguientes cualidades:

1. Evidenciar su carácter de proceso.

2. Debe ser sistemática y sistémica.

3. Debe evidenciar su esencia humanista en tanto debe articularse mediante el diálogo, la discusión y la reflexión colectiva responsable de la recogida de información para la posterior interpretación y valoración de acuerdo a los objetivos que se desean alcanzar.

4. Debe promover la toma de decisiones de forma tal que permita mejorar el proceso de coordinación que se evalúa.

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La misma se debe basar en un diálogo entre los participantes y los evaluadores, entre estos y la sociedad, a través de un proceso de análisis de participación que los compromete a todos. ..

Una vez precisado los rasgos que caracterizan a la evaluación como proceso, es importante analizar los aspectos que identifican a la evaluación de la coordinación de los colectivos de formación permanente.

Desde otra arista la evaluación del proceso de coordinación de los colectivos de formación permanente en la instancia estadal del Ministerio del Poder Popular para la Educación.

La evaluación es un elemento fundamental para la práctica de los colectivos de formación y se hace más relevante aún, si este proceso se complejiza a partir de la participación de todos los involucrados. En tal sentido, la evaluación del proceso de coordinación de la formación permanente que dinamizan los colectivos de trabajo de la instancia estadal requiere de un análisis y profundización.

La evaluación del proceso de coordinación de los colectivos de formación permanente, debe ser planificada, ejecutada, controlada y evaluada desde una concepción integral, que responda a las exigencias sociales del contexto donde se desarrolla.

Uno de los problemas de carácter metodológico de mayor relevancia en el diseño y aplicación de la evaluación de la coordinación de los colectivos de formación permanente es la determinación del contenido de dicha evaluación, es decir del “qué evaluar”.

El complejo proceso de determinación de este contenido depende, entre otros, de los siguientes factores:

De los objetivos específicos de la evaluación que se desarrollará. Del tipo de evaluación que se va desarrollar. De la funciones del colectivo de formación permanente de la instancia estadal.

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El sistema de objetivos y metas propuestas a largo, mediano y corto plazo derivadas de ellas para la evaluación en el proceso de formación permanente.

Uno de los aspectos teóricos a analizar es el referido a las funciones de la evaluación del proceso de coordinación de los colectivos de formación permanente. El autor sustenta este análisis desde los criterios de los investigadores como Valiente Sandó, P. y Álvarez, R. (2000), quienes señalan las funciones de la evaluación “informativa, de control, de diagnóstico, educativa y desarrolladora” 23 Función informativa: La función informativa de la evaluación se explica, fundamentalmente, por el papel que debe jugar en cuanto a dar a conocer, a los diferentes actores sociales interesados, qué está ocurriendo dentro del colectivo de coordinación. Debe posibilitar la rendición de cuentas de su gestión ante la comunidad en que está insertada y toda la sociedad.

Función de control: en tanto permite, tomando como base la información recopilada, la verificación y constatación del cumplimento de las metas y objetivos de la misma, detectar las desviaciones ocurridas, identificar lo que puede ser destacable positivamente y plantear las medidas correctivas al respecto. Función de diagnóstico: La evaluación debe facilitar la caracterización del estado del funcionamiento de la institución educativa, donde resulten identificados los logros, potencialidades (fortalezas internas y oportunidades en el contexto), deficiencias, desajustes, disfunciones y barreras en un momento determinado, lo que permite operar en la derivación de acciones que coadyuven al alcance de la calidad educativa. La identificación de potencialidades se convierte en un importante recurso informativo para la adecuación del pronóstico y los objetivos planificados. Función educativa: Dado su carácter participativo y comprometedor, la evaluación debe contribuir al proceso de formación de los coordinadores al informarlos y hacerlos conscientes sobre el comportamiento de las diferentes variables que intervienen para el logro de misión, y su influencia personal en ello. Esto debe contribuir al aumento de la implicación y participación individual en la vida de la

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institución y al mejoramiento profesional y humano del personal que conforma la comunidad educativa; así como, a la formación y el desarrollo del colectivo.

Función desarrolladora: Las acciones para la evaluación de procesos de coordinación deben orientarse al perfeccionamiento del proceso y los resultados de la actividad educativa y al logro de niveles superiores de desarrollo. Por ello, debe coadyuvar a la adopción de las mejores decisiones, sustentadas en una información objetiva, confiable y relevante. Esta función resume e integra a las anteriores al estar asociada directamente al objetivo fundamental de toda evaluación educativa y justifica plenamente su necesidad.

A partir del análisis realizado, el autor asume y propone una definición de la evaluación del proceso de coordinación de los colectivos de formación permanente en la instancia estadal del Ministerio del Poder Popular para la Educación como Un proceso de identificar, obtener y proporcionar información útil y descriptiva acerca del valor y el mérito de los momentos de la planificación, la realización y el impacto del proceso de coordinación de la toma de decisiones, cuyo carácter distintivo es ser educativo, sistemático y participativo para la retroalimentación de las acciones valorativas de los colectivos de formación permanente en la instancia estadal del Ministerio del Poder Popular para la Educación CONCLUSIONES

La categoría evaluación tiene sus inicios fuera del ámbito escolar desde que surge la escuela como institución y se realiza conscientemente desde el inicio del siglo XX.

Su desarrollo en el proceso educativo, ha conllevado a que se le considere desde diferentes aristas en concordancia con los objetivos que se propongan evaluar: producto final o resultado, como un proceso permanente de una política, plan, programa, proyecto, actividad, tarea o acción desarrollada por los seres humanos en una institución u organización; y se concibe desde diferentes instancias educativas, tales como colectivos de trabajo en el ámbito local, municipal, regional, nacional e internacional.

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La evaluación tiene funciones informativas, de control, de diagnóstico, educativa y desarrolladora.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Cuz Sánchez, A Modelo General para la evaluación del currículo.Tesis en opción al grado científico de Dr.en Ciencias de la Educación .2001p26. 20 Cuz Sánchez, A Modelo General para la evaluación del currículo.Tesis en opción al grado científico de Dr.en Ciencias de la Educación .2001p26. 21

Ibidem a la 35.2001.p 26 Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación niversitaria. Lineamientos para la Evaluación Institucional, Buenos Aires Argentina,CONEAU.1997 22

23

Valiente Sardó P., Alvarez Cárdenas,R.(2000):La evaluación de Centros Educativos. Tema IV. Material didáctico del CursoIV. Diplomado en Supervisión Educativa. IPLAC. La Habana

Recibido: 11 de marzo de 2011 Aceptado: 21de junio de 2012