Story Transcript
La Expiación
Adquirió para el hombre vida eterna, que Dios prometió “antes del principio de los siglos” (Tito 1:2).
El Sacrificio Ordenado en el cielo Desde un principio Dios
hizo previsión o tomó medidas para la redención del hombre. Antes de darle el libre albedrío al hombre Dios hizo previsión para la redención en caso que el hombre fallara. Dios no nos dará prueba sin antes mostrarnos como salir de ella. Dios es un Dios justo.
El cordero ya estaba separado desde principio del mundo (Ap. 13:8). El cordero pascual era “predestinado” varios días antes de morir (Ex, 12:3,6).
El cordero sin mancha ni contaminación había sido ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.” (1P. 1:20).
El Sacrificio Instituido en la tierra En tanto el sacrificio
perfecto llegara, Dios instituyó los sacrificios de animales como un medio de la gracia para el arrepentido y creyente. La primera mención de un animal sacrificado ocurre después de los primeros padres haber pecado Cap. 3 Génesis.
Se ofrecieron sacrificios con el objeto de alcanzar la comunión con Dios, y remover todos los obstáculos de esa comunión.
La naturaleza del sacrificio Si un israelita pecaba, traía una ofrenda de pecado o expiación, el
sacrificio de la expiación. Si había hecho algún mal a su vecino, traía la ofrenda por la culpa, el
sacrificio de la restitución (Lev. 6:1-7). Después de arreglar su cuenta con Dios y con el hombre, debía
consagrarse de nuevo, ofrecía un holocausto, el sacrificio de adoración o consagración (Lev. 1). Ya preparado para gozar de una feliz comunión con Dios, que le había
perdonado y aceptado, presentaba una ofrenda de paz, el sacrificio de comunión (Lev. 3). Cristo cumplió con los cuatros sacrificios, expiación, culpa,
consagración y comunión.
La eficacia del sacrificio Los sacrificios del AT eran buenos Cuando los israelitas traían sus ofrendas, estaban
conscientes de dos cosas; primero, que el arrepentimiento en sí mismo es insuficiente; una transacción visible debe producirse, para indicar que su pecado había sido redimido o perdonado (Heb. 9:22). Pero por otra parte, supo de los profetas que el ritual sin la justa disposición interior era una simple formalidad sin valor. El acto de sacrificio debe ser la expresión exterior de los
sacrificios internos de alabanza, oración, justicia y obediencia, los sacrificios de un corazón contrito y arrepentido. “Los sacrificios de los impíos es abominación a Jehová”
(Pr. 15:8)
La eficacia del sacrificio El sacrificio del NT es mejor “Porque la sangre de toros y de los machos
cabríos no pueden quitar los pecados” (Heb. 10:4).
El sacrificio limpiaba de contaminación el carácter
físico, y reponía el hecho externo pero no limpiaba el alma y cambiaba el corazón. La repetición de los sacrificios de animales señala
su imperfección; no podían hacer perfecto al adorador. No proporcionaba la transformación espiritual que da lugar a una nueva vida.
Un Sacrificio Perfecto Cristo pagó todo precio en la cruz, y canceló la deuda
“Dios le dio a los creyentes del AT una posición que el antiguo pacto no podía comprar, y lo hizo así en vista del futuro pacto que podía ejecutar todo esto. La muerte de Cristo fue en cierto sentido retroactiva y
retrospectiva; en otras palabras, tenía eficacia con relación al pasado (Heb. 9:15 Ro 3:25) Moisés, Abraham, Enoc, Elías fueron justificados en la anticipación de la obra de Cristo “a crédito”.
La Expiación en el NT La realidad o verdad de la expiación “¡Consumado es”! La expiación que fue
preordenada o predeterminada en la eternidad y simbólicamente prefigurada en el ritual de AT, fue históricamente realizada en la crucifixión de Jesús, cuando el propósito redentor de Dios fue consumado.
Contado entre los transgresores comienzo de su obra expiatoria
La realidad misma de que el Santo se reuniera con el resto de la gente (Lc. 3:21) y se sometiera al bautismo, era un acto de identificación con la humanidad pecadora, a fin de sobrellevar la carga de sus pecados.
La necesidad de la Expiación La necesidad de la expiación de desprende de dos
hechos: La santidad de Dios La pecaminosidad del hombre La reacción de la santidad de Dios contra la
pecaminosidad del hombre es conocida. Como su ira, que puede evitarse con la expiación.
La Santidad Dios es santo en lo que a naturaleza respecta, lo
cual significa que es justo en carácter y conducta. “El ama justicia y juicio” (Sal. 33:5) “Justicia y juicio son el cimiento de su trono” (Sal. 89:14). El justo solo puede tener comunión con los justos, y para que el hombre practique la justicia Dios constituyó leyes que debe seguirse. Las leyes atan al hombre a su Creador en una relación personal, y forman la base de la responsabilidad humana.
La Pecaminosidad Pecado es violencia hecha a
la constitución, por así decirlo. Pecado es una perturbación
de la relación personal entre Dios y el hombre.
IRA Al pecar voluntariamente,
el hombre escoge su propia voluntad en vez de la de Dios. La justicia de Dios demanda satisfacción de la ley violada. Su santidad reacciona contra el pecado. Esta reacción se describe como ira.
Vamos a rendir cuentas
Puesto que el mundo es gobernado por leyes, debe haber un día de rendición de cuentas.
Expiación El hombre ha quebrantado las leyes de Dios y ha
violado los principios de la justicia. Este conocimiento está registrado en la memoria, y la conciencia lo registra como culpa. ¿Hay expiación para la ley violada? Algunos mantienen que la expiación no es posible. Dicen
que lo que el hombre siembra, eso cosecha, y no hay escape. El futuro está hipotecado al pasado, por así decirlo, y no puede ser redimido, o rescatado.
Otros enseñan que la expiación es innecesaria.
Dios es demasiado bondadoso para castigar al pecador, y demasiado bondadoso para demandar satisfacción por la ley quebrantada. Por lo tanto, es innecesaria la expiación, y el perdón puede darse por sentado. En el NT se nos enseña que la expiación es tanto
posible como necesaria. Es posible, porque Dios es misericordioso y también justo; necesaria, porque Dios es justo a la vez que misericordioso.
Al tratar con el pecado, Dios muestra su gracia,
puesto que no desea la muerte del pecador; sin embargo, al perdonar el pecado, necesita revelar su justicia, ya que la estabilidad misma del universo depende de la soberanía de Dios.
En virtud de su justicia, el pecador debe ser
castigado; en virtud de su gracia, Dios proporciona un plan para el perdón del pecado. En el calvario, la pena por el pecado fue pagada, y
honrada la ley divina. Dios podía de esa manera ser misericordioso sin ser injusto, y justo sin demostrar falta de misericordia o bondad.
La naturaleza de la expiación El vocablo expiación significa literalmente “cubrir”
en el idioma hebreo. En castellano, aplacamiento, reconciliación, purificación y limpieza. En el original incluye la acción de cubrir tanto los
pecados como el pecador.
El expiar por el pecado significa ocultarlo de la
vista de Dios a fin de que pierda el poder de provocar su ira. No que quede invisible para Jehová sino hacer
que Jehová fije o concentre la atención en alguna otra cosa, desarmar el pecado, convertirlo en incapaz de provocar la justa ira de Dios. “y veré la sangre, y pasaré de vosotros” (Ex.
12:13)
¿Cuáles eran los efectos de la expiación? El pecado era borrado o deshecho, quitado, echado en la
profundidad del mar (Miqueas 7:19) echando tras las espaldas de Dios (Is. 38:17) perdonado (Sal. 78:38). El pecado es cubierto, de manera que quedan anulados
sus efectos. Jehová no lo ve ya, y no ejerce sobre él influencia alguna. El expiar por el pecado significa cargar con él, quitarlo del
corazón del transgresor, quien queda entonces justificado de toda injusticia, limpio de contaminación y santificado para pertenecer al pueblo de Dios. Muere para el pecado, con el objeto de vivir para Cristo
Una Propiciación Propiciación significa reunir, crear un ambiente favorable
para la reconciliación, lograr con éxito la reconciliación. El sacrificio de la propiciación aproxima al hombre a su Dios, lo reconcilia con Él, expiando sus transgresiones y ganando el favor y la gracia divina. Propiciar significa apaciguar la justa ira de un Dios Santo
mediante el ofrecimiento de un sacrificio expiatorio. El acceso a Dios, el más sublime de todos los privilegios,
ha sido comprado a gran precio, la sangre de Cristo. En el hebreo, propiciatorio significa literalmente cubierta, y
sugiere la idea de un sacrificio expiatorio.
El propiciatorio objeto sagrado enseñaba dos
cosas sobresalientes: Primero, las tablas de la ley indicaban que Dios era justo, que no pasaría por alto el pecado, y que debía poner en vigor sus decretos y castigar los malvados. El propiciatorio era el lugar donde la sangre se rociaba una vez al año a fin de hacer expiación por los pecados del pueblo. Por medio de la sangre expiatoria, aquel que era el trono de juicio se convierte en trono de gracia.
Arca del Pacto El arca representaba el trono del justo Rey de Israel, el propiciatorio (cubierta o tapa).
La obra expiatoria de Cristo fue una verdadera transacción que quitó el obstáculo que se interponía entre nosotras y Dios, y que pago o canceló la deuda que nosotros jamás podríamos haber satisfecho.
Una Sustitución Isaías 53 “ciertamente llevó el nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores…” Cristo murió en nuestro lugar, por nosotros. Cargó
sobre sus espaldas el castigo que nos correspondía, a fin de que nosotros no lo sufriéramos. “al que no conoció pecado por nosotros lo hizo
pecado” (2 Cor. 5:21).
Una Redención Redimir significar comprar algo de nuevo, mediante el pago
del precio. Liberar de la esclavitud mediante el pago del precio. La redención Lev. 25:47,49, en virtud de esta ley, un
hombre que hubiera vendido su propiedad y a sí mismo como esclavo, debido a alguna deuda contraída, podía recuperar tanto su tierra como su libertad en cualquier momento con la condición de que fuera redimido por un hombre que poseyera los siguientes requisitos o condiciones: primero, que fuera pariente del interesado segundo, que estuviera dispuesto a redimirlo tercero debía poseer el dinero necesario.
El Señor Jesucristo reunía todas estas
condiciones, se hizo pariente nuestro al tomar nuestra naturaleza; estaba dispuesto a darlo todo para redimirnos (2 Co. 8:9) y por ser divino, estaba capacitado para pagar el precio, su propia sangre preciosa. El hijo del hombre vino al mundo “para dar su vida
en rescate (o redención) por muchos” (Mt. 20:28).
Una Reconciliación “y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió
consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados; y no encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Cor. 5:18,19). Hombres que en otro tiempo eran extraños y enemigos de ánimo y de mente, por las malas obras, ahora el Señor los ha reconciliado en el cuerpo de su carne por medio de su muerte (Col. 1:21-22).
La Eficacia de la Expiación Perdón de la Transgresión El pasado pecaminoso no puede mas como peso
muerto sobre el creyente, ya que sus pecados han sido borrados, llevados, cancelados. Ha comenzado la vida de nuevo, confiando de que los pecados del pasado no se le serán recordados el día del juicio (Juan 5:24).
Libertad del Pecado “porque el pecado no se enseñoreará de vosotros;
pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:14 El tentador acosa continuamente al hombre, y la
naturaleza es frágil, de ahí que sea necesaria una vigilancia constante y la crucifixión diaria de los impulsos pecaminosos.
Liberación de la Muerte El vocablo “muerte” encierra todas las consecuencias
penales del pecado, tales como separación de Dios, inquietud o desasosiego, inclinación hacia el mal, debilidad física, y finalmente la muerte física y las consecuencias más allá de la muerte. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
son las palabras de uno que realza un acto que implica separación divina, muerte, consecuencia de pecado. “Y todo aquel que vive y cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá (Jn. 11:26).
El don de vida eterna La vida eterna significa algo más que simple
existencia; significa vida que goza de la comunión con Dios, y disfruta de su favor. Esta vida se posee ahora pues los creyentes están en comunión con Dios ahora.
La Vida Victoriosa “y ellos les han vencido por medio de la sangre del
Cordero y de la palabra del testimonio de ellos” (ap. 12:11) El amor de Cristo era la fuerza inspiradora, y los capacitaba para vencer. La presión ejercida sobre ellos era grande, poro con la sangre del Cordero como la fuerza o motivo que los impulsaba, eran invencibles, La vida victoriosa abarca o incluye la victoria sobre
Satanás. En el NT se declara que Cristo conquistó a Satanás por nosotros. El creyente podrá obtener la victoria contra el diablo
mientras cuente con el vencedor del diablo.
Referencia Teología Bíblica y Sistemática Myer Pearlman