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Historia testis temporum, lux veritatis Cicerón, De oratore 2, 9, 36
La Historia en Roma
Los grandes maestros de los romanos fueron los griegos. Entre ellos destacan Polibio (s. II a.C.)que vivió durante años en Roma y Tucídides ( s.V a.C.)
Comienzos de la historia romana -A pesar de que nace bajo la influencia griega- ιϭτορια es una palabra griega que significa “investigación”/ “narración”- y las primeras noticias sobre Roma y sus guerras de expansión se propagaron a través de historiadores griegos, encontramos un carácter totalmente distinto en la historia romana; el historiador griego se dirige al presente y a lo universal, el romano en cambio al pasado y a Roma; peca de propaganda y afirmación patriótica: la historiografía romana fue mucho menos rigurosa que la griega y de intención más moralizante. El romano NO transmitía objetivamente los hechos antiguos, sino que los juzgaba y describía desde su propio punto de vista. -La historia como testimonio escrito aparece en Roma, a diferencia de otros pueblos de la Antigüedad, con cierto atraso, casi 5 siglos después de la fundación de la ciudad (753 a C.) en el último tercio del s. III a C. con obras que relataban los hechos acontecidos año por año, a la manera de los registros oficiales. Por eso los primeros historiadores reciben el nombre de analistas y escribían en griego como Q. Fabio Pictor, que narra la historia romana en lengua griega ya que, además de ser considerada la lengua de la cultura, trataban de justificar la política expansionista de Roma por el Mediterráneo ante el mundo helénico. -Este filohelenismo, que parece amenazar la esencia romana, preocupa a algunos como Catón (234- 149 a.C.) que con su obra Origines inaugura la historia romana escrita en latín (lamentablemente no ha llegado hasta nuestros días, aunque sí la referencia a la misma en otros autores). En ella narra la historia de Roma junto con la de las demás ciudades del resto de Italia y no se limita a enumerar los sucesos históricos, sino que intenta darles una explicación racional. -Los analistas escribían con rudeza y, aunque consultaban las fuentes, con frecuencia falseaban la verdad. De hecho, la historia era para los romanos -como para los griegos- materia literaria: la historiografía es para los romanos, como para los griegos, materia literaria; la narración del acontecer histórico es, sin que el autor pretenda faltar a la verdad, un asunto artístico que está fuertemente influenciado por La Retórica: debe narrar hechos e investigar las causas y analizar las consecuencias: Pero, desde el punto de vista estilístico, debe ser, ante todo, una obra literaria. Primeras fuentes documentales Las obras anteriores a La guerra de las Galias (S. I a.C.) han desaparecido y, por tanto, los historiadores romanos que precedieron a César son simples nombres junto a ocasionales y breves fragmentos.
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Esta enorme carencia ha podido paliarse, en parte, gracias a la existencia de una serie de documentos que constituyen las primeras fuentes históricas. Dichos documentos podrían ser de dos clases: públicos y privados. Entre los primeros se encuentran los textos de las leyes, senadoconsultos, listas de magistrados… Entre los segundos, los archivos familiares, los elogia y laudationes funebres. Asimismo las inscripciones honorarias en sus distintas modalidades: sepulcrales, triunfales y votivas que proporcionan, indirectamente, datos históricos. A) Annales Maximi (documentos públicos) En ellos cada año el Pontífice Máximo (de ahí el doble nombre) anotaba en una tablilla blanca los sucesos más dignos de recordarse: el nombre de los principales magistrados, el censo, la fundación de alguna colonia, incendios, inundaciones, eclipses. Prestaba especial atención a noticias de tipo religioso. Tras estar expuestas las tablillas eran archivadas. Posteriormente dejaron de redactarse. Se trataba de una crónica árida y seca, sin pretensiones literarias. A pesar de estas críticas, para los primeros escritores constituyeron una fuente de información de valor incalculable. B) Documentos privados Las familias importantes guardaban en sus archivos familiares documentos escritos en honor de sus antepasados ilustres, que eran una especie de historia de la familia: a) Laudationes funebres o discursos de alabanza del difunto que solían ser pronunciados en los funerales por un miembro muy allegado de la familia b) Inscripciones grabadas debajo de los retratos o mascarillas del difunto, celosamente conservados y que contenían su nombre, sus hazañas , magistraturas etc..
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La Historiografía en el imperio Tito Livio (59 a C. / 17) Titus Livius Patavinus
. Vida.
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Nació y murió en la ciudad de Padua, donde se formó en retórica y manifestó su interés por la filosofía. De familia acomodada y burguesa se traslada a Roma y, alejado de la actividad política, se dedica por entero a las letras, especialmente a lo que se puede calificar como la obra de su vida: una monumental historia de Roma desde sus orígenes (de ahí el título Ab urbe condita libri) hasta la muerte de Druso, el año 9 a. C. Tal como la dejó el autor al morir comprendía 142 libros divididos en grupos de diez o décadas. Era la más extensa de toda la literatura antigua (Marcial decía que no le cabía en su biblioteca) ; y, precisamente, su magnitud resultó un inconveniente para su conservación íntegra. Se dio a conocer mediante la lectura en público de los primeros libros de su gran historia. Su fama fue grande ya en vida. Es conocida la anécdota de un gaditano que viajó hasta Roma por el simple placer de conocerlo personalmente. Pronto sus textos fueron objeto de estudio en las escuelas. Se granjeó la amistad de Augusto, aunque se mantuvo fiel a sus convicciones y nunca ocultó sus simpatías por la República y no cedió a la adulación del emperador. Los tres últimos años de su vida los pasó en su ciudad natal, donde le sorprendió la muerte el año 17 d. C., siendo ya de avanzada edad. Obras. Tenemos noticias de que escribió diálogos filosófico-históricos y un tratado de retórica en forma de carta, dirigido a su hijo, pero la obra principal de Tito Livio y a la que debe su fama es
“Ab urbe
condita libri”. Constaba esta obra de 142 libros, los cuales acostumbraron a editarse (antes ya quizás del siglo IV) en grupos de 10. Cada grupo se denominaba “década”. Tal como mencionamos, a causa de su extensión, sólo conservamos las décadas I, III, IV y la primera mitad de la V. Aparte de estos 35 libros, prácticamente completos, se conservan algunos fragmentos Poseemos además información del contenido de casi toda la obra, gracias a unos resúmenes
(periochae) que hicieron de ella los compiladores y que se han conservado. Son de extensión muy desigual y fueron realizados libro por libro para ayudar al manejo de la voluminosa obra. (Faltan los sumarios correspondientes a los libros 136 y 137). La pérdida de partes tan notables de la obra se explica por su voluminosidad, lo que hacía que constituyera una ardua tarea el realizar copias.
Fuentes. Tito Livio nunca recurrió a los documentos originales ni visitó los lugares de los acontecimientos; esto resultaba imposible dada la amplitud del tema que se propuso estudiar y dada la dispersión que entonces había de los archivos y obras oficiales. Pero su interés no era recopilar material, como sus predecesores, si no la creación literaria. Las fuentes que utilizó Tito Livio eran de segunda mano y, casi todas, latinas. Emplea las obras de los “analistas” para la primera década y para los temas referentes a la política romana en el Oriente griego Polibio fue su principal fuente de información. Método: El método histórico deja mucho que desear, como, en general, el de todos los historiadores antiguos, para los que la historia es un género literario, no una obra científica; de ahí la aberración, desde Ab urbe condita es una expresión latina que significa “desde la fundación de la ciudad”. Fue el erudito romano Marco Terencio Varrón - S. I a.C.-quien mediante un cálculo basado en las Olimpíadas griegas, establece la fecha poara la fundación de Roma: tercer año de la sexta Olimpíada = 753 a.C.
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el punto de vista de la historia moderna, de poner en boca de los personajes discursos “inventados”, literariamente excelentes, aun teniendo a mano los que verdaderamente pronunciaron dichos personajes. Quizás se deje llevar un poco por la pasión hacia el pueblo romano, pasión que, aunque no le dominó hasta el punto de falsificar la narración, sí le llevó a acentuar determinados detalles, así como a suprimir otros que le resultaban penosos o a darles una interpretación que encajase en su visión moralizadora de la historia. Siguiendo la costumbre de los analistas, sigue un método cronológico, estudiando año por año. Estilo literario. Tito Livio pretendía crear, como historiador, una obra artística. No obstante, supo subordinar siempre su tendencia al arte a las exigencias de la fidelidad histórica. Su estilo es brillante. Sus periodos, muy estudiados, son más densos, largos y simétricos lo que produce una sensación de monotonía. Utilizó, como elementos poéticos, metáforas frecuentes, vivas y atrevidas. Las comparaciones aparecen, a veces, desarrolladas plenamente. Se le ha llamado el “poeta de la historia”. Incluso invoca a los dioses al comienzo de su obra, como los poetas épicos. Naturalmente el estilo de Tito Livio no se mantiene uniforme a lo largo de su extensa obra escrita en un período de aproximadamente 40 años: los 10 primeros libros son los que tienen un estilo más poético, quizás debido al carácter legendario del contenido narrado. La tercera década alcanza una perfección casi épica. Las décadas siguientes pierden en brillantez, pero ganan en solidez oratoria. Siguiendo la costumbre de los historiadores anteriores, introdujo discursos ( ut supra diximus).Solo en los libros conservados se cuentan más de 400 discursos. La mayor parte son breves, pero algunos alcanzan una larga extensión. Los utilizaba para romper la monotonía de los periodos descriptivos y narrativos; para expresar los rasgos psicológicos de un personaje; para exponer la política de un partido o el ambiente general de una situación. Da muestras de una gran riqueza y flexibilidad retórica, por lo que sus discursos han sido admirados desde siempre.
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Filosofía de la historia. Al comienzo de la obra expone los motivos que le han impulsado a acometer tan gran empresa: contribuir a “evocar los hechos gloriosos del pueblo que está a la cabeza de todos los del universo”. Entiende la historia con un fin ejemplar y moralista. Y tiene además una característica propia : exaltar Roma por encima de todo.. Quiere que su obra infunda a los ciudadanos amor a la patria y una religiosidad profunda y el respeto al mos maiorum.
SELECTIVIDAD: -Principales características de la obra historiográfica de Tito Livio (juni-septiembre 2012)/La historiografía romana (sept 2009)/Tito Livio en el marco de la historiografía romana ( junio-septiembre 2008)
Algunas críticas a Livio resultan casi despiadadas. No llevó a cabo ninguna investigación primaria sino que se basó exclusivamente en historias anteriores. Esto no es algo novedoso en la Antigüedad . Pero a menudo no comprendía las fuentes ni conseguía unirlas claramente en una sola narración coherente. Hay ocasiones flagrantes en las que relata el mismo suceso 2 veces, posiblemente porque encontró la misma historia contada de forma ligeramente diferente en dos fuentes distintas y no se dio cuenta de que estaba describiendo lo mismo. Y hay ejemplos claros de que su dominio del griego no era lo suficientemente bueno como para comprender adecuadamente una de sus fuentes principales: confunde thureos ( escudos) con thuras ( puertas) dejando sin sentido la narración “Luchaban con puertas en el camino????
(100 – 44 a.c.)
Gaius Iulius Caesar
Julio César representaba perfectamente el ideal romano: intelectual, político y militar. Su dictadura puso fin a la República en Roma: la historia de César está directamente entrelazada con la historia de la Roma del siglo I a.C. siendo prácticamente indisociables. Perteneciente a una de las familias patricias más ilustres de Roma cuyos antepasados se remontaban a los mismos dioses ya que se consideraba descendiente de Iulo Ascanio el hijo de Eneas cuya madre fue la misma Venus…la familia se encontraba económicamente empobrecida (su madre vivía de las rentas que le proporcionaba el alquiler de una insulae en uno de los peores barrios de Roma La Subura). Empezó muy pronto a acercarse al partido político «popular», al cual le unía su relación familiar con su tío Mario. Se ganó el apoyo de la plebe subvencionando fiestas y obras públicas. Y fue acrecentando su prestigio en los diferentes cargos que ocupó: cuestor (69), edil (65), gran pontífice (63), pretor (62) y propretor de la Hispania Ulterior (61-60). Se repartió el poder formando un triunvirato junto con Craso y Pompeyo y oponiéndose así a los optimates “ conservadores ”que dominaban el Senado. Entretanto, César se había lanzado a la conquista del resto de las Galias, que no sólo completó, sino que aseguró lanzando dos expediciones a Britania y otras dos a Germania, cruzando el Rin. El prestigio y el poder alcanzados por César preocuparon a Pompeyo. Conminado por el Senado a licenciar sus tropas, César prefirió enfrentarse a Pompeyo. Tras pasar el río Rubicón -que marcaba el límite de su jurisdicción-, César inició una guerra civil de tres años (49-46) en la que resultó victorioso. Una vez dueño de la situación, César acumuló cargos y honores que fortalecieran su poder personal: cónsul por diez años, prefecto de las costumbres, jefe supremo del ejército, pontífice máximo (sumo sacerdote), dictador perpetuo y emperador con derecho de transmisión hereditaria, si bien rechazó la diadema real que le ofreció Marco Antonio. El Senado fue reducido a un mero consejo del príncipe. Estableció así una dictadura militar disimulada por la apariencia de acumulación de magistraturas civiles. Julio César murió asesinado en una conjura dirigida por Casio y Bruto.
SU OBRA:
Hombre polifacético su obra literaria abarcaba desde tragedias hasta un tratado de gramática. Aquí sólo hablaremos de sus textos históricos.
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1-“Comentarios a la Guerra de Las Galias” Comentarii de Bello Gallico): narra en 7 libros la conquista de Las Galias desde el año 58 al 52 a.C. Es probable que fuera escribiendo esta obra año a año y le haya dado su forma final el año de su publicación. Incluye descripciones de las costumbres de los pueblos con los que entra en contacto enriqueciendo así con digresiones etnográficas y geográficas la narración. 2-“Comentarios a la Guerra Civil” Comentarii de Bello Civili: relata en 3 libros la guerra entre Pompeyo y él mismo. La obra es más superficial y menos exacta que la anterior. Su propósito al escribirlas fue sobre todo político ya que trataba, con la primera, de prolongar sus poderes consulares y justificar unas campañas militares que nadie le había pedido que hiciera y ,con la segunda, de exculparse de toda responsabilidad en la guerra civil, presentando al Senado y a Pompeyo como responsables del conflicto. César fue un genial propagandista de sí mismo y logró sus propósitos mediante varios recursos: -Una narración de aparente simplicidad y objetividad. -El recurso de la tercera persona para referirse a sí mismo. Nunca habla en primera persona. -La explicación previa al relato desde su propio punto de vista. -La omisión de detalles que podrían resultarle desfavorables.
Quizás pueda ser considerado el “primer periodista de la historia”.
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SALUSTIO
Gaius Sallustius Crispus (86-35 a.C.)
Pertenecía a una conocida familia plebeya pero acomodada. Muy pronto se traslada a Roma lanzándose de lleno a la política. Fue contemporáneo de César además de su protegido y enemigo acérrimo de Cicerón. Desarrolló su carrera al amparo de aquél y, por ello, la muerte de César significó el fin de su participación en política dedicándose por completo a la literatura histórica y a sus jardines (en Tívoli) en los que gastó gran parte de la fortuna que había acumulado… Es autor de tres obras de contenido histórico: 2 monografías, Bellum Iugurthinum “La guerra de Yugurta” y De Catilinae coniuratione “ La conjuración de Catilina” y de una genérica Historiae “Las Historias” de las que sólo han pervivido algunos fragmentos. -La Conjuración de Catilina: narra la tentativa de Catilina de dar un golpe de Estado durante el consulado de Cicerón. En esta obra exalta la democracia, ataca a Cicerón (que era cónsul en el momento de la conspiración, en el 63 a.C. y que fue el que la destapó) y defiende a César contra la inculpación de estar implicado en la conjura. Catilina pretendía usurpar el poder con un levantamiento armado y matar a Cicerón, pero fracasó. - La guerra de Yugurta: centrada en Yugurta, noble africano usurpador del trono de Numidia ( 111-105 a.C.).La guerra se prolongó porque Yugurta, a pesar de tener un ejército muy inferior, sobornaba sistemáticamente a los generales enviados por Roma. Finalmente un general íntegro, Mario, lo derrotó en el 105 a.C. (Salustio había ejercido el cargo de Pretor -administrador de la justicia- en el norte de África) Elige hechos muy cercanos en el tiempo o contemporáneos, sobre los cuales tiene información de primera mano. Destacan especialmente los retratos, de gran penetración psicológica, y los discursos que pone en boca de los personajes teniendo como modelo al historiador griego Tucídides. También como él trata de explicar las cusas y las consecuencias de los hechos narrados. Estilísticamente resulta inconfundible por el uso de arcaísmos y su predilección por la asimetría variatio: expresar de manera diferente conceptos similares:"pars..., alii..." en lugar de "alii.., alii..." En todos sus escritos se muestra sumamente crítico con la corrupción de las costumbres. Pero por muy ciertas que fueran sus denuncias - y lo eran -, resultan poco convincentes en boca de una persona como él, que fue expulsado del Senado por conducta impropia, que se enriqueció en el ejercicio de un cargo público y que abandonó la vida política no por estar asqueado de ella, sino porque, muerto César, le faltaban apoyos.
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Óleo realizado por el italiano Cesare Maccari en 1880. Representa una escena del año 63 a.C, en la que Marco Tulio Cicerón denuncia ante el Senado un intento de golpe de estado de Catilina.
Cicerón denunciando a Catilina (63 a.C.) Acabará con su cabeza y su mano clavadas en el centro de Roma.
En el año 63 aC Roma, aunque todavía no tenía emperadores, gobernaba un gran imperio…
Poco después de las elecciones, en algún momento de comienzos del otoño, Cicerón empezó a recibir pruebas fehacientes de un complot violento, un goteo de información constante a través de la novia de uno de los cómplices de Catilina, una mujer llamada Fulvia que se había convertido en agente doble… El enfrentamiento entre Cicerón y Catilina ha sido un modelo de conflicto político desde entonces. No puede ser coincidencia que la pintura de Maccari fuese un encargo, junto con otras escenas de la historia de Roma, para la sala del Palazzo Madama que acababa de convertirse en la sede del moderno Senado italiano: presumiblemente con la intención de ser una lección para los senadores modernos. En la pintura de Maccari, Cicerón está en pleno discurso, al parecer hablando sin recurrir a anotaciones; capta la aspiración definitoria de la élite romana: un hombre honrado diestro en el arte de hablar vir bonus dicendi peritus Maccari ha plasmado las llamativas togas de los senadores aunque parece haber olvidado las importantes cenefas. En todo lo demás la pintura no es más que una fantasía del autor. Para empezar, Cicerón aparece representado como un anciano estadista de pelo cano y Catilina como un joven villano malhumorado, cuando en realidad ambos estaban en la cuarentena, y Catilina era dos años mayor que Cicerón. Además se trata de una reunión muy poco concurrida: a menos que imaginemos que todos los demás están fuera de escena, apenas hay 50 senadores escuchando el trascendental discurso.A mediados del S. I aC. en Senado era un órgano de unos 600 miembros. Se reunían con regularidad, debatían, aconsejaban a los cónsules promulgaban decretos que en la práctica solían obedecerse aunque no tenían fuerza de ley. Sin duda, la asistencia fluctuaba, pero con toda seguridad esta reunión en particular debió de estar bastante concurrida. El escenario resulta demasiado ostentoso para la Roma de este período. Roma, en tiempos de Cicerón, con un millón de habitantes, estaba construida en gran parte con ladrillo o piedra local; era laberíntica con calles tortuosas y oscuras viviendas. Tan sólo había
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unos cuantos edificios públicos construidos (o revestidos) de mármol que ofrecían un ligero atisbo del lujoso rostro de la ciudad que estaba por venir. Cicerón había convocado a los senadores para reunirse, como solían hacer a menudo, en un templo, en esta ocasión viejo y modesto edificio dedicado a Júpiter, construido siguiendo el patrón de planta rectangular, no la estructura semicircular de la fantasía de Maccari. Probablemente era pequeño y mal iluminado. Hemos de imaginarnos varios cientos de senadores apretujados en un espacio sofocante y abarrotado. Los escépticos modernos más decididos consideran que toda la conspiración no fue más que producto de la imaginación de Cicerón; en este caso el hombre que declaró ser “un entusiasta de las armas” era simplemente eso, las cartas incriminatorias eran falsificaciones, los rumores de intento de asesinato invenciones paranoicas; un cónsul pidiendo pelea y preocupado por su propia gloria. Su discurso de la primera catilinaria, y especialmente su famosa línea introductoria ”¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? Todavía está presente en la retórica política del siglo XXI . Aparece cubriendo las pancartas políticas modernas y se ajusta perfectamente a los 140 caracteres de un tweet. Todo lo que hay que hacer es insertar tu objetivo moderno particular.
BERLUSCONI a lo Catilina…
http://www.scoop.it/t/mundo-clasico
“Quousque tándem abutere, Catilina, patientia nostra?
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La obra de Tácito despierta auténticas pasiones. Quería dejar las cosas claras. Analiza cuando apareció y se instaló la podredumbre autocrática: en su opinión con la llegada de Augusto. Y aunque en su análisis no hay nada reprochable desde un punto de vista histórico, el tono es insistentemente negativo...
Cayo Cornelio Tácito (Roma?/ Galia ? 55-?, 117) Historiador romano nacido durante el principado de Nerón
Provenía de una acomodada familia senatorial originaria de Galia. Fue discípulo de Quintiliano y amigo de Plinio el Joven. Los pocos datos que se conocen de su vida indican que desarrolló una brillante carrera política, que le llevó al Senado así como a ejercer el cargo de cónsul. Destacó como orador antes de dedicarse a la historiografía. Su carrera como funcionario imperial le permitió ser testigo de excepción del fin de la dinastía Claudia, del período de transición y la llegada de la dinastía de los Antoninos. Al final de su carrera política se retiró a escribir sobre los acontecimientos vividos. También es conocida su boda con una hija de Cneo Julio Agrícola, general romano que luchó en Britania, de quien Tácito escribió una biografía: Agrícola obra que retrata a su propio suegro como un romano tradicional en un mundo decadente.
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Otra obra importante que hay que resaltar es De origine et situ germanorum, más conocida como Germania, en la cual traza una viva representación de la vida y cultura de los germanos en los que cree ver las mismas virtudes que dieron a Roma su grandeza y en contraste con la laxitud de ésta. Con todo, sus obras más famosas son los Annales, una historia de los emperadores de la dinastía Julio-Claudia a partir de Tiberio a Nerón, y las Historiae, sobre la dinastía Flavia. Ambas obras representan un grandioso esfuerzo por recrear un período convulso de la historia de Roma, y en ellas ofrece un retrato implacable de los grandes personajes de la época, poniendo de relieve sus flaquezas. El tono del autor refleja también una cierta nostalgia por los tiempos de la República y de la grandeza romanas. Se esfuerza por estar bien documentado y mostrarse imparcial respetando, en general, los hechos. Las obras de Tácito se han conservado en forma fragmentaria y bastante incompleta. Su estilo se
caracteriza por la brevedad y concisión, dándole más importancia a la agudeza de la idea que a la ornamentación. Gaius Suetonius Tranquillus 70-126 d.C. fue un historiador y biógrafo romano durante los reinados de los emperadores Trajano y Adriano. Formó parte del círculo de amistades de Plinio el Joven y, al final, del mismo emperador Adriano; hasta que cayó en desgracia por enemistarse con este. Su obra más importante es las Vidas de los doce césares (De vita Caesarum), en la que narra las vidas de los 12 primeros gobernantes de Roma incluyendo a Julio César hasta Domiciano .Este trabajo ha brindado a la Historia gran cantidad de datos sobre la vida privada y el gobierno de los emperadores romanos, aunque en ocasiones se centra más en cuestiones superficiales anecdóticas, supersticiosas o escandalosas, por las que el autor sentía una característica curiosidad no hay, pues, que buscar en él un estudio profundo de los hechos históricos. La influencia de Suetonio es grande en la literatura: Shakespeare toma muchos de los datos dados por Suetonio para su tragedia Julio César, al igual que posteriormente Robert Graves para sus novelas históricas Yo, Claudio y Claudio el Dios y su esposa Mesalina y algún que otro cuento ambientado en Roma. También escribió una obra titulada De viris illustribus pero se ha perdido.