LA META QUE DEBEMOS ALCANZAR COMO CRISTIANO Filipenses 3:1-17

LA META QUE DEBEMOS ALCANZAR COMO CRISTIANO “Filipenses 3:1-17” Introducción: Hermanos un nuevo año comienza y quizás usted culminando el pasado año,

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LA META QUE DEBEMOS ALCANZAR COMO CRISTIANO “Filipenses 3:1-17” Introducción: Hermanos un nuevo año comienza y quizás usted culminando el pasado año, como cristiano, se fijo ciertas metas para este nuevo año, de pronto meditando en el nuevo año comenzó a pensar en ciertas áreas de su vida que debe mejorar, o quizás estuvo pensando que debe brindar un mayor apoyo a su Pastor y a su iglesia que el que le pudo brindar el pasado año; pero pareciera que cada año nos fijáramos las mismas metas y siempre nos olvidáramos de la meta que debemos alcanzar como cristianos, quizás usted se estará preguntando ahora mismo cual será esa meta; el Apóstol Pablo hace referencia de una forma muy clara en Efesios 4:13 donde nos dice: “Hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Esa mi hermano es la meta que usted debe proponerse cada día de su vida alcanzar Pero ¿como alcanzarla? En el pasaje que se encuentra en Filipenses 3:1-17 Pablo inspirado por el Espíritu Santo nos muestra tres aspectos muy importantes que los llevara en dirección a esa meta. En primer lugar debemos entender que I.- La meta que debemos alcanzar como cristianos no la alcanzamos llevando una vida religiosa: Vv 2-3 Cuídense de esos perros, cuídense de esos que hacen el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo. Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos. Pablo era religioso antes de ser salvo, pero su religión no pudo salvarle. Tuvo que perder su religión para hallar la vida eterna. Este capítulo lo inicia Pablo advirtiendo a los creyentes en contra de la religión separada de Cristo. Nos aconseja que tengamos cuidado de los Perros. Los judíos llamaban «perros» a los gentiles, a los paganos porque, según la Ley, eran impuros., pero aquí Pablo usa el término «perros» para describir a los maestros judíos que enfatizaban la circuncisión y guardar la ley como lo más importante.

Hermanos en nuestros días encontramos este tipo de gente religiosa que creen que por no faltar a los servicios, ni a las actividades, por ser los primeros que llegan y los últimos que se van y por diezmar piensan que con esas practicas están cerca de esa meta pero olvidan lo mas importante la actitud. No lo hacen por amor sino solo por cumplir con un acto religioso; La religiosidad no es la meta del cristiano La verdadera señal de una correcta relación con Dios no era la observancia de una ceremonia o rito formal, sino es buscar al Señor en Espíritu y en verdad. Que nos dice el verso 3 “Los que en espíritu servimos a Dios” no sólo se refiere a estar vivos en el espíritu sino calificados para adorarle en todo lugar, en el capitulo 58 de Isaias el Señor nos habla de lo que para El es realmente lo mas importante y nos dice: de que te sirve practicar todo eso si sigue llevando la misma vida. Te pregunto ¿Estas luchando por alcanzar tu meta a través de la religión o realmente estas luchando por ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo? En segundo lugar Pablo nos muestra que II.- La meta que debemos alcanzar como cristianos No la alcanzamos por nuestro propio esfuerzo. Vv 4-11 En los versos del 4-11 el Apóstol Pablo nos da una lista de todos sus logros obtenidos a trabes de su propio esfuerzo diciendo. Yo mismo tengo motivos para tal confianza. Si cualquier otro cree tener motivos para confiar en esfuerzos humanos, yo más: Circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo; En cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable. Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo Y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe.

Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos. Podemos ver en este pasaje que el Apóstol Pablo se había esforzado para obtener todos esos logros. En cuanto a costumbres, cultura, tradición y religión cumplía con todos los requisitos habidos y por haber. Pablo tenía la mejor reputación posible como rabí judío. Por nacimiento y educación sobrepasaba con mucho a todos; su religión judía significaba para él vida o muerte. Si alguien pudiera llegar al cielo en base a su carácter y religión, ese sería Pablo, y sin embargo, sin Jesucristo era un pecador perdido. Cuando halló a Cristo, consideró todos sus logros carnales como basura «Las he estimado como basura» (v. 7) es la manera en que Pablo lo dice. Lo midió cuidadosamente, se vio por lo que era y decidió que toda su religión y honores no valían la pena. Él solo quería cada día de su vida conocer a Cristo. Hermano cual es tu mayor deseo como Cristiano, ¿Dónde estas poniendo tu mayor esfuerzo? quizás en tu vida has logrado alcanzar muchas de las metas que te has propuesto como, un buen grado de instrucción, un buen empleo, una buena familia, etc. Pero cada una de estas metas no tienen sentido si a través de ellas no estas obteniendo un mayor conocimiento del Señor, de nada valdría todo tu esfuerzo si a través de esos logros no glorificas al Señor o si a través de ellos no testificas de El. Hermano quiero que entiendas muy bien en este día que tu mayor esfuerzo como cristiano debe ser para ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Todo lo que hagas por ti mismo para satisfacer tus propios deseos dice la Palabra de Dios que es basura. En tercer lugar el Apóstol Pablo nos muestra la clave principal diciéndonos que III.- La meta por la cual debemos luchar solo la alcanzáremos puesto los ojos en Jesús Vv 12-17 12 No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.

13 Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, 14 Sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. 15 Así que, ¡escuchen los perfectos! Todos debemos tener este modo de pensar. Y si en algo piensan de forma diferente, Dios les hará ver esto también. 16 En todo caso, vivamos de acuerdo con lo que ya hemos alcanzado.* 17 Hermanos, sigan todos mi ejemplo, y fíjense en los que se comportan conforme al modelo que les hemos dado. Aquí el Apóstol Pablo nos da algunos pasos que nos ayudaran a alcanzar la meta que el Señor ha fijado para nosotros Por un lado, debemos ser sinceros con nosotros mismos y admitir dónde estamos, como Pablo declaró: «No que lo haya ya alcanzado» (v. 12). Pablo nos da algunas recomendaciones «Esto hago» (v. 13). Poner nuestros ojos de fe en Cristo y olvidarnos del pasado: los pecados y fracasos pasados, y también los éxitos pasados. Debemos proseguir en su poder. La vida cristiana no es un juego; es una carrera que exige lo mejor que haya en nosotros: Demasiados cristianos llevan vidas divididas. Una parte disfruta de las cosas del mundo y la otra trata de vivir para el Señor. Se vuelven ambiciosos por las «cosas» y empiezan a preocuparse por ambiciones terrenales. Nuestro llamamiento es un «supremo llamamiento» y un «llamamiento celestial»; y si vivimos para este mundo, perdemos la recompensa que va con nuestro supremo llamamiento. ¿Dónde están puestos tus ojos? ¿Los estas poniendo en Jesus? CONCLUSION: Ilustración: Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que el hachero se decidió a hacer buen papel.

El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona. El hombre entusiasmado salió al bosque a talar. En un solo día cortó 18 árboles. -Te felicito, dijo el capataz, sigue así. Animado por las palabras del capataz, el hachero se decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente; así esa noche se acostó bien temprano. A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que 15 árboles. -Me debo haber cansado -pensó y decidió acostarse con la puesta del sol. Al amanecer se levantó y decidió a batir su marca de 18 árboles. Sin embargo ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron 7, luego 5 y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear su segundo árbol. Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer. El capataz le preguntó: -¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez? - ¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles. Hermanos cuántas veces estamos tan ocupados en lo que nos parece urgente, que le restamos tiempo a lo importante.... Te invito a pensar... ¿Estás afilando el hacha de tu vida? ¿En qué estás ocupando tu tiempo, a qué le estás prestando atención? Tal vez estamos tan ocupados en querer alcanzar nuestras metas personales, que nos olvidamos de lo más importante en nuestra vida; eso es crecer en el conocimiento del Hijo de Dios. CONCLUSIÓN: Hoy les he enfatizado que es posible alcanzar la meta en la vida cristiana pero no a través de la religión ni de nuestros esfuerzos humanos, sino a través de poner nuestros ojos en JESUS. ¿Cómo tratas de alcanzar la meta del cristiano? ¿Intentas hacerlo en tus propias fuerzas? ¿No logras avanzar y te sientes

frustrado? ¿Has pensado que Dios se olvidó de ti? ¿Te das cuenta que solo se puede lograr en las fuerzas de Dios y no en las tuyas? Si tratas de avanzar en tus propias fuerzas no lograrás nada, solo frustración y desánimo y un deseo de rendirte. Pero si te das cuenta que la vida cristiana se vive en el poder de Dios entenderás que los cambios los produce Dios y tu fe aumentará. ¿Cómo Hacerlo? Deja de vanagloriarte en tus logros, sean pasados o presentes. No permitas que los ritos, ceremonias y tradiciones sustituyan una relación dinámica y espiritual con Jesús. Enfócate en Cristo y no en tus habilidades, circunstancias o personas.

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