La metamorfosis: el cambio final de Vivian Luz o la resolución al estrabismo kafkiano. Teresa Gatto (Universidad de Buenos Aires)

Por tercera temporada consecutiva, subió a escena La metamorfosis, el cambio final dirigida por Vivian Luz, cuya dramaturgia fue concebida como un work in progress mientras se llevaba a cabo el proceso danza-teatro. De este modo, Carlo Argento (único intérprete), Vivian Luz y Laura Ferrari construyeron las secuencias textuales de la consternada existencia del personaje kafkiano. El espectáculo teatral reúne varias singularidades, ya que el pianista Esteban Rozenszain concibió la idea y compuso a priori la música, a partir del texto canónico de Franz Kafka, elaborando variaciones sobre las distintas instancias de la atribulada vida de Gregorio Samsa. Con esas partituras se realizó el trabajo perfomativo en el que un actor debería encarnar a todos los personajes de la historia, pero, además, y como para otorgar mayor densidad al texto dramático y luego espectacular, se incorporaron fragmentos de Carta al Padre, del mismo autor, que provocan un efecto de incesancia del significante que circula por toda la puesta: la imposibilidad del vínculo padre-hijo.

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La metamorfosis escrita por Franz Kafka narra la vida un individuo, preso de la alienación y el desprecio de su familia, quien una mañana despierta convertido en un insecto. Encerrado en su habitación y sin animarse a exhibir su cambio monstruoso, se comunica a través de la puerta de su cuarto. El lector de Kafka es obligado a sostener una lectura estrábica toda vez que algunos acontecimientos se desarrollan en el cuarto de Gregorio y otros en la planta baja de la casa, en donde padre, madre, hermana y jefe del empleo tratan de buscar modos de coacción que expulsen al atribulado Samsa de su habitación, para que cumpla con su trabajo. En la puesta de Luz, su único protagonista afronta la difícil tarea de mutar en todos los personajes que de una u otra manera vuelven su vida miserable. Con una interesante resolución escénica, el personaje redelimita el espacio: así, la abundancia de cajas que mantienen la misma paleta de tenues ocres que el resto de los objetos de la puesta, simbolizan la mecanicidad de un trabajo agobiante y alienado y adquieren distintas significaciones a lo largo de la puesta, de acuerdo con el modo en que el atribulado Gregorio/Franz configure el espacio escénico de cada secuencia.

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Una camisa que forma parte del vestuario del Gregorio-empleado deviene trama en su doble acepción, ya que funcionará como tela y como narración, pues dentro de ella la transformación cobra vida acompañada de la sugestiva maleabilidad corporal que Vivian Luz le imprime al cuerpo de Carlo Argento en sus sucesivas mutaciones. La puerta del cuarto servirá, con su doble fondo, de espacio para efectuar los cambios de vestuario y se configurará, hacia el final, en un ataúd. Sucesivamente, el protagonista será su madre, su hermana, su padre y su jefe resolviendo así lo que en el texto kafkiano requiere un lector estrábico. Todo ocurre en la permanente redelimitación del espacio escénico y en los cambios de vestuario que acompañados del trabajo corporal, gestual y vocal nos mostrarán, alternativamente, a los verdaderos monstruos de la historia. La música, como el primer lenguaje de la puesta, forma parte de la diegésis, ya que sus cambios ritmo y sus altisonancias hacen de soporte fundamental de la metamorfosis sufrida. La danza, como segundo lenguaje, resulta un aporte imprescindible, ya que los movimientos suaves o abruptos van dando cuenta de la consternación infinita que sufre el personaje de Kafka al no poder detener el proceso de cambio que la mirada de los otros -despectiva, cruel y humillantegenera en su cuerpo. Breves pero hondos murmullos del texto se convierten así en el tercer lenguaje de esta puesta.

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Las voces en off de gran contundencia y las caracterizaciones del protagonista profundizan el drama y colaboran haciendo que el espectador vea en una sola planta, varias veces redelimitada, a todos los personajes de esta historia de dolor y muerte. Los sucesivos cambios y variaciones rítmicas que experimenta la música; el espacio escénico con el múltiple valor simbólico de las cajas representando mercadería o pesadas botas que no dejan levantar los pies del suelo como si todo fuera cada vez más dificultoso o bien recipientes que contienen cartas o dinero, resignifican de manera permanente la diégesis. Los cambios corporales, con sus crispaciones, espasmos y temblores ante el devenir humano-insecto y las nuevas formas de mutar en todos los personajes de la historia que oprime al desgraciado Gregorio/Franz, no sólo resuelven el estrabismo kafkiano, sino que configuran una puesta en abismo en donde lo representable, el cambio, se perpetua de modo redundante y sólo se detiene ante la muerte.

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La puesta logra momentos de profundo dramatismo y bellísima plasticidad que permiten asistir a la escenificación del dolor y la mutación destructiva a la que conduce la imposibilidad de los vínculos y el desprecio de los seres amados. La metamorfosis, el cambio final retoma ese terror kafkiano de ser un otro monstruoso y explota con eficacia el hecho de escribir en el cuerpo aquello irrepresentable que se vuelve inefable a la hora de narrar. [email protected] Ficha Técnica La Metamorfosis. El cambio final, tercera temporada Autores: Vivian Luz, Laura Ferrari, Carlo Argento Coreografía y Dirección Vivian Luz Con Carlo Argento Piano: Esteban Rozenszain Participación especial en off: Pompeyo Audivert, Silvina Bosco, Marzenka Novak, Alejandro Urdapilleta Dramaturgia: Laura Ferrari Idea, Producción y Música Original: Esteban Rozenszain Centro Cultural Borges Sala Norah Borges Sábados 20.30. hs.

Palabras Clave: La metamorfosis – Kafka –Luz –Ferrari –Argento – Rozenszain Key words: La metamorfosis – Kafka –Luz –Ferrari –Argento - Rozenszain

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