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La necesidad de un nuevo concepto de HABITABILIDAD. 16.050 caràcters
Introducción El ser humano, en su largo camino de evolución, ha buscado siempre mejorar las condiciones del espacio donde cobijarse de las inclemencias del tiempo y protegerse de las posibles agresiones exteriores. Signo de la natural aspiración al bien vivir y al bienestar, cada generación ha buscado una habitabilidad mejor que la de sus antecesores, confiando a la vez en que sus sucesores mejorarían todavía mas los niveles que ella había alcanzado. Hoy, hay señales que indican que esta vieja aspiración se ha truncado, que la habitabilidad no esta siendo bien resuelta en los momentos actuales y que las expectativas de las generaciones futuras son de empeorar la situación actual
La existencia en España de un millón de viviendas vacías junto a necesidades no satisfechas de amplios sectores de la población indica que el modelo de habitabilidad que el sector de la promoción/construcción ha propuesto en los últimos años no cumple las necesidades sociales básicas. El predominio de los factores especulativos sobre los de habitabilidad, ha transformado a las viviendas en objetos a los que se aspira como cauces de enriquecimiento antes que en lugares de habitabilidad, lo que ha conducido a un deterioro de la capacidad del buen-vivir., tanto en el hábitat individual (los edificios), como en el colectivo (el espacio urbano)
Nos encontramos pues ante la ineludible necesidad de cambiar la oferta que el mercado ha producido, en la que el valor ha substituido al precio y la cantidad a la calidad. Esta necesidad de cambio se ve reforzada por los cada vez más graves problemas ambientales que afectan de manera importante y progresiva a todas las capas de población aunque de una manera mas acentuada a la de los países pobres y a las generaciones venideras.
El cambio climático, el fracaso mas grande del mercado en su configuración actual, un elemento cada vez mas presente en nuestras vidas determinara y exigirá nuevos enfoques al tema de la habitabilidad. La mayor frecuencia de los desastres ambientales pide con urgencia una globalización de la habitabilidad.
El incremento de enfermedades físicas y mentales requiere también nuevas medidas, todavía muy escasas hoy en día, en la definición de la nueva habitabilidad, la salud de las personas es una de las reivindicaciones a integrar en los parámetros de la habitabilidad, como tradicionalmente había sido.
Breve historia de la habitabilidad. La habitabilidad del nuestros antepasados mejoro indudablemente con el control del fuego, hace 350.000 años, el calor y la luz del sol podían sustituirse con un calor y luz artificial. Quizás, ya entonces, alguien pensó que el ser humano podría prescindir de la naturaleza para satisfacer sus necesidades básicas. El descubrimiento de la agricultura, hace unos 7.000 años, incidió en esta creencia y la revolución industrial, hace tan solo 250 años, supuso otro cambio en el mismo sentido. Pero hemos ido aprendiendo y sabemos que con nuestros avances hemos ido produciendo efectos secundarios no deseados y no controlados que pueden provocar retrocesos en nuestro continuo incremento de bienestar y de habitabilidad.
Hay también algunas constantes en el tiempo y en la geografía; en Oriente y Occidente que nos indica que la búsqueda de habitabilidad ha guiando, ayer y hoy, las intervenciones humanas. Por todas las geografías encontramos paisajes rurales y urbanos modelados con la intención de mejorar el bienestar, la habitabilidad de sus moradores. Un ejemplo admirable lo constituye el Valle d’Orcia en la Toscana italiana. Declarado patrimonio de la humanidad, la UNESCO le reconoce el merito de haber inventado el moderno paisajismo. Desde hace 500 años un territorio productivo, modificado por la mano del hombre, no deja de seducirnos por su extraordinaria belleza. Nunca se podrá decir que la única motivación de aquellos planificadores del espacio, campesinos burgueses, y artesanos, fuese material. Había también algo de simbólico, de estético, de afectivo, en aquellas inversiones que movilizaban a la vez medios (financieros y técnicos), invención y creatividadi. Algunos artistas plasmaron paisajes bucólicos utópicos lejanos a la realidad social del momento. En el Ayuntamiento de Siena, Ambrogio Lorenzetti nos muestra en el fresco Al·legorias del buen y mal gobierno, las consecuencias de las distintas formas del ejercicio del poder.
En el siglo XIX tres grandes epidemias de cólera asolan Europa. En 1832 Mr (buscar nom) Chadwich es nombrado inspector de la Comisión de Pobres, y hasta1854 se constituye en animador de todas las reformas en el campo de la higiene
social. En 1844 aparece la primera ley que define los requisitos higiénicos mínimos para las casas de arrendamiento en Londres. En 1848 aparecen las primeras leyes higienistas en Inglaterra. En Francia se aprueban en 1850, después de una epidemia de cólera; en ellas se establece que cualquier espacio, por pequeño que fuere, debe estar iluminado y ventilado directamente. En España en 1859 se aprueba el Plan del Ensanche de Barcelona de Ildefons Cerda, quien en 1867 publica su Teoría general de la urbanización donde plantea una nueva forma de habitabilidad que afecta no solo a las viviendas sino a toda la ciudad, pero no es hasta el año 1895 en que aparecen leyes estatales de saneamiento y reforma interior.ii.
La nueva organización del trabajo provocado por el Taylorismo lleva aparejado un escenario de mejora de las ordenanzas de salud e higiene de las viviendas, necesario para sedentarizar la masa trabajadora que hasta entonces se caracterizaba por su flexibilidad, imprevisibilidad y sedentarismo. Se puede considerar la ciudad industrial como una progresiva sucesión de espacios “taylorizados”; primero el taller, la manufactura y la fabrica; luego la ciudad…, desde la gestión de la circulación a la construcción de parques y jardines; y finalmente en la vivienda, donde la vida domestica acabara fagocitada por el ideario taylorista. ..En este contexto las primeras políticas de salud urbana han de entenderse claramente vinculadas a la gestión de la fuerza de trabajo industrialiii.
A principios de diciembre de 1952, Londres sufrió una bajada de las temperaturas mayor de lo habitual. A causa del frío, los londinenses comenzaron a quemar más carbón que de costumbre y la contaminación generada, que normalmente se dispersaba en la atmósfera, quedó atrapada por una densa capa de aire frío. La niebla tóxica era tan espesa que el tránsito de vehículos por la ciudad se hizo muy difícil, afectando al servicio de trenes y provocando que se cerrasen aeropuertos y las escuelas. Las concentraciones de agentes contaminantes en el aire aumentaron de forma dramática. Entre el 5 y el 9 de diciembre fallecieron 4.000 personas, básicamente niños, ancianos y personas con problemas respiratorios. En los meses siguientes hubo otros 8.000 muertos causadas en la mayoría de los casos, por infecciones de las vías respiratorias o pulmonares y por hipoxia (nivel bajo de oxigeno en la sangre)iv. El verano pasado los medios de comunicación nos han mostrado imágenes semejantes en Moscú y otras ciudades rusas. En Pekín y otras grandes ciudades asiáticas es
frecuente ver a peatones con mascarillas, ¿es esto una ciudad habitable? Las condiciones que provocaron el malestar y elevadas muertes en las ciudades de Europa, se reproducen ahora en los países emergentes, provocadas, eso si, por nuevas formas energéticas. Sin embargo, las diferencias sociales siguen siendo la causa determinante de la salud y la esperanza de vida.
Habitabilidad y profesiones En los siglo XVIII y XIX el concepto de higiene vinculado a la salud y la medicina canaliza un cierto discurso contra la ciudad… se entiende el espacio urbano como un lugar de riesgo, enfermedad y muerte, el peligro se entiende asociado a la densidad y la afirmación esta basado en conocimientos empíricos. La “reforma” urbana que inspira el urbanismo europeo del siglo propone como primer objetivo la reducción de la densidad urbana. En aquel tiempo se consideraba que las enfermedades se transmitían por el aire y se denominaban “miasmas” a los agentes causantes de las mismas. El medico higienista ira vigilando espacios habitables como los hospitales, los mercados, los barcos o las prisiones hasta llegar a las viviendas. La higiene del barco ya preocupa en el siglo XVIII, como narra el Capitán Cook en sus diarios de a bordov.
Posteriormente el avance de la medicina hace que el agua suceda al aire en la escala de valores nocivos. A la vez se suceden los estudios sobre ventilación. Todo ello conduce a que sean los ingenieros y los arquitectos los que empiezan a participar en la gestión de la salud urbana. Las redes de saneamiento, que aparecen en Inglaterra, inician el camino hacia la tecnificación de la edificación. En España hasta hace pocos años eran los médicos los encargados de emitirlos certificados de habitabilidad. Así, a finales del siglo XIX, la gestión de la salud urbana, que es condición básica de la habitabilidad, se sustenta en dos pilares básicos: por una parte los avances técnicos como las redes de saneamiento, el acceso generalizado al agua potable, la limpieza de las calles. Por otro lado los avances en la medicina, las campañas de vacunación, la progresiva disponibilidad de medicamentos y la consolidación de programas y servicios de salud.
Hoy las nuevas enfermedades debidas a factores de contaminación atmosférica, alergias, asma, cáncer, síndrome química múltiple, lipoatrofia semicircular, etc. hacen necesaria otra vez la participación de la medicina en la prevención de estas nuevas
plagas. A ello debe añadirse las de origen mental, provocadas por la forma de vivir y trabajar actuales.
Un concepto de habitabilidad diferente La nueva habitabilidad debe ser redefinida para adaptarse a las nuevas restricciones ambientales y sociales. Una habitabilidad que no puede ser enunciada ya en el futuro inmediato- independientemente de los recursos necesarios para producirla y para mantenerla en el tiempo. Una habitabilidad que -para ser eficientedebe adaptarse a las demandas de las personas, de las formas de vivir actuales, superando modelos habitacionales ligados a estándares de vida convencionales -cada vez menos mayoritarios- y cuya generalización sólo sirve para facilitar la expresión del valor de cambio de la vivienda por encima de su valor de uso. Una nueva habitabilidad que debe estar definida desde las necesidades de las personas. Unas necesidades cuya satisfacción debe empezar por garantizar para todos las condiciones de confort normativamente establecidas, pero que deben extenderse a la configuración de un espacio habitable sano, desprovisto de amenazas a la salud y al libre desarrollo de las capacidades de las personas, configurado con materiales libres de componentes dañinos -como los ya reconocidos amiantos, los COV (compuestos orgánicos volátiles), los formaldehídos, el benceno, el éter de glicol- y protegidos de campos y radiaciones electromagnéticas –naturales y artificiales- que puedan afectar a la salud y al bienestar de los habitantes. Una nueva habitabilidad que debe comprender el acceso a la satisfacción de las necesidades que definen una calidad de vida hoy día socialmente aceptable, y que supone el acceso a los servicios –asistenciales, culturales, educativos, etc.- que superan la escala de la vivienda para abordar una habitabilidad de escala urbana. Una nueva habitabilidad, pues, enunciada a escala urbana y consciente y eficiente en los impactos ambientales precisos para generarla.
Hace falta pues, redefinir de nuevo los límites y parámetros que acotan o definen la nueva habitabilidad. Habrá que respetar nuevos límites y se tendrá que volver a políticas preventivas antes que paliativas. Pero también habrá que romper viejos limites que encorsetan la habitabilidad actual a un escaso catalogo de topologías y lugares. Los nuevos conocimientos científicos, hacen que hoy, como ocurrió en el siglo XIX, debamos imponer nuevos límites para mejorar la salud de la sociedad
El estudio mas completo de estas nuevos parámetros y condicionantes a respetar realizado en nuestro país es el texto producido con motivo del Congreso Sb10mad titulado “Cambio Global España 2020/50. Sector edificación”. En el estudio se definen y cuantifican algunos de los nuevos límites a respetar en el sector de la edificación, con vistas al año 2050 en base a los conocimientos actuales y previsiones demográficas de los próximos 40 años. Entre los nuevos límites a respetar y cumplir en el 2050 para obtener la nueva habitabilidad destacamos: Reducir la demanda de nuevo suelo en la generación de nueva habitabilidad. (los 807.254 Km2 urbanizados en la actualidad no deberían superar los 838.398 en el año 2050) Emisiones 0 en el sector energético; para ello el sector de la edificación deberá ser neutral en carbono, ello implica el centrar el sector en la rehabilitación, que debe completarse con la gestión de la demanda y el uso de los edificios. Emisiones 0 debidas a la producción de los materiales de construcción, para ello es imprescindible el reciclaje, el uso de materiales renovables y el uso de energía neutra en carbono para realizar los procesos productivos necesarios. También es 0 el objetivo en la producción de residuos; para ello el sector deberá dirigirse a la rehabilitación con técnicas basadas en el reciclaje y los materiales renovables. Por lo que afecta al consumo de agua en el uso de las viviendas, se debería pasar de los mas de 100 litros actuales a un consumo de 55 l. por persona.
Así como hay nuevos límites a respetar, otros deben modificarse y traspasarse. Se ha dicho ya que es necesaria una redefinición de los objetivos del sector de la edificación, los agentes ampliar su tradicional campo de actuación con el objetivo de lograr mayor eficiencia, ello exige un cambio en la escala de las actuaciones y conlleva la modificación de todo el sector. “El sector de la edificación debe ser redefinido y abordado –desde el análisis de su sostenibilidad- como el conjunto de las actividades destinadas a producir y mantener la habitabilidad necesaria para acoger las actividades sociales…Un sector de la edificación que debe ser ampliado más allá de la actividad del sector de la construcción para extenderse hacia el uso de los edificios y la gestión de los recursos precisos para mantenerlos habitables. En resumen un sector orientado a la gestión eficiente de la habitabilidad.
Una habitabilidad que se procura en unas condiciones socialmente aceptables –y, por tanto, socialmente definidas- que a menudo exceden el estricto ámbito de las condiciones higiénicas y dimensionales precisas para acoger las actividades, sino que también incluye el acceso a los servicios y equipamientos considerados básicos en la sociedad actualvi. Una habitabilidad que busca la nueva higiene energética También debe ampliarse la habitabilidad mas allá de los simples parámetros geométricos o funcionales y aceptar que las necesidades son cambiantes y que la habitabilidad debe estar definida por las necesidades de los diferentes colectivos, debe ampliar su ámbito de actuación y comprender el espacio urbano, por lo que su ámbito natural será el municipal. La nueva habitabilidad debe satisfacer las necesidades de todos y preocuparse por los que han de venir. También debe extenderse a ámbitos mas subjetivos propios del sentir y del placer del buen vivir; debemos despertar los sentidos que el mercado ha adormecido y racionalizar ciertas necesidades artificiales derrochadoras que este mismo mercado ha impuesto, porque la habitabilidad es una demanda de las personas y no una simple cualidad de los espacios. El placer que se siente sentado en una banco de una plaza tranquila, bajo la sombra de un árbol notando el frescor de la brisa y escuchando un pájaro es similar al que tenemos en una vivienda en la que entra el sol, circula el aire, tener buenas vistas, no hay ruido, rincón agradable, con olor de flores, una sensación saludable…vii ¿Llegaremos a alcanzar todos esta habitabilidad de la que hoy disfrutan unos pocos?
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YVES LUGINBUHL “Paisatge i benestar individual i social” en Paisatge i salut. Observatori del paisatge. Olot 2008 ii MARGARITA DE LUXÁN, JOSÉ FARIÑA, GLORIA GÓMEZ, EMILIA ROMÁN. “Estudio para la definición de parámetros con criterios prestacionales que establezcan condiciones de habitabilidad en las viviendas. Ayuntamiento de Madrid. Oficina del centro. Madrid 2008 iii FRANCESC MUÑOZ. L’espai urbà i la salut. Una visió històrica” en Paisatge i salut. Op.cit. iv TONI Y ANNA MARIA SOLANAS CANOVAS. “Ciudades y contaminación” Catálogo de la exposición del mismo nombre promovida por Caja Madrid y Editorial Lunwerg. v FRANCESC MUÑOZ, op. Cit. vi ALBERT CUCHÍ con la colaboración de GERARDO WADEL Y PAULA RIVAS. Cambio Global España 2020/2050.Sector edificación. GBCe. (Green Building Council España) asa (Asociación Sostenibilidad y Arquitectura) cceim (Centro complutense de Estudios e Información Ambiental). Madrid 2010 vii ANNA CASAS ¿Quin és el teu racó preferit? (¿cual es tu rincón preferido?) en Cap a un habitat(ge) sostenible (Hacia un hábitat(vivienda) sostenible. CADS Consell Assessor de Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya. Barcelona 2010