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XI CONGRESO ESPAÑOL DE SOCIOLOGÍA. Madrid, 10-12 de julio de 2013 GT 20. Movimientos Sociales, Acción Colectiva y Cambio Social Revilla y Hovanyi
La “primavera árabe” y las revoluciones en Oriente Medio y Norte de África: episodios, acontecimientos y dinámicas Presentado por: Marisa Revilla (UCM) Réka Hovanyi (UCM)
Resumen Entre noviembre de 2010 y junio de 2011 se activaron en la práctica totalidad de los países de Oriente Medio y Norte de África un conjunto de acciones colectivas, movimientos sociales, acampadas, ocupaciones de espacios públicos, etc., que en su conjunto recibieron el nombre de “primavera árabe”. En cada país las reacciones de los gobiernos y las acciones de los manifestantes han comprometido distintos niveles de conflicto. Sin embargo, comparten rasgos comunes tanto en los contextos como en los acontecimientos y las dinámicas. Nuestro objetivo en esta ponencia es aplicar este esquema conceptual al análisis de esas acciones colectivas. Reconociendo la diversidad de episodios que tuvieron lugar, planteamos la distinción de acontecimientos históricos ligados a procesos revolucionarios que han transformado las dinámicas políticas de algunos países de la región. Palabras clave “Primavera árabe”, revoluciones, Oriente Medio y Norte de África, eventos, dinámicas, redes sociales, mujeres.
Es común que los análisis de los acontecimientos ocurridos durante la conocida como primavera árabe comiencen con el recuerdo de cómo todo empezó: la inmolación de Mohamed Buazizi, de 26 años, el 17 de diciembre de 2010 a las 11:30 de la mañana ante un edificio del gobierno en Sidi Buzid, una pequeña ciudad de Túnez, al sur de la capital1. La difusión de la grabación de un vídeo con esta inmolación a través de internet junto con el conocimiento de otros suicidios de denuncia (o intentos de suicidio) contribuyeron a desatar la indignación y furia acumulada en la sociedad tunecina y en los siguientes días empezaron a tener lugar manifestaciones y distintos hechos que 1
Según el análisis de Castells: “fue su definitivo grito de protesta contra la repetida y humillante confiscación de su puesto de frutas por la policía local ante su negativa a pagar un soborno. La última confiscación se había producido una hora antes ese mismo día. Murió el 3 de enero de 2011 en el hospital de Túnez donde el dictador le había llevado para aplacar la ira de la población” (Castells, 2013, pág. 39)
llevaron a que el 14 de enero de 2011 el dictador Ben Alí y su familia abandonaran Túnez y se refugiaran en Arabia Saudí. 2 Este hecho se suele nombrar como el factor desencadenante (ejemplarizante, probablemente, sería adecuado) de los levantamientos contra los gobiernos autoritarios3 de diversos países “árabes”4. Estos hechos pasaron a la historia como “primavera árabe”. Es también bastante común que, inmediatamente, se apunte a que hubo otros antecedentes que podrían colocarse como punto de inicio: por ejemplo, los levantamientos en el Sahara occidental en octubre de 2010. Más allá de la discusión sobre fechas y/o países, el debate atañe a la consideración histórica que se otorgue al fenómeno y básicamente existen dos posibilidades: 1. El análisis de la “primavera árabe”, esto es, de los hechos que ocurrieron en el periodo comprendido entre ese 17 de diciembre de 2010 hasta junio de 2011 y que se extendieron desde Túnez por Argelia, Líbano, Jordania, Mauritania, Sudán Omán, Arabia Saudí, Egipto, Siria, Yemen, Yibuti, Irak, Somalia, Bahréin, Libia, Kuwait y Marruecos (la última revolución en empezar, el 20 de febrero de 2011). Este análisis se concentra en la comprensión de las movilizaciones, su difusión, las prácticas y los aprendizajes, es decir, el qué, cómo y porqué ocurre, junto con el quién compone esos actores. Una lectura de estas movilizaciones comprende su inserción en una ola mayor de movilizaciones de alcance mundial y en el papel protagonista concedido a las redes sociales virtuales y a la tecnología (Castells, 2012; Antentas y Vivas, 2012). 2. El análisis de los procesos históricos en los que tienen lugar estas insurrecciones. En este nivel es necesario descender al análisis de cada país, dado que cada sociedad ha desarrollado una dinámica propia (e inconclusa), con actores, medios y resultados distintos entre sí, pero enmarcados en un contexto geopolítico, económico, cultural… común (Amin, 2011; Abdalla, 2012; Jones, 2012; Shihada, 2011)5. Nuestro interés se centra en la comprensión de estos procesos desde una sociología de los movimientos sociales que nos permita revisar algunos planteamientos teóricos acerca de los movimientos sociales, a la luz de estos fenómenos concretos y, a la vez, mejorar la comprensión de estos fenómenos a la luz de planteamientos teóricos concretos.
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Castells (2012: págs.. 38-41) recoge una descripción pormenorizada de los hechos en Túnez. Es bastante común referirse a estos sistemas como “autocracias”, es decir, según el diccionario de la RAE, la forma de gobierno en la cual la voluntad de una persona es la suprema ley. Consideramos que los gobiernos autoritarios, en algunos casos, militares, de la región representan coaliciones de intereses (nacionales e internacionales) en los gobiernos que son mucho más que la voluntad del jefe supremo de la forma política que corresponda (monarca, líder militar, sultán, etc). 4 Somos conscientes de que el uso del término “árabe” no es compartido por algunos de los pueblos y grupos étnicos a los que se les suele imputar, externamente, esa identidad colectiva, básicamente porque sus países pertenecen a la Liga Árabe. La identidad árabe es rechazada por grupos diversos, por ejemplo, egipcios y somalíes, o kurdos y libaneses. De hecho, en el título de la ponencia hablamos de Oriente Medio y Norte de África (MENA, por sus siglas en inglés). Lo utilizaremos tan solo como alternativa al uso de estas siglas. 5 Recomendamos asimismo las intervenciones de Samir Amin y Dima Khatib en la sesión “El viento de la libertad. Claves de la primavera árabe” del II Foro Enciende la Tierra, que tuvo lugar el 27 de marzo de 2012. http://www.youtube.com/watch?v=Uymqs7rNsHA 3
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Como este es un planteamiento demasiado ambicioso, en esta ponencia nos concentraremos en los elementos que consideramos claves para el análisis de estas dinámicas políticas: -
Sociedades islámicas y su política Geopolítica: los intereses de Occidente en Oriente Medio y el Norte de África Condiciones económicas globales y regionales Condiciones y capacidades sociales: la doble exclusión de jóvenes y mujeres Medios y dinámicas: el papel de las redes sociales y del arte Actores y revoluciones: el papel de las mujeres
Episodios y procesos, acontecimientos y dinámicas Antes de poder avanzar en la formulación de estos elementos, nos referiremos brevemente al debate conceptual que utilizamos en el análisis y en el reconocimiento de los episodios y acontecimientos que hemos calificado como “revoluciones en Oriente Medio y Norte de África”. En primer lugar, situándonos en la propuesta teórica del proceso político, rescatamos su distinción entre los episodios de la acción colectiva y los procesos en los que se insertan. De hecho, el libro Los movimientos sociales, 1768-2008, de Charles Tilly constituye un excelente ejemplo de cómo se analizan episodios concretos de acción colectiva para sustentar la tesis del surgimiento de los movimientos sociales vinculados a procesos de cambio social amplios: “El auge y caída de los movimientos sociales marca la expansión y la contracción de las oportunidades democráticas” (Tilly y Wood, 2010: 21). Más allá de otras críticas que pueden hacerse a su propuesta, y siempre reconociendo el enorme valor de su análisis y la invaluable aportación de su trabajo para la comprensión de la acción colectiva y de los movimientos sociales, consideramos que los análisis realizados desde esta perspectiva suelen otorgar en la práctica una similar consideración a todos los episodios de la acción colectiva, a pesar de que el propio Tilly planteaba que determinados episodios tienen una significación especial 6. En segundo lugar, para avanzar en el análisis de estas cuestiones, tratamos de enriquecer estos dos conceptos, episodio y proceso, con otras dimensiones que introducen matices relevantes en el análisis. Así, asumimos la distinción que Laura Fernández introduce en su análisis a la hora de traducir “events”: hablaremos de episodios para hacer referencia a sucesos concretos e individuales y designaremos como acontecimientos a los sucesos que tienen consecuencias significativas (Fernández, 2012: 89). Fernández sigue la aportación realizada por Sewell cuando habla de la necesidad de teorizar acerca de “historical events”7, dado que modifican la historia, dando una dirección imprevista al desarrollo social y alterando la naturaleza de los nexos causales en los que las interacciones sociales tienen lugar (Sewell, 1997: 243). 6
Sobre esta cuestión, recomendamos la lectura del apartado dedicado a “Del análisis de los episodios políticos al análisis de los acontecimientos transformadores”, Fernández, 2012. 7 “A historical event, then, is (1) a ramified sequence of occurrences that (2) is recognized as notable by contemporaries, and that (3) results in a durable transformation of structures.” Sewell, 1996: 844.
Por último, la comprensión de estos acontecimientos y de las transformaciones que introducen requieren no solo analizar los episodios concretos de acción colectiva enmarcados en los procesos en los que tienen lugar, sino, aún más, atender a las dinámicas8 en las que se insertan (se producen en ellas y, a su vez, las alteran), generando transformaciones en las estructuras, las culturas y los actores. Nuestro objetivo en esta ponencia es aplicar este esquema conceptual al análisis de los episodios que tuvieron lugar entre diciembre de 2010 y junio de 2011 en diversos países de Oriente Medio y Norte de África y que se han englobado bajo la etiqueta de “primavera árabe”. Reconociendo la diversidad de episodios que tuvieron lugar, podemos distinguir la existencia de acontecimientos históricos ligados a procesos revolucionarios que han transformado las dinámicas políticas de algunos países de la región. Este planteamiento es fundamental porque nos permite considerar independientemente los procesos que ocurrieron en cada país, atendiendo a distintos actores, tiempos y desarrollos. Pero, a la vez, nos permite entender su confluencia en una dinámica regional, “árabe”. Esto tiene una implicación crucial para Occidente: no se puede interpretar la “primavera árabe” como un único acontecimiento histórico que transforma estructural y culturalmente la región. No existe un destino común para la región inherente a los levantamientos y derivado de ellos, por más que desde Occidente así se considere (la UE y sus países, EE.UU, Canadá, etc.) y se actúe en consecuencia. Sí existe, sin embargo, en la región una solidaridad que liga a los individuos y las organizaciones que, en cada país, con sus circunstancias y sus dificultades propias, se comprometen en la apertura de espacios de deliberación política y de denuncia, en la reclamación de igualdad, libertad, justicia, o en su propia reivindicación de la dignidad: Karama!. Entre ellos y ellas existe ese vínculo “de lazos de solidaridad y se perciben como integrantes de una comunión ideal al lado de quienes protagonizan otras movilizaciones análogas” (Della Porta y Diani, 2011: 46). La “primavera árabe” fue un conjunto de levantamientos y revoluciones que tuvieron lugar en un marco temporal que abarca desde diciembre de 2010 hasta junio de 2011 en el seno de los países del Oriente Medio y el Norte de África. En esta mirada única al fenómeno es fácil llegar a comprender “La Primavera Árabe” en sí como un acontecimiento transformador: concebido así desde la propia etiqueta que se ha utilizado, la primavera como metáfora del despertar social o, dado que aparece asociado a procesos de transición, como brotes democráticos. Sin embargo, nosotras proponemos
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El diccionario de la RAE recoge tres acepciones de la palabra “proceso”: a. Acción de ir hacia adelante; b. Transcurso del tiempo; c. Conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial. A su vez, recoge dos acepciones de “dinámica”: a. Parte de la mecánica que trata de las leyes del movimiento en relación con las fuerzas que lo producen; b. Sistema de fuerzas dirigidas a un fin. Escogemos precisamente la noción de dinámica para el análisis porque no establece una dirección (hacia adelante), ni requiere el transcurso del tiempo y porque afirma la interacción de fuerzas que producen movimiento.
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la comprensión de las dinámicas de cada país, para lo que es necesario detenerse en las diferencias en los episodios y en los procesos9. 1. Distinguimos los países en los que la primavera árabe supuso el derrocamiento de los gobiernos existentes, es decir, estableció una suerte de quiebre en el proceso, un triunfo de las demandas de los manifestantes cuando pedían la dimisión de los gobernantes del momento (aunque, en nuestra interpretación, esto no significa que se haya definido un proceso de transición democrática). En este caso podemos incluir a Túnez (caída de Ben Alí, 14 de enero de 2011), Egipto (dimisión de Hosni Mubarak, 11 de febrero de 2011), Yemen (Saleh sobrevive a un ataque y se traslada a Arabia Saudí el 3 de junio, regresa a Saná en septiembre pero el 23 de noviembre abandona su cargo) y Libia (las protestas contra Gadafi empezaron el 17 de febrero, el régimen respondió militarmente y con una fuerte represión policial; tras un periodo de conflicto armado, Gadafi es capturado y asesinado el 20 de octubre). En este primer nivel, también podemos señalar los casos en los que ha habido cambios en la composición de los gobiernos o reformas del régimen político: Jordania (las manifestaciones empezaron el 28 de enero y pedían la destitución del primer ministro y otras reformas económicas y políticas; la dimisión del ejecutivo tiene lugar el 1 de febrero; Abdallá II introduce modestas reformas y promete cambios hacia una monarquía constitucional); Omán (ante una serie de protestas menores y para anticiparse al contagio de los levantamientos el Sultán de Omán hace una serie de reformas y el 1 de marzo despliega el ejército para resultar más convincente); Marruecos (hubo inmolaciones y manifestaciones protagonizadas por el Movimiento 20 de febrero a las que el Rey Mohamed VI respondió anunciando reformas en la Constitución para moderar su poder. El texto sometido a referéndum y aprobado el 1 de julio de 2011 fue desarrollado por una comisión ad hoc, no hubo asamblea constituyente; ha habido algunos recortes de poder y se ha incluido, por ejemplo, la figura del primer ministro10). Respecto de los episodios de menor trascendencia habidos en otros países, podríamos distinguir entre dos grupos: -
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Países con mayor visibilidad e incidencia de las movilizaciones: Sahara Occidental (“fuera del ciclo”: se iniciaron el 9 de octubre de 2010); Argelia (28 de diciembre de 2010); Irak (10 de febrero de 2011); Bahréin (14 de febrero).
La información que se presenta a continuación se ha recopilado a través de prensa (http://elpais.com/tag/primavera_arabe/a/ o http://www.elpais.com/especial/revueltas-en-el-mundo-arabe/ o http://www.guardian.co.uk/world/interactive/2011/mar/22/middle-east-protest-interactive-timeline). Castells incluye sendos capítulos dedicados a los hechos de Túnez y Egipto y otro más a los “levantamientos árabes”. Además ofrece una cronología de estos levantamientos entre diciembre de 2010 y diciembre de 2011 (Castells, 2012) 10 Kadhija Mohsen-Finan: “La ‘excepción marroquí’ en la primavera árabe”. El País, 30/06/2011. http://elpais.com/diario/2011/06/30/opinion/1309384804_850215.html
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Países con episodios menores de movilización: Líbano (12 de enero de 2011); Mauritania, Sudán (ambas 17 de enero de 2011); Arabia Saudí (21 de enero de 2011); Somalia (13 de febrero de 2011); Kuwait (18 de febrero de 2011).
A todos ellos hay que añadir la excepcionalidad del caso de Siria (iniciado el 26 de enero de 2011) con una represión armada de los levantamientos que aún no tiene fin. 2. Los acontecimientos históricos han dado lugar a dos dinámicas distintas que tienen reflejo en países concretos y que responden a los impulsos introducidos por todas las fuerzas en juego: desde los actores a las condiciones geopolíticas y económicas. Cada una de las dos dinámicas se pone en juego en países emblemáticos de la región: -
Dinámica de cambio político: Túnez11 y Egipto12 Dinámica de conflicto armado: Libia 13 y Siria14
Para poder comprender mejor estas dinámicas, es necesario que nos detengamos en la consideración de los elementos claves para su análisis y en los actores y los medios que destacan.
Claves para el análisis de los acontecimientos y las dinámicas No hay un elemento único que pueda explicar esta oleada revolucionaria que empieza en diciembre de 2010, por eso tenemos que prestar atención a los elementos comunes y diferentes de estos países. Las explicaciones atienden a variadas razones que se entrelazan y multiplican sus efectos, el largo plazo con el medio plazo y con factores coyunturales: el contexto histórico, político, económico, cultural y social, con la transición demográfica, el incremento de los precios de los alimentos, los efectos directos provocados por la crisis financiera internacional, la emigración contenida y controlada, o con la espontaneidad y el sentimiento de la identidad colectiva, como “pueblo”, etc.
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Después de un mes de protestas, Ben Ali huyó a Arabia Saudí. Se anunció la liberación de presos políticos, la legalización de los partidos políticos, etc. Hubo nuevas revueltas y el Presidente del gobierno de transición dimitió. Hubo elecciones legislativas en octubre de 2011. El nuevo Gobierno defiende el estado de derecho, las libertades fundamentales y la igualdad de sexos. En febrero de 2013, asesinaron al principal líder de la oposición, Chokri Belaid, del Movimiento de los Patriotas Demócratas. Hamadi Jelabi, primer ministro, formó un gobierno tecnocrático. A la espera de elecciones legislativas. 12 El 28 de noviembre de 2011 tuvieron lugar las primeras elecciones libres y Mohamed Morsi, al frente de los Hermanos Musulmanes, llegó a la Presidencia. En la actualidad, el ejército tiene poder para tomar las calles y para “mantener el orden”. Existe una Nueva Constitución y el gobierno está en manos de un partido islamista, en contra de las libertades individuales. 13 Tras la guerra civil y el asesinato de Gadafi, ahora es una “democracia suspendida”, la lucha sigue, existe una reinstauración militar del país, la autoridad actual (CNT) no fue elegida por la población, no se descarta la posibilidad de una nueva guerra civil. 14 La respuesta militar a los levantamientos ha llevado la guerra civil a determinados lugares como Homs. Sigue sin haber intervención extranjera: en las semanas de finales de abril de 2013 diversos organismos del sistema de Naciones Unidas están pidiendo que se actúe en el conflicto sirio: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/16/actualidad/1366128850_024911.html
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Si bien es cierto que no se puede negar un marco histórico, geopolítico compartido en el caso de los países estudiados, no lo es menos que en cada uno se constituyen episodios y procesos movilizadores diferente y únicos, con sus propios actores, demandas y objetivos. Para comprender los marcos compartidos y cómo afectan a la situación en cada país, así como los elementos específicos proponemos atender a las siguientes cuestiones: 1. Sociedades islámicas y su política -
Inicios de las sociedades islámicas y su política En la Península Arábiga la primera forma de organización política era el Islam. Antes de la aparición del Islam las sociedades se organizaban a través de unas estructuras tribales. En el caso de los países del Oriente Medio y Norte de África el proceso de la formación de los Estados-Nación es muy diferente que en Europa. El Islam es el que constituye el Estado, y los Estados-Nación se forman en las luchas de independencia nacional contra el imperialismo. La Ley Coránica está por encima del Estado y regula todos los aspectos de la vida pública y privada de la Umma (la comunidad). Las piezas claves del gobierno en el Islam son: La Sharia (Ley Sagrada), el Califato y la Umma. Los países del Oriente Medio y Norte de África también conocieron las ideas de la Ilustración y de la Revolución Francesa, a raíz de esas ideas se inició en algunos países de la zona el proceso de modernización. En Egipto, por ejemplo, se llevaron a cabo una serie de reformas que modernizaron la agricultura y la industria. La formación de la organización de Estados en la región se inicia en el periodo colonial. Así, los estados-nación de la región básicamente son fruto de las luchas de independencia. Ejemplos: El Shah en Irán; la lucha por la independencia tunecina entre 1934-1955; los siete golpes de estados de Siria entre 1943-1963; la Revolución Egipcia entre 1919-1922. Es la entrada en la era de la industrialización en la zona.
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Independencia y aparición del “socialismo árabe” Tras las luchas por la independencia se formaron los nuevos gobiernos con una nueva corriente islámica: el llamado “socialismo árabe”, más capitalista que marxista. Combinó el socialismo antiimperialista con el panarabismo (una corriente nacionalista creada para lograr la unidad de todos los países árabes). Siria, Irak, Libia, Argelia y Egipto constituyen los mejores ejemplos de esta forma de autoritarismo militar, dictaduras de partido único, poderes mafiosos y familiares y, en la mayoría de los casos, los jefes de estado fueron y son los líderes de esos partidos únicos y también jefes de las fuerzas armadas. Estos gobiernos se formaron más o menos en el mismo periodo de tiempo se formaron
aunque el proceso de formación es diferente en cada país. Es una trayectoria que tien tres etapas bien definidas: la de Nasser, en Egipto; la de los baasistas, en Siria y en Iraq; y la de Boumedienne, en Argelia. Lo común de estas nuevas corrientes ideológicas es la aceptación de la configuración del mundo moderno capitalista, adaptado permanentemente a las exigencias de reproducción del sistema dominante occidental. Es una lógica imperialista reajustada: monopolio de los que controlan las nuevas tecnologías, los recursos naturales, los flujos financieros, las comunicaciones y las armas de destrucción masiva. 2. La geopolítica: intereses de Occidente en Oriente Medio y África del Norte -
Prioridades: fuentes de energía y garantías para Israel Después de la primera Guerra Mundial y con el fin del Imperio Otomano, el interés principal de las potencias occidentales por Medio Oriente y el Norte de África se ha sustentado fundamentalmente en la posibilidad de controlar los hidrocarburos y así asegurarse el suministro (Ramonet, 2011). Con el fin de la segunda Guerra Mundial y la creación del Estado de Israel en 1948, aparece la cuestión de la garantía del “hogar nacional judío” (Ramonet, 2011). En el contexto de la guerra fría se fue afianzando un patrón de relaciones compuesto, por un lado, por los aliados occidentales: las petromonarquías de la península Arábiga, Líbano, Túnez, Marruecos y, finalmente, Egipto y Jordania, a partir de la firma de tratados de paz con Israel (una vez perdidas tres guerras en 1956, 1967 y 1973). Mientras se asegurase el logro de los dos objetivos expuestos, se protegía la permanencia de los tiranos (Hassan II, Mubarak, Ben Ali, los reyes saudíes, etc.) más allá del sacrificio de las aspiraciones democráticas de estas sociedades (o del respeto a los derechos humanos). Por otro lado, los países que pretendieron alcanzar el “socialismo árabe” (Irak, Siria, Libia y Argelia) se constituyeron en dictaduras de partido único con déspotas al frente: Hussein, Al Assad –padre e hijo, Gadafi, Boumedienne, que también contribuyeron al mantenimiento de las dos prioridades.
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Freno a los islamistas Desde los años 70 han tenido lugar las llamadas tres olas de democratizaciones en el mundo: el sur de Europa, Europa del Este y América Latina. Estas olas nunca “salpicaron” las costas de las sociedades de Oriente Medio y el Norte de África: a la construcción y mantenimiento de los diques que impidieron la llegada de estas olas contribuyó en buena medida el apoyo de Occidente a estos regímenes políticos. Internamente se fue consolidando en torno a la religión el único espacio libre de vigilancia, con las mezquitas como lugar de reunión que escapaba a la prohibición, y el Corán como único libro no sometido a censura; así se fue
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fortaleciendo el islamismo: “el más reaccionario fue difundido por Arabia Saudí con el decidido apoyo de Washington que veía en él un argumento para mantener a los pueblos árabes en la sumisión” (Ramonet, 2011). Irán, desde 1979, también tuvo un papel destacado en la difusión del islamismo. Desde estos núcleos nacieron posteriormente ramas más radicales, dispuestas a alcanzar el poder por la violencia y la “guerra santa”. El desarrollo de Al Qaeda, los atentados del 11 de septiembre de 2001, introdujeron en las potencias occidentales, lideradas por Estados Unidos, una razón más para apoyar a las “dictaduras amigas” el miedo al islam. Así, la islamofobia justificó (y sigue justificando) la aplicación de las políticas de securitización15. -
Control de los flujos migratorios Desde los años 90, el Norte de África ha sido territorio de paso para la migración subsahariana hacia Europa realizada por vía marítima (ante el control de la vía aérea) con entrada por dos países: España e Italia. En el caso de los países del Norte de África afectados por este tránsito en su territorio, “…los poderes públicos mantienen un difícil equilibrio entre la permisividad (beneficiosa para las poblaciones fronterizas, que ganan en la gestión del tránsito) y la represión de la migración irregular (cediendo a presiones de la Unión Europea y de sus Estados miembros)” (Buades, 2012: 45). Cuando asumen esta labor de policía fronteriza de los países europeos están sometiéndose a una cierta cesión de soberanía y a la asunción de una función represiva a cambio de condiciones más favorables de intercambio comercial o de ayuda internacional. Las relaciones entre la Unión Europea y los países del Norte de África, así como las relaciones bilaterales han estado marcadas por el papel que estos países podían cumplir en el control de esa migración. Así, “en el marco de las negociaciones entre Marruecos y la UE para la firma de su acuerdo de asociación, ésta consiguió que Marruecos colaborara en la vigilancia de sus costas para impedir la salida de pateras con inmigrantes desde ellas, una vigilancia que se mantiene desde el año 2004. A consecuencia de ello, los inmigrantes subsaharianos se desplazaron hacia el este (Libia) y hacia el sur (Mauritania y después Senegal), provocando un aumento considerable de las llegadas a Italia desde Libia y la sustitución del sur de la península por las Islas Canarias como punto de destino” (González, 2011: 3).
3. Condiciones económicas globales y regionales 15
Véase: C. Fernández Bessa, H. Silveira Gorski, G.Rodríguez Fernández, I. Rivera Beiras (Eds.) (2010): Contornos bélicos del Estado securitario. Control de la vida y procesos de exclusión social. Barcelona: Anthropos..
La inflación altísima de estos países es algo que afecta a todos sin excepción. La crisis ambiental de Rusia (verano 2010), cuando las altas temperaturas generaron un gran número de incendios y la pérdida de un tercio de su cosecha de cereales, implicó la disminución de las exportaciones de cereales y la subida de su precio. En Oriente Medio y Norte de África se tradujo en la subida de los precios alimentarios básicos. De hecho, ese incremento se cuenta entre los elementos causantes de las revueltas, ya que en sus primeras semanas casi todos los regímenes han reaccionado inmediatamente sobre los precios, quitando o rebajando impuestos o tarifas, o dispensando bonos de alimentación, como estrategia para frenar o prevenir las movilizaciones. La crisis financiera global ha afectado de varios modos: -
Empeoramiento de la situación de los emigrados de los países MENA, con pérdidas de empleo y la consiguiente disminución del volumen de remesas enviadas a sus familiares en sus países de origen.
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Debilitamiento de la industria turística de la región, tanto como resultado de la crisis en los países de origen, como de algunos episodios de ataques a centros turísticos.
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Fondo Monetario Internacional y planes de ajuste: El FMI con su política de préstamos condicionados impuso a Túnez, Egipto y Libia programas de privatización de los servicios públicos, la reducción de los presupuestos del Estado, la disminución del número de funcionarios, etc. Todo ello contribuyó al incremento de los precios alimentarios básicos.
4. Condiciones y capacidades sociales -
Situación de las clases medias urbanas y de las clases profesionales: los severos programas de ajuste impuestos por el FMI supusieron un agravamiento de las condiciones de vida de la población más pobre y un socavamiento de las condiciones de vida de las clases medias urbanas y profesionales. Estas últimas son las que tienen mayor acceso a ordenadores, móviles, internet y redes sociales virtuales (Ramonet, 2011).
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Alto desempleo: Estas sociedades cuentan con un crecimiento demográfico estable, y alto, y con muy altas tasas de desempleo. El desempleo entre los jóvenes es especialmente alto, cuatro veces superior al de los adultos, agravado por la llegada a la edad laboral de las generaciones más numerosas de la historia de estos países (Bassets, 2012). El desempleo femenino duplica las cifras del masculino, también en cuotas máximas mundiales. Solo una de cada cinco mujeres trabaja, duplicando la proporción de la media mundial de desempleo femenino (Bassets, 2012). Además debemos tener en cuenta la baja calidad de los puestos de trabajo, los salarios bajos, los tipos de contrato, la cobertura social mínima, la escasa y mala sindicalización y la precariedad laboral, así como la
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cada vez más extendida economía informal. Una de las características de la región es que el desempleo afecta en gran proporción a los jóvenes que han recibido mejor educación, algo que es especialmente evidente en países como Túnez o Egipto.
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Doble exclusión: jóvenes y mujeres. En estos países hay una altísima proporción de jóvenes, la media de edad de la población de los países de Oriente Medio y Norte de África era en 2010 de 24,8 años. La media de edad más alta era la de Qatar con 31,6 años y la más baja, Yemen con 17,4 (Túnez, 28,9; Marruecos, 26,3; Libia, 25,9; Egipto, 24,4; Siria, 21,1)16. Iván Martín hace un acertado diagnóstico de la situación de los jóvenes y las mujeres en la región: “La realidad que determina el presente y el futuro de estos países y de sus relaciones con los vecinos europeos, y que está íntimamente ligada con todos esos procesos, es la doble exclusión de los jóvenes (el 70 de la población son menores de 30 años) y de las mujeres, que les impide aprovechar el ‘regalo demográfico’ que supone la generación más grande de su historia y la histórica incorporación de las mujeres al espacio público. Una exclusión cada vez menos educativa (la escolarización primaria y secundaria inferior es prácticamente universal, y las mujeres son ya mayoría en casi todos los niveles educativos) pero más que nunca laboral” (Martin, 2011: 1). La desigualdad de género es la propia de sociedades patriarcales con predominio de valores procedentes de la religión. Como sociedades islámicas, las mujeres están fundamentalmente ausentes de la esfera pública, aunque muchas mujeres son políticamente muy activas y luchan por la revolución y por el avance de la igualdad de género. Una mirada a los datos del índice de desarrollo humano del PNUD (2013) permite constatar la ausencia de las mujeres especialmente en dos ámbitos: la esfera política y la esfera laboral (ver Anexo).
Transformaciones de demandas y objetivos e incorporación de nuevos actores y medios No hay un elemento único que pueda explicar esta oleada revolucionaria que empieza en diciembre de 2010, por eso hay que prestar atención a los elementos comunes y también diferentes de estos países. En este apartado nos concentraremos en la mejor comprensión de las dinámicas activadas en los levantamientos completando el análisis de las condiciones en las que tiene lugar con una revisión de los medios y, final y obligatoriamente, con la consideración de los actores implicados. Medios y dinámicas: el papel de las redes sociales y del arte 16
Todos los datos extraídos de: United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division (2011). World Population Prospects: The 2010 Revision.
En los análisis de la “primavera árabe” suele darse mucha importancia al desarrollo y expansión del papel de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) en estos países. Su papel ha sido crucial a la hora de preparar, convocar y organizar las revueltas, y también en la difusión de la información y los eventos. El papel que desempeñan las redes sociales virtuales en el caso de las revoluciones del Oriente Medio y Norte de África es indudable, pero, desde nuestro punto de vista, tanto para poder organizar las movilizaciones, o la comunicación, como para la difusión de los eventos o acontecimientos, es imprescindible tener una red (tejido) social estable con lazos comunitarios muy fuertes. La identidad colectiva y los lazos comunitarios existentes son la base del funcionamiento y del desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación en el caso de los movimientos sociales. De este modo, nos unimos a quienes rechazan las etiquetas de “Revolución Facebook” o “Revolución Twitter” para caracterizar las revoluciones en Oriente Medio y Norte de África, porque los protagonistas de estos movimientos no son las redes sociales virtuales que modifican las pautas de las revoluciones, sino los grupos de personas que salen a la calle a luchar por sus derechos y por la dignidad. Ante la euforia por el potencial de Internet y las redes sociales virtuales para explicar el desarrollo de las revueltas, nosotras recordamos que los vínculos necesarios para hacer las revoluciones no se dan a través de medios y plataformas sociales virtuales, sino más bien a través de vínculos comunitarios (Nachawati, 2011). Las redes sociales virtuales son instrumentos, herramientas muy potentes y que están amplificando las capacidades, los alcances y las posibilidades de comunicación durante las movilizaciones, pero también pueden constituirse en obstáculos y riesgos para los protagonistas verdaderos de las mismas. Facebook, por ejemplo, tiene varias políticas de “seguridad”, no tolera ni el anonimato, ni el uso excesivo de sus cuentas. Tanto Facebook, como Twitter desactivan sistemáticamente las cuentas con demasiadas actividades. Los medios sociales son herramientas muy útiles que han permitido un cambio en el enfoque de la comunicación, porque construyen su propia narrativa. Pero los medios y plataformas sociales son también empresas que tienen sus propios intereses. Twitter en un principio se ha posicionado con los manifestantes, ofreciendo con Google un servicio de mensajes de voz, y también ayudando a todos los usuarios en las traducciones de los mensajes del árabe al inglés o a otros idiomas para que sus reivindicaciones se escuchen también fuera. En todo caso, son herramientas e instrumentos que están también disponibles para la represión de las movilizaciones. Desde los inicios de las revueltas, hasta hoy en día, los gobiernos bloquean las cuentas y el acceso a Internet todas las veces que pueden hacerlo, piden información y datos sobre los usuarios, lo que los medios sociales suelen revelar. En todos los países hay un control excesivo de cualquier comunicación emitida desde los medios estatales o desde Internet, tanto en la producción de la información, como en la contraproducción de la información y en la manipulación constante a través de las
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televisiones públicas. El acceso a la prensa está ampliamente restringido, y, precisamente por la labor llevada a cabo por los blogueros y periodistas en la difusión de los episodios de las revoluciones, los periodistas locales se han convertido en blanco de los ataques de los regímenes. Los revolucionarios forman parte de este proceso de creación y difusión de la información a través de lo que se ha llamado ciberperiodismo y periodismo ciudadano. Usan las redes sociales virtuales como herramientas para informar y para difundir las acciones colectivas y las movilizaciones. Su aprendizaje consiste también en saber cómo manejarse en la sombra y se avanza en el logro de un mayor anonimato para las personas que participan en ellos, dado que estos materiales estaban siendo utilizados para identificar y reprimir a los/as activistas. Las dictaduras militares no solo hacen desaparecer a los activistas, sino que los periodistas y blogueros de Siria o de Bahréin son sistemáticamente detenidos, acusados, desaparecidos y torturados. Hay constantes recortes de la libertad de expresión, en cada manifestación arrestan a decenas de activistas, artistas o periodistas. En el caso de Twitter también se puede hablar ya de una cada vez mayor vigilancia de los usuarios y de la censura en aumento. Se muestra un gran aumento en las peticiones de solicitud de datos de usuarios por parte de los gobiernos. También un mayor número de solicitudes de eliminación de contenidos en todo el mundo y de la censura como resultado del uso “abusivo” de las normativas de protección de los derechos del autor. La lista de petición de datos de los usuarios es especialmente relevante en EEUU, pero no debe sorprender ya que Twitter es una empresa basada en California. Hay un contexto de aumento de la vigilancia realizada por el gobierno estadounidense de forma secreta17. Las peticiones de censura de los contenidos han aumentado desde la segunda mitad del 2012. Con las políticas de “seguridad” de los medios sociales virtuales, los usuarios se quedan indefensos: a falta de protección legal local e internacional dependen de manera amplia de la buena voluntad de las empresas tecnológicas (Nachawati, 2011). Ya que nuestro punto de vista es que cada país ha vivido (o no) episodios que han constituido su propia dinámica, el análisis de las transformaciones de los actores, demandas y objetivos hace necesario descender al análisis local. Por ello, queremos detenernos en el ejemplo de la revolución siria y el arte como medio para la resistencia pacífica en este contexto de represión armada. La revolución siria que empezó en la provincia de Daraa con los dibujos y graffitis de unos niños sobre el régimen de los Asad (estos niños luego fueron torturados18). Sigue en pie después de dos años desde su inicio. De los lemas-consignas más importantes de las revoluciones “árabes”, que son “libertad, justicia y dignidad”, lo más esencial sería en el caso de la revolución siria, la libertad, ya que la principal razón por la que el grupo
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Desde principios de junio tenemos noticias sobre el caso del espionaje de EEUU, a través de la CIA y el FBI: control de usuarios de internet (Microsoft, Google, Apple, Facebook, etc.) y de llamadas telefónicas (número, duración, frecuencia de llamadas). elpais.com/tag/caso_ciberespionaje_eeuu/a/ 18 http://traduccionsiria.blogspot.com.es/search/label/Tortura
diverso y plural de los rebeldes sirios han comenzado la lucha es la defensa de la libertad de opinión, de prensa, de periodismo y de expresión. En la situación actual política, los artistas ya no pueden mantenerse al margen de la sociedad siria, ya que necesitan reivindicar la libertad de expresión y opinión, tanto como el uso de los espacios públicos, un espacio censurado y controlado por el régimen los Asad, pero que debería ser libre para todos. Los artistas sirios son claramente uno de los protagonistas más importantes de la revolución, precisamente por eso, junto con los periodistas, están en constante peligro de las fuerzas de seguridad siria y del ejército sirio. El arte y los artistas abren un espacio nuevo para la resistencia, son medios que hacen reivindicaciones de la libertad de expresión en el contexto de una represión brutal: Al artista Ali Ferzat, tras publicar su caricatura, una crítica abierta a la dictadura del Asad, le rompieron los dedos de las manos19. Las artes plásticas también han tenido cabida en la revolución siria a través de la página de Facebook “Arte y Libertad”20, que desde hace un año publica diariamente nuevas obras con la firma real de su autor “porque ello es un acto de solidaridad que necesitan el ciudadano, el manifestante, el detenido y toda víctima”, según dice la dirección de la página. Este proyecto se define a sí mismo como “una página abierta a todos los artistas sirios y árabes que se solidaricen con el pueblo sirio y estén de parte de la libertad y en contra de la violencia. Toda colaboración enmarcada dentro de las artes plásticas tradicionales será bien recibida, como también lo será cualquier nueva forma de expresión artística”. A día de hoy, esta galería virtual ha expuesto ya más de 200 trabajos entre dibujos, fotografías, graffitis y esculturas21. Aparte de los dibujos, fotografías, graffitis, cortometrajes o esculturas, también se hacen otro tipo de “performances” como bailes, teatros y obras estáticas. El primer lema que los rebeldes sirios gritaron en las manifestaciones fue “¡Libertad, y nada más!”, con el mismo título unos artistas sirios han hecho una obra de teatro, que se extendió para ser emitido en la red, a través de Youtube. Los artistas sirios frecuentemente usan los medios sociales o Youtube para publicar sus opiniones y expresiones sobre la dictadura, que también sirve en contra de las mentiras del régimen que se difunde sistemáticamente en los medios para confundir a la opinión pública. La canción “Qué injusticia” de Samih Shkeir inauguró el festival de canciones de la revolución siria, haciendo florecer a diario el canto colectivo de los manifestantes en cada rincón de Siria, especialmente desde que los lemas se han convertido en canciones a ritmo de
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http://traduccionsiria.blogspot.com.es/search/label/Arte https://www.facebook.com/Syrian.Revolution.Arts 21 Blog Traducción Siria. 20
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tambor y aplausos gracias al artista Ibrahim Qashush, que después pagó su castigo al serle arrancada la garganta22. A estos cantos, los habitantes de Homs han añadido bailes muy expresivos como el de la canción “Se derraman las lágrimas de los ojos por los mártires de Siria y sus jóvenes”, un baile en el que los cuerpos de los jóvenes se agolpan y se balancean en perfecta armonía como las olas del mar. (Blog Traducción Siria) Las canciones de la revolución siria comenzaron en Homs con el portero de fútbol de La Dignidad, Abd al-Basit Sarut, que cantó “Nuestra querida patria, el pueblo quiere libertad” durante el primer mes de la revolución. Después le tomaría el relevo Qashush en Hama con “Venga, vete, Bashar” y “Siria quiere libertad”. Junto a las artes tradicionales, los sirios han innovado métodos de lucha pacífica que, además de poner nerviosos a los servicios de seguridad, han logrado provocar un cambio artístico en la sociedad siria. Entre ellos están las manifestaciones silenciosas y las “manifestaciones de muertos” de Kafar Nebel, las manifestaciones en el río en Deir Ezzor, las manifestaciones en el mar en Latakia, las manifestaciones en moto en Idleb, las concentraciones de mujeres en las casas de Damasco y las manifestaciones “relámpago” (cortas y espontáneas, que se dispersan antes de que lleguen los agentes de seguridad) que se producen en cada rincón de Siria. Las fuentes de las plazas de la capital se han teñido del color de las calles ensangrentadas, se hacen diariamente performances en las calles, charcos de sangre pintados y los balones de la libertad o “pelotas de la libertad” que llevan impresas las peticiones del pueblo y que bajan desde el elevado barrio del Muhayirin hasta el palacio presidencial. Estos son ejemplos de las muchas creaciones de fabricación local que se han visto. También, se han colocado altavoces que llamaban a la caída del régimen en los edificio s de las instituciones gubernamentales, los mercados, las calles y las mezquitas, etc. En teatro, los hermanos Ahmad y Muhammad Malass presentaron la obra “La revolución de hoy se aplaza hasta ayer” en su casa en Damasco, sin una autorización previa y sin ayuda de dirección teatral. Después la repitieron en Líbano y Moscú, e incluso en la celda en la que estaban detenidos por participar en lo que se conoce como “la manifestación de los intelectuales” en el barrio del Midan. El arte como forma de protesta y lucha no sólo aparece y reivindica en Siria, sino también en Túnez en maneras de performances callejeras. Actores y revoluciones: el papel de las mujeres.
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Se ve como es de brutalmente simbólica la violencia contra los artistas sirios: al dibujante se le rompen los dedos, al cantante se le arranca la garganta, los artistas son torturados y detenidos de manera constante en Siria.
A parte de las diferencias que se dan entre los actores de un país y del otro, también hay una situación muy compleja interna de los mismos en cada país. No es Siria el único ejemplo para eso, ya que las transformaciones más amplias respecto a los actores lo ha experimentado Egipto, con la incorporación de los laicos anarquistas rebeldes (Black Bloc) en la lucha contra el régimen islamista egipcio. Las revoluciones se están renovando, tanto por las transformaciones de las formas de luchar, como en las transformaciones de los actores. Hay una coincidencia mayoritaria en destacar el papel de la juventud en las “primaveras árabes”. En estas sociedades con población muy joven, el nivel de formación, el acceso a las NTIC, las dificultades impuestas a la emigración, la dificultad de acceso a los mejores puestos de trabajo (en la mayoría de los países en manos de las camarillas de apoyo a los regímenes) y la gran desafección política de los jóvenes se mencionan como las causas de su activismo: a la desafección política se le unía el deseo (reprimido por los regímenes autoritarios) de una participación política activa (Martin, 2011: 15). Todo ello es cierto y pertinente. Lo que, habitualmente, permanece en un segundo plano en los análisis es lo que nosotras queremos destacar: la participación de las mujeres. Las revoluciones del Oriente Medio y de Norte de África parecen representar una nueva era para la emancipación de las mujeres de estos países. Sencillamente no se hubieran podido llevar a cabo sin la participación de las mujeres. Las sociedades estudiadas están en dinámicas de cambio en las que las mujeres también desempeñan un papel crucial. A pesar del terror ejercido por parte de las policías secretas y del ejército sobre las mujeres, ellas siguen luchando, organizándose en casas, centros sociales y ONG; salen a las calles a manifestarse y a ocupar los espacios públicos para hacer visibles sus reivindicaciones. Las mujeres que luchan de formas diferentes en las revoluciones del Oriente Medio y Norte de África reivindican las demandas generales de las mismas (Libertad, igualdad y dignidad), demandas democráticas y laicas pero, a la vez, protestan por su situación desigual, por su segregación y marginación y por sus condiciones desfavorables en las sociedades patriarcales. Los antecedentes de esta lucha de las mujeres los encontramos, por ejemplo, en la guerra de independencia de Argelia, donde las mujeres lucharon (y murieron) igual que sus compañeros. Las mujeres de las revoluciones también son un grupo diverso dentro de los actores. Hay chicas jóvenes, alumnas, chicas líderes, mujeres de media edad, laicas, musulmanas. Chicas que luchan en vaqueros, las que luchan con velos, pero luchan por las mismas causas. Esta diversidad la ilustra la existencia de tres tipos de feminismos árabes (ninguno de ellos tiene que ver nada con los feminismos occidentales): el feminismo musulmán, el feminismo islámico y el feminismo laico. Las asambleas de las mujeres siguen siendo muy comunes e importantes para la organización de su lucha. Las líderes Asmaa Mahfouz de Egipto o Tawakul Karman de Yemen hacen un trabajo muy importante tanto para las sociedades en su conjunto, como para la mejora de la situación de las mujeres. Karman, una mujer joven muy
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carismática, desde 2007 hace campañas constantes por la reforma política de Yemen, fue arrestada en enero de 2011. Karman representa la idea de que las mujeres islamistas junto con las laicas también pueden luchar por los derechos humanos, la libertad y la democracia. Karman, sobre todo, lucha por los derechos políticos iguales entre hombres y mujeres. No solo ellas, sino otras mujeres también asumen papeles de líderes de los diferentes movimientos. Mona Eltahawy, Saida Sadouni o Lina Ben Mhenni son algunas de las mujeres que representan la lucha por la emancipación de las mismas, por la mejora del estatus de las mujeres, por su libertad sexual, religiosa y política, por las iguales condiciones laborales y de formación23. Los artistas y los jóvenes están expuestos a violaciones de derechos humanos, a malos tratos, a detenciones, a torturas, etc., pero las mujeres están todavía en mayor peligro que el resto de los revolucionarios. Sobre ellas la represión adquiere un carácter sexista. Las humillaciones, y, mucho más grave, las violaciones de mujeres buscan provocar su terror y que abandonen los espacios que están conquistando: No sólo son víctimas de violaciones24 por parte de las fuerzas represoras, sino que han de enfrentarse a los valores tradicionales de estas sociedades fuertemente patriarcales y dictatoriales, según las cuales la violación de la mujer significa la pérdida de su honor. La igualdad de género en las sociedades estudiadas no existe: solo existe igualdad entre hombres y mujeres en la represión y el maltrato.
Las dinámicas de las revoluciones en Oriente Medio y Norte de África: cambio político vs. conflicto armado Los acontecimientos históricos han dado lugar a dos dinámicas distintas que tienen reflejo en países concretos y que responden a los impulsos introducidos por todas las fuerzas en juego: desde los actores a las condiciones geopolíticas y económicas. Cada una de las dos dinámicas se pone en juego en países emblemáticos de la región: -
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Dinámica de cambio político: Túnez y Egipto Dinámica de conflicto armado: Libia y Siria
Para conocer otras experiencias de mujeres de la región y sus liderazgos, véase Shihada, 2011. Las violaciones son una estrategia represiva de algunos gobiernos de la región, para aislar las mujeres y evitar que formen parte de los movimientos. Dos referencias de prensa que analizan las violaciones en Egipto: 1) http://www.guardian.co.uk/world/2013/jan/27/tahrir-square-sexual-assaults-reported y 2) http://www.dailymail.co.uk/news/article-2241374/Muslim-Brotherhood-paying-gangs-rape-women-beatmen-protesting-Egypt-thousands-demonstrators-pour-streets.html#axzz2K6YwwQOs 24
Para poder comprender estas dinámicas han de incluirse en el análisis todos los elementos que hemos ido presentando a lo largo de la ponencia. A partir de ellos, avanzamos las siguientes ideas: A pesar de las diferencias entre las dos dinámicas, cambio político y conflicto armado, tienen en común la imprevisibilidad de las salidas. La consolidación de las transformaciones políticas, la democratización de los regímenes políticos, el enquistamiento del autoritarismo, la construcción de una democracia musulmana, etc. son todas salidas posibles en todos y en cada uno de los países de la región. Esto incluye a los países donde no se pueden describir dinámicas de cambio a partir de las movilizaciones. Las dinámicas de cambio político han incorporado la aparición de la “contrarrevolución”. En Túnez y Egipto, la contrarrevolución se ha desarrollado también, como la revolución, desde la sociedad. Enfrentando al modelo de sociedad, de política, de derechos por el que luchan las revoluciones, un modelo de sociedad tradicional. Así se puede comprender el triunfo de los Hermanos Musulmanes en Egipto o el asesinato del líder del partido de oposición Movimiento de los Patriotas Demócratas en Túnez. Son, como analiza Sami Nair, contrarrevoluciones culturales, identitarias. La comunidad internacional, la geopolítica, los intereses occidentales en la región están, quiéranlo o no, alimentando la dinámica de conflicto armado. En Siria claramente se intensifica lo que sucede en Túnez o en Egipto, salvando las grandes diferencias en la estructura política de los tres países. A pesar de las diferencias de los mecanismos revolucionarios, el objetivo es común: construir una forma de organización política sobre bases laicas y hacer de los pueblos fuente de todos los poderes. La batalla hoy en Túnez, Egipto y Siria, al margen de las diferentes circunstancias, es la batalla por la continuación de las revoluciones. Las apoyan los revolucionarios que creen en la sociedad civil, la separación entre el poder y la religión, y que quieren construir horizontes de justicia social verdadera. La batalla es muy larga, pero sin miedo se puede lograr el fin de las demandas. En estas batallas, los jóvenes, las mujeres, diferentes grupos organizados, artistas, junto con la ayuda de los medios sociales tienen el protagonismo en el interés de la construcción de un proyecto de sociedad que parte de las ideas de justicia, igualdad y dignidad. Bibliografía: Abdalla, Nadine (2012). “Social Protests in Egypt before and after the 25 January Revolution : Perspectives on the Evolution of their Forms and Features”. IEMed Mediterranean Yearbook Med. 2012, 86–92. Abdalla, Nadine (2013). “Egypt’s Revolutionary Youth. From Street Politics to Party Politics”. SWP Comments, (11), 1–8.
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Pambazuka
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ANEXO: Índice de desigualdad de género en los países del Oriente Medio y Norte de África
Clasificación según IDH
Índice de Desigualdad de Género
Tasa de mortalidad materna
Tasa de fecundidad adolescente (nacimientos por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años)
Escaños en el Parlamento
Clasificación 2012
(muertes por cada 100.000 nacidos vivos) 2012
117 40
Población con, al menos, educación secundaria completa (% de 25 años y mayores)
Tasa de participación en la fuerza de trabajo (% de 15 años y más)
(% de mujeres)
Mujeres
Hombres
Mujeres
2010
2012
2006-2010
2006-2010
2011
7 12
15,5 23,4
0,1 17,5
70,1 73,1
62,1 61,3
51,8 43,5
95,2 92,3
45 47 145 36 78 107 59 74 46
20 14 24 58 25 21 32 97 56
14,8 14,4 22,1 2,6 15,4 25,0 9,3 6,1 4,4
18,8 6,3 0,1 16,5 3,1 3,1 9,6 25,6 26,7
74,4 53,7 50,3 55,6 53,0 62,1 47,2 20,9 29,9
80,4 46,6 57,9 44,0 55,4 69,1 57,1 27,3 44,4
39,4 43,4 17,7 30,1 22,6 16,4 28,3 15,0 25,5
87,3 82,3 74,1 76,8 70,8 72,5 81,6 71,9 70,0
99 -126 118 84 120
63 64 66 70 100 63
23,7 48,3 40,6 36,5 10,8 85,9
11,1 -2,2 12,0 11,0 25,2
68,9 48,0 43,4 27,4 20,1 22,0
77,7 56,2 59,3 38,2 36,9 42,7
15,6 15,1 23,7 13,1 26,2 14,5
65,9 66,3 74,3 71,6 74,7 69,3
Hombres 2011
DESARROLLO HUMANO MUY ALTO
36. Qatar 41. Emiratos Árabes Unidos DESARROLLO HUMANO ALTO
48. Bahréin 54. Kuwait 57. Arabia Saudita 64. Libia 72. Líbano 76. Irán (República Islámica del) 84. Omán 93. Argelia 94. Túnez DESARROLLO HUMANO MEDIO
100. Jordania 110. Estado de Palestina 112. Egipto 116. República Árabe Siria 130. Marruecos 131. Iraq