Quizá en algún momento has vivido situa¬ ciones en las que tenías que decidir si te dejabas llevar por los sentimientos y emo¬ ciones o si actuabas según las convenciones
sociales. A veces, escoger el camino de la racionali¬ dad sería lo más sencillo, pero ¿por qué no arriesgar y seguir el dictado de la concien¬ cia? 7,