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das con la familia y los derechos de la mujer. En el segundo apartado, "El Mercado de Trabajo", se analiza la integración laboral de la mujer en España en los últimos veinte años y las diferencias ocupacionales y salariales existentes entre hombre y mujer. Y, por último, en el tercero, "La Familia", se estudia el problema de la caída de la tasa de fecundidad en las últimas décadas y la situación de la organización familiar en España. El libro finaliza con unas conclusiones en las que el autor plantea un conjunto de recomendaciones de política pública.
"LA RIQUEZA DE LAS FAMILIAS. MUJER Y MERCADO DE TRABAJO EN LA ESPAÑA DEMOCRÁTICA"
ALFONSO ALBA Edit. Ariel, S.A Barcelona, 2000 (203 páginas) Este libro, escrito por el profesor Alfonso Alba de la Universidad Carlos III de Madrid, se nutre de los hechos y de la evidencia empírica española interpretados a la luz de la teoría económica, tiene como hilo conductor fundamental: que el trabajo de las mujeres es la riqueza de las familias, puesto que una mayoría de éstas no puede prescindir de los ingresos aportados por aquéllas, y su objetivo principal es el análisis de la incorporación creciente de la mujer al mercado de trabajo español y la relación de este proceso con el papel de la misma en la familia y con la acusada disminución de la natalidad en las dos últimas décadas. El libro se divide en tres apartados que constan de dos capítulos cada uno. En el primero,"Teoría e Instituciones", se hace una síntesis de las teorías económicas más relevantes sobre la participación de la mujer en el mercado de trabajo y sobre la fecundidad, así como sobre la evolución desde el franquismo de las instituciones y políticas relaciona-
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En el primer capítulo titulado, "Entre la Familia y el Trabajo", se sintetizan las teorías económicas existentes en relación con la oferta de trabajo de la mujer, la división del trabajo en el hogar y la fecundidad. Partiendo del modelo básico de la oferta de trabajo individual, según el cual el objetivo de la persona es maximizar la satisfacción que le proporciona la combinación de ocio y renta, y ampliándolo, siguiendo los trabajos de Jacob Mincer, a la situación en que se puede elegir dos tipos de trabajo, en el hogar y en el mercado, se analizan las razones por las que en las mujeres el efecto sustitución supera, normalmente, al efecto renta y, por consiguiente, la curva de oferta de trabajo es creciente y relativamente elástica cuando, al contrario, la de los hombres, habitualmente, es más rígida e incluso en ocasiones se produce la vuelta hacia atrás, se hace decreciente, por la mayor entidad que en éstos tiene el efecto-renta. Después, en este primer capítulo, se resume, en base a los estudios germinales de Gary Becker, la problemática de la producción y la división del trabajo en el hogar, fundamentada en la discutible razón de las ventajas comparativas de la mujer para dichas tareas, es decir, en el modelo de la división sexual del trabajo, haciendo hincapié el autor en las críticas y alternativas a dicho planteamiento, como son la negociación entre los cónyuges y la satisfacción y ventaja que obtiene la mujer con la independencia económica que proporciona el trabajo remunerado.
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Finalmente, se cierra este capítulo, con la discusión sobre la decisión de las familias de tener o no hijos y, en su caso, de cuántos, así como sobre el gasto a realizar en cada uno de ellos o lo que es lo mismo la calidad de los hijos. La inclusión del problema de la calidad de los hijos (nivel educativo, salud, etc), junto al de la cantidad, y la consideración del coste del tiempo de la mujer explicaría la posibilidad de que al aumentar la renta de las familias se reduzca el número de hijos y, en consecuencia, la fecundidad de las mujeres, lo que ha sido una de las características fundamentales de la evolución de la sociedad española de las últimas décadas. En el segundo capítulo, denominado "Democracia y demografía", se hace un breve análisis de la situación de desigualdad de la mujer en el franquismo para, posteriormente, centrarse en los cambios institucionales que tuvieron lugar en el proceso de transición democrático. Entre estos cambios, de los que se derivan la consecución de la igualdad formal entre hombres y mujeres, el autor destaca la Constitución de 1978, el Estatuto de los Trabajadores de 1980, la reforma del Código Civil de 1981, la creación del Instituto de la Mujer en 1983 y el ingreso de España en la CEE, lo que implicará la adopción de las directivas comunitarias relativas al principio de igualdad de trato y de aportunidad y el acceso a los programas financiados por los fondos estructurales, en particular el Fondo Social Europeo. La consecución de esta igualdad formal frente al hombre no significa, sin embargo, que se haya alcanzado la igualdad de hecho, puesto que persisten todavía, como señala el profesor Alba, grandes diferencias entre la mujer y el hombre, tanto en el mercado laboral como en el entorno familiar. En cualquier caso, y a pesar de estos cambios institucionales, una de las ideas centrales del libro, que se plantea por primera vez en este segundo capítulo, es la marginación de la familia como objetivo de la política pública en la democracia, debido a que la asociación entre las políticas familiares y el
franquismo por parte de la izquierda y los movimientos feministas indujo al rechazo de aquellas políticas a partir de 1975. Ello ha traído consigo, según constató un Informe del Congreso de los Diputados de 1997, una importante carencia de medidas de apoyo a la familia, situación que apenas se ha superado desde entonces. De la "Integración laboral de la mujer" trata el tercer capítulo, en el que en una primera parte, y en base a los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), se analiza, de una forma minuciosa y diferenciando por las distintas fases cíclicas de la economía, el intenso crecimiento de la participación de la mujer en el mercado de trabajo a partir de 1982, lo que explica, en gran medida, el mayor aumento del paro en relación con los hombres, puesto que el empleo femenino ha tenido un comportamiento más positivo, en general, que el masculino desde entonces. Diferenciando por grupos de edad y estado civil, el Profesor Alba comprueba que son las mujeres casadas de 25 a 49 años las que, principalmente, han contribuido a ese crecimiento de la tasa de actividad femenina, entre otras razones, porque cada vez son menos las mujeres que abandonan completamente la actividad por el nacimiento de un hijo. En una segunda parte de este tercer capítulo se aborda el estudio del tiempo de trabajo de la mujer y su distribución entre trabajo en el mercado y trabajo doméstico. En cuanto a la jornada laboral, ésta es menor en España en las mujeres que en los hombres, como en la mayoría de los países de la UE, y, además, esta diferencia es creciente como consecuencia de la mayor importancia que en ellas tiene el trabajo a tiempo parcial y del aumento relativo que este tipo de trabajo está teniendo en los últimos años. Aun así, y aunque el 10% de las mujeres trabajan todavía más de 40 horas a la semana, el nivel de insatisfacción con la jornada trabajada, estimada en base al Panel de Hogares de la Unión Europea, es más pronunciado entre las mujeres con contrato a tiempo parcial que a tiempo completo.
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En lo que respecta al trabajo doméstico, con datos también del citado Panel de Hogares, el profesor Alba constata que este tipo de trabajo sigue concentrándose en las mujeres, independientemente de que trabajen o no fuera del hogar. Finalmente, el tercer capítulo se cierra con la consideración de la educación como vía de inserción laboral y con el análisis de las causas y efectos de la creciente y rápida incorporación laboral de la mujer española. Si la igualdad de oportunidades en la educación es una condición para la igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo, el aumento del número de mujeres estudiantes, que ya superan a los hombres en los estudios universitarios, así como el superior rendimiento educativo en el caso de las mujeres, lo que se comprueba por el mayor porcentaje de finalización de los estudios, es una de las causas principales de la creciente integración laboral de aquéllas. Otras causas del aumento de las tasas de actividad laboral son, en opinión del autor, el aumento del salario real, las mayores oportunidades de empleo para la mujer, en parte ligadas al crecimiento de los servicios y de las actividades relacionadas con el trabajo doméstico, como la limpieza, restauración y el cuidado de niños y ancianos, la mayor igualdad económica con el varón y las actitudes y preferencias de la población más favorables al trabajo de la mujer. Otros factores favorables al trabajo de la mujer, como la menor tasa de natalidad y las mejoras tecnológicas del trabajo doméstico, que no son citadas en este capítulo son señalados en un capítulo posterior al tratar de la caída de la fecundidad. En cuanto a los efectos negativos de la creciente incorporación de la mujer al mercado de trabajo Alfonso Alba destaca el continuo aumento del paro femenino. En el cuarto capítulo, "Diferencias en ocupaciones y en ganancias", se tratan dos de los problemas principales que diferencian al trabajo de las mujeres del de los hombres, la se-
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gregación ocupacional y la discriminación salarial. La segregación ocupacional, que se refleja en la concentración del empleo de las mujeres en determinadas ocupaciones y ramas de actividad, calificadas como femeninas, ha tendido a aumentar en el tiempo si se utilizan algunos de los indicadores de segregación, como el índice de Duncan, en relación con las ocupaciones y a mantenerse en relación con las ramas de actividad. Con referencia al cálculo de este índice, hay que tener en cuenta que en el caso de las ocupaciones sólo se ha podido realizar de forma homogénea entre 1977 y 1993, debido al cambio de la clasificación en esa materia en ese último año. Entre las explicaciones que se han venido utilizando para explicar la segregación ocupacional el autor se pregunta si dicha segregación tiene que ver con la acumulación de capital humano de las mujeres. Descartado el nivel formal de educación como un factor explicativo relevante, como consecuencia de que la situación de las mujeres en esta faceta es comparable actualmente a la de los hombres, el profesor Alba plantea la posibilidad de que la interrupción de la actividad laboral por el nacimiento de los hijos, que todavía es significativa en nuestro país, y la mayor inestabilidad en el empleo de las mujeres penalice su experiencia laboral y las oportunidades formativas en la empresa, lo que podría suponer una desventaja en el mercado de trabajo y dificultaría el acceso a determinados empleos y ocupaciones. Otras causas de la segregación estarían relacionadas con los estereotipos sexuales y la socialización de las niñas y los niños que, a pesar de los avances alcanzados en las últimas décadas, todavía podrían tener cierta relevancia. Por su parte, la discriminación salarial, obtención de ingresos menores por las mujeres que los hombres con cualificaciones similares, no siempre es fácil de detectar, precisamente por la heterogeneidad de los puestos de trabajo, que se deriva de la segregación ocupacional, y también por las diferencias existentes entre
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los distintos trabajadores en capacidad y formación. Utilizando datos de la Encuesta de Estructura Salarial del INE de 1995 se obtiene una brecha salarial en contra de la mujer de casi el 75%, algo que también ocurre, aunque no necesariamente en la misma proporción, en prácticamente todas las economías desarrolladas. También con esta Encuesta se observa que la diferencia salarial aumenta con la edad, por la mayor intermitencia de la vida laboral de las mujeres, y con el nivel educativo, aunque dentro de cada grupo de edad la diferencia salarial por niveles educativos en contra de la mujer es menor que para el conjunto de la población. Asimismo es más elevada la brecha salarial en las empresas privadas que en las públicas y cuando el contrato es temporal que cuando es indefinido. En cuanto a la evolución temporal, y con datos de la Encuesta de Salarios, Alfonso Alba observa que la citada brecha se reduce entre los empleados, en gran parte debido al aumento del nivel medio de estudios de la mujer, y que permanece estable entre los obreros. En cualquier caso, persiste el problema de qué parte del diferencial se puede atribuir a la discriminación de la mujer en el mercado de trabajo, es decir manteniéndose constante todas las demás características que influyen en la productividad de los ocupados, y ello por la dificultad de que hay muchas de estas características de las personas participantes en la actividad que no son observables ni cuantificables. Refiriéndose el autor a los diferentes estudios empíricos realizados en España en los últimos años que tratan de aislar la proporción de la diferencia salarial entre hombres y mujeres atribuible a la discriminación, ésta puede estimarse en alrededor del 75% de dicha diferencia salarial. De "La caída de la fecundidad: causas y efectos" trata el capítulo 5 del libro. En este capítulo, que es eminentemente empírico como el anterior, el autor constata que el aumento de la tasa de actividad femenina de las últimas dos décadas ha ido unido a la "dramática" disminución de la tasa de fecundi-
dad, que ha pasado de ser en España, según el índice sintético de fecundidad, muy detalladamente explicado en una nota a pie de página, de 2’8 hijos por mujer en 1975 a 1’17 en 1997, muy inferior al valor de 2’1 que se considera como necesario para mantener el tamaño de la población. Esta relación inversa entre las dos tasas no implica, sin embargo, una clara relación de causalidad ya que entre ellas existe una mutua interdependencia. Cuál de ellas es la relación dominante es uno de los temas de discusión en la actual investigación relacionada con la demografía y el mercado de trabajo. Entre las razones que han influido en la brusca caída de la tasa de fecundidad, Alfonso Alba, después de calcular los coeficientes de correlación entre dicha tasa y otras variables, menciona el retraso en la edad de contraer el matrimonio, el aumento del nivel educativo, el incremento de la participación de la mujer en la población activa y, sobre todo, la ausencia de políticas familiares, como las destinadas a facilitar el cuidado de niños menores de tres años, que ha sido, como ya se ha señalado, según el autor, una de las estrategias públicas marginadas durante la democracia por sus reminiscencias franquistas. En el último capítulo, el sexto, "La Organización Familiar", se trata del tamaño y composición del hogar, de la contribución a la renta familiar, del trabajo de las familias y su bienestar económico, de la doble jornada de la mujer y, por último, se dedica un apartado al trabajo y la familia en Europa, que el autor califica como de apéndice al libro. En cuanto al tamaño y composición de la familia, se constata, en base a datos de la EPA, el descenso del tamaño de los hogares, como consecuencia, fundamentalmente, de la caída de la tasa de natalidad y del mayor número de personas mayores que viven solas o con sus parejas. Asimismo, esos factores junto con el retraso en el abandono del hogar por parte de los jóvenes y una mayor esperanza de vida incide en el sentido de elevar la edad media de los miembros de los hogares españoles.
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En relación con la contribución de la mujer a la renta familiar, la utilidad de los datos disponibles, las encuestas de presupuestos familiares realizados por el INE, está limitada por la lejanía del último año de referencia, 1990. En cualquier caso, en los diez años que transcurren entre 1980 y 1990 se observa que la contribución de la mujer a los recursos familiares ha aumentado paralelamente al avance de la participación de la mujer en el mercado de trabajo, a pesar de que dicha contribución todavía sea muy inferior a la del hombre. Además, como observó Jacob Mincer para EEUU, se detecta que el aumento de la actividad laboral femenina tiende a ser más elevado cuando el marido se sitúa en el extremo inferior de la distribución de la renta, aunque en el caso español también las mujeres con maridos situados en el extremo superior muestran altas tasas de actividad. La causa de la elevada tasa de actividad en el primer caso, como observa el autor, es que los bajos ingresos del marido obligan a contribuir a la mujer a la economía familiar y en el segundo el superior nivel educativo que suele poseer la mujer. De cualquier forma, y aunque los resultados no son muy concluyentes, parece que, como consecuencia de la aportación de la mujer a la renta familiar, se produjo en las décadas de los ochenta una ligera mejoría en la distribución familiar de la renta en España. El aumento de la actividad de la mujer casada, junto con el retraso de la incorporación al mercado de trabajo de los jóvenes, debido al mayor tiempo que permanecen en el sistema educativo, ha hecho que las madres hayan suplido, e incluso superado, la renta que antes aportaban a las familias los hijos. Este fenómeno ha sido una de las causas del aumento de la renta de los hogares, de la riqueza de las familias, como titula Alfonso Alba a su libro. Si a esta contribución de la mujer se añade que la organización del hogar sigue descansando esencialmente en las mujeres el resultado es que cuando trabajan fuera de casa las mujeres realizan una "doble jorna-
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da", como se deduce de las estimaciones de la EPA y de las informaciones que se obtienen de otras encuestas, como las realizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en 1997 y las Comunidades Autónomas de Madrid y Andalucía en 1996 y 1997, respectivamente, con las consecuencias negativas que ello tiene sobre la productividad, la discontinuidad en la vida profesional, los salarios, la salud y la promoción profesional de las mujeres. El último apartado del capítulo 8, "Trabajo y familia en España", enumera las diferencias y semejanzas entre España y otros países europeos en cuanto a la actividad laboral de la mujer, la fecundidad y las actuaciones públicas de apoyo a la familia. Entre los aspectos relacionados con la actividad laboral de la mujer se destaca el fuerte aumento de la tasa de actividad femenina en España en la última década, el más acusado dentro de la Unión Europea después de Holanda, a pesar de que todavía las mujeres españolas tienen una tasa de actividad muy reducida, sólo superior, para el grupo de 25 a 49 años, a Italia, Grecia e Irlanda. También es mayor el peso de las mujeres paradas en España y, por el contrario, más reducida que para el promedio europeo la importancia del empleo femenino a tiempo parcial. Por lo que respecta a la tasa de fecundidad, que ha disminuido en todos los países desarrollados en las últimas tres décadas, ésta presenta en España el descenso más intenso, al pasar de ser la tasa más alta de Europa en 1972 a la más baja en 1996. En lo que se refiere al gasto público en apoyo de la familia, éste es en España el más reducido en proporción del PIB de toda la UE, lo que, según el Profesor Alba, puede estar relacionado con la reducida fertilidad de las mujeres españolas. El libro, como ya se ha comentado, finaliza con unas conclusiones en las que se resume tres ideas claves: la primera, que el trabajo de la mujer se ha convertido en una fuente de ingresos que las familias no pueden prescindir y que ha contribuido a la mejora de la dis-
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tribución de la renta en España en los años ochenta, la segunda, que el aumento de la participación de la mujer en el mercado de trabajo, favorecido por el mayor nivel educativo, ha sido fundamental para la igualdad de la mujer y, por último, la tercera, que, una vez en el mercado de trabajo, el mayor obstáculo para la carrera profesional sigue siendo la maternidad, a lo que ha contribuido la casi total ausencia de políticas familiares y en favor de los hijos, políticas que, por otro lado, no han formado parte habitualmente de las reivindicaciones del movimiento feminista español. Esta ausencia de políticas públicas, junto con las adversas condiciones de trabajo, ha precipitado, concluye el autor, el número medio de hijos por mujer. Para superar esa situación Alfonso Alba plantea que sea prioritaria la política pública en favor de las familias y los hijos, para lo que propone una serie de medidas de apoyo económico y social preferentemente dedicadas al cuidado de los hijos menores de tres años, entre las que destacan el aumento del número de plazas públicas para el cuidado de los niños y las subvenciones a centros privados dedicados a ese fin, así como el establecimiento generalizado de subsidios por el nacimiento de niños, independientemente del nivel de renta de la familia y de la situación laboral de los padres. En conjunto, el libro, que tiene como protagonistas a la mujer y a la familia, supone una visión global desde el punto de vista del análisis económico del trabajo de la mujer en España y representa una importante aportación a la literatura disponible en nuestro país y, en concreto, al conocimiento del mercado de trabajo, puesto que no existía hasta ahora un estudio en profundidad que analizase, con el rigor que lo hace Alfonso Alba, todas las variables relacionadas con el trabajo de la mujer: la actividad, el empleo, el paro, los salarios, la segregación laboral, la educación, la demografía y la organización familiar. El texto reseñado, por otra parte, plantea cuestiones de gran interés para el debate económico y social como son el
aumento del paro femenino, la discriminación de la mujer en el trabajo, el problema de la doble jornada de trabajo, el desigual reparto de las responsabilidades familiares, la crisis demográfica que provoca el descenso de la tasa de fertilidad y, sobre todo, dos cuestiones de gran interés económico, social y político como son la aportación de las mujeres trabajadoras a la riqueza de las familias y a la mejora de la distribución de la renta personal y la marginación de las políticas públicas de apoyo a las familias a partir del período de transición a la democracia, en parte como rechazo a la asociación entre franquismo y políticas familiares, así como su relación con la baja tasa de fecundidad. Además del interés de los temas que trata el libro, el rigor y el nivel del análisis que realiza el autor es compatible con un lenguaje claro y accesible a cualquier interesado en el tema sin necesidad de disponer de conocimientos profundos de economía. Asimismo, dos aciertos notables del texto reseñado son las notas explicativas a pie de página de algunos de los aspectos más técnicos que son de gran utilidad, como las relativas a la tasa de fecundidad total y a la metodología de la EPA, y la amplia bibliografía sobre las materias que abarca el libro al final del mismo. De la estructura del texto, metódica y clara, únicamente cabe señalar, cara a futuras ediciones, la posibilidad de introducir un anexo estadístico con el detalle de la información que figura en los numerosos gráficos incluidos a lo largo del libro y que el último apartado del capítulo 8 "Trabajo y familia en Europa", que tiene la consideración de apéndice como señala el autor, se añada en cada uno de los capítulos con el fin de que la comparación entre la situación española y la europea sea más directa y concluyente. En resumen, se trata de un libro importante de análisis y a la vez de divulgación, escrito con rigor y precisión pero al mismo tiempo con lenguaje claro, que llena un hueco importante en la literatura relativa al análisis económico del mercado de trabajo español
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y que es muy recomendable para los estudiosos e interesados en los temas de mujer y mercado de trabajo español y, en particular, para los estudiantes de economía, sociología,
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relaciones laborales y de la reciente titulación de ciencia del trabajo. JOSÉ IGNACIO PÉREZ-INFANTE
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