DE PRÉSTAME | S C I P L I N A Y RESPONSABILIDAD DE LA EDUCACIÓN
\úm.
Barcelona, Majo IB5II
LA S I G N I F I C A C I Ó N DEL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO ¡ ^ d T W t o Tn't T£«"d.7
AdolKCr4, por ta:
P°r RAMÓN ROQUMR, Pbro.
císs y rellenar* [
• STAMOS lejos di época, de Hulox, el \ desaprensivo director de Revu* de Den* ~londe.% que se permitió n l u i r un articulo alógico a dicha revista ivlado, alegando I que "Dios no ea lidad"; y más todavía de la. de Robespierre quien afiriiwlia que "vi ateísmo ea aristocrático". Hoy el problema de Dios ocupa oí centro privilegiado do la atención de los pensadores y el ateísmo ha invadido las vastas zonas de la vklu popular; si no sonara peyorativamente 1H frase, diri&su que se ha "democratizado". Claro que entre un libertino del gran siglo y un "»•» Dios" de I» Rusia contemporánea hay diferencia notable. Que el primero, fatuo y petulante, no quería nada por encima fie su persona, mientras que el segundo ataca, a Dios no como a Señor del Universo sino como aliado de las clases dirigentes, confundiéndolo con el "burgués". Pero si queremos precisar-con rigor un concepto y no perdernos en consideraciones sociológicas, nos som fuerza prescindir de la historia y lanzarnos A descifrar el por qué y el cómo de la negación de la existencia de Dios. Solo como ilustración de lo sistemático puede aceptarse ol recurso a casos concretos. Lo primero que choca después de dilatadas lncursionta por la [ronda de las pruebas de la existencia de Dios es la existenci . Zubiri lo recuerda: "un verdadero ateísmo es cosa por d«m&s difícil y sutil". Kn efecto; si por cualquier via se llega a ver claro que la existencia del hombre es constitutivamente religada (a Dios, se entiende), no tiene sentido —teorético al menos — el ateísmo. Ni siquiera constituye un problema la posibilidad de encubrirlo (a Dios, naturalmente). l