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RELACIÓN ENTRE LA CLOROSIS FÉRRICA Y LAS PROPIEDADES DE LOS SUELOS CALCÁREOS
Prevención y corrección de la clorosis férrica en el viñedo I. Díaz 1, V. Barrón 2, M. C. del Campillo 2 y J. Torrent 2. 1 ETS de Ingeniería Agronómica, Universidad de Sevilla. 2 Dpto. de Agronomía, Universidad de Córdoba.
La clorosis férrica es debida a una inadecuada nutrición de hierro (Fe) y es la principal deficiencia nutricional que presentan las plantas cultivadas en suelos calcáreos y alcalinos (Tagliavini y Rombolà, 2001; Gruber y Kosegarten 2002). A pesar de ello, las principales zonas vitivinícolas de nuestra península se encuentran sobre terrenos calizos. Además, el uso de nuevas plantas resistentes a la filoxera (pero sensibles a la clorosis férrica) y algunas de las prácticas culturales que hoy en día se están realizando en el viñedo –como el riego o la aplicación de dosis altas de macronutrientes, que conllevan mayores rendimientos–, están favoreciendo la incidencia de la clorosis férrica. Por tanto, la clorosis férrica en vid, no solo es un problema que se manifiesta con bastante frecuencia, sino que irá, probablemente, en aumento. 42
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a sintomatología principal de la clorosis férrica en vid, al igual que en otras especies, es el amarilleamiento internervial de las hojas más jóvenes (foto 1). Este amarilleamiento se produce por la inhibición en la síntesis de clorofila, ya que el Fe es un elemento esencial en el proceso. En situaciones más avanzadas, evoluciona a una decoloración completa de la hoja con aparición de necrosis (foto 2). El estado último (llamado “cottis”) corresponde a la necrosis de la hoja entera (Champagnol, 1984). La deficiencia de Fe también se manifiesta en el vigor de las plantas (foto 3), de forma que los pámpanos dejan de crecer y los entrenudos se acortan. De hecho, la depresión del crecimiento en viñas no cloróticas cultivadas en suelos calcáreos parece ser un síntoma de deficiencia de Fe anterior a la clorosis de la hoja. Se ha observado una reducción del crecimiento de los brotes de hasta un 50% en vides no cloróticas cultivadas en suelos calizos (Gru-
ber y Kosegarten, 2002). La producción se ve seriamente mermada por la falta de clorofila, mal cuajado del fruto y disminución del diámetro de la baya como consecuencia del corrimiento de la flor y problemas en la maduración (Hidalgo, 2002).
Clorosis férrica y suelos calcáreos Como la clorosis férrica aparece principalmente en suelos calizos, los primeros estudios para predecirla se basaban en las características de los carbonatos; de forma que el contenido de carbonato cálcico de tamaño más fino (caliza activa) fue la propiedad a la que se atribuyó un valor mayor para estimar el riesgo de clorosis férrica. El carbonato cálcico reacciona en medio acuoso con el dióxido de carbono y lleva a la formación de bicarbonato, que está considerado por muchos autores como el factor más importante en la inducción de la cloro-
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Foto 1. La sintomatología principal de la clorosis férrica en vid, al igual que en otras especies, es el amarilleamiento internervial de las hojas más jóvenes.
sis férrica. Este sistema tampón origina un pH entre 7,5 y 8,5, precisamente en esos niveles es donde el Fe es menos disponible para las plantas. El problema, por tanto, no es de deficiencia de Fe en el suelo (en el suelo existen concentraciones de Fe más que suficientes para satisfacer las necesidades de la mayoría de los cultivos agrícolas), sino que éste se encuentra en formas poco disponibles para la planta. Diversos estudios han demostrado la importancia de las formas poco cristalinas de los óxidos de Fe en la prevención y corrección de la clorosis férrica. El contenido en óxidos de Fe poco cristalinos en el suelo extraído con oxalato amónico a pH -3 (Feox) (Schwertmann, 1964) ha sido la propiedad que mejor ha predicho la concentración de clorofila en diversas plantas herbáceas y leñosas cultivadas en suelos calcáreos. Para investigar con detalle qué propiedades de los suelos calcáreos tienen mayor influencia en la aparición de la clorosis férrica en vid se realizó un experimento utilizando treinta suelos calcáreos de importantes zonas vitivinícolas españolas. Portainjertos de vid 110 Richter fueron cultivados en maceta sobre estos suelos en condiciones semicontroladas. El experimento se mantuvo durante tres años y en este periodo se estimó el contenido de clorofila en hoja (mediante el valor SPAD), así como variables relacionadas con el crecimiento: longitud del nervio central de las hojas, longitud de los brotes y madera de poda. Los resultados de este experimento (de la Torre et al, 2010) concluyeron que el valor SPAD medido durante tres años estuvo positiva y significativamente correlacionado de forma sistemática con las formas de Fe que representan los óxidos de Fe poco cristalinos (Fe extraíble con oxalato amónico a pH -3 después
de neutralizar la caliza activa, Feox(d); con hidroxilamina no tamponada, Feha; y con citrato-ascorbato, Feca). Además, se estableció un nivel crítico que separa los suelos inductores de clorosis férrica de los que no lo son de 350
El contenido en óxidos de Fe poco cristalinos del suelo es normalmente mejor indicador del riesgo de clorosis férrica que el contenido de caliza activa u otras propiedades del suelo relacionadas con la alcalinidad
Foto 2. Comparación entre un brote de Vitis vinifera cv. Pedro Ximénez sano (izquierda) y uno afectado por clorosis férrica (derecha). Obsérvese el menor tamaño de las hojas y la necrosis en las hojas más afectadas.
mg/kg para el Feox(d), 8 mg/kg para el Feha y 450 mg/kg para el Feca. Sin embargo, el Fe extraído con DTPA, que se considera la fuente de Fe más “lábil”, solo mostró una correlación significativa con el SPAD del primer año, a pesar de ser un test de disponibilidad de Fe ampliamente utilizado. La caliza activa solo estuvo negativa y significativamente correlacionada con el SPAD del segundo y tercer año. Ninguna de las otras medidas en planta se correlacionó con las propiedades del suelo que pueden tener incidencia en la clorosis férrica. Tras este estudio se refuerza la idea de que el contenido en óxidos de Fe poco cristalinos del suelo es normalmente mejor indicador del riesgo de clorosis férrica que el contenido de caliza activa u otras propiedades del suelo relacionadas con la alcalinidad. A pesar de ello, en la actualidad se sigue utilizando la caliza activa para establecer la tolerancia de los portainjertos de vid a la clorosis férrica.
Papel del Fe y de los carbonatos De los trabajos sobre clorosis férrica en vid y en otras especies se deduce que las propiedades más influyentes del suelo son los contenidos en fases de Fe poco cristalinas y en carbonatos. Sin embargo, es muy común que estos contenidos estén correlacionados, por lo que la covarianza no permite evaluar el efecto de una variable independientemente del de las demás. Para obviar este problema, se diseñó un experimento basado en el uso como sustrato de una serie de mezclas de arena silícea recubierta de óxidos de Fe poco cristalinos y arena calcárea, de manera que ambos factores (es decir, concentración de óxidos de Fe y concentración de carbonato cálcico) fueran ortogonales. Se utilizaron portainjertos de vid 161–49 Courderc que se cultivaron en maceta en condiciones controladas. Los resultados de este experimento (Díaz et al, 2009a) mostraron que ambas variables, contenido en óxidos de Fe y carbonato cálcico en el sustrato, influyen de forma independiente en el desarrollo de la clorosis férrica en plantas de vid. El contenido en óxidos de Fe poco cristalinos influyó de forma positiva y significativa en el control de la clorosis férrica, aumentando el contendido de clorofila y el tamaño de las hojas (foto 4), mientras que el contenido de carbonato parece influir bastante más en la reducción del crecimiento que en la concentración de clorofila en hoja (foto 5).
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ner un mayor contenido en carbonatos. En suelos calcáreos hay que evitar la disgregación de la roca madre por un desfonde antes de la plantación o por labores demasiado profundas. Es recomendable no labrar el suelo en período húmedo, principalmente con aperos rotativos y en particular durante el período de floración. En suelos arcillosos es necesario facilitar la eliminación de las aguas mediante drenaje, mejorar la estructura y evitar la compactación de los suelos (Reynier, 2002).
Menor vigor
Corrección de la clorosis férrica en vid Foto 3. Viñedo cultivado sobre suelo calcáreo mostrando disminución del vigor de las plantas.
Prevención de la clorosis férrica en vid Selección de portainjertos Para prevenir la clorosis férrica en vid y, en general, en especies leñosas, se utilizan patrones resistentes. Champagnol (1984) estableció la resistencia de los portainjertos de vid a la clorosis férrica en función del IPC (Índice de Poder Clorosante: cociente de la caliza activa
-Fe
+Fe
Foto 4. Influencia del contenido de Fe disponible (izda. 4% y dcha. 20% de arena recubierta de óxidos de Fe) en el contenido de clorofila y en el crecimiento en plantas de vid portainjerto 161–49 C para una misma concentración de carbonato cálcico.
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entre el hierro asimilable o Fe extraíble con oxalato amónico a pH-7) y del contenido de caliza activa.
Técnicas de cultivo La pulverización excesiva del suelo por efecto del laboreo puede aumentar la concentración de caliza activa y, por otro lado, las labores profundas obligan a las raíces a explorar capas más profundas del suelo, que suelen te-
-Ca
+Ca
Foto 5. Influencia del contenido de carbonato cálcico (izda. 8% y dcha. 48% de arena recubierta de carbonato cálcico) en el contenido de clorofila y en el crecimiento en plantas de vid portainjerto 161–49 C para una misma concentración de Fe disponible.
Tradicionalmente la vid se ha desarrollado sobre suelos calizos por ser uno de los cultivos, junto con el olivo, que mejor resiste la deficiencia de Fe. Cuando la vid se cultiva en suelos fuertemente calcáreos, incluso los portainjertos más tolerantes suelen mostrar síntomas de clorosis férrica. Se suele recurrir en estos casos a diversos fertilizantes de Fe, realizando los tratamientos en la planta que a continuación se exponen.
Fertilización foliar La pulverización con disoluciones de sulfato ferroso es el tratamiento foliar más utilizado para corregir la clorosis férrica en vid, ya que permite un reverdecimiento local de la parte tratada de forma rápida y resulta una alternativa barata. En vid, en pulverizaciones mecánicas se emplean soluciones de sulfato ferroso del 0,6–0,7% en aguas débilmente calizas o del 0,9–1% en aguas calizas a las que se añaden también 50 g de ácido cítrico por cada 100 litros. En pulverizaciones neumáticas se emplea solución concentrada al 6% de sulfato ferroso, precisándose de 60 a 100 litros por ha (Hidalgo, 2002). El mayor inconveniente que presenta la fertilización foliar es la necesidad de realizar varios tratamientos por campaña. Las aplicaciones foliares con quelato de Fe se usan como alternativa a la aplicación de quelato al suelo pues el tratamiento foliar con quelato no resulta más eficaz que el de sulfato (Álvarez–Fernández et al., 2004) Fertilización por inyección al tronco La disolución más usada es el sulfato ferroso al 10% mezclado con ácido cítrico al 1%. Las principales desventajas del empleo de técnicas de inyección son el elevado coste de la
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estos fertilizantes de Fe es un inconveniente añadido. Además, pueden ser lavados por el agua de lluvia o riego. Entre los quelatos existentes, el FeEDDHA es el tratamiento corrector más eficaz contra la clorosis férrica en suelos calizos, ya que es estable incluso a valores de pH superiores a 9 (Álvarez–Fernández et al., 2002).Aunque la dosis de los quelatos aplicados al suelo depende del producto, como orientación, Reynier (2002) recomienda que la aplicación se efectúe alrededor de mayo, a razón de 20 a 50 kg/ha para productos comerciales con un 6% de Fe, en 1.200 a 1.500 litros/ha.
mano de obra y los daños ocasionados en el tronco.
Aplicación de sulfato ferroso en las heridas o cortes de poda El método Rességuier consiste en remojar, con la ayuda de una brocha, las heridas de los cortes de poda en el momento del descenso de la savia, usando una solución de sulfato ferroso (300 g/l de agua) y de ácido cítrico (30 g/l de agua) para evitar su rápida oxidación (Reynier, 2002). Tratamientos al suelo Entre los productos que se aplican directamente al suelo para intentar corregir la clorosis férrica en vid destacan los quelatos de Fe y el sulfato ferroso. Quelatos de hierro La acción de los quelatos es rápida y eficaz, aunque tiene el inconveniente de que su efecto es temporal, teniéndose que realizar varias aplicaciones al año. El elevado coste de
Control Vivianita + Quelato sin Fe quelato de Fe de Fe
Vivianita
Foto 6. Plantas de vid 110 R del experimento con vivianita en maceta en suelo calizo. Comparación del crecimiento de plantas de distintos tratamientos: Control (sin Fe), vivianita y vivianita + quelato de Fe (única aplicación de 1 g de vivianita/kg suelo al inicio) y quelato de Fe (varias aplicaciones al año).
Sulfato ferroso El sulfato ferroso ha sido uno de los tratamientos más empleados para prevenir y corregir la clorosis gracias a su bajo coste. La aplicación de sulfato de Fe al suelo puede realizarse enterrando de 2 a 5 t/ha antes de la plantación o cada dos o tres años con una labor de subsolado (Reynier, 2002). Este tratamiento tiene poco efecto residual ya que el Fe precipi-
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condiciones climáticas y propiedades del suelo. Los tratamientos incluyeron una o dos dosis de vivianita (250 y 375 g por cepa) al inicio del experimento. En todos los campos se incluyó un tratamiento control (sin Fe). Vivianita 250 g/planta Para comparar con los tratamientos de la zona, en las parcelas experimentales de Condado de Huelva y La Mancha se incluyó un tratamiento anual con quelato de Fe (FeEDDHA), Fosfato ferroso o vivianita en La Rioja se aplicó sulfato ferroso Para la mayoría de los cultivos, y al suelo anualmente y en MontillaControl (sin Fe) en concreto para un cultivo como la Moriles se comparó con el método vid, la corrección de la clorosis férri- Foto 7. Comparación entre planta de vid Macabeo/110 R tratada con 250 g de vivianita Resseguier (Reynier, 2002), muy utica no resulta rentable debido al ele- y planta control (sin Fe) en el viñedo experimental de La Mancha. lizado en esta comarca. vado coste de las cantidades a las Los resultados del trabajo mosque los productos aplicados son efitraron que el contenido de clorofila caces, como es el caso de los quelatos de Fe, ca en varios puntos alrededor del tronco. Es (estimado mediante el valor SPAD) de las ceo al escaso efecto residual que presentan algu- importante aplicarla a una profundidad donde pas tratadas con vivianita fue superior al de las nos tratamientos como el sulfato ferroso. El fos- se encuentre la mayor parte de las raíces acti- plantas control (sin Fe) prácticamente en todas fato de hierro octahidratado [Fe3(PO4)2 • 8H2O] vas, debido a su escasa movilidad en el suelo las medidas tomadas en los viñedos de La Rioanálogo al mineral vivianita, presenta una serie y se recomienda su aplicación antes de la bro- ja, Ribera del Duero, La Mancha, Montide ventajas sobre otras sales inorgánicas de tación para evitar problemas de salinidad. lla–Moriles y Condado de Huelva (foto 7). TamEstudios realizados en maceta (Díaz et al bién se observó un efecto positivo en el creciFe en la corrección de la clorosis férrica: su contenido en Fe (>32%) es muy superior al 2010) y en campo, en áreas correspondientes miento de las plantas, que se manifestó por el que tienen otros fertilizantes de Fe, y su altera- a importantes Denominaciones de Origen don- aumento del perímetro del tronco de las plantas ción en ambiente calcáreo origina óxidos de Fe de el problema de la clorosis es habitual (Díaz tratadas con vivianita con respecto a las del poco cristalinos (Roldán et al., 2002), que son et al, 2009b y 2013) han demostrado la efica- control (sin Fe) en cuatro de los seis viñedos exla fuente de Fe disponible para las plantas. cia de la vivianita para la corrección de la clo- perimentales. La producción de las plantas traAdemás, la presencia de fósforo eleva su valor rosis férrica en vid. Dichos experimentos se pro- tadas con vivianita también fue superior en los como fertilizante frente a otros cuyo único nu- longaron por un período de tres años, caracte- viñedos de La Rioja, Ribera del Duero y La Mantriente es el Fe. rizándose a lo largo de este período las cha. Además, la fertilización anual con sulfato La vivianita se puede sintetizar en campo a variables más significativas de la planta que ferroso en La Rioja, con quelato de Fe en La partir de productos baratos y de uso frecuente podían verse influidas por la deficiencia de Fe. Mancha y el método Resseguier en Montilla-Mopor los agricultores (FeSO 4 • 7H 2 O y En el experimento en maceta la vivianita riles no fue más eficaz que el control (sin Fe). NH4H2PO4). Aplicada en suelos calcáreos a la se aplicó al inicio, a razón de 1 g/kg de suelo. Según Díaz et al (2009b y 2013) una únidosis aproximada de 1 g por kg de suelo, es Se incluyeron, además: un tratamiento control ca aplicación de vivianita de 250 g por cepa es capaz de prevenir la clorosis en plantas herbá- (sin Fe), quelato de Fe (EDDHA) aplicado men- tan eficaz como la aplicación anual de quelato ceas, como altramuz y garbanzo (Eynard et al., sualmente y la combinación de vivianita y que- de Fe (FeEDDHA) para reducir la clorosis férrica 1992). En experimentos realizados en campo lato de Fe al inicio. Como resultado, la viviani- en vid en condiciones de campo durante, al con plantas leñosas, la vivianita mostró su efi- ta fue capaz de prevenir la clorosis férrica en menos, tres años. Por lo que, podemos afirmar cacia en kiwi (Rombolà et al., 2003), siendo plantas de vid 110 Richter cultivadas en mace- que la vivianita constituye una excelente alterademás su efecto persistente durante, al me- ta en un suelo calcáreo, aumentando signifi- nativa para prevenir la clorosis férrica en vid, denos, cinco años en peral (del Campillo et al., cativamente la longitud de los brotes (foto 6), bido a su eficacia y persistencia en el suelo. 1998) y tres años en olivo (Rosado et al., el tamaño y número de hojas, el contenido de Presentando, además, la ventaja de su bajo clorofila (valor SPAD) y el peso de madera de coste y su respeto con el medio ambiente. G 2002). La vivianita se prepara añadiendo, a una poda y de flor.Además, su efecto ha persistido cuba con agitación continua que contenga 100 durante tres años. Agradecimientos En campo, la eficacia de la vivianita se prolitros de agua, 2,5 kg de fosfato monoamónico Los autores agradecen al Ministerio de Educahasta su disolución completa para, seguida- bó sobre suelos calcáreos en seis viñedos expeción y Ciencia y a los fondos FEDER la financiamente añadir 7,5 kg de sulfato ferroso. La sus- rimentales localizados en La Rioja, Ribera del ción de los proyectos AGL2002-04134-C02 y pensión resultante (50 g vivianita por litro) se Duero, La Mancha, Montilla–Moriles, Condado AGL2005-06691-C02-01. inyecta al suelo mediante un inyector y se apli- de Huelva y Jerez, con distinto material vegetal, ta como óxidos de Fe poco solubles en suelos calcáreos. En vid ha sido eficaz la incorporación de sulfato ferroso en disolución con una riqueza entre 2,5 y 10% en agua, a razón de 20 a 50 m3/ha, ya que se ha comprobado que se extiende mejor en el suelo y se pone al alcance de las raíces antes de ser oxidado (Hidalgo, 2002).
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