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La Soleá Vestida con mantos negros Piensa que el mundo es chiquito Y el corazón es inmenso... (La Solea, Federico García Lorca)
La soleá es una combinación métrica propia de la lírica popular andaluza, compuesta por tres versos de arte menor octosílabos con asonancia en el primer y el tercer verso y sin rima de ninguna especie el segundo (8a, 8-, 8a). Se la conoce también con el nombre de "terceto gallego" o "terceto celta". Entendida como composición poética, suele versar sobre el tema de la soledad y el desengaño. El plural de soleá es soleares. La soleariya es un derivado de la soleá, en la que el primer verso es hexasílabo y los otros dos endecasílabos. Como variante, la soleariya puede presentar la siguiente estructura: un primer verso hexasílabo, un segundo verso de arte mayor de entre 10 y 12 sílabas, y un tercer verso hexasílabo. En los dos casos citados, la soleariya presenta la rima característica de la soleá, rimando los versos impares en asonante y quedando el segundo libre. La soleá ha traspasado los límites de la literatura popular andaluza, incorporándose a la obra de autores como Manuel Machado, quien usó soleares y soleariyas en su libro Cante hondo (1912).
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Tengo un querer y una pena. La pena quiere que viva; el querer quiere que muera. (soleá) Llorando, llorando nochecita oscura, por aquel camino la andaba buscando. (soleariya) La soleá flamenca es considerada como uno de los "cantes grandes" del género flamenco. La soleá tiene un tempo lento y pesado, aunque su compás es igual que el de las alegrías y bulerías, pero con otro carácter. Su esquema rítmico sería: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12. Las negritas marcan la nota fuerte del compás. Su compás musical es 3/4. Su tonalidad menor (LA menor o RE menor) y terminado en acorde de dominante (Modo dórico). El cante por soleá posee un amplio abanico de estilos y variantes, identificándose los más importantes en puntos geográficos concretos: • • • • • •
Soleá de Triana: El barrio de Triana, en Sevilla, ha sido el núcleo fundamental de este cante. Soleá de Cádiz: Dentro de esta variedad, existen varios estilos con importancia. Soleá de Jerez: De la que surgen diferentes estilos. Soleá de Alcalá: Endémica de la población de Alcalá de Guadaira. Soleá de Utrera: En Utrera se desarrolló una variante de la soleá de Jerez. Soleá de Córdoba: Derivación de la soleá de Triana.
Por último, otro estilo significativo de la soleá, sería la soleá apolá, que nace al rematar el polo con una soleá. La primera soleá interpretada de la que se tiene noticia se atribuye a la cantaora gitana Andonda.
La Seguiriya ¿Adónde vas, siguiriya con un ritmo sin cabeza? ¿Qué luna recogerá tu dolor de cal y adelfa? (La Seguiriya, Federico García Lorca)
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La seguiriya (seguirilla, siguiriya o siguerilla) es uno de los palos flamencos más antiguos de los que se tiene noticia y uno de los que conforman, junto a la soleá, la columna vertebral del cante flamenco. Si bien su origen es incierto, los primeros testimonios datan de finales del siglo XVIII, se derivan de las tonás primitivas y se crean principalmente entre Cádiz y Sevilla, en los Puertos, Jerez y el barrio de Triana como focos principales. Se trata de un cante sombrío y de carácter trágico que encierra los valores básicos de lo que hoy se conoce como cante puro y hondo. Las letras de sus coplas son trágicas, doloridas y reflejan el sufrimiento de las relaciones humanas, amor y muerte… Las modalidades más antiguas de seguiriyas se interpretaban sin acompañamiento musical, al igual que las tonás. Actualmente se acompaña de la guitarra y sus continuas matizaciones y cambios de tono en el cante la hacen uno de los palos más difíciles de interpretar. El baile por seguiriyas es ceremonioso, pausado y solemne, carece de ornamentación y fue incorporado por primera vez de la mano de Vicente Escudero en 1940. El modelo arcaico de la seguiriya lo conocemos a partir de la llamada seguiriya del Planeta, la más antigua hasta el momento: "A la luna le pío, / la del alto cielo, /como le pío que me saque a mi pare / de onde está metío". Estructuralmente la copla se compone de cuatro versos heptasílabos excepto el tercero, endecasílabo, (6-6-11-6), cuyo modelo silábico está emparentado con las jarchas. Riman el segundo y el cuarto en consonante o asonante. La estructura en este caso no es estricta, prima el sentimiento sobre la forma, de modo que no es raro encontrarse con seguiriyas con otra métrica (7-7-11-7 y 8-5-11-6). Una forma menos extendida es la estructura 6-11-6, en la que rima el primero con el tercero, y se repite usualmente el segundo verso al cantar. No obstante, dentro de su estructura común, existen diferentes especies de seguiriyas asociadas al estilo de un cantaor en particular que presentan cada una sus variantes estilísticas más o menos acusadas por la personalidad del intérprete. Así, en Cádiz se conoce el cante por seguiriyas de El Planeta, sencillo y sin ornamentaciones, en Triana, Frasco el Colorao, muy ornamentado, la Niña de los Peines, en Jerez, Manuel Molina, Chacón, etc.
La Bulería Que Andalucía puede muy bien matarte por bulerías (Manuel Benítez Carrasco)
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Las bulerías (de bullería, y este de bulla, griterío y Jaleo, o de burlería, burla) es un palo flamenco típico de Jerez de la Frontera, generalmente de tres o cuatro versos octosílabos. Las bulerías derivan de la Soleá ya que el "Loco Mateo", su primer intérprete, remataba de esta manera sus soleares. Se caracterizan por su cante bullicioso, generalmente para bailar, cuyo origen data de finales del siglo XIX. Se distinguen por su ritmo rápido y redoblado compás, que admite mejor que ningún otro estilo, gritos de alegría y expresivas voces de jaleo. Su tonalidad puede ser Mayor o menor. Sin embargo las más flamencas (con más pellizco) se encuentran en modo dórico. Suelen ser el baile con el que se remata toda juerga flamenca (donde formando un semicírculo y de uno en uno, los intérpretes van saliendo a bailar una parte de la pieza musical.)
Tangos
«Peínate tú con mis peines que mis peines son de azúcar quien con mis peines se peina hasta los dedos se chupa».
El tango es un palo del flamenco con copla, de tres o cuatro versos octosílabos. Está considerado como uno de los estilos básicos del flamenco, existiendo variadas modalidades, entre las que destacan las de Extremadura, Cádiz, Triana, Jerez y Málaga. Todas las teorías indican que el origen del tango han de repartírsela entre Cádiz y Sevilla, descartándose toda relación con el tango rioplatense. Posiblemente proceda de antiguos cantos bailables del siglo XIX y que poco a poco se fueron modificando hasta alcanzar la forma actual, un cante ejecutado a 4/4 en todas las tonalidades posibles. Sus primeros intérpretes conocidos fueron El Mellizo y Aurelio Sellés en Cádiz, Pastora Pavón y el Titi en Sevilla, Frijones y el Mojama en Jerez, y La Pirula, la Repompa y el Piyayo en Málaga y Cádiz.
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Alegrías Tirititran tran tran tran... tirititran tran tran tran...
Las alegrías son un cante festero flamenco que forma parte del grupo de las cantiñas, que son los cantes de Cádiz por excelencia. Su copla o estrofa suele ser de cuatro versos octosílabos o ser la estrofa que recibe este mismo nombre: alegría. Su melodía es de carácter festivo e incita al baile. Su ritmo está condicionado por la métrica del compás de la soleá, pero se diferencia de la soleá en que su tempo es mucho más rápido. Parece que la alegría deriva de la jota navarro-aragonesa, que enraizó en Cádiz durante la ocupación francesa y la celebración de las Cortes de Cádiz. Por eso sus letras clásicas contienen tantas referencias a la Virgen del Pilar, el río Ebro o Navarra. Un ejemplo es "Yo le di un duro al barquero", que cantaba La Niña de los Peines y que ha grabado recientemente Estrella Morente en su disco Mi cante y un poema con el título "Coquinas": Yo le di un duro al barquero por pasar el Ebro a verte, los amores de Navarra son caros pero son buenos.
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Se cree que Enrique Butrón fue quien fijó su estilo flamenco actual e Ignacio Espeleta el que introdujo el característico “tiriti, tran, tran...”. Algunos de los intérpretes más conocidos son Enrique el Mellizo, Chato de la Isla, Pericón de Cádiz, Aurelio Sellés, La perla de Cádiz, Chano Lobato y El Folli.
Fandangos Canción del agua y la noche canción de pena y rocío voy a cantarle por Huelva las penas del amor mío
El fandango es un aire popular bailable, ejecutado por una pareja, de movimiento vivo. El compás ternario, los versos octosílabos y el frecuente empleo de castañuelas marcan un estrecho parentesco con la jota. La secuencia descendente armónica más típica (La menor, Sol mayor, Fa mayor, Mi mayor) es un motivo ostinato conocido desde finales del Barroco. Diversos escritores románticos intentaron vincularlo a un antiguo baile sensual de los tiempos romanos conocido como cordax (también llamado iconici motus por el poeta Horacio y por el comediógrafo Plauto). El escritor de sátiras Juvenal hace una mención específica hacia el testárum crépitus (chasquear las castañuelas) que, en su expresión griega temprana, eran usadas como címbalos o platillos para dedos. Dada la popularidad del fandango como danza de exhibición a finales del siglo XVIII y principios del XIX, no es de extrañar su presencia y arraigo en la tradición de Asturias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Murcia, Valencia, País Vasco o Portugal. En su forma galante, el género llegó a tener cierta proyección en la tradición culta europea a través de la obra de Luigi Boccherini, el padre Antonio Soler y Domenico Scarlatti.
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Desde principios del siglo XIX, el flamenco adoptó rasgos de los fandangos andaluces, dando así lugar a los llamados "fandangos aflamencaos" que son considerados hoy en día como uno de los palos flamencos fundamentales. La forma del fandango posiblemente es la que más variaciones posee como ninguna otra expresión del flamenco. La variante procedente de los bailes de candil, toma especial mención en Andévalo, Huelva, donde se presenta de manera especialmente prolija; en Málaga con sus característicos Verdiales, posiblemente el modo originario de esta clase de manifestación artística; en las provincia de Murcia, Albacete y Alicante más conocido como malagueña, y la zona de influencia granadina, caso de Almería, conocido aquí popularmente como fandanguillo. En La Alpujarra, el fandango constituye el baile típico del Trovo. En la localidad conquense de Mota del Cuervo se baila un fandango parecido a la seguidilla pero más sencillo; el baile añade el cruce lento y la batida final de piernas con parada y cruce. Se le conoce como fandanguillo manchego. De modo general, en el folclore portugués, el baile alterna momentos a dúo con exhibiciones alternadas de cada uno de los dos danzantes, mientras que el otro se limita a marcar el ritmo sobriamente. Dado el carácter de la danza, la expresión "Fandango" ha sido utilizada como sinónimo de ajetreo, tumulto o incluso como exhibición de maestría. Cabe también mencionar que el término "fandango" es referido a una danza folklórica, surgida después del periodo de la conquista española, que se originó en el sur del estado de Veracruz, México, el cual tiene sus raíces principalmente en el flamenco y en danzas africanas entre otras. También es interesante tener en cuenta la aproximación al género que han realizado numerosos autores de la música clásica: • • • • • • • • • •
Gluck, Don Juan, 1761 Mozart, Las Bodas de Fígaro, 1786 Antonio Soler, Fandango para clavecín (aunque la autoría es discutida) Nikolay Rimski-Kórsakov, Capricho español, 1887 Isaac Albéniz, Málaga, de la suite Iberia, 1905-1908 Enrique Granados, El Fandango del candil y Serenata del espectro, de la suite Goyescas, 1912-1914 Manuel de Falla, Danza del molinero, del ballet El sombrero de tres picos, 1919 Ernesto Halffter, Danza de los jóvenes, del ballet Sonatina, 1928 Luigi Boccherini, Quinteto de cuerda con guitarra Del Fandango, G. 448 Dionisio Aguado, Fandango Variado Op. 16 para guitarra
Bibliografía Álvarez Caballero, A. (1981). Historia del cante flamenco. Madrid. Alianza Editorial. Fernández, L. (2004). Teoría Musical del Flamenco. Madrid: Acordes Concert. García Lorca, F (1997). Poema del cante jondo. Madrid: Cátedra Letras Hispánicas.
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