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LA VILLA ROMANA DE LA OLMEDA El yacimiento arqueológico conocido como La Olmeda, situado en el término municipal de Pedrosa de la Vega (Palencia), constituye una de las villas más importantes del Bajo Imperio Romano. Las razones de esta afirmación se podrían resumir en las dimensiones de la casa principal (más de 4400 m2), la calidad de sus mosaicos, geométricos y figurados, así como por el elevado número de habitantes que la ocuparon según se deduce de las tumbas excavadas (cerca de 800). Una villa romana es una especie de hacienda-palacio compuesta por una vasta extensión de explotación agrícola y forestal con numerosas viviendas, almacenes, talleres, incluso santuarios, que se disponían alrededor de un edificio principal, la residencia del dominus, un aristócrata que, en un momento en el que las ciudades están en franca decadencia, prefiere residir en el campo rodeado de todo lujo de comodidades. Las villas, al igual que las casas en las ciudades, estaban ricamente decoradas con mármoles, suelos con mosaicos y paredes cubiertas de estucos con pinturas. Las habitaciones principales tenían un sistema de calefacción semejante a las glorias de las casas de los pueblos castellanos, es decir, huecas y con túneles sujetos por pilares de ladrillo refractario, por donde circulaba el aire caliente que provenía de un horno exterior. DESCUBRIMIENTO El descubrimiento de la villa romana La Olmeda tuvo lugar en el verano de 1968, al realizar el propietario de la finca Javier Cortes Álvarez de Miranda trabajos agrícolas en unas tierras de labor en Pedrosa de la Vega, pequeño pueblo de la provincia de Palencia. Ante el hallazgo, se paralizaron los trabajos y se planteó una excavación arqueológica. En 1980 la magnitud de los descubrimientos desbordó las posibilidades del propietario, quien hizo donación del yacimiento y de lo descubierto hasta entonces a la Diputación Provincial de Palencia, la que desde entonces ha gestionado los trabajos arqueológicos y los necesarios para la visita y difusión de la villa. Para ello se construyó un sistema de cubiertas y pasarelas que posibilitaron tanto la continuidad de los trabajos arqueológicos y de conservación, como la visita por el público. El antiguo y funcional edificio inaugurado en 1984 fue ampliado en sucesivas ocasiones hasta que la Diputación acometió la realización de un edifico nuevo, obra de los arquitectos Pedrosa-Paredes, finalizado a comienzos de la primavera de 2009, que permite la visita de la villa y su conservación en un marco actual.
EL PALACIO La vivienda es de forma cuadrada, con jardín central rodeado de galerías a las que abren las habitaciones; corresponde al tipo de vivienda llamada “casa de peristilo”, de origen mediterráneo, frecuente en el mundo romano.
El edificio presentaba, tanto en la fachada norte como en la sur, un pórtico en cuyos extremos se levantaban torres, de planta octogonal en la fachada sur y cuadrada en la norte. Las torres posteriores debieron dedicarse a almacenes. La parte alta estaba abierta al exterior para airear los productos almacenados. Para acceder a los pisos altos se han encontrado arranques de escaleras en dos habitaciones (V-06, V-24). El jardín central fue en origen un peristilo con columnas en sus cuatro lados que separaban el jardín de las galerías que lo rodeaban. Una reforma posterior sustituyó las columnas del lado sur por nueve arcos de ladrillo de medio punto levantados sobre pilares y cerró los restantes lados con paredes en las que se abrirían numerosas ventanas. El acceso principal al interior de la vivienda, una vez atravesado el pórtico sur (V01), se hacía por la habitación V-03, pavimentada con un mosaico de sencillo diseño en el que alternan pequeños cuadrados con motivos lineales en su interior, y grandes octógonos que encierran peltas. Al fondo de la habitación se alzaban dos columnas cuyas basas se conservan “in situ” que servían para marcar el paso del vestíbulo a la galería sur del peristilo (V-04).
Esta galería estaba pavimentada con un mosaico que aparece mal conservado debido a una profunda zanja. La excavación permitió comprobar que la zanja fue hecha antes del incendio y destrucción del palacio, pues se convirtió en un basurero donde se arrojaron multitud de materiales de desecho, desde restos de animales, entre ellos gigantescos cuernos de ciervos.
Desde la galería sur del peristilo se accedía hacia el sur a la habitación V-05, pavimentada con un suelo de opus signinum (mortero de cal y fragmentos cerámicos) que tiene en su sector central cuatro hoyos hemisféricos unidos por canales; ésta y la habitación contigua (V-06) pudieron haber tenido la función de despensas-almacenes.
En el extremo este de la galería sur hay una habitación (V-07), pavimentada con opus signinum y que sirve de antesala a la habitación (V-09), una alcoba que presenta uno de los mosaicos geométricos más destacados de la villa.
Las cuatro galerías del peristilo están pavimentadas; En el corredor norte (V-15) el espacio se divide en cuadros o casetones en los cuales se alternan motivos como nudos de Salomón, esvásticas o cruces rodeados por una cenefa de motivos florales. Al este y al oeste se repite el mismo tema geométrico con guirnaldas de laurel. La más famosa de las estancias constituye el oecus o salón principal de la vivienda (V14), de 175 m2, donde se hallan los mosaicos figurados más importantes conservados, hasta la fecha, en la Olmeda. La parte figurativa de la habitación se compone de tres temas bien distintos: el más próximo a la entrada es una movida escena de caza, en realidad la suma de siete escenas diferentes, en seis de las cuales diversos animales luchan con cazadores, a pie o a caballo, armados de lanzas o jabalinas.
Una de estas escenas representa a un león herido de una especie hoy desaparecida, el león del Atlas, y otra, el ataque de un león a antílopes africanos.
En el centro del salón un tema mitológico bien conocido y representado en la antigüedad en mosaicos, pinturas, relieves, así como en objetos de arte menor tanto en el mundo griego como en el romano. Es la leyenda de la treta del descubrimiento de Aquiles llevada a cabo por Ulises, cuando Aquiles se ocultaba vestido de mujer en la isla de Skyros, en el gineceo del palacio del rey Licomedes. En el mosaico, Ulises, a la derecha de la composición, indica con la mano a Aquiles la dirección a Troya, mientras que las princesas de la isla, hijas de Licomedes, intentan impedir su marcha, al saber que su fatal destino le llevará a morir en la guerra. Los personajes representados, a tamaño superior al natural, son: Aquiles semidesnudo y con los pendientes femeninos del disfraz; Ulises empuñando una espada rematada en cabeza de águila; Rea, reina de Skyros, con diadema y ceñidor del manto, de pedrería; seis princesas, entre ellas Deidamia, amante de Aquiles; Albina, el ama de Deidamia, que ofrece a Rea un huso, lo cual sirve para indicar que la escena se desarrolla en el gineceo del palacio real, parte reservada a mujeres, y, acaso, los dos amigos que acompañaron a Ulises, Agirtes y Diomedes, que tocan enormes trompetas que sirvieron para hacer que Aquiles se traicionase al empuñar una lanza y un escudo arrojados entre objetos de ambiente doméstico dispuestos desordenadamente en la parte inferior. Una ancha cenefa que rodea por los cuatro lados el cuadro de Aquiles y Ulises es el tercer tema figurado. Se trata de una serie de medallones ovalados que cuelgan del extremo de las alas de ánades cuya cola acaba transformándose en delfín. Estos ánades sujetan con sus picos estilizadas ánforas apoyadas sobre plantas semejantes a medusas. En cada medallón o clípeo un rostro, alternativamente masculino y femenino en la mayor parte de la cenefa, de personajes casi todos jóvenes.
En las cuatro esquinas de la cenefa las cuatro estaciones, de las que se conservan en la actualidad primavera, otoño e invierno (la más completa), realizadas a la manera clásica: primavera con flores, otoño con uvas e invierno con velo. Al extremo este de la galería una puerta da entrada a una habitación absidada, V-16, que estuvo dotada de hypocaustum o sistema de calefacción subterránea. El mosaico que tuvo estaba apoyado en pilastras de ladrillo, entre las que circulaba el fuego o el aire caliente. El ábside presenta, a su vez, un mosaico geométrico sencillo. El uso de esta habitación pudo ser un triclinium o comedor, aunque no es el único de la casa.
Otro comedor estaba en el lado opuesto (V-32), con un pavimento de motivos geométricos y florales. La habitación absidada, V-16, está flanqueada por dos habitaciones pavimentadas con sendos mosaicos; la V-18 (cuadrados y rombos con figuras geométricas dentro y cenefa de tulipanes); y la habitación V-17, que presenta cuadros separados por sogas y dentro de ellos cuatro peltas, alternativamente rojas y negras.
Todos los mosaicos de la Olmeda corresponden a la época tardorromana (a partir de mediados del siglo IV, hasta el V). Finalmente, el espacio central de la casa –jardín del peristilo- tenía en medio una fuente, de la que apenas quedan restos, rodeada por un pequeño mosaico totalmente destruido. De la fuente parte un desagüe de ladrillo visible en la actualidad que vertía a un arroyo, hoy desaparecido.
LOS BAÑOS Es un edificio situado al oeste de la vivienda y unido a ella por un amplio corredor. Vivienda y baños forman un conjunto uniforme construido simultáneamente. El corredor divide los baños en dos partes: al sur una gran habitación circular de 170 metros cuadrados, B-12 del plano, con un mosaico de diseño geométrico y guirnaldas de laurel, semejante al de las galerías este y oeste. La sala contaba con calefacción, que se distribuía por galerías radiales a partir del centro de la habitación. Se ignora el uso de esta habitación, quizás sala de estar entre baños. En la pared norte se conservan restos de frescos imitando placas de mármol. Esta habitación tenía varias salas anejas con pavimento de mosaicos. Al norte del corredor de unión con la vivienda, frente a la sala circular de la zona sur de los baños, se encuentra el apodyterium o vestuario de los baños, habitación B-02. El pavimento, como se refleja en la imagen, es geométrico: octógonos, rombos y aspas. De forma cuadrada, con las esquinas redondeadas, tiene adosada a su pared oriental y a parte de la pared sur un banco corrido, frecuente en los apodyteria romanos. En la esquina, una pequeña bañera de forma oval muy bien conservada. Desde el centro de uno de los lados se accede a otra piscina de forma trilobulada (B-03), revocada con signinum hidrófugo.
De la esquina sureste de esta sala parte un desagüe profundo de fábrica que atraviesa la habitación B-05 identificada como las laetrinae (retretes).
LAS NECRÓPOLIS En la necrópolis sur se encuentran tres tipos de tumbas: fosa sin revestimiento (la mayoría), fosa revestida con paredes de ladrillo y falsa bóveda por aproximación de hiladas, y las que tienen un tejadillo de tegulae o tejas planas, a veces con cumbrera de imbrices o tejas curvas protegiendo el cadáver. Algo más del 30% de las tumbas presentan ajuar. El material es variado: vasijas de vidrio, recipientes de cerámica fina o vajilla conocida como terra sigillata y de cerámica común, herramientas y armas de caza de hierro junto a objetos de adorno como pulseras, collares, anillos o hebillas. Las vasijas de vidrio son, posiblemente, las piezas más espectaculares del ajuar y destacan aún más la importancia de La Olmeda. Son vidrios de uso doméstico, no necesariamente objetos de lujo. Los adornos femeninos consisten en pulseras, collares y anillos. Las pulseras pueden ser tanto de bronce o cobre como de cuentas de diversos materiales; una, de ellas, decorada, fabricada en plata. Por lo que respecta a los collares, las cuentas son casi todas de vidrio de varios colores y de forma cilíndrica o esférica. Las hay también de ámbar, discoideas, y alguna, de mayor tamaño, de azabache, decoradas y de forma poliédrica u oval. Sortijas, relativamente frecuente, las hay de bronce, hierro y tres de azabache. Los enterramientos de la necrópolis norte estaban orientados en su mayor parte con la cabeza al oeste y los pies al este. Con respecto a los ajuares funerarios, mucho más abundantes que los del cementerio sur, tanto en proporción de tumbas con ajuar (en torno al 70 %) como en cantidad de objetos en él, existen diferencias: aquí aparecen casi siempre fuera de la caja, a la cabecera, a los pies o en los laterales siendo raras las piezas encontradas dentro. OBJETOS DESTACADOS Se han encontrado en la Olmeda varios centenares de monedas que han permitido fechar con cierta precisión la construcción del palacio, especialmente, del reinado de Constancio II (337–361). En la habitación V-35 apareció un pebetero o quemaperfumes de mármol. Es una copa de base cuadrada apoyada en garras de león y el recipiente en forma de flor alargada. Del pie que unía base y recipiente solo se conserva un fragmento.
En el edificio termal se encontró una placa rectangular recortada de bronce con la inscripción VINARI / LETARI [---], fragmento del lateral de un cubilete paralelepipédico para jugar a los dados ilustrado con palabras de seis letras de la misma manera que aparecen grabadas en las losas de los asientos de los teatros romanos. La inscripción completa sería VINARI / LETARI / [LVDERE / RIDERE / HOC EST / VIVERE] (Beber y estar alegre, jugar y reír, así hay que vivir). La cuadra del señor de La Olmeda hubo de ser por fuerza muy importante. Se han hallado varios elementos de arreos de caballo; de bronce, una cama de bocado con la aclamación ASTVRI VIVAS (Qué viva Asturio), otra también de bronce con dos delfines y una tercera de hierro, circular, con una decoración incrustada de hojas de laurel formando una corona de laminillas de oro.