Story Transcript
[Las
castañas
y
las
uvas
como
materias
primas
para
la
obtención
de
biomoléculas
de
alto
valor
añadido]
[Proyecto
“Diversificación
de
los
recursos
agrícolas
y
ganaderos”
GDR
Sil
Bibei
Navea]
[Lorenzo
Pastrana
Castro]
EXTRACTO
[Este
documento
recoge
alternativas
biotecnológicas
para
el
aprovechamiento
de
los
subproductos
y
residuos
de
la
producción
de
castaña
y
de
la
vinificación
de
la
uva
mediante
la
obtención
de
biomoléculas
de
alto
valor
añadido]
Tabla
de
contenido
1.‐
La
castaña
como
materia
prima
para
la
obtención
de
biomoléculas
de
alto
valor
añadido........................................................................................................................ 4
2.
Aprovechamiento
biotecnológico
de
materiales
amiláceos ...................................... 6
2.1.‐
Procesos
de
hidrólisis
para
la
obtención
de
azúcares ..................................................................... 7
2.2.‐
Aplicaciones
como
sustrato
de
fermentación
de
sustratos
amilaceos
sin
hidrolizar ......10
2.2.1.
La
producción
de
enzimas
de
interés: .................................................................................................10
2.2.2.
Producción
de
acetona
y
butanol:.........................................................................................................11
2.2.3.
Producción
de
ácido
láctico:....................................................................................................................11
2.2.4.
Biomasa
microbiana:..................................................................................................................................12
2.2.5.
Producción
de
etanol:.................................................................................................................................12
2.2.6.
Industria
cervecera: ....................................................................................................................................12
3.‐
Las
amilasas .......................................................................................................... 13
3.1.‐
Aplicaciones
de
las
amilasas
en
la
industria ......................................................................................13
3.2.‐
alfa‐amilasa:
α‐D‐1,4‐glucan‐4‐glucanohidrolasa
(EC
3.2.1.1) ..................................................14
3.3.‐
Glucoamilasa
o
amiloglucosidasa:
a‐1,4‐glucan‐glucahidrolasa
(EC
3.2.1.3) ......................15
4.‐
Los
sarmientos
y
el
bagazo
de
uva
como
materias
primas
para
la
obtención
de
biomoléculas
de
alto
valor
añadido............................................................................ 16
4.1.‐
Obtención
de
aceite
de
pepita
de
uva....................................................................................................17
4.2.‐
Obtención
de
proteína
de
pepita
y
hollejo
de
uva ...........................................................................17
4.3.‐
Obtención
de
resveratrol
de
hollejos
de
uva......................................................................................18
4.4.‐
Recuperación
de
ácido
tartárico
de
bagazo
y
lías............................................................................18
4.5.‐
Recuperación
de
antocianinas
de
bagazo............................................................................................19
5.‐
Aprovechamiento
biotecnológico
de
materiales
lignocelulósicos .......................... 19
6.‐
Productos
que
se
pueden
obtener
por
fermentación
de
hidrolizados
de
almidón
de
castaña
y
de
las
fracciones
hemicelulósicas
de
los
bagazos
de
uva. ............................ 20
6.1.‐
Producción
de
etanol
(aguardiente
de
castaña)...............................................................................21
6.2.‐
Producción
de
ácido
cítrico .......................................................................................................................22
6.3.‐
Producción
de
ácido
láctico.......................................................................................................................22
6.4.‐
Producción
de
xilitol.....................................................................................................................................23
7.‐
Bibliografía............................................................................................................ 24
1.‐
La
castaña
como
materia
prima
para
la
obtención
de
biomoléculas
de
alto
valor
añadido
El
principal
componente
de
la
castaña
es
el
almidón.
Este
polisacárido
de
moléculas
de
glucosa
está,
en
realidad,
compuesto
de
dos
moléculas:
amilosa
y
amilopectina.
El
4
primero
es
lineal
gracias
a
que
las
moléculas
de
glucosa
están
unidads
mediante
enlaces
alfa
1,4,
mientras
que
el
segundo,
además
posee
también
enlaces
alfa
1,6
lo
que
le
permite
tener
ramificaciones.
El
almidón,
en
si
mismo
no
es
una
molécula
que
despierte
gran
interés
desde
el
punto
de
vista
del
aprovechamiento
de
sus
propiedades
intrínsecas
ya
que,
por
una
parte
no
posee
ninguna
funcionalidad
específica
(más
allá
de
espesante)
y
por
otra
existen
otras
fuentes
de
almidón
de
mayor
disponibilidad
y
más
baratas
que
el
almidón
de
castaña.
5
Figura
1:
Proceso
IIM
para
el
aprovechamiento
de
las
aguas
de
cocción
del
mejillón.
Tomado
de
Augas
de
cocer
e
ollos
de
peixe,
Murado,
M.A.
en
“IV
Foro
de
recursos
mariños
e
da
acuicultura
das
Rías
galegas”
2002
Sin
embargo,
el
almidón
de
castaña
puede
ser
una
materia
prima
a
partir
de
la
que
se
pueden
obtener
nuevas
moléculas
bien
utilizándolo
como
sustrato
de
microorganismos
que
lo
transformen
para
obtener
biomoléculas
de
interés
o
como
fuente
de
glucosa
que
pueda
ser
ulteriormente
transformada
por
vía
microbiana
o
enzimática
en
productos
de
alto
valor
añadido.
En
este
último
caso
se
abren
un
sinfín
de
posibilidades
de
biotransformación,
algunas
de
ellas
han
sido
desarrolladas
en
diseños
integrados
a
partir
de
materiales
de
composición
cercana
a
la
castaña
como
la
patata,
mientras
que
otros,
aún
pudiendo
ser
extrapolables
al
caso
de
la
castaña
fueron
desarrollados
para
el
glucógeno
de
mejillón.
Este
último
es
el
caso
del
denominado
“Proceso
IIM”
desarrollado
sobre
la
base
de
la
conversión
del
glucógeno
de
mejillón
presente
en
las
aguas
de
cocción
generadas
en
el
proceso
de
transformación
industrial
del
mejillón
en
un
jarabe
de
glucosa
capaz
de
soportar
diversas
bioproducciones
microbianas.
Un
esquema
de
dicho
proceso
se
muestra
en
la
Figura
1.
En
consecuencia,
este
informe
se
centrará
en
la
etapa
clave
para
ello,
la
conversión
de
almidón
en
glucosa
y
se
ilustrarán
con
una
serie
de
ejemplos
de
bioconversión
de
la
glucosa.
2.
Aprovechamiento
materiales
amiláceos
biotecnológico
de
Como
se
acaba
de
indicar,
el
almidón
es
un
polisacárido
consistente
en
una
mezcla
(en
proporciones
variables
según
su
origen)
de
dos
polímeros
de
glucosa:
la
amilosa
y
la
amilopectina.
Se
encuentra
fundamentalmente
en
vegetales,
donde
constituye
el
principal
polímero
de
reserva.
El
almidón
constituye,
además,
la
base
de
la
alimentación
humana
y
se
obtiene
fundamentalmente
a
partir
de
cereales
y
tubérculos
como
trigo,
arroz,
maíz,
patata,
tapioca...etc.
En
estado
nativo
las
moléculas
de
almidón
se
agrupan
formando
gránulos
insolubles
en
agua,
cuyo
tamaño,
distribución
y
composición
relativa
en
amilosa
y
amilopectina
son
característicos
de
cada
especie
vegetal,
lo
que
determina
importantes
diferencias
físico‐químicas.
La
abundancia,
disponibilidad
y
variedad
de
almidones
lo
convierten
en
un
material
de
gran
interés
tecnológico.
Hoy
en
día
son
múltiples
los
usos
del
almidón
y
sus
6
derivados,
tanto
en
la
industria
química
como
en
la
industria
alimentaria.
Así,
genera
una
amplia
gama
de
productos
que
puede
clasificarse
en
tres
grandes
familias
en
función
de
si
proceden
de
almidones
nativos,
almidones
modificados
o
de
hidrolizados
del
almidón
(LINDEN
&
LORIENT,
1994).
Con
respecto
a
la
última
gran
familia
de
productos
del
almidón,
se
considera
el
grupo
más
importante
dado
su
interés
biotecnólogico,
dado
que
primeramente
los
hidrolizados
se
utilizan
tanto
para
la
obtención
de
jarabes
de
glucosa
y
fructosa,
o
bien
como
materia
prima
en
diversos
procesos
industriales.
La
obtención
de
hidrolizados
de
almidón
y
su
posterior
uso
como
materia
prima
se
describirán
a
continuación
dada
la
importancia
industrial
y
económica
de
esta
industria
hoy
en
día.
2.1.‐
Procesos
de
hidrólisis
para
la
obtención
de
azúcares
La
hidrólisis
industrial
del
almidón
puede
realizarse
vía
química
o
enzimática.
Aunque
la
vía
química
presenta
la
ventaja
de
ser
rápida,
forma
productos
con
defectos
en
el
olor
y
sabor
y
un
alto
contenido
en
sal.
Por
el
contrario,
el
proceso
enzimático
permite
operar
en
condiciones
más
suaves
de
presión
y
temperatura
y
es
específica
también
en
lo
que
respecta
a
los
productos
de
reacción,
evitando
la
generación
de
subproductos
que
disminuyen
la
calidad
del
hidrolizado
y
reducen
el
rendimiento
del
proceso.
La
hidrólisis
industrial
del
almidón
se
realiza
en
dos
etapas
consecutivas
(BIGELIS,
1993).
La
primera
etapa
incluye
la
gelatinización
y
licuefacción
simultáneas
del
almidón.
La
gelatinización
consiste
en
la
formación
de
geles
cuando
las
suspensiones
de
almidón
se
calientan
a
temperaturas
de
entre
103‐106°C
durante
5‐8
minutos,
provocando
la
rotura
de
los
enlaces
de
hidrógeno
entre
las
cadenas
del
polisacárido,
la
absorción
de
agua
e
hinchazón
del
almidón,
y,
en
definitiva,
la
dispersión
del
polisacárido
en
agua.
La
liquefacción
consiste
en
la
hidrólisis
parcial
del
almidón
gelatinizado.
Puede
ser
realizada
por
vía
química
o
enzimática,
si
bien
la
última
es
la
más
utilizada
hoy
en
día
a
nivel
industrial
por
las
ventajas
que
acaban
de
citarse.
Para
la
licuefacción
enzimática
se
emplean
α‐amilasas
termorresistentes,
con
temperaturas
óptimas
de
reacción
próximas
al
punto
de
ebullición
del
agua
y
pH
6‐7,
que
provocan
la
solubilización
del
almidón
y
la
liberación
de
dextrinas
de
diferente
peso
molecular.
En
la
industria
se
emplean
a‐amilasas
producidas
por
Bacillus
licheniformis
por
tratarse
de
enzimas
termorresistentes.
Esta
amilasa
presenta
un
óptimo
de
actividad
a
95°C,
pudiendo
soportar
incluso
100°C
durante
cortos
periodos
de
tiempo.
Esto
permite
simultanear
los
procesos
de
licuefacción
y
gelatinización,
disminuyendo
el
tiempo
de
esta
primera
etapa.
Esta
enzima,
sin
embargo,
requiere
altos
niveles
de
Ca+2,
que
se
debe
adicionar
en
forma
de
sal,
y
valores
de
pH
en
torno
a
6,0
para
su
óptimo
funcionamiento.
Puesto
que
el
pH
de
las
soluciones
de
almidón
es
inferior
al
óptimo
de
esta
a‐amilasa
(3,2‐3,6
en
el
caso
del
maíz;
van
der
MAAREL
&
al.,
2002),
es
necesaria
7
una
etapa
previa
de
acondicionamiento
con
álcali.
Para
simplificar
el
proceso
se
ha
conseguido,
mediante
técnicas
de
biología
molecular,
que
esta
misma
enzima
sea
capaz
de
actuar
a
pH
5,5
y
no
requiera
calcio
para
su
estabilidad
(MITICHINSON
&
al.,
1998).
Así,
la
a‐amilasa
de
Pyrococcus
furiosus
es
termoestable
en
ausencia
de
calcio
e
incluso
activa
a
130ºC
(JORGENSEN
&
al.,
1997).
Tras
el
proceso
de
licuefacción
se
obtienen
soluciones
de
maltodextrinas
más
digeribles
que
el
almidón.
Estos
productos
son
ingredientes
glucídicos
que
se
utilizan
en
la
formulación
de
alimentos
infantiles,
alimentos
dietéticos
y
alimentación
blanda
para
enfermos.
Pero
su
uso
principal
es
como
agente
de
textura,
ya
que
permiten
espesar
y
dar
untuosidad,
empleándose
como
coadyuvantes
en
salsas,
sopas
y
productos
congelados.
Además,
sirven
como
agente
ligante
en
charcutería
y
pueden
ser
empleados
como
sustitutos
de
ciertos
ingredientes
como
la
goma
arábiga,
que
se
utiliza
en
las
gomas
y
los
regalices
duros,
y
la
materia
grasa
utilizada
en
los
recubrimientos
de
pastelería,
mantequillas
y
margarinas
aligeradas,
pastas
para
untar,
salsas
para
ensaladas.
Para
ello
se
utilizan
soluciones
de
maltodextrinas
que
alcanzan
una
concentración
del
20‐25%
(LINDEN
&
LORIENT,
1994).
En
la
segunda
etapa
de
hidrólisis
o
sacarificación
las
dextrinas
resultantes
de
la
etapa
previa
de
licuefacción
son
hidrolizadas
a
temperaturas
más
bajas
de
forma
más
exhaustiva,
dando
lugar
a
soluciones
de
carbohidratos
de
bajo
peso
molecular
con
distinto
poder
reductor
y
composición
de
azúcares
en
función
de
la
enzima
utilizada
y
las
condiciones
y
tiempo
de
reacción.
En
esta
etapa
se
utilizan
glucoamilasas,
a‐amilasas
(termolábiles)
y
b‐amilasas
para
la
obtención
de
jarabes
con
alto
contenido
en
glucosa,
maltosa
y
maltotriosa
respectivamente
(Figura
2).
El
grado
de
sacarificación
de
un
hidrolizado
de
almidón
se
expresa
habitualmente
como
equivalentes
de
dextrosa
(DE),
y
se
definen
como
el
poder
reductor
del
hidrolizado
expresado
como
%
del
poder
reductor
de
la
glucosa
presente.
Cuanto
mayor
es
el
valor
de
DE,
más
bajo
es
el
peso
molecular
medio
de
los
productos
de
reacción,
de
modo
que
el
valor
máximo
(100)
correspondería
a
una
solución
de
D‐glucosa
pura.
El
índice
DE
es
un
indicador
de
la
calidad
de
los
jarabes
glucosados
empleados
en
la
industria
puesto
que
está
relacionado,
además,
con
las
propiedades
reológicas
de
la
solución
azucarada
de
tal
manera
que
valores
crecientes
de
DE
implican
viscosidades
más
altas.
Los
productos
con
DE
bajo
se
utilizan
como
agentes
espesantes,
mientras
que
los
productos
con
alto
DE
encuentran
aplicaciones
como
plastificantes.
Puesto
que,
en
general,
el
objetivo
de
la
sacarificación
es
la
obtención
de
jarabes
con
alto
contenido
en
glucosa,
la
principal
enzima
utilizada
en
esta
etapa
es
la
glucoamilasa.
La
temperatura
de
operación
en
este
caso
suele
situarse
en
torno
a
60ºC
y
el
tiempo
de
reacción
oscila
entre
12
y
96
horas
en
función
del
producto
final
(van
der
MAAREL
&
al,
2002).
El
proceso
de
sacarificación
con
esta
enzima
está
afectado
por
la
progresiva
desactivación
térmica
de
la
glucoamilasa
y
por
la
capacidad
de
esta
amilasa
para
catalizar
la
reacción
inversa
de
condensación,
formando
maltosa
e
isomaltosa
a
partir
de
glucosa
en
condiciones
de
altas
concentraciones
del
monosacárido,
habituales
en
los
reactores
industriales.
Todo
ello
contribuye
a
reducir
el
rendimiento
del
proceso.
8
Diversos
son
los
trabajos
que
han
abordado
el
estudio
de
soluciones
a
estos
problemas.
Mediante
técnicas
de
biología
molecular
se
ha
conseguido
aumentar
la
termoestabilidad
de
estas
enzimas
añadiendo
o
sustituyendo
ciertos
aminoácidos
por
residuos
de
prolina
(ALLEN
&
al.,
1998).
Con
respecto
a
las
reacciones
de
reversión,
este
problema
se
ha
solucionado
aumentando
la
velocidad
de
la
reacción
de
hidrólisis
frente
a
la
de
condensación
añadiendo
una
pululanasa
que
hidroliza
con
mayor
rapidez
los
enlaces
a‐ 1,6
(CRABB
&
SHETTY,
1999),
en
combinación
con
una
glucoamilasa
que
no
hidroliza
enlaces
a‐1,6,
favoreciendo
de
este
modo
la
hidrólisis
más
rápida
de
los
enlaces
a‐1,4
(FANG
&
al.,
1998;
LIU
&
al.,
1998).
Figura
2:
Esquema
de
la
producción
de
jarabes
de
glucosa
y
fructosa
a
partir
de
almidón
(CRABB
&
SHETTY,
1999).
El
empleo
conjunto
de
α‐amilasas
y
glucoamilasas
en
una
única
etapa
de
licuefacción
y
sacarificación
simultáneas
se
plantea
como
una
posible
alternativa
al
proceso
industrial
descrito
en
dos
etapas.
Además
de
simplificar
la
operación,
este
modo
de
operación
se
beneficia
de
la
sinergia
descrita
para
estas
dos
enzimas
sobre
almidón
soluble
y
nativo
en
grano
(FUJII
&
KAWAMURA,
1985;
FUJII
&
al.,
1988)
y
que
fundamentalmente
consiste
en
la
generación
por
la
α‐amilasa
de
oligosacáridos
de
peso
molecular
adecuado
para
la
acción
de
la
glucoamilsa.
Del
proceso
global
se
obtienen
finalmente
jarabes
de
alto
contenido
en
glucosa
que
pueden
sufrir
posteriormente
otros
procesos,
como
evaporación,
cristalización,
purificación
o
tratamientos
enzimáticos
en
función
del
producto
que
se
desee.
Un
tratamiento
enzimático
de
gran
interés
consiste
en
el
empleo
de
glucosa
isomerasa
para
la
obtención
de
jarabes
concentrados
de
glucosa‐fructosa
(HFCS),
de
gran
importancia
económica.
Su
principal
ventaja
radica
en
su
mayor
poder
edulcorante
con
respecto
a
los
jarabes
de
sacarosa,
si
bien
existen
otras
ventajas
relacionadas
con
buenas
propiedades
de
cristalización,
viscosidad
y
buena
capacidad
de
retención
de
agua.
Los
9
jarabes
de
fructosa
se
usan
como
ingredientes
en
diferentes
productos
alimenticios,
especialemnte
dietéticos,
y
bebidas.
2.2.‐
Aplicaciones
como
sustrato
de
fermentación
de
sustratos
amilaceos
sin
hidrolizar
El
almidón,
bien
nativo
o
previamente
hidrolizado,
ha
sido
usado
como
potencial
sustrato
para
la
producción
de
gases
o
líquido
combustible,
proteína
unicelular,
enzimas
y
diversos
metabolitos
mediante
fermentación.
El
almidón
utilizadado
como
sustrato
de
fermentación
procede
de
distintas
fuentes
amiláceas
como
maíz,
trigo,
avena,
arroz,
patata
o
mandioca,
con
un
alto
contenido
en
el
polisacárido,
que
oscila
entre
el
60
y
el
75%
(referido
a
peso
seco).
Entre
las
numerosas
biotransformaciones
enzimáticas
y
microbianas
(NIGAM
&
SING.,
1995)
de
las
que
es
objeto
el
almidón
cabe
destacar
las
siguientes:
2.2.1.
La
producción
de
enzimas
de
interés:
Son
diversas
las
fuentes
amiláceas
a
partir
de
las
cuales
se
puede
obtener
y
producir
enzimas,
tanto
carbohidrasas
amilásicas
(α‐amilasas,
b‐amilasas
y
glucoamilasas)
como
no
amilásicas
(celulasas,
lactasas
y
pectinasas),
proteinasas
o
lipasas
por
vía
microbiana.
La
producción
de
amilasas
a
partir
de
fuentes
amiláceas
conlleva
la
hidrólisis
simultánea
del
almidón
en
azúcares
fermentables
que
pueden
ser
utilizados
como
sustrato
de
fermentación
para
otros
microorganismos.
Así,
es
común
la
preparación
de
diversos
alimentos
tradicionales
a
partir
de
maíz,
mijo,
sorgo
o
trigo
usando
hongos
filamentosos
que
producen
amilasas
que
hidrolizan
el
almidón
en
azúcares
simples,
que
posteriormente
son
utilizados
por
otros
microorganismos,
principalmente
bacterias
o
levaduras
no
amilolíticas,
para
la
obtención
de
otros
productos.
Estos
productos
son
consumidos
en
China,
Japón,
sur
de
Asia
y
África.
Entre
ellos
destaca
el
koji,
que
se
elabora
mediante
cultivo
en
estado
sólido
de
arroz
con
Aspergillus
y
Rhizopus
oryzae,
y
sirve
de
base
para
la
obtención
de
otros
productos
fermentados
de
gran
consumo
en
Asia,
como
saké,
shoyu
o
miso
(LOTONG,
1998).
En
el
caso
de
la
castaña,
del
mismo
modo
que
en
el
caso
del
mencionado
proceso
IIM,
su
almidón
puede
ser
una
fuente
de
carbono
adecuada
para
la
producción
de
amilasas
por
parte
de
diversos
microorganismos
tanto
bacterias
como
hongos.
De
ser
así
la
producción
de
estas
enzimas
sería
la
primera
etapa
de
un
esquema
de
aprovechamiento
integral
de
la
castaña
que
permitiría
utilizarlas
para
hidrolizar
el
propio
almidón
de
castaña
y
con
la
glucosa
generada
soportar
nuevas
bioproducciones
tal
y
como
se
muestra
en
el
esquema
de
la
Figura
3.
10
Figura
3:
Esquema
de
aprovechamiento
de
la
castaña
basada
en
el
proceso
IIM
Por
ello,
dada
la
importancia
de
estas
enzimas
en
una
propuesta
de
aprovechamiento
de
la
castaña,
en
las
próximas
páginas
se
dedicará
un
capítulo
específico
a
su
descripción.
2.2.2.
Producción
de
acetona
y
butanol:
Se
puede
producir
acetona
y
butanol
a
partir
de
materiales
amiláceos
mediante
el
proceso
Weizmann,
que
utiliza
Clostridium
acetobutylicum.
A
partir
de
concentraciones
de
maíz
del
8
al
10%
se
obtienen
rendimientos
del
38%
por
azúcar
fermentado.
Las
fuentes
amiláceas
más
empleadas
son
trigo,
mijo,
y
centeno.
2.2.3.
Producción
de
ácido
láctico:
Los
hidrolizados
de
almidón
de
maíz
son
usados
comercialmente
para
la
producción
comercial
de
ácido
láctico
por
fermentación.
Las
bacterias
ácido
lácticas
están
implicadas
en
la
producción
de
diferentes
productos
tradicionales
y
son
considerados
microorganismos
GRAS.
Aunque
la
mayor
parte
de
estas
bacterias
ácido
lácticas
emplean
como
sustrato
hidrolizados
de
almidón,
hoy
en
día
se
han
aislado
cepas
con
actividad
amilolítica
a
partir
de
procesos
naturales
de
fermentación,
alimentos
tradicionales
fermentados,
o
a
partir
del
tracto
digestivo
de
animales.
11
2.2.4.
Biomasa
microbiana:
Los
almidones
y
residuos
amilolíticos
constituyen
un
buen
sustrato
para
la
producción
de
biomasa.
Puesto
que
algunos
de
los
microorganismos
que
producen
proteína
unicelular
de
mejor
calidad
son
levaduras
no
amilolíticas,
se
emplean
materiales
amiláceos
previamente
hidrolizados,
en
general,
por
vía
enzimática.
2.2.5.
Producción
de
etanol:
El
almidón
ofrece
un
alto
rendimiento
como
fuente
de
etanol
mediante
fermentación.
Se
utilizan
para
ello
diversas
fuentes
amiláceas,
tanto
cerealales
(maíz,
trigo,
avena,
arroz.)
como
tubérculos
(patata
dulce
o
mandioca)
(NIGAM
&
SING,
1995).
La
obtención
del
alcohol
a
partir
de
cereales
ofrece
grandes
ventajas
ya
que
presentan
una
gran
disponibilidad
y
son
fácilmente
almacenables.
El
maíz
es
el
principal.
La
patata
y
la
mandioca
proporcionan
mejores
rendimientos
de
etanol
que
los
cerelaes,
pero
presentan
como
desventaja
la
menor
conservabilidad
de
estos
sustratos,
que
no
pueden
ser
almacenados
durante
largos
periodos
de
tiempo.
Los
productos
alcohólicos
que
se
obtienen
de
este
modo
son
diversos,
de
importante
consumo
y
de
gran
interés
comercial.
Entre
ellos
se
encuentran
el
whisky,
vodka,
saké
y
shoyu.
También
existen
productos
de
origen
local,
aunque
menos
importantes
a
nivel
comercial,
como
el
burukutu,
bouza,
deboba
o
pito
africanos
(STANTON,
1998).
Otro
producto
de
importancia
creciente
es
el
bioetanol
por
su
utilidad
como
posible
sustituto
del
petróleo
(gasolina).
El
bioetanol
se
obtiene
principalmente
de
la
fermentación
de
la
caña
de
azúcar
y
melazas.
También
se
puede
obtener
a
partir
de
hidrolizados
de
cereales
o
de
mandioca
(WALKER,
1998).
2.2.6.
Industria
cervecera:
Dentro
de
la
industria
alcohólica
es
importante
señalar
la
industria
cervecera,
que
utiliza
como
materias
primas
materiales
amiláceos
como
maíz,
arroz
y
cereales,
que
deben
ser
malteados
o
hidrolizados
enzimáticamente
para
ser
posteriormente
fermentados
a
etanol.
Si
bien
nunca
se
utilizó
la
castaña
en
occidente
con
este
fin,
no
se
puede
descartar
tal
posibilidad
mezclada
con
otros
materias
primas
más
convecionales
con
el
fin
de
aportar
a
la
masa
fermentativa
aromar
nuevos
y
característicos
al
producto
final.
Esta
posibilidad
está
soportada
por
dos
hechos
de
naturaleza
bien
diversa:
Por
una
parte
la
existencia
de
productos
similares
en
la
cultura
oriental;
por
otra
la
demanda
creciente
de
nuevas
variedades
y
sabores
de
cerveza.
12
3.‐
Las
amilasas
3.1.‐
Aplicaciones
de
las
amilasas
en
la
industria
Las
amilasas
constituyen
el
grupo
de
enzimas
más
importante
hoy
en
día
en
el
campo
de
la
biotecnología
debido
a
su
amplia
área
de
aplicación
y
las
primeras
producidas
industrialmente.
De
entre
ellas,
las
de
mayor
aplicación
industrial
y
mayor
volumen
de
mercado
son
las
a‐amilasas
y
las
glucoamilasas,
que
constituyen
el
segundo
grupo
de
enzimas
con
mayor
volumen
de
mercado
después
de
las
proteasas
(PANDEY,
1995).
Las
amilasas
tienen
aplicación
en
numerosos
procesos
industriales
como
en
el
campo
de
la
alimentación,
fermentación,
industria
textil
e
industria
papelera
(tabla
1).
Sin
embargo,
el
principal
uso
de
las
amilasas
hoy
en
día
es
la
obtención
de
hidrolizados
en
la
industria
del
procesado
del
almidón
por
las
ventajas
ya
indicadas
que
ofrece
la
hidrólisis
enzimática.
De
hecho,
en
la
actualidad
es
la
única
industria
enteramente
dependiente
del
uso
de
enzimas
en
su
producción
en
gran
escala
(CRABB
&
SHETTY,
1999).
Tabla
1:
Aplicaciones
de
las
amilasas
en
la
industria
Industria
cervecera
Fermentación
uniforme
de
la
malta
Obtención
de
cervezas
con
bajo
contenido
en
hidratos
de
carbono
Obtención
de
bebidas
alcohólicas
Fermentabilidad
máxima
a
partir
de
diferentes
sustratos
amiláceos
(whisky,
vodka
y
brandis)
Industria
panadera
y
bollería
Sacarificación
del
almidón
para
la
obtención
de
mas
de
mejor
calidad
y
volumen
Industria
textil
Eliminación
de
almidón
de
las
fibras
textiles
brutas
Industria
de
colas
y
adhesivos
Sacarificación
Industria
de
detergentes
Industria
farmacéutica
Componente
activo
Coadyuvante
de
la
digestión
Industria
de
fabricación
de
papel
Alimentación
animal
Industria
del
almidón
Acondicionamiento
de
pastas
de
almidón
en
preparaciones
para
recubrimiento
del
papel
Hidrólisis
del
almidón
Hidrólisis
del
almidón
Tratamientos
de
aguas
Obtención
de
jarabes
glucosados
con
múltiples
aplicaciones
Las
amilasas
tienen
una
amplia
aplicación
en
distintas
industrias
alimentarias.
Las
industrias
panadera
y
cervecera
emplean
a‐amilasas
termoestables
para
la
licuefacción
de
la
masa
de
harina
y
cebada,
las
cuales
son
posteriormente
transformadas
por
acción
de
b‐amilasas
endógenas
y
exógenas
de
origen
microbiano
en
maltosa,
que
constituye
el
sustrato
de
la
fermentación
final
por
las
levaduras
responsables
de
la
producción
de
CO2
13
y
alcohol,
respectivamente
(BIGELIS,
1993).
Las
amilasas
se
utilizan
de
un
modo
similar
en
la
transformación
de
materiales
amiláceos
en
general
en
azúcares
fermentables
por
levaduras
productoras
de
etanol
por
combustión.
Las
amilasas
de
origen
microbiano
son
también
útiles
en
la
industria
química
para
la
elaboración
de
detergentes
y
adhesivos
y
en
la
textil
para
la
eliminación
de
fibras
brutas.
Los
últimos
avances
en
biotecnología
han
ampliado
enormemente
el
abanico
de
aplicaciones
en
otros
campos,
como
la
medicina
y
el
análisis
químico
(PANDEY,
2000).
Como
ejemplos
pueden
citarse
la
obtención
de
tio‐azúcares
con
utilidad
como
droga
en
el
campo
de
la
medicina
clínica
o
el
empleo
de
amilasas
para
la
construcción
de
electrodos
selectivos.
A
continuación
se
exponen
las
características
de
ambas
enzimas.
3.2.‐
alfa‐amilasa:
α‐D‐1,4‐glucan‐4‐glucanohidrolasa
(EC
3.2.1.1)
Las
a‐amilasas
se
definen
como
endoenzimas
que
provocan
la
ruptura
al
azar
de
los
enlances
a‐1,4
del
almidón
y
glucógeno,
liberando
oligosacáridos
con
configuración
a
en
el
carbono
anomérico.
Debe
aclararse
que
el
término
endoenzima
hace
referencia
a
la
posición
del
enlace
glicosídico
hidrolizado
por
la
enzima,
y
no
al
carácter
intra
ó
extracelular
de
la
proteína.
La
acción
de
las
amilasas
sobre
el
polisacárido
tiene
lugar
en
dos
etapas.
En
la
primera,
de
reacción
rápida,
se
liberan
oligosacáridos
de
pesos
moleculares
cada
vez
menores
–
que
finalmente
son
hidrolizados
a
maltosa
y
maltotriosa
‐,
y
a‐dextrinas
ramificadas
que
contienen
los
enlaces
a‐1,6.
En
la
segunda,
de
reacción
más
lenta,
tiene
lugar
la
hidrólisis
de
la
maltotriosa
en
glucosa
y
maltosa,
y
la
formación
de
la
a‐dextrina
límite.
En
función
de
la
velocidad
inicial
de
reacción,
las
a‐amilasas
se
clasifican
en
licuefactantes
y
sacarificantes,
correspondiendo
a
estas
últimas
doble
velocidad
de
aumento
del
poder
reductor
de
la
solución
de
almidón.
El
sustrato
mínimo
de
las
a‐amilasas
es
la
maltotriosa
y
los
productos
finales
de
la
hidrólisis
del
almidón
son
la
maltosa,
glucosa
y
a‐dextrinas
límite
ramificadas
de
reducido
peso
molecular
(la
isomaltosa
se
forma
en
pequeñas
proporciones).
Las
a‐amilasas
vegetales
se
sintetizan
de
novo
en
las
semillas
de
algunos
cereales
germinados
(malta,
trigo,
avena)
por
inducción
de
una
hormona
vegetal
(giberelina).
Las
a‐amilasas
son
secretadas,
además,
por
las
glándulas
salivares
y
el
páncreas
de
los
mamíferos.
Además,
las
a‐amilasas
puede
ser
producidas
por
diferentes
bacterias,
levaduras
y
hongos,
siendo
las
amilasas
bacterianas
las
que
poseen
mejores
propiedades
14
en
comparación
a
las
fúngicas.
De
entre
todas
ellas
las
amilasas
de
los
géneros
Aspergillus
y
Bacillus,
principalmente
B.
amyloliquefaciens
y
B.
licheniformis
son
producidas
con
fines
comerciales.
El
empleo
de
a‐amilasas
termoestables
y
resistentes
a
pH
ácidos
ha
generado
gran
interés
industrial
para
su
empleo
en
la
primera
etapa
de
licuefacción
del
almidón.
Dentro
de
las
cepas
productoras
de
a‐amilasas
resistentes
a
temperaturas
altas
se
encuentra
Bacillus
licheniformis,
que
produce
una
a‐amilasa
termoestable
cuyo
óptimo
de
actividad
se
sitúa
en
torno
a
95ºC
(LEGIN
&
al.
1998),
si
bien
existen
otros
microorganismos
del
género
Pyrococcus,
como
P.
furiosus
y
P.
woesei,
cuyas
a‐amilasas
presentan
temperaturas
óptimas
de
100
y
130°C
respectivamente
(LADERMAN
&
al.,
1993).
Entre
los
microorganismos
productores
de
a‐amilasas
resistentes
a
pH
extremos
se
encuentra
Aspergillus
niger,
que
produce
una
a‐amilasa
estable
en
el
rango
3‐6,5
que
mantiene
además
el
87%
de
la
actividad
original
incubada
a
pH=2,2,
y
Bacillus
acidocaldarius,
produce
una
a‐amilasa
cuya
actividad
es
máxima
a
pH=3,5
y
75ºC
(SCHWERMANN
&
al.,
1994).
3.3.‐
Glucoamilasa
o
amiloglucosidasa:
a‐1,4‐glucan‐ glucahidrolasa
(EC
3.2.1.3)
Exoenzima
que
provoca
la
ruptura
recurrente
de
enlaces
a‐1,4
y,
con
más
dificultad,
enlaces
a‐1,6
a
partir
de
la
primera
unidad
de
glucosa
situada
en
un
extremo
no
reductor
de
la
cadena,
liberando
unidades
de
b‐D‐glucosa
(figura
3).
La
velocidad
de
hidrólisis
incrementa
a
medida
que
aumenta
el
tamaño
de
la
molécula
(ERRATT
&
STEWART,
1981)
y
depende,
a
su
vez,
del
tipo
de
enlace
situado
en
las
proximidades
del
punto
de
corte,
y
de
la
procedencia
de
la
enzima.
Sus
sustratos
mínimos
son
la
maltosa
e
isomaltosa,
si
bien
atacan
selectivamente
gran
cantidad
de
oligosacáridos,
aumentando
su
velocidad
de
reacción
a
medida
que
incrementa
la
longitud
de
la
cadena
(PANDEY,
1995).
El
producto
final
de
reacción
es
exclusivamente
glucosa
en
configuración
b.
Las
glucoamilasas
presentan
inhibición
competitiva
por
glucosa.
Las
glucoamilasas
se
pueden
obtener
a
partir
de
diversas
fuentes
vegetales
y
animales
(fundamentalmente
se
encuentran
en
el
hígado
de
mamíferos),
pero
son
los
microorganismos
sus
principales
productores,
sobre
todo
a
nivel
industrial
(tabla
6).
Entre
ellos
son
los
hongos
filamentosos,
concretamente
Aspergillus
niger,
su
fuente
principal
(PANDEY
&
al.,
2000).
La
modalidad
de
cultivo
empleada
mayoritariamente
es
el
cultivo
en
estado
sólido
utilizando
como
medio
de
cultivo
diferentes
fuentes
materiales
amiláceos:
harina
de
trigo,
harina
de
maíz,
residuo
de
té...etc
(PANDEY,1990).
Otras
cepas
de
Aspergillus
han
sido
usadas
también
para
la
producción
de
glucoamilasa,
como
A.
awamori
(QUEIROZ
&
al.,
1997)
o
A.
oryzae
(IMAI
&
al.,
1994),
así
como
otros
hongos
del
género
Rhizopus
(ELEGADO
&
FUJIO,
1993),
bacterias
como
Lactobacillus
15
brevis
(ILORI
&
al.,
1996)
o
Bacillus
coagulas,
y
levaduras
del
género
Saccharomyces
(NAKAMURA
&
al.,
1997).
4.‐
Los
sarmientos
y
el
bagazo
de
uva
como
materias
primas
para
la
obtención
de
biomoléculas
de
alto
valor
añadido.
A
lo
largo
de
la
cadena
de
valor
de
la
industria
de
vino
se
producen
grandes
volúmenes
de
residuos
entre
los
que
los
restos
de
podas
(procedentes
de
la
actividad
agrícola)
y
los
fangos
y
bagazos
no
destilado.
A
pesar
de
que
este
tipo
de
productos
pueden
ser
una
materia
prima
y
fuente
de
diferentes
moléculas
y
sustancias
de
alto
valor
añadido
como
aceite
de
las
pepitas
(especialmente
rico
en
ácidos
grasos
omega
3)
y
antioxidantes
o
ácido
tartárico
de
los
hollejos,
la
mayor
parte
de
estos
materiales
se
destila
para
obtener
aguardientes.
Con
todo,
en
la
Figura
4
se
muestra
un
esquema
de
los
productos
potencialmente
susceptibles
de
obtenerse
de
bagazo,
pepitas
y
lías.
Algunos
de
ellos
se
describirán
en
apartados
más
adelante.
Figura
4:
Productos
derivados
del
bagazo
de
uva
16
4.1.‐
Obtención
de
aceite
de
pepita
de
uva
La
producción
industrial
moderna
de
aceite
de
uva
comenzó
en
Italia
en
la
década
de
los
años
70
tanto
como
materia
prima
en
la
industria
de
las
pinturas
y
barnices
como
para
consumo
de
boca.
En
la
actualidad
los
principales
productores
son
Francia
e
Italia.
Las
pepitas
contienen
entre
un
6
y
un
20%
de
aceite
rico
en
vitamina
E
y
ácidos
grasos
Omega
6
y
Omega
3
y
posee
una
de
las
más
altas
concentraciones
de
ácido
linoleico
(76%)
y
linolénico.
El
aceite
de
pepitas
de
uva
o
de
semillas
de
uva
se
obtiene
mediante
bien
mediante
con
disolventes
o
por
prensado
en
frío
de
las
pepitas.
Previamente
el
bagazo
es
sometido
a
procesos
de
lavado,
trituración
y
tamización
con
el
fin
de
separar
las
pepitas
del
resto
del
materia.
Una
vez
obtenida,
las
pepitas
se
secan,
muelen
y
tratan
térmicamente
con
el
fin
de
favorecer
la
ulterior
extracción
del
aceite.
El
resultado
es
un
aceite
de
color
pálido
y
posee
un
toque
afrutado.
Se
emplea
tanto
en
alimentación
como
en
cosmética,
si
bien
su
escasa
producción
y
su
vinculación
con
la
salud
hace
que,
en
la
actualidad,
su
distribución
esté
esencialmente
vinculada
a
canales
de
herboristería
y
dietética.
4.2.‐
Obtención
de
proteína
de
pepita
y
hollejo
de
uva
El
contenido
en
proteínas
de
la
pepita
ronda
el
8
%,
similar
al
de
otras
variedades
de
semillas
de
oleaginosas
como
la
colza
y
el
maíz.
Por
el
contrario
el
hollejo
puede
alcanzar
un
contenido
en
proteínas
de
cerca
del
14%.
A
temperatura
ambiente
estas
proteína
se
pueden
extraer
fácilmente
utilizando
hidróxido
sódico
0,1
M,
durante
una
hora.
Con
este
procedimiento
las
proteínas
extraídas
están
compuestas
fundamentalmente
por
glutelinas,
pero
también
se
obtiene
importantes
las
fracciones
formadas
por
las
albúminas
y
las
proteínas
residuales.
El
pH
de
la
reacción
determina
la
distribución
de
pesos
moleculares
de
los
extractos
proteínicos,
de
modo
que
ésta
disminuye
a
medida
que
aumenta
el
pH
del
disolvente
utilizado.
A
pH
neutro
se
obtienen
las
proteínas
de
mayores
pesos
moleculares.
La
digestibilidad
"in
vitro"
de
las
proteínas
de
pepita
es
algo
inferior
a
la
de
las
semillas
de
soja
y
es
similar
a
las
de
las
extraídas
del
girasol
y
otras
oleaginosas.
Las
proteínas
del
hollejo
de
uva
muestran
una
digestibilidad
algo
menor
(65
frente
al
75%).
17
Tanto
las
proteínas
de
pepita
como
las
de
hollejo
presentan
como
aminoácidos
mayoritarios
los
ácidos
aspártico
y
glutámico,
siendo
los
aminoácidos
limitantes
los
sulfurados
(metionina
y
cistina)
y
el
triptófano.
La
principal
diferencia
entre
ambas
proteínas
es
que
en
las
de
semillas
también
la
lisina
es
un
aminoácido
limitante.
4.3.‐
Obtención
de
resveratrol
de
hollejos
de
uva
El
resveratrol
es
un
polifenol
de
la
familia
de
los
estilbenos
(3,5,4′‐trihidroxiestilbeno)
que
se
encuentra
en
diferentes
vegetales,
entre
ellos
las
uvas.
El
hollejo
y
en
menor
medida
en
las
pepitas
es
donde
se
produce
se
acumula
y
se
localiza
el
resveratrol
y
pasa
a
los
mostos
y
vinos
durante
la
fermentación.
Esto
explica
por
qué
su
presencia
en
vinos
macerados
tintos
es
10
veces
superior
a
la
de
los
vinos
no
macerados.
El
resveratrol
presenta
dos
formas
isoméricas
trans
y
cis.
La
forma
trans
es
la
y
la
que
posee
mayor
poder
antioxidante.
Entre
los
efectos
biológicos
del
resveratrol
destacan
la
acción
antiinflamatoria,
los
efectos
sobre
la
aparición
de
células
tumorales
y
sobre
la
progresión
y
desarrollo
de
los
tumores,
los
efectos
antifibrogénicos
y
los
efectos
antioxidantes.
Los
contenidos
de
resveratrol
en
los
hollejos
depende
de
los
siguientes
factores:
la
casta
de
uva,
el
clima,
el
grado
de
infección
de
la
uva,
el
tiempo
de
contacto
del
mosto
con
la
piel
de
la
uva,
el
tiempo
de
exposición
a
la
luz
ultravioleta,
etcétera.
En
términos
generales
más
humedad,
mayor
grado
de
infecciones
o
agresiones
y
mayor
exposición
a
la
irradiación
ultravioleta,
conducen
a
una
mayor
cantidad
de
resveratrol
en
las
uvas.
En
general,
la
concentración
de
resveratrol
en
uvas
tintas
es
mayor
que
en
uvas
blancas.
La
concentración
media
de
resveratrol
en
varias
castas
tintas,
en
miligramos/litro,
es
la
siguiente:
pinot
noir
(6,25),
merlot
(5,05),
cabernet
sauvignon
(1,71),
garnacha
(2,86),
tempranillo
(4,,14).
4.4.‐
Recuperación
de
ácido
tartárico
de
bagazo
y
lías
El
bagazo
contiene
en
torno
a
50
‐
75
kg
de
ácido
tartárico
por
Tm,
mientras
que
las
lías
presentan
una
concentración
mayor
pudiendo
alcanzar
las
100
‐
150
kg
por
tonelada.
Estas
variaciones
son
debidas
a
variables
como
tipo
de
cultivo,
clima
y
modo
de
vinificación.
La
presencia
de
ácido
tartárico
en
el
vino
es
indeseable
ya
que
precipita
causando
turbidez
y
una
merma
de
calidad
en
el
vino,
por
eso
las
bodegas
precipitan
el
ácido
tartárico
mediante
adición
de
hidróxido
cálcico
que
ha
de
ser
ulteriormente
purificado
18
mediante
recristalización
para
eliminar
polifenoles,
taninos
y
otras
sustancias
que
precipitan
conjuntamente
con
el
tartrato.
4.5.‐
Recuperación
de
antocianinas
de
bagazo
Las
antocianinas
son
glicósidos
solubles
de
los
materiales
colorantes
de
las
plantas.
El
pH
del
medio
determina
los
distintos
tonos
de
rojo,
azul,
púrpura
y
violeta
de
las
frutas.
Por
su
naturaleza
polifenólica,
son
además
poderosos
antioxidantes
de
modo
que,
debido
a
que
poseen
una
toxicidad
muy
baja,
presentan
ventajas
potenciales
para
su
aplicación
alimentaria.
El
método
convencional
de
recuperación
de
antocianinas
a
partir
de
materias
vegetales
implica
la
extracción
con
una
solución
alcohólica
diluida
de
ácido
clorhídrico,
la
purificación
por
intercambio
iónico
y
la
neutralización
ulterior
del
ácido.
5.‐
Aprovechamiento
biotecnológico
de
materiales
lignocelulósicos
Aunque
la
composición
de
los
materiales
lignocelulósicos
varía
en
función
del
origen
del
material,
localización
geográfica,
condiciones
de
crecimiento
y
tipo
de
tejido
analizado,
el
85%
del
peso
seco
de
la
mayor
parte
de
ellos
son
tres
tipos
de
polisacáridos
estructurales:
la
celulosa,
las
hemicelulosas
y
la
lignina:
La
celulosa
(C6H10O5)n,
es
un
homopolímero
lineal
constituido
por
unidades
de
ß‐ glucosa
unidas
por
enlaces
1‐4,
con
grado
de
polimerización
variable
entre
1.000
y
10.000
unidades
que
le
confiere
propiedades
fisico
químicas
diferentes.
La
rotura
de
esta
molécula
exige
la
presencia
de
catalizadores
(ácidos
o
enzimas).
Las
hemicelulosas
son
polímeros
mixtos
de
hexosas
(glucosa,
manosa,
galactosa)
o
pentosas
(xilosa,
arabinosa,
ramnosa).
Se
distinguen
dos
fracciones
principales:
la
γ‐ celulosa
(constituida
por
azúcares
distintos
de
la
glucosa)
y
la
β‐celulosa
(constituida
por
unidades
de
glucosa).
La
β‐celulosa
al
contrario
que
la
celulosa
posee
cadenas
ramificadas
en
vez
de
lineales,
tiene
un
menor
índice
de
polimerización
(entre
200
y
300
unidades)
y
no
se
encuentra
cristalizada.
La
lignina
tiene
una
estructura
polimérica,
tridimensional
y
amorfa,
constituida
por
unidades
de
fenilpropano
oxigenadas,
unidas
entre
sí
por
enlaces
tipo
éter
o
carbono‐ carbono,
con
índices
de
polimerización
variables.
Presenta
en
su
estructura
grupos
hidroxilo
y
metoxilo,
en
cantidades
dependientes
del
material
considerado.
Posee
una
19
gran
resistencia
a
los
ataques
químicos
y
biológicos,
siendo
uno
de
los
polímeros
naturales
más
resistentes.
El
aprovechamiento
de
los
materiales
lignocelulósicos
se
basa
de
forma
general
en
el
empleo
de
estas
tres
fracciones,
bien
combinadas
o,
más
frecuentemente,
de
forma
individual.
Una
posiblidad
ámpliamente
estudiada
es
la
obtención
de
disoluciones
de
azúcares
a
partir
de
las
fracciones
hemicelulósica
y
celulósica
mediante
hidrólisis
para
la
elaboración
de
medios
de
cultivo
microbiano.
Este
proceso
de
hidrólisis
se
puede
realizar
mediante
diferentes
procedimientos:
• Con
ácidos
diluidos
y
temperaturas
elevadas
se
produce
la
solubilización
e
hidrólisis
de
las
hemicelulosas,
lo
que
implica
además
la
solubilización
de
parte
de
la
lignina
(lignina
soluble
en
ácido),
quedando
un
residuo
sólido
compuesto
por
celulosa
y
la
mayor
parte
de
la
lignina.
• Mediante
métodos
hidrotérmicos
basados
en
que
la
liberación
de
los
grupos
acetilo
de
las
hemicelulosas
por
el
agua
a
alta
temperatura
crean
un
medio
ácido
que
solubiliza
e
hidroliza
las
hemicelulosas.
Existen
dos
tipos
de
procesos
basados
en
esta
propiedad
la
autohidrólisis
y
la
oxidación
húmeda
con
agua,
oxígeno
y
elevadas
temperaturas.
• Procesos
mixtos
(ácidos‐térmicos)
que
combinan
los
dos
métodos
anteriores.
• Procesos
enzimáticos
con
xilanasas
del
material
lignocelulósico
sometido
a
un
pretratamiento
de
autohidrólisis
o
hidrólisis
química
para
solubilizar
la
fracción
hemicelulósica.
6.‐
Productos
que
se
pueden
obtener
por
fermentación
de
hidrolizados
de
almidón
de
castaña
y
de
las
fracciones
hemicelulósicas
de
los
bagazos
de
uva.
A
continuación
se
muestran
a
modo
de
ejemplo
y
nunca
con
voluntad
de
relación
exhaustiva
algunas
aplicaciones
microbiológicas
en
las
que
jarabes
de
glucosa
obtenidos
por
hidrólisis
de
almidón
de
castaña
o
de
las
fraccione
hemicelulósicas
de
los
bagazos
de
uva
pueden
utilizados
para
obtener
productos
de
alto
valor
añadido.
20
6.1.‐
Producción
de
etanol
(aguardiente
de
castaña)
El
bagazo
ha
sido
tradicionalmente
utilizado
como
materia
prima
para
la
producción
de
etanol
que,
por
destilación
daban
lugar
a
aguardiente.
Dado
que
es
ésta
una
aplicación
tradicional
y
conocida
y
no
puede
ser
considerada
como
una
nueva
alternativa
de
aprovechamiento
de
los
residuos
de
castaña
y
uva,
no
será
tenida
en
cuenta
en
este
informe.
Por
el
contrario
la
producción
de
etanol
a
partir
de
castaña
es
una
alternativa
totalmente
nueva
y
original
y
será
el
objeto
de
los
siguientes
párrafos.
El
diseño
de
un
proceso
para
obtener
aguardiente
de
castaña
por
destilación
de
sus
fermentados
fue
desarrollado
íntegramente
por
el
Laboratorio
de
Bioquímica
de
la
Facultade
de
Ciencias
de
Ourense
de
la
Universidade
de
Vigo
en
colaboración
con
la
empresa
MARRON
GLACE
El
proceso,
desarrollado
inicialmente
en
laboratorio
y
llevado
posteriormente
a
escala
piloto,
se
puso
a
punto
mediante
en
dos
modalidades
operativas
(mediante
fermentación
en
sumergido
y
en
estado
sólido)
e
incluyó
la
optimización
tanto
de
la
hidrólisis
enzimática
del
almidón
de
castaña
a
azúcares
fermentables
como
de
las
condiciones
de
fermentación,
caracterizando,
finalmente,
los
destilados
que
se
obtuvieron
en
cada
caso.
De
modo
paralelo
a
la
consecución
de
los
objetivos
prácticos
para
obtener
el
aguardiente,
los
estudios
llevados
a
cabo
permitieron
comprender
e
interpretar
los
mecanismos
subyacentes
en
cada
una
de
las
etapas
del
proceso.
Así,
se
demostró
que
sólo
es
posible
conseguir
la
hidrólisis
total
del
almidón
de
castaña
empleando
una
combinación
adecuada
de
α‐amilasa
y
glucoamilasa
en
una
sola
etapa
a
pesar
del
efecto
adverso
que,
especialmente
sobre
la
segunda
enzima
tienen
los
fenómenos
de
desactivación
térmica
e
inhibición
por
sustrato
y
producto.
Así
mismo,
fue
posible
cuantificar
y
modelizar
la
magnitud
dichos
fenómenos
y
aportar
evidencias
de
la
existencia
de
un
efecto
sinérgico
entre
ambas
enzimas.
Por
otra
parte
el
proceso
diseñado
permite
aplicar
la
estrategia
de
realizar
hidrólisis
sucesivas
incorporando
en
cada
ciclo
sustrato
fresco
para
evitar
el
efecto
adverso
de
la
viscosidad
y
los
fenómenos
de
inhibición,
así
como
incrementar
las
concentraciones
finales
de
glucosa
en
los
hidrolizados
de
puré
de
castaña.
Un
aspecto
que
resultó
clave
en
la
4:
Se
seleccionó
una
cepa
de
levadura
que,
creciendo
en
cultivo
sumergido
sobre
castaña
hidrolizada,
conduce
a
fermentados
de
alto
contenido
alcohólico
sin
defectos
organolépticos
apreciables
siempre
que
se
mantengan
condiciones
aeróbicas
y
no
se
produzca
el
agotamiento
de
la
fuente
de
carbono.
5:
Se
demostró
la
existencia
de
un
fenómeno
de
inhibición
por
sustrato
sobre
la
producción
de
etanol
en
cultivo
sumergido,
de
modo
que
su
cuantificación
permitió
determinar
la
concentración
inicial
de
azúcar
que
maximiza
los
rendimientos
en
etanol.
21
Así
mismo,
se
cuantificaron
las
concentraciones
de
etanol
que
inhiben
el
crecimiento
de
la
levadura
y
su
propia
síntesis.
6:
Se
puso
de
manifiesto
la
estabilidad
del
proceso
de
fermentación
frente
al
aumento
de
escala,
reproduciéndose
los
resultados
obtenidos
a
escalas
de
laboratorio
cuando
el
cultivo
sumergido
se
llevó
a
escala
semipiloto
(50
L)
y
piloto
(400
L).
7:
Se
estudió
como
alternativa
a
la
fermentación
sumergida
de
la
castaña,
la
modalidad
de
hidrólisis
y
fermentación
simultaneas
en
estado
sólido,
revelándose
como
un
sistema
especialmente
ventajoso
desde
un
punto
de
vista
industrial
ya
que
eleva
las
concentraciones
de
etanol
por
gramo
de
castaña
fermentada
con
respecto
al
cultivo
sumergido,
conduce
a
postincubados
más
aromáticos
y
sin
defectos
organolépticos
en
todas
las
cepas,
presenta
una
elevada
estabilidad
frente
a
diferentes
condiciones
de
diámetro
y
fase
líquida
y,
cuando
se
incrementa
la
escala,
mejoran
los
rendimientos
y
la
velocidad
de
producción.
8:
Se
definieron
los
perfiles
aromáticos
de
los
aguardientes
obtenidos
por
destilación
de
los
postincubados
estableciéndose
que
aquellos
provenientes
de
las
fermentaciones
en
estado
sólido
resultan
de
mayor
calidad
en
términos
de
su
superioridad
en
esteres
de
ácidos
grasos
y
alcoholes
superiores,
aldehídos
y
acetatos.
6.2.‐
Producción
de
ácido
cítrico
El
ácido
cítrico
es
uno
de
los
aditivos
más
usados
en
la
industria
alimenticia
como
acidulante,
conservante
y
antioxidante.
.
Además,
tiene
importantes
usos
en
la
industria
farmacéutica
y
química,
ya
sea
como
agente
de
limpieza
y
de
formación
de
complejos.
En
la
actualidad
se
producen
en
el
mundo
en
torno
a
1
millón
de
toneladas
al
año,
con
un
crecimiento
en
torno
al
5%
anual,
siendo
los
principales
productores
la
Europa,
Estados
Unidos
y
China.
Industrialmente,
el
ácido
cítrico
se
obtiene
mediante
la
fermentación
de
azúcares
como
la
sacarosa
o
la
glucosa
por
el
hongo
Aspergillus
niger.
El
proceso
de
obtención
tiene
varias
fases
como
la
preparación
del
sustrato
de
melaza,
la
fermentación
aeróbica
de
los
azúcares
por
el
aspergillus,
la
separación
del
ácido
cítrico
del
sustrato
por
precipitación
al
añadir
hidróxido
de
calcio
o
cal
apagada
para
formar
citrato
de
calcio.
Después
se
añade
ácido
sulfúrico
para
descomponer
el
citrato
de
calcio.
La
eliminación
de
impurezas
se
realiza
con
carbón
activado
o
resinas
de
intercambio
iónico,
se
continúa
con
la
cristalización
del
ácido
cítrico,
el
secado
o
deshidratación
y
el
empaquetado
del
producto
6.3.‐
Producción
de
ácido
láctico
22
El
ácido
láctico
tiene
un
amplio
rango
de
aplicaciones
en
la
industria
alimenticia,
química,
farmacéutica,
química
y
cosmética,
entre
otras.
Entre
sus
principales
aplicaciones
alimentarias
cabe
destacar
su
amplia
utilización
como
acidulante
y
como
conservante
de
alimentos,
al
prevenir
el
crecimiento
de
Salmonella
y
Staphylococcus
aureus,
particularmente
en
productos
fermentados
perecederos.
Adicionalmente,
el
ácido
láctico
encuentra
aplicación
en
productos
alimentarios
tan
diversos
como
vegetales,
carne,
pescado,
legumbres,
cereales,
pastelería
y
bebidas
fermentadas,
ámbitos
en
los
que
contribuyen
al
aroma,
seguridad
e
imagen
del
producto.
Recientemente
se
ha
acelerado
la
investigación
en
L
(+)
y
D
(‐),
ácido
láctico,
por
vía
biotecnológica,
debido
a
su
posibilidad
de
transformación
en
poli‐láctico
biodegradable
(PLA).
Los
esfuerzos
en
la
investigación
del
ácido
láctico,
están
enfocados
a
disminuir
los
costes
de
producción
a
través
de
nuevos
sustratos.
La
producción
de
ácido
láctico
por
vía
fermentativa
se
caracteriza
por
ser
relativamente
rápida,
transcurrir
con
elevados
rendimientos
y
poder
dar
lugar,
selectivamente,
a
uno
de
los
isómeros
del
ácido
láctico
o
a
la
mezcla
racémica
de
ambos.
Se
parte
de
disoluciones
de
azúcares
que,
una
vez
suplementadas
con
los
nutrientes
adecuados,
se
inoculan
con
el
microorganismo
seleccionado.
Es
necesario
establecer
unas
condiciones
de
fermentación
favorables
para
que
se
lleve
a
cabo
el
proceso
(temperatura,
pH,
aireación,
agitación)
que
varían
en
función
del
microorganismo
empleado.
La
purificación
del
ácido
láctico
obtenido
supone
uno
de
los
mayores
costes
dentro
del
proceso
de
producción.
Se
ha
propuesto
la
utilización
de
hongos
y
bacterias
para
la
producción
del
ácido
láctico.
Las
bacterias
lácticas
obtienen
la
energía
asimilando
azúcares
por
vía
fermentativa.
En
función
de
cómo
lleven
a
cabo
esta
fermentación,
se
pueden
clasificar
en
bacterias
lácticas
homofermentativas
(homolácticas),
que
fermentan
hexosas
predominantemente
a
ácido
láctico,
y
bacterias
lácticas
heterofermentativas
(heterolácticas),
que
fermentan
las
hexosas
a
ácido
láctico
y
otros
productos
como
etanol
y
ácido
acético
6.4.‐
Producción
de
xilitol
Esta
aplicación
es
particularmente
adecuada
para
el
caso
del
bagazo
debido
a
su
alto
contenido
en
xilosa,
si
bien
se
podrían
aplicar
también
a
las
fracciones
lignocelulósicas
de
la
castaña.
El
xilitol
es
el
pentitol
resultante
de
la
reducción
de
la
xilosa.
El
xilitol
como
consecuencia
de
su
entalpía
de
disolución
negativa
se
emplea
para
proporcionar
una
sensación
de
frescor
en
la
industria
cosmética
para
la
elaboración
de
productos
de
higiene
bucal,
además
posee
una
notable
capacidad
para
retener
la
humedad.
En
el
sector
alimentario
como
sustituto
de
edulcorantes
tradicionales
como
la
sacarosa
por
sus
propiedades
no
cariogénicas.
23
La
producción
de
xilitol
mediante
fermentación
presenta
ciertas
ventajas
respecto
a
la
vía
química,
ya
que
opera
en
unas
condiciones
más
suaves
de
presión
y
temperatura
y
su
empleo
podría
reducir
el
elevado
nivel
de
contaminación
ambiental
y
los
gastos
derivados
de
la
purificación
de
las
mezclas
de
productos
originados
en
la
etapa
de
hidrogenación‐
El
xilitol
puede
producirse
por
vía
fermentativa
empleando
bacterias
de
los
géneros
Corynebacterium,
Enterobacteriaceae
y
Bacillus
entre
otros,
levaduras
de
los
géneros
Cándida
y
Debaryomyces,
u
hongos
pluricelulares,
de
los
géneros
Rhizopus,
Aspergillus
y
Penicillium
entre
otros.
7.‐
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Arg,
Lys108
Met,
Gly137
Ala,
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