LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS APLICADAS A LA ECOLOGÍA DEL PAISAJE: ESTUDIO DE UN ÁREA DEL SALITRAL DE LA VIDRIERA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

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Geografía y Sistemas de Información Geográfica (GEOSIG). Revista digital del Grupo de Estudios sobre Geografía y Análisis Espacial con Sistemas de Información Geográfica (GESIG). Programa de Estudios Geográficos (PROEG). Universidad Nacional de Luján, Argentina. http://www.gesig-proeg.com.ar (ISSN 1852-8031)

LUJÁN, AÑO 2, NÚMERO 2, 2010, SECCIÓN ARTÍCULOS: I PP. 126-134

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS APLICADAS A LA ECOLOGÍA DEL PAISAJE: ESTUDIO DE UN ÁREA DEL SALITRAL DE LA VIDRIERA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES Graciela M. Benedetti - Alicia Campo - Alejandra Geraldi Universidad Nacional del Sur Departamento de Geografía y Turismo [email protected] , [email protected] , [email protected] Resumen La ecología del paisaje, fundamentada en un marco conceptual y metodológico propio, de tipo cuantitativo, permite la valoración de la situación actual de los paisajes. Para ello, existen ciertos índices de paisaje que permiten estudiar la composición y la configuración de las diferentes áreas. Se destaca que en este tipo de estudios se realiza un verdadero análisis geográfico, ya que se tiene en cuenta la variabilidad espacial, escalar y temporal de un área de estudio. En este caso particular el trabajo se realiza para el salitral de la Vidriera que está localizado en el sur de la provincia de Buenos Aires. El estudio de la situación de la estructura paisajística es importante ya que aporta sobre las características morfológicas del paisaje y al mismo tiempo sobre las condiciones y los procesos ecológicos que se están desarrollando en determinadas áreas. La configuración del paisaje involucra tres aspectos fundamentales: los patrones de distribución espacial, su evolución y la función que cumplen a lo largo del tiempo. La vegetación se comporta como el elemento integrador de las condiciones del medio. Más aún, la vegetación halófila del salitral de la Vidriera es la dominante en el estudio de la evolución de los paisajes. En cuanto a los materiales utilizados en este trabajo, las imágenes de satélite pueden considerarse como un mosaico, donde se miden las relaciones espaciales entre los objetos. Bajo este punto de vista, se pretende conocer la estructura espacial de la información detectada, para este caso, la distribución de la vegetación. Por ello, los índices espectrales obtenidos a partir de los sensores remotos constituyen una herramienta ideal para el estudio de la ecología del paisaje. El objetivo final de este trabajo es conocer la configuración del paisaje y la dinámica de la vegetación, a partir de la aplicación de un modelo ecosistémico. Palabras claves: salitral de la Vidriera, halófilas, ecología del paisaje, teledetección. 126

Introducción: de la noción de paisaje a la ecología del paisaje Las ciencias del paisaje como se les conoce hoy en día tienen sus antecedentes en los trabajos de Humboldt y Dokuchaev en el siglo XIX, quienes establecieron las bases para los estudios integrados de los territorios. Los viajeros del decimonónico realizaron descripciones muy acertadas sobre los lugares que visitaban y fueron generando los conceptos necesarios para la definición de la categoría paisaje. El paisaje es analizado como una noción transdisciplinaria enmarcada en la concepción dialéctico-sistémica e incluye al menos tres niveles: el geosistema o paisaje natural, el socio-sistema y el sistema cultural (Mateo, 1997). Por otro lado, el biogeógrafo alemán Carl Troll estableció, en 1939, el concepto de ecología del paisaje. Este concepto guarda entonces, una estrecha relación con la geografía de los paisajes desarrollada por los geógrafos rusos desde finales del siglo XIX. Este autor aporta e incorpora la dimensión espacial al estudio de los ecosistemas y define el concepto de geoecología, que es la base para el desarrollo de un nuevo paradigma y el marco de trabajo para varias ciencias. Hasse, G. (1967) indica que la ecología del paisaje estudia las relaciones verticales entre los elementos de la biocenosis y su distribución en el espacio. Debe tomar en consideración los intercambios de materia y energía (concepción ecológica) y las modificaciones en el tiempo, periódicas y generales, que indican una evolución. Primero se realiza un reconocimiento fisionómico y después un análisis cualitativo y cuantitativo de los fenómenos, para poder luego cartografiar las unidades definidas. Así, la ecología del paisaje se define como: "el estudio de la variación espacial de los paisajes a escalas diversas, incluyendo las causas y consecuencias biofísicas y sociales de la heterogeneidad de los mismos" (IALE, 1998). La visión e interpretación del paisaje desarrollada desde la ecología del paisaje se fundamenta en una aproximación de carácter estructural-morfológica y a la vez funcional. El elemento base para la interpretación del paisaje es el concepto de mosaico (mosaic), que está compuesto por todo un conjunto de elementos (landscape elements). El concepto de mosaico y la diferenciación de los elementos que lo componen se pueden aplicar e inferir a cualquier escala, desde la microscópica hasta la planetaria. Tres mecanismos son los que originan esta distinción de elementos: las diferencias en el substrato, la dinámica natural, con sus perturbaciones y la actividad humana. En el mosaico podemos diferenciar tres grandes tipos de elementos: los fragmentos (patches), los corredores (corridors) y la matriz (matrix). Los fragmentos son las diferentes unidades morfológicas que se pueden diferenciar en el territorio. Los corredores son las conexiones existentes entre unos fragmentos y otros. La matriz es el complejo formado por fragmentos y corredores. Desde un punto de vista funcional, una correcta interpretación de la matriz requiere de la determinación del elemento dominante. El elemento dominante es el que ocupa una mayor superficie y está mejor conectado y acaba desempeñando un papel fundamental en la dinámica del paisaje. La definición de esta dominancia no es siempre evidente ni fácil de establecer en todas las áreas. 127

Por lo tanto, la ecología del paisaje focaliza su atención en tres características básicas de los espacios a analizar: la estructura, la funcionalidad y el cambio (Forman y Godron, 1986). El paisaje costero autóctono a analizar presenta ciertas relaciones ecológicas que son perceptibles por los investigadores. En consecuencia, el objetivo de este trabajo está centrado en conocer la dinámica de la vegetación en relación con los suelos salinos a escala local. Algunos de los conceptos y principios de la ecología del paisaje pueden ser aplicados en esta propuesta donde se destaca que la variabilidad espacial y temporal es cuantificable. El área de estudio: El salitral de la Vidriera El salitral de la Vidriera se localiza en el sur de la provincia de Buenos Aires y es ampliamente conocido por su ambiente salino y la vegetación halófila que lo acompaña (Figura 1). Un salitral es un depósito de agua en hondonadas sin desagüe o escaso desagüe. La formación de estos salitrales se da por la filtración de agua y por la evaporación como así también por el ingreso de agua salada. Figura 1: Localización del área de estudio: Salitral de la Vidriera.

Fuente: Elaboración propia y sobre la base de la imagen Landsat 5 TM provista por CONAE.

En este espacio geográfico, las propiedades sistémicas del paisaje: estructura, funcionamiento, dinámica y evolución son analizadas desde el componente natural de la vegetación. Son las comunidades halófilas las dominantes en el paisaje y son las que, junto a las características de la geomorfología, establecen una visión de conjunto.

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Las especies halófilas llamadas comúnmente jumes, son ricas en sales de sodio y potasio, principalmente carbonatos y cloruros. Esta vegetación se localiza en terrenos costeros, como en el caso del salitral de la Vidriera, bañado por las mareas que penetran tierra adentro, al subir los canales cavados en la playa. Desde el punto de vista florístico, existen numerosas especies y géneros distribuidos en cada comunidad, pero las familias se repiten y en consecuencia las características fisionómicas también (Benedetti y Campo, 2006). En la estepa arbustiva halófila y en los matorrales halófilos que son las dos asociaciones más dominantes, la familia clave es la de las Quenopodiáceas, suculentas, que definen un patrón de comportamiento y distribución similar en todos los espacios que se asocian a la sal: distribución aislada en forma de cojín o de almohadillas. Estas plantas tienen una morfología fácil de reconocer en cada uno de los ambientes salinos donde se desarrollan (Verettoni, 1961). De la observación de las especies vegetales halófilas se desprenden las siguientes características: cristales de sal en las hojas como consecuencia de la evaporación, hojas y tallos carnosos, con reservas de agua, láminas de cera y cubiertas pilosas, con función protectora, bordes enrulados, surcos protegidos por pelos, especies con hojas pequeñas, reducidas y a veces áfilas, de color mate y glauco. Métodos y materiales El paisaje se concibe como una unidad espacio temporal y funcional integrada. El paisaje como modelo ecosistémico resulta de la interrelación de tres mecanismos (Forman y Godron, 1986): a) los procesos geomorfológicos específicos que operan a lo largo de cierto período de tiempo, b) la colonización siguiendo unos patrones espaciales por parte de los organismos y c) las perturbaciones (o adaptaciones locales) ocurridas en un período de tiempo corto. En el caso particular del salitral de la Vidriera, se ha observado la formación de microrelieves, con la elevación del terreno por la acumulación de sedimentos y material de detritos y la formación de hondonadas, por las precipitaciones. Por lo tanto, la matriz, que constituye el elemento dominante del paisaje, depende tanto de la escala como del fenómeno bajo estudio es decir, el salitral propiamente dicho. En este trabajo queda claro que la matriz, como unidad de estudio tangible es entonces la estructura geomorfológica y edáfica. La colonización de los terrenos es visible en el paisaje a través de los parches. Estos son entendidos como la unidad elemental de un mosaico paisajístico y tienen atributos tanto estructurales como funcionales. En el salitral de la Vidriera, los parches están representados por las asociaciones de plantas halófilas. Una asociación se define desde la teoría fitosociológica de Braun Blanquet como una comunidad de plantas que son indicadoras de un tipo de suelo y que tienen una composición florística bien definida. En toda el área se produce el fenómeno de la sucesión vegetal, entendida como un proceso ordenado de desarrollo de la comunidad, que comprende cambios en la estructura de la especie y en los procesos de aquella con el tiempo; es razonablemente orientado y por lo tanto predecible. Esta sucesión vegetal resulta de la modificación del medio físico por la comunidad de halófilas, esto es, la sucesión está controlada por la comunidad, pese a que el 129

medio físico condiciona el tipo y la velocidad del cambio y defina a menudo, los límites a la posibilidad del desarrollo. La sucesión vegetal culmina en un ecosistema estabilizado, en el que se mantiene un grado máximo de biomasa y de función simbiótica entre los organismos. Las primeras colonizadoras o especies pioneras son las denominadas salicornias (Sarcocornia perennis) que luego van dejando lugar a Allenrolfea patagónica, Atriplex undulata, Cyclolepis genistoides, y a medida que el terreno se eleva, cambia la cantidad de cloruro de sodio en el suelo y en consecuencia, la composición florística. La teledetección ofrece la posibilidad de tener un seguimiento temporal de los fenómenos y se pueden delimitar unidades ecológicas sobre las que se apliquen distintas medidas para estudiar su estructura espacial: fragmentación, forma, abundancia, especificidad, entre otras. Por ello, el tercer punto del modelo, las perturbaciones del área, fueron estudiadas a partir de los análisis multitemporales. Las imágenes de satélite pueden considerarse como un mosaico, donde se analizan las relaciones espaciales entre los objetos. Bajo este punto de vista, se pretende medir la estructura espacial de la información detectada, para este caso, la distribución de la vegetación. Por ello, los índices espectrales obtenidos a partir de los sensores remotos constituyen una herramienta ideal para el estudio de la ecología del paisaje. Específicamente son herramientas importantes para la identificación y cuantificación de parches de vegetación. Para el análisis digital se utilizaron imágenes Landsat 5 TM provistas por CONAE. Las imágenes se rectificaron geométricamente de acuerdo a la proyección POSGAR 1994 y radiométricamente. La discriminación de cubiertas vegetales y suelo se realizó mediante el Índice Normalizado de Densidad de Vegetación (Normalized Density Vegetation Index o NDVI). Este índice contrasta la reflectancia en las bandas del visible, especialmente la roja y la infrarroja cercana. Cuanto mayor sea dicho contraste, mayor vigor presentará la cubierta analizada. Los valores de este índice varían entre -1 (ausencia total de vegetación) y 1 (vegetación muy densa). Se identificaron los parches de vegetación y se calculó su superficie. Para detectar cambios se efectuó el análisis multitemporal de las imágenes de 1999 y 2009. Resultados y discusión Los sistemas vegetales naturales actuales sufren actualmente perturbaciones ambientales importantes. Desde el punto de vista ecológico los cambios más importantes se ven en la estructura del paisaje. Como se expresó anteriormente los índices de vegetación son relevantes para este tipo de análisis del paisaje (Chuvieco, 2000). Se han realizado otros estudios similares para interpretar el paisaje, por ejemplo, en la provincia de Neuquén, con muy buenos resultados en la identificación de la degradación de los suelos y de la cubierta vegetal (Peña y Campo, 2007). En el caso del área de estudio se analizó una zona del propio salitral de la Vidriera para los años 1999 y 2009. El índice de vegetación para el año 1999 osciló entre 0 y 0.30. Los valores más bajos, entre 0 y 0.15 están formados por 16 parches de vegetación la cual corresponde a vegetación baja formada por Sarcocornia perennis y Allenrolfea patagónica. 130

Estos parches totalizaron una superficie total de 3.11 hectáreas. Los índices entre 15 y 29 totalizaron 26 parches conformando una superficie total de 1.82 hectáreas. Estos parches están formados por las siguientes especies determinadas: Atriplex undulata, Limonium brasiliense, Cyclolepis genistoides y Suaeda divaricata . Por último sólo se contabilizaron seis parches de vegetación con índices de 0.30. Estos parches conformaron la superficie más pequeña correspondiendo a menos de una hectárea (10 km2). La vegetación de esta área corresponde a matorrales xerófilos arbustivos formados en general por Condalia microphylla, Geoffroea decorticans y representantes de la familia de las cactáceas. La distribución de estos parches de vegetación es bastante homogénea para el año 1999 (Fig.2). La homogeneidad es interrumpida por la ruta nacional 3 que en su trazado ha alterado la vegetación nativa tanto en su estructura como en sus fases de crecimiento. Figura 2. Índice de vegetación de diferencia normalizada para el año 1999.

Fuente: Sobre la base de la imagen Landsat 5 TM provista por CONAE.

Los índices de vegetación para el año 2009 fueron significativamente diferentes. En primer lugar el vigor de la vegetación fue menor lo cual se refleja en un índice máximo de vegetación menor al del 1999 (0.27). Esta disminución en el vigor de la vegetación está directamente relacionado con el contenido de clorofila en las hojas, y en este caso esta depreciación del índice está directamente vinculado a la condición de estrés hídrico por la que atraviesa la región.

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En el año 2009 se identificaron 220 parches con un índice de 0 a 15. Estos parches totalizaron 1.26 hectáreas. Si se analizan los cambios con el año anterior se observa que la vegetación presenta una estructura más fragmentada reflejada en el aumento del número de parches. La superficie también sufrió una modificación importante con una disminución de 1.82 ha. El índice entre 0.15 y 0.17 contabilizaron 15 parches con una superficie de 0.27 ha (27 km2). También se evidencia en este caso, una disminución en la superficie cubierta con vegetación y un aumento en el número de parches. Así los índices mayores a 0.17 se distribuyeron en 17 parches con una superficie de 0.89 hectáreas. El área total para el año 2009 fue de 2.32 hectáreas. Del análisis multitemporal surge entonces que la superficie de vegetación nativa en esta área sufrió una disminución de 2.71 hectáreas. Se puede observar además que el paisaje se presenta más fragmentado (Fig. 3), lo cual queda también reflejado en el número de parches que presenta. Se observa además que la zona más fragmentada es la que se localiza contigua a la ruta. Las zonas más alejadas de la ruta tienen una fragmentación menor pero con mayor números de parches en el año 2009. Figura 3. Índice de vegetación de diferencia normalizada para el año 2009

Fuente: Sobre la base de la imagen Landsat 5 TM provista por CONAE.

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Conclusiones La ecología del paisaje tiene una estrecha vinculación con la geografía. Es una perspectiva científica transdisciplinaria que intenta comprender y medir los cambios en la estructura de los paisajes. Los conceptos y métodos, de tipo cuantitativos, permiten valorar la situación actual de determinadas áreas naturales, con un fuerte impacto de las actividades humanas (Subirós y otros, 2006). Entre los componentes del paisaje se diferenciaron la composición del paisaje, es decir la variedad y abundancia de los fragmentos y la configuración de dichos fragmentos, entendida a partir de su distribución. En este trabajo se demostró que se puede medir la estructura del paisaje sobre imágenes de satélite y que los resultados en esta escala son los esperados para el área de estudio. La complementación con el trabajo de campo y las percepciones del investigador sobre una continua disminución de la cubierta vegetal de halófilas, son comprobables y permiten mostrar una clara correlación entre el número de individuos vegetales y el tiempo transcurrido. Notas 1 El presente trabajo forma parte del Proyecto “La Geografía Física del Suroeste de la provincia de Buenos Aires. Relaciones del hombre y el medio natural”. Cuenta con el apoyo de la SGCyT de la Universidad Nacional del Sur.

6-Bibliografía BENEDETTI, G.M.; CAMPO, A. 2006. Paisaje de halófilas en la bahía Blanca. En VI Jornadas Nacionales de Geografía Física. Río Gallegos, Santa Cruz. Editores de Actas: Mazzoni, E y Vazquez, M. Pp. 130-135. CHUVIECO, E. S. 2002. Teledetección ambiental. La observación de la tierra desde el espacio. Ed. Ariel Ciencia. 586pp. FORMAN, R.; GORDÓN, M. 1986. Landscape ecology. John Wiley and Sons.New York. 1986. HAASE, G. 1967. En: La ecogeografía y la ordenación del medio natural. Tricart, J. y Kilian, J. 1982. Editorial Anagrama. Barcelona. España. IALE. 1998. Tríptico con información sobre la Asociación Internacional de Ecología del Paisaje, Guelph, Canada. MATEO, J. 1997. La ciencia del paisaje a la luz del paradigma ambiental, conferencia magistral impartida en el II Taller Internacional sobre Ordenamiento Geoecológico de los Paisajes, Cuba al día, año VII, No. 37 y 38, Diciembre de 1997. PEÑA, O.; CAMPO, A. 2007. Degradación de la tierra en un sector de la estepa patagónica en la provincia de Neuquén. Universidad Nacional de La Plata. Geograficando, vol. 2, 147 – 163. 133

SALINAS CHÁVEZ, E.; MIDDLETON, J. 1998. La ecología del paisaje como base para el desarrollo sustentable en América Latina http://www.brocku.ca/epi/lebk/lebk.html (5-5-2009) SUBIRÓS, J.; VARGA LINDE, D.; LLAUSAS PASCUAL, A.; RIBAS PALOM, A. 2006. Conceptos y métodos fundamentales en ecología del paisaje. Una interpretación desde la geografía. Doc. Anal. Geografía, 48. 2006. Págs. 151-166. VERETTONI, H. 1961. Las Asociaciones Halófilas del Partido de Bahía Blanca. Ed. Panzini Hnos. Com. Ejecutivo 150 Aniversario Rev. de Mayo. Bahía Blanca.

© Graciela M. Benedetti - Alicia Campo - Alejandra Geraldi Benedetti, G.M.; Campo, A.; Geraldi, A. 2010. Las nuevas tecnologías aplicadas a la Ecología del Paisaje: estudio de un área del salitral de la Vidriera, Provincia de Buenos Aires. Geografía y Sistemas de Información Geográfica. (GESIG-UNLU, Luján). Año 2, N° 2, Sección I:126-134. On-line: www.gesig-proeg.com.ar

Recibido: 2 de agosto de 2010 Aprobado: 1 de setiembre de 2010

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