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LAS ORIENTACIONES DE METAS DE LOGRO COMO PREDICTORAS DE LAS CONDUCTAS DE SALUD EN LOS ADOLESCENTES ISABEL BALAGUER ISABEL CASTILLO INÉS TOMÁS UNIVERSITAT DE VALÈNCIA JOAN.L. DUDA PURDUE UNIVERSITY
Dirección para correspondencia: Dra. Dª Isabel Balaguer Departamento de Metodologí a, Psicogiologí a y Psicologí a Social Facultad de Psicologí a. Universidad de Valencia Avda. Blasco Ibáñez, 21. 46010 VALENCIA. SPAIN. RESUMEN El objetivo del presente trabajo consiste en analizar la relación existente entre las Orientaciones de Metas de Logro y dos dimensiones de conductas de salud y en estudiar si existen diferencias en función del sexo en estas asociaciones. Se administró el TEOSQ (Duda, 1989) y el Inventario de Conductas de Salud en escolares (Wold, 1989). La muestra estuvo compuesta por 283 estudiantes de EGB y BUP (146 chicos y 137 chicas) de edades comprendidas entre los 11 y los 17 años. Los análisis realizados indicaron que la orientación a la tarea predice positivamente la práctica de actividades deportivas y negativamente el consumo de sustancias perjudiciales para la salud. La orientación al ego no resultó ser un factor predictor de las conductas de salud. PALABRAS CLAVES: Orientaciones de Metas de Logro, TEOSQ, Conductas de Salud, Adolescentes.
ABSTRACT The aim of the present work is to analyze the relationship between Goal Orientation and two dimensions of Health Behaviour and to determine if there are sex differences in these associations. The questionnaires administered were the TEOSQ (Duda, 1989) and the Health Behaviour Schoolchildren (Wold, 1989). The sample was composed of 283 students from EGB and BUP grade levels (146 boys and 137 girls), whose ages ranged from 11 to 17. The results show that Task Orientation is a positive predictor for the practice of sport activities and a negative predictor of the consumption of health compromising substances. Ego Orientation was not significantly related to reported health behaviour. KEY WORDS: Goal Orientation, TEOSQ, Health behaviours, Teenagers. • • • • •
I. INTRODUCCIÓN II. MÉ TODO III. RESULTADOS IV. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN V. REFERENCIAS
I. INTRODUCCIÓN En los estudios de promoción de la salud uno de los objetivos que ha movido a muchos investigadores europeos ha sido entender las causas y los determinantes de las conductas de salud en los escolares (Castillo, 1995; Eder, 1990; Nutbeam, Aaro, & Catford, 1989; Nutbeam, Aaro, & Wold, 1991; Smith, Wold, & Moore, 1992; Thuen, Klepp, & Wold, 1992; Wold & Anderssen, 1992; Wold & Kannas, 1993; Wold, Oygard, Eder, & Smith, 1994). Desde las distintas aproximaciones realizadas para conseguir este objetivo el concepto de estilos de vida ofrece un método de enlace de conductas de salud que ha ofrecido mejores resultados que el estudio de conductas individuales como fumar, beber, etc. (Nutbeam et al., 1989; Pastor, 1995). Diversos autores apoyan y han ofrecido evidencia empí rica de la bidimensionalidad de las conductas de salud en escolares. Nutbeam et al. (1991) han identificado dos dimensiones de conductas relacionadas con la salud entre los adolescentes de varios paises europeos. Una dimensión en la que se realza la salud (healthenhancing lifestyle), caracterizada por la práctica de actividad fí sica, una buena higiene bucal, consumo diario de vitaminas y hábitos de alimentación saludables. Y otra dimensión en la que se pone en riesgo la salud (healthcompromising lifestyle), caracterizada por el consumo de tabaco, alcohol y café y por hábitos de alimentación no saludables. Asimismo, Aaro, Laberg, & Wold (1995) identifican igualmente dos dimensiones de conductas de salud. Una dimensión denominada "conductas adictivas" caracterizada por el consumo de tabaco, alcohol, café, hábitos de alimentación no saludables y conductas de riesgo (infringir normas de tráfico, hacer algo peligroso por probar la experiencia, uso del
monopatí n, etc.). Y otra dimensión denominada "conductas que realzan la salud" caracterizada por la práctica de actividad fí sica, higiene dental, comida saludable, regularidad en las comidas y conductas para evitar el riesgo (uso del cinturón de seguridad, del casco en la bicicleta, uso de reflectores, etc.). Asimismo se ha ofrecido evidencia empí rica de que las chicas y los chicos tienden a presentar conductas de salud diferentes. En general, entre las chicas suele aparecer una menor actividad deportiva y un consumo más bajo de productos poco saludables, con la excepción del tabaco, donde no hay apenas diferencias entre ambos sexos (Castillo, 1995; Mendoza, Sagrera, & Batista, 1994). Desde un enfoque psicosocial, las variables que se han mostrado como predictoras de las conductas de salud son: las relaciones de los compañeros en la escuela, el estatus ocupacional de los padres y la relación con los padres y los pares (Nutbeam et al. 1989). También se ha encontrado que aquellos adolescentes que adoptan conductas que afectan a la salud están más alienados de la escuela y valoran menos la educación continuada que sus pares (Nutbeam et al. 1989). La frecuencia con la que los adolescentes ven la TV también se ha mostrado como un predictor de los estilos de vida. Los adolescentes que ven menos la TV están fí sicamente en mejor forma fí sica, emocionalmente más estables, son más sensibles, imaginativos, extrovertidos, fí sicamente activos, autocontrolados, más inteligentes, más comprometidos con la escuela, tienen más autoconfianza que aquellos que ven mucho la TV. Además, estos últimos consumen drogas con más frecuencia y beben más alcohol (Tucker, 1987). Las metas para la mejora de la salud de los niños y los jóvenes en los Estados Unidos (U.S. Department of Health and Human Services, 1980) incluyen cinco objetivos que se centran en la mejora de la forma fí sica. La práctica de ejercicio fí sico proporciona beneficios tanto fí sicos como psicológicos (Balaguer & Garcí aMerita, 1994; Biddle, 1993) y además la práctica de actividad fí sica está positivamente relacionada con otras conductas que mejoran la salud, tales como la alimentación saludable, buena higiene dental y el uso del cinturón de seguridad. Y negativamente asociada con conductas no saludables tales como el consumo de tabaco y de alcohol y la alimentación no saludable (Balaguer, Tomás, Castillo, Martí nez, Blasco, & Arango, 1994; Castillo, 1995; Nutbeam, Smith, Moore, & Bauman, 1993; Wold, 1989). Los estudios realizados sobre la práctica de ejercicio fí sico y/o deporte de los niños y adolescentes de diferentes paí ses indica que esta es menor de lo que serí a conveniente (Balaguer et al., 1994; McGinnis, 1985; Mendoza et al., 1994; Wold, 1989). Uno de los informes más recientes elaborados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (1996) informa que aproximadamente la mitad de los jóvenes americanos entre los 12 y los 21 años de edad no realizan actividad fí sica vigorosa de forma regular y además se señala que la actividad fí sica declina dramáticamente en la adolescencia. Asimismo y de acuerdo con las estadí sticas, el 80% de los niños y adolescentes abandonan la experiencia del deporte de competición entre los 12 y los 17 años (Seefeldt, Blievericht, Bruce, & Gillian, 1978). Una de las cuestiones claves a este respecto es conocer los modelos o determinantes de los estilos de vida durante la niñez que predispone a los individuos a mantener un estilo de vida fí sicamente activo. Poco se conoce todaví a sobre los determinantes motivacionales de la participación y adherencia a la actividad fí sica entre los niños y los adolescentes (Magill, Ash, & Smoll,
1982; Rowland, 1986). Actualmente algunos autores (Duda, 1996; Treasure, & Roberts, 1995) defienden que para conocer el significado de los motivos de los jóvenes para practicar deporte o ejercicio fí sico hay que analizarlo desde las perspectivas de meta que mantienen los jóvenes en dichos contextos. Esta posición se sitúa en los enfoques contemporáneos de las teorí as motivacionales de metas de logro (Ames, 1984; Dweck, 1986; Nicholls, 1989). Las teorí as de la motivación de logro han intentado entender las respuestas conductuales, cognitivas y afectivas de los individuos en los contextos de logro desde una perspectiva cognitivosocial. En esta aproximación destaca el papel mediacional de la cognición en las respuestas de los sujetos. Desde estas teorí as, se defiende que la forma en la que los sujetos construyen, interpretan y procesan la información en los dominios de logro influirá en sus conductas y sentimientos. Una de las teorí as cognitivosociales en el estudio de la motivación de logro es la teorí a de la perspectiva de meta (véase Duda 1992; 1993). Dos premisas subyacentes a esta teorí a indican que existen dos perspectivas de metas que reflejan el criterio por el que los individuos juzgan su competencia y por el que subjetivamente definen el éxito y el fracaso en el contexto de logro. Estas dos perspectivas se denominan "orientación a la tarea" y "orientación al ego". Los sujetos que están orientados a la tarea juzgan su nivel de habilidad basándose en un proceso de comparación con ellos mismos. Mientras que los sujetos orientados al ego demuestran si son o no competentes comparándose con otros (Nicholls, 1984). Diversas investigaciones llevadas a cabo en el contexto deportivo y escolar (véase Duda 1992; 1993; 1994; 1996; Duda & Whitehead, en prensa) ponen de manifiesto que una orientación hacia la tarea supone basar las creencias sobre la práctica deportiva en el esfuerzo (trabajar duro) y la cooperación (trabajar juntos) lo cual a su vez supone una participación en la práctica deportiva o escolar más entusiasta y más satisfactoria. Como resultado de todo ello se obtendrá un mayor compromiso con la práctica deportiva o escolar. Por otra parte una orientación hacia el ego supone que el fin perseguido consiste en demostrar ser el mejor y que la evaluación de la propia ejecución depende de la comparación con los otros, lo que supone una participación menos entusiasta y una mayor tendencia a desvincularse de la práctica deportiva o de los estudios. El trabajo de Duda y Nicholls (1992) realizado en el ámbito escolar y deportivo, sugiere que las dos orientaciones de meta son independientes (no son polos opuestos de un continuo), y que son generalizables a diferentes contextos de logro. Concretamente ellos encontraron que las orientaciones de metas en el colegio estaban fuertemente relacionadas con las orientaciones en el deporte (orientación al ego colegio/deporte r=.62, p