LAS "PALABRAS DE SALVACIÓN" EN LOS PROFETAS

D. C. WESTERMANN LAS "PALABRAS DE SALVACIÓN" EN LOS PROFETAS En este estudio se pretende, aplicando la historia de las formas y de las tradiciones, d

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LAS PALABRAS OCULTAS EN LOS TEXTOS VERNIANOS
Revista Digital Universitaria 10 de julio 2006 • Volumen 7 Número 7 • ISSN: 1067-6079 LAS PALABRAS OCULTAS EN LOS TEXTOS VERNIANOS Lic. Ariel Pérez R

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D. C. WESTERMANN

LAS "PALABRAS DE SALVACIÓN" EN LOS PROFETAS En este estudio se pretende, aplicando la historia de las formas y de las tradiciones, discernir en las palabras proféticas de salvación, aquello que pertenece a la historia concreta de Israel -y que apela, por ejemplo, muchas veces a su poderío militar y a la destrucción de sus enemigos-, de aquello que concierne al mensaje universal de la revelación veterotestamentaria -el anuncio de un reino justo y pacífico para todos- y que tiene carácter metahistórico. Zur Erforschung und zum Verständnis der prophetischenHeilsworte, Zeitschrift für die altestamentlicheWissencschaft, 98 (1986) 1-13

Introducción En mi trabajo anterior referente a una investigación sobre las "palabras de salvación" proféticas del A.T, me sorprendió constatar que las "palabras de salvación" aparecían con una estructura característica, tanto en los libros de Is, Jr y Ez, como en los restantes profetas. Tales "palabras de salvación" mostraban un paradigma literario altamente sugerente. En efecto, aun cuando en todas ellas se apreciaban los rasgos característicos de cada autor, sin embargo siempre mostraban el mismo paradigma. Este hecho, fácilmente constatable, remite a una única explicación, a saber: las "palabras de salvación" constituyen, en el conjunto de los libros proféticos, el estrato de una tradición anterior a la de los profetas y de la que éstos se sirvieron. Obviamente estas palabras sólo pueden ser esclarecidas si se investiga tal estrato, relacionándolo con el uso que de él hicieron los profetas. Por lo que se refiere al contexto de todas estas "palabras de salvación" se pone de manifiesto que estas palabras en lo que tienen de común (el paradigma) no recogen las expresiones que caracterizan la personalidad de cada uno de los profetas. Se trata de "paradigmas" que son comunes a todos ellos. Por otra parte, el que estas "palabras de salvación" hayan sido asumidas por los profetas, no es nada nuevo. Sin embargo, las explicaciones dadas hasta hoy son poco satisfactorias y, en todo caso, no se han sacado las debidas consecuencias que de este hecho se derivan. En efecto, el principio de la investigación profética clásica de comienzos de siglo remite a un criterio superficial cuando se estudian las "profecías" a partir de la figura y de la personalidad de cada profeta. Aun hoy son muchos los exégetas que no reconocen que los "libros proféticos" no se ocupan tanto de los profetas y de sus palabras, cuanto de las tradiciones previas que ellos nos transmitieron. A estas tradiciones hay que apelar si queremos descifrar el sentido auténtico de las llamadas profecías. Sin embargo, la mayoría de los estudiosos admiten hoy que los profetas fueron los transmisores de las palabras que Dios reveló a su pueblo o a alguna persona en particular. Apelar al profeta como al garante de la autenticidad de estas "palabras de salvación" es crear un problema de difícil solución. Por el contrario, si se sostiene que las palabras proféticas remiten al magno acontecimiento de la "historia de la salvación" que el pueblo elegido recogió en fórmulas estereotipadas y de las que los profetas fueron sus transmisores; en este supuesto -decimos- es posible alcanzar criterios objetivos de discernimiento. Todo ello

D. C. WESTERMANN nos obliga a estudiar en una visión de conjunto, las "palabras de salvación" que se contienen en el A.T A lo dicho hay que añadir que resulta lamentable que aún en nuestros días haya quien tenga por cierto que las "palabras de salvación" apunten a expectativas o esperanzas. La falsedad de esta interpretación se pone de manifiesto si se tiene presente que muchas veces los profetas transmiten anuncios que contradicen sus propias expectativas. Así el Deuteroisaías en multitud de ocasiones evidencia la distinción que existe entre aquello que se anuncia y aquello que él espera. Esto no obsta a que en muchos anuncios proféticos posteriores se asocien ambos aspectos. La razón de esto se debe al influjo que, en estos casos, ejercen los salmos en dichos anuncios proféticos.

I. "Palabras de salvación" y "palabras de juicio" En el A.T. encontramos también otros paradigmas como, por ejemplo, las "palabras de juicio". La diferencia esencial que caracteriza a estas últimas con respecto a las "palabras de salvación", radica en que las palabras que anuncian un juicio contra Israel se refieren a una parte concreta de la historia del pueblo elegido, en tanto que las "palabras de salvación" se extienden a toda ella. En efecto, estas últimas tienen una historia y una metahistoria. La prehistoria comienza con las promesas hechas a los antepasados y muestra una gran variedad de formas, que precedieron a las expresiones proféticas. La metahistoria, por el contrario, se refiere al fin al que aquéllas apuntan. Otra diferencia esencial se encuentra en que las "palabras de juicio pueden ser adscritas a momentos y profetas determinados, en tanto que con las "palabras de salvación" esto no es posible. Sólo un número ínfimo de ellas puede ser atribuido a alguno de los profetas. En realidad las "palabras de salvación" las encontramos en todos los estratos de la tradición que se extiende desde los tiempos del Deuteronomio hasta los últimos profetas. En lo concerniente a los "paradigmas" en los que aparecen enlazadas las "palabras de salvación" con las de "juicio", hay que decir que son escasos y, cuando esto acontece, las primeras muestran haber sido tomadas de tradiciones anónimas anteriores. Algo parecido a cuando un escritor incorpora a su obra sentencias populares ya existentes. Lo cierto es que en el A.T. se recogen ejemplos en los que estos "paradigmas" complejos enlazan ambos aspectos. Así sucede, por ejemplo en Oseas, Isaías y otros. Ateniéndonos a las "palabras de salvación", en ellas podemos distinguir cuatro niveles. En el primero y más cercano a nosotros, encontramos las palabras del profeta que dan nombre al libro en el que aquéllas se encuentran. Este nivel nos informa del contexto y de la situación concreta en que tales anuncios se transmitieron a la posteridad. El segundo nivel recoge las "palabras de salvación" como paradigmas previos al contexto del libro que los transmite, es decir, desligándolos de los "juicios condenatorios" que puedan encontrarse enlazados con aquellos. El tercer nivel se atiene al análisis de la estructura de las "palabras de salvación" que pone de manifiesto el carácter consistente de la misma. Y finalmente el cuarto nivel deberá recoger tales unidades buscando su originaria vertebración que dio lugar a "colecciones de anuncios" de las que hay ejemplos en Jeremías y en otros profetas.

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II. Los paradigmas de las "palabras de salvación" en los libros proféticos 1. Estructura paradigmática y estructura histórico-salvífica Los criterios objetivos para la interpretación de cada uno de los paradigmas de las "palabras de salvación", sólo pueden lograrse mediante una visión de conjunto tanto de lo que estaba ya articulado, como de toda la historia de la salvación. Sólo así es posible situar en su contexto las "palabras de salvación". Pongamos, pues, un ejemplo tanto de la estructura paradigmática, como de la histórica. Un caso de estructura paradigmática lo tenemos en el denominado anuncio salvífico. En él constatamos el esquema siguiente: "indigencia del pueblo" (lamentación) - "anuncio" - "irrupción de la salvación" - "reunión" - "retorno" (alabanza a Dios). Por su parte, cuando se trata del paradigma de las "promesas de bendiciones", se siguen una tras otra. Aunque ambos paradigmas tienen unas raíces distintas, se presentaban ya articulados antes de ser incorporados a los escritos de los profetas. Un ejemplo de estructura fundamentada en la historia, es el siguiente. En numerosas "palabras de salvación" el Deuteroisaías vincula el anuncio de la liberación a un oráculo que hace el anuncio como si ya hubiera acontecido. Semejantes oráculos van dirigidos originariamente a una persona, que suele ser el rey. El profeta, sin embargo, dirige tales "palabras de salvación" al pueblo entero. Otros profetas harán algo parecido.

2. Distinción entre "colecciones de palabras de salvación" y "palabras de salvación de cada profeta" Es preciso distinguir el gran número de "palabras de salvación" y de "juicio" que fueron recogidas en "colecciones", de aquellas otras "palabras de salvación" que nos informan de la situación concreta en que tales palabras fueron pronunciadas. Estas últimas se encuentran en Isaías, Jeremías y, con reservas, en Ezequiel. Ellas, sin duda, debieron ser pronunciadas por el mismo profeta. Por el contrario las "palabras de salvación" recogidas en aquellas "colecciones", debieron pertenecer todas, o casi todas, a los tiempos de exilio y de postexilio. Que tales "colecciones- pertenezcan a un mismo estrato de la tradición, se muestra porque se pueden articular en conjuntos literarios. En éstos debemos distinguir el "grupo principal" de los "secundarios".

3. El grupo principal El "grupo principal" comprende el anuncio de la liberación y restauración. A lo largo de todos los libros proféticos tal anuncio es, en sentido estricto, un "anuncio de salvación" que se extiende desde la prehistoria hasta el último de los profetas. El libro del Deuteroisaías está impregnado de tales anuncios, sin que falten en ninguno de los otros profetas. En ellos hay que distinguir dos clases diferentes: una en la que el "anuncio" tiene consistencia por sí mismo (así, Dt Is y Jr 30,131,22); y otro en el que el "anuncio" suele estar unido con otros textos (p. ej., Jr 30,18-26; 31,16). En este enlace se fundamenta la significación de un anuncio que comprende dos aspectos: la liberación y la salvación conseguida por aquélla.

D. C. WESTERMANN Una peculiar forma estereotipada del anuncio de liberación (Rettung) es la siguiente: un "anuncio de liberación" - "reunión" - "regreso". Esta estructura tripartita, que se encuentra en profetas diferentes, es un signo de su pertenencia a una tradición previa. Por ejemplo, en Ji 31,7-9: Alegraos..., anunciad y decid: Yahweh ha salvado a su Pueblo, al resto de Israel. Mirad: yo los traigo del país del Norte, de los confines de la tierra (1). La gran asamblea vuelve acá (2). Con lloros partieron y con júbilo los devuelvo. Yo los traigo por caminos llanos, para que no tropiecen (3). Que este "anuncio de salvación "responda a una liberación ya acontecida se explica por el motivo expuesto en la "aclamación" que antecede a la salvación. Este estereotipo se encuentra frecuentemente en Isaías pero también en los otros libros proféticos. En multitud de textos la "palabra de salvación" es una respuesta a las súplicas del pueblo. La adición sucesiva de estas dos partes, el anuncio de la liberación y de su consumación, ofrece un criterio seguro para juzgar las "palabras de salvación" como pertenecientes a una misma tradición. Ello, sin embargo, no impide que se den numerosas variantes. Ahora bien, debido a que la articulación varía en los distintos libros proféticos, se impone tratar esta agrupación de "palabras de salvación" por separado en cada uno de los libros proféticos que las contienen. El grupo principal de estas "palabras de salvación" comprende 148 casos (Dt Is, 35; Is, 23; profetas menores, 26 + 5; Jr, 36; Trito Is, 9).

4. Los otros grupos a) Anuncio con dos caras. Junto al grupo principal, con sus respectivas variantes, se encuentra en gran número de libros proféticos, un segundo grupo que presenta una misma forma y un mismo contenido. Ahora bien, en esta agrupación se trata de interpolaciones que tiene similar forma y contenido. Por lo que a la forma se refiere, se trata de enlazar dos paradigmas literarios distintos. Y por lo que concierne al contenido, se anuncia la aniquilación del enemigo y la salvación de Israel. Este grupo comprende 42 textos (Dt Is, 0; Is, 14: profetas menores, 9; además, ambos grupos secundarios unidos. 6 + 4; Jr, 3; Ez, 2; Trito Is, 4). b) Enlace .con formas no proféticas. Este tercer grupo tiene un carácter enteramente distinto. En él se enlazan las "palabras de salvación" con motivos no proféticos. Tales el caso del "anuncio de la salvación condicionado" que se da en la "exhortación" deuteronómica. A este grupo hay que añadir aquellos textos cuyas características se limitan a uno o dos profetas; en cuyo caso, como veremos, sus articulaciones hay que atribuirlas al profeta en el que se encuentran.

D. C. WESTERMANN 5. Sinopsis de la evolución histórica de las "palabras de salvación" 1. Ya antes de darse las profecías, las "palabras de salvación" son ante todo el anuncio de una liberación; lo cual ya acontece en las promesas hechas a los patriarcas. La mayor parte de las veces se trata de la liberación de la muerte. Así acontece en los tiempos del exilio en el que Ezequiel describe la salvación como liberación de la muerte (Ez 37). El anuncio de la salvación es el mismo a lo largo de toda la historia. También en el tiempo que va del retorno de Israel a la tierra prometida hasta su ruina, son las "palabras de salvación" el anuncio de una liberación parcial. Estas liberaciones parciales tienen su lugar vital en -historias particulares", sin que se encuentren en ellas los modelos estereotipados de las "palabras de salvación" del grupo principal. 2. Junto a los "anuncios de salvación" se encuentran estereotipos de de- bendicionespromesas " que tienen su origen en acciones concretas. Tales "bendiciones" no son "palabras de salvación", aunque se encuentren, a veces, unidas a éstas (así en el Dt Is 54-55). El ensamblaje del "anuncio" y la "bendición" se logra mediante una estructura dual en la que cada parte conserva la propia. 3. A partir del exilio aparece un nuevo estereotipo dual. Ya vimos que el anuncio puede expresarse en una "palabra de salvación" que tiene consistencia por sí misma. Sin embargo, a partir del exilio, se da junto a las "palabras de salvación" un segundo miembro que recoge "el cumplimiento" con una exposición de motivos tales como la reconstrucción de la ciudad, la recolección de las cosechas, etc. En tales casos el "anuncio" antecede temporalmente al segundo miembro. 4. La "palabra de salvación" presenta múltiples variantes que acusan variedad de motivos y cuya continuidad no puede, la mayor parte de las veces, ser determinada. En estos casos la "palabra de salvación" debió preceder a los motivos y consiguientemente puede desglosarse del conjunto. 5. Una lenta transición enlaza el "anuncio" a expectativas y esperanzas. Tal enlace hay que situarlo en épocas tardías. En tales casos el que habla no pretende hacerlo como un profeta, sino que acepta lo ya anunciado por el mismo. Así, por ejemplo, la esperanza y anhelo de los exiliados que encontramos en Jr 31, 23-26: Cuando yo cambie vuestro destino, pronunciaré de nuevo la bendición sobre la tierra de Judá, morarán juntamente de nuevo los labradores y los pastores, pues yo saciaré a aquel que padece hambre con mi riqueza. 6. En los dobles "anuncios" de los grupos secundarios, en los que se proclama, por un lado, la aniquilación de los enemigos de Israel y, por otro, su salvación, aquélla debe ser considerada como interpolación tardía. En su mayoría se trata de añadiduras que se juntan a una "palabra de salvación" del primer grupo, nunca a la inversa. Obviamente la "palabra de salvación" hay que considerarla como anterior a la formación del conjunto. 7. Hay arquetipos que muestran ya el fin de las "palabras de salvación" como, por ejemplo, los anuncios "condicionados- de salvación a los que pertenecen aquellos de la "exhortación" deuteronómica, que ocupan el lugar de los "anuncios de salvación" y señalan el tránsito a formas tardías de sabiduría.

D. C. WESTERMANN 8. Con lo dicho se apunta hacia los estereotipos que hacen posible la distinción entre las articulaciones paradigmáticas e históricas de las "palabras de salvación". En cada caso habrá que estudiar la variedad de matices que hacen que se distingan unas de otras, y todas de las demás.

6. El punto de partida de la investigación De lo dicho anteriormente se siguen una serie de criterios que habrá que tener en cuenta en futuras investigaciones. En primer lugar, es preciso tomar en consideración la totalidad de las "palabras de salvación" en todos los profetas, sin que ello obste a que el punto de partida haya que buscarlo primariamente en la palabras del Deuteroisaías. Y ello por varias razones. En primer lugar porque la investigación queda referida a un contexto histórico determinable, el del propio Deuteroisaías. En segundo lugar, porque el estereotipo real de la "palabra de la salvación" se ofrece en él con abundancia y claridad de ejemplos. Esto no obsta a que nosotros no podamos limitar esta investigación a un solo profeta, sino que debamos remitirnos a todos ellos.

III. El uso del término "escatológico" Las "palabras de salvación" suelen calificarse de "escatológicas". Yo rechazo enteramente el uso de este concepto en la interpretación del A.T. Así, las "palabras de salvación" consisten propiamente en el anuncio de una liberación y especialmente de un ser rescatado de la muerte. Cuando a un particular se le impide morir, se le restituye la vida. Cuando Israel es liberado de la esclavitud y puede volver de nuevo a su tierra, vuelve a vivir (Ez 37). Ser liberado del poder de la muerte equivale a una resurrección. Todo ello no tiene nada que ver con un ` "eskaton" . Ello se muestra claramente en las "palabras de salvación" exílicas y postexílicas que indican que a la desolación y el quebranto ha seguido la restauración de la ciudad, de las cosechas, etc. Tales "anuncios" no se refieren nunca ni a las postrimerías, ni al fin de los tiempos. La opinión contraria se funda en dos equívocos. En primer lugar se defiende esta interpretación escatológica apoyados en textos en los que a las "palabras de salvación" se han añadido esquemas "bendición-promesa" en los que su descripción exagerada produce la impresión de que se trata de una realidad transcendente. Que esto no es así, lo prueba el que las "bendiciones" fueron introducidas y articuladas posteriormente. En segundo lugar, parece justificarse la designación de las "palabras de salvación" como "escatológicas" en razón de los rasgos que aparecen en algunas de ellas y que dan la impresión de transcender la realidad presente. Estos rasgos tienen su origen en la literatura apocalíptica y se añaden a las "palabras de salvación" en épocas tardías.

IV. Significado de las "palabras de salvación" de la época del exilio y del postexilio Solamente cuando las "palabras de salvación", que comprenden la época del exilio y la que sigue al mismo, se han reconocido como expresiones de un estrato de la tradición consistente y articulado, sólo en este caso, es posible investigar la historia de dichas

D. C. WESTERMANN "palabras de salvación". Este conjunto se distingue de las profecías, que nos lo transmiten, por su carácter anónimo y porque nosotros no podemos saber con exactitud las circunstancias en que fueron pronunciadas estas "palabras de salvación". Por consiguiente, sólo es posible lograr su auténtico significado relacionándolas entre sí y en su totalidad. La utilidad de este criterio se muestra en múltiples ejemplos. En efecto, en el movimiento actual a favor de la paz se han tomado algunas de las "palabras de salvación" aisladamente para reforzarlo (por ejemplo, Is 2; Mi 4). A estas argumentaciones fundadas en textos aislados se les puede hacer la objeción de que la situación en que fueron pronunciadas no coincide con la actual. Pero más importante resulta señalar que un texto sólo puede aclararse atendiendo a su articulación con otros, es decir, atendiendo al estrato de la tradición en que fue escrito. Otro ejemplo lo constituyen los textos en los que el "anuncio de salvación" viene asociado a textos que aluden al poderío militar de Israel. Las "palabras de salvación", situadas en su contexto originario, nada dicen de tal poderío. A estas `"palabras de salvación" pertenece la promesa de un rey pacífico que nunca es anunciado con poder y fuerza militar, sino como un rey que entroniza la paz y la justicia. A los "anuncios de salvación" del Deuteroisaías hay que atribuir la salvación de Israel que hará posible el don de una vida renovada, sin que en ellos aparezca nunca la afirmación de un poder político- militar, y aún menos la aniquilación de sus enemigos. Hay, no obstante, un grupo de textos que se contraponen a los ya estudiados. Se trata de textos duales que tienen el esquema siguiente: "aniquilación del enemigo y salvación de Israel". Así en Joel. 2,19-20: He aquí que yo os mando grano y aceite para que os podáis saciar, y no os entregaré más al escarnio de las naciones (1) Y al enemigo que viene del norte le alejaré de vosotros y le echaré a una tierra de aridez y desolación, empujando su vanguardia y retaguardia hacia el mar y su hedor subirá... (2). El hecho de la unión de esos dos grupos de "palabras de salvación" y de "palabras de castigo", exige ser aclarado por el contexto siguiente. En los tiempos de exilio y postexilio, existían grupos del pueblo israelita que, en contraposición al mensaje de salvación del Deuteroisaías, suponían que la salud de Israel sólo podía lograrse con el exterminio de sus enemigos. Esta visión aclara la incorporación a la primera parte, que anuncia la salvación, de la segunda, que proclama el exterminio de los enemigos... Esto sucedía porque se atendía a la totalidad del texto, sin tener en cuenta la pecualiaridad de las formas y su necesaria interpretación, que remite a la situación histórica de la que surgieron. Estos grupos ` "duales", atendiendo a la forma, enseñan que las "palabras de castigo" fueron introducidas en el Deuteroisaías "posteriormente". Este, en su texto original, no aludía para nada a la concepción político- militar que se implica en las antedichas "palabras de castigo". Tradujo y condensó: JOSE ALEU

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