Story Transcript
LAS VIVIENDAS DE LOS DIFERENTES GRUPOS SOCIALES EN LA NUEVA GRANADA Fausto Leonel Adarme Rojas Christian Camilo Molina Rivera*** Responde a la pregunta188. Hace 200 años en la Nueva Granada, ¿cómo eran las habitaciones y las viviendas de los diferentes grupos sociales? (Cristian Camilo Muñoz Lancheros, Grado 6, Ventaquemada, Boyacá).
INTRODUCCIÓN A propósito de la pregunta ¿hace doscientos años cómo eran las habitaciones y las viviendas de los diferentes grupos sociales en la Nueva Granada?, se planteó un marco histórico correspondiente al período de las guerras independentistas y la finalización de la Nueva Granada. Puntualmente la ubicación temporal se remite a 1819, cuando el ejército patriota remontó los Andes y derrotó a los españoles en batallas que resultaron determinantes para el advenimiento de la autonomía definitiva. Así, con base en el trabajo Por los caminos de la ruta libertadora1, en el cual se realizó un inventario de los inmuebles existentes sobre dicho recorrido, se escogieron cuatro casas de características diferentes: la de Clotilde Escobar de Niño, la de Casilda Zafra, Aposentos Tasco, y la histórica residencia de Ventaquemada. El análisis de estas construcciones permitió responder al interrogante formulado. Es pertinente reseñar algunas paradas de la célebre marcha. Con el fin de concretar uno de los secretos mejor guardados por Simón Bolívar —como alcanzar el centro de la Nueva Granada— el grueso de las tropas partió de Arauca y en la batalla de las Queseras del Medio, con un sobresaliente desempeño de Juan José Rondón y el General José Antonio Páez, generó confusión entre los realistas. De allí prosiguió a Tame, pasó a Hato Corozal y tras la extenuante travesía por el páramo de Pisba arribó a Socotá.
*
Estudiantes de cuarto semestre del programa de Arquitectura de la Universidad de Boyacá. Tutora: Arq. Mg. María Leonor Mesa Cordero. Arquitecta de la Universidad Piloto de Colombia, Magíster en Historia de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC). Decana de la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes de la Universidad de Boyacá. Directora del Grupo de investigación en Patrimonio y Memoria (PAME). Autora de la colección Por los caminos de la ruta libertadora y de artículos publicados en revistas académicas. 1 Con el auspicio del Ministerio de Cultura, este trabajo fue realizado en el 2009 por el grupo de investigación PAME de la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes de la Universidad de Boyacá. **
1
Según cuenta la tradición oral en la vereda de Cómeza2, doña Clotilde Escobar de Niño, una matrona socotense, organizó la bienvenida al Libertador en la casa de los molinos del actual municipio boyacense. En medio de bailes y chicha, los lugareños brindaron todo su apoyo y dotaron de alimentación y vestuario a los patriotas. Este episodio deja entrever el importante papel desempeñado por los numerosos héroes anónimos que auxiliaron al ejército, a tal punto que se convirtieron en un factor determinante en la emancipación. De Socotá las tropas se dirigieron a Socha (hoy Socha Viejo) donde fueron socorridas por los habitantes. La siguiente parada fue Tasco, poblado que organizó hospitales de sangre en las viviendas más grandes. Entre éstas sobresalió Aposentos Tasco, una estancia rodeada de un maravilloso paisaje con aires de hacienda, que sirvió de cuartel general y fue puesta al servicio de los soldados ingleses heridos. En Santa Rosa de Viterbo, otra de las estaciones visitadas, se conserva la residencia de Casilda Zafra, quien obsequió a Bolívar el famoso caballo blanco Palomo. Esta construcción, que según la tradición oral era a la vez hostal y criadero de equinos, fue también albergue de los combatientes. Al final de la ruta se encuentra la valiosa casa de Ventaquemada donde se firmó el acta del triunfo de la Batalla de Boyacá, además, el día 8 de agosto de 1819 el general Carlo Soublette redactó el parte de la batalla del día anterior: “En suma, su excelencia ha quedado altamente de la conducta de todos los jefes, y soldados del ejército Libertador en esta memorable jornada […] Cuartel general en jefe de Ventaquemada, a 8 de agosto de 1819-9º El general en jefe. Carlos Soublette” (Oficina Asesora, 2009). FIGURA 1. Mapa del recorrido de la ruta libertadora de 1819 en Colombia. Fuente: Grupo de Investigación (2009, fasc. 1, p. 14)3.
2
Ésta es una de las veredas de Socotá. Cabe anotar que el páramo de Pisba está ubicado, en un 90%, en este municipio. 3 Nota del editor: Referencia incompleta en el original y en proceso de verificación por parte de los autores.
2
LAS VIVIENDAS Para determinar cómo era la vivienda de los diferentes estamentos en la Nueva Granada hacia 1819, es importante definir cuáles eran las clases sociales en aquel momento. Si bien es cierto que la Reconquista había restaurado a la autoridad española, en la sociedad permanecían los estamentos que se habían definido tras la primera república. Un factor clave de esa diferenciación jerárquica era la tierra, que para ese entonces se dividía en resguardos indígenas y extensos latifundios. Por lo general estos últimos eran propiedad del gobierno o pertenecían a comunidades religiosas, extranjeros con inversiones de capital y campesinos con carácter de pequeños propietarios. Esta división señala un orden social bastante definido. La clase alta estaba conformada por hacendados criollos, industriales extranjeros, comerciantes (exportadores e importadores) y, tras la Independencia, la cúpula militar. De la media hacían parte comerciantes de poca monta, artesanos, manufactureros, campesinos con pequeños latifundios, militares de rangos medios, técnicos, maestros y la burocracia administrativa. La baja, la integraban los empleados del servicio doméstico, peones, pequeños campesinos, indios y esclavos. El problema de las castas seguía vigente y presentaba algunos matices de racismo. Los blancos y criollos3 conservaban los privilegios heredados de la casta constituida exclusivamente por peninsulares, la cual mantuvo un predominio social en la Colonia. A continuación aparecían los mestizos, nacidos de la unión española e indígena, reconocidos por su gran influencia social. Por último, a los indios, zambos y mulatos se les definía como incivilizados y eran utilizados para los trabajos rudos en haciendas y minas4. Así, las viviendas más famosas del período independentista —muchas de ellas edificadas durante la Colonia— se situaron en áreas urbanas y pertenecieron a destacadas personalidades. Éstas son las más estudiadas por los expertos, el Ministerio de Cultura las ha declarado patrimonio y algunas han sido restauradas5. Por su parte, en las casas rurales usualmente relacionadas con la figura del minifundio, las áreas se usaron y dispusieron de acuerdo con la percepción que el campesino tuviera de su espacio6. Al ser el resultado de la reconstrucción o ampliación de primitivos aposentos, para su edificación se emplearon técnicas sencillas como la tapia pisada, vigas de madera en la parte estructural y tejados en paja o teja, según fuera la capacidad económica de sus dueños. En lo referente a su tipología no existe un orden definido, pero se notan rasgos heredados de la época colonial. En las tierras frías su diseño se caracterizó por un cerramiento riguroso y la ausencia de ventanas, mientras que en climas cálidos fue de tipo abierto. Sobre estas construcciones el historiador y arquitecto Alberto Corradine comenta: 3
Criollos: hijos de españoles nacidos en América. Ésta era una definición injusta, ya que el indígena tenía un claro sistema organizacional. 5 Tal es el caso de la hacienda del General Reyes Patria en el municipio de Corrales, Boyacá. 6 En algunas ocasiones se buscaba que dichos espacios sirvieran como refugio o albergue ante episodios violentos. 4
3
Los aposentos o casas de haciendas que se levantaron en el siglo XVII fueron por lo general de carácter introvertido, conformadas por una sumatoria de edificaciones organizadas a veces sin regularidad, alrededor de un amplio patio de labores. Pocas puertas, casi ninguna ventana y el desarrollo de casi todas las actividades propias de la familia y de la producción agropecuaria en un amplio espacio central o patio (Corradine, 1977, p, 233). Las volumetrías se enriquecían con el manejo de cubiertas en varias aguas7, por medio de las cuales se generaban amplios espacios interiores. La cocina era un recinto de gran importancia, pues la preparación de los alimentos se relacionaba directamente con áreas exteriores donde tenía lugar la actividad agrícola, tales como corredores, depósitos de herramientas o de alimentos y los famosos “zarzos”, utilizados para almacenamientos temporales. Según Fonseca y Saldarriaga (1980, p. 27), la habitación cumplía las funciones de alojamiento, comedor, depósito y almacén de reserva8. Cuando se efectuaba algún oficio artesanal se incorporaba un espacio de trabajo y de procesamiento de productos. El baño funcionó en el exterior a manera de letrina y sólo se incorporó al interior cuando aparecieron algunas manifestaciones de progreso en el campo. La ventilación no era la mejor, la iluminación resultaba precaria y los problemas de humedad eran frecuentes. A continuación se presentan las cuatro casas elegidas dentro del recorrido expuesto, desarrollando en la primera parte la generalidad sobre el municipio al cual pertenece la vivienda, ya que es importante ubicar geográficamente el lugar o región para tener más claridad del contexto; en segundo lugar se hace una reseña sobre la importancia que tiene este sitio con relación al hecho histórico; en tercer lugar se analiza la clase social a la cual pertenecieron los propietarios de estas casas en la época de estudio; y en cuarto lugar se analizan los espacios de estos inmuebles tomando como guía metodológica la propuesta por Fonseca y Saldarriaga en su libro La arquitectura rural en Colombia, donde se revisan las características organizativas, formales, constructivas y tipológicas. Además, se presenta el estado actual de estas viviendas, con el fin de hacer manifiesta la realidad que viven. En la figura 2 se muestra la localización de las casas estudiadas. FIGURA 2. Localización de los cuatro municipios elegidos. Fuente: Grupo de Investigación (2009, fasc. 1, p. 14)4.
7
La morfología más común es la de dos aguas. Cabe anotar que existía la costumbre de dormir en grupo, pues las familias solían ser numerosas. 4 Nota del editor: Referencia incompleta en el original y en proceso de verificación por parte de los autores. 8
4
CASA DE DOÑA CLOTILDE ESCOBAR DE NIÑO Generalidades Socotá es un municipio de la provincia de Valderrama, ubicado a 134 Km de Tunja. Limita al Norte con Jericó y Sativanorte, al Sur con Pisba y Mongua, al Oriente con Chita y al Occidente con Sativasur, Tasco, Socha y Gámeza. Sus actividades principales son la agricultura y la minería, en especial la explotación del carbón. FIGURA 3. Mapa político de Boyacá, ubicación del municipio de Socotá.
Fuente: Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Fue un caserío gobernado por los Caciques de Tundama y Sugamuxi y su nombre, en lenguaje indígena, significa ‘tierra del sol y la labranza’. Luego de su fundación hispánica adoptó un trazado en forma de damero cuyo eje central es la iglesia. Importancia histórica Después de cruzar el páramo de Pisba, el General Francisco de Paula Santander arribó el 3 de julio de 1819 al caserío de Quebradas, en jurisdicción de Socotá. Bolívar llegó dos días más tarde y encomendó al alcalde de este pueblo, al igual que a los de Tasco y Socha, la misión de realizar viajes a la montaña con el fin de recoger soldados fallecidos, animales cansados, armas y municiones. Conjuntamente con los vecinos de la vereda Cómeza, Clotilde Escobar de Niño organizó una velada en su casona para dar la bienvenida al ejército. Se cuenta que bailó con el Libertador en un agasajo que estuvo acompañado con chicha de maíz conocida como gueta.
5
En la carta dirigida al presidente Álvaro Uribe el 6 de julio de 2009, el alcalde de Socotá, William Correa Durán, hizo un llamado para que el país conociera el papel protagónico de su municipio: “Las páginas de la historia, señor presidente, no cuentan que el páramo de Pisba se encuentra en jurisdicción del municipio de Socotá. La historia patria no cuenta que los días 4 y 5 de julio de 1819, tras haber cruzado las encumbradas montañas de los Andes, el libertador Simón Bolívar permaneció en la vieja casona de molinos de piedra de la vereda de Quebradas de Socotá (no de Socha, como algunos cronistas erróneamente lo han escrito). La historia patria no cuenta que fue el campesino socotense, don José María Velandia, quien guió al ejército libertador por el camino del páramo y que sin su ayuda, esta hubiera sido una misión imposible. La historia no cuenta que fue doña Clotilde Escobar de Niño quien, con inimaginable amor de patria, hospedó, dio refugio, cobijó y alimentó al ejército libertador en su casona de Quebradas tras la travesía del páramo […] la historia no cuenta que el jefe del estado mayor del ejército, general Carlos Soublette, pernoctó el 5 de julio de 1819 en la casa de doña Avelina Vega en la vereda de Aposentos de Socotá” (2009). El paso del páramo fue una etapa decisiva de toda la ruta. En la carta del 11 de julio, el General Soublette relató a Bolívar: “Los ingleses están medio muertos, pero allá irán; pasado mañana pasarán el Páramo y en las Quebradas contaremos los que salgan” (O’Leary, 2004, p. 43). Después de esta épica jornada, una cuarta parte de los hombres falleció y el resto recibió atención en el hospital de Tasco. Clase social a la que perteneció la casa La tradición oral señala a doña Clotilde como una reconocida matrona socotense. Asimismo, la fisonomía de la casona y la importancia que para la época significaban los dos molinos de harina existentes en la edificación, sugieren que sus habitantes pertenecían a la clase social media, integrada, por campesinos dueños de pequeños latifundios. De hecho, la riqueza de la tierra constituía una condición favorable para la agricultura y el trigo era el cultivo predominante. Esto se constata en los numerosos molinos que se construyeron en varias casas, gracias a los cuales se produjo harina de este cereal, destinada a la fabricación de pan. Con éstos se alcanzó un lugar importante en la economía regional, ya que “la enorme demanda de trigo y harina por los españoles en la Nueva Granada, no sólo estimuló el auge de su producción sino que desarrolló su comercialización, actividad en la que sobresalieron los comerciantes locales” (Satizabal, 2004, p. 43). Descripción física de la casa Características organizativas El ingreso se realiza por un zaguán definido en la fachada principal. La vivienda es la sumatoria de habitaciones dispuestas alrededor de un patio central. En la actualidad se conservan ocho cuartos: tres destinados a dormitorios, uno a cocina y otros a depósitos de herramienta, ropa o víveres. Algunos, simplemente, permanecen desocupados. Estos espacios se relacionan mediante una circulación perimetral en torno al patio que da acceso 6
directo a cada uno de ellos. Los dos molinos son construcciones anexas conectadas a la casa por un recorrido interno. Características formales Desde el corredor que encierra el patio central se pasa a las habitaciones, cuyas dimensiones aproximadas son de 4 x 4 m y una altura promedio de 3,50 m. Sólo algunas tienen el cielo raso pañetado, pues la cocina carece de este elemento. La fachada se encuentra exenta de ventanas, rasgo típico de esta clase de construcciones rurales. Características constructivas La casa está construida con muros de tapia pisada con un ancho comprendido entre 0,70 centímetros y un metro. Los pisos son de tierra, la parte estructural de madera, los cielos rasos de esterilla de guadua algunos y la cubierta teja de barro con armadura elaborada también en madera. Tipología. Vivienda en “U” de un piso, amplio patio central, bordeado por tres cuerpos, el otro lado no tiene cuerpo, presenta muro de cerramiento como límite con el terreno. El patio tiene un corredor o galería perimetral en “U” y otra dispuesta sobre la fachada principal. Estado actual La vivienda, ubicada en un terreno privilegiado, rodeada de las verdes montañas boyacenses y favorecida por el paso constante del agua, presenta un deterioro parcial. Sus dueños, quienes no disponen de los recursos suficientes para restaurarla, manejan la agricultura a pequeña escala (aún muelen trigo) y poseen algún ganado. Para manejar las condiciones del frío del páramo, han forrado sus dormitorios con papel periódico, cocinan con leña y accedieron a la tecnología del celular. Su actual dueña, Doña Rita, ha recibido varias ofertas por la casa pero aún no se ha concretado ninguna, está a la espera de que el gobierno mejore la accesibilidad a la vivienda, que no está definida y se realiza con dificultad. El fin de semana van de paseo al páramo de Pisba y se bañan en el río Arzobispo, afluente cercano a la casa que da movimiento a los molinos. Anualmente, reciben visitas de autoridades locales —y en ocasiones nacionales— que sólo dejan recuerdos conmemorativos como placas de mármol. Sin embargo, no se han planteado propuestas concretas de restauración y, según la actual propietaria, el estado de la construcción es paquerno que significa ‘para caerse’.
7
CASA “APOSENTOS TASCO” Generalidades FIGURA 4. Mapa político de Boyacá. Ubicación municipio de Tasco.
Fuente: Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Tasco es otro municipio boyacense ubicado en la hoya hidrográfica del río Chicamocha, a 2620 m de altura sobre el nivel del mar y 113 Km de distancia de Tunja. Limita al Norte con Socha, al Sur con Corrales y Gámeza, al Oriente con Socotá y al Occidente con Betéitiva y Paz del Río. Es de topografía montañosa, cuenta con múltiples fuentes de agua —como las quebradas Guaza y La Carbonera— y su actividad económica predominante es la explotación carbonífera. En lengua chibcha, Tasco quiere decir ‘cercado del soberano’. Ahora bien, según Mojica (1971, p. 11), la palabra proviene del vocablo célico tescauen (espigas) y éste, a su vez, del galato taxós (palillo). El término significa la arista o tomento que suelta el lino o el cáñamo al machacarlo. Se dice que el poblado recibió este nombre en homenaje al distrito de Tasco en México, fundado por los españoles en 1529. 2.2 Importancia histórica En julio de 1819, luego de haber remontado el páramo de Pisba, Bolívar, Santander y el Coronel Jaime Rook de la Legión Británica, arribaron con sus tropas a este poblado. Martínez y Otálora (s.f.) apuntan que tras separar al ejército en vanguardia y retaguardia, la Orden General de esta última sección delegó la organización de sus respectivos hospitales a los jefes de estados mayores de cada división. Igualmente, al alcalde se le ordenó que hiciera desocupar dos de las casas más grandes con el fin de acondicionarlas como
8
enfermerías. De este modo, Tasco brindó el servicio de hospital de sangre al ejército libertador. ‘Aposentos Tasco’ fue una de las viviendas elegidas para atender a los heridos. Construida por Jerónimo José Gutiérrez y propiedad en aquel entonces de don Pedro Ignacio Valderrama, funcionó también como sede del Cuartel General entre el 8 y el 15 de julio. Hacía parte de la hacienda Santa Bárbara y contaba con amplias habitaciones y corrales, de los cuales da cuenta el médico Antonio Villamarín Valderrama: En las corralejas de la vieja casa de la hacienda, don Ignacio Valderrama, mi abuelo materno, presenció la entrega que el capitán de milicias reales españolas, don José Antonio Valderrama, le hiciera al “Libertador” de 500 caballos que él guardaba del General Barreiro allá arriba de sus dehesas del valle de Belén y que en compañía de sus muchachos, personalmente arriaría a través del atajo que cruza los cerros del Tibet y Beteitiva, como ayuda a la libertad. Allí también acudió el cura Gallo desde Ramiriquí con un caballo zaino como obsequio personal al “Libertador” (Mojica, 1971, p. 41). Clase social a la que perteneció la casa La magnitud de la construcción y la extensión del terreno, testifican que esta vivienda perteneció a un hacendado de clase alta, dedicado a la crianza de caballos y a labores agrícolas. Los habitantes de la región la describen como una de las más importantes de la región hacia finales de la Nueva Granada. Dentro de sus espacios había una capilla. Descripción física de la casa Características organizativas Actualmente, la casa está dispuesta en espacios continuos, pero es posible establecer que cuando fue construida éstos se ubicaban alrededor de un amplio patio central. La parte que se conserva del primer piso consta de seis cuartos que sirvieron de cocina, dormitorios, resguardo para soldados y almacenamientos de herramientas y víveres, áreas que también se utilizaron como salas de reuniones. Las tres habitaciones del segundo piso, una con apariencia de oratorio y las otras de alojamiento, poseían puertas que daban hacia la fachada y definían un aspecto de balcón. Tanto en la primera como en la segunda planta, los espacios se comunicaban mediante una circulación que facilitaba el acceso a cada uno. Asimismo, había pasillos internos que proveía una relación más directa entre las diferentes áreas. Características formales Desde los corredores que dan al patio se accede a las habitaciones, cuyas dimensiones aproximadas son de 4 x 4 m (hay otras de 4 x 8) y una altura promedio de 4 m. Sólo algunas tienen el cielorraso pañetado, pues todo el primer piso carece de este elemento. Las ventanas de la fachada son escasas y sobresalen las puertas de ingreso. Es posible descubrir que el corredor del primer piso estaba dotado de baranda. Características constructivas 9
La casa está construida con una estructura de madera y muros de tapia pisada de un metro de ancho. El piso del primer nivel es de tierra y con posterioridad a la construcción original, fue revestido de una leve capa de concreto. La cubierta es de teja de barro y su armadura de madera y caña. Tipología Las huellas dejadas por el levantamiento inicial indican que el diseño en forma de “U” configuraba un claustro de dos pisos continuos erigidos alrededor de un gran patio. Estado actual Esta vieja casona encierra un alto valor histórico, no sólo por haber albergado a uno de los cuarteles generales de la ruta libertadora, sino también por su origen colonial. A pesar de que los tasqueños la consideran un patrimonio inmueble, no ha recibido aún tal declaratoria por parte del Ministerio de Cultura y presenta un alto nivel de deterioro que amenaza la ruina total. Cuanto queda en pie se cae día tras día y cada vez es menos lo que podría recuperarse, sin que nadie preste atención a tan lamentable pérdida. Los actuales dueños, quienes la adquirieron hace cinco años para aprovechar los pastos en faenas ganaderas, no han pensado en venderla.
10
CASA DE CASILDA ZAFRA Generalidades Santa Rosa de Viterbo, ubicado a 2753 m de altura sobre el nivel del mar, dista 67 kilómetros de Tunja. Limita al Norte con Cerinza y Belén, al Sur con Duitama, Nobsa y Tibasosa, al Oriente con Floresta y al Occidente con Duitama. El nombre del municipio, fue puesto en honor a la Niña Santa, perteneciente a la Tercera Orden de San Francisco de Asís, que nació en la Ciudad de Viterbo, Italia, donde también murió a los 16 años. A esta Santa se le atribuyen muchos milagros. La economía se basa en la producción agrícola y ganadera, especialmente en los cultivos de papa, maíz, zanahoria, arveja, ajo, cebada y hortalizas, frutales en menor escala; en ganadería sobresalen los vacunos en la producción de carne y leche. Micro empresas tales como queserías, curtiembres, ebanistería, metalmecánica, lácteos, metalistería, carpintería, algunas empresas de dulces y otras9. FIGURA 22. Mapa político de Boyacá. Ubicación del municipio de Santa Rosa de Viterbo.
Fuente: Geográfico Codazzi.
Instituto Agustín
Su economía se basa en la agricultura (cultivos de papa, maíz, zanahoria, arveja, ajo, cebada, hortalizas y frutales) y en la ganadería, de la que sobresale la producción de carne y leche vacuna. Del mismo modo, cuenta con microempresas en diferentes sectores: lácteos y quesos, curtiembre, ebanistería, metalmecánica, metalistería, carpintería y dulces10. Importancia histórica
9
“Presentación del Municipio Santa Rosa de Viterbo”. (s.f.). “Presentación del Municipio Santa Rosa de Viterbo”. (s.f.).
10
11
En este municipio se encuentra la casa que perteneció a Casilda Zafra, quien regaló a Bolívar el memorable caballo blanco Palomo. Según la tradición oral —que ya se convirtió en leyenda— el líder de la Independencia pasó por el lugar en 1813 y al querer comprar una yegua, recibió la negativa de su propietario bajo el argumento de que no la vendía por miedo a perder la cría, pues de acuerdo con ‘La Agorera’, como apodaba el campesino a Casilda, su mujer, la descendencia del animal estaba destinada a un gran líder, conforme le había sido anunciado en un sueño. Tiempo después, el 25 de julio de 1819, mientras Bolívar divisaba desde un cerro las acciones de la batalla del Pantano de Vargas, se le acercó un hombre quien dijo traerle un preciado obsequio. Su nombre era Hermenegildo Báez y se presentó como el mensajero de su esposa Casilda. Con él venía Palomo, el potro que años atrás había sido profetizado por el onírico oráculo y cuyas espléndidas virtudes lo llevaron a convertirse en el ‘Libertador del Libertador’: “El noble bruto lo reconocía desde lejos como el ruido de sus pasos al timbre de la voz, relinchaba, ponía en plomero la cola, pifiaba, en fin, hacía mil corbetas y al montarlo, temblaba de respeto” (Granados, 2000, p. 9). Aunque no existe base documental para sostener tal historia, se sabe que el equino acompañó a su glorioso dueño por muchos años y siempre se destacó por su lealtad: “Tan calificado estaba que tiempo después fue obsequiado por el Libertador al general Santander como prenda de gratitud. Infortunadamente para Santander, el caballo murió pronto sin llegar a servir como reproductor” (Díaz, 2007). Clase social a la que perteneció la casa En su casa, Casilda Zafra daba posada, tenía caballos, chichería y en los tiempos de la marcha libertadora hospedó a los miembros del ejército patriota. Manuel Martínez Vargas, miembro del Consejo de Cultura de Santa Rosa de Viterbo, ha comentado que Bolívar pudo haberse alojado en esta residencia en algunas de sus ocho visitas al municipio. El hecho de ser la propietaria de esta edificación, con naturaleza de hostal y también de fincas situadas hacia las afueras del pueblo —en las que funcionaba el criadero de caballos de donde surgió Palomo—, sugiere que la señora Zafra era una pequeña hacendada, latifundista y comerciante, perteneciente a la clase media. Descripción física de la casa De la construcción original sólo se conserva la fachada. El interior ha sido totalmente intervenido para lograr las subdivisiones que delimitan los espacios ocupados por las tres familias residentes. Al no ser considerada patrimonio nacional, no se ha realizado una vigilancia especializada sobre tales modificaciones. Estado actual de la vivienda Presenta deterioro parcial y, a pesar de haber sido intervenida internamente con obras modernas, sus techos amenazan ruina. En una de sus secciones se vende chicha, en otra, se trabaja en modistería y en la restante sólo se habita de manera esporádica. Son tres los particulares dueños del inmueble. Las autoridades municipales han querido comprarla con
12
el ánimo de restaurarla, convertirla en museo y recuperar así la memoria histórica, iniciativa para la que se espera la colaboración del Ministerio de Cultura.
13
CASA HISTÓRICA DE VENTAQUEMADA Generalidades FIGURA 29. Mapa político de Boyacá. Ubicación municipio de Ventaquemada.
Fuente: Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Ventaquemada, ubicado a 29 km de Tunja y 98 de Bogotá, registra una altitud de 2630 m sobre el nivel del mar. Limita al Norte con la capital departamental y con Samacá, al Oriente con Boyacá, Jenesano y Nuevo Colón, al Sur con Turmequé y Villapinzón, y al Occidente con este último municipio, al igual que con Guachetá y Lenguazaque. En su relieve ondulado se alternan zonas quebradas y planas, ya que la cordillera Oriental lo atraviesa de Sur a Norte. Ha sido un punto estratégico de comercio debido a su privilegiada ubicación geográfica sobre la vía que comunica a Bogotá y Tunja. Su sustento económico se deriva del cultivo de papa, hortalizas, arveja y maíz, como también de la producción de leche11. Importancia histórica En este pueblo se levanta la histórica casa donde se firmó, el 8 de agosto de 1819, el Acta de Independencia de la República de Colombia12. En la vivienda, situada a cinco cuadras de la plaza principal y que para ese entonces cumplía la función de cuartel general del ejército libertador, el general Soublette redactó el parte de la victoria obtenida en el campo de Boyacá. Sobre una mesa que todavía se conserva, el alto oficial transcribió las palabras dictadas por Bolívar:
11
“Presentación del Municipio Ventaquemada”. (s.f.). En este documento de inconmensurable valor se da cuenta del valiente desempeño de generales y soldados, al igual que de la estrategia adoptada en el campo de batalla. 12
14
Deseando perpetuar la memoria de la gloriosa jornada de ayer, y recompensar los bravos cuerpos del ejército, que con su valor y disciplina dieron tan brillante honor a las armas de la república, mientras el congreso general resuelve los trofeos o monumentos que deben erigirse con este fin, he tenido bien decretar y decreto lo siguiente: Artículo 1.º Los Batallones 1º de Cazadores y 1º de Nueva Granada, los de Venezuela, Rifles, Barcelona, Bravos de Páez, el de Rifles Ingleses, y los Escuadrones Lanceros de Llano Arriba, Guías del Casanare y Apure, y el de Dragones, llevarán por trofeo en sus banderas y estandartes esta inscripción: BOYACÁ […] Dado en Ventaquemada, a 8 de agosto de 1819. Bolívar. Clase social a la que perteneció la casa Por la extensión del terreno, que fue empleado en labores agrícolas y ganaderas, se puede afirmar que sus habitantes fueron hacendados latifundistas y pequeños propietarios de clase media. Descripción física de la casa Características organizativas La edificación original era la sumatoria de tres cuerpos distribuidos en torno a un patio central. El muro final de este espacio interno permitía la comunicación con las zonas donde se ejecutaban las tareas agrícolas y de crianza de animales, propias de las haciendas de la época Características formales Sumatoria de espacios a los que se accede por un corredor frontal o galería externa. Los cuatro cuartos se conectan internamente mediante aperturas en sus muros divisorios. La casa está situada dentro de un predio enmarcado por un muro de adobe del que tan sólo se preserva su parte delantera, ya que la trasera se perdió, probablemente por la continua parcelación y la venta de lotes que han sufrido estos terrenos. Características constructivas En la construcción se utilizaron como materiales el adobe y la tapia pisada. Los pisos, inicialmente en tierra, fueron cubiertos con tabletas luego del proceso de restauración. Según el informe presentado por el arquitecto Rafael Rincón, la estructura sufrió un proceso evolutivo: “Estas viviendas se fueron transformando, adaptándose al clima, prolongando sus aleros, conformando galerías hacia el exterior y los patios centrales, así como abriendo aperturas de vanos en las fachadas” (2005, p. 7). Tipología Vivienda de un piso en forma de “U” con galería frontal, cubierta elaborada en dos aguas y patio central cerrado en la parte posterior cuyo corredor facilita la circulación perimetral. Este patio fue el espacio por excelencia para el trabajo o la reunión. Las habitaciones se han dispuesto como cocina y alcobas, las ventanas presentan dimensiones mínimas y su vista da al sur.
15
Estado actual En el período de la Independencia, la vivienda estaba situada en predios rurales sobre el camino que conducía de Ventaquemada a Tunja. Esta condición ha variado, pues ahora hace parte del casco municipal. Hoy en día se aprecia un solo cuerpo estructurado por cuatro espacios interiores interconectados entre sí, el cual fue restaurado por el Consorcio V & C.G. Restauradores con el auspicio del Ministerio de Cultura en el año 2009. Los otros dos cuerpos se perdieron en su totalidad, mientras que de los techos iniciales en paja se pasó a otros compuestos por tejas. En 1990 fue declarada patrimonio cultural de la nación, sin embargo, el mandatario local no le ha conferido un uso específico, circunstancia que podría conducir a su paulatina destrucción. Reflexiones finales Esta investigación ha permitido crear una conciencia histórica sobre la relevancia que poseen las huellas aún presentes en el trayecto de la ruta libertadora. Entre estas marcas sobresalen las viviendas que vieron pasar, atendieron y alojaron a las huestes patriotas. Algunas de ellas, debido al paso del tiempo, presentan en la actualidad un alto grado de deterioro. Las viviendas estudiadas indican que, al final de la Nueva Granada, sólo dos clases sociales, la alta y la media, poseían propiedades. Los indios, mulatos y zambos que integraban el estrato más bajo carecían de tierras, pues un gran número de ellos vivía en haciendas como parte de la servidumbre. Este fenómeno fue el resultado de dos factores: el racismo y el desconocimiento del derecho que estos sectores poblacionales tenían de acceder a una heredad. Sobre este último punto es preciso mencionar que los indios, propietarios iniciales de vastos territorios, fueron expropiados” en la Conquista y reducidos a las famosas encomiendas. Por su parte, los mulatos y zambos sólo podían lograr alguna posesión cuando sus patrones les dejaban herencias. Es pertinente destacar los esfuerzos hechos por las autoridades nacionales para rescatar este legado. No obstante, ha faltado aprehenderla conciencia histórica de cada pueblo, es decir, aquellos elementos locales que, en el contexto de la gesta emancipadora, aportaron a la construcción de cuanto somos hoy en día. ANEXO 1: Inventario casas históricas existentes en la ruta libertadora5. Fuente: Grupo de Investigación (2009).
5
Nota del editor: Referencia incompleta en el original y en proceso de verificación por parte de los autores.
16
BIBLIOGRAFÍA Publicaciones Aprile-Gniset, Jaques. (1989). La ciudad Colombiana: Prehispánica, de la Conquista e Indiana. Bogotá: Fondo de Promoción de la Cultura. Arango, Silvia. (1989). Historia de la Arquitectura en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1989. Corradine, Alberto. (1989). Historia de la arquitectura Colombiana. Bogotá: Gobernación de Cundinamarca, 1989. Corradine, Alberto. (1977). “La arquitectura colonial”. En Nueva Historia de Colombia (Tomo I, pp. 217-238). Bogotá: Planeta. Correa, William. (2009, mayo 14). “Noticias del municipio”. Recuperado el 18 de mayo de 2010 del sitio web Sitio oficial de Socotá en Boyacá, Colombia http://www.socota-boyaca.gov.co/presentacion.shtml?apc=C-n-18307101830710&s=i Deas, Malcolm. (1990). “Tipos y costumbres de la Nueva Granada”. En Credencial Historia, (n.o 1). Recuperado el 27 de mayo de 2010, de www.lablaa.org/blaavirtual/credencial/enero1990/enero1.htm Díaz, Santiago. (2007, agosto). “Algunas anécdotas del Libertador”. En Credencial Historia, (n.o 212). Recuperado el 20 de mayo de 2010, de http://www.bicentenarioindependencia.gov.co/anecdotas/Paginas/anecdotas_serie21a.html Fonseca, Lorenzo & Alberto Saldarriaga. (1980). La arquitectura de la vivienda rural en Colombia. Bogotá: Altamir. Fonseca, Lorenzo & Alberto Saldarriaga. (1984). Arquitectura Colombiana, Cuadernos Proa No 5. Bogotá: Ediciones Proa. González de Cala, Marina. (1987). “Diccionario de oficios y artesanos en la Colonia y la República”. En Credencial Historia, (n.o 87). Recuperado el 27 de mayo de 2010, de www.banrep.gov.co/blaavirtual/credencial/ . Granados, Edilberto. (2009). “Reseña Histórica de Santa Rosa de Viterbo”. En Cartilla para el VI concurso de música promesera y canta pintoresca “Escapulario de Oro Señor de la Salud” (pp.15-26 ). Santa Rosa de Viterbo: Alcaldía Municipal.
17
Grupo de Investigación en Patrimonio y Memoria. (2009). Por los caminos de la Ruta Libertadora (27 Fasículos). Tunja: Ministerio de Cultura - Grupo PAME - Facultad de Arquitectura y Bellas Artes Universidad de Boyacá. Martínez, Abel & Andrés Otálora. (s.f.). “Sanidad y hospitales militares en la campaña libertadora de la Nueva Granada”. Recuperado el 25 de mayo de 2010 del sitio de Universidad Nacional de Colombia http://www.bicentenario.unal.edu.co/ . Mojica, José. (1971). Tasco y su desarrollo histórico. Bogotá: Prensa Católica. O´Leary, Daniel Florencio. (1952). Memorias. Bogotá: Ediciones de la Revista Bolívar, 1952. Nieto, Luis. (1983). Economía y cultura en la historia de Colombia (7.a ed.). Bogotá: El Áncora. Niño, Carlos. (1991). Arquitectura y Estado. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Oficina Asesora de Comunicaciones y Protocolo. (2009, marzo 13). “El puente de Boyacá y sus monumentos”. Recuperado el 19 mayo de 2010 Del sitio web Gobernación de Boyacá http://www.boyaca.gov.co/?idcategoria=3285 . “Presentación del Municipio Santa Rosa de Viterbo”. (s.f.). Recuperado el 10 de junio de 2010 del sitio web Sitio oficial de Santa Rosa de Viterbo en Boyacá, Colombia http://www.santarosadeviterbo-boyaca.gov.co “Presentación del Municipio Ventaquemada”. (s.f.). Recuperado el 11 de junio de 2010 del sitio web Sitio oficial de Ventaquemada en Boyacá, Colombia http://www.ventaquemada-boyaca.gov.co . Ramos, Jairo. (2002). “Instituciones indigenistas en el siglo XIX: el proyecto republicano de integración de los indios”. En Credencial Historia, (n.o 146). Recuperado el 30 de mayo de 2010, de www.banrep.gov.co/blaavirtual/credencial/ . Rincón, Rafael. (2005). Informe final dentro del contrato de consultoría No. 002 de 2005: “Complementación, actualización de los estudios técnicos y proyecto de restauración integral de la casa Histórica de Ventaquemada - Boyacá”. Bogotá: Ministerio de Cultura. Saldarriaga, Alberto. (1986). Arquitectura y cultura en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional. Satizabal, Andrés. (2004). Molinos de Trigo en la Nueva Granada. Siglos Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
XVII-XVIII.
18
Tamayo, Joaquín. (1976). Nuestro siglo XIX: La Gran Colombia. Bogotá: Biblioteca Banco Popular.
19