© Lexicón Teofilolingüístico Arcadio Sierra Díaz. 2003. Compilación lexicográfica realizada, revisada, ampliada y adaptada por el autor.
LEXICÓN TEOFILOLINGÜÍSTICO
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Como su nombre lo indica, el énfasis de la presente compilación lexicográfica está determinado especialmente hacia temas relacionados con la Teología, la Filosofía y la Lingüística. Agradezco la valiosa colaboración de algunos hermanos para la conformación y compilación del presente trabajo, en especial a nuestros amados hermanos Gino Iafrancesco y Gladys Pieschacón.
LEXICÓN TE OF ILOLING ÜÍS TIC O
ARCADIO SIERRA DÍAZ
A ABADÓN. Esta palabra en hebrero significa “destrucción”, “perdición”, pero en la Biblia se le da distintas significaciones. Por ejemplo en Job 26:6 y Proverbios 15:11 tiene la connotación de morada de los muertos, el mundo de abajo, como paralelo de Seol; pero en Apocalipsis 9:11 se usa como nombre de Satanás mismo, el príncipe del abismo, el destructor. En la literatura rabínica designa específicamente el lugar de condenación y castigo, como refiriéndose a una parte de las regiones infernales reservada para los inicuos. En griego corresponde a la palabra Apolión. ABSTRACCIÓN. (Del lat. abstractio, -tionis). Acción y efecto de abstraer o abstraerse . 2 . Fil. Operación intelectual que busca la naturaleza o esencia de una cosa a la que previamente se le ha separado de otras con las que estaba en relación. Según Aristóteles, existen tres tipos o grados de abstracción: el matemático, el físico y el metafísico. En un sentido más amplio se considera como abstracción todo acto de conocimiento.
obligaciones que corresponden a la condición de hijos. Los creyentes están predestinados para esta condición (Ro. 8:29; Ef. 1:5-11), y si bien constituye su posesión ahora, sólo se hará plenamente efectiva en la transformación de los cuerpos en la resurrección. Los hijos adoptivos: 1) son objeto del amor de su Padre (Jn. 17:23; 1 Jn. 4:7-11); 2) llevan su imagen (Ro. 8.29; 2 Pe. 1:4); 3) tienen el Espíritu morando en ellos (Gá. 4:6); 4) llevan el nombre de su Padre (1 Jn. 3:1); 5) reciben el trato y el castigo de hijos (He. 12:5-11); 6) son herederos de Dios y coherederos con Cristo (Ro. 8:17; 1 Pe. 1:4). La doctrina neotestamentaria de la adopción se presenta especialmente en Romanos 8:15; allí se dice de los creyentes que han recibido «el Espíritu de adopción», esto es, el Espíritu Santo, quien, dado como las primicias de todo lo que tiene que ser de ellos, produce en ellos la conciencia de la filiación y la actitud que corresponde a hijos. La posición de hijo se pone en contraste con la del esclavo (Ro. 8:15; Gá. 4:7) o de la un menor bajo tutela (Gá. 3:25,26).
ADOPCIÓN. (Del gr. huiothesía [ ], de huíos, hijo, thesis, colocación: colocar en el lugar de un hijo). Significa el lugar y la condición de un hijo dado a alguien a quien no le pertenecen de forma natural. También es el acto por el que una persona recibe como hijo a uno que no lo es, y le confiere todos los derechos y las obligaciones de esa posición. Esta palabra la utiliza únicamente el apóstol Pablo en el Nuevo Testamento. “Para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gálatas 4:5). Esta palabra se refiere al privilegio de ocupar la posición de hijos que Dios concede a su pueblo. Es una condición de hijo adoptivo que el creyente no posee por naturaleza, sino que proviene del nuevo nacimiento mediante la redención efectuada por Cristo. A esta nueva posición la acompañan todos los derechos y
La adopción es un acto soberano y gratuito de Dios (Ef. 1:5), por el que, sin mérito humano y en base a la redención consumada en la cruz (Gá. 4:5), y en la aceptación voluntaria del hombre, Él da al creyente en Cristo la posición de hijo suyo (Gá. 3:26). En Gálatas 4:5 se dice de los que han recibido «la adopción de hijos»; esto es, que se les ha otorgado la filiación en distinción a una relación meramente consiguiente al nacimiento. Aquí se presentan dos contrastes: (1) entre la filiación del creyente y la filiación eterna de Cristo, y (2) entre la libertad de que disfruta el creyente y la esclavitud, de la procedente de la condición natural de los gentiles, o la de Israel bajo la Ley. En Efesios 1:5 se dice que han sido ordenados de antemano a la «adopción de hijos» mediante Jesucristo. Aquí hay dos términos en griego que se tienen que distinguir, y que la traducción castellana no distingue, y es el de «niños» y el de «hijos». Los creyentes son engendrados como «niños» por el Espíritu Santo mediante la fe. En el caso de la adopción, se usa el término «hijo», que involucra la dignidad de la relación de los creyentes como hijos; no es la entrada en la familia mediante el nacimiento espiritual, sino el ser situado en la posición de hijos. En Romanos
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8:23 se expone la adopción del creyente como todavía futura, ya que allí incluye también la redención del cuerpo, cuando los vivos serán transformados y cuando los que han dormido se levantarán. En Romanos 9:4 se habla de la adopción como perteneciendo a Israel, de acuerdo con la afirmación en Éxodo 4:12, «Israel es mi hijo» (Os. 11:1). Israel fue traído a una relación especial con Dios, a una relación colectiva, que no disfrutaban otras naciones (Dt. 14:1; Jer. 31:9). ADOPCIONISMO. Es el error herético de quienes negaron la divinidad de Jesucristo, considerándolo solamente como hijo adoptivo de Dios por la gracia, instituyendo en consecuencia una relación análoga a la que la redención aportó a los hombres. Esta herejía niega la divinidad de Jesucristo al afirmar que el Señor Jesús fue un mero hombre pero de vida inmaculada, santidad y sabiduría, a quien Dios adoptó como hijo por la gracia. Aceptaban Su nacimiento virginal, pero afirmando que el Espíritu Santo descendió sobre Él con ocasión de Su bautismo, y que fue deificado, divinizado, después de Su resurrección. Las raíces de esta herejía se desprenden de las ideas de Cerinto, quien rechazaba la unión de Dios a un cuerpo material. Cerinto, judeocristiano con una decidida preponderancia judaica, hacia finales del siglo I obstaculizó por todos los medios la apertura de la Iglesia a los paganos y, fuertemente impregnado de gnosticismo, rechazó la unión de Dios a un cuerpo material, distinguiendo en el Salvador a Jesús, nacido como los demás hombres pero ilustre por santidad y sabiduría, y a Cristo, que en el bautismo había descendido sobre Jesús en forma de paloma, y habría permanecido morando en él hasta la pasión para ascender de nuevo al cielo. Poco después los ebionitas, también judeocristianos, pensaron como Cerinto en un nacimiento de Jesús carente de todo carácter sobrenatural y negaron su divinidad y preexistencia en el Padre, pero que con ocasión del bautismo, el hombre Jesús «signado por el sello de la elección divina» se habría convertido en Cristo, recibiendo el poder necesario para cumplir su función de mesías, aunque permaneciendo hombre igual que los profetas. Entre los siglos II y III, Teófilo el Curtidor, de Bizancio, sostuvo que Jesús, aunque nacido milagrosamente de una virgen, no fue sino un 7
hombre que había recibido de Dios la misión de salvar a los demás hombres mediante el descendimiento de Cristo o del Espíritu Santo en él al momento del bautismo, que le transmitió la facultad de realizar milagros. La negación de la divinidad de Cristo fue ratificada por Artemón, en la primera mitad del siglo III y, sobre todo, por Pablo de Samosata, que llegó a ser obispo de Antioquía en el 260, el cual reservaba el nombre de Dios al Padre, de quién difícilmente lograba distinguir el Hijo como persona autónoma. El Verbo –pensaba Samosata– residió en Jesús, que fue un simple hombre terrenal, igual a nosotros, aunque mejor que nosotros por gracia del Espíritu Santo y bastante superior a nosotros, porque en él habitó la sabiduría divina que, no obstante sólo se unió a él con el nexo puramente moral del inquilino con respecto a la casa. Entre las diversas formas conocidas de adopcionismo cabe destacar la propugnada en el s. VIII por Félix, obispo de Urgel, y Elipando, arzobispo mozárabe de Toledo, quienes pretendían que Jesucristo era sólo «hijo adoptivo de Dios». Ellos enseñaron que el Logos, el verdadero Hijo del Dios eterno, había adoptado la humanidad en la naturaleza. Este adopcionismo, que se extendió bastante por España y el sur de Francia, fue condenado por los sínodos de Regensburgo (692), Ratisbona (792), Frankfurt (794) y Aachen o Aquisgrán (799). Por considerar que toca puntos de mucha importancia, transcribimos el siguiente aparte: «Adopcionismo. Con ese nombre se conoce la controversia cristológica que tuvo lugar en el siglo VIII. El adopcionismo ha sido considerado como un avivamiento del nestorianismo, aunque en forma modificada. La cuestión parece haber comenzado cuando un personaje, del cual muy poco se conoce, llamado Migetio escribió un trabajo, pretendiendo resolver el problema de la Trinidad. Se dice que Migetio no distinguía entre el Logos y Cristo, dando a entender que “la segunda persona de la Trinidad no existía antes de la encarnación”. La teoría de Migetio se asemejaba mucho al sabelianismo, aunque un tanto desfigurado. Decía Migetio que en la Trinidad hay tres personas corporales: “El Padre (David), el Hijo (Jesús, la simiente de David), y el Espíritu Santo (Pablo)”. De modo que Migetio proponía una triple manifestación histórica de Dios al estilo de los modalistas del siglo II. La responsabilidad de refutar a Migetio recayó sobre Elipando, arzobispo de Toledo, quien como teólogo era de segunda magnitud. Elipando, sin embargo, buscó la ayuda de Félix, obispo de 8
Urgel, hombre mucho más capaz en cuestiones teológicas. Elipando y Félix sostenían la existencia de dos modos completamente distintos de relación filial entre Cristo y el Padre. Primeramente está en relación entre Cristo y el Padre como segunda persona de la Trinidad. En ese sentido Cristo el Unigénito del Padre y como tal pudo decir: “Yo y el Padre uno somos” (Jn. l0:30). Sin embargo, como el hijo de María, Cristo es el primogénito entre muchos hermanos y como tal es H ijo de Dios por adopción. Es en esa relación de adopción que Jesús dijo: “El Padre es mayor que yo” (Jn. 14:28). El error fundamental del adopcionismo radicaba en el énfasis dado a una supuesta relación filial entre Cristo y el Padre. Una vez más, el meollo de la cuestión fue incapacidad de parte de los adopcionistas de distinguir entre naturaleza y persona. Los adopcionistas, tal vez sin proponérselo, enseñaban una dualidad de persona en Cristo. Al enseñar que Cristo, en lo que respecta a Su naturaleza humana, era Hijo de Dios sólo nominalmente por adopción, mientras que, según Su naturaleza divina, era realmente el Hijo eterno de Dios; los adopcionistas daban a entender que creían en la existencia de dos personas en Cristo. Dos asturianos se opusieron a la teoría adopcionista. Fueron ellos Beato y Heterio de Liébana. En una carta a Elipando, Beato subraya que su preocupación primordial era el hecho de que el arzobispo de Toledo tendía a “dividir la persona de Cristo”. En el acto de la encarnación, Cristo no tomó para si una persona humana, sino una naturaleza humana perfecta. De modo que el Señor siempre ha sido una persona divina quien desde la encarnación posee dos naturalezas. Con toda honradez, es necesario subrayar que los adopcionistas rechazaban el nestorianismo; es más, lo combatieron. Sin embargo, no se percataron que en su afán por resolver un problema (explicar la relación de la humanidad de Jesús con Dios el Padre), crearon otro tal vez mayor. Aunque no es de dudarse que intervinieron cuestiones políticas en la controversia adopcionista, lo cierto es que la discusión del problema reflejaba en gran parte la tensión teológica de aquellos tiempos y el hecho de que entonces, como hoy, muchos procuran entender el misterio de la Persona de Cristo haciendo uso del racionalismo humano».1 AFORISMO. (Del gr. , a través del lat. aphorismus). Sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte. Sin. Máxima, apotegma.
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Evis L. Carballosa. La deidad de Cristo. Págs. 36-38. 9
AGENESIA o AGÉNESIS. (Del gr. ). Anat. Desarrollo defectuoso de cualquier parte del cuerpo. Agenesia del maxilar. 2 . Med. Imposibilidad de engendrar. Se le aplica a lo que no ha sido engendrado. AGNOETAS. Secta monofisita debida a Temistio, diácono de Alejandría (siglo VI), quien sostenía que Cristo había ignorado muchas cosas, incluso aquellas que eran propias del conocimiento común de los hombres; en particular que ignoraba el día del juicio final. AGNOSTICISMO. (Del gr. agnostos ( ), ignoto). Actitud filosófica que declara inaccesible al entendimiento humano de toda noción de absoluto, infinito y Dios y sus atributos, de todo el conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia, y reduce la ciencia al conocimiento fenomenológico y relativo. «Término acuñado por el biólogo inglés Thomas H enry H uxley en 1869 y que se suele emplear para designar la actitud de aquellos que niegan la capacidad del entendimiento humano para rebasar los límites de la experiencia y, consecuentemente, se oponen a toda idea religiosa que no pueda ser tratada según los métodos propios de la ciencia positiva. El agnosticismo, en un sentido estricto, nace del replanteamiento de los límites del conocimiento exigido por el positivismo evolucionista y social del siglo XIX y de las polémicas acerca del valor de la religión suscitadas por las luchas entre el ateísmo romántico, tradicionalista o idealista y el ateísmo científico o racionalista. Hume formula un agnosticismo de base escéptica al pedir que las presuposiciones ateas y deístas fueran abandonadas. Según él la idea de Dios nunca debía ser dogmatizada objetivándose, sino ser fuente permanente de problematicidad, espoleando la tarea de la razón. La crítica de la razón práctica restablece la realidad de un Ser supremo, pero excluye su uso en la razón pura. Kant utiliza una fórmula de matiz gnóstico al decir: "Yo no lo puedo demostrar desde mi razón especulativa, aunque tampoco lo puedo refutar". El Dios de "La Razón Práctica" no autoriza a edificar ninguna teología natural y es objeto de una fe racional pura a la que Kant otorga superioridad sobre la fe histórica. Kant se opone al "naturalismo" en tanto que éste niega absolutamente la posibilidad de una revelación sobrenatural. El gnosticismo utilizó el pensamiento kantiano como una arma firme frente al teísmo metafísico, el deísmo y el ateísmo. T. H. Huxley proclamó el término cuando en el interior del positivismo 10
se produjo, tanto una neometafísica atea, como un deísmo romántico. "La mayor parte de mis contemporáneos piensan haber alcanzado cierto conocimiento y haber resuelto el problema de la existencia –dice–, pero yo estaba seguro de no saber nada a este respecto y convencido de que el problema es insoluble y puesto que tenía a Hume y a Kant de mi parte no me creía presuntuoso si formulaba mi opinión". Huxley la concretó a través del término agnóstico del que escribió: "Me di a la mente como antítesis del gnóstico de los primeros siglos de la Iglesia, que pretendían saber muchas cosas que yo ignoraba". Arremetió a la vez y con igual fuerza, contra el ateo y el deísta, asegurando que los que creen haber demostrado la existencia de Dios son unos ilusos únicamente sobrepasados por los absurdos, aun mayores, de los filósofos que tratan de probar que Dios no existe. De este modo, Huxley, al igual que los demás filósofos que ostentan similares ideas, con algunas diferencias, dejan a la mente humana en la oscuridad absoluta al oponerse a las palabras del apóstol Pablo: "Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa" (Ro. 1:20). Una posición similar a la de los filósofos agnósticos de toda talla, es la actitud y posición de algunos modernos teólogos, tanto católicos como protestantes. A partir del Concilio Vaticano II, la teológica alemana y holandesa, haciendo coro al más extremado modernismo protestante y a los supervivientes de la escuela francesa de la "Nueva Teología", elaboran una idea de Dios que en otros tiempos hubiera merecido la acusación de agnosticismo, ya que niega la realidad de un Dios personal, un ser fuera de nosotros que tiene una voluntad independiente de la nuestra, generalmente pervertida, aunque con algunos rasgos de Su imagen perfecta, según nos enseña la Biblia. Prácticamente, y a pesar del pomposo lenguaje teológico que emplea, deja a los creyentes en la misma oscuridad y confusión que el antiguo agnosticismo filosófico. Hay diferentes grados de agnosticismo entre los teólogos modernos, y sería injusto atribuir a unos el pensamiento extremado de otros, pero su fallo general es poner en duda las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, incluyendo las afirmaciones de Cristo y de los apóstoles, aunque la mayoría de los teólogos agnósticos tienen en mayor consideración las palabras de Jesucristo que las de los apóstoles. Pero no aceptando su divinidad, no tienen base para fijar ningún conocimiento seguro. De ahí que muchos se entreguen a especulaciones como ocurrió con el obispo Pike. Otros a filosofías orientales como Theilhard de Chardin y en resumen dejen a los 11
fieles desconcertados y vacíos de la antigua fe, que es la única esperanza y ancla del alma. Ninguno de tales teólogos agnósticos puede decir como el apóstol Pablo: "Yo sé en quien he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día"».2 Dice Gino Iafrancesco: «El agnóstico se embota a sí mismo extirpando la realidad de su fe natural. Se entrega a un ánimo pesimista de trasfondo moral. Desea esconder su culpabilidad en un escepticismo apresurado y hasta traído de los cabellos. Pero cuando se trata de sobrevivir para sus placeres, entonces vuelve a ser crédulo».3 ALEGORÍA. (Del gr. allegoría [ ]). Ficción en virtud de la cual algo representa o significa otra cosa diferente. La venda y las alas de Cupido son una alegoría. 2 . Obra o composición literaria o artística de sentido alegórico. 3 . Representación simbólica de ideas abstractas por medio de figuras, grupos de estas o atributos. 4 . Ret. Figura que consiste en hacer patentes en el discurso, por medio de varias metáforas consecutivas, un sentido recto y otro figurado, ambos completos, a fin de dar a entender una cosa expresando otra diferente. 5 . Lit. Relato de carácter simbólico o alusivo, emparentando con la fábula o el apólogo de tradición esópica, o con las parábolas evangélicas. 6 . Figura retórica que consiste en la asociación híbrida de una imagen y un concepto. Se diferencia de la metáfora en cuanto puede aplicarse a toda una obra literaria (metáfora continuada la llamó Aristóteles) o figurativa. De frecuente empleo en el período alejandrino y durante la Edad Media, se llegó a crear un repertorio tradicional y fijo de tal tipo de transposiciones. 7 . En las artes plásticas o figurativas, sobre todo en pintura, personificación de determinadas ideas abstractas; así, los vicios y las virtudes, las artes y oficios, etc. Sin. Símbolo. 1 . El griego alegoreo ( ), se traduce en Gá. 4:24 como “lo cual es una alegoría” (RVR); “las cuales cosas son dichas alegóricamente” (VM). Se forma con alos, otro, y agoreuo, hablar en un lugar de reunión (agora, el mercado). Vino a significar hablar, no según el sentido primario de la palabra, sino que los hechos 2
S. Vila. Enciclopedia ilustrada de historia de la iglesia. CLIE, págs. 107, 108.
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Gino Iafrancesco V. Perspectiva del Hombre, un opúsculo antropológico. Ed. Buena Semilla. 1978. Pág. 29. 12
afirmados se aplican a ilustrar principios. El significado alegórico no anula el significado literal de la narración. Puede que haya más de un significado alegórico, aunque, desde luego, sólo haya un solo significado literal. Las historias de las Escrituras representan o incorporan principios espirituales, y estos se llegan a conocer no por el vuelo de la imaginación, sino por la recta aplicación de las doctrinas de las Escrituras. Volviendo a Gálatas 4:24, tenemos que generalmente se distingue entre tipo y alegoría; el tipo se basa en el significado histórico del prototipo, mientras la alegoría puede ser una especulación de la imaginación. En el filósofo judío Filón y en varios exégetas de la iglesia primitiva, se encuentra mucha interpretación alegórica especulativa. Pero el Nuevo Testamento no da base para este método de interpretación. Aunque aquí Pablo usa el vocablo alegoría, y utiliza una metáfora extendida (cf. también 1 Co. 10:4), su método es más semejante a la tipología y descansa sobre una base histórica. 2 . El griego paroimia ( ) denota un dicho a pie de camino (de paroimos, por el camino), refrán, máxima, o enigma (2 Pe. 2:22). Se puede considerar como una parábola o alegoría, y se traduce «alegoría» en todos los casos en que aparece en la RVR, excepto en 2 Pedro 2:22, donde se traduce «proverbio». Además de este pasaje, se halla en Jn. 10:6; 16:25 (dos veces), 29. La historia del buen pastor de Juan 10, no es una parábola sino una alegoría. En la alegoría todos los detalles tienen relevancia, mientras en la parábola los detalles son incidentales, de menos relación, al sentido principal. Por ejemplo en la parábola del grano de mostaza la relación entre la semilla, el árbol y las aves es casual. El sentido principal es el crecimiento del reino. En la alegoría del buen pastor cada detalle es importante. Jesús es a la vez el pastor de las ovejas y la puerta. Solamente por medio de Él puede la oveja entrar al reino. Jesús, el pastor, murió por las ovejas. Los que no son verdaderas ovejas no pueden pasar por la puerta. ALFOLÍ. (Del ant. alhorí, este del ár. hisp. alhurí, y este del ár. clás. hury; cfr. egipcio mhr y copto ahor). Granero o pósito. 24. Almacén de la sal. Lugar empleado para guardar los cereales en grandes cantidades. Para este fin también se usaban cántaros grandes (1 Re. 17:12) y cuartos en los altos de las casas. Había 13
casas dedicadas solamente al almacenaje de granos (Dt. 28:8; Jl. 1:17; Hag. 2:19; Mt. 3:12; Lc. 12:18). ALOGISMO. (Del gr. a, sin, y Logos, Verbo). Es la doctrina de los que se oponen al Logos Divino. Los alogistas (gr. alogoi) rechazan que el Cristo sea el Logos de Dios. 2 . Secta herética de alrededor del año 170 d. C. Atribuían el cuarto evangelio y el Apocalipsis a Cerinto. Pero es absurdo atribuir a Cerinto un evangelio que proclama con tanta contundencia la divinidad de Jesús y la encarnación del Verbo o Logos, pues éstos eran precisamente los artículos de fe que Cerinto negaba. Los alogoi, como insinuó Epifanio al darles este nombre, eran los ilógicos oponentes del Evangelio del Logos, y los rechazadores irracionales de la Razón personal y divina. ANAGOGÍA. (Del gr. , elevación). Interpretación mística de la Biblia. Sentido místico de la Sagrada Escritura, encaminado a dar idea de la bienaventuranza eterna. 2 . Elevación y enajenamiento del alma en la contemplación de las cosas divinas. ANALOGÍA. (Del gr. , proporción, semejanza). Relación de semejanza entre cosas distintas. 2 . Razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes en seres o cosas diferentes. 3 . Gram. Semejanza formal entre los elementos lingüísticos que desempeñan igual función o tienen entre sí alguna coincidencia significativa. 4 . Ling. Creación de nuevas formas lingüísticas, o modificación de las existentes, a semejanza de otras; p. ej., los pretéritos tuve, estuve, anduve se formaron por analogía con hube. 5 . Fil. Relación existente entre objetos, conceptos o términos que tienen características comunes o desempeñan funciones parecidas. 6 . Gram. Parte de la gramática que trata de los accidentes y propiedades de las palabras, consideradas aisladamente. En la actualidad se prefiere el término morfología. 7 . Ling. Teoría que defiende el carácter esencialmente regular de las lenguas y basa su conocimiento en el estudio de los paradigmas. En las controversias de la Grecia clásica, los máximos defensores de la analogía fueron los filólogos de la escuela de Alejandría. Fil. Este concepto se refiere ora a la proporción existente entre los términos de dos o más sistemas u órdenes, ora a la semejanza de caracteres o funciones existentes entre unas cosas y otras, equivalen14
te, en este caso, a una atribución no unívoca de los mismos predicados a varios objetos (semejanza, correlación, correspondencia establecida entre ellos). Esta concepción de analogía ha suscitado una serie de dificultades. Para soslayarlas se ha simplificado el concepto de analogía, entendiéndose como simple relación entre términos. 1) Para los matemáticos griegos la analogía equivalía a razón de proporcionalidad entre proporciones o razones matemáticas (referida a cantidades, magnitudes y relaciones entre puntos en el espacio). 2) Los filósofos griegos partieron de la concepción de los matemáticos. Sin embargo, la aplicaron a un tipo de realidades distintas de las matemáticas, con la idea de establecer «comparaciones» entre ellas. Aristóteles, en su tratado del «ente en tanto que ente», afirma: «El ser se dice de muchas maneras» (Metafísica); a esta afirmación se la ha denominado analogía del ente. 3) Muchos escolásticos, siguiendo las nociones aristotélicas sobre la materia, han hecho una distinción al referirse a nombres o términos. Tales distinciones originaron grandes polémicas entre los escolásticos, dando origen a tres escuelas principales: a) Suárez: el ente es formalmente trascendente; sostiene la analogía intrínseca de atribución y rechaza la intrínseca de proporcionalidad; b) Escoto: sostiene la univocidad del ente, el cual se determina por diferencias intrínsecas; c) Cayetano: defiende la analogía de proporcionalidad; fundamenta su postura en la doctrina tomista, aunque la matiza en algunos aspectos. 4) Los tomistas aceptan, en general, la analogía de proporcionalidad (el ser no es jamás un género determinable por diferencias extrínsecas), pero no rechazan una analogía de atribución entre Dios y las criaturas, entre la sustancia y los accidentes. ANAMNESIS o ANAMNESIA. (Del gr. anamnesis [ ], conmemoración). Méd. Parte del examen clínico que reúne todas las informaciones posibles sobre los antecedentes relativos a un enfermo. Es una base indispensable para el diagnóstico. 2 . Fil. Según Platón, proceso por el cual el alma, de naturaleza inmortal, recuerda los conocimientos adquiridos en una vida anterior, tanto en este mundo como en el otro, y que son olvidados al nacer de nuevo. ANATEMA. (Del gr. ). Excomunión. 2 . Maldición, imprecación. 3 . En el Antiguo Testamento, condena al exterminio 15
de las personas o cosas afectadas por la maldición atribuida a Dios. 4 . Persona o cosa anatematizada. Tradicionalmente era la autoridad eclesiástica la que pronunciaba el anatema contra una persona, que era acompañado por la excomunión. Se usa frecuentemente en la Septuaginta, donde traduce el vocablo hebreo querem, o jerem, algo dedicado a Dios, sea que sea: a) para su servicio, como los sacrificios (Lv. 27:28; cfr. anathema, ofrenda votiva), o b) para su destrucción, como en el caso de un ídolo (Dt. 7:26), o una ciudad (Jos. 6:17). Más tarde adquirió el sentido más general del desfavor de Yahveh (Zac. 14:11). Este es el significado con que se usa en el NT. Por ejemplo, en Gálatas 1:8,9, el apóstol declara en los términos más enérgicos posibles que el evangelio que él predicaba era el único y exclusivo camino de la salvación, y que predicar otro equivalía a hacer nula la muerte de Cristo. ÁNGEL DE J EHOVÁ. Esta expresión indica una aparición en el Antiguo Testamento del Cristo preencarnado, como por ejemplo en Éxodo 3:2: “Y se le apareció el Angel de Jehová en una llam a de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía”. Otros ejemplos los encontramos en Jue. 2:1; 6:12-16; 13:3-22, donde el texto muestra claramente que el ángel era Dios mismo. ANGELOLOGÍA. (Del gr. aggelos [ ], mensajero). Estudio de lo referente a los ángeles. En la revelación bíblica, los ángeles son espíritus celestes (Mateo 24:36; Marcos 12:25) creados por Dios para su servicio (Salmo 103:20), de espíritus superiores al de los humanos (Hebreos 2:7; Salmo 8:5). Los ángeles son espíritus (Hebreos 1:14), pues no tienen cuerpos materiales como los humanos, pero pueden asumir la forma humana cuando es necesario (Lucas 24:4; Hechos 1:11). Los ángeles son llamados santos (Marcos 8:38) y escogidos (1 Timoteo 5:21). Hubo ángeles que pecaron con ocasión de la rebelión de Lucero (Mateo 25:41) y son los actuales demonios, y otros que pecaron (2 Pedro 2:4) abandonando su propia morada (Judas 6), cuando antes del diluvio se unieron con hijas de los hombres y engendraron los gigantes (Génesis 6:1-4); éstos fueron encarcelados en el Tártaro hasta el juicio final. Existen angelologías seculares, no bíblicas, que podríamos llamar 16
teogonías angélicas, que le dan un tratamiento diferente a los seres sobrenaturales espirituales, no humanos, elevándolos a la categoría de dioses. Cuando la raza humana fue esparcida sobre la faz de la tierra después del diluvio, todas esas tribus llevaban consigo mucho de ese conocimiento de los acontecimientos antediluvianos, del diluvio, de los ángeles que pecaron, etc., conocimiento que a través del tiempo fue tergiversado, alimentando así las leyendas mitológicas de las diversas culturas. La revelación sostiene que los ángeles, los que a veces en el Antiguo Testamento se les llama hijos de Dios (Job 1:6; 38:7) son seres creados por Dios al principio de la creación; son espíritus ministradores. Son personas morales, inteligentes (Mt. 24:36), tienen emociones (Lc. 15:10). En los seres angelicales hay varias categorías: Serafines, querubines, tronos, principados y potestades. ANIMISMO. (De ánima). Doctrina médica de Ernt Stahl, médico y químico alemán de comienzos del siglo XVIII, que considera al alma como principio de acción de todos los fenómenos vitales, tanto en los estados normales como en los estados patológicos. 2 . Creencia que atribuye vida anímica y poderes a los objetos de la naturaleza. 3 . Término que se aplica al conjunto de creencias que afirman la existencia de espíritus que animan todas las cosas, o que todo ser natural está vivificado por un espíritu o alma. Las teorías animistas están muy difundidas entre las civilizaciones de América, África y Oceanía, supervivencia de las religiones primitivas. Se trata de una creencia espiritualista opuesta al materialismo y al vitalismo. El etnólogo E. B. Tylor, pionero en el estudio del animismo en su obra Primitive Culture (1873), dividió a los animistas en dos grandes grupos: 1) los que consideran que las almas de los seres individuales perviven después de la corrupción del cuerpo; 2) los que creen en la existencia de grandes espíritus poderosos, que son venerados como divinidades. Modernamente se ha explicado el animismo como principio espiritual orgánico, o bien se ha entendido como causa final (entelequia).
360 y muerto hacia el 395. Los seguidores de esta teoría fueron denominados «nomeos» porque sostenían una «desemejanza» total entre el Padre y el Hijo, o también «aecianos» o «eunomianos », por sus dos principales defensores. En un primer momento el anomeísmo no se distinguía apenas de las demás tendencias arrianas, que muy pronto fueron arrimándose unas a otras según su grado de exclusivismo más o menos acentuado, pero hacía el 360 se separó del resto formando una secta autónoma que obtuvo notables éxitos cuando resultó favorecida por los emperadores Juliano el Apóstata y Valente, pero luego, fustigada por Graciano y Teodosio y debilitada por luchas internas, se fue extinguiendo lentamente hacia la mitad del siclo V. Los amoneos se mantuvieron rigurosamente fieles al arrianismo primitivo, rechazando las sucesivas suavizaciones que por motivos teológicos o políticos iban siendo añadidas poco a poco. Ratificado el axioma de que sólo lo ingénito y sin inicio era Dios, y que el Hijo no poseía ninguna comunidad de naturaleza con el Padre, el cual lo sacó de la nada para que fuera instrumento en la creación y en el gobierno del mundo, concentraron toda su atención sobre la cualidad de Dios de «no haber sido engendrado» (agennesia), cualidad que ya Justino Mártir había puesto de relieve, aunque de una manera muy equilibrada (I Apol. 14,1; II Apol. 6,1), haciendo de ella el elemento constitutivo de la esencia divina, por encima de los demás atributos, cuyo valor quedaba suprimido. Igual que los arrianos originarios, también ellos rechazaban un alma humana en Cristo, pero, en contraste con ellos, le atribuían una dignidad con rango divino, no por su santidad de vida sino por su vecindad con el Padre, por el cual había sido directamente engendrado. Además, enseñaba Eunomio que la paternidad no consistía en la transmisión de la substancia del Padre, sino en la comunicación de su capacidad de actuar, por la que el Hijo, que la había recibido, podía ser considerado Dios en relación con las criaturas.
ANOMEÍSMO. Constituyó el ala intransigente del arrianismo, y lo sostuvo sobre todo Aecio, personaje de múltiples aventuras y desventuras, consagrado obispo sin sede en el 361 y muerto entre los años 366 y 370, y Eunomio, nombrado obispo de Cícico en el
Eunomio insistió luego con persistente tenacidad, en oposición a Arrio, que defendía la incomprensibilidad de la naturaleza de Dios, en que el ser divino era límpidamente inteligible también por nosotros: reduciendo de hecho su esencia a la «ingeneración», la limitaba a un concepto elemental, ciertamente accesible a nuestras
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inteligencias. Arma principal, y sin duda eficaz, de los arrianos, que los eunomianos todavía afilaron más, fue una expertísima sutileza dialéctica de escuela aristotélica, con la que ponían fácilmente en apuros a las almas simples de los fieles, inoculando en ellas la duda y la desorientación. Pero tanto en este terreno como en el propiamente dogmático fueron combatidos por la superior habilidad y competencia de los tres grandes capadocios4 que, no por cierto sin dificultad, los refutaron y los mandaron a la decadencia.
ANTOLOGÍA. (Del gr. , de , flor, y , escoger). Colección de piezas escogidas de literatura, música, etc. 2 . de antología, loc. adj. Digno de ser destacado, extraordinario. 3 . Libro que contiene una selección representativa o significativa de textos literarios de uno o varios autores. Por ext. se dice también del libro o colección que contiene una selección de reproducciones de obras de arte de cualquier clase, y de esta misma selección, como en ciertas exposiciones plásticas, discos gramofónicos, etc.
ANTINOMIA. (Del gr. , de , contra, y , ley). Contradicción entre dos preceptos legales. 2 . Contradicción entre dos principios racionales.
ANTONOMASIA. (Del gr. ). Ret. Sinécdoque que consiste en poner el nombre apelativo por el propio, o el propio por el apelativo; p. ej., El apóstol, por san Pablo; un Nerón, por un hombre cruel. 2 . por antonomasia, loc. adv. Denota que a una persona o cosa le conviene el nombre apelativo con que se le designa, por ser, entre todas las de su clase, la más importante, conocida o característica.
ANTINOMIANISMO. (Del gr. anti, contra, y nomos, norma, ley). Palabra usada por primera vez por Martín Lutero para resumir en un solo término lo relacionado con la herejía de los que se van al extremo opuesto a la también herejía del legalismo. Ambos extremos son perniciosos. Por un lado, la Biblia declara que no somos justificados por cumplimiento de la ley (Gá. 3:1-5:15), y que hemos sido libres de la ley (Ro. 7:1-7); de manera que no debemos confiar en la ley para agradar a Dios. Pero por otro lado, eso no significa que vayamos a ir al polo opuesto de convertir en libertinaje la gracia. La gracia de Dios es el equilibro central para no caer en ninguna de esas herejías. Antinomianismo es oponerse a toda ley; pero la gracia no invalida la ley (Ro. 3:28-31). Delante de Dios no somos justificados por lo que hacemos (Ef. 2:8-9), por nuestras propias obras, sino por Su gracia, por creerle a Dios en la obra de Su Hijo. Por la fe no estamos negando la ley, sino confirmándola. Ahora no estamos bajo la ley sino bajo la gracia, pero la gracia no nos da licencia para desobedecer la ley, sino que cumplimos la ley por la gracia del Espíritu en nosotros (Ro. 6:14-16; 7:6-7), pues estamos en la ley de Cristo (Gá. 6:2). En el cristianismo y fuera de él hay corrientes antinomianistas y legalistas. Por ejemplo, en la práctica, los gnósticos son antinomianistas por excelencia. El antinomianismo tiende a sacar consecuencias falsas de Romanos 6:15. El legalismo se concentra en mal orientadas denominaciones fundamentalistas, y en las facciones sabáticas.
ANTROPOLOGÍA. (Del gr. antropos [ ], hombre, y logía). Estudio de la realidad humana. 2 . Ciencia que trata de los aspectos biológicos y sociales del hombre. El griego antros se refiere al varón, y antropos se refiere directamente al ser humano, hombre y mujer. La antropología estudia comparativamente al hombre en su doble dimensión de ser a la vez biológico y cultural, desde sus orígenes hasta nuestros días y según su distribución en el espacio. Ant ro p o lo gía bíblic a. Parte de la teología dogmática que sistematiza el concepto del hombre tal como se desprende de las fuentes de la Revelación. En la antropología secular, los evolucionistas enseñan que el hombre evolucionó del animal, y los monistas dicen que el hombre no está compuesto sino sólo de materia, de una sola sustancia; eliminando así en el hombre el alma y el espíritu. La revelación bíblica dice que el hombre es creado por Dios (Gé. 1:27), constitutivo de tres partes: espíritu, alma y cuerpo (Gé. 2:7; 1 Tes. 5:23). La antropología bíblica habla del origen del hombre, de la constitución del hombre, de la misión que Dios le dio al hombre al crearlo, de las condiciones del hombre antes de la caída, después de la caída y en el futuro, y de la restauración del hombre.
Los tres grandes capadocios son: Basilio el Grande (329-379), Gregorio de Niza (330-395) y Gregorio Nacianzo (330-389).
APATÍA. (Del lat. apathia, y este del gr. , sin pasión). Impasibilidad del ánimo. 2 . Dejadez, indolencia, falta de vigor o energía. Falta de pasión, de decisión, de ganas. 3 . Psicol. Indife-
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rencia e insensibilidad afectiva y motivacional, con frecuencia ligada a disfunciones endocrinas o a transtornos psíquicos, especialmente depresivos. 4 . Debilidad de carácter. APOCATÁSTASIS. (Del gr. , restablecimiento). Fil. Retorno de todas las cosas o de cualquiera de ellas a su primitivo punto de partida, a la primera forma. Teol. Teoría propia de algunos llamados Padres de la Iglesia según la cual la renovación universal (retorno del mundo y de todos los seres a la felicidad y perfección de su origen) tendrá lugar mil años después del reinado de Jesucristo y de los santos a que alude el Apocalipsis. Esto lo sostenían algunos teólogos de la antigüedad, como Orígenes, Clemente de Alejandría y Gregorio de Niza; según ellos, todos los seres morales del Universo, después de ser castigados en el infierno, se arrepentirán y serán salvos. Esta idea fue combatida por Agustín de Hipona. Algunos grupos anabaptistas y moravos la han sostenido, y entre los modernistas del siglo XIX fue mantenida por el alemán F.D.E. Schleiermacher. APÓCRIFO. (Del griego , oculto, escondido, secreto). Fabuloso, supuesto o fingido. 2 . Dicho de un libro atribuido a autor sagrado, que no está, sin embargo, incluido en el canon de la Biblia. Existen unos 15 libros apócrifos del Antiguo Testamento, originados todos en el período intertestamentario, que del siglo II a.C. al siglo I d.C., como gozaron de gran popularidad entre la numerosa colonia judía de Alejandría, entonces casi todos se incluyeron en la traducción griega del Antiguo Testamento llamada Septuaginta, obra que se llevó a cabo en esa ciudad egipcia. La canonicidad del Antiguo Testamento fue fijada oficialmente por una importante reunión de rabinos efectuada en el llamado Concilio de Jamnia en el año 90 d.C. Allí, pues, no quedaron incluidos como libros sagrados hebreos los siguientes: 1. Primer libro de Esdras 2. Segundo libro de Esdras 3 Tobías 4. Judit 5. Adiciones a Ester 6. El libro de la Sabiduría 7. Eclesiástico o Sabiduría de Jesús, el hijo de Sirac
8. Baruc 9. La carta de Jeremías 10. La oración de Azarías y el cántico de los tres jóvenes 11. Susana 12. Bel y el dragón 13. La oración de Manasés 14. Primer libro de los Macabeos
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15. Segundo libro de los Macabeos. Además, son considerados apócrifos del A. T.: Testamento de Adán Testamento de Abraham Testamento de los doce patriarcas Testamento de Job Testamento de Isaac Testamento de Jacob Testamento de Salomón Asunción de Moisés Ascensión de Isaías Apocalipsis de Adán Apocalipsis de Abraham
Apocalipsis de Elías Apocalipsis de Esdras Apocalipsis de Sofonías Apocalipsis de Baruc Apocalipsis de Sedrac Apocalipsis de Ezequiel 2 Baruc Libro de Jubileos Libro de Enoc Vida de Adán y Eva Oráculos Sibilinos
Jerónimo, el traductor de la Vulgata Latina, incluyó los apócrifos del Antiguo Testamento en esta versión bíblica, pero distinguiendo los apócrifos de los libros canónicos, y aclarando en el prólogo a los libros de Salomón, que se podían leer para edificación, pero “no para confirmar la autoridad de los dogmas de la Iglesia”. Esos apócrifos Lutero los juntó en una sola sección, y los encabezó con las siguientes palabras: “Apócrifos. Libros que no son tenidos por iguales a la Sagrada Escritura, pero cuya lectura es útil y buena”. Pero a raíz de eso, la iglesia Católica Romana, en el Concilio de Trento (1546), decretó anatematizar a quienes no reconocieran como sagrados y canónicos a todos los libros contenidos en la Vulgata. La lista de los apócrifos del Nuevo Testamento es: Evangelios apócrifos: - El evangelio de los hebreos - El evangelio de los egipcios - El evangelio de Tomás - El evangelio desconocido - Evangelio de Pedro - Evangelio de Nicodemo - Proto-evangelio de Santiago - Evangelio de la infancia de Jesús - Evangelio de los doce apóstoles - Evangelio de Matías - Evangelio de Judas - Evangelio de Bartolomé
- El evangelio de la verdad, y - El evangelio de Felipe. Hechos apócrifos: - Hechos de Pedro - Hechos de Pablo - Hechos de Andrés - Hechos de Juan - Hechos de Tomás - Predicación de Pedro - Romance (Pseudo-Clementino). Epístolas apócrifas: - Correspondencia entre Cristo y Agbar rey de Edesa 22
- Epístola de los apóstoles - Apocalipsis de Pablo - Tercera de Corintios - Apocalipsis de Juan (no canónico) - Epístola a los laodiceos - Apocalipsis de Tomás - Correspondencia entre Pablo y Sé- - Apocalipsis de Esteban neca. - Apocalipsis de María. Apocalipsis apócrifos: - Apocalipsis de Pedro
así que Cristo tuviese un espíritu humano. Según él, Cristo tenía naturaleza divina, pero naturaleza humana imperfecta. ¿Cómo podía Cristo salvar a todo el hombre si era un hombre imperfecto? Curiosamente, para él Jesús tenía cuerpo y alma humanos, pero se diferenciaba del resto de los seres humanos en que el Logos divino sustituyó al intelecto humano, resolviendo de esa manera la relación entre lo divino y lo humano en Jesús.
APODÍCTICO. (Del gr. , demostrativo). Fil. Incondicionalmente recto, necesariamente válido. Convincente, que no admite contradicción. En filosofía se habla de juicio apodíctico.
De hecho, convencido de que una sola persona no podía poseer dos naturalezas completas y que una voluntad libre puede pecar, para salvar la divinidad de Jesús contra los arrianos y la unicidad de su persona contra la tendencia separatista de la escuela de Antioquía, guiada por D iodoro de Tarso, le amputó la naturaleza humana. De la tricotomía platónica que veía en el hombre el cuerpo, el alma sensitiva dadora de la vida y la intelectiva vectora de la razón, dejó a Jesús sólo los dos primeros elementos, haciendo que el tercero lo supliera el mismo Verbo divino. Podía parecer una solución excelente: de un golpe se aseguraban la divinidad, la unicidad, la santidad y la dignidad de la persona de Jesús, y no faltaba siquiera el fundamento de Juan 1:14, donde se afirma que el Verbo se había hecho «carne». Pero un primer plano tan hermoso escondía un montón de ruinas: de hecho, la exégesis de Juan era falsa, porque «carne» en el evangelista era un tecnicismo hebraico que apuntaba al hombre integral y no solamente a su componente corporal; además, el nuevo sistema encaminaba al m onofisismo, ya que la naturaleza humana no se agota en un ser viviente sin razón; por último, anulaba en buena parte la redención, en cuanto que, si ésta debía referirse a lo que el Verbo había asumido en la encarnación, quedaba excluida propiamente la razón, que es típica del hombre.
APÓDOSIS. (Del gr. , explicación, retribución). Ret. Segunda parte del período, en que se completa o cierra el sentido que queda pendiente en la prótasis. Por ejemplo: “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva” (Jn. 4:10). Aquí la prótasis indica irrealidad actual, en tanto que la apódosis se refiere a la irrealidad pasada. Pero la diferencia temporal es insignificante. “Si supieras ahora... entonces hace un momento no habrías preguntado”. 2 . Gram. Oración principal de los períodos condicionales, y por extensión, de los concesivos. APOLINARISMO. Doctrina que negaba la perfecta humanidad de Cristo. Es la interpretación cristológica que propugnó Apolinar el Joven (310-390), elegido obispo de Laodicea en el 362. Esta controversia se relaciona con las naturalezas de Cristo. Apolinar en un comienzo fue de la corriente cristológica de Atanasio de Alejandría en la lucha contra los arrianos, y terminó por caer en el exceso opuesto, pues Arrio negaba la perfecta deidad de Cristo. ¿Cómo entendía Apolinar la persona de Cristo? Afirmaba que Cristo no podía tener dos naturalezas –la divina y la humana– completas y contrarias, pues la divina era eterna, invariable y perfecta, y por el contrario, la humana era temporal, finita, imperfecta y corruptible. Afirmaba que el hombre está formado de alma, cuerpo y razón; sostenía que si Cristo hubiera tenido las dos naturalezas, hubiera tenido en sí dos seres y que con la parte humana hubiera podido pecar. Decía que Cristo asumió el cuerpo humano que poseía el alma como principio de la vida, pero que el Logos divino tomó el lugar del espíritu o la parte racional más elevada del ser, negando 23
Apolinar, queriendo sublimar la persona humana de Cristo, renegaba de ella; para conjurar el peligro de que la voluntad humana y la divina entrasen, en Jesús, en un conflicto que laceraba su individualidad, suprimía la primera, cayendo en un monotelismo, del que no comprendía todas sus consecuencias negativas. La suya fue una buena voluntad superficial, inconsciente de las consecuencias a que llegaba. Apolinar estaba convencido de haber resuelto uno de los 24
misterios o enigmas más irresolubles, y de haber permanecido fiel a la ortodoxia nicena. Apolinar pertenecía a la escuela de Alejandría, la cual había recibido más la influencia neoplatónica, a diferencia de la escuela de Antioquía, que se inclinaba más al estudio de la historicidad de la vida de Cristo, y era afectada por el pensamiento aristotélico. Las teorías apolinaristas fueron condenadas, sin nombrar al autor, en el concilio de Alejandría del 362; después de la manifestación pública acontecida en Antioquía en el 375, lo fueron nominativamente por los concilios romanos del 376, 377 y 380, por boca de Dámaso, por los concilios de Alejandría del 378 y de Antioquía del 379 y, luego, por el segundo concilio ecuménico de Constantinopla del 381, presidido en parte por Gregorio d e Nac ianz o . Allí fue anatematizado el apolinarismo, concluyendo que Cristo es una Persona divina que tomó para Sí naturaleza humana. Uno de los principales argumentos contra Apolinar fue que Cristo no hubiera podido redimir a aquello que Él mismo no poseyera, como la mente humana, cabe decir, si no hubiese sido, además de Dios, verdadero hombre. Los grandes oponentes de Apolinar fueron los capadocios (Gregorio Nacianceno, Gregorio de Niza y Basilio el Grande). Gregorio Nacianceno sostuvo que para que Cristo pudiera salvar el todo del hombre, era necesario que tuviera todos los elementos de la naturaleza humana. Después de la muerte del fundador, la secta se dividió en dos troncos: el de los moderados, que encabezados por Valentino llegaron hasta negar a Cristo un alma sensible, pero luego volvieron a la ortodoxia, y el de los extremistas, dominado por Timoteo, que naufragaron en un completo docetismo, en el que la humanidad quedaba absorbida por la divinidad. APOLIÓN. (Del griego apolumi [ ], destruir totalmente). En Apocalipsis 9:11 se usa como nombre de Satanás mismo, el ángel del abismo, el destructor. La idea que comunica apolumi no es la de extinción, sino de ruina; destrucción no del ser, sino del bienestar. Esto queda claro basado en el uso que se le da, como, p.ej., de la rotura de los cueros de vino (Lc. 5:37); de la oveja perdida, esto es, perdida para el pastor, lo que es metáfora de la destitución espiritual (Lc. 15:4,6, etc.); el hijo perdido (Lc. 15:24); 25
de la comida que perece (Jn. 6:47); del oro (1 Pe. 1:7). Así también de las personas (Mt. 2:13: “matar”; 8:25: “perecemos”; 22:7; 27:20); de la pérdida de bienestar en el caso de los perdidos en el más allá (Mt. 10:28; Lc. 13:3,5; Jn. 3:16; 10:28; 17:2; Rm. 2:12; 1 Co. 15:18; 2 Co. 2:15; Stg. 4:12; 2 pe. 3:9). APOLOGÉTICA. (Del gr. ). Ciencia que expone las pruebas y fundamentos de la verdad del cristianismo. 2 . Por ext., exposición de las pruebas, que se consideran irrefutables, de la verdad y validez de un sistema ideológico. La apología (del gr. , defensa) es el discurso oral o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo. 3 . Entre los griegos, la palabra existía ya en la terminología judicial, significando el defensor de una causa. Teol. Después que se proclaman y enseñan las verdades reveladas por Dios en la Biblia, surgen en el mundo opiniones erradas y contrarias, emanadas de espíritus de error y doctrinas de demonios; entonces es necesario combatir esos errores y presentar defensa de la fe y verdad de Dios “derribando los argumentos que se levantan contra el conocimiento de Dios” (2 Co. 10:5). Por eso en la Teología Sistemática hay una rama especial llamada Teología Apologética, que se ocupa de la preparación del pueblo de Dios a fin de que esté listo para presentar defensa en el momento oportuno (1 Pe. 3:15). Como apologistas se conocen algunos escritores cristianos de los años 120 a 220, cuando el creciente cristianismo se hallaba en choque con los paganos, especialmente las corrientes filosóficas y gnósticas. Los principales fueron Quadrato, Aristides, Justino Mártir, Tatiano, Teófilo, Minucio Félix y Tertuliano. Como la divinidad de Cristo era la principal dificultad para los paganos, los apologistas cristianos encontraron en el Logos conceptos comunes a platónicos y cristianos, una manera de hacer esta doctrina aceptable para la filosofía helénica. Los apologistas cristianos debían también probar que el cristianismo era una revelación divina. APORÍA. (Del gr. , dificultad de pasar). Fil. Enunciado que expresa o que contiene una inviabilidad de orden racional. APOSTASÍA. (Del gr. ). Apartarse voluntariamente de Dios y de su Cristo al rechazar su obra expiatoria (He. 10:26). Desviarse de la verdad (2 Ti. 2:18) y alejarse de Dios aveces 26
involucra rebelión, y, como le ocurrió muchas veces a Israel, eso provoca el derrumbe de la ley y del orden en la sociedad; como resultado sobreviene el desquicio y la injusticia social. La palabra griega que se traduce “apostasía” ( ) aparece en Hch. 21:21 y en 2 Ts. 2:3,4. También se traduce apartamiento, revuelta. Se usa en el NT de la apostasía religiosa. En 2 Ts. 2:3, la apostasía significa el abandono y rechazo de la fe. En esta cita se profetiza una gran apostasía relacionada con la próxima venida de Cristo. En los papiros se usa políticamente de los rebeldes; pero la apostasía final encierra una revuelta agresiva y definitiva contra Dios, la cual preparará el camino para la aparición del hombre de pecado (cfr. 1 Ti. 4:1-5; 2 Ti. 3:1-5). El hecho de que en 2 Ts. 2:3 lleva artículo, la apostasía, se da a entender que consistirá en algo único, como no se ha dado en el curso de la historia. Un enfriamiento tal de la fe que la gran mayoría de las gentes vivirá no sólo en forma prácticamente atea, sino que atacará violentamente a toda forma de religión ateísta.
del desierto”, que se refieren a los escritos de los místicos que se retiraron un tiempo al desierto como ascetas, como San Antonio. ARGUMENTO. Razonamiento que se emplea para probar o demostrar una proposición, o bien para convencer a alguien de aquello que se afirma o se niega. Lóg. El argumento difiere de la prueba en que mientras ésta es una demostración lógica de validez universal, el argumento pretende conseguir una adhesión de tipo personal.
APOTEGMA. (Del lat. apophthegma, y este del gr. ). Dicho breve y sentencioso; dicho feliz, generalmente el que tiene celebridad por haberlo proferido o escrito algún hombre ilustre o por cualquier otro concepto. Son famosos los “apotegmas de los padres
Entre los argumentos más conocidos cabe citar: 2 . Argumento a contráriis, el que parte de la oposición entre dos hechos para concluir del uno lo contrario de lo que ya se sabe del otro; || a fortiori, el que se basa en el uso de relaciones del tipo «mayor que», «menor que», etc, y en la propiedad transitiva de las mismas, lo cual permite pasar de unos enunciados a otros; 3 . a pari, el fundado en razones de semejanza y de igualdad entre el hecho propuesto y el que de él se concluye; p.ej., el vicio debe ser castigado en esta vida o en la otra; es así que no siempre es castigado en esta, luego ha de ser castigado en la otra; 4 . cosmológico, aquel en que la cadena causal lleva a una causa primera (Dios como motor inmóvil, causa incautada, ser necesario y perfección suma); cornuto, el que partiendo de los miembros de una proposición disyuntiva obtiene una conclusión idéntica de cada uno de ellos. Fil. Dilema; 5 . disyuntivo, el que tiene por mayor una proposición disyuntiva; 6 . ontológico, el empleado por Anselmo (aceptado y reelaborado por casi todos los racionalistas: Descartes, Leibniz, etc.) para demostrar a priori la existencia de Dios, partiendo de la idea que tenemos del Ser perfectísimo, pues la esencia de Dios es la única que implica necesariamente la idea de existencia, concibiéndose ésta como una cualidad perfectiva que se añade a la esencia; 7 . por analogía (no estrictamente válido), el que se basa en una argumentación de tipo probabilístico, según la cual a partir de ciertas semejanzas entre dos objetos se infiere la existencia de otros pares de caracteres o propiedades semejantes; 8 . re d uc t io ad abs urd um , prueba de la verdad de una proposición mostrando que su negación lleva a consecuencias inaceptables; 9 . teleológico , en el que Dios es causa final, responsable del orden existente en el universo. Junto a estos argumentos considera-
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Ser apóstatas significa pasar a la incredulidad y disolver la unión que se pudiera haber tenido con Dios mediante Jesucristo. Normalmente, la señal de un verdadero apóstata es su negación de la deidad de Cristo o su repudio de la obra expiatoria de Cristo en la cruz (Fil. 3:18; 2 Pe. 1:1; 1 Jn. 4:1-3). Podemos encontrar descripciones bíblicas de apóstatas en 2 Pe. 2:1-19 y en Judas. Hay que enfrentárseles con firmeza (2 Jn. 10; Ro. 16:17,18; 2 Ti. 3:9). Podemos descubrir al apóstata examinando sus doctrinas a la luz de las Escrituras (1 Jn. 4:1). En la Iglesia siempre ha habido apostasía, pero el fin de esta era de gracia se caracterizará por sus generalizadas desviaciones de la fe verdadera (2 Ti. 3:1-13). APÓSTROFE. (Del lat. apostrophe, y este del gr. ). Ret. Figura que consiste en dirigir la palabra con vehemencia en segunda persona a una o varias, presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres abstractos o a cosas inanimadas, o en dirigírsela a sí mismo en iguales términos. 2 . Dicterio.
dos válidos aparecen otros lógicamente incorrectos denominados falacias: argumento ad baculum, el que utiliza la amenaza física o moral; ad hóminem, el que se funda en las opiniones o actos de la misma persona a quien se dirige, para combatirla o tratar de convencerla; en este argumento se utiliza opiniones o intereses previamente aceptados por el auditorio, y que se relacionan con la tesis mantenida; ad misericordia, el que apela a los sentimientos de piedad del auditorio; de autoridad, el que invoca la opinión de alguna personalidad que merece el máximo respeto del interlocutor. ARISTOTELISMO. Fil. Conjunto de las doctrinas de Aristóteles, filósofo griego, y a la influencia ejercida por éstas en otros pensadores o escuelas. Aristóteles (ca. 384 - 322 a. C.) nació en Estagira (Macedonia). A los 18 años ingresó en la Academia de Platón en Atenas y permaneció en ella hasta la muerte de su maestro, es decir, durante 19 años. Cuando Esterusito se hizo cargo de la dirección de la Academia, Aristóteles se retiró a Asos, en el Asia menor, en una escuela que dirigía un condiscípulo suyo llamado Hernias, quien habla creado el círculo de los platónicos. Al cabo de tres años de residencia allí, fue a Mitilene, en la isla de Lesbo, invitado por Teofrasto. Hacia el año 342 fue llamado a la corte de Filipo de Macedonia para encargarse de la educación de su hijo, el futuro Alejandro Magno, quien contaba entonces trece años. Al morir Filipo, Aristóteles volvió a Atenas (año 335) y fundó una escuela filosófica propia a la que puso el nombre de Liceum (Liceo) o escuela peripatética. Aunque era un discípulo de Platón, Aristóteles difería de su maestro. Al principio era un defensor del platonismo presentando sus ideas en forma de diálogo tal como hacía Platón, y mantenía el punto de vista platónico acerca de la inmortalidad del alma, y la doctrina de la forma; pero en el segundo período de su vida (337-335), empezó a criticar el platonismo, especialmente la idea de las formas, y finalmente, desde el 335 hasta su muerte vino a ser un exponente de la ciencia empírica o sea materialista, rechazando todas las ideas platónicas de la inmortalidad.
y poesía. Sus enseñanzas no tuvieron mucha influencia en el mundo cristiano hasta la Edad Media (1000 a 1050). Durante estos años el mundo tuvo conocimiento de sus obras por medio de las traducciones al árabe por judíos y mahometanos, de donde fueron traducidas al latín, durante el s. XII, y desde entonces todo el sistema metafísico aristotélico estuvo al alcance del mundo latino. Aristóteles presentó una explicación completa de la realidad, sin ninguna referencia al Dios de los cristianos. Su "motor inmóvil", o primera causa era el principio de la existencia; no un ser personal. Para Aristóteles, todo cambio implica un motor, la serie causal no puede ser infinita; luego debe existir un primer motor inmóvil, causa sui. El universo que describió era eterno, sin principio ni fin y el hombre no tiene inmortalidad individual según el sistema aristotélico de los últimos años de la vida del filósofo. Algunos eruditos medievales querían rechazar enteramente las obras de Aristóteles, mientras que otros adoptaban por la teoría de una sola verdad, según la cual Aristóteles sería una guía para los cristianos en el orden físico. Pero el cristianismo era la revelación suprema por encima de este conocimiento material. Era difícil reconciliar los dos campos, hasta que trataron de hacerlo Alberto Magno y Tomás de Aquino, dando lugar al movimiento llamado escolástico. ARQUETIPO. (Del gr. ). Modelo original y primario en un arte u otra cosa. 2 . Ecd. Punto de partida de una tradición textual. 3 . Psicol. Representación que se considera modelo de cualquier manifestación de la realidad. 4 . Psicol. Imágenes o esquemas congénitos con valor simbólico que forma parte del inconsciente colectivo. 5 . Rel. Tipo soberano y eterno que sirve de ejemplar y modelo al entendimiento y a la voluntad humanos.
Entre sus obras más importantes destacan "Tratado de ética" y "Tratado de física y metafísica". Sus obras sobre lógica, conocidas como Órganon, son una variedad de escritos sobre ciencias naturales, acerca de los cielos, el alma, los animales, política, retórica
ARREPENTIMIENTO. (Del gr. metanoia, pensamiento posterior, cambio de parecer.). “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiem pos de esta ignorancia, ahora m anda a todos los hom bres en todo lugar, que se arrepientan” (Hch. 17:30). La doctrina del arrepentimiento se enseña en todo el Nuevo Testamento. Nadie puede ser regenerado sin haberse arrepentido primero. El arrepentimiento en sí no produce la salvación; pero sí puede llevar a una persona al lugar donde puede ser encontrada por la gracia perdonadora de Dios. Pasos que guían hacia un genuino arrepentimiento
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son: 1 . Un cambio de pensar (Mt. 21:28,29; Lc. 15,17,18; Hch. 2:38), del gr. metanoeo [ ], percibir posteriormente (m eta, después, implicando cambio; noeo, percibir; nous, mente, el asiento de la reflexión moral), en contraste a pronoeo, percibir de antemano. Significa, por ello, cambiar de opinión o el propósito, y en el Nuevo Testamento involucra siempre un cambio a mejor, una enmienda, y siempre, excepto en Lc. 17:3,4, de arrepentimiento del pecado. 2 . Un profundo pesar por el pecado (Sal. 38:18; Lc. 18:9-14; 10:13). Por lo que respecta al arrepentimiento del pecado, (a) se expone la demanda de parte de Dios sobre el hombre (Mt. 3:8; Lc. 3:8; Hch. 20:21; 26:20); (b) la misericordia de Dios en dar arrepentimiento o llevando a hombres a Él se expone (Hch. 5:31; 11:18; Ro. 2:4; 2 Ti. 2:25). El arrepentimiento puede comenzar por el remordimiento, que es apenas la inquietud, pesar interno que queda después de ejecutada una mala acción. 3 . Confesión de pecado (Lc. 15:18; 18:13). 4 . Abandono de pecados (Jn. 8:11; Pr. 28:13; Is. 55:7). 5 . Convertirse a Dios por Cristo, como el Salvador y Señor (1 Ts. 1:9; Hch. 26:18). En el Nuevo Testamento el tema tiene principalmente referencia al arrepentimiento del pecado, y este cambio de parecer involucra tanto un apartarse del pecado como un acercarse a Dios. La parábola del hijo pródigo es una notable ilustración de esto. En al Antiguo Testamento no es tan prominente el arrepentimiento con referencia al pecado como aquel cambio de parecer o propósito, por piedad hacia aquellos que han sido afectados por las propias acciones, o en quienes los resultados de las acciones no han cumplido sus esperanzas, un arrepentimiento atribuido tanto a Dios como al hombre (p.ej., Gn. 6:6; Éx. 32:14; lo cual no implica nada contrario a la inmutabilidad de Dios, sino que el aspecto de su mente cambia hacia un objeto que ha cambiado en sí mismo).
de Juan, de carácter distinto a los Evangelios Sinópticos, no se menciona el arrepentimiento, ni siquiera en relación con la predicación de Juan el Bautista; en el Evangelio de Juan y en su primera epístola se acentúan los efectos, p.ej., en el nuevo nacimiento, y, generalmente, en el volverse activamente del pecado a Dios por el ejercicio de la fe (Jn. 3:3; 9:38; 1 Jn. 1:9), como en el Nuevo Testamento en general. ARRIANISMO. Herejía propugnada por Arrio, quien afirmaba que Cristo, aunque de naturaleza superior a la mera humana, había sido creado, negando así Su eternidad, y Su igualdad y consubstancialidad con el Padre y el Espíritu Santo, tal como lo habían enseñado los apóstoles, y en particular Juan. Arrio nació en Libia, norte de África, en el 256, y murió en Constantinopla en 336, habiendo recibido su entrenamiento en Antioquía. El maestro y mentor de Arrio había sido Luciano, quien teológicamente era seguidor de Pablo de Samosata. Luciano representaba el ala izquierda de la corriente origenista.5 Fue designado presbítero en Alejandría en 313, en tiempos en que Alejandro era el obispo de la ciudad, y Atanasio aún un mero diácono. Cuando formaba parte del presbiterio alejandrino comenzó a difundir una doctrina según la cual Jesucristo, el Hijo de Dios, aunque era el creador del universo, él mismo era una criatura de Dios, la más perfecta, pero no Dios eterno que existía con el Padre y el Espíritu Santo desde la eternidad. Era, pues, eje esencial de su sistema el axioma de que sólo el Padre era eterno y, en consecuencia, Dios, puesto que sólo Él era ingénito y sin principio –cualificación que constituía la esencia misma o, al menos, una característica fundamental–, al cual se oponía el Hijo, que, siendo engendrado, y por consiguiente teniendo un principio, no era verdaderamente Dios. Dotado de una naturale5
Cristo empezó su ministerio con un llamamiento al arrepentimiento (Mt. 4:17), pero el llamamiento es dirigido, no a la nación, como en el Antiguo Testamento, sino al individuo. En el Evangelio
En sus escritos, Orígenes quiso armonizar la filosofía con las enseñanzas del cristianismo, o lo que es lo mismo, explicar las enseñanzas del Señor en términos filosóficos y lógicos, además de sostener algunos otros puntos de vista erróneos, que le acarrearon a Orígenes haber sido señalado como hereje en algunos puntos por sínodos regionales celebrados en Alejandría (399), Jerusalén y Chipre. Posteriormente, en dos concilios celebrados en Constantinopla (543 y 553) fue formulado el catálogo de los “Errores de Orígenes”. El principal contradictor de Orígenes fue su antiguo discípulo Metodio de Olimpo, quien fue el que dio comienzo a las controversias.
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za diferente, era una criatura sacada en el tiempo de la nada, por obra del Padre. Como se deriva de la terminología, Arrio rechazaba la distinción entre «engendrar» y «crear», y reducía ambos términos a la acepción de «producir». La finalidad de la producción del Hijo era, pues, que sirviera de intermediario entre Dios y el mundo, y de instrumento en la creación de los demás seres. Creado antes de los siglos, el Verbo creó el mundo, con el cual comenzó el discurrir de los siglos: no era, por tanto, eterno, sino sólo anterior al universo, como no era para nada igual ni consubstancial al Padre; por esto no era hijo de Dios por naturaleza, sino sólo por adopción o por gracia, en consideración de sus méritos futuros, por causa de los cuales progresó tanto en la virtud, que alcanzó una impecabilidad práctica, a la cual debe, en sentido amplio y elogioso, el epíteto de Dios. El hijo, en realidad, era por naturaleza mudable y habría podido pecar; si no lo hizo, fue debido sólo a que no quiso; fueron sus obras, previstas por el Padre, las que le asignaron la gloria excepcional que le colocó por encima de todas las demás criaturas. Nos hallamos ante una reelaboración del demiurgo platónico: cercano al Padre por su santidad, estaba por naturaleza alejadísimo de Él y, cercano al mundo por naturaleza, se encontraba de él alejadísimo por la excelencia de vida. Y porque el Espíritu Santo era a su vez una criatura del Hijo, resultaba que la Trinidad arriana era decreciente por naturaleza y perfección, con las tres personas extrañas entre sí.6 Anulada la divinidad genuina del Verbo, perdía cualquier sentido una encarnación que, encima, se tomaba estrechamente a la letra. De hecho el Hijo de Dios se habría unido no a un hombre completo, sino a carne sola privada de alma racional y, mutilado en cuanto Dios, quedaba también mutilado en cuanto hombre. Si para Platón el demiurgo no era Dios ni hombre y, para los cristianos, Cristo era Dios y hombre, Arrio lo colocaba a medio camino, aunque más cercano a lo primero que a lo segundo. Como consecuencia de esta amputación de la encarnación, fallaba igualmente la redención, que no aparecía ya como un acto teándrico, sino que quedaba reducida a una influencia psicomoral. La pretensión de racionalizar el dogma llevaba a la destrucción del cristianismo.
Las raíces del arrianismo se remontan a la época en que maestros de la talla de Justino Mártir, Clemente de Alejandría, Orígenes y Tertuliano apelaban a menudo a los postulados de la filosofía griega para explicar la existencia de Dios, y mostrar la compatibilidad de la fe y la filosofía, y de paso despersonificando a Dios, pues un Dios inmutable, impasible y estático –según la filosofía griega– no podía ser personal; originando así conflictos en cuanto al enfoque de la doctrina del Logos o Verbo de Dios, que ya aparecía personificado, pues sí podía hablar. De ahí que el punto crucial de controversia con el arrianismo era, ¿es el Verbo coeterno con el Padre o no? Entonces estaba en juego la divinidad del Verbo. Arrio sostenía que el Verbo, aún antes de la creación, había sido creado por Dios, contrario a las Escrituras que afirman que el Verbo es coeterno y de la misma sustancia divina del Padre, siendo uno con el Padre y el Espíritu Santo, pues el Verbo es Jesucristo, y Jesucristo es Dios. El arrianismo se encaminaba a oponerse al concepto de un Dios Trino. Arrio había sido desautorizado inicialmente por un sínodo de cien obispos convocados por Alejandro, obispo de Alejandría, su primer oponente; y debido a su persistencia y ante un problema de profundas raíces y serias controversias, intervino el emperador Constantino y el concilio de unos 318 obispos reunidos en Nicea, Bitinia, en 325, siendo así condenado el arrianismo, y Arrio fue desterrado por el emperador. Más tarde fue perdonado gracias a Eusebio de Nicomedia, y murió cuando se disponía a entrar en Constantinopla. De sus escritos no queda sino dos cartas dirigidas a Eusebio de Nicomedia y a Alejandro de Alejandría, como también fragmentos de su popular obra Talia. El siguiente es un resumen de las enseñanzas de Arrio:
Son los mismos principios doctrinales de los modernos arrianistas, los llamados “Testigos de Jehová”.
«La doctrina de Arrio parte de un monoteísmo absoluto, según el cual el Hijo no puede ser, ni una encarnación del Padre, ni una parte de su sustancia, ni otro ser semejante al Padre, pues cualquiera de estas tres posibilidades negaría, o bien el carácter inmaterial de Dios, o bien su unicidad. El Hijo no puede no tener un origen, pues entonces sería hermano del Padre, y no hijo. Luego, el H ijo tiene principio, y fue creado de la nada por el Padre. Antes de tal creación, el H ijo no existía, y es incorrecto afirmar que Dios es eternamente Padre. Esto no quiere decir, sin embargo, que no
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hubiese siempre en Dios un Verbo, una razón inmanente; pero este Verbo o razón de Dios es distinto del Hijo de Dios, sólo fue creado más tarde».7 El principal opositor del arrianismo fue Atanasio de Alejandría, quien con su elocuencia y conocimiento teológico afirmaba y defendía la unidad del Padre con el Hijo, la deidad de Cristo y su existencia eterna, engendrado y no creado, y de la misma naturaleza –sustancia– del Padre. En tiempos del Concilio de Nicea Atanasio era sólo un diácono, y tenía voz pero no voto; y a pesar de ese inconveniente logró que el Concilio, mediante la promulgación del credo niceno condenase las enseñanzas de Arrio. Pero Arrio gozaba de mucho poder e influencia política entre las clases más elevadas, quienes lo respaldaban, incluso Constancio, el hijo y sucesor de Constantino. Los arrianos convocaban sínodos, se fortalecían y volvían los ortodoxos a condenar el arrianismo, de tal modo que cinco veces fue Atanasio enviado al destierro. Alguna vez un amigo le dijo: “Atanasio, tienes a todo el mundo en contra tuya”; él le contestó: "Pues, Atanasio contra el mundo". El emperador Teodosio publicó un edicto en el año 380 en favor de la fe ortodoxa y persiguió a los arrianos, decayendo así esta herejía en el Imperio. En los tiempos modernos el arrianismo ha hecho aparición en los llamados "Testigos de Jehová". Esta controversia se extendió por todas las iglesias. Al comienzo Arrio gozó del respaldo de parte de influyentes teólogos y dirigentes de la Iglesia, pero algunos, después de profundos estudios, y de que el Concilio de Nicea aprobara la doctrina recta de conformidad con el Nuevo Testamento, se decidieron por la ortodoxia; entre ellos se dice que se cuenta a Eusebio de Cesarea, historiador eclesiástico, en cuyos escritos dejó consignada parte de estos datos. Otros fueron Osio, el obispo de Córdoba y Eusebio de Nicomedia, antiguo compañero de Arrio. Este Concilio refutó, pues, la postura del sabelianismo o modalismo, y la creencia de que la Deidad se compone de una persona y una esencia, pero de distintos modos de manifestación. Rechazó, además, el arrianismo y su creencia de que el Hijo es de una sustancia diferente a la del Padre. Expresó de manera formal la fe trinitaria de la iglesia: Dios es una sustancia, 7
esencia o realidad eterna que existe en tres personalidades distintas. ASCESIS. Reglas y prácticas encaminadas a la liberación del espíritu y el logro de la virtud. ASCETA. (Del gr. , profesional, atleta). Persona que hace vida ascética. Anacoreta, eremita. El que vive con mucha austeridad. El asceterio es el lugar para practicar ejercicios. El ascetismo desempeñaba un papel importante en muchas religiones, en especial en el hinduismo y en el brahmanismo. En el cristianismo sus orígenes se identifican con los de la vida eremita, perfilándose dos grandes escuelas: la de Oriente y la de Occidente. La de Oriente está representada por los escritos de Clemente de Alejandría, Atanasio de Alejandría, Basilio el Grande y Juan Crisóstomo; la de Occidente, de mayor influencia, ha sido sistematizada en los libros de Ambrosio de Milán, Agustín de Hipona y Benito de Nurcia. El ascetismo responde a la búsqueda de una perfección de tipo personal. La ascética se centra en la perfección como plenitud de la persona, mientras que la mística se propone una unión con Dios. Estas dos disciplinas juntas forman lo que hoy se llama teología espiritual. El ascetismo surgió en la cristiandad como una reacción cuando la Iglesia se unió a los poderes del mundo en tiempos del emperador Constantino. Cuando vieron cómo en el Cristianismo muchos se mezclaron estrechamente en la política, las posiciones y el prestigio de este siglo, y el paganismo y el Cristianismo cada vez se amalgamaban más, algunos empezaron a reaccionar retirándose al desierto a llevar una vida ascética, viviendo en cuevas y lugares solitarios, dedicados a la oración y a la contemplación. Mientras unos se unían al Estado y a la religión babilónica, otros se desentendían de la responsabilidad en la edificación de la casa de Dios; y ambos extremos son perniciosos. ASKENAZI. Dícese de los judíos oriundos de Europa Central y Oriental, y de la lengua hablada por ellos. El yiddish es la lengua familiar y de cultura de la mayoría de los judíos ashkenazim, llamada también judeo alemán. El sistema dialectal moderno se fijó a partir del siglo XV. A los descendientes del Askenaz bíblico (Gé. 10:3; 1 Cr. 1:6) se les ha identificado con los temidos escitas de los
Justo L. González, Historia del pensamiento cristiano, tomo I, p. 278. 35
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tiempos grecorromanos (Col. 3:11). ASTROLOGÍA. (Del gr. ). Estudio de la posición y del movimiento de los astros, a través de cuya interpretación y observación se pretende conocer el destino de los hombres y pronosticar los sucesos terrestres. Desde Babilonia los astrólogos creían que los movimientos de los astros afectaban el destino del ser humano, por lo cual estas personas pretendían predecir los acontecimientos futuros mediante la observación de las estrellas. Los astrólogos ocupaban altos puestos, y eran equiparados con los sabios, adivinos, magos y encantadores entre los caldeos, asirios, egipcios, fenicios, árabes, y en especial los babilonios (Dn. 2:2,27; 4:7). La moderna y científica astronomía tiene sus raíces en la antigua astrología, de la cual hay que distinguir y diferenciar. Hoy la astrología se conoce como una práctica esotérica, relacionada con la hechicería y el ocultismo; y ya a finales de la historia del reino de Judá se ve que era una práctica idolátrica que se condenaba (2 Re. 23:5,12; Jer. 10:2; 19:13; Ez. 8:16; Sof. 1:5). La Palabra de Dios condena la práctica de la consulta a los astros, tan difundida hoy con el llamado horóscopo, como sucedía en Babilonia, pero aun así no pudo evitar su caída. “12Estate ahora en tus encantamientos y en la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te fortalecerás. 13Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti” (Is. 47:12.13). ATARAXIA. Tranquilidad, imperturbabilidad del ánimo, tranquilidad máxima del alma. Suspensión del juicio. 2 . Fil. Serenidad del sabio, hecha de indiferencia y dominio sobre las propias pasiones. El término lo empleó primeramente Demócrito para definir el estado de verdadera felicidad. Por ejemplo, el ideal de los epicúreos era la paz del alma (ataraxia) en la que radicaba la felicidad, mediante la sabia ponderación del goce y el prudente dominio de sí mismo. 3 . Patol. Ausencia de ansiedad, que en casos extremos puede llegar a convertirse en estado de calma imperturbable o de confusión mental. 37
ATEÍSMO. Opinión o doctrina del ateo (del gr. , de a, sin, y Theos, Dios), el que niega la existencia de Dios. Bajo la denominación de ateísmo se engloba erróneamente a monistas y panteístas, los cuales no niegan a Dios, sino que lo conciben de una forma distinta que el teísmo tradicional. El ateísmo tiene sus orígenes en Grecia; intencional o explícitamente lo profesaron Tales, Anaxímenes, Heráclito y Jenófanes. Con Leucipo y Demócrito, creadores del materialismo, nace verdaderamente el ateísmo, al presuponer que la materia es principio y causa del mundo. De él se pueden citar ejemplos claros en casi todas las épocas. Lucrecio en Roma; en el s. XVIII Diderot, Helvetius, La Mettrie; en el s. XIX Feuerbach, Marx y Engels; en el s. XX Lenin, Bertrand Russell, Sartre, etc. Todas las filosofías materialistas dialécticas pueden considerarse ateas por cuanto pretenden liberar a los hombres de lo que llaman supersticiones religiosas. Hay que distinguir: 1) entre ateísmo teórico, que niega teóricamente la existencia de Dios, y práctico, que es el profesado por aquellos que actúan como si Dios no existiera, pero sin negar teórica y explícitamente la existencia de Dios; 2) entre ateísmo agnóstico o escéptico, que niega la posibilidad misma de conocer o demostrar la existencia o no existencia de Dios, y ateísmo dogmático, que o bien la niega pura y simplemente o bien la considera una hipótesis gratuita e innecesaria. En el mundo contemporáneo el ateísmo está también ligado a una serie de motivaciones sociológicas: a diferentes niveles de la realidad, puede hablarse de un ateísmo de base científico-técnica, de un ateísmo ligado a la tradición de clase del mundo obrero, de un ateísmo de coordenadas freudianas, de un ateísmo promovido por las corrientes hedonistas de la sociedad de consumo en sus diversos modelos y hasta de un ateísmo vinculado a la misma religiosidad, como en el caso, en cierto modo, de la llamada teología de la muerte de Dios. Hay diversas formas de negación de la existencia de Dios. Debemos tener en cuenta que las Escrituras nos han revelado la existencia de Dios como un Ser Personal existente por Sí, consciente, de infinitas perfecciones, que hace todas las cosas de acuerdo con un plan predeterminado. No obstante, por un lado, existe entre los hombres quienes absolutamente niegan la existencia de Dios, y, por otro lado, hay falsos y actuales conceptos de Dios entre los hombres que contienen una negación del verdadero Dios. Por 38
ejemplo, unos conciben un Dios inmanente pero impersonal. La concepción teísta de Dios es de un ser que es a la vez trascendente e inmanente. Esto significa que Dios, aunque es anterior a todo, posterior a todo en el sentido de que está más allá de la realización de todo, que está sobre todo, también Dios está en todo, y todas las cosas están en Dios, y Dios sostiene todas las cosas; de manera que Dios es personal también. Otros hablan d e un D io s finit o y personal. A través de la historia de las culturas siempre se ha hablado de uno o varios dioses finitos; pero el teísmo siempre ha considerado a Dios como un Ser absolutamente personal y de infinitas perfecciones. La idea de un Dios finito está más en armonía con la experiencia humana, que la idea de un Dios infinito. En ese orden de ideas, debido al mal que hay en el mundo, es necesario pensar que Dios está limitado en su conocimiento, en su poder, o em ambos. Dentro de los parámetros de la nueva era, en la actual teología modernista, se ha puesto muy en boga concebir a Dios como la personificación de una nueva idea abstracta, como un nuevo símbolo necesario para explicar algunos procesos cósmicos, alguna voluntad o poder universal, o algún elevado y amplísimo ideal. AUGUR. Oficiante, que en la antigua Roma practicaba oficialmente la adivinación por el canto, el vuelo y la manera de comer de las aves y por otros signos. 2. Persona que vaticina. El ocultismo babilónico usa la adivinación (Ez. 21:21), pero Dios la condena y la prohíbe estrictamente (Dt. 18:10,11) incluyendo todas las clases de adivinos: adivinadores, agoreros, sortílegos, hechiceros, encantadores, mediums, nigromantes, magos, astrólogos, chamanes. Los hechiceros no heredarán el reino de Dios (Gá. 5:20; Ap. 22:15). AUTARQUÍA. (Del gr. , autocracia, poder absoluto). Dominio de sí mismo. Poder para gobernarse a sí mismo. Fil. Según Sócrates y las escuelas cínica y estoica, estado de ánimo del sabio, al cual le bastan sus propios recursos y la conciencia de su virtud propia para ser feliz. 2 . (Del gr. , autosuficiencia). Autosuficiencia. Política de un Estado que intenta bastarse con sus propios recursos.
estudia la problemática de los valores. Se le da también el nombre de teoría de los valores. AXIOMA. (Del gr. , verdad, lo que parece justo). Proposición tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración. 2 . Mat. Cada uno de los principios fundamentales e indemostrables sobre los que se construye una teoría. 3 . Lóg. En una teoría o sistemas de enunciados, enunciado básico que se establece sin necesidad de ser demostrado y que, junto con otros enunciados asimismo básicos y determinadas reglas operativas, permite deducir todos los demás enunciados del sistema. Axiomático es lo incontrovertible, lo evidente. Es el conjunto de definiciones, axiomas y postulados en que se basa una teoría científica. Durante el período clásico y hasta la época moderna se ha definido el axioma como un principio evidente y que no precisa demostración. Los axiomas serían aquellos primeros principios a partir de los cuales se realizan las demostraciones. Para Aristóteles los principales axiomas eran el principio de contradicción y el de tercio excluso. Actualmente no se considera a los axiomas evidentes por sí mismos; son principios convencionales a los que no se les puede atribuir ningún valor de verdad o falsedad (corriente formalista lógico-matemática, representada por Hilbert, Frege, Russell, Withehead, Tarski). Un conjunto de axiomas puede ser: coherente (de él no puede deducirse una proposición y su contradictoria); completo o decidible (de dos proposiciones contradictorias, una de ellas puede ser demostrada); independiente (los axiomas son irreducibles los unos a los otros).
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AXIOLOGÍA. (Del fr. axiologie, y este del gr. , digno, que tiene peso o valor, y el fr. -logie, -logía). Fil. Parte de la filosofía que
BRAHMANISMO. Conjunto de las instituciones religiosas, culturales y sociales en que cristalizó la acción y la influencia de los brahmanes.
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Como cuerpo ideológico, el brahmanismo constituye una serie poco coherente de doctrinas filosóficas, teológicas y éticas, fruto del esfuerzo de interpretación llevado a cabo por los brahmanes: representa la etapa predecesora del hinduismo. 2 . Religión de la India, que reconoce y adora a Brahma como dios supremo, denominada oficialmente en la actualidad hinduismo. El brahmán (del árabe clásico barahman, este del persa barahman, y éste del sánscrito bráhman, cuerpo de teólogos) es miembro de la primera de las cuatro castas tradicionales de la India. BUDISMO. Doctrina y religión derivadas de las enseñanzas de Buda (ca. 566-486 a.C.), quien fue un príncipe indio del clan de los Sakyas. La doctrina budista, surgida en el brahmanismo, retiene aspectos propios de aquella religión de la India: oposición a la creencia escéptica de la aniquilación del individuo por la muerte, teoría de la concentración mental (afín a la del yoga) y los conceptos del karma (consecuencias del mérito o demérito de las libres acciones individuales en función de una reencarnación futura), del nirvana, de la transmigración del ser (samsara) y de la aspiración a la santificación (arhat), con lo que ha dado gran importancia al monaquismo. Religión de masas, ha adquirido también formas populares. Como sea que las enseñanzas de Buda fueron transmitidas oralmente, el budismo no contó al principio con un canon escrito, aunque su moral siempre se ajustó a lo expuesto por Buda en su plática (o sutra) de Benares, en la que señaló las cuatro «verdades sublimes»: conciencia del dolor; la causa de éste es el deseo de gozar de las cosas sensibles; supresión de aquel dolor mediante la de todo deseo concupiscente; medios para lograr la perfección. Con el tiempo se hizo necesario codificar una doctrina (harma), quizá ya antes del primer concilio histórico, reunido en Pataliputra por decisión del rey Asoka (242 a.C.). Este rey indio propagó el budismo en sus dominios y su hijo Mahinda lo introdujo en Sri Lanka. La primera doctrina búdica (Theravada o antigua, llamada después Hinayana o «Pequeño Vehículo») se ha conservado en un texto escrito en lengua pali. En el siglo primero apareció otra doctrina, el Mahayana, o «Gran Vehículo», cuyo código, el Tripitaka, escrito en sánscrito, se divide en tres partes; reglas de la disciplina monacal, la doctrina propiamente dicha y el abhidharma (Alta Doctrina) o normas de ética psíquica. Posteriormente el budismo ha experimentado florecimientos y 41
nuevas introducciones doctrinarias y se ha extendido por diversos países como Birmania, Indochina, China, Mongolia, Japón, Tailandia, Java, el Tibet, Ceilán y otros. Su cuerpo doctrinal reviste algunos aspectos filosóficos, pero fundamentalmente no es una filosofía, sino una religión, con su moral propia. Ejerce, de todos modos, una innegable influencia entre los intelectuales, que unida a su impacto popular hace de él una fuerza de presión que pesa notablemente en las realidades histórico-sociales. Así, por ejemplo, el budismo ha desempeñado un papel importante en la larga crisis del Vietnam: en 1963 sostuvo la revuelta contra el régimen totalitario de Diem, en 1964 condenó el de Tran Van Huong y posteriormente se ha ido afirmando, de manera progresiva, como una «tercera fuerza» inclinada a favorecer el retorno a la paz.
C CÁBALA. (Del hebr. qabbalah, tradición, escrituras posteriores a las mosaicas). En la tradición judía, sistema de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento. 2 . Conjunto de doctrinas teosóficas basadas en la Sagrada Escritura, que a través de un método esotérico de interpretación y transmitidas por vía de iniciación, pretendía revelar a los iniciados doctrinas ocultas acerca de Dios y del mundo. Al comienzo estas ideas místicas y esotéricas fueron transmitidas oralmente, en secreto. Esta vertiente interpretativa tiene su fundamento en una mezcla de los conocimientos bíblicos de ciertas corrientes judías con incorporaciones de diversas tradiciones paganas, especialmente con teúrgias caldeas y egipcias. La Cábala muestra influencias neoplatónicas y neopitagóricas. Según la Cábala, Dios es una esencia inaccesible e inefable, a semejanza de la luz, dimana de sí misma la sabiduría y la inteligencia; estas dos primeras emanaciones, junto con Dios mismo, forman las tres hipóstasis primeras. Estas hipóstasis pertenecen al género de los Números que constituyen el mundo invisible, modelo del visible. La Cábala se divide en dos grandes partes: 1 . El Libro de la Creación (Sefer Yezirah), que consiste en una 42
supuesta revelación de Dios a Abraham, por medio de versículos bíblicos, letras y valores numéricos. En esa supuesta revelación, primero aparece el orden en que Dios comenzó a aparecer, a emanar, y cómo comenzó luego a aparecer la creación como una emanación divina. La Cábala es emanantista. Los cabalistas se han inventado ciertos grados de emanaciones, los sefiroths, de los distintos poderes de la sabiduría, en la creación del universo. Esas emanaciones son sucesivas (de una surge otra), que supuestamente se inician en Dios. El Sefer Yezirah constituye la tradición antigua de los cabalistas. 2 . El Libro del Esplendor (Zohar), cuyo origen se remonta a la Edad Media cristiana, cuando un hombre llamado Moisés de León, basándose en el Sefer Yezirah, comenzó a interpretar el Pentateuco, cambiando los valores numéricos de las letras, obteniendo como resultado una rica gama de interpretaciones cabalísticas, enriqueciendo de esa manera la visión emanantista de Dios. Al unir y asociar todas esas tradiciones, resultó la llamada Cábala que, mezclada con los misticismos orientales, dio origen a movimientos esotéricos como los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, los Templarios, la masonería y los rosacruces. Es, pues, la Cábala, uno de los orígenes del hermetismo, del ocultismo, de la interpretación del esoterismo. CANON. (Del gr. , regla, modelo). Regla o precepto; catálogo o lista. 2 . Decisión o regla establecida en algún concilio de la iglesia católica romana sobre el dogma o la disciplina. 3 . Teol. Catálogo oficial de los libros sagrados que han sido aceptados por la Iglesia como inspirados por Dios. 4 . Mús. Composición de contrapunto en que sucesivamente van entrando las voces, repitiendo e imitando cada una el canto de la que le antecede. Canon es una palabra que los griegos tomaron de los semitas y ellos a su vez de los sumerios. Semita qaneh; sumerio gi, junco, caña. FORMACIÓN DEL C ANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO. Canon: Conjunto de libros que han sido unidos en un compendio y que son inspirados por Dios (teopneustos). I - Problema. ¿Cómo se hace para determinar si un escrito es inspirado o no? ¿Quién lo decide?
II - Fuentes extra-veterotestamentarias. 1 . Pentateuco S amaritano. Libro extra-bíblico tal vez escrito antes de la división del reino, muy similar al Pentateuco bíblico. 2 . Prólogo de Eclesiástico. Otra fuente extra-canónica. Fue escrito ca. 190 a.C. 3 . Flavio Josefo. En su obra Antigüedades de los Judíos, él habla de 22 libros del AT y que equivalen a los 24 del texto hebreo y a los 39 que tiene la Biblia. 4 . II Esdras. Ahí dice que Esdras, después que regresó de Babilonia, dictó a los amanuenses 95 libros en 40 días, debido a que se habían quemado cuando la invasión de Nabucodonosor y la destrucción del templo. 5 . Septuaginta. Traducción bíblica del hebreo al griego hecha por unos 72 rabinos de Alejandría. Contiene varios libros más, que se llaman deuterocanónicos o apócrifos. La LXX incluye todos los libros del AT que tenemos, y es una base importante para la formación del Canon. No hay una información concreta de cómo se formó el Canon del AT; pero hay varias tradiciones judías al respecto. - En 2 Macabeos 2:13 dice que Nehemías tuvo algo que ver en la recopilación del AT. “Lo mismo se narraba también en los archivos y en las Memorias del tiempo de Nehemías; y cómo éste, para fundar una biblioteca, reunió los libros referentes a los reyes y a los profetas. Los de David y las cartas de los reyes acerca de las ofrendas”.8 - Esdras tiene una participación importante en la formación del Canon o libros normativos del AT. III - Propuesta tradicional. a) Hipótesis. En todo el proceso de canonización hubo un proceso de continuidad entre el acto de escribir y el acto de coleccionar los libros en el Canon. A medida que se escribía, se le agregaba al Canon. Desde Moisés hasta Malaquías, al establecer su autoría se aseguraba su autenticidad. b) La Torah. Todos los hombres de Dios reciben de Dios 8
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Biblia de Jerusalén. 44
mandamientos que son normativos y que seguramente los fueron escribiendo hasta Moisés. Isaías 30:8 nos indica una idea de una palabra que iba a ser normativa, canónica, inspirada. “Vé, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre”. Los profetas adquieren autoridad ante el pueblo porque están arraigados en la Torah; porque declaran estar fundamentados en la tradición de la Torah, afianzando su canonicidad. Los escritos: Salmos, Proverbios, etc. van adquiriendo canonicidad en la medida en que van siendo aceptados por el pueblo. Los libros canónicos fueron seleccionados de mucha literatura religiosa escrita. La única prueba verdadera de canonicidad es el testimonio del propio Dios de la inspiración de Su Palabra. IV- Propuesta liberal. Se inicia en el siglo XIX y toma la literatura sagrada como si se tratara de literatura secular. Uno de sus propugnadores dice que toda oración en el AT era profana antes de que se convirtiera en escrito inspirado. Los liberales los dividen así: - La Torá; no le dan un autor específico sino que la tratan como una recopilación esporádica. Tiene mucho que ver la reforma de Josías (2 Reyes 23:4-14), pues allí encuentran el Pentateuco (2 Reyes 22:8-10). - Forman una escuela escritural y sacerdotal, y esa escuela afirma la importancia de Esdras para la formación y canonización de la Escritura. Antes de la canonización, en Israel sólo había literatura nacional. Esa literatura nacional, por razones de ciertos eventos de Israel, llega ser Escritura canonizada. Le vieron un valor pragmático en el uso de la religión. Para los liberales, la inspiración divina no cuenta en la canonización. Esta propuesta es totalmente opuesta a la tradicional, pues en la propuesta tradicional es primordial el elemento divino; en cambio en la propuesta liberal es primordial el elemento humano. Más o menos a finales de los años 60 del siglo XX surge una nueva disciplina que se llama “crítica canónica”. Para la formación del canon debemos ver dos dimensiones: Una
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teológica y otra histórica. Es muy claro en el texto bíblico que el rol divino es muy importante en la formación del Canon, pero que se llevó a cabo dentro de una comunidad llamada Israel y dentro de un marco histórico específico. Hay una relación entre la literatura normativa y la comunidad que la recibe y la acumula. La va seleccionando, ordenando y coleccionando. La Escritura normativa y el Canon tienen una interacción, no se puede dividir. No es por decisión de un sínodo o de un concilio donde se determina la canonización de un escrito dado, como los liberales sostienen que sucedió en Jannia, en el año 90 d.C. Otro tanto, guardando las proporciones, podríamos decir de los jerarcas católicos romanos al incluir los llamados deuterocanónicos en el Concilio de Trento. La literatura canónica ejerció autoridad en el pueblo mucho antes de que fueran considerados como inspirados. En Jannia reconocieron la autoría divina, ya que el pueblo se la había reconocido. Además de la intervención divina, ayudaron ciertos eventos históricos hebreos a la definición de la canonización de la Escritura: 1 . Descubrimiento del libro de la ley en la reforma de Josías. 2 . El cautiverio de los hebreos en Babilonia. 3 . La destrucción del segundo templo de Jerusalén por parte de los romanos al mando del general Tito (70 d. C.). El pueblo coleccionó, ordenó y procesó la Escritura. Las fechas de canonización son muy relativas, tanto en la Torá, los Profetas y los Escritos. El Canon fue formado, terminado y cerrado hacia fines del siglo I de nuestra era. Se debe recalcar que la Biblia es una biblioteca de libros, una colección de libros, que produce crecimiento en la persona que los lee. El documento final es un testimonio veraz de un regalo pleno de vida del Dios de Israel. CARÁCTER. (Del lat. character). Conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad, que las distingue de las demás por su modo de ser u obrar. El carácter español. el carácter insufrible de Fulano. 2 . Condición dada a alguien o a algo por la dignidad que sustenta o la función que desempeña. El carácter de juez, de padre. Medidas de carácter transitorio. 3 . Señal espiritual que queda en una persona 46
como efecto de un conocimiento o experiencia importantes, como, la regeneración espiritual en un creyente cristiano. Imprimir, imponer carácter. || Fuerza y elevación de ánimo natural de alguien, firmeza, energía. Un hombre de carácter. Psicol. El carácter es una totalidad integradora, sintetizadora y organizadora de todos los resortes psicológicos del individuo, que incluye no sólo su base psicosomática congénita o constitutiva, sino también el fruto de sus experiencias y adquisiciones afectivas, culturales y sociales y que se halla en relación constante y dinámica con el medio existencial humano. El estudio específico del carácter corresponde a la caracterología. CARISMA. (Del gr. , de , agradar, hacer favores, conceder una gracia). Especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar. 2 . Don gratuito que Dios concede a algunas personas en beneficio de la comunidad. 3 . Don gratuito que el Espíritu Santo concede a una criatura elegida por Él; es distinto de la gracia santificante y salvadora. 4 . Por extensión, cualidades excepcionales que se suponen implícita o explícitamente en un individuo como justificación del alto y privilegiado papel que se le otorga en la vida social. Carisma, es pues, un don de gracia, una dádiva que involucra gracia (caris) de parte de Dios como Dador. Esta palabra griega es traducida «dádiva» sólo en Romanos 6:23. Se usa: a) de su libre don a los pecadores (Ro. 5:15.16; 6:23; 11:29); b) de sus dones a los creyentes por las operaciones del Espíritu Santo en la iglesia (Ro. 12:6; 1 Co. 1:7; 12:4,9,28,30,31; 1 Ti. 4:14; 2 Ti. 1:6; 1 Pe. 4:10); c ) de aquello que es impartido mediante instrucción humana (Ro. 1:11); d) del don natural de la continencia, consiguiente a la gracia de Dios como creador (1 Co. 7:7); e ) de liberaciones bondadosas concedidas en respuesta a las oraciones de hermanos en la fe (2 Co. 1:11). CARNE. (Del hebreo basar, carne, pene, y del griego sarx [ ]. Es la parte carnosa del cuerpo humano con la piel (Gn. 2:21). En el NT se usa para: a) la sustancia del cuerpo, tanto si es de bestias 47
como de hombres (1 Co. 15:39); b) el cuerpo humano (2 Co. 10:3; Gl. 2:20; Flp. 1:22); c ) por sinécdoque se dice de la humanidad santa del Señor Jesús, en la totalidad de todo lo que es esencial a lo humano, esto es, espíritu, alma y cuerpo (Jn. 1:14; 1 Ti.3:16; 1 Jn. 4:2; 2 Jn. 7). En He. 5:7 habla de “los días de su carne”, esto es, su vida transcurrida en la tierra en distinción a su vida actual en resurrección; e ) por sinécdoque, de la persona completa (Jn. 6:5157; 2 Co. 7:5; Stg. 5:3); f) el elemento más débil de la naturaleza humana (Mt. 26:41; Ro. 5:19; 8:3); g) el estado no regenerado de los hombres (Ro. 7:5; 8:8,9); h) el asiento del pecado en el hombre (no es lo mismo que el cuerpo; 2 Pe. 2:18; 1 Jn. 2:16); i) el elemento inferior y temporal en el cristiano (Gl. 3:3; 6:8), y en las ordenanzas religiosas (He. 9:10); j) los logros naturales de los hombres (1 Co. 1:26; 2 Co. 10:2.3); k) las circunstancias (1 Co. 7:28); lo externo de la vida (2 Co. 7:1; Ef. 6:5; He. 9:13); l) por metonimia, lo externo y aparente, en contraste al espíritu, a lo interno y real (Jn. 6:63; 2 Co. 5:16); m) relación natural, consanguínea (1 Co. 10:18; Gl. 4:23), marital (Mt. 19:5). CASUISTA. (Del lat. casus, caso). Dicho de un autor que expone casos prácticos de teología moral. 2 . Por extensión se aplica también al que expone casos prácticos propios de cualquiera de las ciencias morales o jurídicas. CASUÍSTICA. Perteneciente o relativo al casuista. 2 . Dicho de una disposición legal: Que rige casos especiales y no tiene aplicación genérica. 3 . En teología moral, aplicación de los principios morales universales a los casos concretos y particulares de las acciones humanas y de los casos de conciencia que de ello derivan. 4 . Consideración de los diversos casos particulares que se pueden prever en determinada materia. CATARSIS. (Del gr. kátharsis , purificación, purga). Entre los antiguos griegos, purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza. En estética, liberación o cura de los males del espíritu gracias a las emociones provocadas por uno u otro arte. Fue Aristóteles quien primero usó el término, en su Poética, para definir el efecto que la tragedia debía producir en los espectadores, al suscitar y purificar la compasión, el temor u horror y otras emociones. 2 . Por ext. sentimiento de purificación, o liberación, o 48
transformación suscitado por algunas vivencias o una experiencia vital profunda. 3 . Méd. Expulsión expontánea o provocada, de sustancias nocivas al organismo. 4 . Psicoanál. Liberación de una fuerte carga emocional asociada a algún recuerdo reprimido y que retorna a la conciencia. Se le da también el nombre de abreacción. CATASTROFISMO. Teoría según la cual los mayores cambios geológicos y biológicos se han debido a catástrofes naturales. Tendencia a ver las cosas, o a imaginar el futuro, con tintes sombríos, con pesimismo. 2 . Teoría formulada por Cuvier y d’Orbigny, según la cual la vida sobre la Tierra es aniquilada periódicamente por grandes catástrofes y ha de ser renovada por creaciones sucesivas. 3 . Tiene que ver con toda la explicación sedimentaria a través del diluvio universal. Hay dos teorías de interpretación: La geología y la pantología. Se trata del actualismo, que trata de explicar los estratos, los fósiles de la tierra según la teoría evolucionista y la que explica estos mismos datos según el efecto del Diluvio; la primera lo niega y la explica de una manera atea, y la otra lo acepta. CATEQUESIS. (Del gr. , del verbo katequeo, instruir, enseñar). Ejercicio de instruir (a los catecúmenos) en cosas pertenecientes a la fe cristiana. También se dice del lugar o reunión donde se imparte la doctrina cristiana. CELIBATO. (Del lat. cælibatus, soltería). Estado de soltero. Práctica católica romana de negar el matrimonio a los clérigos. En el rito latino u occidental vienen obligados a guardar el celibato los eclesiásticos que han aceptado las órdenes mayores y los religiosos, bajo pena de excomunión en el primer caso. Durante la mayor parte del siglo IV los obispos y clérigos eran célibes o abandonaron a sus esposas después de su consagración. En la parte del cristianismo sujeta al dominio papal se proclamaron leyes prohibiendo el divorcio de los obispos, y si eran ya casados cuando tenía lugar su consagración, debían abandonar la esposa y enviarla a algún convento distante. Sin embargo, se permitía el matrimonio a las categorías sacerdotales inferiores al obispado. Desde Carlomagno hubo un movimiento en favor del matrimonio clerical, pero Gregorio VII luchó con gran porfía para imponer el celibato. Sin embargo, había gran diferencia entre la teoría y la práctica con respecto a este recibimiento. 49
Los reformadores protestantes se pronunciaron a favor del matrimonio de los ministros de culto; en cambio, el Concilio de Trento reafirmó el celibato. Desde el concilio Vaticano II quedaron exentos de él los diáconos que hubieran contraído matrimonio. Actualmente la Iglesia Católica Romana propugna el celibato como útil para los ministros, ya que les da mayor libertad para el servicio de Dios, y para conseguir de los sacerdotes una mayor pureza en la atención de los servicios divinos, y una mayor dedicación a ellos; por eso el catolicismo romano ha convertido este precepto en obligatorio y permanente; pero declara que la iglesia podría abrogar esta obligación si así lo quisiese. Hay, no obstante, algunos destacados teólogos católicos contemporáneos que han formulado serios reparos a esta exigencia, pues para nadie es un secreto que el celibato está muy lejos de proporcionar una mayor pureza a los clérigos, y su efecto a sido nefasto a lo largo de la historia, y los escándalos han sido de gran repercusión negativa a lo largo y ancho de los pueblos llamados cristianos. La humanidad está saturada y asfixiada de esta ola de inmoralidad clerical. En el rito oriental pueden estar casados todos los clérigos, a excepción de los obispos y los monjes. Hay pasajes, como Mateo 19:12, donde el celibato es recomendado (aunque no ordenado ni impuesto), como manera más favorable de servir a Dios. No obstante pasajes como 1 Timoteo 4:15 declaran que el celibato obligatorio es una doctrina de demonios. CERTEZA. (Del gr. pleroforia [ ], plenitud, abundancia). Conocimiento seguro y claro de algo. 2 . Firme adhesión de la mente a algo conocible, sin temor de errar. 3 . Plena certidumbre, plena confianza. Un pleno llevar (pleros, pleno; fero, llevar). Algunos lo explican como total feracidad. En 1 Ts. 1:5 describe la buena disposición y libertad espiritual de que gozan aquellos que llevaron el evangelio a Tesalónica; en Col. 2:2, la libertad mental y la confianza resultantes de un entendimiento en Cristo; en He. 6:11, el efecto de hacer fijar la mirada en la esperanza del cumplimiento de las promesas de Dios; en He. 10:22, el carácter de la fe mediante la que debemos acercarnos a Dios. CHAMÁN. (Del fr. chaman, y este del tungús saman). Hechicero al que se supone dotado de poderes sobrenaturales para sanar a los enfermos, adivinar, invocar a los espíritus, etc. El c hamanismo es 50
el conjunto de creencias y prácticas referentes a los chamanes. CIBERNÉTICA. (Del fr. cybernétique, este del ingl, cybernetics, y este del gr. , arte de gobernar una nave, pilotear). Kubernesis viene de kubernao, conducir (de donde viene “gobernar”). Denota: a) conducción, pilotaje; b) metafóricamente, gobernaciones, y se dice de los actúan como administradores en una iglesia local (1 Co. 12:28). La cibernética se relaciona con el estudio de las analogías entre los sistemas de control y comunicación de los seres vivos y los de las máquinas; y en particular, el de las aplicaciones de los mecanismos de regulación biológica a la tecnología. La cibernética es una ciencia que da unidad al comportamiento de los servomecanismos y sistemas de la ingeniería de telecomunicaciones, e igualmente a muchos fenómenos fisiológicos, neurológicos, psicológicos, sociológicos y económicos. La originalidad de la cibernética reside en dos aspectos: a) muestra que la estructura de un órgano de un ser viviente es semejante a la de una máquina, y por consiguiente sus deducciones son aplicables tanto a la máquina como al animal; b) muestra que lo esencial en una máquina o sistema automático y en un organismo vivo, en lo que tiene de análogo a un sistema automático, es la transmisión de información. Para conseguir un fin, lo mismo el ser vivo que el órgano de la máquina captan información del mundo exterior, y antes de resolver el problema que se les presenta lo relacionan con la información que permanece almacenada en su memoria. En los organismos artificiales la impresión de datos en la memoria se consigue por métodos electrónicos o magnéticos, y en los naturales se cree que se efectúa por métodos electroquímicos. Se ve así que la cibernética comprende la teoría de la información, estudiando el programa, la transmisión y la guía de la acción; puede, pues, definirse de forma más abstracta y completa como el arte de hacer eficaz la acción. CIRCUNCISIÓN. (Del lat. circumcisio, -onis). Acción y efecto de circuncidar, cortar el prepucio; práctica ritual en varias religiones y culturas. |Práctica quirúrgica para corregir la fimosis, esto es, la estrechez del orificio del prepucio, que impide la salida del glande. Según correspondía a la dispensación del Antiguo Testamento, la circuncisión era un sacrificio sangriento, que simbolizaba la 51
escisión de la culpa y la corrupción del pecado, y que obligaba al pueblo a dejar que el principio de la gracia de Dios penetrara en la vida completa de ellos. La circuncisión llegó a ser un pacto entre Dios y la nación de Israel (Gn. 17:9-11). La circuncisión también fue practicada por algunos otros grupos semitas y por los egipcios, pero en Israel era de naturaleza contractual, ya que era el sello o señal externa del pacto abrahámico hecho por Dios. La falta de la circuncisión separaba a uno del pueblo de Israel. El mandato se perpetuó en la Ley de Moisés (Lv. 12:3; Jn. 7:22,23). En la dispensación del evangelio, la circuncisión fue abolida (Ef. 2:11-15; Col. 3:11; 2:14), y exigirla ahora es volver al legalismo. La circuncisión en esta época es del corazón (Ro. 2:29) y no de la carne; pero aun cuando era obligatoria, no tenía valor alguno, a menos que fuese acompañada de fe y obediencia (Ro. 3:30; Gá. 5:6; Ro. 2:25: 1 Co.7:19). “El hombre que Dios creó para cumplir su propósito era puro, sin pecado ni ninguna clase de mezcla negativa. No obstante, el pecado, la naturaleza maligna de Satanás, entró en el hombre por medio de la caída. Primero, hizo que el cuerpo del hombre se convirtiera en la carne, llena de concupiscencias, y finalmente hizo que el hombre en su totalidad llegara a ser la carne. Así que, el hombre fue dañado y quedó imposibilitado para cumplir el propósito de Dios. Luego Dios intervino y llamó a una raza –a Abraham y su descendencia– de entre la humanidad caída. Para llevar a cabo Su propósito, Dios les mandó circuncidarse, es decir, renunciar a su carne. Esto significaba que estaban separados de la humanidad caída y habían sido librados de la condición caída. La circuncisión constituyó una gran distinción entre ellos y el resto de la humanidad. El pueblo circuncidado era llamado ‘la circuncisión’, que denotaba aquellos que estaban separados de la situación caída. El resto de la humanidad era llamado ‘la incircuncisión’, lo cual denotaba aquellos que permanecían en el estado caído. Éstos eran los gentiles en la carne; nosotros también nos encontrábamos en esta categoría antes de estar en Cristo”.9 CIRCUMINCESIÓN. (Del lat. eclesiástico circumincessio, de circum, que contiene, y cesión, que cede). Teol. Presencia recíproca de las tres Personas de la Trinidad. Cada Persona contiene en Sí a las otras. El Padre está en el Hijo y el Espíritu Santo; el Hijo está en el Padre 9
Witness Lee. El Nuevo Testamento Versión Recobro. Comentario a Efesios 2:11. LSM. 52
y en el Espíritu, y el Espíritu está en el Padre y en el Hijo. Es sinónimo de coinherencia, y de la siguiente palabra proveniente del latín: Circuminsesión (cada Persona penetra y está dentro de las otras). Estas palabras fueron usadas en el concilio de Florencia y en especial por Tomás de Aquino.
sinónimo de las siguientes palabras provenientes del latín: c ircumincesión (cada Persona contiene a las otras) y circuminsesión (cada Persona penetra y está dentro de las otras). Estas palabras fueron usadas en el concilio de Florencia.
CIRCUMINSESIÓN. (Del lat. eclesiástico circuminsessio). Teol. Palabra latina que se refiere a que cada Persona de la Trinidad Divina (Padre, Hijo y Espíritu Santo) penetra y está dentro de las otras Personas.
CONCEPTUALISMO. Sistema filosófico que defiende la realidad y legítimo valor de las nociones universales y abstractas, en cuanto son conceptos de la mente, aunque no les conceda existencia positiva y separada fuera de ella. Es un medio entre el realismo y el nominalismo extremos. Según el conceptualismo, aunque los conceptos no poseen realidad extramental, se fundan, sin embargo, en la naturaleza misma de las cosas (Abelardo). Los conceptos se obtienen al comparar distintos entes particulares y reflejan lo que éstos tienen de común y que los distingue de los otros que pertenecen a distinta especie.
CIRCUNLOCUCIÓN. (Del lat. circumlocutio, -onis). Ret. Figura que consiste en expresar por medio de un rodeo de palabras algo que hubiera podido decirse con menos o con una sola, pero no tan bella, enérgica o hábilmente. Circunloquio es el rodeo de palabras para dar a entender algo que hubiera podido expresarse más brevemente. CÓDICE. (Del lat. codex, icis). Libro anterior a la invención de la imprenta. 2 . Libro manuscrito de cierta antigüedad y de importancia religiosa, histórica o literaria. De los principales códices bíblicos tenemos el Sinaítico y el Vaticano.
COLECTÁNEA. Colección, antología.
COINHERENCIA. La inherencia es la unión de cosas inseparables por su naturaleza. Referido a la Trinidad divina, las tres Personas son coinherentes, pues cada Persona de Dios está en las otras dos (Jn. 14:10; 15:26) habitando en ellas, y asimismo las contiene. El Padre contiene en sí al Hijo y al Espíritu Santo (Mt. 10:20); el Hijo contiene en sí al Padre y al Espíritu Santo (Gá. 4:6), y el Espíritu Santo contiene en sí al Padre y al Hijo (Jn. 14:23). C oinherencia es sinónimo de p ericoresis (proveniente del griego), palabra usada por Juan Damasceno en sus escritos cristológicos. Igualmente es
El concepto es la idea que concibe o forma el entendimiento. Es también el pensamiento expresado con palabras. 2 . Fil. Representación simbólica, normalmente por medio del lenguaje, de una idea abstracta y general. El concepto es actualmente objeto de estudio de la psicología, que se interesa por el proceso psicofísico de su formación; de la lógica, que estudia su estructura formal prescindiendo de su relación con el objeto, y de la epistemología o teoría del conocimiento, que atiende a este último aspecto. La epistemología lo considera, pues, en cuanto representación mental de un objeto de una clase de objetos, y se interesa principalmente por la validez objetiva del conocimiento conceptual. Sus notas esenciales son la compresión y la extensión. Las principales teorías de la filosofía antigua y medieval acerca de la naturaleza y origen del concepto son: el esencialismo platónico, el aristotélico, el conceptualismo y el nominalismo. Las corrientes filosóficas posteriores se vincularon ya a una, ya a otra de estas posturas: el racionalismo, a la teoría platónica; el empirismo de Locke intentó conciliar el conceptualismo y el nominalismo, y el de Hobbes se aproximó más a este último. Según Kant, los conceptos son las formas puras (reglas, leyes) inmanentes al entendimiento, cuya función es la de organizar el material suministrado por la intuición sensible y convertir en objetos de conocimiento las representaciones obtenidas por aquélla. Para
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COETERNO. Se dice de las tres Personas de la Trinidad divina, Padre, Hijo y Espíritu Santo, para denotar que son igualmente eternas. El Padre es eterno (Gn. 21:33), El Hijo es eterno (1 Jn. 5:20) y el Espíritu Santo es eterno (He. 9:14). CO- IGUAL. Se dice de las tres Personas de la Trinidad divina, Padre, Hijo y Espíritu Santo, para denotar que las tres son igualmente Dios sin dejar de ser un solo Dios. El Padre es Dios (2 Co. 1:3), y es igual al Hijo (Flp. 2:6; Jn. 1:1; 14:9-11) y al Espíritu Santo (Jn. 4:24).
Hegel los conceptos son las esencias de las cosas en cuanto creadas por la misma actividad del Espíritu absoluto y de acuerdo con sus propias leyes. Las actuales corrientes filosóficas tienden a ver en el concepto ya una reproducción de los caracteres esenciales de las cosas (realismo epistemológico), ya instrumentos que permiten describir y clasificar los objetos o, simplemente, símbolos que permiten organizar y prever los fenómenos. CONCOMITANTE. (Del lat. concomitans, -antis, de concomitari, acompañar). Que aparece o actúa conjuntamente con otra persona. CONCURRENCIA. Acción y efecto de concurrir. 2 . Conjunto de personas que asisten a un acto o reunión. 3 . Coincidencia, concurso simultáneo de varias circunstancias. | | 4 . Asistencia, participación. Teol. Concurrencia d ivina. Es la intervención de Dios o cooperación del poder divino con los poderes subordinados, de acuerdo con las leyes pre-establecidas para su operación haciéndolas actuar, y que actúen precisamente como lo hacen. Dios es la causa primaria de todo; y las leyes y poderes de la naturaleza son segundas causas, pero supeditadas a la primera causa. Los poderes y leyes de la naturaleza no actúan por sí mismos, por su poder inherente; es Dios obrando a través de esos poderes. Por eso se habla de la concurrencia o cooperación de la Primera Causa con las causas secundarias. El panteísmo dice que Dios es el único agente que obra en el mundo. Pero la Biblia revela que en todo obra la voluntad de Dios (Mt. 10:29). Los hombres no obran independientemente, sino controlados por la voluntad de Dios. Por ejemplo, en Gé. 45:5: Éx. 4:11,12; Jos. 11:6; Esd. 6:22; Dt. 8:18. La concurrencia divina no puede consistir en una comunicación general de poder y de fuerza, sin determinar la acción específica en alguna forma; no es sólo una cooperación general e indiferente. Si cada causa secundaria, incluyendo el hombre y los espíritus (ángeles y demonios), determinara su propio fin particular y su modo de acción, esto anularía la providencia divina, y el hombre y los espíritus frustrarían el plan de Dios a su antojo. Ni siquiera es determinante en el hombre hacer una parte del trabajo independientemente. El hombre es dependiente de Dios en todo lo que hace. Un ejemplo de concurrencia divina lo encontramos en 1 Reyes 55
22:13-28 y 2 Crónicas 18:12-27 con ocasión de la alianza de Josafat rey de Judá con Acab rey de Israel para ir a la guerra contra Ramot de Galaad. Aquello no era aprobado por Dios, y consultado el profeta Micaías, les dijo: “18Oíd, pues, palabra de Jehová: Yo he visto a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su mano derecha y a su izquierda. 19Y Jehová preguntó: ¿Quién inducirá a Acab rey de Israel, para que suba y caiga en Ram ot de Galaad? Y uno decía así, y otro decía de otra m anera. 20Entonces salió un espíritu que se puso delante de Jehová y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué modo? 21Y él dijo: Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas. Y Jehová dijo: Tú le inducirás, y lo lograrás; anda y hazlo así. 22Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas; pues Jehová ha hablado el mal contra ti” (2 Cr. 18:18-22). Vemos que ni los falsos profetas de la corte del rey Acab ni el demonio que los indujo a mentir obraron por su cuenta y voluntad; ellos no determinaron hacerlo, sino que se estaba cumpliendo la voluntad de Dios conforme los propósitos de Dios para ese momento de la historia de Israel y del rey Acab en particular. Otro ejemplo, de tantos otros, está en el censo efectuado en Israel en tiempos del reinado de David. Para tener la claridad de este ejemplo de concurrencia se debe comparar los textos de 2 Samuel 24:1-17 y 1 Crónicas 21:1-17. Se observa desde el comienzo de los dos textos: “Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Vé, haz un censo de Israel y de Judá” (2 Sam. 24:1). “Pero S atanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel” (1 Cr. 21:1). Vemos que Satanás incitó a David a que hiciera el censo, pero Satanás estaba cumpliendo la voluntad de Dios. La concurrencia de Dios es previa y determinante, no en sentido temporal sino lógico. Dios hace que en la naturaleza todo trabaje y se mueva en la dirección de un fin predeterminado (1 Co. 12:6; Ef. 1:11; Fil. 2:13). En Dios vivimos y nos movemos, y tenemos nuestro ser (Hch. 17:28). La concurrencia es simultánea en el sentido de que el hombre no es despojado de ninguna forma de su libertad. La acción permanece como un acto libre del hombre, por el cual se debe considerar responsable, pues la concurrencia termina, no en la criatura, sino en su actividad. No debe confundirse el gobierno de 56
Dios con su concurrencia; aunque el uno se relacione estrechamente con la otra. Por otra parte, el problema de la relación de Dios con el pecado de sus criaturas inteligentes sigue siendo un misterio, pues el concurso divino da aliento al hombre y lo determina eficazmente para el acto específico, pero es el hombre el que a la postre da al acto su cualidad formal, y quien por tanto es responsable del carácter pecaminoso del acto. Ahí tenemos el caso de Judas Iscariote. Podemos tomar todo el contexto de Juan 13:21-30 y analizarlo; pero pensemos en lo que dice el verso 27: “Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto”.
“llegando a ser sem ejante a Él”, “conformándome” a la muerte de Cristo. Con ello se indica la comprensión y asimilación práctica de la muerte del yo carnal, y cumpliendo su parte de los sufrimientos consecuentes a los sufrimientos de Cristo. Se usa: a) de la conformidad de los hijos de Dios “a la imagen de su Hijo” (Ro. 8:29); b) de su futura conformidad física a su cuerpo de gloria (Flp. 3:21). Configurarnos a Cristo es una realización progresiva hasta que lleguemos a ser la misma imagen del Señor. “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Ro. 8:29).
CONFIGURACIÓN. Disposición de las partes que componen una cosa y le dan su peculiar forma y propiedades anejas. La configuración tiene íntima relación con la conformación.
CONFLUENCIA. (Del lat. confluentia). F. Acción de confluir. 2 . Paraje donde confluyen los caminos, los ríos y otras corrientes de agua.
Configurac ió n a C ris t o . Los creyentes estamos llamados a configurarnos a Cristo. Jesucristo es el verdadero templo de Dios; es el fundamento para edificación de la casa de Dios, conforme sus planes eternos. Hay una configuración en el diseño y en la ley de la casa (economía) de Dios que está estrechamente relacionada con Cristo y su iglesia. Dice Ezequiel 43:11,12: “11Y si se avergonzaren de todo lo que han hecho, hazles entender el diseño de la casa, su disposición, sus salidas y sus entradas, y todas sus formas, y todas sus descripciones, y t o d as s us c o nfigurac io ne s , y todas sus leyes; y descríbelo delante de sus ojos, para que guarden toda su form a y todas sus reglas, y las pongan por obra. 12Esta es la ley de su casa (economía): Sobre la cumbre del monte, el recinto entero, todo en derredor, será santísim o. He aquí que esta es la ley de la casa”. La configuración a Cristo está estrechamente relacionada con la santificación, lo cual conlleva el conformarnos a Cristo cada día, a su carácter, a sus virtudes, y no conformarnos a los deseos que antes teníamos.
CONFLUIR. (Del lat. confluire). Dicho de dos o más ríos u otras corrientes de agua: juntarse. 2 . Dicho de dos o más caminos: juntarse. 3 . Dicho de mucha gente o de cosas que vienen de diversas partes: Concurrir a un sitio. 4 . Dicho de ideas, circunstancias, propósitos, etc.: Coincidir en un mismo fin. CONTINGENCIA. (Del lat. contingentia). Posibilidad de que algo suceda o no suceda. 2 . Cosa que puede suceder o no suceder. 2 . Riesgo. 3 . Fil. Posibilidad de que algo exista o no exista; se opone a «necesidad». CONTINGENTE. (Del lat. contingens, -entis, de contingere, tocar, suceder). Que puede suceder o no suceder. 2 . Lo que no es suficiente en sí mismo, como el ser de la creación. La creación es contingente porque no tiene ser en sí misma, sino que el ser le es dado por Dios de la nada. La creación depende de Dios para existir y para continuar existiendo.
El verbo griego summorfizo [ ] significa hacer de forma semejante a otra persona o cosa, hacer semejante (sun, con; morfe, forma); se refiere a aquel conformarse que es esencial en carácter y por ello completo o durable, no meramente una forma o figura. Significa llegar a ser semejante, tener la misma forma que otro, conformado a su imagen. Se encuentra en Filipenses 3:10:
CONVICCIÓN. Convencimiento. 2 . Idea religiosa, ética o política a la que se está fuertemente adherido. El término griego elenco significa: a) convencer, redargüir, poner en evidencia, reprender, acusar, generalmente con la sugerencia de avergonzar a la persona así redargüida. Se usa de convencer de pecado (Jn. 8:46: 16:8); con respecto a los que contradicen a la fe (Ti. 1:9); de transgresores de la Ley (Stg. 2:9: convictos); b) reprender (1 Co. 14:24: convencido),
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porque aquí se considera al incrédulo como quedando reprendido por, o convencido de, su estado pecaminoso; igualmente en Lucas 3:19; se usa de reprender obras (Jn. 3:20; Ef. 5:11,13; 1 Ti. 5:20;2 Ti. 4:2; Ti. 1:13; 2:15). Todos estos pasajes hablan de reprensión de palabra. En He. 12:5 y Ap. 3:19, se usa este término de reprobar con los hechos. CORONA. (Del lat. corona). Cerco de flores, de ramas o de metal con que se ciñe la cabeza, como adorno, insignia honorífica o símbolo de dignidad. 2 . En la Biblia el término griego stefanos ( ) denota primeramente aquello que rodea, como un muro o una multitud (de stefo, rodear). Denota: a) la corona del vencedor, el símbolo del triunfo en los juegos, o en algún concurso similar; de ahí, por metonimia, recompensa o premio; b) una prenda de honor público por servicios distinguidos, poder militar, etc., o de gozo nupcial, o de alegría festiva, especialmente en la aparición pública de los reyes. Se entretejía como una guirnalda de cedro, hiedra, perejil, laurel u oliva, o se hacía una imitación de éstas en oro. En algunos pasajes bíblicos es evidente la referencia a los juegos (1 Co. 9:25; 2 Ti. 4:8: “corona de justicia”); puede que también sea así en 1 Pe. 5:4, donde se pone en contraste el carácter inmarcesible de la “corona de gloria” frente a las guirnaldas de la tierra. En otros pasajes se presenta como un emblema de vida, de gozo, de recompensa y de gloria (Flp. 4:1; 1 Ts. 2:19; Stg. 1:12: “corona de vida”; Ap. 2:10; 3:11; 4:4,10); de triunfo (Ap. 6:2; 9:7; 12:1; 14:14). Recibir corona no significa recibir vida eterna. La corona es un premio, la vida eterna es un regalo de Dios. COSMOGONÍA. (Del gr. , mundo, y , , generación, origen). Relato mítico relativo a los orígenes del mundo. 2 . Teoría científica que trata del origen y la evolución del universo. Cosmogonía bíblica. La Cosmogonía es el estudio de todo lo relacionado con los orígenes de la creación. Aunque haya escuelas filosóficas y religiosas paganas, así como cosmogonías seculares que sostengan que la materia es eterna, sin embargo, la Biblia revela que el origen de la creación es obra de Dios Trino. Dios, por medio del Hijo, y en el Espíritu Santo, creó al universo de la nada, ex nihilo (Jn.1:3; Col.1:16; He.1:2; 11:3; Gé.1:1-3). Sostienen errores cosmogónicos el materialismo, el dualismo, el mazdeísmo, el 59
emanantismo, el panteísmo, la cábala judía, la masonería, el rosacrucismo y las filosofías herméticas. La creación no existía; Dios le dio el ser de la nada, como un acto voluntario. Es totalmente dependiente de Dios para todo. COSMOLOGÍA. (Del gr. , mundo, conjunto de todas las cosas creadas). Ciencia que estudia las leyes generales, las características globales, el origen y la evolución del universo. 2 . Conocimiento filosófico de las leyes generales que rigen el mundo físico. Es el estudio de la creación. Incluye la Cosmogonía y la Cosmotelia. Fil. El término cosmología fue introducido por la escolástica (para la cual la cosmología es, al igual que la psicología y la teología natural [teodicea], una división de la metafísica especial) y el racionalismo alemán, concretamente por Wolff (s. XVIII), quien la dividió en científica y experimental. Históricamente suele dividirse en cuatro grandes etapas: 1) Griega. Los pensadores pre-socráticos intentaron resolver la cuestión de un principio que diera razón de los cambios físicos; Platón (Timeo) amplió las cuestiones planteadas por estos primitivos pensadores y las sometió a revisión; Aristóteles (Física) sistematizó dichas cuestiones, sostuvo la finitud del mundo y dividió éste en dos niveles, distintos cualitativamente: el mundo celeste, incausado, de naturaleza etérea, moviéndose circularmente, y el mundo sublunar, cuyos cuatro elementos se mueven centrífuga y centrípetamente en relación al centro terrestre. Los cosmólogos griegos se inclinaron por una limitación espacial del universo, temporalmente eterno (sin principio ni fin), ordenado según leyes constantes, con repeticiones de carácter cíclico. 2) Medieval. La concepción aristotélica se prolongó durante la Edad Media, si bien el cristianismo introdujo importantes innovaciones en la cosmología: conceptos de providencia, creación, milagro, etc. Occam abre una brecha en la concepción antigua y medieval al acuñar los conceptos de infinitud del mundo y de pluralidad de mundos. 3) Moderna. El heliocentrismo (Copérnico) dio lugar a nuevas concepciones del mundo; Galileo y, más tarde, Newton señalan los momentos culminantes de esta nueva visión, que concibe la naturaleza matemáticamente. Kant, fuertemente influido por la física newtoniana, intentó una cosmología científica (Allgemeine Naturgeschichte und Theorie des Himmels), aunque luego, en su etapa «crítica», conduje-
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ra la cosmología a una serie de aporías insolubles (antimonias cosmológicas). 4) Contemporánea. Con los avances científicos y técnicos, la cosmología ha dejado prácticamente de considerarse objeto de la filosofía, si bien en pleno s. XX filósofos como Peirse y Whitehead (este último en su obra Process and Reality) han tratado cuestiones de cosmología desde un punto de vista filosófico.
alguien o algo y, en particular, el que se expresa públicamente sobre un espectáculo, un libro, una obra artística, etc.; y ese examen no necesariamente debe ser negativo o destructivo. La crítica textual es el estudio de las técnicas conducentes a la reconstrucción de un original perdido. En lo que se relaciona con los textos bíblicos, el criticismo se divide en alta crítica y baja crítica.
Cosmología bíblica. Como vemos, hay filosofías que hablan de la eternidad de la materia; pero la Biblia revela (Génesis 1 y 2) que la creación es obra de Dios. Dios es el proveedor de todas las cosas visibles e invisibles; Él sostiene la creación, la preserva, la sustenta y vela por ella. Como causa primaria de todas las cosas, Dios interviene en su creación, incluso usando las llamadas causas secundarias, como las leyes naturales, las cuales son sostenidas por Dios mismo. Es lo que se llama en teología concurrencia.
La Alta Crítica verifica la originalidad, legitimidad y procedencia del texto; la autenticidad de los autores, la época en que fueron escritos, y otros detalles, pero sin que se ocupe de hacer exégesis alguna de esos textos. La Baja Crítica se ocupa del texto en sí del documento; de sus originales hebreo y griego y sus diferentes transcripciones y traducciones a través de la historia. Pero para ello hay que contar con una tradición textual confiable y conocer cuáles son los manuscritos más antiguos y su orden cronológico. Conocer cuáles son los más confiables y compararlos con los más dudosos; entra a analizar la fidelidad de la transmisión del texto de generación en generación, buscando testigos de esa transmisión a través de los siglos hasta los textos en nuestra lengua vernácula que reposan en nuestras manos.
COSMOTELIA. (Del gr. , mundo, y , fin, objetivo, voluntad). División de la cosmología que trata de la finalidad de la creación. Dios hizo la creación con un objetivo. Todas las cosas las ha creado Dios para Su Hijo. A raíz de la caída del hombre, la creación también sufrió unos cambios, pero será libertada y tendrá sus cambios previstos por Dios (Ro.8:20,21). Todas las cosas tienen su sentido, su finalidad y su objetivo en Dios; nada existe a capricho ni dejado a la deriva. Por ejemplo, el misterio de la voluntad de Dios es “reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra” (Ef. 1:10). CREACIONISMO. Fil. Nombre dado a las doctrinas que afirman que el mundo ha sido creado de la nada por un acto libre de la voluntad divina. 2 . Biol. Doctrina que, en contraposición a la teoría de la evolución, defiende que cada una de las especies es el resultado de un acto particular de creación de parte del Creador. 3 . Fil. y Teol. Afirmación bíblica según la cual Dios creó al mundo de la nada (ex-nihilo) e interviene directamente en la creación del alma humana en el momento de la concepción. Se opone al generacionismo o traducianismo, al pre-existencialismo y a la transmigración. El creacionismo se opone rotundamente al evolucionismo y al catastrofismo a ultranza. CRITICISMO. Para nuestro interés: Examen y juicio acerca de 61
CRISTOFANÍA. (Del gr. , Ungido, y , revelarse). Manifestación de Dios por medio de su Hijo. En el Nuevo Testamento la manifestación de Cristo (epifanía) es la aparición de Dios entre los hombres. Teofanía es la aparición de Dios al hombre en forma visible y corpórea; pero la suprema revelación de Dios al hombre se halla en la encarnación de Jesucristo, quien fue hecho carne, y habitó entre nosotros (Jn. 1:14). “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Jn. 1:18). CRISTOLOGÍA. (Del gr. , ungido). Tratado de lo referente a Cristo, el Ungido. Además en griego el término Logos ( ) se le relaciona con la Palabra. Dios lo creó todo por medio de Su Palabra, el Verbo de Dios, el cual es Dios desde toda la eternidad (Jn. 1:1: Col. 1:17: Fil. 2:6). Pero ese Verbo se hizo carne en la historia (Jn. 1:14) para llevar a cabo la redención de la humanidad, conforme las profecías mesiánicas y la tipología a lo largo de todo el Antiguo Testamento; de manera que Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Además Cristo es el Hijo de Dios, la segunda 62
Persona de la Trinidad Divina. Tiene, pues, dos naturalezas, la divina y la humana, en una sola persona, con dos voluntades diferentes (Lc. 22:42; Jn. 5:30). Es de la misma esencia divina del Padre. Como fue profetizado por el Señor (Mt. 24:11, 24), en el desarrollo histórico del cristianismo han surgido herejías y doctrinas erradas en cuanto a Cristo, a su divinidad, a su humanidad, a su persona, a sus voluntades, a su ministerio, etc. La Cristología se ocupa de la divinidad de Cristo. La iglesia primitiva no dudaba de la divinidad del Señor, pero corrientes de extracción judía, como algunas ramas de los ebionitas, en su afán por sostener el monoteísmo, vieron a Cristo como un mero hombre. Los alogistas negaban que Cristo fuese el Logos divino, y por ello rechazaban los escritos de Juan. Estas y otras corrientes de monarquianos y docetistas hacían una diferenciación entre Jesús, el hombre, y el Cristo de Dios. Para ellos el hombre Jesús sólo fue capacitado para ser el Mesías mediante el descenso del Espíritu Santo sobre Él el día de su bautismo en el Jordán. La persona de Jesús ha suscitado diversas interpretaciones incluso entre las primeras comunidades cristianas. Como en su tiempo, Jesús sigue interrogando a los exégetas: «¿quién dicen que soy yo?» (Mt.16). En la iglesia primitiva se defendió la naturaleza humana de Cristo contra el docetismo y el monofisismo, y su divinidad contra el gnosticismo, el arrianismo, el nestorianismo y el monofisismo. Las respuestas de la ortodoxia cristiana fueron hechas en los Concilios de Nicea (325), Éfeso (431), y a partir del Concilio de Calcedonia (451) se mantuvo la unidad de la persona de Cristo tanto como sus dos naturalezas, aunque no terminaron del todo las apariciones de otras herejías como el adopcionismo, que consideró a Cristo en cuanto a su lado humano como Hijo de Dios únicamente por adopción. La visión cristológica quedó cerrada en un legado dogmático que no ha variado de contenido en el credo de la iglesia; no obstante, algunas de las antiguas herejías han resurgido, como los gnósticos, los arrianos (los actuales Testigos de Jehová), corrientes cristianas unitarias, y los modernos ebionitas, llamados hoy mesiánicos. En esta época la escuela liberal, con sus estudios exegéticos, interpretó a Cristo a la luz de los principios filosóficos racionalistas. Venturini afirmó que Jesucristo sería un representante de la secta de los esenios, y que se empeñó en sacar al pueblo de sus bajas y materia63
listas concepciones mesiánicas y conducirlo a ideas más altas. Renán, en su Vida de Jesús, lo presenta como un rabino atrayente, predicador de una valiosa doctrina teológica sobre el amor y que, por la resistencia a los dirigentes judíos, terminó de revolucionario. En fin, tantas cosas. Pero hay que tener en cuenta que siempre ha habido una ortodoxia cristológica que en su momento oportuno se opuso a todos los brotes heréticos; y la Iglesia ha salido triunfante no obstante toda esa oposición heterodoxa aún en los momentos actuales. Pero tenemos la palabra más confiable, que es la que por el Espíritu nos da testimonio de la verdad. “1En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 3Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Jn.1:1,3,14). “2En estos postreros días (Dios) nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por m edio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (He. 1:2,3). CULPA. Imputación de alguien de una determinada acción como consecuencia de su conducta. 2 . La culpa es el estado en que se merece la condenación o en el que se siente merecer el castigo por la violación de la ley o de su requerimiento moral. La culpa expresa la relación que el pecado tiene con la justicia o con el castigo de la ley. Esa palabra tiene doble significado: a) Puede denotar una cualidad inherente del pecador, es decir, su demérito, su maldad, o su culpabilidad que lo hacen digno del castigo. La culpa es inseparable del pecado, y no se quita sino por medio del perdón; b) la culpa puede denotar la obligación de satisfacer la justicia, de pagar el castigo impuesto al pecado. La culpa puede ser removida personalmente o por medio de un sustituto, mediante la satisfacción de las justas demandas de la ley.
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D D EDUCCIÓN. Fil. Método por el cual se procede lógicamente de lo universal a lo particular. Lóg. Proceso según el cual a partir de ciertos enunciados (premisas) se derivan otros (conclusión). Lóg. El problema de la necesidad de la deducción ha originado tres interpretaciones: 1 ) carácter ontológico de la necesidad; 2 ) carácter causal, y 3 ) carácter lógico. Se admite como válida la tercera (aceptadas unas premisas se sigue necesariamente una conclusión, siendo contradictorio afirmar que no se sigue una de ellas). La lógica actual considera la deducción sólo en cuanto a su validez formal. La deducción se lleva a cabo aplicando unas leyes (reglas de inferencia o reglas de deducción). Para Russell y Whitehead, la deducción se relaciona con la implicación. La deducción, como método, es utilizada en la ciencia, en especial por la matemática, la lógica y la física. D EIDAD. (Del gr. , theiotes, divinidad). Ser divino o esencia divina. 2 . Cada uno de los dioses de las diversas religiones. En Ro. 1:10 el apóstol está declarando cuánto Dios puede ser conocido por la revelación de sí mismo que Él ha dado en la naturaleza, a partir de aquellos vestigios de sí mismos que los hombres pueden distinguir por todas partes en el mundo a su alrededor. Pero no es por estos medios que se puede llegar a conocer a Dios de una manera personal; de esta manera sólo puede ser conocido por la revelación que Él ha hecho de sí mismo en su Hijo; pero en Col. 2:9, Pablo declara que en el Hijo mora toda la plenitud de la absoluta Deidad; no se trataba de meros rayos de gloria divina que le dieran su brillo, iluminando su persona por un tiempo y con un esplendor que no le perteneciera; sino que Él era, y es, el Dios absoluto y perfecto; y el apóstol usa theotes para expresar esta Deidad esencial y personal del Hijo. Theotes, pues, indica la esencia divina de la Deidad, la personalidad de Dios; y theiotes, los atributos de Dios, su naturaleza y propiedades divinas. D EIDAD DE CRISTO. Las Escrituras declaran que Cristo es Dios (Jn. 20:28). Las pruebas bíblicas demuestran cabalmente que Cristo es Dios. Se refieren a Él como eternamente preexistente (Is. 9:6; Jn.
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1:1,2; He. 13:8; Ap. 22:13). Él declaró que era único hijo de Dios (Jn. 10:30; 14:9; Mt. 11:27; Mr. 14:61,62). En las epístolas del NT hay citas que se refieren a Él como Dios (Ti. 2:13; 1 Jn. 5:20). Se declara poseedor de los atributos de la deidad: 1 ) santidad (He. 7:26; Jn. 8:46; 2 Co. 5:21); 2 ) omnipresencia (Mt. 18:20; 28:20); 3 ) omnipotencia (Mt. 28:28; He. 1:3; Ap. 1:8); 4 ) inmutabilidad (He. 1:11,12; 13:8); 5 ) participación en la creación (Co. 1:16,17; Jn. 1:3; 1 Co. 8:6; He. 1:8,10); 6 ) derecho a recibir la adoración (Mt. 2:11; 28:9; 14:33; He. 1:6; Fil. 2:10); 7 ) autoridad para perdonar los pecados (Mr. 2:5,7,9,10; Lc. 24:47; Jn. 1:29; Hch. 10:43; 1 Jn. 1:7). La deidad de Cristo es el fundamento de la fe cristiana. Negar o rechazar la deidad de Cristo socava la estructura total de la teología cristiana y le quita todo valor. D EIDAD FEMENINA. En las mitologías derivadas de Babilonia, y en todas las culturas históricas, han creído también en muchos dioses antropomorfos a los que le han asignado sexo femenino, como Astarté, diosa cananea de la fertilidad; Artemisa, diosa de la fecundidad entre los griegos, identificada con Diana por los romanos; Isis entre los egipcios; y es la misma reina del cielo, Istar, la diosa babilónica de la fertilidad, que posteriormente se identificaría con Venus, y a la que los hebreos rindieron culto, conforme lo denuncia Jeremías en 7:18 y 44:17. Esa reina del cielo no se identifica con María, la madre del Señor, ni tiene nada que ver con ella, pues María no es ninguna diosa. D EÍSMO. (Del lat. Deus, Dei, Dios). Doctrina que reconoce un Dios como autor de la naturaleza, pero sin admitir revelación ni culto externo. 2 . Teoría que reconoce la existencia de un Dios personal, creador del mundo y de las leyes de la naturaleza, pero niega toda ulterior influencia de Dios en el mundo y su conservación, el concurso de Dios en las criaturas, el milagro y la revelación sobrenatural. D EMIURGO. (Del gr. , creador, constructor). Fil. En la filosofía de los platónicos y alejandrinos, Dios creador, artífice o hacedor del mundo. 2 . En la filosofía de los gnósticos, alma universal, principio activo del mundo. En Platón, el demiurgo realizó su obra a partir de un principio dado, la materia informe, tomando como modelo las «ideas» inmutables y eternas, y lo concibió como 66
un organismo vivo, dotado de alma y cuerpo. Creó asimismo los dioses menores, encargados a su vez de generar a los restantes seres vivos. Esta divinidad aparece por primera vez en el Timeo, obra de Platón. D EUTEROCANÓNICO. (Del gr. , segundo en orden). Se dice de los libros apócrifos que el Concilio de Trento (1545 - 1563), del catolicismo romano, insertó en el canon del Antiguo Testamento, a saber: Sabiduría, Eclesiástico, Tobías, Judit, I y II de Macabeos, Baruc y algunas porciones al libro de Daniel. Algunas versiones católicas de la Biblia por lo menos catalogan estos libros como deuterocanónicos; es decir, incluidos en un segundo canon; un canon de segundo orden, que no autoriza el canon de los libros inspirados. D IALÉCTICA. (Del lat. dialectica, y éste del gr. ). Arte de dialogar, argumentar y discutir. 2 . Método de razonamiento desarrollado a partir de principios. 3 . Capacidad de afrontar una oposición. 4 . Enfrentamiento, apelación a algún tipo de violencia. La dialéctica de las armas. 5 . Relación entre opuestos. La dialéctica de vencedores y vencidos. 6 . Fil. En la doctrina platónica, proceso intelectual que permite llegar, a través del significado de las palabras, a las realidades trascendentales o ideas del mundo inteligible. 7 . Fil. En la tradición hegeliana, proceso de transformación en el que dos opuestos, tesis y antítesis, se resuelven en una forma superior o síntesis. 8 . Fil. Serie ordenada de verdades o teoremas que se desarrolla en la ciencia o en la sucesión y encadenamiento de los hechos. Dialéctica es la ciencia filosófica que se ocupa del raciocinio y de sus leyes, formas y modos de expresión. 9 . Impulso natural del ánimo, que lo sostiene y guía en la investigación de la verdad. 10. Ordenada serie de verdades o teoremas que se desarrolla en la ciencia o en la sucesión y encadenamiento de los hechos. 11. Método filosófico que procura definir y resolver las contradicciones del pensamiento y de la realidad histórica. D IÁSPORA. (Del gr. , dispersión). Dispersión de los judíos exiliados de su país. 2 . Dispersión de grupos humanos que abandonan su lugar de origen. La dispersión comenzó con los deportados por los asirios (722 a. C.) y los babilonios (597 a. C.) con 67
ocasión de los dos cautiverios, de Israel y Judá, respectivamente. En casi todo el Imperio Romano había comunidades judías establecidas en las principales ciudades. En Egipto había cerca de un millón de judíos. Los judíos de la diáspora hablaban griego y estaban muy influidos por la cultura griega, pero se mantenían fieles a su fe hebrea y acudían a Jerusalén con motivo de las grandes festividades; y aportaban sus ofrendas al templo, como lo demuestran los Hechos y las epístolas del apóstol Pablo. Estas comunidades judías constituyeron una base importante para la propagación del cristianismo, ya que el apóstol Pablo solía iniciar su labor evangelística tomando la palabra en las sinagogas de los judíos. D IATESARÓN. (Del lat. diatessaron, y este del gr. , a través, y . A través de cuatro (cuerdas o notas). Mús. Intervalo de cuarta. D IATESSARON. Como se indica en el anterior, es un término griego que significa armonía de cuatro partes, y fue aplicado a la armonía de los cuatro Evangelios compuesto por Taciano, cristiano asirio, poco después del año 150; puede ser entre los años 170 y 180. Taciano pasó algún tiempo en Roma donde fue discípulo de Justino Mártir, antes de volver a Asiria en el año 172. Fundó una secta gnóstica llamada de los “encratitas”, que tenía algunas prácticas ascetas, incluyendo el vegetarianismo; Julio Casiano fue uno de sus principales herederos. La obra de Taciano es conocida como El Diatesarión, que es una especie de historia de la vida de Cristo compilada de los cuatro Evangelios, teniendo como base el evangelio de Juan. Se cree que Taciano fue el primero en componer una armonía de los evangelios. Eusebio, en la Historia Eclesiástica IV, 29 Loeb ed. I, 397, escribió: “... el que había sido su líder, Taciano, compuso de alguna manera una combinación y colección de los evangelios, y le dio a esta el nombre de El Tesarón, de la cual existen aún porciones...” Esta obra fue usada en las iglesias de siria hasta el siglo V cuando fue reemplazada por la versión llamada “Peshita”. La obra, si bien es totalmente ortodoxa en sí misma, cayó en desuso ante la herejía de su autor. En la actualidad se conserva solamente una pequeña porción. Ver encratitas. D IATRIBA. (Del gr. ). Discurso o escrito violento e injurioso contra alguien o algo. El apóstol Pablo, ante la influencia 68
helénica de sus primeros años en Tarso, su ciudad natal, debe a la “diatriba” cínico-estoica su estilo de razonamiento riguroso por medio de breves preguntas y respuestas usado por ejemplo en Romanos 3:1-9, 27-31. D IDAQUÉ ( ). Término griego que denota enseñanza, y se traduce: a) aquello que se enseña, doctrina (Mt. 7:28: Ti. 1:9; Ap. 2:14,15, 25); b) el acto de enseñar, de dar instrucción (Mr. 4:2; Hch. 17:19). La palabra didaqué está relacionada con didaskalía ( ) que también involucra tanto aquello que es enseñado, la doctrina (Ef. 4:14), como el acto de la enseñanza, la instrucción (Ro. 12:7). El didaskalos es el maestro, el doctor. Hay un escrito cristiano no canónico del primer siglo de nuestra era, titulado Doctrina de los doce Apóstoles, más llamado por su nombre griego la Didaché. D ILEMA. (Del. griego , de , dos, y , premisa). Argumento formado de dos proposiciones contrarias disyuntivamente, con tal artificio que, negada o concedida cualquiera de las dos, queda demostrado lo que se intenta probar. 2 . Silogismo de la lógica tradicional (llamado también syllogismus cornutus), cuya conclusión es una oración disyuntiva en la que se afirman ambos miembros (lo que lo distingue del silogismo disyuntivo). La lógica actual considera el dilema en el marco de la lógica sentencial y como una de sus leyes. 3 . Duda, disyuntiva, alternativa. D ILIGENCIA. Cuidado y actividad en ejecutar algo. 2 . Prontitud, agilidad, prisa. 3 . Trámite de un asunto administrativo, y constancia escrita de haberlo efectuado. 4 . Amor, dilección. 5 . Poner todos los medios para conseguir un fin. En la Biblia se traduce del término griego spoude, diligencia, celo, o en ocasiones la prisa que acompaña a ello. Mr. 6:25: prontamente; RV: presteza; Lc. 1:39: prisa. El verbo spoudazo significa apresurarse a hacer algo, esforzarse, dar solicitud a algo; en Gl. 2:10, de acordarse de los pobres: “procuré con diligencia”. Ser solícito. En Ef. 4:3, de guardar la unidad del Espíritu. D ISCERNIMIENTO. Acción de distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. Comúnmente se refiere a operaciones del ánimo. Discernimiento se traduce del término 69
griego anakrino, distinguir, o separar con el fin de investigar (krino) examinando exhaustivamente (ana, intensivo) objetos o particularidades. Significa, pues, examinar, escudriñar, interrogar, celebrar una sesión judicial preliminar anterior al juicio propio. Este primer interrogatorio, que implica que ha de haber más a continuación, se halla presente a menudo en el uso no legal de la palabra (p.ej., Lc. 23:14); figuradamente (1 Co. 4:3); se traduce con el verbo discernir en 1 Co. 2:14, de discernir o determinar la excelencia o defecto de una persona o cosa. El verbo griego diakrino, significa separar, discriminar; después, aprender discriminando, determinar, decidir. Se traduce discernir en 1 Co. 11:29, haciendo referencia a la participación en el pan y la copa de la Cena del Señor de una manera indigna, al no discernir lo que representan. Debe haber, pues, una distinción (gr. diakrisis), discriminación clara, discernimiento, juicio. En 1 Co. 12:10 se traduce discernimiento de espíritus, juzgando por la evidencia si es que son malvados, o de Dios. DOCETISMO. (Del gr. dokeo, dokesis, apariencia, dar la apariencia de algo, parecer). Herejía cristológica de los primeros siglos cristianos, común a ciertos gnósticos y maniqueos, según la cual el cuerpo humano de Cristo no era real, sino aparente e ilusivo. El docetismo consistía en la opinión de que Jesucristo, el Hijo de Dios, realmente no se hizo carne, sino que sólo pareció hacerlo; que no es verdadero hombre, sino en apariencia, negando así la encarnación y, por consiguiente, la expiación y la resurrección. 2 . Variante del gnosticismo que comprendía la opinión de todos los que no admitían en el Salvador una humanidad auténtica, por cuanto sostenían que su cuerpo no había sido compuesto de una carne idéntica a la nuestra, sino que, en lugar de la carne, poseía sólo su apariencia exterior, quedando reducido de esta suerte a un puro fantasma; de manera que el Verbo no es verdadero hombre sino en apariencia. Pero no era ésta tanto la posición específica y exclusiva de una secta cuanto también un componente de toda una cadena de desviaciones que estaban, en general, estrechamente relacionadas con el gnosticismo. Los docetas afirmaban que el nacimiento, el cuerpo, los sufrimientos, la muerte y todas las acciones sucesivas que llevó a 70
cabo fueron meras apariencias ilusorias, y que el relato evangélico era una novela fantástica; los docetas llegaban a negar los dos dogmas de la encarnación y de la redención. Enseñaban que Cristo sólo asumió forma visible como una visión transitoria para revelarse a Sí mismo a los sentidos naturales del hombre. El docetismo, al negar la verdadera encarnación, está negando la expiación y la resurrección. Desde el tiempo de los apóstoles, el samaritano Simón el Mago había tenido la originalidad de proclamar que los padecimientos de Jesús habían sido simulados, porque, en realidad, los había soportado él, Simón, que era el verdadero salvador; a partir de aquí, llegó a creerse virtud de Dios, luego cada una de las tres personas y, por último, Dios en su plena totalidad. El antioqueno Saturnino, de su misma escuela, relajando las pretensiones, se limitó personalmente a predicar que el Salvador carecía de cuerpo y de figura. Para Basílides, en cambio, cuya vida culminó en el 120-140, la redención se resolvió en una hábil falsificación: ya que el Hijo, siendo incorpóreo, no podía sufrir, se hizo substituir mediante un cambio de fisionomía por Simón de Cirene, el cual llevó la cruz y fue verdaderamente crucificado, mientras Jesús, camuflado en Simón, asistía burlándose de sus verdugos a la aventura de Simón, acabada la cual subió de nuevo inasible a los cielos. Cerdón y Marción, su más famoso alumno, llegados a Roma en el 137, afirmaban que, ya que la materia era obra del demiurgo y no de Dios, Cristo no podía asumirlo y que, en consecuencia, falto de genealogía humana, no había nacido en realidad. Marción precisó además que Jesús no nació, sino que, descendiendo de los cielos, apareció de improviso en Capernaum, ya adulto, en el año quince del imperio de Tiberio, y permaneció extranjero en el mundo e ignoto también para sus discípulos. Valentino, que vivió en Roma del 136 al 165, fue de la opinión que Cristo no había nacido de la Virgen, sino que sólo había pasado a través de ella, saliendo de ella sin tomar nada de su sustancia; en el momento del bautismo habría insertado en el cuerpo animal, recibido del demiurgo, el Cristo espiritual e impasible que burló la crucifixión, sufrida solamente por su cuerpo material llovido del cielo. 71
También los bardesanitas, que se reclamaban indebidamente de Bardesanes (154-222), defendían un cuerpo astral y un nacimiento ficticio, mientras que los maniqueos, que hacían de la materia la personificación del mal, se vieron obligados, por una parte, a rechazar el cuerpo de Cristo con todas sus operaciones, substituyéndolo con una apariencia, aunque por otra parte se vieron constreñidos a salvar la pasión imaginando un doble Jesús, uno pasible y otro impasible. Testimonios de rechazo hacia estas actitudes están ya presentes en Pablo (Col.1:20,22; 1 Ti. 2:5), y en Juan (Jn. 1:14; 1 Juan 1:1; 4:2; 2 Jn. 7) y refutaciones formales, unidas a las de las otras herejías con las que estaban relacionadas, fueron redactadas por Ignacio de Antioquía (hacia el 107), Ireneo de Lyon (Adversus hæreses, en especial en el libro III), Tertuliano (de un modo particular en Adversus valentinianos, De carne Christi, Adversus Marcionem, Liber de præscriptionibus adversus hæ reticus, Adversus praxeam ), Justino Mártir (Apologías), Hipólito (Philodophumena), Agustín de Hipona (de forma muy directa en Contra Faustum). Todos confirmaban con suma claridad la doble verdad y realidad: Cristo era auténticamente hombre y auténticamente Dios, en el sentido más lleno y obvio de las palabras. Las acusaciones de docetismo suscitadas a veces contra Clemente de Alejandría y Orígenes se refieren a frases aisladas, de formulación poco precisa, dictadas por la polémica contra otros errores y, por consiguiente, poco atinadamente sopesadas en sí mismas, pero chocan en realidad contra la sustancia de su pensamiento que puede documentarse en largos, múltiples y meditados pasajes de sus obras. Por Eusebio sabemos que Cerinto, hereje docetista y gnóstico de Asia Menor, a finales del siglo I fue su principal exponente, y fue en Efeso un opositor del apóstol Juan. De ahí que Juan enfatice reiteradamente las palabras carne y sangre escribiendo contra esta herejía, y declare que "todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo" (1 Juan 4:3). El origen de esta herejía está en una mezcla de la filosofía griega con las religiones orientales. Es interesante anotar la mención que hace Ignacio de Antioquía al referirse a esta herejía:
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“... y los sufrió verdaderamente, así como verdaderamente se resucitó a sí mismo, no según dicen algunos infieles, que sólo sufrió en apariencia. ¡Ellos sí que son la pura apariencia! y, según como piensan, así les sucederá, que se queden en entes incorpóreos y fantasmales".10 Cerinto, con sus principios gnósticos, enseñaba que el mundo no había sido creado por el único y supremo Dios, sino por un demiurgo. Negaba que la persona del Señor Jesús fuese a la vez divina y humana. Decía que Jesús había sido sólo un hombre común y corriente al cual, en el acto del bautismo en el Jordán, en el momento en que descendió el Espíritu Santo en forma de paloma, fue cuando descendió el Cristo espiritual, el Logos o Verbo divino, y con base en estas premisas lo que seguía era negar la encarnación del Verbo y desvirtuar de paso Su crucifixión, afirmando que en la crucifixión solamente habría sufrido Jesús, el humano, pues Cristo, como Dios, era impasible y no podía padecer. También hay corrientes gnósticas que afirman que el Verbo divino volvió al hombre Jesús en la cruz, cuando exclamó: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?". El apóstol Pablo contradijo también la herejía de Cerinto en la epístola a los Colosenses, al igual que el apóstol Juan, tanto en su evangelio como en la primera epístola. Las Escrituras dicen que "el Verbo fue hecho carne", y eso significa que la preexistente Persona divina del Hijo estaba con el Padre desde antes de la fundación del mundo, que es consustancial con el Padre y de su misma esencia, porque en el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios, y aquel Verbo se hizo carne. En la formación y desarrollo de estos errores, tuvo mucho que ver la filosofía griega. De acuerdo con el pensamiento helenista, sobre todo por los principios del platonismo y neoplatonismo, había una rígida separación entre el espíritu y la materia. Contrastando con la tradición judaica, y en particular con las enseñanzas del Señor Jesús, esas disciplinas filosóficas consideraban la materia, incluyendo la carne, como mala, y el puro espíritu como bueno, de donde concluían que el hombre debía emancipar su espíritu de la contaminación de la carne, lo que generó conflictos con las enseñanzas de la encarnación y la crucifixión. También se refleja un 10
Ignacio de Antioquía, Carta a los Esmirnienses, II,1, BAC,1985 73
gran daño en la posterior aparición del ascetismo y el pseudo misticismo, que no son otra cosa sino rudimentos del mundo. “20Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudim entos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos 21tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques 22(en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? 23Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne” (Col. 2:20-23). «El docetismo era un resultado del dualismo que caracterizaba a todos los sistemas gnósticos. Este dualismo consistía en afirmar que todo lo que es material es malo. Sólo aquello que es espíritu es bueno. La conclusión a la que arribaban los docetas era que si Cristo era bueno (cosa que ellos afirmaban), entonces no podía tener un cuerpo material real. El gnosticismo y su variante, el docetismo, negaban la doctrina de la encarnación de Cristo. En ese sentido rechazaban la doctrina de la verdadera humanidad del Señor. Debido a que Cristo era considerado como una emanación (eón) de Dios, el docetismo reducía la deidad de Cristo y en realidad destruía la personalidad histórica de Jesús. Al no concederle un cuerpo real, los docetas tenían que negar la realidad de la crucifixión. En resumen, el Redentor no era ni hombre real ni Dios absoluto, según la herejía de los docetas. Ni murió en la cruz ni resucitó de los muertos. Como es de esperarse, los docetas también negaban una segunda venida corporal y judicial de Cristo a la tierra. Estos conceptos paganos de cristología se infiltraron en la iglesia cristiana a principios del siglo II de nuestra era, si no antes, y causaron gran confusión en la mente de muchos. Sólo la apologética y la exposición bíblica de hombres como Ireneo, Justino Mártir, Tertuliano, Hipólito, y otros lograron ahuyentar el peligro que se cernía sobre la iglesia en aquella etapa temprana de su historia. El trabajo realizado por los líderes de la iglesia, particularmente en aquel tiempo, fue crucial, ya que sentaron las bases para las discusiones posteriores. De importancia capital fue el hecho de la necesidad de identificar el canon de las Escrituras, para poder combatir con autoridad las herejías que amenazaban la vida de la iglesia».11 D OGMA. (Del gr. 11
). Preposición que sienta por firme y
E. L. Carballosa. La Deidad de Cristo. Ed. Portavoz, 1982, pág. 17,18. 74
cierta y como principio innegable de una ciencia. 2 . Doctrina de Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia. 3 . Fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión. 4 . Transliterado al castellano, denota primariamente una opinión firme o un juicio (de dokeo, tener una opinión), de ahí, opinión expresada con autoridad, doctrina, ordenanza, decreto. Dogma se traduce como decreto en Hechos 17:7 y Col. 2:14; como ordenanza en Efesios 2:15 y Hch.16:4. La ciencia teológica del dogma, llamada también teología dogmática, busca sobre todo un conocimiento teorético de las verdades reveladas. El Concilio de Trento consideró dogma una regla fija, una verdad segura, y el término se aplicó entonces incluso a las tradiciones de la Iglesia Católica Romana y a la disciplina eclesiástica. Para el Concilio Vaticano I los dogmas son la proclamación auténtica, autoritativa e infalible de la Palabra de Dios por parte de la iglesia jerárquica y la determinación de una verdad revelada concreta. La fe en un dogma no se refiere únicamente a su contenido conceptual, sino también, y en primer lugar, al misterio inexpresable de la misma realidad salvífica que alcanzamos a través del concepto. En sentido estricto, el objeto de un dogma es la realidad salvadora. D OGMATISMO. (Del gr. ). Presunción de quienes quieren que sus doctrinas o sus aseveraciones sean tenidas por verdades inconcusas. 2 . Conjunto de las proposiciones que se tienen por principios innegables en una ciencia. 3 . Conjunto de todo lo que es dogmático en el campo de la religión. 4 . Escuela filosófica opuesta al escepticismo, la cual, considerando la razón humana, el intelecto, capaz del conocimiento de la verdad y la certeza absoluta, siempre que se sujete a método y orden en la investigación, afirma principios que estima como evidentes y ciertos. Dogmatista es la persona que sustenta o introduce nuevas opiniones, enseñándolas como dogmas, contra la verdad de la doctrina cristiana ortodoxa y bíblica. Dogmatismo político. Tendencia a imponer determinadas ideas, pautas de comportamiento e instituciones políticas como si poseyeran valor absoluto e incuestionable y estuvieran por encima de la opinión pública. Fil. El término dogmatismo ha sido utilizado por la escuela 75
escéptica para referirse a los primeros pensadores griegos, y por Kant para referirse a las doctrinas metafísicas que no se plantean el problema crítico con anterioridad a su pretendido conocimiento. Se aplica también a los principios de carácter general sostenidos sin tener en cuenta las condiciones empíricas. D ONATISMO. Doctrina rigorista capitaneada por Donato, obispo de Casas Negras, y que se extendió por el norte de África. Como se había dado en el siglo III con Novaciano con motivo de ciertas prácticas morales vistas como relajadas en la Iglesia y por el tratamiento benigno dado a los que habían negado la fe en tiempos de persecuciones, a comienzos del IV surge una reacción cismática después de la persecución empezada con Diocleciano (303), y que toma su nombre de Donato, nativo de Numidia (norte de África) y pastor en Cartago en 305, pero que estuvo encarcelado por seis años durante esa persecución. La raíz del donatismo se encuentra en la doctrina de Tertuliano, quien sostenía la imposibilidad de perdonar ciertos pecados, por lo que los fieles que los cometieran debían ser expulsados de la iglesia. El excesivo puritanismo de sus seguidores los llevó a provocar persecuciones para ofrecerse voluntariamente como mártires. Se registran otras causas de origen político, social y económico en la región de África proconsular y Numidia para que se diera el cisma donatista, pero para nuestro propósito en el presente trabajo sólo citaremos lo siguiente. En Cartago simultáneamente fueron consagrados dos obispos, pero los seguidores de Donato no reconocían a Ceciliano por haber sido consagrado por tres obispos indignos, pues habían llegado a entregar las Escrituras a las autoridades imperiales para su destrucción en tiempos de persecución. El obispado de Donato fue considerado ilegítimo por usurpador por Constantino y por los obispos de las ciudades importantes, entre ellos el de Roma. Por otra parte, entre los que no estuvieron de acuerdo con el giro dado por la Iglesia a raíz de la política del Imperio de manipularla, unos optaron por irse de ermitaños al desierto, pero otros como los donatistas, insistían en la pureza de la Iglesia, proclamando su separación del Estado. Al no darse esa separación, se protocolizó el cisma, y llegó el momento en que llegaron los donatistas a tener unos 276 obispos. Hay que tener en cuenta que los primeros donatistas no se oponían necesariamente al Imperio en cuanto imperio, sino en 76
cuanto "mundo", y no vinieron a desaparecer del todo sino hasta el siglo VII, por el avance del islamismo en el norte de África. Agustín de Hipona tuvo serios enfrentamientos con los donatistas, pues éstos enfatizaban mucho la santidad y la necesidad de que el sacerdote fuera una persona santa, insistiendo que un sacerdote indigno no puede celebrar el sacramento, pues no puede dar de lo que no tiene. Frente a eso, Agustín sostiene que la eficacia del sacramento no depende de la condición moral de quien lo administra, sino del don de Dios. El ministro no da lo suyo, sino lo de Dios. Entre los sínodos convocados en oposición a la herejía, Agustín dirigió el de Hipona, año 393. La secta donatista se extinguió al producirse la invasión de los vándalos. D OXOLOGÍA. (Del gr. , gloria, opinión, y -logía). Fórmula de alabanza a Dios, especialmente a la Trinidad Divina, como el ejemplo del apóstol Pablo en Romanos 16:25-27. El verbo griego doxazo ( ) significa primariamente suponer; y en el NT significa magnificar, exaltar, alabar. Se usa especialmente de glorificar a Dios, esto es de adscribirle honor a Él, reconociéndole en cuanto a Su ser, Sus atributos y obras, esto es, Su gloria. D UALISMO. Creencia religiosa de pueblos antiguos, que consistía en considerar el universo como formado y mantenido por el concurso de dos principios igualmente potentes, necesarios y eternos, y por consiguiente independiente uno de otro (p. ej., Dios y la materia, o el bien y el mal). 2 . Ética. Cualquiera de las teorías que parten de una clasificación de los actos morales en buenos y malos. 3 . Doctrina filosófica que explica el origen y naturaleza del universo por la acción de dos esencias o principios antagónicos, diversos, irreductibles y contrarios. En este sentido se opone al monismo, que hace derivar toda la realidad de un principio único (como, p. ej., el idealismo y el materialismo), y al pluralismo, que admite más de un principio necesario (pragmatismo de William James). Hay, pues, varias clases de dualismos: Dualismo de espíritu y materia, como dos realidades eternas y diferentes. Ellos dicen que Dios trabajó con una materia eterna. Otro dualismo presenta dos principios eternos: el bien y el mal. Pero la Biblia revela que todo tiene su principio en Dios, y nada de lo que Dios creó es malo. “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde 77
y la mañana el día sexto” (Gé. 1:31). “1En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2Este era en el principio con Dios. 3Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Jn. 1:1-3). “15El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dom inios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Col. 1:15-17). El mal no es un principio eterno, sino que tuvo su origen con Lucero, el querubín, en el tiempo angélico. “13Tú que decías en tu corazón: S ubiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré m i trono, y en el m onte del testim onio m e sentaré, a los lados del norte; 14sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 15Mas tú derribado eres hasta el S eol, a los lados del abismo” (Is. 14:13-15). “15Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 16A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. 17Se enalteció tu corazón a causa de tu herm osura, corrom piste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. 18Con la multitud de tus m aldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran” (Ez. 28:15-18).
E E BIONISMO. (De Ebión, hereje del siglo I). Se dice de cierta herejía del primer siglo de la cristiandad, integrada por judeocristianos, que negaban la divinidad de Jesucristo. Es difícil describir con objetividad lo relacionado con los ebionitas. Es 78
probable que su nombre se derive de Ebión, judío de Samaria del siglo I, o que se derive del hebreo ebyon (pobre) y que guarda alguna relación de origen con la iglesia de Jerusalén anterior al año 70 d. C., fecha en que la ciudad fue destruida por los romanos, al mando del general Tito. Se dice que Ireneo utilizó por primera vez el término ebionitas para referirse a unos judeocristianos que vivían al este del Jordán. Se sabe que la iglesia de Jerusalén, con ocasión de la inminencia de la destrucción de la ciudad, se trasladó a Pella, ciudad gentil al este del Jordán, y allí sobrevivió por algún tiempo, atendiendo a la recomendación del Señor Jesús en Mateo 24:15-18. Algunos observan que con el discurrir del tiempo, sus descendientes, por falta de contacto con el resto de la Iglesia, concibieron algunas ideas heterodoxas acerca de la encarnación del Verbo de Dios. Hay que tener en cuenta que dentro de los cristianos que salieron de Jerusalén había un grupo de hermanos que hacía parte de los fariseos relacionados con el sínodo de Hechos 15, que pretendían obligar a los cristianos gentiles a guardar la ley. De todas maneras, los ebionitas pertenecían a esas minorías judaizantes en la iglesia del siglo I, que entre otras cosas negaban la filiación divina de Jesús, considerándolo un mero hombre pero de extraordinaria sabiduría y poder, un profeta, un hombre adoptado por Dios, un vocero de Dios humano al igual que los profetas hebreos del pasado. Ellos pensaban como Cerinto, en un nacimiento de Jesús carente de todo carácter sobrenatural, y negaron su divinidad y preexistencia en el Padre, aunque viendo en Jesús a un mero hombre «signado por el sello de la elección divina», pero afirmando que con ocasión del bautismo en el río Jordán, fue cuando Cristo descendió sobre el hombre Jesús en forma de paloma, proclamando luego al desconocido Padre y recibiendo así el poder necesario para cumplir su función de Mesías, aunque permaneciendo hombre igual que los profetas; de tal modo que el Cristo, quien no debía sufrir, se alejó del hombre Jesús antes de la crucifixión y resurrección. De manera, pues, que algunos de ellos, sobre todo los ebionitas gnósticos, negaban el nacimiento virginal del Señor, y propagaban la doctrina de que el Señor era hijo de José y María. Pero se puede afirmar que los ebionitas hacían parte de esas minorías de judaizantes que se aferraban a que los discípulos de
Jesús deberían quedar dentro del redil judaico.12 Los ebionitas estaban como se dice, entre la espada y la pared porque eran considerados por los judíos como apóstatas, y a lo mejor, por su actitud cerrada y exclusivista, no eran muy bien vistos por los cristianos gentiles. Curiosamente, una facción de la iglesia local de Jerusalén, liderada por Jacobo, hermano del Señor Jesús, tendía hacia este punto de vista dentro del proceso de judaización y el esclarecimiento de los fundamentos cristianos. Destacamos que Jacobo llamaba Señor a Jesús. Los ebionitas repudiaron a Pablo, declarándolo apóstata de la ley, lo mismo que a sus escritos por cuanto sus epístolas reconocían a los gentiles como cristianos13. Pero probablemente a raíz de las enseñanzas de Pablo y a la epístola a los Gálatas, llegaron a comprender que las prácticas del judaísmo no eran obligatorias para los cristianos gentiles. Algunos escritores los mencionan como nazarenos, y entre ellos hubo escritores que afirmaban que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios, y que Sus enseñanzas eran superiores a las de Moisés, pero que los cristianos judíos debían observar las leyes judaicas relativas a la circuncisión, la observancia sabática, y los alimentos. Del ebionismo surgieron varias ramas heréticas que alimentaron el unitarismo y alguna variedad del gnosticismo. Otros datos acerca de los ebionitas se encuentran en la historia eclesiástica de Eusebio de Cesarea. Son de corte ebionita algunos escritos primitivos como los llamados evangelios apócrifos de los ebionitas y nazarenos, y las llamadas Homilías Pseudoclementinas (atribuidas a Clemente de Roma). Estos documentos dieron pie a la escuela modernista de Baur de Tubingia, para su interpretación dialéctica del cristianismo primitivo. Los ebionitas sólo aceptaban el Evangelio de Mateo, que denominaban el Evangelio según los hebreos, y del que suprimían algunos capítulos; y, claro, la copia que ellos usaban de este 12
La Palabra de Dios no respalda esta opinión; la condena. “12En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” (Ef. 2:1214). 13
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Cfr. Hechos 21:17-27
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Evangelio se diferenciaba del ortodoxo debido a que tenía ciertas desviaciones típicas ebionitas, como la de que Jesús sólo era hijo de José y María. Una de las columnas de la Hexapla de Símaco, líder ebionita, era esta versión del evangelio de Mateo. Los ebionitas reducían la predicación del cristianismo sólo al pueblo judío.
E CLECTICISMO. (De ecléctico). Modo de juzgar u obrar que adopta una postura intermedia, en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas. 2 . Escuela filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores o más verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas. Se opone básicamente a todo dogmatismo.
«Según algunos historiadores, había generalmente tres grupos de ebionitas aunque no era muy fácil poder hacer las distinciones pertinentes entre los tres grupos. No obstante, las siguientes diferencias eran observables: 1) Aquellos cristianos judíos que demandaban una completa observancia de la ley por parte de los creyentes. Aunque este grupo también incluía otros que guardaban la ley estrictamente sin exigir que otros lo hicieran. 2) los llamados cristianos judaizantes que consideraban a Pablo como un apóstata de la ley mosaica y afirmaban que era necesario que todos los cristianos fuesen circuncidados y guardasen la ley estrictamente. Éstos consideraban a Cristo como una criatura y además negaban Su concepción virginal. 3) Aquellos de tendencia filosófica-especulativa que consideraban a Jerusalén como el centro del mundo religioso, practicaban un ascetismo estricto, consideraban a Cristo como una criatura pero como el Señor de los ángeles, y al Espíritu Santo como un ángel de sexo femenino que acompañaba a Cristo.
E CLESIOLOGÍA. (Del gr. , asamblea, y , tratado). La palabra iglesia viene del gr. ek, fuera de, y klesis, llamamiento. Se usaba entre los griegos para designar un cuerpo de ciudadanos reunido para considerar asuntos de estado (Hch. 19:39). En la LXX se usa para designar a la congregación de Israel, convocada para cualquier propósito determinado, o una reunión considerada como representativa de la nación toda. En Hechos 7:38 se usa de Israel; en 19:32,41, de una turba amotinada. Tiene dos aplicaciones bíblicas: a) de todos los redimidos a través de la era presente, la Iglesia universal, de la que Cristo dijo: “edificaré mi iglesia” (Mt.16:18), b) de la congregación local (Mt. 18:17; 1 Co. 1:2; Gá. 1:13; 1 Ts. 1:1; 1 Ti. 3:5). En el Nuevo Testamento no encontramos respaldo para llamarle “iglesia” a edificios construidos por mano humana, ni para llamarle “iglesias” a organizaciones denominacionales. En cada localidad debe haber una sola asamblea cristiana, una sla iglesia, como expresión de la Iglesia universal del Señor.
Los distintos grupos ebionitas tenían en común, sin embargo, su adherencia a la ley mosaica. Exigían que por lo menos los judíos guardaran la ley, aunque veían con buenos ojos si los gentiles hacían lo mismo. También tenían la tendencia a interpretar la persona de Cristo como un mero hombre privilegiado por el descenso del Espíritu Santo sobre Su persona a la hora de Su bautismo».14 En nuestro días ha surgido un llamado mesianismo cristiano, que no es más que un moderno judaísmo disfrazado de cristianismo. Lo vemos como un ebionismo con toda la fiereza primitiva que, incluso, está también dividido doctrinariamente. Muchos cristianos de hoy están volviendo a la sinagoga, a la Torah, al sábado, a la circuncisión y otros ritos veterotestamentarios, a una pretendida ubicación étnica dentro de las doce tribus, cuando la Palabra dice que en Cristo no hay judío ni griego, que no estamos bajo la ley, y que todo aquello es figura y sombra de las cosas celestiales.15 14
E. L. Carballosa. La deidad de Cristo. Ed. Portavoz, 1982, págs. 14, 15.
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Cfr. Colosenses 2:16-23: Hebreos 8:5; Heb. 10:1. 81
La eclesiología es el estudio relacionado con la Iglesia del Señor Jesús, los santos regenerados. Trata de los orígenes de la iglesia, su naturaleza, el fundamento de la iglesia, el lugar de la iglesia, el propósito eterno de Dios, el gobierno de la iglesia y todo lo que Dios ha revelado acerca de la Iglesia, conforme los principios bíblicos. El pueblo hebreo era la asamblea de Dios en el Antiguo Testamento, el cual fue apartado, sacado por Dios de Egipto, para santificarlo, revelársele, para que esa asamblea le conociera y le sirviera. Nosotros hemos sido sacados del mundo para conocer a Dios y servirle también. La Palabra de Dios habla que la Iglesia fue fundada por Jesucristo, y Él la está edificando (Mt. 16:18) no como una institución humana sino como un cuerpo, un organismo vivo cuya cabeza es Jesucristo. La iglesia está integrada por todos los redimidos, aquellos que hayan recibido la salvación eterna por su fe en Cristo, quien nos salvó por medio de su sangre derramada en su
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sacrificio en la cruz (Hch. 20:28), su resurrección y gloriosa ascensión al Padre. La Iglesia de Cristo es Su cuerpo (Ef. 1:22,23; Ro. 12:5; 1 Co. 10:17; 12:12; Gá. 3:28), y no se confunde con ninguna organización eclesiástica terrenal, aunque en muchas de ellas haya santos del Señor. Los creyentes son bautizados, introducidos, en ese cuerpo por el Espíritu Santo (1 Co. 12:13), para hacer parte de él eternamente. También habla la Biblia del verdadero servicio de la Iglesia, de la jurisdicción del candelero en cada localidad, de la auténtica autoridad local y regional de la Iglesia y de su organización a nivel de la iglesia local y de la obra. Hay una iglesia universal que tiene su expresión y testimonio en la iglesia o candelero en cada localidad, independientemente de toda organización eclesiástica denominacional, lo cual impide que se guarde en la práctica la unidad del cuerpo de Cristo. Dios tiene un propósito eterno, y por ello creó el universo y al hombre en particular, y la iglesia, el cuerpo de Cristo es la cumbre de ese propósito. “Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor” (Ef. 3:11). La Palabra habla de la Iglesia en cuanto casa de Dios. “Para que si tardo, sepas cóm o debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Ti. 3:15). El Antiguo Testamento registra una tipología progresiva de esa casa. La primera piedra de Bet-el en Génesis 28. Luego en Éxodo está tipificada por medio de un tabernáculo o templo portátil rico en detalles tipológicos de Cristo y la iglesia, con su atrio, lugar santo y Lugar Santísimo (espíritu, alma y cuerpo), y el arca de la alianza, su candelero, el altar del incienso, la mesa de los panes de la proposición, el altar de bronce y muchos otros utensilios y detalles que tipifican la verdadera vida de la iglesia. Más tarde, en Reyes y Crónicas, aparece la tipología más ampliada con el templo de Salomón en Jerusalén. En la historia, la Iglesia del Señor se apartó de los principios bíblicos, se unió al mundo, al Estado, se prostituyó, pero a partir de la Reforma protestante y más concretamente desde comienzos del siglo XIX, el Señor está llevando a su asamblea santa a la restauración de los parámetros bíblicos para su casa: la unidad del cuerpo en cada ciudad, la comunión del espíritu, el apostolado, el verdadero gobierno local, y otras cosas. E CONOMÍA. (Del gr.
). Administración eficaz y 83
razonable de los bienes. Esa palabra en el original griego del Nuevo Testamento, “oikonomía”, está a su vez compuesta en el griego por oikon ( ), casa, y nomon ( ), ley, norma, y que traduciría ley doméstica, y de donde se deriva nuestra palabra castellana “economía”, que puede tomarse como plan, administración, manejo o norma de una casa y que conlleva la idea de arreglo y distribución de los asuntos y bienes, dispensación de propiedades y riquezas con fines de mayordomía. Dios tiene Su casa, que es la Iglesia, y, claro, tiene Su propia economía, porque a lo largo del tiempo se ha venido dispensando a Sí mismo en el hombre, en Cristo y por Su Espíritu, con todas Sus riquezas; y ese es el punto central de la economía divina. En este orden de ideas, esa palabra, “oikonomía”, es traducida indistintamente en las diferentes versiones bíblicas. Por ejemplo, en 1 Timoteo 1:4,16 algunas versiones traducen edificación (en su connotación de plan); en Colosenses 1:2517 y Efesios 3:218 traducen administración o mayordomía; en Efesios 1:1019 y 3:920 a veces es traducida dispensación; en 1 Corintios 9:1721 es traducida comisión. Pero edificación, administración, mayordomía, dispensación, comisión, economía, se trata del mismo propósito divino, del mismo asunto, del mismo manejo de Sus asuntos. Es la administración del consejo de Dios para la edificación de Su casa. Recomiendo al lector estudiar estas diferentes citas y relacionarlas con sus respectivos contextos. Allí encontrará que se trata del 16
“Ni presten atención y genealogías interm inables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora” (1 Tim. 1:4). 17
“De la cual fui hecho ministro, según la mayordomía de Dios que me fue dada para con vosotros, para completar la palabra de Dios” (Col. 1:25). 18
“Si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros” (Ef. 3:2). 19
“Para la economía de la plenitud de los tiempos, de hacer que en Cristo sean reunidas bajo su cabeza todas las cosas, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra” (Ef. 1:10). 20
“Y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del m isterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas” (Ef. 3:9). 21
“Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada” (1 Co. 9:17). 84
gobierno familiar de la casa de Dios, lo cual incluye un plan, un propósito divino; plan que se funda en la fe y no en la ley, y nosotros, la Iglesia, somos colaboradores de Dios en esa empresa. Debido al sentido etimológico y clásico de administración de la casa y, por extensión, de cuidado, proveimiento, disposición, el vocablo asume en el apóstol Pablo (Efesios 1:10; 3:2,9; Col. 1:25; l Ti. 1:4) una traslación espiritual referida al plan de la salvación. El apóstol pensaba en la disposición salvífica que Dios se había propuesto llevar a término en la plenitud de los tiempos, proyecto que constituía la actuación del misterio escondido en Dios antes de los tiempos (Ro. 16:25-26; 1 Co. 2:7-10). La realización de este plan aconteció con la encarnación del Verbo en María y en su obra de renovación de la humanidad mediante su acción redentora completa. De aquí, el término pasó a designar el conjunto del misterio de la redención y, así como éste ha tenido su plena manifestación en el Nuevo Testamento, indicó también a este Testamento en contraposición al Antiguo. E CUMENISMO. Ecúmene viene del griego (oikouméne), tierra habitada; es la comunidad humana que habita una porción extensa de la Tierra. Ecuménico (del gr. , oikoumenicós) es lo universal, que se extiende a todo el orbe. Dentro de la cristiandad el ecumenismo es la tendencia o movimiento que intenta la estructuración de la unidad entre todas las iglesias cristianas bajo un solo liderazgo. El énfasis del espíritu del ecumenismo religioso imperante tiende hacia la unidad de los diferentes sistemas y organizaciones religiosas más que promover la unión de todos los cristianos sobre la base de guardar la unidad y comunión del Espíritu de Cristo y ser todos de un corazón y de un alma (Hchs. 4:32; Ef. 4:13-16).
Roma se pronunciara claramente en favor del ecumenismo y participara más directamente en el esfuerzo de protestantes y ortodoxos en busca de la unidad de las organizaciones de la cristiandad. Movimiento ecuménico de las iglesias . La Conferencia Mundial de misioneros protestantes reunida en Edimburgo (1910) constató la paralización de su labor por la división de los cristianos. Allí trataron de distribuir el trabajo misionero y evitar la competencia. Para remediarlo, y a propuesta del obispo metodista Charles Brent, fue fundado el movimiento Faith and Orden (Fe y Constitución). Su primera conferencia internacional (Lausana, 1927) evidenció la profundidad de las divisiones y la necesidad de la unión. Por su parte, el Life and Work (Vida y Acción), movimiento fundado por el obispo de Upsala, N. Soderblon, pretendió avanzar mediante una simple cooperación práctica en las misiones, marginando los problemas de estructura y fe de las denominaciones (Estocolmo, 1925). La fusión de ambos movimientos tuvo lugar en Utrech (1938). En Amsterdam (1948) se constituyó el Consejo Ecuménico de las Iglesias (CEI) con 147 denominaciones asociadas y carácter meramente consultivo. La Conferencia de Faith and Orden en Lund (1952) recomendó la «vía cristológica», apoyar los esfuerzos por la unión en el punto común de amor y obediencia a Cristo. En 1961 se logró la fusión del CEI y el Consejo Mundial Misionero. El mínimo imprescindible que el Consejo Mundial impone a sus candidatos a la asociación es el reconocimiento de la divinidad de Cristo. La Iglesia Católica romana mantiene observadores permanentes en el Consejo. El movimiento ecuménico dio origen al llamado Concilio Mundial de Iglesias en el año 1948.
El ecumenismo, cuyos albores se remonta al siglo XIX en el seno del protestantismo (fundación de la Alianza Evangélica en Londres, 1846) a partir de una toma de conciencia acerca del obstáculo a la labor misionera que representaban las diversas denominaciones, integró más tarde a la Iglesia Ortodoxa. En ese sentido se habla más abajo del Movimiento ecuménico de las iglesias. En lo que se refiere al catolicismo romano, aun existiendo antes diversas iniciativas parciales, hubo que esperar hasta el Concilio Vaticano II para que
E LECCIÓN DIVINA. Acto eterno de Dios por el cual, según su gracia y su soberana voluntad, y considerando también la responsabilidad del hombre frente a su actitud frente Cristo, escoge a su pueblo para que tenga una relación especial con Él, y un ministerio específico dentro de su pacto, conforme a Su propósito eterno y soberano (Rm. 9:11; Ef. 1:11) y su infinita presciencia. “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas” (1 Pe. 1:2). “28Y sabemos que a
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los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (Rm. 8:28-30). No se trata de una elección de títeres, sino de personas responsables; por eso la elección es con presciencia, con obediencia y santificación. La Palabra de Dios dice: “3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro S eñor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4según nos escogió en él antes de la fundación del m undo, para que fuésem os santos y sin mancha delante de él” (Ef. 1:3-4). Son elegidos todos aquellos que previamente Dios conoce que históricamente aceptarán voluntariamente la salvación que Dios les ofrece por medio de Cristo. La elección puede ser carácter nacional (Dt. 7:6-8; cfr. Rm. 11:28s), personal en función de la vocación y el ministerio de determinados individuos (1 S. 10:24: Hch. 1:24), o personal con referencia al destino final del individuo (Rm. 8:28s; Ef. 1:4-14). Elegir en Cristo significa que Dios aprueba a Cristo y a todo el que cree en Cristo. En Romanos 8:29, el verbo griego proegno (conoció de antemano), está relacionado a la presciencia divina; el término implica la idea de elección, por conocimiento íntimo con amor hacia una criatura que le obedece, que se inclina voluntariamente hacia Dios en su Hijo Jesucristo; de manera que es un conocimiento especial, que da lugar a una predilección, como en el caso de Jacob en Romanos 9:13. Observamos que en Romanos 8.29 Dios no empieza por la elección ni por la predestinación, sino por la presciencia, por el conocimiento previo: a los que antes conoció. Hay que partir de la justicia de Dios. A los que antes conoció, a éstos predestinó. Nadie va a parar al infierno por culpa de Dios. Luzbel fue un querubín creado por Dios en perfección, pero él de su propia voluntad eligió pecar. El concepto de elección guarda relación estrecha con el de predestinación, pero los términos de la elección tienen mucha más 87
importancia en la Biblia, en particular en el contexto del Antiguo Testamento. La predestinación muy contadas veces se refiere a la salvación personal como tal, en cambio la elección se refiere típicamente a la redención del pueblo de Dios y (en el Nuevo Testamento) de los individuos. Téngase en cuenta que el sentido teológico de la doctrina de la elección es una expresión concreta de la gracia de Dios, y la predestinación representa una de las expresiones de su soberanía en toda la historia conforme a los designios de su misericordia. El Nuevo Testamento proyecta la elección desde “antes de la fundación del mundo” (Ef. 1:4); y habla de la elección de Cristo, de los apóstoles, de Israel, de la Iglesia, o de una congregación específica (2 Jn. 1,13; 2 Pe. 2:4-9), y de los ángeles (1 Ti. 5:21). A los hombres que el Padre conoció, eligió y predestinó provenientes de toda tribu, lengua, pueblo y nación (Ap. 5:9), se los dio al Hijo; ellos han venido, vienen y vendrán al Hijo, y Él les da vida eterna. “27Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (Jn. 10:27,28).22 El conocimiento anticipado, la elección y la predestinación proceden de Dios. Son actos eternos; pero hay una experiencia histórica y voluntaria en aquellos que ya han sido conocidos y elegidos por el Padre. La experiencia cristiana llega a involucrar el reconocimiento vital y personal, por parte del creyente, de que Jesucristo es el Verbo de Dios encarnado, es el Hijo de Dios hecho hombre, quien en su encarnación, ministerio terrenal y obra en la cruz reflejó el esplendor de la gloria divina, manifestó las palabras recibidas de Dios y ejecutó las obras del Padre, cumpliendo el propósito divino de la redención de los hombres caídos; y esto involucra asimismo la confianza y aceptación gozosa y genuina de las verdades básicas respecto a Dios tal como se ha revelado en Cristo (Juan 17:7,8). Jesucristo puede salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios (Hebreos 7:25). E MANANTISMO o E MANACIONISMO. Doctrina panteísta según la cual todas las cosas proceden de Dios por emanación. Sostiene que el universo es una emanación de Dios. Confunden el universo como si fuera una manifestación fenoménica de Dios. Para ellos, el 22
Cfr. Juan 6:39-40; 17:2,12 88
universo empezó a aparecer cuando la divinidad comenzó a emanar la sustancia. Entre las corrientes emanantistas encontramos la Cábala de los judíos. La moderna teoría de la evolución tiene sus raíces en el emanantismo. E MPATÍA. (Del gr. empátheia). Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Capacidad del individuo para ponerse en el lugar de otro, para llegar a la compenetración emotiva con otros seres, modos de vida o períodos históricos. La empatía se ha de entender como un proceso que es parte de la comprensión y se orienta fundamentalmente a las manifestaciones expresivas. E MPIRISMO. (Del gr. , que se rige por la experiencia). Conocimiento que se origina desde la experiencia. 2 . Sistema filosófico basado fundamentalmente en los datos de la experiencia. Fil. El concepto de experiencia es sumamente complejo y, por ello, se debe precisar algo más lo que, en general, indica la palabra empirismo. Se refiere a un sistema caracterizado por la recusación de todo innatismo y, en consecuencia, la afirmación de que un sujeto sólo puede llegar a elaborar un conocimiento después de estar en contacto con la realidad sensible y únicamente con los elementos que esta realidad le aporta. Éste es, por así decirlo, el empirismo sensu stricto, que no sólo pone el origen, sino también la validez del conocimiento, en la experiencia. Formas de empirismo se encuentran en todas las épocas de la historia, pero la más clásica es el empirismo inglés de los s. XVII y XVIII, que ha dado a toda la filosofía producida posteriormente en el mundo anglosajón un sello característico, y que Kant introdujo en el mundo filosófico del continente europeo al intentar realizar la síntesis entre éste y el racionalismo. Aunque tiene raíces en el Novum Organun de Bacon, su formulación sistemática se debe a Locke (An Essay on Hum an Understanding) y su elaboración más madura es la de Hume (A Treatise of Human Nature y Enquiry concerning Understanding). El empirismo ha gozado de gran predicamento en los medios estrictamente científicos y, por ello, cuando en el siglo XX se hubo agudizado el interés por dotar a la filosofía de una precisión científica, han surgido numerosas corrientes conocidas como empirismos. De ellas destacamos:
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1 ) Empiriocriticismo. Consiste en formar una actitud frente a los problemas gnoseológicos en que sólo interesa la experiencia pura y en la cual desaparece toda distinción sujeto-objeto. Se eliminan así todos los supuestos metafísicos y los a prioris del conocimiento, y el mundo queda convertido en una representación neutral (Avenarius, Mach). 2 ) Empirismo científico. Nombre con que se conoce una de las características metodológicas de todas las corrientes modernas derivadas del positivismo lógico o afines a él, que se proponen la unificación de la ciencia. Este empirismo se centra en el concepto de verificabilidad, básico para la aceptación de una proposición en cualquier campo del saber. 3 ) Empirismo radical. Postura abogada por W. James, que intenta extender el concepto de empírico o experimentable a las relaciones. Así, pues, el conocimiento es ya desde un principio algo ordenado que no necesita de ninguna elaboración posterior y no precisa acudir a ninguna tesis auxiliar para ser explicado. E NCARNACIÓN. Acción y efecto de encarnar. 2 . Acto misterioso de haber tomado carne humana el Verbo Divino en el seno de la Virgen María, por obra del Espíritu Santo. Teol. La Encarnación es un misterio fundamental, junto con la resurrección, del cristianismo ortodoxo. Predicada y enseñada por los apóstoles, defendida por Atanasio en el Concilio de Nicea, y también fue defendida en el Concilio de Calcedonia, y por los llamados padres de la iglesia como verdad de fe indispensable para la salvación. Representa la unión hipostática de las dos naturalezas (humana y divina) en una sola sustancia, el Verbo, no accidentalmente sino sustancialmente. Acerca de la encarnación se han originado muchas polémicas; el arrianismo, nestorianismo, eutiquianismo y otras doctrinas negaron ya sea una u otra de las dos naturalezas de Cristo, ya sea la unidad, ya sea que confundieron las dos naturalezas en una sola. La filosofía tomista hace depender la personalidad de la existencia, de lo que sigue que Cristo era verdadero hombre. Duns Escoto la hace depender de la esencia: la personalidad es algo que caracteriza a la naturaleza humana por esencia, no es asumida; de esto se sigue que el Verbo no tiene personalidad humana, sino divina. Motivo de discusión desde 90
antiguo ha sido, también, la necesidad de la encarnación; no se trata de un necesitarismo absoluto. Dios, como Dios que es, sólo puede obrar por libertad, no por necesidad. Respecto al modo como se verificó la encarnación, es de fe que no se verificó por concurso de varón, sino por obra del Espíritu Santo, en las entrañas de la virgen María. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó (tabernaculizó) entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Jn. 1:14). La encarnación del Verbo de Dios es parte fundamental del evangelio. La encarnación es aquel hecho de Dios por el cual Dios Hijo, siendo en sí mismo Dios y de la misma sustancia del Padre, que estaba con el Padre desde antes de la fundación del mundo, por medio de quien el Padre creó todas las cosas, aceptó tomar la naturaleza humana con el propósito de la redención y restauración del hombre. De la encarnación se puede decir que (1) Jesús de Nazaret era y es verdaderamente Dios, posee la naturaleza divina y todos los atributos de la deidad (Fil. 2:6; Col. 1:9; He. 1:8-10); (2) Jesucristo fue hecho hombre con cuerpo humano natural, manifestando los atributos comunes de la humanidad (1 Ti. 2:5; Hch. 3:22; Gá. 4:4; He. 2:14,17,18; 4:15); (3) Jesucristo, en su ministerio terrenal, era humano y divino (Fil. 2:611); los hombres se dirigían a Él usando títulos y nombres divinos y humanos; (4) Jesucristo existirá eternamente como Dios-hombre con el cuerpo glorioso en que resucitó (Hch. 1:11; Fil.3:21). La verdad de la encarnación se entrelaza tan íntimamente con todas las demás doctrinas (dogmas) del evangelio, que la fe cristiana carecería de valor si se descartara la verdadera humanidad o la verdadera divinidad de Jesucristo. Cristo, el Dios-hombre, era y es humano y divino a la vez. Las pruebas de su humanidad son: (1 ) Él nació con nuestra carne (Mt. 1:16,25; 2:2: Lucas 2:7,11); (2 ) tuvo alma humana (Mateo 26:38); (3 ) tuvo espíritu humano (Lucas 23:46); (4 ) tuvo cuerpo humano, tanto que tuvo hambre, se cansó y necesitó del sueño (Mt. 4:2; 21:18; Jn. 4:6: Mt. 8:24: Mr. 4:38); (5 ) fue azotado, crucificado, y una lanza le hirió el costado (Jn. 91
19:1, 34; Lc. 23:33); (6 ) fue semejante al hombre en todo, excepto en el hecho de no haber pecado (Hch. 3:22; Fil. 2:7,8; Jn. 8:46; 1 Pe. 2:22; He. 2:14,17, 18; 4:15). E NCRATITAS. (Del gr. egkraitai, continentes). Secta gnóstica del siglo II, caracterizada por la excesiva austeridad de sus reglas morales. Entre otras cosas, les estaba prohibido comer carne, beber vino, y muchos reprobaban además el uso del matrimonio. Taciano, apologista cristiano nacido el año 110 y discípulo de Justino Mártir, fue el principal creador de la secta; compuso un evangelio en el que omitía las genealogías de Jesús. Los principales oponentes de Taciano fueron Ireneo, Tertuliano, Clemente de Alejandría, Hipólito y Orígenes. E NTELEQUIA. (Del gr. , realidad plena alcanzada por algo). En la filosofía de Aristóteles, fin u objetivo de una actividad que la completa y la perfecciona. 2 . Cosa real que lleva en sí el principio de su acción y que tiende por sí misma a su fin propio. || Cosa, persona o situación imaginaria e ideal y perfecta, que no puede existir en la realidad. Según Aristóteles, la entelequia tiene un triple valor: 1 ) perfección actualizada (el acto realizado); 2 ) el alma, como energía (actualización); 3 ) el Primer Motor (como actividad y como automovimiento). Modernamente se ha rechazado el concepto de entelequia. Esto no obstante, encontramos una revalorización de dicha noción: 1) en Leibniz (s. XVII), quien afirma que sus mónadas son entelequias (son causa de sus propias acciones internas); 2) en el neovitalismo: según Driesch, la entelequia es un principio espiritual (irreductible a lo fisicoquímico), origen de la vida en los seres orgánicos y que individualiza y delimita su desarrollo. E NTIMEMA. (Del lat. enthymema, y este del gr. , reflexión, pensamiento). Fil. Silogismo abreviado que, por sobrentenderse una de las premisas, sólo consta de dos proposiciones, que se llaman antecedente y consiguiente; p. ej., el sol alumbra, luego es de día. E ÓN. (Del ingl. eon, y este del gr. , tiempo, época). Período de tiempo indefinido de larga duración. 2 . En el gnosticismo, cada 92
una de las inteligencias eternas o entidades divinas de uno u otro sexo, emanadas de la divinidad suprema. 3 . Unidad de tiempo geológico, equivalente a mil millones de años. E PICUREÍSMO. Sistema filosófico enseñado por Epicuro, filósofo ateniense del siglo IV a.C., y seguido después por otros filósofos. 2 . Refinado egoísmo que busca el placer exento de todo dolor, según la doctrina atribuida a Epicuro. El contenido del epicureísmo es la doctrina filosófica de Epicuro, a la que no se añaden variaciones notables. En algunas épocas, a causa de un interés concreto (como la discusión con los estoicos y los cínicos), se centra el interés en la canónica en vez de en la ética. Ésta es, con todo, el aspecto característico y perdurable del epicureísmo, aunque siempre implica elementos de las otras disciplinas (canónica y física). En el s. I la escuela se trasladó a Nápoles, con Filodemo de Gadara, y desde allí influyó en la vida cultural romana. El más brillante expositor de la doctrina epicúrea fue Lucrecio Caro en su De rerum natura. Cuando con el Renacimiento revivieron las escuelas de la antigüedad, el epicureísmo conoció una nueva época de esplendor. La preocupación básica de Epicuro fue la de conseguir un arte de vivir; para él, una filosofía que no sirviera para alcanzar la felicidad del hombre no tendría razón de ser. Ahora bien, esto no le conduce a buscar placeres desenfrenados, sino, al contrario, a abogar por una vida pacífica y mesurada, en la que el espíritu tranquilo goce de la amistad y del cultivo de la filosofía. El primer paso para ello consiste en eliminar lo que produce infelicidad al hombre: el pensamiento de la muerte, el temor a los dioses y el dolor físico. Propugna el cultivo de los placeres, los más deleitables de los cuales son los espirituales (la amistad, el goce intelectual). Esta ética es completada por dos disciplinas: la canónica y la física. La primera es una teoría del conocimiento de estilo sensista, que permite una explicación naturalista de todo, eliminando así lo sobrenatural. La física es un elaborado atomismo, en el que, y en esto consiste la diferencia con la física de Demócrito, introduce un elemento de azar al considerar que algunas veces los átomos pueden sufrir desviaciones. Contrario a la revelación bíblica, afirma que la materia es eterna e increada y que el orden cósmico se debe a razones mecánicas y no a una teleología.
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E PIFANÍA. (Del gr. , manifestación, aparición). Resplandecimiento. Se usaba en Grecia de la aparición de un dios a los hombres, y de un enemigo a un ejército en el campo. En el Nuevo Testamento se usa: (a) de la venida del Salvador cuando el Verbo se hizo carne (2 Ti. 1:10); (b) de la venida del Señor Jesús en el aire para el encuentro con sus santos (1 Ti. 6:14; 2 Ti. 4:1,8). E PIFONEMA. (Del gr. ). Ret. Exclamación o reflexión deducida de lo que anteriormente se ha dicho, con la cual se cierra o concluye el pensamiento general a que pertenece. E PÍFORA. (Del gr. , aflujo). Ret. Figura consistente en la repetición de una o varias palabras al final de una frase o de las diversas frases de un período: Lo sabe todo, lo quiere todo, lo puede todo. E PIGNOSIS. (Gr. , de epi, sobre, por encima de, y gnosis, conocimiento). Esta palabra griega denota un conocimiento total, discernimiento, reconocimiento. Gnosis ( ) denota primariamente buscar saber; denota conocimiento, especialmente de la verdad espiritual, como en Lucas 11:52; pero epignosis expresa un conocimiento más completo, o un conocimiento pleno, una mayor participación por parte del conocedor con el objeto conocido, influenciándole más poderosamente. Esta palabra no se halla en los Evangelios ni en los Hechos. Por ejemplo en Romanos 1:28 (epignosis) (reconocimiento de Dios) contrasta con la forma simple (gnostes) del v.21. Epignosis se usa para designar un conocimiento más profundo de Dios, y una mayor participación y comunión del creyente con Él. “En las cuatro epístolas del primer cautiverio de Pablo en Roma, constituye un componente de la oración introductoria por el bienestar de sus destinatarios (Flp. 1:9; Ef. 1:17; Col. 1:9; Flm.6)” (Lightfoot). E PIQUEREMA. (Del gr. ). Fil. Silogismo en que una o varias premisas van acompañadas de una prueba. E P I S TEM OLOGÍ A. (Del griego epistém e [ ], conocimiento, logos, tratado). Fil. Disciplina filosófica que estudia los fundamentos, métodos y lenguaje del conocimiento científico. La epistemología, íntimamente vinculada a la teoría del conocimiento clásica y a la historia de la ciencia, la filosofía de la ciencia y la sociología de la práctica científica, se dedica indistinta y 94
complementariamente al estudio de los principios, postulados e hipótesis de las diversas ciencias y al análisis teórico del concepto de ciencia como forma específica de conocimiento. La epistemología pone de relieve en lo fundamental lo que G. Bachelard denomina cortes epistemológicos, es decir, aquellas cesuras significativas que dan paso a nuevos planteamientos del quehacer científico y marcan de manera decisiva los progresos que realiza la ciencia. E PÍTOME. (Del lat. epitome, y este del griego ). Resumen o compendio de una obra extensa, que expone lo más fundamental o preciso de la materia tratada en ella. 2 . Ret. Figura que consiste, después de dichas muchas palabras, en repetir las primeras para mayor claridad. E RUDITO. Instruido en varias ciencias, artes y otras materias. 2 . Persona que conoce con amplitud los documentos relativos a una ciencia o arte. El erudito a la violeta, es el hombre que sólo tiene una tintura superficial de ciencias y artes. Esdras era un escriba erudito en la ley del Dios del cielo (Esd. 7:12). “Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee; m as la erudición de los necios es necedad” (Pr. 16:22).
humana y a la iglesia en particular. La Escatología bíblica, a partir del momento histórico que vivimos, trata, entre otras cosas: 1 ) del advenimiento del gobierno del anticristo (2 Ts. 2:3-9); 2 ) del período de la gran tribulación (Mt. 24:15-22); 3 ) de la caída y destrucción de Babilonia la grande (Ap.17,18); 4 ) de la resurrección de los santos y transformación de los redimidos y nuestra reunión con el Señor en los aires (1 Co. 51-53; 1 Ts. 4:13-18); 5 ) del juicio de la Iglesia ante el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10); 6 ) de las bodas del Cordero (Mt. 25:10; Ap. 19:7,8), 7 ) del retorno de Cristo a la tierra (Mt. 16:27); 8 ) de la derrota de la bestia y el falso profeta (Ap. 19:11-21); 9 ) de Satanás encadenado (Ap. 20:1-3); 10) del juicio de las naciones (Mt. 25:31,32); 11) de la manifestación del reino milenial de Cristo (Ap. 20:4,5); 12) de Satanás desatado por poco tiempo (Ap. 20:7-10);
E RÍSTICO, CA. (Del gr. , discutidor). Perteneciente o relativo a la escuela socrática establecida en Mégara, ciudad griega situada al oeste de Atenas. 2 . Dicho de una escuela: Que abusa del procedimiento dialéctico hasta el punto de convertirlo en vana disputa. 3 . Fil. Arte de disputar, de convencer por la palabra.
13) de la resurrección de los impíos (Ap. 20:5);
E SCATOLOGÍA. (Del gr. , último, el final, y -logía). Conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba. Escatología es la doctrina de las últimas cosas. 2 . Teol. Rama de la teología que estudia la problemática del destino último del hombre, las cosas y el mundo desde la perspectiva de la fe cristiana.
17) de la Nueva Jerusalén (Ap. 21:9-27), y
La Escatología bíblica proporciona las respuestas que otras materias de la teología dogmática dejan sin contestar, pues la Escatología es la que se ocupa de la consumación de los planes de Dios, de la vida humana y de la historia. En lo individual o personal, la Escatología incluye la muerte física (He. 9:27), la inmortalidad del alma (Mr. 9:44) y la condición intermedia después de la muerte, el Hades o Seol (Lc. 16:23), el Tártaro (2 P. 2:4), el Paraíso (Lc. 23:43); y en lo general o histórico, lo que abarca a toda la raza 95
14) del juicio del gran trono blanco (Ap. 20:11,12); 15) de los impíos lanzados al lago de fuego (Ap. 20:13-15); 16) de la Gehena (Mt. 18:9; Ap. 20:14); 18) de la eternidad (Ap. 22:5). E SCEPTICISMO. (Del gr. , que no cree o afecta no creer). Desconfianza o duda de la verdad o eficacia de algo. Se usa principalmente para la incredulidad exagerada o afectada. 2 . Doctrina de ciertos filósofos antiguos y modernos, que consiste en afirmar que la verdad no existe, o que, si existe, el hombre es incapaz de conocerla; es decir, pone en duda la capacidad del hombre para alcanzar el conocimiento. Fil. En términos generales, escepticismo es lo opuesto a dogmatismo, en cualquiera de sus formas. Parece, por lo tanto, una postura gnoseológica negativa, y así ha sido a veces interpretado al 96
hacer una consideración completamente superficial de lo que presupone una actitud escéptica. Sin embargo, escéptico es el que examina y, en la mayoría de los casos, acepta la relatividad del conocimiento. Su actitud de suspender el juicio, al comprobar la imposibilidad de llegar a verdades absolutas, es no sólo un método de prudencia intelectual, sino también muchas veces un estado que, una vez superado, permite llegar a «ciertas verdades». El escepticismo, más que una escuela, es una actitud, y se encuentra en pensadores tan dispares como Descartes, Berkeley, Hume, Kant, etc.; pero puede hablarse de la escuela escéptica grecorromana, de los escépticos ingleses del s. XIV y de un escepticismo del Renacimiento francés, entre otras cosas. En el s. XIV hubo en Inglaterra un fuerte movimiento escéptico, cuyo representante más distinguido fue Nicolás de Autrecourt. Francia ha dado la figura máxima del escepticismo moderno, Montaigne, con una filosofía del hombre marcada por la duda, la relatividad y la caducidad de las cosas. E SCOLÁSTICA. Filosofía de la Edad Media, cristiana, arábiga y judaica, en la que domina la enseñanza de las doctrinas de Aristóteles, concertada con las respectivas doctrinas religiosas. Se destaca como un movimiento de resurrección y aprecio de la filosofía griega que tuvo lugar en el medioevo. 2 . Denominación que se da al conjunto de sistemas filosóficos que predominaron en Europa desde finales de la época patrística hasta el siglo XVII. 3 . Espíritu exclusivo de escuela en las doctrinas, en los métodos o en el tecnicismo científico. Fil. La escolástica no es una corriente uniforme en todas sus consecuencias; pero presenta unas características básicas en espíritu, método y sistema. El espíritu de la escolástica está teñido de religiosidad. Por ello tiene como tema fundamental la relación de la teología con la filosofía, dando, en general, la primacía a aquélla, pero con un profundo interés por ésta como su fundamento y razón. El método es la discusión de proposiciones metafísicas, teológicas, lógicas, etc., apoyándose en la autoridad de los grandes filósofos de la antigüedad, particularmente Aristóteles y Platón. El sistema consiste en un cuerpo doctrinal, lógicamente estructurado, en el que quedan justificados todos los elementos de una cosmovisión que acepte la revelación y la tradición cristiana. La escolástica,
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característica de la sociedad cristiana medieval, ha experimentado un renacimiento en los siglos XIX y XX en la corriente neoescolástica, que debe su formación como movimiento organizado a una bula del papa León XIII aconsejando la vuelta al tomismo y que condujo al cardenal Mercier a fundar la Univ. de Lovaina en 1892, aunque el movimiento sea más amplio que la escuela ubicada allí. La neoescolástica, que abarca más que el neotomismo estricto, ha tenido que tomar en consideración la filosofía y la ciencia modernas. Frente a ellas, o en conjunción con ellas, ha intentado revalorizar y desarrollar los conceptos de la filosofía medieval. En la neoescolástica se adoptan fundamentalmente dos posturas: la de oponer la philosophía perennis a cualquier otra corriente y la de intentar asimilar dentro del marco escolástico las corrientes de pensamiento hoy en vigor. Los temas clásicos de la especulación escolástica han sido: 1) El ya citado de la relación entre teología y filosofía. 2) La discusión del problema de los universales, que produce una diversificación de tendencias en el seno de la escolástica. 3) Las cuestiones lógicas, en especial el estudio del silogismo deductivo. De 950 a 1350 surgió en Europa occidental el escolasticismo, o teología escolástica, que se asocia con el conocimiento de hombres eruditos de la época. El escolasticismo fue un movimiento de surgimiento de la filosofía griega debido a las traducciones al árabe y luego al latín hechas por judíos y mahometanos. Ese conjunto de sistemas filosóficos es, pues, herencia del mundo grecorromano precristiano. Los escolásticos tenían la finalidad de encontrar la relación entre la fe y la razón. Ese renovado interés hacia el estudio de la filosofía tuvo alguna relación también con el avivamiento del misticismo pietista que surgió a principios del siglo XII. Pero, ¿tendrá alguna relación la razón y sus connotaciones lógica y metafísica con la fe en los propósitos de Dios y lo que ha dado en el largo proceso de la revelación que culminó en Cristo? Debemos tener en cuenta que Aristóteles no menciona a Dios, y para él la “primera causa” era el principio de la existencia, no un ser personal, y describía al universo como eterno. Alberto Magno y Tomás de Aquino trataron de reconciliar el conocimiento material aristotélico con la revelación suprema del cristianismo, dando lugar al llamado movimiento escolástico. Que los 98
escolásticos hayan hecho alguna contribución original al estudio de la exégesis y de la teología bíblica es muy dudoso, pero ese afán de los escolásticos de reconciliar el dogma con la razón los llevó a establecer un sistema ordenado de doctrina, lo que en algunos de sus exponentes más conspicuos se conoce como sumas teológicas, como la Tomás de Aquino. Su contribución puede traducirse mayormente a preparar el camino para los reformadores. Para la mayoría de los escolásticos, la fe era primordialmente el asentimiento intelectual, más que la confianza en Dios. El escolasticismo y aun el neoescolasticismo entró prácticamente en la obsolescencia en los medios filosóficos y teológicos contemporáneos, aun dentro del catolicismo romano.
especialmente. La Biblia revela, no obstante, que los espíritus de los muertos no se pueden comunicar con los vivos; de donde se desprende que cualquiera supuesta comunicación debe ser con espíritus malignos. Como todas sus enseñanzas son contrarias a la Palabra de Dios, se desprende que ellos se oponen a Dios, niegan la personalidad de Dios, pues son panteístas; pero la Biblia declara que Dios tiene todas las características de una persona. Dios habla, oye, piensa, se entristece, ama (Juan 3:16), y todo eso se manifiesta también a través del Verbo encarnado. Los espiritistas niegan que Jesucristo es Dios, afirmando que sólo es un médiums de rango superior; pero la Biblia afirma que el Verbo es Dios y que se hizo carne (Juan 1:1; 1:14; Romanos 9:5; Juan 20:28; 1 Juan 5:20).
Las principales figuras de la escolástica en la Edad Media fueron Anselmo (1033-1109), de Aosta, Italia; Pedro Lombardo (10791142), de Pallet, Francia; Hugo de San Víctor (1096-1141); Pedro Lombardo (1100-1160), de Novara, Lombardía; Buenaventura (1221-1274); Alberto Magno (1200-1280), alemán; Tomás de Aquino (1224-1274), de Rocaseca, Italia; Juan Duns Escoto (12641308), escocés, y Guillermo de Occam (1300-1349), de Surrey, Inglaterra.
La generalizada decadencia de la fe cristiana y el alejamiento de la Palabra de Dios, ha dado un gran auge a las ideas espiritistas. El espiritismo ha sido practicado desde la antigüedad en las religiones paganas, y sigue vigente actualmente, mezclado con conceptos de magia. Ha habido amplia difusión y acuerdo en que el espiritismo moderno surgió en Hydesville, en 1848, cuando las hijas de Juan D. Fox oyeron golpes en su cuarto acompañados de inexplicables movimientos de objetos, y empezaron a tener contacto y conversar con supuestos espíritus.
E SENCIA. (Del lat. essentia, y este del gr. ousía [ ]). Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas. 2 . Lo más importante y característico de una cosa. El griego ousía, un ser, se deriva de eimi, ser. Denota sustancia, propiedades (Lc. 15:12, 13: bienes, hacienda). Hay en el Ser Divino una sola esencia indivisible, es decir, Dios es uno en la esencia de su Ser, o en su naturaleza constitucional (Dt. 6:4; Stg. 2:19). No obstante, en este Ser Divino hay tres Personas o s ubsistencias (hipóstasis) individuales, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Podemos decir que en Dios no hay propiamente tres individuos, uno junto al otro y separados el uno del otro, sino solamente distinciones personales (subsistencias) de uno mismo, dentro de la esencia divina, que es una no sólo genérica, sino también numéricamente; de manera que la esencia de Dios, plena, no fragmentada, con todas sus perfecciones, pertenece por igual a cada una de las tres personas. E SPIRITISMO. Doctrina según la cual los seres vivos pueden comunicar con los espíritus de los muertos a través de los médiums, 99
E SPÍRITU DE J EZABEL. Jezabel fue la esposa gentil y pagana de Acab, rey de Israel, hija de Et-baal rey de los sidonios, quien introdujo y auspició en Israel el inmoral culto a Baal, prohibiendo la adoración a Jehová (1 Re. 16:31-33). Jezabel adoraba tan enfáticamente a Baal, deidad satánica, que la Palabra de Dios la llama fornicaria y hechicera (2 Re. 9:22). Ese mismo espíritu se fue apoderando de la cristiandad después que iglesia se unió al Estado pagano en tiempos del emperador romano Constantino el Grande, engendrando el papado romano y sus secuelas, a tal punto que el Señor declara: “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a com er cosas sacrificadas a los ídolos” (Ap. 2:20). Las enseñanza de Jezabel en tiempos de Tiatira (catolicismo romano) son similares a las de Balaam, o sea fornicar y comer cosas sacrificadas a los ídolos. En ambos casos parece que el pecado de idolatría involucra también inmoralidad sexual. En muchas religiones idolátricas, la complacencia sexual hacen parte del culto. No hay 100
seguridad acerca de si Jezabel era el nombre de la mujer que enseñaba tales cosas o si sencillamente era un apelativo con connotaciones obvias. Lo que sí está claro es que ese es el espíritu de la gran ramera y de sus hijas, espíritu que viene desde sus orígenes en Babilonia (Apocalipsis 17 y 18). E STEREOTIPO. (De estereotipia, del gr. , sólido, y , de la misma raíz de , molde). Repetición involuntaria e intempestiva de un gesto, acción o palabra, que ocurre sobre todo en ciertos dementes. Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable. 2 . Impr. Plancha utilizada en estereotipia. E STOICISMO. Fortaleza o dominio sobre la propia sensibilidad. 2 . Escuela filosófica fundada por Zenón (335-263 a.C.) y que se reunía en el «pórtico (en griego, stoa) pintado» de Atenas. 3 . Doctrina de los estoicos. Fil. El fundador del estoicismo fue Zenón de Citio en 300 a.C. Los estoicos reunían doctrinas de los antiguos filósofos griegos, como Heráclito, Platón, Aristóteles, pero su doctrina es un sistema en que la ética es la parte más conocida, aunque no más valiosa que la lógica y la física. La lógica, cultivada especialmente en la época griega de la escuela, se divide en dos partes: formal y material (o teoría del conocimiento). La primera es sumamente original, ya que es una lógica basada en la proposición y no en el concepto. La segunda es una teoría del alma, a la que consideran corpórea y capaz de sufrir impresiones de los objetos sensibles, las cuales producen en ella representaciones, de las que el hombre acepta aquellas que se le ofrecen con una evidencia tal que no puede resistirse a ellas (fantasías catalépticas). Esta certidumbre es el criterio de verdad. En física los estoicos fueron materialistas y panteístas. Lo real es corpóreo y está penetrado por un espíritu, pneúma, que anima la naturaleza y produce el orden cósmico. La ética tiene como principio fundamental vivir de acuerdo con la naturaleza y aceptar racionalmente el orden de las cosas (ética intelectualista). Los estoicos no constituían en sí una escuela sistemática, sino una disciplina hondamente arraigada en la vida, la cual como sustituto de la religión, pretendía proporcionar al hombre educación y un asidero para el alma. 101
El estoicismo, considerado como escuela, se divide en tres épocas: 1) Antigua (-IV a -II). Es la época más fecunda en lógica y física. Además del fundador merecen mencionarse Cleantes y Crisipo. 2) Media (-II a -I). Mayor interés por los problemas humanos. Enorme influencia en Roma. Penecio y Posidonio son sus representantes más notables. 3) Nueva (período imperial romano). Agudización de la religiosidad y el pesimismo, con figuras tan conocidas como Sénaca, Epicteto y Marco Aurelio. El estoicismo presenta dos aspectos particularmente vivos y fecundos: la lógica, que avanzó conceptos tan modernos como el cálculo proposicional y la implicación material, y su ética, que constituye una de las características permanentes de las sociedades cristianas. En la época de Pablo, los estoicos, junto con la escuela opuesta de los epicúreos, se consideraban como la principal corriente filosófica de entonces (Hechos 17:16-34). Aunque la escuela desapareció en el siglo III d.C., sin embargo ejerció mucha influencia entre muchos de los llamados padres de la Iglesia. E STOICO. (Del lat. Stoicus, y este del gr. , der. de , pórtico, por el paraje de Atenas así denominado en el que se reunían estos filósofos). Fuerte, ecuánime ante la desgracia. 2. Perteneciente o relativo al estoicismo. E TERNO. Que no tiene principio ni fin. El término griego aidios denota siempre, duradero (de aei, siempre), y en Rm. 1:20 y Jud. 6 se traduce eterno. El griego aionios expresa la negación de un fin, ya sea de un lapso de tiempo o de un tiempo ilimitado, y se usa especialmente cuando se habla de algo en el futuro, y aidios excluye la interrupción y pone el acento en la permanencia e inmutabilidad. Aionios se usa de personas y cosas que por su misma naturaleza son sin fin, como p.ej., de Dios (Ro. 16:26); de su poder (1 Ti. 6:16), y de su gloria (1 Pe. 5:10); del Espíritu Santo (He. 9:14); de la redención efectuada por Cristo (He. 9:12), y de la consiguiente salvación de los hombres (He. 5:9), así como de su futuro gobierno (2 Pe. 1:11), que en otros pasajes es descrito como sin fin (Lc. 1:33); de la vida que reciben aquellos que creen en Cristo (Jn. 3:16), con respecto a los cuales Él ha dicho: “y nunca perecerán” (Jn. 10:28), y del cuerpo de resurrección (2 Co. 5:1), que en otros pasajes es declarado “inmortal” (1 Co. 15:53), en el que aquella vida llegará 102
finalmente a manifestarse (Mt. 25:46; Ti. 1:2). La e ternidad, en el sentido estricto de la palabra, se adscribe a lo que trasciende todas las limitaciones temporales. É TICA. Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. 2 . Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. En Grecia, en épocas pretéritas, el Ethos se relacionaba con una morada, o lugar de habitación. Pero ya en la época aristotélica se relacionaba más con el sitio donde la persona se refugia para reflexionar y meditar en torno a sus motivaciones; de modo que el Ethos viene a ser, pues, según esos principios, la fuente donde se nutre la voluntad, y ya sabemos que ésta es una facultad del alma humana. La ética es, en rigor, una disciplina que tiene como objeto de descripción y reflexión la moral de los actos humanos, aunque a menudo se identifiquen los conceptos de ética y moral. Recibe también el nombre de filosofía moral. Según la perspectiva que tome al enjuiciar los valores, las normas y los hechos, la ética puede ser autónoma (cuando contempla el sujeto de la moral como fuente y fundamento de toda moralidad) o heterónoma, si funda el sentido de lo moral en algo exterior al acto y al sujeto, y en tal caso será teológica si esa fundamentación es Dios, utilitarista si lo es la utilidad concreta de los actos para el individuo, eudomonista si lo es la felicidad de éste, hedonista si el fundamento sobre el que se apoya el juicio es el placer del sujeto, etc. La reflexión ética en Occidente empieza realmente con las consideraciones de Demócrito y la búsqueda socrática de la esencia de las virtudes, postura que lleva a una identificación de virtud y saber y, consiguientemente, a lo que se ha denominado intelectualismo ético, orientación que siguió Platón, sobre todo en su primera época. Con Aristóteles se abre paso una ética consciente de la compleja temática moral (definición de la virtud, clasificación de las formas del bien, percepción de las virtudes sociales, etc.). Las escuelas posteriores a Aristóteles (epicúrea, cínica, estoica, etc.) concedieron un papel fundamental a la ética. El advenimiento del cristianismo supuso la difusión de una concepción teológica impregnada de elementos griegos, que dominó el panorama de la filosofía moral hasta el Renacimiento, época en que, además de revivir las teorías clásicas, surgieron otras formas nuevas
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de ética, basadas en una reflexión más antropocéntrica que las precedentes. Papel importante tuvo después Hobbes, que fundamentó la reflexión sobre la moral en el egoísmo individual, y Spinoza, que sostiene la tesis del determinismo del deseo o «cupiditas». Estas y algunas otras directrices llenaron el pensamiento ético occidental hasta Kant y el idealismo alemán, que representan el predominio de unos planteamientos éticos basados en la autonomía del sujeto. A Nietzsche corresponde el comienzo de una perspectiva ética dominada por la noción de valor, que habría de dar fecundos resultados en este campo y que encontró en Max Scheler un cultivador destacado y original. En la época contemporánea, con la excepción de quienes niegan viabilidad al lenguaje ético en cuanto subjetivista e inverificable científicamente, el interés por la ética tiende a orientarse a una concepción individualista de lo moral, menos en el pensamiento marxista, que concibe la moral, y por tanto la reflexión ética, como funcionalmente subordinadas a la historicidad de la experiencia humana y al determinismo de las estructuras y los procesos socioeconómicos. E UDOMONISMO. (Del gr. eudaimonía, felicidad). Fil. Nombre genérico que se da a las doctrinas que basan sus normas morales en el logro de la felicidad. Esta felicidad puede ser personal, como en Demócrito, Sócrates, Aristóteles o en el estoicismo y el neoplatonismo, o bien, como se estableció a partir de Hume, colectiva. E UNOMIANISMO. Eunomio (m. h. 395) fue el jefe de una secta arriana y obispo de Cízico (360). De inspiración aristotélica y neoplatónica, afirmaba que lo único que sabemos de Dios es que es el Ser inengendrado. Escribió una apología de su doctrina, refutada por Basilio, a quien respondió con Apología hiper apologías (378).Véase Anomeísmo. E UTIQUIANISMO. De Eutiques o Eutiquio (378-454), monje heresiarca griego, asceta y archimandrita de un monasterio próximo a Constantinopla. Abandonó su retiro para combatir el nestorianismo. A través de estas polémicas fue elaborando la doctrina monofisita, herejía de la cual es el verdadero fundador y principal impulsor. El monofisismo o eutiquianismo es el lado opuesto del nestorianismo, pues esta herejía estiraba la distinción de 104
las naturalezas humana y divina en Cristo hasta crear una doble personalidad, mientras que el monofisismo o eutiquianismo exigía la unidad personal de Cristo a expensa de la distinción de las naturalezas, y hacía al Logos divino absorber a la naturaleza humana. Eutiques sostenía, pues, que en Jesucristo había una sola naturaleza, la divina; al negar que Cristo hubiese tenido una naturaleza humana, negaba así la encarnación y la obra redentora del Salvador. Hay que considerar que el monje Eutiques no era lo suficientemente erudito como para formular por sí solo una doctrina cristológica de semejante envergadura, y en el año 448 fue acusado de herejía y condenado por un sínodo reunido en Constantinopla. ¿De qué acusaban a Eutiques? De que enseñaba que «después de la encarnación, Cristo tenía solamente una naturaleza». Monofisismo o monofisitismo viene de la palabra griega monofusis, una sola naturaleza. Hablando de su trasfondo, hay que aclarar que el opositor de Nestorio, obispo de Constantinopla, fue Cirilo, obispo de Alejandría, ambos fueron destituidos de sus cargos; y Cirilo había expresado de una manera un tanto confusa la cuestión de la unión de las dos naturalezas de Cristo, en cuya unión, la naturaleza humana quedaba rezagada o dominada por el Logos, dando a veces a entender que de la unión de las dos naturalezas resultaba la formación de una sola naturaleza. ¿Qué siguió? Que muchos seguidores de Cirilo enseñaron que Cristo tenía una sola naturaleza después de la encarnación, y que esta naturaleza era divina-humana, pero que la humana había sido absorbida por la divina. Entonces Eutiques, como seguidor de Cirilo, estaba reaccionando en contra del nestorianismo que dividía a Cristo en dos personas. Pero tanto Nestorio como Eutiques llegaron a esos extremos, por la incapacidad de ambos de distinguir entre naturaleza y persona, de que Cristo tiene dos naturalezas en una sola persona. En su confusión, Eutiques sostenía que Cristo estaba compuesto de dos naturalezas, pero que no existía en dos naturalezas; de manera que Cristo no existía como humano en el sentido en que nosotros somos humanos. De manera que la cristología de Eutiques no resolvía el desvío del nestorianismo, sino que trajo más confusión, pues vemos que Cristo ya no era ni verdadero Dios ni verdadero hombre; incluso, algunos de sus seguidores llegaron a considerar que aun el cuerpo de Cristo había descendido del cielo. 105
Las doctrinas de Eutiques fueron consideradas ortodoxas en el conciliábulo de Éfeso (449), convocado por el emperador Teodosio II y presidido por Dióscoro de Alejandría, que decretó también la deposición del obispo Flaviano. Muerto Teodosio II, Eutiques y Dióscoro fueron condenados por el IV Concilio de Calcedonia (451) y Eutiques desterrado. Al condenar a Eutiques, el Concilio de Calcedonia enfáticamente rechazó su cristología y afirmó la doctrina de la unión inseparable e indivisible, sin confusión y sin cambio, de dos naturalezas perfectas y completas, la humana y la divina, en la Persona de Cristo. En Calcedonia se dejó sentado que en la persona singular de Cristo coinciden dos condiciones; deidad y humanidad, conforme lo declara el Nuevo Testamento. No es fácil para los hombres, por no decir que imposible, explicar con palabras de lenguaje humano un misterio tan incomprensible como lo es la encarnación de Dios. Esas decisiones en Calcedonia sirvieron de parámetros para discusiones cristológicas posteriores. E VOLUCIÓN. Teoría filosófica aplicada a la ciencia que preconiza el desarrollo de los seres orgánicos mediante un proceso natural ascendente. 2 . Fil. Doctrina que explica todos los fenómenos, cósmicos, físicos y mentales, por transformaciones sucesivas de una sola realidad primera, sometida a perpetuo movimiento intrínseco, en cuya virtud pasa de lo simple y homogéneo a lo compuesto y heterogéneo. A la evolución se le contrapone la creación, claramente expuesta y respaldada por la Biblia. Agustín de Hipona en su época creyó en un proceso largo en el plan de la creación divina del capítulo 1 de Génesis. Linneo, hijo de un pastor sueco, introdujo la idea de la Taxonomía moderna (1735) y creía que estaba catalogando la creación de Dios, pero el padre del evolucionismo fue el inglés Carlos Darwin. El ateo G. H. Huxley dio la oportunidad de combatir las ideas religiosas mediante la teoría de Darwin, preconizada en el libro “El origen de las especies”; pero éste no fue el propósito del propio Darwin. Las pruebas de la evolución no son sino suposiciones, teorías que muchas de ellas ya han sido plenamente descartadas por los mismos científicos. Por ejemplo, en paleontología, la evidencia directa del hecho de la evolución la constituyen los fósiles, cuyo estudio pretendidamente ha querido dar cuenta de la supuesta sucesión progresiva y de los cambios de la fauna y la flora través de los distintos períodos geológicos. Para 106
explicar este hecho Cuvier, desde un punto de vista fijista, enunció la teoría del catastrofismo. Catastrofismo es la teoría formulada por Cuvier y d’Orbigny, según la cual la vida sobre la Tierra es aniquilada periódicamente por grandes catástrofes y ha de ser renovada por creaciones sucesivas. Por muy sofisticada que se quiera presentar, y por muy científica que pretenda ser, la evolución no es más que otro embeleco satánico para desviar a la humanidad del conocimiento del único Dios verdadero que ha creado directamente todas las cosas ex nihilo (de la nada), por Su Verbo, por quien asimismo se ha manifestado a los hombres. Las reacciones de los cristianos han sido diversas. Contra la idea de evolución se ha aducido la falta de especies intermedias entre aquellas que ofrecen el obstáculo de una gran diferencia de forma o estructura. E XÆMERÓN. (Del gr. ex, seis, y hemera, día). Se dice de los seis días de la creación. E XCURSUS. Palabra latina de donde deriva el vocablo excurso (digresión), lo cual tiene la connotación de efecto de romper el hilo del discurso y de hablar en él de cosas que no tengan conexión o íntimo enlace con aquello de que se está tratando. De ahí que excursus se utiliza para indicar un apéndice del tema central. E XÉGESIS. (Del gr. , explicación, relato). Explicación, relato. Interpretación y explicación de un texto. Puede ser filológica, histórica o doctrinal. Frecuentemente se emplea para la interpretación doctrinal de un texto antiguo en análisis comparativo histórico-filológico, que sirve asimismo para la datación de aquellas obras cuya fecha de composición se desconoce. Este término se aplica especialmente refiriéndose a la interpretación de las Sagradas Escrituras. En este sentido, la exégesis consiste en sacar el sentido de los textos sagrados que contienen la revelación divina. E XISTENCIALISMO. Movimiento filosófico que trata de fundar el conocimiento de toda realidad sobre la experiencia inmediata de la existencia propia. Es la doctrina filosófica que tiene como tema central la existencia. Fil. Con el nombre de existencialismo se suele designar una poderosa corriente filosófica del siglo XX, que, con raíces en el anterior (especialmente en el pensador danés Kierkegaard), alcanzó su máxima difusión e influencia en los años inmediatamente 107
posteriores a la II Guerra Mundial. La característica principal del existencialismo es la atención que presta a la existencia concreta, individual y única del hombre, y por tanto en el rechazo de la mera especulación abstracta y universal. En el siglo XX la corriente existencial aparece, en su primera fase, en el período que transcurre desde el final de la I Guerra Mundial hasta los años 30. Predominan en ella sobre todo autores alemanes, como Karl Jaspers y Martín Heidegger. Jaspers considera que el individuo en cuanto existencia no ha de ser concebido desde lo universal, sino que ha de elucidarse desde sí mismo en su situación histórica, única e irrepetible. La existencia no es nunca un objeto, sino que hay que decidirla. Ello ocurre principalmente en las situaciones-límite, en las cuales puede darse el salto a la trascendencia. Es muy dudoso que hoy se pueda situar a Heidegger entre los existencialistas, si se toma esta palabra en su acepción más difundida. Su pensamiento tiene, antes bien, una tendencia metafísica y pretende ir de la existencia al ser y llegar a comprender el «sentido del ser». Para ello parte de un análisis del Daseín (ser-ahí) como primer paso para ir de lo óntico a lo antológico. Pero los temas de este análisis existencial (la nada, la angustia nacida de la nada, la autenticidad, el ser para la muerte, etc.) e incluso su forma de tratarlos hicieron que Heidegger fuera incluido precipitadamente entre los cultivadores del existencialismo. La corriente existencialista tiene una segunda fase, que se suele denominar «francesa» y que se extiende desde los últimos años de la II Guerra Mundial hasta mediados de la década de los 50. Esto es lo que se suele denominar verdadera y auténticamente «existencialismo». La figura clave de esta corriente filosófica, con importantes conexiones literarias y artísticas, así como políticas y sociales, es Jean-Paul Sartre. Sartre considera que en el hombre la existencia precede a la esencia y que, por tanto, su libertad, absoluta e ilimitada, es la que determina la esencia y los valores del existir. Al ser libre por necesidad, el hombre tiene que buscar su propio camino, completamente desamparado. La libertad coincide con la situación; la elección es tan sólo elección del propio destino, predeterminado por la situación. Más aún, la libertad misma es una situación: la imposibilidad de no elegir. De ahí nace el compromiso. Y por ello la libertad y la elección son absurdas, y toda elección resulta gratuita. El hombre se muestra así como una pasión inútil, 108
como un absurdo. La náusea, experiencia fundamental de la existencia, revela ese absurdo. Dentro del existencialismo francés se suele hablar asimismo de un existencialismo «cristiano», cuyo representante más destacado es Gabriel Marcel. Dice el hermano Gino: “La filosofía existencialista y su correspondiente «teología», son también una actitud religiosa perversa; es la religión de la serpiente. El humanismo a ultranza es la misma actitud de Satanás; sustituyendo al Creador por la criatura. No es cuestión de una religión cualquiera, sino de auténtica amistad con el Altísimo Uno que se reveló como «Yo soy el que soy» declarado por Su Verbo, que es el H ijo unigénito hecho hombre y sujeto de la historia con el propósito de traer a ésta la gracia condescendiente mediante la crucifixión, rubricando con la resurrección ante testigos de la más alta calidad moral, que se expusieron a la muerte por sostener su testimonio. ¡Jesucristo es el cambio!”.23 E XPIACIÓN. Acción y efecto de borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio. El verbo expiar (He. 2:17) viene del griego hilaskomai, propiciar, hacer propicio, ofrecer reparación a satisfacción. Cristo llevó a cabo su obra redentora en el Calvario, donde expió los pecados de toda la humanidad. En el concepto de expiación se involucran tres elementos: 1 ) la idea de tapar; invocar la sangre de Cristo es tapar, cubrir; una idea que se enfatiza en la expresión del AT kipper: tapar o expiar; 2 ) la idea de reconciliación, por la cual el vínculo interrumpido entre los pecadores y Dios se restablece por la muerte expiatoria de Cristo; 3 ) la idea de sustitución, que requiere que otra persona ocupe el lugar del pecador y lleve la pena que aquel merece (Is.53:5). La palabra hebrea kipper (piel) (de donde viene yom kippur, día de la expiación) expresa la idea de la expiación por el pecado valiéndose de la idea de cubrir el pecado o al pecador. La sangre de los sacrificios de los animales en el Antiguo Testamento, y ahora la de Cristo en el Nuevo, se interpone entre Dios y el pecador, y en vista de ella, la ira de Dios se aparta. Por tanto, tiene el efecto de apartar la ira de Dios de sobre el pecador. Tengamos en cuenta que el sacrificio expiatorio de Cristo tiene el efecto de quitar el pecado, más que de cubrirlo (Jn. 1:29). Se encuentran ilustraciones de la
expiación en Éxodo 12:3-14 y Levítico 16. La expiación de Cristo está fundamentada en la necesidad del derramamiento de sangre por el pecado. “Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras alm as; y la m ism a sangre hará expiación de la persona” (Lv. 17:11). “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (He. 9:22). Es un sacrificio efectuado una vez para siempre (He. 9:26). El creyente se asegura sus beneficios por la fe (Jn. 1:12; 3:16; 5:24; 14:6; Ef. 2:8). Los teólogos han discutido sobre la diferencia entre expiación y propiciación. Leamos Romanos 3:25: “A quien Dios puso como propiciación por m edio de la fe en su sangre, para m anifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”. Aquí Pablo usa la palabra griega hilasterion, que también aparece en Hebreo 9:5, donde se traduce “propiciatorio”. Algunos intérpretes establecen una distinción entre expiación y propiciación, diciendo que la primera se refiere a la satisfacción ritual por los pecados cometidos, en tanto que la segunda tiene que ver con la persona ofendida. Charles Hodge los presenta como términos correlativos: El pecado, o su culpa, es expiado; Dios, o sea la justicia, es propiciado”.24 J. Knox dice: “Debe pagarse un precio; debe sufrirse un castigo; debe ofrecerse un sacrificio... Pablo ve indudablemente ese sacrificio expiatorio e indispensable en la vida y muerte de Cristo”.25 El sacrificio expiatorio de Cristo propicia a Dios y lo reconcilia con el hombre (Rm. 5:10). Ahora la parte del hombre, su responsabilidad, es aceptar la expiación y poner fin a su hostilidad para con Dios. La obra de Cristo tiene el efecto de cambiar la relación judicial entre Dios y el pecador. Al reconciliar Dios al mundo consigo (2 Co. 5:19-20) se hace evidente el hecho de que Dios no le toma en cuenta los pecados al pecador arrepentido. Esto no necesariamente garantiza un cambio moral en el hombre, pues ese cambio viene como resultado de la obra del Espíritu Santo en el creyente; pues tengamos en cuenta que la expiación es objetiva, no subjetiva. Jesucristo, como representante del pecador, el hombre
24
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA, William B. Eardmans. Vol. II, p. 478.
25
LOS INTÉRPRETES DE LA BIBLIA, Abingdon Press, Vol. 9, pp. 433, 434.
23
Gino Iafrancesco V. Perspectiva del Hombre. Ed. Buena Semilla. 1978. Págs. 38-39 109
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caído, históricamente va a la cruz y por medio de su sacrificio vicario redime al hombre de las demandas de la justicia retributiva de Dios. Cristo obró una expiación vicaria, es decir, sustituyendo al hombre, pues el hombre no podía redimirse a sí mismo; el hombre no podía ofrecer una expiación personal, pues eso equivaldría a la muerte eterna (Rm. 6:23). Dios, en su infinito amor y misericordia, designó un vicario en Jesucristo para que tomara el lugar del hombre; a la manera en que fue sacrificado aquel corderito en lugar del primogénito en cada familia hebrea, cuando fueron liberados de la esclavitud del Faraón egipcio. La expiación es universal, es decir, Cristo murió por todos los hombres, y vino a modificar la relación de Dios con el pecador que, ejerciendo su voluntad, la acepte; fue una expresión del amor de Dios, pues Cristo es el don del amor de Dios. ¿Qué le asegura la expiación a los que reciban por la fe a Cristo como Salvador? Les asegura la vida eterna; una posición judicial adecuada por medio de la justificación; el perdón de los pecados; la adopción de hijos de Dios; el derecho a una herencia eterna; la unión mística de los creyentes con Cristo por medio de la regeneración y de la santificación; una gradual transformación o muerte del viejo hombre y la posesión del hombre nuevo creado en Cristo Jesús; su bendición final en la comunión con Dios por medio de Jesucristo, en la glorificación; en la participación en el reino del Milenio para el creyente vencedor, y en el goce de la vida eterna en una nueva y perfecta creación.
F F E . (Del lat. fides). “La fe es lo que da sustantividad a lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (He. 11:1).26 El término griego pistis [ ] se traduce primariamente firme persuasión, convicción basada en el oído. Se usa en el NT siempre de fe en Dios o en Cristo, o en cosas espirituales. Al ser la fe lo que da 26
sustantividad a lo que se espera, entonces es la seguridad, la confianza, la confirmación, la realidad, la esencia, la base de sustentación, de lo que se espera, es decir, el fundamento que sustenta lo que se espera; además es la convicción, la evidencia, la prueba, de lo que no se ve. 2 . Conjunto de creencias o enseñanzas consideradas básicas para el cristiano. “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra com ún salvación, m e ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Jud. 3). 3 . Confianza, buen concepto que se tiene de alguien o de algo. 4 . Seguridad, aseveración de que algo es cierto. 5 . La fidelidad es la lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona. Por ejemplo, Dios nos ha otorgado la salvación por gracia, pero el hombre debe apropiársela por la fe solamente. La fe implica la aceptación y la confianza en Cristo y Sus promesas, mediante las cuales el creyente lo recibe como su propio y personal Señor y Salvador (Jn. 1:12). Ahora, la fe hay que vivirla; es decir, la auténtica fe siempre va acompañada de buenas obras, porque por ser una fe viva se expresa a través de aquellas obras de justicia que son su fruto natural. Pero la fe bíblica es creer en la verdad de Cristo simplemente porque Dios así lo dice. La fe debe ir creciendo, desarrollándose de tal manera que aquella fe salvífica inicial llegue a ser una fe santificadora; que el creyente por la fe esté consciente de que su vida está siendo guiada por el Señor; que todos los hechos de su vida están siendo encaminados a convertirlo en un vencedor por la fe. F ENOMENOLOGÍA. Fil. Teoría de los fenómenos o de lo que aparece, de la apariencia. 2 . El término fenomenología se ha empleado en diversos contextos filosóficos (particularmente en Kant y Hegel), desde que en 1764 Lambert la utilizara por primera vez. En Friedrich Hegel, filósofo alemán de comienzos del siglo XIX, dialéctica interna del espíritu que presenta las formas de la conciencia hasta llegar al saber absoluto. 3 . Método filosófico desarrollado por Edmund Husserl que, partiendo de la descripción de las entidades y cosas presentes a la intuición intelectual, logra captar la esencia pura de dichas entidades, trascendente a la misma
Nuevo Testamento Versión Recobro. LSM. 111
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consciencia. Husserl, partiendo de la idea de que la realidad es sólo tal en cuanto que conocida, el fenómeno es el marco en el cual la realidad y el yo se funden para constituir la esencia del objeto. Llegar a este estadio en que la esencia se hace patente a la conciencia presupone un método, el fenomenológico, que, por sucesivas reducciones de lo más determinado y concreto a lo más general y abstracto del fenómeno, posibilita la patencia de la esencia ante una conciencia que es fundamentalmente intencionalidad. La filosofía como ciencia pura, en palabras de Husserl, es así ciencia de las esencias. F ETICHISMO. Culto a los fetiches. Los fetiches son los ídolos u objetos mágicos, amuletos de culto a los que se atribuyen poderes sobrenaturales, especialmente entre los pueblos primitivos. A esos objetos los veneran por simbolizar o ser receptáculo de la divinidad. 2 . Idolatría, veneración excesiva. 3 . Psicol. Desviación sexual que consiste en fijar alguna parte del cuerpo humano o alguna prenda relacionada con él como objeto de la excitación y el deseo. Esta perversión sexual consiste en la vinculación erótica del sujeto con un objeto inanimado (generalmente prendas de vestir) o con una parte del cuerpo humano que ordinariamente no tiene significado sexual. Fue el francés Ch. de Bronsses quien primero empleó el término fetichismo para definir un fenómeno que era para él la forma más primitiva de religión. Esta interpretación prevaleció hasta comienzos del siglo XX, en que el alemán M. Müller demostró que el fetichismo podía constituir una religión tan completa como cualquier otra. Según Müller, el fetichismo es el hijo espurio de una religión anterior, y surgió en virtud de una evolución por la cual el fetiche pasó de ser imagen o sugerencia de una idea superior a constituir un objeto adorado por sí mismo, con la particularidad de suponérsele habitado por la idea o divinidad que representa. Los fetiches pueden ser: 1 ) imágenes en las que se guardan reliquias de los muertos, de las cuales se pretende obtener su poder; 2 ) fetiches con influencia protectora sobre sus poseedores, y 3 ) fetiches hechos especialmente para satisfacer un deseo de venganza y realizar actos de magia negra. gr.
F ILACTERIA. (Del lat. phylacteria, pl. de phylacterium y este del ). Cada una de las dos pequeñas envolturas de 113
cuero que contienen tiras de pergamino con ciertos pasajes de la Escritura, y que los judíos, durante ciertas oraciones, llevan atadas, una al brazo izquierdo, y otra a la frente. 2 . Cinta con inscripciones o leyendas, que suele ponerse en pinturas o esculturas, en epitafios, escudos de armas, etc. 3 . Amuleto o talismán que usaban los antiguos. F ILIOQUE. (Lat. “y del Hijo”). Doctrina latina (ala occidental de la cristiandad) de que el Espíritu Santo, además del Padre, procede del Hijo. En el Credo comúnmente llamado niceno, los latinos (a diferencia de los griegos) ponían la palabra filioque (y del Hijo), diciendo que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, mientras que el original de la fórmula se refería al Espíritu Santo como procedente del Padre. En 809 un sínodo reunido en Aachen aprobó la costumbre que había tenido su origen en España, consistente en agregar la Palabra filioque al Credo. F ILOLOGÍA. (Del lat. philología, y éste del gr. , amor a la palabra). Estudio profundo acerca de la interpretación y comprensión de un texto. 2 . Ciencia que estudia una cultura tal como se manifiesta en su lengua y en su literatura, principalmente a través de los textos escritos. 3 . Técnica que se aplica a los textos para reconstruirlos, fijarlos e interpretarlos. 4 . Lingüística. Es preciso ante todo, deslindar el concepto de filología del de lingüística, con el que frecuentemente aparece confundido. Mientras que ésta tiene por objeto el estudio científico del lenguaje, aquélla se ocupa del estudio exhaustivo de textos, por lo que precisa el apoyo de estudios tanto lingüísticos como de retórica, crítica textual, históricos (paleografía, numismática, arqueología, etc.). Los primeros estudios filológicos se llevaron a cabo en Alejandría y Pérgamo. Su tarea fundamental consistía en la restauración, fijación y comentarios de textos. Esta tradición filológica se prolonga en el período romano y en la Edad Media, y experimenta un nuevo florecimiento con el humanismo renacentista. Con el florecimiento de la lingüística moderna con fines autónomos de cualquier otro estudio, surge un período de mixtificación entre una y otra, patente en los trabajos de los eruditos. En esta época, la tradición filológica, que había sido predominantemente clásica (estudio de la antigüedad grecolatina), se aplica a las lenguas indoeuropeas (F. Bopp), 114
románicas (F. Diez) y germánicas (J. Grimm); así nacieron la filología indoeuropea, la germánica y la románica. F INITO. (Del lat. finitus, acabado, finalizado). Que tiene fin, término, límite, que se puede medir o contar. A lo finito se contrapone lo infinito, lo que no tiene ni puede tener fin ni término. El hombre es finito, Dios es infinito. El concepto de infinito es difícilmente definible más allá del sentido puramente etimológico, ya que definir significa precisamente poner límites a una cosa, de tal manera que permita encerrar en ella todas las notas que la constituyan y separarlas de las demás. Esto lleva, por una parte, a una consideración de infinito por defecto, negativa, tal como la que algunos (aunque parece que injustificadamente) atribuyen al espíritu griego clásico, y, por otra, a una consideración positiva, por exceso, tal como del cristiano respecto a Dios, ente que supera todo lo pensable. En el primer sentido, el elemento negativo reside en el objeto, mientras que en el segundo, en el sujeto. Con todo, el concepto de infinito forma parte del conjunto de ideas con las que los seres humanos se enfrentan a la realidad, y quizás el problema estriba en saber si el infinito es un puro concepto instrumental o si se refiere a algún ente concreto. En el sentido de posibilitar la comprensión y consiguiente utilización del concepto de infinito, cabe destacar el enfoque que Aristóteles dio al problema al distinguir dos tipos de infinito, el infinito potencial y el infinito actual.
G G ALARDÓN. (De gualardón, y este del germano withralaun, recompensa; cfr. neerlandés antiguo witherlón). Premio o recompensa de los méritos o servicios. Lo que se recibe como justo pago por algún acto o servicio positivo. Su sentido es semejante al de retribución, aunque ésta generalmente corresponde sólo a un acto negativo; en cambio la recompensa puede tener un sentido negativo y otro positivo; p.ej., en Salmo 91:8; Mt. 6:5; 1 Co. 9:17 y Col. 3:24. El término griego m isthapodosia, pago de salario (de misthos, 115
salario, paga, recompensa, galardón, y apodidomi, dar, devolver, pagar lo que se debe); recompensa. Se usa: a) de premio (He. 10:35; 11:26, galardón); b) de castigo (He. 2:2, retribución). Dios ofrece recompensa o galardón solamente a los redimidos. A los perdidos ofrece en primer lugar salvación; que es un don gratuito (Rm. 6:23; Ef. 2:8-9), mientras que el galardón es algo merecido por obras (Mt. 10:42; 1 Co. 3:14). A veces a la recompensa se le llama premio (1 Co. 9:24) o corona (1 Co. 9:25; 2 Ti. 4:7,8). La salvación es una posición que ya se tiene (Jn. 5:24), mientras que la recompensa se recibirá en la vida venidera, cuando venga el Señor (Mt. 16:27; 2 Ti. 4:8). “Porque es necesario que todos nosotros com parezcam os ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Co. 5:10). Ante el tribunal de Cristo, cuando Él venga, cada hijo de Dios será juzgado de acuerdo con las obras que haya hecho desde su conversión hasta su muerte. No debe confundirse este tribunal con el juicio del pecado (Rm. 5:1). Es más bien una evaluación del servicio que cada creyente haya prestado a la causa de Cristo, y eso depende mucho de la obediencia al Padre, y de haberse negado a sí mismo y llevado su cruz cada día. El uso de los dones espirituales y de las capacidades que Dios ha dado a cada uno será juzgado de acuerdo con los principios establecidos en la parábola de los talentos (Mt. 25:14-30). Por tanto, el anhelo de cada creyente debe ser llegar a escuchar las palabras: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré” (Mt. 25:21). Para el servicio carnal, simbolizado por madera, heno y hojarasca, no hay recompensa, sino castigo temporal; pero para quien se ocupa en la edificación según Dios, oro, plata y piedras preciosas, hay amplia recompensa en el tribunal de Cristo (1 Co. 3:12-15). El que resiste la tentación recibirá corona (Stg. 1:12), como también los pastores fieles (1 Pe. 5:4), y los vencedores, los que permanecen firmes hasta la muerte (Ap. 2:10). Es posible perder la recompensa (2 Jn. 8), o por lo menos no recibir tanta recompensa en el caso de faltar en esta vida el fiel ejercicio de la mayordomía cristiana. G ALICANISMO. Conjunto de doctrinas político-religiosas que 116
surgieron en Francia en el siglo XVI, que postula la disminución del poder del Papa en favor del episcopado y de los grados inferiores de la jerarquía eclesiástica y la subordinación de la Iglesia al Estado. La restricción a la autoridad de la iglesia por el Estado era el galicanismo político, y la restricción de la autoridad del Papa por el Concilio, o por los obispos o el clero era el galicanismo eclesiásticoreligioso. Este movimiento, pues, trataba de definir las autoridades civil y eclesiástica y su relación mutua. Los obispos franceses redactaron los cuatro artículos galicanos a requerimiento de Luis XIV. La revolución francesa y la constitución civil del clero efectuó un secularismo galicano mucho peor que la tendencia antigua, que era simplemente prescindir de la autoridad papal. A esta lucha (entre el católico Luis XIV perseguidor de los hugonotes protestantes y el papa Incencio XI) se le llama el conflicto de las regalías, y surgió cuando Luis XIV quiso llenar las vacantes de cuatro obispados y controlar sus entradas financieras. La declaración redactada por el obispo Basuel trataba de evitar el rompimiento con Roma a la vez que trataba de reconocer la supremacía que Luis XIV pretendía. El primer artículo afirmaba que el rey no estaba sujeto al papa en las cosas temporales, y no podía ser depuesto ni sus súbditos relevados de obediencia al rey por la autoridad papal. El segundo decía que el papa gozaba de plena autoridad en todos los asuntos espirituales, y que esta autoridad estaba sujeta a los concilios generales, como lo había decretado ya el Concilio de Constanza (1414-1418). El tercero decía que el ejercicio de la autoridad papal estaba sujeto, sin embargo, a los cánones y constituciones del reino francés. El cuarto concedía que el papa tenía la parte principal en cuestiones de fe, pero no estaba exento de corrección (es decir, negaba la infalibilidad papal).
y no les viene a través del Pontífice. En ese concilio fueron aprobados los artículos que se incluyeron después en la declaración del clero galicano. Otro de los precedentes del Galicanismo fue la Pragmática Sanción de Bourges (1438), compilada por el clero y firmada por Carlos VII, rey de Francia, que defendió una fracción del Concilio de Basilea en contra del papa Eugenio IV. Pero fue en el s. XVII cuando el galicanismo se difundió de manera oficial en Francia. De 1682 es la famosa Declaración del Clero Galicano, compilada por Bossuet: 1) el Papa tiene sólo poder espiritual en todas partes, no temporal; 2) el Papa tiene pleno poder espiritual, pero el concilio le es superior; 3) en cuanto es legislativa y judicial, esta autoridad está limitada por los cánones, usos y constituciones del reino de Francia; 4) en cuanto esta autoridad es doctrinal, está subordinada al juicio de la Iglesia universal, que puede reformarla. El 4 de agosto de 1690 fue condenada la Declaración por Alejandro VIII, y por Pío VI en 1794. Más tarde, estos atributos reaparecieron entre los 77 artículos orgánicos añadidos abusivamente por Napoleón I al Concordato presentado a Pío VII (1802). G EMARÁ. “El complemento”. Escritos de los rabinos emaritas de los siglos IV al VI d. C. El Gemará surgió de la necesidad de añadir a la Mishná aclaraciones y discusiones sobre determinados puntos. En la Gemará lo histórico se mezcla con lo legendario, con aforismos y metáforas, y no faltan consejos médicos y explicaciones sobre astronomía y ciencias naturales.
Los precedentes históricos del galicanismo se encuentran ya en la lucha entre Bonifacio VIII y Felipe el Hermoso, y más tarde durante el turbio período del cisma de Occidente, en el que la existencia de los antipapas hizo que decayera la autoridad papal. Luego, en el Concilio de Constanza, Pedro de Ailly formuló la tesis de la superioridad del Concilio sobre el Papa y afirmó que la jurisdicción de los obispos y el clero dimana directamente de Dios
G LORIFICACIÓN. La gloria se relaciona con la buena reputación, la fama, el renombre, el honor y la majestad. Las Escrituras la usan con relación a Dios y a su Cristo (Juan 17:1; Hch. 3:13). Jesús, después de la resurrección, fue ascendido al cielo y glorificado; y Dios ha glorificado a los que han creído (Ro. 8:30). Gloria viene del griego doxa, dokeo, parecer. Significa primariamente opinión, estimación; y de ahí el honor resultante de una buena opinión. Se usa: a) de la naturaleza y actos de Dios en manifestación de Sí mismo; esto es, lo que Él esencialmente es y hace, tal y como queda exhibido en cualquier forma en que se revele a sí mismo en estos respectos, y particularmente en la persona de Cristo, en quien esencialmente su gloria siempre ha resplandecido y siempre resplandecerá (Jn. 17:5; He. 1:3). Fue exhibida en el carácter y en
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los actos de Cristo en los días de su carne (Jn. 1:14; 2:11). En Caná se manifestaron tanto su gracia como su poder, y éstos constituían su gloria; asimismo en la resurrección de Lázaro (Jn. 11:4,40). La gloria de Dios se manifestó en la resurrección de Cristo (Ro. 6:4) y en su ascensión y exaltación (1 Pe. 1:21). De la misma forma, en el monte de la transfiguración (2 Pe. 1:17). En Ro. 1:23 se habla de su “eterno poder y deidad” como su gloria, esto es, sus atributos y poder revelados por medio de las cosas creadas; en Ro. 3:23 la palabra denota la manifiesta perfección de su carácter, especialmente de su justicia, a la que los hombres nunca alcanzan; en Col. 1:11, “la potencia de su gloria” significa el poder que es característico de su gloria; en Ef. 1:6,12,14, “la alabanza de la gloria de su gracia” y “la alabanza de su gloria” significan el debido reconocimiento de la manifestación de sus atributos y caminos; en Ef. 1:17: “el Padre de gloria” lo describe como la fuente de la que proceden todo esplendor y perfección divina en su manifestación, y a la cual pertenecen; b) del carácter y caminos de Dios exhibidos por medio de Cristo y a través de los creyentes (2 Co. 3:18,21); c ) del estado de bienaventuranza o bendición al cual los creyentes han de entrar al ser hechos a la semejanza de Cristo (Ro. 8:18,21; Flp. 3:21: “al cuerpo de la gloria suya”; 1 Pe. 5:1,10; Ap. 21:11); d) resplandor o esplendor, que puede ser sobrenatural, emanado de Dios; como en la gloria de la Shekina, en la columna de nube y en el Lugar Santísimo (Éx. 16:10; 25:22; Lc. 2:9; Hch. 22:11; Ro. 9:4; 2 Co. 3:7; Stg. 2:1); en Tito 2:13 se usa del retorno de Cristo: “la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Los cuerpos celestes poseen una gloria natural que Dios les ha dado (1 Co. 15:40,41).
interrogante de la existencia del mal y el origen del universo. Los gnósticos consideraban la fe como algo inferior. La gnosis, por ser un alto nivel de conocimiento, era, pues, el canal de la salvación. Pero para los gnósticos, sin embargo, la gnosis no era un conocimiento intelectual adquirido mediante un esfuerzo mental, sino que era algo de origen sobrenatural; era en sí producto de la revelación divina; entonces para ellos, ese conocimiento adquirido, supuestamente por revelación, es en sí misma redención perfecta. Fue alimentado el gnosticismo en una gran variedad de manantiales, como las filosofías griegas, principios del judaísmo heterodoxo y corrientes religiosas de tipo orientalista, armas con las cuales Satanás quiso destruir la Iglesia del Señor desde sus raíces. El gnosticismo recibió contribuciones del dualismo órfico y platónico, dualismo persa, las religiones de los misterios, la astrología mesopotámica, los misterios de la Babilonia antigua, la religión y cultos egipcios, y algunas ideas cristianas, por supuesto. Es probable que haya tenido su origen en Asia Menor, que algunos consideraron como un foco de ideas fantásticas de la mente de griegos místicos y desequilibrados. Pero hay consenso en la opinión de que un personaje prominente en la creación del gnosticismo, es Simón el Mago. La Palabra de Dios en el libro de los Hechos de los Apóstoles afirma que Simón ejercía la magia en Samaria antes de profesar su conversión, pero se registra asimismo que fue acusado por Pedro de haber querido comprar el poder de dar también el Espíritu Santo al imponer las manos. De acuerdo con una tradición se tiene conocimiento de que Simón fue el iniciador de algunas derivaciones espurias del cristianismo.
G NOSTICISMO. (Del gr. , conocimiento). Movimiento con una doctrina filosófica y religiosa surgido en los primeros siglos de la Iglesia, mezcla de la fe cristiana con creencias judaicas y orientales, que se dividió en varias sectas y pretendía tener un conocimiento intuitivo y misterioso de las cosas divinas. El gnosticismo era una filosofía racionalista con tendencia intelectualmente exclusivista que pretendía dar una respuesta al
Quizá más que un sistema de pensamiento, puede decirse que es una actitud psicomental de inquieta curiosidad ante las realidades físicas y metafísicas, sus relaciones, sus revelaciones y sus reclamos alusivos. Lejos, a decir verdad, de desarrollarse según una linealidad científica, tuvo tendencia a desbordarse en el ámbito filosófico, en el teúrgico y en el mistagógico, probando todos los conocimientos, probando todos los cultos y escrutando todos los misterios. La aspiración a asomarse por encima de una realidad inaccesible al mundo de los sentidos para alcanzar una visión superior, negada al vulgo que se contenta con las primeras apariencias, empujó a
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G NOSEOLOGÍA. (Del gr. ,conocimiento. 2 . Epistemología.
conocimiento). Teoría del
aprovechar cualquier medio de superación hacia el horizonte escondido, de modo que el gnosticismo se dedicó incluso a los encantamientos y a la magia, elementos que, por otra parte, gozaban entonces de vivo favor por parte del gran público. No se trataba de un anhelo estricto de conocimiento de lo divino, porque faltaba una indiscutible austeridad y un ansia precisa de purificación. Predominaba más bien la excitación de la soberbia en una orgullosa pretensión de ciencia, de la sensualidad en la autorización para todo exceso, de la anarquía mental en las divagaciones quiméricas más desenfrenadas e incontrolables, de la conciencia en la dogmática afirmación de la salvación. Para satisfacer este sincretismo pasional se recurrió a otro sincretismo, en el que se fundieron las corrientes más disparatadas, del platonismo a la astrología caldea, del cristianismo al mazdeísmo persa, del judaísmo (que desde E. Peterson en adelante ha sido considerado elemento prevalente) al enfermizo misticismo frigio. Con todo, por lo común no se aceptó lo que era el espíritu originario de estos elementos conceptuales, sino que se distorsionó profundamente. Con las confluencias más diversas, manipuladas con ligereza ilimitada, se llegó a constituir un magma en el que pululaba todo tipo de hipótesis y cuestiones, que trataban de los problemas máximos y que presumían ilustrar los problemas sobre los que el espíritu humano se siente llamado a pronunciarse: origen, estado y fin del hombre y del mundo. Como se ve, el gnosticismo es un movimiento especulativo altamente sincretista, y entre los sistemas filosóficos griegos, fue el platonismo el que más influyó para dar un barniz intelectualoide a ese fenómeno del gnosticismo; y el neoplatonismo fue la base para la unión de la filosofía con la religión, con el resultado de que la religión empezó a ser enseñada saliéndose de los esquemas puramente religiosos, envuelta en mitos de origen pagano. También tienen raíces en el panteísmo estoico, lo cual está relacionado con los espíritus del mundo, o elementales del cosmos, todo lo cual encuadra con la llamada “nueva era”. Su nombre se origina por la pretensión de ellos de decir que poseían una gnosis o conocimiento secreto sobre el origen del universo y el destino del hombre. Enfocan su no bien definida doctrina a través de una cosmogonía que enseña que el mundo es el resultado de la intervención del Demiurgo (algunos lo identifican con el Dios del Antiguo 121
Testamento) de rango inferior al Ser Supremo (el Dios del Nuevo Testamento). Enseñando asimismo que entre el Ser Supremo y el mundo material intermediaban una serie escalonada de entidades (eones) que emanaban de Él, entre los cuales estaban los arcontes o poderes demoníacos que habitaban los planetas, y quienes gobernaban el universo. Esto tiene que ver mucho con la astrología y la gran mentira de los horóscopos, pues ellos enseñan que los hombres, en tanto que permanecen en este mundo, están sometidos a los planetas, o sea, a los arcontes. Todo esto, como es de suponer, para echar por tierra todo lo relacionado con la salvación por medio de Jesucristo. Para sistematizar, a modo de síntesis, sus ideas, desde las más aberrantes hasta las más gratuitas y oscuras audacias fantásticas, se podría trazar el siguiente esquema: a) Dios es, platónicamente, el ser trascendente, incognoscible, separado de toda relación con la materia, que le está opuesta (dualismo platónico-pérsico) y es, como Él, eterna, pero constitutivamente mala y sede del mal. b) Entre Dios y la materia está colocado el pleroma u ogdoada (lo hiperuranio de Platón), habitado por un número variable de eones, que inicialmente emanaron de Dios y luego unos de otros, individualmente o por parejas llamadas sicigias; cuanto más éstos se alejan del primer principio tanto más se degrada en ellos su esencia divina, de modo que en el último eón el porcentaje de divinidad se ha reducido al mínimo. c ) El demiurgo, que es uno de los eones y que corresponde al Dios del Antiguo Testamento hebreo, elaboró la materia, confiriéndole el aspecto actual. Éste sería el Dios justo en contraste con el Dios bueno primigenio. d ) Pero un eón del mundo superior, por un desmesurado afán de conocimiento y por orgullo de preeminencia, pecó. Como consecuencia fue expulsado del pléroma divino y, llegado al mundo, lo pobló con hombres, dotados de una naturaleza viciada como la suya. Este eón (llamado también pensamiento, centella, espíritu), prisionero de la materia, es el revestimiento mítico del alma encerrada en el cuerpo.
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e ) Entonces Cristo, otro de los eones, bajó al mundo, asumió un cuerpo aparente (docetismo), vivió en Jesús desde el bautismo hasta el comienzo de la pasión, retirándose luego, dejando que sólo Jesús, quien le contenía, muriera para librar el alma de la materia en la que se hallaba sumergida y dentro de la cual gemía en la añoranza de volver a la morada celestial.
apócrifos, la pretensión de poseer una tradición oral reservada, conectada con apóstoles y discípulos, pero extraña a la eclesiástica y, por último, el objetivo de superar y suplantar el cristianismo, constituyeron para la Iglesia un gravísimo peligro de trastorno en la regla de la fe, en la práctica de las costumbres y en la organización de la comunidad.
El dualismo cósmico quedaba reflejado además en la antropología, como puede constatarse por la doctrina de los dos árboles cósmicos en los cuales el hombre estaba enraizado: el árbol malo, que a su vez estaba enraizado en el mundo del demiurgo, y el árbol bueno, enraizado en el mundo superior. Pero esta inserción oscilaba en una contradicción, puesto que, si bien la condición de cada cual estaba determinísticamente fijada al nacer, no quedaba excluida la posibilidad de una elección. Procedía entonces también un dualismo ético, por cuanto los «gnósticos por naturaleza», candidatos automáticos a la salvación, debían considerar superfluo cualquier empeño moral (libertinismo) de la misma manera que, en el lado opuesto, éste parecería inútil a cuantos estaban «por naturaleza» insertos en el mal. No obstante, vagaba también la interpretación según la cual la gnosis se podía adquirir, en cuyo caso la acción intelectual estaba sustentada por una ascesis que debía poner de manifiesto el engaño del mundo de los sentidos. Es probable, sin embargo, que esta posibilidad de recuperación estuviera reservada únicamente a la segunda de las tres categorías en que los gnósticos dividían a los hombres. Para éstos, en efecto, los «espirituales» estaban elegidos y seguros de su salvación, hicieran lo que hicieren; los «psíquicos» no la poseían, pero podían alcanzarla mediante la gnosis; los «materiales» por su propia naturaleza, quedaban irremediablemente excluidos de ella.
Los gnósticos sostienen que los hombres solamente pueden salvarse de su miserable condición mediante la Gnosis o conocimiento de su verdadera naturaleza; una especie de luz mística interna. Que ese conocimiento es superior a la fe sencilla de los creyentes. Entonces, ¿quién es Cristo para los gnósticos? Para ellos el Señor Jesús no es el unigénito Hijo de Dios, el Verbo eterno, sino apenas uno de los eones o entidades que emanan del Ser Supremo, uno de los más conspicuos, sí, pero sólo una emanación de Dios, una especie de fantasma. Tienen a Cristo como un mero maestro que vino a salvar a los hombres, no con Su sacrificio expiatorio, sino a través del conocimiento (gnosis) que trajo de parte de Dios. Creen en la reencarnación, pues sus raíces y fuentes se alimentan de la astrología babilónica, el dualismo persa, la cábala judía y el hermetismo, de Hermes Trimegisto de Egipto. La filosofía gnóstica se basaba en la distinción moral de los griegos entre materia y espíritu, considerando así que la materia era intrínsecamente mala, y por tal razón, no podía concebirse una auténtica encarnación del Verbo, sino aparente. Lo mismo que afirmaba Cerinto, pero con otras palabras u otro enfoque. La carta de Pablo a los Colosenses es decisiva para rebatir las doctrinas gnósticas, este espantoso engaño, y en donde se insiste con mucha claridad en la divinidad esencial de Cristo.
La moral de los gnósticos, muchas veces muy relajada o de todas maneras siempre abierta al relajamiento, el culto supersticioso que trataba de distorsionar el orden bíblico de las reuniones de las asambleas cristianas, la caricatura de muchos dogmas, la deformación de las ordenanzas del Señor –el bautismo y la santa cena–, la manipulación del canon bíblico y de la integridad de sus textos, el alegorismo extravagante que adulteraba la exégesis genuina de la Sagrada Escritura, la desenvuelta inserción de
"12...con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. 15 Él es la imagen del Dios invisible, el prim ogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado
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por medio de él y para él. 17Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el prim ogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz" (Col. 1:12-20). "3 ...en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. 5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo” (Col. 2:3-5). También por los escritos del apóstol Juan nos enteramos que en las iglesias primitivas hubo muchos cristianos de tendencia gnóstica entre los cuales había señaladas manifestaciones de falsos dones carismáticos, hasta que fueron expulsados de la comunidad cristiana por herejes. Otros se organizaban en congregaciones aparte, con sus peculiares ritos, incluso hasta asemejar clubes de misterios, tan comunes en el Imperio Romano, provenientes a su vez de misterios anteriores, griegos, egipcios y mesopotámicos. Pero Juan nos advierte: "1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:1-4). Los gnósticos afirman que el sentido alegórico de la Escritura es más importante que el literal, por lo cual sólo puede ser entendida por una élite de “iniciados”, es decir, los que poseen esa iluminación 125
especial de que hablan. Han incorporado tradiciones esotéricas como la metempsicosis o transmigración de las almas, que no es otra cosa que la falsa doctrina llamada reencarnación. También incluyen la astrología babilónica, el dualismo persa, la cábala judía, y el hermetismo de Hermes Trimegisto de Egipto. Se dice que el maniqueísmo fue prácticamente una secta gnóstica. El historiador cristiano Eusebio de Cesarea, en su Historia Eclesiástica, nos dice que en los albores del cristianismo hubo muchos cristianos de tendencia gnóstica o abiertamente gnósticos, dentro de los que se cuentan Cerinto (de Asia Menor, siglo I); del siglo II tenemos a Basílides (de Alejandría), Bardesanes, Valentino (de Alejandría), Marción (del Ponto), Ptolomeo y Heracleón (154-180), discípulo de Valentino. Pero esa información la obtiene Eusebio de los tratados dejados por Ireneo, quien escribió sus obras Contra los herejes (Adversus Hæresus), para refutar las desviaciones gnósticas y defender la pureza del depósito dejado por el Señor. También se cuentan entre sus principales gestores, exponentes y defensores: Simón el Mago de Samaria, Menandro, Saturnino, Isidoro, Carpócrates. La carta de Pablo a los Colosenses y la primera epístola de Juan, combaten el gnosticismo. Desde la primera mitad del siglo II, la situación se revela muy crítica, pero pudo ser superada gracias a la energía de defensores de la ortodoxia cristiana y por obra del esclarecimiento de los doctores de la Iglesia que, después de Hermas, el autor de la Secunda Clementis y Justino Mártir, alcanzaron con Ireneo, Tertuliano con sus obras La Prescription y Contra Marción, Hipólito de Roma con su obra La Refutatio, Epifanio de Salamina, cuya obra clave fue “Panærión”, Clemente de Alejandría y Orígenes una agudeza tan certera y un vigor tan potente que lograron desenmascarar y refutar las incongruencias e inconsistencias de la secta. Con el siglo III, el gnosticismo inició un declive que se creyó definitivo. Pero en los siglos posteriores, el gnosticismo llegó a tomar tanta fuerza, que hasta Clemente de Alejandría fue influido en el pensamiento por algunos de sus postulados. En la práctica, los gnósticos son antinomianistas por excelencia. El antinomianismo tiende a sacar consecuencias falsas de Romanos 6:15. G RACIA. (Del lat. gratia). Cualidad o conjunto de cualidades que 126
hacen agradable a la persona o cosa que las tiene. 2 . Atractivo independiente de la hermosura de las facciones, que se advierte en la fisonomía de algunas personas. 3 . Don o favor que se hace sin merecimiento particular; concesión gratuita. 4 . La gracia se puede definir como “el favor inmerecido de parte de Dios” hacia el pecador; ofrece “todo por nada a los que merecen solamente lo completamente opuesto”. La gracia es un atributo de Dios (Éx. 22:27; 33:19; Neh. 9:17; 1 Pe. 5:10). La revelación suprema de la gracia de Dios se halla en la encarnación, el ministerio y sacrificio propiciatorio del Señor Jesús. La Escritura enseña que: 1 ) la justificación es por la gracia (Ro. 3:24; Tit. 3:7); 2 ) la salvación en cada punto es por la gracia (Ef. 1:7,8; 2:8,9); 3 ) la elección es por la gracia (Ro. 11:5,6); 4 ) la fe es un don de la gracia (Hch. 18:27; Ef. 2:8,9); 5 ) los dones espirituales son de la gracia (Ro. 12:6); la consolación, esperanza y fortaleza nacen de la gracia (2 Co. 12:9; 2 Ts. 2:16).
Co. 16:3: «donativo»). El hecho de que la gracia se reciba tanto de Dios el Padre (2 Co. 1:12), como de Cristo (Gl. 1:6; Ro. 5:15, donde ambos son mencionados), constituye un testimonio de la deidad de Cristo (cfr. 2 Ts. 1:12). La salvación es un regalo de Dios Padre por medio de su Hijo; es otorgada por Dios por su gracia (favor gratuito, inmerecido), que se recibe voluntariamente por medio de la fe. “8 Porque por gracia sois salvos por m edio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe” (Ef. 2:8,9).
El griego caris [ ] tiene varios usos: a) objetivo, aquello que otorga u ocasiona placer, delicia, o causa una actitud favorable; se aplica, p. ej., a la belleza o a la gracia de la personalidad (Lc. 2:40); sus actos (2 Co. 8:6), o manera de hablar (Lc. 4:22: «palabras de gracia»; Col. 4:6); b) subjetivo: 1 ) por parte del otorgador, la disposición amistosa de la que procede el acto bondadoso, gracia, bondad, buena voluntad en general (p.ej., Hch. 7:10); especialmente con referencia al favor o a la gracia divina (p.ej., Hch. 14:26). Con respecto a ello se destaca su libre disposición y universalidad, su carácter espontáneo, como en el caso de la gracia redentora de Dios, y el placer o gozo que Él se propone para el que la recibe; así, se pone en contraste con deuda (Ro. 4:4,16), con obras (Ro. 11:6), y con la ley (Jn. 1:17); véase también, p.ej., Ro.14:15; Gl. 5:4; 2 ) por parte del receptor, una conciencia del favor recibido, un sentimiento de gratitud (p.ej., Ro. 6:17: «gracias»); con respecto a esto en ocasiones significa ser agradecido (p.ej., Lc. 17:9: «¿Acaso da gracias al siervo?», lit.: «tiene él gracias al»; 1 Ti. 1:12); c ) en otro sentido objetivo, el efecto de la gracia, el estado espiritual de aquellos que han experimentado su ejercicio, bien sea: 1 ) un estado de gracia (p.ej., Ro. 5:2; 1 Pe. 5:12; 2 Pe. 3:18), o 2 ) una prueba de ello en los efectos prácticos, actos de gracia (p.ej., 1
G RAMÁTICA. (Del gr. ). Ciencia que estudia los elementos de una lengua y sus combinaciones. 2 . Arte de hablar y escribir correctamente una lengua. 3 . Gramática generativa, es la que trata de formular una serie de reglas capaces de generar o producir todas las oraciones posibles y aceptables de un idioma. Ling. Como ciencia, la gramática se inscribe dentro de la lingüística general. No adquirió autonomía hasta el s. XIX con la aparición de la gramática histórica, que estudia la génesis y las diversas etapas de la evolución de una lengua, y la llamada gramática comparada, que estudia, confrontándolas, varias lenguas procedentes de una misma familia. En otro sentido, cabe hablar de una gramática histórica como contrapuesta a otra descriptiva, enfocada al estudio del sistema de una lengua o de los hechos gramaticales de un estado de lengua dado. Históricamente, la cuna de la gramática se localiza en la India, con la tentativa de fijación de las formas del sánscrito, y más tardíamente en Grecia, a raíz del estudio de los textos homéricos y arcaicos. Con Aristóteles se estableció la teoría de las diez partes del discurso, y la gramática se impregnó inicialmente de la lógica (concepto logicista tradicional). Las dos escuelas rivales de Alejandría y de Pérgamo sostenían, respectivamente, la analogía y el purismo, la anomalía y los derechos de la lengua hablada. Dionisio de Tracia dividió el discurso en ocho partes y redactó una gramática griega fundamental. La labor sistematizadora de los griegos la continuaron los latinos (Varrón, Q. Remio Palemón) y llegó a la Edad Media. A comienzos de la era cristiana, en el s. IV, E. Donato compuso un importante tratado de gramática latina (Ars minor y Ars maior), al lado de la Institutio grammatica de Priscino
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de Cesarea. Con la escolástica se acentuó la influencia de la lógica en la búsqueda de los universalia ante rem –universales existentes con anterioridad a las cosas–, conceptos gramaticales absolutos que presiden la formación de toda lengua. En el Renacimiento aparecieron las primeras gramáticas de las lenguas occidentales modernas: la primera fue la de A. de Nebrija en 1492 (Gramática castellana). La tentativa de una gramática lógica se repetiría en 1660 con la Grammaire de Port-Royal; en el s. XVIII la gramática general (Condillac y otros) vinculó las leyes del lenguaje a las del pensamiento, entroncando así con Port-Royal. Con el filólogo alemán F. Bopp y su seguidor F. Díez surgió en el s. XIX la gramática comparada, procedente del descubrimiento del sánscrito y origen de la ulterior gramática histórica. La tentativa más notable de renovación de los estudios gramaticales la representa modernamente el estructuralismo, y actualmente la gramática generativa. De manera progresiva, la gramática se ha ido asimilando a los estudios de lingüística general, alentados por la obra de F. de Saussure. Gram át ic a t rans fo rm ac io nal o transformativa, es la que, siendo generativa, establece que de un esquema oracional se pasa a otro u otros por la aplicación de determinadas reglas. Esta nueva concepción de la gramática tiene su origen en los estudios de Z. S. Harris y se establece de forma independiente con la formulación teórica de N. A. Chomsky. Desde su aparición ha ido evolucionando constantemente. Según esta teoría, la gramática de una lengua se halla constituida por un sistema de reglas que permiten generar todas las frases de la lengua en cuestión y nada más que éstas. Tales reglas tienen como objeto producir oraciones gramaticales aceptables. La gramática proporciona una descripción estructural a cada frase y determina tanto su estructura profunda como su estructura superficial, la relación que media entre estos dos niveles de representación, y provee su interpretación semántica y fonética. Las reglas que se utilizan son de dos tipos: las reglas de la base o de reescritura y las reglas de transformación que relacionan la estructura profunda y la superficial. Según la teoría generalmente aceptada, éste es el funcionamiento de la gramática; posteriormente se han propuesto otras formulaciones acerca de la aplicación de las reglas, especialmente por lo que atañe al componente semántico. 129
Este tipo de gramática pretende proporcionar una explicitación del modelo de la competencia que el hablante tiene interiorizado y que le permite hacer uso de la lengua en un momento dado.
H H AFTARÁ. (Palabra hebrea singular de hastarot). Lectura selecta de los profetas primeros y postreros, que se hace después de la séptima lectura de la Torá, según los ritos sefarditas y askenazis. H AGIÓGRAFO. (Del lat. hagiográphus, y este del gr. , santo). Escritor de vidas de santos. 2. Autor de cualquiera de los libros de la Sagrada Escritura. 3 . En la Biblia hebrea, autor de cualquiera de los libros en la tercera parte de ella. En general se le aplica a los escritores con una inspiración santa. H AMARTIOLOGÍA. (Del gr. , pecado, errar el blanco). Es la materia de la Teología Dogmática que trata del pecado: su origen en el cielo con Satanás, su origen en el hombre en el Edén, la naturaleza del pecado, la ley del pecado, los pecados como transgresiones. Dios no puede ser considerado como el autor del pecado; el pecado tuvo su origen en el mundo angelical; y el origen del pecado en la raza humana comenzó con la transgresión de Adán en el Paraíso, y fue perfectamente un acto voluntario por parte del hombre. Desde un punto de vista puramente formal, el primer pecado del hombre, en su caída, consistió en haber desobedecido la voluntad de Dios, la advertencia de Dios, y haber comido del árbol del conocimiento del bien y del mal; pero en el carácter esencial y material, el primer pecado del hombre consiste en el hecho de que Adán se colocó en oposición a Dios, en que rehusó someter su voluntad a la de Dios, e impedir que Dios determinara el curso de su vida. Todo esto, claro, con la intervención, el procedimiento y los principios del querubín tentador. El primer pecado del hombre tuvo sus repercusiones y nefastas consecuencias en toda la humanidad. Independientemente de las teorías filosóficas respecto de la
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naturaleza del mal y del pecado, éste tiene bíblicamente un carácter absoluto; no hay término medio entre lo bueno y lo malo; no hay neutralidad. Los humanos somos los que creemos que si disminuimos la maldad podemos calmar la conciencia (Mt. 12:30; Stg. 2:10). El pecado incluye tanto la culpa como la corrupción. La culpa hace que el pecador sea merecedor del castigo; y la corrupción es la contaminación inherente a la cual está sujeto cada pecador. El pecado tiene su asiento en el corazón (Mt. 15:19,20). Las palabras que apuntan a las mismas ideas en el Nuevo Testamento son: hamartía (errar el blanco, pecado), adikía (agraviar, injusticia), parábasis (infracción, transgresión), paráptema (paso en falso, error, transgresión, delito), anomía (carencia de ley, iniquidad, infracción), paranomía (quebrantamiento de la ley, iniquidad). La palabra griega hamartía es el término más inclusivo de distorsión moral; y se usa del pecado, a) como principio o fuente de la acción, o como un elemento interno productor de acciones, p. ej., Ro. 3:9; 5:12,13,20; 6:1,2; 7:7. El pecado viene a ser muerte, a fin de poder quedar evidenciado en todo lo repelente de su carácter. Mediante la santidad de la ley, el propósito era que la verdadera naturaleza del pecado fuese manifestada a la conciencia; b) principio o poder directo. En Ro. 6:6 y en todo el pasaje, el pecado es mencionado como un poder organizado, actuando por medio de los miembros del cuerpo, aunque el asiento del pecado esté en la voluntad (el cuerpo es el instrumento orgánico). Ver Ro. 5:21; 6:12,14,17; 7:17,20, 23,25; 8:2; 1 Co.15:56; c ) término genérico usado en ocasiones de actos concretos de mal hacer (actos exteriores) (Jn. 8:21,34,46; 9:41; 15:22; 19:11). En Ro. 8:3: “Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado”, la carne significa el cuerpo, el instrumento del pecado residente. Cristo, el preexistente Hijo de Dios, asumió carne humana; de la sustancia de la virgen María; la suya fue una encarnación real sin mancha de pecado (He. 4:15), y como una ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne. Cristo nació sin ese principio o fuente de la acción pecaminosa. Cristo, habiendo vivido una vida sin pecado, murió bajo la condenación y juicios debido a nuestro pecado.
paraíso murió espiritualmente, luego murió físicamente, y después del juicio del gran trono blanco, los impíos serán lanzados al lago de fuego, que es la muerte segunda, la muerte eterna. Pero debemos de tener en cuenta que además de esa muerte que sufrió el hombre como castigo por el pecado, también como consecuencia del pecado, al hombre le han sobrevenido sufrimientos en esta vida, por el desorden que el pecado trajo a toda la vida del hombre; incluso entre los creyentes cristianos que no se aparten de la práctica del pecado, le pueden sobrevenir sufrimientos, enfermedades y hasta la muerte prematura (1 Co. 11:30). También trata la Hamartiología de las razones que tuvo Dios para permitir el pecado: 1 ) Para resaltar Su justicia (Ro. 3:5-8); 2 ) para que la verdad de Dios abundase para su gloria (Ro. 3:7); 3 ) para mostrar Su ira (Ro. 9:22); 4 ) para hacer notorio Su poder (Ro. 9:22); 5 ) para hacer notorias las riquezas de Su gloria (Ro. 9:23); 6 ) para enseñar a Sus criaturas que sólo Él es la razón final; 7 ) para que el hombre nada halle después de Dios (Ecl. 7:14). En la Escritura por citas como Isaías 45:5-7, Lam. 3:37-39 y otras, vemos que Dios asume la responsabilidad de haber permitido el pecado. H EBDÓMADA. (Del lat. ebdomada, y este del gr. Espacio de siete años. Las setenta hebdómadas de Daniel. us. semana. Ver heptada.
). 2 . p.
H EDONISMO. (Del gr. , placer, e -ismo). Doctrina filosófica, común a varias escuelas, que proclama el placer como fin supremo de la vida. En el hedonismo el placer, que se identifica con el bien, es el fundamento de la moral. 2 . Tendencia a la búsqueda sistemática del placer como valor único o máximo de la existencia. H ELIOTELIA. (Del gr. hélio, sol, y telos, fin). Fin del sol. Se dice de la historia futura del sol.
La paga del pecado es muerte (Ro. 6:23); hay tres clases de muerte: espiritual, física y eterna. Cuando el hombre pecó en el
H ENDÍADIS. (Del lat. hendiadys, y éste del gr. , uno mediante dos, infl. por el it. endiadi). Ret. Figura por la cual se expresa un solo concepto con dos nombres coordinados. P. ej., cuando Hebreos 1:3 dice que el Hijo, “siendo el resplandor de su gloria” o “el resplandor glorioso” de Dios, estas dos palabras forman un hendíadis, pues se coordinan para referirse al mismo concepto.
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H ENOTEÍSMO. (Del gr. , uno, , dios, e ismo). Forma de las religiones en que hay una divinidad suprema a la vez que otras inferiores a ella. 2 . Adoración preferente de un Dios, sin dejar por eso de creer en los demás dioses. Esta idea se enraíza en el politeísmo, y encierra la opinión idolátrica de uno o varios dioses finitos. En cierta forma, el henoteísmo es llevado a la práctica en la religión católica romana, por la forma de considerar a Dios, la Virgen María y los santos. H EPTADA. (Del gr. , siete). Espacio de siete años. Las setenta heptadas de Daniel. La profecía de las setenta semanas del profeta Daniel (Daniel 9:24-27) ha sido interpretada de diversas maneras. Es evidente una conclusión: cada semana o “heptada” debe ser un período de siete años, lo que da un total de 490 años. De acuerdo con las palabras del ángel Gabriel, Daniel divide este período en tres partes: la primera tiene 7 semanas, o sea 49 años; la segunda tiene 62 semanas, o 434 años; y la tercera, 1 semana, o 7 años. Algunos intérpretes sostienen que las 70 semanas en su totalidad serían seguidas sin interrupción unas tras otras. Sin embargo, esta interpretación se ve dificultada por el hecho de que, según el texto hebrero aceptado para Daniel 9:25, han de transcurrir sólo 69 semanas, después de las cuales (v. 26) se le debe quitar la vida al Mesías. Por otro lado, es difícil encuadrar los 490 años completos entre los decretos que podrían ser usados como punto de partida (538, 457 y 445 a.C.) Y la fecha en que se le quita la vida al Mesías. Otros intérpretes sostienen que las 69 semanas se cumplieron con el tiempo en que el Mesías fue muerto en el Calvario, y que la última semana corresponde al período de la gran tribulación en tiempos del gobierno del anticristo. Este punto de vista era sostenido por los llamados padres de la iglesia primitiva. El punto de partida para el comienzo de estas 69 semanas de años es desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén (v. 25). De los tres edictos históricos (1 . El decreto del rey Ciro del año 538 a.C. Esd. 1:1-4 ; 2 . La orden de Artajerjes dada a Esdras en el 457 a.C. Esd. 7:6-7: 9:9 ; 3 . La orden de Nehemías en el año 445 a.C.), el tercero es el que satisface el cumplimiento de la profecía. Dice Gino Iafrancesco: “‘La salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén’ fue el año 20 de Artajerjes, en el mes de Nisán del 445 a.C. 133
(Neh. 2:1.8). A partir de allí comienzan las setenta semanas. Las primeras siete semanas, o 49 años, se emplearon en la edificación de la plaza y los muros de la ciudad. Entonces comenzó el período de las sesenta y dos semanas hasta el Mesías Príncipe. Estos dos períodos, el de 7 y el de 62 semanas, suman 69 semanas, o sea, 483 años entre aquella orden y ‘el día de la visitación’ del Mesías Príncipe... Ahora bien, la fecha del edicto para reconstruir a Jerusalén fue el 14 de Marzo del 445 a.C., y la entrada de Jesús en un burrito a Jerusalén como el Rey manso y humilde (Sac. 9:9) fue el 6 de abril del año 32 d.C., ‘el día de la visitación’... Jesús entró en Jerusalén el día exacto de la visitación, y entonces purificó el templo cuando el calendario profético señalaba su hora. Por eso, llorando sobre Jerusalén, dijo: ‘¡Oh, si también tú conocieses, a los menos en este tu día lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos’ (Lc. 19:42). Ahora bien, entre el versículo 25 y el 27 del capítulo 9 de Daniel, que hablan el primero de las 69 semanas y el postrero de la última semana, aparece el versículo 26 como un paréntesis. La razón del paréntesis es para incluir el tiempo de los gentiles en que la Iglesia es tomada también de entre ellos como un pueblo para Su nombre, el nombre del Mesías”.27
H EPTÆMERÓN. (Del gr. hepta, siete, y hemera, día). Palabra de origen griego para referirse a los seis días de la creación, más el sábado de descanso. H EREJÍA. (Del gr. ). Error en materia de fe, sostenido con pertinacia. La palabra griega hairesis denota: (a) elección (de haireoimai, elegir); luego, aquello que es elegido, y, por ello, una opinión; especialmente una opinión voluntariosa, que toma el lugar del sometimiento al poder de la verdad, y que conduce a la división y a la formación de sectas (Gá. 5:20). Tales opiniones erróneas son frecuentemente el resultado de la preferencia personal o de la esperanza de beneficio; (b) una secta; cuando se elige una opinión contraria, se forma una secta (Hch. 5:17; 15:5; 24:5,14; 26:5; 28:22; 1 Co. 11:19). “Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo” (Ti. 3:10). El que cause divisiones, el faccioso, es la traducción del griego hairetikós (relacionada también con la derivación del término “herejía”). En su sentido original, esta palabra describe al hombre que se niega a sujetarse a enseñanzas ampliamente aceptadas y se aferra con 27
Gino Iafrancesco V. Roma en la Profecía de Daniel. Ed. Guillermo Parra. 2003. Pág. 16-17. 134
obstinación a ideas distintas. Las herejías destructoras (gr. haireseis en 2 P. 2:1) conducen a la ruina, y el apóstol Pedro condena a aquellos que las introducen encubiertamente. Las instrucciones de Pablo a Tito respecto al contencioso implican que tal persona se ha apartado de la fe; de ahí que le dice: deséchalo.
la sana exégesis del texto. Un principio de Hermenéutica es que no se puede hacer doctrina con un solo versículo bíblico. 2 . Fil. En la filosofía de Hans-Georg Gadamer, teoría de la verdad y el método que expresa la universalización del fenómeno interpretativo desde la concreta y personal historicidad.
Por ejemplo (y aunque se relacione un poco con la apostasía), Pablo le dice a Timoteo que algunos “se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y transtornan la fe de algunos” (2 Ti. 2:18). En las Escrituras se distinguen varias clases de errores. Ya que todos los creyentes somos imperfectos y nuestro conocimiento sólo es parcial, es imposible que un solo individuo pueda comprender toda la verdad o estar libre de todo error. Hay un error que surge de la ignorancia honrada (Hch. 19:1-6). Pero Pablo aquí no se está refiriendo al error de la ignorancia, sino más bien a aquellos que por sus particulares puntos de vista respecto a la resurrección transtornan la fe de algunos. Probablemente Pablo no está queriendo sugerir la idea de apostasía, que es algo totalmente distinto a un error por ignorancia, y a esos puntos de vista doctrinales distintos que, aunque sean incorrectos, no necesariamente nos separan de la familia de la fe. La palabra griega que se traduce “apostasía” aparece en Hechos 21:21 y 2 Tesalonicenses 2:3-4. Ser apóstatas significa pasar a la incredulidad y disolver la unión que se pudiera haber tenido con Dios mediante Jesucristo. Normalmente, la señal de un verdadero apóstata es su negación de la deidad de Cristo o su repudio de la obra expiatoria de Cristo en la cruz (Fil. 3:18; 2 P. 1:1; 1 Jn. 4:1-3). Podemos encontrar descripciones bíblicas de apóstatas en 2 P. 2:1-19 y en Judas. Hay que hacerles frente con firmeza (2 Jn. 10; Ro. 16:17, 18; 2 Ti. 3:9). Podemos descubrir al apóstata examinando sus doctrinas a la luz de las Escrituras (1 Jn. 4:1). Siempre ha habido apostasía en la iglesia, pero el fin de esta era de gracia se caracterizará por sus generalizadas desviaciones de la fe verdadera (2 Ti. 3:1-13).
«¿Qué entendemos por interpretación bíblica? En términos generales, interpretar toma su significado del verbo griego hermeneúein, el cual se traduce por interpretar, esclarecer, explicar, traducir. De ahí que se llame hermenéutica a la ciencia y arte de la interpretación. El intérprete es un “hermeneuta”, alguien interesado por el sentido o el significado de un texto. El hermeneuta busca desentrañar lo que el autor quiere decir o trata de comunicar a sus lectores. Para ello tiene que encontrar las circunstancias en las cuales el escritor se encontraba cuando legó su escrito, y por qué tiene sentido así como aparece y cuál es ese sentido para hoy. Por supuesto, se entiende que entre más alejado esté el escritor de los lectores en tiempo, espacio y cultura, más difícil será la tarea de la interpretación. Aparentemente, nos es más fácil entender las noticias del periódico de ayer, que las noticias en el mismo periódico de hace cincuenta años. Las cosas se complican si, además, el periódico no es de nuestra ciudad o de nuestro país, y en ese intento de comprender la lectura, de escudriñar su significado, echamos manos de recursos y reglas literarias de interpretación».28
H ERMENÉUTICA. (Del gr. , interpretar). Arte de interpretar textos y especialmente el de interpretar los textos sagrados, para fijar su verdadero sentido. Es el conjunto de normas, métodos, reglas y principios para interpretar correctamente, y hacer
3 . Dependencia. Somos el Cuerpo del Señor. No nos hagamos a la esclavitud de una doctrina denominacional. Estudiar la Palabra
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Cómo hacer el estudio bíblico. Criterios: 1 . Obediencia. Seguimiento (espacio hermenéutico). Al andar por ahí encontramos mucho púlpito en crisis debido a que hay fallas en este aspecto. La mejor y más elocuente predicación y exégesis de la Palabra de Dios es la obediencia. La obediencia es la exégesis del Padre, porque ahí está el Hijo. 2 . Permanencia. ¿Cómo hago el estudio bíblico? El modo es la permanencia en el Espíritu. Debemos tener la seguridad de que estamos en el Espíritu Santo. Somos meros voceros. No se trata de lo capacitados que estemos; lo importante es la guía del Espíritu. “Permaneced en mí”.
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C. Hugo Zorrilla. Estudiando y comprendiendo la Biblia. Ed. Semilla. 1989, págs. 13,14.
de Dios en forma aislada e institucional es un error. 1 . La persona en el contexto. Nos hallamos frente al texto, pensando hacerle las preguntas al texto, pero es el texto quien nos interroga. Debe empezar en nosotros; qué nos dice el contexto a nosotros antes que a los demás. No pensemos solamente en los demás.
Primero se arranca, se destruye la herencia natural y cultural, y luego se orienta, se abona, se siembra. Para construir, primero hay que destruir y despejar. No se puede construir sobre los escombros. En la exégesis de los Salmos encontramos que hay salmos de orientación como el 23, salmos de desorientación como el 73, pero también hay salmos de reorientación. La desorientación debe ser encaminada hacia una nueva orientación. En el dolor atento de Dios hay sanidad.
2 . Demarcación del texto. No olvidemos que el texto nos enmarca, nos cuestiona, nos divide, ¡nos hace ver nuestra propia realidad! Al preguntarle al texto, vemos cuál es su contexto y cuál es nuestro contexto. Tengamos en cuenta que venimos con el bagaje histórico y teológico de nuestra comunidad, de nuestro entorno incluso demarcado con vallados nominales e institucionales.
Tanto en hermenéutica como en homilética hemos recibido una tradición lógica; somos herederos de unos parámetros fijos, y así pretendemos desarrollar el sermón; todo lo hemos recibido ya organizado en puntos coherentes, según una trayectoria prefijada. Nuestra subcultura es cíclica, concéntrica, repetitiva, envolvente y hasta tiránica.
Acercamiento para la interpretación bíblica: De conformidad con la hermenéutica común, debemos tener en cuenta que la Biblia es un libro de literatura oriental. Allí encontramos historia, poesía, cantares. “8 Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura. 13Al día siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley” (Nehemías 8:8,13). Se debe tener en cuenta que la Biblia es un libro de revelación progresiva. La persona y la naturaleza de Dios no se revelan completamente en el Pentateuco. El misterio de la iglesia del Nuevo Testamento de ninguna manera se revela enteramente en el Antiguo Testamento. Ya que la revelación es progresiva, es importante que se emplee el principio de interpretación conocido por la analogía de las Escrituras; que el Antiguo Testamento se interpreta y se aplica a la luz del Nuevo; que las porciones claras de las Escrituras tengan prioridad sobre las oscuras. En síntesis, ninguna porción individual de la Biblia deberá interpretarse aparte de su relación con la totalidad de la Palabra de Dios.
H ERMETISMO. (De Hermes Trimegisto, nombre griego del dios egipcio Tot, al que la tradición griega acabó atribuyendo conocimientos esotéricos sobre magia, alquimia y astrología). De lo hermético se dice de las especulaciones, escritos y partidarios que en distintas épocas han seguido ciertos libros de alquimia atribuidos a Hermes, filósofo egipcio que se supone vivió en el s. XX a. C.
Actitudes en la interpretación:
Una hermenéutica funcional y normal, toma el texto y se preocupa por el contexto y el enfoque cultural, en el tiempo y el ambiente. A veces predicamos sin tener en cuenta la necesidad de la gente.
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H EXAPLA. Texto del Antiguo Testamento compilado y organizado por Orígenes (185-254), colocado en seis columnas paralelas; la primera del texto hebreo, la segunda del mismo texto hebreo transliterado en caracteres griegos, y el resto de varias traducciones griegas. Sólo se conservan fragmentos. Orígenes inició con una tetrapla. Se dice que Jerónimo usó la hexapla de Orígenes para la traducción de la Biblia latina, la famosa Vulgata. H IERÁTICO. (Del lat. hieráticus, y éste del gr. , de hierós, sagrado). Perteneciente o relativo a las cosas sagradas o a los sacerdotes. 2 . Se le aplica a cierta escritura de los egipcios, que era una abreviación de la jeroglífica. La escritura hierática (sacerdotal) egipcia, se diferenciaba de la escritura demótica, que era la popular. 3 . Se aplica a cierta clase de papel que se traía de Egipto. 4 . Dícese del estilo o además que tiene o afecta una solemnidad extrema. H IERÓDULO. (Del gr.
, esclavo sagrado). En la
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antigua Grecia, esclavo dedicado al servicio de una divinidad. H IEROFANÍA. (Del gr. hierós, sagrado, phaínein, manifestar). Término que se refiere a la manifestación de lo sagrado a través de una realidad sensible. La hierofanía suscita en el hombre un conjunto de reacciones que configuran la experiencia religiosa. El término fue introducido y referido a su significación específica en la historia de las religiones por M. Éliade, con el fin de describir el fenómeno religioso en su irreductibilidad propia. H IEROFANTE. (Del lat. hierophantes, y éste del gr. , de hierós, sagrado, y phaínein, mostrar). Sacerdote de Eleusis, en Grecia, que presidía la celebración de los misterios sagrados. 2 . Maestro de nociones recónditas. H INDUISMO. Denominación más usual actualmente de la religión predominante en la India, procedente del vedismo y brahmanismo antiguos. El hinduismo tiene como creencia básica la Trimurti o trinidad, constituida por Brahma, Vishnú y Shiva. Brahma es el dios invisible que es en sí y engendra todo lo múltiple por emanación; todo procede de él y todo retorna a él. Vishnú es el dios redentor; en él se dan diez encarnaciones, la novena en la persona de Buda y la última traerá la bienandanza. Shiva es el dios destructor, pero preside también la procreación. El hombre, pura forma del ser universal, pasa por una serie interminable de transformaciones y vidas. Su esperanza estriba en llegar, por el conocimiento de la verdad, a una absorción en el seno de Brahma. Pero sólo llegan a la inmortalidad los que practican la abstinencia, la continencia y la contemplación. Con todo, la religión hinduista no constituye un sistema unitario. Lo básico en ella es pertenecer por nacimiento a la institución del régimen de castas y reconocer a los brahmanes y a sus escrituras sagradas, los Vedas. El hinduismo es la religión nacional de la India y cuenta con unos 220 millones de fieles. H IPÉRBATO o HIPÉRBATON. (Del lat. hypérbaton y este del gr. , transposición). Gram. figura de construcción, consistente en invertir el orden que en el discurso tienen habitualmente las palabras. H IPÉRBOLE. (Del lat. hypoerbole, y este del gr. ). Ret. Figura que consiste en aumentar o disminuir excesivamente
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aquello de que se habla. 2 . Exageración de una circunstancia. Que sobrepasa toda medida. de
H IPERESTESIA. (Del gr. -, sobre, encima, super, y un der. , sensibilidad). Sensibilidad excesiva y dolorosa.
H IPÓSTASIS. (Del lat. hypostasis, y este del gr. , sedimento, sustancia). Sustancia individual, sujeto (supuesto) de los accidentes. Persona, especialmente en la Santísima Trinidad. En el lenguaje tanto corriente como filosófico (Aristóteles) indicaba la realidad objetiva, la sustancia, el ser, en contraposición a la apariencia y la ilusión; de aquí pasó a designar aquello que subsiste en sí, la persona. Esta posible doble acepción fue causa de confusiones y contrastes en las controversias trinitarias, ya que algunos entendieron el vocablo como equivalente a physis y a ousia, en griego, y a substantia y a natura en latín, mientras que otros lo usaron con el valor de individuo dotado de una propiedad suya, que en latín se decía persona y en griego prosopon. La ambigüedad implicaba que los primeros acusaran a los segundos –los cuales sostenían que en Dios había tres hipóstasis– de triteísmo y, en consecuencia, de arrianismo, mientras que los segundos reprochaban a los primeros, que defendían en Dios una sola hipóstasis, el ser sabelianos y permanecer todavía anclados al Dios unipersonal de los hebreos. Si los griegos tenían ya entre ellos buenas razones para no entenderse y caer en equívocos y sospechas recíprocos, la situación se agravó todavía más en el momento en que las incomprensiones se trasladaron también a las dos iglesias del mundo oriental y occidental. De hecho los latinos tradujeron por persona el concepto de sustancia completa, existente en sí, de sujeto independiente, asumiendo el término de la jerga del teatro, en donde designaba la máscara y en consecuencia el personaje dramático, y desde donde pasó a designar un individuo cualquiera. Esta noción originaria de «papel» dio la impresión a los griegos de que los latinos querían indicar una cualidad provisional, una actitud pasajera y, por tanto, evocó a sus mentes el espectro del sabelianismo, que vanificaba las personas trinitarias. A su vez los latinos levantaron la acusación de arrianismo contra los griegos, porque decir tres hipóstasis significaba también sostener en Dios tres sustancias. Dada la 140
centralidad y la delicadeza del tema, hubo polémicas y laceraciones, hasta que, con el concilio de Alejandría, en el 362, presidido por Atanasio, se sancionó canónicamente la equivalencia entre hipóstasis y persona (entonces los griegos introdujeron también el término prosopon a imitación de los occidentales). Gracias también a la vigorosa intervención clarificadora de Basilio y sobre todo a la intervención, autorizada y clarísima, de Gregorio Nacianceno, se superaron las discordias y también la iglesia griega aceptó finalmente la fórmula latina de una substantia (ousia), en tres personæ (prosopa). Arreglada la cuestión acerca del valor de la hipóstasis en el ámbito trinitario, se suscitó un problema paralelo en el terreno cristológico. ¿Cuáles eran en Cristo las relaciones entre naturaleza divina y humana frente a la hipóstasis o persona del Hijo de Dios? Se delinearon dos posiciones opuestas. Apolinar de Laodicea, para defender la unidad física de la hipóstasis de Cristo, suprimió en la naturaleza humana su elemento característico, constituido por el alma intelectiva, dejando sólo un alma sensitiva, que aseguraba la vitalidad a la carne (Dios encarnado). En reacción, la escuela de Antioquía, que tendía a ver en Cristo el hombre perfecto ensalzado a la divinidad (hombre divinizado), subrayó tanto el carácter completo de la naturaleza humana, que rompió la unidad de la persona. A través de Diodoro d e Tars o , Teodoro de Mopsuestia y Nestorio, fue precisándose el tema y se incidió en una dualidad de personas (Hijo de Dios e hijo de María; uno que asume y uno que es asumido; hombre y Verbo), unidas entre sí por un simple nexo moral por vía de voluntad. Cirilo de Alejandría, aunque con exceso de celo, escasa escrupulosidad en el uso de los medios, y una peligrosa inadecuación de fórmulas, luchó victoriosamente contra el nestorianismo, reafirmando la unidad real de la humanidad y de la divinidad en una única persona o hipóstasis del Verbo encarnado. De ahí vino la confirmación del epíteto de «Madre de Dios», aplicado a María, y la consagración de la communicatio idiomatum. Por encima del uso de términos teológicos inciertos, Nestorio intentaba ver en Cristo dos sujetos autónomos, mientras que Cirilo veía sólo uno, en los dos elementos fundamentales, divino y humano. Las posturas de Cirilo, ciertamente ortodoxas, aunque tal vez incautamente enunciadas, 141
fueron aún exasperadas por un cierto monofisismo, o eutiquianismo, que acentuó de tal manera la unidad personal, que sofocaba en una unidad incluso la dualidad de las naturalezas, anulando, en resumen, la humanidad en favor de la divinidad. La doctrina de la unión hipostática, que precisa la coexistencia de las dos naturalezas en la unidad personal de Cristo, fue proclamada por el concilio de Calcedonia (451), que entendió por physis o natura una esencia concreta, considerada en sí misma, y por hípostasis o prosopon o persona un sujeto efectivo, un yo. El concilio confirmó contra los eutiquianos las dos naturalezas y, contra los nestorianos, la unidad íntima de Cristo. H IPOSTÁTICO. (Del gr. ). Teol. Perteneciente o relativo a la hipóstasis. Usado comúnmente referido a la unión de la naturaleza humana con el Verbo divino en una sola Persona. Unión hipostática. La que constituye un supósito, un sujeto subsistente, la persona. La unión hipostática de Cristo es un misterio para los teólogos, en el que se afirma que la segunda Persona de la Trinidad de Dios está formada por una unión real y profunda (Concilio de Éfeso) entre dos distintas naturalezas íntegras y perfectas (Concilio de Calcedonia). H IPOTIPOSIS. (Del gr. ). Ret. Descripción viva y eficaz de una persona o cosa por medio del lenguaje. H OLISMO. (Del gr. holo, todo). Fil. Doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que la componen. Es una filosofía que motiva el tratamiento del organismo como un todo (una unidad) más que como partes individuales. Lo holístico es lo perteneciente o relativo al holismo, término usado en la nueva era. La holística trata de unir todas las cosas, de ponerlas en común. El ecumenismo holístico se está proyectando principalmente en tres líneas: la línea económica, la línea política y la línea religiosa. Eso se traduce en un control central de la economía mundial, la creación de un gobierno mundial y una religión mundial. H ORÓSCOPO. (Del lat. horoscópus, y este del gr. , que observa la hora, de hóra, hora, y skopéin, mirar). Predicción del futuro basada en la posición relativa de los astros y de los signos del 142
Zodíaco en un momento dado. 2 . Observación que los astrólogos dicen hacer del estado del cielo al tiempo del nacimiento de una persona, por lo cual pretenden adivinar los sucesos de su vida. 3 . Agorero que presume pronosticar la suerte de la vida de los hombres por la observación de las horas de los nacimientos. Consultar estos agoreros y los escritos en que consta tal predicción está condenado por las Escrituras para el pueblo de Dios. Hay que consultar a Dios por medio de Jesucristo. H OMILÉTICA. (Del gr. , homilía). Ciencia de la predicación, de las homilías de los autores sagrados. Homilía es el razonamiento o plática que se hace para explicar al pueblo la Palabra de Dios. Pasajes sacados de las homilías de los llamados padres y doctores de la iglesia. La homilía como forma de predicación existió ya en la iglesia primitiva. La más antigua es la segunda epístola de Clemente a los Corintios. Luego en la patrística griega sobresalen las 190 homilías de Orígenes, las de Gregorio Taumaturgo, las de Juan Crisóstomo, etc., y en la patrística latina, las de Ambrosio de Milán, Agustín de Hipona, etc. en la época medieval, dada la poca instrucción del clero, Carlomagno hizo componer un homiliario. En la Edad Moderna renació la homilía. H UMANISMO. Cultivo o conocimiento de las letras humanas. 2 . Movimiento renacentista que propugna el retorno a la cultura grecolatina como medio de restaurar los valores humanos. | | Doctrina o actitud vital basada en una concepción integradora de los valores humanos. Fil. Se considera que el origen del término humanismo se encuentra en Cicerón, que utiliza humanus, humanitas para designar al hombre como agente de una serie de actividades que podrían designarse como espirituales o culturales. El concepto era, sin embargo, de origen griego. La cultura griega clásica manifestaba en todas sus expresiones una estructura tal que parecía que el hombre hubiera organizado toda la realidad física y social (cosmos y polis) a la medida humana, buscando en su propia experiencia y en sus propias capacidades los límites de esta medida. En este concepto griego se enraízan los dos principales sentidos que tiene actualmente la palabra humanismo:
resaltar que el retorno a la Antigüedad es un recurso del hombre polifacético y mundano del Renacimiento, que forjó su identidad en contraposición al modelo del hombre medieval, religioso y extranjero en la Tierra, cuya auténtica vida y realidad estaba en el mundo trascendente postulado por la metafísica y la teología. Por lo tanto, en el humanismo renacentista no se trata de un mero volver a los textos clásicos, sino de un volver a ellos para encontrar un camino sobre el cual construir su propia realidad humana. Se le puede considerar como una reacción histórica hacia el progreso cultural y científico. 2 ) Doctrina que tiene como objetivo la realización de un determinado ideal humano. En este sentido, caben diversos tipos de humanismo en función de cómo ese ideal humano se conciba. Así, se habla de un humanismo cristiano, existencialista, marxista, etc., y difícilmente puede considerarse un humanismo sin adjetivar, por más que numerosas corrientes de pensamiento lo reclamen para sí en exclusiva, por ejemplo el movimiento filosófico impulsado por los filósofos pragmatistas W. James y F. Schiller. Lit. El humanismo buscó el fomento de la educación y la cultura a partir de las humanidades (studia humanitatis) y de la lectura admirativa de los clásicos grecolatinos. Con antecedentes medievales en Dante, Petrarca y otros, alcanzó su apogeo en los s. XV y XVI. Más tarde derivó al fenómeno puramente literario al transmutarse el primitivo concepto de humanitas en simple exaltación retórica (studia eloquentiae). En la raíz de la vocación humanística se halla la preocupación pedagógica de adoctrinar al hombre sobre el arte de vivir y de pensar. Resultado de esta inclinación es el desarrollo de los géneros del diálogo y de la epístola. Se considera a Petrarca el primero de los humanistas en el sentido cristiano (conflicto de la fe y lo terrenal).
1 ) Estudio de la cultura clásica (grecolatina) y de las disciplinas propias de ella, tal como se entendió en el Renacimiento. Conviene
Con Erasmo se satisfacen las exigencias del espíritu humanista acerca de una teología de la libertad. El canciller Ayala se revela como uno de los propulsores del humanismo hispánico. Precursores fueron J. Fernández de Heredia, A. de Cartagena, R. Sánchez de Arévalo y F. de Córdoba. Presiden el florecer de los estudios filológicos y pedagógicos E. A. de Nebrija, Hernán Núñez (el Pinciano) y Francisco Sánchez (el Brocense).La Universidad de
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Alcalá, fundada en 1508 por el cardenal Jiménez de Cisneros, se convirtió en el centro de los estudios humanísticos. El movimiento se desarrolló en la Península Ibérica dentro de los límites de la ortodoxia estricta, y algunos de sus más destacados representantes, como Juan de Valdés y Juan Luis Vives, llevaron acabo lo principal de su obra en el extranjero. Repercusiones religiosas y políticas tuvo el influjo de Erasmo, introducido en 1521 con Enquiridión o Manual del caballero cristiano. Dice el hermano Gino Iafrancesco: “La filosofía existencialista y su correspondiente «teología», son también una actitud religiosa perversa; es la religión de la serpiente. El humanismo a ultranza es la misma actitud de Satanás; sustituyendo al Creador por la criatura. No es cuestión de una religión cualquiera, sino de auténtica amistad con el Altísimo Uno que se reveló como «Yo soy el que soy» declarado por Su Verbo, que es el H ijo unigénito hecho hombre y sujeto de la historia con el propósito de traer a ésta la gracia condescendiente mediante la crucifixión, rubricando con la resurrección ante testigos de la más alta calidad moral, que se expusieron a la muerte por sostener su testimonio. ¡Jesucristo es el cambio!”.29
I IDEALISMO. Aptitud de la inteligencia para idealizar. El idealista propende a elevar las cosas que se describen o representan, sobre la realidad sensible por medio de la inteligencia o la fantasía. Condición de los sistemas filosóficos que consideran la idea como principio del ser y del conocer; es decir, es la doctrina según la cual la realidad es interpretada como idea, ya porque aquélla sea en último término una idea (idealismo ontológico o metafísico), ya porque sólo sea cognoscible como tal (idealismo epistemológico).
Rel. El idealismo es una forma de filosofía humanística, y es uno de los disfraces más engañosos y destructivos del espíritu de religiosidad, pues el idealismo trata de imponer sobre otros ciertas normas que van más allá de lo que Dios ha exigido, o para lo cual ha dado su gracia. El idealismo alimenta el orgullo. La Iglesia ha sido invadida por un espíritu de religiosidad y de hipocresía (Lc. 12:1), una inútil apariencia de piedad (2 Ti. 3:5). La auténtica piedad no se mide necesariamente por la manifestación externa de la religiosidad. “Nadie en la tierra oraba más, ayunaba más, leía más la Biblia o tenía mayor esperanza de la venida del Mesías que los fariseos; sin embargo fueron los que más se opusieron a Dios y a su Cristo”.30 El espíritu de religiosidad y el orgullo van de la mano (Lc. 18:9.14); el espíritu de religiosidad, el yugo del legalismo, la justicia propia, la doctrina de las obras, y su hipocresía implícita, son incompatibles con la cruz de Cristo y el vivir por fe. Idealismo lingüístico. Corriente desarrollada en la investigación lingüística en la primera mitad del s. XX en Alemania (K. Vossier, L. Spitzer) y en Italia (M. Bartoli y el grupo de los neolingüistas). Influida por las ideas de Humbolt y Croce, rechaza la utilización del método positivista, se opone a los postulados del estructuralismo y destaca el aspecto individual y creativo del lenguaje. De ahí su interés por las relaciones de la lingüística con la estética, la literatura y el arte. Fil. En el lenguaje cotidiano, la acepción más corriente de idealismo es la que lo considera modelo de la conducta del hombre, y se suele aplicar a la actitud del sujeto que intenta transformar el mundo. Se opone a realismo en sentido craso. Los sentidos ontológico y epistemológico son más técnicos y se encuentran interrelacionados. Idealismo se opone en cierta manera a materialismo, ontológicamente hablando. La doctrina platónica, que reduce la realidad a ideas, o el sistema hegeliano, para el cual la realidad es sólo despliegue y manifestación de la idea, son idealismos totales. Son también idealistas las filosofías que identifican verdad con idea evidente; evidencia que puede depender de la coherencia interna de la idea racionalmente concebida (Descartes, Leibniz, etc.), o bien estar basada en la
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Gino Iafrancesco V. Perspectiva del Hombre. Ed. Buena Semilla. 1978. Págs. 38-39 145
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Rick Joyner. Una visión profética para el siglo 21. Betania, 1999; pág. 155. 146
intuición sensible (Berkeley). El idealismo de Kant, llamado idealismo transcendental, podría calificarse como un tipo de idealismo epistemológico, por cuanto consiste en una concepción del conocimiento en la cual la realidad, que en sí misma no es captable por el sujeto cognoscente, puede ser aprehendida si la diversidad ofrecida por la experiencia es organizada y estructurada según formas que constituyen la manera de conocer del sujeto y que dependen en último término de las llamadas ideas de la razón. Por lo tanto, se trata de un idealismo porque depende de ideas, no porque la realidad sea una idea, y es trascendental por cuanto depende de la manera de conocer del sujeto, no del objeto en sí mismo (trascendente, según Kant). I LUMINACIÓN. Acción y efecto de iluminar. 2 . Esclarecimiento espiritual interior místico-experimental o racional. I LUMINADOS. (Nombre en latín Illuminati). Alumbrados. 2 . Persona que se cree inspirada por un poder sobrenatural para llevar a cabo una acción o predecir un acontecimiento. Adeptos a ciertas doctrinas. 3 . Se dice de los individuos de una secta herética y secreta fundada en mayo 1 de 1776 en Ingolstadt, Bavaria (Alemania) por acción del bávaro Adam Weishaupt, un prominente masón, que con la ciega obediencia de sus adeptos pretendía establecer un sistema moral contrario al orden existente en religión, propiedad y familia. Pronto fueron abiertas diferentes logias. El propósito de esta secta era la propagación de los principios racionalistas y la destrucción de la fe cristiana, pues su objetivo es llevar adelante los planes de la alta francmasonería para crear un nuevo orden mundial luciferiano. En 1782 intentaron federar a la masonería bajo su autoridad y no lo consiguieron. En 1785 fueron declarados ilegales en Baviera, y la secta fue suprimida por el elector Carlos Teodoro y Pío VI la condenó este mismo año, pero renació en Alemania en 1896 y en Austria en 1922. Esta logia ha nutrido a varias organizaciones de tipo paramasónico como los Skull and Bone y The Order. Hoy en día se conoce que los illuminati componen una especie de sociedad secreta dentro de las sociedades secretas; una infiltración super-secreta de las sociedades secretas que está integrada por luciferianos. Ellos mismos consideran al luciferianismo como más antiguo que el satanismo, al 147
que relacionan con la llamada iglesia de Satanás de Anton Szandor La Vey, fundada en 1966 en San Francisco, California. Ellos mismos dicen buscar un mundo más justo, y para ello dicen propender por una “transformación” personal, que los lleve a defender la libertad e igualdad social. ¿Será ese el ideal satánico? Se sabe que entre bambalina digitan la política internacional, la economía mundial, la diplomacia internacional, el ecumenismo religioso, la ONU, y están en los más altos grados de la masonería internacional. Los illuminati están relacionados con las fuerzas oscuras que llevarán a cabo la entronización del anticristo. I MPLICACIÓN. Acción y efecto de implicar. 2 . Contradicción, oposición de los términos entre sí. 3 . Repercusión o consecuencia de algo, complicidad. Lóg. Nombre con el que se indica el condicional lógicamente válido. La implicación refiere una relación estructural entre nombres de enunciados, en vez de hacerlo con los enunciados en sí mismos. Las tablas de verdad para la implicación dan V en todos los casos excepto en el de que verdadero implique falso. I MPUTACIÓN. Acción y efecto de imputar; es decir, atribuir a alguien la responsabilidad de un hecho reprobable. En derecho, la imputabilid ad p e nal es la relación de hecho por la que una determinada acción contraria a la ley es atribuida a su agente. Para que un hecho sea imputable se precisan las siguientes características por parte del autor del delito o falta: 1) ejecución personal; 2) voluntariedad, y 3) capacidad intelectual suficiente. La imputabilidad es requisito previo de la responsabilidad y de la culpabilidad. Í NCUBO. (Del lat. incubus). Díc. del diablo o espíritu maligno que, con apariencia de varón, tiene comercio carnal con una mujer. El íncubo es, según ciertas creencias, el demonio del sueño erótico, de sexo contrario al del súcubo. Aparte de eso, en la era antediluviana, hubo ángeles que no guardaron su dignidad, y abandonando su propia morada y justicia (Jd. 6), descendieron a la tierra y se unieron carnalmente a las hijas de los hombres; el fruto de esa unión contra naturaleza fueron unos gigantes que la Biblia llama los nefilim (Gé. 6:4). I NCUNABLE. (Del lat. incunabula, pañales). Se dice de toda 148
edición hecha desde la invención de la imprenta hasta principios del siglo XVI. Hist. Los incunables carecen de portada, están impresos en folio, en los primeros tiempos no tenían foliación ni signaturas, y dejan espacios para la iluminación de las letras capitales. Los incunables suelen dividirse en xilográficos, obtenidos mediante la utilización de planchas de madera de una sola pieza (como la Biblia de los pobres, anterior a 1440), y tipográficos, como la Biblia de 42 líneas (1453-55), realizada en el taller de Gutenberg mediante la utilización de caracteres móviles. Los incunables realizados con anterioridad a 1470 reciben el nombre de paleotipos, y las primeras ediciones de los clásicos se llaman editio princeps. Para la catalogación de incunables y la determinación de los talleres tipográficos, cuando no indican el impresor, se siguen diversos métodos, basados en el estudio de los tipos; uno de los más difundidos es el de Haebler. Los más perfectos catálogos de incunables son el Gesamt-katalog der Wiegendrucke (1925) y el Índice general degli incunabuli delle biblioteche d’Italia (1943). I NDOCTO. Falto de instrucción, inculto. Se traduce indocto en 2 Pe.3:16; del griego amathes [ ], no instruido (a, privativo, y una forma derivada de manthano, aprender). El griego idiotes [ ], significa primariamente una persona particular en contraste a un funcionario estatal; de ahí, una persona sin conocimiento profesional, inexperta, carente de instrucción, ignorante. Se traduce del vulgo, en Hch. 4:13, de los apóstoles Pedro y Juan en la estimación de los príncipes, ancianos y escribas en Jerusalén, con ocasión del discurso público que dieron; “simple” en 1 Co. 14:16, e indoctos en vv. 23,24, de aquellos carentes de conocimiento de los hechos relativos al testimonio dado en y por la iglesia local.
I NFALIBLE. Que no puede engañar ni engañarse. 2 . Seguro, cierto, indefectible; que no puede errar. Falibilidad se deriva del latín fallere, que quiere decir engañar, inducir a error, o bien ser infiel, no cumplir, traicionar. 3 . Rel. La infalibilidad papal es una doctrina católica romana por la cual, cuando el papa romano habla ex cathedra, está libre de error en toda su enseñanza referente a fe y moral. Ex cathedra (que significa, desde la cátedra, asiento alto del maestro), se refiere a cuando el papa romano enseña a todos los católicos, o define verdades y doctrinas pertenecientes a la fe o a las costumbres, haciéndolo desde la cátedra, asiento o silla supuestamente construida por san Pedro, o sea, desde su posición o dignidad de romano pontífice, supuestamente sucesor de san Pedro. Se empezó a aseverar la infalibilidad de la Iglesia en su conjunto; luego se dijo que eran infalibles los concilios, como órganos de la Iglesia; más tarde se sostuvo que la infalibilidad residía en los concilios unidos al papa, es decir, confirmados por él, y finalmente se terminó con decir que la infalibilidad reside solamente en el papa. Este es uno de los dogmas más recientes de la iglesia romana, y fue votado por mayoría en el Concilio Vaticano I en 1870. “Es positivo que ninguno de los llamados padres de la Iglesia consideró al obispo de Roma como oráculo infalible. Basta recordar a Cipriano y a Agustín, los cuales resistieron con los obispos africanos a las decisiones en materia eclesiástica del obispo de Roma, y permanecieron firmes hasta la muerte, no importándoles nada si eran o no excomulgados..., y con todo, fueron hechos santos. Infinidad de grandes doctores de la iglesia romana de todas las épocas han negado la infalibilidad papal. Los concilios de Constanza y de Basilea se colocaron con toda franqueza por encima del papa; y en el mismísimo Concilio Vaticano I, en que fue proclamado dogma de fe, no pocos obispos se declararon en contra de él.
I NERRANTE. Que posee inerrancia. Es lo no susceptible de ser probado falso o equivocado 2 . Astr. Fijo y sin movimiento. 3 . La inerrancia –neologismo teológico– es la cualidad de estar exento de error. Es la totalidad veracidad de una aseveración; en lo que puede haber error ni equivocación. 4 . Teol. Facultad de no poder errar; o incapaz de enseñar nada engañoso. Término técnico que se refiere a la cualidad de la Sagrada Escritura de excluir el error, como efecto de la inspiración divina. La infalibilidad implica inerrancia.
“La historia nos dice que más de una vez los mismos papas cayeron en la herejía, y se han contradicho a menudo sobre cuestiones de fe y de moral; por consiguiente, no es posible creer que son infalibles. El papa Zósimo aprobó el pelagianismo de Celestius. El papa Juliano declaró ortodoxo el sabelianismo de Marcelo de Ancira. El papa Virgilio se contradijo tres veces en relación con una cuestión de fe. El papa Gregorio I declaró que aquel que se hace obispo universal o pretende serlo es precursor del anticristo, y su sucesor Bonifacio III se hace dar aquel título
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por el emperador Focas. Pascal III y Eugenio III autorizan el duelo, mientras que Julio III y Pío IV lo prohíben. Los mismos papas, anteriores a Pío IX, no se creían infalibles. Gregorio VI, Gregorio XIII y Clemente VI declararon que “si han enseñado cosa alguna contraria a la fe católica, lo retractan” (Luca Dachetti Spicileg, Tomo 6o.). Inocencio II dice que “los pecados que él ha podido cometer contra la fe, pertenece a la Iglesia el juzgarlos” (Inn. Op. Coloniæ Agrip. 1575, tomo 1, pág, 188). Adriano VI dice que los papas pueden equivocarse y que varios fueron herejes (De minist. confirm. sentent., IV, art. 3). Pablo IV confiesa que él y sus predecesores han podido equivocarse a veces. (Michael Castelnari Malviserii Commonit. T. 2). El Concilio Vaticano II reafirmó la doctrina de la infalibilidad papal pero añadió un largo contexto explicando que este carisma pertenece al papa como cabeza de los obispos, quien, cuando habla ex cathedra, tiene esta autoridad de un modo particular, y finalmente extiende esta infalibilidad a los obispos reunidos en concilio. Los protestantes se han opuesto siempre a esta doctrina, sosteniendo que tan sólo Dios y su Palabra son infalibles”.31
I NFINITO. (Del lat. infinitus). Que no tiene ni puede tener fin ni término. 2 . Lugar impreciso en su lejanía y vaguedad. 3 . Fil. El concepto de infinito es difícilmente definible más allá del sentido puramente etimológico, ya que definir significa precisamente poner límites a una cosa, de tal manera que permita encerrar en ella todas las notas que la constituyan y separarla de las demás. Esto lleva, por una parte, a una consideración de infinito por defecto, negativa, tal como la que algunos (aunque parece que injustificadamente) atribuyen al espíritu griego clásico, y, por otra, a una consideración positiva, por exceso, tal como la del cristiano respecto a Dios, ente que supera todo lo pensable. En el primer sentido, el elemento negativo reside en el objeto, mientras que en el segundo, en el sujeto. Con todo, el concepto infinito forma parte del conjunto de ideas con las que los seres humanos se enfrentan a la realidad, y quizás el problema estriba en saber si el infinito es un puro concepto instrumental o si se refiere a algún ente concreto. En el sentido de posibilitar la comprensión y consiguiente utilización del concepto de 31
Enciclopedia Ilustrada de la Historia de la Iglesia. Vila y Santamaría. Pág. 382. 151
infinito, cabe destacar el enfoque que Aristóteles dio al problema al distinguir dos tipos de infinito, el infinito potencial y el infinito actual. La infinidad de Dios es aquella perfección suya por medio de la cual queda libre de todas las limitaciones. Dios no puede ser limitado por el Universo, por el tiempo-espacio del mundo, o confinado al Universo. La infinidad de Dios debe concebirse como intensiva, y no debe confundirse con la existencia ilimitada como si Dios se expandiera por todo el Universo, una parte de su Ser tocándonos aquí y otra a los de más allá, porque Dios no tiene cuerpo y, por lo tanto, no tiene extensión. I NFRALAPSARIO. Término teológico relacionado con la salvación y concretamente con la predestinación. Desde los días de la Reforma fueron emergiendo gradualmente dos conceptos contrapuestos de la predestinación: la posición supralapsaria y la posición infralapsaria; de supra, antes de, e infra, después de, y lapsus, caída; es decir, antes de la caída, y después de la caída del hombre. Lo s s up ralap s ariano s , co n o cid o s ta m bién co m o hipercalvinistas, pues Teodoro Beza (discípulo y sucesor de Calvino) se inclinó hacia la línea supralapsariana, creían que Dios, antes que creara el mundo, había decretado soberanamente cuáles deberían ser salvos y qué personas deberían ser condenados; afirmaban que antes de la caída del hombre Dios planeó o predestinó la caída para que se condenara una parte de los hombres. Según los supralapsarianos, algunas criaturas fueron predestinadas para ser salvas y otras para caer y perecer. La posición supralapsariana acentúa la absoluta soberanía de Dios sobre todo, y en particular sobre el pecado; pero esto en cierto modo presenta a Dios como el autor del pecado, y hace del castigo eterno de los reprobados un objeto de la divina voluntad, como sería también la salvación eterna de los elegidos. De manera que Dios sería responsable de ese castigo eterno; pero tengamos en cuenta que Dios no hace acepción de personas;32 Dios quiere que todos los hombres sean salvos; Dios 32
Cfr. Hechos 10:34; Romanos 2:11; Gálatas 2:6; Efesios 6:9; Colosenses 3:25 152
no quiere que nadie se pierda. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” (Tit. 2:11). Dios no quiere la muerte del pecador; y ejerce su soberanía con absoluta justicia. “Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hch. 17:31). Los infralapsarianos defendían la opinión de que fue en vista del pecado de Adán, y sólo después de dicha catástrofe, cuando Dios decretó soberanamente que ciertos hombres serían salvos y otros perdidos. Los infralapsarianos acentúan aquellos pasajes bíblicos que insisten en la misericordia y justicia de Dios en relación con la elección y reprobación. I NFERENCIA. Acción y efecto de inferir. Lóg. Paso discursivo de una proposición o grupo de proposiciones a otra llamada conclusión. Modernamente, al construir los cálculos lógicos, se formulan unas reglas (reglas de inferencia) que rigen dicho paso. En consecuencia, sólo son válidas las inferencias de acuerdo con ellas. I NGÉNITO. (Del lat. ingenitus). No engendrado 2 . Connatural y como nacido con alguien. I NHERENCIA. (Del lat. inhærentia). Unión de cosas inseparables por su naturaleza, o que sólo se pueden separar mentalmente o por abstracción. Fil. Modo de existir los accidentes, o sea, no en sí, sino en la sustancia que modifican. I NHERENTE. Es aquello que por su naturaleza está de tal manera unido a algo, que no se puede separar de ello. Derechos inherentes a su cargo. Gram. Se dice de la propiedad perteneciente a una unidad gramatical con independencia de las relaciones que ésta pueda establecer en la oración; p. ej., pared tiene como propiedad inherente el género femenino, y pensar, la característica de construirse con sujeto animado. I NIQUIDAD. Maldad, injusticia grande. 2 . En el Nuevo Testamento es traducido del griego anomía ( [a, negativo; nomos, ley]), y se traduce como carencia de ley, maldad, injusticia. El adjetivo anomos, que está sin ley, se traduce “inicuo” en 2 Ts. 2:8. Misterio de iniquidad. Antes de hablar del misterio de 153
iniquidad en sí, expliquemos algo de la palabra misterio. Misterio viene del griego musterion ( ), primariamente aquello que es conocido de los mustes, los iniciados (de mueo, iniciar en los misterios), lo secreto. En el Nuevo Testamento denota no tanto lo que es misterioso en sí, como sucede con el término en castellano, sino aquello que, estando más allá de la posibilidad de ser conocido por medios naturales, sólo puede llegarse a saber por revelación divina, y se hace saber de una manera y en un tiempo señalados por Dios, y sólo a aquellos que están iluminados por Su Espíritu. En su sentido ordinario, un misterio significa conocimiento retenido, no comunicado; su significado bíblico es verdad revelada. De ahí que los términos especialmente asociados con este tema sean “dado a conocer”, “revelado”, “declarado”, “dispensación”, etc. La definición dada arriba puede tener su mejor ilustración con el pasaje de Col. 1:26: “El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido m anifestado a sus santos”. Sus usos (entre otros) son: a) verdad espiritual en general, como se revela en el evangelio (1 Co. 13:2; 14:2). Entre los antiguos griegos “los misterios” eran ritos religiosos y ceremonias que se practicaban en el seno de sociedades secretas en las que podía ser recibido aquel que lo deseaba. Los que eran iniciados en estos “misterios” venían a ser poseedores de un cierto conocimiento que no se impartía a los no iniciados, y por esto recibían el nombre de “los perfeccionados”. En 1 Co. 2:6-16 el apóstol Pablo tiene en mente estos “misterios”, y presenta el evangelio en contraste a ellos; aquí, los “perfeccionados”, esto es, “los que han alcanzado madurez”, son, naturalmente, los creyentes, los únicos que pueden percibir las cosas reveladas por Dios; b) Cristo, que es el mismo Dios revelado bajo las condiciones de vida humana (Col. 2:2; 4:3), y llegando a someterse a la misma muerte (1 Co. 2:1), pero levantado de entre los muertos (1 Ti. 3:16), para que a su debido tiempo se cumpla la voluntad de Dios de coordinar en Él el universo, sometiéndolo a Él (Ef. 1:9; Ap. 10:7), como se declara en el evangelio (Ro. 16:25; Ef. 6:19); c ) la iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, esto es, la unión de los redimidos con Dios en Cristo (Ef. 5:32; Col. 1:27); 154
d) el arrebatamiento a la presencia de Cristo de aquellos miembros de la iglesia que es su Cuerpo que estén vivos en la tierra en su parusía (1 Co. 15:51); e ) la operación de aquellas fuerzas escondidas que o bien retardan o bien aceleran el Reino de los cielos; esto es, de Dios (Mt. 13:11; Mr. 4:11); f) la causa de la condición presente de Israel (Ro. 11:25); g) el espíritu de desobediencia a Dios (2 Ts. 2:7; Ap. 17:5,7; Ef. 2:2); h) las siete iglesias locales y sus ángeles, vistos en forma simbólica (Ap. 1:20); i) los caminos de Dios en gracia (Ef. 3:9). Entonces, ¿cuál es ese misterio de iniquidad que menciona la Palabra en 2 Tes. 2:7? En toda la historia de la humanidad, y aún desde la era angélica, antes de la creación del hombre y su caída, hay un espíritu de desobediencia a Dios, un espíritu que se opone a Dios, un espíritu que quiere ser como Dios. Ese espíritu de independencia y rebeldía se lo inoculó Satanás al hombre cuando lo tentó en el Edén. La Biblia revela que la serpiente antigua tomó del hombre el señorío de la tierra, el mismo señorío que Dios había depositado en el hombre; y desde la antigüedad, esa serpiente se convirtió en el príncipe de este mundo. ¿Cómo ha ejercido ese principado? La serpiente antigua es el mismo dragón de siete cabezas y diez cuernos; con las siete cabezas ha gobernado a las naciones (10 cuernos), a través de una bestia que también tiene siete cabezas y diez cuernos; de manera que las siete cabezas de la bestia han venido gobernando el mundo, pero obedeciendo las órdenes de las siete cabezas del dragón, cada una en su debido tiempo histórico. El mundo, las naciones de la tierra, han sido gobernadas en la historia por siete grandes imperios mundiales: Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia, Grecia, Roma y el futuro gobierno de la bestia, que vendrá por obra de Satanás.
de Dios (el templo judío de Jerusalén cuando sea reconstruido) como Dios, haciéndose pasar por Dios. 5 ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? 6 Y ahora sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiem po se manifieste. 7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca” (2 Ts. 2:3-8). El misterio de iniquidad está en acción desde los albores de la humanidad, pero falta que gobierne la última cabeza de la bestia, la séptima. Hay algo que detiene ese gobierno; ¿qué es? Hay quienes han sugerido que es el propio Espíritu Santo, que será “quitado” del escenario terrenal durante la tribulación; pero esto no tiene respaldo bíblico. La iglesia estará en la tierra durante el reinado de la bestia, y muchas personas se convertirán y se salvarán durante ese período; sin el Espíritu Santo ningún ser humano puede convertirse; además, durante los días más oscuros de la humanidad, en Jerusalén habrá dos testigos de Dios llenos del Espíritu, y además, el Espíritu Santo no puede ser quitado cuando incluso está presente en el Seol mismo. Si fuese el Espíritu Santo, el apóstol Pablo lo diría claramente, sin omitir de quién se trataba, como en el caso de Imperio Romano, pues eso hubiera dado ocasión para una terrible persecución por parte de Roma. Pero llegará el momento en que ese “freno” será quitado y el “misterio de iniquidad” que ahora opera subrepticiamente bajo la dirección de influencias satánicas ocultas, se manifestará entonces claramente ante la vista de los hombres de toda su maldad, pues la Palabra dice que el advenimiento de ese inicuo es por obra de Satanás, y no será como el gobierno de las anteriores cabezas de la bestia y el dragón, sino que el gobierno de esta cabeza será “con gran poder y señales y prodigios m entirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden”.
La venida del Señor Jesucristo no ocurrirá “3 sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado (el anticristo), el hijo de perdición, 4 el que se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo
Ahora sí podemos deducir qué es lo que detiene la manifestación del gobierno del anticristo. En la historia, para que gobernara una cabeza (un imperio, el asirio, por ejemplo), tenía que dejar de gobernar la anterior (Egipto); para que surgiera el poderío de Babilonia, debía de ser quitado el poderío de Asiria, y así sucesivamente hasta llegar a Roma, la potencia dominante cuando
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fue escrita la segunda carta a los Tesalonicenses. Las profecías de Daniel (caps. 2 y 7) detallan cómo cada imperio gobernante surge cuando ha dominado sobre el anterior. No podía gobernar Alejandro Magno y el imperio griego sin que antes venciera y aniquilara al imperio de los medos-persas; un gobierno y poder mundial es lo único que impide que surja un nuevo gobierno mundial; eso es obvio. De manera que para que se manifieste el gobierno mundial del anticristo, es necesario que sea quitado de en medio el poder latente del Imperio Romano. Nótese en la profecía de Daniel 2, que entre el gobierno de la bestia (que surge de entre los diez dedos) y el imperio romano (las dos piernas de hierro) no media ningún otro imperio mundial. Lo mismo sucede con las cuatro bestias de Daniel 7. De entre los cuernos de la última bestia (imperio romano) surge el gobierno del anticristo (Ap. 17:16,17). El Imperio Romano occidental no terminó con las invasiones bárbaras, sino que continuó con el papado, poder y dominio que se camuflaba por medio del Sacro Imperio Romano Germánico de la Edad Media, que se prolongó hasta casi los días de Hitler, y cuyos emperadores siempre estuvieron bajo el dominio directo del papado romano. De modo que podemos concluir que el misterio de iniquidad es la operación de Satanás con sus demonios y todos los títeres humanos manejados por él, para ir preparando la plataforma de un gobierno mundial draconiano y satánico. El misterio de iniquidad trabaja para entronizar y entregar a la bestia, al anticristo, el reino del mundo. En el misterio de iniquidad, a través de la historia, ha estado Satanás y los suyos trabajando, perfeccionando la religión mundial, la economía mundial, la política mundial, encaminando al mundo al globalismo, por medio de un gobierno mundial bestial inspirado por Satanás. I NMANENCIA. Calidad de inmanente. Fil. Permanencia, presencia en el exterior del ser o el conocer. Se opone a la trascendencia. Los filósofos escolásticos, por herencia aristotélica, calificaban de inmanente a aquel agente cuyo acto no produce nada externo a sí mismo, a diferencia del agente transitivo, cuyo acto produce algo exterior a sí mismo. Este sentido de inmanencia es el que se encuentra, en general, en la filosofía moderna, p. ej., la
filosofía de Spinoza. Kant contrapone inmanencia, cualidad de lo que permanece en el campo de la experiencia, a trascendencia, lo que supera dichos límites. Principio de inmanencia. Ling. Criterio expuesto por F. de Saussure según el cual en el estudio de la lengua han de utilizarse nociones estrictamente gramaticales y deben desecharse los argumentos basados en otras disciplinas más o menos conexas (lógica, filosofía, psicología, etc.), que habían sido profusamente utilizados por la tradición lingüística anterior. Es uno de los rasgos comunes de todas las corrientes lingüísticas de la actualidad. I NMANENTE. (Del lat. immanere, permanecer en). 2 . Fil. Que es inherente a algún ser o va unido de un modo inseparable a su esencia, aunque racionalmente pueda distinguirse de ella. 3 . Díc. de lo que existe y actúa por sí mismo, sin la acción de agentes exteriores. 4 . Dícese de lo constante y permanente, de lo que dura y persiste. Teol. La inmanencia de Dios significa que aunque Dios es diferente de la creación, ésta, no obstante, subsiste en Él, que Dios lo sustenta todo, y que Él sostiene y preserva y mantiene el ser de todo lo que existe. Tanto la trascendencia como la inmanencia de Dios se expresan en Efesios 4:6, en donde Pablo dice que tenemos “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”. «Dios es inmanente. La inmanencia de Dios significa que ciertamente, aunque Dios es anterior a todo, posterior a todo en el sentido de que está más allá de la realización del todo, que está sobre todo, también Dios está en todo, y las cosas todas están en Dios, y Dios sostiene todas las cosas. “En él somos y nos movemos y vivimos”. Todo lo que existe tiene su ser en Dios. Dios atraviesa todo. Nadie tiene su ser como una isla separada de Dios. Dios sustenta todas las cosas».33 «En cierto sentido las expresiones “inmensidad” y “omnipresencia” aplicadas a Dios, denotan la misma cosa y pueden, por tanto, considerarse como sinónimos. Pero hay un punto de diferencia que debe notarse cuidadosamente. “Inmensidad” señala el hecho de que Dios trasciende a todo espacio sin quedar sujeto a las limitaciones de éste; en tanto que “omnipresencia” denota que a pesar de lo anterior, Él hinche cada parte
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Gino Iafrancesco V. Introducción a la Teología General. Pág. 59. 158
del espacio con su Ser completo. La inmensidad hace énfasis en la transcendencia de Dios, y la omnipresencia en Su inmanencia. Dios está inmanente en todas sus criaturas, en su creación total; pero de ninguna manera encerrado en ella. En lo que atañe a las relaciones de Dios con el mundo, debemos evitar, por una parte, el error del panteísmo, tan característico en una gran parte del pensamiento actual, con su negación de la trascendencia de Dios y su hipótesis de que el Ser de Dios es realmente la sustancia de todas las cosas; y por otra parte, el concepto deísta de que Dios, en verdad está presente en la creación per potentiam (con su poder); pero no per essentiam et naturam (con Su verdadero ser y naturaleza) y actúa sobre el mundo desde la distancia. Aunque Dios es distinto del mundo y no puede ser identificado con él, sin embargo, está presente en cada sitio de Su creación, no solamente per potentiam, sino también per essentiam. Esto no significa, sin embargo, que esté igualmente presente, ni presente en el mismo sentido en todas Sus criaturas. Naturalmente habita en ellas de acuerdo con la naturaleza de dichas criaturas. No habita en el hombre ni en el mundo inorgánico como en la creación orgánica, ni en el malvado como en el piadoso, ni en la Iglesia como en Cristo. Hay una interminable variedad en la manera en que Él está inmanente en Sus criaturas, y en la medida en que éstas revelan a Dios ante quienes tienen ojos para ver. La omnipresencia de Dios está claramente revelada en la Escritura. El cielo y la tierra no lo pueden contener: 1 Re. 8:27; Is. 66:1; Hech. 7:48,49; al mismo tiempo que Él llena cielos y tierra. Él está próximo a cada uno de quienes le buscan: Sal. 139:710; Jer. 23:23,24; Hech.17:27,28».34
I NMANENTISMO. Fil. Teoría filosófica según la cual lo representado como contenido de la consciencia es la única realidad en oposición a lo que está fuera de ella. 2 . Doctrina que reduce toda la realidad al sujeto. El inmanentismo cobra gran valor con el idealismo, para el cual la realidad es inmanente al acto de pensamiento. El inmanentismo no sólo se ha considerado desde el punto de vista intelectualista, filosófico-religioso, sino también en la línea sentimental (Schleiermacher). Con el pragmatismo, el sentimiento y la acción son la base de la religión, no la idea; con el modernismo brota la experiencia religiosa: la revelación está en función de la conciencia religiosa, en la que Dios se revela continuamente; toda la religión viene a ser un asunto individual y 34
subjetivo. Este inmanentismo lleva a creer que Dios no es distinto del mundo y del hombre, y que la revelación y la religión no están ligadas a verdades fijas, sino que se transforman según la conciencia religiosa. I NSPIRACIÓN. Acción y efecto de inspirar o inspirarse. Ilustración o movimiento sobrenatural que Dios comunica a la criatura. Inspiración de la Biblia. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Ti. 3:16). Jesucristo es el Verbo de Dios encarnado. La Biblia es la Palabra de Dios escrita. Pablo declara aquí que la Palabra escrita de Dios es soplada por el aliento de Dios (en gr. theopneustos [ ], inspirado por Dios [Theos, Dios; pneo, respirar]), expresión de la cual derivamos, junto con otros pasajes, nuestro concepto de la inspiración de la Biblia. A través de su historia la iglesia ha aceptado siempre que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Pero no existe acuerdo en cuanto a qué es realmente la inspiración. Algunos piensan que esa inspiración ha consistido en un dictado mecánico en el cual los escritores eran meros secretarios que ponían por escrito exactamente lo que se les dictaba. Desde este punto de vista las Escrituras no contienen errores. Otro punto de vista, que no acepta el dictado mecánico, sostiene la inspiración de Dios y también insiste en que la Escritura no contiene errores, pero a la vez admite la autonomía del escritor en cuanto a estilo y forma de redacción. Tal autonomía es preservada del error por la supervisión del Espíritu Santo. En ambos casos, esa falta de errores se refiere a los manuscritos originales (v. g. los autógrafos) y se reconoce la posibilidad de que se hayan deslizado algunos errores en los manuscritos que actualmente tenemos. Estos puntos de vista respecto a la inspiración se basan en lo que se cree es la doctrina bíblica de la inspiración derivada de las propias Escrituras. Otros aceptan que la Biblia es inspirada, pero no consideran que esa característica singular garantice la falta de error en lo que respecta a temas de ciencia e historia. Los que sostienen este punto de vista creen que la existencia de errores científicos e históricos es de poca importancia, y no afecta el mensaje esencial de las Escrituras ni destruye la fe cristiana.
Louis Berkhof. Teología Sistemática. Libros Desafío. 1999. Pág. 71. 159
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En cuanto a esta última posición creemos que a menudo se exageran los supuestos “errores” científicos e históricos. Aunque no debemos esquivar los problemas que se presentan, hemos de recordar que la Biblia no está escrita en lenguaje científico moderno, de modo que la falta de exactitud que atribuimos a las descripciones de fenómenos naturales o históricos no constituye error porque corresponde a otro tipo de lenguaje. Creemos que Dios guardó a los autores de enseñar error. A pesar de las diferentes maneras técnicas en que se explique la inspiración, vale la pena enfatizar que para el cristiano es normativo lo que Cristo y los apóstoles enseñan acerca de la Biblia. Enfatizan su divina inspiración y su completa autoridad en todos los asuntos de fe y vida cristiana. Dan por sentado que no enseña errores, y aceptan su plena confiabilidad. A pesar de los rasgos humanos (estilos distintos, lenguaje diferente según su época, figuras literarias), la consideran la Palabra de Dios con la autoridad de Dios. Aunque reconocemos la posibilidad de errores de transmisión, debido a las variantes textuales, creemos que en su providencia Dios también cuidó la preservación y transmisión de las Escrituras, de tal manera que siguen siendo completamente confiables. I NTUICIÓN. Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad del razonamiento. 2 . Resultado de intuir. 3 . Coloq. presentimiento. 4 . Fil. Percepción íntima e instantánea de una idea o una verdad que aparece como evidente a quien la tiene. 5 . Rel. Visión beatífica. 6 . Conocimiento inmediato de un objeto, lo que implica su visión; también se ha definido intuición como conocimiento inmediato de una verdad. 7 . Se opone a razonamiento discursivo. Familiarmente, facultad para comprender las cosas al primer golpe de vista, o darse cuenta de ellas cuando aún no son evidentes para todos. Fil. El término intuición ha sido objeto de diferentes clasificaciones, ya atendiendo a sus diversos tipos, ya en función de los objetos a que se refiere. La más comúnmente aceptada es la que distingue una intuición sensible (referida a la sensibilidad y a los objetos reales dados a ésta) de una intuición intelectual (captación de esencias puras). La intuición intelectual se ha llamado también: 1 ) espiritual o ideal, cuando, como en el caso de Husserl y de la 161
fenomenología, capta las esencias puras, pero a través de una previa intuición empírica; 2 ) metafísica, cuando intuye existencias: en sentido estricto, el Absoluto (Fichte, Schelling). También se puede hablar de una intuición emocional, cuyo objeto son los valores (Scheler, N. Hartmann), y de una intuición volitiva (Fichte, Dilthey). En el s. XIX hubo una fuerte reacción, por parte de empiristas y realistas, contra el carácter creador de la intuición, sostenido por los idealistas. Bergson, por el contrario, afirmó no sólo la existencia de la intuición, sino su primado: la opuso al pensamiento (fragmentación de lo continuo); la intuición es un «conocimiento» que aprehende la duración, lo continuo. Teol. El espíritu humano, después de haber sido regenerado y poseer la vida de Dios, también desarrolla esa facultad de conocer y discernir directamente lo que el alma por sí sola no puede. No se trata aquí de un conocimiento de las cosas de origen externo. Por la intuición el espíritu desarrolla ciertos sentidos similares a las facultades del alma, pero no se debe confundir lo uno y lo otro. La mente del alma sólo puede conocer las cosas superficiales, en cambio el espíritu, que es la parte más profunda del ser humano, penetra lo más íntimo del hombre, y a la vez puede captar toda información que el Espíritu Santo le transmite de parte de Dios. Hay sentidos anímicos que pueden ser sensibilizados por causas externas, superficiales, provenientes de nuestro entorno, de agentes externos como personas, cosas o sucesos; pero un creyente espiritual tiene capacidad para experimentar una serie de sentidos de origen profundo, provenientes del hombre interior, y en ese lugar íntimo y recóndito nuestro espíritu puede conocer (Mr. 2:8), gemir (Mr. 8:12), regocijarse (Lc.1:47), adorar (Jn. 4:23), estremecerse y conmoverse (Jn.11:33), enardecerse (Hch.17:16), proponerse (Hch. 19:21), cantar (1 Co. 14:15), bendecir (1 Co.14:16), tener reposo (2 Co. 2:13), amar (Col.1:8) y muchas otras cosas que se van desarrollando en la medida en que vamos madurando a través de la actividad de la cruz y del trabajo del Espíritu Santo en nosotros. La intuición del espíritu proviene directamente de Dios, la cual captamos mediante una voz sin sonido que nos lleva a realizar algo que a primera instancia nos parece anormal, ilógico. Con nuestra mente pensamos algo, lo razonamos e intentamos realizar lo que 162
pensamos; eso es lo normal en nuestra alma; pero la intuición es la función del espíritu mediante la cual el Espíritu Santo expresa el pensamiento de Dios. De modo que es importante poder diferenciar lo que proviene del Espíritu Santo por la intuición, de lo que proviene de nuestra propia mente, e incluso de lo que proviene de los susurros de Satanás. Dios jamás nos habla a través de la mente o de nuestras emociones en el hombre exterior, sino desde el hombre interior. Dios mora en nuestro hombre interior, y ahí nos habla. Miremos la relación que existe entre la intuición y la unción del Espíritu Santo que nos enseña a través de la intuición. Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo no los podemos conocer por medio distinto de la unción en la intimidad de nuestro espíritu, pues toda enseñanza exterior por medio de palabras apenas llega a la mente del alma, y puede contener errores y desorientaciones; en cambio la unción nos enseña la verdad de Dios en Cristo por Su Espíritu. Por la intuición del espíritu podemos conocer las cosas de Dios, mientras que por la mente sólo podemos entenderlas. El mero entendimiento o comprensión de la mente no nos proporciona seguridad de acción, sino duda, inestabilidad emocional, inseguridad y hasta desánimo frente a los obstáculos; en cambio el conocimiento de la voluntad de Dios por la intuición nos lleva a actuar según la intención del Espíritu Santo en nuestro espíritu. Aunque debemos aclarar que a veces el Espíritu Santo nos enseña algo que llegamos a entenderlo posteriormente. De manera que podemos recibir y conocer el pensamiento de Dios por la intuición de nuestro espíritu, y simultáneamente, o en fecha posterior, entenderlo en la mente de nuestra alma. Pero téngase en cuenta que cuando el Espíritu Santo te diga algo por la intuición de tu espíritu, no debes procurar que otro te instruya sobre el asunto, pues el mismo Espíritu te aclara todo y te lleva a diferenciar la verdad de las mentiras. Para que conozcamos las cosas de Dios, no nos sirve nuestra inteligencia, y mucho menos la de otros, independientemente de la capacidad intelectual natural que tengamos. De otro modo, los sabios de este mundo serían los indicados para conocer las cosas de Dios. El discernimiento espiritual no es otra cosa que la unción que te habla por medio de 163
la intuición, para que puedas diferenciar la verdad de Dios de las mentiras, y conocer a los demás sin que necesariamente estés indagando por sus vidas. Es ese conocimiento directo que te llega de golpe sobre algo o alguien, sin que medien prejuicios ni previos avisos ni conjeturas. Es la operación de tu intuición. La unción habla por la intuición, y eso es lo que produce la revelación, la auténtica revelación de Dios, la cual no se recibe por medio de estudios académicos, ni por capacidades intelectuales, ni razonamiento humano alguno. Dios quiere revelársenos para atraernos a la verdadera unión y comunión con Él. Cuando hay revelación en el creyente, en su espíritu percibe la realidad del reino espiritual. Cuando hay revelación por la intuición, se le quita un velo de apariencia religiosa a la persona, y pasa de un mero entendimiento de la Biblia y de las cosas de Dios a un significativo conocimiento de las profundidades y verdaderas dimensiones del Señor. El creyente mundano se apoya más en la razón, y no entiende cómo el Espíritu Santo te va revelando cosas por la intuición de tu espíritu. No hay otra forma de conocer a Dios. El alma tiene sus funciones de voluntad, mente y emociones, y son muy importantes en el hombre, pero es necesario que toda el alma se someta al espíritu y ejecute la voluntad del espíritu. Entonces, ¿cómo funciona la intuición? Es el Espíritu Santo hablándonos los secretos de Dios en nuestro espíritu regenerado. Ese conocimiento intuitivo es interior, en el espíritu, pero es necesario que se convierta también en un conocimiento mental, y para ello necesitamos que nuestra mente, nuestro intelecto en el alma, sea una mente renovada, a fin de que tenga la capacidad de interpretar ese conocimiento interior, y lo podamos entender. I SAGOGIA. (Del gr. ). Nociones preliminares a manera de introducción o prolegómeno. I SLAMISMO. (Del ár. islam, entrega de la voluntad a Dios). Conjunto de dogmas y preceptos morales que constituyen la religión de Mahoma. 2 . Religión positiva monoteísta, predicada por Mahoma (s. VII) en Arabia y basada en una síntesis del monoteísmo árabe, el judaísmo rabínico, el cristianismo monofisita y el zoroastrismo. Según el Islam, cada umma (pueblo, raza, comunidad religiosa) ha tenido sus propios profetas enviados por 164
Dios en las distintas épocas del mundo, tales como Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús; sin embargo, la revelación definitiva tuvo a Mahoma por único mediador. Islam significa entregar la voluntad total del hombre a Dios por medio de su enviado. Es una religión de una fe profunda. Dios es causa de todo. No es propiamente un padre, sino un amo, misericordioso, ciertamente, pero que, al igual que un señor oriental, distribuye de manera arbitraria castigos y recompensas. Los puntos esenciales del credo islámico son: a) hay un solo Dios (Alá) y Mahoma es su enviado; Mahoma ocupa el lugar que en el cristianismo tiene el Hijo de Dios; b) la oración pública es preceptiva cinco veces al día, acompañada de gestos corporales determinados; c) la obligación de la limosna está exactamente estipulada para cada persona; d) el mandato del ayuno de toda comida y bebida y la abstención de comercio sexual desde el alba hasta el ocaso en el mes del Ramadán, y la peregrinación a La Meca una vez en la vida. Está prohibido también beber vino y comer carne de cerdo. Se exige el amor entre correligionarios y está permitida la poligamia. No hay sacerdocio, pero la ley regula minuciosamente la vida religioso-política, y los muftíes (juristas) velan por su cumplimiento. Además, es obligatorio tomar parte en la guerra santa para la difusión del islam. La escatología, con las cuatro postrimerías, tiene en el Islam un sentido naturalista, de manera especial el paraíso, que es considerado como un jardín de placeres sensuales. El libro sagrado del Islam es el Alcorán. El Islam tiene unos 300 millones de adeptos y está extendido por todo el mundo, especialmente por África y el Sudeste de Asia. En el Islam no existe jerarquía sacerdotal como en el catolicismo romano. El Islam se presenta a sí mismo como renuevo a restauración de la religión de Abraham en su forma original, supuestamente fundador de todas las religiones monoteístas. El Islam integra a su profeta (Mahoma) al lado de Abraham, Moisés y Cristo. El Corán reconoce la naturaleza divina de Cristo por su origen, pues le llama “espíritu de Dios y su palabra que hizo bajar sobre María”, y reconoce también el nacimiento milagroso de Cristo de una virgen, pero rechaza la expresión “Hijo de Dios”, porque no puede ser conciliada con la visión islámica de la incomparabilidad de Dios. Los musulmanes han reprochado a los judíos haber 165
difamado a Cristo y a la virgen María; a los cristianos, haber convertido a Cristo en Dios (lo dice el Corán). Para ellos los judíos eran malditos por haber difamado de un enviado de Dios, y los cristianos eran víctimas del grave error de creer en tres dioses. Ellos dicen: La ilaha illa-llah, no hay más dios que Alá; es decir, no hay más dios que Dios. Sus templos se llaman mezquitas. El mihrab (el nicho de las luces) es un lugar en las mezquitas que simboliza la presencia divina en el corazón humano. Corresponde al Lugar Santísimo del templo de Salomón, en el cual –según la versión coránica– un ángel había alimentado en su niñez a la virgen María. Hay que tener en cuenta que renegar del Islam se paga con la pena capital. Es tal el celo religioso de los árabes musulmanes, que unos 80 años después de haber muerto Mahoma, los ejércitos musulmanes llegaban al Indo por el Este y a los Pirineos por el Oeste. Los árabes desembarcaron en España en 709. Moriscos se les llamó a los árabes que en 1502 optaron por adjurar de su fe musulmana a cambio de quedarse en España, tras su derrota. En ocho siglos de dominación árabe en España, esa cultura dejó honda raíces en la Península, en el idioma español. Por ejemplo, el río Guadalquivir viene del árabe al-wadi-I-kabir, río grande. Mózarabe (mustarib) significa arabizado. Para un árabe, una palmera es algo más que mero árbol; es el símbolo, por antonomasia, de la lejana patria. La palabra “moro” se deriva del romano mauri o maurusci, nombre que le daban a los bereberes del Atlas y tomado indirectamente del griego tardío mauro (negros), o del fenicio m auharim (occidentales). Califa (jalifa) significa lugarteniente y se aplica al sucesor del Profeta, no en su misión profética sino sólo en su dignidad real. El califa es el jefe de la comunidad islámica (imán), el fiduciario de la ley transmitida y el comandante supremo del ejército, el “príncipe de los creyentes” (amir al-mu minin).
J J UDAIZANTES. Judaizar es abrazar la religión de los judíos. 2 . 166
Dicho de un cristiano: Practicar pública y privadamente ritos y ceremonias de los judíos. El verbo griego ioudaizo [ ], judaizar, significa conformarse a las prácticas y maneras de los judíos. Se usa en Gá. 2:14. Los judaizantes enseñaban a los hermanos que si no se circuncidaban no podían ser salvos (Hch. 15:1). Los argumentos de los judaizantes eran tan fuertes que aun Pedro y Bernabé no se declararon claramente al principio (Gá. 2:11-21). La reprensión que Pablo dio a Pedro (Gá. 2:14) resultó saludable ya que en Jerusalén éste lo apoyó (Hch. 15:7-11). En Filipenses 3:2 leemos: “Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo”. Parece que los judaizantes estaban amenazando la pureza del evangelio también en Filipos. Pablo advierte contra ellos porque enseñan que la salvación es “por fe y...”, en vez de “por fe solamente”, y así realmente niegan el evangelio.
una declaración contundente de la Palabra de Dios. “6 Como también David habla de la bienaventuranza del hom bre a quien Dios atribuye justicia sin obras, 7 diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. 8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado” (Ro. 4:6-8). Dios declara justos a los pecadores no porque en sí lo sean, o porque tengan algo de justos en ellos mismos, sino sencillamente por su fe, mediante la cual se les acredita a su cuenta la justicia de Jesucristo. La culpa y el castigo del creyente fueron asumidos gratuitamente por Cristo (Is.53:5,11; Gá.3:13; 2 Co.5:21) y en cambio, se acredita la justicia de Cristo a la cuenta del creyente (1 Co. 1:30; 2 Co. 5:21; Fil. 3:9). Hablando del Señor Jesucristo, la Biblia dice: “El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Ro. 4:25).
“Judaizantes es el nombre dado a los judíos convertidos al evangelio que querían imponer a los creyentes gentiles la circuncisión, la fidelidad a la Ley y otras prácticas judías como medio de salvación (H ch.15:5). El término no aparece en el Nuevo Testamento, pero los judaizantes constituyeron un verdadero peligro para la naciente iglesia porque estaban dentro de ella misma. Además, constituían una negación del genuino evangelio, que rompe las barreras raciales y es poder de salvación tanto para el judío como para el gentil (Ro. 1:16). El problema era delicado por cuanto los primeros cristianos provenían del judaísmo y no les era fácil un cambio radical de criterios. Para resolverlo se convocó el concilio de Jerusalén (Hch.15). El gran defensor del evangelio frente a los judaizantes fue Pablo (cfr. 1 y 2 Co, Ro, Flp, y sobre todo Gl.), y por tanto constituyeron para él encarnizados enemigos; siempre procurando contrarrestar la obra misionera”.35
Dikaiosis, la palabra griega que se traduce justificación, sólo aparece dos veces en el Nuevo Testamento, en Romanos; su significado preciso está determinado por el verbo dikaio, “justificar”, significando el establecimiento de una persona como justa por absolución de culpa, pues todo lo que era necesario de parte de Dios para nuestra justificación había sido cumplido con la muerte de Cristo; es la relación del creyente con Dios en razón de la justicia de Cristo que le es acreditada. Por medio de la justificación se cancela la pena del pecado. Ningún ser humano puede justificarse con buenas obras; nadie es lo suficientemente bueno para llegar al cielo por su propia cuenta (Gá. 2:6,21; 3:10,21; 5:3,4; Ro. 11:6; Ef. 2:8,9). La justificación es más que un simple perdón. No es que se dejen de lado las exigencias de la ley; se las satisface plenamente; de ahí que la base de la justificación sea la obra expiatoria de Cristo en el Gólgota (Ro. 5:9; 8:1; 10:4). Es por ello que Cristo fue levantado de entre los muertos. Siendo la propiciación perfecta y completa, su resurrección fue la contrapartida confirmatoria. “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida” (Ro. 5:18). Aquí la “justificación de vida” significa “justificación que resulta en vida”. El hecho de que Dios justifica al pecador que cree sobre la base de la muerte de Cristo, involucra su libre don de la vida.
J USTIFICACIÓN. (Del gr. dikaiosis [ ], justificación, absolución). Acción y efecto de justificar. 2 . Causa, motivo o razón que justifica. 3 . Conformidad con lo justo. 4 . Probanza que se hace de la inocencia o bondad de una persona, de un acto o de una cosa. 5. La justificación es un acto judicial de Dios en el cual Él declara, sobre la base de la justicia de Jesucristo, que todas las demandas de la ley están satisfechas con respecto al pecador. Es 35
Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia. Ed. Caribe. Pág. 632. 167
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“24Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25a quien Dios puso com o propiciación por m edio de la fe en su sangre, para m anifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” (Ro. 3:24,25). Mediante la propiciación perfecta de Cristo Jesús obtenemos la redención, el rescate, y una vez libres de todo poder de las tinieblas, somos justificados delante de Dios; por la justificación el redimido es inocente delante de Dios. Delante de Dios ningún pecador puede justificarse por sí mismo, no tiene méritos para hacerlo, está manchado, está corrupto, es reo de muerte; hay un acta de decretos que le es contraria al pecador (Col. 2:14), que le condena. Todo ser humano es malo por herencia, de nacimiento, y solamente obra maldad, es culpable delante de Dios, de manera que el hombre necesita que se le perdone sus pecados, que se le limpie de toda mancha de pecado, que sea librado del poder del pecado y sea justificado de la culpa. Para eso es la justificación, para declararle inocente en vez de culpable. Claro que fue un proceso; un culpable fue puesto en la propiciación, donde murió con Cristo (la muerte es la paga del pecado), y resucitó con Cristo, naciendo a una nueva vida (regeneración), como una nueva criatura (2 Co.5:17), y, como esa nueva criatura que es, es justificado, declarado inocente, pues la vieja criatura murió en la cruz del Calvario. J UZGAR. (Del lat. iudicare). Dicho de la persona que tiene autoridad para ello: Deliberar acerca de la culpabilidad de alguien, o de la razón que le asiste en un asunto, y sentenciar lo procedente. 2 . Juicio es la facultad del alma, por la que el hombre puede distinguir el bien del mal y lo verdadero de los falso. El término griego krisis ( ) denota primeramente una separación; luego, una decisión, juicio, y especialmente el juicio divino. El verbo krino ( ), distinguir, elegir, dar una opinión acerca de, juzgar, denota en ciertas ocasiones c ondenar (Hch. 13:27: Ro. 2:27; Stg. 5:9); pero también denota separar, seleccionar; y de ahí, determinar, pronunciar juicio.
16:8,11). ¿Cómo se relaciona juzgar con d iscernir? el verbo griego anakrino ( ), distinguir, o separar con el fin de investigar (krino) examinando exhaustivamente (ana, intensivo) objetos particulares, significa, de ahí, examinar, escudriñar, interrogar, celebrar una sesión judicial preliminar anterior al juicio propio. Este primer interrogatorio, que ha de haber más a continuación, se halla presente a menudo en el uso no legal de la palabra (Lc. 23:14); figuradamente (1 Co. 4:3); se traduce con el verbo discernir en 1 Co. 2:14, de discernir o determinar la excelencia o defectos de una persona o cosa. De ahí que el juicio es el ejercicio del entendimiento en virtud del cual se puede discernir la realidad, inclusive del bien y del mal, y así formar una opinión en cuanto a la naturaleza real de alguna cosa o hecho, o el verdadero carácter moral de alguna persona. Por lo general, cuando la Biblia habla de juicio, se da por sentado que el juez es Dios. El juicio de Dios es, desde luego, infalible. Él juzga al mundo en dos dimensiones, la histórica y la escatológica. Nuestro juicio de algo o de alguien, debe entenderse como discernir, y no de condenación, pues no estamos calificados para condenar a nadie (Ro. 2:1). El reino de Dios implica justicia, y la inauguración del reino en el segundo advenimiento de Cristo involucrará juicio, como destaca Apocalipsis, y ese juicio comienza por la Iglesia (2 Co. 5:10; Ro. 14:10; 1 Pe. 4:17).
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El Espíritu Santo, dijo el Señor, convencería al mundo de (peri, con respecto a), esto es, de la realidad del juicio de Dios (Jn.
K AIROS. Término griego ( ) que significa primariamente, una medida debida, lo que es apropiado, proporción. Se utiliza de un período definido, un tiempo que presenta ciertas características, una sazón, y se traduce “oportunidad” en Gá. 6:10. Frecuentemente este término es traducido “tiempo” o “tiempos”; en
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Hechos 1:7 se traduce sazones para distinguirlo de cronos. “Pero acerca de los tiempos (cronos) y las ocasiones (kairos)” (1 Ts. 5:1). “Aprovechando bien el tiempo” (Ef. 5:16); aquí “tiempo” es kairos, un período en que hay algo apropiado. Se trata de aprovechar al máximo cada oportunidad, procurando volver cada una de ellas para el máximo provecho, ya que ninguna puede volverse a aprovechar si se deja pasar. Kairos se diferencia de cronos ( ), en que éste denota un lapso de tiempo, sea largo o corto (de donde derivan los términos castellanos cronología, cronómetro y otros), e implica duración, fecha de los acontecimientos; en cambio cuando kairos se emplea del tiempo, significa un período fijo e definido, un tiempo oportuno en sazón. Por ejemplo, en 1 Ts. 5:1, cronos se refiere a la duración del intervalo anterior a la parusía de Cristo y el intervalo de tiempo que ésta tomará, así como otros períodos; las sazones (kairos) se refiere a las características de estos períodos. Hablando en términos generales, cronos expresa la duración de un período, kairos destaca su caracterización por ciertas peculiaridades; así en Hch. 1:7: “el Padre puso en su sola potestad” tanto los tiempos (cronos), las duraciones de los períodos, como las sazones (kairos), épocas caracterizadas por ciertos acontecimientos. En 1 Ts. 5:1, “tiempos” se refiere a la duración del intervalo antes que tenga lugar la parusía (la presencia de Cristo con los santos cuando venga a recibirlos a sí mismo en el arrebatamiento), y la duración del tiempo que tomará la parusía; “sazones” se refiere a las características especiales del período antes, durante y después de la parusía. Cronos marca cantidad; kairos, calidad. En ocasiones la distinción entre las dos palabras no queda claramente distinguida, como por ejemplo, 2 Ti, 4:6, aunque incluso aquí la “partida” del apóstol da carácter al tiempo (kairos). En Apocalipsis 10:6, cronos tiene el significado de “dilación”, importante traducción para entender mejor el pasaje (estando la palabra relacionada con cronizo, tomarse tiempo,, demorarse, tardar, Mt. 24:48; 25:5; Lc. 1:21; 12:45; He. 10:37). K ARMA. (Del sánscr. karma, hecho, acción). En algunas
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religiones de la India, energía derivada de los actos que condiciona cada una de las sucesivas reencarnaciones, hasta que se alcanza la perfección. 2 . Término común a brahmanismo, hinduismo, jainismo y budismo, que se refiere a las acciones de un ser y su retribución, y al conjunto de ambas como explicación del dolor y la desigualdad en el mundo. 3 . En otras creencias, fuerza espiritual. K ENOSIS. Término griego relacionado con el verbo kenoo ( , vaciar). Expresa la vaciedad de cualquier cosa, la ausencia de aquello que pudiera ser de otra manera poseído. El término kenosis se deriva del verbo principal en Filipenses 2:7, , que a menudo traducen anonadó, pero que literalmente se vació (no de la naturaleza sino de gloria divina). Con relación a Cristo, dice en Filipenses 2:6-8 que “6 siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hom bre, se hum illó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la m uerte, y m uerte de cruz”. Cristo no se vació a sí mismo de su deidad. No dejó de ser lo que era esencial y eternamente; sino que, en su encarnación, se hizo carente de la gloria que había tenido con el Padre. Al encarnarse y tomar forma de esclavo, el Señor se “vació”, “despojó”, o “desnudó” de todas sus prerrogativas y poderes como Dios Hijo. El Señor puso a un lado el uso de sus atributos divinos; no defendió sus prerrogativas divinas, tomando la forma de un criado. Al despojarse de esa gloria y prerrogativas, Cristo asumió las limitaciones humanas inherentes a las condiciones de verdadero hombre. Pero hay que tener en cuenta que fue una limitación voluntaria y autoimpuesta. El Señor Jesucristo, desde la encarnación del Verbo divino, es tanto Dios como hombre, con dos naturalezas y dos voluntades distintas –la divina y la humana– unidas en una persona. La kenosis de Cristo, sin embargo tiene implicaciones misteriosas, que la mente finita de los hombres no alcanza a sondear. Cristo, en vez de un estado de soberanía, se sometió voluntariamente a un estado de sujeción en el cual estuvo llamado a prestar obediencia en vez de mandar. Fue un cambio de estado. Él estaba en una condición de gloria, pero se sometió a una condición de humillación. 172
K ERIGMA. (Del gr. , proclamación, declaración). En el mensaje cristiano, anuncio de Jesús, el Salvador, que se hace a los no creyentes. 2 . Contenido sustancial de la buena nueva de salvación, la muerte y resurrección de Cristo, fundamento de la fe cristiana. 3 . Término técnico del Nuevo Testamento que se refiere a la solemne y pública proclamación del misterio salvador de Jesucristo. Va dirigida a la comunidad y al individuo en su obrar, operando su conversión. K OINÉ. Término griego ( , común). Ling. Lengua común derivada del ático usada por los pueblos de cultura helénica tras la muerte de Alejandro Magno. Históricamente se distingue entre griego común, dialectos clásicos, koiné y dialectos modernos. El punto de partida de la formación del griego moderno es la koiné helenística. El texto bíblico del Nuevo Testamento fue escrito en griego koiné, a fin de que pudiera ser difundido y conocido por todos los pueblos afectados por la cultura helénica. K OINONÍA. Término griego ( ) que se traduce comunión, compañerismo, participación en común (de koinos, común), tener en común. Denota la parte que uno tiene en cualquier cosa, participación, un compañerismo reconocido y gozado; así se usa de las experiencias e intereses comunes de los cristianos. “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hch. 2:42). Se usa en señal de compañerismo. “Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión” (Gl. 2:9). Se usa en la connotación de compartir en la conciencia de los efectos de la sangre, esto es, la muerte, de Cristo y de su cuerpo, como ello es proclamado por los emblemas de la Cena del Señor. “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?” (1 Co. 10:16). Y como esas, hay otras connotaciones en la Biblia. K URIOS. Término griego ( ) que significa la posesión de poder (kuros) o autoridad. En la Escritura se traduce como “amo” 173
o “señor”, siendo un título de amplio significado que aparece en cada uno de los libros del NT, excepto en Tito y las epístolas de Juan. Se utiliza: a) de un propietario, como en Lc. 19:39, cfr. Mt.20:28; Hch. 16:16; Gá. 4:1; o de uno que tiene cosas a su disposición, como el sábado (Mt. 12:8); b) de un amo, esto es, alguien a quien debe prestársele servicio por cualquier razón (Mt. 6:24; 24:50; Ef. 6:5); c ) de un emperador o rey (Hch. 25:26; Ap. 17:14); d) de ídolos, en sentido irónico (1 Co. 8:5, cfr. Is. 26:13); e ) como título de respeto dirigido a un padre (Mt. 21:30), un marido (1 Pe. 3:6), un amo (Mt. 13:27; Lc. 13:8), un gobernante (Mt. 27:63), un ángel (Hch. 10:4; Ap. 7:14); f) como título de cortesía dirigido a un extraño (Jn. 12:21; 20:15; Hch. 16:30). Desde el comienzo de su ministerio, esta fue la forma común de tratamiento dada al Señor Jesús, tanto por el pueblo (Mt. 8:2; Jn. 4:11), como por sus discípulos (Mt. 8:25; Lc. 5:8; Jn. 6:68); g) kurios es la forma en que la LXX y el NT traducen el hebreo Y ahveh (Mt. 4:7; Stg. 5:11); y también Adon, Señor (Mt. 22:44), y Adonai, Señor (1:22); también se utiliza para traducir Elohim, Dios (1 Pe. 1:25). El mismo Cristo asumió el título de Kurios (Mt. 7:21,22; 9:38; 22:41-45; Mr. 5:19; cfr. Sal. 66:16, el pasaje paralelo de Lc. 8:39 tiene “Dios”; Lc. 19:31; Jn. 13:13), evidentemente en el sentido más elevado de su uso corriente, y al mismo tiempo sugiriendo sus asociaciones veterotestamentarias. Su propósito no se hizo evidente a los discípulos hasta después de su resurrección y la consiguiente revelación de su Deidad. Tomás, cuando se dio cuenta del significado de la presencia de una herida mortal en el cuerpo de un hombre viviente, de inmediato lo unió con el título absoluto de la Deidad, diciendo: “Señor mío, y Dios mío” (Jn. 20:28). Después de ello, excepto en Hch. 10:14 y Ap. 7:14, no hay registro de que kurios volviera a ser utilizado por los creyentes para dirigirse a nadie excepto a Dios y al Señor Jesús; cfr. Hch. 2:47 con 4:29,30. Pedro declara en su primer sermón después de la resurrección: “Dios le ha hecho Señor” (Hch. 2:36).
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L EGALISMO. Tendencia a la aplicación literal de las leyes, sin considerar otras circunstancias. El Señor Jesucristo en su obra en la cruz cambió el régimen de la letra al régimen del Espíritu. El judaísmo, cuyas raíces están en el Antiguo Testamento, enseña la justificación por el cumplimiento de la ley; pero el Cristo en su obra cambia la justicia que es por la ley a la justicia que es por la fe; es decir, de la justicia propia a la justicia de Dios manifestada por la obra de su Hijo. La iglesia primitiva fue constantemente perturbada por el problema del legalismo, particularmente en relación con la circuncisión (Hch. 11:2-3). Pablo, de una manera definitiva, trató este asunto en su carta a los Gálatas. Desde la Reforma se viene distinguiendo entre la ley y el evangelio como las dos partes de la Palabra de Dios, en su carácter de medio de gracia. “No estar bajo la ley y estar bajo la gracia significa que Dios sabe que por nosotros mismos no podemos agradar a Dios”.36 El antinomianismo es el error que en el otro extremo se opone al legalismo. L EXICÓN. Diccionario. Libro que explica voces de forma ordenada. L IBERACIÓN. Acción de poner en libertad. En Cristo somos libres; por eso el término griego soteria denota también liberación, preservación, salvación; aunque en casi todos los pasajes bíblicos se traduce salvación, RVR lo traduce “liberación” en Filipenses 1:19, al referirse al cautiverio del apóstol Pablo. El Señor Jesucristo “se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gl. 1:4). Aquí el griego usa el verbo exaireo ( ), tomar afuera, sacar para uno mismo (Cristo nos saca del mundo para sí mismo); de ahí, librar, rescatar, teniendo la persona que así actúa un interés especial en el resultado de su acción. El acto de Dios de librar a los creyentes “del presente siglo malo”, indicándose su placer en el resultado de la liberación de ellos. Significa librar rescatando del peligro (Hch. 12:11; 23:27; 26:17); de la esclavitud (Hch. 7:10,34). L IBERALISMO TEOLÓGICO. Hist. Durante los siglos XVI-XVIII tuvieron lugar en Europa profundos cambios económicos y sociales 36
Gino Iafrancesco. Provisiones tras la Cruz. Capítulo 11: El antinomianismo. Pág. 138. 175
que, cuando adquirieron su pleno desarrollo, significaron la liquidación del viejo orden feudal y el inicio de las relaciones capitalistas de producción. Los descubrimientos geográficos, con la consiguiente ampliación de mercados, el auge del comercio mundial, el aumento de la producción agrícola, la revolución científica y los inventos técnicos fueron los factores más importantes que contribuyeron al desarrollo de las fuerzas productivas y a la acumulación primitiva del capital, base de la Revolución industrial de fines del s. XVIII y s. XIX. Fue una nueva clase social la que impulsó estas profundas transformaciones; la burguesía comercial e industrial. Nuevas costumbres, mentalidades e ideologías se abrieron paso en lucha con los principios de la sociedad feudal. La uniformidad de las creencias religiosas dio paso a la variedad de credos, incluida la tolerancia del escepticismo; el orden divino fue sustituido por el culto abierto a la naturaleza humana. Así se fue abriendo paso al liberalismo teológico, propugnado por agnósticos y deístas; se empezó a hablar de las supersticiones irracionales que han sido impuestas por los sacerdotes de diferentes religiones. Estas supersticiones incluyen lo que los deístas llaman los elementos irracionales en la revelación cristiana. La ley de la naturaleza, la ley de Dios, puede ser discernida por la razón y ha de ser obedecida. El liberalismo teológico ignora la revelación proposicional divina; de manera que el seguir la razón es ser librado de los grillos de la superstición. Por lo tanto el hombre tiene que ser un “libre pensador”, es decir, tiene que insistir en su derecho de traer todas las creencias ante el tribunal de la razón, y tiene que ser libertado de las inhibiciones que pudieran refrenar el uso de intelecto. Obviamente estos pensadores no tenían en su manera de pensar lugar para las centrales convicciones cristianas, tales como la encarnación del Verbo de Dios y la gracia divina. L IBERTAD. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. Libertad cristiana. “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gá.5:1). La libertad cristiana es una consecuencia de la salvación por la gracia, y le es asegurada al creyente por medio de 176
Jesucristo (Col.1:13; Gá.4:3-5). Es liberación: 1 ) de la ley (Ro.7:6; 8:2); 2 ) de la maldición de la ley (Gá. 3:13); 3 ) del temor a la muerte (He. 2:15); 4 ) del pecado (Ro. 6:7,18); 5 ) del yugo de las ordenanzas ceremoniales del Antiguo Testamento (Gá.4:3; Col.2:20). Pero la libertad no ha de usarse como excusa para el pecado, no debe convertirse en libertinaje. Si bien el creyente debe resistir cualquier amenaza a su auténtica libertad en el evangelio, también debe recordar que esa misma libertad lo ha colocado en una posición de total sujeción a Cristo, de quien es siervo y a quien siempre debe obedecer (Ro. 12:1). Paradójicamente, el cristiano descubre su mayor libertad siento esclavo de Jesucristo. El Señor Jesús dijo: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn.8:32). Tanto en el Antiguo Testamento cono en el Nuevo el significado de la verdadera libertad sólo se encuentra en la filiación divina. La libertad cristiana tiene su relación estrecha con el libre albedrío, que es la potestad de obrar por reflexión y elección; también se dice de cuando se toma una determinación arbitraria, caprichosa. La Biblia declara que Dios ha decidido para el hombre el curso de su vida; revela claramente que Dios ha decretado los actos libres del hombre; pero también declara que los actores, a pesar de eso, son libres y por tanto, responsables de sus actos (Gé. 50:19,20; Hch. 2:23; 4:27,28). Tenemos el caso de Judas Iscariote. Las Escrituras dicen que Jesús sabía que Judas lo entregaría, aun antes de escogerlo como discípulo (Jn. 6:64,70,71). Es difícil reconciliar el libre albedrío que Judas ejerció al traicionar a Cristo con la predestinación divina que lo llevó a hacerlo (Hch.1:15-17,20). No obstante, ambos aparecen en las Escrituras. Mateo y Lucas dan detalles de la muerte de Judas (Mt.27:3-10; Hch.1:16-20). Aunque es difícil unir en uno los dos relatos, se acepta que Judas cosechó el resultado que correspondía a su traición, su vida e historia quedan como advertencia constante contra la traición a Jesús. En Filipenses 2:12,13, Pablo subraya tanto la responsabilidad (libre albedrío) del hombre como la soberanía absoluta de Dios. Insta a los filipenses a que se ocupen en su salvación como si fueran plenamente responsables y capaces de hacer el bien por su propio esfuerzo. Pero a renglón seguido agrega porque Dios es el que en vosotros produce... por su buena voluntad, como si Dios asumiera toda la 177
responsabilidad. Subraya con igual firmeza la plena responsabilidad (libre albedrío) del ser humano y la soberanía sin límites de Dios, por más paradójico que parezca. En realidad, estos dos versículos armonizan entre sí cuando se reconoce que porque Dios obra en los creyentes y pone su gracia a su disposición, pueden ellos alcanzar los propósitos para los cuales Dios los salvó. Vea Efesios 2:10. L ÍTOTES o L ITOTES. (Del lat. litotes, y este del gr. , de litós, tenue). Ret. Atenuación. Figura retórica que consiste en «una combinación perifrástica del énfasis y la ironía... se expresa mediante la negación de lo contrario» (H. Lausberg). Así, se utiliza el término «no pequeño» para eludir el empleo del término «grande». Entonces el lítote consiste en afirmar una cosa negando su contraria. Por ejemplo, quien venga a Jesús con corazón creyente, nunca tendrá hambre ni sed (Cfr. Juan 6:35). El significado es que la persona en cuestión recibirá completa y perdurable satisfacción espiritual, y perfecta paz en su alma. L ITURGIA. (Del lat. liturgia, y este del gr. , servicio público, un deber público, culto, servicio a Dios). Orden y forma con que se llevan a cabo las ceremonias de culto en las distintas religiones. 2 . Ritual de ceremonias o actos solemnes no religiosos. Esta palabra griega involucra la vida devocional, la diaconal, la cultual, y era usaba con referencia a los servicios religiosos en el templo judío (2 Crónicas 8:14, según la Septuaginta), y en el Nuevo Testamento en Filipenses 2:17. El catolicismo romano ha exagerado la parte litúrgica de sus cultos. Las iglesias protestantes oficiales también tienen elaborada una liturgia para todos los cultos, pero en las llamadas iglesias libres, solamente es usada en catos oficiosos como bodas, entierros o bautismos. Las iglesias de Hermanos y pentecostales suelen prescindir totalmente de liturgia, celebrando sencillos cultos espontáneos, aun para dichos actos. L LENURA DEL E S PÍRITU S ANTO. “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” (Ef.5:18). Todos los creyentes son sellados por el Espíritu Santo cuando son regenerados (Ef. 1:13,14); pero no todos están llenos del Espíritu, sino que hay quienes permanecen en un estado carnal y llevan una vida vencida (1 Co. 3:1). (Según Ro. 8:6, vivir permanentemente en la carne es muestra de falta de regeneración). 178
Sin embargo, la meta y el ideal de la vida cristiana es estar siempre llenos y bajo la conducción del Espíritu Santo. Esto se alcanza cuando el creyente: 1) está limpio de todo pecado, el indispensable primer paso (1 Jn. 1:7-9; 2 Co. 7:1); 2) se somete o se entrega plenamente a la conducción de Dios, sin reserva alguna (Ro. 12:1; 6:13); 3) cree que Dios llenará con su Espíritu a todo el que confiese su pecado y se rinda a Él (cfr. Ro. 4:20-22); 4) apropiándose por fe de la certeza de que ya ha sido llenado por el Espíritu y se conduce de acuerdo con ese hecho. Sólo el pecado puede destruir esta calidad de vida en el Espíritu. L ÓGICA. (Del gr. ). Ciencia que expone las leyes, modos y formas del conocimiento científico. Con frecuencia se define a la lógica como el estudio de «las formas del conocimiento en general y del conocimiento científico en particular», mostrando así la especial atención que se dedica a las estructuras del conocimiento científico, a causa del lugar preponderante que éste ocupa en la consideración de la realidad por parte del hombre, consideración que le permite, en último término, actuar sobre ella. Conviene deslindar el objeto de la lógica del de otras disciplinas que, a veces, se han presentado en conjunción con ella, tales como la teoría del conocimiento, ciencia de la trascendencia del conocimiento, es decir, de la relación de éste con lo conocido, la psicología, a la que interesa el conocer como función, y la metafísica, que en ciertos momentos se ha presentado bajo el título de lógica. La primera elaboración sistemática de esta disciplina se debe al Organon de Aristóteles, obra que durante mucho tiempo se ha considerado definitiva en la materia y que todavía hoy, con ligeros añadidos, mantiene su vigencia en ciertos círculos neoescolásticos. Este tipo de lógica se conoce como lógica tradicional. Sus capítulos fundamentales son el estudio del concepto, el juicio y el razonamiento, especialmente el deductivo, tema que fue ya ampliamente desarrollado por el Estagirita. Las aportaciones estrictamente lógicas, es decir, formales, son escasas en las escuelas post-aristotélicas y medievales, aunque en modo alguno despreciables. Los estoicos, por ejemplo, desarrollaron una importante lógica de enunciados (o sentencial), y, en un terreno distinto, Ramón Llull intento reducir el razonamiento a cálculo. En el s. XIX se produce un cambio de orientación que condujo a la 179
lógica contemporánea, llamada algunas veces logística, lógica simbólica o lógica m atem ática. El primer nombre (hoy en desuso) responde al deseo de establecer diferencias entre la nueva lógica y la tradicional; simbólica pone de relieve el hecho de que utilice un lenguaje artificial, constituido por símbolos que representan estructuras formales, y matemática expresa su estrecha relación con esa ciencia, ya que surgió de los avances de ella (especialmente del álgebra). Los capítulos de la lógica contemporánea no se ajustan a los de la lógica clásica: falta en ella la consideración del concepto; se estudian las conexiones entre los enunciados, que es lo que se llama lógica de enunciados o sentencial; la estructura de dichos enunciados, que constituye la lógica proposicional, en la que se introducen símbolos cuantificadores, lo cual hace que se conozca como lógica cuantificacional; al añadir a la anterior la consideración de la extensión, da lugar a la lógica de clases; el estudio de las relaciones entre los elementos de la proposición es el objeto de la lógica de las relaciones. L OGIÓN. (gr. ). Diminutivo de logos; palabra, narración, declaración. Denota una respuesta o declaración divina, oráculo. Se utiliza de: a) el contenido de la ley de Moisés (Hch. 7:38); b) todas las declaraciones escritas de Dios por medio de los escritores del AT (Ro. 3:2); c ) el contenido de la doctrina cristiana (He. 5:12); d) las declaraciones de Dios por medio de maestros cristianos (1 Pe. 4:11). Se dice de las sentencias o frases del Señor en el evangelio apócrifo de Tomás. Dios daba sus declaraciones por medio del pectoral del Sumo Sacerdote, en relación con el culto del tabernáculo; y en la LXX se utiliza el término relacionado logeion en Éx. 28:15, para describir el pectoral. L OGOS. (Del gr. ). Fil. Término griego que equivale a palabra, concepto, idea, significación, lenguaje, discurso, pensamiento, razón, juicio, proposición, razón de ser o fundamento. 2 . Discurso que da razón de las cosas. 3 . Razón, principio racional de universo. 4 . En la teología cristiana, Verbo. El término logos deriva del verbo légein, que significó ordinariamente recoger, reunir, y posteriormente, hablar, decir, como implicando ya que el lenguaje expresa el sentido que da el 180
pensamiento a la realidad comprendida. Se suele considerar que el origen de la filosofía y la ciencia en el pensamiento griego constituye el paso del mito, interpretación religiosa o fantástica de la realidad (es decir, a partir de elementos ajenos a ella), al logos, interpretación racional por cuanto la razón humana capta la ley, el orden inherente a las cosas, su razón íntima. El término aparece, con este sentido, de manera explícita en Heráclito y en los estoicos. El pensamiento cristiano recoge el sentido de logos como instrumento de revelación de la autentica realidad a la inteligencia (sentido de origen neoplatónico) y lo identifica con la segunda Persona de la Trinidad (Verbum). En el pensamiento moderno, el término logos, como realidad inteligible, ha tomado sentidos epistemológicos y ontológicos (Husserl, Heidegger, etc.). Logos es aquello que es conocido en la mente y conocido por expresarlo. No se puede pensar sin tener un pensamiento, y logos se emplea para denotar aquello, y su expresión; es el tema y la forma del pensamiento y de la expresión, así como la expresión de ello. Es una palabra tan inclusiva que es muy difícil de abarcar. Logos se emplea como título del Hijo de Dios, traduciéndose Verbo (Jn. 1:1,14; 1 Jn. 1:1; Ap. 19:13). «Heráclito (500 a.C.) usó el término logos para designar una norma o principio racional que penetra y gobierna el Universo entero. Este concepto fue recogido y divulgado por los estoicos platónicos. Filón de Alejandría encontró esta palabra muy útil para sus elucubraciones filosóficas sobre la religión judía, como un agente intermediario entre Dios y el mundo. En el primitivo pensamiento cristiano, la más notable aplicación del concepto de Logos aparece en el evangelio de Juan 1:1, en el cual el Logos es equiparado a Dios desde toda la eternidad. Los apologistas cristianos se aprovecharon de la idea de Logos para demostrar que el cristianismo era perfectamente aceptable desde el punto de vista de la filosofía helénica. Atanasio usó también muy eficazmente el concepto de Logos en su Cristología».37
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Enciclopedia ilustrada de historia de la Iglesia. Vila, CLIE, 1979, pág. 422. 181
M M ADUREZ ESPIRITUAL. Como en la esfera natural, también en la espiritual se nace (regeneración) y se experimenta crecimiento; por eso la Palabra de Dios habla de dos maneras cristianas de andar: creyentes que son niños (carnales), y creyentes maduros (espirituales). El creyente carnal es aquel convertido cuya vida es carnal (sarkinos), porque está bajo el dominio del sarx, su naturaleza de autoconfianza y autocomplacencia. Este creyente no anda en plena comunión con el Señor Jesús ni está enteramente sometido al Espíritu de Dios. No está lleno del Espíritu, aunque debiera estarlo (Ef. 5:18); su vida tampoco refleja el fruto del Espíritu (Gá. 5:22,23). El cristiano espiritual (pneumatikós) es aquel cuya vida está rendida a Dios, a cuya voluntad está sujeta la propia. Está lleno del Espíritu y quienes lo rodean pueden ver las pruebas de su vitalidad espiritual, porque produce el fruto del Espíritu en su vida. El creyente carnal corresponde a las vírgenes insensatas, y el creyente espiritual, a las vírgenes prudentes, que tenían aceite en su lámparas (espíritu humano) y en su vasijas (alma). M AGMA. Del gr. , pasta, ungüento). Sustancia espesa que sirve de soporte a los tejidos o a ciertas formaciones inorgánicas y que permanece después de exprimir las partes más fluidas de aquellos. 2 . Geol. Masa ígnea en fusión existente en el interior de la Tierra, que se consolida por enfriamiento. M AHOMETISMO. Islamismo.
Religión
fundada
por
Mahoma.
Ver
M ANIQUEÍSMO. Secta de los maniqueos. 2 . Peyor. Tendencia a interpretar la realidad sobre la base de una valoración dicotómica. Manes o Maniqueo (216-276), su fundador, fue un aristócrata persa educado en Babilonia, en donde tuvo la idea de perfeccionar las enseñanzas del parsismo38 de Zoroastro y mezclarlas con las del cristianismo y el judaísmo, dando como resultado lo que él llamó los dos principios divinos o reinos, el del bien y del mal, uno de luz y 38
Ver Mazdeísmo. 182
otro de tinieblas, que luchan en el mundo, y que tienen igual origen y similares poderes. Manes enseñaba unas doctrinas emanantistas; decía que “Ormuz”, dios de luz y bondad, vivía en su propio reino rodeado por millares de seres resplandecientes que habían emanado de él. “Ahriman”, dios de las tinieblas, maldad y desorden, vivía en medio de sus príncipes turbulentos y guerreros. En una ocasión estas fuerzas de las tinieblas se acercaron por casualidad al reino de luz y procuraron invadirlo y robar su luz. Para proteger su reino, “Ormuz” hizo emanar de sí la “Madre de Vida”, quien produjo el “Hombre Primitivo” (no Adán, sino un prototipo de la raza humana). Este hombre guerreaba contra las fuerzas de las tinieblas, pero fue vencido por ellas, y aunque fue rescatado por la intervención del “Espíritu Viviente”, perdió sin embargo algo de su luz. La mezcla de esta luz o espíritu celestial con la materia muerta del reino de las tinieblas produjo su organización en vida vegetal y animal. El “Dios de Luz” puso entonces en el sol y en la luna su “Alma pura” o “Espíritu de Luz” (que en el sistema maniqueo corresponde al Cristo celestial). Las doctrinas de Manes estaban asociadas con el dualismo persa; también rechazaban a Jesús, y en cambio tenían un "espíritu del sol" al que llamaban el "Cristo celestial".
al ser hijo de un obispo, haya sido criado en el marco de las enseñanzas cristianas. Habiendo ingresado a la iglesia en Roma, hizo allí una generosa dádiva; pero más tarde empezó a enseñar los errores que le dieron tanta fama, y después de haber sido separado de la comunión de la iglesia alrededor del año 144, fundó su propio movimiento eclesiástico rival al cristianismo ortodoxo, con una influencia en muchas partes del Imperio Romano de casi unos dos siglos. No se conoce mucho acerca de la personalidad de Marción sino a través de los escritos y testimonios de Ireneo, Hipólito y Tertuliano, quienes lo combatieron y pusieron las bases para una explicación sistemática de la fe cristiana y su diferencia con un sistema filosófico. Tengamos muy en cuenta que el Evangelio es revelación, no filosofía. Entre las características dignas de mención del gnosticismo de Marción tenemos la obligatoriedad de la continencia y el voto de virginidad (celibato), el rechazo del Antiguo Testamento y su reducción de las Escrituras al Evangelio de Lucas y a las epístolas de San Pablo, pero no sin antes expurgar de ellas lo que él consideraba añadiduras. Oponía al Dios "terrible" del Antiguo Testamento, el Dios "bueno" del Nuevo Testamento, Dios de amor que se había mantenido escondido hasta que se reveló en Cristo.
M ARCIÓN. Rico y prominente hereje del siglo II. El nombre más famoso entre los primeros dirigentes gnósticos. Cristológicamente era docetista. Hijo del obispo de Sinope, puerto en el Ponto, en la costa sur del mar Negro, y propietario allí de barcos. Se supone que
Es curiosa la concepción marcionista acerca de Dios. Marción relacionaba las palabras del Señor Jesús en el sentido de que un árbol bueno no puede producir frutos malos, para enseñar que este mundo lleno de sufrimientos y maldad, no puede ser obra sino de un ser malvado y no de un Dios bueno; y a ese Dios creador de los judíos, que se gozaba con los sacrificios sangrientos, lo designaba con la palabra platónica Demiurgo. Los marcionistas rechazaban la salvación por gracia, a través de la fe obtenida en la justificación por Cristo, sino por una especie de ciencia o conocimiento (gnosis) superior, privilegio de unos pocos iniciados. De acuerdo con estas enrevesadas opiniones, Cristo no tenía ninguna relación con el Demiurgo, y por lo tanto no nació como los hombres, criaturas del Demiurgo, y, por consiguiente, a la manera de los fantasmas, sólo parecía que tuviera cuerpo. Para Marción, Cristo no vino a liberar a los hombres de la esclavitud satánica, sino del gobierno del malévolo, tirano y legalista Demiurgo.
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Manes llegó a la convicción de ser comisionado por una visión divina para ser profeta; y se dice que encabezaba sus cartas con "Manes, Apóstol de Jesucristo", y declaraba asimismo ser el Paracleto prometido por el Señor Jesús, o bien que el Paracleto hablaba a través de él. Los maniqueos formaban sociedades similares a las iglesias cristianas, y cultivaban el celibato; como las doctrinas de tipo esotérico, prohibían comer carne; también eran severos en el ascetismo. Agustín de Hipona, uno de los más importantes teólogos de la Iglesia, era maniqueo antes de su conversión, pero el maniqueísmo no satisfizo los interrogantes y la búsqueda espiritual que en su oportunidad lo acuciaba.
Herejías como la de Marción, quien mutilaba la Biblia, llevaron a los grandes hombres de Dios a interesarse por distinguir entre los auténticos y los falsos escritos inspirados, y en la fijación definitiva del canon. Es la época también en que empezaban a aparecer los credos o confesiones de fe, especie de cortas síntesis de doctrinas esenciales de la fe cristiana, dirigidas en especial para los catecúmenos y candidatos al bautismo. M ASONERÍA. (Del fr. maçón, albañil). Asociación secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua, usan emblemas y signos especiales, y se agrupan en entidades llamadas logias. 2 . Sociedad secreta de origen medieval inicialmente de tipo laboral, posteriormente filantrópica y filosófica, y finalmente política. Sus miembros, reclutados tras un período de iniciación, son agrupados en logias y, organizados en una estructura jerárquica, se ayudan mutuamente, se reconocen mediante signos y emblemas secretos y practican un ritual esotérico. Las logias suelen reconocer la autoridad de un organismo superior denominado Gran Logia o, algunas veces, Gran Oriente. La masonería tiene una graduación en su jerarquía, en su iniciación. Por ejemplo el rito escocés habla de los 33 grados; tres veces 11, Dios y los 10 séfiroths, o emanaciones sucesivas de Dios; pues los masones son emanantistas. Además del rito escocés, existen otros ritos como el de York, el de Mizraim, el de los Caballeros de Kify, los Caballeros de Colón, la masonería negra, la roja, la blanca, la azul; eso es de acuerdo a su teogonía u orientación teológica. Los orígenes de la masonería son muy oscuros y han sido desfigurados por una serie de leyendas. Hoy día, la opinión más generalizada es que hay que buscarlos en los antiguos gremios de los albañiles ingleses. A mediados del siglo XVII se permitió la entrada en dichos gremios a individuos que no pertenecían a la profesión. Estos nuevos miembros no tardaron en controlar algunas logias y transformaron las asociaciones en sociedades más o menos especulativas. En 1717 se organizó en Londres la primera Gran Logia y se eligió un Gran Maestre. La nueva sociedad promulgó un código que obligaba a sus miembros a reconocer la existencia de Dios y el sistema de gobierno establecido en el país y a practicar la mutua fraternidad. Desde Inglaterra, la masonería se extendió a 185
otros países. Pero lo mismo en Inglaterra que en las demás naciones, surgieron una serie de logias y grandes logias relativamente independientes. Durante el s. XVIII, la masonería extendió sus ideales de fraternidad entre los ilustrados, y en Francia muchos de sus miembros defendieron la tolerancia religiosa. En España, la masonería se introdujo en el s. XVIII entre los elementos ilustrados, y durante el reinado de Fernando VII controló las organizaciones liberales que intentaron imponer la monarquía constitucional. La iglesia católica romana condenó varias veces la masonería, basándose en el carácter anticlerical que siempre tuvo en los países latinos. Pero se sabe que la masonería se introdujo fuertemente en la curia vaticana. Durante la primera mitad del s. XX sirvió de base a los partidos de izquierda burgueses, y fue atacada tanto por la extrema derecha como por la extrema izquierda. M ASOQUISMO. (De L. von Sacher-Masoch, 1836-1895, novelista austríaco). Perversión sexual de quien goza con verse humillado o maltratado por otra persona. 2 . Cualquier otra complacencia en sentirse maltratado, disminuido o humillado en cualquier suceso o actividad. Psiq. La noción de masoquismo pasó a ocupar un lugar importante en la psicología a partir de Freud y el psicoanálisis. Aunque a veces encubierto o transformado, es un componente significativo de la sexualidad en general. Los psicoanalistas han identificado numerosos elementos masoquistas en una amplísima gama de conductas sexuales. La misma sexualidad infantil estaría impregnada de componentes de naturaleza masoquista más o menos rudimentaria. Hablan también de un «masoquismo moral» para referirse a un tipo de comportamiento en el cual el sujeto, motivado por un sentimiento inconsciente de culpabilidad, desempeña, o trata de desempeñar, el papel de víctima, sin que necesariamente implique cualquier actividad placentera o sexual. M ASORA. (Del hebreo massoráh, tradición). Es el examen críticofilológico de los rabinos, o doctores judíos, efectuado en el texto hebreo de la Biblia, para conservar su genuina ortografía, pronunciación y dicción del antiguo texto hebreo.
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Mas o ra p arva (la masora pequeña) es la que aparece al margen lateral de los códices bíblicos hebraicos, con información acerca de la pronunciación y otras cosas, que proviene de las casas masoréticas de Tiberias, Ben-Aser y Ben-Neftalí. Masora magna (Gedoláh) (la masora grande) se coloca debajo del texto bíblico hebraico, antes del aparato crítico, y que en la Biblia hebraica Sttugartensia, remite a un volumen aparte. M ASORETA. (De massoráh, tradición). Masoreta es cada uno de los gramáticos eruditos hebreos que, recogiendo las seculares tradiciones precristianas, se ocuparon asiduamente, durante los siglos VI al X, en fijar, por medio de vocales que añadieron, la verdadera lectura del Antiguo Testamento, en dividir y estudiar los libros, partes, secciones, versículos, palabras, letras y mociones del texto sagrado hebreo, fijando los caracteres gramaticales de cada una de las materias clasificadas, su número, su posición y sus concordancias y diferencias. Se debe tener en cuenta que los originales de todos los libros del Antiguo Testamento se han perdido, de modo que la fuente principal en la restauración del original hebreo es el texto masorético. M ASQUIL . Término hebreo que aparece en los títulos de trece salmos: 32, 42, 44, 45, 52-55, 74, 78, 88, 89 y 142. Su significado es incierto. Según algunos, significa “instrucción”; en este caso sería un poema contemplativo, meditativo o didáctico, una composición que expone intuiciones divinas. M ATERIALISMO. Doctrina según la cual la única realidad es la materia. 2 . Materialismo dialéctico. Concepción filosófica formulada por Engels hacia 1840, y considerada la base de ciertos tipos de marxismo, entre ellos el llamado ortodoxo. 3. Materialis m o his t ó ric o es la versión marxista de la dialéctica idealista hegeliana, interpretada como económica y basada en la relación de producción y trabajo. Nombre con que a veces se designa la concepción de la historia en el marxismo, e incluso en la obra de Marx. Fil. Dada la ambigüedad del término materia y la acumulación de sentidos que ha recibido en el transcurso de la historia, el derivado materialismo puede tener diversos sentidos. En primer 187
lugar, se ha de distinguir un materialismo en sentido estricta y técnicamente filosófico, de un sentido cotidiano, vulgar y, en general peyorativo, de materialismo en el ámbito moral. En este último caso se parte de la convicción de una cierta maldad de la materia, contrapuesta a la bondad del espíritu, y se califica como materialismo toda actitud pragmática orientada exclusivamente a la obtención de un determinado beneficio de índole primaria. Se opone a espiritualismo e idealismo. Filosóficamente, materialismo consiste en identificar realidad auténtica o fundamento de toda realidad con materia. Los fenómenos, por tanto, sólo admitirán explicaciones basadas en las propiedades y leyes que rijan para la materia, tanto en el terreno físico como en el psíquico. Sin embargo, conviene distinguir un materialismo ontológico, un monismo que afirme que, en último término, «todo es materia», de un materialismo epistemológico que considere que todos los fenómenos son cognoscibles en la medida en que se entiendan como materia y no se acuda a entidades transfísicas de ningún tipo para explicarlos. Los materialistas mecanicistas (La Mettrie, Holbach, etc.) se encontrarían entre los primeros, y los psicólogos conductistas y un gran número de filósofos de la ciencia entre los segundos. El materialismo actual sostiene que la materia siempre existió: Hegel, Feuerbach, y Marx con su materialismo dialéctico. Materialismo dialéctico. El materialismo dialéctico quiere ser una síntesis del materialismo (no mecanicista, no metafísico) y de la dialéctica de los procesos reales (no idealista), con lo que la dialéctica penetra al materialismo y éste a la dialéctica. El término «materialismo» indica una visión material de la naturaleza; el «dialéctico», una comprensión dinámica de los procesos de la materia: movimiento, cambio y evolución o paso de las formas más simples (inferiores) a las más complejas (superiores), tales como la vida y el pensamiento. El materialismo dialéctico indica, a la vez, las «leyes generales» conforme a las cuales la materia se transforma. En tanto que sistema monista, inmanentista y dialéctico, se estructura en una unidad que comprende el ser, el mundo objetivo y la conciencia que lo refleja, con lo que se erige en una lógica y en una teoría del conocimiento; ésta, a su vez, abarca la «praxis». El materialismo dialéctico supone: la historicidad de las 188
categorías del pensamiento, la dialectización de la lógica (inherencia del movimiento en el conocimiento) y la relación interna de lo absoluto y lo relativo en los resultados (verdades) de la ciencia. Materialismo histórico. En el sentido propio del marxismo llamado ortodoxo, se entiende por materialismo histórico el estudio de los principios y leyes generales del materialismo dialéctico en su acción en el campo de la historia. Sin embargo, la concepción materialista de la historia referida a la obra de K. Marx consiste en el estudio de los hechos históricos basado en factores materiales, reales (p. ej., las relaciones económicas), que, si bien condicionan la realidad humana, pueden ser subvertidos por el hombre, agente de la historia. M AYÉUTICA. (Del gr. , perito en partos). Arte de partear. Fil. Nombre con que Sócrates designaba su método para descubrir la verdad. Consistía en someter a su interlocutor a una serie de preguntas, a través de las cuales él mismo encontraba la verdadera respuesta a la cuestión debatida. Implica la reminiscencia, pues mediante esas preguntas, el maestro va haciendo que el discípulo descubra nociones que en él estaban latentes. M AYORDOMÍA. El griego oikonomía [ ] se traduce mayordomía en Lucas 16:2,3,4. Mayordomo (del griego epitropos [ ]) es alguien a cuyo cuidado se encomienda algo (epi, sobre; trepo, girar, dirigir), como en Mateo 20:8. El Señor nos entrega bienes y talentos para que los administremos y los pongamos a rendir mientras Él regresa. En la parábola de Lc. 12:41-48 vemos que ningún cristiano debe dejar de cumplir concienzudamente la voluntad de Dios. Cristo afirma también que habrá un juicio para los siervos de Dios; recompensa para los servidores fieles, y justo castigo para los infieles y negligentes. Este juicio no tiene nada que ver con la salvación, que es un regalo eterno de Dios. “Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel” (1 Co. 4:2). M AZDEÍSMO. (Del zenda mazdáo, omnisciente, o del avéstico [Ahura] Mazda, nombre de la divinidad suprema de esta religión). Religión dualista de los antiguos persas, que creían en la existencia de dos principios divinos, uno bueno, Ormuz, creador del mundo, y otro malo, Ahrimán, destructor. Parece que el mazdeísmo tuvo su 189
origen entre los medos y se extendió entre los partos y bactrianos. Adoptada por los persas en la época de los aqueménidas, fue la religión dominante hasta la caída de los sasánidas (642). Desapareció con la conquista de Persia por el califa musulmán Omar, pero es todavía la religión de los parsis, en la región de Bombay. Religión esencialmente dualista: dos principios se dividen el mundo: el bueno, Ahura-Mazda (Ormuz) y el malo. Ahrimán (Ahra-Many). Estos principios contrarios luchan entre sí, con la consiguiente victoria del Bien al fin del mundo, edificándose un nuevo universo. El hombre, a semejanza del mensaje divino, debe luchar, pero con plena libertad, en favor de uno o de otro. Al morir, el hombre es juzgado según su conducta y castigado o premiado de acuerdo con ella. El paraíso o infierno no son eternos. Al final de los tiempos sucederá la conflagración universal, y el mundo será invadido por el fuego (el río de metal fundido) y todos, ya purificados, buenos y malos, resucitarán con sus cuerpos y se unirán a sus almas. Este dualismo persa, que dio origen al maniqueísmo, al priscilianismo y a la herejía de los albigenses, fue revelado por Ahura-Mazda a Zarathustra, quien lo propagó por el país persa (vivió posiblemente entre los s. VII y VI). Sus enseñanzas fueron consignadas en la colección de Avesta, sólo conocida por los gathas (una obra más lírica que didáctica, pero de la que se puede extraer un cuerpo sistemático de enseñanzas), que la tradición oral conservó hasta la época sasánida, cuando el Libro Sagrado, quemado por Alejandro, fue reconstruido de memoria. El Avesta, en su forma actual, amalgama en la que subsisten muchos elementos tradicionales y las aportaciones de Zarathustra, sólo permite distinguir de forma imperfecta la verdadera religión primitiva de las aportaciones posteriores o de las del mismo Zarathustra. M ÉDIUM. (Del latín medium, medio). Persona a la que se considera dotada de facultades paranormales que le permiten actuar de mediadora en la consecución de fenómenos parapsicológicos o de hipotéticas comunicaciones con los espíritus. M ETAFÍSICA. (Del gr. tardío , después de los [libros] físicos, designación que se aplicó en la ordenación de las 190
obras de Aristóteles a los libros de la filosofía primera). Fil. Forma peculiar de saber, parte de la filosofía y, en sentido amplio, ciencia que trata del ser en cuanto tal y de sus propiedades, principios y causas primeras. 2 . Modo de discurrir con demasiada sutileza en cualquier materia. 3 . Cosa que así se discurre. Fil. En la definición de metafísica, el término ciencia está utilizado en el sentido de conocimiento de un objeto por causas, y el nombre adecuado, siguiendo la práctica corriente, para esta disciplina sería el de ontología (etimológicamente, estudio del ente). Este último término da una caracterización más concreta del tipo de estudio que pueda ser la metafísica y, aún actualmente después de su crisis como ciencia, tiene una connotación positiva en el campo del conocimiento como teoría de los objetos en general (p. ej., en Quine). Sin embargo, el término metafísica conlleva con frecuencia connotaciones negativas en el sentido de transfísica o estudio puramente especulativo, alejado de la realidad concreta. El nombre de metafísica fue dado de manera convencional a la parte de la obra de Aristóteles, colocada después de la física, que trataba del ente y a la que él llamaba ciencia primera (ciencia general, en contraposición a las ciencias particulares) y a veces teología. Antiguamente, pues, se entendía por metafísica la ciencia general y primera, explicación profunda y auténtica de la realidad en sí misma; en tal sentido, es casi sinónimo de filosofía. La crisis de la metafísica (u ontología) se va gestando a medida que los diversos campos del saber se van constituyendo en ciencias particulares y el sentido del conocimiento se precisa como conocimiento científico. Kant cierra este proceso en cierta manera al concluir la imposibilidad de la metafísica como ciencia, que queda así como un estudio de índole distinta al científico. En el pensamiento del s. XX, el neopositivismo rechaza toda metafísica, mientras que se encuentran profundos análisis ontológicos en la antropología filosófica (existencialismo). M ETÁFORA. (Del gr. , traslación). Tropo que establece una comparación tácita entre dos términos distintos. 2 . Tropo que consiste en trasladar el sentido recto de las voces a otro figurado, en virtud de una comparación tácita; p. ej., Las perlas del rocío. La primavera de la vida. Refrenar las pasiones. 3. 191
Aplicación de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no denota literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y facilitar su comprensión; p. ej., el átomo es un sistema solar en miniatura. Ret. Alegoría en que unas palabras se toman en sentido recto y otras en sentido figurado. M ETALENGUAJE. (De meta- y lenguaje). Lenguaje empleado para estudiar las propiedades del mismo o de otro lenguaje. 2 . Lenguaje utilizado para describir un sistema de lenguaje de programación. 3 . Ling. Lenguaje que se usa para hablar del lenguaje. 4 . Lóg. Si se considera que el lenguaje natural está constituido por signos que equivalen a objetos (lo que se llama lenguaje-objeto), la formulación de la sintaxis de dicho lenguaje será un metalenguaje del primero, y su estructura podrá a su vez ser descrita por otro lenguaje, constituyéndose así una jerarquía de ellos. Las afirmaciones de tipo semántico o pragmático componen también metalenguajes. La lógica contemporánea utiliza el concepto de metalenguaje para resolver las paradojas que produce la utilización de los signos lingüísticos sin distinguir entre uso y mención, a la vez que para encontrar un camino para hablar de la forma de las proposiciones, posibilidad que había sido explícitamente negada en el Tractatus logico-philosophicus de Eittgenstein. A. Tarski y R. Carnap se han ocupado especialmente de la problemática de los metalenguajes. El metalenguaje o función metalingüística, según terminología de R. Jakobson, se utiliza para analizar científicamente el lenguaje; p. ej. en Llover es un verbo impersonal, llover no cumple una función denotativa, sino que interesa por su funcionamiento sintáctico dentro del sistema lingüístico. M ETALEPSIS. (Del gr. , cambio). Ret. Tropo, especie de metonimia, que consiste en tomar el antecedente por el consiguiente, o al contrario. Por esta figura se traslada a veces el sentido, no de una sola palabra, como por la metonimia, sino de toda una oración: Acuérdate de lo que ofreciste, por cúmplelo. M ETÁSTASIS. (Del gr. , cambio de lugar). Méd. Propagación de un foco canceroso de un órgano distinto de aquel en que se inició. 2 . Resultado de esta propagación. 192
M ETEMPSICOSIS. (Del gr. , de metem, paso, y psiquis, alma; pasar un alma a otro cuerpo). Doctrina religiosa y filosófica de varias escuelas orientales, y renovada por otras de Occidente, según la cual las almas transmigran después de la muerte a otros cuerpos más o menos perfectos, conforme a los merecimientos alcanzados en la existencia anterior. Propiamente significa reencarnación, paso del alma de un hombre a otro. En aquellas religiones que creen que todos los seres son animados, pudiendo pasar el alma de uno a otro entre los de distinta especie, según la ley del karma o “retribución”; el término que le corresponde realmente es el de metensomatosis. Estas creencias, que son de origen oriental (en la India se asocian al karma y al nirvana) y egipcia, fueron introducidas en Grecia a través de los órficos y pitagóricos y aceptadas por Platón (puede verse en el Fedon de Platón), por los neoplatónicos y en el s. II por el gnóstico Basílides. El gnosticismo preconizaba en parte esta doctrina, y el cristianismo tuvo que luchar contra semejante idea que rebajaba la dignidad humana y no se encuentra en la Biblia, pues desvirtuaría la obra salvadora de Cristo en la cruz. La Palabra de Dios dice: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (He. 9:27). M ETONIMIA. (Del gr. ). Ret. Tropo que consiste en designar una cosa con el nombre de otra tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, etc.; p. ej., las canas por la vejez; leer a Virgilio, por leer las obras de Virgilio; el laurel por la gloria, etc. M ICTAM. Término que aparece en los títulos de los Salmos 16, 56-60 (cfr. Is. 38:9 Biblia de Jerusalén), el significado de cuya raíz es incierto. La Septuaginta lo traduce stelografía, en lugar de lo cual, en la antigua versión latina se encuentra tituli inscriptio. Todo ello sugiere, posiblemente, la idea de una grabación en tablas o de una inscripción. Otros sugieren la ráiz hebrea de “tapar” para dar el sentido de “salmo de cubrir el pecado, o de expiación”. En la poesía hebrea moderna, m ictam corresponde al epigrama. En los salmos mencionados, una frase o un pensamiento significativo e importante ocupa un lugar prominente y en algunos casos repetido 193
como un estribillo (Sal. 56:4,19s; 57:5,11; 59:9b y 10a, 17b). M ILENIO. Se dice del reino milenario que el Señor Jesús establecerá en la tierra para reinar con los vencedores en su segunda venida. La palabra griega oikonomia ( ), que por ejemplo en Colosenses 1:25 es traducida administración (RVR1960), también significa, y es traducida en otras versiones bíblicas, economía, dispensación, m ayordom ía, com isión, propósito, edificación, y se refiere a los propósitos de Dios desde antes de la fundación del mundo, de crear un universo en Su Hijo (Jesucristo) y para Su Hijo; en crear al hombre con el fin de darle una esposa (la Iglesia) a Su Hijo. La palabra oikonomía traducida como mayordomía, en el protestantismo es usada mayormente para enseñar sobre finanzas en las congregaciones y asuntos relacionados con diezmos, ofrendas, gastos, pero casi nunca para referirse a la economía de Dios en sus propósitos eternos y en particular con la Iglesia. Debido a la caída del hombre y al pecado, el Padre se había propuesto en su economía entregar a Su Hijo a fin de redimir Su Cuerpo (la Iglesia). Por la intromisión de Satanás, la serpiente antigua, contribuyendo en la caída del hombre, ha habido ese permanente conflicto entre la simiente de la mujer (Jesucristo), y la simiente de la serpiente (Satanás) (Gé. 3:15), que se agudiza en la medida en que se acerca el gobierno mundial del anticristo, cuyo advenimiento es por obra y poder de Satanás (2 Tes.2:9), pero que “...el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (2 Ts. 2:8), lanzándolo “vivo dentro de un lago de fuego que arde con azufre” (Ap.19:20b), después de siete años de gobierno mundial de la bestia. Por motivo de la caída, del pecado, y por haber prometido el Salvador para la redención, dentro de la economía divina hubo necesidad de la creación de un pueblo escogido (Israel), que ese pueblo fuese circuncidado en señal de que cortaba con la carne, de promulgar la ley, de la encarnación del Hijo de Dios en Jesucristo, de su muerte, resurrección y ascensión a la diestra del Padre, de la venida del Espíritu Santo, de la edificación de la verdadera casa de Dios, la Iglesia, la predicación del evangelio por el mundo y luego es necesario que aparezca en escena el anticristo, sea arrebatada la 194
iglesia, sea juzgada la iglesia ante el tribunal de Cristo, ocurra la venida del Señor y se inicie el evento histórico del milenio, antes del juicio del gran trono blanco y el descenso de la Nueva Jerusalén. En el conflicto entre las dos simientes, en la cruz Satanás hirió a Jesús en el calcañar, pero a la vez Jesús venció sobre Satanás. En la cruz fue juzgado el diablo (Jn. 12:31 39 ), y el Señor al ser crucificado anuló todos los decretos que había contra la Iglesia. En Colosenses 2:14,15, dice: “...anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. La posición de la Iglesia ahora está en los lugares celestiales, a la diestra del Padre, con Cristo Jesús (Ef. l:3),40 en donde estamos sentados (Ef. 2:6),41 lugar desde donde todo creyente debe comenzar su vida espiritual, en el descanso de Cristo. Quiere el Señor que en esa posición victoriosa andemos (Ef. 4:1) y estemos firmes, en victoria (Ef. 6:11). Razones para el reino milenial. Ahora estamos en el tiempo de la Iglesia, próximos a los eventos que darán comienzo al milenio y éste tiene sus razones dentro de la economía divina, y entre ellas tenemos las siguientes: 1 . Con el milenio termina el tiempo de opresión y desgobierno al tomar Cristo posesión de Su Reino. En Isaías 11:3,4 leemos: “3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío”. 2 . El tiempo del testimonio de Dios y de su clemencia y longanimidad termina en juicio, ese que tanta gente reclama y 39
“Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera”. 40
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”. 41
“...y juntamente con El nos resucitó, y asim ism o nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”. 195
espera, aunque no se imaginan lo terrible que será (Mt. 25:31-46; Hch. 17:30,31; Ap. 2:7-15). 3 . El tiempo de duro trabajo termina en descanso y galardón (1 Tes. 1:6,7); pero también en dura disciplina para creyentes carnales, perezosos y descuidados (1 Co. 3:11-15: Ef. 2:10; Mt. 25:1-30; analizar Mateo l8:21-35; Lucas 19:13). 4 . El tiempo de sufrimiento termina en gloria. Leemos en Romanos 8:17,18: “17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 18Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiem po presente no son com parables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”. 5 . Los tiempos de los gentiles terminan con la destrucción de la imagen (gobierno de las naciones) y el establecimiento del reino de los cielos (Daniel 2:34,35; Apo.19:15-21). 6 . Los tiempos de la servidumbre de la creación termina en la liberación y manifestación de los hijos de Dios (la Iglesia) (Gé. 3:17; Is. 11:6-8; Ro. 8:19-21). Todo el andamiaje de la soberbia de las naciones manipuladas tras bambalinas por Satanás, termina con la terrible tragedia del señorío del anticristo en el mundo durante siete años y con la venida de Cristo se establecerá en la tierra el período milenial con un visible y real reinado divino. Cuando Cristo venga, al comienzo del milenio, el diablo será encadenado en el abismo. En Apocalipsis 20:1-3 leemos: “1 Vi un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3 y lo arrojó al abism o, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase m ás a las naciones, hasta que fuesen cum plidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo”. El diablo ya fue juzgado en la cruz (Jn. 12:31), y cuando el diablo sea encerrado en el abismo, todos los demonios serán destituidos de la tierra. Todo esto ocurrirá para testimonio. Muchas personas pueden preguntar por qué Satanás no es echado inmediatamente en el lago de fuego. Dios es el juez justo por excelencia, y Satanás es un reo de quien toda la humanidad, los 196
ángeles y aun los demonios son testigos del correspondiente proceso, de manera que después que Satanás haya estado encerrado por mil años, el dragón ha de ser soltado temporalmente por las siguientes razones: a) Para demostrar que Satanás nunca se va a arrepentir. Muchas personas piensan que si el diablo se arrepintiera, que si Dios lo perdonaría, y Dios quiere proporcionar una respuesta clara y práctica a esa inquietud. b) Para revelar los pecados escondidos de los hombres. En todas las épocas la humanidad ha culpado a Adán y a Eva de haber pecado a pesar de haber estado gozando de la presencia misma de Dios, en un paraíso exento de dolor, de injusticia, de violencia, en abundancia; pero a pesar de toda esa maravillosa vida se dejaron convencer de Satanás y desobedecieron a Dios, quien les proporcionaba todo eso. Desafortunadamente eso mismo le ocurrirá a millones de personas, que después de vivir mil años de vida paradisíaca, se dejarán convencer de nuevo por el demonio, se rebelarán contra el Señor, y será descubierto así el verdadero estado depravado de su corazón, y eso revela que la persona no mejora su condición moral ni espiritual por sí mismo a menos que sea Dios mismo haciendo esa transformación, mejor dicho, viviendo su vida en nosotros. c) Para mostrar la magnanimidad de Dios. En el milenio gobernará en la tierra Cristo mismo y sus santos que no estuvieren disciplinados. Leemos en 2 Co. 5:10: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Esta declaración significa que quien haya hecho lo bueno recibirá recompensa (distinta de la salvación, pues ésta es un regalo de Dios [Ef. 2:8,9]); de eso se desprende que los creyentes que no hayan hecho la voluntad del Señor recibirán alguna clase de disciplina.
infierno, porque es salvo por gracia. El Gehena era el muladar, basureo de Jerusalén, donde siempre había fuego y el Señor a menudo lo compara con el infierno) es útil; la arrojarán fuera...”. Esta disciplina puede durar todo el período del milenio, para que puedan tener parte en la Nueva Jerusalén. Este aspecto ha sido muy ignorado, pero es tan bíblico como cualquiera doctrina básica. A menudo, en los círculos de la cristiandad oficial, en vez de meditar y poner en práctica la enseñanza del Señor en Mateo 16:24-27 (negación del ego, tomar la cruz y caminar con el Señor en obediencia), se han desviado enseñando la teología de la prosperidad que tanto daño le hace a la Iglesia. Esto no es tomar la cruz sino deshacerse de ella. Sin embargo, este mismo período tan bendecido del visible reinado de Cristo en la tierra hasta mil años, concluirá de una manera increíble. La fuerza unificada de los hombres perversos se sublevará contra Cristo, el Rey, contra el mejor gobierno y los mejores ciudadanos, e irán en pos de Satanás, que eventualmente ha sido liberado de sus cadenas. Este será un hecho tan terrible e insólito, que aun a los creyentes les parece que el milenio no es real. Pero lo cierto es que, como en todos los períodos de su historia, los hombres manifestarán su incapacidad y mala voluntad, y por eso Dios se manifestará justo en todos los juicios. Pero, de todos modos, es necesario posponer la cuenta final con el mundo todavía por mil años, para revelar el verdadero estado espiritual de los hombres, llenar muchos requisitos, evidencias, recompensas, disciplinas a los creyentes, poner a Sus enemigos bajo el estrado de sus pies, dentro de un macro proceso que culminará en un gran juicio final y en el descenso glorioso de la Nueva Jerusalén.
En Mateo 5:13 dice que los santos son “la sal de la tierra”, pero la sal se puede desvanecer, y si eso ocurre en el creyente, si esa sal se vuelve insípida, dice en Lucas 14:34,35 que “ni para la tierra (donde será el reino del milenio) ni para el muladar (significando el
Para determinar el tiempo en que comienza el milenio, evento que coincide con el segundo advenimiento del Señor, es necesario desglosar algunos puntos proféticos que se refieren a la escatología apocalíptica. ¿Cuándo será el inicio del gobierno del anticristo? ¿En qué punto de la historia será arrebatada la Iglesia? ¿Estará en la tierra la Iglesia durante algún tiempo del gobierno de la bestia? ¿Sufrirá persecución y tribulación la Iglesia de Jesucristo por parte del anticristo? Se ha popularizado dentro del protestantismo una línea de pensamiento según la cual la Iglesia será trasladada de un
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momento a otro por el Señor al cielo, incluso muchos no tienen en cuenta que debe cumplirse antes ciertas profecías bíblicas, previamente a la aparición del anticristo en el concierto de las naciones, pero el enfoque de esta escuela no tiene fundamento bíblico. Estamos viviendo el tiempo de la globalización de la economía, del sistema financiero y bancario. Estamos en los umbrales del cambio del sistema monetario por el dinero electrónico; ya sólo falta que la marca de las tarjetas sea estampada en el cuerpo de las personas. Para nadie es un secreto que las pautas políticas para gobernar las naciones viene de la camarilla que maneja el dinero en el mundo y que son organizaciones manejadas por el mismo Satanás a través de los masones e iluminados. Todo ha llegado a su sazón para el dominio de los diez cuernos de la última bestia de Daniel 2. Israel se convirtió en un Estado moderno y sigue en conflicto con sus vecinos los árabes, de manera que es necesario que se cumpla la profecía de la última semana de Israel en Daniel 9:27. Para la entronización del anticristo y la globalización del gobierno mundial ya prácticamente lo que hace falta es que los judíos procedan a construir el templo de Jerusalén, y para que eso se lleve a cabo es necesario que el único lugar en que fue construido y debe ser construido de nuevo, esté libre (Gé. 22:2; 1 Cr. 21:18; 2 Cr. 3:1), pues ahora está ocupado por un templo musulmán llamado Mezquita de Omar o Cúpula de la Roca. Algún evento sucederá para que ese lugar quede despejado. El último templo fue destruido por las tropas romanas al mando del general Tito, en el año 70 d.C. El templo musulmán fue construido después que los árabes conquistaron a Jerusalén en el año 637 d.C. Dice 2 Tesalonicenses 2:3b-4: “3 ...y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios , haciéndose pasar por Dios”. Para que esto se cumpla es necesario que el templo judío en Jerusalén sea construido de nuevo porque el único lugar topográfico que la Biblia llama templo de Dios es el templo de Jerusalén, y para la época del gobierno del anticristo debe haber sido construido. El mero 199
hecho de ir al Lugar Santísimo a que lo adoren como a Dios, lo tomarán los hebreos como una gran traición y es la abominación desoladora de que habla el profeta Daniel, que también confirma el Señor en Mateo 24:15. La Iglesia no puede ser arrebatada de un momento a otro, pues antes debe acontecer lo narrado en 2 Tesalonicenses 2:1-4: “1 Pero con respecto a la venida de nuestro S eñor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogam os, herm anos, 2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta com o si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”. De acuerdo con el texto que estamos considerando, la Iglesia va a presenciar ese evento, que ocurrirá a los tres años y medio del gobierno de la bestia, y que indica que el tiempo de nuestra reunión con el Señor se ha acercado. Para el mundo serán acontecimientos inesperados y sorpresivos, pero no así para la Iglesia. Nosotros no andamos en tinieblas para no saberlo. Leamos I Tesalonicenses 5:2b-6: "2 ...el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; 3 que cuando digan (los del mundo): Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. 4 Mas vosotros, hermanos (la Iglesia), no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. 5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. 6 Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seam os sobrios". De acuerdo con esta afirmación de la Palabra de Dios, la Iglesia sabrá los días de su ida; la Iglesia estará en la tierra durante el gobierno del anticristo. La iglesia se enterará de todo eso. Antes de que la Iglesia sea levantada por el Señor, sufrirá persecución por parte del anticristo. Es necesario que la Iglesia pase por este crisol. Leemos en Apocalipsis 13:7a: "Y se le permitió hacer guerra contra los santos y vencerlos". Los santos son los cristianos que han sido preservados 200
aquí abajo y los judíos que han sido fieles a Dios. Apocalipsis 13:8 demuestra que durante el gobierno del anticristo habrá todavía cristianos en la tierra, porque habrá personas, todavía, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero. Será por el poder electivo de Dios que serán guardados de sucumbir a la tentación. Se debe tener en cuenta que la tribulación es para la Iglesia (Mt. 24:9) mientras el mundo está en paz (1 Tes. 5:3). La Iglesia fue fundada en la pureza y en la unidad, como el Cuerpo de Cristo, Su templo (Jn. 17:21; Ef. 4:13-16; Hch. 2:42-47); pero esa unidad y pureza se perdió después que la Iglesia pasó por un período de persecución (Esmirna). Luego la iglesia se casó con el mundo pagano (Pérgamo) y habitó en el mundo, donde mora Satanás (Ap. 2:13); como consecuencia se encumbró en el prestigio y poder mundano y se transformó en la gran ramera (Tiatira) (Ap. 2:20), pero el Señor no podía dejar a su Iglesia enredada en esas profundidades de Satanás, y con la Reforma (Sardis) comenzó a recuperar todo lo que se había perdido, empezando en Sardis a recobrar la lectura de la Biblia, la justificación por la fe, el bautismo; más tarde, con los Hermanos Moravos recuperó la vida en el Espíritu, la reunión por las casas; con Juan Wesley sacó la predicación de los templos, y así se fue conformando Filadelfia, la de los vencedores, la que no niega el nombre del Señor (Apo. 3:8).
Es necesario que la Iglesia sea libre de enseñanza de prosperidad terrenal (Laodicea) y busque el verdadero camino de la unidad bíblica y la vida en el Espíritu; y no se trata de ecumenismo, que al fin y al cabo tiende a la unión y fortalecimiento de las diferentes organizaciones eclesiásticas en una sola, para continuar ese vínculo con el mundo adverso a la voluntad de Dios. El Señor quiere que cuando llegue la hora final, la ramera sea destruida por el anticristo, y Su Iglesia sea levantada unida, gloriosa, vencedora, sin mancha ni arruga, para ir a reinar con Cristo en el Reino de los cielos. M ISHNÁ. “La repetición”, o “la enseñanza”, o “la segunda Torá”. Codificación escrita de la enseñanza oral de la Torá, realizada por los rabinos tanaítas, entre los siglos I al III d. C. La tradición oral de la Mishná era aprendida de memoria por los maestro, hasta que comenzó su recopilación escrita comenzada con Hillel y Schammai; más tarde continuada por Jonatán ben Sakkai, y luego por un grupo de maestros de la talla del Rabbi Meir, Judas ben Ilai, de Usha, José ben Chalafta, de Zippra, Simón ben Jochai, Simón ben Gamaliel, hijo de Gamaliel, el maestro del apóstol Pablo; pero quien culminó este trabajo fue Judas ha-Nassi, hijo y sucesor de Simón ben Gamaliel, quien trasladó el centro de sus actividades a Zippora (Séforis), la capital de Galilea; allí, después de más de cuarenta años de arduo trabajo, hacia el año 220, dejó en herencia la obra de su vida.
Debemos tener en cuenta que con la Reforma protestante se formaron las grandes iglesias nacionales europeas, y de ellas salieron las denominaciones, pero no es bíblico que haya iglesia imperial, ni nacional, ni denominacional, las que le ponen nombres a sus organizaciones, sino que haya en cada localidad una sola iglesia, la de Jesucristo, como en Efeso, Esmirna, Filipo, así también en Valledupar, Barranquilla, etc. Pero lo hermoso es que el Señor ya está trabajando en el mundo para que eso suceda, y en los cinco continentes ya está sucediendo; muchos hermanos nuestros que siguen al Señor en alguna denominación, están saliendo para reunirse con el Cuerpo, la Iglesia del Señor en su localidad, libres de organizaciones eclesiásticas que siguen dividiendo el Cuerpo. La iglesia única en la localidad es el testimonio de la unidad del Cuerpo de Cristo.
M ISTAGOGIA. Doctrina de los misterios sagrados. 2 . Sacerdocio ejercido por los mistagogos (del gr. ) o sacerdotes de la gentilidad grecoromana, que iniciaba en los misterios. 3 . Lo mistagógico puede ser lo dicho de un discurso o de un escrito: Que pretende revelar alguna doctrina oculta o maravillosa.
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M ISTERIO. (Del gr. , secreto). Arcano o cosa secreta en cualquier religión. 2 . Cualquier cosa arcana o muy recóndita, que no se puede comprender o explicar. 3 . En la religión cristiana, cosa inaccesible a la razón y que debe ser objeto de fe. 4 . Ceremonias secretas de iniciación en el culto de algunas religiones. 5 . Teol. El misterio es un signo de la capacidad de percepción del infinito por parte del hombre y, consiguientemente, de su capacidad para trascenderse a sí mismo. El término misterio incluye: 1) conocimientos asequibles sólo por conceptos análogos y no en sí
mismos; 2) realidades procedentes de una acción de Dios, que no es posible conocer a partir del mundo de la experiencia humana, y 3) conocimientos sólo asequibles por revelación expresa de Dios. Los misterios de Dios revelados en Su Palabra son: El misterio de Dios Consumado y el Ángel del Pacto, el ser y los atributos de Dios, la confesión del Espíritu de Dios, la Trinidad, esencia, naturaleza e hipóstasis; hipóstasis y Persona, subsistencia de las tres Personas en la Trinidad El misterio de la voluntad de Dios: La divina teleología, el propósito de Dios y la presciencia divina, la elección, el misterio oculto desde tiempos eternos revelados ahora; la gracia dada antes de los siglos y la preparación de antemano El misterio de la economía divina El misterio de Dios, Cristo: La divinidad de Cristo, la humanidad de Cristo, herejías cristológicas (sabelianismo, subordinacionismo, nestorianismo, monofisismo, monotelismo) El misterio de la piedad: Manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles y creído en el mundo, recibido arriba en gloria El misterio del evangelio El misterio de la fe El misterio de Cristo, la Iglesia El misterio del matrimonio El misterio de las siete estrellas El misterio de los siete candeleros El misterio de Babilonia El misterio de la mujer y de la bestia que la trae El misterio de la iniquidad El misterio del endurecimiento parcial de Israel, la plenitud de los gentiles y la restauración futura de Israel El misterio de la final trompeta El misterio del Reino Misterios paganos. Ceremonias religiosas secretas propias de un grupo de religiones euroasiáticas aparecidas hacia la mitad del siglo V a.C. Estas sectas, a las que se suponen de origen semítico, se extendieron por todo el mundo indoeuropeo, y se caracterizaban por: 1) culto dedicado a las deidades de la naturaleza; 2) preocupación por el destino individual (inmortalidad del alma, 203
inspirada en el eterno renacer del mundo vegetal), en oposición a las religiones del Estado, interesadas en conservar el régimen estatal establecido; 3) culto a los dioses que sufren; 4) proceso de iniciación, por el cual los iniciados (m ystes) ingresaban en una sociedad distinta a la que pertenecían anteriormente; 5) obligación, bajo amenaza de muerte, de guardar silencio sobre la doctrina y ritos de su secta. Los misterios se dividen en dos grandes grupos: asiáticos y griegos. A excepción de los de Mitra, los asiáticos coincidían en que se desarrollaban en torno al culto de una mujer madre (Magna Mater = Cibeles) o esposa (Isis, Dea Syria), símbolo de la fertilidad y del amor, y de su pareja masculina (Atis, Adonis y Osiris), dios que moría trágicamente y volvía a la vida gracias a la intervención de su compañera. Los misterios griegos de Eleusis y Dionisio tenían el mismo origen y satisfacían las mismas necesidades. En los de Eleusis, la deidad masculina era sustituida por Perséfone, hija de Deméter. También los de Dionisio, al parecer de origen frigio, estaban ligados a dos figuras femeninas; a Sémele, la madre, personificación de la Tierra, y a Ariadna. Estas religiones alcanzaron su máximo esplendor durante la época helenística y, a través de Roma, se extendieron por toda Europa. «En los últimos siglos antes de Cristo muchas religiones del Oriente se extendieron por el mundo greco-romano por medio de la emigración, el comercio y el servicio militar, y continuaron siendo populares a principios de la Era Cristiana. Los que aceptaron tales cultos se llamaron iniciados y eran instruidos en el simbolismo de su fe en sesiones secretas que llevaban el nombre de misterio, que al iniciado se le prohibía estrictamente revelar. Son conocidos los misterios eleusianos42 que se practicaban en Atenas, y el cabiri, que se llevaba a cabo en Capadocia. El dionisismo era un culto de éxtasis que vino de Tracia (hoy Turquía europea) y floreció sobre todo entre las mujeres, pero los iniciados podían ser de ambos sexos, cuando apareció en Roma dos siglos antes de Cristo. Había grados jerárquicos de iniciación y la promesa de inmortalidad. El culto de Cibeles, llamada la gran madre, fue introducido en Roma 42
Eleusiano o eleusino. Se dice sobre todo de los misterios de Ceres que se celebraban en Eleusis, ciudad griega cercana a Atenas. Los cabiros (en gr. Kábeiroi, en lat. Cabiri) era un grupo de divinidades mistéricas arcaicas griegas. Representaban las fuerzas naturales y eran las protectoras de herreros y forjadores. 204
procedente de Frigia en el año 205 antes de Cristo. Este culto que practicaba ostentosas procesiones, no era permitido a los romanos, pero éstos asistían a sus espectáculos públicos. Los candidatos al sacerdocio tenían que ser castrados, y en su ceremonia de iniciación eran rociados con sangre de toros. El culto de Isis era la adoración de una diosa egipcia. El culto de Mitra fue el mayor rival del cristianismo en los primeros siglos. Mitra era un antiguo dios persa relacionado con el zoroastrismo, o sea, la creencia en dos dioses, el del bien y el del mal, entre los cuales Mitra era mediador. Tenía muchos santuarios, particularmente en campamentos militares permanentes, pero algunos eran subterráneos. Los hombres eran iniciados en siete grados diferentes. En una de las catacumbas de Roma, el lugar donde se ocultaban y practicaban su culto los adoradores de Mitra, durante los edictos de persecución que a veces afectaban no tan solamente a los cristianos, sino también a otras religiones no reconocidas por el Estado».43
M ÍSTICA. (Del gr. , secreto, sagrado; de la misma raíz de misterio). Parte de la teología que trata de la vida espiritual y contemplativa, y del conocimiento y dirección espirituales. 2 . Experiencia de lo divino. 3 . Expresión literaria de esta experiencia. Mística c ris t o ló gic a. La que consiste en el conocimiento vivencial de la conformación a Cristo de la propia persona, la cual se incorpora al Cuerpo Místico de Cristo, a la iglesia. Mística islámica. La representada por los sufis, que pasan por unos estadios ascéticos hasta llegar a conseguir un estado místico. A través de los estadios o grados ascéticos de perseverancia, de confianza en Dios, de renuncia, etc., el místico camina hacia la marifa (conocimiento, gnosis) y el tauhid (unión con Dios) hasta la fase final: el desvanecerse, el dejar de ser. Los místicos han influido de una manera profunda en la literatura de los pueblos islámicos: Hasan al-Basri, Muhasibi, Ibn Sina, Ghazali, Umar ibn al-Farid, etc. Mística logológica. Concepción mística de la comunidad de los que han recibido el bautismo, el cual ha hecho nacer en sus corazones a Cristo-Logos. Mística natural. Método cognoscitivo puramente espiritual,
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independiente de la fantasía, por recibir el alma un influjo especial de Dios (p. ej., una idea innata) o porque se conoce intuitivamente a sí misma en su inmediata relación con el Ser Supremo (p. ej., en su ser producida por Dios o en su abrirse al infinito). Mística trinitaria. Experiencia mística que tiene el hombre con la posesión de las Tres Personas Divinas. La mística consiste fundamentalmente en una vivencia y en un saber, éste siempre por debajo de aquélla, dada la inexpresabilidad del estado místico en su ápice (éxtasis), que es un encuentro con la divinidad en el interior del alma, infundido gratuitamente por aquélla, aunque la criatura pueda aproximarse mediante la ascesis. En la mística judeo-cristiana y en la islámica dicho encuentro es el del Dios personal. Para Clemente de Alejandría, la mística, más que una experiencia, era una plenitud de fe. Agustín de Hipona concibe la mística como el trascenderse el alma a sí misma (abandonando lo sensible) y su regreso en la esfera de la Verdad (influencia de la purificación neoplatónica). El primer tratado de teología mística se debe a Dionisio el Místico. Afirma que el conocimiento místico es la contemplación oscura y silenciosa de Dios. La mística de la Edad Media está influida por el neoplatonismo, a través del SeudoDionisio Areopagita, y por algunos escritores hispanoárabes e hispanojudíos. La mística del catalán Ramón Llull está expresada con símbolos y metáforas en su Libre d’Amic e Amat. Asimismo se percibe la influencia neoplatónica en los renacentistas León Hebreo y Marcilio Ficino. En la Edad Media, Francisco de Asís y Bernardo de Claraval presentan la vivencia de la mística del afectivismo. En Alemania, Eckhart sigue una línea especulativa que le lleva a una mística profética y visual; Tauler, en cambio, presenta una mística ético-voluntarista. La mística alemana es teórica y psicológica. La España del s. XVI es muy rica en místicos. Destacan principalmente: Bernardino de Laredo (Subida al monte Sión por la vía contemplativa, 1535) y Francisco de Osuna (Abecedario espiritual, 1528). Los que les preceden suelen clasificarse por órdenes religiosas. Entre los agustinos sobresalen: Santo Tomás de Villanueva (Sermón del amor de Dios), Cristóbal de Fonseca (Tratado del amor de Dios, 1592), Alfonso de Orozco (Memorial del amor santo, vergel de oración y monte de contemplación, 1544, y 206
Desposorio espiritual). Entre los dominicos destaca fray Luis de Granada, y entre los franciscanos, fray Juan de los Ángeles, con sus obras Triunfos del amor de Dios (1590) y Diálogos de la conquista espiritual y secreto reino de Dios (1595), las cuales, aunque ortodoxas, muestran influjos neoplatónicos y germánicos. Las figuras más importantes de la mística española pertenecen a la Orden carmelitana: Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Santa Teresa explica en su obra El Castillo interior o Las Moradas sus experiencias místicas: el alma experimenta paz y alegría en la corta duración de su unión con Dios y «ve», de forma misteriosa, a su Esposo. San Juan de la Cruz afirma que para que se dé el conocimiento místico es necesario el despojo total de lo poseído por los sentidos y por el espíritu, la posesión de la fe vida y oscura y la contemplación activa. Su contemplación mística es inconsciente por definición, un «un gran olvido» en el que la «inteligencia pura» se va uniendo a la «inteligencia celeste». M ISTICISMO. Estado de la persona que se dedica mucho a Dios o a las cosas espirituales. 2 . Estado extraordinario de perfección religiosa, que consiste especialmente en cierta unión inefable del alma con Dios por el amor, y que va acompañada accidentalmente de éxtasis y revelaciones. 3 . Doctrina religiosa y filosófica que enseña la comunicación inmediata y directa entre el hombre y la divinidad, en la visión intuitiva o en el éxtasis. «Término difícil de definir. Se refiere a la vida interior del espíritu. Hay quienes lo consideran una experiencia sicológica, mientras que los creyentes suelen reconocer en ello una verdadera relación del alma con Dios. El misticismo ha sido común a muchas religiones orientales y occidentales, incluyendo el cristianismo. El misticismo cristiano se centra en la realidad personal de Cristo, mientras que en el hinduismo y budismo es un esfuerzo panteísta de relación con un dios impersonal. El misticismo cristiano tiene por base el reconocimiento de la propia imperfección y el propósito de santidad, y de practicar la voluntad de Dios. La visión beatífica es el punto álgido del misticismo, se atribuye a personas como Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Francisco de Asís, etcétera. Otros místicos célebres de la Edad Media fueron Meinster, Eckhart, Julián de Norwich, Tomás A. Kempis, Madame Guyon y Fenelón. El 207
misticismo a veces tendió a la herejía doctrinal en personas ignorantes de los principios bíblicos, y también a una pasividad social exagerada, concentrada en la personal salvación y santificación con olvido de la voluntad y servicio de Dios para con la sociedad. Bernardo de Claraval y Teresa de Avila trataron de unir la experiencia mística con el servicio práctico, y esta ha sido también la tendencia de los hombres más santos del cristianismo evangélico, después de la Reforma, como podríamos citar en el caso de numerosos servidores fieles de Dios y grandes misioneros».44
M ITO. (Del gr. , mýthos, fábula, leyenda). Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad. Se podría ampliar la significación diciendo que mito es el relato o conjunto de elementos narrativos en que se expresan, e implícitamente se simbolizan, determinados aspectos profundos de la existencia humana y transhumana. Sin tener en cuenta su esencial carácter de narración, se le ha definido asimismo como una forma primaria de encarar la experiencia o, por el contrario, se le ha confundido aproximadamente con la llamada tradición popular. 2 . Historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal. 3 . Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima. 4 . Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen. Antrop. cultural. En realidad, el mito es el vehículo no consciente de significaciones ligadas a la naturaleza interna del universo y de la vida humana; se estima su relación con el rito y su actualidad operante deriva de su repetición en el culto o en la historia del mundo y del hombre. Si hasta el s. XIX representaba lo contrario de la realidad ( narración inventada, sinónimo de superchería y error), las investigaciones etnológicas lo han revitalizado como el relato de una historia verdadera acontecida en los orígenes de los tiempos y utilizable como modelo para los comportamientos humanos no asociados con la revelación divina; ésta es su función entre los pueblos o sociedades primitivos y arcaicos. De aquí que se le haya 44
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caracterizado como un modo de pensamiento distinto del «civilizado» o intelectualista y que se haya intentado integrarlo en la historia general del pensamiento como la forma por excelencia del «pensamiento colectivo». Se ha visto una forma de comportamiento mítico en la participación de una sociedad entera en ciertos símbolos, y así ha venido a afirmarse la supervivencia moderna del mito. A la definición moderna del término han contribuido, entre otras, las figuras de E. Cassirer. C. G.Jung, C. Lévi-Strauss (teoría del «pensamiento salvaje» concebido positivamente) y K. Kerényi. Dice el hermano Gino: “Muchos mitos son versiones deformada de una verdadera historia que en alguna parte tiene su versión. Resulta insensato despreciar con prejuicios el sentido del mito. Lo que debe más bien hacerse es escudriñar la genealogía del mito hasta su raíz, verificando el camino y la partida de sus desviaciones, y hallando el tronco original que nos llevará a lo que ya no es mito sino realidad histórica. Una historia verdadera es la raíz de la cual se desprendieron los mitos. Esa historia se conserva fiel en algún lugar”.45 M ITRAÍSMO. Culto al dios Mitra, muy extendido en la Antigüedad, y en particular entre las legiones romanas durante el Bajo Imperio. Mitra era un dios benéfico hindú, hijo de la diosa Aditi. Junto con sus siete hermanos, forma la casta de los Adityas. Con Varuna, es el más importante de ellos. Protector del orden, de las instituciones sociales y de las alianzas y, posteriormente, divinidad solar. Se le cita ya en el Rig-Veda. Decayó en los últimos tiempos posvédicos. En Persia, por el contrario, su culto creció enormemente. Único dios de los misterios paganos no ligado al culto de la vegetación, se le consideraba, semejante que a Cristo entre los cristianos, como el intermediario entre el dios supremo (Ahura-Mazda) y los hombres. Sus misterios consistían en un proceso de iniciación, en el que se administraba un bautismo de sangre de toro (taurobolia), por el que se aseguraba la inmortalidad del alma del iniciado, y en una serie de prácticas ascéticas. Esta religión pasó a Roma y se extendió por todo el Imperio. Jualiano el Apóstata fue el último emperador que intentó resucitar el mitraísmo. M ODALIDAD. Modo de ser o de manifestarse una cosa. 2 . Fil. 45
Gino Iafrancesco V. Perspectiva del Hombre. Un opúsculo antropológico. Editorial Buena Semilla, Bogotá. 1978. Página 13. 209
Modo en que algo existe (actualidad, posibilidad o necesidad). 3 . Ling. Según Ch. Bally, actitud del hablante con respecto al enunciado que formula. 4 . Lóg. Clasificación de las proposiciones atendiendo a su posibilidad, problematicidad, etc., o a la clase de afirmación que contienen. Lóg. En la proposición sujeto y predicado pueden estar unidos por una relación meramente atributiva, como en «Juan es bueno», o por una relación de necesidad o de posibilidad, como en «es necesario que Juan sea bueno» o «es posible que Juan sea bueno». Estas diferencias de predicación son lo que se llama modalidad. Las proposiciones modales son, pues, las apodícticas46 (necesarias) y las problemáticas (probables). Estos tipos de proposiciones (juicios) fueron ya reconocidos por Aristóteles, y a partir de él se intentó el estudio de su valoración en el discurso lógico. La primera fase de la lógica modal, en la que deben mencionarse, además de Aristóteles, Teofrasto, los estoicos y Boecio, está con frecuencia ligada a problemas ontológicos. En el s. XX el desarrollo de este tipo de lógica es todavía inferior al de la lógica de los enunciados asertóricos, matematizable con mayor facilidad. Lewis, Becker y Carnap, entre otros, se han ocupado de ella. En Kant, el concepto de modalidad es epistemológico, ya que su valor no depende de la forma, sino de su relación con el pensamiento general. La clasificación de los juicios, desde el punto de vista de la modalidad, en asertóricos, problem áticos y apodícticos corresponde a las categorías de existencia-no existencia, posibilidad-imposibilidad, necesidad-contingencia. Ling. En cualquier oración debe distinguirse entre el contenido objetivo y la actitud subjetiva bajo la que se presenta el contenido; p. ej., Viene el tren expresa «la llegada inmediata del tren» como una afirmación y puede expresar también como pregunta –¿Viene el tren?– o como exclamación de júbilo, sorpresa, etc. –¡Viene el tren!–; estas variaciones constituyen la modalidad. M ODALISMO. También se le llama monarquismo modalista o patripasionismo. Doctrina que, no haciendo distinción entre persona 46
Apodíctico (d el gr. , d emo stra tivo ), incondicionalmente cierto, necesariamente válido 210
es
lo
y esencia, enseñaba que Dios voluntariamente se auto-limitó, haciéndose hombre. Negaban al Hijo, pues enseñaban que el Hijo es el Padre revelado en carne. Acusaban a sus oponentes de ser triteístas. Aceptaban una trinidad económica, es decir un triple modo de revelación en lugar de una trinidad de personas.47 Su más conspicuo exponente es Praxeas, oriundo de Asia Menor, pero radicado en Roma en tiempos del emperador Marco Aurelio (161180). Otros fueron Noeto de Esmirna y un tal Calixto. Praxeas apelaba a pasajes tales como Isaías 45:5, Juan 10:30 y 14:9 para apoyar sus enseñanzas, pero dichos textos no son anti-trinitarios, sino que enfatizan la unidad de la esencia divina. Se le enfrentó Tertuliano, quien le refutó diciendo que Praxeas había crucificado al Padre y anulado al Espíritu Santo. M ÓNADA. (Del lat. monas, monadis, y éste del gr. ,, unidad). Fil. Término que, en general, indica unidad ontológica inteligible de naturaleza espiritual. 2 . Cada una de las sustancias indivisibles, pero de naturaleza distinta, que componen el universo, según el sistema de Leibniz, filósofo y matemático alemán del s. XVII. Históricamente, el significado del término m ónada ha sido concretado de maneras diversas, aunque todas ellas se caracterizan por referirse a una entidad capaz de explicar la realidad sin acudir a supuestos sensibles y mecánicos. Así entendida, la mónada es el concepto contrario al átomo material. Por ello, se encuentra a menudo en filosofías de matiz idealista. Las mónadas no representan lo uno en el sentido absoluto de lo único, sino lo uno en sentido individual, aunque este individual refleje o participe de aquél. Los conceptos de mónada más influyentes, por cuanto constituyen la base de interpretaciones totales de lo real, son los de Giordano Bruno y Leibniz; para el primero, son centros de vida del mundo, al que concibe orgánicamente, y para el segundo, la mónada es la sustancia individual dotada de percepción y facultad apetitiva. M ONARQUISMO. El monarquismo está íntimamente relacionado con el sabelianismo, por cuanto designa a los unitarios o antitrinitarios, por el énfasis que le dan a la unidad numérica y 47
Son las mismas ideas doctrinarias de los modernos “unitarios” o “Jesús solo”, que les llaman. 211
personal de Dios. La palabra m onarquismo fue usada por Tertuliano (150-220 d. C.). Los monarquistas racionalistas o dinámicos, como Pablo de Samosata, Teodoto el curtidor y Artemo, negaban la personalidad del Logos y del Espíritu Santo, considerándoles solamente poderes de Dios. Consideraban a Cristo como un mero hombre lleno del poder divino. Admitían que el Logos habitaba en Cristo en una medida superior a otros mensajeros de Dios, pero creían que Cristo había sido gradualmente elevado a una posición de dignidad divina. Creían que Cristo había permanecido libre del pecado, y se había convertido en Salvador de la raza humana. A esta doctrina se le puede clasificar como ebionita, una especie de cristianismo judaizado que pretendía hacer que la salvación dependiese de la observancia de la ley, y además considerada a Jesús como el Mesías prometido, pero como un mero hombre producto de la unión de José y de María. M ONISMO. (Del gr. monos, solo, único). Consideración (física y espiritual) que la reduce toda a un único objeto. 2 . Concepción común a todos los sistemas filosóficos que tratan de reducir los seres y fenómenos del universo a una idea o sustancia única, de la cual derivan y con la cual se identifican. Por ejemplo, el monismo trata de presentar al hombre como compuesto de una sola sustancia, sin diferencia entre el alma y el cuerpo, entre el espíritu y el alma. Se llama así por antonomasia el materialismo evolucionista de Haeckel. El monismo es el resultado de un intento de hallar una explicación suficientemente amplia para poder ser aplicable a todas las cosas. De ahí la implicación frecuente de dos tipos de monismo: el ontológico y el gnoseológico. El primero conduce necesariamente al segundo; lo contrario, empero, no es siempre necesariamente cierto, aunque sí frecuente. Esta realidad fundamental última puede ser concebida como algo de naturaleza espiritual o material. Aquel monismo que considera que este ser único es causa inmanente de todas las cosas y está dotado, por lo tanto, de atributos divinos, es un panteísmo; tal es, p. ej., la filosofía de Spinoza o la de Schelling. El monismo gnoseológico es un concepto de todavía mayor extensión que el metafísico: propugna que la cosa y la idea de ella coinciden en la relación congnoscitiva. La expresión extrema de 212
esta postura es la mística (p. ej., Plotino, maestro Eckhart). M ONOFISISMO. El monofisismo viene del griego monofusis, que significa una sola naturaleza. Esta herejía fue originada por Eutiques (378-454), en una reacción en contra del nestorianismo, que dividía a Cristo en dos personas. Eutiques fue guiado a ese error por la incapacidad de distinguir entre naturaleza y persona en Cristo. Él decía que en Cristo la naturaleza humana se había fusionado con la divina, de manera que vivía en una sola naturaleza. Y a la final esa cristología eutiquiana estimaba que Cristo no era ni verdaderamente Dios ni verdaderamente hombre. Esta herejía fue condenada en el Concilio de Calcedonia del año 451. Ver Eutiquianismo. M ONOTELISMO. (Del gr. mono, uno y thélein, querer, escoger, actuar por voluntad). Corriente que surgió en Oriente en el siglo VII tratando de explicar que en las dos naturalezas de Cristo, la divina y la humana, obraba una operación y una sola voluntad. Recordemos que, por un lado, los monofisitas decían que después de la encarnación Cristo sólo poseía una naturaleza, y por otra parte el Concilio de Calcedonia (451) había definido las dos naturalezas en Cristo. El m onotelismo intentó reconciliar a los monofisitas con la iglesia de Oriente, y para ello conjugaba dos afirmaciones pretendidamente complementarias: Cristo posee una sola energía (complaciendo a los monofisitas) y doble naturaleza (complaciendo a los partidarios de Calcedonia); de aquí que se le diera también el nombre de monoenergismo, una sola voluntad (thélema). El error monotelista consistía en que Cristo sólo tenía una voluntad. Esta controversia cristológica se inició con Sergio I (610638), patriarca de Constantinopla durante el gobierno del emperador de oriente Heraclio (610-641). En el 633 se prohibió hablar de una o de dos energías en Cristo; no obstante, Sergio, inspirador del monoenergismo, tratando de solucionar el conflicto monofisita que aún persistía en el imperio, mantuvo su rotunda oposición a las dos energías, por creer que ello exigía asignar a Cristo dos voluntades opuestas entre sí, hallando para ello apoyo en ciertos escritos atribuidos a Dionisio el Areopagita, el cual había dicho que Cristo obraba acciones divinas y humanas por una sola energéia. Entonces Sergio aconsejó al emperador que publicase un 213
edicto expresando que Cristo obraba acciones divinas y humanas por una sola energía divino-humana. Eso terminó en un nuevo error cristológico consistente en que todos estuviesen de acuerdo en que en el Verbo encarnado había dos naturalezas, pero una sola operación y una sola voluntad (thelema) divino-humana. En el sínodo lateranense del año 649, el papa Martín I proclamó la doctrina de las dos energías o voluntades. El Concilio de Constantinopla y sexto ecuménico (680) condenó esta herejía y definió explícitamente esta doctrina, explicando que la oposición de las dos voluntades no puede producirse si la voluntad humana está subordinada a la divina; de manera que Cristo tiene dos voluntades, existiendo una perfecta armonía entre ambas. Para que haya una redención completa debe haber una humanidad perfecta con su correspondiente voluntad humana. Con ello se defiende la plena realidad de la naturaleza humana de Cristo: es verdadero Dios y verdadero hombre y, por tanto, capaz de unir a los hombres con Dios. ¿Qué dice la Biblia? Que el Hijo al tener la misma esencia del Padre, tiene la misma voluntad divina del Padre; y al ser perfecto hombre, tiene voluntad humana. Cristo, pues, tiene dos naturalezas (divina y humana) y dos voluntades (la divina y la humana). Hebreos 1:3; Mateo 26:39; Lucas 22:42; Juan 6:38. M ONTANISMO. Poco después de la mitad del segundo siglo (156-160 d. C.) tuvo lugar en Frigia, Asia Menor, un despertamiento espiritual. Montano, oriundo de esa tierra, proclamó la venida inminente de Jesucristo, diciendo que era señal de ello el derramamiento del Espíritu Santo que se originó en las iglesias que aceptaron su predicación, y por ello insistieron en el llamado a una vida de ayuno y oración, consagrada, austera, estricta. Creían que la nueva Jerusalén descendería pronto del cielo y se establecería en Frigia. Montano en su bautismo habló en lenguas y profetizó ser el escogido por el Paracleto como el profeta de Dios para preparar ese segundo advenimiento del Señor Jesús, que según la profecía de Joel, citada por Pedro, precedería a la segunda venida del Señor. Aunque sus enseñanzas fueron en su tiempo condenadas por la Iglesia, hay la opinión de que no debe clasificarse este movimiento como secta hereje, sino como puritanos que observaban el desliz de la Iglesia y proclamaban volver a la altura espiritual que le impuso 214
el Señor Jesús, y a la sencillez de los cristianos primitivos. Montano profesaba a menudo estar en ciertas ocasiones bajo la absoluta influencia del Espíritu, de modo que en esas condiciones podía ser el instrumento para nuevas revelaciones a la iglesia. Había, además, dos mujeres profetizas, Priscila y Maximila, discípulas de él, y una de las profecías de la primera fue tomada como un lamento del Espíritu Santo por el hecho de que la Iglesia lo estaba rechazando, tanto en ese tiempo como en muchos otros períodos. El movimiento montanista se extendió ampliamente y persistió hasta entrado el siglo quinto, y un hecho de no poca importancia y propaganda para ese movimiento fue el ingreso a sus filas de un hombre de la talla de Tertuliano, el teólogo más importante de su tiempo, el cual había servido ampliamente a la Iglesia defendiendo el cristianismo del mundo pagano y refutando herejías en su interior. Podríamos sintetizar tres aspectos que los montanistas reafirmaban y que según ellos, la Iglesia iba abandonando: 1 . El Espíritu de Dios como fuente activante de poder en la Iglesia. El continuado ministerio sobrenatural del Espíritu Santo. El sacerdocio ejercido por todos los creyentes, y no sólo del clero. Así enfatizaba la verdad del sacerdocio de todo creyente y la necesidad de que la obra de la iglesia fuese hecha por el poder del Espíritu, y no sólo por el así llamado clero. Fuerte protesta contra el creciente clericalismo. Se considera negativo del movimiento el buscar las formas más sensacionales de profecía, éxtasis, sueños y predicciones del futuro, aunque se dice que ellos no aprobaban las revelaciones que fuesen contrarias a las Escrituras.
persecución. 3 . Reafirmaban la verdad de la inminente venida del Señor. Según el testimonio de sus enemigos, había ciertas ideas extrañas mezcladas con su enseñanza en este punto. Ellos se consideraban no separados del resto de la Iglesia Católica (todavía no romana), sino que formaban dentro de la iglesia un grupo de los "espirituales", pero con el tiempo fueron obligados a salir. Se dice que las mártires Perpetua y Felicitas eran montanistas, y tampoco hay evidencias concretas de que Tertuliano haya sido excluido de la comunión de la Iglesia. Se les considera negativo el que, en vez de mostrar un testimonio, hubieran desprestigiado con sus extravagancias fanáticas esas mismas verdades que enfatizaban. Sin embargo, la iglesia católica adoptó uno de los peores errores del montanismo, el agregar nuevas revelaciones a las que ya había dado el Señor, lo cual se considera asimismo negativo. Rechazaba, es cierto, toda agregación por profetas individuales, pero manteniendo que el Espíritu daba especial inspiración a la sucesión apostólica de obispos, y aprobando en la práctica continuada, supuestas agregaciones a la revelación por las decisiones de concilios de obispos. En la época moderna, Juan Wesley aprobó la mayor parte de las enseñanzas montanistas; asimismo Harnack, el eminente y controvertido erudito patrístico moderno, también las ha aceptado.
2 . Combatían la flojedad de vida espiritual y la indisciplina en la Iglesia. Se considera negativo del montanismo el hecho de no distinguir entre la verdadera santidad y el ascetismo, prácticas éstas que consideraban como obligatorias, así como el ayuno. Tenían alto concepto del celibato, aunque predicaban la santidad del matrimonio. Pero como creían que el matrimonio era una unión espiritual que no se disolvía con la muerte, decían que segundas nupcias era pecado. Enseñaban que el creyente no debía procurar evitar el martirio y que incluso debía buscarlo. Tertuliano escribió un tratado para probar que no era lícito huir en tiempo de
M ORFOLOGÍA. (Del gr. ). Parte de la gramática que se ocupa de la estructura de las palabras. La morfología estudia las palabras desde el punto de vista formal, sus relaciones con el significado, su caracterización como pertenecientes a una categoría funcional, y los procesos de formación de nuevas palabras o formas de palabras. En la gramática tradicional la morfología recibía el nombre de analogía. El término morfología, aplicado primero a la biología, empezó a utilizarse en el s. XIX. La morfología deberá analizar los procesos flexionales de las palabras, es decir, las variaciones nominales (género y número) y las variaciones de paradigma verbal (persona, tiempo, etc.), lo que se conoce con el término de morfología flexiva. Deberá analizar también la derivación y composición (morfología derivativa). Por otra parte, deberá proporcionar unta caracterización funcional a las palabras.
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En este último aspecto, la morfología se aproxima mucho a la sintaxis. Los límites entre estos dos estudios son bastante borrosos por cuanto muchas variaciones morfológicas poseen implicaciones sintácticas, p, ej., La rosa es roja y los coches son rojos; de ahí que se haya creado la morfosintaxis. Se pueden aplicar dos enfoques metodológicos en este estudio: Unidad y proceso, en que las unidades relacionadas derivan unas de otras (panes de pan), y unidad y disposición, que se basa en el estudio de sus propiedades distribucionales. M ORFOSINTAXIS. (De morfología y sintaxis). Ling. Término propuesto por K. Togeby para designar el estudio de las unidades lingüísticas realizado desde un punto de vista tanto formal (morfológico) como funcional (sintáctico). Este tipo de enfoque surge de los problemas que plantea un estudio basado en la división de estos niveles debido a las borrosas fronteras entre ambos y a las múltiples interrelaciones entre unos fenómenos y otros. M UERTE. (Del lat. mors, mortis). Cesación o término de la vida. En Teología se habla de muerte física, muerte espiritual y muerte eterna; aunque la Biblia no hace distinción entre estas tres clases de muerte. El castigo con que Dios amenazó al hombre en el paraíso fue el de la muerte del hombre como un todo, principalmente como una separación de Dios. La Biblia dice que la muerte entró al mundo por medio del pecado (Ro. 5:12) y que la paga del pecado es muerte (Ro. 6:23). El castigo, pues, incluye la muerte espiritual, los sufrimientos de la vida, la muerte física y la muerte espiritual. La muerte espiritual significa que, al pecar, el hombre es separado de Dios. Solamente en comunión con el Dios viviente puede el hombre vivir verdaderamente. esa culpa del pecado solamente puede ser quitada por la obra redentora de Jesucristo. En el hombre natural no regenerado, el espíritu humano está muerto por la carencia de la vida de Dios, que solamente recibimos al creer y recibir a Cristo y su obra redentora.
deseos; se degeneró la voluntad y las emociones, llegaron las pasiones y los vicios y maldades y sujetaron a esclavitud de corrupción al hombre, reinando la maldición de una vida deshecha. La muerte física es la separación del cuerpo y del alma, que es también parte del castigo del pecado. “Polvo eres y al polvo volverás” (Gé. 3:19). (Cfr. Ro. 5:12-21; 1 Co. 15:12-23). “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (He. 9:27). La palabra griega nekros, de donde viene necropsia, se usa de: a) la muerte del cuerpo (Stg. 2:26), su sentido más frecuente; b) la condición espiritual de los incrédulos (Mt. 8:22); c ) la condición espiritual de los creyentes con respecto al pecado (Ro. 6:11); d) una iglesia en decadencia, en tanto que en tal estado está inactiva y estéril (Ap. 3:1); e ) el pecado, que aparte de la ley no puede producir un sentimiento de culpa (Ro. 7:8); f) el cuerpo del creyente en contraste a su espíritu (Ro. 8:10); g) las obras de la ley, en tanto que, por buenas que sean en sí mismas (Ro. 7:13), no pueden producir vida (He. 6:1; 9:14); h) la fe que no produce obras (Stg. 2:17,26). La muerte eterna, que se debe considerar como la culminación y perfección de la muerte espiritual. También es llamada segunda muerte (Ap.2:22; 20:14). Los frenos del presente ceden y la corrupción del pecado perfecciona su obra. El peso completo de la ira de Dios alcanza al que está condenado. Su separación de Dios, fuente de vida y de gozo, es separación completa, y esto significa muerte en el más terrible sentido de la palabra. La condición externa de los condenados corresponde con el estado interno de sus almas perversas. Hay allí pesares de conciencia y dolores físicos; y el humo de su tormento sube para siempre jamás (Ap. 14:11). La muerte es una parte importante del estudio de la escatología.
Los sufrimientos de la vida son producidos por la entrada del pecado en el mundo, pues el pecado trajo desorden a toda la vida del hombre. La vida física del hombre se debilitó por el pecado, y vino la enfermedad, y se degradó su vida mental, y sobrevinieron disturbios y agonías, y contradictorios pensamientos, pasiones y 217
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N N AZAREO. (En hebreo, separado o consagrado). Era una persona que hacía voto de dedicación especial a Dios, y podía tratarse de un hombre o una mujer (Nm. 6:2). El voto era temporal, pero parece que para algunos tenía carácter casi permanente. En los casos de Sansón y Juan el Bautista, éstos fueron nazareos desde el vientre o antes de su nacimiento (Jue. 13:5; Lc. 1:15). Los nazareos se atenían a ciertas prohibiciones, entre las cuales estaban: 1 ) abstenerse de bebidas embriagantes y del vino (Nm. 6:3; Lc. 1:15); 2 ) no acercarse a ningún cadáver (Nm. 6:6,7); 3 ) no cortarse el pelo (Nm. 6:5; Jue. 13:5; 16:17); 4 ) abstenerse de cualquier producto derivado de la uva (Nm. 6:3,4; Jue. 13:14). Estas prohibiciones duraban mientras rigiera el voto. Al terminar el plazo del voto, el individuo era llevado a la entrada del tabernáculo, se rapaba la cabellera, ofrecía sacrificios, y el sacerdote ofrecía la espaldilla izquierda de un carnero como ofrenda mecida (Nm. 6:13-20; Hch. 18:18; 21:24; Lv. 7:32). No se especifica el trabajo ni los deberes del nazareo, pero se entiende que debía dedicar su vida al servicio de Dios. El nazareo era asceta hasta cierto grado, pero no recluso ni célibe; vivía entre la gente y podía ser casado. Era carismático, pero debía recibir su inspiración del Espíritu Santo y no del estímulo artificial del vino (Ef. 5:18). N EFILIM. Término hebreo para designar a ángeles caídos y a sus descendientes los gigantes (Gé. 6:4) engendrados por esos ángeles (hijos de Dios) que se unieron sexualmente con las hijas de los hombres en tiempos antes del diluvio universal; hecho que narra el libro apócrifo de Enoc, pero corroborado por Judas (Jud. 6) y Pedro (2 Pe. 2:4). Estos nefilim eran gigantes violentos, tiranos y perversos. Conforme las teogonías griegas y de otras culturas antiguas, estos gigantes son el origen de los dioses y semidioses de las mitologías paganas. De ahí el origen de los famosos Titanes griegos que fueron confinados al Tártaro, lugar que precisamente confirma la Escritura como esas prisiones oscuras para esos ángeles que pecaron antes del Diluvio.
N EOPLATONISMO. Escuela filosófica que floreció principalmente en Alejandría en los primeros siglos de la era cristiana, y cuyas doctrinas eran una renovación de la filosofía platónica bajo la influencia del pensamiento oriental. 2 . El neoplatonismo helenístico, relativamente unitario y técnicamente filosófico, es un movimiento del s. II, iniciado por Anmonio Sacca, continuado por Proclo y desarrollado por Plotino, el cual es su figura más relevante. En el neoplatonismo se funden el platonismo, el pitagorismo y la doctrina de Filón de Alejandría, originando unta doctrina nueva de carácter panlogista. Su innovación fue identificar al Uno de la filosofia griega con el Dios Creador del cristianismo, y su problema central no resuelve de modo uniforme e inequívoco el de insertar en un sistema emanantista-necesitarista la idea de creación libre y la de contingencia. El principal peligro del neoplatonismo, de intención deísta, es la tendencia al panteísmo. La mezcla de la filosofia platónica con los principios cristianos es lo que se conoce como neoplatonismo, lo cual engendró herejías tan nefastas como gnosticismo, el docetismo, el arrianismo, el emanantismo. A propósito de neoplatónico renacentista, se habla más bien de platonismo. Se caracteriza por: 1 ) El Uno es el principio supremo; 2 ) absoluta trascendencia e incognoscibilidad del Uno, del que emanan todas las cosas sin que él mismo se modifique o agote; 3 ) carácter necesario de esta emanación por identificación del Uno con el Bien platónico; 4 ) todas las cosas son el mismo Uno en un proceso de distensión; 5 ) retomo al Uno a través del éxtasis. La primera sustancia emanada es el Nous48 y la segunda el Alma del Mundo, las cuales, junto con el Uno, forman las tres esencias primeras (hipóstasis). El neoplatonismo se diversificó en varias escuelas; la de Plotino, con sus discípulos Amalio y Porfirio; la de Atenas, con Proclo y Simplicio; la de Alejandría, con el obispo Sinesio de Cirene (411), Juan Filopón, Asclepio y, al parecer, Nemesio, obispo de Emesa (ca. 400); la del occidente cristiano, con Macorbio (s. V), Mario Victorino (s. IV) y Boecio; la de Pérgamo, con Juliano el Apóstata. N EOVITALISMO. Fil. y Biol. Nombre que reciben ciertas corrientes del pensamiento contemporáneo que postulan un 48
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Del gr. nous, mente, intelecto
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comportamiento no mecánico para los seres vivos. En general, los filósofos neovitalistas prefieren el nombre de «biologismo organicista», o bien el de «organicismo», para referirse a sus doctrinas. N ESTORIANISMO. Nestorio (murió en 451), fue hijo de padres persas, presbítero y fraile de Antioquía, y en 428 fue llamado desde su monasterio por el emperador de Oriente Teodosio II a ser patriarca de Constantinopla. Aunque Nestorio era un gran erudito, sin embargo no se caracterizaba por su prudencia. Comenzó con un esfuerzo por detener el avance del arrianismo, que continuaba causando estragos en la iglesia, de manera que atacó los residuos de los arrianos y en las disputas alrededor de la cristología comenzó una especie de cruzada teológica, y en particular de la encarnación, criado en el medio teológico de Antioquía,49 se opuso a los que se referían a María como "madre de Dios" (theotokos), proponiendo a cambio la expresión "madre de Cristo" (Christotokos), diciendo que María había sido sólo madre del cuerpo de Jesús, dando por sentado que Nestorio no comprendía bien el significado de la unión de las dos naturalezas (la divina y la humana) en la Persona de Cristo; y se opuso a la idea de que el Logos divino pudiera participar en sufrimientos y debilidad humana, y a la larga el nestorianismo degeneró en la herejía que sostenía que Jesús no había sido sino sólo un hombre, que lo divino y lo humano en Cristo formaban en Él dos personas distintas: Cristo, el Logos divino que se unió voluntariamente a Jesús, el hombre nacido de María, de tal manera que Nestorio enseñaba que Cristo, el Logos, era una persona, la divina, y Jesús otra persona, la humana, contrariamente a la opinión de la mayoría, que sostenían que había en Cristo dos naturalezas coexistentes, la divina en cuanto Verbo de Dios y la humana por cuanto se hizo carne, asumiendo la naturaleza humana desde el vientre de María, en una sola persona (prosopon) y una sustancia (hypostasis).
de rebajar el concepto de la divinidad del Señor. La controversia se manejó al principio por medio de cartas, luego llevado el caso ante el obispo de Roma, fue condenado en sínodos en Roma y Alejandría en 430, y por último en el Concilio de Efeso en 431, y desterrado por orden del emperador a su convento de Antioquía y más tarde al gran Oasis del desierto de Egipto, donde murió, derrotado, languidecido, después de sufrir a menudo gran angustia física y mental. Esta controversia cristológica fue definida en el concilio de Calcedonia. La Palabra de Dios declara con claridad que Jesús es el Cristo, una misma persona. "¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo" (1 Jn. 2:22). Nestorio enseñaba que sobre el hombre Jesús descendió el Logos ;pero la Palabra de Dios afirma que "el Logos se hizo carne", y que fue "hecho semejante a los hombres", como dice Filipenses 2:7. La Biblia no dice que Cristo descendió sobre una carne, sino que se hizo carne Él mismo. N EURASTENIA. (Del gr. , nervio, y , , debilidad). Psiq. Transtorno funcional o estado neurótico afectivo caracterizado por la sensación de fatiga o debilidad, una disminución general del tono psíquico y un alto grado de irritabilidad. Es atribuido a debilidad del sistema nervioso. En ambientes psicológico-clínicos y psiquiátricos no es difícil encontrarse con sujetos permanentemente agotados que se quejan de dormir mal y se sienten afectados por dolores difusos y jaquecas. Casi siempre sexualmente impotentes, las personas allegadas a ellos tienden a considerarlos enfermos imaginarios. Son sujetos a los que tradicionalmente se les ha reconocido como neurasténicos, aunque en ámbitos especializados el término neurastenia es utilizado cada vez menos frecuentemente.
La escuela de pensamiento de Antioquía se caracterizaba por el rechazo de la exégesis alegórica y la adopción de una hermenéutica gramático-histórica. El éntasis cristológico primordial de la Escuela de Antioquía estaba sobre la humanidad de Cristo, aunque no negaban la deidad del Señor.
N ICOLAÍSMO. "6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco" (Ap. 2:6). El Señor vuelve a complacerse con la iglesia de Efeso y la alaba de nuevo, como diciéndole que le agrada que aborrezca lo que Él aborrece, las obras de los nicolaítas. ¿Quiénes son los nicolaítas? El término nicolaíta, viene del griego “nikoláos”, de las raíces nikaos, gobernante, dirigente, guía, también tiene la connotación de
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A Nestorio se le opuso Cirilo, obispo de Alejandría, acusándolo 49
conquistar o vencer, y laite o laos ( ), gente común, secular, pueblo, laicado; de la cual se deriva la palabra laico, significando, pues, "los que vencen al pueblo", o los que ejercen autoridad sobre el pueblo, los que vencen a los laicos, personas que se tienen por superiores a los creyentes comunes; es ese afán de ejercer autoridad y dominio sobre el pueblo, formando así un tipo de hierarquía50. De donde se deduce que aquí el Señor condena la aún incipiente tendencia en la Iglesia, de crear un partido de personas ambiciosas que se erijan por encima de las demás, ávidas de poder, y que a la postre habrían de crear un sistema clerical divisorio y exclusivista, formando así dos grupos en la Iglesia: uno minoritario, elitista y encumbrado, llamado clero, y otro integrado por la gran masa de los santos, el laicado, gobernado y sometido por el primero, jerarquía que vemos tomar fuerza en los sistemas del catolicismo y el protestantismo, estorbando así la economía de Dios. Eso lo aborrece el Señor de la Iglesia. El Señor aborrece los ambiciosos de poder al estilo Diótrefes. Aun en el pueblo hebreo, Dios quiso que Su pueblo fuese todo un reino de sacerdotes (Éxodo 19:6), pero debido a la adoración al becerro, perdieron ese privilegio, y fue escogida la tribu de Leví para que lo ejerciera (Éxodo 32; Deuteronomio 33:8-10). "Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco" (Ap.2:15). Durante el período de Efeso hubo solamente lo que la Palabra de Dios llama las obras de los nicolaítas, cuando iniciaron la práctica de la jerarquía en la iglesia; es decir, nada se había enseñado al respecto, ni mucho menos institucionalizado, decretado ni dogmatizado. Pero ya en el siglo cuarto, en pleno auge del período de Pérgamo, esas obras progresaron y se convirtieron en enseñanzas, y de la enseñanza a la dogmatización es sólo un paso, de manera que hoy en la iglesia degradada, tanto en el sector del catolicismo como en el protestantismo institucionalizado, el nicolaísmo se enseña y se practica. Entonces primero surgen miembros individuales al estilo Diótrefes, que se esfuerzan por obtener dominio sobre los demás, luego hay necesidad de inventar una teoría que justifique este dominio; la teoría se convirtió en enseñanza y la enseñanza se 50
consolidó en dogma, el cual, por último, la Iglesia aceptó sin previo examen, revisión ni crítica, sin juzgarlo a la luz de la Palabra de Dios, destruyendo así la función de los creyentes, mutilando o anulando el Cuerpo del Señor como expresión de Cristo, que es la Cabeza. Alrededor del año 324, el cristianismo fue reconocido como la religión oficial del Imperio Romano. De acuerdo con el espíritu de la época, por un lado la legislación oficial iba encaminada a la obligatoriedad de la conversión de los ciudadanos del Imperio, incluida la amenaza, y por otra parte surgieron motivos e intereses personales que llevaron a la gente a convertirse en masa; razón por la cual el cristianismo se llenó de un pueblo ignorante de las verdades cristianas, de manera que eso también coadyuvó a la formación de un clero selecto que tuviera a su cargo los menesteres espirituales, surgiendo así definitivamente la imperiosa necesidad de dividir la Iglesia entre cleros y laicos; se consolidó una jerarquía que sustentaba el monopolio del conocimiento y la enseñanza, amén del poder y el gobierno eclesiástico. Al consolidarse el cristianismo como religión estatal, se toma como pretexto la necesidad de crear estructuras más complejas a fin de poder mantener tanto la disciplina como regular la pureza doctrinal. Los presbíteros fueron reemplazados por una jerarquía de obispos y comenzó a emerger una estructura diocesana. Los dirigentes eclesiásticos, imitando la forma de gobierno imperial, adoptaron un gobierno de superior jerarquía, en preferencia a aquel ejercido en un plano de igualdad, como los practicados en la iglesia en sus primeros años. La Iglesia cristiana iba moldeando su propia organización sobre la base del sistema gubernamental del Imperio Romano, abandonando así los principios escriturales. Constantino consolidó en el Imperio una organización político-administrativa jerarquizada, agrupando las provincias en diócesis, que como antes se dijo, proviene tal nombre del emperador Diocleciano, gobernadas por los vicarii (vicarios). Más tarde, cuando ya fue desarrollado, el sistema católico romano imitó esa misma forma de organización política. Se consolidó la configuración de una jerarquía eclesiástica siguiendo las directrices de la misma división administrativa imperial. Se instituyeron metropolitanos en las
Gobierno de sacerdotes
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provincias y obispos en las ciudades. Indudablemente el Señor quiere que la Iglesia se edifique normalmente con Su solo poder, sin que goce de alguna cuota de poder oficial. El Señor mandó obediencia a los hombres que en la comunidad representasen la autoridad, pero se negó a emplear métodos políticos para sí mismo y para Sus propósitos, incluyendo la Iglesia, y, además, no sólo nunca abogó por cualquier método de rebelión, sino que la Palabra de Dios condena esta actitud, en cualquiera de sus manifestaciones. El Estado y la Iglesia de Jesucristo jamás han debido unirse en la historia, pues son dos instituciones con orígenes, índole y fines diferentes. La una no tiene nada que ver con la otra; pero en la historia malévolamente se confundió a la Iglesia de Jesucristo con la religión babilónica, la cual siempre fue la religión del Estado. Esa herencia matrimonial continuó hasta nuestros días, con influencias e imitaciones más allá del sistema central, el cual se identifica con lo que la Biblia llama la gran ram era; sistema que, diciendo representar los intereses del Señor, le ha sido infiel. Ese sistema religioso llegó a ser una sola cosa con el Estado. La Iglesia de Jesucristo lejos está de necesitar la aprobación oficial para desarrollarse y cumplir su cometido en esta tierra. Esa condición no la encontramos en la Biblia. La Iglesia de Jesucristo lejos está de necesitar que los reyes y poderosos de este mundo la defiendan. Es todo lo contrario; por ellos mismos, siguiendo una consigna tras bambalinas del príncipe de este mundo, habría de ser perseguida. N INFA. (Del lat. nympha, y este del gr. ). Mit. Cada una de las fabulosas deidades de las aguas, bosques, selvas, etc., llamadas con varios nombres, como driada, nereida, etc. N IRVANA. Voz sánscrita que significa destrucción, extinción). En algunas religiones de la India, estado resultante de la liberación de los deseos, de la conciencia individual y de la reencarnación, que se alcanza mediante la meditación y la iluminación. | | 2 . Término budista con el que se designa aquel estado del alma, tenido por perfecto, en el que, junto con los demás deseos, ha sido suprimida el ansia de vivir.
Rel. Nominal es el miembro de la congregación que tiene nombre de cristiano pero no ha experimentado una auténtica regeneración espiritual. 2 . Nombre que designa una de las soluciones dadas en la Edad Media al problema de lo universales según la cual los términos generales son únicamente flatus voci (emisiones de voz), es decir, carecen de un referente concreto. El nominalismo considerado clásico es el de Guillermo de Occam, que consiste en afirmar que los términos son voces que ocupan en el discurso el lugar de las cosas designadas por ellos; por lo tanto, son instrumentos para referirse a la realidad, ya que ésta, particular y concreta tal como se presenta a los sentidos, no es captable por el intelecto de manera general y abstracta. De todas maneras, se habla de un nominalismo anterior a Occam (ya en la propia Edad Media, Roscelino, Abelardo, ya en la Antigüedad, escépticos), y de un nominalismo moderno, o neonominalismo, especialmente en la filosofía neopositiva (antimetafisica y empírica). El nominalismo en la filosofía contemporánea tiene un carácter exclusivamente metodológico, mientras que las discusiones medievales en torno al nominalismo o realismo de los universales apuntaban a cuestiones ontológicas y teológicas. N OUS. (Del gr. , mente, inteligencia). Fil. Término griego que designaba la inteligencia, el espíritu, la razón, la memoria, la mente, el asiento de la consciencia reflexiva, comprendiendo las facultades de percepción y comprensión, y las de sentimiento, juicio y determinación. Fue introducido en filosofía por Anaxágoras, el cual dio este nombre a la sustancia pensante. Platón llamó así a la razón; parte más noble del alma que participa del mundo de las ideas. Con este mismo significado pasó a Aristóteles, quien distinguió dos tipos de nous: poietikós, intelecto activo, y pathetikós, intelecto pasivo.
N OMINALISMO. (De nominal e ismo). Fil. Tendencia a negar la existencia objetiva de los universales, considerándolos como meras convenciones o nombres, en oposición a realismo y a idealismo.
N OVACIONISMO. Concepción cristiana rigorista de mediados del s. III, que tuvo adeptos hasta entrado el s. VI. Según ella, la Iglesia debía negar el perdón y la reconciliación a todos los apóstatas que pecan mortalmente después del bautismo. El Concilio de Nicea la declaró herética. Este cisma rigorista dividió a la Iglesia en Occidente durante la persecución de Decio (249-50). “Su dirigente fue Novaciano (un presbítero de la iglesia de Roma que había escrito un
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tratado totalmente ortodoxo sobre la Trinidad). Los datos que poseemos sobre su vida no nos dan una imagen completa de su vida ya que son muy fragmentarios. Novaciano se opuso a la admisión en las comunidades cristianas de aquellos cristianos que había apostatado en tiempos de la persecución. Cornelio, obispo de Roma, un cargo al cual Novaciano había aspirado, era partidario de perdonar a quienes por debilidad de la carne había sacrificado a los ídolos, y reincorporarlos a la comunidad cristiana después de un período de prueba y de haber dado señales de arrepentimiento. Novaciano se opuso fuertemente a ello. Los partidarios de Novaciano tenían el apoyo de otras iglesias, entre ellas la de Antioquía. Él mismo fue martirizado en la persecución de Valerio en los años 277278. Aunque eran ortodoxos en doctrina, los novacianos persistieron en su rigor. En el Concilio de Nicea, Constantino mismo rechazó a Acesio, uno de los obispos novacianos, que aunque era creyente en la fe apostólica, continuaba en su posición conservadora. El canon 8 del mismo Concilio establece que los seguidores de Novaciano pueden ser admitidos en la comunión de los demás cristianos, y elabora las condiciones para ello. Hasta bien entrado el siglo V la iglesia formada por los partidarios de Novaciano era muy fuerte, y continuó en comunidades separadas por muchos siglos más, en Roma así como también en otras ciudades”.51
N UEVA E RA. (Inglés New Age). Movimiento luciferiano que coordina los elementos económicos, políticos y espirituales del gobierno mundial satánico, dentro del concierto de las instituciones ocultistas que promueven el Nuevo Orden Mundial, incluyendo la masonería, la Sociedad Teosófica (fundada por Madame Blavatsky) y otras. Los tentáculos de la Nueva Era tienen nombres propios: Francmasonería, Iluminati, Rosacruces, Caballeros Templarios, Gnosticismo, Cabalismo, sociedades políticas secretas, élite bancaria internacional, Concilio Mundial de Iglesias. Por medio de literatura (libros, revistas, periódicos, folletos), radio, televisión, películas, incentivas las prácticas populares que encierran la parapsicología, brujería, horóscopo, adivinación, espiritismo, ocultismo involucrado con las religiones orientales: hinduismo, budismo, sintoísmo, etc. El énfasis religioso de la Nueva Era se fundamenta en el despertar de la misma religión panteísta que adoraba al diablo en Babilonia, ahora bajo la apariencia de una nueva religión que promueve un 51
Enciclopedia Ilustrada de la Historia de la Iglesia. Vila.Santamaría, CLIE. 1979. Pág. 471.
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gran despertar de lo espiritual. En todo esto, la masonería juega un papel de primerísimo orden, con todos sus subterfugios y poderosas organizaciones políticas, económicas y místicas. Las orientaciones de la Nueva Era están encaminadas a promover “un gran despertar de lo espiritual en el hombre”, pero luciferiano; ellos no admiten que Dios ha descendido a la tierra a buscar y a salvar al hombre, sino que el hombre sea divinizado y elevado hacia las alturas de Dios por sus propio esfuerzo. Las corrientes luciferianas no admiten que el hombre se humille ante Dios, sino que se exalte en su posición independentista; de manera que ese despertar espiritual relacionado con la Nueva Era se dirige hacia el valle de sombra de muerte. N UMISMÁTICA. (Del fr. numismatique, éste der. del lat. numisma, moneda, y éste del gr. ). Ciencia auxiliar de la historia que trata de las monedas y medallas, principalmente de las antiguas. La numismática estudia la figura, el metal y el peso de las monedas para situarlas dentro del contexto histórico. Las figuras son los motivos que fueron grabados en sus dos caras, y sirven para identificar el valor legal, el lugar y la época en que la moneda fue acuñada.
O ONOMASIOLOGÍA. (Del gr. , denominación, o de ónoma, nombre, semeion, signo, y logos, tratado). Ling. Parte de la semántica que investiga las palabras que en determinadas coordenadas de espacio y tiempo se usan para designar un mismo significado. Se ha utilizado frecuentemente en la confección de los atlas lingüísticos. ONTOLOGÍA. (Del gr. , el ser). Parte de la metafísica que trata del ser o ente en general y de sus propiedades trascendentales. Etimológicamente ontología significa «ciencia del ente», y se define como la ciencia del «ens qua ens». Este término no se utilizó hasta tiempos modernos para designar un estudio que, desde luego, data 228
de mucho antes. Aunque con anterioridad a Wolff se propuso este nombre para dicha ciencia (Clauberg en 1647), se debe a aquél la difusión del mismo. Se concibe la ontología como una disciplina primera y básica que, por considerar las características esenciales de lo que es común a todos los entes (el ser), puede proporcionar una base adecuada a toda la actividad filosófica y científica. Así definida, coincide, al menos en gran parte, con lo que tradicionalmente se ha considerado objeto de la metafísica, y ha planteado la cuestión de deslindarla de ella, a pesar de que ciertas corrientes de pensamiento insisten en considerarlas una sola disciplina. De todas maneras, el terreno en que se mueve la ontología, ya desde su origen, ha hecho de ella una ciencia menos discutible, en general, que la metafísica, por su función de arquitectónica de la realidad o del conocimiento. Prueba de ello es que tendencias actuales que rechazan por completo toda especulación metafísica (en el sentido que ésta tiene de transfísica) utilicen el nombre de ontología para indicar un marco estructural en el que una teoría se encuentra incluida; tal sería el concepto de ontología en Fleibleman y Quine, aunque con diferencias entre ellos. Entre otras corrientes del pensamiento contemporáneo más alejadas del positivismo cabe destacar el sentido que tiene ontología en Heidegger, quien, después de establecer la diferencia entre la existencia ontológica, propia del Dasein, y la óptica, propia de los demás entes, quiere llegar, por medio de una analítica de la existencia, a una ontología fundamental, que va a ser el estudio de lo que posibilita a todo ente como existente. En la orientación crítica, la ontología de N. Hartmann es una disciplina que delimita el campo de lo cognoscible y lo separa de los trascendente.
el cosmológico, que consiste en una ley de causalidad; es decir que todo lo que existe en el mundo debe tener una causa adecuada, es decir, una causa indefinidamente grande; Dios; el teleológico, que, como el anterior, es causal, es decir, que al contemplar al mundo en todos sus aspectos, revela inteligencia, orden, armonía y designio, denunciando así la existencia de un ser inteligente y de firmes designios tal como lo exige la producción de semejante mundo; el moral, el cual exige la existencia de alguien que como Legislador y Juez tiene absoluto derecho de gobierno sobre el hombre y su conducta; el histórico o etnológico, el cual sostiene que entre todos los pueblos y las tribus de la tierra se encuentra un sentimiento de lo divino, que se manifiesta en culto externo. Siendo universal este fenómeno, debe pertenecer a la misma naturaleza del hombre. Y si la naturaleza del hombre tiende a la adoración religiosa, esto sólo hallará explicación en un Ser superior que dio al hombre tal naturaleza religiosa.
Argum e nt o o nt o ló gic o . Fil. Nombre dado por Kant a una argumentación sobre la existencia de Dios que apareció formulada por primera vez en el Proslogium de Anselmo de Canterbury. En la filosofía de la religión se han desarrollado algunos argumentos para probar racionalmente la existencia de Dios; entre ellos se destaca el argumento ontológico. Sus principales exponentes, entre otros, han sido Anselmo (el mejor), Descartes, Samuel Clarke. Este argumento consiste en que el hombre tiene la idea de un ser absolutamente perfecto, y por lo tanto ese ser debe existir. Otros argumentos son:
Además de cualquiera otra objeción que tengan estos argumentos, se debe tener en cuenta lo que al respecto dice la Palabra de Dios: “18Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del m undo, siendo entendidas por m edio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Am én” (Ro. 1:18-25). Ante tal panorama, para un creyente es claro que sólo podemos conocer a Dios por medio de Cristo, por revelación espiritual.
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Además, el demonio, que tiene esclavizado al hombre sin Dios, busca que los hombres le adoren, como lo intentó con el mismo Señor Jesús.
la lectura de escrituras antiguas, y otras de mayor alcance científico, como el conocimiento de las circunstancias sociales o personales de las cuales la escritura da testimonio.
OPÚSCULO. (Del lat. opusculum, diminutivo de opus, obra). Obra científica o literaria de poca extensión.
P ALIMPSESTO. (Del gr. , de pálin, de nuevo, y psan, borrar). Manuscrito antiguo en pergamino que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente para escribir de nuevo en él. El palimpsesto fue ya conocido en la antigüedad. Sin embargo, su uso se generalizó en la Edad Media, debido a la escasez de pergamino 2 . Tablilla antigua en que se podía borrar lo escrito para volver a escribir. 3 . Palimpsesto también se le dice en latín rescripto, o re-escrito. Se han encontrado códices de la Biblia en que se borró el texto bíblico y se escribió otra cosa, pero con rayos infrarojos se logra sacar lo que estaba debajo.
ORDALÍA. (Del latín ordalia). Prueba ritual usada en la Antigüedad para establecer la certeza, principalmente con fines jurídicos, y una de cuyas formas es el juicio de Dios. ORFISMO. Religión de misterios de la antigua Grecia, cuya fundación se atribuía a Orfeo, poeta y músico griego mítico, y que se caracterizaba principalmente por la creencia en la vida de ultratumba y en la metempsicosis. El orfismo, doctrina a la que algunos autores atribuyen procedencia hindú, pretendía explicar el origen del hombre y la causa de sus sufrimientos, los cuales eran achacados a su doble naturaleza, a la vez dionisíaca y titánica. Sus adeptos creían en la inmortalidad del alma y en la reencarnación. Esta última era considerada un mal, y podían librarse de ella por medio de un método ascético que tenía como fin la liberación de lo dionisíaco del influjo de lo titánico. El orfismo influyó en algunas corrientes filosóficas, como la de los pitagóricos, en Empédocles y en Platón. ORTODOXIA. (Del gr. ). Conformidad con doctrinas o prácticas generalmente admitidas. / Conformidad con el dogma de una religión. / Entre cristianos bíblicos, conformidad con el dogma cristiano bíblico. / Conformidad con la doctrina fundamental de cualquier sistema religioso. / Conjunto de las iglesias cristianas orientales, como la griega, la rusa y la rumana.
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P ALÍNDROMO. (Del gr. , de nuevo, y , carrera). Palabra o frase que se lee igual de izquierda a derecha, que de derecha a izquierda; p. ej., anilina; dábale arroz a la zorra el abab. P ALINGENESIA. (Formado como el adj. gr. , de , de nuevo, y , nacimiento). Regeneración, renacimiento de los seres. Es lo que ocurre en lo0s humanos cuando creen en Jesucristo y en su obra redentora; nacen a la vida espiritual. P ANEGÍRICO. (Del lat. panegyricus, y este del gr. ). Perteneciente o relativo a la oración o discurso en alabanza de alguien. Discurso panegírico. Oración panegírica. 2 . Discurso o sermón en alabanza de alguien. 3 . Elogio de alguien, hecho por escrito. P ANLOGISMO. (Del gr. , todo, y , razón). Fil. Teoría según la cual todo lo real es racional. De acuerdo al panlogismo, el mundo en su totalidad es manifestación del espíritu o razón (logos); en consecuencia, establece la identidad absoluta entre el ser y el pensar, ambos actualizaciones de dicho logos. Se aplica a la filosofía de Hegel.
P ALEOGRAFÍA. (Del gr. paleo, antiguo, y graphein, escribir). Estudio de la escritura y signos de los libros y documentos antiguos. Ciencia que estudia las escrituras en su forma y en su desarrollo histórico, y tiene una finalidad práctica inmediata, el aprendizaje de
P ANOPLIA. (Del gr. ). Armadura completa con todas las piezas. Lit.: toda armadura, plena armadura (de pan, todo; oplon, arma). Se usa: a) de una armadura literal (Lc. 11:22); b) de ayudas espirituales provistas por Dios para vencer las tentaciones
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del diablo (Ef. 6:11,13). Entre los griegos, la panoplia era el equipo completo utilizado por la infantería pesada. P ANTEÍSMO. (De pan, todo, el gr. , Dios, e -ismo). Sistema de quienes creen que la totalidad del universo es el único Dios. 2 . Fil. Doctrina que entiende la realidad desde un concepto unívoco de ser, y así todas las cosas son interpretadas como modos de este ser único. Fil. El panteísmo es un monismo inmanentista en el que Dios y cosmos (totalidad de lo existente) son una misma cosa. En el s. XVIII se encuentran por primera vez las expresiones panteísta y panteísmo para indicar la identificación de Dios con el mundo y, a partir de esta definición, se distingue entre un panteísmo llamado «acosmista», que establece que Dios es la única realidad auténtica, de la cual el mundo es manifestación, y un panteísmo llamado «ateísta», según el cual el mundo es la única realidad, y ésta es Dios. La filosofía de Spinoza es considerada un ejemplo acabado de panteísmo. Son también considerados panteístas Fichte y Hegel. El panteísmo confunde a Dios con el universo. Según los panteístas, la creación es Dios; es decir que el ser de la creación y el ser de Dios son uno mismo. Dicen que el hombre es la última y más perfecta emanación de Dios. Es una deificación del hombre. Pero Dios es tanto transcendente como inmanente. La creación no es una aparición fenoménica de Dios. El panteísmo es el error típico de todos los misticismos orientales, como el hinduismo, el brahmanismo. Al creer que Dios es la sustancia del mundo, fácilmente le dan la gloria a la creación, y llegan a adorar a cualquier cuadrúpedo. P ARÁBOLA. (Del gr. parabole [ ]). Denota poner al lado, arrojar o depositar al lado, comparar. Poner una cosa al lado de otra con el propósito de comparar. 2 . Narración de un suceso fingido, del que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral. 3 . Narración ilustrativa en respuesta a una pregunta o con indicación de una moraleja o enseñanza. Los materiales son usualmente sencillos, la acción es poco complicada y los personales familiares. La parábola pertenece al género de la alegoría. Las muestras más conocidas proceden de las Sagradas Escrituras. 233
Por lo general se dice de un relato algo largo sacado de la naturaleza o de circunstancias humanas, siendo su objeto la enseñanza de una lección espiritual, por ejemplo las de Mateo 13 y paralelos sinópticos. En ocasiones se usa este término para denotar un dicho corto, o proverbio (Mt.15:15; Mc.3:23; 7:17; Lc. 4:23, traducido «refrán», RV, RVR, RVR77; 5:36; 6:39). Es la lección lo que vale; el oyente tiene que captar la analogía si quiere recibir la instrucción, como también sucede con el proverbio. Tal relato o dicho, que trata de cosas terrenas con un significado espiritual, se diferencia de la fábula, que atribuye a las cosas aquello que no les corresponde en la naturaleza. Las parábolas de Cristo comunican muy frecuentemente verdades relacionadas con el tema del reino de los cielos. El hecho de que retuviera su significado de sus oyentes, como lo hizo de las multitudes (Mt. 13:34), constituyó un juicio divino sobre los indignos. Se deben evitar dos peligros al tratar de interpretar las parábolas en las Escrituras: a) el de pasar por alto las características centrales, y b) el de intentar aplicar un significado a cada uno de sus detalles. P ARACLETO. (Del gr. , abogado, intercesor). Paráclito. Se dice del Espíritu Santo, enviado para consolar y ayudar a los fieles. El parakletos (de para, al lado de, y klesis, llamado; de donde viene ekklesia, iglesia, los llamados aparte) es el que es llamado al lado de uno, en ayuda de uno. Esta palabra griega sugiere la capacidad y adaptabilidad para prestar ayuda. Se usaba en las cortes de justicia para denotar a un asistente legal, un defensor, un abogado; de ahí, generalmente, el que aboga por la causa de otro, un intercesor, abogado, como dice en 1 Juan 2:1 del Señor Jesús. En su sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela. Cristo fue esto para sus discípulos, por la implicación de sus palabras “otro (allos, otro de la misma clase, no heteros, diferente) Consolador”, al hablar del Espíritu Santo (Juan 14:16). P ARADIÁSTOLE. (Del latín paradiastole, y éste del griego ). Ret. Figura que consiste en usar en las cláusulas voces, al parecer de significación semejante, dando a entender que la tienen diversa.
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P ARADIGMA. (Del lat. paradigma, y éste el gr. , modelo). Ejemplo o ejemplar. 2 . Ling. Cada uno de los esquemas formales en que se organizan las palabras nominales y verbales para sus respectivas flexiones. 3 . Ling. Conjunto cuyos elementos pueden aparecer alternativamente en algún contexto especificado; p.ej., niño, hombre, perro, pueden figurar en El — se queja. 4 . Fil. de la ciencia. A partir de la obra de Kuhn, marco de referencia que en determinado momento histórico permite interpretar los fenómenos. 5 . Gram. Modelo de reflexión; se habla en este sentido, p. ej., del paradigma de la primera conjugación o del de una declinación latina. 6 . Ling. En la lingüística estructural, eje del lenguaje basado en la selección que realiza el hablante entre formas equivalentes. Así, cuando pronuncia la oración la casa está cerrada, el hablante elige casa en un paradigma formado por palabras como mansión, vivienda, torre, etc. P ARADOJA. (Del lat. paradoxa, y éste el gr. , inesperado, increíble). Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de las personas. 2 . Fís. Cualquiera de las contradicciones aparentes que se presentan en el seno de una teoría física, o de las contradicciones aparentes entre determinadas leyes físicas y el sentido común. 3 . Lóg. y Mat. Aseveración que, a pesar de su formulación coherente y, al menos en apariencia, correcta, expresa algo que no encaja con lo que, en general, se espera que pueda producir el ejercicio de la razón y la utilización de un lenguaje. 4 . Ret. Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción: Mira al avaro, en sus riquezas, pobre. P ARÁDOSIS. Término griego ( ), que denota transmisión abajo o adelante (relacionado con paradidomi, transmitir, entregar), tradición, y de ahí, por metonimia: a) las enseñanzas de los rabinos, sus interpretaciones de la ley, que por ellas quedaba virtualmente anulada (Mt. 15: 2,3,6; Mr. 7:3,4,8,9, 13; Gá. 1:14; Col. 2:8); b) la enseñanza apostólica (1 Co. 11:2). 2. Tradición oral proto-bíblica; lo sucedido ante testigos, los cuales contaron a otros; luego el Espíritu Santo, parte de esta historia oral hizo que la escribieran algunas personas en forma fiel. P ARÁFRASIS. (Del lat. paraphrasis, y éste del gr. 235
).
Explicación o interpretación amplificativa de un texto para ilustrarlo o hacerlo más inteligible. 2 . Traducción en verso, en la cual se imita el original, sin verterlo con escrupulosa exactitud. 3 . Frase que, imitando en su estructura otra conocida, se formula con palabras diferentes. 4 . Ling. Relación entre dos oraciones distintas que poseen la misma interpretación semántica: su piso es amplio y su vivienda es espaciosa, el público aplaudió al orador y el orador fue ovacionado por el público. P ARALIPÓMENOS. (Del lat. paralipomena, y éste del gr. , cosas omitidas). Suplemento o adición a algún escrito. En cuanto a los libros canónicos de Crónicas, en el canon hebreo, las Crónicas componían un solo libro llamado Dibré Jayyamín (hechos de los días). En la LXX) se dividió en dos que se llamaron Paraleipomena (cosas omitidas), porque se creía que contenían historia que “omitieron” los otros libros históricos, lo cual explica que en algunas versiones católico-romanas estos libros se llamen Paralipómenos. P ARALIPSIS. (Del gr. , preterición). Ret. Figura retórica que consiste en aparentar que se quiere omitir algo. Consiste en hacer que se fije la atención sobre un objeto, fingiendo descuidarlo o despreciarlo. P ARANOIA. (Del gr. , al lado, contra, y , mente). Psiq. Transtorno mental constituido por la presencia de una idea ilusoria fija, permanente, lógicamente construida, que condiciona una conducta anormal en el enfermo. Las ideas falsas que originan la paranoia se engendran por una debilidad de la crítica del paranoico frente a los conflictos de su personalidad con el ambiente. El estado paranoico puede constituir un verdadero delirio, acompañándose de fenómenos alucinatorios. Puede observarse: 1) como fenómeno patológico único, en individuos sin ninguna otra alteración; 2) asociada a otros estados psicopáticos, como la esquizofrenia o la psicosis maniaco-depresiva; 3) al comienzo o en el curso de afecciones cerebrales graves: sífilis cerebral, parálisis general, demencia arterioesclerótica y senil; 4) como fenómeno típico de la anoxia; 5) en el climaterio, ya como fenómeno pasajero, ya como iniciación de psicosis permanentes; 6) en el hipertiroidismo; 7) en ciertas intoxicaciones, principalmente la alcohólica. 236
P ARUSÍA. (Del gr, , presencia, llegada [para, con, y ousia, un ser]). Denota tanto una llegada como una consiguiente presencia con. Por ejemplo, en una cierta carta escrita en papiro una dama habla de la necesidad de su parousia en cierto lugar a fin de atender algunos asuntos relacionados con su propiedad allí. El término indicó la venida en visita solemne de personajes ilustres, tales como reyes o emperadores (del siglo III a.C. al II d.C.); luego, la llegada de un individuo cualquiera y su consiguiente presencia. En el Nuevo Testamento es usado para designar (16 veces de 24) el advenimiento, la venida gloriosa (el retorno) de Cristo al final de los tiempos en calidad de juez: esta es la acepción que, corrientemente, va unida al vocablo, el cual, por analogía, fue usado a veces también en relación con la primera venida de Cristo, cumplida con la encarnación. También se usa la palabra parousia refiriéndose al Inicuo, el hombre de pecado, de acceso al poder y de sus actos en el mundo durante su parousia (2 Tes. 2:9). P ASIBLE. (Del lat. passibilis). Que puede o es capaz de padecer. Cristo padeció por nosotros en su obra redentora (1 Pe. 2:21). P ATÉTICO. (Del lat. patheticus, y éste del gr. , que impresiona, sensible). Dícese de lo que es capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes, en particular dolor, tristeza o melancolía. P ATRIPASIANISMO. El patripasionismo está relacionado con el monarquismo modalista, por cuanto en esa doctrina se enseñaba que el Padre había encarnado en el Hijo, y por ende era el Padre el que había tomado la tarea de la redención, sufrido el sacrificio de la cruz y resucitado. Véase Sabelianismo. P ECADO. Básicamente el pecado es una violación de la ley de Dios revelada en la Palabra de Dios y en la conciencia del hombre. No obedecer la ley de Dios nos trae consecuencias gravísimas (Ez. 18:4,20). Pero aun antes de que se haya cometido abiertamente el pecado, ya su mero deseo o intención es pecado (Mt.5:28). El término griego hamartía [ ] se traduce literalmente errar el blanco; pero este significado etimológico se pierde de vista en gran medida en el Nuevo Testamento. Es el término más inclusivo de 237
distorsión moral. “¿Por qué se usa «pecado» y «pecados» de modo diferente? La diferencia entre «pecado» y «pecados» es la de que pecado es en singular, y pecados, en plural. En el Antiguo Testamento no hay distinción entre pecado en singular o pecados en plural. Sólo en el Nuevo Testamento se expresa diferencia, y ésta es muy importante. Hagamos una lista de todos los lugares en el Nuevo Testamento en que pecado (en griego «hamartia») se halla en singular y en plural. «Pecado»en singular: Mateo 12:31; Juan 1:29; 8:34 (dos veces), 46; 9:41 (dos veces); 15:22 (dos veces), 24; 16:8,9; 19:11; Hechos 7:60; Romanos 3:9,20; 4:8; 5:12 (dos veces), l 3 (dos veces); 20, 21; 6:1, 2, 6 (dos veces), 7, l0, 11, 12, 13, 14, 16, 17, 18, 20, 22, 23; 7:7 (dos veces), 8 (dos veces), 9, 11, 13 (tres veces), 14, 17, 20, 23, 25; 8:2, 3 (tres veces), l0; 14:23; 1 Corintios 15:56 (dos veces); 2 Corintios 5:21 (dos veces); 11:7; Gálatas 2:17; 3:22; 2 Tesalonicenses 2:3; Hebreos 3:13; 4:15; 9:26, 28 (el segundo “pecado”); 10:6, 8,18; 11:25; 12:1, 4; 13.11; Santiago1:15 (dos veces); 2:9; 4:17; 1 Pedro 2:22; 4:1; 2 Pedro 2:14; 1 Juan 1:7,8; 3:4 (dos veces), 5 (el segundo “pecado”), 8,9; 5:16 (dos veces), 17 (dos veces). “Pecados” en plural: Mateo 1:21; 3:6; 9:2,5,6; 26:28; Marcos 1:4,5; 2:5;,7,9,10; Lucas 1:77; 3:3; 5:20,21,23,24; 7:47,48,49; 11:4; 24:47; Juan 8:21, 24 (dos veces); 9:34; 20:23; H echos 2:38; 3:19; 5:31; 10:43; 13:38; 22:16; 26:18; Romanos 4:7; 7:5; 11:27; 1 Corintios 15:3, 17; Gálatas 1:4; Efesios 2:1; Colosenses 1:14; 1 Tesalonicenses 2:16; 1 Timoteo 5:22,24; 2 Timoteo 3:6; Hebreos 1:3; 2:17; 5:1,3; 7:27; 8:12; 9:28 (el primero «pecados»); 10:2,3, 4, 11, 12, 17, 26; Santiago 5:15, 20; 1 Pedro 2:24 (dos veces); 3:18; 4:8; 2 Pedro 1:9; 1 Juan 1:9 (dos veces); 2:2, 12; 3:5 (el primero «pecados»); 4:10; Apocalipsis 1:5; 18:4, 5. Después de haber leído estos pasajes de la Escritura podemos darnos cuenta del cuidado con que Dios escribió la Biblia. Le podemos decir verdaderamente: «¡Oh Dios, te adoramos!» El uso diferente de «pecado» o «pecados» es como sigue. Siempre que la Biblia se refiere a la conducta pecaminosa externa del hombre, como orgullo, celos, mentira y así sucesivamente, se usa “pecados” en número plural. «Pecado» en número singular nunca es usada en la Biblia para el pecado externo; en vez de ello se emplea en dos formas diferentes:
1) Para indicar el pecado que reina dentro o su poder y dominio. Esto es conocido comúnmente por los términos: la raíz del pecado o el denominador del pecado. En realidad estos términos no son exactos 238
escrituralmente; son simplemente usados por conveniencia. La Biblia no los usa nunca y, en cambio, habla de pecado como reinando como un rey o teniendo dominio como un amo. «El pecado» en singular es generalmente empleado para especificar el poder que reina sobre nosotros y que nos impulsa a cometer pecados.
2) Como término colectivo, a veces se refiere a todo el problema del pecado (tal como vemos en Juan 1:29 y en 1 Juan 1:7, que discutiremos más adelante). Cada vez que la Biblia habla de que Dios perdona el pecado, siempre usa el plural «pecados», porque lo que necesitamos que se nos perdone son los pecados que cometemos en la conducta exterior. Por lo que respecta a la naturaleza pecaminosa dentro de nosotros, no puede ser resuelta con el perdón. Sería un error el decir que Dios perdona el «pecado» y usarlo en singular. Porque Dios sólo perdona «pecados». Como el «pecado» en singular es el amo, un poder, es algo de lo que nosotros no somos directamente responsables y que no puede ser resuelto por medio del perdón. Pero «pecados» en plural requiere perdón, porque éstos son nuestra conducta, de la cual somos tenidos como responsables, y ellos harían que se nos aplique un castigo si no somos perdonados. Por esta causa, siempre que la Biblia menciona la cuestión de confesar nuestros pecados, siempre usa la expresión en plural: «confesar nuestros pecados» (1 Jn. 1:9). «El pecado» no se refiere a la conducta del hombre y, por tanto, no requiere confesión; pero el término «pecados» significa la conducta del hombre, y requiere que se haga confesión de ellos. La muerte de Cristo ha de salvarnos de los «pecados» en plural: «Llamarás su nombre Jesús; porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados» (Mt. 1:21). Esto significa que el Señor Jesús nos salva de todos los pecados en nuestra conducta”.52 Pecado de m ue rt e . “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida” (1 Jn. 5:16). Según el contexto de este versículo, pecado de muerte está relacionado con un creyente pecador, no con un incrédulo, pues todo incrédulo está muerto espiritualmente. El contexto está hablando de la seguridad de la vida eterna, y en la comunión de la vida divina Dios ejerce su juicio de gobierno sobre cada uno de sus hijos según la condición espiritual de cada uno de ellos. Según la administración del gobierno de Dios, hay hermanos cuyo pecado implica cierta 52
gravedad y mal testimonio que el Señor sabe y determina que más les conviene morir físicamente. Esto no significa que pierden la salvación, pues se trata de un juicio disciplinario. La disciplina gubernamental de Dios es severa. En la Biblia hay ejemplos. Tenemos el caso de Ananías y su esposa Safira, quienes recibieron la muerte física por haberle mentido al Espíritu Santo (Hch. 5:1-11); también se ilustra con lo que le sucedió a los creyentes corintios, entre quienes muchos recibieron el mismo juicio, “durmieron”, por no haber discernido el Cuerpo de Cristo (1 Co. 11:29-30). En el Antiguo Testamento esto es tipificado por la forma en que Dios trató a los hijos de Israel en el desierto (1 Co. 10:5-11). Todos los israelitas, excepto Caleb y Josué, fueron sentenciados por Dios a la muerte física por causa de ciertos pecados. El castigo que Dios da a sus hijos en su administración gubernamental no se relaciona con la perdición eterna; es un castigo dispensacional bajo el gobierno divino, un castigo relacionado con nuestra comunión con Dios y unos con otros. Si un pecado es de muerte o no, depende del juicio de Dios conforme a la posición y condición que tiene el creyente pecador en la casa de Dios. El Señor, antes de tomar esta determinación, puede que haya estado tratando esta situación con el creyente a fin de que haya un auténtico arrepentimiento y la restitución del caso, y se haya reanudado la comunión. P ELAGIANISMO. Pelagio, monje oriundo de Britania llegado a Roma en el año 410, sostenía que el hombre no hereda sus tendencias pecaminosas de Adán, negando que la depravación fuese innata en el hombre, sino que cada uno escoge ya sea el pecado o la justicia, añadiendo que cada voluntad humana es libre para escoger entre la virtud y el vicio, y que Dios le dio al hombre la capacidad de obedecer sus mandamientos; afirmando asimismo que el corazón humano no se inclina ni al bien ni al mal, y cada cual es responsable de sus decisiones, y llegó hasta el extremo de afirmar que algunos antes de Cristo habían sido exentos de pecado, por usar su libre albedrío. Pelagio era un laico de cierta erudición, vida austera y no exenta de ascetismo, y aparentemente escandalizado por la moral disoluta del medio social romano, los trataba de persuadir, diciéndoles que si ellos realmente quisiesen, podrían guardar los mandamientos de
Preguntas vitales sobre el evangelio. Watchman Nee.
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Dios. Entre los que ganó estaba el joven abogado Celestio, quien fue más lejos que su maestro en la expresión de sus desatinos. De acuerdo con la doctrina pelagiana, la caída de Adán no afectó al género humano. Entonces el efecto ponzoñoso de Pelagio va dirigido a desprestigiar la obra de Jesucristo, al afirmar que la finalidad de la encarnación del Señor Jesucristo no fue sino ayudar a los hombres con su ejemplo y enseñanzas a ser buenos y a salvarse, descartando la redención por medio de Su sacrificio cruento. Asimismo Pelagio propagó la idea de que es necesario bautizarse para la salvación, añadiendo otra herejía antibíblica como las demás, de que los niños que mueren sin bautizarse no gozan del mismo grado de gloria que aquéllos que han sido bautizados, desconociendo el propósito mismo y el significado del bautismo, y la verdad bíblica de que el reino de los cielos es de los niños, pero por contraste los pelagianos negaban "el pecado original". Esta serie de herejías del pelagianismo fueron tomando fuerza en la cristiandad, tanto en el sistema católico romano como fuera de él, como en las escuelas de teología modernista. Hay que tener en cuenta que en el año 416, varios sínodos reunidos en Cartago, Mileve (Numidia) y Roma tomaron acción contra esta herejía, pero Zósimo, obispo de Roma (se encuentra en la lista de los llamados papas) tomó partido a favor de Pelagio y Celestio, y tomó la determinación de condenarlos sólo cuando el emperador Honorio los hubo desterrado (418). El gran oponente de esta corriente doctrinal de Pelagio y su asociado Celestio, fue Agustín de Hipona, el hombre que influyó más en el cristianismo después del apóstol Pablo, quien sostuvo el punto de vista bíblico de que Adán representaba a toda la raza humana, en cuyo pecado se vio involucrada toda la humanidad, y en consecuencia todo el género humano es considerado culpable. Agustín compartía asimismo la aseveración bíblica de que el hombre por su propia elección no puede elegir la salvación, sino que ésta depende de la voluntad de Dios, quien nos ha escogido desde antes de la fundación del mundo para ser salvos. La Biblia habla de que el hombre puede aceptar voluntariamente la salvación en Cristo, sólo cuando ha obrado la gracia de Dios por el Espíritu Santo. En 418, el Concilio de Cartago condenó las ideas pelagianas. La ortodoxia 241
teológica de Agustín vino a ser normativa en la Iglesia, y no fue sino hasta alrededor del año 1600, en que con Arminio en Holanda, y más tarde con Juan Wesley, surgió otra escuela de pensamiento en relación con la salvación, alejada de la doctrina agustiniana. Téngase en cuenta que después de la muerte de Agustín, la teología se enrumbó por una línea considerada como semipelagianismo, que tuvo como resultado que en el medioevo se siguiera manteniendo el énfasis en la gracia de Dios, pero mezclada con el libre albedrío y la necesidad del hombre de cooperar con la gracia, y eso se debió en parte al punto de vista agustino acerca de la libertad de la voluntad humana y su implícita responsabilidad ante la salvación, lo cual llevó a ciertos malentendidos respecto de la predestinación. P ERDÓN. Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente. En la parábola de Mateo 18:21-35 encontramos la ley del perdón. Allí el Señor enseña la necesidad absoluta de ser perdonadores hacia el prójimo. Porque hemos recibido de Dios el perdón de nuestra mayor deuda, nos corresponde perdonar a nuestros semejantes. El indulto es una orden oficial de la remisión de la pena. Sólo Dios puede conceder el indulto del pecado, si bien la seguridad del perdón puede comunicárseles a los hombres por medio de los agentes divinos. Varias condiciones son inherentes al otorgamiento de un indulto: 1 ) la persona a quien se le concede el perdón se reconoce culpable de transgresión (Sal. 51:3,4; Lc. 15:18; 18:13); 2 ) el transgresor culpable tiene que abandonar su maldad, es decir, debe arrepentirse (Hch. 3:19; 17:30); 3 ) el transgresor culpable tiene que volverse a Dios, el único que puede conceder el perdón (1 Ts. 1:9; Is. 55:6; Hch. 26:20); 4 ) la misericordia de Dios es asequible en un indulto cuando el transgresor culpable se arrepiente y se vuelve a Dios (Is. 55:7; Lc. 24:47; Jer. 33:3,8). Perdón de pecados. La misericordia de Dios hace posible el perdón de los pecados (Dn. 9:9). “Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mt. 26:28). El sacrificio de Cristo es la base del perdón (He. 9:22; Hch. 13:38; Ef. 1:7; 1 Jn. 1:7). El perdón de los pecados implica: a) que es ilimitado (Mt. 18:22); b) es infinito (Sal. 103:12); c) es 242
completo (Col. 2:13); d) Dios no recuerda nunca más los pecados (Is. 44:22; Jer. 31:34). El único imperdonable es el pecado contra el Espíritu Santo (Mt. 12:31; 1 Jn. 5:16; Mr. 3:29), que es el único que puede movernos al arrepentimiento y a la fe. Para cometer este pecado, uno debe rechazar consciente y persistentemente el testimonio del Espíritu en cuanto a la divinidad y poder salvífico del Señor Jesús. Ya que sólo el Espíritu Santo puede convencer y convertir al hombre, el rechazo continuo y definitivo de su acción lo aparta completamente de toda posibilidad de salvación. P ERFECCIÓN. Acción de perfeccionar. 2 . Cualidad de perfecto. 3 . “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mt. 5:48). La palabra perfecto (gr. téleios) deriva de telos, que significa objetivo o meta o límite. por lo tanto, significa “alcanzando el objetivo, lo completo, lo maduro”. Pero la comparación aquí se hace entre Dios y sus hijos, y por eso la palabra significa más que simplemente m aduro. Considerando el contexto de la cita de Mateo se puede deducir que la cualidad característica del verdadero creyente que más lo asemeja a Dios es el amor desinteresado y la bondad hacia otros, aun por aquellos que no la merecen. Esta clase de perfección consiste en una intención o actitud básica del creyente más que una absoluta ausencia de pecado. Esto es perfectamente posible para los creyentes que, por la fe, reciben de Él la gracia de mantener esa actitud bondadosa y un deseo sincero de lograr lo bueno para otros. P ERÍCOPA. Se relaciona con una unidad de tradición que configura un tema específico desde su principio hasta su fin. Una perícopa puede estar contenida en una sola parábola o en varias que se relacionen. También puede contener menos de un capítulo, un capítulo entero, o varios capítulos. La perícopa es una unidad de contenido que no conviene dividir. P ERICORESIS. Término griego usado por Juan Damasceno en sus escritos cristológicos para referirse a la relación de las tres Personas de la Trinidad Divina en el sentido de que cada una de las Personas Divinas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) está dentro de las otras dos; trata también de la relación de las tres Personas entre sí. P ERIPATÉTICO, CA. (Del lat. peripateticus, y éste del griego ). Que sigue la filosofía o doctrina de Aristóteles. 243
2 . Perteneciente o relativo a esta filosofía o doctrina. De los peripatéticos debemos decir que la filosofía aristotélica tuvo una notable y persistente influencia en el pensamiento cristiano. 3 . Ridículo o extravagante en sus dictámenes o máximas. Fil. Los primeros peripatéticos continuaron la labor de Aristóteles en el Liceo, y el nombre que se les dio posiblemente procedía del lugar (Peripato) en donde se celebraron las primeras clases dadas por este filósofo. Podría distinguirse una primera época formada por los peripatéticos antiguos, en la que se incluirían los inmediatos discípulos de Aristóteles o de sus discípulos directos (50 años siguientes a la muerte de Aristóteles). El segundo y último período no difiere grandemente del anterior, y puede considerarse a Alejandro de Afrodisia el último peripatético importante. Peripato (del gr. perípatos, paseo, porque paseando enseñaba Aristóteles) es el sistema filosófico de Aristóteles; y también se le dice al conjunto de los que profesan las ideas de este filósofo griego. P ERSONERÍA JURÍDICA. Der. Entidad física o jurídica (asociación, fundación) a la que la ley reconoce capacidad para intervenir en relaciones jurídicas ostentando intereses, derechos y obligaciones. Se dice entonces que tiene personalidad jurídica y que es sujeto del derecho. Personería jurídica con relación a la Iglesia de Cristo. 53 «Nuestras actuales razones de conciencia por las cuales no podemos participar en la personería jurídica de una denominación religiosa. 1.-
Personería Jurídica implica llevar un nombre distintivo, lo cual nos separa de otros cristianos, y es motivo de escándalo a los incrédulos, a los buscadores de la verdad, y a algunos de los hermanos.
2.-
La personería jurídica implica someternos a límites diferentes a los del Cuerpo de Cristo y a los de la iglesia de la localidad, lo cual nos lleva a quebrantar las Escrituras, pues nos reduce en compromiso a lo estipulado en los estatutos.
3.-
La personería jurídica implica un directorio y un estatuto que en la práctica es el control de otro centro que no es precisamente
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Texto de Gino Iafrancesco V.
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Jesucristo y Su Santo Espíritu, dando así ocasión al sectarismo, el cisma, la división y la herejía. 4.-
El Cuerpo de Cristo no es una persona jurídica, y además es más extenso que toda frontera política, pues no se limita a países ni épocas; por lo tanto la personería jurídica es una mentira aplicada al Cuerpo de Cristo; y es causa de división aplicada a una porción de él.
5.-
La personería jurídica deshonra la Autoridad de Dios colocando Su Autoridad en el Cuerpo de Cristo por debajo de la autoridad secular:
organización de la Iglesia compete a Dios y no al César, igualmente Su Autorización, Misión, Doctrina, Sostén y Testimonio. Por tanto debemos dar lo de Dios a Dios. Al César, por concesión y para expresar nuestra buena voluntad, podemos notificarle de nuestras actividades en lo que dentro de la verdad fuere prudente para la Gloria de Dios, pero está mal desobedecer a Dios por temor al Hombre. 8.-
Juzgamos equivocado buscar del hombre y no de Dios nuestra seguridad y protección. Nos engañamos a nosotros mismos al pretender protegernos por medio de una personería jurídica. Creemos que Dios es nuestro verdadero protector y deseamos serle fieles aun en lo poco. Nuestra identificación es el fruto personal de cada uno, y cada cual debe responder por sí mismo; no podemos atribuir la culpa propia a un ente impersonal.
9.-
Dentro del cristianismo cada uno es responsable por sí mismo y llevará la carga de su propia convicción, conducta y responsabilidad. La personería jurídica fomenta el escudarse en las apariencias y traslada además la autoridad del plano espiritual al artificial, creando autoridades no necesariamente ungidas por Dios, y sin embargo usurpando cargos desde donde se pretende manipular al rebaño que pertenece a Cristo y que está al cuidado de los ungidos de Dios. En el Cuerpo de Cristo, la Autoridad es espiritual y descansa en la evidencia del Espíritu Santo y la Palabra de Dios. Dios mismo constituye a sus canales y es Él Mismo la Autoridad, y no el canal en sí.
a) Porque solicita aprobación, siendo que la misión de la iglesia está ya aprobada por Dios. b) Porque entrega en mano de los incrédulos que ignoran la Justicia de Dios, lo que corresponde exclusivamente a tribunal eclesiástico. c) Porque se compromete en deberes y privilegios que no debería esperar del mundo ni rebajar a él. 6.-
7.-
Si inclusive se pretende conservar la Unidad del Cuerpo de Cristo y la administración escritural de la iglesia local, usando tan sólo como pretexto ante el gobierno la personería jurídica, se está incurriendo en pecado de engaño y mentira a las autoridades seculares diciéndoles que si nos aprueban la personería jurídica nos comprometemos ante ellos a conducirnos según los estatutos aprobados, cuando en realidad pensamos conducirnos dentro de un límite más amplio. Si nos conducimos según el límite del compromiso contraído con la autoridad secular mediante la personería jurídica, quebrantamos las Escrituras y la Unidad del Cuerpo de Cristo y de la iglesia de la localidad. Y si nos conducimos según las Escrituras, fuera de los límites sectarios contraídos ante el gobierno secular, entonces engañamos al tal. Además no podemos esperar que en todas partes el gobierno del mundo, bajo el maligno según las Escrituras, apruebe totalmente la Voluntad revelada de Dios a la cual la Iglesia está comprometida. Debemos dar a César "lo que es de" César, y a Dios lo que es de Dios. Como individuos estamos sujetos a César en todo aquello que a él compete, según Dios. Mas como Cuerpo de Cristo, de esfera más amplia que todo César, reconocemos que la 245
10.- Los bienes e inmuebles ofrendados por los hermanos a Dios y a la iglesia para el servicio desinteresado del Reino de Dios, pasan, por la personería jurídica, a ser usurpados por las autoridades artificiales creadas por ésta y entran en ligazón con el orden secular del reino del mundo, pues la personería jurídica entrega la administración de los donativos, no al Espíritu Santo que responsabiliza el corazón de los ungidos, sino a quienes el papel estipula a pesar de sus condiciones espirituales; de la misma manera, la personería jurídica otorga poderes a los tribunales humanos sobre pertenencias divinas. La Palabra de Dios nos prohíbe llevar los asuntos de la iglesia a los tribunales humanos; no nos es permitido por Jesucristo retener la túnica si se nos quiere quitar en pleito la capa. Ofrendar a Dios significa permitirle a Él encausar exclusivamente el destino del donativo 246
y defenderlo. Para la administración de tales bienes, las Escrituras contienen las normas reveladas por Dios.
Por todo esto: Somos simplemente cristianos, que esperamos nuestro respaldo únicamente de Dios, y estamos abiertos a la comunión en Cristo con todos los hijos de Dios, nacidos de nuevo y recibidos por Cristo, en todo lugar; estamos unidos en el Espíritu Santo dentro de un solo Cuerpo que abarca a todos Sus Miembros, sin distinción de época o lugar. En cuanto a la administración de la iglesia en la localidad, una sola que recibe a todos los recibidos por Cristo, estamos abiertos para participar en caso de llamado Divino y a compartir la administración con todos aquellos llamados verdaderamente por Dios, y según la Norma de Sus Santas Escrituras bajo el Espíritu Santo por un presbiterio de Ancianos u Obispos ungidos y confirmados por el Espíritu Santo, cuya jurisdicción es la iglesia de la ciudad o localidad, junto con un cuerpo de diáconos. Por mandato de Dios nos reunimos en cualquier circunstancia y en cualquier lugar, según la necesidad, para adorar a Dios en espíritu y en verdad, y perseverar en la doctrina de los Apóstoles de Cristo conforme a la Sagrada Escritura, perseverar también en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan o memorial de la Cena del Señor, y en las oraciones.
afán por conservar el orden para el bien común dentro de la jurisdicción de su territorio, a lo cual, como personas individuales, nos sometemos voluntariamente y por razones de conciencia. Nuestro rechazo de la personería jurídica según sus condiciones actuales, no es por razones políticas, ni es dirigido contra el gobierno secular al cual respetamos, sino que es por razones religiosas en defensa de los intereses de la Verdad revelada en Cristo según las Escrituras, y el Cuerpo de Cristo, vehículo de reconciliación para los que creen. Tales intereses son afectados por el denominacionalismo que divide a la comunidad cristiana, haciendo girar a las facciones, ya no alrededor de Cristo, sino de otros centros menores de confraternidad que en la práctica usurpan el control convirtiéndose en estorbo para la plena comunión de los santos.»
P EYORATIVO. (Del lat. peiorare, peyorar, poner o hacer algo peor). Adjetivo aplicable a las palabras, conceptos, etc., que encierran una idea desfavorable o censurable. 2 . Que empeora.
Marchamos hacia la Nueva Jerusalén, Ciudad de Dios, convidando a todos. Mientras tanto, reconocemos a la autoridad secular y respetamos su
P ITAGORISMO. Fil. Conjunto de las doctrinas filosóficas y religiosas de Pitágoras y sus discípulos, que sostenía el carácter místico de los números, en la armonía del universo basada en ellos y la transmigración de las almas. El pitagorismo, que se desarrolló especialmente en la escuela fundada por Pitágoras en Crotona (sur de Italia), después de la muerte de éste pasó a Grecia a través de Filolao y ejerció allí una enorme influencia. El estudio de esta doctrina viene dificultado por la comunión religiosa establecida por dichos pensadores que, según parece, les prohibía la difusión de sus descubrimientos. Los adictos al pitagorismo valoraban preferentemente la vida contemplativa y se dedicaban al estudio de los números y sus relaciones, lo cual les llevaba a comprender la armonía existente en el cosmos, ya que para ellos la esencia de los seres estaba en los números, y la explicación de los fenómenos se realizaba por relaciones numéricas. Así, basándose en esta armonía explicaron con una gran coherencia los movimientos de los astros (música de las esferas). Creían en la inmortalidad del alma, la cual estaba sometida a transmigración (metempsicosis). Como Platón, Pitágoras creía que el alma era de origen divino, pero que había sido encarcelada en el cuerpo. La sociedad religiosa que Pitágoras fundó en Crotona era como una especie de orden de monjes, y vivía con una disciplina muy estricta, que implicaba la práctica del
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También por mandato de Dios, esperamos dar testimonio, lo más completo que nos sea posible, de Cristo y de Su Evangelio, bajo cualquier condición o circunstancia. Como individuos reconocemos de parte de Dios el lugar de César y estamos dispuestos, según la Gracia de Dios y por la esperanza de la fe, a darle todo lo que legítimamente le corresponde dentro de sus límites, reservando para Dios lo que a Dios se refiere: nuestra vida, fe, lealtad y obediencia. Como Cuerpo de Cristo, somos la vanguardia del Reino de Dios en la tierra, bajo un sólo Soberano, Rey de reyes y Señor de señores, el Hijo de Dios, resucitado de los muertos, JESUCRISTO, con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y por el cual exhortamos a todos los hombres y a sus reyes a la reconciliación con Dios y entre sí acatando la autoridad de Dios, el Juez de todos y revelado en Cristo, conforme al testimonio de las Sagradas Escrituras; testimonio que se hace carne en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, asamblea de todos los hijos de Dios.
silencio y la abstinencia de comer carne. Como lo hemos visto, la influencia y las ideas del pitagorismo se habían extendido tanto cuando el cristianismo entró en acción, que ha dejado sus huellas en el catolicismo romano y aun en el protestantismo. En el s. I a.C. se produjo en Alejandría y Roma un movimiento neopitagórico en conjunción con el neoplatonismo. P ITONISA. (Del lat. pythonissa). Adivinadora. 2 . Sacerdotisa de Apolo, que daba los oráculos en el templo de Delfos sentada en el trípode. 3 . Encantadora, hechicera. Usado en la traducción de algunos lugares de la Escritura. La pitonisa de Endor. “7 Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación. 8 Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue con dos hombres, y vinieron a aquella m ujer de noche; y él dijo: Y o te ruego que m e adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere” (1 Sam. 28: 7-8). Aunque Saúl había tratado de extirpar la adivinación (v. 9), de acuerdo con Dt. 18:10,11, recurrió por fin a este medio ilícito de discernir la voluntad de Dios. Sin duda Samuel le daría instrucciones aun cuando Dios se había negado a responder con un sueño personal, la suerte sacerdotal (Urim y Tumim) o la palabra profética. Pero el espíritu de Samuel sólo tiene palabras condenatorias. Debido a la abundante reglamentación, tanto en el AT como en el NT, contra la adivinación de toda especie, algunos dudan que la médium en realidad haya hecho aparecer el espíritu de Samuel. pero el texto subraya que Saúl no dudaba de la realidad de la aparición. En todo caso, este episodio no justifica los esfuerzos contemporáneos por ponerse en contacto con los espíritus de los muertos. Por el contexto, y en especial por el versículo 12, vemos que la adivina no estaba acostumbrada a ver la persona llamada. En este caso Dios hizo algo especial, como demuestra el gran susto de la mujer. La pretensión de hablar con los muertos en el fondo es una apelación a las fuerzas demoníacas. P LATONISMO. Escuela y doctrina filosófica de Platón. 2. Nombre que se aplica al conjunto de ideas filosóficas, motivos literarios, políticos, éticos, religiosos y culturales en general 249
inspirados en el pensamiento de Platón. Fil. Puede distinguirse entre el platonismo de los discípulos inmediatos de Platón y un platonismo cultural que ejerce un influjo difuso sobre un área histórica y geográfica muy vasta, así como en campos de saber muy distintos. Las doctrinas de Platón fueron discutidas y elaboradas en torno a su Academia por discípulos adictos o disidentes (como Aristóteles). La Academia platónica tuvo tres fases hasta su disolución por Justiniano en 529. En la primera prevaleció una interpretación pitagorizante de la doctrina de las ideas, que entronca con la doctrina esotérica de Platón acerca de las ideas-número, de la que nos informa Aristóteles. En la segunda y tercera fase predomina una interpretación escéptica y ecléctica de su doctrina. En cuanto al «platonismo cultural», puede distinguirse su influencia en seis tradiciones: 1 ) Tradición neoplatónica. 2 ) Tradición latina y medieval, debida a la traducción de algunos diálogos, como la del Timeo por Cicerón, Macrobio y Calcidio. La doctrina platónica de la realidad de las ideas suscita la famosa controversia de los universales. Y desde Boecio se advierte una de las preocupaciones dominantes de la filosofía medieval: el intento por conciliar las doctrinas de Platón y Aristóteles. Otras doctrinas platónicas que suscitan controversias es la escolástica con su tesis de que el alma y cuerpo constituyen sustancias completas y separadas, la del «alma del mundo», etc. También se advierte el esfuerzo por conciliar doctrinas platónicas con dogmas y orientaciones morales del cristianismo. 3 ) Tradición árabe (durante el califato de Harun al-Rasid 54 se comienzan a traducir al árabe las obras de filósofos griegos, entre ellas Diálogos de Platón). 4 ) Tradición judía, cuyo impulsor, Filón, se nutre de platonismo y religiosidad judaica, e irradia a través del neoplatonismo por toda la Edad Media. 5 ) Platonismo renacentista, cuyo centro principal fue la Academia Florentina.
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El califa de Las Mil y una Noches.
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6 ) Filosofía moderna y contemporánea. Puede percibirse la huella platónica en el racionalismo francés (Malebranche) o alemán (Leibniz) y entre los platónicos de Cambridge (s. XVII). Entre los contemporáneos puede advertirse, por un lado, un intento por descubrir en las ideas platónicas el germen del a priori kantiano (p. ej., Nathorp), y, por otro, un antiplatonismo decidido, cuyo principal representante es Nietzsche y, en cierto modo, el propio Heidegger.
donde literalmente significa la plenitud de la bendición. 2 . Denota el resultado de la acción expresada en pleroo, llenar. Se usa para significar: (a) aquello que ha sido completado, la plenitud, el cumplimiento. Se utiliza así de la gracia y verdad manifestadas en Cristo (Jn. 1:16; Ef. 1:23); de todas sus virtudes y excelencias (Ef. 4:13); (b) en el sentido activo, aquello que llena, un pedazo de vestido recio sobre un tejido viejo (Mt. 9:16; Mr. 2:21); (c) llenar hasta arriba, cumplir (Ro. 13:10).
Platón (427-347 a.C.). Fue discípulo de Sócrates y una de las figuras más importantes de la historia de la filosofía. La filosofía platónica es presentada en una serie de atrayentes diálogos. El diálogo platónico Cedon está dedicado a probar la inmortalidad intrínseca del alma. Platón expone la idea de que las almas, divinas e inmortales por naturaleza, son castigadas a encarnarse en los cuerpos, que son como cárceles. El filósofo (sabio) es el hombre que llega a comprender esta situación y que conoce los medios para liberar su alma y restituirla a su condición original. El platonismo es uno de los sistemas de pensamiento que más ha influido sobre la humanidad. Sus libros “La República”, “El Fedou”, el “Timeo” y “Las Leyes” están en la base de muchas de las ideas elaboradas por la sabiduría humana. Es una mente que busca a Dios. Muchos teólogos, entre ellos Agustín de Hipona, admiraron a Platón.
Cristo, al resucitar y ser glorificado, instauró el orden nuevo, y tomó en sus manos el gobierno del mundo. Su exaltación celestial le ha elevado por encima de las potencias cósmicas, a las que ha despojado de sus antiguos atributos (Col. 2:15). Y Él, que ya las dominaba en virtud de la primera creación, a título de Hijo, Imagen del Padre, las domina definitivamente como cabeza de ellas en la nueva creación, en la que ha asumido en sí todo el Pléroma, es decir, toda la plenitud del Ser, de Dios y del mundo en Dios (Col. 1:13-20).
P LECTRO. (Del lat. plectrum, y éste del gr. ). Palillo o púa que usaban los antiguos para tocar instrumentos de cuerda. 2 . En poesía, inspiración, estilo. P LEONAS MO. (Del gr. , sobreabundancia). Ret. Figura de construcción, que consiste en emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios para que tenga sentido completo, pero con los cuales se añade gracia, vigor y expresividad a la expresión; p. ej., lo vi con mis propios ojos. 2 . Demasía o redundancia viciosa de palabras. Lo pleonástico, por extensión se aplica a todo elemento que no introduce una novedad semántica, sino que sólo refuerza el sentido de la frase, aunque se trate de elementos que intentan evitar ambigüedades; p. ej., su marido de usted. P LÉROMA. La palabra griega denota plenitud, aquello de lo cual una cosa está llena. En Ro. 15:29 se traduce abundancia,
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En el platonismo, pléroma u ogdoada es una especie de región celestial (lo hiperuranio de Platón) existente entre Dios y la materia. Entre los gnósticos, esta región está habitada por un número variable de eones, o seres, que según ellos, inicialmente emanaron de Dios, y luego unos iban emanando de otros, individualmente o por parejas llamadas sicigias. (Ver gnosticismo). P LURALISMO. Sistema por el cual se acepta o reconoce la pluralidad de doctrinas o posiciones o métodos en materia política, económica, etc. 2 . Coexistencia de elementos o factores dispares u opuestos en el seno de una realidad material, social, espiritual, etc.: El país está dominado por el PLURALISMO político. 3 . Teoría opuesta al monismo según la cual la realidad está formada por multitud de entidades independientes. P NEUMATOLOGÍA. (Del gr. pneuma, soplo, aire, viento, espíritu, y logos, tratado). Fil. El pneuma es el aliento racional que, en la filosofía estoica, informa y ordena el universo. Pneuma ( ), primariamente denota viento (relacionado con pneo, respirar, soplar); también aliento; luego, especialmente el espíritu, que, como el viento, es invisible, inmaterial y poderoso. La Pneumatología es el área de la Teología que trata específicamente del Espíritu Santo, 252
la tercera Persona de la Trinidad; de manera que habla de Él como una Persona, como Dios, de sus funciones, de sus dones, de sus frutos, de sus nombres y de sus manifestaciones. El Espíritu Santo es el Parakletos, el Consolador (Jn. 14:16), el enviado por el Señor después de haber sido glorificado, para que habitara en el espíritu de los creyentes y les prestara ayuda como abogado; es el que nos socorre, nos consuela, nos guía a la verdad de Cristo. Tít ulo s d e l Es p írit u S ant o . El Espíritu Santo recibe varios títulos en el Nuevo Testamento: Espíritu (Mt. 22:43); Eterno Espíritu (He. 9:14); el Espíritu (Mt.28:19); el Espíritu, el Santo (Mt. 12:32); el Espíritu de promesa, el Santo (Ef. 1:13); Espíritu de Dios (Ro. 8:9); Espíritu del Dios viviente (2 Co. 3:3); el Espíritu de Dios (1 Co. 2:11); el Espíritu de nuestro Dios (1 Co. 6:11); el Espíritu de gloria y de Dios (1 P. 4:14); el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de los muertos, esto es, Dios (Ro. 8:11); el Espíritu de vuestro Padre (Mt. 10:20); Espíritu de su Hijo (Gá.4:6); Espíritu del Señor (Hch.8:39); Señor, el Espíritu (2 Co. 3:18); el Espíritu de Jesús (Hch.16:7); Espíritu de Cristo (Ro.8:9); el Espíritu de Jesucristo (Fil. 1:19); Espíritu de adopción (Ro. 8:15); el Espíritu de verdad (Jn. 14:17); el Espíritu de vida (Ro. 8:2); el Espíritu de gracia (He. 10:29). En Gálatas 3:3, en la frase “habiendo comenzado por el Espíritu”, es difícil decir si la mención es al Espíritu Santo o al espíritu vivificado del creyente; y no se puede determinar si se refiere a lo último por la ausencia del artículo, sino por el contraste con la “carne”; por otra parte, el contraste puede ser entre el Espíritu Santo que pone en el creyente su sello sobre la perfecta obra de Cristo, y la carne que trata de mejorarse mediante obras propias. Si la mención se refiere al espíritu vivificado, no se puede separar de la operación del Espíritu Santo. El tema del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento puede ser considerado en relación con sus atributos divinos: omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia, eternidad; su personalidad definida en la Deidad: el Espíritu Santo aparece en el Biblia con características personales: tiene consciencia de sí mismo, habla de sí mismo, utiliza el pronombre en primera persona, ordena (Hch. 13:2), se contrista (Ef. 4:30); se le puede mentir (Hch. 5:3); su obra en relación con el Señor Jesús en su nacimiento, vida, bautismo y 253
muerte; su actuación en el mundo; en la Iglesia; el hecho de haber sido enviado en Pentecostés por el Padre y por Cristo; sus operaciones en el creyente individual; en las iglesias locales; sus operaciones en la producción de las Sagradas Escrituras; su obra en el mundo, etc. Los seres espirituales son los penumátikos ( ), palabra que siempre connota las ideas de invisibilidad y poder. Es una palabra que se usa después de Pentecostés. En el Nuevo Testamento se usa de la siguiente manera: a) las huestes angélicas, inferiores a Dios, pero más elevada en la escala del ser que el hombre en su estado natural, son “huestes espirituales” (Ef. 6:12); b) las cosas que tienen su origen en Dios y que, por tanto, están en armonía con su carácter, como lo está su ley, son “espirituales” (Ro. 7:14); c ) “espiritual” se prefija al tipo material a fin de indicar que se significa lo que el tipo expone, no del tipo mismo. “3 Y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual” (1 Co. 10:3,4); d) los propósitos de Dios revelados en el evangelio por el Espíritu Santo (1 Co. 2:13a), y las palabras en las que se expresas la revelación, son “espirituales” (v.13b), adecuando, o combinando, las cosas espirituales con palabras espirituales [o, alternativamente, “interpretando cosas espirituales a hombres espirituales”]; e ) las personas en Cristo que caminan de forma que agraden a Dios, son “espirituales” (Gá. 6:1; 1 Co. 2:13b); f) toda la compañía de aquellos que creen en Cristo es una “casa espiritual” (1 P. 2:5a); g) las bendiciones que recaen sobre las personas regeneradas en este tiempo presente reciben el nombre de “espiritualidades” (Ro. 15:27; 1 Co. 9:11); “bendiciones espirituales” (Ef.1:3); “dones espirituales” (Ro. 1:11); h) las actividades de las personas regeneradas hacia Dios son “sacrificios espirituales” (1 P. 2:5b); sus actividades asignadas en la 254
iglesia local reciben también el nombre de “dones espirituales” (1 Co. 12:1; 14:1); i) el cuerpo de resurrección de los muertos en Cristo es “espiritual”, esto es, tal que está adecuado al medio celestial (1 Co. 15:44); j) todo lo que es producido y mantenido entre los hombres por las operaciones del Espíritu de Dios es “espiritual” (1 Co. 15:46). El creyente espiritual es aquel que camina en el Espíritu tanto en el sentido de Gálatas 5:16 como en el de 5:25, y que muestra en sus propios caminos el fruto del Espíritu. El alma del creyente debe ser “espiritualizada”, y según las Escrituras, el estado “espiritual” del alma es normal para el creyente, pero no todos los creyentes llegan a este estado, ni siempre se mantiene una vez se ha llegado a él. Así el apóstol, en 1 Co. 3:1-3, sugiere un contraste entre este estado espiritual y el del recién nacido en Cristo, esto es, el de la persona que debido a inmadurez e inexperiencia no ha alcanzado aún la espiritualidad, y el del hombre que al admitir celos, y las pendencias engendradas siempre por los celos, la ha perdido. Al estado espiritual se llega por diligencia en la Palabra de Dios y en la oración; se mantiene por la obediencia y el juicio de uno mismo. Los que son guiados por el Espíritu son espirituales pero, naturalmente, la espiritualidad no es una condición fija ni absoluta, sino que admite crecimiento; en verdad, el crecimiento en “la gracia y el conocim iento de nuestro S eñor Jesucristo” (2 P. 3:18) es evidencia de la verdadera espiritualidad. P OLIS. (Del gr. ). En la antigua Grecia, Estado autónomo constituido por una ciudad y un pequeño territorio; es decir, denominación de la ciudad-estado en Grecia. Hist. La polis era un estado de poca extensión, que incluía una ciudad y un territorio anexo a ella. Ser ciudadano significaba una adhesión a los cultos de la polis, la obediencia a sus leyes y el servicio militar y económico. Los ideales de la polis fueron libertad, autonomía y autarquía. Sus órganos de gobierno consistieron en una asamblea (ekklesia), un consejo y unos magistrados. El término griego polis, raíz del vocablo política, significa plaza fuerte en la cual podían refugiarse agricultores y aldeanos, mujeres y niños, en caso de una amenaza externa. En la propia Atenas, el epicentro de la vida civil y punto 255
dominante de la urbe era la polis alta o acrópolis. El conjunto de edificaciones en las cumbres de las colinas y en los valles, recibió el nombre de urbs, de donde se origina el sustantivo urbe y el adjetivo urbano. En la concepción moderna del Estado, la polis se ha transformado en la ciudad-municipio; es decir, en el Estado moderno, la polis es la mínima unidad político-administrativa. En Grecia, cuando dos polis, ciudades o localidades, estaban cerca, pegadas una a la otra, como en el caso de Corinto y Cencrea, cada una guardaba su independencia administrativa y territorial, y en cada una había una iglesia local, pues la polis es la unidad mínima y máxima de jurisdicción para la iglesia de la localidad. Se da el caso de que dos o más polis se hayan unido, y en tal caso conforman una área metropolitana, como en el caso de Bogotá Distrito Capital compuesto de veinte localidades, Armenia y Calarcá en el Quindío, el Distrito Turístico de Cartagena y otros, pero cada localidad de la metrópolis mantiene su autonomía administrativa y bíblicamente comprende el territorio de la iglesia local. P OSITIVISMO. Tendencia a valorar preferentemente los aspectos materiales de la realidad. 2 . Afición excesiva a comodidades y goces materiales. 3 . Actitud práctica. 4 . Sistema filosófico que admite únicamente el método experimental y rechaza toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. Positivismo lingüístico. Corriente lingüística que propone la sola consideración de los datos objetivos de las lenguas en el estudio gramatical, sin atender a la introspección de los hablantes o a criterios externos a la lingüística. Los postulados positivistas estuvieron presentes en la doctrina de los neogramáticos y en la del distribucionalismo estadounidense. Fil. Puede decirse, en general, que una doctrina filosófica entra en el campo del positivismo cuando posee las siguientes características: 1 ) La consideración como único objeto de conocimiento de lo «dado» (positum) en la experiencia. 2 ) El rechazo de toda realidad que no sean los «hechos» y las relaciones entre los hechos. 3 ) La renuncia a la explicación del qué, del por qué y del para qué de las cosas, inquiriendo únicamente del cómo. 4 ) La aversión, por tanto, a la metafísica, a todo conocimiento a 256
priori y a toda intuición de los inteligible. 5 ) La hostilidad a una filosofía sistemática. 6 ) La consideración de la filosofía como el conjunto ordenado de los datos que suministran las ciencias. La filosofía, en este sentido, renuncia a fundamentar o a fijar a priori las condiciones del hacer científico y adquiere una función regulativa y ordenadora de los resultados, así como una función del esclarecimiento de los enunciados científicos. De ahí que el positivismo, históricamente ya desde sus inicios, se preocupe por los problemas de la «ciencia unificada», no en el sentido de una unidad fijada a priori por un sistema, sino como una unidad implícita en las mismas intenciones y resultados de las distintas ciencias. En particular, se llama positivismo al conjunto de doctrinas filosóficas con algunos de los rasgos enunciados o con todos ellos, las cuales predominan de un modo casi hegemónico en la segunda mitad del s. XIX y primera mitad del s. XX. Se pueden destacar las siguientes fases: 1 ) La «filosofía positiva», fundada por A. Comte, en la que a los intereses teóricos aludidos se añade un propósito de reforma moral y social. Además de una escuela, la comteana, el positivismo es una atmósfera espiritual que es respirada por las corrientes utilitaristas (V. Bentham, J.; Mill, J.S.), naturalistas (Taine, H., y su doctrina del millieu), etc., de fines del s. XIX. 2 ) Más directamente vinculada con el empirismo inglés clásico, surge en los últimos años del s. XIX una reflexión teórica sobre la ciencia que cristaliza en el empiriocriticismo de Avenarius, en el sensacionalismo de Mach y en algunas tendencias del neokantismo de naturaleza fenomenista. Esta segunda fase sirve de mediación en el positivismo clásico y el neopositivismo. P RAGMÁTICA. (Del gr. ). Perteneciente o relativo al pragmatismo. 2 . Disciplina que estudia el lenguaje en su relación con los usuarios y las circunstancias de la comunicación. 3 . Lóg. Parte de la semiótica que estudia las relaciones entre los signos y aquellos que los utilizan, es decir, expresan, entienden, combinan, etc. 4 . Edicto promulgado por un soberano en calidad de príncipe con potestad legislativa.
verdad en su eficacia y valor para la vida. Aunque se habla de pragmatismo en la antigüedad, como escuela filosófica (a pesar de que sus representantes no coincidan doctrinalmente), en EE.UU. ha tenido sus pensadores más destacados. Su fundamento se halla en la definición que estableció Peirce y su difusión se debe a James, quien le dio un matiz mucho menos teórico. Dewey, considerado el otro gran pragmatista estadounidense, dio a esta postura filosófica una peculiar orientación, conocida como instrumentalismo. En Europa es una figura destacada en este movimiento F. C. S. Schiller. Sin embargo, ciertos campos de investigación utilizan un pragmatismo metódico. C. I. Lewis concibe una teoría del conocimiento operacionalista, llamada pragmatismo conceptualista, en la que destaca el papel que desempeña en la investigación la elección de un cierto tipo de premisas. P RAXIS. (Del gr. ). Práctica, en oposición a teoría o teórica. 2 . Término con que, desde la filosofía griega, se designa la actividad práctica (acción de llevar a cabo algo) en oposición a la actitud contemplativa o a la especulación teórica. Fil. El marxismo, que se presenta precisamente como una «filosofía de la praxis», dio nuevo curso y relieve al término, definiéndolo de manera concreta como la actividad del hombre en cuanto sujeto histórico y social que se enfrenta con unas determinadas condiciones materiales de existencia y se inserta en el proceso y en las estructuras sociales para transformarlos activamente. Desde este punto de vista la praxis humana define el juego de las libertades humanas, individuales y colectivas, en el seno de los determinismos económico-sociales y aparece como el fundamento de la teoría, con primacía sobre ésta, aunque la praxis incluya también un «momento teórico»; en rigor, la praxis es la expresión del lazo dialéctico de la teoría con la práctica.
P RAGMATISMO. Movimiento filosófico iniciado en los Estados Unidos por C. S. Peirce y W. James a fines del s. XIX, que busca las consecuencias prácticas del pensamiento y pone el criterio de
P REDESTINACIÓN. Predestinación, o pre-ordenación, puede definirse como el consejo de Dios con respecto a los hombres caídos, incluyendo la soberana elección de algunos y la justa reprobación del resto, es decir, es el acto de Dios por el cual se efectúa la salvación del hombre de acuerdo con la voluntad de Dios. Pero Dios ejerce su soberanía con absoluta justicia; y es por eso que la predestinación está condicionada por la presciencia por
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la cual Dios sencillamente prevé lo que van a hacer los seres humanos con respecto a Cristo, y luego determina que pase tal como lo ha previsto. “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean m ultiplicadas” (1 Pe. 1:2). Dios no hace acepción de personas, y quiere que todos los hombres sean salvos; Dios no quiere que nadie se pierda, ni quiere la muerte del pecador. Dios desarrolla su voluntad soberana de modo que mantiene inviolable la prerrogativa de libre albedrío implícita en la creación del hombre a imagen de Dios (Gé. 1:27). Aunque ese libre albedrío del hombre sufrió deterioro a causa de la caída, sin embargo tiene capacidad para ejercitar su voluntad ante la acción de la gracia de Dios, el oír la Palabra de Dios, y el convencimiento del Espíritu Santo. Así es que el ser humano puede actuar libremente, vale decir, aceptar o rechazar la oferta gratuita de Dios del don de la vida eterna por medio de Cristo, aunque sólo el Espíritu Santo puede llevarlo a que lo acepte. Al mismo tiempo, su respuesta a la gracia y a la verdad de Dios es plenamente cierta, ya conocida y predeterminada en la mente y la voluntad de Dios. Para que haya la predestinación es necesario que haya habido elección de parte de Dios, y para que haya elección es necesario que haya habido antes previo conocimiento por medio de la presciencia divina. Ese orden lo encontramos también en Romanos 8:28-30: “28Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conform e a su propósito son llamados. 29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el prim ogénito entre m uchos herm anos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”. Dios, “a los que antes conoció, tam bién los predestinó”. Dios, desde antes de la fundación del mundo, por su presciencia, conoció a todos los que responderían voluntaria y afirmativamente al llamado a la salvación y a la justificación mediante el sacrificio de Jesucristo; asimismo conoció a los que voluntariamente rechazarían el llamado. Entonces a los que recibirían a su Hijo como Salvador, y creerían en Él, a esos los conoció previamente con ese 259
conocimiento especial, haciéndolos objeto de cariñosa solicitud o de un amor electivo, particular, similar al conocimiento que en su debido momento tuvo Adán con Eva cuando concibieron a Caín (Gé. 4:1), o el conocimiento que tuvo José de María después de dar a luz a Jesús (Mt. 1:25, RVR), a fin de consumar en el lecho su matrimonio y engendrar el resto de sus hijos. Así como Dios, en el desarrollo de su economía, eligió al pueblo de Israel, ha elegido personas para realizar determinadas labores (Abraham, Moisés, David, los profetas, etc.), así también ha elegido a individuos para que sean hijos de Dios y herederos de la gloria eterna; de manera que esta elección y predestinación puede definirse como aquel acto eterno de D io s p o r e l c ual, e n s u s o be rano beneplácito , y tomando en cuenta su previo conocimiento de las actitud de los hombres frente a su Hijo, elige cierto número de hombres para hacerlos recipiente s d e grac ia e special y de eterna salvación, en y por medio d e Jesucristo. Es una elección salida de la soberana voluntad de Dios, ejercida con absoluta justicia, respetando la decisión voluntaria de los hombre de aceptar o rechazar la dádiva de Dios en el momento del llamado; es un acto eterno por amor, y tiene como propósito final la gloria de Dios. Vemos, pues, que Dios no empieza por la elección ni por la predestinación; Dios empieza por la presciencia; Dios empieza conociendo previamente a los que serían salvos porque voluntariamente recibirían la salvación de Dios por el sacrificio de su Hijo. Dios lesionaría su propia justicia si eligiera y predestinara a unos para que se salvaran y a otros que se condenaran por Su sola soberana voluntad. Nadie va a estar en el Hades y posteriormente en la Gehena por culpa de Dios. La soberanía de Dios y la justicia de Dios van de la mano en esto de la elección y predestinación. Los reformadores del s. XVI abogaron por la más estricta doctrina de la predestinación, que en los siglos posteriores ha sufrido algunos cambios. El francés Juan Calvino (1509-1564) mantuvo firmemente la doctrina de Agustín de Hipona de una absoluta y doble predestinación, es decir, de unos para salvación y otros para reprobación eterna. En las denominaciones de tipo arminiano la 260
doctrina de la absoluta predestinación ha sido suplantada por la predestinación condicional. Calvino, entre otras cosas, expone la enseñanza bíblica de que con la caída del hombre, su voluntad fue tan debilitada, y fue tan sumido en la oscuridad y la ceguera espiritual, que fue incapaz de hacer obra alguna, a menos que fuese ayudado por la gracia especial que Dios ha dado a sus elegidos y predestinados (Ef. 1:4-5; Ro. 8:29-30; Ap.17:8) y recibido por medio de la regeneración y justificación, por la obra propiciatoria y redentora de Cristo. ¿Qué hay, pues, para los demás? Que aparte de la gracia, todo hombre está bajo la merecida ira de Dios. Entonces, ¿se salva alguien por su propia iniciativa y voluntad? La salvación del hombre depende enteramente de la iniciativa de Dios; claro que el hombre debe ejercer su voluntad para recibir ese regalo; pero la salvación es por fe, no por obras (Ef. 2:8-9; Jn. 16:8-10). Por otro lado, a esta doctrina calvinista se le enfrenta el arminianismo, que es una herejía propagada por Jacob Arminio (1560-1609), la cual fundamentalmente, se opone a la doctrina de la doble predestinación. A raíz de la controversia arminiana, en especial dentro de la Iglesia Reformada Holandesa, emergieron gradualmente dos diferentes concepciones de la predestinación, las que fueron designadas como infralapsarianismo y supralapsarianismo. ¿En qué consistían? Los supralapsarios creían que Dios, antes que creara el mundo, había decretado cuáles deberían ser salvos y cuáles deberían ser condenados (posición calvinista); y los infralapsarios defendían la opinión de que fue en vista del pecado de Adán y sólo después de dicha catástrofe, cuando Dios decretó que ciertos hombres serían salvos y otros perdidos. Contra ambas teorías protestaron algunos que fueron llamados luego remonstrantes. Entre éstos el personaje principal fue Jacob Arminio, discípulo de Teodoro Beza y profesor de Teología de la Universidad de Leiden (Holanda), quien habiéndose propuesto refutarlos, quedó convencido por ellos. A raíz de esto, la posición remonstrante ha sido conocida como arminianismo; posición que, rechazando el supralapsarianismo y el infralapsarianismo, la expiación limitada (a saber, la enseñanza de que Cristo murió sólo por los elegidos), la 261
gracia irresistible y la perseverancia de los electos, enseñó que Cristo murió por todos los hombres, que la salvación es por la fe solamente, que los que creen son salvos, que los que rechazan la gracia se pierden, y que Dios no escoge a individuos particulares ni para la una ni para la otra cosa. Leer también Sal. 115:3; Prov. 16:4; Is. 10:15; 45:9; Mt. 11:25,26; 20:15; Ro. 9:17; 9:21. P RESCIENCIA. (Del lat. praescientia, conocimiento previo). Conocimiento de las cosas futuras. 2 . Conocimiento anticipado que Dios tiene de las libres acciones de los hombres, y por consiguiente de los eventos condicionales. Es del todo evidente que la Escritura enseña la presciencia divina de los eventos contingentes: 1 S. 23:10-13; 2 R. 13:19: Sal. 81:14,15; Is. 42:9; 48:18; Jer. 2:2,3; 38:17-20; Ez. 3:6; Mt. 11:21; además no nos deja ninguna duda con respecto a la libertad del hombre. En la salvación, por ejemplo, Dios decretó (predestinó) los que serían salvos, pero ese decreto guarda la más estrecha relación con el conocimiento divino; y ese conocimiento incluye todas las cosas posibles y sus resultados (1 Pe. 1:2; Ro. 8:29). ¿Quiénes aceptarían voluntariamente la salvación dada por gracia? Ese conocimiento proporciona el material para el decreto, y es la fuente de donde Dios extrajo los pensamientos que desea objetivar. De entre este conocimiento de todas las cosas posibles y mediante un acto de su perfecta voluntad dirigida por sabias consideraciones seleccionó lo que quería ejecutar, y de este modo formó su propósito eterno. La presciencia es el conocimiento de las cosas tal como se realizan en el curso de la historia; aunque debemos considerar también que Dios no deja su creación a la deriva de circunstancias contingentes. P RIMOGENITURA. Dignidad, prerrogativa o derecho del primogénito, es decir, el hijo que nace primero. “31Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 32Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 33Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 34Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura” (Gé. 25:31-34). La primogenitura era de poco valor práctico cuando había un solo hijo. Isaac era el único heredero auténtico de Abraham, ya que Ismael no 262
era de la descendencia prometida, Así, Isaac era el único de la línea prometida, y heredero genuino de los bienes de su padre. Pero Isaac tuvo dos hijos: Esaú y Jacob. La primogenitura, entonces, adquiría mayor importancia. El pueblo de Dios debiera haber descendido de Esaú, como primogénito, pero éste neciamente vendió su primogenitura a Jacob, por consideraciones puramente materiales, y la perdió. Jacob reclamó los privilegios de la primogenitura, y de él descendieron las doce tribus de Israel. el primogénito recibía una parte doble de la herencia (cfr. Dt. 21:16,17) y, al menos antes de que se estableciera el sacerdocio aarónico, el primogénito de cada familia se valía de la prerrogativa sacerdotal y la primacía y autoridad en el hogar después de la muerte del padre.
profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? 3 Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. 4 No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. 5 Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del cam po, y se han dispersado. 6 Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas” (Ez. 34:1-6).
De los hijos de Jacob, Rubén perdió la primogenitura por haberse acostado con una mujer de su padre; y debido a eso la primogenitura fue recaída así: Leví recibió el sacerdocio, José la doble porción (Efraín y Manasés), y Judá el reinado. Jesús fue el primogénito de su madre (protótokos): Lc.2:7; Mt. 1:25; pero nunca se le llama primogénito del Padre celestial, sino unigénito (Jn. 3:16). El concepto de la primogenitura tiene honda repercusión teológica en las Escrituras, principalmente del Nuevo Testamento. Cristo es el primogénito entre muchos hermanos (Ro. 8:29), es decir, tiene autoridad sobre todos los hombres, y es el primogénito de entre los muertos (Col. 1:18): es el primero en quien se ha cumplido la promesa de resurrección. Él es “el primogénito de toda creación” (Col. 1:15): tiene autoridad sobre todo lo creado (sin que Él mismo haya sido creado). A los creyentes se les llama también primogénitos (He. 12:23), porque son los más privilegiados entre los hombres.
P ROFETA. (Del lat. propheta y éste del gr. , predecir). El que posee el don de profecía. 2 . Fig. El que por algunas señales conjetura y predice acontecimientos futuros. 3 . Bibl. e Hist. En la palabra revelada, el portador y transmisor de la revelación divina. La persona que habla en nombre y por inspiración de Dios. 4 . En el Antiguo Testamento los profetas son llamados también «videntes»,55 e interpretaban, a la luz de la Ley, los acontecimientos presentes. En el Nuevo Testamento el profeta no profetiza bajo la rigidez de la ley, sino bajo la gracia y la verdad. Vocación espontánea, el profetismo no fue nunca una institución, aunque los grandes profetas, como Elías, tenían sus discípulos, profetas también. El contenido primordial del mensaje profético es el anuncio de la salvación. La predicción del futuro no es esencial al profetismo, aunque la acepción popular actual de la palabra se limite a ese aspecto. Los profetas del Antiguo Testamento se clasifican, según la extensión de sus escritos, en mayores (Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel) y menores (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías). La figura del profeta, como intérprete de Dios, se encuentra también en el Nuevo Testamento. Los Evangelios presentan la predicación del gran profeta Jesús; y en unión con Él, todo el pueblo cristiano es un pueblo profético, que anuncia la
P ROFESIONALISMO. Cultivo o utilización de ciertas disciplinas, artes o deportes, como medio de lucro. La Palabra de Dios no respalda que se utilice un ministerio recibido por el Espíritu Santo como medio de lucro. Claro, un auténtico siervo del Señor jamás toma su servicio al Señor y a la Iglesia como medio de lucro; eso lo suele hacer quien no tenga un legítimo llamado por el Señor, o cuando es nombrado meramente por organizaciones de factura humana. “1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, 263
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Vidente es el hombre de ojos abiertos; los que pueden ver lo que otros no pueden ver.
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salvación en Cristo. La figura del profeta individual aparece también en la iglesia primitiva, y ha seguido dándose en la historia de la Iglesia, aunque oscurecida por el desarrollo de las instituciones. El movimiento profético no es exclusivo de Israel. Es un movimiento universal. Escuelas de profetas. Compañías de profetas guiados por un profeta mayor que se constituía como en una especie de padre. Este tipo de compañías bíblicas de profetas no autoriza el invento moderno de adelantar estudios y graduación de profetas. Los profetas no surgen por los estudios que adelanten; es un don de Dios. El profeta vive en dos niveles: vive en compañerismo con Dios, pero también tiene los pies en el suelo, en el compañerismo de su pueblo, según la realidad terrenal. El profeta ama a Dios y al pueblo, pero no se compromete con nadie. Su compromiso es con el Señor. Hay profetas extáticos; es decir, que entran en éxtasis provocado por la danza y el canto. El profeta está relacionado con las siguientes palabras: Visionario (del hebreo hozeh), es el profeta que tiene visiones. Soñador (del hebreo polem), es el profeta que recibe la revelación mediante sueños. Tenemos el ejemplo de José, el hijo de Jacob. Varón de Dios. “He aquí ahora hay en esta ciudad un varón de Dios, que es hombre insigne; todo lo que él dice acontece sin falta. Vamos, pues, allá; quizá nos dará algún indicio acerca del objeto por el cual emprendimos nuestro camino” (1 Sam. 9:6). Un varón de Dios recibe el conocimiento de Dios, pero mucha gente prefiere que les adivinen la suerte, más bien que el deber; cómo hacerse rico, más bien que cómo ser salvo. Nótese la consulta que hizo Saúl al varón de Dios. Siervo de Dios. “Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas” (1 Re. 18:36). El siervo de Dios sirve al Señor y se dirige a Él con toda humildad y con toda confianza. El intérprete. El que interpreta al pueblo la voluntad de Dios. 265
Atalaya. “Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de m i boca, y los amonestarás de mi parte” (Ez. 3:17). Atalaya es el oficio al que es llamado el profeta, un vigía, como es el guarda de una ciudad, el pastor de un rebaño, el centinela en el campo de batalla, especialmente en un país invadido por el enemigo o en una ciudad sitiada, a fin de que vigile los movimientos de las fuerzas enemigas, y haga sonar el toque de alarma ante la inminencia del peligro. El oficio del centinela es recibir informe y dar informe. El profeta, como atalaya, tiene que tomar nota de lo que Dios ha dicho con respecto a su pueblo. Debe informar de lo que ha oído, no por su propia investigación, ni su propio nombre, sino en nombre de Dios y conforme a la información recibida de Dios. El centinela no intenta imponer su autoridad. El centinela está en los muros de Jerusalén; si vé el peligro da el anuncio a los ancianos de la ciudad, que están en la puerta, para que ellos tomen la decisión correcta. Profeta (del hebreo nabí, hervir, brotar con ruido; agitarse internamente). El que habla con vehemencia, para hablar lo que otro le ha comunicado. No conlleva la idea de adivino, ni del que predice, sino uno que proclama la verdad de Dios a los hombres. Tanto pastores como profetas deben precaverse del espíritu de magia, que es una de las formas primordiales de los falsos profetas (Salmo 12:2-3; Ez. 13:1-9). La personalidad del profeta (del AT). * Uno que tiene plena conciencia de su llam ado (tanto de los literarios como los no literarios). No eran personas extraordinarias como seres humanos. A veces tenían hasta complejos; ejemplo Jeremías. Dios lo llama, lo capacita, le guía y le asiste. Jeremías no tiene temor en descubrirse, abrirse, tanto en los rasgos negativos como positivos. El profeta del nuevo pacto no actúa solo; su ministerio debe actuar en consonancia con los apóstoles, evangelistas, pastores y maestros (Ef. 4:11). Los profetas neotestamentarios no son usados necesariamente para aplicar corrección al pueblo; esa tarea le corresponde a los apóstoles y ancianos, siguiendo las pautas de Mateo 18 y Gá. 6:1. Amós 3:3-8 es un texto que describe el llamado del profeta. 266
“3 ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? 4 ¿Rugirá el león en la selva sin haber presa? ¿Dará el leoncillo su rugido desde su guarida, si no apresare? 5 ¿Caerá el ave en lazo sobre la tierra, sin haber cazador? ¿Se levantará el lazo de la tierra, si no ha atrapado algo? 6 ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún m al en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho? 7 Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. 8 Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?”. * Uno que tiene íntim o com pañerism o con Dios. El verdadero profeta es muy sensible a la voz de Dios. Es apto para percibir el mensaje de Dios. Todo lo que Dios hace, antes lo revela a sus siervos los profetas. Isaías era un hombre de profunda sensibilidad espiritual. * Uno que también tiene sensibilidad humana. El profeta ama a su gente profundamente; no anda en las nubes, y se preocupa por los problemas del pueblo. * Uno que conoce bien su contexto. Amós no se contenta con saber las cosas del campo, su entorno y su ganado. No, él conocía el contexto político y social, moral y religioso de su tiempo y de su espacio. * Uno que siente indignación por la violación de la ley. Los profetas abogan por un retorno al conocimiento y al cumplimiento de la ley. Andar en la ley (en la autoridad, y toda autoridad viene de Dios) es vivir. La ley es instrucción para la vida. El verdadero profeta no se vende, no comercia con el anuncio divino, sino que condena ese comercio; el verdadero profeta condena la división del pueblo de Dios, la idolatría, el sincretismo, la herejía, la superficialidad, el descuido en la santidad de vida. El profeta es celoso con la iglesia: cela con celo de Dios (2 Co. 11:2). Fórmula profética. “Así habla el S eñor”. “Oíd la palabra de Dios”. “Así dice el S eñor”. El púlpito no es una rutina de oratoria secular. Identidad del verdadero profeta. La podemos ver y analizar en Deuteronomio 13:1-5; Deuteronomio 18:5-22 y Jeremías 28:1-17. Criterio del profeta. Un verdadero profeta es el que tiene un 267
mensaje y una vida que están de acuerdo con la doctrina. Rige su vida de acuerdo con esta norma: Cree y vive lo que cree. Pero ningún profeta es infalible, por eso la profecía del Nuevo Pacto debe ser juzgada por la iglesia. * Se cumple lo que profetiza. Profetas preliterarios. Son aquellos cuyos ministerios se narran rápidamente en los libros de Reyes, Crónicas, pero que no se registra ningún libro de ellos. Ej.: Natán, Elías, Eliseo, Gad, Ahías, Semahías, Iddo, Micaías, Azarías, Jehú. Profetas literarios. Son aquellos cuyos libros con sus hechos y ministerio profético se registran en la Biblia. 1 . Siglo VIII a.C.: Joel, Jonás, Amós, Oseas, Isaías, Miqueas. 2 . Siglos VII y VI a.C.: Abdías, Jeremías, Sofonías, Nahum, Habacuc. 3 . Cautiverio babilónico (586-538): Ezequiel, Daniel. 4 . Post-cautiverio [período persa (538-332)]: Hageo, Zacarías, Malaquías. Amós es el primer profeta literario. Es un tiempo de prosperidad y ensanchamiento de ambos reinos, y gobernaban Jeroboam II en Israel y Usías en Judá. Egipto va en decadencia, y Siria aflojó su intervención en la tierra santa para atender problemas domésticos y en relación con otros gobiernos o ciudades estados. Hubo prosperidad; los jueces se vendieron a los ricos. En el aspecto religioso hubo un “avivamiento”. Se multiplicaron los lugares altos, hubo mucha pompa en los cultos y abandonaron los sacrificios, pero los profetas vieron en eso una podredumbre, un sincretismo, una doble vida. Se vivía la religión de la balanza: el que peca y reza, empata. Es una época cuando cae Samaria (722 a.C.). Amós lo había pronosticado 30 años antes. En la segunda época, Judá queda sola y se ve presionada por Asiria, Egipto y Babilonia. En tiempos de Josías hay un despertamiento en Judá, en donde interviene Jeremías. Pero Josías interviene en una guerra ajena y muere. La cosa cambió y hubo un decaimiento, y el pueblo pensaba que mientras el templo existiera, 268
ellos eran invencibles; pero se equivocaron. P ROLEGÓMENO. (Del. gr. , preámbulo). Tratado que se pone al principio de una obra o escrito, para establecer los fundamentos generales de la materia que se ha de tratar después. / Preparación, introducción excesiva o innecesaria de algo. Déjate de prolegómenos y ve al grano. P ROLEPSIS. (Del gr. ). Ret. Figura de dicción en que anticipa el autor la objeción que pudiera hacerse. 2 . Fil. En la doctrina de los epicúreos y los estoicos, conocimiento anticipado de algo. P ROPICIACIÓN. Acción agradable de Dios, con que se le mueve a piedad y misericordia. Propiciar es ablandar; aplacar la ira de alguien, haciéndole favorable, benigno y propicio. Propiciación en el AT es equivalente a e xpiación en el NT. Propiciación es la traducción del término griego hilasterion, la cual tiene relación con el propiciatorio, la tapa del arca o cubierta del arca de la alianza, donde era derramada la sangre de los sacrificios en el AT, y que precisamente era derramada una vez al año, en el día d e la expiación (yom kipur). “24Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” (Ro. 3:24-25). Dios en su misericordia se puso a favor de nosotros y proveyó a Cristo como propiciación a fin de que nos redimiera, y una vez redimidos somos justificados delante de Dios. El hombre no podía hacer nada por sí mismo, pues estaba en contra de Dios por causa del pecado. La propiciación se relaciona con la sangre. En el AT (el tipo) en el propiciatorio era derramada la sangre de los animales, en el NT (el antitipo) es la propia sangre de Cristo por su muerte expiatoria; ese es el medio personal por quien Dios muestra la misericordia de su gracia justificadora al pecador que cree. Su “sangre” da todo el significado de la entrega voluntaria que Él hizo de su vida, por el derramamiento de su sangre en sacrificio de expiación, bajo el juicio divino que justamente merecíamos como pecadores, y siendo la fe la única condición demandada del hombre. Cuando hay derramamiento de sangre, eso significa que ha habido muerte. La 269
eficacia salvadora de la muerte depende totalmente del hecho de que aquel que murió era el Hijo de Dios. Por su voluntario sacrificio de expiación, derramando su sangre, bajo el juicio divino sobre el pecado, y por su resurrección, Cristo ha venido a ser el propiciatorio para su pueblo. P ROPICIATORIO. (En hebreo, caporet). Era la tapa del arca. El término hebreo viene del verbo kipper, “expiar”. Era una plancha de oro macizo, batida hasta formar dos querubines (seres alados) que estaban frente a frente en cada extremo. Extendían las alas por delante al contemplar el propiciatorio. Dentro (o delante) del arca misma se hallaban la vara de Aarón, una vasija de maná, y las dos tablas de la Ley. El simbolismo del propiciatorio que cubre las tablas de la Ley, es representativo del cubrimiento de la ley por la gracia. Apunta hacia Cristo y su expiación perfecta que cumplió con los requisitos de la Ley, posibilitando la gracia divina. El propiciatorio es un tipo de Cristo. Por eso Pablo declara enfáticamente que Dios ha puesto a Cristo como propiciación por medio de la fe en su sangre (Ro. 3:25). Una vez al año, en el día de la expiación (yom kippur), entraba el sumo sacerdote con sangre para hacer expiación por sus pecados y los del pueblo (Lv. 16:29-34; He. 9:5-7). En el propiciatorio, Dios se reunía y se comunicaba con los que venían con la sangre (Éx. 25:22). Todos los creyentes tienen libre acceso ahora al propiciatorio por medio de Cristo, su Sumo Sacerdote (Ro. 3:25; He. 4:14-16). P ROSAICO. Perteneciente o relativo a la prosa, o escrito en prosa. 2 . Díc. de la obra poética, o de cualquiera de sus partes, que adolece de prosaísmo. 3 . Dicho de personas y de ciertas cosas, falto de idealidad o de elevación; insulso, vulgar. P RÓTASIS. (Del gr. ). Primera parte del poema dramático. 2 . Ret. Primera parte del período en que queda pendiente el sentido, que se completa o cierra en la apódosis. Por ejemplo: “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva” (Jn. 4:10). Aquí la prótasis indica irrealidad actual, en tanto que la apódosis se refiere a la irrealidad pasada. Pero la diferencia temporal es insignificante. “Si supieras ahora... entonces hace un momento no habrías preguntado”. 270
P URIFICACIÓN DEL PECADO. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Jn. 1:9). Aun después de la salvación los cristianos son capaces de pecar, a pesar del cambio radical que ha tenido lugar en su vida; por lo tanto, todavía necesitan ser limpiados. La primera carta de Juan se ocupa de este problema práctico. Hay tres aspectos que subraya: 1) el medio por el cual se efectúa esa limpieza: la sangre de Cristo (1:7); 2) el método de su aplicación: la confesión de pecados (1:9); 3) el alcance de la limpieza; de toda iniquidad (1:9).
Q QUIASMO. (Del gr. , disposición cruzada, como la de la letra griega ). Ret. Figura de dicción que consiste en presentar en órdenes inversos los miembros de dos secuencias; p.ej., Cuando quiero llorar no lloro, y a veces lloro sin querer. En el quiasmo los miembros de un párrafo se cruzan, de modo que el primero, por ejemplo, se corresponde con el cuarto, y el segundo con el tercero. Se dice, por ejemplo, que el versículo 5 de la carta de Pablo a Filemón puede ser un quiasmo: “Porque oigo de tu amor (a) y de la fe que tienes (b) hacia el Señor Jesús, (c) y para con todos los santos” (d) en donde (a) se corresponde con (d), y (b) se corresponde con (c). QUIMERA. (Del lat. chimæra, y éste del gr. , animal fabuloso). Mit. Monstruo fabuloso que, según la fábula, vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón, conocido principalmente en Frigia, Licia, Egipto y la India. Según Hesíodo (Teogonía 319), era hijo de Tifón y de Equidna. 2 . Lo que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo.
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3 . Pendencia, riña o contienda. 4 . Pez condroíctio, de la subclase holocéfalos.
R R ACIONALISMO. Doctrina filosófica cuya base es la omnipotencia e independencia de la razón humana. En un sentido muy general, es toda doctrina filosófica que considera que la razón puede obtener conocimientos verdaderos. 2 . Sistema filosófico que funda sobre la sola razón las creencias religiosas. 3 . En sentido general, el racionalismo recorre casi por entero la historia de la filosofía occidental, por lo menos hasta la disolución del gran sistema hegeliano. Entonces justamente surgen ciertas tendencias que pueden llamarse «irracionalistas» por cuanto ponen en cuestión la capacidad de la razón para obtener ideas o representaciones adecuadas de las cosas. Estas tendencias, sin embargo, no siempre apuntan a una destrucción sistemática de la razón, sino más bien a explicar las instancias inconscientes (de naturaleza social, psíquica o estrictamente lógica) que dan lugar a dichas ideas o representaciones. En un sentido más restringido, una doctrina filosófica es racionalista si considera que la razón por sus solos medios y sin el concurso de instancias transcendentes ni de la experiencia puede obtener conocimientos verdaderos; en este sentido, el racionalismo se opone al empirismo, por cuanto éste considera que las representaciones son adquiridas por el entendimiento gracias al concurso de la experiencia. En general, este tipo de racionalismo tiende a considerar que los conceptos de la razón son universales y necesarios, de carácter innato o constitutivo, y que poseen esa universalidad y necesidad debido a que no se inducen de ninguna experiencia particular. R EALISMO. Descripción de los hechos y cosas con crudeza, tal 272
como son, sin concesiones. 2 . Tratamiento artístico de la vida, consistente en reflejarla sin idealización ni subjetivismo. 3 . Fil. Doctrina gnoseológica contrapuesta al idealismo; doctrina metafísica contrapuesta al nominalismo. En el campo de la teoría del conocimiento, una filosofía es realista si considera que el cognoscente sólo conoce en la medida en que se atiene a un dato que es exterior a la conciencia. Sobre este realismo gnoseológico puede cabalgar una afirmación metafísica de signo realista, según la cual sólo es real aquello que es exterior a la conciencia, limitándose ésta a «copiar» o a «asimilar» el objeto exterior real. Según se entienda esa copia como un producto mecánico o como el resultado de un cierto concurso activo de la mente, obtendremos en el primer caso un realismo «mecanicista», que a veces se ha llamado «ingenuo» y «natural» (dando así lugar a la extravagante concepción de un modo «natural» de saber, concepción que olvida el carácter «convencional» de todo «saber» en cuanto componente de la «cultura»), y en el segundo caso un «realismo crítico» que, al tener en cuenta una cierta elaboración mental, sirve de enlace con la posición contraria al realismo: el idealismo. En un sentido diferente, se ha contrapuesto el «realismo» al «nominalismo» en lo que atañe a la controversia de los universales. Realismo significa aquí la afirmación del carácter real de los universales (universales sunt realia). Un «realismo moderado» lo constituiría la posición tomista (de Tomás de Aquino), de inspiración aristotélica, según la cual los universales son reales en la modalidad de «formas» de la sustancia individual.
y el subjetivismo empezaron a socavar las bases que dieron nacimiento al realismo como fórmula novelística. Una prolongación original y más reciente de esta tendencia es el llamado realismo mágico, que en Colombia tiene su más conspicuo exponente en Gabriel García Márquez. R ECONCILIACIÓN. Es la acción de volver a las amistades, o atraer y acordar los ánimos desunidos. Desde la caía del hombre hubo una ruptura de las relaciones de amistad del hombre con Dios; el hombre salió huyendo de Dios. Pero Dios en su misericordia proveyó la solución para amistarse con el hombre. “18Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo m ism o por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Co. 5:18-19). Varias veces nos dice el NT que somos reconciliados con Dios: 1 ) por la muerte de su Hijo (Ro. 5:10; Col. 1:22); 2 ) por la sangre de su cruz (Col 1:20; Ef. 2:16).
Lit. Históricamente, el realismo significa una reacción ante el romanticismo. Los rasgos realistas rebasan naturalmente los límites de una época histórica, pero el realismo se entiende que corresponde de manera concreta al s. XIX. Balzac y Flaubert son sus representantes en Francia. A partir de 1850 tuvo lugar su expansión máxima, que coincidió con el establecimiento de una burguesía sólida, el desarrollo de las ciencias y el determinismo filosófico. El realismo intentó reflejar los resortes psicológicos de los personajes en relación con el ambiente. La supremacía del ambiente y sus factores materiales como determinantes exclusivos de los personajes lleva a una estilización denominada naturalismo. Recíprocamente, el deseo de rehuir la realidad externa llevó a la novela psicológica y a una atención por el espiritualismo. A fines del siglo XIX, el modernismo
Tanto el pasaje de 2 Corintios 5:18-19 como en Romanos 5, Pablo usa “justificación” y “reconciliación” como términos sinónimos. El ser humano no se puede reconciliar a sí mismo con Dios, sino que debe ser reconciliado por medio de Cristo, cuya obra expiatoria hace suya por fe. Quienes son reconciliados tienen paz con Dios y tienen acceso a su presencia como hijos suyos (Ef. 2:1618). Este ministerio de la reconciliación no es necesariamente enseñar la doctrina de la expiación, sino el de rogar a los hombres que se reconcilien con Dios en base a lo que Dios ha llevado a cabo en Cristo. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por m edio de nuestro S eñor Jesucristo” (Ro. 5:1). Tener paz con Dios es estar reconciliados con Él. El término griego katalage [ ] denota reconciliación, un cambio en una de las partes, inducida por una acción de la otra. En el NT, la reconciliación de los hombres con Dios es por su gracia y amor de Cristo (Ro. 5:11; 11:15). La causa que desencadena la proclamación universal de la reconciliación por medio del evangelio fue el exclusión (parcial y temporal) de Israel. Se ofrece a los gentiles una nueva relación con Dios mediante el evangelio. Ahora se invita a los hombres de todas
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las naciones, etnias, lenguas, tribus, a cambiar la actitud que tienen, y aceptar la provisión que Dios ha dado, por lo cual sus pecados pueden ser remitidos, y ellos mismos quedar justificados ante Él en Cristo. R EDENCIÓN. La redención involucra la idea de rescatar. La palabra “redención” significa ser comprado, esto es, volver a rescatar lo que se ha prometido o está comprometido a otros. El término griego exagorazo [ ] (redimir, pagar el precio) denota la idea de comprar algo en la plaza (agora) para sacarlo fuera de la plaza de mercado (ex, o ek, afuera). En el caso de Cristo, Él compra los esclavos en la plaza (el mundo) con vistas a otorgarle la libertad. Se utiliza metafóricamente:
mediante la redención que es en Cristo Jesús (Ro. 3:24), y la redención la logra la propiciación, la entrega de su propia Persona; ese es el pago. Al redimir, el dueño rescata algo que estaba perdido, que estaba en manos de otro dueño, y lo hace pagando un precio estipulado, la propiciación. El rescate en sí es la redención. La reconciliación descansa en la justificación, ésta en la redención, y la redención a su vez descansa en la propiciación. Volviendo a las palabras del original griego, tenemos, pues, que exagorazo no significa la redención propia, sino el precio pagado con vistas a la redención; lutroo significa la liberación misma, el acto de poner en libertad.
La necesidad de la redención surge en razón de la esclavitud del pecador al pecado y a Satanás (Ro. 6:17; Jn. 8:34; Ro. 6:23). La redención en sí viene de Dios y es de pura gracia. La ha hecho posible Jesucristo, el Redentor (1 Co. 1:30; Gá. 3:13; 4:4,5, Ef. 1:7; Ti. 2:14), por su sangre derramada. La redención es tanto pasada como futura. El precio ha sido pagado de una vez para siempre y los creyentes ya están redimidos, pero esperan el cumplimiento final de aquello que ya es suyo por la fe (Ro. 8:23). Aquellos redimidos que alguna vez pertenecieron a Satanás ahora pertenecen a Dios (1 Co. 6:20). Su meta principal en la vida es glorificar a Aquel que los redimió (1 P. 2:9). Los creyentes somos justificados delante de Dios
R EGENERACIÓN. Es el nuevo nacimiento; palabra traducida del griego palingenesia ([ ] de palin, de nuevo; genesis, nacimiento). Se utiliza de la regeneración espiritual (Ti. 3:5), involucrando la comunicación de una nueva vida, siendo los dos poderes activos para producirla “la palabra de verdad” (Stg. 1:18; 1 Pe. 1:23) y el Espíritu Santo (Jn. 3:5,6). El nuevo nacimiento y la regeneración no constituyen etapas sucesivas en la experiencia espiritual; se refieren al mismo acontecimiento, aunque lo contemplan en diferentes aspectos. El nuevo nacimiento destaca la comunicación de vida espiritual en contraste al anterior estado de muerte espiritual; la regeneración destaca el inicio de un nuevo estado de cosas en contraste con el viejo. De ahí la relación del uso de la palabra con su aplicación en Israel, en Mateo 19:28, donde esta palabra se usa en el sentido más amplio de la “restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas” (Hch. 3:21), cuando, como consecuencia del retorno de Cristo, Dios pondrá su Rey sobre Sión, su monte santo (Sal. 2:6), e Israel, ahora en apostasía, será restaurada a su posición destinada, en el reconocimiento y bajo la benevolente soberanía de su Mesías. Así se conseguirá la liberación del mundo del poder y engaño de Satanás y de los despóticos y anticristianos gobernantes de las naciones. Esta restitución, en el reino milenial venidero, no será un retorno universal a la condición prístina de inocencia edénica anterior a la caída, pero cumplirá el establecimiento del pacto de Dios con Abraham con respecto a sus descendientes, un verdadero renacimiento de la nación, involucrando la paz y prosperidad de los gentiles. Sin embargo, es evidente, en base a Ap. 20:7,8, que el
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a ) en Gálatas 3:13 y 4:5; allí dice que somos redimidos de la maldición de la ley: “13Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito el que es colgado de un madero)... 5para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”; b ) con respecto a su significado en Efesios 5:16 (aprovechar) y Col. 4:5. “18Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra manera de vivir (costumbres ancestrales), la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, com o oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin m ancha y sin contaminación” (1 P. 1:18-19). El verbo que se traduce aquí rescatar (lutroo [ ]) significa “pagar el precio de liberación de la esclavitud” o “redimir”. (El mismo verbo se traduce redimir en Lc. 24:21, y la forma sustantiva apolutrosis se traduce “redención”.)
sometimiento universal a la autoridad de Cristo no significará la total exclusión del mal. Sólo en los nuevos cielos y la nueva tierra, en los cuales mora la justicia, estarán totalmente excluidos el pecado y el mal. En cuanto al creyente, también en Juan 3:3 dice que se debe nacer de lo alto para poder ver el reino de Dios. Todos los humanos son pecadores por nacimiento y por su propia acción y determinación (Ro. 3:23; Jn. 8:44). “Nacer de arriba” involucra una acción sobrenatural en la cual el hombre recibe una nueva vida de Dios. La base de este nuevo nacimiento es la muerte sacrificial de Cristo (1 Pe. 1:17-23; 1 Co. 15:2,3; Ti. 3:5). El elemento indispensable para el nuevo nacimiento es la fe personal en Jesucristo (Jn. 1:12,13). La regeneración se realiza cuando el Espíritu Santo convence al pecador de su estado espiritual, lo convierte y regenera. Se llama el lavamiento de la regeneración en Tito 3:5 (véase también Jn. 3:5; Stg. 1:18; 1 Pe. 1:23; Ef. 5:26). El creyente recibe por lo menos cuatro beneficios de la regeneración: 1 ) todo nacido de nuevo es hijo de Dios (Jn. 1:12; Gá. 3:26; Ro. 8:16,17); 2 ) es una nueva criatura (2 Co. 5:17; Gá. 6:15; Ef. 2:10); 3 ) participa de la naturaleza divina (2 P. 1:4); 4 ) en su propia naturaleza participa de la victoria de Cristo sobre el pecado y el mundo conforme a la medida de su fe (1 Jn. 3:9; 5:4,18).
La reina del cielo era Istar, la diosa babilónica de la fertilidad (entre los cananeos Astoret, Astarte), que posteriormente se identificaría con Venus. Con la unión adúltera de la iglesia con el Estado y la religión babilónica en tiempos del emperador Constantino y Teodosio el Grande, las masas idolátricas del imperio fueron obligadas a bautizarse sin conversión, dando como resultado que esos antiguos dioses mitológicos, incluyendo la reina del cielo, le fueron cambiando los nombres por supuestos nombres surgidos en la Iglesia, y fue así como a la reina del cielo satánica empezó a llamarse María. Pero María la madre del Salvador no vivía en tiempos del profeta Jeremías, ni jamás ha sido diosa, ni en el auténtico tercer cielo donde está el trono de Dios hay reina del cielo. R EINO. (Del lat. regnum). Territorio o país con sus habitantes sujetos a un rey. 2 . Cualquiera de las provincias de Estado que antiguamente tuvieron su rey propio.
R EINA DEL CIELO. Nombre dado en el AT a la deidad femenina. “Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira” (Jer. 7:18).
Reino de Dios. Concepto que vincula el poder de Dios con la soberanía divina sobre la creación; y en una perspectiva cristiana concepto bíblico con que se expresa el dominio universal del Dios de Israel. La palabra griega basileia [ ], es primeramente un nombre abstracto, que denota soberanía, poder regio, dominio, que tiene el imperio. Por metonimia, es un nombre concreto que denota el territorio o pueblo sobre el que reina un rey. Este término es utilizado especialmente con relación al Reino de Dios y de Cristo. Dios reina eternamente sobre Su creación; soberanía que ejerce tanto en el cielo como en la tierra. Dice el Salmo 10:16: “Jehová es Rey eternamente y para siem pre”. Su reino es de eternidad a eternidad. “11Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu m ano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos” (1 Cr. 29:11,12). Dios ejerce Su soberanía por medio de individuos o mediante Su intervención directa (Dn. 4:17; Esdras 1:1; Éx. 7:3-5). El reino teocrático es eterno, pero para su manifestación futura, Dios instituyó un programa minucioso desde antes de la fundación del mundo. “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos
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Para que pudiese haber nuevo nacimiento y tuviera comienzo la edificación de la iglesia, fue necesario la encarnación del Verbo de Dios, su crecimiento humano, su muerte en la cruz, su resurrección, su glorificación al cielo, y la venida y derramamiento del Espíritu Santo. Nuestro primer nacimiento, fue en la carne, adámico, caído, destinado a la corrupción y a la muerte; pero al creer en Cristo, recibimos por el Espíritu la vida misma de Dios, la vida divina, la eterna, nacimiento en el cual no interviene la voluntad humana. De manera que ahora no sólo somos carne, sino también espíritu. Si no nacemos de nuevo no podemos ni ver ni entrar en el reino de Dios, ni tener parte con Dios en la vida eterna.
de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde antes de la fundación del mundo” (Mt. 25:34). “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprim ido todo dominio, toda autoridad y potencia” (1 Co. 15:24). En contraposición al reino de Dios, hay un reino de las tinieblas. “El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Col. 1:13). Esta tierra es la escena de una rebelión universal contra Dios (Lc. 4:5,6; 1 Jn. 5:19; Ap. 11:15-18), no obstante, Dios no ha cedido su soberanía frente a la rebelión (Dn. 2:44; 714; 1 Co. 15:24,25). De acuerdo a Ezequiel 28:11-19 e Isaías 14:12-17, el querubín Lucero se rebeló contra la autoridad constituida de Dios, llevado por un codicioso deseo de apropiarse de la soberanía de Dios. Lucero, quien más tarde es conocido como Satanás, exaltó su propio yo, con las siguientes cinco manifestaciones de rebelión, que encontramos en Isaías 14: 1 . “13Subiré al cielo”. El querubín protector pretendió instalar su morada en el tercer cielo (2 Co. 12:1-4), lugar de la morada de Dios y de los redimidos. 2 . “13Junto a las estrellas de Dios levantaré m i trono”. Satanás pretendió ocupar el trono de Dios y gobernar sobre los ángeles, únicas criaturas inteligentes en ese tiempo. De guardián del trono de Dios, Lucero pretendió ocuparlo. 3 . “13En el monte del testim onio m e sentaré a los lados del norte”. Conforme Isaías 2:1-4, este monte del testimonio se refiere a Israel, en el contexto del reino mesiánico terrenal; de manera que Satanás ambicionaba una participación en ese gobierno. 4 . “14Sobre las alturas de las nubes subiré”. Lucero claramente ambicionaba obtener la gloria que sólo pertenece a Dios. 5 . “Seré semejante al Altísimo”. Esta frase encierra toda la motivación de los propósitos e ideales de Lucero. Pero no se trata de una semejanza subjetiva y moral a la manera del redimido, de ser la imagen de Cristo (Ro. 8:29), sino una semejanza objetiva en el sentido de que Dios es creador, poseedor y soberano de toda Su creación. Es el mismo principio de rebelión que el demonio inyectó en el hombre en el Edén (Gé. 3:4,5).
Como consecuencia, fue arrojado del cielo a la tierra, a la espera 279
de un futuro juicio (Is. 14:15; Ez. 28:17), donde, después de hacer caer al hombre con engaños, y despojarle del señorío que había recibido de Dios, Lucero llegó a ser como el dios de este siglo (2 Co. 4:4), poniendo un velo sobre el entendimiento de los hombres que le siguen. Satanás ha cegado los pensamientos y las mentes de los incrédulos para que no resplandezca en sus corazones la luz del evangelio de la gloria de Cristo. También llegó a ser el príncipe de la potestad del aire y poseedor de los reinos del mundo, donde también recibe adoración (Ef. 2:2; Mt. 4:8,9). Satanás es el gobernador de los principados y potestades (Ef. 6:12), éstos a su vez son los titiriteros que encaminan a los incrédulos (incluyendo los gobernantes de las naciones) a seguir la corriente impuesta por el reino de las tinieblas; Satanás subyuga a la gente, las ocupa y las aleja de Dios y Su propósito. Pero ya Satanás ha sido juzgado y vencido por Cristo en la cruz (Jn. 12:31); sus días están contados. Hay algo curioso en esto, y es que Satanás fue arrojado a la tierra, y el querubín hizo de la tierra su centro de autoridad e instaló su mismo trono (Ap. 2:13), pero precisamente es la tierra el lugar escogido por Dios para la manifestación de Su reino, y cuyo Rey es Su propio Hijo, el Señor Jesucristo. La tierra es el lugar escogido por Dios para hacer manifiestas las riquezas de Su gracia. La soberanía de Dios ha de ser reconocida (1 Co. 15:24; Fil. 2:10). Debido a eso, ese programa concebido antes de la fundación del mundo, ha venido desarrollándose a través del tiempo. En el curso de ese desarrollo, y para ir preparando la manifestación de su reino y la obediencia al mismo, Él formó una nación terrenal, Israel, y le dio su Ley, y designó reyes para que administraran Su Reino sobre Israel. Pero esa nación, aunque nominalmente se adhería a Dios, también le falló, y entraron a engrosar la rebelión general (Is. 1:2-4); y finalmente fueron “excluidos” (Ro. 11:15,20, 25) cuando rechazaron al Hijo de Dios (Jn. 1:11; Mt. 21:33-43). En el futuro escatológico, Dios va afirmar Su gobierno de una manera universal, y será manifiesto para todos (Mt.25:31-34; Flp. 2:9-11; 2 Ti. 4:1,18), pero mientras tanto, ahora en la edad de la gracia, el Señor está llamando a los hombres en todos los lugares, sin distinción de raza ni de nacionalidad, para que se sometan 280
voluntariamente a Su gobierno. Quien se someta ahora, podrá participar de su manifestación futura. En esta era, el reino no se halla dentro del campo de los poderes de observación naturales (Lc. 17:20). Nadie lo puede ver a menos que nazca espiritualmente (Jn. 3:3; 1 Co. 2:14); por eso se dice que el Reino ahora es “en misterio”. “Y (Jesús) les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas” (Mc. 4:11). Aspectos del reino. Dentro de los parámetros bíblicos, la Palabra “reino” incluye cuatro aspectos distintos:
1. El reino de Dios, cuya realidad abarca el pasado, el presente y el futuro. “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios” (Mt. 12:28). Dios reina en Su creación de eternidad a eternidad, pero en lo que respecta a la tierra, ese gobierno de Dios sufrió menoscabo desde el momento en que el hombre le entregó la soberanía de la tierra a Satanás al obedecerle con ocasión de la caída en el Edén, después de la cual el hombre ha seguido obedeciendo al príncipe de las tinieblas. Pero así como Adán perdió el dominio recibido de Dios, Cristo vino a recobrarlo. “14Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo de se ha cum plido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Mr. 1:14,15). Y ahora los que hemos creído oramos que ese reino sea plenamente restablecido en la tierra (Mt. 6:10). 2 . El reino de los cielos. Se refiere al reino entregado en las manos de los hombres durante la ausencia del Rey (cfr. Mt. 18:23; 25:1-3). De manera que el reino de los cielos se inicia en la tierra el día de Pentecostés, y comprende toda la era de la Iglesia de Cristo. Notemos que antes de la venida de Juan el Bautista el reino de los cielos no había llegado a los hombres (Mt. 3:1,2); pero Jesús lo trajo, Él es el Rey, y el actual aspecto del reino de los cielos es la Iglesia del Señor (Lc. 17:20,21).
Los dos aspectos del reino de los cielos. Hay dos aspectos revelados en la Palabra de Dios acerca del reino de los cielos: apariencia y realidad.
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a). Una apariencia. La apariencia del reino de los cielos es el límite o alcance exterior, conforme lo mostrado en Mateo 13. No es posible identificar el reino de Dios con alguna organización eclesiástica. Las organizaciones eclesiásticas de factura humana tienden a reinar sin Cristo. “Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros” (1 Co. 4:8). Desde los tiempos del emperador Constantino el Grande y el matrimonio (Pérgamo) de la Iglesia con el Estado y la religión babilónica, se fue gestando una apariencia del reino que tuvo su máxima expresión en el papado romano (Tiatira), pero mucha de esa apariencia del reino la han heredado las iglesias nacionales europeas y el protestantismo (Sardis); además de un aparente gran rey, abundan los pequeños reyezuelos que guían a sus súbditos por principios de un reinado muy terrenal. Hay, pues, actualmente una apariencia del reino de los cielos descrita en los misterios de las parábolas de Mateo 13. Primero comienza con la semilla; la Palabra que proclama el reino es sembrada en el corazón de los hombres (el relato del sembrador); luego el enfrentamiento entre las dos simientes: la de la mujer, Jesús, y la de la serpiente, el trigo y la cizaña; en un desarrollo anormal de la apariencia del reino, comienza como la más pequeña de las semillas y se convierte en un árbol grandioso donde anidan las aves del cielo; también es un tesoro escondido, o una perla preciosa y excepcional, que para adquirirla el Señor vende todo lo que tiene, y en la cruz compra la tierra, la redime, para obtener este tesoro, la Iglesia, para el reino.
Al final habrá una escogencia entre los hombres, los ángeles apartarán a los malos de entre los justos para la posesión del reino de los cielos, y aun en la iglesia misma, ante el tribunal de Cristo, habrá un escogimiento para la participación en las bodas y en el reino. ¿Por qué los creyentes hemos de ser también escogidos para el reino, si todos hemos nacido de nuevo? Porque la nueva naturaleza, recibida por el nuevo nacimiento, se hace evidente en la obediencia; entonces sólo aquellos que hacen la voluntad de Dios entrarán en Su Reino (Mt. 7:21). Vemos, pues, que la jerarquía eclesiástica se identificó con el reino de Dios. En el curso de la historia, la esperanza bienaventurada de la vida eterna y de la manifestación de un reino mesiánico de paz y de justicia, quedó 282
reemplazada por la esperanza social del reino de Dios, pero no el reino kilianista, sino exclusivamente reducido a este mundo. b). Una realidad espiritual. Es una especie de conducta espiritual, que se va formando progresivamente como resultado del aprendizaje, de la justicia, bajo la autoridad de Dios y que nos es esclarecida en Mateo 5, 6 y 7. La apariencia, obvio, es externa, pero hay también una realidad actual del reino de los cielos, y esa realidad está entre nosotros. “He aquí el reino de Dios está entre vosotros” (Lc. 17:21). Está entre los hermanos vencedores en cuyos corazones realmente está reinando Cristo, y han vencido al mundo y a la carne, porque a Satanás ya lo venció Jesús en la cruz. Todos nosotros, los redimidos, los regenerados, hemos entrado a participar en el reino de Dios, pero sólo los vencedores cumplen los requisitos proclamados por el Rey en el bloque de enseñanzas de Mateo 5, 6 y 7, para participar en la realidad del reino de los cielos hoy y en su futura manifestación milenial. Si queremos sentarnos con Jesús en su trono a reinar, debemos ahora beber de su copa (la obediencia a la voluntad de Dios) y ser bautizados con su bautismo, el de la cruz, la muerte de nuestro yo para la liberación de la vida de Dios en nosotros (Mr. 10:35-45).
Participar del reino involucra el sufrimiento ahora, pues la salvación eterna es un regalo de Dios, pero nuestra participación en el reino depende de nuestro vivir y obrar ahora con el Señor. “Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis” (2 Ts. 1:5). “Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hch. 14:22). Los ciudadanos del reino de los cielos (vencedores) se caracterizan por ser pobres en espíritu; por no poner todo su interés por las cosas materiales y perecederas; el interés del vencedor se centra en buscar el reino de Dios, y todo lo demás considerarlo como añadiduras, de lo cual se encarga el Señor (Mt. 6:33). El conflicto de los que entran al Reino no es sólo con los que rechazan adherirse al Rey, sino también consigo mismo, con ese deseo a la comodidad, con la aversión al sufrimiento y a la impopularidad consustanciales a todos. 3 . El re ino mile nial . Es cuando el Rey estará presente en la 283
tierra, y gobernará visiblemente en la manifestación futura(cfr. Ef. 5:5). Aunque hace dos mil años empezó con Jesús el reino de Dios en el ámbito de la Iglesia, sin embargo, ha de manifestarse dispensacionalmente; será el reino de mil años (Ap. 20:4) como lo describen los capítulos 24 y 25 de Mateo, y es el tiempo cuando tendrá su fin la historia secular. Este reino milenario está asociado con el advenimiento del Señor, el cual involucra inicialmente el tribunal de Cristo (2 Co.5:10; Rm. 14:10; Ef. 6:8; Stg.5:9), las bodas del Cordero (Ap. 19;7,8; Mt. 25:10; Mt. 22:11.14) y gloria (Mt. 13:43). Con respecto a nosotros los creyentes, el lugar donde el Rey se encuentra es donde se reconoce su gobierno, y es primeramente el corazón del creyente individual (Hech. 4:19; Ef. 3:17: 1 Pe. 3:15). Para entrar al reino no es necesario evidenciarlo con la observancia puntillosa de ordenanzas, que son externas y materiales (guarda este día, no comas tal comida, no te vistas ni uses tal atavío, debes ayunar), sino en cosas más profundas del corazón, que son espirituales y esenciales; “porque el reino de Dios no es com ida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el corazón” (Ro. 14:17). Téngase, además, en cuenta que el Reino de los Cielos es siempre el Reino de Dios, pero el Reino de Dios no está limitado al Reino de los cielos, hasta que en su forma final vengan a ser uno y lo mismo (Ap.11:15; Jn.3:5; Ap. 12:10). 4 . El reino eterno. Será cuando el Hijo entregue el reino a Dios el Padre, tras el reinado de los mil años (cfr. 1 Co, 15:24 Ap. 20:4).
R ELATIVISMO. (De relativo). Fil. Doctrina según la cual el conocimiento humano sólo tiene por objeto relaciones, sin llegar nunca al conocimiento de lo absoluto. 2 . Fil. Doctrina según la cual la realidad carece de sustrato permanente y consiste en la relación de los fenómenos. 3 . Fil. Doctrina según la cual el hombre no alcanza la verdad absoluta, sino que todos sus conocimientos y actitudes dependen (es decir, son relativos a) de su propia naturaleza o de circunstancias tales como el momento en que vive, la sociedad, etc. Se suele distinguir un relativismo epistemológico, según el cual, el conocimiento es relativo a la mente cognoscente individual (subjetivismo) o a la de la especie, y un relativismo ético, según el cual, los conceptos morales tienen significados distintos según las 284
sociedades, el tiempo, etc.
Relativismo lingüístico. Teoría que interpreta a cada lengua como un filtro entre la realidad y el hablante. Según el relativismo, cada lengua ofrece una configuración distinta del mundo a sus hablantes, por lo que el lenguaje tiene un papel fundamental en la diversificación cultural de los pueblos. R EMA. Término griego ( ) cuyo significado es lo que es dicho, una palabra; se traduce “asunto” en 2 Co. 13:1; y en Lc. 2:17 y Hch. 11:16 se traduce “lo dicho”. También se traduce “cosa” en Lc. 1:65; 2:19,51; Hch. 5:32; 13:42. Denota aquello que es hablado, lo que es expresado de palabra o por escrito. El significado de rema, en su distinción de logos, lo podemos ejemplificar en la instrucción a tomar “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Ef. 6:17); aquí la referencia no es a la Biblia entera como tal, sino al pasaje individual de las Escrituras que el Espíritu trae a nuestra memoria para su utilización en tiempo de necesidad, siendo el prerrequisito de ello la lectura habitual y memorización de las Escrituras. R EMINISCENCIA. (Del lat. reminiscencia). Acción de presentarse u ofrecerse a la memoria una cosa que pasó. 2 . Fil. En la doctrina platónica, el recuerdo de las ideas que permite reconocer los objetos del conocimiento. R EMISIÓN. Acción y efecto de remitir o remitirse. 2 . Teol. La remisión de los pecados sobre la base de la obra expiatoria de Jesucristo es un elemento negativo en la justificación. La remisión se basa en forma más particular, aunque no de manera exclusiva, sobre la obediencia pasiva del Salvador. La sangre de Cristo vertida en el Calvario constituye el principio vital que hace válida la expiación (Mt. 26:28; He. 9:15,22). El término griego afesis [ ], despido, liberación (de afiemi), se utiliza del perdón de los pecados, y se traduce «remisión» en VR y «perdón» en RVR (Mt. 26:28; Mc. 1:4; Lc. 1:77; 3:3; 24:47; Hch. 5:31; 13:38; 26:18; Ef. 1:7; Col. 1:14; He. 9:22; 10:18). R EMONSTRANTE. Posición teológica relacionada con la predestinación a la salvación, surgida de los que protestaron ante los que creían que Dios, antes que creara el mundo, había decretado
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cuáles deberían ser salvos y cuáles deberían ser condenados (supralapsarios), y los que defendían la opinión de que fue en vista del pecado de Adán, y sólo después de dicha catástrofe, cuando Dios decretó que ciertos hombres serían salvos y otros perdidos (infralapsarios). Entre los que se oponían a estas dos corrientes, es decir, los remonstrantes, el principal fue Jacob Arminio, discípulo de Beza y profesor de teología en la Universidad de Leiden, el cual, habiéndose propuesto refutarlos, quedó convencido por ellos. De consiguiente, la posición remonstrante ha sido conocida como arminianismo. Esta posición teológica, rechazando el supralapsarianismo y el infralapsarianismo, la expiación limitada (a saber, la enseñanza de que Cristo murió sólo por los elegidos), la gracia irresistible y la perseverancia de los electos, enseñó que Cristo murió por todos los hombres, que la salvación es por la fe solamente, que los que creen son salvos, que los que rechazan la gracia se pierden, y que Dios no escoge a individuos particulares ni para la una ni para la otra cosa. R ENACIMIENTO. Acción de renacer. 2 . Época que comienza a mediados del siglo XV, en que se despertó en Occidente vivo entusiasmo por el culto y estudio de la Antigüedad clásica griega y latina; a la imitación de los autores clásicos; a ello se consagraron eruditos, intelectuales y escritores europeos. En un sentido más amplio, fase extremadamente brillante y renovadora por la que atravesaron la cultura, el arte y las letras europeas de 1450 a 1570 aproximadamente. Sus orígenes y focos difusores se sitúan en las cortes y repúblicas italianas, que gozaban de cierta estabilidad política y expansión económica. Experimentaron, pues, la influencia del Renacimiento todos los campos de la intelectualidad, como las artes, la arquitectura, la escultura, la pintura y artes menores, la filosofía, la literatura, la música. Históricamente, el Renacimiento se originó en la era de los descubrimientos geográficos y las conquistas ultramarinas, el desmembramiento de la cristiandad y el desarrollo de los nacionalismos, la introducción de la imprenta, entre 1460 y 1480, y la consiguiente difusión de la cultura. La Edad Media no ignoraba las obras de la Antigüedad, pero no mantenía con ella ningún contacto espiritual. Los grandes escritores de Roma eran estudiados, pero este estudio se reducía a cosas pretéritas, referentes a un mundo extraño, pagano, incapaz de ofrecer el menor provecho 286
espiritual a un cristiano. Con el triunfo del humanismo, cambió la manera de pensar de los intelectuales: la Antigüedad arranca al gran humanista Petrarca exclamaciones de admiración y asombro. Fue sólo a mediados del siglo xv, poco antes de la caída de Constantinopla, cuando la lengua y la literatura griegas volvieron a estudiarse, gracias a los numerosos sabios bizantinos que huyeron de la ciudad, amenazada por los turcos. Fil. El Renacimiento fue un período filosófico eminentemente crítico en el cual se cuestionaron fundamentalmente las bases espirituales predominantes en la Edad Media, debido a varios factores, entre los que cabe destacar: 1) Una reinterpretación de la filosofía griega, principalmente de los sistemas de Platón y Aristóteles, así como de otras tendencias. Surgió así una corriente neoestoica, otra neoepicúrea y un platonismo que pretende escavar la vigencia aristotélica de la tradición escolástica (Nicolás de Cusa, Bruno, Campanella). 2) La disolución de la escolástica, de la que sólo subsisten secuelas del escotismo (de Duns Escoto) y del occanismo (de Guillermo de Occam), así como un movimiento bastante localizado en España de renovación, que coincide con la Contrarreforma. 3) La crítica sistemática de los métodos escolásticos del saber, especialmente del principio de autoridad y del modo de razonar. La crítica se extiende también a las formas de vivir, a las costumbres (Erasmo) e, inclusive, a la organización social y económica (Moro). 4) El impacto de la nuova scienza, en su doble fase geométrica (Copérnico, Kepler) y mecánica (Galileo), que significa un nuevo concepto de “naturaleza” basado en el establecimiento de las bases científicas sobre las cuales se desplegarán la física y la matemática modernas. 5) Un resurgir de ciertos campos del saber inhibidos por el estrecho racionalismo escolástico, tales como la magia y la alquimia. R ENOVACIÓN. Es la acción y efecto de renovar, o hacer como de nuevo algo (2 Co. 5:17). En un creyente su espíritu es regenerado al recibir la vida divina, pero a partir de ese hecho, su alma es renovada, transformada, mediante un proceso. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Ro. 12:2). El
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entendimiento, la voluntad y las emociones hacen parte del alma humana; todo eso debe ser renovado. De no ser así, va en contra vía con el espíritu. La renovación de nuestro entendimiento es el ajuste de la visión moral y espiritual y del pensamiento a la mente de Dios, que tiene como propósito llevar a cabo un efecto transformador sobre la vida del alma, de nuestro yo. En Tito 3:5, la renovación en el Espíritu Santo no significa un nuevo otorgamiento del Espíritu, sino una avivamiento de su poder, para un desarrollo de la vida cristiana. Este pasaje pone el acento en la operación continua del Espíritu de Dios morando en el creyente (en su espíritu). El pasaje en Romanos destaca la bien dispuesta respuesta de parte del creyente. El verbo griego anakainoo [ ], hacer nuevo (ana, atrás o de nuevo; kainos, nuevo, no en el sentido de reciente, sino de diferente), renovar, se utiliza en la voz pasiva en 2 Corintios 4:16, de la diaria renovación del “hombre interior” (en contraste al hombre exterior, incluida la constitución física), esto es, de la renovación de poder espiritual; en Col. 3:10, del “nuevo hombre” (en contraste a la vieja naturaleza no regenerada, heredada de Adán), que “se va renovando hasta el conocimiento pleno”, esto es, el verdadero conocimiento de Cristo, en oposición a las enseñanzas heréticas.
Renovación de la mente. en Romanos 12, el versículo 2 nos enseña cómo se consigue ser un sacrificio vivo a Dios de que habla el versículo 1. Es un proceso continuo de transformación (gr. m etamorphoústhe, de donde viene «metamorfosis»). Esta transformación exige no vivir al estilo del mundo, es decir, no amoldarse al esquema, al sistema de criterios y actitudes de este siglo. No dice que salgamos del mundo (cfr. Jn. 17:15), ni huyamos de la compañía de los mundanos (1 Co. 5:9,10), sino que no vivamos conforme al estilo de vida de la edad presente, del mundo actual, pues estamos en una nueva era (2 Co. 5:17). Para ello no necesitamos una nueva mente, un nuevo cerebro, sino una renovación, una nueva manera de funcionar, de la mente que poseemos. Sólo con una nueva mentalidad constantemente renovada, podemos discernir qué es lo que Dios quiere de nosotros, en cada circunstancia. R ESURRECCIÓN. La doctrina de la resurrección está latente en el
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Antiguo Testamento y es revelada claramente en el Nuevo Testamento. Pasajes alusivos del AT son Sal.16:10; 49:15; Is. 26:19; Dn. 12:2; Os. 13:14. En los tiempos apostólicos, los judíos generalmente esperaban una resurrección del cuerpo (Jn. 11:24; He. 6:1,2). Si bien la negaban los saduceos, era fundamental en el pensamiento de los fariseos (Hch. 23:6-8). Jesús dio testimonio de la resurrección corporal como hecho incontrovertible (Mt. 22:29-32; Lc. 14:14; Jn. 5:28,29). La credibilidad de una resurrección se prueba por la resurrección de Cristo mismo y de otros (Mt. 9:25: Lc. 7:14; Jn. 11:44; He. 11:35). Sus apóstoles la predicaron constantemente (Hch. 4:2; 17:18; 24:15). Los creyentes aceptan la verdad de una resurrección con confianza y la esperan con expectación (Dn. 12:13; Fil. 3:11; 1 Co. 15; 2 Co. 5:1).
Resurrección de Cristo. Dijo el ángel a las mujeres: “(Jesús) no está aquí, pues ha resucitado, com o dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor” (Mt. 28:6). La resurrección del Señor se efectuó: 1) por el poder de Dios (Hch. 2:24; Ro. 8:11; Ef. 1:19,20); 2) por el mismo Señor Jesús (Jn. 2:19; 10:18). En Hechos 2:25-31 el apóstol Pedro declaró que la resurrección de Cristo era el cumplimiento de lo dicho por David en el Salmo 16:10. Cristo también había declarado que resucitaría en Mateo 20:19 y Juan 10:18. Otros testigos del hecho histórico de la resurrección son: 1 ) los once apóstoles (Hch. 1:3); 2 ) Pablo (1 Co. 15:8; Gá. 1:12; Hch. 9:3-8); 3 ) quinientos hermanos que vieron a la vez a Jesús resucitado (1 Co. 15:6); 4 ) el escéptico Tomás que no quería aceptar ningún testimonio que no fuera el de sus propios ojos (Jn. 20:2429). El apóstol Pablo demostró cabalmente (1 Co. 15) que la fe cristiana triunfa por la Resurrección, y sin ella fracasa. Sin la menor duda el apóstol hablaba de una resurrección física, en el mismo cuerpo (aunque glorificado) que había sufrido la crucifixión. Después de la resurrección, Cristo se apareció en un cuerpo que podía verse y tocarse, y que aún llevaba los estigmas de los clavos. La resurrección garantiza: 1 ) que Cristo es en verdad el Hijo de Dios (Ro. 1:4); 2 ) que el Padre aceptó su obra propiciatoria y la aprobó como eficaz para la redención (Ro. 4:25);
(Ro. 8:34); 4 ) que el creyente puede gozar la seguridad de la vida eterna (Jn. 14:19; 1 Pe. 1:3-5); 5 ) que los creyentes resucitarán y serán semejantes al Señor resucitado (1 Co. 15:49; Fil. 3:21; 1 Jn. 3:2). Entonces la resurrección física de Jesucristo se presenta claramente en el Nuevo Testamento como un hecho histórico. Era necesaria: 1) para que fuera posible perdonar los pecados (1 Co. 15:17); 2) para el cumplimiento de las Escrituras (Lc. 24:45,46); 3) para proveer la justificación de los creyentes (Ro. 4:25; 8:34); 4) para dar base sólida a la esperanza del cristiano (1 Co. 15:19).
Resurrección de los creyentes. El término griego anastasis [ ], denota un levantamiento (ana, arriba, y jistemi, poner en pie). Por el ejemplo, en Lucas 2:34, el Niño iba a ser como una piedra contra la que muchos en Israel tropezarían, en tanto que otros encontrarían en su fortaleza y firmeza un medio de su salvación y vida espiritual. Cristo fue levantado de los muertos, y así serán levantados aquellos que son de Cristo en su parusía. De conformidad con la Palabra de Dios, habrá en el futuro dos grandes resurrecciones, y sólo dos: Una, la primera, la de los muertos en Cristo, en su parusía, a la final trompeta, antes del reino milenario (1 Ts. 4:16; 1 Co. 15:52; Ap. 20:4-6); y la otra resurrección, la de los impíos, se efectuará después de mil años (Ap. 20:7, 11-15), para ser juzgados ante el gran trono blanco. Pero es necesario tener en cuenta, conforme las Escrituras que también la resurrección de los creyentes –como seres humanos tripartitos (espíritu, alma y cuerpo)– se puede decir que es progresiva, conforme el orden de salvación de esas tres partes: Resurrección del espíritu. Antes de conocer al Señor, nuestro espíritu estaba muerto, pero el Señor lo resucita a la vida eterna (Ef. 2:1-5), cuando ocurre la regeneración. El espíritu no vuelve a resucitar puesto que jamás vuelve a morir; la vida y la resurrección que recibe son eternas. Es un hecho que siempre se registra en pasado (Ro. 6:3-11; Col. 2:12; 3:1). En el futuro, en la resurrección del cuerpo, el espíritu es unido al cuerpo glorioso para reunirse con Jesús.
3 ) que el creyente tiene quien interceda por él delante del Padre 289
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Resurrección del alma. Una vez hayamos experimentado la salvación y resurrección del espíritu, el Señor pasa a trabajar con nosotros para salvar y resucitar nuestra alma. Claro que para que el alma pueda resucitar, antes debe morir; morir el yo a fin de que viva Cristo en nosotros; es decir, no vivir para nosotros mismos sino para el Señor. “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero ocuparse del espíritu es vida y paz” (Ro. 8:6). Debemos ser trasladados de la vieja creación, del viejo hombre, a la nueva criatura, al nuevo hombre, que es Cristo en nosotros. El proceso de esta resurrección es un asunto presente. Resurrección del cuerpo. El cuerpo ha de ser resucitado a la final trompeta (1 Co. 15:52). Es un asunto del futuro (Ro. 8:10,11). Las Escrituras nos enseñan que es un cuerpo análogo en muchos aspectos al cuerpo terrenal, pero con una diferencia fundamental: ya no se verá afectado por la corrupción (1 Co. 15:42) y la mortalidad inherentes al cuerpo mortal como consecuencia del pecado. Será un cuerpo inmortal, incorruptible, perfecto, sin las limitaciones impuestas por la caída, y tan superior al cuerpo mortal como lo es la planta de trigo maduro en relación a la semilla de la cual surgió. R ETÓRICA. (Del gr. ). Arte del bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover. 2 . Teoría de la composición literaria y de la expresión hablada. R ETRIBUCIÓN. Recompensa o pago de algo. El término griego antapodoma [ ], relacionado con antapodidomi, recompensar, lit. un devolver de vuelta (anti, de vuelta; apodidomi, devolver, dar), retribución, recompensa. De manera que tiene la connotación, en un sentido favorable, de ser recompensado (Lc. 14:12); o en un sentido desfavorable, indica, como en Ro. 11:9, castigo, como la presente condición de la nación judía es el efecto retributivo de sus transgresiones, por las cuales aquello mismo que les había sido señalado como una bendición («su mesa») ha venido a ser un medio de juicio. R ETRUÉCANO. Inversión de los términos de una proposición o cláusula en otra subsiguiente para que el sentido de esta última forme contraste o antítesis con el de la anterior.
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R EVELACIÓN. Manifestación de una verdad que se había mantenido secreta u oculta. 2 . Manifestación divina. El término griego apokalupsis [ ] se traduce desvelamiento, descubrir algo quitando el velo que lo cubría. En Lc. 2:32 significa apartamiento por parte de Cristo del velo de tinieblas que cubría a los gentiles; en Ro. 16:25 y Ef. 3:3, revela el misterio, el propósito de Dios en esta edad; en Ef. 1:17, la comunicación del conocimiento de Dios al alma. Es necesario distinguir revelación de inspiración. Revelación es el acto de descubrir la voluntad divina que el Espíritu Santo comunica en forma directa a los hombres santos. Debe admitirse que parte de la información que encontramos en la Biblia es resultado de las investigaciones de los mismos escritores (Lc. 1:14). Otras partes fueron copiadas de los registros oficiales de Israel y Judá (así lo dan a entender ciertas declaraciones de los libros históricos del AT: 2 R. 1:18; 8:23; 10:34; 2 Cr. 25:26; 27:7). Algunos pasajes de las Escrituras nos han llegado de fuentes que no es posible identificar, pero que pueden haber incluido una tradición oral (p.e., los acontecimientos de los primeros once capítulos de Génesis). A pesar de todo esto, la tradición conservadora ha mantenido siempre que los escritores, al usar información tomada de tradiciones orales y registros posiblemente falibles, fueron preservados del error por el poder de supervisión del Espíritu Santo. En el libro de Apocalipsis tenemos una revelación directa de Jesucristo, el personaje central de toda la revelación bíblica. Jesucristo es tanto el autor de este libro como su objeto. El Apocalipsis está lleno de su alabanza; su propósito es mostrar el poder, el señorío y la gloria de Él. R ITO. (Del lat. ritus). Costumbre o ceremonia. 2 . Conjunto de reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas. 3 . El ritual es el conjunto de ritos de una religión, de una iglesia o de una función sagrada. En la Biblia se acentúa el ritual en el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento no respalda el ritualismo, pues incluso las dos ordenanzas del Señor, el bautismo y la santa cena, están exentas de formulismos rituales. Entre las religiones de marco cristiano se destacan por su ritual el catolicismo romano, la ortodoxa oriental, la anglicana, la copta egipcia y otras, las cuales tienen incluso libros rituales para sus ceremonias. En materia de rituales, el
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protestantismo ha venido institucionalizando lo heredado del catolicismo más sus propios inventos a través de su historia. R ITUALISMO. Movimiento del anglicanismo que concede gran importancia a los ritos y tiende acercarse al catolicismo. || 2 . En los actos jurídicos, y en general en los oficiales, exagerado predominio de las formalidades y trámites reglamentarios. R OSACRUCISMO. La Orden de la Rosacruz, es una organización secreta internacional de carácter gnóstico cuyo simbolismo y existencia se ha querido hacer remontar al Egipto faraónico y que es «un grupo de hombres y mujeres interesados en agotar las posibilidades de la vida mediante el uso sano y sensato de su herencia de conocimientos esotéricos y de las facultades que poseen como seres humanos». Es una sociedad ocultista satanista que tiene su centro en California, pero también está dividida y una de las facciones es la AMORC (Antigua y Mística Orden Rosae Crucis). El rosacrucismo pregona el panteísmo y se basa en filosofía ocultista de raíces platónicas y neoplatónicas y misterios esotéricos. Se jacta de ser una sociedad secreta, portadora de los antiguos misterios de Babilonia y Egipto. Los rasacrucistas creen en la reencarnación de las almas entre los hombres, pero la enseñanza de la Escritura es clara cuando afirma que “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (He. 9:27). En el siglo XIII de nuestra era, un hombre curiosamente llamado Cristian Rosenkreuz, fundó esta orden, tal vez inspirándose en su apellido, para exponer públicamente doctrinas que hasta entonces sólo habían corrido en secreto de generación en generación, sobre ciertos simbolismos relacionados con la cruz y una guirnalda de rosas que en esa simbología adorna el centro de la cruz. Usando esos y otros simbolismos, los iniciados se atreven a relacionar el nacimiento del Señor Jesucristo con el horóscopo y los signos del Zodíaco, afirmando que nació bajo el signo de Aries (el Cordero), o de Piscis (los Peces), y que por esa razón la mitra de los obispos católicos romanos tiene la forma de la cabeza de un pez. Por medio de esas huecas filosofías y tradiciones babilónicas, Satanás también ha introducido en la humanidad esclavizada y ha vendido la falsa idea de cierta forma de purgatorio, donde las almas en pena se 293
purifican y se hacen aptas para entrar en el cielo; pero en las Escrituras no figura tal lugar. En la escatología bíblica aparece la revelación de los siguientes lugares de ultratumba: El Hades, un lugar de tormento con llamas, para los que mueren sin salvación (Lc. 16:22,23); el Paraíso de Dios, para los que han recibido a Jesucristo y se han salvado (Lc. 23:43); el Tártaro, que es una prisión oscura para los ángeles que cayeron en tiempos antediluvianos (Gé. 6:1-4; 2 P. 2:4; Jd. 6); los impíos que están ahora en el Hades, sólo saldrán de ese lugar cuando sean resucitados después del reino milenial, sean juzgados en el juicio del gran trono blanco y luego echados en la Gehena, o gran lago de fuego, preparado para Satanás y sus ángeles (Ap. 20:11-15). De allí no saldrán jamás. La Rosacruz enseña que los hombres se salvan por la evolución y los siclos de perfección en el proceso de metempsicosis, pero la bendita Palabra de Dios dice que “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (Jesucristo), para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). R UDIMENTOS. Rudimento es el embrión o estado primordial e informe de un ser orgánico. 2 . Parte de un ser orgánico imperfectamente desarrollada. 3 . Primeros estudios de cualquier ciencia o profesión. “1Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, 2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno” (He. 6-1-2). En este texto encontramos enumerados los rudimentos de la doctrina de Cristo. En Hebreos 6:1 se utiliza el griego arques [ ], principios, comienzos, en su significado relativo, del comienzo de las cosas de que se habla; aquí “los rudimentos de la doctrina de Cristo” es, literalmente, “la palabra (logos) del principio (arque)”, denotando la enseñanza relativa a los hechos elementales referentes a Cristo. De ahí que “efectivamente, si consideramos las citas de Mateo y Marcos donde se resume el comienzo del contenido de la predicación de Jesucristo cuando empezó a recorrer Galilea y los alrededores enseñando en las sinagogas, y poniendo el fundamento de su enseñanza, veremos en las susodichas citas (Mt. 4:17; Mr. 1:14,15) que el contenido fundamental era arrepentimiento y fe, unidos de la expectativa 294
escatológica del Reino. De manera que realmente podemos deducir del resumen de Mateo y Marcos acerca del contenido de sus primeras enseñanzas, que lo enumerado en Hebreos 6:1,2 era realmente los primeros rudimentos de la doctrina de Cristo”.56
S S ABELIANISMO. Doctrina de Sabelio (su exponente más famoso), heresiarca africano del s. III, fundada en la creencia de un solo Dios que se revela bajo tres nombres diferentes, y negando, por tanto, la distinción de las tres Personas y el misterio de la Trinidad de Dios. 2 . El «sabelianismo» es una herejía antitrinitaria que alcanzó su máxima difusión en los siglos II (últimos decenios) y III, y tuvo su punto de partida en la afirmación de Sabelio de que las tres Personas de la Trinidad no tenían una existencia propia y distinta, sino que Dios se auto-revela en tres «modos» diferentes, de manera que se hace aparecer en tres modos de ser y actuar de una única creativa Persona divina; por esto se llamó «m odalismo». ¿Cuáles son esos modos de revelarse Dios? 1 ) Como Padre creó todas las cosas y dio la ley a Israel; 2 ) como Hijo tomó la tarea de la redención, y 3 ) como Espíritu Santo, después de haber completado la obra redentora. Cada una de estas formas de manifestación, según Sabelio, se efectúa cuando la otra termina. Téngase en cuenta que Sabelio afirmaba que la Deidad era unipersonal, y rotundamente negaba que Dios fuese Padre, Hijo y Espíritu Santo al mismo tiempo y cada uno con características personales. El arrianismo niega la unidad de la esencia en la Trinidad; y el sabelianismo niega la diversidad de las Personas en la Trinidad. También se le llamó «patripasianismo», porque, en el supuesto de que no existía pluralidad de personas, la encarnación debía haber sido cumplida por el Padre, y quien también habría sufrido la pasión; o «monarquianismo », porque se remitía a un solo 56
Fundamentos. Gino Iafrancesco V. Capítulo 14: Los primeros rudimentos.
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principio, entendido no como naturaleza única sino como única Persona. Los adeptos del monarquismo querían proteger la unidad de Dios, pero al hacerlo cayeron en el error del unitarismo. Pablo de Samosata, Praxeas, Sabelio y todos sus seguidores han errado al no ser capaces de armonizar adecuadamente las enseñanzas de la Biblia. Trinitarianismo no es lo mismo que triteísmo. La esencia divina es una, las personalidades que componen esa esencia son tres. El primer defensor de esta línea de pensamiento herético al principio del tercer siglo, Noeto en Esmirna, enseñaba que el Padre nació en la persona de Jesucristo, para difundir el error de que el Padre vino a ser así el Hijo, y que el Padre murió y resucitó de entre los muertos. Para ellos, el Hijo era una manifestación del Padre. Luego esta herejía fue llevada y difundida a Roma por Sabelio, quien con Praxeas enseñaba que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una misma persona y tres modos o aspectos de Dios, y usando un sofisma lo comparaba con el sol, que es brillante, caliente y redondo. Hoy se conoce esta doctrina como unitarisno, y reconocen sólo a Jesucristo; de ahí que también se les llame “Sólo Jesús”. Según los sabelianos, en realidad, el Padre podía emitir y luego reabsorber totalmente en sí al Hijo, que era solamente una potencia suya (posición de autores anónimos, impugnada por Justino Mártir, poco después de la mitad del siglo II); luego Noeto (combatido por la Iglesia de Esmirna hacia el 200 y por Hipólito en el 210-215) sostuvo que Cristo para ser Dios debía ser el Padre, el cual había padecido y muerto, mientras que Práxeas (atacado por Tertu1iano después del 313) declaraba que Padre e Hijo eran sólo diversos aspectos o atributos de la misma persona, que en relación con ellos era diversamente denominada;57 el Padre naciendo de María se habría hecho hijo a sí mismo,58 porque la filiación consistía en la asunción de la carne, mientras que en el Padre residía la divinidad, que era impasible. En Jesucristo habría, por tanto, una dualidad, 57
Esta herejía subsiste hoy en los llamados pentecostales unidos o “Jesús solo”. 58
Puede ser una interpretación errada de Isaías 9:6.
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porque el hombre Jesús era propiamente el Hijo, mientras que Cristo –el elemento divino– era el Padre. Hacia el 217 Sabelio se llegó a Roma y, aunque excomulgado, tuvo éxito en Cirenaica (posiblemente su patria), pero fue combatido por Dionisio de Alejandría. Sus discípulos, al coordinar su doctrina, dijeron que Dios era una mónada simple e indivisible, un Hijo-Padre, dotado de nombres diversos en relación con sus manifestaciones. Se decía Verbo en cuanto creador del mundo, Padre en cuanto se revelaba en el Antiguo Testamento, Hijo y Redentor en cuanto se encarnaba y Espíritu Santo en cuanto santificador. Todas estas eran sin embargo manifestaciones transitorias y sucesivas; una cesaba al sobrevenir la otra; en la divinidad dominaba por consiguiente una continua alternancia de expansión y contracción (teoría de origen estoico). La plausible preocupación de salvaguardar la unidad de Dios fracasaba en la destrucción de la Trinidad, centro vital del cristianismo, acabando por recaer en una especie de judaísmo extrañamente dinamizado. La reacción de la Iglesia fue por tanto muy firme (memorable por la clara y firme precisión, sobre todo la de Dionicio), en los escritores nombrados y en Novaciano y Orígenes, y logró extinguir prácticamente las actividades modalistas desde el 260 en adelante. También después intervino la Iglesia, con atenta vigilancia e intervenciones rápidas, para desautorizar aquellas teorías cuando el sabelianismo tuvo cierta reviviscencia por obra de Marcelo de Ancira, muerto en el 374. Pero en el siglo IV, más que de escuelas modalistas organizadas se trataba de actitudes mentales y de formulaciones expresivas que consonaban con las modalistas en afirmaciones populacheras de la unidad divina.
distinguido. S ABIDURÍA. Grado más alto del conocimiento. 2 . Conducta prudente en la vida o en los negocios. 3 . Conocimiento profundo en ciencias, letras o artes. El término griego sophía [ ], sabiduría, se usa con referencia a: a) Dios (Ro. 11:33; 1 Co. 1:21,24); b) Cristo (Mt. 13:54); c ) la sabiduría personificada (Mt. 11:19); d) sabiduría humana: 1 ) en asuntos espirituales (Lc. 21:15); 2 ) en la esfera natural (1 Co. 1:17,19,20-21); 3 ) en su forma más baja (Stg.3:15: «terrenal, animal, diabólica»). Facetas de la sabiduría. “2 Para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, 3 Para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad; 4 Para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura. 5 Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo” (Pr. 1:2-5). En estos cuatro versículos se reúne una serie de palabras (repetidas a través del libro) que muestran las varias facetas de la sabiduría: 1 ) musar (1:2, doctrina) es instrucción o entrenamiento, se usa a menudo con tokajat, “reprensión” (Pr. 1:23), de modo que juntas enfatizan la disciplina; 2 ) bina (1:2, razones prudentes) es el entendimiento que da discernimiento entre el bien y el mal (1 R. 3:9); 3 ) haskel (1:3) es prudencia y sabiduría práctica; 4 ) ‘ormah (1:4a) es sagacidad que puede usarse mal (12:2), pero tiene también un uso positivo (22:3); 5 ) mezimmáh (1:4b, cordura) es discreción o reflexión, la habilidad de planear; 6 ) da’at (1:4b, inteligencia) es el saber, el conocer la verdad y conocer a Dios; 7 ) léqaj (1:5, el saber) viene del verbo “tomar”, subrayando así el aprendizaje que uno adquiere; 8 ) tajbulot (1:5, consejo) es persuasión, destreza o dirección.
Esta línea de pensamiento teológico, que hoy día se conoce como el unitarismo, reconoce sólo a Jesucristo en la Trinidad. Calixto, obispo de Roma, aunque excomulgó a Sabelio, le dio un espaldarazo a esta herejía con algunas controvertibles modificaciones. Marcelo de Ancira tenía tendencias sabelianistas y fue aprobado por el papa de Roma. El papa Ceferino, sucesor de Calixto, también tenía la misma línea. Pero este error fue combatido por Tertuliano en su libro Contra Praxeas, y por Hipólito, presbítero y maestro de la iglesia en Roma, así como escritor y teólogo
Sabiduría del mundo. “Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen” (1 Co. 2:6). La sabiduría del mundo obstaculiza la obra del Espíritu de Dios porque enfatiza los valores centrados sólo en el hombre y sugiere que la predicación de la cruz es locura.
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La sabiduría personificada. “Yahveh me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras” (Pr. 8:22). En el
capítulo 8 de Proverbios se personifica la sabiduría. Desde el v. 22 hasta el final del capítulo, se la representa como si hubiera existido con Dios desde la creación, apelando de este modo a todos los hombres que conocen la vida en su plenitud (8:35,36). Los escritores del NT consideraron a Cristo como la sabiduría encarnada (cfr. Jn. 8:51 con Pr. 8:35,36; Ro. 1:24-30). S ACERDOTAR. El verbo griego hierateuo ( ) significa oficiar como sacerdote, ejercer el sacerdocio (Lc. 1:8). En Romanos 115:16, este verbo aparece hierourgounta, sacerdotando el evangelio. En griego la terminación gounta es lo que en español llamamos gerundio: endo, ando, iendo, y la raíz hiereus significa sacerdote. De ahí que se hable de escritura llamada hierática, escritura sacerdotal. De manera que el evangelio no sólo se ministra sino que se sacerdota, como algo sagrado. Al evangelizar como sacerdotes, estamos preparando una ofrenda para Dios. S ACRAMENTALISMO. Doctrina de la Iglesia Católica Romana y otras parecidas, que enseña como fundamentales para alcanzar la salvación a ciertos ritos llamados sacramentos, como el bautismo y la penitencia. Cristo instituyó solamente dos ordenanzas (el bautismo y la santa cena) destinados a recordar su gran obra de redención y la dedicación e identificación con Cristo del redimido con su Salvador, los cuales han recibido en la teología el solemne título de sacramentos. A distinción de la iglesia católicorromana, las iglesias de la Reforma empezaron a acentuar la prioridad de la Palabra de Dios. En tanto que la Iglesia Católica Romana sigue sobre la hipótesis de que los sacramentos contienen todo lo que es necesario para la salvación de los pecadores, que no hay necesidad de interpretación, y que por tanto hacen de la Palabra algo muy superfluo como medio de gracia, la Iglesia del Señor considera la Palabra como absolutamente esencial, y ven la inutilidad de añadirle los sacramentos como medio de gracia y de salvación. Los sacramentos no son necesarios para la salvación.
del matrimonio y, sin embargo, ordene a los clérigos a permanecer célibes. El matrimonio es una institución divina, pero no es sacramento. “La palabra "sacramento" no se encuentra en la Escritura. Se deriva del latín sacramentum, que originalmente denotaba una cantidad de dinero depositada por dos partes en litigio. Después de la sentencia del tribunal, el dinero de la parte absuelta se devolvía, en tanto que el del que había sido condenado quedaba embargado. Parece que esto es lo se llamaba un sacrameutum, porque se quería dar la idea de una clase de propiciación ofrecida a los dioses. La transición de este término al uso cristiano probablemente tendrá que buscarse: a) En el uso militar del término, en el que se denotaba el juramento por el cual un soldado prometía solemne obediencia a su comandante, puesto que el bautismo del cristiano también promete obediencia a su Señor; y b) en el sentido específicamente religioso que adquirió cuando en la Vugata Jerónimo lo empleó como una traducción de la palabra griega musterium (Ef. 5:32). Es posible que este término griego se aplicó a los sacramentos, porque tienen un parecido notable con algunos de los misterios de las religiones griegas. En la iglesia primitiva la palabra "sacramento" se usó primero para denotar toda clase de doctrinas y de ordenanzas. Por esta precisa razón algunos objetaron el nombre, y prefirieron hablar de "señales", "sellos", o "misterios". Aun durante e inmediatamente después de la Reforma muchos demostraron disgusto hacia el nombre “sacramento”. Melanchton usó "signi”, y tanto Lutero como Calvino consideraron necesario llamar la atención al hecho de que la palabra "sacramento" no se emplea en la teología en su sentido original. Pero el hecho de que Palabra no se encuentre en la Escritura y no se use en su sentido original cuando se aplica a las ordenanzas instituidas por Jesús, no necesita desanimarnos, puesto que el uso con frecuencia determina el significado de una palabra. Puede darse la siguiente definición de un sacramento: Un sacramento es una ordenanza sagrada instituida por Cristo, en la cual mediante signos sensibles se representa, sella y aplica a los creyentes, la gracia de Dios en Cristo y los beneficios del pacto de la gracia; y los creyentes, a su vez, participando de ellos expresan su fe y acercamiento a Dios”.59
Cristo instituyó las dos ordenanzas dichas, pero en el Concilio de Trento, el número de sacramentos fue elevado a siete, a saber: Bautismo, santa cena (para los católicos comunión), confirmación, penitencia, orden, matrimonio, extremaunción. Lo más curioso es que la Iglesia Católica Romana haya elevado a sacramento el acto
S ALVACIÓN . (Del gr. , sotería). En griego sotería denota liberación, seguridad (estar en buen resguardo), preservación, salvación, solvencia (estar en buen estado). Las
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Teología Sistemática. Louis Berkhof. Libros Desafío, 1999. Pág. 737.
Escrituras afirman que la salvación es: 1 ) de Dios (Sal. 37:39); 2 ) por y mediante Cristo (Hch. 4:12: He. 2:10 y 5:9; Gá. 1:4); 3 ) no se origina en las obras del hombre (Ro. 11:6; Ef. 2:9; 2 Ti. 2:9; Ti. 3:5). Como el hombre es tripartito, la salvación tiene tres tiempos: pasado (del espíritu), presente (del alma) y futuro (del cuerpo). Es decir, el creyente ya ha sido redimido de la culpa y pena del pecado; al presente se está librando de su poder; y finalmente será librado de su presencia para ser conformado perfectamente a la imagen de Cristo. Esta salvación es de alcance universal, pero se alcanza sólo por la fe (Ro. 1:16). La salvación es por la gracia de Dios y el hombre se la apropia por la fe solamente (Ef. 2:8,9). Pero aunque sólo la fe permite al creyente reconocer a Cristo como su Salvador, no puede contraponerse a la gracia como si fuera la obra salvadora del hombre. La fe implica la aceptación y la confianza en Cristo y sus promesas, mediante las cuales el creyente lo recibe como su propio y personal Señor y Salvador (Jn. 1:12). No hay ninguna contradicción entre Pablo y Santiago, pues la auténtica fe siempre va acompañada de buenas obras porque por ser una fe viva se expresa a través de aquellas obras de justicia que son su fruto natural. Pero la fe bíblica es creer en la verdad de Cristo simplemente porque Dios así lo dice. S ANTIFICACIÓN. (Del gr. ). La palabra griega hagiasmós proviene de hagios, santo, y tiene dos sentidos. El primero se refiere a aquel acto de gracia mediante el cual el creyente es separado del mundo y de sus propias motivaciones egoístas en el momento de la conversión, para convertirse en sagrada posesión de Dios (1 Co. 1:30; 2 Ts. 2:13; 1 Pe. 1:2). En este sentido, ya hemos sido perfectamente santificados a los ojos de Dios (He. 10:10). El segundo aspecto tiene que ver con el proceso de crecimiento espiritual mediante el cual en el creyente van muriendo cada vez más el egoísmo y el pecado, de manera que vive más para Cristo y su justicia. Este segundo aspecto es el estado que resulta del primero, la conducta apropiada por parte de aquellos así separados (Ro. 6:19,22; 1 Ts. 4:3,4,7; 2 Ti. 2:1,5; He. 12:14). Así, la santificación es el estado predeterminado por Dios para los creyentes, al que en gracia Él los llama, y en el que comienzan y persisten en su vida cristiana. La justificación y la regeneración son
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actos que se realizan de una vez para siempre. La santificación es progresiva y seguirá obrando hasta el término de nuestra vida terrenal. En la justificación Dios hace algo por nosotros; en la santificación, lo hace en nosotros. La justificación tiene que ver con nuestra posición ante Dios; la santificación concierne a nuestro carácter y conducta. La santificación procede del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (1 Ts. 5:23; He. 2:11; 13:12; 1 Co. 6:11. Ro. 15:16). En lo negativo, significa despojarse de lo viejo, separase de las cosas malas y de los malos caminos; en lo positivo, implica “vestirse de lo nuevo” (Ro. 6:11; Ef. 4:22-24; Col. 3:5,8,12-17). La meta final es conducirnos a ser conformados según Jesucristo (Ro. 8:28,29; 1 Ts. 4:3) y su perfección. Sea por la muerte física, o por la venida de Cristo, seremos hechos perfectos en santidad, porque lo veremos tal como Él es (1 Jn. 3:2). S EFARDITA. (Del hebr. S efarad, topónimo que la tradición identificó con la Península Ibérica). Según la tradición (Talmud de Jonatán), los judíos le han llamado Sefarad a España, y por eso se les llama sefarditas a los judíos españoles, o los que aceptan las prácticas especiales religiosas que en las oraciones mantienen los judíos españoles. Instalados los judíos en España desde los primeros siglos de la era cristiana, fueron expulsados por los Reyes Católicos al terminar la Reconquista. Estos sefardíes o judíos de origen español, cuyo número se calcula en unos 150.000, se dirigieron a distintos países, y desde 1492 se les encontró en Marruecos, Tunicia, Palestina, Turquía, Grecia, Italia, Alemania, Países Bajos, América Latina, etc. Aún hoy existe un reducido número de colonias, sobre todo en Israel, cuya lengua es el ladino o judeoespañol. Hay numerosos documentos que indican que apellidos nuestros como Sierra, Díaz, Romero, Acosta, Castro, Avila, Durán, Núñez y muchos más, pertenecieron a judíos sefarditas inmigrados de España y Portugal a nuestros países latinoamericanos. S EFIROTHS. Grados de supuestas emanaciones de Dios, de los distintos poderes de ka sabiduría, en la creación del universo, inventados por los cabalistas. Según ellos, esas emanaciones son sucesivas (de una surge la siguiente), que supuestamente se inician en Dios. 302
S ELAH. Término hebreo que aparece en los Salmos (71 veces) y en Habacuc (3 veces) cuyo origen y significado son inciertos. Hay quienes derivan la palabra de cierta raíz aramea que denota el momento en que la congregación debía arrodillarse o postrarse. La versión griega de Aquila y la Vulgata la traducen con el sentido de “siempre”, lo que implica una exclamación, como si fuera un amén, un aleluya o una bendición pronunciada por el sacerdote. Sólo parece haber una raíz hebrea con la cual selah puede relacionarse con relativa certeza, y esta tiene la connotación de “alzar” o “elevar”. En consecuencia, algunos creen que era una señal litúrgica para elevar la voz, o alzar las manos en actitud de oración. Otros consideran que se trataba de una notación musical para que los instrumentos tocaran fuerte. Generalmente puede hallarse colocada al final de una estrofa o en la mitad. La Septuaginta emplea el griego diápsalma, que parece significar “intervalo” o “interludio musical” para traducir Selah. Habría sido, entonces, una indicación aclaratoria relacionada con la ejecución de la música instrumental del templo. Probablemente comenzara a usarse en la época del cautiverio babilónico. S EMÁNTICA. (Del gr. , significativo). Perteneciente o relativo a la significación de las palabras. 2 . Estudio del significado de los signos lingüísticos y de sus combinaciones, desde un punto de vista sincrónico o diacrónico. 3 . En la teoría lingüística generativa, componente que interpreta la significación de los enunciados generados por la sintaxis y el léxico. 4 . Lóg. Término que, conservando en gran parte su sentido lingüístico originario, indica, entre los lógicos, el estudio de la relación que media entre los signos de un cierto lenguaje (sistema logístico, cálculo) y los objetos a los cuales dichos signos se aplican. Ling. La semántica fue establecida como disciplina lingüística por Breal, que recogió, sin embargo, contribuciones anteriores. Más tarde acoge las investigaciones sobre la naturaleza del signo realizadas, con criterio analítico, por Peirce, Ogden y Richards y otros estudios de varias procedencias, así como las teorías sobre el papel del lenguaje en la configuración del mundo perceptivo cognitivo, procedentes de Humbolt, que hacen suyas Sapir, Malinowski y, sobre todo, Benjamín Lee Whorf. Es destacable la 303
poca influencia que el estructuralismo ha tenido a la hora de constituir una semántica sistemática: en general, puede decirse que no ha llevado sino al estudio de grupos léxicos muy homogéneos con criterios histórico-culturales, bien idealistas (Jost Trier y otros alemanes), bien sociopolíticos (la «lexicología» de Georges Matoré). Más recientes son las aportaciones de Uriel Weinreich, emparentadas por su inspiración con el Círculo de Praga y la antropología, y las de J. Katz y J. Fodor y otros transformacionalistas. 5 . Lóg. Desde el punto de la lógica, la semántica es una de las partes de la semiótica y constituye un metalenguaje lógico. Conceptos básicos de la semántica serán el de cómo y qué significan los signos (expresiones) y el de la verdad. Carnap, Tarski, Quine, Alonzo Church han contribuido en gran manera a la semántica lógica. S EMASIOLOGÍA. (Del gr. , significación, y -logía). Semántica, o estudio del significado. 2 . Estudio semántico que parte del signo y de sus relaciones, para llegar a la determinación del concepto. S EMIOLOGÍA. (Del gr. , signo, y lógos, tratado). Ling. Ciencia general de todos los sistemas de signos que operan en la comunicación a escala social. 2 . Med. Conjunto de métodos utilizados para establecer un diagnóstico o evaluar el curso de un proceso patológico. 3 . Ling. Para F. De Saussure, que propuso la construcción de la semiología como «ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social», la lingüística sería sólo una parte, aunque privilegiada, de la semiología. Para R. Barthes, en cambio, puede decirse que la semiología sería un sector de la lingüística, la parte de ésta que se ocupa de las grandes unidades significativas del discurso. La investigación semiológica crece en importancia a medida que aumenta el impacto de los sistemas de signos de comunicación no lingüísticos (códigos de señales, gestos simbólicos, imágenes publicitarias, etc.) en las sociedades modernas. S EMIÓTICA. (Del gr. , sobreentendido, y techné, arte). Ling. Teoría lógica general de los sistemas de signos. Se ha dividido en tres partes, semántica, sintaxis y pragmática, cada una de las cuales ha tenido notable desarrollo en el campo de la lógica. La semiótica se define como el estudio de los signos, la 304
estructura de estos y cómo se da la relación entre el significante y concepto significado. Un signo (del griego semeîon) es todo lo que se refiere a otra cosa (referente), es la materia prima del pensamiento y, por lo tanto, de la comunicación. Introducción. "Semiología" es un término usualmente intercambiable con el de "semiótica", este último preferido por los anglosajones; el primero por los europeos. De hecho, Charles Sanders Peirce fue al parecer el primero en usar el término semiotic, aunque fue otro estadounidense -Charles William Morris- quien realizó el primer proyecto completo para una semiótica. Aunque aún no hay consenso, la semiología debería incluir la semiótica para el apartado de los signos no lingüísticos y la semántica para el de la lingüística. Ya dentro de la semiología, habrá que usar adjetivos u otros términos afines para precisar un determinado campo como: la semiología médica (estudio de los signos naturales a través de los cuales se manifiesta la enfermedad), zoosemiótica (para la comunicación animal), cibernética (para la comunicación de las máquinas), biónica (para la comunicación de las células vivas), etcétera. Según otro punto de vista, el de Charles Sanders Peirce, la "semiótica" es la que debería incluir a las demás ciencias que tratan de los signos en determinados campos de uso o del conocimiento. Este pensamiento es coherente con el hecho de que la semiótica se plantea como la ciencia básica del funcionamiento del pensamiento, intentando responder a la interrogante de cómo el ser humano conoce el mundo que lo rodea, cómo lo interpreta y cómo crea conocimiento y lo transmite. Por esto, la semiótica ha llegado a ser planteada como la ciencia de las ciencias, rivalizando con la epistemología. En lingüística se utiliza más la palabra semántica, porque la semántica es una disciplina que estudia los significados de los signos, pero sólo en comunicaciones escritas (y humanas); la semiología estudia la comunicación escrita y oral en general (y la semiótica también todos los signos -incluyendo los que usan los 305
animales en sus expresiones-). Algirdas Julius Greimas presenta la teoría semiótica como la relación fundamental entre el sujeto que conoce y el objeto conocido, y tiende a precisar las condiciones de producción de sentido, además de las exigencias del método que ayuda a formular esas hipótesis en una serie de axiomas como estructuras elementales de la significación. Origen. Se pueden encontrar los orígenes de la teoría semiótica en la lingüística estructural y los estudios formalistas de textos folclóricos de Propp y estructuralistas de los mitos de Dumézil o de Claude Lévi-Strauss. Del análisis de los cuentos maravillosos rusos (particularmente las vilinas), Propp encontró regularidades en la estructura de los cuentos. Entre esas regularidades se encuentra el análisis de las tres pruebas: calificante, decisiva y glorificante. Existía un héroe que se le pedía un objeto de valor, y para ello, antes debía adquirir la competencia necesaria. Propp la llamó prueba calificante. Después de haber calificado, el héroe era capaz de hacer pruebas heroicas (Prueba decisiva), que conducían a su reconocimiento como héroe y la adquisición del objeto de valor, (prueba glorificante). Otro de los aportes hechos por Propp fue la propuesta de la estructura polémica: junto a la historia del héroe, aparece su antagonista, el traidor, que en la búsqueda del mismo objeto de valor, genera una confrontación. Y la estructura contractual, Propp la representa como un contrato en que un Destinatario se compromete a realizar una serie de pruebas (o perfomance) por petición u orden de un mandador o destinatante. Cuando finaliza las pruebas del destinatario, el destinatante reconocerá y sancionará el resultado de las pruebas (la sanción). Otras aportaciones para la teoría semiótica, son las hechas por Dumézil y Lévi-Strauss, quienes habían planteado ciertas constantes en las estructuras lógicas profundas. Lévi-Strauss en su análisis estructural del mito de Edipo, considera que hay una organización de contenidos que puede ser formulada por categorías binarias de oposiciones, a través de un análisis paradigmático. De dichos estudios semióticos se implementaron nuevos grupos 306
de estudios parecidos al Grupo U, dicho equipo se hace llamar semioamigos", que estudian hasta el cansancio temas referentes a la semiótica, incluyendo a Christian Metz, Eliseo Verón y Oscar Steimberg. S EMIPELAGIANISMO. Herejía que, siguiendo las opiniones sustentadas en el siglo V por Fausto y Casiano, quería conciliar las ideas de los pelagianos con la doctrina ortodoxa sobre la gracia y el pecado original. En cuanto a la concurrencia divina, los pelagianos y los semipelagianos de todas las clases están generalmente dispuestos a admitir que la criatura no puede actuar sin el influjo del poder divino, pero sostienen que ese influjo no es tan específico que determine el carácter de la acción en ningún sentido. S ENTINA. (Del lat. sentina). Mar. Cavidad inferior de la nave, que está sobre la quilla y en la que se reúnen las aguas que, de diferentes procedencias, se filtran por los costados y cubierta del buque, de donde son expulsadas después por las bombas. 2 . Lugar lleno de inmundicias y mal olor. 3 . Lugar donde abundan o donde se propagan los vicios. S EPTUAGINTA. Nombre que se le dio a la traducción de las Escrituras hebreas efectuada en Alejandría, Egipto, hacia el año 250 a. C. Esto aconteció durante el reinado del rey Ptolomeo Filadelfo, de Egipto (285-246). Los judíos que vivían lejos de su país, en Egipto, habían olvidado demasiado pronto su lenguaje materno; en el servicio divino en las sinagogas ya no podían seguir la Palabra de Dios. Entonces maduró en la diáspora egipcia la decisión de traducir las Sagradas Escrituras hebreas al griego; empresa que llevaron a cabo setenta sabios hebreos residenciados en Egipto en la época; de ahí el término como se le conoce, y que comúnmente se abrevia usando los números romanos: LXX. S IBILA. (Del lat. sibylla, y este del gr. ). Mujer sabia a quien los antiguos atribuyeron espíritu profético. S ICIGIAS. En las doctrinas gnósticas, parejas de eones emanados de la divinidad suprema y que habitan el pléroma, especie de altura celestial platónica. S IGNO. (Del lat. signum). Cosa que por su naturaleza o convencionalmente evoca en el entendimiento la idea de otra. 2 . 307
En particular, el que indica el tono natural de un sonido. 3 . Señal que se hace por medio de bendición, como las que se hacen en la misa y rituales católicos. 4 . Fil. Señal o estímulo que contiene información sobre algo distinto de sí mismo. 5 . Mat. Representación gráfica de los entes matemáticos y operaciones y relaciones entre ellos. 6 . Med. Término con que se designa toda manifestación objetiva de enfermedad, que el médico reconoce o provoca. 7 . Mús. Cualquiera de los caracteres con que se escribe la música. 8 . Teol. Término con que el evangelista Juan designa los milagros de Jesucristo (Jn. 2:11). 9 . Ling. En la teoría de F. de Saussure, el signo lingüístico es una unidad fundamental del lenguaje, constituida por la asociación mental entre un significante material fónico y un significado conceptual. Signo nat ural es el que no hace venir en conocimiento de una cosa por la analogía natural que tiene con ella. Signo por costumbre es aquel que por el uso ya introducido significa cosa diversa de sí. «Sistemas sígnicos.60 Todo lo que entendemos por comunicación humana –en el más amplio sentido de trasmisión efectiva de informaciones y significados– es intercambio sígnico. Con esto de ningún modo se quiere afirmar que la comunicación no sea en sí misma un proceso material. Es evidente que para que exista comunicación debe producirse una trasmisión de materia o energía de un lugar a otro, en el espacio y en el tiempo, aunque tal trasmisión pueda reducirse al movimiento de las ondas sonoras en el caso de la comunicación acústica, o luminosas (o de fotones) en el caso de la comunicación visual. Cuando pensamos en la exigüidad de la trasmisión "material" en relación con el comportamiento que puede suscitar, surge la noción de la comunicación como servomecanismo: cuando, por ejemplo, un breve mensaje escrito u oral (un telegrama o un llamada de teléfono) hace que quien lo reciba atraviese el océano, ese mensaje ha puesto en movimiento un mecanismo mucho más grande que él mismo. Ello quiere decir que un estímulo de nivel bajo se transformó en un movimiento de nivel alto por la mediación de un sistema de control. El hecho es que los signos, aun cuando son también objetos materiales exteriores a nuestro cuerpo, no son sólo esto. Para que la trasmisión de un objeto o bien de un solo movimiento de un lugar a otro adquiera valor sígnico, y por lo tanto se convierta en mensaje, es necesario que estén 60
Diccionario teórico-ideológico. Ma. Sabbatini y otros. Editorial Galerna, Buenos Aires, 1970, págs. 203-214.
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concomitantemente presentes varias condiciones, la primera de las cuales es que se opere con un código. El sistema de control de la comunicación se funda precisamente sobre la presencia de un código y, además, de un contexto. Un código es un conjunto estratificado y organizado de productos sígnicos de trabajo "pasado", esto es precedente al momento en el cual se reanuda el trabajo sígnico; un mensaje es un producto de trabajo sígnico llevado a cabo sobre una materia constituida por algunos elementos del código (tal trabajo es nuevo respecto del código que existe previamente); un contexto es el conjunto de las condiciones ambientales en las que se produce tal mensaje utilizando tal código. A través de la variación de contextos, los mensajes y los códigos se presentan juntos en la realidad. Ello quiere decir que, dado un cierto mensaje, éste es tan sólo porque existe un código; y que, dado un cierto código, éste es tal sólo porque han existido mensajes y otros mensajes nuevos pueden surgir de él. Entre un código y "sus" mensajes existe una constante relación dialéctica. Un código sin mensajes o un mensaje sin código son expresiones desprovistas de todo sentido. Sólo considerando un código en su abstracción estructural con prescindencia de cualquier contexto, podemos provisoriamente prescindir también de sus mensajes; y sólo cuando recibimos mensajes de manera "natural", inconsciente o totalmente espontánea, sin preocuparnos de hecho por el contexto, desconocemos o simplemente no tenemos presentes los códigos a los que los mensajes se vinculan. El hecho de que el primero de estos dos casos se haya limitado a las investigaciones científicas de algunos lingüistas y semióticos, mientras que el segundo ejemplifica lo que sucede normalmente, confiere a la oposición una interesante ausencia de simetría. Agreguemos otros elementos a los descritos hasta aquí. Se produce una comunicación cuando "trabajan juntos" además de (I) por lo menos un código como totalidad estructurada, (II) las reglas que rigen el uso de los signos, esto es la modalidad de la codificación, decodificación e interpretación de mensajes; y además de (III) los mensajes efectivamente producidos, (IV) el conjunto de todas las condiciones que hacen posibles tales operaciones, esto es la presencia no sólo de un contexto sino también (por lo menos) de un emisor, un destinatario y un canal (contacto). Esto es válido para cualquier tipo de comunicación, para cualquier área de la totalidad de la comunicación. Aquí nos sirve, en primer lugar, una expresión que designa una de las áreas de la comunicación, cualquiera que ella sea, de manera neutra, esto es refiriéndose no a sus características diferenciales sino únicamente al hecho de que se trata precisamente de un
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área de la comunicación y de que, por tanto, debe incluir los elementos enumerados más arriba. La expresión elegida es sistema sígnico. Introduce desde el comienzo la noción de signo como suma dialéctica de signans (significante) y signatum (significado) colocando en el centro la noción de tener sentido, del significar, excluyendo lo que pueda referirnos formalmente a meros sistemas de signantia (véase la voz Semiótica). En segundo lugar, la noción de sistema sígnico apunta a que la comunicación no pueda ser pensada como mera suma aritmética de mensajes diferentes de sus códigos. Los sistemas sígnicos son sumas dialécticas de códigos y mensajes adoptados realmente por los emisores y destinatarios, bajo condiciones propicias. Por ello incluyen también las reglas de su uso. Queda así descartada la idea ambigua e incompleta de que los códigos sirven para comunicar. Creer que los códigos sirven para comunicar, de hecho significa admitir que primero han existido los códigos (por lo menos un ur-código) y luego comenzó a tener lugar la comunicación. En tal creencia se descubre la proyección antropomórfica del hecho de que cada uno de nosotros encuentra a la propia lengua y a los otros códigos de la comunidad a la que pertenece ya hechos y listos para ser captados y utilizados. Pero desde este punto de vista no se hace justicia a otros y más fundamentales aspectos de la comunicación; tal como la génesis contemporánea de cualquier señal y de su empleo; o las modificaciones que, en éste como en otros campos, el uso impone al objeto usado; o el carácter inconsciente, (y, por tanto, mientras siga inconsciente) no referido expresamente a códigos) de buena parte de la comunicación. Por el contrario la noción de sistema sígnico excluye del discurso la creencia en una comunicación exenta de códigos, la que es en general una tentación anticientífica que proviene de las dificultades presentes en el desciframiento de tal o cual código; y, mucho más aún, excluye del discurso la creencia en una comunicación precedente a la formación de los códigos. Queda sin responderse la cuestión acerca de si en el límite pueden existir formas de comunicación exentas de códigos ya estratificados; de todos modos, no ocultaremos nuestra posición adversa a tal idea. La misma entidad entre códigos y mensajes, revelada también en la comunicación animal (con la excepción parcial, quizás, de los pájaros) confirma, en lugar de invalidar, la presencia conjunta de mensajes y códigos. La referencia unitaria a las totalidades compuestas por códigos y mensajes con todas las condiciones que hacen posibles su existencia y su uso, es indiferente al hecho de que tal o cual área de la comunicación ya haya sido fragmentada por la investigación semiótica en las partes que la
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componen, esto es reconducida a un código y a su uso como construcción, transmisión, recepción e interpretación de mensajes; o bien que aún sea un área totalmente inexplorada, o que se haya observado sólo uno de sus aspectos separado de los demás. Los sistemas sígnicos se dividen en naturales y sociales. Al primer campo pertenecen el código genético y otros códigos extraídos de la naturaleza por la interpretación humana (por ejemplo el código del mar y de la navegación, inscripto en las cosas pero puesto en obra por los marinos). En este punto surge la cuestión de la medida en la que el hombre interviene para suscitar signos que ya encuentra producidos. ¿Cómo puede delimitarse el reino de los signos en el interior del reino de la naturaleza? Se puede sostener que no es legítimo hablar de mera naturaleza en el medio del espesor de los códigos, de los léxicos y de las ideologías con los que de hecho hablamos; y, que en realidad se trata de llevar a cabo la operación opuesta, esto es la de delimitar el reino de la naturaleza dentro del de los signos. Un aspecto importante y complicado de la cuestión es si deben considerarse naturales sólo a los sistemas de signos que rigen las relaciones entre animales no humanos en sus conglomerados. ¿Estos conglomerados de animales no humanos constituyen sociedades propiamente dichas? Sobre el tema existe una vasta literatura especializada. Por el momento equiparamos social a humano, considerando como sociales en sentido pleno sólo a los sistemas sígnicos propiamente humanos, es decir los que pertenecen a la "segunda evolución". Como se sabe ésta se imprimió sobre la evolución sólo-natural con el advenimiento de la dialéctica entre uso e intercambio como resultado de la división del trabajo (véase Hominización, Trabajo y actividad y Estructuras del trabajo61). Si, idealmente, fijáramos la hominización como fenómeno inicial simple y unitario; los sistemas sígnicos humanos serían por definición posteriores a ésta; pero parece más correcto decir que los sistemas sígnicos sociales son ya la hominización, ya todo lo que le siguió, esto es la prehistoria y la historia humanas consideradas desde el punto de vista de una semiótica general. Distinguiremos todos los sistemas sígnicos sociales en dos grandes clases: verbales y no verbales. Como las dos clases pertenecen a lo social, al designar a cualquiera de las dos no será ya necesario agregarle el adjetivo "social"; "no verbal" no se opone a "natural", sino que dentro de lo social se opone a "verbal". Como puede verse, los adjetivos "humano" y "social" 61
y el sintagma "sígnico: no verbal o verbal" indican la misma zona de la realidad, subrayando sus diferentes aspectos o niveles.
Sistemas sígnicos verbales son los que tienen como código a las lenguas y sus diferentes especificaciones y elaboraciones. Se trata de códigos fundados sobre distinciones creadas por el hombre en la materia sonora, los denominados sonidos articulados, es decir objetos producidos por el hombre con su propio cuerpo, pero que sin embargo se organizan en estructuras supraindividuales y se institucionalizan rápidamente. Las lenguas a que nos referimos ahora son las lenguas en sentido histórico, universal, es decir en el sentido más común del término; como tales, todas tienen, en el plano de los principios, la misma dignidad, se trate de lenguas tan difundidas o importantes como el inglés o el ruso, o de lenguas dispersas, o conocidas sólo por los especialistas (aparte de por aquellos que las hablan) como el hopi. Se trata siempre de casos particulares de la facultad del lenguaje, es decir de la capacidad humana de servirse de códigos consistentes de sonidos articulados para fines expresivos y comunicativos normales. Tales fines se consideran comunes a todos los miembros de la comunidad que habla una lengua dada; en la medida en que se constituyen y que, por otra parte, tienen que ver con un nivel fundamental, son comunes a todos los hombres (sea cual fuere la lengua que hablen). Se puede examinar el uso práctico-comunicativo cotidiano de cada lengua o grupo de lenguas, que tiene en general un carácter fundamental y constituye una especie de nivel de partida. O bien, puede analizarse la elaboración a la que la lengua está sometida: al formarse, dentro y más allá de ella, "lenguas" técnicas para fines especiales, ya sean tales fines internos a la comunidad en la que se habla la lengua (por ejemplo un dato lingüístico ceremonial) o, por el contrario, comunes a varias comunidades (por ejemplo, muchos lenguajes ideológicos) o en fin, de hecho o potencialmente, panhumanos (por ejemplo, el lenguaje matemático). Una elaboración que presenta interés particular es el lenguaje poético, en parte interno a la comunidad lingüística y en parte panhumano, según una compleja dialéctica. En este punto se abre la discusión sobre los sistemas sígnicos prelingüísticos, paralingüísticos, y poslingüísticos (véase la voz Semiótica). Debe observarse también que la noción de sistema sígnico verbal no da cuenta de la distinción entre hablado y escrito, porque se coloca por encima de ella. En última instancia, todo sistema sígnico verbal puede ser hablado o escrito, y si se presenta sólo como hablado, puede sin embargo ser transcrito. Esta no es una subdivisión de todos los sistemas sígnicos
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verbales en dos sub-clases; sino que es una división interna a cada uno de los sistemas sígnicos verbales que se pueden hallar. Además, la distinción entre hablado y escrito no es directamente relevante en la definición de "sistema sígnico verbal". Lo dicho tiene como objetivo aclarar el uso de "verbal" en tanto opuesto a "no verbal". Todos los otros sistemas sígnicos sociales son no verbales. Ello quiere decir que no sirven de códigos fundados sobre sonidos articulados sino de códigos fundados sobre otro tipo de objeto. Tales objetos, a los que denominaremos también "cuerpos" pueden clasificarse según su posición en el proceso de producción. Algunos nunca fueron verdaderamente producidos, pues existían como "naturaleza" antes de ser asumidos como signos; por ejemplo, una flor silvestre, cortada y presentada como regalo. Otros fueron producidos por el hombre, pero para fines diferentes al de ser usados como signos; por ejemplo, un automóvil, producido para viajar, pero que puede funcionar como signo de posición social o como signo cultural cuando se trata de interpretar su diseño. Otros son producidos especialmente para ser usados como signos, por ejemplo, los carteles camineros. Y otros, finalmente, son usados como signos en el acto mismo por el que se los produce: los gestos, y en general los movimientos corporales. Estas distinciones, obvias en apariencia, contienen infinitas complicaciones. Por ejemplo, las mujeres utilizadas como mensajes en el intercambio exogámico antes de ser mensajes son mujeres y en ningún caso son solamente mensajes. ¿A qué posición productiva pertenecen? No existen, ciertamente, en la naturaleza, en el sentido en que todas las personas humanas son productos sociales; tienen, por tanto, un "cuerpo" social; pero además, como seres naturales, tienen un "cuerpo" sólo material. Este ejemplo basta para entrever cómo en la estructura de los sistemas sígnicos no verbales está presente toda la problemática de las relaciones entre hombre y naturaleza. Es la moderna ciencia semiótica la que descubrió numerosos sistemas sígnicos no verbales y comenzó a clasificarlos y compararlos entre sí. En una clasificación bastante simplificada se deben diferenciar los sistemas sígnicos no verbales según varios criterios: el de la posición de sus "cuerpos" en el proceso de la producción; el de la naturaleza de los cuerpos mismos (objetos físicos en sentido habitual, sonidos, disposiciones espaciales, movimientos, etc.); el de su relación con el organismo que los produce (de allí la distinción entre sistemas sígnicos orgánicos y sistemas sígnicos instrumentales; en el caso de los primeros el hombre actúa; en el caso de los segundos, actúa con, esto es, utiliza algo); y todos los criterios 313
respecto de la relativa independencia de los otros sistemas; la capacidad de cobertura, las finalidades previstas en su utilización, etc. Los sistemas sígnicos verbales, así definidos, pueden también poseer características presentes en esta o aquella clase de sistemas sígnicos no verbales, de las que sin embargo son siempre distintos por el preciso hecho de ser verbales. Así el lenguaje se funda sobre el oído y (cuando toma forma escrita) sobre la vista, como lo son los sistemas sígnicos no verbales auditivos (diferentes tipos de señalización, música, etc.) y visivos (otros tipos de señalización gráfica, pintura, sistemas de objetos producidos en el momento de su percepción); consiste en objetos producidos por el hombre, como los sistemas sígnicos no verbales denominados objetuales (producción material de todo carácter y en todos sus aspectos); y es institucional como los sistemas sígnicos no verbales llamados justamente institucionales (aspectos no verbales de las instituciones sociales; mercado económico y otros sistemas de intercambio). En cuanto a la relación con el organismo del productor está claro que el lenguaje presenta ya un aspecto orgánico porque es producido directamente en y por un organismo, ya un aspecto instrumental porque la lengua es (entre otras cosas) un conjunto de materiales e instrumentos sociales objetivos y supraindividuales que, dentro de ciertos límites, están a disposición del individuo. Una característica esencial de todos los sistemas sígnicos sociales –sean verbales o no verbales, orgánicos o instrumentales, conscientes o inconscientes, y más o menos abiertamente institucionales– es que no existen en la naturaleza sino que, por el contrario, son productos del trabajo humano. En un Diccionario teórico ideológico62 de inspiración marxista-leninista, es precisamente éste el rasgo sobre el que debe insistirse. Nótese bien, son productos del trabajo humano no sólo los mensajes sino también las modalidades de codificación y decodificación y también las reglas para usar los códigos, los códigos mismos, el emisor y el receptor, los canales y el contexto. Cualquier sistema sígnico social es producto del trabajo humano en todos sus aspectos. Esta es también una buena razón para seguir equiparando "social" y "humano". Naturalmente este carácter de producto aparece más o menos claro según el sistema sígnico examinado. Se lo acepta en general en el caso de los sistemas sígnicos no verbales que denominamos objetuales; se lo reconoce más o menos ampliamente en el caso de los sistemas sígnicos institucionales (aunque el carácter sígnico de algunos de estos sistemas no 62
Es la obra de la cual tomamos este aparte.
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ha sido aún plenamente admitido). En cuanto a los otros sistemas sígnicos no verbales, es decir para todos los que pueden reunirse bajo la rúbrica de sistemas sígnicos orgánicos, el carácter de producto del trabajo humano es a menudo desconocido, cuando no negado directamente. Bastante diferentes son las posiciones que encontramos cuando se trata de atribuir carácter de producto propiamente dicho al lenguaje. Estas incertidumbres y divergencias tienen que ver con una noción de trabajo demasiado restringida y confusa (véase Estructuras del trabajo), para empezar por el hecho de que las programaciones a las que recurre inconscientemente todo comportamiento significante no han sido todavía estudiadas o recién empiezan a serlo (véanse las voces Programación social de los comportamientos y Programas de la comunicación63). Si por trabajo se entendiera sólo la actividad del artesano que compone o modifica un objeto (por ejemplo, madera, cola y clavos) por medio de utensilios, ofreciendo como producto un nuevo objeto (por ejemplo, una mesa), entonces el carácter de ser productos de trabajo pertenecería sólo a los sistemas sígnicos objetuales, y quizás ni siquiera a todos ellos. Pero la noción de trabajo se extiende en sentido antropogénico y es diferente de la de mera actividad. En teoría, entre sistemas sígnicos diferentes se establecen las siguientes relaciones: a) Entre sistemas sígnicos sociales y sistemas sígnicos naturales, es decir:
a.a. entre sistemas sígnicos verbales y sistemas sígnicos naturales; a.b. entre sistemas sígnicos no verbales y sistemas sígnicos naturales. b) En el ámbito de los sistemas sígnicos naturales, esto es entre varios tipos de sistemas sígnicos naturales. c) En el ámbito de los sistemas sígnicos sociales, es decir:
c.a. entre sistemas sígnicos verbales y sistemas sígnicos no verbales; c.b. en el ámbito de los sistemas sígnicos verbales, es decir entre vados sistemas sígnicos verbales; c.c. en el ámbito de los sistemas sígnicos no verbales, es decir entre varios sistemas sígnicos no verbales. 63
Pueden estudiarse todas estas relaciones. Por ejemplo, se puede estudiar la relación entre las lenguas y el código genético (a.a.); entre las lenguas y los sistemas de parentesco (c.a.); entre los sistemas culinarios y las maneras en la mesa (c.c.); o entre el mercado económico y la ideología dominante (c.c. y c.a. al mismo tiempo, expresándose la ideología ya como sistema sígnico no verbal ya como verbal)».
S ÍLABO. (Del lat. sillabus). Índice, lista, catálogo. S ILOGISMO. (Del gr. ). Fil. Argumento que consta de tres proposiciones, la última de las cuales se deduce necesariamente de las otras dos. 2 . Lóg. Argumentación deductiva, la primera históricamente analizada y expuesta de manera sistemática en el Organon aristotélico. La influencia de Aristóteles en los medios medievales y el uso y abuso que se hizo de la argumentación silogística condujeron a: 1) considerar que prácticamente toda argumentación deductiva equivalía al silogismo (en medios tradicionales); 2) manifestar, por oposición a muchos medios, un desprecio o infravaloración del silogismo (Descartes). La lógica actual, a partir de Lukasiewics, lo ha revalorizado, manteniéndolo, sin embargo, en los justos límites de un tipo, entre otros, de deducción. Silogismo es, según Aristóteles, una argumentación en que, establecidas ciertas cosas, resulta necesariamente, por haberlas establecido, una cosa distinta de ellas. Si las cosas se establecen por medio de enunciados categóricos, resulta el silogismo categórico. En éste, lo establecido son dos proposiciones, llamadas premisas, y el resultado es otra, llamada conclusión. Ésta relaciona como sujeto y predicado dos términos llamados menor y mayor respectivamente y que han aparecido ya uno en cada premisa, ya como sujeto, ya como predicado (las premisas se llaman por ello mayor y menor), relacionados con un tercer término llamado medio. El silogismo hipotético es aquel en que la premisa mayor es hipotética (condicional, conjuntiva o disyuntiva) y la menor afirma o niega categóricamente uno de los miembros de la mayor. También existen modales así como silogismos abreviados (entimema) y compuestos (polisilogismo, sorites, dilema, epiquerema). S IMONÍA. (De S im ón Mago). Compra o venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos y sacramentales, o
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temporales inseparablemente anejas a las espirituales, como las prebendas y beneficios eclesiásticos. 2 . Propósito de efectuar dicha compraventa. ¿Cuándo se inició este fenómeno en la Iglesia? En la Edad Media, para la época carlovingia y el naciente feudalismo, los jefes de las tribus, ya fuera bajo el título de rey, o ya de conde o de duque, ambicionaba asumir la dirección, y con tal fin trataba de nombrar para los puestos principales a hombres fáciles de dominar. De una u otra manera los oficiales de la Iglesia se vendían y se compraban. Tal práctica se denominaba la simonía, debido a Simón el Mago, quien, según los Hechos de los Apóstoles, ofreció dinero a Pedro para comprar el poder de conferir el Espíritu Santo (Hch. 8:18-24). La Simonía en nuestros tiempos, aun en el protestantismo es rampante. Aumenta el número de “ministros” laborando por sueldo y prestaciones, otros abiertamente enriqueciéndose; y lo que es peor, predicadores itinerantes que ofrecen sus servicios contratando cada noche de campaña por un fuerte valor estipulado. S INCRETISMO. (Del gr. , coalición de dos adversarios contra un tercero; de syn, con, y kretizein, obrar o hablar como un cretense; ser impostor). Sistema filosófico que trata de conciliar dos doctrinas diferentes. 2 . Psicol. Percepción global e indiferenciada que se identifica con el modo de aprehensión originario de la infancia. 3 . Movimiento o institución que nace de la fusión de elementos de religiones precedentes. 4 . Expresión en una sola forma de dos o más elementos lingüísticos diferentes. S ÍNDROME. (Del gr. , concurso). Patol. Conjunto de signos y síntomas que existen al mismo tiempo y que definen clínicamente un estado morboso; un mismo síndrome puede originarse por diversas causas. 2 . Psicol. Cuadro clínico de miedo compulsivo relacionado con la depresión. S INÉRESIS. (Del gr. , de , tomar con). Gram. Reducción a una sola palabra, de vocales que normalmente se pronuncian en sílabas distintas; p. ej., aho-ra por a-ho-ra. La sinéresis en el verso es considerada como licencia poética por la preceptiva tradicional. S INERGIA. (Del gr.
, cooperación). Acción de dos o 317
más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales. 2 . Biol. Concurso activo y concertado de varios órganos para realizar una función. Esto implica la asociación o cooperación de movimientos, actos u órganos para el cumplimiento de una función. S INESTESIA. (De sin- y el gr. , sensación). Biol. Sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra parte de él. 2 . Psicol. Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente. 3 . Ret. Tropo que consiste en unir dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales. Soledad sonora. Verde chillón. S INÉCDOQUE. (Del gr. , de , recibir juntamente). Tropo que consiste en extender, restringir o alterar la significación de las palabras, para designar un todo con el nombre de una de sus partes, o viceversa; un género con el de una especie, o al contrario; una cosa con el de la materia de que está formada, etc. Cuarenta velas, por cuarenta naves; el pan, por toda clase de alimento; el bronce, por el cañón o la campana. S INTAXIS. (Del lat. syntaxis, y éste del gr. , orden: de , coordinar). Ling. Parte de la estructura gramatical de una lengua que abarca las normas relativas a la combinación de las palabras en unidades más grandes (esencialmente, en oraciones), así como las relaciones contraídas por las palabras dentro de dichas unidades. 2 . Lóg. Estudio del lenguaje que atiende únicamente a las relaciones entre sus elementos y establece las normas rectoras de su estructura y las consecuencias de las mismas. Es una de las disciplinas metalógicas más desarrolladas. Ling. Tradicionalmente definida como ciencia de las relaciones que se establecen entre las palabras al constituir éstas la oración, la sintaxis recibe su nombre de Apolonio Díscolo (s. II), pero cabe situar su origen en la distinción aristotélica entre sujeto y predicado, o incluso vincular tal origen al de la morfología griega, pues la clasificación en «partes de la oración» de las palabras supone la delimitación de las funciones sintácticas inherentes a dichas partes. Así se manifiesta desde su nacimiento la dificultad de aislar la 318
sintaxis de la lógica y del análisis morfológico; respecto de éste, es sabido que muchos niegan los límites entre uno y otra, y recurren al término morfosintaxis para designar al conjunto de ambos. En cuanto a la lógica, ha estado vinculada al análisis sintáctico a lo largo de la Edad Media, configurando una tendencia que culmina en el racionalismo del s. XVII con la Grammaire générale et raisonnée llamada de Port-Royal (1660). Esta tendencia entra en crisis con los comienzos del comparatismo, de tal modo que, si bien se mantiene hasta nuestros días parcialmente en las gramáticas escolares, desaparece de la preocupación de los lingüistas, más agobiados por la tarea de reunir datos sintácticos y clasificarlos que por la de integrarlos en esquemas generales. La difusión de los hallazgos fonológicos no altera esta actitud básicamente, y los estudios sobre lenguas de estructura muy alejada de las familiares la refuerzan. Sí, en cambio, favorece la adopción de criterios metódicos más cautos, mediante un empirismo generalizado que permite simplificar la descripción sintáctica. De ahí la difusión del método, inspirado por la fonología, de los componentes inmediatos. Consiste en el análisis progresivo de un texto en oraciones, y de éstas, a través de los niveles sucesivos, en entidades mutuamente oponibles «etiquetadas» según su función en la oración, hasta llegar a sus componentes morfemáticos mínimos o, si se quiere, a la descripción fonemática. Este método supone un modelo de gramática equivalente a un generador de series lingüísticas lineales, analizables en una sucesión finita de niveles, y en las cuales la probabilidad de aparición de un elemento es función de los anteriormente aparecidos; modelo que coincide con el adoptado por la teoría matemática de la información, si bien no se formulaba como acaba de hacerse, sino en forma de enunciados descriptivos independientes. Pero tan pronto se ha enfocado este método como modelo de gramática generativa, esto es, como trasunto formal de un proceso de producción del lenguaje según reglas, similar al que pueda tener lugar en el hablante, y no ya como mero conjunto de normas para el análisis de un texto (limitado), se ha podido mostrar (Chomsky, 1957) su incapacidad para dar razón de gran número de hechos sintácticos, por lo que se propone sustituirlo por el método transformacional.
S OBERANÍA. Cualidad de soberano. 2 . Alteza o excelencia no superada en cualquier orden. 3 . Autoridad suprema del poder. 4 . Teol. La soberanía de Dios se presenta en la Escritura con un tono muy enfático. A Dios se le presenta como el Creador, y su voluntad como causa de todas las cosas. “Y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra” (Gé. 14:19). En virtud de su obra creativa a Dios le pertenecen los cielos, la tierra y todo lo que ellos contienen. Reviste plena autoridad sobre los ejércitos del cielo y los habitantes de la tierra. “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí m ism o, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (He. 1:3). “Porque de Jehová es el reino, y él regirá las naciones” (Sal. 22:28). Dios sostiene todas las cosas con su omnipotencia y determina la finalidad que cada uno está destinado a servir. Gobierna como Rey en el más absoluto sentido de la palabra, y todas las cosas dependen de Él y le sirven a Él.
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“Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua” (Pr. 16:1). Esta cita es un ejemplo de la doctrina de la providencia de D ios, que se refiere a aquella previsión y disposición de los hechos por los cuales Dios lleva a cabo sus propósitos. La preservación de todo lo creado por Dios se continúa por medio de su providencia. Dios tiene control sobre su creación; y tanto la naturaleza como el hombre están sujetos al control y a la providencia de Dios. Porque Dios dispone la duración de la vida del hombre. “Y dijo Jehová: No contenderá m i espíritu con el hombre para siempre, porque ciertam ente él es carne; m as serán sus días ciento veinte años” (Gé. 6:3). “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiem pos, y los límites de su habitación” (Hch. 17:26). Nada podrá sucederle al hombre sin el conocimiento de Dios. “29¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30Pues aun vuestros cabellos están todos contados” (Mt. 10:29,30). Dios conoce todo cuanto Él proyecta o realiza. “Por Jehová son
ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su cam ino” (Salm. 37:23). Y también las más humildes flores del campo y las aves del cielo dependen de su providencia, porque Él es el sustentador. “25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida m ás que el alim ento, y el cuerpo m ás que el vestido? 26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alim enta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así com o uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt. 6:25-33). Pero ello no significa la negación de la libertad y la responsabilidad del hombre, como las mismas Escrituras aseveran. “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de m is ojos; dejad de hacer lo m alo” (Is. 1:16). “Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte” (Jer. 21:8). “24De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, m as ha pasado de muerte a vida. 40Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Jn. 5:24,40). “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Ro. 1:28). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Ap. 3:20).
modernos russellitas, que incluía la negación de la divinidad de Cristo y la supervivencia del alma. Esta herejía, que fue una resurrección del arrianismo en lo que al primer punto se refiere, ha sido origen de muchas herejías similares conocidas con diversos nombres, hasta la de los modernos unitarios y testigos de Jehová. Vemos, pues, que los socianos, contemporáneos de la Reforma, se movieron siguiendo las ideas arrianas, pero aun fueron más allá de Arrio, haciendo de Cristo nada más que un mero hombre, y del Espíritu Santo un poder o influencia. Fueron precursores de los a sí llamados Testigos de Jehová y también de los teólogos liberales que hablan de Jesús como de un maestro divino. Entre sus enseñanzas, tenemos: Sostienen que Cristo fue llamado Hijo de Dios a causa de su nacimiento sobrenatural, negando así que era Hijo de Dios en un sentido metafísico: por naturaleza y desde la eternidad. Sostienen que la imagen de Dios en el hombre consiste en el dominio del hombre sobre la baja creación; de la expiación enseñaron que Cristo murió en la cruz, no para expiar vicariamente el pecado de la humanidad, sino para darnos ejemplo; que la justicia de Dios no le impide perdonar a quien Él quiere sin demandar satisfacción alguna, y que Cristo salva a los hombres revelándoles el camino de la fe y de la obediencia como camino de vida eterna dándoles un ejemplo de verdadera obediencia tanto en su vida como en su muerte, e inspirándolos a seguir una vida semejante. Respecto de la justificación, los socianos sostuvieron que los pecadores obtienen el perdón y la aceptación de Dios por medio de la misericordia divina y sobre la base del propio arrepentimiento y la reforma de uno mismo. Como los pelagianos, los socianos enseñan que el hombre fue creado mortal, no sólo en el sentido de que podía caer como presa de la muerte, sino también en el sentido de que, en virtud de su creación, estaba bajo la ley de la muerte, y en el curso del tiempo tenía que morir. Esto significa que Adán no era sólo susceptible de morir, sino que ya estaba sujeto a la muerte antes de la caída.
S OCIANISMO. Herejía del italiano Lelio Sozzini (1525-1562) promovida juntamente con su sobrino Fausto (1539-1604), que consistía en un conjunto de doctrinas muy similar a la de los
S OFISMA. (Del gr. ). Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso. El sofista era el maestro de retórica que, en la Grecia del siglo V a. C., enseñaba el arte de analizar los sentidos de las palabras como medio de
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educación y de influencia sobre los ciudadanos. Con el término sofista se designaba primitivamente al sabio. A partir de Platón y Aristóteles adquirió una discutible significación peyorativa, designándose con él a un grupo de pensadores que aparecieron en el siglo V a. C. y que se dedicaron a la enseñanza remunerada, especialmente de la retórica, arte de bien hablar, y de la erística, de persuadir. Supeditaban el ideal de verdad absoluta, en la que no creían, al de la utilidad, y afirmaban la posibilidad de enseñar la virtud, entendida como capacitación y eficacia políticas. Su descubrimiento del carácter funcional del lenguaje y su creencia de que no existe un conocimiento universalmente válido y necesario les convierte en los iniciadores de la teoría del conocimiento. Fueron destacados sofistas Protágoras, Gorgías e Hipias. S OLICITUD. (Del lat. sollicitude). Diligencia o instancia cuidadosa. 2 . La persona solícita es diligente y cuidadosa. 3 . El término griego prothumia ( ) se traduce solicitud, buena voluntad, buena disposición (pro, adelante; thumos, mente, disposición, relacionado con prothumos, dispuesto). “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hch. 17:11). S ORITES . (Del gr. , de , amontonar). Fil. Raciocinio compuesto de muchas proposiciones encadenadas, de modo que el predicado de la antecedente pasa a ser sujeto de la siguiente, hasta que en la conclusión se une el sujeto de la primera con el predicado de la última. Ejemplo: Romanos 8:29-30. S OTERIOLOGÍA. (Del gr. , salvación). Doctrina referente a la salvación en el cristianismo. 2 . Tratado teológico sobre la redención y salvación de los hombres realizada por Dios en Jesucristo. Soteriología es la materia de la teología general que se ocupa de todo lo relativo a la salvación. Aunque la salvación es producto de la obra del Hijo en la cruz, en su resurrección y glorificación, sin embargo, en la salvación de los hombres han participado también el Padre y el Espíritu Santo. La salvación de los hombres es primeramente planeada y decretada por Dios desde antes de la fundación del mundo (Ef. 1:3,4), luego, en el cumplimiento del tiempo, se manifiesta y se cumple objetivamente 323
con el Hijo de Dios encarnado (2 Ti. 1:8-10; 1 Pe. 1:18-20); pero es el Espíritu Santo quien toma esa salvación decretada por el Padre y realizada por el Hijo, y la aplica por etapas al espíritu, al alma y al cuerpo de cada uno de los que creen y obra en el creyente la regeneración o nuevo nacimiento, cuando viene el Espíritu de Dios a habitar en nuestro espíritu humano. Es una salvación por gracia, sin que tenga relación ni con las obras ni con la conducta del creyente; es un regalo que se recibe por fe (Ef. 2:8,9). Es una salvación eterna, incondicional; de manera que los que estaban ordenados para vida eterna (Hch. 13:48), no la pierden (Jn. 6:39,40; 10:27-29; Ro. 8:38,39). Como el hombre es un ser compuesto de tres partes: espíritu, alma y cuerpo (1 Tes. 5:23), esas tres partes fueron afectadas en la caída: su espíritu fue separado de Dios, y continuó pero muerto en sus delitos y pecados; su alma se convirtió en el ego, el centro de todo y se pervirtió, viviendo una vida de independencia frente a Dios, haciendo su propia voluntad; y su cuerpo quedó convertido en la carne, esclavo de la concupiscencia y del pecado. De manera, pues que esas tres partes deben ser salvadas: Cuando creímos, somos salvos eternamente en nuestro espíritu; nuestro espíritu estaba muerto, pero recibe la vida divina, la vida increada; somos partícipes de la naturaleza de Dios; la salvación de nuestro espíritu siempre aparece en tiempo pasado (Ef. 2:8; 1 Jn. 5:13); pero una vez salvos en el espíritu, debemos ocuparnos en la salvación de nuestra alma, de nuestro yo (Flp. 2:12; He. 2:1-3); todo lo que hemos recibido por la salvación del espíritu, debe pasar también a nuestra alma, a nuestra mente, a nuestra voluntad, a nuestras emociones; es lo que se llama la renovación de nuestra alma por el Espíritu. Por último, nuestro cuerpo también debe ser salvado, vivificado (Ro. 8:11,23; Mt. 24:13). S UBLIMACIÓN. Acción y efecto de sublimar. Psicoanál. Proceso postulado por S. Freud para dar cuenta de actividades humanas sin relación aparente con la sexualidad, aun cuando tengan su resorte en el poder del instinto sexual, como la actividad artística y la investigación intelectual. S UBLIMINAL. (De sub- y el lat. limen, -inis, umbral). Psicol. Que está por debajo del umbral de la conciencia. 2 . Psicol. Dicho de un 324
estímulo: Que por su debilidad o brevedad no es percibido conscientemente, pero influye en la conducta. Es decir, en la percepción de un estímulo subliminal, el sujeto no llega a ser consciente de aquél a causa de la rapidez o poca intensidad con que se le ofrece. Los mensajes subliminales son usados a menudo en la publicidad y en la música popular grabada. S UBORDINACIONISMO. E1 gnosticismo, el adopcionismo, el arrianismo garantizaban ciertamente el monoteísmo, pero reduciéndolo a un unipersonalismo de tradición judáica. Derivaba de ello una Trinidad gradual, en la cual la divinidad pertenecía en propiedad y de modo absoluto solamente al Padre, que creaba directamente al Hijo, de diversa naturaleza, destinándolo a oficiar de colaborador subalterno en la creación y en la administración del universo; primer producto de la actividad demiúrgica del Hijo era luego el Espíritu Santo, inferior al Hijo, porque Él lo producía, como el Hijo era inferior al Padre, porque Él lo había engendrado. Junto a este subordinacionismo herético, porque fue mantenido de una forma real y consciente, se colocó otro ortodoxo, porque era sólo verbal y nacía de una inexperiencia terminológica y organizadora que quedaba redimida y superada por un explícito y reiterado reconocimiento de la divinidad de las tres personas, vinculadas por una plena identidad de naturaleza. Fuertemente comprometidos en rechazar el modalismo y en conservar el monoteísmo, muchos escritores de los siglos II y III se limitaron con frecuencia, incluso por influjo del platonismo y del filonismo, que les suministraban las categorías expresivas, a reservar al Padre determinados atributos –como la trascendencia, la invisibilidad, la simplicidad– que son igualmente comunes a las tres personas y, por la influencia del estoicismo, llegaron a aceptar un Verbo (Logos) «interior» (endiatbetos) a la mente del Padre y eterno como Él, pero no perfectamente diferenciado de Él, y otro «expresado» (prophorikos) en el momento de la creación del cosmos, y en este caso netamente individuado respecto del Padre. A la consecuencia de que así se comprometía la eternidad de la generación del Hijo, respondieron afirmándola categóricamente: la explicación teológica era inconsistente, pero la ortodoxia estaba a salvo en la voluntad. De hecho no se había aceptado con plena claridad una idea que 325
habría dado coherencia a la sistematización, es decir, que las distinciones reales, en el ser del único Dios, que se manifestaron con evidencia en el momento de la economía redentora, existían desde la eternidad: la redención no producía distinciones en Dios, sólo las revelaba. Pero en este tema fallaba sólo el encaje lógico y no se ponían en cuestión los dos pilares dogmáticos de la Trinidad eterna y la Trinidad que actúa en la historia; se trataba no de exponer la fe, sino de explicar racionalmente su trabazón: de la revelación se pasaba a intentos de teología, con la provisionalidad que a esta última compete. Tertuliano (150-220) sostenía que en Cristo estaban unidas la completa naturaleza divina y la naturaleza humana. Sin embargo, enseñaba una especie de subordinacionismo, en el cual Cristo estaba subordinado al Padre. S ÚCUBO. (Del lat. succúbus, según incúbus). Dicho de un espíritu, diablo o demonio, que, bajo la apariencia de mujer, tiene comercio carnal con un varón. S UPRALAPSARIO. Término teológico relacionado con la salvación y particularmente con la predestinación. Desde los días de la Reforma fueron emergiendo gradualmente dos conceptos contrapuestos de la predestinación: la posición supralapsaria y la posición infralapsaria; de supra, antes de, e infra, después de, y lapsus, caída; es decir, antes de la caída, y después de la caída del hombre. Lo s s u p ralap s ariano s , co n o cid o s ta m bién co m o hipercalvinistas, pues Calvino se inclinó hacia la línea supralapsariana, creían que Dios, antes que creara el mundo, había decretado soberanamente cuáles deberían ser salvos y qué personas deberían ser condenados; afirmaban que antes de la caída del hombre Dios planeó o predestinó la caída para que se condenara una parte de los hombres. Según los supralapsarianos, algunas criaturas fueron predestinadas para ser salvas y otras para caer y perecer. La posición supralapsariana acentúa la absoluta soberanía de Dios sobre todo, y en particular sobre el pecado; pero esto en cierto modo presenta a Dios como el autor del pecado, y hace del castigo eterno de los reprobados un objeto de la divina voluntad, como sería también la salvación eterna de los elegidos. De manera 326
que Dios sería responsable de ese castigo eterno; pero tengamos en cuenta que Dios no hace acepción de personas;64 Dios quiere que todos los hombres sean salvos; Dios no quiere que nadie se pierda, pero el pecador debe ejercer su voluntad para aceptar esa salvación gratuita. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hom bres” (Ti. 2:11). Dios no quiere la muerte del pecador; y ejerce su soberanía con absoluta justicia. “Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al m undo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hch. 17:31). Los infralapsarianos defendían la opinión de que fue en vista del pecado de Adán, y sólo después de dicha catástrofe, cuando Dios decretó soberanamente que ciertos hombres serían salvos y otros perdidos. Los infralapsarianos acentúan aquellos pasajes bíblicos que insisten en la misericordia y justicia de Dios en relación con la elección y reprobación. Con Teodoro Beza (1519-1605), discípulo y sucesor de Calvino, y profesor de Teología en la Academia de Ginebra (Suiza), se fue desenvolviendo la diferencia entre los dos conceptos, llegando a ser el abanderado de los supralapsarianos, pero yéndose hacia un extremo conocido como hipercalvinismo, declarando que la caída del hombre fue planeada por Dios para que algunas criaturas se perdieran. Entonces vemos que surgieron en la historia corrientes teológicas que enseñaron que todo fue decretado por Dios aún antes de la caída del hombre, incluyendo su pecado. Pero, como lo hemos observado, no todo fue predestinado por Dios para que irresistiblemente fuese así, pues incluso la caída del hombre fue objeto de la presciencia de Dios. Esto último puede haber sido el punto original de diferencia entre los supra y los infralapsarianos; pero aunque los arminianos sostienen puntos de vista heréticos, sin embargo se inclinan más por sostener que la caída del hombre no fue decretada, sino tan sólo prevista por Dios. S USTITUCIÓN. Ocurre cuando algo o alguien toma lugar de otro. 2 . Teol. Se dice de la expiación vicaria llevada a cabo por Cristo 64
Cfr. Hechos 10:34; Romanos 2:11; Gálatas 2:6; Efesios 6:9; Colosenses 3:25
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en lugar del hombre. El hombre como ser caído, al apartarse de Dios, le debía una reparación; pero su pecado sólo podría ser expiado sufriendo eternamente el castigo que acompaña a la transgresión. Esto es lo que Dios tenía que haber requerido en estricta justicia, y lo hubiera requerido si no hubiera estado actuando al impulso del amor y de la compasión para el pecador. No obstante, de hecho Dios había designado un vicario en Jesucristo para que tomara el lugar del hombre, y este vicario expiara el pecado y alcanzara la redención eterna para el hombre. “Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por m uchos” (Mt. 20:28). El griego anti, “por” o “en lugar de” implica la idea de sustitución. Cristo murió en lugar de muchos.
T T ABERNACULIZAR. Este verbo no existe en castellano. El término tabernáculo, tienda o cabaña es traducido del griego skene ( ). El verbo skenoo ( ), significa plantar una tienda, morar en un tabernáculo. De ahí que el Verbo divino, al ser hecho carne (Jn. 1:14), fijó tabernáculo (skenoosen) entre nosotros; es decir, al encarnarse el Verbo, Dios habitó en un tabernáculo humano, manifestando la gloria de Dios como auténtico templo de la Deidad entre los hombres. De ahí que hay quienes hayan propuesto el verbo tabernaculizar para describir este glorioso hecho histórico. T ALMUD. Libro sagrado de los judíos ortodoxos, que contiene la tradición, doctrinas, ceremonias y preceptos de la religión judía. 2 . Colección de textos tradicionales rabínicos del judaísmo tardío (S. -I al V). Sus materiales proceden en buena parte de la diáspora judía y denuncias marcadas influencias helenísticas. Se divide en dos secciones. La primera, Mishná, recoge los preceptos legales transmitidos oralmente y que no fueron codificados hasta el s. II. Consta de seis ordenaciones que tratan de sembrados, fiestas, mujeres, daños, procesos, cosas sagradas, lo puro y lo impuro. La 328
segunda sección, Gemará, consta de compilaciones de sentencias rabínicas procedentes de Babilonia y Palestina, transcritas en los S. IV y V. El Talmud babilónico recoge la Gemará babilónica, y el Talmud palestino recoge la de Palestina.
dividido por un abismo, donde hay llamas que no se apagan. En el Hades esas personas podían hablar unas con otras. Es un lugar ubicado debajo de la tierra, y es el mismo Seol del Antiguo Testamento (Nm. 16:32-33; Hch. 2:25-28,31).
La enseñanza de la Torá fue produciendo lo que fue codificado como la Mishná; y la perfección de la Mishná produce el Talmud. Sólo después que se hubo reunido la enorme cantidad de material que representaba la Mishná y la Gemará, surgió finalmente la obra gigantesca, única en su género, el Talmud. El famoso rabino Resch Lakisch, codirector de la Escuela Superior de Tiberíades, fue quien puso la primera piedra para el “Talmud palestinense”. El Talmud de Jerusalén aparece hacia el año 360 d.C. con algunas. Siglo y medio después aparece el Talmud babilónico, poco estimado, hasta que en el siglo XII, la Halakah, o sea, el contenido religoso-jurídico del Talmud de Jerusalén fue integrado de nuevo en la corriente de la tradición judía por el gran Maimónides.
Cristo cuando murió y antes de resucitar descendió al Hades (Hch. 2:31; 1 Pe. 4:6) y subió al Paraíso (Lc. 23:43), a fin de llevar cautiva la cautividad, del Seno de Abraham hasta el Paraíso (Ef. 4:8-10). En ese lapso Cristo predicó a los espíritus encarcelados (1 Pe. 3:18-20). El Paraíso está ubicado en el tercer cielo (2 Co. 12:2,4); y es el Paraíso el lugar a donde van los creyentes en Cristo que mueren en este tiempo de la gracia. Pero además del Hades y del Paraíso, existe un tercer lugar de castigo temporal llamado Tártaro, que son lugares de tormento, prisiones de oscuridad para ángeles que pecaron con las hijas de los hombres antes del diluvio universal (2 Pe. 2:4; Jud. 6; Gé. 6:1-4). Las personas que sufren tormento en el Hades, después del Reino del Milenio, serán resucitadas para ser juzgadas en el juicio final, el juicio del gran trono blanco, y luego serán lanzadas en la Gehena, un gran lago de fuego y azufre, donde también estarán Satanás y todos sus ángeles caídos (Ap. 20:11-15).
T ANATOLOGÍA. (Del gr. , muerte, y -logía). Conjunto de conocimientos médicos relativos a la muerte. En la mitología griega, Tánatos era la personificación masculina de la Muerte. Según Hesíodo, hermano de Hipno (el Sueño) e hijo de la Noche. Tánatos o Tanatos es un término que algunas veces se utiliza en contextos psicoanalíticos para designar las pulsaciones de la muerte de las que habla Freud para referirse a las fuerzas instintivas de tipo destructivo y agresivo. La Tanatología bíblica es una enseñanza controversial; pero en la Biblia, en toda su revelación progresiva, encontramos amplia revelación divina en cuanto a la muerte misma y a los eventos que ocurren después de la muerte; asevera que el alma sobrevive a la muerte del cuerpo, y da detalles de los lugares a donde van tanto los justos como los impíos. La idea bíblica de la muerte incluye muerte física, espiritual y eterna. Téngase en cuenta que para tener presente la revelación bíblica completa es necesario ir directamente al Nuevo Testamento. Un texto claro y completo donde el Señor nos aclara que el alma sobrevive a la muerte del cuerpo lo encontramos en Lucas 16:19-31. Allí aparecen las almas conscientes de los justos antes de Cristo en un sector del Hades llamado Seno de Abraham, y las almas conscientes de los impíos en el otro sector 329
Todo creyente en Cristo al morir va ante la presencia del Señor (Ap. 6:9-11; 2 Co. 5:1-8; Fil. 1:21-23), pero también nuestro cuerpo será resucitado cuando venga el Señor, para encontrarnos con Él en las nubes (1 Tes. 3:13; 4:13-16; 1 Co. 15:51-52), pero al encontrarnos con el Señor, Él establecerá su tribunal para juzgar las obras de la iglesia (2 Co. 5:10; 1 Co. 3:12-15) y determinar quiénes recibirán galardón (el reino) (2 Jn. 8; Ap. 22:12) y quienes estarán disciplinados (Lc. 12:35-48). El galardón no se refiere a la salvación, la cual es un regalo de Dios (Ef. 2:8,9). T ÁRGUM. (Del. hebr. targum, traducción). Libro de los judíos que contiene las glosas y paráfrasis caldeas de la Escritura. Se dice de la traducción bíblica del hebreo arcaico antiguo al arameo en tiempos de Esdras. Esta palabra también tiene la connotación de “interpretación” y se usa para designar las traducciones o paráfrasis arameas del Antiguo Testamento. El Tárgum se hizo necesario cuando los judíos dejaron de entender su antigua lengua hebrea. Los famosos tárgumes de Onquelos sobre el Pentateuco y de 330
Jonatán sobre los profetas, estaban ya en uso en el siglo III d. C. T EÍSMO. (Del gr. , Dios). Creencia en un Dios personal, trascendente y creador, que influye de alguna manera en el mundo y en el hombre (concurso, conservación, providencia) y que puede revelarse a éste. Se opone al deísmo, al panteísmo y al ateísmo. T ELEOLOGÍA. (Del gr. ,, fin, propósito, y -logía). Fil. Doctrina de las causas finales. 2 . Doctrina que presupone la existencia de una finalidad a la que obedecen los procesos del universo y que, en última instancia, los explica. También recibe el nombre de finalismo. La Divina Teleología es la que trata lo relacionado con los propósitos de Dios, con el conocimiento de los planes de Dios respecto de la creación, incluso antes de la creación; estudia los objetivos que Dios tiene en su corazón; de manera que en la Teleología Divina existen varios conceptos que se relacionan con la economía de Dios, sus planes, sus propósitos con el universo, con el hombre en particular, en torno a su Hijo, Jesucristo, que podemos enumerar de la siguiente manera: 1 ) El beneplácito de Dios (Ef. 1:9); 2 ) la voluntad de Dios (Ef. 1:5): 3 ) el designio de la voluntad de Dios (Ef. 1:11); 4 ) el propósito eterno de Dios (E. 3:11); 5 ) la presciencia de Dios (1 Pe. 1:2); 6 ) el consejo determinado de Dios (Hch. 2:23; 4:28); 7 ) La elección divina (Ef. 1:4; Ro. 9:11); 8 ) la predestinación (Ro. 8:29-30; Ef. 1:4-5); 9 ) la ordenación de parte de Dios (Hch. 13:48); 1 0 ) la preparación de antemano (Ef. 2:10; Jud. 4; 1 Pe. 1:18-20); 11) el don de la gracia de Dios antes de los tiempos de los siglos (2 Ti. 1:9-10); y 1 2 ) la mano de Dios (Hch. 4:28). T EOANTROPOS. Término griego compuesto de Theos, Dios y antropos, hombre. Dios-hombre, referido a Jesucristo. Término usado por primera vez por Orígenes (184-254) para decir que Cristo era verdadero Dios y verdadero hombre. Significa que Cristo tiene las dos naturalezas desde su encarnación. T EOCRACIA. (De gr. theokratía; de , , Dios, y , dominio, poder). Forma de ordenación política en la cual los gobernantes ejercen el poder como representantes directos de la divinidad. 2 . Es el gobierno del Estado mediante la inmediata dirección de Dios; Yahveh condescendió en reinar sobre Israel de
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la misma manera directa en que un rey terrenal reina sobre su pueblo. Con sabiduría digna de Él mismo, Él asumió la superioridad, no sólo religiosa, sino política, sobre los descendientes de Abraham. Él se constituyó a Sí mismo, en el sentido más estricto de la expresión, en Rey de Israel, y el gobierno de Israel llegó a ser, en consecuencia, estricta y literalmente, una teocracia. 3. Gobierno de Dios mediante un representante divinamente escogido, que habla y actúa por Dios; un gobierno que se refiere especialmente a la raza humana, aunque al fin abarcará al universo y su gobernante intermediario es siempre un miembro de la raza humana. T EODICEA. (Del gr. , , Dios, y , justicia; el derecho divino). Disciplina filosófica que trata de conciliar el problema de la existencia del mal con la bondad divina. 2 . Teología fundada en principios de la razón. T EOFANÍA. (Del gr. , , Dios, y , revelarse). Manifestación de la divinidad a través de seres, objetos, símbolos, etc. (Éx. 24:10). En el Nuevo Testamento la manifestación de Cristo (epifanía) es la aparición de Dios entre los hombres. 2 . Mit. Fiestas primaverales que se celebraban en Delfos en honor de Apolos. Teofanía es la aparición de Dios al hombre en forma visible y corpórea. Esta aparición podía ocurrir en diferentes maneras y bajo distintas circunstancias. Entre las manifestaciones que encontramos en las Escrituras se pueden mencionar las siguientes: 1 ) En Éx. 24:10 donde Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y los setenta ancianos vieron una revelación de la gloria y persona de Dios; 2 ) en Éx. 33:11 donde Dios habló con Moisés cara a cara, lo que se habrá de entender por el contexto de los versículos 17-23; 3 ) en Is.6, Ez. 1 y Dn.7:9 donde se vio a Dios en una visión o sueño; 4 ) en Gn. 16:7 donde el Ángel de Jehová se le apareció a Agar; 5 ) en Éx. 14:19 donde Dios se manifestó en la columna de nube; 6 ) en Dt. 5:24 y en otras partes donde las Escrituras hablan de que los hombres han visto la gloria y grandeza de Yahveh Dios. La suprema revelación de Dios al hombre se halla en la encarnación de Jesucristo, quien fue hecho carne, y habitó entre nosotros (Jn. 1:14). T EOGONÍA. (Del gr. theogonía; de
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,
, Dios, y
,
origen). Generación y genealogía de los dioses. Constituye una forma teológica de las religiones politeístas, donde se trata de las leyendas de los orígenes de los dioses del paganismo. Hesíodo, uno de los más antiguos poetas griegos, escribió una obra titulada “Teogonía”, donde trata de decir cómo fue el origen de los antiguos dioses. ¿Quiénes son esos dioses? Conforme la revelación divina hay entidades espirituales que no son humanos; hay seres creados por Dios llamados ángeles; muchos de ellos cayeron y se conocen hoy como demonios; y en todas las culturas hay tradiciones incluso antediluvianas de la existencia y manifestaciones de esos seres, que a través del tiempo muchas de esas culturas han elevado a la categoría de dioses y semidioses, como los titanes mitológicos encerrados en el Tártaro, que guardan alguna similitud con los antiguos gigantes o nefilim, engendrados por la unión de ángeles con mujeres (Gé. 6:1-4), que por haber abandonado su propia morada, han sido guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día (2 Pe. 2:4; Jud. 6,7). T EOLOGÍA. (Del gr. ). Ciencia que trata de Dios y de sus atributos y perfecciones. 2 . El término «teología» aparece ya en los presocráticos y, con mayor precisión, en Platón, que lo aplicó a los mitos y leyendas de los dioses y para quien la teología es el paso del mito al logos, al descubrimiento de la verdad escondida en los mitos. El cristianismo aceptó este término en los siglos IV y V, con el significado de conocimiento cristiano acerca de Dios. En perspectiva cristiana, la teología se divide, según sus diversos métodos y objetos, en: 1. Teología natural y revelada. La teología natural se ciñe al análisis del concepto de Dios a la luz de los principios de la razón, independientemente de las verdades reveladas. La teología revelada parte de la doctrina comunicada por conducto sobrenatural. 2. Teología positiva. La dogmática que principalmente apoya y demuestra sus conclusiones con los principios, hechos y monumentos de la revelación cristiana. Investiga en la Escritura, la tradición y la liturgia. 3. Teología especulativa. Amplía los datos revelados con la reflexión filosófica y la comparación interna.
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4. Teología teorética o dogmática. La que trata de Dios y de sus atributos y perfecciones a la luz de las verdades reveladas; estudia las doctrinas y proclama la verdad, el dogma. 5. Teología práctica. Aplica la doctrina a los diversos campos: moral, espiritualidad, pastoral, etc. Modernamente, el estudio de ciertas realidades de la Revelación recibe la designación de teología, y así se habla de teología de la paz, del dolor, de la liberación, de la revolución, etc. Teología apologética. La que trata de hacer la defensa de las verdades reveladas. Le corresponde combatir el error y la incredulidad derribando y “refutando los argum entos que se levantan contra el conocimiento de Dios” (2 Co. 10:5). Teología ascética. Parte de la teología dogmática y moral que se refiere al ejercicio de las virtudes. Teología de la liberación. Movimiento cristiano que propone una nueva lectura del Evangelio, con un enfoque social y político influido por el marxismo. Teología escolástica. La dogmática que, partiendo de las verdades reveladas, colige sus conclusiones usando los principios y métodos de la filosofía escolástica. Teología mística. Parte de la teología dogmática y moral que se refiere a la perfección de la vida cristiana en las relaciones más íntimas que tiene la humana inteligencia con Dios. Teología moral. Ciencia que trata de las aplicaciones de los principios de la teología dogmática o natural a las acciones humanas. Teología pastoral. La que trata de la cura de almas. Teología histórica. Es la que trata de las diferentes etapas de la revelación divina, que incluye períodos históricos progresivos, cuyas etapas son: 1) El acontecimiento salvífico. 2) Su tradición oral con su registro pre-canónico o proto-canónico. 3) Selección de registros entre los canónicos y los no canónicos entre las distintas versiones. La historia del texto. Consolidación del registro canónico. 4) Proceso de entendimiento del pueblo de Dios acerca de la revelación bíblica. La historia de la teología arranca de los escritos 334
del Nuevo Testamento, que presentan diversas visiones del dato revelado (Juan, Pablo, Epístola a los Hebreos). Después de una etapa judeocristiana, los apologistas (s. II-III) inician la expresión del dogma en categorías helenísticas. El primer pensador que ensaya un sistema especulativo es Orígenes (s. III). En los s. IV y V se elabora la teología trinitaria (Atanasio, Basilio, Gregorio Nacianceno y Gregorio de Nisa en Oriente; Hilario y Agustín en Occidente). Agustín de Hipona sienta las bases de la teología latina. En el s. XI se inicia la escolástica, con un período agustiniano (Anselmo) y un período de influencia aristotélica (Tomás de Aquino). La Reforma protestante provocó en el catolicismo una reacción que cristalizó en la neoescolástica española (Vitoria, Cano, Suárez, Vázquez) y en la apologética (Belarmino). La moderna teología, protestante, ortodoxa y católica, es fundamentalmente bíblica y patrística, y se esfuerza en expresarse en las categorías del pensamiento actual. El más reciente ensayo de adaptación es la teología anglosajona de «la muerte de Dios», que sostiene la imposibilidad de seguir afirmando una noción de Dios ligada a concepciones antropológicas y metafísicas ya periclitadas. T EOPNEUSTIA. (Del gr. theopneustos, , inspirado por Dios, de Theos, Dios; pneo, respirar). Estudio teológico que se ocupa de la inspiración divina de la Biblia, y de las distintas teorías de la interpretación. Theopneustos se usa en 2 Timoteo 3:16 para referirse a las Escrituras en contraste a escritos no inspirados por el Espíritu Santo. T EORÉTICO. (Del lat. theoricus, y este del gr. ). Teórico. Perteneciente a la teoría. 2 . Fil. Que se dirige al conocimiento, no a la acción ni a la práctica. 3 . Estudio del conocimiento. T EOSOFÍA. (Del gr. , ciencia de Dios). Denominación que se da a diversas doctrinas religiosas y místicas, que creen estar iluminadas por la divinidad e íntimamente unidas con ella. 2 . Tendencia mística en la que se mezclan eclécticamente creencias religiosas, filosóficas y ocultistas (entre ellas la alquimia), de origen oriental. T EXTUS RECEPTUS. Significa el texto recibido del Nuevo Testamento. A raíz de la invención de la imprenta durante el 335
período del Renacimiento, y el descubrimiento de manuscritos antiguos, se imprimieron diversas versiones del Nuevo Testamento griego, pero con el inconveniente de que diferían entre sí. Esto llevó a los grandes eruditos a tratar de cotejar los diversos códices antiguos a fin de publicar un texto que incluyera el texto literal del mayor número de manuscritos. Fue así como se publicó el Nuevo Testamento de Erasmo (1516), que contenía en dos columnas el texto griego y el de la Vulgata revisado; y la Biblia Políglota Complutense (1522), del Cardenal Jiménez de Cisneros, con el texto griego del Nuevo Testamento y el latín de la Vulgata Latina de Jerónimo en sendas columnas paralelas. Estas dos publicaciones fueron usadas por Robert Stephanus, impresor erudito de París, para producir en 1550, una versión con diversas variantes marginales, cuyo texto fue reconocido como el textus receptus en la Gran Bretaña. En la edición de 1551 de Stephanus apareció por primera vez la división del texto en versículos. Teodoro Beza (1529-1605). sucesor de Calvino, hizo imprimir diez ediciones de la publicación de Stephanus, y en la correspondiente al año 1565 escribió un prefacio que decía: Textum ergo habes nunc ab omnibus receptum (“Tenéis, por tanto, el texto aceptado por todos”), que dio origen a la expresión arriba citada. También, en el siglo XVII, la familia Elzivir publicó varias ediciones del Nuevo Testamento usando como base el texto de Stephanus, y la segunda de estas ediciones (1633) se convierte en el textus receptus para el continente europeo. No obstante, el descubrimiento de nuevos códices ha dado lugar todavía a pequeñas variantes en el texto del Nuevo Testamento. T EÚRGIA. (Del gr. ). Especie de magia de los antiguos gentiles, mediante la cual pretendían tener comunicación con sus divinidades y operar prodigios. 2 . Se dice de lo que se relaciona con las obras de los dioses de las teogonías seculares. T OLEDOT. Palabra hebrea que significa relaciones, y tiene la connotación de descendientes, contemporáneos, generación, genealogía, registro familiar. También implica orígenes, posteridad, ascendencia, historia, relato, linaje. Génesis incluye los siguientes tôledôt:
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1. Tôledôt ha-sham ayim ve-ha-erets (estos son los orígenes de los cielos y de la tierra); Gé. 2:4a. 2. Sefer tôledôt Adam (el libro de las generaciones de Adán); Gé. 5:1. 3. Tôledôt Noé (las generaciones de Noé); Gé. 6:9. 4. Tôledôt beny Noé (las generaciones de los hijos de Noé); Gé. 10:1. 5. Tôledôt Sem (las generaciones de Sem); Gé. 11:10. 6. Tôledôt Taré (las generaciones de Taré); Gé. 11:27. 7. Tôledôt Ismael (los descendientes de Ismael); Gé. 25:12. 8. Tôledôt Isaac (los descendientes de Isaac); Gé. 25:19. 9. Tôledôt Esaú (las generaciones o linajes de Esaú); Gé. 36:1,9 10. Tôledôt Jacob (la historia de la familia de Jacob); Gé. 37:2. T ORÁ. (Del hebr. tôrah, enseñanza). Libro de la ley de los judíos. Dirección, instrucción, orientación. Es una de las palabras más importantes del Antiguo Testamento. Si se analiza con el antecedente del verbo yarah (lanzar, enseñar, disparar, señalar), se hace evidente que tôrah es mucho más que ley o que una serie de reglas. Tôrah no es restricción ni impedimento, sino todo lo contrario, el medio por el que se puede lograr una meta u objetivo. En su sentido más puro, tôrah se le dio a Israel para permitir que llegara a ser en realidad el pueblo especial de Dios y permaneciera como tal. Se podría decir que al guardar la tôrah, Israel se resguardaba. Es lamentable, pero Israel cayó en la trampa de guardar la tôrah como algo impuesto, un objeto en sí, en vez de ser un medio para llegar a lo que Dios se propuso con ella. El fin llegó a ser un medio. En vez de percibir la tôrah como una orientación, se desvirtuó en un cuerpo externo de reglamentos y, por tanto, una carga en lugar de un poder liberador y orientador. Esta carga, más el legalismo de la ley romana, forman el antecedente de la tradición de la ley que se discute en el Nuevo Testamento, en particular cuando Pablo lucha con ellos en su carta a la iglesia de Roma.
maestro transmite oralmente al discípulo. 3 . Traducción de la voz griega parádosis ( ), “cosa entregada”, transmisión abajo o adelante (relacionado con paradidomi, transmitir, entregar), denota tradición, y de ahí, por metonimia: a) las enseñanzas de los rabinos, sus interpretaciones de la ley, que por ellas quedaba virtualmente anulada (Mt. 15:2,3,6; Mr. 7:3,4,8,9,13; Gá. 1:14: Col. 2:8); b) la enseñanza apostólica (1 Co. 11:2), de instrucciones con respecto a las reuniones de los creyentes, instrucciones de mayor alcance que las ordenanzas en un sentido limitado; en 2 Ts. 2:15, de la doctrina cristiana en general, donde el empleo que hace el apóstol de la palabra constituye una negación de que lo que él predicaba se originara en sí mismo, y una afirmación de su autoridad de parte de Dios. Por otra parte, “el Concilio de Trento, decretó que además de las Escrituras, debía retenerse y en el mismo grado, como regla de fe, la “Tradición”, a saber, aquellas enseñanzas apostólicas las cuales aunque los apóstoles no las consignaron por escrito, fueron transmitidas a la Iglesia de una generación a otra por tradición oral, y luego, con el andar del tiempo, tomaron forma escrita en la obra de los padres de la Iglesia y en las decisiones de los concilios. Esta es una doctrina errónea, puesto que: 1 . El Evangelio no permite hacer caso a las tradiciones. Jesús reprochaba precisamente a los fariseos diciéndoles: “Vosotros habéis invalidado la palabra de Dios por vuestras tradiciones” (Mr. 7:13). “Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías diciendo: De labios me honran; mas su corazón está lejos de mí, enseñando doctrinas y mandamientos de hombres” (Mt. 15:7-9). Y san Pablo escribe: “Mirad que ninguno se engañe por filosofías y vanas sutilezas, según la tradición de los hom bres... y no según Cristo” (Col. 2:8). “Si alguien os anunciare otro evangelio del que hem os anunciado, sea anatema” (Gá. 1:8). 2 . El Evangelio es plenamente “suficiente” y bastante “claro” que no necesita tradición alguna para completarlo y explicarlo (Lc. 1:3-4; Slm. 119:105,139; 2 Co. 4:3-4; 2 Ti. 3:16).
T RADICIÓN. (Del lat. traditio, -onis). Transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación. 2 . Se refiere a la enseñanza que el
3 . Los mismos padres de la Iglesia no dan a la tradición la autoridad que la iglesia católica romana le otorga.
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Ireneo escribe: “Las Escrituras son perfectas, porque son la Palabra de Dios dictadas por su Espíritu; ‘solamente ellas son la tradición apostólica manifestada al mundo entero’ y mediante las cuales en la Iglesia se dirige claramente a quien desea conocer la verdad”. (Adv. Haer. III). Cipriano (Epíst. 71):”¡Qué orgullo y qué presunción colocar en el mismo nivel las tradiciones humanas y las ordenanzas divinas!“ Basilio (Ep. 283 ad Viduam): “Es una arrogancia criminal añadir algo a las Escrituras”. Jerónimo (Adv. Helv.): “Las cosas que se inventan bajo el nombre de tradición apostólica, sin la autoridad de las Escrituras, son castigadas con el estoque de Dios”. Crisóstomo (Mt. Hom. 49): “Perecerá aquel que recurre a otras cosas que no sea a las Sagradas Escrituras”. Agustín de Hipona ( De Doctr. Christ. II, 12): “Solamente me someto a la autoridad de los libros canónicos y nada más”.65 T RANSCENDENTAL. Que pertenece a la razón pura, a priori, anteriormente a toda experiencia: según Kant el espacio y el tiempo son dos conceptos transcendentales. 2 . Teol. La transcendencia divina significa que el ser de Dios es distinto del ser de la creación; el ser de Dios es propio de Dios mismo. Hay que tener en cuenta que Dios no tuvo principio, Dios no depende de la creación sino de sí mismo; Dios es autosuficiente. T RANSCENDENTE. Que trasciende. 2 . Fil. Que está más allá de los límites de cualquier conocimiento posible. «Dios es transcendente. Transcendente significa que Dios está más allá de la creación. Dios es antes de la creación; que la creación no existía y sólo existía Dios, y Él es distinto de la creación. La Palabra de Dios dice que Él es antes de todas las cosas, que Él es sobre todas las cosas, que todo proviene de Él, que todo es para Él, o sea, que Él transciende la creación. La transcendencia divina es bíblica. Cuando el todo llegue a su realización, esa realización termina a los pies de Dios y a partir de ahí sigue sólo Dios. Por eso el Dios transcendente del teísmo cristiano, el Dios bíblico, Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, no es el Dios panteísta de los misticismos orientales, de las religiones, porque para ellos Dios empieza y termina con la creación. Eso es negar la transcendencia».66
T RANSFORMACIÓN. (Del gr. , m etamorphosis, cambio de forma). Mudanza que hace alguien o algo de un estado a otro, como de la avaricia a la liberalidad o de la pobreza a la riqueza. Para una verdadera transformación espiritual, es necesario que Cristo sea formado en nosotros (Gl. 4:19). La transformación del creyente no se refiere a lo externo (aunque debe reflejarse) y pasajero, sino a lo interno y real. Incluye un cambio de carácter y conducta que se corresponda con la condición espiritual interior, a fin de que pueda darse una conformidad moral con Cristo. De manera que la transformación se opera en el alma del creyente mediante una renovación activada por el Espíritu. T RASMIGRACIÓN. Dicho de un alma: La acción de pasar de un cuerpo a otro, según opinan quienes creen en la metempsicosis. Ver Metempsicosis. T RASCENDENTAL. Que se comunica o extiende a otras cosas. 2 . Que es de suma importancia o gravedad, por sus probables consecuencias: un asunto trascendental. 3 . Fil. Se dice de los conceptos que se derivan del ser y se aplican a todos los entes. 4 . Fil. En el kantismo, se dice de lo que se refiere a la realidad pero excede de los límites de la experiencia. T RASCENDER. Exhalar olor muy subido y penetrante. empezar a divulgar o ser conocida una cosa: ha trascendido su proyecto. Extenderse los efectos de una cosa a otras. T RIBUNAL. Lugar destinado a los jueces para administrar justicia y pronunciar sentencias. El término griego bema ( ), se empleaba para denotar un lugar elevado, una tarima o plataforma, a la que se ascendía por unos peldaños, originalmente la que se encontraba en la colina Pnyx, donde estaba el lugar de asamblea; desde la plataforma se pronunciaba discursos. El término pasó a emplearse para designar a un tribuno, dos de los cuales eran provistos en los tribunales griegos: uno para la acusación y otro para la defensa. Se aplicaba al tribunal de un magistrado o gobernador
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Enciclopedia Ilustrada de Historia de la Iglesia. Vila-Santamaría, CLIE, 1979, pág. 545.
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Introducción a la Teología General. Gino Iafrancesco V. Pág. 59.
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romano (Mt. 27:19; Jn. 19:13; Hch. 12:21; 18:12,16, 17; 25:6,10,17). Tribunal de Cristo. En dos pasajes bíblicos, el término bema se emplea para designar el tribunal ante el que todos los creyentes (la Iglesia) deberán responder: Romanos 14:10 y 2 Corintios 5:10. En el primer pasaje, en los manuscritos más antiguos recibe el nombre de «tribunal de Dios»; y en el segundo recibe el nombre de «tribunal de Cristo». Ambos nombres son correctos teniendo en cuenta que Cristo es Dios, y además, el Padre le ha dado la ejecución de todo el juicio al Hijo (Jn. 5:22,27). Una vez que la iglesia sea arrebatada con ocasión del retorno del Señor Jesucristo y la resurrección de los santos, todos los creyentes nos uniremos con el Señor en las nubes, en el aire, posible lugar donde el Señor establecerá su bema,67 y en donde todos seremos manifiestos y juzgados, para que cada uno “reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Allí recibirán sus recompensas por su fidelidad al Señor y obediencia a la voluntad del Padre (Mt. 25:23; Mt. 7:21). Todo lo que en la vida del creyente haya sido contrario a la voluntad de Dios, toda obra cristiana que no apruebe el Señor, le significará una perdida (1 Co. 3:15); pérdida del galardón, pérdida del reino (no de la salvación), y sometimiento a una disciplina temporal; ese fuego seguramente indica castigo temporal para purificación (Mt. 5:25,26; 25:30). De manera que ante el tribunal de Cristo se determinará quiénes entrarán al reino dispensacional y quiénes no. El «tribunal de Cristo», ante el cual sólo comparecerán los creyentes, debe ser distinguido de otros tribunales de Dios, como el del «trono de gloria» premilenial (Mt. 25:31), donde serán juzgadas las naciones, y el del «gran trono blanco» postmilenial (Ap. 20:11), ante el que comparecerán sólo los muertos, después de la segunda resurrección. El tribunal de Cristo y el juicio disciplinario a los creyentes por sus obras es supremamente necesario (1 Pe. 4:17; Ef. 6:8), sobre todo para aquellos que no se han pasado por el fuego de la prueba y la disciplina en esta vida, a fin de tener una base firme para juzgar, en Su reino universal, a los que desobedecen Su evangelio y se rebelan 67
Puede ser también que todos descendamos con el Señor, y el juicio de la Iglesia se lleve a cabo en la tierra.
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contra Su gobierno. El tribunal de Cristo se llevará a cabo en Su parusía, esto es, Su presencia con sus santos después de Su regreso para recibirlos a Sí mismo. T ROPO. (Del gr. ). Ret. Procedimiento consistente en el empleo de las palabras en sentido que no es el que propiamente les corresponde, pero que tiene con éste alguna conexión, correspondencia o semejanza. El tropo comprende la sinécdoque, la metonimia y la metáfora en todas sus variedades. T URÍBULO. (Del lat. turibulum; de tus, turis, incienso). Incensario.
U ULTRAMONTANISMO. Conjunto de las doctrinas y opiniones de los ultramontanos, quienes opinan sistemáticamente en contra de la autonomía del poder civil respecto a la iglesia y a la intervención del mismo en los asuntos eclesiásticos. Surgieron en el siglo XVII. Los católicos ultramontanos permanecieron fielmente adheridos a la idea de que el papa tenía una autoridad eclesiástica superior a todos los reyes, y que sus enseñanzas eran infalibles; lo que preparó el terreno para el Syllabus de Pío IX, la proclamación de la infalibilidad papal en el Concilio Vaticano I. UNIGÉNITO. (Del lat. unigénitus). Se dice del hijo único. 2 . Por antonomasia, el Verbo eterno, Hijo de Dios, que es unigénito del Padre. 3 . Traducción de la voz griega monogenés (único de su género), usada comúnmente para designar a un hijo único. El NT reconoce claramente que Jesús tiene una relación única con el Padre; es Hijo de Dios y preexistente (He. 1:2). Pero sólo Juan le da expresamente el título de unigénito (1:14,18; 3:16,18; 1 Jn. 4:9), siempre con el doble sentido de “hijo único” e “hijo amado”. Jesús es el único que puede revelar plenamente al Padre. “Nadie ha visto jamás a Dios, sino el unigénito, que es Dios (tal es la interpretación del texto original de Juan 1:18), que está en el seno del Padre”. En los textos en que la misión del Hijo de Dios se pone en relación con su muerte, el título de unigénito conserva su sentido fundamental de 342
“único”, pero tiene una gran matiz afectivo (Jn. 3:16). El unigénito ha salido de Dios (1 Jn. 4:9), pero de manera singularísima y distinta de cómo nacen de Dios los creyentes (Jn. 1:13). Sin embargo. Juan no explica en conceptos, sino que deja en el misterio esa manera única en que el unigénito ha procedido del Padre. Cristo es a la vez el unigénito del Padre y el primogénito entre muchos hermanos. Vemos en Juan 12:24 el Unigénito declarando que debe morir para dar fruto, para poder convertirse en el primogénito (Ro. 8:29); luego en Juan 20:17, después de su resurrección, ya lo ha logrado. UNIÓN HIPOSTÁTICA. Teol. Término con que se designa la unión y la unidad estable de la naturaleza humana con la persona (hipóstasis) divina del Logos en el misterio de la Encarnación. La unión hipostática respecto de la encarnación del Verbo de Dios en la Persona de Jesucristo, la formuló el Concilio de Calcedonia en el año 451, declarando que “lo reconoce en sus dos naturalezas, inconfundib le s , in ca m b ia b le s , in d ivis ib le s e in s e p a ra b le s ; e s ta s naturalezas se distinguen en que no se p ie rd e n p or la u n ión , s in o q u e m á s b ie n la p rop ie d a d d e ca d a u n a d e e lla s s e p re s e rva , y e n que concurren en una persona y en una Subsistencia, no repartidas o divididas entre dos personas”. Esta declaración fue formulada
procurando conservar la verdad en contra de diferentes conceptos heréticos. Expone, pues, la fe de la Iglesia primitiva respecto a la Persona de Cristo, pero no intenta explicar el misterio que envuelve, un misterio que no es susceptible de explicación natural o psicológica. La encarnación del Verbo de Dios es el milagro de los milagros. Véase Hipóstasis. UNIÓN MÍSTICA. Teol. Último grado de la vida mística; máxima vinculación posible con Dios. Se aplica a la relación de la Iglesia (cuerpo místico de Cristo) con el Señor. Para participar plenamente de los beneficios de la obra redentora de Cristo, el creyente debe permanecer en una íntima unión y comunión con Cristo. En el terreno subjetivo, la unión entre Cristo y los creyentes se efectúa por el Espíritu Santo de una manera misteriosa y sobrenatural. Ver Misticismo. UNIVERSALES. La mayoría de expresiones del lenguaje cotidiano 343
(si exceptuamos los nombres propios) se refieren a universales. Plantearse qué significan los universales es un problema básico de toda filosofía, y especialmente de toda consideración del conocimiento. Esto último explica su importancia y vigencia. Se planteó –y se dieron soluciones– en el mundo griego, y particularmente en la filosofía medieval. Todavía hoy las posturas ante los universales dividen a pensadores y escuelas. El problema de los universales ha originado básicamente tres posturas: el realismo (exagerado o moderado), el conceptualismo y el nominalismo. Dice Gino Iafrancesco: “En Filosofía se habla de los universales. Los universales son conceptos que se refieren no a una criatura en particular, sino a una especie de común denominador abstracto. Una abstracción de cosas. Por ejemplo, existe este árbol, aquel árbol, este otro árbol, aquel otro árbol, muchísimos árboles concretos, específicos, pero existe un concepto que unifica a todos esos seres que es el concepto de árbol. El concepto de árbol, aunque este es de naranja, este es de aguacate, este es de romero, este no es de frutas, pero tiene flores”.68 UTILITARISMO. Doctrina filosófica moderna que considera la utilidad como principio de la moral. 2 . Actitud que valora exageradamente la utilidad y antepone a todo su consecución. 3 . Nombre que se aplica a toda filosofía o ética que considere como valor supremo o bien sumo la utilidad, entendiéndola no en un sentido egoísta, sino como aquello que resulte más fecundo en el terreno del conocimiento (utilitarismo epistemológico) o más conveniente para la consecución de un mayor bienestar para los hombres (utilitarismo moral). En economía política, se dice de la identificación del bien con la satisfacción de las necesidades.
V VIRTUAL. (Del lat. virtus, fuerza, virtud). Que tiene virtud para producir un efecto, aunque no lo produce de presente. Usado frecuentemente en oposición a efectivo o real. 2 . Implícito, tácito. 68
Gino Iafrancesco V., Los Misterios de Dios.
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3 . Fis. Que tiene existencias aparente y no real. VIRTUD. Actividad o fuerza de las cosas para producir o causar sus efectos. 2 . Fuerza, vigor o valor. 3 . Poder o potestad de obrar. 3 . Término que esencialmente denota el conjunto de cualidades tales como la moralidad, la bondad, el valor, que caracterizan a una persona o cosa, y por lo cual adquiere renombre, excelencia o alabanza (Éx. 18:21,25; Flp. 4:8; 1 Pe. 2:9; 2 Pe. 1:5). En Filipenses y 2 Pedro, la virtud parece ser una energía esencial en el ejercicio de la fe. El griego aretás (virtudes en 1 Pe. 2:9) tiene el mismo sentido que le da el latín al vocablo virtus: algo que implica excelencia, valor y hasta heroísmo; proezas. El vocablo virtud procede del latín vir, varón; de donde virtud es un signo de virilidad en su connotación de algo prodigioso, digno de varones fuertes. La voz griega areté ( ) denota propiamente todo aquello que procura una estimación preeminente para una persona o cosa; de ahí, eminencia intrínseca, bondad moral, virtud. VIVIFICACIÓN. Acción y efecto de dar vida. “En Cristo todos serán vivificados” (1 Co. 15:22). Aquí el original griego usa el verbo zoopoieo ( ) para designar que todos los que creen en Cristo serán vivificados. El nombre griego zoe ( ) se emplea en el Nuevo Testamento de la vida como un principio, vida en el sentido absoluto, vida como la tiene Dios, aquello que el Padre tiene en sí mismo, y que Él dio al Hijo encarnado que tuviera vida en sí mismo (Jn. 5:26), y que el Hijo manifestó en el mundo (1 Jn. 1:2). El hombre ha quedado alineado de esta vida a causa de la caída (Ef. 4:18), y de esta vida los hombres llegan a ser participantes mediante la fe en nuestro Señor Jesucristo (Jn. 3:15), que viene a ser su autor para todos los que confían en Él (Hch. 3:15), y que por ello es designado como “la vida” del creyente (Col. 3:4). La vida eterna es la posesión presente y real del creyente debido a su relación con Cristo (Jn. 5:24; 1 Jn. 3:14). Que en la medida que opera el crecimiento espiritual del creyente va extendiendo su dominio a la esfera del alma (Ef. 3:14-20; Mt. 16:24-26); y un día también extenderá su dominio a la esfera del cuerpo, lo cual queda garantizado por la resurrección de Cristo (2 Co. 5:4; 2 Ti. 1:10). Nuestro ser humano está compuesto por tres partes: espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23; He. 4:12), y cada parte 345
(en el caso de los creyentes) posee su propia vida diferente. Psuque es la vida individual (la del alma, la psicológica, donde está la personalidad del individuo), el ser vivo, en tanto que zoe es la vida de Dios que viene a nuestro espíritu cuando creemos. “Él (Dios) es quien preservó la vida (zoe) a nuestra alma (psuque)” (Slm. 66:9). Bios es la vida del cuerpo, la biológica. En tanto que zoe es vida intensiva, bios es vida extensiva. En las Escrituras, zoe es la palabra más noble expresando, como lo hace constantemente, todo lo más excelso y mejor que los santos poseen en Dios. VIVISMO. Sistema filosófico del español Juan Luis Vives (14921540), caracterizado por su tendencia a armonizar los dogmas cristianos con las doctrinas aristotélicas y platónicas, pero independientemente del escolasticismo. Vives estudió en París y fue profesor en Lovaina y Oxford. Figura cumbre del humanismo español, dentro del humanismo renacentista europeo. Criticó duramente el abuso que el escolasticismo hacía de la dialéctica hasta el punto de convertir las ciencias naturales en metafísica. Para solucionar este problema propuso un estudio crítico del objeto y campo de investigación de cada ciencia, abandonando el método deductivo para regresar al verdadero método aristotélico. Se le ha considerado un precursor de la filosofía empírica y de la moderna psicología de la observación. Obras principales: De disciplinis (1531), que incluye el De causis corruptarum artium y el De tradendis disciplinis; De anima et vita (ca. 1538, tratado de psicología).
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- Introducción a la Teología General. Gino Iafrancesco V. - La Deidad de Cristo. Evis L. Carballosa. Ed. Portavoz. 1982. - La Iglesia de Jesucristo. Una Perspectiva Histórico-Profética. Arcadio Sierra Díaz, 1998. - Los Misterios de Dios. Gino Iafrancesco. 1992. - Los Vencedores y el Reino Milenario. Arcadio Sierra Díaz. 1999. BIBLIOGRAFÍA - Breve Panorámica de Prolegómenos a la Teología. Gino Iafrancesco V. - 1996
- Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia. Wilton M. Nelson y Juan Rojas Mayo. Editorial Caribe. 1998. - Perspectiva del Hombre. Un opúsculo antropológico. Gino Iafrancesco V. Editorial Buena Semilla, Bogotá. 1978.
- Colectánea I. Gino Iafrancesco V.
- Provisiones tras la cruz. Gino Iafrancesco V.
- Comentario Bíblico. Matthew Henry. CLIE
- Roma y la Profecía de Daniel. Gino Iafrancesco V. Ed. 2003.
- Diccionario de la Lengua Española. RAE. 2001. - Diccionario Enciclopédico Salvat. 1994. - Diccionario Expositivo Vine. W.E. Vine. Caribe. 1999. - Diccionario teórico-ideológico. Mario Sabbatini. Ferruccio Rossi-Landi, Augusto Illuminati, Antonio Melis, Giuseppe Di Siene. Ed. Galerna. Bs Aires. 1970.
- Rumbo a la ocupación mundial. Gary H. Kah. Editorial Unilit. 1996. - Teogonía, trabajos y días. Hesíodo. Cardenal Ediciones, S.A. - Teología Sistemática . Louis Berkhof. - Una visión profética para el siglo 21. Rick Joyner. Betania. 1999.
- El Nuevo Testamento, Versión Recobro. LSM. 1994. - Enciclopedia Ilustrada de Historia de la Iglesia. Vila y Santamaría. CLIE, 1979. - Escuela de la Obra Cristiana. Gino Iafrancesco V. - Estudiando y comprendiendo la Biblia. C. Hugo Zorrilla. Ediciones Semilla. Guatemala. 1989. - Fundamentos. Gino Iafrancesco V. Buena Semilla. 1983 - Hermenéutica Bíblica. José M. Martínez. Ed. CLIE. - Historia del Cristianismo. Kenneth Scott Laourette. CBP. 1979. - Historia del Pensamiento Cristiano. Justo I. González. Tomo I. - Historia del pueblo judío. Werner Keller. Ediciones Omega, Madrid. 1985. Dos tomos. - Historia Universal - Los siglos del gótico. C. de L., 1984. 347
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