Experiencia Grupo Bíblico “Por el camino de Emaús” Parroquia La Inmaculada. La Floresta. Medellín, Colombia .Lectio Divina, Palabra para la Liturgia Dominical. Año 2014

“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)

LOS CUATRO PASOS DE LA LECTIO DIVINA QUE FUNCIONAN COMO UNA ESCALERA QUE ELEVAN EL CORAZÓN A DIOS 1. Lectio: Lectura, ¿Qué dice la Palabra de Dios? Lectio o lectura: Escuchamos a Dios: Dios habla en la Sagrada Escritura. Nos fijamos en el mensaje que el texto bíblico contiene. Teniendo presente que este mensaje es palabra “viva y eficaz, más cortante que una espada de dos filos” que discierne “los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4,12). Es el momento de la lectura

atenta del texto bíblico. Es necesario escudriñar lo que dice, y una vez que se comprende se puede pasar con certeza al segundo paso. Pueden ayudarme preguntas

como: ¿Qué dice este pasaje bíblico? ¿Quién habla? ¿Qué temas o argumentos trata? ¿Cuáles son los personajes allí implicados? ¿Cuál es el contexto: persecución, sufrimiento, alegría, esperanza, desprendimiento, felicidad…? ¿Cuáles son los sentimientos y actitudes de los actores?

2. Meditatio: Meditación. ¿Qué me dice esta Palabra? Dios habla para la vida: su mensaje nos interpela, nos ilumina nuestra vida y nos muestra el camino a seguir. El mensaje de la Palabra penetra en el corazón. Aquí el orante profundiza. Interioriza el sentido de: las expresiones, las escenas, los personajes con sus situaciones y realidades, la expresión más impactante, la más diciente, lo más relevante que toca la vida de fe. La experiencia humana es iluminada por la experiencia de fe.

3. Oratio: Oración. ¿Qué me hace decir esta Palabra? Es el momento en el cual se ora con el texto. Con la oración se responde a Dios, en un diálogo con Dios, a su invitación al cambio de actitud, de afianzamiento de las actitudes evangélicas. Para orar lo mejor es responder a la pregunta ¿Qué me hace decir este texto. Se expresan los sentimientos, las decisiones, la confrontación hecha por la palabra de Dios que se encuentra en el texto bíblico para mi mente y mi corazón. ¿Cómo responde mi corazón al Señor? La vida personal o comunidad orante se ofrece a Dios, celebrando la

fe, ya sea alabando, bendiciendo, glorificando, dando gracias, pidiendo…Ponte en posición orante (por ejemplo: de rodillas, o con las manos abiertas hacia arriba sobre las rodillas…) lo imprescindible es sentir la presencia de Jesucristo. 4. Contemplación: ¿Cómo me ayuda esta Palabra a encontrarme con Jesús? ¿Qué actitudes y vivencias cristianas? La Palabra se contempla para vivirla, es el momento del enamoramiento de la Palabra. Me permite llevar los ecos, las resonancias y las decisiones de la oración. Me ayudan preguntas como ¿Qué decisión me sugiere el texto? ¿Qué cambio necesito asumir? ¿Qué acciones sugiere? Es necesario formular las vivencias y actitudes que despiertan este encuentro con el Señor y que me impulsan a revisar mi vida de fe, mi encuentro con Jesucristo. Una vez que se ha dejado permear por el pensamiento de Dios, surgen las actitudes cristinas que suscitan este encuentro.

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Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero

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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA 16 DE MARZO DE 2014 Invocación del Espíritu Santo por medio de un canto, una oración que ayuden a entrar en un ambiente de recogimiento y reflexión. Empezar hacer la Lectio Divina por el Evangelio ayuda a comprender mejor el pensamiento que nos ofrece la Palabra de Dios en los textos bíblicos de cada domínica. No es el único, pero orienta hacer la lectura orante de la palabra desde el mismo Jesucristo, Verbo Divino. (Cfr. Preludio Evangelio de San Juan). Es necesario tener bien presente los cuatro pasos: Lectio, Meditatio, Oratio, Contemplatio. Las preguntas son las que ayudan a generar y motivar el diálogo, fortaleciéndonos en el camino de la fe, nos orientan para comprender la relación de las experiencias humanas con la experiencia de fe. 1. Lectio: Lectura, ¿Qué dice la Palabra de Dios?: tendremos en cuenta el contexto bíblico, el texto en sí, las asociación con las otras lecturas hasta donde sea posible y el contexto litúrgico.

Primera lectura: Génesis 12,1-4a Salmo: 33(32), 4-5.18-20.22 Segunda lectura: 2 Timoteo 1,8b-10 Evangelio: San Mateo 17,1-9 Contexto Bíblico: El evangelio comienza con una referencia temporal: “seis días después”. ¿Seis días después de qué? (Cfr Mateo 6,15-16.21.24-28) Así pues: 1. De la confesión de Pedro en Cesarea: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios Vivo”. Aquella confesión, según Jesús, no se la había revelado a Pedro ni la carne ni la sangre, sino el Padre que está en el cielo (“Nadie puede venir a mí si el Padre no lo atrae”; “Nadie puede decir 'Jesús es Señor' sino por medio del Espíritu”). Pero, inmediatamente, Jesús se pone a decir cómo es ese mesianismo confesado por Pedro: no político, que triunfa mediante la fuerza o el poder. Sino un mesianismo de servicio y de entrega hasta el extremo. El Mesías es el Siervo de Yahveh, que debe padecer mucho, morir y resucitar al tercer día. Y 2. Así pues, seis días después del primer anuncio de la pasión, camino de Jerusalén (Mt 16,21), y después de las palabras de Jesús: “Si alguno

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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)

quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y me siga”, tan realistas e impactantes para todo discípulo(a), el Maestro tomó a Pedro, Santiago y Juan y se los llevó a un monte alto.

El texto: Destacaremos en el evangelio: la introducción, el tema central, las tres escenas determinantes y la recomendación. Introducción: v 1: el lugar, los personajes, el tiempo, la circunstancia (4,1-2) ¿Quiénes son los elegidos? ¿Qué puedes decir de cada uno? ¿Cuáles son las características del escenario? ¿Qué significado tiene en la Biblia?1

El tema central del evangelio. v 2: ¿Qué sucede el séptimo día? (Cfr. 17,1-2) ¿Qué entendemos por transfiguración? ¿Cuáles son las señales de la transfiguración de Jesús? Las tres escenas determinantes: Primera: Jesús y los personajes del Antiguo Testamento: vv 3- 4. ¿Qué sabemos de cada uno de los personajes del Antiguo Testamento que aparecen hablando con Jesús? ¿Cuáles son los verbos de la expresión de Pedro? Segunda vv: 5-6. ¿Qué vieron los discípulos de Jesús? ¿Cuál es el sentido y significado de la nube en la Biblia. (Cfr. Ex 24,16)2 ¿Cuáles son los verbos de la expresión que oyeron los discípulos de Jesús? ¿Cuáles son los verbos de la reacción de los discípulos? ¿Cuándo has tenido la experiencia de miedo, que has hecho? Tercera: v 7-8 ¿Cuáles son los verbos de las acciones que realiza Jesús? ¿Cuáles son los verbos de las acciones de los discípulos? Recomendación: v 9: Cuál es la escena más impactante? ¿Por qué? ¿Qué revelación hace Dios Padre? ¿Por qué la Transfiguración de Jesús es una revelación? ¿Qué sentido tienen las palabras de Jesús?

El monte alto, como el desierto, es un lugar de encuentro privilegiado con Dios (Cfr Moisés en el Sinaí, Éx 19,20; 24,12ss; 34,1ss; Elías en el Horeb, 1 Re 19,8ss). Pero además, el monte alto tiene, en Mateo, otras resonancias: evoca el monte alto al que Satanás llevó al Hijo de Dios para ofrecerle el dominio del mundo, en el relato de las tentaciones. El episodio del Tabor es una contraimagen positiva de ese otro episodio. Y de la misma manera que en aquel monte Jesús eligió la obediencia filial al Padre, aquí, en este monte, la voz del Padre va a proclamarlo nuevamente: “este es mi Hijo amado…” 2 “La gloria del Señor descansó sobre el monte Sinaí y la nube lo cubrió por seis días” En la peregrinación por el desierto la “nube” acompaña y guía a Moisés y al pueblo, se posó en la Tienda del encuentro y la gloria de Dios llenó su morada (Éxodo 40,35) 1

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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)

Mateo 17,1-9 Transfiguración de Jesús. El evangelista resalta en este relato varios elementos que le son propios: los títulos “Hijo de Dios”, en el que Mateo insiste a lo largo de todo su evangelio y de “Señor”, así como el sentido y significado del sufrimiento y la gloria de Jesús, dos dimensiones inseparables de su acción redentora. Jesús es el Maestro que habla y enseña a sus discípulos, percibe el desanimo causado por el anuncio de su pasión y las consecuencias de su seguimiento y, como tal, los educa sobre como asumir el camino pascual. Con la transfiguración da una palabra de ánimo, pues en ella se manifiesta su gloria y se anticipa su victoria sobre la cruz; es un evento que ellos necesitan saber interpretarlo y al final ser sus testigos. Su propósito es acrecentar la fe de los discípulos a través de la contemplación de su victoria sobre la muerte. Los destinatarios son por lo tanto los discípulos que lo acompañan y, en la mente del evangelista, también a todos los que leen el evangelio. Como en las Tentaciones, hay alusiones al Antiguo Testamento, sobre todo a la subida de Moisés a la montaña (Cfr. Ex 24,16; 34,29). Moisés y Elías representan la Antigua Alianza. El primero la Ley y el segundo, los profetas. Jesús es en Mateo el “Nuevo Moisés”, viene a erigir la Nueva Alianza, es más que el legislador y un profeta, es el Hijo de Dios. La Pascua de Jesús relee los anuncios del Antiguo Testamento y, Moisés y Elías son los testigos. Además de Jesús ser el Maestro, es el Señor, penetrado por la luz de Dios y envuelto en la nube (signos de la presencia divina Cfr. Ex 19,9; 34,29-35). Pedro le dice “Señor” es como un grito de clamor, de oración. Es la expresión de gozo indecible ante el éxtasis de la gloria; de ahí sus deseos de retener la escena y permanecer allí. Dios quiso retirar el velo tras el cual se esconde el misterio de Jesús. La voz de la nube constituye el punto eminente de la escena. Mateo ha puesto en el relato de la Transfiguración un perfecto paralelo de Mateo 3,17 “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. Los discípulos caen en tierra ante Él. Es la actitud de adoración ante el Señor. Y el temor religioso que surge del pensamiento y conciencia de estar ante Dios, sentir la distancia con Él y su indignidad ante semejante santidad; un temor que es superado gracias a la presencia y la palabra de Jesús: no tengan miedo (Cfr. v 7), los discípulos vuelven a la realidad terrena, gracias a la ayuda que les da Jesús.

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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)

El mensaje de esta narración y la finalidad perseguida por el evangelista es que todo lo esperado para el futuro se ha hecho realidad en el presente, en la persona de Jesús. El relato invita también a superar la tentación de un mesianismo glorioso y fácil, animando a los discípulos a emprender con Jesús el camino de la obediencia a la voluntad del Padre. Asociación con las otras lecturas de hoy: ¿Según el evangelio, cómo se perpetua la promesa de bendición hecha a Abraham? ¿Cómo se cumple el salmo? ¿Y en los zapatos de Timoteo, cómo hacer vida la transfiguración del Señor Jesús’ ¿Y por qué?

Contexto litúrgico: El segundo domingo de Cuaresma, la liturgia de la Palabra nos propone todos los años, en los tres ciclos, el relato de la transfiguración de Jesús .La semana pasada, la Palabra nos llevaba al desierto con Jesús, y nos confrontaba con las tentaciones, el pecado y la desarmonía que convive con la bondad en todo corazón humano. El símbolo por excelencia de la Cuaresma es el desierto en el que Israel y Jesús caminan hacia su tierra prometida. Por eso puede parecer extraño que hoy la Palabra nos arrastre hacia otro escenario completamente diferente, positivo y luminoso: el monte Tabor. ¿Qué pretende hacer esta Palabra en nosotros? ¿Por qué camino quiere conducirnos? Esta Palabra con la primera lectura nos invita a recorrer el camino cuaresmal con la esperanza de recibir las bendiciones prometidas a Abraham, con el Salmo a esperar que la misericordia del Señor nos saque de las situaciones de muerte y de hambre, tan reales hoy; para eso ha venido Jesucristo, el salvador como se lo afirma San Pablo a Timoteo en la segunda lectura. Pues necesito estar en el puesto de Timoteo hoy y recibir esta consoladora y esperanzadora palabra. Y con el evangelio animar este camino de fe de la cuaresma con la certeza que Jesucristo trasfigura la vida de quienes creemos en Él. ¿Te encuentras ahí?

1. Meditatio: Meditación. ¿Qué me dice esta Palabra? Centrados en el texto del Evangelio y teniendo en cuenta las demás lecturas:

 ¿Qué significa para mi vida de fe la Transfiguración de Jesús?  ¿Con cuál de los personajes del relato evangélico me identifico más? ¿Por qué?  ¿Qué me queda resonando en mi oído y en mi corazón del evangelio?  ¿Qué sentido tiene leer este evangelio en tiempo de cuaresma?  ¿Cómo vivir hoy, en este tiempo de Cuaresma la Transfiguración? 5

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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)

 Si me pongo en el puesto de Abraham, ¿qué mensaje encuentro para este tiempo de cuaresma? ¿qué me ilumina?  Según los personajes de la segunda lectura: Si fueras San Pablo qué mensaje darías hoy? ¿A quién? O sea quién sería Timoteo?  ¿Me ha ayudado esta Palabra para mi encuentro con el Señor hoy? ¿Cómo lo sé?

3. Oratio: Oración. ¿Qué me hace decir esta Palabra? Ponte en posición orante (por ejemplo: de rodillas, o con las manos abiertas hacia arriba sobre las rodillas…lo imprescindible es sentir serenamente la presencia de Jesucristo.)

Señor Jesús, ¡Que hermoso! es contemplar tu gloria, las maravillas que has hecho y haces cada día conmigo, tu presencia a través de esta palabra me anima a seguir caminando como discípula (o), con ella iluminas mis caminos en este mundo, mostrándome el resplandor de tu misericordia. Señor Jesús, gracias por la invitación a dejarme transfigurar por tu pasión, muerte y resurrección. Bendito y alabado seas Señor de la gloria, Bendito y alabado seas Señor de la luz, Bendito y alabado seas Señor de la nube luminosa. ¡Su rostro se puso brillante como el sol! Bendito y alabado seas Señor de la Transfiguración. Bendito y alabado seas Señor de la nueva Alianza. ¡Su rostro se puso brillante como el sol! Bendito y alabado Seas Señor de la santidad. ¡Su rostro se puso brillante como el sol! (Oraciones espontaneas…) Padrenuestro. Abrazo de paz. Un canto final de alabanza anima bastante.

4. Contemplación: ¿Cómo me ayuda esta Palabra a encontrarme con Jesús? ¿Qué actitudes y vivencias cristianas? Me impacta y causa profunda admiración, reverencia y adoración: 6

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“Por el camino nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan” (Cfr Lc. 24,13-32)

La imagen de Jesús transfigurado, quien con su majestuoso resplandor cautiva, motiva e invita a caer a sus pies reverentes: pues es el Hijo amado de Dios. ¡Qué bien se está cuando estamos con el Señor, cuando estamos con Dios! ¡Qué cómodo, que plenitud, qué paz! Jesús ha ganado para nosotros esta Vida Eterna, pero para alcanzarla, hemos de escoger seguirlo, aun a costa de nuestras propias vidas. Como Él mismo, tendremos que asumir nuestra Pasión y cumplir la Voluntad de nuestro Padre, para Resucitar y Vivir Eternamente. Esto es lo que nos revela Jesús y lo que confirma en este bello y misterioso episodio de la Transfiguración. Este es un llamado a la fe, en el que Dios mismo se manifiesta y nos presenta a Jesús, su Hijo amado y nos dice lo que hemos de hacer: escucharle! Me dispongo para ello con esta cuaresma. Tendré presente que: La fe en Jesús y la comprensión de sus palabras son los rasgos que caracterizan al verdadero discípulo (hombre-mujer) en este evangelio. A través de los discípulos, Mateo propone a su comunidad un modelo a seguir, un estilo de vida para que también ellos y hoy nosotros, sepamos colocarnos detrás de Jesús con un corazón abierto y una fe incondicional. Con la certeza que con su pasión, muerte y resurrección Jesucristo nos transfigura para que brille la vida y la inmortalidad a través de su evangelio. A mi misma(o): Señor, para vivir este tiempo de cuaresma, con la mejor voluntad me pongo en tus manos para que me concedas la gracia de ser testigo de la transfiguración que haces en mí con tu palabra. Repetiré: “Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenle!” La lectura orante de la Sagrada Escritura es mi apoyo. ¿Y tú?

5. Escríbelo… te ayuda bastante.

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