Los cuentos de hadas en un psicoanálisis infantil; un estudio de caso de una niña con una severa neurosis

Los cuentos de hadas en un psicoanálisis infantil; un estudio de caso de una niña con una severa neurosis. Alfredo RAMÍREZ RÍOS A pesar de que el est

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Los cuentos de hadas en un psicoanálisis infantil; un estudio de caso de una niña con una severa neurosis. Alfredo RAMÍREZ RÍOS

A pesar de que el estudio más representativo en psicoanálisis acerca de los cuentos de hadas se publicó hace casi cuatro décadas, en el afamado libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas (Bettelheim, 1975), el análisis del contenido inconsciente de estas obras literarias, y su relación respecto a la psicología infantil, se ha mantenido vigente hasta nuestros días. Tras revisar bibliografía relacionada con los cuentos de hadas y el psicoanálisis, abundan más los textos que se abocan a la interpretación de su simbolismo, posiblemente obedeciendo a la tradición prínceps del fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, de utilizar los mitos como auxiliares explicativos de sus concepciones metapsicológicas. En contraste, son escasos los textos donde se exponga el uso de este tipo de literatura como instrumento terapéutico. Si bien existen dichos textos, este estudio de la praxis se encuentra generalmente opacado por algún otro objetivo. Sigmund Freud (1909) los utilizó para dilucidar los sueños del Hombre de los lobos; Melanie Klein (1921), leyó a Fritz cuentos de los hermanos Grimm, concluyendo que, con la ayuda del análisis, no hay necesidad de evitar estos cuentos, sino que pueden usarse directamente como norma y como recurso; Verena Kast (2001) realiza un análisis de los arquetipos del cuento La ondina del estanque, de los hermanos Grimm, y expuso brevemente su uso con una paciente cuyo motivo de consulta eran problemas conyugales; por último, Gerardo Gutiérrez (1993), desde una perspectiva lacaniana, se planteó esclarecer el inconsciente del texto, su fantasma, de diversos cuentos de los Grimm, de Afanásiev, de Calvino y de Perrault. De este modo, si la bibliografía que aborde la praxis de los cuentos de hadas como instrumento terapéutico en general es escaza, resulta obvio concluir que su uso dentro del psicoanálisis de tipo kleiniano está todavía más restringido. Es bajo esta luz, y en el entendido de desear fortalecer lo que nosotros suponemos un punto débil dentro de este tema, que decidimos emprender una investigación que girara alrededor de la siguiente pregunta: ¿De qué manera la lectura de cuentos de hadas contribuye, como instrumento terapéutico, en un caso de neurosis infantil, bajo la psicoterapia de mediano plazo de orientación kleiniana? Nuestro supuesto hipotético es que la lectura de este tipo de literatura en psicoanálisis de niños favorece la elaboración de ansiedades persecutorias y depresivas. Este trabajo aspira a contribuir al campo del psicoanálisis al: 1) ampliar la bibliografía dedicada exclusivamente al estudio de un caso que evalúe la relación entre la lectura de cuentos de hadas y la resolución de conflictos intrapsíquicos; y 2) en caso de arrojar datos favorables a la hipótesis de investigación, podría ser un antecedente para la constitución y solidificación de este instrumento para la labor terapéutica en el campo de la psicoterapia infantil.

Para cumplir con nuestro propósito, nos apegamos al enfoque cualitativo, basado en el paradigma fenomenológico-hermenéutico. Se trabajó bajo el diseño de teoría fundamentada, pues la investigación acometió a desarrollar una teoría basada en datos empíricos que se aplique a áreas específicas; en este caso, se pretendió explicar, en un nivel conceptual, una acción y una interacción, generando una teoría sustancial de naturaleza local: Teoría sobre la lectura de cuentos de hadas para elaborar ansiedades paranoides y depresivas, en psicoterapia infantil de mediano plazo con orientación kleiniana. El muestro fue no probabilístico, de sujeto-tipo. Gretel, la paciente con la que se llevó a cabo esta investigación, es una niña de siete años que padecía de una severa neurosis. Sus síntomas eran: problemas para ingerir alimentos, juego inhibido, inhibición intelectual, comportamiento negativista desafiante hacia figuras de autoridad, agresividad frente a sus compañeros de escuela, enuresis, encopresis, susceptibilidad a las enfermedades somáticas, propensión a sufrir de accidentes, irritabilidad, y un particular constante estado de tristeza. Los métodos de recolección de datos que se utilizaron fueron: a) Entrevista a la madre de Gretel; b) Entrevista a Gretel, que consistió en la aplicación de las pruebas proyectivas CAT, Test de la figura humana y Test del dibujo de la familia; c) Observación participante; d) El método del psicoanálisis; y e) Los cuentos de hadas de los hermanos Grimm. Los instrumentos utilizados fueron: a) Formato de entrevista semi-estructurada; b) Bitácora de análisis, donde se anotó: 1) La hora de entrada y salida del consultorio; 2) Personas que entraron al consultorio; 3) Cuento leído en la sesión; 4) Verbalizaciones, juegos, manierismos, tono de voz, modales, y comportamiento en general de la paciente; 5) Interpretaciones del psicólogo; 6) Intervenciones de la madre; y c) Registro anecdótico de la transferencia y la contratransferencia. Hemos decidido incluir, de manera muy sintética, algunos datos significativos de la historia clínica de Gretel. La niña fue amamantada hasta el año y tres meses; el destete fue sumamente difícil para ella y para la madre, pues lloraba tanto, que los labios se le tornaban de color negro. Este proceso fue agravado por situaciones ambientales desfavorables, ya que la familia atravesaba por una severa cris económica, teniendo para comer sólo frijoles y, esporádicamente, arroz. Gretel siempre fue demandante hacia su madre, exigiendo su atención en todo momento; cuando no se le otorgaba, a la niña se le ennegrecían los labios, como cuando fue destetada. La educación de esfínteres fue también un proceso difícil; a pesar de que aparentemente los padres no fueran rígidos al respecto, Gretel lloraba exageradamente cuando se orinaba o defecaba, exclamando “ya me ganó”. Incluso, cuando la niña aprendió a ir al baño, la madre la siguió limpiando hasta los cuatro años, repitiéndose el comportamiento del llanto y la frase de que le había ganado. El padre fue alcohólico durante los primeros cuatro años de Gretel. La familia siempre ha vivido en condiciones de hacinamiento; Gretel duerme en el mismo cuarto que sus padres, y ha observado frecuentemente las relaciones sexuales entre ellos, a pesar de su esfuerzo por ser discretos. Dos circunstancias que la han impactado profundamente son: la renuncia de su maestra de prescolar,

debido a su embarazo; y el paso a primaria, especialmente por separarse de otra maestra con la que había se había vinculado fuertemente. Gretel tiene una tía (hermana de su madre) con una severa enfermedad mental: tiene constantes ideas suicidas y un par de intentos de acabar con su vida, también se caracteriza por sus dificultades para ingerir alimentos, y su constante estado de tristeza; todos estos síntomas, y algunos datos clínicos que nos proporcionó la madre de Gretel, nos hacen suponer que la mujer padece de melancolía. Creemos que, de no haber sido atendida Gretel, su neurosis habría derivado, en un futuro no tan lejano, en esta estructura psicopatológica, de acuerdo a la incapacidad del yo para introyectar e identificarse con un pecho-bueno-indemne. El proceso terapéutico que se llevó a cabo con la paciente Gretel constó de treinta y nueve sesiones en total, con una frecuencia de tres citas por semana, durante cinco meses; las primeras dos sesiones consistieron en la entrevista con la madre de la niña para construir la historia clínica de ésta. La sesión III y la sesión IV fueron destinadas a la primera entrevista y la aplicación de pruebas proyectivas. En la sesión XXXIX se dio el cierre de la terapia y se leyó el último cuento. De este modo, sólo de la sesión V a la sesión XXXIX se leyó algún cuento de hadas. En total se leyeron dieciocho cuentos. La elección de las historias las hacían Gretel y A.R. (psicólogo de la niña y autor de este texto). En el primer caso, la niña se basó en sus necesidades inconscientes para saber qué cuento podría serle de más utilidad. En el otro caso, A.R. se apoyó en su conocimiento sobre los distintos cuentos de hadas, en su comprensión sobre la teoría psicoanalítica, y en su intuición contratransferencial sobre qué cuento sería el más adecuado de acuerdo a las circunstancias. A continuación, desarrollaremos la teoría sobre la lectura de cuentos de hadas para elaborar ansiedades paranoides y depresivas, en psicoterapia infantil de mediano plazo con orientación kleiniana. Tras revisar cada una de las sesiones terapéuticas en su conjunto, podemos afirmar que una consecuencia que surge de la lectura de los cuentos de hadas dentro de la terapia, consiste en la reactivación de los complejos inconscientes del paciente junto con las defensas utilizadas por el yo. Las tramas que se desarrollan en los cuentos de los hermanos Grimm coinciden sorprendentemente con la descripción que hizo Melanie Klein sobre el desarrollo psicológico del ser humano; en estas narraciones se expresan los deseos más oscuros, como asesinar a alguno de los padres (o a ambos), cometer un acto incestuoso, competir y sobrepasar en belleza a la madre, devorar todo aquello que se encuentre cercano, desplazar a la madre y quedarse con el padre, asesinar a los hermanos, mutilar a los seres queridos, vengarse de los agravios que se han sufrido en el pasado, humillar sin un motivo que no sea la propia diversión, etc. Respecto a las defensas, las situaciones angustiantes también sufren de una modificación sustancial para elaborarse; los padres son disociados, surgiendo la dicotomía entre la madrebuena y la madrastra-bruja, o el padre-cazador y el padre-lobo, por ejemplo. Asimismo, los impulsos agresivos son proyectados hacia los objetos escindidos, constituyéndose en personajes

peligrosos y retaliativos: es Blancanieves quien envidia a su madre; la cabrita más pequeña desea devorar a sus hermanas; Caperucita quiere que su padre devore a su madre, y desea establecer una relación sexual oral con éste; Pulgarcito devora su mundo; Verdezuela es la poseedora de ese impulso voraz e insaciable de devorar las verdezuelas-pecho; la ondina del estanque representa el deseo de la protagonista de ahogar al padre ante su infidelidad; los dos hermanitos deseaban devorar a su madre, y la hermanita desplazarla a ella frente al padre; la novia blanca es realmente la novia negra; y así sucesivamente. Cuando el paciente escucha los cuentos de hadas, su inconsciente encuentra una similitud entre la narración y su propia historia. Estando los complejos reactivados, al final de la lectura y en la producción subsecuente de material propio de la sesión terapéutica (asociaciones libres, dibujos, chistes, lapsus, accidentes), se puede discernir nítidamente cada aspecto de la fantasía inconsciente del paciente, facilitando la interpretación adecuada del terapeuta. En otras palabras, los cuentos de hadas dan forma al contenido bruto del inconsciente, y facilitan el paso de éste hacia el preconsciente, estimulando la producción de manifestaciones tangibles de la fantasía subyacente. Asimismo, se nos ha hecho evidente que los cuentos de hadas son terapéuticos por su propia naturaleza, quedando su razón de ser vigente e intacta. No sólo cada uno de los cuentos reactiva el inconsciente del paciente, sino que es capaz de elaborar los complejos emergentes. El hecho de que el personaje principal venza invariablemente, que los personajes malos sean castigados, que las personas buenas que murieron resuciten del alguna forma, aunque sea simbólicamente (como en la Cenicienta, a través del árbol), que la familia encuentre su punto de equilibrio, y que se prometa felicidad, representan una gran ayuda que se ofrece al yo, brindándole la fortaleza y la esperanza suficiente para continuar integrándose. En primera instancia, los cuentos de hadas favorecen la disociación de los objetos. Esta escisión es necesaria en el desarrollo psicogenético del sujeto, pues es a través de ella que se logra introyectar al pecho bueno. De este modo, uno de los efectos paliativos que más resaltan en la función de los cuentos, es la reviviscencia de la confianza en figuras benévolas, las cuales pueden ser incorporadas al yo para brindarle seguridad. La importancia de esto reside en que, sólo después de que se ha incorporado el pecho bueno, y el yo se ha identificado fuertemente con él, que los núcleos disociados de ésta instancia y del superyó pueden comenzar a integrarse paulatinamente, pues el sujeto se encuentra preparado para tolerar más cantidades de depresión y culpa. Ante la incidencia de las ansiedades depresivas, la mayoría de los cuentos estimula la creencia del lector/escucha en las propiedades creativas de su propia personalidad, pues, aunque el personaje principal del cuento pueda cometer errores, siempre sabrá qué hacer al final y se enmendará. El hecho de que aquellas personas que resultaron afectadas con los fallos del protagonista lo perdonen invariablemente, y todos vivan felices por siempre, impulsa al yo a reparar el daño hecho a sus objetos, para lo cual debe de renunciar al uso de defensas maniacas u obsesivas, o a la regresión a un estado precedente del desarrollo.

Es necesario aclarar que la mayoría de los cuentos permiten la emergencia de los dos tipos de ansiedades; en algunos cuentos predominan más las situaciones referentes a sentimientos persecutorios, en otros cuentos se vislumbran más situaciones depresivas, pero mucho depende de la situación en que se encuentre el inconsciente del paciente para saber qué ansiedades se despertarán en él. Por este motivo, es aconsejable que el paciente sea quien elija el cuento, pues nadie mejor que él sabrá qué historia puede aliviarle más. Conforme a todos los puntos que hemos desarrollado, damos pies a contestar nuestra pregunta de investigación. Nuestro supuesto hipotético queda aceptado: la lectura de cuentos de hadas, como instrumento terapéutico, favorece la elaboración de ansiedades persecutorias y depresivas. Consideramos imprescindible esclarecer algunos puntos pendientes. En primer lugar, la compilación que se decidió utilizar fue la otorgada por los hermanos Grimm (2006); la razón de esta decisión residió en que la mayor producción bibliográfica que aborda la relación entre la literatura fantástica infantil y el psicoanálisis, parte de los cuentos arriba citados. Consideramos que existen otros textos que podrían resultar sumamente valiosos para el analista, como los de Charles Perrault, los de Italo Calvino o los de Alexandr Afanásiev, por mencionar algunos. En segundo lugar, no todos los cuentos pudieron ser leídos; de los doscientos trece cuentos que se encuentran en la versión de la Editorial Antroposófica, sólo dieciocho fueron utilizados. A costa de esta circunstancia, mantenemos la hipótesis de que la mayoría de los cuentos –si no es que todosson útiles en la elaboración de las ansiedades dentro de una psicoterapia; sin embargo, consideramos que es necesaria una subsecuente investigación que aborde el tema. Asimismo, no todos los cuentos de los hermanos Grimm han sido sometidos a un análisis riguroso de sus contenidos simbólicos y de sus fantasmas. Según nuestra revisión bibliográfica, la obra más extensa en cuento al número de historias dilucidadas ha sido la publicada por Bruno Bettelheim; consideramos que éstas se encuentran parcialmente sesgadas e incompletas si se les somete al rigor de los nuevos descubrimientos de las teorías psicoanalíticas postfreudianas. Consideramos que en el caso de que se presente la posibilidad de instaurar la lectura de cuentos de hadas como un instrumento terapéutico auxiliar dentro del psicoanálisis, sería prudente realizar una investigación que se dedique a esta magna empresa. Creemos que es de vital importancia establecer nuestro punto de vista sobre este tipo de literatura dentro del quehacer clínico del psicoanálisis; nosotros propugnamos por el uso de los cuentos de hadas como un instrumento auxiliar que puede utilizar el analista que atiende niños. Seguimos reconociendo a la asociación libre, la transferencia y la interpretación, como los tres pilares insustituibles del psicoanálisis, sea cual sea la corriente que se adopte. En relación a los efectos terapéuticos que se tuvieron sobre la paciente, a pesar de la corta duración del proceso terapéutico, estamos seguros que se lograron resultados sustanciales y duraderos en regiones fundamentales de la mente de Gretel. Las interpretaciones fueron comprendidas dentro de cierto límite, a pesar de no poder llegar a elaborarlas totalmente, el análisis tuvo un gran valor; aunque los procesos de disociación y de represión tiendan a

establecerse nuevamente, A.R. ha sido introyectado como una buena madre, disminuyendo el sadismo del superyó y sus correspondientes ansiedades persecutorias y depresivas. Ante la mejor posesión de un pecho bueno interno, la capacidad de amar de la niña se ha liberado, restando los efectos perjudiciales de la envidia primaria y de la voracidad; el complejo de Edipo pudo ser establecido y parcialmente elaborado; las sublimaciones aumentaron en cantidad y calidad, expresándose en un juego más elaborado; la alimentación mejoró sustancialmente, al igual que los vínculos con los objetos externos (familia y escuela); por último, se aseguró que el yo de la niña se encuentra mejor preparado para afrontar las inevitables adversidades inherentes a la vida. Por último, no habiendo encontrado algún texto que aborde directamente el uso de los cuentos de hadas en la psicoterapia psicodinámica kleiniana, y siendo nuestra investigación sólo un estudio de caso, creemos que esta última se encuentra lo suficientemente fundamentada para considerar la generalización de nuestras conclusiones. No obstante, invitamos al púbico lector a que emprenda un trabajo que corrobore –o refute- las hipótesis aquí presentadas. Aclaramos que lo que aquí se ha presentado, es una versión muy sintetizada de un arduo proceso. Si el lector se interesa por conocer más del desarrollo del mismo, como la justificación de la extensión temporal del proceso terapéutico, la historia clínica completa de Gretel, las sesiones terapéuticas a detalle (cuentos leídos, material producido e interpretaciones), la conclusión sobre la génesis del estado psicopatológico, etc., invitamos al lector/escucha a contactar.

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