Los Diez Mandamientos en el Antiguo y Nuevo Pacto

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Los Diez Mandamientos en el Antiguo y Nuevo Pacto

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de este fundamental principio: Los Sagrados Documentos con el correr del tiempo han pasado por grandes cambios de forma pero no de fondo, desde escribirse en pieles de carnero, después en grandes rollos de papiro, y pasando mucho tiempo escritos a manera de libro como los conocemos ahora, divididos en capítulos y versículos, y últimamente los podemos ver escritos electrónicamente. artiremos

Debemos recordar que cuando el documento Sagrado fue impreso en papel mediante la imprenta, los hombres de aquella época queriendo diferenciar los escritos de los profetas y los escritos de los Evangelios y cartas apostólicas los dividieron en lo que comúnmente llaman Antiguo y Nuevo Testamento, palabra esta que está mal aplicada, porque testamento: “es la última voluntad de una persona y toma valor ese

documento cuando esta muere, pero Dios no ha muerto”, si se quisiera hacer una división entre los Escritos lo más correcto sería decirles: “Escrituras del Viejo y Nuevo Pacto”, las del viejo pacto concluyen con el libro de Malaquías y el nuevo empieza con el Evangelio de Mateo: “Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer” Hebreos 8:13. Una gran cantidad de personas sinceras pero muy mal orientadas están creyendo que los diez mandamientos de la ley de Dios solo tuvieron vigencia en el antiguo pacto, y que ahora en el tiempo de la gracia eso caducó.

¿Usted cree así? Es sumamente importante estar seguro de lo que estamos creyendo y practicando, existe un total desconocimiento de la Santa ley de Dios, esto se debe a que un poder perverso ha tratado de disuadir a la gente de la Santa y Eterna Ley y lo han hecho para sus propias conveniencias, estos atrevidos y contumaces creen que tienen la autoridad de parte de Dios para cambiar esos santos mandamientos, si le preguntamos a alguien sobre cuál 2

es el primer mandamiento de la ley de Dios nos contestará: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”, y si le preguntamos por el tercer precepto contestará: “santificarás las fiestas”, o domingo fiesta de guardar, ¿ha leído u oído esto? Seguramente que sí, pero eso no está escrito en las Sagradas Escrituras sino que en algún catecismo. ¿Ha leído usted los diez mandamientos en las Sagradas Escrituras? Se encuentran registrados en el libro del Éxodo 20: 1 al 17. Cuando Dios promulgó esta ley, el pueblo se congregó al pie del monte Sinaí se dio esto dentro de un marco de indescriptible gloria, eran los mandamientos Pétreos, o escritos en piedra, lo que el Dios de Abraham le estaba dando al pueblo de Israel, leamos todo el capítulo 19 del Éxodo para que nos formemos una idea de lo que allí sucedió. Si aquel pueblo prestaba oído a estos preceptos vivirían felices; el dador de la ley les dijo: “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti

todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de tu Dios” Deuteronomio 28: 1 y 2. Esa ley está basada en el amor de Dios y en el amor hacia el prójimo; en cierta ocasión se reunieron unos doctores: “Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos depende toda la ley y los profetas” Mateo 22: 35 al 40. Jesucristo el gran intérprete de la santa ley, claramente nos señala que es la fuente del amor a Dios y al prójimo el espíritu de la Santa Ley.

En ningún momento debemos ver los diez mandamientos como una carga o alguna maldición, No, todo lo contrario, el apóstol Juan teniendo el mismo Espíritu con que se escribió este documento se expresa de la ley de Dios de la siguiente manera: “Pues este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus 3

mandamientos no son gravosos” 1 de Juan 5:3 Pero ¿Porqué los religiosos han tratado de tergiversar los mandamientos de Dios? ¿Qué mezquinos intereses los movieron para fraguar semejante apostasía? De hecho ya estaba presagiado por un profeta de Dios que esto iba a suceder: “Y hablará palabras contra del Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en mudar los tiempos y la ley” Daniel 7:25. Al hacer estos trastocamientos de la Santa Ley, provocaron una tremenda confusión en el mundo religioso, al extremo de hacer que el pueblo se olvidara de aquel santo decálogo y lo sustituyera por vanas sutilezas y estratagemas de hombres; queremos dejar claro, y más allá de cualquier duda, que estamos hablando de los diez mandamientos escritos en dos tablas de piedra, Sí, aquellos que fueron colocados como testimonio dentro del arca de la alianza, así leemos en la carta a los Hebreos 9: 3 al 4: “Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas

partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto”. Es importante documentar a nuestros amigos y hermanos que aparte de estos diez preceptos escritos en estas dos tablas de piedra hubo otras leyes las cuales fueron escritas en un rollo y colocadas al lado del arca: “Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto del Eterno, diciendo: Tomad este libro de la ley, y ponedlo a lado del arca del Señor y esté allí por testigo contra ti” Deuteronomio 31: 24 al 26. Note bien que este libro de la ley quedó a un lado del arca, y los diez mandamientos escritos en dos tablas de piedra quedaron dentro del arca del pacto, sirva esto para hacer diferencia entre ambas leyes, estamos hablando sobre la ley que dejaron dentro del arca, repito, la que fue escrita en dos tablas de piedra, los diez mandamientos, una ley que no es contra el hombre. Los diez mandamientos no son un código de sentencias sino una ley preventiva, sirve para que el hombre conozca los límites por donde debe caminar, conociendo 4

esta santa ley los hijos de Adán descubren que son pecadores, Pablo el gran iluminado del primer siglo escribió: “¿Qué pues diremos?, ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: no codiciarás” Romanos 7: 7. Estos diez preceptos están ratificados en el nuevo pacto, desde el Evangelio de Mateo hasta el libro de Apocalipsis usted los encontrará vigentes para señalarle al hombre el pecado

El primer mandamiento del decálogo divino es: “No tendrás dioses ajenos delante de Mí” Éxodo 20:3. Los israelitas venían de una sociedad completamente politeísta, adoraban tantos diosecillos que los egipcios se habían inventado, el segundo mandamiento tiene una gran relación con el primero y dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra porque yo soy tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago

misericordia a los que me aman y guardan mis mandamientos” Éxodo 20: 4 al 6. Estos preceptos van en dirección a combatir todo lo que es idolatría, no se nos permite pintar a Dios o esculpirlo, nada de eso. Con toda razón, cuando Jesucristo estuvo en la tierra en los días de su carne y luego de ascender al cielo, a los apóstoles que le conocieron en el cuerpo físico, Dios borró de sus mentes esa imagen y se les olvidó el físico de carne y sangre que tenía: “De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne; ya no lo conocemos así” 2 de Corintios 5: 16. Los Apóstoles no pudieron pintarlo, esculpirlo, ni hacerse ninguna imagen sobre el físico de carne y sangre, que su Maestro había tenido, fue una prevención para que los apóstoles no cometieran ese pecado, pero los cristianos romanos, unos cuatro siglos después se atrevieron pintar a Jesús, como lo hizo don Leonardo Da Vinci, O Don Kirio Kataño, y otros más; la Iglesia romana aceptó estas falsas imágenes de Cristo y se los entregó a sus feligreses para que les rindieran culto hasta el día de 5

hoy, pero claro, esto es una tremenda aberración, y aun más, muchos cristianos que leen Las Escrituras usan supuestas imágenes de Jesucristo en las portadas de sus libros, pero el precepto dice: “No te harás imagen” Al apóstol Pablo le causó graves problemas cuando predicó en la ciudad de Éfeso contra la idolatría: “Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo no solamente en Éfeso, sino en casi en toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos” Hechos 19: 23 al 26. Pablo está basándose en el primer y segundo mandamiento de la ley de Dios para refutar la idolatría de los griegos que en ese tiempo estaba profundamente arraigada, esta mala costumbre todavía impera en el mundo religioso disque civilizado, sus

dirigentes astutamente escondieron el decálogo divino para sembrar sus vanas sutilezas a los gentiles, cambiaron los rústicos ídolos de piedra y les dieron nuevas deidades finamente esculpidas, pero el efecto es el mismo, no hablan, no oyen, no hacen bien ni mal, “semejantes a los que los cargan y adoran son”, dijo el profeta. Podemos ver que el primer y segundo mandamiento de aquella ley escrita en dos tablas de piedra sigue en vigencia: “Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén” escribió el apóstol Juan en su primera carta 5: 21. El Tercer Mandamiento de la santa ley es: “No tomarás el nombre de tu Dios en vano, porque no dará por inocente al que tomare su nombre en vano” Éxodo 20:7. El nombre de Dios es tan sagrado que Jesucristo en aquella profética plegaria dijo: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” Mateo 6:9. El tomar a Dios para hacer un juramento, o hablar vanamente de Él puede caer en Perjurio y el Maestro dijo en el Sermón de la montaña: “Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos, pero yo os 6

digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es mas de esto, de mal procede” Mateo 5: 33 al 37 El cuarto mandamiento de la ley de Dios escrito en las dos tablas de piedra literalmente se lee así: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra; más el séptimo día es reposo para tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día y lo santificó” Éxodo 20: 8 al 11. En los catecismos de los religiosos este precepto está totalmente cambiado, lo colocan como tercer mandamiento y reza así: Santificarás las fiestas, esto es un fraude muy bien fraguado para hacer olvidar el santo sábado del Señor; Él sabiendo que su día sería olvidado por Israel y por el mundo entero dice al principio del cuarto

mandamiento: “Te acordarás del día séptimo para santificarlo…” Note bien esto, los calendarios han sido reformados por los hombres, pero en esa reforma no cambiaron el conteo del ciclo semanal, este se mantiene intacto desde la semana de la creación, cuando Jesucristo vino a la tierra, el día de reposo antecedía al primer día de la semana, leamos en el Evangelio de Mateo 28:1: “Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana…”, según este registro bíblico el día de reposo cuando terminaba inmediatamente después seguía el primer día de la semana, el primer día del ciclo semanal es lo que hoy conocemos como domingo, y ¿Qué día antecede al domingo? Pues el sábado, que es el día de reposo, según los cronólogos este libro de Mateo se escribió como en los años 75 después de Cristo y la inspiración divina hace que Mateo establezca la marcada diferencia entre el primer día de la semana y el séptimo día y lo señala como día de reposo; no hay porqué confundirse y tomar al primer día como santificado por Dios, el domingo fue santificado pero por la “roma imperial y religiosa”, 7

mucho cuidado con tener esa señal romana, le rogamos a Dios que a nuestros amigos les quite esa venda de los ojos espirituales, así que el cuarto mandamiento de la ley divina está claramente ratificado en las Sagradas Escrituras del nuevo pacto. Aquellas santas mujeres que se preocuparon fuertemente por la resurrección de Jesucristo, dice el evangelista Lucas en su capítulo 23 y verso 56: “Y vueltas, prepararon especies aromáticas y ungüentos; y descansaron el sábado, conforme al mandamiento”. Maliciosamente los que se han puesto a revisar los Sagrados Documentos cambiaron la palabra sábado por reposo, por cierto que hubo un problema legal hasta que se les obligó a poner en la palabra reposo un asterisco y al pie de página pusieron una nota que dice: “Aquí equivale a Sábado”

¿Por qué tuvieron que trastocar esto los traductores? He allí una marcada malicia para inclinar la balanza a favor de aquellos que han luchado por sacar del código santo al cuarto mandamiento de la Ley de Dios. No encontramos en las Escrituras del nuevo pacto que

el sábado haya sido sustituido por el primer día, algunos argumentan que el domingo quedó como día de reposo porque Jesucristo resucitó en ese día, pero tampoco encontramos en las Escrituras ese cambio, al mundo religioso le han dicho tantas veces muchas mentiras que las generaciones siguientes las dieron por válidas, pero si usted escudriña el Sagrado Documento no encontrará más que el día de reposo fue instituido: “por causa del hombre” no fue hecho el sábado por causa de Israel como se pretende afirmar, sepa que el séptimo día fue santificado desde la creación: “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho” Génesis 2:3. El pueblo de Israel no existía, en ese momento los únicos que estaban eran Adán y Eva, Jesucristo en ningún momento cambió el sábado por el domingo, antes bien lo confirmó y dijo por quién había sido hecho: “También les dijo: El sábado por causa del hombre es hecho; y no el hombre por causa del sábado. Así que el Hijo del hombre es Señor aun del sábado” Marcos 2:27 al 28. Otros queriendo opacar la santidad del 8

Sábado argumentan que Dios bendijo todos los días, pero esa afirmación no se avala con las Escrituras, no es más que una débil opinión humana, los Sagrados documentos solamente dicen que el Eterno santificó el Séptimo día, ¿Porqué no creer en la Palabra de Dios?. El domingo fue impuesto por el imperio Romano en el tiempo de Constantino el Grande, lea la historia y se dará cuenta de esta verdad que los hombres han querido mantener oculta.

El quinto mandamiento del decálogo es: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da.” Éxodo 20:12, los apóstoles del Señor creían en estos diez mandamientos, y observe como el Apóstol magnifica este precepto: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” Efesios 6: 2 al 3. El sexto, séptimo, octavo y noveno mandamiento, Jesucristo mismo los ratifica cuando dialoga con el joven rico: “Entonces vino uno y le

dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Más si quieres entrar en la vida guarda los mandamientos. Le dijo ¿Cuáles? Y Jesús le dijo: No matarás, No adulterarás, No hurtarás, No dirás falso testimonio.” Mateo 19: 16 al 18. Jesucristo literalmente le está citando el decálogo que Dios había entregado a la congregación del desierto en el monte de Sinaí, ¿Quien se atreverá a refutar esto? Y el décimo mandamiento de la ley de Dios es: “No codiciarás” Éxodo 20: 17, también este precepto lo vemos registrado en las Escrituras del nuevo pacto: “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera no codiciarás” Romanos 7: 7. Así que el hombre no tiene escusa para decir que los mandamientos de Dios quedaron abolidos en el nuevo pacto. Diferencia entre el viejo y Nuevo pacto

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n el primer pacto esta santa ley, la cual es más dulce que la 9

miel, fue escrita en dos tablas de piedras, pero en el nuevo pacto fue escrita en la mente y corazón de los que pactan con Dios para tener derecho a la vida eterna: “Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré” Hebreos 10: 15 al 16 El primer pacto fue administrado con sangre de toros y machos cabríos, pero el segundo por la sangre de Jesucristo, que clama más que la de Abel. El profeta de Dios había dicho: “El Eterno se complació en su justicia en magnificar la ley y engrandecerla” Isaías 42: 21, pero los indoctos predican que aquella eterna ley quedó minimizada. “¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las hondas del mar.” Isaías 48: 18

Si la humanidad hubiera escogido el Camino de respetar los mandamientos de Dios seguramente que nosotros nos hubiéramos desarrollado en una sociedad libre de tantos temores, pero el hombre deliberadamente

está quebrantando estos diez principios y a la postre estos preceptos lo quebrantarán a él: “porque Dios no puede ser burlado” escribió el apóstol. Y lo tremendo de esto es que los poderosos religiosos fueron los culpables para que el hombre tomara este incierto camino de rebelión a la Santa Ley de Dios. Pero entendamos que no puede haber libertad sin ley, pues de lo contrario esa libertad se torna en libertinaje, y eso es justamente en lo que ya cayó la sociedad humana, en una anarquía sin precedente, esto dio el producto que el enemigo de las almas esperaba, un desgaste social, una anarquía total, lo inmoral es la nueva moralidad, porque los hombres desde los supuestos interpretes de las Sagradas Escrituras hasta los comunes y corrientes se olvidaron de los mandamientos de Dios, y la sentencia ya estaba dicha: “Y será que si no oyeres la voz de tu Dios, para cuidar de poner por obra todos su mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán” Deuteronomio 28: 15, hoy solo se lee los versos 1 al 3 de este capítulo pero no les gusta leer el verso 15 ya citado. La maldición se ve palpablemente, un mundo en bancarrota total en su parte moral, espiritual y ahora se ve hasta en lo económico, caos 10

por todos lados, una parte de la sociedad posee demasiados bienes materiales y la otra parte no tiene nada, bien profetizó el varón de Dios: “Destruyóse, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, rompieron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra….” Isaías 24: 4 al 6 Amigo lector vuélvase a Dios, Él será amplio en perdonarle mediante la sangre de Cristo, pero como le dijo el Maestro a aquella mujer le decimos nosotros: “… Ni yo te condeno: vete, y no peques más” Juan 8:11

Güinope Cortés: -

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San Pedro Sula: Bo. Cabañas 17 calle, 13 y 14 Ave. Sureste Omoa: Bo. San Antonio

Valle: -

San Lorenzo: Comunidad de El Comercio, Carretera a Coyolito, Frente a la Escuela

Choluteca: - Pespire: Río Chiquito y Cacautare Macuelizo, San Antonio de Flores Comayagua: - Siguatepeque: Bo. Suyapita, Contiguo a Beneficio de Arroz Yoro:

El Progreso, Las Minas

Colón: -

Tocoa: Zamora, Colonia Rivera.

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Con el ferviente deseo de que usted se dé cuenta de las verdades eternas que se encuentran en los Documentos de Dios, hemos preparado abundante literatura, la cual le estamos ofreciendo completamente gratis, como los siguientes:

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