Story Transcript
CLIO Y LA HISTORIA REGIONAL MEXICANA Reflexiones metodologicas r
Pablo Serrano Alvarez Introducci^n
L
os estudios hist6ricos regionales en Mexico han tenido un amplio y extendido desanollo por mas de dos decadas. desde aquel llaniado que hiciera don Luis Gonzalez y Gonzalez, a fines de !os sesentas, en favor del rescate y analisis de los midlimcxicos, las niatrias o provincias y las historias de los lermfios.' Desde aquel entonces, la produccion historiografica regionalisla no ha parado en ningiin momento, en mucho impulsada por las tendencias dcscentralizadoras del Estado, la creacion y apoyo de eeniros de csmdio e investigacion, la fomiacion y especializacion de historiadores profesionales, la apertura y mejoramienlo de los archivos locales y estatales, el interes de los gobiemos de los estados y niunicipios, la nostalgia de aquellos que nacieron y vivieron en las provincias o malrias, y por el propio desarrollo y ampliacion de la ciencia historica en Mexico en los iiltimos treinta aflos. La abundanle produccion historiografica regional ha permitido entender la diversidad y heterogeneidad de un pals cocno Mexico en casi todos los periodos de su historia, en contraposicion a una historiografia cuyo interes politico y cultural condujo a la intcipretacion de una linica idcntidad historica nacional, centralista y oficial. Mucha produccion rompio con la vision unilineal de la historia mexicana, cuyo unico interes era resaltar una identidad nacional que homogeneizara a la sociedad en tomo al Estado centralista, lo que evidencid que la historia regional permilia no solo la ampliacion del campo de investigacion del historiador sino el analisis y la comprcnsion dc la diversidad del pais, asi como el replanteamiento de una historia nacional marcada por el interns 151
Pablo Serrano Alvarez
politieo legititnador. Este logro impulso atan mas a la historiografia regional en todos sentidos, haciendo eco, incluso, en las instituciones oficiales y los gobiemos estatales.'^ No es mi proposito aqui la realizaeion de un balance de la historiografia regional en Mexico, riea y abundante en temas, fenomenos. periodos, corrientes metodol6gicas, enfoques y procesos correspondientes, sobre todo, a los siglos eoloniales, la centuria deeimonbnica, el porfiriato, la revoludon y posrevolueion y el periodo contemporanco, que ha permitido el replanteamiento de la historia nacional del pais,' sino la realizaeion de una propuesla metodologiea que, basada en los estudios realizados y en la propia experiencia de investigacion, englobe ciertos principios que deben tomarse en cuenta piara haccr historia regional y que no se encuentran en los manuales y las consideraciones metodologicas de los estudios realizados."* Es importante, en esle momento, problematizar acerca de los criterios y principios que animan y jjenniten la investigacion historica regional, con el fm de que futuros estudios logren ampHar la especifieidad y la explicacion de los porques y comos de la diferenciacion y diversidad de la expresion de los fenomenos e identidades regionales en el pasado mexicano. Esta propuesta no parte de la problematizacion del espacio, de la definicion de region que debe lenerse, sino de la conjuncion de tres elementos que confluyen en la realizaeion de los estudios historicos regionales: 1) La posicion y postura del historiador acerca de la realidad que investiga, en este caso, la historia regional, como un todo en el cual intervienen multiples vinculaciones, periodizadones, interacciones y mediaciones; 2) La liga espacio-temporal que se da en la expresion de la sociedad en todo fenonieno o proceso, y que no siempre es eomprendida en su dimension concreta, por medio de la interpretacion de su homogeneidad o heterogeneidad, su unidad o diferenciaeion, en cl curso de los acontecimientos, las estrueturas y las coyunturas; y 3) La conciencia de que la determinacion de un fenomeno, heeho o proceso regional tiene qtie ver con la idcntidad socioeultural, que pennite entender "la forma de ser" de la sociedad en un espacio y tiempo eoncretos, y que detennina siempre las caracteristicas que toma un fenomeno o proceso regional, ya sea este dc orden economico y social, o politico y cultural. No existen modelos o teorias para hacer historia regional, pues la realidad y la investigacion por lo regular los rebasa , sino posturas y principios metodologicos que permiten al historiador la problematizadon, explicacion e inteipretacion de la liistoricidad de los fenomenos y procesos que investiga, Aqui es donde reside, fundamentalmente, la defmicion de las esferas que dominan los procesos regionales: lo tiempo152
Clio y la htstoria regional tnexicana
cspacial conecUido a lo social, la tolalidad de vinculacioiies, mediaciones e interrelaciones y la idenlidad sociocultural de la realidad historica7 Estas esferas licnen que cstar presemes, casi siempre. en la postura teorico-metodologica del historiador, iiidependientcmcntc del problema que investigue, incluyendo la nictodologia de la ciencia Iiislorica. Revisemos, entonces, los principios fundamentales. La totalidad hist6rica La historia regional se compone de un enramado de vinculaciones, interacciones. complej idades y mediaciones que se nianifieslan a partir de un conjunlo de relaciones sociales. las cuales sc eslablecen en un ticmpo y un espacio. Los acontccimientos. coyunluras y estnicliiras rcgionales, sean de orden econoinico, social, territorial, politico y/o cultural son pane de una totalidad historica que define y caracteriza la hoinogeneidad o heterogeneidad de los fenonienos y proccsos regionales. Diganios que esto tiene que ver con la caracterizacion y especificidad de la soeicdad a lo largo de la historia, o io que la define en un periodo detemiiiiado. Metodologicaniente. la totalidad se encuentra en dos procesos de la imesligacion regional: 1) En la conciencia y trabajo del historiador que, independicntcniente del fenonieno que investigue, lendra que hilvanar, como el artesano, la totxilidad de los procesos que influyea determinan. median e intcractuan en el acontecer pasado, considemndo siempre su maiiifestacion en el conjunto de relaciones sociales en las que se inserta su fenomeno y. ohviameiite, su expresion en el tiempo y espacio; 2) El historiador no debe abordar a la region como un espacio dado, estatico, establecido y unilineal, sino como una totalidad compleja y diversa que a traves del conjunto de relaciones sociales y de los fenomenos y procesos que investiga y analiza conduce a la caracterizacion de lo meramcnte regional, pues de esia manera se logra la explicacion del cumulo de interrelaciones y vinculaciones que intervienen en las relnciones sociales en un tiempo y espiicio espccificos e, incluso, a la diferenciacion con otras sociedades y espacios regionales. Abordar a la region como un todo coniplejo y diferenciado pemiite la especificidad de la realidad historica, por medio de la distincion del conjunto de circunslancias y caracteristicas que confluyen en un proceso historico, y que detemiinan indudablemente al fenonieno objeto de la investigacion. La defuiicion de region, en esle senlido, surge a pariiro desde la propia investigacion y analisis de la historicidad, y no al principio. Es por esto que, con la idea de la tolalidad muy presente, surgen el comun de vinculacioncs e imerrelaciones que confluyen en un feno153
Pablo Serrano Alvarez
meno, objeto de la investigacion, y a partirde el es cuando cl historiador esta en condiciones de definir las caractcristicas Iiistoricas regionales y difcrenciarlas, adcmas. de otros espacios y sociedades en un mismo pcriodo. La totalidad de lo regional tiene que ver con el conjunto de rclacioncs sociales establecidas en un espacio concreto por mcdio del ticmpo, desprendiendose de ahi la discccion de his estmcturas y coyuntums —scmi de ordcn ccotromico, territoriaK ecologico. adniinistrativo, social, pwlitico 0 cultural— qtie interactiian y se vinculan cntre si. En este sentido, la capacidad del historiador debe conducirse a distinguir esa complejidad para cstablecer, incluso, una pcriodizacion que rcsponda a las propias caractcristicas de los fenomenos o pcriodos regionales. Esto no implica liacer historia del todo por cl todo, sino contextualizar e hilvanar cl cacho de historia qtie se cstudia y analiza, a partir dc la exprcsion historico-concreta. Sin embargo, esta cuesti6n depcnde dc las fuentcs primarias, pcro e! historiador debe estar consciente de ello en cada momento de la investigacion. pucs de esto dependera la dcfinicion y cxplicacion, no solo dei fcnoiticno que investiga, sino de la region objeto de estudio. El principio de la totalidad es verdaderamcnte util para la intcrprctacion cuando cl Iiistoriador lo rcaliza despues dc la descripclon. En todo fenomeno historico confluyen diversas mecanicas y esferas que es necesario investigar para encontrar las vinculaciones, interrelaciones y mediaciones que condicionan e influycn en cl aconteccr o fcnomerw que se cstudia. Esto favorcce la comprension de la Iiistoricidad, pero tambien el analisis de su expresi6n en el tiempo y el espacio, e incluso permite distinguir y definir su regionalidad. vinculada a la identidad social que caracteriza la accion de los honibres en la historia. o lo que Uaman los antropologos la "forma de ser" o "identidad sociocultural". i,Por que actuan algimos hombres de una forma y otros de otra, a partir del conjunto social al que perlcnecen y que. nonmalmente, ticnc que ver con la identificacion y dcfeiisa de un espacio liistorico coiKreto? La identidad sociocultunil El principio de totalidad se entrelaza con la distincion de ia identidad que define o caractedza a un conjunto social cuya expresion se matcrializa en la historicidad y la pcrtencncia a un espacio o tenitorio concrctos. Digamos que la identidad es lo que difercncia a una sociedad de otra, a un grupo social de otro. casi siempre mediante la exT^resibn de los simbolos socioculturales, la oposicion por los rasgos de perlenencia 154
Clio y la historia regional mexicana
a un espacio o territorio, los signos que identifican la acci6n de los hombres, la propia historicidad que materializa su "forma de scr" o su presente, y las expresiones y acciones que los definen y earacterizan. La identidad sociocultural ie da sentido a la historia regional, pues es lo que los hombres, las sociedades. expresan en la accion historica. la vida cotidiana, la mentalidad y el comportamicnto. La definicion de la "forma de ser" dc los hombres ticnc que ver. justaniente. con el conjunto de signos y simbolos que los identifica en tomo a la historia, el espacio y las rclacioncs sociales, por lo que esta cuestion delemiina fucrtemente el curso y expresion de los aconlccimicntos del pasudo, asi como las multiples vincuiaciones c interrelacioiKS que se mnnificstan en las estructuras y coyuniuras entrelazadas a los fenonicnos. La expresion de la idcntidjid dn sentido a la historia y, por ende, a la diferenciacion entrc una sociedad regional y olra. un gnipo social y otro. ademas de ima localidad o un pueblo de otros, porque su expresion sienipre se materializa en funcion del espacio donde viven y conviven los hombres. y donde earacterizan e identifican entre si al conjunto de relaciones sociales. Es aqui donde cl historiador pucde obscrvar e interpretar la "forma de ser" que se cxpresa en cl acontecer historico. Las fuentes, en este sentido, se encucntran plagadas de identidad mcdiante la escritura. el connicto manifcstado, los comportaniicntos que se e\"presan. las oposiciones reflcjadas, los signos y simbolos culturales (desde la literatura hasta la musica), la tradicion oral dc generacion en gencracidn, las inugenes cuando existca las costunibres y comportaniientos y las propias voces de los actores que reflejan la nniltitud de vincuiaciones. into race iones, posicioncs y hechos que tienen que ver con su historia, con los fenomenos que los identifican entre si en un espacio y un tienipo definidos y mantenidos por ellos mismos. El rescate de la idenlidad no es simplcmentc la rccreacion dc lo folclorista. costumbrista y provincial que tienen los proccsos y fenonicnos historicos. siiK) el rescate de su expresion y vinculacion cstrechas en la accion historica de los hombres en sociedad. A esto tiene que scr sensible el historindor para logtar cntender las significaciQnes que cllo ticnc en la historia regional y refiejarlas en la interprctJicion. sin dcsniedro dc cacr en la fantasia o la literatura. pucs en las fucntcs primnrias. en la tnidicion oral y en la expresion dc los simbolos sc cncucntra el bagajc nccesario para entender la "fonna de ser" de las sociedades en procesos y fenomenos detcmiinados. La identidad, asi, siempre va a estar conectada a la totalidad e historicidad que carnctcri/^ a la historia regional. La distincion de la identidad. incluso, pcnnile la definicion de un espacio social dado, pucs es en funcion de los simbolos y coniportamicntos donde la sociedad misma dclimita y defiende su espacio. y donde un 155
Pablo Serrano Alvarez
conjunto de relacioncs sociales se identifican, expresan y diferciician entrc si, en contraposicion a otras o a nivcles nacionales, exlenios y globalcs. La dcfinicion dc region depcndera, juslamenle, del estudio \' analisis de esta realidad, vinculada a los fenomenos sujelos a estudio. La historia regional es enriquecida fuertcmcnte por cste principio unificador de los hombres en sociedad, pues mcdiaiite la dcfinicion de los rasgos de la ideniidad se logra comprender. en lodas sus dimensiones, la historicidad de los fenomenos y procesos regionales, asi como la regionalidad y territorialidad con las que sc expresan las sociedades, sobrc todo. en paises como Mexico, donde la helerogencidad y divcrsidad rompcn con las explicacioncs nacionales \ giobales dc la liislorin. En estc scntido. el imbajo del historiador regional se enriqtiecc metodologicamenle. abre niiexas perspeclivas de invesligacion c iiitcrpretacion del pasado niexicano. al romper, sobre todo, con los revisionismos y los niodelos pnseoncebidos del qneliacer historico. Territorial id ad y regionali»iino Lo regional snrge a parlir del grado de perlenencia, oposicion y difercnciacion qne las sociedades expresan en la historia, a partir de conjnntos de relaciones e interacciones sociales que se materializan en el territorio y espacio donde se manifiestan e identifican. Los aconteciniientos, coyiinturas y estnicturas. ya sean dc caracter economico. social, politico o cnltiiral, poseen limiies e interrelaciones impuestos por la complejidad y union de las relacioncs sociales en el tiempo y el territorio donde se ubican. La territorialidad y el regionalisnio siirgen a partir de la identidad de la sociedad, que defiende su historicidad en oposicion al Estado. las politicas centralcs, la penetracion de fuerzas politicas extemas, la expansion de las fuerzas econoniicas o la influencia de rasgos cuUurales que no tienen identificacion con el conjunto social. Estas niediaciones rro solo influyen en la manifestacion de !a oposicion, recliazo o defensa hacia el exterior, sino en la expresion de la union e ideniidad social en torno al territorio. el espacio o la region, lo que detennina, a su \ez. el curso de la historicidad. La historia regional se nutre sicmpre de la expresion del regionalismo y la territorialidad, porque es lo que unifica a la totalidad y la identidad de un conjunto social. Por eslo son principios metodologicos que el historiador debe tomar en cuenta para sus estiidios. Casi siempre, y la historia mexicana es muestra de ello. ambas categorias se manifiestan en movimientos y explosioiies sociales, procesos de autononua y autogestion, coyunturas que modifican las estnicturas, 156
Clio y la hisloria regional mexicaiia
difereneiaciones que rompen con la estabilidad del Estado. oposiciones contra el centralismo, dcsigualdades socioeconomicas y regionalismos culturales. Los regionalismos se expresan a partir de un contexto detenninado de mediacion, agresion o penetracion, to que ocasiona la nianifestacion social de la idcntidad y la oposicion. La primera, por medio de la defensa ante lo cxterno o extrafio y la definieion de la misma soeiedad a partir de la territorialidad historica. La segunda, en funcion del cnfrentamiento abicrto y la afrenta contra los advcrsarios, por medio de la movilizacion de los actores. Todo esto ocasiona la recuperacion de la historicidad y tambicn el cambio dc estrueturas o de intervencion de lo extcmo. lo que condiciona a la iiKstabilidad o estabilidad en su caso de los tiempos. identidad y contcxto regionales. Es aqui donde surgen los cortcs temporales que sirvcn para la periodizacion que establece el historiador. pero tambien permite la interpretacion de los porques y comos de la expresion de la idcntidad social en un contexlo detemiinadoEl analisis del regionalismo y la lerritorialidad posibilitan la regionalizacion de los procesos historicos que se investigan, pues aun dentro de un espacio existen difereneiaciones importances que se manifiestan por la coniplcjidad o cl conflicto de las relaciones sociales establecidas. La dominaeion de nn centro regional sobre su perifcria. por ejcniplo, conlleva a dcsigualdades o conflictos que se expresan en localismos conectados a los sentimientos de oposicion regionalista, aunque tambicn se dan difereiKiacioncs en el grado de pertenencia territorial o por la intervencion de factores intra e interregionales. que el historiador debe distinguir para estableeer la regionalizacion conectada a la identidad y la totalidad, sin considerar al espacio definido como algo lineal y eslalico. determinado por la dominaeion de un centro o las earacteristicas fisicas del terreno. La regionalizacion de los procesos historieos se conecta tambicn con la diferenciacion intema que se manifiesta en la identidad socioeultural, asi eomo eon el reconocimiento de la complejidad y diversidad que tambien fluye en las relaciones sociales de un espacio y tiempo conerctos. Se puede afirmar que la regioiwlizacion cs deleniiinada por el grado de homogeneidad o heterogeneidad de los procesos historicos y su manifestaeion en el territorio, casi siempre por la forma en que las sociedades defienden su territorialidad niediante el regionalismo, ' La mediacion de los faclores cxtenios, por medio del Estado. el gobiemo, las fuerzas socioecono micas, la dominaeion politico-ndministrativa, la burocracia, los simbolos de la identidad nacional y las acciones macronacionales que afeetan al territorio, ejercen un papel importante en la manifestacion y reflujo del regionalismo y, a veees, inciden en la 157
Pablo Serrano Alvarez
diseccion de la regionalizacion o en los cortcs que se establecen para la pcriodizacion. Digamos que las mcdiaciones exlemas a los procesos regionalcs son otra estructura que debe considerarsc, sin que prcpondere sobre la especificidad regional, conio factor importante en el regionalismo y la terriiorialidad e incluso en la periodizacion de la hisloria regional, porque esta presente en el acontecer de paises con gran tradicion central ista. eomo Mexico. El regionalismo siempre esla presente en la historia de las relaciones sociales de un espacio detenminado pwrque se encuentra corteclado con la oposicion, la pertenencia y el conflicto que defienden la territorialidad y la historicidad contra las mediaciones que le afectan. El historiador debe ser consciente de esta conexion para no prcponderar los faclores o estructuras extemas por sobre la especificidad regioniil, pues la manifestacion de esas oposiciones y dcfensas le pemiiten la especificidad. asi como poseer una justa dimension de la inler\enci6n de los factores extenios en la rcalidad que invesliga. Las fuerites docunientalcs perniiten, casi en lodos los casos, emprendereste analisis. Totalidad, identidad. regionalismo y territorialidad son principios metodologicos que conducen a la especificidad que el historiador regional tiene el deber de alcanzar para el conocimiento de la realidjid que investigii. aunque tiene que cumplir otro objetivo para lograr explicar y comprender al pasado regioml que estudia y que esta coneclado a la periodizacion, la diseccion de la teniporalidad de los fenomenos o procesos vinculados tambien al espacio. La periodizaci6n de lo regional Una de las debilidades nias importantes de la historiognifia mexicana regional es la carencia de una periodizacion que responda a la forma en que los procesos regionales se manifestaron y expresaron en el tienipo y el espacio. Esto refleja la preponderancia unilineal de la historiografia nadonal y oficial, en desmedro de la especificidad de los procesos historicos regionales, que cuentan con sus propios ritmos, tiempos y ciclos. muy interconectados a las caractcristicas de las relaciones sociales. a las estructuras, mediaciones. coyuntums y acontecimienlos Se ha estudiado y anali/iido a la "Independencia en.,.'\ "la refonna liberal en...", "el porfiriato en...", "la revolucion en...", etcetera, sin respetar los cortes. ritmos o tiempos que las misnias sociedades regionales han establecido en sus tiempos y sus espacios, vinculados o no a los grandes periodos nacionales que, de olra manera, median en la historicidad con sus propios ritmos.
158
Clio y la historia regional mexicana
La periodizacion de lo regional debe responder a la teniporalidad niarcada por la expresion de las relaciones sociales establccidas en un espacio detemiinado. casi indcpendicntemente de los procesos nacionaies que influyen o no en el ciirso de los aconlecimientos. De lo contrario se eae en uiia especie de n;visionismo que afecta el rcconocimiento de los rilmos y teniporalidades que las misnias sociedades regioiiaies establecen, justamente, medianle el conjunto de vinculaciones, interTelaciones. diferenciaciones, regionalidades e idenlidades- Las fuentes utilizadas para la historia regional pemiiten establecer los cortes en funcion de su propia manifesiaeion y especifieidad, lo que eonduce al rompimienlo con aquellos ritmos que, en muclros casos. no se identifican con la historicidad dc lo regional. Es aqui doiide reside uno de los coirmromisos mas apreniianles del historiador dc los fenonienos regioiiaies. La propia realidad anali/ada y descrita por el hisloriador favoreee el estableeimienlo de una periodizacion aeorde con ios ritmos que el fciiomeno o el proceso historico regional eslablece, claro que sin romper con los procesos globales que inciden de manera importante en el aconiecer, a traves de las mediaciones del Eslado. las fuerzas eentrales o el contcNto nacional. mas sin que preponderen neeesariamente en la teniporalidad de las histonas espccificas. Lo regional surge asi conio un todo complejo y difercnciado. desde donde emanan pmcesos. fenomenos, aconteceres ligados a la confomiaeion y manifestacion de las sociedades. La especifieidiid de la liistoria regional pemiite. cada vez mas, la explieacion de lo hcterogcneo y diverso del pasado y el presente, Tiempo y espaeio se uncn en una eonfluencia interacluanle. donde el conociiniento del Iiombre en sociedad se eonvierie en algo interminable en las tareas del historiador. Considcracioncs finales Erie Van Young realizo una afinnacion muy cierta para entender el m6todo de la liistoria regional: las regiones son como el amor —dificiles de describir, pero las conocemos cuando las vemos. No existen reeetas, modelos o conceptos acabados y definitivos para la invcstigaeion regional de la historia. y solo por medio de su esludio es cuando el historiador se encucntni en condiciones de caractcrizarla. problematizarla e interprctaria, Existen principios mctodologicos que ayudan. sin negar Ios aportados por el corpus leorico de la ciencia hist6riea, a la investigacion y la interpretacion, pero nada mas. A tr.ives de ellos el historiador esta en eondiciones de recrear y analiz^ir la historia a partir de su manifestacion en las esfcras dc io social, temporal y espacial. que pertenecen siempre al objeto de la investigacion regional. 159
Pablo Serrano Alvarez
Los principios o posturas que el historiador regional debe asumir y conliolar pertenecea sin embargo, a un nivel metodologico que lo conducira a la especificidad de la multitud de fenomerws y cachos de la historia que investiga. sin negar o cerrarse a los cjes fundamcntales de la realidad hislorica que estudia. Es por eslo que la propucsia esbozada antes gira en tomo a los principios que debe controlar y tener presentes el historiador de lo regional, para que le permitan realizar sus indagaciones y analisis sin negar o desmcrecer la propia identidad c historicidad de las sociedadcs regionales, exprcsadas en el tiempo y el espaeio donde interactuan y construyen su presentc y su pasado. Hacer historia regional implica un coniproniiso metodologico, que no des\'ie la especificidad de la expresion sociohistorica en el tiempo y el espaeio. lo que se encuentra conectado al entcndimiento y coniprension de las idcntidades que delimitan, dcfinen y fomian los aconlcccres. Este reto u objetivo se cumple. indudablemcnte. coii la in\ estigacion y la observacion de la rcaJidad. Por lo mismo no existcn recetas ni niodelos preeoncebidos que valgan rcalmente para la realizacion de la historiografia regional y el historiador debe ser eonscicnte de esto en eada paso de la investigaeion y la reereacion de la historia. Esta propuesta, basada en la historiografia regionalista de Mexico, conducir^ a la ampliaeion del conocimienlo y a la recreacion de las idenlidadcs historicas mcxieanas, con el fimie objetivo de la espeeificidad y la interpretacion de las caracteristicas de las sociedades regionales. Solo asi se podran rcplanlear la historia y la idenlidad nacionales.
160
bibliogr^ficas 1. Veise el "Prblogo" de Pueblo en vilo, Mexico, El Colegio de Mexico, 1%8. 2. Al respecto ver Carlos Martinez Assad (coord.). Balance y perspectivas de los estudios regionales en M^ico, Mexico, CUH-UNAM-Miguel Angel Porrua, 1990, (col. Mexico: actualidad y perspectivas), p. 7-20 y 61 -89. 3. Buenos balances historiograficos se han realizado por Mario Cerutti, "Contribuciones recientes y relevaiicia de la investigacion regional sobre la segunda parte del siglo XIX" y Romana Falcon, "Las regiones en la revolucion. Un itinerario historiografico", ambos en Ibid., p. 25-60 y 61-92. Otro balance, y que incluye la esfera nietodol6gica, se encuentra en Pedro P6rez Henero (comp). Region e historia en Kdixico (1700-1850), Mexico, Iiistituto Dr. Mora-Universidad Autonoma Mctropolitana. 1991, (col. antologias universitarias), en particular los articulos de Luis GonzAlez, "Temiflo, microhistoria y ciaicias sociales", p. 23-36, Eric Van Young, "Haciaido historia regional; coiisideraciones metodol6gicas y te6ricas", p. 99-122. Otros mas, por citar a los mas importantes, David Bailey, "Revisioiiisni and the Recent Historiography of the Mexican RevoluUon", en Hispanic American Historical Review, vol. 58, niim. 1, 1978, p. 62-79; Barry Carr. "Recent Regional Studies of tlie Mexican revolution", en Latin American Research Review. 15 (1), 1980, p. 3-14, Enrique Florescano, Bl nuevo pasado mexicano, 2a ed., Mf^xico. Cal y Arena, 1992; Carlos Martinez Assad, "Historia regional, un aporte a la nueva historiografia", en Horacio Crespo {et. al.). El historiadorfrente a la historia, corrientes historiogrojicas actuates, Mexico, Instituto de Investigaciones Historicas-UNAM, 1992, (serie divulgaci6n, 1), p. 121129; y Eric Van Young, "Mexican Rural History Since Chevalier, tlie Historiography of the Colonial Hacienda", en Latin American Research i?evi>w,vol. XVIII,nuin. 3, 1983, p. 5-62. 4. Una debilidad de la historiografia regionalista niexicana es que no explica la forma en que el universo de analisis, en cuanto a tien^po, espacio e identidad, se aborda negando la problematizacion acerca de lo regional y micro en la historia. Otros estudios, adem^s, al aplicar la periodizacion nacional a la historia regional recortan su especificidad, lo que desfavorece la explicaci6n metodol6gica de lo que define y explica a los fenomenos regionales. Esta es una de las criticas fundamentales que emprende Luis Gonzalez y Gonzalez, Todo es historia, Mexico, Cal y Arena, 1990, asi como en Nueva invitacidn a la microhistoria, Mexico, FCE, 1982. 5. Esta propuesta ya tuvo un avance en Pablo Senano Alvarez, "Analisis y perspectivas de los estudios regionales mexicanos", en prensa por Estudios de Historia Modema y Contemporanea de Ki^ico. Instituto de Investigaciones Hist6ricas-UNAM; y en un mecanoescrito incdito realizado por el mismo autor y Leticia Reina, con el titulo provisional de Historia regional e historia nacional, y que se prepara como manual metodot6gico.
161
Pablo Serrano Alvarez 6. Estos elementos han sido trobajados y reflexionados antaiormente en aigunos documentos y ensayos propios, titulados "Perspectivas de Ios estudios regionales en Mexico", pouencia prescntada en la VIIl Reunion de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos, celebrada en San Diego, California, entre el 19 y 21 de octubre de 1990; en "Sobre la significaci6n de los estudlos regionales en Mexico'", Cartapacios, (Colima, Col.): 20 de junio de 1989, "Historia regional, ,[,para que?", en Cartapacios, (Colima, Col.): 20 de jmiio de 1989; y "Replanteando la historia nacional, la Diosa Clio en las regiones de Mexico", en Cartapacios, (Colima, Coi): 29 de octubre de 1989. Otros aportes en este sentido se han dado, e^)ecialmente. por Luis Gonzalez y Gonz^cz, El oficio de historiar, Zamora, Michoackn, El Colegio de Michoacan, 1988; Jos6 Maria Murid, Panorama actual de la hisloriograjia mexicana, MtSxico, liistituto Dr. Mora, 1983; Sergio Ortega Noriega, "Hacia la regionalizacion de la historia de Mocico", en Estudios de historia modema y contempomnea de Mexico, (Mexico, D.F.): num. 8, 1980, p. 9-22; Paul W. Drake. "Mexican regionalism Reconsidered", en Journal of Inter-American Studies and World Affairs, 12: 3,juliode 1970, p. 40 M I 5, Luis Gonzalez eHira De Gortari Rabiela, Historia regional, Guadalajara, Jal., Programa de Estudios Jaliscienses-Universidad de Guadalajara, 1991. 7. Apoyo esta propuesta en las consideraciones teoricas de Ann R. Markusen, "Regions and Regionalism", en Frank Moulaert y Patricia Salinas (eds.), Regional Analysis and (lie New International Division of Labor The Hague, Boston, I.^ndon, KluwerNijhoff Publishing, 1983, p. 33-55; Marcel Roncayolo, "Histoire et geographie: les fondements d'une complementaritd", enAnnales, 44, num. 6, nov-dec 1989, p. I427-I434; Jacques Chcvallier {et. al.). Centre, peripherie, tenitoire, Paris, Centre Univcrsitaire de Rccherches Administratives et Politiques de Picardie. Presses Univcrsitaires de France, 1978; Walter Isard, Kietodos de andlisis regional: una introduccion a la ciencia regional, 2a ed., Barcelona, Ariel, 1973, (col. demos, biblioteca de ciencia econbmica), Robert D Sack, "El significado de la tcrritorialidad", en Pedro P*irez Herrero (comp.), op. cit., p. 194204; y Luis Gonzalez, El oficio.... op. cit. 8. Al respecto, ver Femand Braudel, Una leccidn de historia. Mexico, FCE, 1989, (col popular, 410), sobre la totalidad como postura metodologica en la Europa del Mediterraneo, 9. Sobre estas posUiras de orden epistemol6gico o metodol6gico, que se encuentian en la fonna en que el investigador realiza su labor de anMisis e invesUgaci6n, ver Hugo Zemelman, Historia y politica del conocimiento, Mexico, El Col^io de Mexico, 1989. Esla postura se evidencia tanibidn, implicitamente, en Luis Gonzalez y Gonzalez, Pueblo en vilo. op. cit. 10. Los fenomenos regionales no son unilineales, estaticos y preestablecidos, como se desprende de las a^xirtaciones metodologicas de la geografia o la economia. Ver, como mucstra de esto: Angel Bassols Batalla, "Las dimensiones regionales del Mexico contanporaneo", en Carlos Martinez Assad (coord.), op. cit., p. 93-146; Idem, Mexico: forntaciou de tvgiones econdniicas, Mexico, UNAM, 1983; Claude Cortez, "Introducei6n", en ... (comp.). Geografia historica, Mexico, Instituto Dr. Mora-Universidad Autonoma MetrofwUtana, 1991, p. 9-22; Francisco CcXis, Andlisis regio-
162
Clio y la historia regional mexicana nal, La Habana, Cuba, Editorial de Ciencias Sociales. 1988; Carol Smith (comp.). Regional Analysis, Nueva York, Academic Press, 1976, 2 vols.; y Eric Van Young, La ciudady el campo en el Mexico del sigh XHII, la economia rural de la region de Guadalajara, 1675-1820, Mexico, FCE, 1989. 11. Sobre esta considenici6n ver Hugo Zemetman, op. cit; Luis Gonzalez, El oficio..., op. cit.; y Pablo SerTano Alvarez, "An^sis y perspectivas...", art. cit. 12. El concepto de idejitidad ha sido ampliamente definido por la antropologia, en especial, la preocupada por los fenomenos y expresiones de Mexico, se toma aqui como un principio metodologico util al historiador regional. Al respecto, ver Claudio Lomnitz-Adler, Cultural Relations in Regional Spaces: an Exploration in Theory and Method for tlie Studj^ of National Culture in Mexico, Stanford, Stanford University, 1987, [Tesis Dr. of Philosophy, in^dita], Guillermo Bonfil Batalla, El Mexico profundo, Mexico, CNCA, 1989, (col. los noventa); en otro sentido metodol6gico, ver Ann Markusen, art. cit., Carol Smith, op. cit:, y Edward P. Thompson, Tradicidn, re\'uelta y concienda de clase, estudios sobre la crisis de la sociedadpreindustrial, 2a ed., Barcelona, Critica-Grijalbo, 1984, (Historia, 7). Cfr- con Luis Gonzalez, Pueblo en vilo. op. cit e Idem. Todo es historia. op. cit. 13. Tomo aqui las apreciaciones tcoricas de la accion social, entrelazadas con la antropologia hist6rica. Ver Alain Touraine, El regreso del actor, Buenos Aires, EUDEBA, 1987; Idem (el.al.). Le pays contre I'Etat, Paris, Seuil, 1981. Cfr. con G e n n ^ Cardozo Galve {et.al), La region histdrica, Caracas, ed. Tropykos, 1991. En el mismo sentido Luis Gonzalez hizo su "llamado a la microhistoria" en Pueblo en vilo, op. cit. 14 Cfr. con Pablo Serrano Alvarez, "Analisis y perspectivas...", flrt. cit. y Leticia Reina, "Historia nacional e historia regional", mecanoescrito m^dito. 15. En el sentido de Lucien Febvre, Combatespor la historia, Barcelona, Ariel, 1970, y de Marc Bloch, Introduccidn a la historia. Mexico, FCE, 1952. 16. Ver las consideraciones de Claudio Lomnitz-Adler, op. cit. y Cfr. con la narracion de Luis Gonzalez en Pueblo en vilo. op. cit. 17. Cfr. con Enrique Florescano, op. cit. 18.- Ver Robert D, Sack, Human territoriaiity. Its Theory and History. Cambridge, Cambridge University Press, 1986. 19. Cfr. con Ann Markusen, art. cit., Br>aii Roberts, "Estado y region en America Latina", en Relaciones, (Zamora, Mich.): vol. I, num. 4, otoflo de 1980, p. 9^0; y Robert Sacks, ibid. 20, Baste con revisar la historiografia mexicana que da cueiita de! siglo XIX, el porfiriato, la revolucion y la postrevolucion para comprender el significado historico del regionalismo y la territorialidad en las historias regionales, Abuiidantes estudios se han realizado al respecto, una muestra se encuentra en David Bailey, art. cit.\ Thomas Benjamin, "The Leviathan on the Zocalo: Recent Historiography of the Postrevolutionary Mexican ^\z\e",en Latin American Research Review, 20: 3,Septiembre 1985, p. 195217; Harry Bemstein, "Regionalism in the National History of Mexico", en Acta amehcana., (Mexico, D.F.): num. 2, octubre-diciembre 1944, p. 305-314; Alma M. Garcia, "Recent Studies in Nineteenth and Early163
Pabio Serrano Alvarez Twentieth-Century Regional Mexican History", en Latin American Research Review. 22: 2, 1987, p. 255-266; Mario Cerutti y Romana Falc6n. arts, cit.; y Pablo SerTano Alvarez, "AnAlisis y...", art. dt. 21. Al respecto, ver Alain Touraine {ei at.), op.cit. 22. Ver Jaques Chevalier (et.ai), op. cit, Walter Isard, op. cit:, y Alain Touraine {et ai\ op. cit. Cfr. con Angel Bassols ha.\3A\^, Minco, formacidn..., op. cit. 23. Ve6se el articulo citado de Ann Markusen. 24. Ver Ehsabetta Bertolii, Marcello Carmagnani y Paolo RIguzzi, "Federacion y estados: e^)acios politicos y relaciones de poder en Mexico (siglo XIX)" en Pedro Perez Herrero (comp), op. cit., p. 237-259. En un nivel te6rico Cfr. con Alain Touraine, ibid., Armand Fremont, La region, espace vecu, Paris, Presses Universitaires de France, 1976; Willian H Miemyk, Regional Analysis and Regional Policy, Cambridge, Gunn Hain, 1982. 25. Baste ver las consideraciones de Luis Gonzalez en Todo es historia. op. cit. 26. Ejemplos de esto, sobre todo de la historiografia reciente de la revoluci6n mexicana, se erKuentran en los an^isis historiogr^ficos de Alan Knight, Interpreting the Mexican Revolution, Austin, Texas, Department of History-University of Texas at Austin, s.f, (paper no. 88-02) y Paul Vanderwood, "Explicando la revoluci6n mexicana", en Secuencia, (Mexico, D.F): num. 13, enero-abril 1989, p. 5-22. Una visidn que abarca otros periodos nacionales marcados por la historiografia se encuentra en Enrique Florescano, op. cit. Sobre la periodizacion, en el nivel metodologico, ver Luis Gonzdiez y Gonz^ez, "La periodizaci6n en la historia", en Estudios politicos. (Mexico, D.F.): nums, 20-21,1978, p. 177-182. 27. Dealguna maneraasi lo marc6 don Luis Gonzalez en/'ueWo en vilo, op.cit, y lo reafirma en El oficio de historiar. op. cit 28. Eric Van Young, "Doing Regional History: Methodological and Tlieoretical Considerations", ponencia presentada en la VII Conferencia de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos, celebrada en Oaxaca, Mexico, entre el 23 y el 26 de octubre de 1985. Esta se encuentra publicada en espaflol en Pediro P6^ez Herrero (comp.), op. cit.