Los Registros Akásicos. según Edgar Cayce

Los Registros Akásicos según Edgar Cayce Lo s Registros Akásicos según Edgar Cayce El libro de la vida Kevin J. Todeschi Libros Iluminados •

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La Salle Mollerussa. El gat negre. Poe

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Los

Registros Akásicos según

Edgar Cayce

Lo s

Registros Akásicos según

Edgar Cayce El libro de la vida Kevin J. Todeschi

Libros Iluminados



Virginia Beach •

Virginia

Título original: Edgar Cayce on The Akashic Records—The Book of Life © 1998 por Kevin J. Todeschi Traducción: María Victoria Roa Toledo Diseño de cubierta: De la presente edición en español: © 2008 por Kevin J. Todeschi y Libros Iluminados: división de A.R.E. Press A.R.E. Press / Libros Iluminados 215 67th Street Virginia Beach, VA 23451-2061 U.S.A. De las lecturas de Edgar Cayce: © 1971, 1993-2007 por Edgar Cayce Foundation. Reservados todos los derechos. Queda prohibida toda forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de cualquier porción de esta obra sin contar con autorización escrita de A.R.E. Press, Association for Research and Enlightenment, Inc. Primera edición: Marzo, 2011 Impreso en los Estados Unidos de América. ISBN 13: 978-0-87604-721-7

A aquellas almas que realmente no olvidan de dónde vienen o hacia donde van . . .

Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. Apocalipsis 20:12

ÍNDICE Prefacio ..........................................................................................................................................xi Primera parte: El pasado 1

Los Registros Akásicos: Cronistas del pasado .............................................. 1

2

Caso: La familia de Anna Campbell ............................................................... 15

3

Percepciones del pasado propio ....................................................................... 37 Segunda parte: El presente

4

Los Registros Akásicos: Indicadores del presente ................................... 57

5

Casos ................................................................................................................................. 77

6

Como trabajar con el presente .......................................................................... 85 Tercera parte: El futuro

7

Los Registros Akásicos: Probabilidades y potenciales ....................... 105

8

Casos .............................................................................................................................. 121

9

Percepciones del futuro propio ....................................................................... 137

Resumen ................................................................................................................................... 155 Acerca del autor .......................................................................................................................159

Prefacio

N

o es una exageración decir que el computador ha transformado (y sigue transformando) el planeta. Bien sea en cuanto a tecnología, transporte, comunicación, educación o entretenimiento, la era del computador ha revolucionado el mundo y la forma en que nos entendemos y nos llevamos unos con otros. No hay segmento de la sociedad moderna al que no haya afectado. La cantidad de información almacenada ahora en la memoria del computador, que diariamente circula vía Internet, es literalmente inconmensurable. Y, sin embargo, este vasto complejo de sistemas de computación y bases de datos colectivas no llega siquiera a aproximarse al poder, la memoria o la omnisciente capacidad archivadora de los Registros Akásicos. Para mayor claridad, los Registros Akásicos o «Libro de la Vida» se pueden comparar con el sistema de supercomputación del universo. El vocablo Akasa proviene de la palabra que en sánscrito significa «espacio ilimitado» y equivale a un depósito general de la totalidad de la información de todas y cada una de las personas que alguna vez han vivido. Más que un simple archivo de acontecimientos, los registros akásicos constituyen un depósito de cada hecho, palabra, sentimiento, pensamiento e intención que haya tenido lugar en todas las épocas de la historia del mundo. Mucho más que un simple depósito de recuerdos, estos registros akásicos son además interactivos y ejercen una tremenda influencia sobre nuestra vida cotidiana, nuestras relaciones, sistemas de xi

sentimientos y creencias, y sobre los potenciales y probabilidades que atraemos. Los registros akásicos contienen la historia de cada una de las almas desde los albores de la creación. Estos registros nos conectan unos con otros. Contienen el estímulo de cada símbolo arquetípico o relato místico que ha tocado profundamente los patrones de comportamiento y experiencia del ser humano. Han sido la inspiración de sueños e invenciones. Nos hacen experimentar atracción o repulsión de unos por otros. Moldean y dan forma a todos los niveles de la conciencia humana. Son una parte de la Mente Divina. Son juez y jurado imparcial que trata de guiar, educar y transformar a cada quien para que se convierta en lo mejor que pueda llegar a ser. Encarnan una siempre cambiante y fluida selección de futuros posibles que se convierten en potenciales cuando usamos y aprendemos de los datos ya acumulados. Se puede encontrar información sobre estos registros akásicos—este Libro de la Vida—en las tradiciones y leyendas populares, la mitología y en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Su rastro se puede seguir hasta los pueblos semíticos, los árabes, asirios, fenicios, babilonios y hebreos. Cada uno de estos pueblos albergaba la creencia de que existe algún tipo de tablillas celestiales que contienen la historia de la humanidad y también toda clase de información espiritual. En las escrituras bíblicas, la primera referencia a un libro sobrenatural se encuentra en Éxodo 32:32. Después que los israelitas cometieron el terrible error de adorar al becerro de oro, fue Moisés quien intercedió por ellos, ofreciendo asumir toda la responsabilidad y que su nombre se borrara «del libro que Tú has escrito» en compensación por aquella acción. Más adelante, en el Antiguo Testamento, vemos que no hay nada con respecto a una persona que no sea conocido en este mismo libro. En el Salmo 139, David apunta el hecho de que Dios lo ha escrito todo acerca de él y todos los detalles de su vida, incluso las imperfecciones y acciones aún por ocurrir. Para muchas personas este Libro de la Vida sencillamente es un símbolo de aquellas destinadas al cielo y tiene sus raíces en la costumbre de anotar los registros genealógicos de los nombres o tal vez en los primeros censos efectuados. La religión tradicional sugiere que este libro—en forma simbólica o literal—contiene los nombres de todas xii

aquellas dignas de la salvación; y ha de ser leído en lo concerniente al juicio divino (Dan. 7:10, Rev. 20:12). En el Nuevo Testamento, se nos dice que las personas redimidas por Cristo aparecen en el Libro (Filipenses 4); las que no aparecen en el Libro de la Vida no entrarán al reino de los cielos. Un interesante corolario: en la antigüedad el nombre de una persona era simbólico de su existencia. Según Sir James George Frazer, autor de The Golden Bough [La rama dorada]—uno de los volúmenes más extensos sobre mitología mundial—es tal el vínculo entre el nombre de cada quien y la propia existencia «que a una persona se le podía hacer magia a través de su nombre tan fácilmente como a través de su cabello, uñas, o cualquier otra parte material de su ser». En el antiguo Egipto, borrar el nombre de una persona de un registro equivalía a destruir el hecho de que hubiera existido jamás. Más cerca de nuestra era actual, reconocidos psíquicos y místicos de los tiempos modernos—personas que de alguna manera han logrado percibir más allá de las tres dimensiones—, han sacado a la luz una gran cantidad de información contemporánea. Según la inmigrante rusa Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891), mística y fundadora de la Sociedad Teosófica, los registros akásicos son mucho más que un simple recuento de datos estadísticos que pueda extraer una persona parasensorial: poseen un estímulo creativo que actúa sobre el presente.

Akasa es uno de los principios cósmicos: es una materia plástica, creativa en su naturaleza física, inmutable en sus más elevados principios. Es la quintaesencia de todas las formas de energía posibles: materiales, psíquicas, o espirituales, y contiene en su interior los gérmenes de la creación universal, que brotan bajo el impulso del Espíritu Divino. Alquimia y la Doctrina Secreta Rudolf Steiner (1861-1925), filósofo austriaco, educador, y fundador de la Sociedad Antroposófica, tenía la capacidad de percibir información más allá del mundo material: un «mundo espiritual» que para él era tan real como el mundo físico para los demás. Steiner sostenía que era xiii

posible desarrollar la capacidad de percibir este otro mundo y capacitar a una persona para que viera acontecimientos e información tan absolutamente concretos como el presente:

[ . . . ] el humano puede penetrar hasta los orígenes eternos de las cosas que se desvanecen en el tiempo. En esa forma, amplía su poder de cognición al dejar de limitarse a las evidencias externas en lo que respecta al conocimiento del pasado. Entonces puede ver en los acontecimientos lo que no es perceptible para los sentidos, esa parte que el tiempo no puede destruir. Penetra desde la historia transitoria a la que no es transitoria. Es un hecho que esta historia está escrita en caracteres diferentes a los de la historia común y corriente. En gnosis y en teosofía se le conoce como la «Crónica de Akasa» [ . . . ]. A los ojos del no iniciado, que todavía no puede convencerse a través de su propia experiencia de la realidad de un mundo espiritual aparte, es fácil que el iniciado parezca un visionario, o algo peor. Aquel que ha adquirido la capacidad de percibir en el mundo espiritual llega a conocer acontecimientos pasados en su carácter eterno. Esos eventos no se le presentan como testimonio muerto de la historia, sino en plena vida. En cierto sentido, lo acontecido sucede ante él. Memoria cósmica En lo que concierne a intuiciones contemporáneas, quizá la fuente de información más amplia con respecto a los registros akásicos, proviene del trabajo de Edgar Cayce (1877-1945) como clarividente, místico cristiano y fundador de la Association for Research and Enlightenment, Inc. [Asociación para la Investigación y la Iluminación]. Durante cuarenta y tres años de su vida adulta, Edgar Cayce tuvo la capacidad de reclinarse en un diván, cerrar los ojos, cruzar las manos sobre el abdomen, y entrar en cierto tipo de estado alterado en el cual encontraba disponible prácticamente cualquier tipo de información. La precisión de la obra psíquica de Cayce es evidente en cerca de una xiv

docena de biografías y literalmente centenares de libros y cintas que exploran diversos aspectos de su información y de la infinidad de temas que analizó. Cuando le preguntaban sobre la fuente de su información, Cayce respondía que en realidad eran dos. La primera, la mente subconsciente de la persona para la cual estaba haciendo la lectura y la segunda, los registros akásicos. Cayce describió así estos registros:

En el tiempo y el espacio están escritos los pensamientos, actos y actividades de una entidad—en cuanto a sus relaciones con los entornos, su influencia hereditaria; como se ha orientado—o el criterio extraído por el ideal de la entidad o según lo que sea este último. De ahí que, como se le ha llamado a menudo, el registro sea el libro de los recuerdos de Dios; y cada entidad, cada alma—en la manera en que actúa cada día en el mundo material—hace el bien o el mal o indistintamente, según lo que practique en su ser en cuanto a la manera ideal de aprovechar el tiempo, la oportunidad y la EXPRESIÓN de aquello por lo cual cada alma emprende una manifestación material. Por lo tanto, la interpretación aquí realizada al abrirlo [el registro] para esta entidad va con el deseo y la esperanza de que la experiencia resulte útil y prometedora. 1650-1* La mayoría de las veces, cuando daba una lectura en la que se discutía la historia del alma de una persona y su estadía a través del tiempo y el espacio, Cayce comenzaba con una afirmación como: «Sí, tenemos al frente los registros de la entidad ahora conocida como o llamada ____________». Y esta es su descripción del proceso de acceso a estos registros:

*_Todas las lecturas fueron numeradas, a fin de mantener la confidencialidad. El primer número (por ejemplo: «1650») se refiere a la persona o grupo que recibió la lectura. El segundo se refiere al número de la serie. En este ejemplo (1650-1), la enumeración representa la primera lectura para la persona identificada como [1650].

xv

*Me

veo a mí mismo como un punto diminuto por fuera de mi cuerpo físico, el cual yace inerte frente a mí. Me encuentro oprimido por la oscuridad, inmerso en un sentimiento de aterradora soledad. De repente, soy consciente de un blanco rayo de luz. Siendo ese pequeño punto, me desplazo hacia arriba siguiendo la luz, convencido de que debo ir tras ella o me perderé. A medida que avanzo por ese sendero de luz, gradualmente empiezo a captar diferentes niveles con movimiento. En los primeros, las formas son horribles y confusas, grotescas, como las de una pesadilla. Más adelante empiezan a aparecer a cada lado formas de seres humanos contrahechos, con alguna parte del cuerpo agrandada. De nuevo hay un cambio y alcanzo a ver unas figuras grises y encapuchadas que vienen bajando. Poco a poco, su color se va aclarando. Entonces hay un cambio de dirección, esas formas se desplazan hacia arriba, y el color de las vestiduras se vuelve más claro rápidamente. Luego van apareciendo a ambos lados, las imprecisas siluetas de casas, paredes, árboles...pero todo está inmóvil. A medida que avanzo, encuentro más luz y movimiento en lo que parecen ser ciudades y pueblos comunes y corrientes. Al aumentar el movimiento, empiezo a captar sonidos, al principio ruidos sordos no muy claros, después música, risas y trinos de pájaros. Hay más y más luz, los colores se vuelven preciosos y se escucha el sonido de una música maravillosa. Las casas van quedando atrás, adelante sólo hay una mezcla de sonidos y colores. De repente llego a un salón de registros. Es un lugar sin techo ni paredes, pero soy consciente de ver un anciano que me entrega un libro grande, un registro de la persona de la cual busco información. Caso 294-19, informe de archivo.

xvi

Registro en mano, Cayce tenía la capacidad de seleccionar la información más indicada para asistir a la persona en ese momento de su vida. Con frecuencia, una lectura podía sugerir que lo provisto era sólo una selección del material disponible, pero que a la persona se le estaba dando lo que sería «más útil y prometedor». Una vez que la persona había intentado trabajar con esa información recibida, y aplicarla, era frecuente que lecturas posteriores suministraran otras percepciones. Tal vez como una forma de aludir al hecho de que los registros akásicos no eran simplemente una transcripción del pasado sino que además incluían el presente y el futuro, al igual que ciertas probabilidades, Cayce inició la lectura 304-5, con esta curiosa afirmación:

Sí, tenemos el cuerpo aquí, y el registro tal como fue hecho y como puede ser hecho según la voluntad ejercida, así como la condición independiente de la influencia o efecto de la voluntad con la que se creó. Tenemos condiciones que habrían podido ser, que son y que pueden ser. No se deben confundir las tres y tampoco trocar los propósitos de ninguna [Énfasis del autor]. Refiriéndose al Libro de la Vida, Cayce afirmó que era «el registro de Dios, tu registro, tu alma por dentro y el conocimiento de la misma» (281-33). En otra lectura (2533-8), se pidió a Cayce que explicara la diferencia entre el Libro de la Vida y los Registros Akásicos:

P. ¿[Qué significa] El Libro de la Vida? R. Es el registro que la propia entidad escribe en la madeja del tiempo y el espacio, con paciencia. Éste se abre cuando el ser ha logrado estar en armonía con el infinito, y puede ser leído por aquellos en armonía con esa conciencia… P. ¿El Libro de los recuerdos de Dios? R. Ese es el Libro de la Vida. xvii

P. ¿Los Registros Akásicos? R. Aquellos elaborados por la persona, como se acaba de indicar. Las lecturas de Edgar Cayce sugieren que cada uno de nosotros escribe la historia de su vida a través de sus pensamientos, acciones e interacciones con el resto de la Creación. Esta información nos afecta a cada momento. De hecho, los registros akásicos afectan de tal manera nuestras vidas, así como las probabilidades y potenciales que atraemos, que cualquier exploración en ellos inevitablemente nos suministra percepciones de nuestra propia naturaleza y nuestra relación con el universo. Hay mucho más en nuestra vida, nuestra historia y nuestra influencia individual sobre el mañana, de lo que quizás nos atrevemos a imaginar. Al acceder a la información de los registros akásicos, base de datos del computador del universo, es mucho lo que se nos puede revelar. El mundo como lo hemos percibido colectivamente apenas es leve sombra de la realidad. Este libro se ha compilado con la esperanza de dar a las personas una visión más allá de esa sombra. Kevin J. Todeschi Virginia Beach, Virginia

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Primera Parte:

El pasado ◆ Una vez más el espectro dio un grito, sacudió la cadena y retorció sus fantasmales manos. «Llevas grilletes», dijo Scrooge temblando. «¿Por qué?». «Llevo la cadena que yo mismo forjé en vida», replicó el Fantasma. «La fabriqué eslabón por eslabón y metro por metro, me encadené por voluntad propia y por mi propia voluntad la llevé...». Conversación entre Ebenezer Scrooge y el fantasma de Jacob Marley en el cuento A Christmas Carol, de Charles Dickens.

Los Registros Akásicos: Cronistas del pasado

1

1 Los Registros Akásicos: Cronistas del pasado Los registros que han sido escritos, han sido escritos… Entonces la pregunta natural de la entidad, de aquello que se ha dado, es: ¿De qué fuente, o cómo, se lee dicho registro de las actividades del pasado? ¿Cómo se puede saber que se está dando un registro VERDADERO de las actividades en un período de cuya historia no existe PALABRA escrita? Sin embargo la propia entidad ve, y se le está enseñando, y está estudiando, los registros escritos en la naturaleza, las piedras, las colinas, los árboles, en lo que se ha llamado el registro genealógico de la propia naturaleza. Igualmente cierto, pues, es el registro que la mente anota sobre la película del tiempo y el espacio, de las actividades de un cuerpo con su alma hecha a imagen y semejanza del Creador. Por lo tanto, siendo espíritu en su forma, [su archivo se encuentra] sobre los registros EN el tiempo y el espacio. 487-17

I

magínese dueño de un megacomputador que guarda cada acontecimiento, pensamiento, imagen, o deseo que haya ocurrido en la Tierra. Imagine también que, más que una simple compilación de datos y palabras escritas, ese equipo contiene incontables videos y fotografías que ofrecen al espectador la versión por un testigo ocular de todo lo ocurrido dentro de cualquier marco de tiempo histórico. Por 1

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Los Registros Akásicos según Edgar Cayce

último, imagine que esta enorme base de datos no sólo hace el seguimiento de la información desde una perspectiva objetiva sino que también mantiene la perspectiva y emociones de cada persona involucrada. Por increíble que pueda parecer, esta descripción es una representación bastante fidedigna de los registros akásicos. Edgar Cayce, denominado el psíquico más documentado de todos los tiempos, así como un místico del siglo veinte, ayudó a miles de personas con su notable capacidad intuitiva. Durante más de cuarenta años, Cayce dio lecturas, o disertaciones psíquicas, usando los registros akásicos como recurso básico. El talento fundamental de Cayce fue su capacidad de acceso a la información de estos registros y la habilidad para transmitir los datos que capacitarían a las personas para descubrirlo todo, desde el propósito esencial de su vida hasta la causa oculta de un problema de larga data. Se trata de un recurso de información que, según Cayce, ha estado y está a disposición de todos. Para explicar la factibilidad de todo esto, Edgar Cayce dijo que las personas pueden entrar en sintonía con los registros akásicos en la misma forma que se puede armar un aparato de radio que sintonice las ondas hertzianas. Aunque la naturaleza de los registros no es física, una persona que se sintonice, de todas maneras «escucha», «lee» y «experimenta» su información. Para ilustrar lo que una persona podría percibir mientras visualiza esa información, Cayce dijo a una chica de dieciocho años que los registros akásicos del mundo mental se podrían comparar con una sala de cine del mundo físico (275-19). Esta película se podría volver a proyectar para tratar de entender lo ocurrido en la experiencia de una persona en cualquier período, en cualquier momento, o mientras ocupaba cualquier lugar en la historia. Dentro de estos datos también habría un registro de lecciones aprendidas, oportunidades perdidas, culpas adquiridas y experiencias ganadas. Además, aunque las acciones de una persona se pueden malinterpretar o malentender en el mundo físico, los registros akásicos mantienen un registro objetivo de la «vida real» de cada persona, porque lo que en ellos se informa fue su verdadera intención. En 1934, en el curso de una lectura para un agente de transporte de mercancías (416-2), Edgar Cayce trató de definir un poco más estos registros. No sólo habló de lo que son los registros akásicos, sino que

Los Registros Akásicos: Cronistas del pasado

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explicó cómo se escriben, y explicó cómo es que cualquier persona puede acceder a esa información. Al parecer, cualquier tipo de actividad—sea acción, pensamiento, deseo o acto—crea alguna clase de vibración. Esta vibración produce una marca sobre (lo que Cayce llamaba) la madeja del tiempo y el espacio, y de alguna manera queda identificada permanentemente con la persona a que corresponde. Aunque no puede verse, es una energía etérica que para una persona parasensorial es tan evidente, como la palabra impresa lo es para una persona vidente.

Cuando existe el pensamiento o la actividad del cuerpo en cualquier entorno específico, esa misma actividad genera las impresiones hechas en el alma . . . En cuanto a los registros efectuados por una actividad tal, están escritos sobre lo que se conoce como tiempo o espacio, en forma muy similar a la manera en que se escriben los mensajes cuya naturaleza es familiar para el cuerpo en su actividad actual. Tal como se usan los instrumentos de grabación, así la actividad de la ENERGÍA utilizada deja su impronta en la onda etérica que registra entre tiempo y espacio lo que se DESEA que permanezca, respecto a aquello que está impulsando o produciendo. Así como las personas utilizan cifras y caracteres para comunicarse, asimismo hace el alma sobre las páginas o registros de tiempo y espacio. 416-2 Sin embargo, como para complicar nuestra posibilidad de entender estos registros y trabajar con ellos, en la lectura 538-32 Cayce explicó a su esposa Gertrude que es muy factible que cualquiera que intente leerlos (un psíquico, una persona parasensorial, la propia entidad, etc.) malinterprete la información. Al parecer, la percepción de la base de datos akásica es matizada por la experiencia y antecedentes mentales de la persona que está leyendo la información A MENOS QUE el propósito sea totalmente desinteresado y orientado a prestar ayuda. En otras palabras, dos personas podrían tener interpretaciones muy diferentes de los mismos registros debido a sus respectivos sistemas de

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Los Registros Akásicos según Edgar Cayce

creencias, antecedentes, experiencias, y motivaciones personales. En el curso de una lectura para un médico de treinta y ocho años de edad, la naturaleza subjetiva de los registros akásicos se explicó así:

Por consiguiente, las interpretaciones de éstos pueden variar un poco, según las fases en las cuales se aborden. Como en las experiencias materiales, al visualizar un acontecimiento o suceso las entidades tienden a dar SU versión según la reacción sobre su ideal; y sobre las tendencias del propósito de la persona que lo visualiza. 1448-2 A la misma persona se le dijo que cada experiencia de la vida de una persona podía dejar una buena o mala impresión en estos registros akásicos. Al parecer cada ocurrencia en la vida tiene la capacidad de ser una influencia constructiva o destructiva, según lo que la persona haga con esa experiencia. Distintas desiciones dejarán impresiones muy diferentes en los registros. Puesto que estos registros son tan completos, tan exactos, y tan personalizados, la pregunta lógica sería: ¿Entonces, cuál es el propósito de los registros akásicos? En pocas palabras, la respuesta es hacer un seguimiento de cada alma y ayudarla en su crecimiento y transformación personales. Sin embargo, a fin de analizar adecuadamente y comprender la percepción que Edgar Cayce tenía de los registros, es necesario contar con un conocimiento adecuado de lo que se podría llamar «la cosmología Cayce». Básicamente, esa cosmología se puede resumir en la siguiente afirmación: Dios es esencialmente amor y el Universo está completamente organizado. A partir de ese concepto está la premisa de que cada persona fue creada a propósito, como alma, para convertirse en compañera del Creador. Ratificando las escrituras bíblicas, según las lecturas de Cayce, fuimos creados «a imagen y semejanza» de Dios (Génesis 1:26) y por consiguiente nuestro estado natural es espiritual. La vida no empezó al momento del nacimiento físico: hubo una existencia en espíritu, anterior a la existencia física. Dios ha dado a cada alma libre albedrío y la oportunidad de encontrar su expresión; de encontrarse a sí misma, por

Los Registros Akásicos: Cronistas del pasado

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así decirlo. Puesto que las almas son creadas a imagen y semejanza de Dios, es sólo a través de un proceso de experiencias personales—una decisión que lleva a otra, y luego otra, y luego otra—que los compañeros de Dios podrían ganarse su propia individualidad, siendo en verdad parte de Él pero de todos modos seres individuales por derecho propio. Una vez que hayan descubierto su individualidad, de nuevo volverán en conciencia para ser otra vez sus compañeros y cocreadores. Desde el punto de vista de Cayce, aunque actualmente estamos teniendo una experiencia física, nuestros cuerpos simplemente son un alojamiento temporal. Tal como un automóvil se descarta cuando el dueño ya no lo encuentra útil, nuestros cuerpos también se hacen a un lado cuando han cumplido su función. No somos cuerpos físicos con almas, sino seres espirituales que por el momento están viviendo una existencia física. Si esto es cierto y fundamentalmente somos seres espirituales, podríamos preguntar: ¿entonces qué estamos haciendo aquí? La respuesta que propone la información de Cayce es que básicamente estamos recopilando experiencias. Según las lecturas, el alma, básicamente creativa por naturaleza, anhela encontrar su propia expresión. De hecho, la pregunta básica que el alma se hace repetidamente podría ser: ¿Quién soy yo? Esta pregunta se repite infinitas veces en la medida que cada alma elige experiencias específicas para encontrarse a sí misma. El alma obtiene conocimiento de primera mano no solo acerca de su propia identidad, sino que también aprende que sus desiciones conducen a determinadas experiencias. Con el tiempo, las experiencias y el conocimiento adquiridos por el alma la llevarán a la sabiduría. Inevitablemente, la sabiduría conduce a la compasión y por último, el amor será el resultado final. En este punto, el alma ya conoce su identidad personal así como su verdadera relación con Dios. El alma deberá llegar a entender que su esencia básica y la de Dios son una y la misma, AMOR:

Por consiguiente, de manera innata, la entidad siempre está deseando probar algo nuevo. Eso está bien, siempre y cuando su base esté cimentada en la verdad. Porque en cualquier parte la verdad es siempre la misma: es ley. Y amor es ley, ley es amor. Amor es Dios, Dios es Amor.

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