Los señores de Ceibal. Un estudio de los textos jeroglíficos del Clásico Tardío. 1

Los señores de Ceibal. Un estudio de los textos jeroglíficos del Clásico Tardío.1 MARÍA ELENA VEGA VILLALOBOS El estudio de las ciudades mayas del Cl
Author:  Felisa Ponce Gil

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Los señores de Ceibal. Un estudio de los textos jeroglíficos del Clásico Tardío.1 MARÍA ELENA VEGA VILLALOBOS

El estudio de las ciudades mayas del Clásico se ha enriquecido considerablemente a partir del desciframiento de la escritura jeroglífica maya, pues los textos jeroglíficos revelan acontecimientos históricos —esencialmente políticos— y religiosos cuyos principales protagonistas son los dirigentes de los señoríos clásicos. En este trabajo reconstruiremos los escenarios histórico y político en torno a los señores de la entidad política de Ceibal, en el Petén guatemalteco, una ciudad que fue clave en la conformación geopolítica de la región del Río de la Pasión durante los siglos V y VIII d. C.

La antigua ciudad maya de Ceibal, ubicada en el margen izquierdo del Río de la Pasión, en el Petén, Guatemala (figura 1), es famosa por una serie de esculturas erigidas a finales del siglo IX que presentan elementos iconográficos muy particulares, así como breves pero complicados textos jeroglíficos. Aunque Ceibal ha sido objeto de importantes estudios arqueológicos, y a pesar de que dibujos y fotografías de sus monumentos han sido publicados en numerosos trabajos, hasta ahora el papel y desempeño de los señores de Ceibal dentro de la geografía política del Río de la Pasión no han sido definidos con claridad para el periodo Clásico Tardío (600-800 d. C.). El corpus jeroglífico de Ceibal, junto con los de Altar de Sacrificios, Machaquilá y Dos Pilas, es uno de los más extensos de la región, pues comprende poco más de veinte estelas, nueve paneles glíficos –también llamados en conjunto Escalera Jeroglífica– y algunas vasijas cerámicas. Aunque en algunos trabajos se han estudiado de manera particular los monumentos de Ceibal, estas investigaciones, paradójicamente, no han establecido de manera detallada la historia de Ceibal durante el Clásico Tardío. Esto se debe a que, por varias décadas, las esculturas de la ciudad fueron interpretadas como el producto de grupos “no mayas” que se infiltraron e invadieron la región del

Estudios Mesoamericanos

Río de la Pasión a principios del siglo IX.2 Hoy en día, esta hipótesis ha sido matizada3 y los elementos mayas clásicos de los monumentos de Ceibal se han enfatizado para mostrar la trayectoria histórica de la ciudad dentro de los señoríos mayas del Clásico (250-900 d. C.). El presente artículo se enfoca en los textos del Clásico Tardío –hasta el mandato de B’ot Ajaw– y parte de la necesidad de conocer de manera más profunda la historia de una ciudad que fue clave dentro de la conformación política de las regiones del Río de la Pasión y Petexbatún. Por supuesto, esta reconstrucción plantea cuatro preguntas iniciales: 1) ¿qué información encontramos en los textos de Ceibal?; 2) ¿la lectura de las inscripciones nos permite reconstruir la historia dinástica de la ciudad?; 3) ¿qué lugar ocupó Ceibal dentro de la composición geopolítica de la región? y 4) ¿por qué fueron creadas las esculturas y a qué necesidades sociopolíticas respondieron? Los dibujos presentados en este artículo pertenecen a James Porter4 y a Ian Graham.5 Los contextos arqueológicos de las esculturas se basan en los resultados de exploraciones realizadas por la Universidad de Harvard de 1964 a 19686 y en las excavaciones recientes de Takeshi Inomata en el Grupo A de Ceibal.7 Dado que los contextos han sido abordados a detalle en un trabajo previo,8 los

Nueva época, 10, enero-junio 2011

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FIGURA 1. Mapa que muestra la ubicación de Ceibal en la zona del Río de la Pasión. Tomado de Markus Eberl, 2005

datos que ahora se presentan son meramente ilustrativos.

Los inicios de Ceibal: la conformación del señorío en el Clásico Temprano Ceibal fue una de las ciudades más grandes y antiguas de la región del Río de la Pasión (figura 2). Las exploraciones arqueológicas realizadas por la Universidad de Harvard9 mostraron que la ciudad tuvo un asentamiento humano importante desde el periodo Preclásico Medio (1200-400 a. C.). En el Grupo A, el conjunto más antiguo, se construyeron grandes plataformas y edificios de material no perecedero entre 600 y 200 a. C. Las excavaciones de Takeshi Inomata, del Proyecto CeibalPetexbatún, confirman los datos proporcionados por Harvard y definen los aspectos políticos y culturales de Ceibal durante el periodo Preclásico Tardío. Entre estos aspectos encontramos un pa-

trón similar al de ciudades de Chiapas, como San Isidro y La Libertad, y al de La Venta, en Tabasco, en lo que respecta a los conjuntos Grupo E y las grandes plataformas.10 A mediados del siglo IV, Ceibal presenta estructuras importantes dentro de los tres grupos –A, C y D–, así como una serie de conjuntos periféricos que serán habitados hasta la caída del sitio a mediados del siglo X. El hallazgo de numerosas ofrendas y escondites en las plazas del Grupo A, fechadas para el Preclásico Medio y el Protoclásico,11 evidencian un complejo sociopolítico muy jerarquizado, el cual se prolongó hasta el Clásico temprano. Sin embargo, durante los siglos V y VI la población de Ceibal disminuyó dramáticamente. Este declive fue señalado desde las excavaciones de los años sesenta12 y ha sido confirmado por los trabajos de Inomata,13 quien señala que la Estructura A-10 –donde se encontraron numerosos escondites y algunos entierros del Protoclásico–, así como el Conjunto E, ambos del Grupo A,

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FIGURA 2. Mapa de la ciudad de Ceibal, redibujado por Violeta V. Campa

presentan evidencia de destrucción o abandono. Este acontecimiento coincide con el colapso de muchos centros que desde el Preclásico tuvieron un crecimiento importante, como San Isidro y La Libertad, en Chiapas. Los textos jeroglíficos de Ceibal del Clásico Tardío registran al gobernante de la ciudad que rigió los destinos del sitio antes del abandono. Dentro de las narrativas glíficas de las ciudades mayas es común encontrar referencias a gobernantes antiguos y legendarios que son mencionados por señores posteriores que buscaron vincular su historia con tiempos primigenios de la dinastía. Los gobernantes de Ceibal no son la excepción. El Tablero 7 (figura 3), labrado a mediados del siglo VIII, presenta una fecha en Rueda de Calendario (en LL1 y KK2) de 12 Manik ti’haab’ Yaxk’in (en la orilla o borde del tiempo del mes Yaxk’in), que en Cuenta Larga corresponde a 8.18.19.8.7, 13 de septiembre de 415 d. C.14 Aunque el verbo y nombre del personaje estén erosionados (en LL2 y MM1), en

NN1 encontramos el título de “señor sagrado de Ceibal”. No tenemos otra referencia conocida al gobernante de Ceibal del Clásico temprano, pero un señor mencionado posteriormente es identificado por Inomata como este gobernante temprano.15

El Clásico Tardío: los señores de Ceibal en la región del Río de la Pasión El descenso poblacional de Ceibal, que culmina con el abandono total del sitio, se prolongó dos siglos; será hasta mediados del siglo VII cuando encontremos nueva actividad en los tres grupos de la ciudad. Aunque se construyeron edificios importantes en los grupos A y C, las excavaciones de Harvard16 sugieren que el Grupo D fue el más importante durante el Clásico Tardío. El hallazgo de numerosos entierros ha proporcionado una cantidad importante de restos cerámicos que fueron reconstruidos por Jeremy Sa-

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bloff.17 Dentro del Entierro 29, del Conjunto A del Grupo D, se recuperó una vasija de la variedad Saxché y Palmar de Tepejilote (figura 4) que presenta a cinco personajes. Al de mayor rango lo encontramos sentado sobre un trono revestido de piel de jaguar que señala un espejo que le presenta un personaje con tocado de ave. Por la distribución de los cartuchos jeroglíficos podemos inferir que éstos identifican a los cinco personajes de la escena. Sin embargo, quizá debido al dibujo, los textos son ilegibles. No descartamos la posibilidad de que la vasija presente pseudo-glifos, una característica nada inusual de los objetos cerámicos. Por otro lado, dentro de las ofrendas colocadas en el Entierro 36 del Grupo D, tenemos una pieza cerámica de 12 cm de diámetro que incluye un breve texto jeroglífico.18 El texto presenta (figura 5) la llamada Fórmula Dedicatoria o Secuencia Primaria Estándar: ‘a-AY-ya “mano-HAB’ [verbo de dedicación]” yi-chi ‘u-tz’i-b’a-li “¿nombre del artista?”, t’ab’[aa]y(?) yich ’utz’i[h]b’aal…, que se traduce como “aquí …[se presentó, se consagró?] ya su dubujo/decoración…” La escena del vaso está formada por dos personajes vestidos de jaguar; frente a ellos se encuentran recipientes con el elemento k’ahk’, “fuego”, pero sólo el personaje de la izquierda tiene frente a él un códice. Aunque el texto no nos da información sobre el linaje gobernante de Ceibal, es interesante señalar que el Grupo D albergó a importantes linajes y familias de la ciudad. La reocupación de Ceibal en el Clásico Tardío coincide con el establecimiento de una facción de la dinastía Mutu’l de Tikal en el Petexbatún. Los miembros de este grupo, liderados por el gobernante B’ajlaj Chan K’awiil, fundan la ciudad de Dos Pilas (ver figura 1), la cual, tras una serie de guerras y enfrentamientos con los señores de Tikal, logra erigirse y mantenerse como la entidad política más poderosa de la región. Del corpus del señorío de Dos Pilas obtenemos dos referencias a Ceibal. La primera de ellas la encontramos en la Estela 15 (figura 6), un monumento comisionado por el gobernante K’awiil Kokaaj19 que registra una serie de ritos realizados

en el año 721 d. C., 9.14.10.0.0, 5 Ajaw 3 Mak. La secuencia ritual se inicia con un evento de tirar incienso (uchoko’w ch’aaj) por parte del gobernante; continúa con el adorno de las efigies de los dioses GI20 y K’awiil, deidades patronas de Ceibal y de varias ciudades del Petexbatún. El adorno de estas efigies ocurrió en el centro de la ciudad de Ceibal (tahn “Ceibal” ch’e’n). El nombre del gobernante de Ceibal que participó en este rito no fue registrado, pero contamos con un candidato: K’an Mo’ B’ahlam, señor mencionado en el Tablero 5 de este sitio, aunque Inomata21 propone que K’an Mo’ B’ahlam fue el gobernante que rigió los destinos de Ceibal antes de su colapso en el Clásico Temprano, en 415 d. C. La presencia de Ceibal en este “circuito de ritos”22 indica una participación importante dentro de las peregrinaciones que Dos Pilas realizó en algunas ciudades del Petexbatún. La Estela 15 fue colocada en el complejo ceremonial más grande de Dos Pilas conocido como El Duende, un sitio llamado en los textos jeroglíficos como K’in Ha’nal, “el lugar del agua caliente”, que hace referencia a las dos cuevas que se ubican debajo del complejo de El Duende. K’awiil Kokaaj aparece en el monumento ricamente ataviado portando un escudo rodela y un cetro del dios K’awiil, después de realizar una danza en un lugar llamado Nah Chan Nal de la ciudad de Dos Pilas, y el nombre del complejo de El Duende aparece a los pies del gobernante.

Dos Pilas ataca Ceibal El señorío guerrero que conocemos de Dos Pilas23 se inicia con el Gobernante 324 (727-741 d. C.). Como han propuesto Arthur Demarest, Stephen D. Houston y Kevin Johnston,25 la relación que los señores tenían con sus vecinos de la región Petexbatún y la zona del Río de la Pasión fue pacífica y conciliadora. Sin embargo, con la entronización del Gobernante 3, este sistema político da un giro inesperado, pues comienza a sojuzgar a reinos cercanos como Itzán, Aguas Calientes, El Chorro, Tamarindito y Arroyo de Piedra.26

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FIGURA 3. Tablero 7 de Ceibal que registra al gobernante del sitio en 415 d. C. Dibujo de Ian Graham, 1996

FIGURA 4. Vasija del Entierro 29 del Grupo D de Ceibal. Tomado de Jeremy Sabloff, 1975

FIGURA 5. Vasija del Entierro 36 del Grupo D de Ceibal. Tomado de Jeremy Sabloff, 1975

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FIGURA 6. Estela 15 de Dos Pilas. Dibujo de Stephen D. Houston, 1993

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Cuando Dos Pilas ha dominado una parte importante del Petexbatún, su objetivo se centra en una de las ciudades más grandes y antiguas del Río de la Pasión: Ceibal, un sitio con el que décadas anteriores mantuvo relaciones aparentemente amistosas y alianzas políticas y rituales destacadas. El ataque ocurrió en el año 735 d. C. Dos monumentos celebran la victoria del Gobernante 3 sobre Ceibal: la Estela 2 de Dos Pilas27 y la Estela 2 de Aguateca, las cuales narran los mismos eventos (figura 7). Ambas estelas registran que en la fecha 9.15.4.6.4, 8 K’an 17 Muwaan, 29 de noviembre de 735, hubo guerra contra la ciudad de Ceibal. Una noche después del ataque (ju’n ek’ lat), en 9 Chikchan 18 Muwaan (Estela 2 de Dos Pilas, D2-C3; Estela 2 de Aguateca, D1-C2) ch’a[h]ka[j] utz’ib’aal paat K’awiil, “fue cortada la pintura/decoración de la espalda del dios K’awiil”. La palabra ch’ak es un verbo de raíz transitiva que tiene el significado de “lesionar a alguien/algo”, y los mayas clásicos lo utilizaron para referirse a la conquista y destrucción de ciudades.28 Así, recuperando la propuesta de Paul Mathews,29 Linda Schele y Peter Mathews,30 la frase ch’ak utz’ib’ali paat K’awiil puede hacer referencia a la destrucción de los monumentos labrados de Ceibal. Uno de los monumentos que puede ser de esta época, entre finales del siglo VII y principios del VIII, es la Estela 16 (figura 8), que presenta una composición diferente a las estelas más tardías del sitio y que fue labrada en el frente y la espalda. Por supuesto, esta es sólo una propuesta, pues debido a la terrible fragmentación del monumento, no contamos con textos jeroglíficos que apoyen este argumento. Después de la guerra contra Ceibal y de la destrucción de sus monumentos, la Estela 2 de Dos Pilas registra (en D3-C6) que este acto fue ordenado por el b’aah pakal…uto’k’ upakal, “el primero del escudo [jefe militar] de las armas de” el Gobernante 3 de Dos Pilas. Seis días después (wak lat) de la posible destrucción de las esculturas de Ceibal, en 2 Chuwen 4 Pax, 9.15.4.6.11, 6 de diciembre de 735 (en la Estela 2 de Aguateca, E2-F7), “Yihch’aak B’ahlam, señor sagrado de Ceibal, fue

adornado ante la presencia del guardián de K’in B’ahlam, señor sagrado de Mutu’l [Dos Pilas].” La consecuencia de esta derrota, además de la posible destrucción de las esculturas, fue la subordinación política de Ceibal a Dos Pilas y sus gobernantes. A diferencia de otros cautivos de alto rango —como Waxaklaju’n Ub’aah K’awiil de Copán—, Yihch’aak B’ahlam no fue inmolado, como han sugerido algunos investigadores.31 Esta excepción ha sido analizada por David Stuart,32 quien nos dice que quizá hubo una relación personal entre el guardián y su cautivo, donde el captor o guardián era quien decidía el destino de su prisionero. Sabemos que Yihch’aak no fue sacrificado porque después de la muerte del Gobernante 3 de Dos Pilas en 741, reaparece en los Tableros de Ceibal realizando, en el año 745, algunos ritos bajo la mirada vigilante de K’awiil Chan K’ihnich de Dos Pilas, el sucesor del Gobernante 3. No sabemos qué ocurrió con Yihch’aak entre 735, año de su captura, y 745, cuando reaparece en los Tableros de Ceibal. Sin embargo, podemos decir que durante ese tiempo, Ceibal no erigió monumentos y estuvo bajo el control de Dos Pilas. Con esta victoria, la dinastía Mutu’l de Dos Pilas tenía bajo su dominio gran parte de las regiones Petexbatún y Río de la Pasión.

Ceibal bajo el dominio de Dos Pilas El Gobernante 3 de Dos Pilas murió en 9.15.9.16.11, 13 Chuwen 14 Xul, 28 de mayo de 741, según la Estela 1 de Aguateca (figura 9), y lo sucedió en el trono K’awiil Chan K’ihnich días después. La relación de parentesco entre ambos personajes aún no es clara, pero Stanley Guenter33 opina que K’awiil Chan K’ihnich fue hijo de K’awiil Kokaaj y, por tanto, sobrino del Gobernante 3, aunque no hay en los textos jeroglíficos una mención explícita a esto. El reinado de K’awiil Chan K’ihnich también se caracteriza por el conflicto y las guerras contra ciudades de la región y otras zonas, algo más alejadas de Dos Pilas, como Motul de San José, en el Petén

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FIGURA 7. Estelas 2 de Dos Pilas y 2 de Aguateca que registran la captura de Yihch’aak B’ahlam de Ceibal. Dibujos de Stephen D. Houston, 1993

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central, y Yaxchilán, en el Río Usumacinta. Recordemos, como se dijo anteriormente, que la reaparición de Yihch’aak B’ahlam de Ceibal ocurrió durante el gobierno de K’awiil Chan K’ihnich. Stuart nos dice que “es posible que la muerte del Gobernante 3 haya permitido a Yich’ak Bahlam recuperar cierta independencia. Si éste fue el caso, esto podría indicar que las relaciones entre captores y prisioneros fue en ocasiones más personal que política”.34 El primer rito realizado por K’awiil Chan K’ihnich como gobernante de Mutu’l ocurrió tres días después de su entronización, en 9.15.10.0.0, 3 Ajaw 3 Mol, 26 de junio de 741. El monumento que conmemora el evento, una aspersión de incienso (chokow ch’aaj) lo encontramos en Aguateca, en la Estela 1 (figura 9). Este rito también fue mencionado en Ceibal. La erosionada Estela 5 de Ceibal (figura 10), colocada en el muro oeste de la fachada inferior FIGURA 9. Estela 1 de Aguateca. Dibujo de Stphen D. Houston, 1993

FIGURA 8. Estela 16 de Ceibal. Dibujo de Ian Graham, 1996

de la Estructura A-10, ha sido identificada como uno de los monumentos de un personaje tardío del sitio llamado B’ot Ajaw. Sin embargo, algunos datos permiten asociar la Estela 5 como un monumento de K’awiil Chan K’ihnich. La estela presenta a un personaje ataviado con la indumentaria de los jugadores de pelota que mira a un individuo arrodillado, quizá un cautivo, que se ubica frente a él. Aunque el texto esté casi perdido, sobreviven algunos glifos ubicados frente al rostro del personaje principal que pueden leerse como tahn lamaw u[laju’n] haab’[k’uhul Mutu’l ajaw], “en la mitad [del periodo], en el décimo tuun del señor sagrado de Mutu’l”. Aunque en el dibujo no sea tan claro el glifo emblema de Dos Pilas, el monumento muestra un sufijo ajaw en su típica variante de glifo emblema. En la posición B1 se conserva el título ajcha’ b’aak, “el de los dos cautivos”, un título bastante común de los gobernantes mayas del Clásico. Así, volviendo al texto de la Estela 1 de Aguateca (figura 9), el rito de aspersión de 3 Ajaw 3 Mol

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ocurre “en la mitad del periodo” (en D1-3), en el décimo tun, y lo realiza K’awiil Chan K’ihnich, “el de los dos cautivos” (en A10). Aunque algunos años después K’awiil Chan K’ihnich ostente el título de ajuhx b’aak, “el de los tres cautivos”, durante sus inicios como gobernante usó ajcha’ b’aak, como aparece en la Estela 1 de Aguateca y en la Estela 5 de Ceibal. De esta manera, proponemos que la Estela 5 registra la fecha 3 Ajaw 3 Mol, 9.15.10.0.0 y que representa al gobernante de Dos Pilas. El hecho de que esta estela conmemore un rito de K’awiil Chan K’ihnich nos dice que Ceibal, después del ataque de Dos Pilas en 735, estaba bajo el control directo del gobernante de Dos Pilas. Otra evidencia clara de la subordinación política de Ceibal la tenemos en el texto de los Tableros de la Estructura A-14, los cuales forman la inscripción más larga de Ceibal encontrada hasta ahora. Smith35 propuso, a partir de la evidencia arqueológica, que estos tableros —o Escalera Jeroglífica— estaban incompletos. Sin embargo, el análisis epigráfico de la inscripción36 muestra, salvo algunos bloques erosionados, que el texto está completo.

La fecha en Cuenta Larga nos ubica en 9.15.13.13.0, 4 Ajaw 3 Wo, 26 de febrero de 745. De manera similar a lo que se registró en la Estela 15 de Dos Pilas, el gobernante K’awiil Chan K’ihnich realiza ritos en Dos Pilas, Ceibal y Aguateca, a semejanza de los “circuitos de ritos” que caracterizaron el gobierno de K’awiil Kokaaj. Esta permanencia puede indicar que, aun después del ataque y posterior sometimiento de Ceibal, este sitio continuó siendo parte importante del desempeño ritual del reino Mutu’l de Dos Pilas. Por otro lado, nos interesa resaltar que algunos de los rituales registrados en los Tableros ofrecen información sobre la dinastía inmediata de Ceibal. En el año 747, Yihch’aak B’ahlam realiza un rito de ochi k’ahk’, “el fuego entró” (figura 11), en la tumba de uno de sus antepasados llamado K’an Mo’ B’ahlam. Este personaje es identificado como k’uhul ajaw de Ceibal. Debido a que posiblemente los monumentos tempranos de Ceibal fueron destruidos, no podemos saber cuándo gobernó este personaje ni cuánto tiempo estuvo en el trono; pudo ser padre o hermano de Yihch’aak, pero esto es muy especulativo. Por su parte, Inomata37 ha propuesto que K’an Mo’ B’ahlam fue el gobernante que rigió la ciudad en el Clásico Temprano y que su tumba puede encontrarse en el interior de la Estructura A-14. Otro personaje interesante es nombrado en el Tablero 6 (figura 12). El ritual de “entrada de fuego” antes descrito es realizado por Yihch’aak en compañía de un ch’ok ajaw o “noble/joven señor” de Ceibal llamado B’ahlam […] Janaab’, algo que nos indica que Yihch’aak tuvo un heredero al trono. Por supuesto, el rito también es supervisado por K’awiil Chan K’ihnich. El texto de los tableros llega al año 751 y no tenemos en Ceibal otros registros hasta finales del siglo VIII. Sin embargo, dos vasijas registran el wahy de un señor de Ceibal: la vasija K791, fechada en 9.16.3.13.14, 4 Imix 12 Kumk’u, 18 de enero de 755, y la vasija K771, fechada estilísticamente entre 672 y 731 d. C. Los textos secundarios de ambas vasijas mencionan a seres wahy de diversos señores. Las dos vasijas mencionan el mismo wahy

FIGURA 10. Estela 5 de Ceibal que muestra al gobernante K’awiil Chan K’ihnich. Dibujo de Ian Graham, 1996

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para el señor de Ceibal (figura 13): ha’ hix uwahy “Ceibal” ajaw, “el jaguar sobrenatural de agua es el wahy del señor de Ceibal”. El señor al que hacen referencia estas vasijas puede ser Yihch’aak B’ahlam. Pocos años después de los eventos que registran los Tableros y las vasijas, ocurre en el Petexbatún un acontecimiento que marca el fin de una época: el gobernante K’awiil Chan K’ihnich de Dos Pilas es derrotado por el gobernante de Tamarindito en el año 761. Esto creó una etapa de gran violencia que ha sido denominada por algunos autores38 como “tierra del miedo” en el Petexbatún. La caída de la dinastía Mutu’l de Dos Pilas y la intensa guerra que se desata nos muestra el caos político y el vacío de poder que causó la desintegración del reino Mutu’l. Las décadas anteriores al colapso de la región Petexbatún se caracteriza por la guerra endémica que tuvo, quizá, sus motivaciones en el aspecto político más que en factores económicos y ecológicos, como ha señalado Demarest,39 quien propone que estos factores políticos pudieron precipitarse por el crecimiento desproporcionado de la élite, un aspecto que se observa en toda la región del Petén: hay una arquitectura pública mayor que en tiempos antiguos y más monumentos cuyos registros no se enfocan en el k’uhul ajaw. Distintas formas de competencia política y rivalidad colocaron al sector productivo bajo mucha presión, pues se requería un aumento de la población común así como de la población agrícola. Según Demarest40 esto tensó la economía y la infraestructura en los estados clásicos que provocaron ciertos cambios, los cuales se evidencian, sobre todo, en el sistema de k’uhul ajaw, en el sistema de gobierno de señores sagrados de las ciudades mayas del Clásico.

camente en Ceibal. La fase cerámica de este periodo en Ceibal es la transición Tepejilote-Bayal (770-830 d. C.), durante la cual la ciudad presenta importantes construcciones en los tres grupos, sobre todo en el Grupo A. Los monumentos de esta fase en Ceibal, y en general los textos de la región —salvo los de Tamarindito—, no relatan los eventos bélicos que caracterizaron la zona en el siglo VIII,41 pero sí nos ofrecen algunas pistas que permiten comprender la forma en que el sistema de k’uhul ajaw fue perdiendo prestigio después de la caída de Dos Pilas. En algunas esculturas de Ceibal encontramos la presencia de un personaje llamado B’ot Ajaw (figura 14) que ostenta un cargo sacerdotal por demás interesante y, aunque el glifo que designa este cargo aún no cuenta con una lectura definida, lo llamaremos “nahb’at”. Guillermo Bernal ha propuesto la lectura nahb’at para este título argumentando que en varias lenguas mayas, la raíz nahb’ da lugar a formas verbales de “ungir, untar, embadurnar”. Asimismo, nos dice, el sufijo –at del glifo puede operar como instrumental que marca la cualidad de un sujeto, por lo que propone que nahb’at puede significar “el que unge” o “ungidor”. A través de la lectura y análisis del Tablero de K’an Tok de Palenque, concluye que los personajes que “accedieron al trono” por orden de los gobernantes palencanos en turno fueron sacerdotes que cumplieron funciones muy específicas e importantes, como la participación activa en ritos de visión, conjuros y sacrificios sangrientos, así como las ceremonias dedicadas a la veneración a los ancestros. Debido al hallazgo en el Edificio 1 del Grupo XVI de Palenque de un recipiente con restos de hematita, Bernal propone que estos sacerdotes “nahb’at” también fueron los encargados de administrar ciertos pigmentos —como el cinabrio— en los cuerpos de importantes personajes fallecidos.42 Los sacerdotes “nahb’at” fueron mencionados en varias ciudades, como en Piedras Negras (Panel 3), Tortuguero (Caja de Madera), Tamarindito (Escalera Jeroglífica 3), Dos Pilas (Panel 19), Yaxchilán (Estela 7) y Ceibal (estelas 1, 6 y 7). Con excepción de Palenque y Ceibal, estos sacerdotes

El sacerdote B’ot Ajaw de Ceibal La desintegración política de Dos Pilas y la guerra desatada en la región Petexbatún tuvieron un amplio impacto, pues encontramos repercusiones de esto en la zona del Río de la Pasión, específi-

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FIGURA 11. Tablero 5 de Ceibal. Dibujo de Ian Graham, 1996

FIGURA 12. Tablero 6 de Ceibal. Dibujo de Ian Graham, 1996

FIGURA 13. Detalle de la vasija K771 que muestra el wahy del señor de Ceibal

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tuvieron un desempeño ritual limitado, y son mencionados en compañía del heredero al trono o con el gobernante. La presencia relevante de los “nahb’at” en Palenque y Ceibal ocurre después de crisis políticas muy importantes: en Palenque después de la captura del gobernante K’ihnich K’an Joy Chitam43 y en Ceibal después de la caída de Dos Pilas, la cual tuvo un impacto regional. Un texto de Tamarindito registra la huída de K’awiil Chan K’ihnich en 9.16.9.15.3, 15 de enero de 761, última mención conocida que encontramos de este gobernante. Poco después, la dinastía de Dos Pilas se trasladó a Aguateca mientras la ciudad era sitiada y destruida. No obstante lo anterior, la caída de K’awiil Chan K’ihnich no terminó con la influencia y prestigio de la dinastía Mutu’l, pues encontramos monumentos que se refieren a señores de esta dinastía en ciudades como La Amelia y la misma Aguateca. Por otro lado, recordemos que los únicos textos erigidos en Ceibal después de la captura de Yihch’aak B’ahlam fueron la Estela 5 (741 d. C.) y los Tableros (751 d. C.). El lapso entre este último monumento y el siguiente erigido en Ceibal es de 20 años. No sabemos cuándo murió Yihch’aak B’ahlam ni si el siguiente gobernante del sitio fue el personaje identificado en los Tableros como ch’ok ajaw. Lo que sí sabemos es que en 771 d. C., 13 Ajaw 18 Kumk’u, 9.17.0.0.0, un personaje llamado B’ot Ajaw se “estrenó en el señorío” (joyaj ti ajawlel) no con el título de k’uhul ajaw, como es común en los registros de entronización, sino con el de k’uhul nahb’at, “ungidor sagrado”, en la Estela 7 (figura 13). Por el Número de Distancia inserto en el texto tenemos la certeza de que estuvo en el cargo más de un k’atun o 20 años, hasta la fecha 9.18.10.0.0, 800 d. C., donde sigue siendo un k’uhul nahb’at con los títulos de Ajb’alun Haab’tal —“el de los nueve o innumerables cambios de año” o, como propone Nikolai Grube,44 “el de los muchos sirvientes”— y b’aahkab’, “cabeza de la región”. La Estela 7 fue colocada en la Estructura A-10, al lado izquierdo de la escalinata central, a la misma altura que la Estela 5 que representa el primer

FIGURA 14. Estela 7 de Ceibal. Dibujo de James Porter, 1990

rito como gobernante de K’awiil Chan K’ihnich en 741. B’ot Ajaw se representó en su monumento ataviado con los implementos del jugador de pelota, semejante a K’awiil Chan K’ihnich, quizá en un afán por representarse como lo hiciera el antaño poderoso gobernante de Dos Pilas. Por otro lado, en la complicada Estela 6 de Ceibal (figura 15) está referido un gobernante de Dos Pilas y lo que parece ser un personaje de Aguateca, también en el año 771. Aunque el texto aún permanece oscuro casi en su totalidad, parece ser que registra el autosacrificio (ch’ahb’) de un k’uhul nahb’at que personifica a los dioses patronos de Ceibal y de Dos Pilas: GI y K’awiil. Por las fechas y algunos glifos aislados, podemos inferir que el k’uhul nahb’at de esta inscripción es el mismo de la Estela 7 de Ceibal: B’ot Ajaw. Pero, ¿de dónde procede este personaje? ¿Fue un miembro de

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FIGURA 15. Estela 6 de Ceibal. Dibujo de James Porter, 1990

la familia real de Ceibal o es un dignatario de otra ciudad? La ciudad de La Amelia, ubicada sobre una pequeña fuente tributaria que fluye en el lado sur de la zona más baja del Río de la Pasión,45 en una escarpa de 155 m de altura, al norte de Dos Pilas (ver figura 1), presenta dentro de su corpus jeroglífico —2 tableros y 6 paneles de una Escalera Jeroglífica— un monumento que menciona a un personaje llamado B’ot Ajaw. Este monumento es el Tablero 2 (figura 16) y presenta a un dignatario con los atavíos propios del juego de pelota en el año 804. El texto lo identifica como B’ot Ajaw (en A8) pero nos señala que es un k’uhul Mutu’l ajaw, un “señor sagrado de Mutu’l” (en A9). Buscando en otros textos de La Amelia encontramos, en la Escalera Jeroglífica 1 en A3-B3, que el nombre completo de este dignatario fue Lachan K’awiil B’ot Ajaw. Aunque por un tiempo se consideró a este personaje como el mismo que se representó en Ceibal, las fechas de ambos personajes son disímiles así como los títulos que ostentaron.46 Esto nos muestra que aún después de la caída de Dos Pilas continuó usándose en la región el título de k’uhul ajaw. Asimismo, existen otros monumentos que nos hablan de personajes que utilizaron el título Mutu’l, como Tahnte’ K’ihnich, en Aguateca, y Chak Lakamtuun, en Aguas Calientes.47 Ceibal, quizá por razones políticas, prefirió colocar en el mando de la ciudad al grupo de los “nahb’at”, pues B’ot Ajaw no se asume como gobernante de la entidad política del señorío, sino como un sacerdote que se entroniza pero que realiza las funciones y actividades propias de los k’uhul ajaw. Los personajes que ostentaron el cargo de k’uhul nahb’at en Ceibal claramente están desempeñando el papel de gobernantes, pues se les representa de manera prominente y realizando ritos del juego de pelota y la conmemoración de las fechas de final de periodo (atadura de piedra). Es interesante señalar que sólo en el Río de la Pasión, y específicamente en Ceibal, encontramos el título de k’uhul nahb’at. Así, Ceibal logra, hasta cierto punto, mantenerse alejado de los acontecimientos bélicos de la

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Treinta años después de la caída definitiva de la región Petexbatún y del reinado de B’ot Ajaw, encontramos en la zona del Río de la Pasión la presencia de un personaje de gran carisma y astucia política que logra con éxito instalar el sistema de “señor sagrado” en la región. No es casual que este personaje, llamado Ajb’alun Haab’tal Wat’ul K’atel, fuera la cabeza de la entidad política de Ceibal.

Conclusiones

FIGURA 16. Panel 2 de La Amelia. Dibujo de Stephen D. Houston, 1993

región Petexbatún. A finales del siglo VIII y principios del IX, Ceibal presenta un renacimiento político, social y artístico. Parece ser que el segmento “nahb’at” supo aprovechar el momento de crisis regional y estableció un precedente de gobierno en la ciudad. Desempeñaron un papel crucial en la continuación del señorío de Ceibal, pues lograron mantener el orden político y social de la ciudad en una época de guerra endémica y fragmentación que sólo algunos señoríos pudieron eludir. La administración estatal que sin duda alguna encabezó el grupo sacerdotal “nahb’at” mostró a los habitantes y grupos de poder de la ciudad que su facción era capaz de dirigir al señorío con eficiencia. Una prueba de lo anterior lo encontramos en la segunda mitad del siglo IX, cuando los “nahb’at” vuelven a ser los dirigentes de la ciudad y monopolizan las representaciones públicas (Estela 1).

El análisis de los textos jeroglíficos presentados en este trabajo muestra que Ceibal no sólo fue un sitio relevante en la zona del Río de la Pasión durante el periodo Clásico terminal, sino que también fue clave dentro de la conformación geopolítica del Petexbatún durante el siglo VIII. A pesar de ser pocas las referencias que encontramos de Ceibal en el Clásico Tardío, podemos trazar de manera más precisa la presencia de este señorío en los registros de otras ciudades. Sin embargo, el papel y desempeño de Ceibal en la zona del Río de la Pasión debe profundizarse, sobre todo en el periodo de la caída de Dos Pilas y la guerra que se desata en el Petexbatún. Los registros jeroglíficos señalan que Ceibal fue un sitio con una antigua tradición escrituraria; sus monumentos tempranos, sin embargo, pudieron ser destruidos por Dos Pilas después del ataque y captura de su gobernante, Yihch’aak B’ahlam, en el año 735 d. C. Las evidencias epigráficas nos muestran sólo una pequeña porción de la historia dinástica de Ceibal que, en comparación con la de otros sitios, está muy fragmentada y sólo proporciona datos aislados. Sin embargo, al contextualizar la historia y desempeño de Ceibal durante el Clásico Tardío, podemos apreciar de qué manera el gobierno de Ajb’alun Haab’tal Wat’ul K’atel, uno de los gobernantes más destacados de las tierras bajas mayas en el Clásico Terminal, pudo constituirse en la ciudad y crear, brevemente, el último resplandor de los señoríos mayas de la zona del Río de la Pasión, a mediados del siglo IX.

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Notas

Ponencia presentada en el ciclo de conferencias titulado Investigaciones recientes en la zona del Río de la Pasión y la región Petexbatún: nuevos datos, nuevas interpretaciones, realizado en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, en diciembre de 2009. 11 Smith, “Major Architecture and Caches”, pp. 7-12, e Inomata, “Los mayas preclásicos en Ceibal...”. 12 Willey, “The Collapse of Maya Civilization...”, pp. 1-56. 13 Comunicación personal, 2010. 14 Podemos reconstruir esta fecha en Rueda de Calendario debido a que en el Tablero 8, un Número de Distancia de 9 winales y 18 k’ines conduce a la celebración de la fecha de final de periodo de 8.19.0.0.0, 10 Ajaw 13 Kayab’, 24 de marzo de 416 d. C. 15 Comunicación personal, 2010. 16 Willey, “The Collapse of Maya Civilization...” y Smith, “Major Architecture and Caches”, pp. 175-223. 17 “Ceramics”, pp. 146-147. 18 Ibidem. 19 El nombre del Gobernante 2 de Dos Pilas se leía anteriormente como Itzamnaaj K’awiil. Sin embargo, la lectura de ITZAMNAJ para el logograma del dios D ha sido cuestionada recientemente y se ha propuesto la lectura KOKAJ. Asimismo, he invertido el orden pues me parece, como me señaló Erik Velásquez, que el logograma K’AWIL se lee primero. 20 “GI” significa God One. 21 Comunicación personal, 2010. 22 Simon Martin y Nikolai Grube, Crónica de los reyes y reinas mayas, p. 58. 23 Ibid., pp. 60-62. 24 El nombre jeroglífico del Gobernante 3 de Dos Pilas no ha sido descifrado completamente, por lo que se le denomina así en diversos trabajos. 25 Arthur Demarest et al., “Proyecto Arqueológico Petexbatún: nuevas perspectivas sobre el sistema de guerra maya y el colapso”, pp. 226-231. 26 Ana Luisa Izquierdo y María Elena Vega, “Dos Pilas en el Clásico Tardío: un señorío regional”, en prensa. 27 Existe una confusión en el número de la estela de Dos Pilas que registra el ataque a Ceibal. Houston, en Hieroglyphs and History at Dos Pilas, menciona que la estela en cuestión es la 2. Sin embargo, autores como Paul Mathews, en “Ch’akah U Tz’ibal: the Axing of History at Seibal”, y David Stuart, en The Inscriptions of Temple XIX at Palenque, dicen que es la Estela 16. Debido a que en un artículo de Karl Herbert Mayer, “Depredación de la Estela 16 de Dos Pilas, Petén”, pp.

Este artículo fue presentado como conferencia dentro del Primer Seminario Avanzado de Epigrafía Maya realizado en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, en junio de 2009, y en una conferencia en el Museo Popol Vuh de la Universidad Francisco Marroquín, en la ciudad de Guatemala, en febrero de 2010. El texto que ahora se presenta ha sido enriquecido y corregido gracias a los comentarios de numerosos colegas. 2 Ver, por ejemplo, Tatiana Proskouriakoff, A Study of Classic Maya Sculpture, pp. 150-153; John Eric Thompson, Grandeza y decadencia de los mayas, pp. 360-364; Historia y religión de los mayas, pp. 21-72; Jeremy A. Sabloff y Gordon R. Willey, “The Collapse of Maya Civilization in the Southern Lowlands: A Consideration of History and Process”, pp. 331-336; John A. Graham, “Aspects of Non-Classic Presences in the Inscriptions and Sculptural Art of Seibal”, pp. 207-219 y “Monumental Sculpture and Hieroglyphic Inscriptions”, pp. 1-79; Linda Schele y David Freidel, Una selva de reyes. La asombrosa historia de los antiguos mayas, pp. 499-530. 3 Algunos de estos trabajos son los de Linda Schele y Peter Mathews, “Seibal: A K’atun-ending Commemoration of Ah-Bolon-Abta Wat’ul Chatel”, pp. 175196; Brian Just, Las estelas del siglo IX en Machaquilá y Ceibal; Gair Tourtellot III y Jason González, “The Last Hurrah. Continuity and Transformation at Seibal”, pp. 60-82; María Elena Vega, La historia de Ceibal en la época Clásica, pp. 170-210. 4 En John A. Graham, “Monumental Sculpture and Hieroglyphic Inscriptions”, pp. 1-79. 5 Corpus of Maya Hieroglyphic Inscriptions, vol. 7, part 1: Seibal. 6 Gordon R. Willey et al., “Introduction: The Site and Its Setting”, pp. 1-56; Jeremy A. Sabloff, “Ceramics”, pp. 1-240; A. Ledyard Smith, “Major Architecture and Caches”, pp. 1-263 y Gair Tourtellot III, “Peripheral Survey and Excavation Settlement and Community Patterns”, pp. 1-33. 7 Erik Ponciano et al., “Revisando Ceibal: cambios sociales durante el Preclásico y Clásico Terminal en la región del Pasión”, pp. 448-463 y Takeshi Inomata, “Los mayas preclásicos en Ceibal: políticas e identidades culturales”. 8 Vega, La historia de Ceibal, pp. 18-61. 9 Willey, “The Collapse of Maya Civilization...”, pp. 1-23 y Smith, “Major Architecture and Caches”, pp. 7-12. 1

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23-24, se menciona el saqueo reciente de la Estela 16 (que no es la que registra el ataque a Ceibal), en este trabajo la denomino Estela 2. 28 Algunos ejemplos de esto los encontramos en textos de la ciudad de Palenque, como en el Tablero Este del Templo de las Inscripciones y la Escalera Jeroglífica de la Casa C. En estas inscripciones, K’ihnich Janaab’ Pakal describe el ataque y la destrucción de Lakamha’ (zona central de Palenque) en tiempos antiguos. 29 Paul Mathews, “Ch’akah U Tz’ibal...”, pp. 1-5. 30 Schele y Mathews, “Seibal: A K’atun-ending...”, pp. 176-177. 31 Demarest et al., “Proyecto Arqueológico Petexbatún...”; Stephen Houston, “Historia y arqueología en Dos Pilas, Petén”, pp. 273-282; Paul Mathews, “Ch’akah U Tz’ibal...”. 32 “Los antiguos mayas en guerra”, pp. 41-47. 33 Comunicación personal, 2008. 34 Stuart, The Inscriptions of Temple XIX at Palenque, p. 47. 35 Smith, “Major Architecture and Caches”, pp. 6377. 36 Vega, La historia de Ceibal, pp. 127-135. 37 Comunicación personal, 2010. 38 Demarest, The Petexbatun Regional Archaeological Project. A Multidisciplinary Study of the Maya Collapse, pp. 147-150. 39 Ibid., pp. 154-156. 40 Ibidem. 41 Una excepción a esto podríamos tenerla en la Estela 6 de Ceibal. Debido a la erosión parcial, y a su inusual composición gramatical, este monumento aún permanece oscuro. Sin embargo, una clara referencia al gobernante de Dos Pilas en 770 d. C. podría indicarnos que el tema fue su derrota ante Tamarindito. Pero no es seguro. Para un análisis más detallado ver Vega, La historia de Ceibal, pp. 91-94. 42 El tablero de K’an Tok: reconstrucción, análisis epigráfico e implicaciones historiográficas de una inscripción glífica maya del Grupo XVI, Palenque, Chiapas, pp. 85-120. 43 Uno de los eventos más deshonrosos en la dinastía palencana ocurrió cuando K’ihnich K’an Joy Chitam II fue capturado en 711 d. C. por los señores de la cercana ciudad de Toniná. Stuart, “Larga vida al rey: la cuestionable muerte de K’inich K’an Joy Chitam de Palenque”, pp. 1-5, y Bernal, El trono de K’inich Ahkal Mo’ Nahb’, pp. 209-231, han propuesto que la captura no terminó en su inmolación, pues aparece mencionado en textos de Palenque después de este evento. Ber-

nal (ibidem) sostiene que la captura de K’an Joy pudo ocasionar una severa crisis en el seno de la dinastía que despertó la ambición de algunos miembros de la familia real, entre ellos Janahb’ Ajaw, un sacerdote “nahb’at” de gran influencia política que fue nieto de K’ihnich Janahb’ Pakal. El prestigio y la desconfianza que envolvieron el reinado de K’an Joy permitió que el grupo sacerdotal de los “nahb’at” obtuviera mayor poder en la ciudad de Palenque, sobre todo durante el reinado de K’ihnich Ahkul Mo’ Nahb’ (721-736 d.C.). 44 Comunicación personal, 2009. 45 Peter Mathews y Gordon R. Willey, “Prehistoric Polities of the Pasion Region...”, pp. 50-55. 46 Peter Mathews, comunicación personal, 2008. 47 Martin y Grube, Crónica de los reyes y reinas mayas, pp. 64-65.

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