LOS TEORICOS DEL DESORDEN: El , , o estructuralismo. ( 1 )

LOS TEORICOS DEL DESORDEN: El , , o estructuralismo. (1) Julio G. Sequeiros Tizón El post estructuralismo es un neo estructuralismo o un anti estru

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LOS TEORICOS DEL DESORDEN: El , , o estructuralismo. (1) Julio G. Sequeiros Tizón

El post estructuralismo es un neo estructuralismo o un anti estructuralismo ?. Quienes señalan una ruptura con el estructuralismo, suelen situarla en los sucesos de Mayo de 1.968, y asientan su idea en el impacto de las ideas gauchistas y libertarias vinculadas a aquellos acontecimientos, sobre el trabajo intelectual de Michel Foucault o Roland Barthes. "he visto a Barthes, con modales insurreccionales, hablar sobre la necesidad de y a Foucault criticar el poder y analizar el de la revuelta estudiantil" 2 . En el calor de los sucesos de Mayo y en sus dias posteriores, el silencio de Lèvi-Strauss, Lacan o Althusser sonó elocuente. Al mismo tiempo, un graffiti en las paredes de la Panthéon Sorbonne, le decía a los estructuralistas . En Diciembre de 1.969, Lacan, ante el estudiantado de Vincennes, pronuncia: "Por qué tú, como revolucionario, aspiras a ser un maestro ?. Ya tienes uno". El estructuralismo adquirió rápidamente la retórica de Mayo de 1.968, y algunos han cesado de identificarse con el estructuralismo (Barthes) o ampliaron las distancias respecto a él (Foucault). Sin embargo las cosas no son tan simples. Para empezar, aquel silencio de 1.968, afecta a una figura central en el post-estructuralismo: Derrida. Por otro lado, el post-estructuralismo (empezando con Barthes y el deconstruccionismo de Derrida) estaba lejos de los temas que procupaban a Lacan. (...) Sinembargo, ninguno de ellos parece darle relevancia a la tesis del caleidoscopio (3) como elemento que define el estructuralismo francés clásico (Lèvi-Strauss, Lacan, Althusser, o el Barthes de los sesenta). Por lo tanto, "podemos afirmar con certeza que, el post-estructuralismo, en la concepción de Derrida, Foucault, Deleuze y Lyotard, se ha vuelto antiestructuralista. En este sentido, podemos decir que el post-estructuralismo, en la medida en que es un espacio intelectual formado por el pensamiento de Derrida y Foucault (y el Barthes reciente, el del criticismo literario), es a la vez un neo-estructuralismo y un anti-estructuralismo. El neo parece querer indicar una cierta continuidad, en el desarrollo y en la dependencia, con y del movimiento estructuralista". (4). 1

La bibliografía sobre este tema se ha desarrollado intensamente en los años ochenta y en la primera mitad de la década de los noventa. Véase, por ejemplo, Easthope, A.; British post-structuralism: sice 1968. Ed. Routledge. London, 1988. Kurzweil, E.; The age of structuralism. Lèvi-Strauss to Foucault. Ed. Columbia University Press. New York, 1980. Dews, P.; Logics of disintegration. Post-estructuralist thought and the claims of critical theory. Ed. Verso. London, 1987. Sarup, M.; An introductory guide to post-estructuralism and post-modernism. University of Georgia Press. Georgia, 1989. Poster, M.; Critical theory and postestructuralism: in research of a context. Cornell University Press. Ithaca, 1989. Caws, P.; Structuralism. The art of the intelligible. Ed. Humanities Press International. New York, 1988 (principalmente su , Págs. 253 y ss. 2

Véase Lavers, A.; Roland Barthes, structuralism and after. Harvard University Press. Cambridge, Mass. 1.982. 3

"El estructuralismo tiende a percibir la realidad como si fuese un caleidoscopio. Una matriz compuesta de pocos elementos -los justos- elementos por otra parte, recurrentes." Sobre esta imagen del caleidoscopio, con orígenes en Lèvi-Strauss, véase Merquior, J.; From Prague to Paris. A critique of structuralist and post- estructuralist thought. Ed. Verso. London, 1988. Pág. 190. 4

Merquior, J.; From Prague to Paris. A critique of structuralist and post-estructuralist thought. Ed. Verso, 1.988. Pág. 192 y ss.

Desde mediados de la década de los ochenta se ha desarrollado una tendencia científica que agrupa a intelectuales, bajo el manto de lo que se ha dado en llamar el super, neo o postestructuralismo. En efecto, el término superestructuralismo cubre el amplio campo de los Estructuralistas, Semióticos, Marxistas- Althusserianos, Foucaultianos, Post-Estructuralistas, etc. El estructuralismo es un término que ha llegado a englobar a escritores como Foucault, quien no se deja llamar estructuralista, o a Derrida, quien define explícitamente su posición intelectual en contra de los estructuralistas. El término "estructuralismo" es mejor reservarlo para escritores como Saussure, Jakobson, Lèvi-Strauss, Greimas y Barthes (el Barthes de Elementos de Semiología, Mitologías y El sistema de la moda) quienes tienen, y siguen, un método de análisis estructural y sobre las estructuras. En relación al , el se manifiesta como un , un fenómeno intelectual amplio que engloba y abarca al Estructuralismo (tomando el vocablo "super" en el sentido latino del término). El en este sentido, sirve para darnos puntos de referencia sobre una metodología ya establecida. Sin embargo, el puede también ser leído en otro sentido, en un sentido mucho más importante, como . En este sentido, los Estructuralistas, Semióticos, Marxistas-Althusserianos, Foucaultianos, y Post-Estructuralistas tienen un determinado modo de pensar sobre las superestructuras. Diciéndolo abiertamente, los Superestructuralistas invierten nuestros modelos ordinarios de base-y-superestructura, de tal modo que convierten en básico nuestra forma de pensar y, por lo tanto, lo superestructural. Así, el Superestructuralismo representa lo que Foucault (y algunos otros) quería denominar como epistémé, un marco implícito de metodologías e hipótesis. Incluso cuando Derrida refuta a LèviStrauss, o Baudrillard le declara la guerra a Foucault, las hostilidades se plantean siempre en un terreno común." (5)

Para una bibliografía sobre los textos básicos de este tema, consúltese: Miller, J.; French structuralism: a multidisciplinary bibliography. Ed. Garland Pub. New York. 1981. Baudrillard, J.; Le miroir de la production. L'illusion critique du matérialisme historique Ed. Casterman. Paris, 1974 Barthes, R.; Le plaissir de texte. Ed. Seuil. Paris, 1973. Barthes, R.; Systéme de la mode. Ed. Seuil. Paris, 1967. Barthes, R.; Mythologies. Ed. Seuil. Paris, 1957. Deleuze, G. y Guattary, F.; L'anti-Oedipe: capitalisme et Schizophrénie. Ed. Minuit. Paris, 1972. Derrida, J.; De la Grammatologie. Ed. Minuit. Paris, 1967. Derrida, J.; L'Ecriture et la différence. Ed. Seuil. Paris, 1.967. Derrida, J.; Marges de la philosophie. Ed. Minuit. Paris, 1972. Derrida, La carte postale de socrate à Freud et au-déla Ed. Flamarion. Paris, 1980. Eco, U.; A theory of semiotics. Ed. Indiana University Press. Indiana, 1976. Foucault, M.; Les mots et les choses. Ed. Gallimard. Paris, 1966. Foucault, M.; Histoire de la folie à l'âge clasique. Ed. Gallimard. Paris, 1964. Foucault, M.; L'archeologie du savoir. Ed. Gallimard. Paris, 1969. Lacan, J.; Les quatre concepts fundamentaux de la psychanalyse. Ed. Seuil. Paris, 1973. Lyotard, J.; Economie libidinale. Ed. Minuit. Paris, 1974. Lyotard, J.; La condition post moderne. Ed. Minuit. Paris, 1.979. 5

Harland, R.; Superestructuralism. The philosophy of Structuralism and Post-Structuralism. Ed. Routledge. London, 1987. Pág. 1.

No debemos pensar que existe una unidad centralizada y simple sobre el epistémé superestructuralista, de tal modo que no existe un texto de base, un momento o un programa de escuela científica. El superestructuralismo es una multiplicidad compleja, un conjunto con varias partes interrelacionadas entre si y formando un todo único. La primera distinción entre las partes de esta totalidad, debemos hacerla entre los estructuralistas y los superestructuralistas. Los estructuralistas son aquellos con una metodología estructural para analizar las estructuras. Lingüístas estructuralistas como Saussure y Jakobson, antropólogos estructuralistas como LèviStrauss y estructuralistas semióticos como Jules Greimas o Roland Barthes (6). Esto último es también una progresión cronológica desde los primeros estructuralistas, quienes trabajaban dentro de una disciplina concreta, hasta los últimos semióticos quienes proclaman la necesidad de estudiar la cultura en su conjunto. Pero la metodología estructural permanece siendo la misma, independientemente de su orientación científica. Los estructuralistas, en general, están interesados en conocer el mundo humano en su globalidad. Su intención es todavía la tradicional intención de la objetividad, y su objetivo, el también tradicional de obtener la verdad. Los superestructuralistas son otro tipo muy diferente de intelectuales. Podemos clasificarlos en tres grupos principales: a) el grupo Tel Quel de Derrida, Kristeva y el último Barthes (el Barthes de Le plaisir du texte, por ejemplo); b) Deleuze, Guattary y el último Foucault (el Foucault de Disciplina y Castigo y el de la Historia de la Sexualidad); y, por último, Baudrillard. Comparados a los estructuralistas, quienes tenían un cierto espíritu de cooperación científica (incluso no exento de sacrificar la coherencia en aras de la comprensión, como U. Eco en Teoría de la Semiótica) estos grupos son sectarios en extremo, maximizando las diferencias entre ellos. Las nuevas posiciones filosóficas que mantienen no son incompatibles con el concepto de estructura, excepto en el contenido anticientífico que mantienen, despreciando las pretensiones tradicionales del verdad y objetividad. Así, con la destrucción de la objetividad y de la verdad, el conocimiento científico llega a ser lo mismo que la actividad literaria o la política. El análisis detallado de lo observado en la realidad, y las explicaciones científicas, dejan libre el terreno a los instantes ingeniosos o a las iluminaciones excéntricas. Pero esta distinción entre estructuralismo y superestructuralismo tiene que tomar en cuenta las tres figuras principales: Althusser, Lacan y el primer Foucault (el Foucault de Histoire de la Folie à l'âge classique; Les mots et les Choses; L'archéologie du savoir,... ). Ninguno de los tres puede ser enfocado simplemente como estructuralista o superestructuralista. Por un lado, no participan plenamente del método estructural en el análisis de las estructuras, modifican el concepto de objetividad y de verdad, e introducen los temas superestructuralistas de la política, el inconsciente y la historia. Por otro lado, no participan de las nueves posiciones filosóficas (tan características) de los post-estructuralistas, quienes llegan con los nuevos argumentos de Derrida, a florecer bajo la extraña sensibilidad generada por el Mayo parisino. Por lo tanto, a Althusser, Lacan y el primer Foucault, tenemos que categorizarlos en un movimiento a parte, y hacerlo así por sus propios méritos. El estructuralismo original de Lèvi-Strauss ha sido incorporado al debate postestructuralista, debate cuyas bases empíricas no son tan firmes como las del estructuralismo de los sesenta y setenta. Así, Althusser y Foucault se han unido a Touraine y Lefebvre declarando que el estructuralismo es una ideología más que una ciencia. El propio Lévi-Strauss se ha vuelto a la antropología rechazando cualquier neoestructuralismo. Barthes y Ricoeur se han desplazado hacia la semiótica, el segundo de ellos llevando el estructuralismo lingüístico a su reencarnación 6

Algunos semióticos podrían, bajo este punto de vista, ser clasificados también como estructuralistas, con la notable excepción de Julia Kristeva. Véase, por ejemplo, Kristeva, J.; Sémiotiké: recherches pour une Sémanalyse. Ed. Seuil. Paris, 1969. Kristeva, J.; La révolution du langage poétique. Ed. Seuil. Paris, 1.974.

filosófica, es decir, rechazando su base antropológica. Sin embargo, las premisas estructuralistas, en su concepción global y holista, han atraído a los freudianos, quienes se han incrustado en la intelectualidad francesa. El estructuralismo se ha unido también a las tradiciones de Platón y Rousseau, Nietzsche y Kant, de Proust y Flaubert, de Condorcet y Erasmus (7). Una de las primeras críticas al estructuralismo, planteada en la mitad de los sesenta desde las páginas de L'Homme et la Société, consistía en que el estructuralismo era una especie de racionalismo a-histórico. Esta opinión del veterano humanista y marxista Henri Lefebvre, quien denominó al estructuralismo como un nuevo elitismo, una fobia anti-histórica propugnada por un cientifismo tecnocrático insertado en la era gaullista. (8) Una de las principales reflexiones post-estructuralistas se centra sobre la cuestión del tiempo y del el espacio. Para Lefebvre, el espacio social se ubica de acuerdo a las clases sociales, precisamente en la medida en que la planificación reproduce la estructura de clases. Foucault, extrapolando desde la localización espacial varios tipos de "dèviants", enfoca el poder y la dominación. Sin embargo, insiste en que solamente un cambio en la estructura del poder, y una ruptura epistemológica puede "salvarnos". Lefebvre pretende alterar las relaciones sociales con la ayuda de una coalición de arquitectos, sociólogos, economistas, psicólogos, y otros expertos izquierdizantes. Touraine se interesa por el espacio de los consumidores, manifestando que deben ser sensibilizados para rehusar la manipulación a la que están sometidos. Asi mismo, rechaza la dominación de los y quiere subvertir el sistema social con la ayuda de las organizaciones populares en los barrios. En su opinión, los consumidores deben ser desalienados a través de la participación. A. Touraine y Lefebvre denuncian a los tecnócratas y su mito de la eficiencia, e incluso se preocupan por las energías alternativas y el ocaso francés ante el auge tecnológico norteamericano, en un sentido paralelo al de Servan-Schreiber. Otro debate post-estructuralista se refiere a los nuevos filósofos, movimiento liderado por André Glucksmann, Jean Marie Benoist y Bernard-Henri Lèvi. De acuerdo a Lefebvre, la emergencia de estas figuras intelectuales es un fenómeno nuevo, una indicación de que la industria de la cultura ha ganado la partida bajo los auspicios de la derecha francesa. Formalmente comprometidos con el activismo estudiantil en su juventud (muchos de ellos fueron maoístas, pero desarraigados de la militancia en el partido comunista), estos jóvenes filósofos renuncian ahora a Marx, Freud y al tanto de derechas como de izquierdas. Se han vuelto violentamente contra todo sistema teórico y defienden su libertad personal, incluso, frente a los mandarines marxistas. La pretensión es cortar con toda tradición cultural, y abrazar el nihilismo y el anarquismo intelectual. Su agilidad verbal y su método de discusión, manifiestan claras reminiscencias de meditaciones estructuralistas, perpetuando, a pesar de ellos mismos, la tradición retórica francesa. Otro círculo post-estructuralista se ha formado alrededor de la revista Tel Quel. Ya que ninguna de las macroteorías vigentes puede tratar los nuevos problemas de la lingüística -el existencialismo, el marxismo o el estructuralismo- gradualmente se han orientado hacia las micro teorías. Tanto el psico-analista post-Lacaniano Felix Guattari o Gilles Deleuze, quienes atacan los usos habituales del psico-análisis o filósofos del lenguaje como Derrida, quien promete desestructurar todos los aspectos del lenguaje -tanto en su creación como en su uso-, todos ellos llevan el sello original del estructuralismo. Barthes, mientras era el gurú del grupo, y Ricoeur, emigrando a las universidades americanas, promovieron nuevas vías para examinar el lenguaje 7

Kurzweil, E.; The age of structuralism. Lèvi-Struss to Foucault. Ed. Columbia University Press. Columbia, 1980. Pág. 240. 8

Artículo reproducido en Lefebvre, H.; Au-delá du structuralisme. Seuil. Paris, 1971.

en la literatura. Discusiones sobre la "intertextualidad" o sobre la "interrogación" a propósito de textos de Hegel, Heidegger, Sartre, Platón, Lacan, etc., han servido para "desconstruir" el pensamiento occidental. La irrisoria introducción de factores físicos dentro de las más pequeñas unidades lingüísticas, y su generalización en cuestiones de mentalidad, moral y política, se manifiesta como un marco demasiado amplio para las investigaciones originales de Lévi-Strauss, investigaciones a la búsqueda de una estructura mental universal. El mismo Lévi-Strauss es particularmente agresivo con estos "mini-estructuralistas". En el final de L'Homme nú los acusa de aplicar métodos estructurales sin estructuras reales (...). Debido a que su estructuralismo no está vinculado a fenómenos reales, les denomina estructuralistas de ficción, en un mundo filosófico literario, discutiendo los unos con los otros, encontrándose con los existencialistas -quienes ignoran la ciencia- regularmente en el Café Comercio (el de Sartre). El propio Lèvi-Strauss no le encuentra utilidad a este estructuralismo literario aplicado, ya que es un pasatiempo sentimental para hacer malas digestiones de un conocimiento resumido. Reitera, una y otra vez, que las verdaderas estructuras existen, incluso si no las hemos encontrado (...). En cualquier caso, la semiótica y la semiología han reemplazado la versión del estructuralismo de Lévi-Strauss. (9). Desde un punto de vista filosófico y, concretamente, desde la hermenéutica alemana, Manfred Frank trata de acercarse al estructuralismo, seleccionando para ello cinco autores representativos de la escena contemporánea francesa -Jacques Lacan, Michel Foucault, Jacques Derrida, Gilles Deleuze y Jean François Lyotard- para estudiar tres de sus mayores preocupaciones intelectuales: el fenómeno de la historicidad y la visión de la historia, la noción y el fenómeno de la subjetividad y la semiótica, es decir, la explicación de los signos y de los significados. Frank parte del convencimiento de que "la situación espiritual de estos tiempos, demanda una nueva idea de subjetividad y de individualidad" (10). El post-estructuralismo se ha desarrollado también en otras ramas de la ciencia (11), y, en lo que a nosotros aquí nos interesa, lo ha hecho en la historia y en la filosofía de la ciencia, aunque, un desarrollo muy reducido y muy peculiar. En el ámbito de la Historia, se ha 9

Kurzweil, E.; The Age of structuralism. Lèvi-Strauss to Foucault. Op. Cit. Pág. 242.

10

Frank, Manfred; What is neostructuralism ?. Ed. University of Minnesota Press. Minneapolis, 1984. Pág. 9. El trabajo de Frank lo sitúa él mismo, entre lo que los alemanes denominan y lo que los franceses denominan , una controversia que, al menos superficialmente, disputa significados sobre el lenguaje y su interpretación. Frank, y en esto consiste su tesis, reinvidica la importancia del sujeto y de la subjetividad, tendiendo un puente entre los dos planteamientos anteriores. Véase pág. 10. Este mismo intento, pero esta vez entre Fenomenología y Estructuralismo, ha sido llevado a cabo por Silverman, H.; Inscriptions between phenomenology and structuralism. Ed. Routledge. London, 1987. 11

"El análisis de las estructuras patriarcales de la sociedad y la posición que las mujeres ocupan en ella, requiere una teoría que relacione la forma de la organización social con los medios sociales y los valores que la apoyan o la critican. Entonces estaremos en condiciones de teorizar la conciencia individual. Necesitamos una teoría de la relación entre lenguaje, subjetividad, organización social y poder. Necesitamos entender por qué las mujeres toleran relaciones sociales que las subordinan a los intereses de los hombres y los mecanismos a través de los cuales las mujeres adoptan posiciones de discurso como representativas de sus intereses." en Weedon, C.; Feminist Practice & Postestructuralist Theory. Ed. Blackwell. Oxford. U. K., 1987. Pág. 12. En esta línea de trabajo, consúltese también Delamont, S.; Knowledgeable women: structuralism and the reproductions of the elites. Ed. Routledge. London, 1989. Y también Cherryholmes, C.; Power and criticism: post-estructural investigations in education. Ed. Columbia University Press. New York, 1988.

desarrollado en la controversia entre dos extremos, aparentemente opuestos -los individuos se disuelven en las estructuras sociales: post-estructuralismo, versus, las estructuras son meros efectos de la acción individual: marxismo analítico (12). En otra dirección, se subraya que "una diferencia crucial entre estructuralismo y post-estructuralismo radica en la cuestión de la historia. En un primer momento, la utilización de la distinción de Saussure entre lo sincrónico y lo diacrónico 13, parece eliminar por completo la historia. No es accidental que lo que es esencial en los modelos de estructura funcione bien en el estudio de fenómenos como los mitos, donde un tratamiento histórico es inválido. Pero incluso en el análisis del mito, la gramática universal de la narrativa, e incluso los famosos epistémés de Foucault, pueden tener abierta la cuestión de su propia historicidad. Es esto mismo lo que el "post" del post-estructuralismo contribuye a introducir. (...) si el post-estructuralismo reintroduce la historia dentro del estructuralismo (o mejor dicho, señala los efectos que produce la reducción de la historia), eso mismo plantea cuestiones al propio concepto de historia. Las relaciones entre estructuralismo, postestructuralismo e historia son extremadamente complejas (...)" (14). En la filosofía de la ciencia, el estructuralismo o el neo, post o super-estructuralismo, se han desarrollado un tanto en la línea, amplia y general, que señalaba Jean Piaget: todo aquel que trabaja con estructuras es estructuralista. En este sentido, Wolfgang Balzer desarrolla toda una interpretación de la filosofía de la ciencia -una arquitectura, parafraseando a Foucault- de tal modo que reduce todos los planteamientos -todos los paradigmas científicos- a términos de la matemática de conjuntos. Con un concepto de estructura claramente matemático -en el sentido de Bourbaki- va desguazando los principales teorías científicas para ilustrar las aplicaciones del "programa estructuralista" a teorías como la mecánica de partículas, la estoicometría, la termodinámica, la teoría de la decisión, e incluso la Teoría Pura del Comercio Internacional llega a tener su turno. Así, "por conocimiento entendemos creencias ciertas, razonadas. Por estructura entendemos simplemente el modo en el cual las verdades ciertas, o probables, son interdependientes" (15).

12

Véase, en este sentido, Callinicos, A.; Making History. Agency, Structure and Change in social Theory. Ed. Polite Press. Cambridge. U. K., 1987. 13

Este punto -sincronía versus diacronía- es particularmente importante en los análisis estructuralistas de la economía. Véase, Beiras, J.; en Anales de Economía. Enero Marzo, 1.971. Madrid. Martínez Cortiña, R.; en Anales de Economía. No. 9. Enero Marzo, 1.971. Madrid. 14

Attridge, D. et all.; Post-structuralism and the question of history. Ed. Cambridge University Press. Cambridge. U.S.A., 1990. Pág. 1. 15

Balzer, W. et all.; An architectonic for science. The structuralist program. Ed. Reidel. Kluwer. Boston, 1987. Págs. XXI y ss. El planteamiento de la Teoría Pura del Comercio Internacional en términos de matemáticas de conjuntos se encuentra en Pág. 155 y ss.

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