MANANTIAL DE TRADICIONES

MANANTIAL DE TRADICIONES MARIA TERESA CARRERAS DE MIGLIOZZI (Año 2004) INDICE PALABRAS INICIALES ....................................................

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MANANTIAL DE TRADICIONES MARIA TERESA CARRERAS DE MIGLIOZZI (Año 2004) INDICE

PALABRAS INICIALES .................................................................. 2 SAN LUIS, CIUDAD MUSICAL DE 1810 ........................................ 3 En las iglesias............................................................................. 5 En las tertulias............................................................................ 6 En las reuniones familiares ....................................................... 7 En las pulperías.......................................................................... 7 En lugares de descanso de las carretas................................... 7 En las serenatas ......................................................................... 8 LA GUITARRA EN EL FOLKLORE LITERARIO DE SAN LUIS .... 9 La guitarra en la copla ............................................................. 10 La guitarra en el dicho ............................................................. 11 La guitarra en las relaciones de gato...................................... 12 La guitarra en el canto ............................................................. 13 La guitarra en el refrán............................................................. 15 La guitarra en la adivinanza..................................................... 15 La guitarra en el cuento ........................................................... 16 La guitarra en la leyenda.......................................................... 17 ALGARROBO “EL ARBOL” PARA LOS PUNTANOS ................ 19 Retrato y grandeza del algarrobo............................................ 20 El algarrobo, árbol bendecido ................................................. 23 El algarrobo en la Historia ....................................................... 24 El algarrobo en la cocina criolla.............................................. 25 El algarrobo y la medicina popular ......................................... 26 Algarrobo, corazón de las guitarras ....................................... 27 Otras bondades del algarrobo................................................. 27 EL MATE....................................................................................... 29 Un poco de historia .................................................................. 31 ¿Qué es el mate?...................................................................... 32 Propiedades medicinales del mate ......................................... 32 El lenguaje del mate ................................................................. 33 Creencias y supersticiones ..................................................... 34 El mate en el folklore literario de San Luis............................. 36 En las adivinanzas.................................................................... 36

En el refranero criollo .............................................................. 37 En las relaciones del gato........................................................ 37 En el cuento .............................................................................. 38 LA GUITARRA Y EL CANTO EN EL MARTIN FIERRO............... 40 El gaucho Martín Fierro............................................................ 42 La vuelta del Martín Fierro ....................................................... 45 PRESENCIA MARIANA EN EL FOLKLORE DE SAN LUIS......... 51 La devoción Mariana en América ............................................ 52 La virgen María en el folklore sanluiseño............................... 53 En las leyendas ........................................................................ 54 En la medicina popular ............................................................ 55 En creencias y supersticiones ................................................ 57 En las novenas ......................................................................... 58 En los villancicos ..................................................................... 60

“Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de sus destinos. Y los que se levantan sobre sus tumbas gloriosas, son los que mejor se preparan para el porvenir”. Nicolás Avellaneda

PALABRAS INICIALES Siendo niña, un día le pregunté a mi padre qué era la tradición, palabra que yo escuchaba con frecuencia pues él era un tradicionalista. Y recuerdo que me respondió con un ejemplo sencillo pero contundente que ha quedado por siempre grabado en mi memoria. Me dijo: Mi abuelo cantó tonadas, mi padre las aprendió. Y yo las sigo cantando. Eso es la tradición. Con el tiempo comprendí que esta herencia generacional podía abarcar todos los aspectos de la vida del hombre y que la tradición, que es un arcón que atesora los mensajes ancestrales, hace posible la dignidad y la identidad de un pueblo. Por ser la expresión de su vida íntima y del espíritu colectivo de sus habitantes, ella confiere a cada región un sello propio y característico que debemos revivir, valorar, conservar celosamente y transmitir a las nuevas generaciones.

He aquí el porqué de estas páginas que han sido escritas con la fuerza que da el amor al terruño, el respeto que inspiran las manifestaciones del pasado, el deseo de difundir nuestras tradiciones y la convicción de que sólo sobre el firme cimiento que ellas ofrecen se podrá edificar con grandeza el porvenir. M.T.C. de M.

SAN LUIS, CIUDAD MUSICAL DE 1810 La Revolución de Mayo encendió una llama nueva y fervorosa en la inspiración de los poetas y músicos criollos. Ella dejó su sello indeleble en las manifestaciones musicales de todas las regiones de la patria naciente a las que la noticia llegaba luego de recorrer largos y polvorientos caminos. Sus alcances podrían resumirse así:  Después del 25 de Mayo de 1810 se nacionalizó la guitarra y así este noble cordófono pasó a ser el instrumento musical por excelencia del pueblo argentino.  A partir de la Revolución de Mayo, los hombres de clase social encumbrada que la habían iniciado reclutaron tropas entre los gauchos de las estancias, los indios, los esclavos y los mestizos para formar las escuadras que habrían de luchar por la Independencia. En los fogones de los campamentos que ofrecían descanso luego del fragor de la batalla, comenzó un intercambio entre la cultura europeizada de los primeros y la netamente criolla de la soldadesca.  El ideal de Mayo caló hondo en el corazón del gaucho y de los cantores populares quienes, a partir de entonces, no sólo cantaron al paisaje, a la vida, al amor y a la amistad, sino que también elevaron su voz entonando loas a la patria, a la libertad, al triunfo y al heroísmo. Y lo hicieron cantando cielitos, los que a partir de 1810 ya no fueron tan sólo de carácter amatorio sino también patrióticos.  En 1810 el puerto de Buenos Aires abrió sus puertas a un país libre al que llegarían viajeros de toda Europa, de diferentes razas y credos, trayendo consigo un rico bagaje de culturas extrañas. También las abrió al arte culto europeo, en especial al romanticismo, corriente musical de moda en el viejo continente que introducía en el arte la

expresividad y la libre manifestación del espíritu humano, oponiéndose a las formas estructuradas del clasicismo.  Surgieron entonces los primeros compositores del romanticismo argentino, entre los que ocuparon un destacado lugar: Juan Pedro Esnaola (1808-1878): Nacido en Buenos Aires, recibió formación musical en Europa. Fue pianista y compositor y entre sus obras se destacaron bellísimos valses y minués. Su fama trascendió hasta nuestros días por reconstruir de memoria la música de nuestro Himno Nacional cuya partitura original se había extraviado y la canción patria corría el riesgo de caer en el olvido. Su versión, realizada en 1860, es la que hoy conocemos y entonamos. Amancio Alcorta (1805-1862): Nacido en Santiago del Estero, se dedicó a escribir música de cámara, es decir para grupos instrumentales pequeños, música de salón y obras religiosas. Juan Crisóstomo Lafinur (1797-1824): Nacido en La Carolina, provincia de San Luis, fue abogado, filósofo, poeta, periodista y también un músico talentoso. En su corta existencia (vivió tan sólo 27 años), escribió música teatral y algunos himnos patrióticos. Juan Bautista Alberdi (1810-1884): Nacido en Tucumán, es el autor de las célebres “Bases”. Como músico, compuso valses y minués.  Las manifestaciones literarias se impregnaron de un sabor épico al narrar los días gloriosos vividos hasta alcanzar la ansiada libertad.  Las representaciones teatrales se transformaron en relatos dramatizados de los sucesos vividos en los días de Mayo.  El cantar del pueblo ya no tuvo sólo un carácter descriptivo o amatorio, sino que se engalanó con matices patrióticos.  Luego de aquel memorable 25 de Mayo de 1810 los músicos y los poetas amalgamaron su creatividad y patriotismo para dar origen a los primeros himnos, marchas y odas.  A partir de 1810 los pueblos de todas las comarcas y también los hombres del campo comenzaron a cantar, cantar y cantar a la Patria que nacía, a sus héroes y a su gloria.

 El día 11 de junio de 1810 llegó a la ciudad de San Luis el oficial Manuel Corvalán.

Había partido a caballo desde Buenos Aires y venía trayendo noticias de la Revolución de Mayo, con órdenes de continuar viaje rumbo a Mendoza y a San Juan una vez cumplido su misión ante las autoridades del Cabildo puntano. La ciudad que recibía al fatigado emisario era por ese tiempo una pequeña población de 700 habitantes. A la orilla de sus calles polvorientas, tan sólo iluminadas por el sol pues no poseían faroles, se alineaban las casas de adobe con techos de paja. Muchas de ellas tenían grandes parrales y generosas quintas cuyas higueras y durazneros se prodigaban en sabrosos frutos. Frente a la Plaza Principal, hoy Independencia, en la esquina sudeste de las actuales calles 9 de Julio y Rivadavia, se hallaba la Iglesia Matriz o de la Inmaculada Concepción, mandada a construir por don Luis Jufré luego de fundar la ciudad. Junto a ella, sobre el costado este de la plaza, se situaba el cementerio y a unos pocos metros de distancia, en el lugar donde hoy está ubicada la Casa de Gobierno, se hallaban las propiedades de don José Pueyrredón y de don Anselmo Basconcellos. Hacia 1810 se planeaba la construcción del antiguo templo de Santo Domingo y ya había desaparecido la Iglesia de los Jesuítas, que ocupara la esquina noreste de las actuales calles 9 de julio y San Martín. Ubicada en el ángulo sudoeste de dicha esquina se hallaba la cárcel y a continuación de ésta, siempre frente a la plaza, se erguía el Cabildo de San Luis al que llegó con la noticia de la Revolución de Mayo don Manuel Corvalán. Por esa época el Cabildo tenía un moblaje pobre y su techumbre presentaba un importante deterioro, razón por la cual seis años más tarde fue imposible realizar allí la Jura de la Independencia, debiendo llevarse a cabo en la residencia de Dupuy, ubicada en el solar que hoy ocupa la Iglesia Catedral. La modesta ciudad basaba su economía en la ganadería mayor y menor, en la industria del cuero, del tejido y de la madera, en el secado de fruta y en la fabricación de velas, jabón, charqui y algunos quesos. Su espiritualidad se apoyaba en la misa dominical a la que asistía toda la familia, en las reuniones familiares, en las tertulias, en las festividades religiosas o simplemente en las visitas, hallándose presente en todas ellas un elemento común que hacía más amena y grata la reunión: la música.

En las iglesias

Ya se ha dicho que por esta época la ciudad de San Luis sólo contaba con la Iglesia Matriz. En el interior de la provincia, únicamente los pueblos más antiguos como San Francisco, Renca, San José del Morro y Santa Bárbara (hoy San Martín) contaban con templos donde orar y entonar los cánticos en las ceremonias religiosas. Tanto en la iglesia de la ciudad de San Luis como en los templos de estos pueblos, una pequeña orquesta formada por guitarras, a las que en ocasiones se unía el violín o el arpa, ejecutaba una música técnicamente culta, acorde a la liturgia religiosa transmitida por los misioneros afincados en esta ciudad. Cabe destacar el gran aporte que ellos realizaron en éste suelo no sólo en el campo de la fe con su fecunda labor evangelizadora, sino también en el área de la cultura en general y en especial en la música difundiendo en sus iglesias y conventos un arte técnicamente culto llamado gregoriano. Las órdenes religiosas aquí instaladas fueron: Los Mercedarios, de gran actuación en San Luis; se marcharon en 1614 por no poderse sustentar dado la poca cantidad de habitantes con que contaba la ciudad. Los Jesuitas que, luego de desarrollar una vasta obra, fueron expulsados en 1767. Los Dominicos, sacerdotes de la Orden de Predicadores, que a principios del siglo XVII fundaron su convento en la esquina sudeste de las actuales calles San Martín y 25 de Mayo de ésta ciudad y que desde entonces siguen unidos a la vida espiritual y cultural de los puntanos.

En las tertulias Las tertulias eran veladas sociales que, a la usanza de Buenos Aires, se realizaban en los salones de las viejas casonas de la ciudad capital. Los vecinos allí reunidos conversaban comentando los acontecimientos sociales y políticos de la época, tomaban mate o chocolate mientras saboreaban alguna exquisitez preparada por la dueña de casa, cantaban acompañados por la guitarra ejecutada en forma culta (es decir por partituras) y en oportunidades por el violín o el arpa; también se bailaban danzas de salón de características netamente europeas.

En las reuniones familiares En las reuniones realizadas por las familias reinaba el canto y la danza popular. Las canciones (tonadas, valses, estilos o cielitos) eran acompañadas por la guitarra criolla (la mandolina y el acordeón, instrumentos europeos de gran arraigo en suelo puntano, llegarían años más tarde). En cuanto a las danzas (la zamacueca, el gato con relaciones, la media caña y el triunfo, este último nacido después de las invasiones inglesas), se bailaban con entusiasmo al ritmo que ofrecían instrumentistas y cantores. En dichas reuniones se ponía de manifiesto el espíritu festivo característico del pueblo criollo.

En las pulperías Las pulperías eran comercios de ramos generales y a la vez centros de reunión de cantores y “guitarreros”. En general las pulperías estaban divididas en dos sectores: Uno destinado a la venta de la variada mercadería que se hallaba ubicada en la estantería: telas, comestibles, remedios, enseres de cocina, herramientas, cueros, velas y muchos artículos más. También se ofrecían guitarras y cuerdas que llegaban de España vía Chile y las primeras que ya se fabricaban en suelo americano. El otro sector, cuyo mobiliario consistía en un mostrador, algunas mesas y sillas, estaba dedicado al expendio de bebidas. Toda pulpería tenía al menos una guitarra disponible para que los cantores, apoyados en sus acordes, entonaran estilos, vidalitas, milongas y tonadas mientras los parroquianos disfrutaban escuchando estas genuinas expresiones del alma popular.

En lugares de descanso de las carretas Desde tiempos remotos la ciudad de San Luis ha sido paso obligado para las carretas que, transitando el Camino Real, viajaban de Buenos Aires a Chile.

También ha sido lugar de convergencia de los carruajes que partiendo de Bolivia y de Chile, luego de viajes fatigosos por largos caminos del norte y del oeste, llegaban con sus cargas destinadas a la venta de fuentones de cobre, vajillas de peltre, cofres de cedro, telas, hilos de plata del Cuzco y otros productos. Estas carretas no sólo transportaban pesadas cargas sino también cansados viajeros que buscando alivio participaban de fogones y amenas reuniones en las que, alternando con los lugareños, hacían conocer noticias, modas, costumbres y culturas de otros lares. Musicalmente hablando, estos viajeros traían consigo danzas, canciones e instrumentos extraños para los puntanos y a su vez encontraban en esta ciudad una cultura musical desconocida por ellos. Es decir que al reunirse gentes de diversas geografías para participar del fogón, la comida, la charla y la música se fue produciendo un intercambio de culturas locales y foráneas, es decir un verdadero fenómeno de transculturación. En la ciudad de San Luis el más antiguo sitio de descanso de carretas fue el predio que hoy ocupa la Escuela Lafinur, situada en la manzana comprendida entre las calles San Martín y Chacabuco, Lavalle y Bolívar. Este lugar, que en tiempos pretéritos fue conocido como la Plaza de las Tropas, puede ser considerado un crisol de nuestra cultura popular ya que en él se fusionaron las formas musicales propias de esta tierra con las manifestaciones culturales que llegaban de otras regiones de la Patria.

En las serenatas La serenata, costumbre que dejaron arraigada en nuestro suelo los españoles después de la Conquista, consiste en una nocturna visita musical y simboliza un obsequio que cantores e instrumentistas ofrecen al amigo o a la mujer amada al pie de su ventana. Si la serenata está destinada a un amigo, la ofrenda tiene las formas de una zamba, un estilo, una cueca o una tonada que ostenta la rúbrica del infaltable cogollo. Si en cambio el obsequio se dedica a la mujer amada, es un vals serenata el encargado de entregar la dolida queja o el mensaje de amor. Junto a estas ofrendas musicales que bajo un manto perlado de estrellas vibraban en puertas y balcones de antaño, la ciudad atesora también el

recuerdo de una serenata histórica que pobló de obsequiosos sonidos la noche puntana pocos años después de los sucesos de Mayo. Fue aquélla que en marzo de1817 el pueblo de San Luis ofrendó al General San Martín quien, luego del triunfo de Chacabuco y de paso a Buenos Aires, se hallaba hospedado en casa del Teniente Gobernador Vicente Dupuy. Aquella noche los puntanos no hallaron mejor modo de expresar su agradecimiento y admiración hacia el gran Capitán que con el cordial lenguaje de la serenata.

 Casi dos siglos de vida puntana han transcurrido desde aquel memorable 25 de Mayo de 1810. A lo largo de ese tiempo muchas veces fueron silenciando su canto mientras la ciudad iba cambiando sus formas y estrenando una nueva arquitectura. Pero por obra de la tradición la cueca y el gato siguen alegrando nuestros corazones; la serenata aún se cobija con un manto de estrellas; el cogollo continúa rubricando la amistad en una tonada y las campanas de Santo Domingo siguen llamando como otrora para anunciar paz y amor a las almas.

 LA GUITARRA EN EL FOLKLORE LITERARIO DE SAN LUIS Largos son los caminos que ha recorrido la guitarra. Llegó a España con el árabe y allí se arraigó en la vieja Andalucía cautivando el corazón de esa tierra ibérica que, con el tiempo, supo acunar magníficos guitarristas. Desde allí, en manos del español, surcó los mares para conocer nuevas tierras en tiempos de la Conquista. Así llegó a la América aborigen donde comenzó a recorrer senderos diversos y, luego de acriollarse, se transformó en la amiga inseparable del paisano.

La guitarra se instaló en toda la amplitud de nuestro suelo patrio y fue adoptada por los pobladores de todas sus regiones, en especial por los cuyanos para quienes fue el único instrumento capaz de expresar la profundidad de su sentir. Es por eso que la guitarra pasó a ser el símbolo musicológico instrumental de San Luis, Mendoza y San Juan. El alma del puntano halló en ella una fiel compañera y en su encordado, seis ríos por donde poder viajar con su bagaje de sueños y de esperanzas, de penas y de alegrías. Desde entonces, guitarra y hombre han seguido hermanados en el canto y en el tiempo; caja y corazón se mantienen unidos en un solo palpitar; voz y diapasón están enlazados en un mismo canto: el de esta tierra. Por ser su inseparable compañera y el eco fiel de sus latidos, ella ha sabido acompasar el sentir del puntano, suscitando sus trovas y motivando las manifestaciones más altas de su espíritu. Mujer, guitarra, rancho y caballo fueron las pertenencias más amadas y celosamente cuidadas por nuestros paisanos y por lo tanto los temas constantes en sus diferentes expresiones artísticas. Por eso es que la guitarra está presente en el folklore literario de San Luis, ya sea poético o narrativo, asomando a través de un arte simple, rico, bello y emotivo cuyo único vehículo es la palabra. Este noble cordófono ha inspirado coplas y canciones, refranes y adivinanzas, cuentos y leyendas que enriquecen nuestro acervo popular y que nos llegan desde antaño, sencillos y anónimos, por obra de la tradición oral. Estas expresiones brotan desde el corazón del pueblo con la pureza y la espontaneidad de las antiguas voces de los fogones que mantiene encendidos nuestro folklore.

La guitarra en la copla Estrofa de tres o cuatro versos generalmente octosilábicos, simple, casi elemental, la copla es capaz de expresar con profundidad el sentir del hombre. Nace en su corazón, florece en sus labios y, por ser profunda y decidora, se hace colectiva y queda grabada en la memoria del pueblo. En el ambiente rural de San Luis las coplas no se conocieron con ese nombre sino que fueron llamadas simplemente “versos”.

He aquí algunas coplas puntanas que hacen referencia a la guitarra y que están presentes en la memoria popular en distintos ámbitos de provincia, donde se las escucha con algunas variantes: Cuando salí de mis pagos nadie me fue a despedir, sólo una triste guitarra que desde lejos oí. Déle vino al guitarrero pa’ enamorar la cantora, que el que se muere queriendo va derechito a la gloria. La guitarra tiene boca y la boca sabe hablar. Sólo el corazón le falta para poderse expresar. Las coplas que siguen fueron recogidas en el departamento Ayacucho y aún perviven en las voces de sus antiguos pobladores:1 La guitarra, con ser caja, tiene boca y sabe hablar, sólo le faltan los ojos pa’ acompañarme a llorar. Hasta la guitarra llora siendo un madero vacido. ¡Cómo no he de llorar yo si me quitan lo que es mío!

La guitarra en el dicho Los dichos son palabras o frases que expresan una ocurrencia oportuna y graciosa. En nuestra provincia son tradicionales los “dichos del gato”, los que no deben ser confundidos con las relaciones que intercambian los bailarines. Estos dichos, recitados por cantores o instrumentistas, sólo tienen lugar en el gato cantado y se intercalan entre la primera y la segunda parte de la composición musical.

1

María Delia Gatica de Montiveros: Por las sendas de las relaciones –Gráfica Pellegrino- San Luis, 1986.

El siguiente fue recopilado en Villa Mercedes, departamento Pedernera:2 Esta cajita que toco tiene hileras de alambre ¿A cuál quiere compañero? ¿A la chica o a la grande? Y el que sigue, en San Roque, departamento La Capital:3 Guitarrita de pino, cuerdas de alambre; a mí me gustan todas, chicas y grandes. La memoria popular guarda este dicho: Tengo rancho y un caballo, tengo guitarra y espuelas, ¡Sólo me falta una moza para tener dicha entera! 4

Otro dicho popular es el que se recopiló en 1921 en la ciudad de San

Luis:

Para tocar la guitarra, cariño ni querencia, sino fuerza en el brazo mi vida y habilidencia.

La guitarra en las relaciones de gato Las relaciones son coplas que intercambian los bailarines en el interludio musical, es decir antes de comenzar la segunda parte del baile. En ese momento los “guitarreros” interrumpen el punteo y entonces el varón dedica una cuarteta a su compañera declarando su amor o reprochando su indiferencia, a la que ella contesta con amor correspondido o con burla; en este caso lo hace graciosamente, intentando producir hilaridad en la concurrencia.

2

Catálogo de la Colección de Folklore –San Luis- Facultad de Filosofía y Letras –Universidad de Buenos Aires- 1921. Leg. 158 –Mercedes- Esc. Nº 10 –Maestra Angela Velazquez. 3 Catálogo de la Colección de Folklore –San Luis-Facultad de Filosofía y Letras –Universidad de Buenos Aires- 1921. Leg. 21 –San Roque- Esc. Nº 1 –Maestra Esperanza Brucen 4 Leg. 156 –Barrio Este- Ciudad de San Luis –Esc. Nº 2 –Maestra Lola de la Torre.

Las relaciones fueron usadas en Los Aires, una danza alegre que en el pasado gozó de gran popularidad en el territorio provincial y que en la actualidad ha caído en el olvido. Pero mucho más se usaron en el gato; en tal caso la danza tomaba el nombre de “gato con relaciones”, la que tiene total vigencia en la provincia. Las relaciones que siguen fueron extraídas de un cuento referido a una fiesta de campo en el departamento Ayacucho, en el transcurso de la cual se bailaba un gato. El bailarín, haciendo gala de su destreza en los zapateos, en una de sus piruetas rompió el vestido de su compañera con las espuelas produciendo el enojo de ésta. Finalizada la primera parte del baile los presentes escucharon esta relación improvisada por los bailarines: Dijo él: Que se calle el guitarrero pa’ que escuchen lo que digo, que la mujer se ha empacao y no quiere bailar conmigo. Y ella, ni lerda ni perezosa, le contestó al instante: Que se calle el guitarrero y escuchen lo que les digo, es tan chúcaro este mozo que me ha hecho hilacha el vestido.5

La guitarra en el canto La música y la poesía, que son algunos de los bellos cauces por los que navega el sentir que anida en el mundo interior del hombre, están íntimamente ligadas entre sí por que ambas palpitan al unísono con el corazón de quien se manifiesta a través de ellas. Es por eso que tan frecuentemente las coplas se vuelven canto, pues verso y melodía recorren juntos los caminos viscerales del hombre para luego aflorar unidos en su voz. Gente añosa que he entrevistado llaman “gato” a la copla. 5

Recopilación de la autora. Informante: Remigio Sosa, trabajador rural en el departamento Ayacucho, mediados de siglo XX.

Esto se debe a que en las reuniones camperas en que los “guitarreros” ofrecen entusiastas el ritmo a esta danza, con el afán de darle brillo a la fiesta entonan coplas improvisadas que coinciden con el compás de su música, ya que en definitiva ambas poseen el mismo latido de quien las canta. Los versos que a continuación transcribo se entonaban con ritmo de vidalita a principios del siglo XX en La Botija y otras localidades del departamento Ayacucho.6 Guitarra cantora vidalitá, compañera amiga, que a llorar me ayudas vidalitá, las penitas mías. El siguiente es un estilo que doña Fidela Dávila de Herrera, con 74 primaveras, cantaba en Villa Mercedes en 1921:7 Qué misterioso poder tienes guitarra querida, para incorporar mi vida a la vida de tu ser. Pues al dolor y al placer indiferente me siento mientras no escucho el acento de tus trinos armoniosos, no canto las alegrías ni los pesares lamento. El Correntino, baile que en el pasado tuvo gran arraigo en la provincia, con el tiempo fue perdiendo vigencia. Pero nos quedan algunos de los versos con que se cantaba, como éstos que fueron recopilados en Yulto, departamento Pedernera, y que aluden a nuestro criollo instrumento:8 Esta cuerda que suena tiene un destino, a este baile lo llaman el correntino. 6

Información brindada en 1962 por don Ramón Lucero, vendedor ambulante oriundo de la ciudad capital, que por muchos años trabajó en el departamento Ayacucho. 7 Catálogo de la Colección de Folklore –San Luis- Facultad de Filosofía y Letras –Universidad de Buenos Aires- 1921. Leg. 158 –Mercedes- Esc. Nº 10 –Maestra Angela Velazquez 8 Catálogo de la Colección de Folklore –San Luis-Facultad de Filosofía y Letras –Universidad de Buenos Aires- 1921. Leg. 146 –Yulto- Esc. Nº 100 -Maestra Juana C. de Silveira.

Esta cuerda que suena tiene un destino, que ella ha de ser cortada a fuerza de martirio.

La guitarra en el refrán Recordando que los refranes son dichos sentenciosos que surgen de la experiencia y que se popularizan por la verdad que encierran, ofrezco algunos referidos a la guitarra y que en la actualidad siguen vigentes en el lenguaje rural de la provincia: “¡De ande prima, si es bordona!” (Por las personas que ocultan la edad) “De buena tripa son las cuerdas” (Equivale a “De tal palo tal astilla”) “No tiene dedo pa’ guitarrero” (No sirve para un oficio) “Le ajustaron las clavijas” (Lo pusieron en su lugar) “Son cuerdas de una misma tripa” (Tienen el mismo origen)

La guitarra en la adivinanza Las adivinanzas son recitados breves, generalmente con ritmo y rima, que proponen un acertijo. En ellas hábilmente se dan pistas destinadas a lograr las respuestas correctas.

Desde tiempos remotos las adivinanzas han brindado entretenimientos en las reuniones familiares; muchas de ellas todavía siguen vigentes y pueden oírse con cierta frecuencia en distintos ámbitos de la provincia. A continuación ofrezco algunas adivinanzas muy populares que tienen por respuesta “la guitarra”: Me rasco el pupo, me muero ‘e gusto. En la panza tengo un agujero que cuanto más lo rascan, más me alegro. Un pajarito cantor, sin tripas ni corazón. Una vieja tonta y loca con la barriga en la boca. La que sigue fue recopilada en Villa Mercedes en 1921:9 Una caja bien adornada llenita de teología. Seis vidas le ayudaban al que la convertía. Esta adivinanza fue recogida en Cañitas en la segunda década del siglo pasado:10 Arriba de un alto prado está tía Celestina, cinco la acompañaban y seis la divertían. (La guitarra, cinco dedos y seis cuerdas).

La guitarra en el cuento Nacidos como entretenimiento en lejanas noches de fogones o en amenas tertulias familiares, los cuentos son relatos que, según su contenido y la gracia del narrador, captan la atención de los oyentes que luego los repiten, popularizándolos. 9

Catálogo de la Colección de Folklore –San Luis- Facultad de Filosofía y Letras –Universidad de Buenos Aires- 1921. Leg. 158 –Mercedes- Esc. Nº 10-Maestra Angela Velazquez 10 Leg. 138 –Cañitas- Esc. Nº 55 –Maestra María Rosa Sarmiento

El siguiente es un cuento que escuché por los años 50 en la voz de don Emiliano Abaca, antiguo vecino de San Francisco del Monte de Oro, departamento Ayacucho, quien lo aprendió en su infancia: Un paisano había levantado una parva de pasto en un potrero, a buena distancia de la casa. El hombre tenía un hijo que le ayudaba en los trabajos del campo y que era tartamudo. Una tarde el muchacho, que andaba realizando ciertas faenas cerca de la parva, vio que ésta había comenzado a arder. Desesperado, montó a caballo rumbo a la casa para dar aviso de lo sucedido. Tan asustado estaba el pobre que al llegar no pudo decir una palabra completa. El padre, que sabía que los tartamudos cuando cantan pronuncian normalmente, le alcanzó una guitarra a la vez que le decía: -Cálmese m ’hijo y cuéntemelo cantando. El muchacho trató de serenarse, pulsó como pudo la guitarra y entonó la noticia: Se le quema, Tata, vidalitá, La parva de pasto… De inmediato ambos salieron al galope hacia el lugar del incendio. Cuando llegaron, sólo se encontraron cenizas.

La guitarra en la leyenda Las leyendas son relatos que se tienen por ocurridos en tiempos lejanos y que, aunque ficticios, se popularizan con cierto crédito de sucesos reales. La leyenda que doy a conocer y que se refiere al modo de afinar la guitarra ha tenido amplia difusión en los ambientes rurales de nuestra provincia. La escuché muchas veces relatada por don Emérito Carreras, mi padre, que nació en 1910 en Balde de Puertas (paraje ubicado al norte de San Francisco del Monte de Oro) y que la oyó de labios de gente añosa del departamento Ayacucho. Cabe señalar que el modo de afinar la guitarra criolla, que en el ambiente ciudadano es uniforme (mi, la, re, sol, si, mi de la bordona a la prima,

es decir en forma ascendente), varía en las zonas rurales, donde se conocen otras formas de templarla que facilitan su ejecución. El hombre de nuestros campos explica el origen de estos modos de afinación con el siguiente relato popular conocido como “La afinación del diablo”: “Estando varios paisanos en rueda de amigos escuchando a un guitarrero que hacía las delicias de la concurrencia, uno de ellos, Erasmo, le dijo a su compañero: -¡Qué no daría yo por tocar la guitarra como este hombre! ¡Sería capaz de hacer cualquier cosa! -¡Qué tanta necesidad tiene, don! –le contestó el otro- Conténtese como yo, escuchando. -Mire, mi amigo -continuó Erasmo- El que toca bien es admirado por todos, lo invitan a cuanta fiesta hay, las mozas se le enamoran y nunca le falta un buen trago… Y siguió la reunión y la música hasta llegar la madrugada. Una noche de luna llena Erasmo estaba sentado en la puerta de su rancho pulsando torpemente la guitarra como siempre lo hacía. Sus desafinados acordes desentonaban con el canto de los grillos que poblaba la oscuridad, cuando de pronto se le apareció el diablo. El paisano quedó paralizado ante tal personaje, al que reconoció de inmediato. -¡Erasmo! – le dijo el mandinga con una voz grave y una sonrisa espeluznante -¿Querés tocar la guitarra como el mejor? El pobre hombre, que permanecía inmóvil, había perdido el habla. -¿Me escuchaste, Erasmo? – insistió el visitante mientras lo miraba con ojos penetrantes. El hombre se sintió dominado; su miedo comenzó a aflojar y se fue reponiendo de a poco hasta poder contestar con voz temblorosa: -Y… sí… Pero no sé cómo hacer… -Si vos me vendés el alma – dijo el diablo – yo te prometo que aprenderás esta misma noche y que serás el mejor de estos pagos. El hombre, tentado con la propuesta, se quedó pensando un buen rato.

“Vender el alma al mandinga… -se decía- No ha de ser nada bueno… Después seguro que me llevará al infierno. Pero…, quién dice…, podría ganar el amor de esa mocita linda que me está volviendo loco y que nada ve en mí…” -¡Trato hecho! – contestó de pronto - ¡El alma es tuya! -Dame la guitarra – le dijo el diablo con voz de triunfador. Y tomándola entre sus brazos comenzó a girar las clavijas para un lado y para el otro hasta templarla de un modo raro, diferente al que todos conocían. -¡Ya está! – exclamó el mandinga – Ahora es cuestión de mover los dedos así y así… Y mientras ejecutaba con gran facilidad una hermosa melodía, le fue dando las explicaciones. Después le devolvió el instrumento y desapareció en la oscuridad de la noche. Desde entonces Erasmo se transformó en un gran guitarrero, su fama se conoció por todo el pago y mucho más allá. Pero nunca pudo conquistar a la moza porque, al vender su alma, se quedó tan vacío que ya no fue capaz de amar.”

 La tradición, que es la memoria de los pueblos, nos ha permitido escuchar a través de este trabajo las voces lejanas del pasado girando en torno a un eje: la guitarra. Esas voces y muchas más podrán regresar siempre a nosotros mientras seamos capaces de abrirle nuestros corazones buscando en ella la sencillez de una copla, la armonía del canto, la sentencia del refrán, la gracia de un dicho, la vivacidad del cuento, el encanto de la leyenda…

ALGARROBO “EL ARBOL” PARA LOS PUNTANOS Cuenta una vieja leyenda sanluiseña: 11 “Dicen que la Virgen lo despechó a Jesucristo a la oría de un riyo, debajo de la sombra de un algarrobo, con leche y vino. Dicen que el árbol, como decimos nohotros al algarrobo, no tenía muchas ramas, pero que se estendía y 11

Berta Elena Vidal de Battini: “Cuentos y leyendas populares de la República Argentina” – Informante: Wenceslada Urquiza, de más de 78 años en 1952 – Piedra Blanca, San Luis.

juntaba sus ramitas para hacerle güena sombra a la Virgen y al Niño. Entonce la Virgen lo bendijo para que tenga la mejor sombra y la mejor madera y sea el árbol más útil de todos. Por eso, como usté ve, la sombra del algarrobo es siempre estable. El algarrobo está bendecido, por eso da tanta fruta que es comida para los cristianos y los animales. Y con la algarroba se hace aloja y añapa y se guarda molida pal invierno. Y es la mejor madera qui hay de esti árbol, que sirve para morteros, pa batea, pa todo. Los mejores muebles que si hacían en la antigüedá eran di algarrobo. Agora ya está escaso porque lu han esplotado al algarrobo mucho en estos montes. Por eso el árbol tiene tantas virtudes, porque ’tá bendecido.” Con un lenguaje sencillo y haciendo gala del habla propia del ambiente rural, doña Wenceslada Urquiza resume en este relato las bondades del noble algarrobo. A ellas podríamos añadir otros beneficios que este árbol generosamente ofrece y que la informante seguramente habrá conocido bien, pero que dejó en el olvido entusiasmada por el relato. Apoyado en esta narración se ofrece al lector el presente ensayo en el que se intenta proclamar la magnificencia del algarrobo, especie vegetal tan admirable y tan nuestra, “el árbol” por antonomasia para los puntanos.

Retrato y grandeza del algarrobo El algarrobo es un árbol leguminoso de copa irregular y follaje perenne que puede llegar hasta 15 m. de altura y más de un metro de diámetro. Puede vivir más de 200 años y por la nobleza que ostenta su madera resulta insustituible en la fabricación de muebles y puertas; en el ambiente rural es la madera preferida para morteros y bateas. Tiene hojas de color verde oscuro y flores purpúreas que colorean bellamente el paisaje puntano. El fruto, muy nutritivo, es una vaina coriácea, es decir de consistencia de cuero, de color castaño, que contiene una pulpa gomosa de sabor dulce y agradable que rodea las semillas y que desde antaño ha sido fuente de alimento y bebida para nuestros paisanos. El algarrobo se multiplica por semillas y por ser sus hojas perennes brinda generosa sombra durante los doce meses del año. Los aborígenes que habitaban nuestro suelo respetaban y veneraban a esta especie vegetal a la que consideraban el “árbol de la vida” y daban el nombre de “tacu”.

Según Juan W. Gez este vocablo sólo se ha conservado en alpatacu, o alpataco, y tintitacu, o tintitaco, nombres de árboles que pertenecen al mismo género del algarrobo. Al admirar nuestro paisaje serrano pensamos que la Madre Naturaleza quiso bendecir a esta tierra puntana poblándola de árboles de preciada madera como el nogal, el retamo y el algarrobo, especies arbóreas que se integraron a la flora de la provincia y a la vida cotidiana de sus habitantes. Y esta noble tierra se brindó generosa para nutrirlas con la prodigalidad de sus entrañas. Tal vez porque ella alimentó con especial amor la raigambre del algarrobo es que esta especie arbórea llegó a ser para el puntano el árbol dilecto al que, desde tiempos inmemoriales, pudo amar y gozar en variedades tales como el algarrobo negro, o prosopis nigra, y el algarrobo blanco, o prosopis alba. Estas variedades poblaron copiosamente el monte serrano de la provincia llegando hasta el pie de las sierras y penetrando en sus quebradas más próximas donde adquirieron gran desarrollo, en tanto que en la zona de llanura se presentaron en forma aislada, salpicando el campo de trecho en trecho. La nutrida presencia del algarrobo en suelo sanluiseño ha quedado plasmada en nuestra toponimia, que atesora algunos nombres que fueron surgiendo espontáneamente en el lenguaje de los lugareños al observar el medio geográfico que los rodeaba. Esos nombres fueron pasando de una generación a otra por obra de la tradición y aún perviven en los diferentes departamentos de la provincia:12 y13 Ayacucho: Algarrobo Largo – Corral de Algarrobo – Los Algarrobos – El Algarrobal. Belgrano: Los Algarrobos (2) – Los Algarrobitos – Paso de los Algarrobos. Chacabuco: Paso del Algarrobo – El Algarrobal – Pozo del Algarrobo – Algarrobos. Junín: Los Algarrobitos (2) – Los Algarrobos – El Algarrobo. La Capital: Los Algarrobitos – Paso de los Algarrobos – Algarrobo Grande. 12

Jesús Liberato Tobares: Toponimia Puntana y - otras noticias - Gráf. Marzo – San Luis – 1995 Instituto Geográfico Militar – Córdoba, San Luis, Mendoza y San Juan – 1958/59.

13

Pringles: Los Algarrobos (2) – Los Algarrobitos – El Algarrobito. San Martín: Los Algarrobos (2) – Pampa del Algarrobito – El Algarrobito – Pozo del Algarrobo – Paso de los Algarrobos – El Algarrobal – Algarrobo Verde – Los Algarrobitos – Algarrobo Cortado. Desde tiempos pretéritos se viene realizando en la provincia una explotación forestal indolente, prolongada, desordenada y dañosa que devasta las especies vegetales y despoja de su riqueza a nuestro suelo. Es así como durante muchísimos años árboles valiosos como el algarrobo han sufrido el rudo golpe del hacha tronchando impunemente sus vidas y destinando su noble madera para postes, rollizos, durmientes, leña para alimentar el ferrocarril o los hornos de las panaderías, para sostén de las viñas de provincias vecinas o, simplemente, para carbón. Ya en las primeras décadas del siglo XX don Juan W. Gez expresaba: “La explotación del monte suministra madera para distintos usos, como leña para fabricación de carbón; es una actitud irracional y destructiva, practicada desde hace mucho tiempo, empobreciendo útiles especies. Hoy ha disminuido la demanda de madera para combustible y en ciertos lugares se advierte una recuperación de la cubierta forestal.” En 1921 don Martín Escudero informaba desde Fortuna, departamento Dupuy: “El algarrobo es un árbol corpulento de madera fuerte y buena brasa; por tales cualidades se lo utiliza para postes y para leña. Debido a lo último se nota una merma de los algarrobos en los bosques de la región.”14 Pero el algarrobo es capaz de ofrecer al hombre eso y mucho más. De todas sus bondades habremos de admirarnos a lo largo de este trabajo. Indiferentes a todas las utilidades que el algarrobo ofrece es que hoy, ya iniciado el nuevo milenio, observamos que esta problemática subsiste y que la tala despiadada continúa arrasando las especies arbóreas del bosque serrano de la provincia, lo que se agrava por la ausencia de un plan de reforestación del algarrobo, “el árbol” para el puntano. Con la finalidad de proteger los valiosos exponentes que enriquecen la vegetación sanluiseña y de resguardar un ecosistema tan importante para los seres vivos fue creado el Parque Nacional de Las Quijadas, espacio natural que se sitúa en el noroeste de nuestra provincia.

Catálogo de la Colección de Folklore – San Luis – Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires – 1921. 14 Leg. 92 – Fortuna – Esc. Nº 11 – Maestro Ireneo Salinas

Allí, en una superficie de 150.000 hectáreas conviven en armónica fitografía especies típicas como el algarrobo, el quebracho blanco, la jarilla, la divaricata y el garabato. En tanto, fuera del área protegida, el devastador latido del hacha sigue preludiando destrucción y otorgando vigencia a esta vieja adivinanza: Voy al campo, pego un grito. Vuelvo a las casas calladito. (El hacha) Por eso viene bien recordar esta antigua copla que llega a nuestros oídos por obra de la tradición oral: Ninguno corte más leña del árbol que yo corté porque la hoja reclama volver a lo que antes fue.

El algarrobo, árbol bendecido Según la tradición oral, allá por el año 1850 don Tomás Alcaraz, oriundo del departamento Belgrano, provincia de San Luis, que había quedado ciego en su niñez, al hachar un árbol halló la imagen del Señor en el interior del madero. Aquel árbol era un algarrobo. Luego del golpe del hacha su savia salpicó los ojos del lugareño y entonces se produjo el milagro: don Tomás Alcaraz recuperó la vista. Desde aquel prodigioso milagro la devoción al Señor de la Quebrada fue aumentando año a año y hoy congrega a millares de fieles devotos y promesantes que llegan cada 3 de mayo desde lejanos lugares a la Villa de la Quebrada, considerada por los puntanos la Capital de la Fe. ¡Algarrobo bendecido! Tu tronco gimió al recibir el golpe del hacha de aquel campesino ciego. Y de tu leño bendito brotó generosa la savia que roció sus ojos y les devolvió la luz, porque tu entraña vegetal atesoraba un crucifijo: el Milagroso Cristo de la Quebrada.

El algarrobo en la Historia La madera de este noble árbol fue el soporte de aquella vieja capilla que reconstruyera Sarmiento junto a su tío el presbítero José de Oro en San Francisco del Monte de Oro, departamento Ayacucho. El gran sanjuanino evoca así este episodio en “Recuerdos de Provincia”: “La capilla estaba sola en medio del campo, como acontece en las campañas de Córdoba y San Luis (…). Demolimos el frente de la iglesia que había pulverizado un rayo y construimos el primer piso de una torre y coro compuestos de pilares robustos de algarrobo…”

 En ese mismo pueblo del noroeste sanluiseño, testigo fiel de los primeros pasos de Sarmiento maestro, un viejo algarrobo aún se mantiene en pie frente a la vieja escuelita que allí fundara el gran sanjuanino. Su añoso ramaje pareciera custodiar la obra inicial de aquel gigante de la educación argentina.

 Fue la copa de un pequeño algarrobo el refugio que halló Facundo Quiroga cuando escapaba de la justicia por la travesía puntana. El prófugo, perseguido por un tigre cebado en esa desértica región ubicada entre las ciudades de San Luis y San Juan, trepó al solitario árbol y permaneció varias horas oculto en su ramaje mientras la fiera bramaba, los ojos clavados en su presa, las fauces entreabiertas y resecas. Las ramas de aquel algarrobillo temblaron una y otra vez con los zarpazos que daba el tigre al delgado tronco, hasta que, luego de dos horas de martirio, Facundo fue salvado por unos amigos que, lazo y puñal en mano, habían acabado con el animal. El caudillo riojano confesó luego que aquel día había sabido lo que era el miedo.

El algarrobo en la cocina criolla Cuando la algarroba, fruto que ofrece “el árbol”, llega a su completa sazón se seca y cae. La vaina es masticada o “chupada” por niños y grandes y constituye para ellos un buen alimento en el verano. Pero el algarrobo, además, está presente en nuestra cocina criolla en preparaciones sencillas que no por ello resultan menos apetecibles y nutritivas que otras más elaboradas. Es así como el patay, el arrope, la aloja y la añapa, elaborados con recetas que nos llegan desde tiempos ancestrales, siguen deleitando el paladar de quienes hoy los saborean. De los cuatro, el patay y el arrope son comestibles; la aloja y la añapa, en cambio, son bebidas muy apreciadas en el ambiente rural de la provincia. El patay Moliendo el fruto del algarrobo y pasándolo por un cernidor se obtiene una fina harina con la que luego se amasan panes y tortitas que, en tiempos de pobreza, han llegado a ser el único sustento del campesino. Muchas veces esta fécula era previsoramente almacenada como un tesoro capaz de aliviar los rigores del invierno. La aloja Es una bebida alcohólica que se prepara con las semillas, corteza y filamentos de la vaina frutal que quedaron en el cernidor al separar la harina de algarroba. Se vierten en un recipiente, mejor si es de barro cocido, mezclándolos con una porción adecuada de agua. Se deja en reposo durante varios días para que fermente. Luego se hace pasar la preparación varias veces por un colador hasta que quede límpida. Si se deja reposar en un lugar fresco dos o tres meses, resulta mucho más rica. Para su elaboración puede usarse tanto algarroba blanca como negra, pero se prefiere la primera pues su sabor es más delicado y su aroma más

sutil. Se puede tomar sola aunque hay quienes prefieren acompañarla con quesillo. De ahí la copla popular: Si Tatita Dios se enoja me mandará por castigo una creciente de aloja y una carga de quesillo. El arrope Es un dulce muy agradable y una golosina para los niños del campo, que se elabora a partir de la algarroba. Doña Juana M. de Garro, de 60 años en 1921, informa la receta para hacer arropes de chañar, piquillín, molle dulce, tala, algarroba y pencas de varias clases. Ella los preparaba de la siguiente manera: “Recogida la fruta, se machaca, se coloca en vasijas grandes, si es posible, se le agrega agua fría; se restrega un poco la fruta con las manos (la algarroba y el chañar se machacan en morteros) y se dejan en ebullición 15 horas y a veces hasta 24. Se saca, se cuela y se pone a hervir nuevamente hasta que dé punto. Se conoce que está a punto cuando frío forma hebras; se saca guardándolo en distintas vasijas”15 La añapa Es una bebida refrescante y dulce que se hace con algarroba molida y agua. Se exprime la vaina con la mano y se deja caer el líquido en un recipiente, quitándole las impurezas. Se la puede tomar aguada o con leche y resulta ser una bebida agradable y nutritiva, muy apetecida por los niños. ¡Cuántas veces, en los ardientes veranos, este jugo delicioso habrá llenado de frescura y dulzor las siestas de la infancia campesina!

El algarrobo y la medicina popular 15

Catálogo de la Colección de Folklore – San Luis – Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires – 1921. Leg. 23 – Fortuna – Esc. Nº 11 – Maestra Margarita A. de Burgos.

De las hojas del algarrobo, mojadas y echándoles luego un poquito de agua caliente, poniendo todo dentro de un trapito perfectamente limpio, se da remedio para curar afecciones en los ojos humanos.16 Para la nube de carne (carnaza colorada que se forma en los ojos), es bueno echar en ellos unas cuantas gotas de agua con hojas molidas de algarrobo blanco con polvo de azúcar. Para las nubes comunes en los ojos, se dejan caer en el ojo enfermo tres veces al día, tres gotas de savia de un gajo cortado del lado que sale el sol. Se obtienen las gotas poniendo un extremo de la rama al fuego. A la aloja se le atribuyen propiedades medicinales antivenéreas y diuréticas.

Algarrobo, corazón de las guitarras La tierra sanluiseña se siente orgullosa por acunar desde antaño excelsos guitarristas y magníficos guitarreros. Los guitarristas logran arpegiar bellamente las voces de su patria chica y expresar con tres primas y tres bordonas el sentimiento que anida en los puntanos. Los guitarreros desarrollan un digno oficio, que huele a leños y que sabe de secretas medidas y empíricos conocimientos. Estos les llegan a través de la tradición y les permiten templar el canto del bosque al fabricar con nobles maderas nuestro criollo instrumento. Al fabricar una guitarra los artesanos saben que, para lograr cautivar el oído con sus sones y la vista con su belleza, cada una de sus partes requiere maderas adecuadas. Así, el mástil de una buena guitarra es de cedro, por ser muy resistente; el diapasón es de ébano, por ser una madera fuerte y hermosa; la tapa superior es de pino, ya que éste es flexible y puede vibrar; la caja de resonancia, corazón de la guitarra, es de nogal, retamo o algarrobo, por ser maderas muy nobles que dan excelente sonoridad al instrumento. Es así como el magnánimo algarrobo, al ofrendar su vida para nacer de nuevo en la voz de una guitarra, adquiere a la vez un sino de belleza y un destino de canto.

Otras bondades del algarrobo Las ramas del algarrobo son comestibles y se usan como forraje.

16

Leg. 77 – Maestro Luis Jerónimo Lucero – Esc. Ambulante “E”.

La goma de este árbol se emplea para hacer una tintura color café que permite teñir hilos de lana que luego serán usados en los tejidos. Ampliando este concepto, en 1921 se informa: “La corteza, goma y hojas del algarrobo, maceradas en aguas y hervidas después, forman una tinta color café.”17 El maestro Luis Jerónimo Lucero, distinguido y recordado docente que en las primeras décadas del siglo XX se desempeñó como maestro ambulante en el departamento Belgrano y que en la Encuesta de Magisterio de 1921 obtuviera el Primer Premio otorgado por el Consejo Nacional de Educación, aporta en sus informes datos valiosos que surgen de sus observaciones y conocimientos. Así se expresaba este docente en ese año:18 “Cierta goma que destila este árbol en forma de un líquido que luego se endurece, como de la consistencia y color de un caramelo de goma, tiene propiedades iguales y tal vez mejores que la goma arábiga. Por lo menos diré que la aplico como la goma arábiga y noto que ésta no deja mancha amarilla en el papel y donde ésta se desparrama queda como es en su color. Pega muy fuerte y seca muy pronto. Tengo muestras de ella a presentar en la exposición de San Luis a fines de año, acompañado de algunas observaciones más al respecto.” Y sigue informando don Luis Jerónimo Lucero: “Cuando un algarrobo negro o blanco destila una clase de goma que parece alquitrán, cae al suelo y se penetra impermeabilizando y endureciendo el terreno tanta que pasan meses y, aunque llueva no deshace los terrones donde ha caído la goma aquella.” Y nos deja pendiente un interrogante al cual buscar una respuesta que, aún habiendo pasado tantos años, bien podría sernos útil en el futuro (si es que la tala indiscriminada deja algún algarrobo en pie en la provincia): “¿No podría pensarse en un afirmado de la tierra en base a algún compuesto de éstos?” Finalmente el maestro Lucero nos entrega esta información, fruto de sus continuas observaciones:

17

Catálogo de la Colección de Folklore – San Luis – Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires – 1921. Leg. 87 – El Bañado – Esc. 181 – Maestra Bienvenida Moreno. 18 Leg. 77 – Maestro Luis Jerónimo Lucero – Esc. Ambulante “E”.

“Las semillas de algarrobo, una vez que han sido comidas por los caballos y despedidas, a los primeros soles fuertes después de llover hacen salir un algarrobal lindísimo”.

 ¡Oh, noble y magnífico algarrobo! ¡Arbol de mis paisanos! Generoso te brindas en flor purpúrea, en fruto nutricio, en vigorosa madera, en bálsamo casero, en inmarcesible sombra, en sonido vegetal… Para loarte nada mejor que unir nuestras voces a la de Antonio Esteban Agüero cuando canta a la flora puntana:19 “Y el Algarrobo, siempre el Algarrobo con su joven verdor que purifica, hijo del Sol y padre de la Sombra, prócer y solo en la quietud del día.” O declamar junto al poeta la oda inmortal al algarrobo abuelo, aquel que dio sombra a la casa de sus ancestros:20 Algarrobo natal, Torre del cielo. Monumento y estatua del follaje. Hijo del Sol y de la Tierra unidos. Corona real para la sien del aire. Arbol de luz. Espejo de los siglos. Dios vegetal de corazón fragante. ¡Noble algarrobo, “el árbol” para los puntanos! ¡Que por muchas centurias más sigas hundiendo tus vigorosas raíces en esta tierra y que continúes erguido en nuestras laderas serranas como ancestro patriarcal y como único soberano del universo vegetal de San Luis!

 EL MATE

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Antonio E. Agüero: “Digo la flora” – Fragmento. Antonio E. Agüero: “Cantata del abuelo algarrobo” – Fragmento.

Dice una antigua leyenda que al crear Dios al criollo pensó que era bueno ofrecerle una compañera. Entonces de una de sus costillas dio vida a la china y se la dejó para que juntos compartieran penas y alegrías. Luego le obsequió un pingo para aliviar su trabajo y para que lo usara como elemento de diversión en las carreras cuadreras. Y un perro guardián para que lo defendiese ante el peligro. También le regaló una guitarra para poder aliviar sus pesares con el canto y una calandria que lo despertara con sus gorjeos por las mañanas. Para defenderlo de las inclemencias del tiempo le construyó un rancho en cuyos horcones podría más tarde colgar la cuna del hijo. Y le acercó un fogón para calentarse y asar sus alimentos. Pero el criollo, con todos estos tesoros, aún parecía no estar contento. Entonces Dios le preguntó: -¿Qué te falta? Y el paisano contestó pensativo: -Todo pasa, Tata Dios… Mi mujer se puede ir con otro; la casa puede caerse; cuando sea viejo no podré ya montar mi pingo; el hijo hará rancho aparte; el perro se puede alzar y habrá momentos en que no tendré ganas de cantar…Y a mí no me quedará un compañero a quien contarle mis penas y tristezas; un amigo sincero que haga sentir su calor en mi mano, que sea noble, serio, callado y fiel. Entonces Dios le regaló el mate.

 Según otra leyenda guaraní, hace mucho tiempo un viejecito, perdido en la selva, se acercó a una choza donde vivía un nativo con su hija. Tantas atenciones le brindaron al visitante (que en realidad era Tupa, Dios para los guaraníes), que quiso agradecerles dejándoles un obsequio. Entonces hizo crecer en la selva dos nuevas plantas: una de yerba mate y otra de calabazas y les aseguró que con ellas siempre tendrían compañía y algo con qué alimentarse.

Un poco de historia Cuando los jesuitas llegaron a tierra guaraní observaron que los nativos bebían en pequeñas calabazas una rara infusión hecha con agua del río y hojas trituradas de una planta que crecía en abundancia en la región litoraleña y que hoy conocemos como “yerba mate”. Sorbían la bebida utilizando juncos o finos trozos de caña hueca. Los misioneros no veían con buenos ojos la costumbre de los nativos de consumir la yerba mate. Consideraban este hábito un vicio abominable y sucio y adjudicaron al brebaje propiedades diabólicas, prohibiendo su consumo con la advertencia de que aplicarían severas penas a quienes desobedecieran el mandato. Pero no lograron separar al guaraní del mate. Podríamos decir que la prohibición obtuvo un efecto contrario ya que en el año 1600 su consumo se habría incrementado notablemente, extendiéndose a las comarcas vecinas y a todas las ciudades del Virreinato del Perú al que por entonces pertenecía nuestro territorio. Entonces los jesuitas advirtieron el potencial económico que residía en la yerba mate. Por lo tanto, la noble yerba perdió para ellos las cualidades demoníacas que le habían atribuido en el pasado y pasó a ser recomendada por las propiedades curativas y energizantes que en ella se reconocían. El interés por comercializarla movió a los jesuitas a dedicarse al cultivo ordenado e intensivo de los yerbatales. Una vez creado el Virreynato del Río de la Plata realizaron una amplia distribución del producto, logrando recaudar importantes divisas para enviar a España. Tiempo después, luego de abandonar los jesuitas estas tierras, las copiosas plantaciones continuaron siendo explotadas por los representantes de la corona. Fue tal el poder económico que generó la yerba mate que durante el gobierno del Virrey Ceballos se la llamó “oro verde” pues llegó a ser la moneda con que se pagaba la jornada de trabajo en los cultivos, consistiendo dicha remuneración en la cantidad de yerba que cupiera en ambas manos del trabajador, formando un cono. Vemos así cómo a lo largo de la historia, a pesar de los embates y agravios sufridos, del desprecio de algunos y la injusticia de otros, el mate sobrevivió a través de los años y resultó vencedor en la lucha.

Con el transcurso del tiempo la primitiva calabaza fue recreada en artísticos recipientes de barro, hueso, metal o cuero. La caña rudimentaria pasó a ser bombilla, ya de lata, ya de plata. La yerba mate fue sometida a procesos de industrialización cada vez más modernos que la llevaron a ascender a niveles de excelencia. Y el mate llegó a ganar un lugar de privilegio tanto en las clases humildes como en las encumbradas, en los ranchos como en los salones, logrando ser reconocido como bebida nacional de nuestro pueblo.

¿Qué es el mate? En primer lugar diremos que es la bebida nacional argentina. Pero además el mate, ya sea de madera, metal, asta o calabaza, simboliza un rito en el que lo acompañan la yerba, la bombilla, la pava, el agua y el fuego como elementos indispensables para celebrarlo. Es además el motivo de la reunión afable que une íntimamente a los amigos y a la familia, porque invitar a tomar mate es convocar a compartir nuestra intimidad, es ofrecer hospitalidad, es llamar al diálogo y es brindar sencillamente amistad. Pero si se lo toma en soledad, el mate es fiel compañía. Y es más todavía, porque al decir del poeta Agüero: “Y nos fue profesor de democracia a pesar de los hierros coloniales, porque supo igualar en bombilla la sed del Hijo con la sed del Padre, el dolor de la criada y la señora, la hartura del rico con el hambre.”21 Finalmente diremos que el mate motiva la actitud ética de ser agradecidos, pues al matear tenemos oportunidad de decir “gracias” al menos una vez al día.

Propiedades medicinales del mate 21

Antonio Esteban Agüero: “Un hombre dice su pequeño país”. Editorial Colombo, Bs. As., 1972

El cronista español Ruy Díaz de Guzmán, en la obra “Breve historia de las etapas de la Conquista” (1592), expresa refiriéndose a los aborígenes que poblaban la región del litoral: “Muchas tribus llevan con sus armas unos sacos de cuero con yerba mate que mastican o que, agregándole agua, sorben usando cañas. Parecen no conocer el hambre ni la fatiga por muchas horas”. Por otra parte los jesuitas, que eran grandes estudiosos de la botánica, no tardaron en descubrir en la yerba mate numerosas propiedades curativas y hallar en ella las características de un poderoso energizante. Años más tarde llamó la atención de algunos biólogos el hecho de que nuestros gauchos, que no consumían vegetales ni frutas, no sufrieran de escorbuto, enfermedad producida por la carencia de vitamina C. Luego de realizar algunos estudios llegaron a la conclusión de que el mate les aportaba la cantidad necesaria de vitaminas de las que carecía su alimentación. El doctor Odilon Martin, ex jefe del Laboratorio de Medicina de Lyon, Francia, expresa: “El mate ejerce una estimulación general en la fuerza muscular y en particular en el intelecto. Es también un regulador cardíaco, nervioso y de gran poder nutritivo.” Por su parte, el doctor Bernardo Houssay, premio Nobel de Filosofía en 1947, sostiene: “El principio activo que contiene la yerba mate, comúnmente llamado mateína es un extraordinario estimulante que favorece el organismo”.

El lenguaje del mate Llega hasta nosotros a través de la tradición oral el lenguaje con que el mate es capaz de expresar los sentimientos de quien lo ceba. Porque además de permitir en alguna oportunidad el leve y surgente roce de la mano de la cebadora por parte de quien lo recibe, el mate también es silencioso mensajero de emotividades y sugerencias: “Y aquel mate nocturno que me diera una muchacha, cuya boca suave daba un beso primero a la bombilla

con manera de poder besarme.”22 El mate puede llegar a ser el lenguaje con que se manifiestan los sentimientos cuando no hay lugar para que las palabras expresen lo que dicta el corazón. Mate amargo: Indiferencia. Mate muy dulce: Amistad. Hablá con mis padres. Mate frío: Desprecio, desdén. Mate con toronjil: Estoy disgustada. Mate con café: Te perdono. Mate con canela: Pienso en vos. Mate con azúcar quemada: Estoy empezando a quererte. Mate con cáscara de naranja: Te espero. Mate muy caliente: Así es mi amor por vos. Mate hirviendo: Odio. Mate frío: Desprecio. (Recordar que el Viejo Vizcacha mató de un palo a su mujer por haberle cebado un mate frío). Mate lavado: Rechazo. Mate tapado: Rechazo. Mate espumoso: Amor verdadero. Mate encimado: Andate pronto. Mate cebado por la bombilla: Antipatía. Mate con cedrón: Amor correspondido. Mate con miel: Casamiento.

Creencias y supersticiones

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Antonio Esteban Agüero: “Un hombre dice su pequeño país”, Editorial Colombo, Bs. As., 1972.

Sabido es que desde los orígenes de la humanidad hubo temas que preocuparon profundamente al hombre y que lo llevaron a realizar largas meditaciones acerca de asuntos universales tales como la vida y la muerte y las dificultares y enigmas propias del ser viviente. Tal vez lo que más motivó su interés y observación fue la necesidad de llegar a conocer la causa de las enfermedades y encontrar alivio para el dolor o curación ante las afecciones. Esto le llevó a buscar protección en creencias y supersticiones que con el tiempo se fueron popularizando y más tarde se arraigaron en el pueblo por obra de la tradición. Y lo hizo convencido de que con ellas lograba influir en el curso de los acontecimientos o podía adquirir poderes sobrenaturales. El mate es protagonista en muchas de estas creencias y supersticiones. Por ejemplo:  Santiguarse antes de comenzar a cebarlo dará protección a todos los que beban de él. (Esta costumbre fue heredada de las primeras épocas coloniales, cuando quienes tomaban mate eran perseguidos y hasta excomulgados).  Llegar de visita a una casa justo en el momento en que se comienza a cebar mate significa “que lo va a querer la suegra”.  Hay quienes creen en el “gualicho” que puede esconder el mate, es decir en el agregado de un elemento capaz de producir daños o hechizos a cierta persona.  Antiguamente, en caso de sospechar que el mate estaba “engualichado”, debía escupirse su contenido en la tierra.  La yerba que cae al suelo no debe ser pisada pues de hacerlo no se tendrá con qué comprarlas después. (Esto surge de la convicción de que Dios es quien provee el alimento y debe considerárselo algo sagrado).  Para deshinchar los flemones se acostumbra pasar sobre la mejilla un mate bien caliente hasta que la yerba se enfríe.  Se dice que el primer mate es “el de los zonzos” razón por la cual en una reunión nadie quiere tomar el primero. (Es costumbre de que lo beba quien lo ceba).  Hay quienes creen que los niños no deben tomar mate porque de hacerlo se orinan en la cama.  Otros, en cambio, aseguran que los niños que toman mate se hacen más inteligentes.  Si cuando se sirve mate se observa que en la pava se pega una brasa, significa que vendrá una visita. Si la brasa es reluciente y limpia, será un rico; si está llena de ceniza, será un pobre.

El mate en el folklore literario de San Luis Desde tiempos pretéritos el mate ha simbolizado, tanto en el ambiente rural como en el ciudadano, uno de los grandes amores del pueblo argentino. La provincia de San Luis no permaneció indiferente al hechizo de esta bebida nacional. El mate llegó a unirse tan entrañablemente a la vida de los hombres y mujeres de esta tierra que pasó a ser protagonista en sus manifestaciones espirituales, en especial en el habla popular. Al investigar el folklore literario de San Luis tomando como eje temático el mate, hallamos frecuentes referencias a la tradicional bebida como así también a los electos que participan en el rito de cebarla.

En las adivinanzas Sabido es que las adivinanzas, especies de enigmas que hay que responder con acierto, han sido desde tiempos remotos motivo de entretenimiento para el pueblo, ya sea en las reuniones familiares o en las charlas de galpón. Las adivinanzas surgieron con el lenguaje humano y abundan en documentos antiguos como la Biblia, el Corán, la mitología griega, los manuscritos sánscritos y en todas las culturas. Esta forma literaria popular nos llega en épocas de la Conquista ya que muchas obras de la literatura del Siglo de Oro español contienen adivinanzas, incluyendo las de Cervantes y Quevedo. Las que siguen están presente en el folklore literario de la provincia de San Luis y sus respuestas se relacionan con un eje temático: el mate. Tengo nombre de animal y siempre vivo caliente sirviendo bien a la gente aunque ella me trate mal. La pava Una niña muy esbelta está en un monte espeso; como quiere que la besen tiene estirado el pescuezo. La bombilla

En el refranero criollo El refrán es una frase sentenciosa nacida de la experiencia diaria que llega a nosotros a través de la tradición oral dejando una enseñanza. Si exploramos en nuestro refranero criollo, hallaremos muchos dichos que aluden al mate y que aún tienen vigencia en la provincia: “El mate no habla aunque tenga boca”. (Refrán utilizado para hacer callar a la gente). “Tomar el mate del estribo”. (Indica que es el último antes de la partida). “¡Tomá mate!”. (Expresión de sorpresa ante una novedad o ante un acto de justicia). “Calentar el agua para que otro tome el mate”. (Generalmente alude al enamorado que pierde a su prenda porque se le va con otro). “De dónde yerba, si es puro palo”. (Dícese del que aparenta lo que no es). “Esta yerba no es para su mate”. (Hace referencia al que pretende algo sin merecerlo). “Pa’ semejante bombilla, mejor es tomar a tragos”. (Expresión de desprecio ante una proposición, equivalente a “Pa’ semejante candil, mejor es andar a oscuras”) “Al que revuelve el mate se le tapa la bombilla”. (Significa que el que anda con muchas vueltas pierde la oportunidad). “Azúcar no hay, yerba tampoco”. (Señala que peor no podría estar). “Encima del mate, chocolate”. (Refrán equivalente a “Sobre llovido, mojado”).

En las relaciones del gato El mate está presente en las “relaciones del gato”.

Estas son cuartetas octosilábicas o en forma de seguidilla que los bailarines expresan antes de comenzar la segunda parte del baile. Con ellas expresan algunas veces amor correspondido y otras, desdén o burla por parte de la dama. La relación que sigue expresa amor correspondido: El: Una mañana temprano, un ranchito bajo el sol, una calandria cantando y en el ranchito los dos. Ella: Una mañana temprano, vos con tu perro y tu pingo. Yo te alcanzo un matecito y vos me besás… ¡Qué lindo! La siguiente manifiesta un desaire por parte de la dama: El: Decime si me querés y no me tengás penando como mate sobre el agua, dagüeltando, dagüeltando. Ella: Seguí mirando el humito que va saliendo ‘ e la pava. Que te quiera o no quiera a vos no te importa nada.

En el cuento El cuento es una narración breve de un suceso real o imaginario y constituye una de las formas más antiguas de la literatura popular. También está presente el mate de la narrativa sanluiseña que abarca tradicionales relatos como éste que, con distintas versiones, se contó en nuestra provincia:

“Dos paisanos a caballo, cansados de tanto andar, llegaron a un rancho buscando descanso y algo para calmar la sed. Los dueños de casa, hospitalarios como toda gente de campo, les brindaron algunas atenciones y la señora, mientras ponía la pava al fuego, le dijo a uno de sus hijos: -Andate a lo de doña Juana y decile que si desocupó la bombilla, que me la mande. Al ratito volvió el chico con lo que le habían pedido y comenzó la mateada. Cuando el mate había dado varias vueltas en la rueda, comentó uno de los visitantes: -¡Y cómo así su vecina no tiene bombilla! -Vea, don –respondió con toda naturalidad la mujer– Ella tiene bombilla pero es de lata y cuando tiene que ponerle una enema al marido, me manda a pedir la mía porque es de plata.”

 Otro cuento es el que se conoce como “El mate de las Morales” y que ha tenido gran difusión en la provincia de San Luis: “Las niñas Morales eran unas hermanas bastante atractivas, de buena conversación, muy dadas a recibir pretendientes en la casa y amigas de quedarse con lo ajeno. Apenas llegados los “candidatos”, una de ellas ofrecía convidarlos con mate al tiempo que otra le recordaba que no tenían yerba. Entonces uno de los pretendientes sacaba un billete y la criada era mandada a hacer la compra al almacén. El tiempo pasaba, la conversación se prolongaba, y el mate no aparecía. Entonces la que había ofrecido mate trataba de disculparse diciendo que no tenían azúcar; dicho esto, otro de los convidados daba el dinero para mandar a comprarla. Así seguía la charla por largo tiempo y las Morales se hacían las olvidadas mientras los concurrentes, sin haber tomado un trago y con menos plata en el bolsillo, se despedían hasta una próxima visita.

De este cuento surgió el refrán “Como el mate de las Morales”, que significa que lo que se ofrece es “pura promesa”.

 El mate: fiel y silente compañero del criollo. En la ciudad o en el campo, en el salón o en el galpón, de calabaza o de metal, dulce o amargo, cada vez que se lo ceba motiva una ceremonia en la que se sigue celebrando, como antaño, la amistad, la igualdad, la modestia, la generosidad y por sobre todas las cosas, la tradición.

 LA GUITARRA Y EL CANTO EN EL MARTIN FIERRO En este trabajo intento recorrer las páginas del Martín Fierro, inmortal poema de José Hernández y cumbre más alta de las letras argentinas, tomando como ejes la guitarra y el canto, dos elementos cuya presencia es una constante en esta obra. La misma, verdadero canto epopéyico de la raza gaucha, consta de dos partes: El gaucho Martín Fierro y La vuelta de Martín Fierro. En ambas, tanto Martín Fierro como el sargento Cruz, los dos hijos de Fierro, Picardía y el Moreno, narran sus historias cantando y de todos ellos sólo Cruz no pulsa la guitarra. El viejo Vizcacha, cuya figura surge del relato que realiza cantando el hijo menor de Fierro, nada tiene que ver con los ejes temáticos que nos ocupan pues no canta ni toca la guitarra. De todos los personajes que pulsa nuestro músico instrumento, ninguno lo hace con el propósito de lucir sus habilidades de guitarrero sino simplemente con el fin de apoyar en sus arpegios los relatos que entonan. No debe sorprendernos que el poema todo sea un canto ni que sus versos mencionen frecuentemente el criollo instrumento (ya sea como guitarra, vigüela, estrumento o changango23), ni que aludan con gran acierto a algunas de sus partes (encordao, clavija, cuerdas, prima y bordona). 23

Guitarra o guitarrón rústico. Este vocablo aparece también en el Santos Vega de Ascasubi y en el Fausto de Estanislao del Campo.

Nada de esto debe asombrarnos porque José Hernández fue un auténtico gaucho que ya a los 19 años conoció los trabajos del campo y aprendió a domar, enlazar y trenzar; que recorrió la inmensidad de la pampa junto a su padre; que visitó estancias, paró en puestos y descansó en las pulperías; que asistió a los fogones y vivió en ellos la comunicación espiritual nacida en los relatos y el canto y que mientras se fue haciendo mozo también aprendió de viejos cantores, payadores y guitarreros y supo después guitarrear, cantar y payar a gusto en rueda de amigos. En la obra, tanto el autor como su protagonista Martín Fierro, se destacan por su facilidad para el canto, un canto inspirado y espontáneo, característico de nuestros gauchos, que siempre va acompañado por los sones de la guitarra, fiel compañera en su vida nómade. La predisposición para el canto aparece en el gaucho como una necesidad de manifestarse anímicamente y logra esa expresión a través de su propia vos unida a la de su guitarra. Esa amistad con el canto y la guitarra le permite canalizar su sentir de tal modo que jamás claudica ante la soledad y la distancia. Tal vez gracias al canto y al cordal de una guitarra haya podido Fierro sobrevivir ante tanta pena y abandono, ante tanta persecución e injusticia. En ninguno de los 7210 versos que integran la obra el autor señala el ritmo en que son cantadas las estrofas. Pero sabiendo que los personajes tienen por escenario la llanura pampeana, sólo tres podrían ser las especies líricas con que ellos las acompañaron: el estilo, la cifra, o la milonga campera, también llamada surera. En mi modesto entender me inclino por descartar el estilo, ya que esta forma musical consta de dos movimientos (uno de carácter cantable y otro más movido llamado “allegro”), por lo que no se adecua al mensaje colmado de tristeza que encierra el poema. Por otra parte los versos del estilo están siempre agrupados en décimas, que no es la forma que caracteriza al poema. Tal vez podría ser la cifra la que enmarcó el canto de la obra, pero esta especie lírica abarca un número de frases musicales que no coincide con la cantidad de versos de las estrofas del poema (la mayoría de seis, de cuatro en algunos casos, de diez o más en otros). La cifra sólo podría adaptarse a la poesía contenida en el Martín Fierro si se repitieran algunos versos en sus estrofas. En mi opinión, los treinta y tres Cantos del Martín Fierro se apoyan perfectamente en los acordes de la milonga campera, especie lírica que para algunos estudiosos tiene su raíz en la habanera y para otros en el candombe.

En sus comienzos la milonga fue danza y como tal ganó la simpatía del compadrito porteño que la bailó en los suburbios de Buenos Aires. Luego, cuando llegó el tango y la desplazó, ella buscó refugio en la pampa argentina donde el gaucho la hizo suya, siendo para él sólo canto, manantial de su sentir.

 El gaucho Martín Fierro Desde el comienzo de la obra el autor hace referencia al canto y a la guitarra: Aquí me pongo a cantar al compás de la vigüela que el hombre que lo desvela una pena extraordinaria, como el ave solitaria con el cantar se consuela. Es Martín Fierro el que canta y encontrará siempre sosiego en el canto. El personaje es cantor desde su origen y quiere serlo hasta el fin de sus días: Cantando me he de morir, cantando me han de enterrar y cantando he de llegar al pie del Eterno Padre, dende el vientre de mi madre vine a este mundo a cantar. Lo dirá con otras palabras más adelante: Y esta confianza adelanto porque recibí en mí mismo con el agua del bautismo la facilidá para el canto. Martín Fierro es un cantor genuino; además ama el canto y es buen creyente. Por eso agradece a Dios por permitirle andar por la vida expresándose con el canto:

Gracias le doy a la Virgen, gracias le doy al Señor porque entre tanto rigor y habiendo perdido tanto no perdí mi amor al canto ni mi voz como cantor. Reconoce no ser un “cantor letrao”. Sin embargo es capaz de expresarse cantando y así llegar a conmover a quien lo escucha pues: Las coplas me van brotando como agua de manantial. Fierro no ha de ser tan malo como guitarrero porque expresa con tono de alarde: Con la guitarra en la mano ni las moscas se me arriman; naides me pone el pie encima y cuando el pecho se entona, hago gemir a la prima y llorar a la bordona. Gime la prima y llora la bordona porque las cuerdas de su guitarra acompañarán fielmente las desventuras que se apresta a narrar: Cuando mozo fui cantor (es una cosa muy dicha). Mas la suerte se encapricha y me persigue constante: de ese tiempo en adelante canté mis propias desdichas. El gaucho comienza su relato evocando su vida feliz en tiempos en que tenía mujer, hijos y hacienda. Pero un día principiaron sus desgracias: Cantando estaba una vez en una gran diversión y aprovechó la ocasión como quiso el juez de paz se presentó y ahí no más hizo una arriada en montón. Así comenzaron tres años de vida en la frontera; tres años colmados de injusticias y padecimientos. Hasta que un día se hace desertor y regresa al pago sin hallar rancho, ni mujer, ni hijos.

Y el gaucho manso se vuelve matrero y a partir de entonces andará huyendo, mezclándose en entreveros, en ocasiones hiriendo de muerte con su facón. En un duelo criollo, un guapo sargento llamado Cruz le salva la vida. Y ahí nace la amistad. Una amistad que es todo un canto que ni la muerte podrá silenciar. Cruz canta para contar su historia, como la de Fierro, también poblada de penas y desgracias: A otros les brotan coplas como agua de manantial, pues a mí me pasa igual aunque las mías nada valen, de la boca se me salen como ovejas del corral. También Cruz sabe de entreveros y narra lo que le sucedió una noche en una milonga. La alegre fiesta había comenzado con gatos y fandanguillos que brotaban de un bullicioso changango. Pero como “nunca faltan encontrones / cuando un pobre se divierte”, luego de salir a bailar un pericón con cierta moza, escuchó unas coplitas con que el cantor le provocaba: Había sido el guitarrero un gaucho duro de boca. Y tengo paciencia poca pa aguantar cuando no debo. A ninguno me le atrevo pero me halla el que me toca. Entonces “metió el diablo la cola” y se armó la pelea: Se secretearon las hembras y yo ya me encocoré; volié la anca y grité “dejá de cantar…chicharra” y de un tajo a la guitarra tuita las cuerdas corté. Cruz y el cantor se trenzaron en pelea, pero a éste le salió cara la broma porque finalmente el sargento le hundió su facón: ahí lo dejé con las tripas como pa que hiciera cuerdas.

Recordemos que las cuerdas, hoy nylon las primas y de algodón entorchados con hilos de metal las bordonas, antiguamente se hacían con tripas de cerdo o de gato finamente trabajadas. Las primas, con una tira; las bordonas, trenzando ajustadamente varias de ellas. Fierro escucha con atención los versos que entona su amigo. En ningún momento el autor dice que Cruz haya pulsado la guitarra pero, aunque no lo explicita, nos hace suponer que es Fierro quien lo acompaña. Luego de escuchar tan doloroso relato, el gaucho comprende que ambos son “astillas del mesmo palo” y por eso le propone a su amigo cruzar juntos la frontera y buscar refugio en las tierras del indio. En este punto el cantor buscó un porrón pa consuelo, echó un trago como un cielo dando fin a su argumento y de un golpe al istrumento lo hizo astillas contra el suelo. Ruempo –dijo– la guitarra pa no volverme a tentar, ninguno la ha de tocar por seguro tengaló, pues naides ha de cantar cuando este gaucho cantó. El gaucho siempre puso gran celo en aquello que más quería, entre otras cosas, la guitarra, la china y el caballo. Por eso Fierro prefiere romper su guitarra antes que dar oportunidad a otro para que la toque. Ya sin instrumento, ambos cantores enfilaron con rumbo al desierto.

 La vuelta del Martín Fierro Transcurridos cinco años desde su partida, Martín Fierro regresa a las tierras del indio. Viene uno como dormido cuando vuelve del desierto,

veré si a esplanarme acierto entre gente tan bizarra y si al sentir la guitarra de mi sueño me despierto. El gaucho quiere contar lo sucedido en las tolderías y para ello se apresta a “alzar la prima como pa tocar el aire”. Y con la cuerda tirante donde que ese tono elija, yo no he de aflojar la manija mientras que la voz no pierda, si no se corta la cuerda o no ceda la clavija. En aquellos tiempos las clavijas eran de maderas y el guitarrero debía mojarlas, a veces con saliva, para que se hincharan y ajustaran bien. Cuando se secaban, cedían y la guitarra se desafinaba. Aunque rompí el estrumento por no volverme a tentar, tengo tanto que contar y cosas de tal calibre que Dios quiera que se libre el que me enseñó a templar. Han sido cinco años de crueles padecimientos hasta llegar al inmenso sufrimiento de ver morir en sus brazos a su amigo Cruz quien, antes de expirar, le encomienda a un hijo suyo que anda quién sabe dónde, rodando por el mundo. Dolido por su ausencia, Fierro continúa solo y más apenado que nunca su dolorosa vida en territorio del indio. Hasta que llega un día en el que, luego de dar muerte al indio que castigaba cruelmente a una cautiva, el gaucho la salva y huye con ella y juntos cruzan el desierto hasta pisar finalmente “la tierra en que crece el ombú”. Allí Fierro vive el feliz reencuentro con dos de sus hijos. Al reunirse padre e hijos, todos sienten ansias de contar sus azarosas vivencias después de tantos años de ausencia y es el hijo mayor, que ya ha temblado la guitarra, el que primero se dispone a cantar. Observamos que en la obra cada personaje “tiempla” el instrumento antes de contar su historia. El temple o afinación de la guitarra, que en el ambiente ciudadano es uniforme (mi, la, re, sol, si, mi, en orden ascendente), en la zona rural se

modifica continuamente a fin de facilitar la ejecución en los tonos convenientes al registro de la voz del cantor. El hombre folk afina la guitarra a su modo y conveniencia. Los diferentes temples se transmiten de padres a hijos, llegando a ser en muchos casos propiedad de cada familia de cantores. Es así como el hijo mayor comienza su canto relatando la dolorosa orfandad y el desamparo en que ha vivido todos estos años: El güérfano es sabandija que no encuentra compasión y el que anda sin dirección es guitarra sin clavija. En su breve relato el muchacho recuerda con dolor los tormentos vividos en una penitenciaría a la que fue a parar injustamente. Piensa que estando allí podría haber hallado un consuelo en el canto, pero en aquella estrecha prisión estaba condenado a las tinieblas y al silencio: El mate no se permite no le permiten hablar, no le permiten cantar para aliviar su dolor y hasta el terrible rigor de no dejarlo fumar. Una vez finalizado su canto, es el hijo menor el que narra sus pintorescas vivencias: su vida de holgazán en casa de una tía y el tiempo transcurrido junto a un tutor llamado Vizcacha, un viejo retobao, medio cimarrón, muy renegao y muy ladrón que le dio muchos consejos, todos ajustados a su particular modo de enfrentar la vida. Vizcacha es el único personaje que no logré asociar a la guitarra. Busqué entre tantos objetos robados por él (ni el tintero del juez se había salvado), sin hallar ni una cuerda, ni siquiera una clavija. Nada de eso había tal vez porque en el corazón de este viejo dañino y oportunista, cuyo sentido de la moral era diametralmente opuesto al de Martín Fierro, no había lugar para las cosas nobles y bellas, no había un rincón para la guitarra. En medio de la alegría producida por el reencuentro de Fierro con sus hijos se hizo presente en la reunión un mozo forastero pidiendo ser admitido para contar su propia historia. Tomó al punto la guitarra, la gente se puso atenta y ansí cantó Picardía

en cuanto templó las cuerdas. Y el desconocido, que no era otro que el hijo que Cruz encomendara a Fierro antes de morir, contó sus andanzas como bailarín de circo, como tramposo jugador de naipes, dados y tabas y por último hizo un gracioso relato de su vida junto a unas tías rezadoras que ampararon su orfandad. La alegría de Fierro era enorme. Ahora eran tres los hijos que tenía a su lado. Mas una casualidá, como que nunca anda lejos, entre tanta gente blanca llevó también a un moreno presumido de cantor y que se tenía por bueno. Y como quien no hace nada o se descuida de intento (pues siempre es muy conocido todo aquel que busca pleito), se sentó con toda calma, echó mano al estrumento y ya le pegó un rajido ………………………... El moreno, que era hermano de un negro muerto por Fierro años atrás, busca provocarlo. Podría haberlo hecho con el cuchillo, sin embargo acude al canto, para vencerlo o para ser vencido. Tomó Fierro la guitarra, pues siempre se halla dispuesto, y ansi cantaron los dos en medio de un gran silencio. El gaucho es el primero en ofrecer su canto: Mientras suene el encordao, mientras encuentre el compás, yo no he de quedarme atrás sin defender la parada; y he jurado que jamás me la han de llevar robada. Tiemple y cantaremos juntos, trasnochadas no acordaban. Los concurrentes aguardan y porque el tiempo no pierdan,

haremos gemir las cuerdas hasta que las velas no ardan. El Moreno, tal vez impresionado por la arrogancia de Fierro, deja un tanto de lado su altanería y comienza su canto con modesta actitud: Yo no soy señores míos sino un pobre guitarrero, pero doy gracias al cielo porque puedo en la ocasión, toparme con un cantor que esperimente a este negro. Y a continuación se inicia una payada, que es una sucesión de coplas improvisadas, cantadas casi recitando los versos y acompañándolos por la guitarra con la monótona melodía, tan monótona como la pampa surera. La payada podía ser individual o entre dos. En este caso se llamaba contrapunto. Podía girar sobre un solo tema o ser de preguntas y respuestas. La célebre payada que protagonizaron Martín Fierro y el Moreno fue un contrapunto basado en preguntas y respuestas y está considerada como un modelo en su género. Iniciando el canto, ambos fueron enhebrando con los acordes de la guitarra ingeniosas preguntas y reflexivas respuestas, todas ellas impregnadas de profunda sabiduría. Finalmente, el Moreno sufrir la derrota. Se había topado “un cantor de media talla / con otro de talla entera”. Y nada más triste que un payador vencido, porque la derrota significa que éste silenciará para siempre su voz de cantor. Un payador vencido abandona el canto y no pulsa más el canto; recorre errante los caminos a tal vez muere de dolor. Por eso el Moreno canta con hondo pesar: ¿No han visto en medio del campo al hombre que anda perdido, dando güeltas afligido sin saber dónde rumbiar? Ansí le suele pasar a un pobre cantor vencido. Y dende hoy en adelante

pongo de testigo al cielo para decir con recelo que si mi pecho se inflama no cantaré por la fama sinó por buscar consuelo. Ya en las últimas páginas de la obra y antes de desparramarse hacia los cuatro vientos, Martín Fierro, como padre amante que “más que un padre es un amigo”, da a sus hijos los sabios consejos que constituyen un verdadero compendio de la moral gaucha. En uno de ellos alude a la guitarra y al canto: Procuren si son cantores el cantar con sentimiento; ni tiemplen el estrumento por sólo el gusto de hablar y acostúmbrense a cantar en cosas con jundamento.

 “El gaucho Martín Fierro” fue publicado en 1872 y “La vuelta de Martín Fierro” en 1879. Casi un siglo y medio nos separa del momento en que el poeta concibió su obra. Y a pesar del tiempo transcurrido la patria de hoy sufre tanto como la que José Hernández vivió. En aquellos años el poeta enarboló su voz en el mástil de una guitarra y con treinta y tres inmortales cantos logró lo que como político no pudo alcanzar alzando su voz en las sesiones del Senado. Por eso es necesario que hoy acudamos al canto y que con argentina voz enarbolemos como él nuestra bandera. Tal vez si los pueblos del mundo lucharan pulsando un músico instrumento en vez de empuñar un arma, lograrían la paz, la justicia y la libertad que tanto ansían. Recordemos aquello que Fierro dijo un dí a su amigo Cruz: Que cante todo viviente otorgó el Eterno Padre; cante todo el que le cuadre como lo hacemos los dos, pues sólo no tiene voz el ser que no tiene sangre.

Tal vez un genuino canto nos permita superar las aflicciones de hoy, defender nuestra dignidad de argentinos y salvar la identidad de la patria.

 PRESENCIA MARIANA EN EL FOLKLORE DE SAN LUIS La figura de la Virgen María se arraigó en América a partir de la llegada de los conquistadores y su devoción se extendió por obra de los sacerdotes misioneros que llegaron más tarde. La historia nos cuenta que antes de iniciar su largo viaje, Cristóbal Colón hizo cambiar el nombre de la nave capitana que hasta ese momento se llamaba “Marigalante” por el de “Santa María”, movido por su profunda fe a la Madre de Dios. Por el “Diario de viajes” del Almirante llegamos a saber que todos los días a la hora del crepúsculo hacía reunir a la tripulación para rezar el Salve, que también era cantado.24 Y fue mientras rezaban el Salve que Colón divisó a lo lejos las costas que festoneaban el mar. Al día siguiente desembarcaron en tierra aborigen. Era el 12 de octubre de1492, día que los españoles festejan a Nuestra Señora del Pilar, Patrona de Aragón. Tal vez tal coincidencia fue el prístino anuncio de que la tierra a la que arribaban tenía señalado un futuro mariano. El historiador español Antonio de Herrera25, primer cronista mayor de Indias, señala en sus escritos que Colón y sus navegantes, antes de iniciar tan penoso y aventurado viaje, pronunciaron esta breve y sentida plegaria: “Jesús y María nos acompañen en la vía”. Comenta además que la primera fiesta religiosa celebrada en América fue la de la Pura y Limpia Concepción de María, el 8 de diciembre de 1492, y que como en este primer viaje de Colón no venían sacerdotes “mandó el Almirante aderezar los navíos sacando las banderas, rezar un Salve y disparar la artillería”. 24

Los pobladores de nuestro ambiente rural llaman “la oración” a la hora del crepúsculo. Es probable que la costumbre de rezar al atardecer nos llegue de España. 25 Antonio de Herrera (1549-1625). Historiador y cronista español.

La devoción Mariana en América Merced a la labor desarrollada por célebres sacerdotes y pacientes misioneros que esparcieron las semillas marianas en los surcos de esta tierra americana es que se difundió la devoción a la Virgen María desde México hasta Tierra del Fuego. Fueron ellos los que, al predicar los Evangelios, dieron noticias de la Madre de Dios a los nativos y propalaron sus distintas advocaciones. De allí que numerosas ciudades y pueblos, islas y ríos, valles y montañas de Hispanoamérica tengan nombres marianos: Laguna de Santa María en México, Río Candelaria en Costa Rica y en México, Bahía del Rosario en México, Departamento Madre de Dios en Perú, Volcán Santa María en Guatemala, Ciudad de Asunción en Paraguay, Cerro Concepción en Valparaíso (Chile), Municipio Candelaria en Colombia, Archipiélago Nuestra Señora del Rosario en el mar Caribe, Villa del Rosario en Venezuela y en Colombia; Ciudad de Mercedes en Uruguay, Nuestra Señora de Loreto e Isla Guadalupe en México, entre otros. En Argentina llevan nombres marianos muchas ciudades: Rosario, provincia de Santa Fe; Villa del Rosario, provincia de Córdoba; Nuestra Señora del Buen Aire, Pilar, Mercedes y Luján, provincia de Buenos Aires; Santa María, provincia de Catamarca; Concepción, provincia de Tucumán; Candelaria, departamento de la provincia de Misiones; Rosario de la Frontera, provincia de Salta; Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos; Luján de Cuyo, provincia de Mendoza, etc. En la geografía sanluiseña también hallamos nombres relacionados con advocaciones marianas. Algunos de ellos son: Candelaria y Luján, departamento Ayacucho; Villa del Carmen, departamento Chacabuco; Represa del Carmen, departamento Belgrano; Villa Mercedes, departamento Pedernera; Sierras del Rosario. Los misioneros que actuaron en San Luis pertenecieron a distintas órdenes religiosas y arraigaron en este suelo diferentes advocaciones de la Madre de Dios. Los mercedarios, cuyo convento se despobló en 1610 por no poderse sustentar, dejaron como herencia la devoción a la Virgen de la Merced.

Los jesuitas, hijos espirituales de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, permanecieron en San Luis hasta ser expulsados en 1767. Propagaron la veneración a la Inmaculada Concepción de María. Cabe aquí recordar que al fundar la Ciudad Capital don Luis Jufré puso la Iglesia Matriz, que ocupaba la esquina sudeste frente a la Plaza Principal (hoy Independencia), bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. Los dominicos, pertenecientes a la Orden Predicadores fundada por Santo Domingo de Guzmán, fundaron en esta ciudad el convento dominico a principios del siglo XVII y difundieron en San Luis la devoción a la Virgen del Rosario. Estos sacerdotes realizaron una fecunda labor evangelizadora y educativa, obra que continúa en la actualidad entre nosotros. La advocación de la Virgen del Rosario es la más difundida en el interior de la provincia debido a la tesonera labor de los padres dominicos.

 Por todo lo expuesto, podemos advertir la extraordinaria obra evangelizadora que llevó a cabo España en suelo americano propagando en estas tierras un reino místico con profundas raíces marianas. Pero debemos señalar que las familias que habitaban pequeñas poblaciones o que se hallaban esparcidas en ambientes rurales no contaban con iglesias cercanas ni con sacerdotes a quien escuchar. En esos casos la fe y los conocimientos religiosos se fueron transmitiendo de padres a hijos por medio de la tradición oral. Así, debido a la falta de una enseñanza frecuente de la doctrina cristiana los principios religiosos que llegaban de boca de los mayores se fue transformando en una devoción que fue nutriéndose de elementos lugareños y de matices propios de su idiosincrasia, originando así una religiosidad popular o folklore religioso.

La virgen María en el folklore sanluiseño La presencia mariana en la vida de nuestro pueblo suscitó una espiritualidad que el puntano puso de manifiesto con expresiones pletóricas de teluria y devoción.

“¡Ave María Purísima!”, fue el saludo acostumbrado al llegar de visita en el ambiente campesino. “¡Sin pecado concebida!”, fue siempre la respuesta inmediata de los dueños de casa. En estas simples y habituales palabras de cortesía, como así también en muchos momentos de su vida, nuestros paisanos han acostumbrado invocar la materna protección de la Virgen a quien conocieron por la tradición oral que les llegó de sus ancestros. Desde tiempos pretéritos el puntano le cantó a la María imaginándola con rostro y atuendo de paisana; la buscó en las formas naturales que le rodeaban; la evocó en coplas, creencias, leyendas y relatos con ingenuidad y pureza; la invocó esperanzado buscando alivio en la enfermedad o defensa ante el peligro; la alabó piadosamente en las novenas y anunció con gozo el nacimiento del Niño en villancicos plenos de amor y devoción.

En las leyendas La figura de la Virgen María aparece en antiguas leyendas que aún perduran en la memoria de gente añosa, como éstas recopiladas por la investigadora puntana Berta Elena Vidal de Battini y que a continuación se comentan:26  Iban por un camino la Virgen María, San José y el Niño en brazos de su madre. Andando vieron un ranchito que al frente tenía un árbol muy lindo. Entonces la Virgen le propuso a San José que pidieran permiso para descansar bajo esa sombra. Los dueños de casa que eran una señora y su esposo viejo y ciego, les dieron posada con todo gusto. Más tarde la Virgen les pidió un recipiente para lavar los pañales del Niño y después de hacerlo tendió los pañales en el hermoso árbol que estaba frente al rancho. Se hizo la hora de comer y el viejito se lavó las manos y la cara para ir aseado a la mesa. Y como no hallaba con qué secarse, buscando, llegó hasta el arbolito y sin saber que eran los pañales, se secó con ellos. Al momento comenzó a gritar loco de alegría:

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Leyenda recopilada por Berta Elena Vidal de Battini en “Cuentos y leyendas populares de la Argentina”, tomo VII.

- ¡Veo, veo! La Virgen había realizado el milagro agradeciendo la bondad de esta gente. Y el árbol, en vez de pañales, tenía un manto de flores blancas y fragantes que lo cubría. Desde entonces se le llamó “palo ángel” 27 y en las primaveras florece tanto que parece que le hubieran extendido ropa blanca sobre sus ramas.  Dicen que la Virgen iba por un camino sobre una mula con el Niño en brazos. Al pasar frente a una higuera voló de entre sus ramas una víbora. Pero un cañaveral que había a un costado comenzó a hacer ruido tratando de advertir a la Virgen del peligro. Al ver al ponzoñoso animal la mula se espantó y volteó a la Virgen haciéndola golpear en la caída. Entonces la Virgen maldijo a la víbora, por eso ya no tiene alas y se arrastra por el suelo; también maldijo a la higuera por esconder a la víbora, por eso esta planta no tiene flores y también a la mula, por eso no puede tener hijos. En cambio bendijo al cañaveral. Por eso, cuando se golpea una víbora con una caña queda como atontada y no ataca ni muerde.28

En la medicina popular En cuanto a la medicina popular, también se advierte en ella la presencia de la Virgen a la que se invoca con fe y se elevan plegarias sencillas con la esperanza de encontrar alivio en las enfermedades o mitigar el dolor que ellas ocasionan. Nuestros campesinos suelen recitar esta jaculatoria para curar la tos: Santa María Madre de Dios, dame un remedio para la tos. 27

Palo ángel: árbol conocido como palo amarillo o azahar del campo. Se lo llama también “husillo” porque sus varillas sirven bien para hacer husos para hilar. 28 Según la creencia popular, antes de este suceso las víboras tenían alas y podían volar.

 Para aliviar las quemaduras, la oración aún acostumbrada en lejanos parajes de nuestra provincia es la siguiente: Salga de la noche oscura yo te ruego Virgen pura, remedios para curar pa’ siempre estas quemaduras. 

Buscando una ayuda para calmar el dolor de oídos, se dice esta oración: Salga el mal y entre el bien, como entró la Virgen en Jerusalén.

 En tiempos pasados muchas veces se escuchó esta promesa a la Virgen en la voz de las futuras madres: Si una hija tengo tu nombre le doy. Y si es varoncito, el del Niño de Dios.  El maestro puntano Luis Jerónimo Lucero informa en las primeras décadas del siglo XX:29 “En las zonas rurales de la provincia, y también en las poblaciones, hay un lagartito pequeño que vive por lo general en los techos de los ranchos o a la sombra. (…) Relativamente al cuerpo, la cola es gruesa, cónica y larga como el cuerpo. (…) A este animal atribuyen que orina de los techos y que origina una enfermedad que lleva el nombre “culebrilla”. Se manifiesta por una roncha y salpullido (granitos llenos de aguaza) y da una comezón muy incómoda y grandísimo dolor. Tiene la propiedad de manifestarse en cualquier parte del cuerpo, sobre la piel, y avanza hasta rodear el brazo, pierna, cuello, pecho o cintura. Hay la superstición de que cuando la culebrilla se junta, se muere el enfermo. (…) La suelen curar de este modo: Toman una pluma de escribir con tinta y van escribiendo las palabras “Jesús, José y María”, “María, José y Jesús” continuamente reparando, con la escritura las formas que ha tomado la roncha y siguen escribiendo hasta rodearla por completo, hasta juntar la escritura. Esto lo hacen con precaución 29

Catálogo de la Colección de Folklore – San Luis – Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires – 1921. Leg. 77 – Maestro Luis Jerónimo Lucero – Esc. Ambulante “E”.

de que la enfermedad no salte a otra parte porque es verdad que suele salir o reventar a la par de la otra mancha madre o generadora. La persona que escribe no debe turbarse en la palabra que va diciendo porque, de lo contrario, se desvirtúa la cura.”

En creencias y supersticiones Refiriéndonos a las creencias y supersticiones diremos que:  En el ambiente rural se imaginaba que en medio de un remolino estaba el diablo, por lo que cuando se acercaba la tromba acostumbraban decir: ¡Ave María! ¡Cruz, cruz! Y hacen la cruz con la mano frente al remolino.30 

Sabido es que la mula es un animal híbrido.

Es creencia popular que este animal no parirá jamás porque estando una vez jugando el Niño recibió una patada de una mula. La Virgen afligida lloró y desde entonces la mula quedó maldita y no pudo parir más.  En ciertos lugares de las sierras puntanas hay unos animalitos del tamaño de una ciruela que tienen un caparazón adornado con dibujos y colores. La gente del campo les llaman “burrito de la Virgen” porque el dibujo parece representar a la Virgen y el Niño. Los respetan muchísimo y nadie les hace daño porque traen buena suerte.  “Una viejita me cuenta que ella sigue la costumbre de sus padres de arreglar bien la casa el viernes porque el sábado la Virgen sale de paseo y sólo llega a las casas que están bien limpias”.31

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Catálogo de la Colección de Folklore – San Luis – Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires – 1921. Leg. 77 – Maestro Luis Jerónimo Lucero – Esc. Ambulante “E”. 31 Catálogo de la Colección de Folklore – San Luis – Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires – 1921. Leg.46 – El Arroyo, San Martín –Maestra Clarisa Esley – Esc. Nº 192. – Informante Santiago Albornoz, 77 años.

 Cuentan “que la víbora volaba. La hizo golpear a la Virgen que andaba en un burrito; desde entonces la víbora no puede volar”.32  “La Virgen con el diablo hacían un trato a ver cuál terminaba primero de coser. El diablo hacía una sola hebra muy larga que se enredaba continuamente y le molestaba al movimiento del brazo. La Virgen hacía hebras pequeñas, las terminaba pronto y preparaba otra, hasta terminar ganándole al diablo”.33  Cuando en el campo los perros aúllan de noche, se sospecha que lo hacen porque andan espíritus malos. Para alejarlos y hacer que los perros se callen, la gente de campo reza esta oración: De Santa Ana nació María, de Santa Isabel, San Juan. Por estas santas palabras los perros se callarán.

En las novenas Como quedó dicho anteriormente, en las poblaciones alejadas y en el ambiente rural de la provincia, ya sea por la falta de caminos o por la escasez de medios de transporte, se carecía de presencia sacerdotal por lo que los devotos vecinos con sencillez campesina y sincero fervor comenzaron a celebrar por su cuenta actos religiosos. Los realizaban en honor a la Virgen o al Santo Patrono del lugar o como rogativas a Dios o a un Santo en particular, con un fin colectivo o personal. Unas de las celebraciones religiosas más arraigadas en los pueblos del interior fueron las novenas. Estas prácticas piadosas que aún siguen vigentes en algunos lugares de la provincia se realizan por espacios de nueve días en la casa de algún vecino devoto y respetable en la que, con todo esmero y pulcritud, se erige un sencillo altar con la imagen a venerar. El último día se realiza el final o “acabo” de la novena, que muestra dos aspectos: la procesión y la fiesta. 32 33

Leg. 47 – Santa Rita – Maestro Pedro Espinosa – Esc. 249 – Informante Pedro Espinosa, 55 años. Idem 29

En El Arroyo, departamento San Martín, don Juan Vega, de 74 años de edad en 1921, así recordaba antiguas novenas:34 “Los dueños de casa acomodaban una pieza para rezar. Sobre una especie de altar colocaban todos los santos que conseguían en el vecindario. Las novenas empezaban siempre día lunes, no antes ni después. Primero se rezaba el rosario y luego la novena. A medida que se rezaba se cantaba acompañando con una caja hecha de cuero. Después que terminaban de rezar se saludaban con un “buenas noches”, se pedían la bendición padres, hijos y todos los que estuvieran presentes sin tener en cuenta la edad. Salían afuera y todos al mismo tiempo, en voz alta y golpeándose el pecho, decían ¡Ave María Purísima, sin pecado concebida, alabado sea el Santísimo, viva la Virgen, viva la Virgen, viva la Virgen, muera el pecado, viva la gracia de Dios y los junte en su gloria, amén! Y esto se repetía todas las noches. Después que terminaba la novena, todos se sentaban en unos cueros (en ese tiempo no acostumbraban sillas) y empezaba a circular un plato de locro que los presentes debían comer como Dios les ayudara. Después empezaba el baile con música de acordeón y de la caja. Cuando venía el día se dejaba el baile y en procesión salían dejando en cada casa el santo que les habían prestado”. Con el transcurrir del tiempo la realización popular de estas prácticas piadosas fue disminuyendo en forma paulatina. La construcción de nuevos caminos y la creación de algunas iglesias fue permitiendo que los habitantes de poblaciones vecinas asistieran a novenas realizadas en capillas cercanas con presencia sacerdotal. Así, en la segunda década del siglo XX se informa desde Carpintería, departamento Junín: 35 “Este vecindario carece de iglesia; los creyentes asisten a las funciones en Merlo. 34

Catálogo de la Colección de Folklore – San Luis – Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires - 1921. Leg. 46 –El Arroyo, San Martín – Maestra Clarisa Esley – Esc. Nº 192. 35 Catálogo de la Colección de Folklore – San Luis – Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires – 1921. Leg. 53 – Carpintería – Maestra Juana Guardia Mercau – Esc. Nº 21

La patrona de la Parroquia de Merlo es la Virgen del Rosario. Principian su función el primer domingo de Octubre; celebra las mismas el cura párroco de Santa Rosa, cantadas por 15 pesos cada una. Las personas caracterizadas contribuyen para los gastos. Asisten a la función los vecinos de Cerro de Oro, Carpintería, Molle, Cortaderas, Rincón, Piedra Blanca, etc. Al finalizar la función se hace la procesión de la Virgen a quien llevan en andas, dan vuelta a la plaza hasta llegar otra vez a la iglesia.”

En los villancicos El folklore musical de la provincia de San Luis cuenta con numerosos villancicos, canciones sencillas y populares que en el pasado fueron entonados con alegría en los días navideños anunciando la llegada del Niño Dios. Si bien nacieron para alabar a Jesús, algunos de ellos mencionan también a la Virgen, como éste que se entonaba en San Antonio, departamento Ayacucho, a principios del siglo pasado:36 María lavaba los siete pañales, José los tendía en los romerales. El siguiente, que fue cantado por esa misma época en Divisadero, departamento Pringles, menciona a Santa Ana, madre de la Virgen María:37 Señora Santa Ana ¿Qué dicen de Vos? Que sos soberana y abuela de Dios.

 Han pasado muchos años desde que estas expresiones populares comenzaron a recorrer los caminos de la tradición sanluiseña. Muchas de ellas han llegado hasta nosotros; otras, tan sólo perviven en la memoria de añosos pobladores. 36 37

Leg. 24 – San Antonio – Maestra Vicenta Burgos – Esc. 198. Leg. 96 – Divisadero – Maestro J. Félix Ojeda – Esc. Nº 17

Al revivirlas advertimos la fructífera obra llevada a cabo por la tradición que, mediante expresiones sencillas, límpidas, nobles y piadosas, logró mantener viva la devoción mariana en nuestro pueblo transmitiéndolas de boca a boca, de corazón a corazón. Gracias a ellas la figura de la Virgen María, llegada a tierra americana hace más de cinco centurias, fue acompañando la sucesión de las generaciones y hoy sigue presente, incólume y radiante, en la vida espiritual de los puntanos.



*** FIN ***

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