MANEJO AGROFORESTAL ANDINO

MANEJO AGROFORESTAL ANDINO MANEJO AGROFORESTAL ANDINO Saúl Padilla Mendoza Proyecto FAO-Holanda "Desarrollo Forestal Participatívo en los Andes" Qu

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MANEJO AGROFORESTAL ANDINO

MANEJO AGROFORESTAL ANDINO

Saúl Padilla Mendoza Proyecto FAO-Holanda "Desarrollo Forestal Participatívo en los Andes" Quito, 1995

© 1995 Proyecto FAO-Holanda DFPA Reservados todos los derechos Impreso en Ecuador Diseño: Punto Diseño Diagramación: Pilar Arias Impresión: E.P. Centro de Impresión

Las denominaciones empleadas en esta publicación, así como la presentación del material, no implican expresión de opinión alguna por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, concerniente a la situación jurídica de cualquier país, territorio, ciudad o área, o de sus autoridades, ni respecto a la delimitación de sus fronteras o límites. Asimismo, la Organización no se solidariza necesariamente con las ideas, metodologías y conclusiones expresadas por autores y autoras.

Distribución: Proyecto FAO-Holanda DFPA Casilla Postal 17-21-0190 Quito, Ecuador

Derechos de autor: No. 009014 ISBN-9978-82-783-8

INDICE Agradecimientos pág. xiii Introducción 3 1. Situación del manejo de plantaciones agroforestales en los Andes Plantaciones masivas 9 Arboles y arbustos en prácticas agroforestales 10 Labores de manejo 11 Capacitación y extensión 11 Factores que limitan el manejo de sistemas agroforestales 12 2. Aspectos generales del manejo agroforestal El ecosistema agroforestal y las necesidades de manejo 15 La agroforestería como sistema 16 La agroforestería tradicional en los Andes 18 El ecosistema agroforestal frente al monocultivo en los Andes 21 Ecosistemas agrosilvopastoriles en los países andinos 29 La agroforestería en los proyectos de desarrollo 31 Manejo de sistemas agroforestales andinos 33 Manejo de un ecosistema agrosilvopastoril 34 Tratamientos silviculturales en prácticas agroforestales 40 3. Casos de manejo de prácticas agrosilvopastoriles Metodología de recopilación de información 66 Elaboración de ficha de diagnóstico 66 La información de campo 66 Preparación del documento resumen de cada caso 66 Los casos sistematizados 67 Chacra agrosilvopastoril en andenes: Cusco, Perú 67 Cercas de molle y retama como protección de parcelas agrofrutícolas en andenes: La Paz, Bolivia 73 Manejo agrosilvopecuario sobre la base de banco de proteínas: El Dovio, Colombia 78 Chacra frutiagrícola a base de biodiversidad y uso de materia orgánica: Ambato, Ecuador 85 Agroforestería con tara (Caesalpinea spinosa}: Cajaraarca, Perú 91 Agroforestería con penca {Fourcroya andina): Cajamarca, Perú 95

Agroforestería con pacte (Cassia hoockeríana}: Tanna, Perú 99 Cortinas cortavientos contra heladas con colle (Buddieja coriácea}: Puno, Perú 103 Andenería con muros vivos de quishuar (Buddieja incana): Tarma, Perú 110 Agroforestería con chañar en andenes antiguos: Camar, Chile 116 Cortina rompevientos con Acacia meamsr. Saraguro, Ecuador 132 Linderos con sachafruto (Erythrína ecfctíts): Cajamarca, Perú 137 Cultivo en callejones con setos de Polyiepis. Cajamarca, Perú 141 Terrazas multicultivo: Arríbalo, Ecuador 151 Pircas y setos vivos de aliso en contorno: Huaraz, Perú 155 Mango y otros frutales asociados con cultivos anuales y banquetas: Cundinamarca, Colombia 159 Silvopasturas con thola. llamas y alpacas en el altiplano: Oruro, Bolivia 166 Silvopasturas con pinos y ovinos: Cotopaxi, Ecuador 173 Silvopasturas con pinos: Cajamarca, Perú 180 Silvopasturas con Pinus radiata-. Chimborazo, Ecuador 185 Silvopasturas con Pinus patula". Loja, Ecuador 188 Silvopasturas con Acacia macracantha y vacunos de engorde: Roldanillo, Colombia 191 4. Manejo de algunas especies nativas Aliso {Ainus jorullensié) Cercas vivas, linderos, cortinas rompevientos 212 Setos vivos en contorno (cultivos en callejones) 213 Queñua, yagual (Polyiepis racemosa, P. incana) Setos vivos o muros de contención en contorno, cultivo en callejones 216 Cercas vivas, linderos 217 Colle (Buddieja coriácea} Cercas, linderos, cortinas rompevientos y contra heladas 219 Muros de contención en contorno y con estructuras físicas de conservación de suelos 220 Quishuar (Buddieja íncana) Cercas lindero, cortinas rompevientos y contra heladas 222 Muros de contención en contorno y con estructuras físicas de conservación de suelos. Cultivos en callejones 223 Pacte, mutuy o llillín (Cassia mutuy) Linderos, muros vivos en estructuras físicas de conservación de suelos 225 Retama (Spartium junceum) Cercas, muros vivos, con o sin obras de conservación de suelos 227

Chuca (Baccharís spp.} Cercas y muros vivos, con o sin obras de conservación de suelos 229 Penca blanca, cabuya {Fourcroya andina} Linderos, cercas, muros en contorno 231 Faique, espino (Acacia macracantha o Popanax macracantha) Cercas vivas (sostiene el alambre) 233 Silvopasturas 234 Molle, pirui o falsa pimienta (Schinus mollea Cercas vivas, linderos 236 Matarratón (Gliriddia sepium} Cercas vivas, linderos Nacedero o o cajero (Tricharithera gigantea) Banco de proteínas 239 Silvopasturas 241 Pasto milín (Phalaríssp.} Agroforestería con obras de conservación de suelos 242 Anexos 1. Diagnóstico de manejo de prácticas agrosilvopastoriles andinas 245 2. Cómo medir los árboles 251 Bibliografía

LISTA DE CUADROS CAPITUL0 2 1. Producción de setos vivos (Polyiepis racemosa) en sitios de diferente pendiente. Porcón, Perú 36 CAPÍTULO 3 2. Características de los rebrotes de tocones. Chiara, Cusco (Perú) 69 3 Inventario de especies forestales antes del raleo en 1992. Chiara, Cusco (Perú) 70 4 Producción de pasto verde. Chiara, Cusco (Perú) 71 5. Producción agrícola de parcela agrosilvopastoril en andenes. Chiara, Cusco (Perú) 72 6. Magnitudes de algunos rebrotes de rnolle. Chiara, Cusco (Perú) 75 7. Características de la retama Quilliwaya, Bolivia 76 8. Variación de la producción de frutales (kg) con la aplicación de abonos. Píllaro, Ecuador 87 9. Contenido do los desechos para el cultivo de lombrices. Pfliaro, Ecuador. 87 10. Producción promedio de la finca (en miles de sucres) 90 11. Características dasométricas de los árboles en Cajamarca, Perú 93 12. Características de los rebrotes cosechados en régimen de tallar simple 106 13. Diámetro y aln ira de tallares de colle. Puno, Perú 107 14. Distribución de diámetro de tallares en seto vivo de colle, sobre el talud de andenes 107 15. Distribución de diámetros de chacllas de quishuar 112 16. Altura de brotes de quishuar según edad 113 17. Análisis de dos muestras de suelo 114 18. Características dasométricas de los árboles de chañar 118 19. Dimensiones de los postes cosechados 119 20. Cultivos asociados por bandas y terrazas en la chacra 134

21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37 38 39 40

Materia seca de hojas de sachafruto 138 Análisis químico del suelo 139 Características dasométricas del PoJyIcpis racemosa a los cuatro años de edad, antes de ser manejado, en parcela de 5 m 143 Producción de leña por km de seto vivo 148 Material leñoso y biomasa obtenidos en el primer desmoche (en kg/m de seto vivo) 149 Peso de los rebrotes cosechados en segunda poda (kg) 149 Circunferencia de las ramas de primer orden después de dos años de manejo (parcelas do 5 m) 150 Medidas del seto de aliso en contorno 154 Medidas del seto de aliso en contorno 157 Características promedio de los alisos con desmoche a diferente altura en la comunidad de TupacYupanqui 158 Características promedio de los alisos con desmoche frente a un testigo 158 Contenido en porcentaje de nutrientes de Gliricidia sepium 163 Tratamiento y producción de pinos radiata y patula. Cotopaxi, Ecuador 176 Tratamientos aplicados a las ovejas 177 Esquema de manejo de pino radiata. Huamaní, Perú (datos reales hasta 16 años de edad) 182 Esquema de manejo para población de pino patula en base a datos de crecimiento obtenidos en parcelas de investigación 183 Datos promedio del inventario de parcelas en estudio 187 Comparación de la producción herbácea bajo diferentes densidades de árboles de pino en Cacha Chuyug 187 Algunas características dasométricas de los pinos después del raleo (muestreo al 10%) 190 Características dasométricas de los árboles del sistema silvopastoril de Roldanillo, Colombia 193

LISTA DE FIGURAS CAPÍTULO 2 1. 2. 3.

El ecosistema natural y sus componentes (Fassbender 1987) 17 Agrosilvopasturasy monocultiuvo 19 Beneficios de la presencia del árbol en favor del cultivo agrícola, a través del reciclaje de nutrientes y un mejor sostenido 25 4. El campesino practica el relleno en BudcBeja coriácea mediante acodo simple 43 5. El raleo incrementa el espesor de los árboles y aumenta la disponibilidad de madera 47 6. El raleo favorece el crecimiento del pasto, permitiendo la cría de ganado en las plantaciones 49 7. El entrecruzamiento de ramas de los árboles y la alta densidad indican que es momento de ralear 50 8. La poda de ramas bajas permite obtener mejor calidad de madera de los árboles 53 9. El animal no puede desplazarse libremente si no se podan los árboles 54 10. La poda de algunas espedes proporciona forraje de gran contenido alimenticio 56 11. El desmoche bajo permite obtener muchos árboles 57 12. El desmoche alto proporciona rebrotes manteniendo la función de la planta madre, y el desmoche lateral evita la competencia con cultivos y pastos 59 13. Con la poda de ramas bajas se obtiene un tronco recto con madera de calidad 60 14. Para podar una rama se hacen dos cortes, y hasta tres si es muy gruesa 61. 15. Incremento del contenido de humedad en comparación a parcela testigo 145 16. Temperaturas diarias máxima y mínima de un terreno con seto comparado con campo abierto 146 17. Promedio de humedad relativa bajo seto y a campo abierto 147

AGRADECIMIENTOS El Proyecto Regional FAO/Holanda «Desarrollo Forestal Participativo en los Andes» y el ingeniero Saúl Padilla, autor del libro, expresan su agradecimiento a los «campesinos tecnólogos» que tuvieron a bien compartir su tradición, conocimientos y experiencias en el manejo de las prácticas agroforestales tradicionales que constituyen parte del texto de esta obra. Su sabiduría rescatada, escrita y adaptada para los lectores, servirá de base para propuestas de desarrollo agroforestal en varios países andinos. A los profesionales extensionistas que han brindado la información necesaria para la sistematización de los casos de manejo incluidos en el libro. La mayoría de nombres figura en los textos, otros por razones diversas se han omitido; a todos, nuestra eterna gratitud. El texto ha sido revisado por David Ocaña y Mario Anazco del Proyecto FAO/DFC, y Francisco Garcés del Cuerpo de Paz, en Ecuador. Sus sugerencias han servido para mejorar la calidad de este libro. A todos los que de una u otra forma han contribuido a esta publicación, nuestro profundo agradecimiento.

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN El paisaje andino, por diversas causas, ha experimentado una serié de cambios; el monte ha sido depredado, en algunos lugares prácticamente ha desapareado, dando paso a la agricultura y la ganadera, intensiva en algunos casos y de subsistencia en otros; hay sitios donde la vegetación ya no existe. Se desconoce si las poblaciones incaicas y preincaicas tuvieron hábitos de plantar árboles. Se sabe, sin embargo, que a la llegada de los españoles los Andes estuvieron cubiertos de monte natural de especies nativas arbóreas y arbustivas. En la segunda mitad del siglo pasado se inicia el proceso de reforestación con la introducción del Eucalyptus globulus, que se adaptó con mucha facilidad. Esta especie se extendió rápidamente en Ecuador, Perú, Colombia, Bolivia, inclusive en Chile. En la década del 70 surgieron programas de reforestación masiva con este árbol y con Pinus radiata, este último en pequeña escala, mostrando crecimiento aceptable en Ecuador y Perú. La tendencia institucionalizada de la repoblación forestal, ha sido reforestar siguiendo modelos silvícolas ajenos al monte andino; se han generado bosques monoespecíficos utilizando las dos especies indicadas. En la segunda mitad de la década del 80 se comenzó a dar importancia a los sistemas integrales de uso del suelo en los Andes; se empezó a verificar que la asociación de cultivos con árboles, pastos y animales es practicada por el poblador andino desde tiempos inmemoriales, y se iniciaron trabajos de reconocimiento cualitativo estudiando, por ejemplo, la agroforestería tradicional en los Andes del Perú; luego se incluyó la de Ecuador y recientemente de Bolivia y Colombia. Se consideran, aunque no con mucho interés, la aplicación de las prácticas agroforestales en los planes de manejo de cuencas y de desarrollo rural integral. Las parcelas campesinas andinas con árboles o arbustos asociados con cultivos, pastos y animales, no han sido instaladas bajo concepción agroforestal, pero funcionan y cumplen sus roles como tal. De éstas, las manejadas con eficiencia, con racionalidad, en función de objetivos concretos y con criterios de sustentabilidad, pertenecen a campesinos curiosos que en muchos casos han heredado la parcela y mantienen el conocimiento que les fue trasmitido de sus antepasados.

Los sistemas agrosilvopastoriles se presentan como alternativa de manejo sostenido de las cuencas, pues el monocultivo, en un territorio variado, degradado y sujeto a condiciones tan adversas de clima, no es aplicable social, ecológica ni técnicamente. Varios organismos estatales y no gubernamentales se han dedicado apromocionar la agroforestería asignándole, con razón, muchas ventajas. Los logros son importantes pero, frente a éstos, los árboles y arbustos empiezan a competir con los cultivos, el pasto y los animales, acentuando los aspectos limitantes en lugar de los benéficos debido a la falta de manejo. Las parcelas agroforestales validadas por el Proyecto FAO-Holanda «Desarrollo Forestal participativo en los Andes» (DFPA) no rinden los impactos esperados porque carecen de manejo. Hay conciencia de que «es necesario manejar tas parcelas agroforestales». pero se necesita conocer las tecnologías de manejo empezando por las propias, las que se practican en los Andes, las qué sean familiares y estén de acuerdo con la cultura agrocéntrica andina, las que están siendo aplicadas en forma espontánea por los campesinos y aquellas que se conducen con apoyo de instituciones especializadas. Se debe seleccionar las técnicas que permitan alcanzar objetivos concretos, puedan ser aplicadas sin causar deterioro en los ecosistemas, y aumenten la productividad, sobre todo aquellas que tiendan a la sustentabilidad. Por ello, las experiencias más representativas han sido sistematizadas y pueden ser tomadas en cuenta introduciendo adaptaciones propias de las respectivas condiciones de sitio, para manejar los sistemas agrosilvopastoriles en los Andes. Este documento, que reúne el esfuerzo de varias personas canalizado por el autor, tiene por finalidad poner al alcance de profesionales del campo, planteadores, estudiantes y campesinos, un bagaje de experiencias que puede tomarse como pauta para mejorar la productividad de los ecosistemas integrados sin deteriorarlos, tratando de encontrar el camino para la sustentabilidad. Dadas las limitaciones para la obtención de información, el documento adolece de algunos vacíos importantes como la validación económica, los datos cuantitativos del impacto ecológico en la mayor parte de parcelas estudiadas, y la proyección de resultados para el futuro. Consta de dos partes. En la primera, integrada por dos capítulos, se trata la situación de las plantaciones forestales y agroforestales en los Andes, y se fundamenta la necesidad de las labores de manejo. Esta parte concluye con un análisis de los principios, técnicas y procedimientos de aplicación en el manejo de sistemas agrosilvopastoriles adaptados a condiciones tan variables como las andinas. La segunda parte consta de dos capítulos. El primero expresa una suerte de simbiosis de profesionales imbuidos por la mística del trabajo al lado de campesinos, en la cual la información proporcionada con voluntad y entusiasmo por ellos es traducida a párrafos y textos por el autor, quien ha visitado la mayoría

de las parcelas para, con sus propias vivencias, experiencia y búsqueda de nuevos datos, enriquecer los artículos sobre las prácticas sistematizadas.

En el cuarto capítulo se proponen, con base en las experiencias sistematizadas, los regímenes, prácticas silviculturales y técnicas de manejo para algunas especies nativas de los Andes.

1 SITUACIÓN DEL MANEJO DE PLANTACIONES AGROFORESTALES EN LOS ANDES

2 SITUACION DEL MANEJO DE PLANTACIONES AGROFORESTALES EN LOS ANDES PLANTACIONES MASIVAS En Ecuador, Perú y Bolivia, salvo pocas excepciones, los rodales y macizos forestales artificiales han sido establecidos con el criterio que el árbol debe plantarse en sitios marginales, por tanto de baja calidad. Estas áreas se caracterizan por tener suelos superficiales, muy pobres, pedregosos con pendientes pronunciadas, lo que ha repercutido en la baja productividad observada. En algunos lugares las características del sitio están por debajo de las exigencias mínimas de las especies instaladas, de allí que los resultados alcanzados sean inferiores a los que se proyectó obtener al planificar la plantación. Se ha plantado E. globulus en lugares por sobre o debajo de la altitud requerida por la especie y en climas secos, en suelos derivados de costras calcáreas, la mayoría superficiales y con pendientes empinadas; los magros resultados conducen a que muchos técnicos refuercen la idea de que esta especie es inadecuada y debe ser eliminada de los planes de reforestación. Los programas de reforestación en los países andinos han instalado rodales de Pinus radiara y Eucalyptus globulus. En el sur de Colombia, en la sierra central y sur del Ecuador, y en el norte del Perú también se ha plantado P. patula. No se ha iniciado todavía la repoblación masiva con especies nativas. El campesino ha mostrado preferencia por el eucalipto debido a su rápido crecimiento cuando está en buen sitio, a la variedad de usos y de productos que de él se obtiene, a la buena capacidad de rebrote y a su fácil propagación. A esta especie se la asocia inclusive con el poder atribuido a los que lo poseen, ya que quienes primero lo plantaron fueron los hacendados. En resumen, la gente del campo está familiarizada con este árbol.

El incremento en el ritmo de reforestación en los países andinos surge como respuesta a los programas de promoción, los créditos y otros incentivos puestos en práctica entre 1970 y 1985. Sin embargo, el campesino desconoce los hábitos de crecimiento, forma de manejo, usos y propiedades de la madera obtenida de las especies exóticas utilizadas. Desde fines de los años 80 se ha instalado plantaciones masivas en pocos lugares: Cochabamba en Bolivia, Cajamarca en Perú, Cotopaxi y Loja en Ecuador, Cali en Colombia. Algunos rodales que se plantaron en la década del 70 se encuentran en un estado tal que es necesario iniciar su manejo, puesto que no se les ha aplicado ningún tratamiento silvicultura!. El E. globulusse cosecha a tala rasa antesde que alcance el tumo absoluto; luego rebrota y a los tallares tampoco se les da los tratamientos adecuados. En suma. no se manejan los rodales existentes. El campesino conoce la productividad del eucalipto, es decir,sabe cuándo los árboles muestran un buen o un mal rendimiento, lo que no sucede con los pinos. Por ejemplo la cooperativa agraria de trabajadores Porcón en Cajamarca, Perú, se ha beneficiado con la implantación de ocho mil hectáreas de bosques de coniferas, pero la población desconoce su manejo y los usos que le dará a la madera. Por el momento aprecia las masas boscosas porque de ellas obtiene leña. Si se toma en cuenta la calidad del sitio, en muchas laderas de los países mencionados los rodales de E. globulus muestran rendimientos muy variados, desde 3 mVha/año hasta 20 m3/ha/año e inclusive más (Cannon 1985). En Cajamarca, el P. radíala estaría produciendo 7,0 m3/ ha/año en clase y 12,0, 20,0, 21,34 y 23,5 mVha/año a los 20 años en calidades de sitio IV, III, II y I, respectivamente (Pino 1993). En la sierra ecuatoriana se ha constatado que la producción media (sin considerar los sitios de mayor y menor producción) va de 11 a 28 m3/ha/año, y el punto de culminación de las curvas de incremento medio anual (IMA) varía entre 22 y 45 años, dependiendo de la calidad del sitio. En todos los casos, las praderas naturales que se generan dentro de las plantaciones sirven para pastar el ganado de los campesinos.

ARBOLES Y ARBUSTOS EN PRACTICAS AGROFORESTALES En la región andina se practica la agroforestería de manera espontánea; de una u otra forma la chacra, como parcela de conducción agroforestal, es parte de la cultura del campesino. En los Andes encontramos sistemas de producción muy variados y cada uno trabajado de modo diferente y peculiar (Rengifo 1990). A diferencia de la costumbre occidental de plantar árboles en rodales, el campesino andino lo hace en su chacra, que es el espado de domesticación de los árboles. Es allí donde cultiva las plantas que sirven para la alimentación de su familia y de los animales, para curarse, para protección y para los rituales.

Por eso, a diferencia de los árboles en rodales, los de la chacra no se destruyen con tanta facilidad, "el árbol era cosa sagrada, ahora dicen que ya lo miran como cosa económica, el árbol era un Dios, como un hermano más que está viviendo en la parcela" (Félix Chuma). En la región andina está latente el apego a esta actividad ecológica, económica y social; por eso, en los últimos años las instituciones estatales y ONGs especializadas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile están uniendo esfuerzos tendientes a motivar a los campesinos para que reincorporen árboles y arbustos en sus propiedades»

Labores de manejo En los países andinos son numerosas las instituciones que promocionan la agroforestería en las comunidades; la oferta técnica y social de estas instituciones se concentra generalmente en los sistemas integrados de uso del suelo, es decir, de los sistemas agrosilvopastoriles que los campesinos aceptan e integran a sus patrones de uso de la tierra. Sin embargo, como algunos muros vivos, linderos, setos en contorno, instalados con entusiasmo en tierras comunales e individuales, carecen de manejo, han alcanzado un grado tal de desarrollo que se encuentran en franca competencia con los cultivos, los pastos y los animales. De no ser por la leña u otros productos que proveen, los propietarios decidirían retirarlos. En cambio, algunos campesinos tecnólogos practican el .manejo para agenciarse de frutos, obtener madera, forraje y otros productos, mejorar las condiciones microclimáticas de su parcela, disminuir la erosión, es decir, para satisfacer sus necesidades básicas y proteger el ambiente. Como hay poca información referente al manejo de sistemas agroforestales andinos y no se ha documentado la escasa experiencia, no se la comparte ni difunde. La función del técnico de campo es contribuir a mejorar la tecnología del campesino; su aporte será beneficioso para el poblador andino en materia de ágroforestería, en la medida en que se mejore lo que ya sabe hacer y se respete su forma tradicional del uso de recursos.

Capacitación y extensión La capacitación a los técnicos en manejo de parcelas agrosilvopastoriles todavía no se ha iniciado, pero la tarea es impostergable y se aspira a que ellos puedan hacer lo propio con los promotores campesinos. Experiencias avanzadas en extensión forestal andina, aunque no en materia de manejo, tienen, entre otros, los proyectos FAO-Holanda, CARE/ALTURA y Arbolandino de Perú, Desarrollo Forestal Campesino, CARE/PROMUSTA y Central de Servicios Agropecuarios (CESA) de Ecuador, Desarrollo Forestal Campesino de Bolivia. La metodología y estrategia de extensión y capacitación de estas instituciones debe servir de base para difundir, promover, aplicar y evaluar la labor de manejo.

FACTORES QUE LIMITAN EL MANEJO DE SISTEMAS AGROFORESTALES Los factores que limitan el manejo de los sistemas agroforestales andinos son de orden técnico, logístico, cognoscitivo y social. Los técnicos de campo no tienen a su alcance los lincamientos básicos para iniciar el manejo los sistemas agrosilvopastoriles instalados. Desconocen la respuesta de las especies a los tratamientos silvícolas y les hace falta material bibliográfico. Alas instituciones les hace falta equipos de campo, herramientas y material bibliográfico para la capacitación y demostración de campo. Los campesinos propietarios sólo tienen herramientas de labranza. Hay poco conocimiento sobre el significado y las bondades del manejo como ecosistema. La mayoría de los proyectos forestales conceptúa al componente arbóreo arbustivo como elemento aislado y únicamente productor de madera; los servicios agrícolas ignoran el importante papel de los árboles en los sistemas agrícolas campesinos (Casey y Muir 1991). La labor de manejo está asociada a la satisfacción de las necesidades de los propietarios. El campesino sabe que es necesario esperar dos o más años hasta que sus rebrotes alcancen el tumo técnico, pero si necesita leña, tala los tallares, anteponiendo la satisfacción de la necesidad de leña a cualquier indicación del extensionista. Se observa, por ejemplo, que los arbustos asociados a los andenes, los "bargones" o "patapatas" (terrazas antiguas sin muros de piedra), en el sur del Perú. y los mogotes de la sierra ecuatoriana, son arrancados para utilizarlos como leña, pues no interesa el efecto de protección que brindan. En estas condiciones, cualquier programa de manejo que se planifique será vano debido a que los campesinos continuarán eliminando los arbustos. El mismo problema se presenta con los camellones y surcos concéntricos en Cohone, Bolivia, y Chachapoyas, Perú (Schjellerup 1986). En las áreas de pastoreo, como las de descanso o "muyus", los pastores permiten que los animales consuman los arbustos que se han plantado en los taludes de las terrazas de formación lenta y de banco, a pesar de las reiteradas recomendaciones impartidas por los técnicos. Igual sucede con linderos en zonas de pastoreo.

2 ASPECTOS GENERALES DEL MANEJO AGROFORESTAL

2 ASPECTOS GENERALES DEL MANEJO AGROFORESTAL

EL ECOSISTEMA AGROFORESTAL Y LAS NECESIDADES DE MANEJO Sistema es la combinación de partes reunidas para formar un todo, un arreglo de componentes relacionados de tal modo que funcionan como una unidad. Ecosistema es la base unitaria de la estructura y funcionamiento de la naturaleza (Fassbender 1987). Los ecosistemas se caracterizan por tener una serie de elementos definidos y bien establecidos: los límites, los flujos de entrada y salida, sus componentes bióticos y abióticos y las interreladones o interacciones que existen entre sus diferentes componentes (figura 1). El ecosistema forestal interrelaciona sus componentes bióticos como árboles, arbustos, heléchos, plantas herbáceas, fauna, microfauna, microflora, y componentes abióticos como clima, suelo y subsuelo. El bosque natural de Hualanga Alta está localizado en Cajamarca, Perú, a 3050 m de altitud, entre los 7° 07' 30" de latitud sur y 78° 32' de longitud oeste. El área se caracteriza por ser una zona de vida bosque húmedo montano bajo tropical, donde se observa (Padilla 1989) las siguientes especies: En el estrato arbóreo, capulí (Prunas serótina}, aliso (AinusjoruBensis); en el estrato arbustivo alto, hualango {Mimosa revo/uta), zarzamora (Riibus sp.), tandal (Duranta sp.); en el arbustivo bajo. chuca {Baccharis sp.), coñor {Bamadesia sp.), manzanito (Espéremeles sp.), etc.; en el herbáceo, salvia (Salvia sp.), nudillo (Paspalum sp.), trébol (Ttifolium sp.). El perfil del suelo muestra horizontes orgánicos y minerales; los superiores, AO y AOO, con diferentes grados de descomposición, están poblados de lombrices y una diversidad de microorganismos. En el plano horizontal de este bosque natural se observa diversidad de especies, conformando comunidades tanto vegetales como animales. Los límites de este ecosistema natural son difíciles de establecer. El superior se podría situar en el ápice de los capulíes, el inferior en la roca madre del suelo; el lateral superior en la falda del cerro, en la línea

altitudinal de los 3100; el lateral inferior, en el borde de las chacras agrícolas y viviendas. Las entradas o ganancias se circunscriben a la radiación solar, la precipitación, el aire, los sedimentos que provienen de la parte superior y que son acarreados por el agua, el material orgánico que se incorpora. Entre las salidas se podría hacer mención al agua que se pierde por escorrentía e infiltración, la tierra que se erosiona, los nutrientes que se lavan, etc. Como en todo ecosistema forestal, en el de Hualanga los componentes bióticos autótrofos, heterótrofos y abióticos, se interrelacionan entre sí. Es de suponer que las especies Son afectadas por algún factor limitante, que se establecen cadenas alimentarias y que se producirán relaciones sinérgicas (positivas), antagónicas (negativas) y neutras; se sucederán, asimismo, interacciones de parasitismo, predación y hasta halelopatías. Torres (1989) considera a la «cuenca» como un ecosistema, en el cual hay transporte de materia y energía, como el traslado de suelos, nutrientes y agua de las partes altas a las bajas. Debido a que esto ocurre dentro de un espacio fisiográfico definido, se dan también las condiciones para realizar balances de entradas y salidas de energía.

La agroforestería como sistema El componente arbóreo y arbustivo del ecosistema forestal, asociado con plantas agrícolas, yerbas, pastos, animales y el ser humano en un sistema sostenido de manejo de la tierra, se convierte en ecosistema agroforestal. En los ecosistemas agrosilvopastoriles tradicionales andinos conducidos espontáneamente por el campesino, se observa una franca interrelación del ser humano con los animales y con una variedad elevada de plantas: árboles, arbustos, yerbas. La chacra asociada a elementos forestales también se maneja interrelacionando en la parcela un cuantioso número de cultivos, más de una especie de animales domésticos y de los otros. Los sistemas agroforestales andinos son complejos. La práctica agroforestal, por ejemplo un seto vivo de Buddieja coriácea en Puno, Perú, funciona como sistema. Todos sus elementos se interrelacionan de tal manera que se necesitan mutuamente; la interacción se produce entre los elementos bióticos (otros arbustos, hierbas, cultivos, pastos, bacterias, hongos, animales mayores y menores, microfauna, etc.) y abióticos (agua, atmósfera, rocas, suelo mineral) con el suelo, el clima y el ser humano. Como en otros ecosistemas complejos, en el agroforestal las entradas corresponden a la energía solar, el agua de la atmósfera, el aire con sus componentes gaseoso y partículas; hay, además, la adición de material orgánico vegetal y animal. Las salidas están dadas por el agua, nutrientes, material inerte, suelo, que se pierden por percolación, erosión y lixiviación. En el sistema agroforestal se realizan las múltiples y variadas

interrelaciones: simbiosis, parasitismo, comensalismo, antagonismo, alelopatías, depredación, etc. En el ecosistema de monocultivo las relaciones son más simples, debido a la especificidad y vulnerabilidad de los componentes aislados (figura 2).

Concepto de agroforestería y ecosistema agrosilvopastoril Desde hace mucho tiempo los campesinos andinos, fincatarios, ganaderos, han practicado con cierta regularidad lo que hoy se llama agroforestería (Skoupy 1991); sin embargo, no existe homogeneidad en la terminología utilizada. Somarriba (1990) hace un análisis y trata de simplificar el concepto; llega a la conclusión de que agroforestería es «una forma de cultivo múltiple en la que se cumplen tres condiciones fundamentales: 1) existen al menos dos especies de plantas que interactúan biológicamente; 2) al menos uno de los componentes es una leñosa perenne; y 3) al menos uno de los componentes es una planta manejada con fines agrícolas, incluyendo pastos». El concepto que, a juicio del autor, se adapta a las características andinas, es el que tiene en cuenta la cultura «agrocéntrica» del poblador de los Andes; es decir, que todas sus actividades, pensamientos, creencias, en suma, su vida, está organizada en función de la actividad agropecuaria (Grillo 1990). Agroforestería es sinónimo de sistemas agrosilvopastoriles, «son técnicas de manejo sustentable de los suelos, donde se combinan cultivos con árboles, arbustos, pastos y animales, en forma simultánea o secuencia!, en franca convivencia entre ellos, con el hombre y con el ambiente».

La agroforestería tradicional en los Andes Los Andes son una unidad geográfica y cultural con grandes diferencias en su topografía, clima, suelos, flora y fauna. En Colombia las colinas son suaves, los valles amplios y vegetación abundante; en Ecuador hay macizos altos y rocosos, páramos poblados con gramíneas, valles con cultivos y árboles. Desde Loja en Ecuador hasta el sur de Cusco en Perú, agrestes cordilleras con nieve perpetua se alternan con valles estrechos pero productivos y con una escasa vegetación natural. Por Puno, en Perú, y por casi todo el territorio boliviano se extiende el altiplano, muy frío, con heladas casi perennes y sin vegetación arbórea, el cual continúa hacia el noroeste argentino y noreste chileno, para luego iniciar un suave declive que termina en el Chaco y en la Patagonia. El paisaje andino no es de monocultivo; en él se practican las más variadas crianzas de animales y cultivo de plantas, lo que refleja un entendimiento del ser humano con el clima y con la naturaleza (Rengi(o 1990).

La práctica de la agroforestería en los Andes Parece ser que con el nacimiento de la minería se inicia también la destrucción de los bosques naturales, y el surgimiento de la chacra como la máxima expresión de cultivo asociado de plantas, como lugar de domesticación de especies arbóreas y arbustivas y como espado para la crianza de animales menores. Ciertos campesinos andinos -los llamados tecnólogos, curiosos-practican en forma espontánea la agroforestería con las características descritas para el ecosistema. La práctica familiar más simple y a la vez la más compleja es la chacra andina (foto 2), donde los elementos se mantienen en equilibrio y las relaciones son de comprensión e igualdad. Para el campesino tiene tanta importancia el aliso (A/nusjorullensís) o el quinual (Polyiepis spp.), árbol o arbusto del seto vivo, como la papa (Solanum tuberosa), la quinua (Chenopodium quínoa), el paico (Chenopodium ambrosoides), el kikuyo {Penníserum dandesfínum), considerada como mala yerba, o el perro que cuida la casa. En concordancia con la chacra y con la visión agrocéntrica, en el territorio andino el campesino cuida y maneja prácticas agroforestales variadas, a veces sin haberlas instalado voluntariamente.

La agrosilvicultura en la cultura campesina El campesino andino planta árboles en tomo a la vivienda -de preferencia para protegerla-, en los linderos y alrededor de las chacras, en cuyo caso estos árboles cumplen adidonalmente la fundón de cortinas cortavientos y contra heladas, y de protecdón contra la erosión hídrica. Si el ecosistema es pastoril, el segundo espacio territorial lo constituyen los corrales y las praderas. Finalmente, y en menor propordón, el campesino planta árboles a densidades muy altas en las áreas que bordean las quebradas o para formar rodales. Al parecer, los huertos familiares de Asia Suroriental, América Latina y África son semejantes. Estos presentan una mezcla multiestratifícada de un gran número de espedes productoras de alimentos, forraje y madera, que crecen en estrecha asociación. Generalmente se cultivan en pequeñas parcelas bien cuidadas, situadas cerca de las viviendas que, frecuentemente, se usan también para criar aves de corral y animales menores. Los huertos familiares reproducen la estructura de múltiples estratos y la diversidad de espedes de los bosques; esto permite mantener simultáneamente cultivos de plantas perennes y anuales en pequeñas superfides (FAO 1964). Debido a la diversidad de espedes que se cultivan, se puede obtener una amplia gama de productos. Como los cultivos tienen ciclos biológicos distintos, la

familia suele recoger algún producto diariamente aunque sea en pequeñas cantidades (FAO 1964). En la chacra campesina hombres y mujeres dan igual importancia tanto las plantas que les proporcionan alimento como aquellas que sirven de forraje, a las hierbas como a los arbustos y los árboles; los frutales y los que proporcionan leña tienen el mismo valor intrínseco. Son tratados con el mismo cuidado la vaca que proporciona leche, el perro que protege la casa y el árbol que junto con los arbustos da abrigo a la choza campesina.

El ecosistema agroforestal frente al monocultivo en los Andes El monocultivo no es una alternativa factible en los Andes, como no lo es la generación de bosques con miras únicamente a la obtención de madera. Los sistemas que más se adaptan a las condiciones edafoclimáticas de los Andes y a las características socioeconómicas de los campesinos son los agrosilvopastoriles, que forman parte de su cultura agrocéntrica. Con la práctica de estos sistemas el campesino podría satisfacer múltiples necesidades de productos, forraje para sus animales, medicinas, productos para la agroindustria, material para artesanías y ceremonias. Estos sistemas convenientemente instalados y manejados hacen posible conservar el suelo, evitar la erosión fitogenétíca, tener buen uso del agua, disminuir el efecto nocivo de climas adversos, incorporar material orgánico proveniente de los organismos que se asocian, utilizar las diferentes capas del suelo y facilitar el reciclaje de nutrientes.

Beneficios reconocidos a la agrosilvicultura andina a. Se replican patrones ecológicos naturales, en concordancia con la visión agrocéntrica campesina En el monte o bosque natural se observa una diversidad de plantas ocupando espacios verticales y horizontales al mismo tiempo. Enla chacra del campesino, como en el monte, se encuentran especies herbáceas, arbustivas y arbóreas. La biodiversidad es característica esencial de estos sistemas integrados. Los sistemas agrosilvopastoriles tradicionales, cualquiera sea la combinación, integran plantas diversas en los diferentes estratos; por ejemplo, en un seto vivo de Polyiepis spp. en Porcón Alto (Cajamarca, Perú) se asocian mutuy o saliwa (Cassia sp.), ortiga (Urtíca sp.), suro (Chusqueasp.}, cocho o tarwi (Lupínussp.) y otras como chamcas, malva (Malvas s.p}, etc. En el estrato herbáceo hay cultivos como papa {Solanum tuberosa}, oca (Oxalis tuberosa}, maíz {Zea mays), cebada (Hordeum vu/garé), olluco (Ulluciis sp.), haba (Vicia faba), etc.; también hortalizas nativas como paico (Chenopodium ambrosoideS), yerbabuena (Mentha rotundífolia}, huacatay (Tagetes minuta}, ruda (Ruta

gaveolens), orégano (Origanum vulgares; plantas medicinales como manzanilla (Matricaría chamomílla}, anís (Pímpinella anisum}. También están presentes los animales domésticos (oveja, vaca, chancho, alpaca, gallina). En una parcela agroforestal de Ecuador (Domingo Moposita, Anibato), en un pequeño espacio de 0,4 hectáreas se cultivan l O especies entre árboles y arbustos y 36 plantas herbáceas, a lo que hay que agregar una cantidad no menos considerable de plantas invasoras. En estudios realizados en Santa Rosa (Ucayali, Perú), Brack (1993) indica que en 21 huertos se cultivan 168 espedes diferentes de plantas, y que en los huertos individuales se han encontrado de 18 a 74 espedes. El sistema agrosilvopastoril es el que más se aproxima al ecosistema natural.

b. Benefícios para el suelo Las hojas de árboles y arbustos, caducifolios o no, incorporan importantes cantidades de material orgánico que, al descomponerse, incrementan los nutrientes y mejoran la estructura del suelo, lo cual redunda en un aumento de la producción agrícola y de pastos. La cantidad de biomasa puede incrementarse notoriamente mediante la práctica de la poda de ramas. Un árbol de Erythrina edulis en Cajamarca, Perú, incorpora alrededor de 15 kg de materia seca de hojas; en zonas más húmedas las cantidades son mayores. En las prácticas silvopastoriles y agrosilvopastoriles, los animales depositan estiércol que, junto con 1a''chamiza y los restos de pastos y raíces, aumentan la biomasa que se adiciona al suelo. Las 1800 ovejas que se crían en mil hectáreas de un bosque de P. radíata en Cotopaxi, Ecuador, incorporan diariamente media tonelada de estiércol fresco. Son numerosos los casos en los cuales se ha constatado la adiccón de cantidades importantes de materia orgánica al suelo. Se observa un colchón orgánico debajo del aliso, colle, quishuar, molle, queñua, arca, etc. En el altiplano boliviano, los campesinos de Parco dejan en descanso sus parcelas durante 10 años, período en el cual los arbustos devuelven al suelo las condiciones biológicas y químicas que tuvo antes de ser cultivado. En términos económicos no es fácil comparar, pero se debe admitir que el árbol contribuye a estabilizar y aumentar la fertilidad del suelo (Bellot 1991). El análisis del suelo de parcelas agroforestales ha mostrado que el contenido en fósforo, potasio, caldo y otros elementos se encuentra en cantidades superiores que en aquellos que no tienen árboles (Fassbender 1987). El campesino reconoce que obtiene mejores cosechas. Las espedes leguminosas que crecen en el sistema se asocian con bacterias que fijan nitrógeno. Se puede incluir, además, especies actinorrhízicas que se asocian con hongos imperfectos del género Frankía y fijan nitrógeno, por ejemplo A/nusspp. (Carison 1990), Atriplex (Caucas y Oliva 1990), Casuarína spp., entre otras.

Gracias a los árboles no sólo la fertilidad se mantiene o aumenta, también permite la conveniente distribución y uso de los nutrientes; mientras las raíces profundas toman los nutrientes del subsuelo, las de los arbustos de las capas semiprofundas y las de los cultivos lo harán de las más superfíciales. La rotación "permite el aprovechamiento de los nutrientes de acuerdo con los requerimientos de las plantas; algunos nutrientes son restituidos al suelo mediante el proceso fisiológico del reciclaje (figura 3). En Yurimaguas, Perú, los ensayos conducidos en un cultivo en callejones con Inga edu/ís, Erythrina sp. y Leucaena leucocephala, muestran un balance positivo de adición de N, K y Ca y negativo en P; el balance de Mg fue positivo para Eythrina y Leucaena, pero negativo para Inga (Salazar 1991). Wilson (1990) sostiene que la sombra proveniente del componente arbóreo aumenta la actividad microbiana y el tenor de mineralización del suelo; por ejemplo, en uno de sus ensayos obtiene 106 mg de nitrógeno por kg de suelo más que el testigo.

c. Controla mejor los procesos erosivos El sistema agrosilvopastoril preserva elSucio porque lo mantiene con cobertura. La fuerza cinética de las gotas de lluvia disminuye cuando son interceptadas por la copa de los árboles y arbustos o por el follaje de los cultivos o pastos; los setos vivos asociados con acequias de ladera o de infiltración y en terrazas, sirven de barreras mecánicas y al mismo tiempo disminuyen la velocidad del agua de escorrentía y la del viento. Todo esto constituye una acción efectiva contra la erosión hídrica del suelo. El manejo racional de los pastos, bajo o junto al dosel protector de árboles y arbustos, evita el sobrepastoreo y, en consecuencia, no se pierden las especies palatables ni se erosiona la población de pastos. La presencia de muchas especies, variedades y cultivares constituyen un potencial fitogenético alto, el que es preservado, frenando de alguna forma la erosión genética. Las aves dispondrán de lugares adecuados para anidar y ello implica de alguna manera, también un freno a la erosión de la fauna silvestre.

d. Permite recuperar suelos degradados Asociando estructuras mecánicas de conservación de suelos con arbustos y, a veces, con árboles, se logra recuperar suelos que se dejaron de cultivar porque se volvieron improductivos a causa de la erosión. En Angahuana, Tungurahua (Ecuador), gracias a las terrazas y protección de taludes se cosechan importantes cantidades de hortalizas donde hace unos años sólo había cangahuas erosionadas. En Huaraz (Perú) se han construido pircas y plantado alisos y queñuas en laderas abandonadas y sumamente erosionadas y ahora se cosecha papa, maíz, alfalfa y varios productos. Un resultado semejante se ha logrado en Chinchero, Cusco (Perú), con terrazas de banco y arbustos en el área de seguridad, donde se han obtenido buenas cosechas de papa en lugares que hace poco ya no se cultivaba.

e. Mejora las condiciones microclimáticas Las masas arbóreo arbustivas funcionan como cortinas rompevientos en unos casos, o como cortinas contra heladas, en otros. Dependiendo de la situación, de su constitución y del manejo, disminuyen la velocidad del viento (Oboho y Nwobashi l99l; Laguna et al 1993), o produce un efecto desviador (Bermejo Pasetti 1985). La presencia de copas verdes de plantas en pleno crecimiento provoca una elevada acción fisiológica, lo que a su vez aumenta algo la temperatura, disminuyendo el efecto nocivo de una helada. Los muros vivos de Buddleja coriácea con Cassia spp. permiten a los pobladores del altiplano cultivar una serie de plantas agrícolas y mantener abrigadas las casas. Don Humberto Huarachi en Puno (Perú) cultiva pensamientos, que son flores sensibles a las heladas, con la protección de los setos de colles (foto l). En Porcón, Cajamarca (Perú), se ha constatado que los setos vivos de Potyiepis racemosa, disminuyen la temperatura máxima y aumentan la mínima, lo cual es más notorio cuando la temperatura diurna es extrema y la nocturna cercana o bajo cero; además, hubo un aumento considerable de la humedad relativa. Este amortiguamiento de la temperatura y el aumento de la humedad relativa contribuirán a menguar el efecto destructor de las heladas. En una parcela agrícola protegida con una cortina rompevientos, en Tamboloma, Tungurahua (Ecuador), se constató una disminución de la velocidad media del viento, de 63 km a 9 km por hora, una disminución de dos grados en la temperan ira máxima y un aumento de dos grados en la mínima (Laguna et al 1993). El hecho de interceptar los rayos solares o los vientos, en uno u otro caso, permite regular las condiciones del microambiente; la evaporación del suelo será más lenta, es decir, el agua -que escasea en muchos lugares será mejor aprovechada. En los setos vivos de Porcón arriba mencionados ha habido un incremento hasta del 68% del contenido de humedad en relación con las parcelas testigo, aumento comparable sólo con la humedad del suelo bajo dosel del bosque de coniferas en el mismo lugar. Asimismo, los animales que pastan a la sombra protectora de los árboles se deshidratan menos y rinden más.

f. Permite obtener diversidad de productos Con el monocultivo se cosecha un solo producto, por ejemplo, papa o maíz, arveja o trigo si el sistema es agrícola; carne y lana si es pastoril con ovejas, alpacas o llamas; madera si es forestal; en cambio con la diversidad de plantas que se asocian en la práctica agroforestal se obtienen productos leñosos, alimenticios, forraje, medicinales, etc. Entre los productos leñosos se cuentan la madera para fabricación de muebles, para construcción de viviendas, corrales para el ganado, postes para

diversos usos, herramientas (foto 3), y para artesanías. La leña usada para cocer los alimentos y abrigar el ambiente es el producto más importante en algunos lugares (foto 4). Los productos alimenticios son aquellos obtenidos de la práctica agrícola y de las yerbas que crecen. Del componente arbóreo arbustivo se obtienen frutos como pajuro (poroto, sachafruto o guato), saúco, capulí, motilón, chañar, tuna (foto 5), zarzamora, mortiño, hongos, carnes y otros.

El forraje está constituido por los rastrojos de las cosechas, los pastos que crecen debajo de los árboles y los que producen árboles y arbustos forrajeros como Trichanthera gigantea, Gliricidia sepium, Leucaena leucocephala, Guazuma ulmi folia, Polyiepis spp., Ainus jorullensis, Prosopis spp., Schinus molle, Erythrina edulis, Spartium junceum, Budd/e/aspp., Geoffroea decortícans. En el sistema, campesinos y campesinas encontrarán los productos medicinales necesarios para curar sus dolencias y las de sus animales. Varios son los productos agroindustriales que se obtienen: las paletas de tuna {Opuntía ficus indica) albergan la cochinilla que contiene colorantes usados en alimentos y para teñir tejidos; la Fourcroya andina, cuya fibra es utilizada para confeccionar cestas, cuerdas y bolsos; el sachafruto {Erythrina edulis) que proporciona frutos de los que se pueden obtener harinas y preparar concentrados para los animales; las conservas fabricadas de frutas como la del saúco (Sambucas peruviana},, capulí {Prunus serótina} y zarzamora (Rubussp.}. También se cosechan productos para ritos y ceremoniales como las flores de Spartiumjunceum, Cassia hoockeríana y otras que se venden en los mercados de poblaciones del sur del Perú y el altiplano peruano boliviano para las fiestas de carnaval.

g. Se practica en todos los sitios El monocultivo es practicable sólo en lugares específicos. En cambio asociar pastos con cultivos, animales, arbustos y árboles, en arreglos adaptables a cada lugar, es posible en cualquier lugar de los Andes. Si bien hasta hace poco tiempo se pensaba que estos sistemas integrados sólo se practicaban en el trópico, la experiencia indica que existen en los lugares más agrestes, en climas secos y en los lluviosos, en suelos profundos y superficiales, ácidos y alcalinos, inclusive en los salinos. En la precordillera de Chile, en el Chaco argentino-boliviano, en la puna argentina, en los valles interandinos de Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia, en el altiplano peruanoboliviano, en el páramo y puna ecuatorianos, en los trópicos colombiano, peruano, boliviano, es probable encontrar al lugareño practicando agroforestería, cuyos diseños pueden ser mejorados por los proyectos de desarrollo. Una cuenca consta de varias zonas agroecológicas diferentes en suelo, microclima, vegetación y comunidades humanas; el manejo consciente, sistemático y ordenado de los diferentes ecosistemas en las cuencas andinas tendría que hacerse tomando como principio el trabajo agrosilvopastoril. Con la agroforestería se cultivan plantas en diferentes épocas y en zonas agroecológicas diferentes, evadiendo la acción de las condiciones adversas del clima sobre los cultivos; se cultivan varias especies y variedades, de las cuales unas producen poco y otras prosperan; se hace rotar los animales y cultivos en lugares escalonados en altitud para usar racionalmente el suelo, el clima y asegurar las cosechas.

h. Beneficios socioeconómicos Budowski (1986) señala que los agricultores obtienen, al menos en parte, beneficios económicos de los árboles, los que les proveen de leña, postes, varas, madera de aserrío, ciertas frutas, alimento para el ganado, flores para miel, productos medicinales, puesto que no necesitan comprar estos productos o transportarlos desde sitios lejanos. Además la diversidad de productos a los que el campesino tiene acceso, le permite variar su dieta alimenticia. Los árboles que producen madera aserrable constituyen un capital estable y un seguro. Al respecto Perry (1984) indica que «en tiempos de emergencia, los árboles son como dinero en el banco», y don Valerio C. quien en el Municipio de Quipuli (Colombia) hace manejo sustentable de un bosque de Cordia alliodora y Tabebuia rosea con cultivo de Coffea arábiga dice: «nosotros tenemos al banco en la finca, en los árboles, lo protegemos quince años y ya está, cuando necesitamos dinero cortamos los más gruesos y solucionado el problema». En ciertos casos, el componente arbóreo arbustivo es un complemento económico de la chacra destinado a cubrir las brechas de dinero, muy comunes en economía andina. Así, se obtiene ingresos adicionales vendiendo cabuya en Saucepampa, Perú; cochinilla y fruto de la tuna de las cercas vivas en Jesús, Cajamarca y Ayacucho, Perú; chacllas en Tarmarambo y Puno, Perú; frutos de pájaro en Jesús, Perú; madera para mangos de herramientas en Cachi, Argentina; hongos de los pinos en Salinas, Ecuador; paja para la fabricación de adobes en Cajamarca; flores de mutuy y retama en Puno; ovejas criadas en los bosques de pinos; vacunos alimentados en un bosque de faique, en Cotopaxi (Ecuador) y Cajamarca, Cali (Colombia). Para constatar el impacto financiero de estas prácticas es necesario verificarlo haciendo un seguimiento de parcelas experimentales o fincas campesinas. Las observaciones de campo indican que hay otros logros económicos como el de acceder a una variedad de productos que se tendrían que conseguir en el mercado; tener leña cerca de la vivienda eliminando desplazamientos de la familia a lugares lejanos.

i. Se disminuye el peligro de incendios El componente arbustivo y herbáceo de los bosques se seca en período de sequía y aumenta el peligro de incendios. Sin embargo, con las prácticas silvopastoriles disminuye el riesgo de fuego porque los animales consumen el pasto, material inflamable que, de otra manera, se acumularía.

Efectos limitantes de los sistemas integrados a. Toda asociación puede dar lugar a competencias Los árboles y arbustos ocupan un espacio en la parcela, que puede ser reemplazado por los cultivos. La presencia del componente arbóreo

y arbustivo podría ocasionar competencia por luz, agua y nutrientes, y limitar el desarrollo de las otras especies; la invasión de ramas de los arbustos componentes de un muro vivo, podría disminuir la producción agrícola; la alta densidad de los árboles impide el crecimiento y desarrollo de los pastos. La invasión de raíces influye negativamente en el crecimiento de las sementeras y pastos, pero puede controlarse con el uso de especies de sistema radicular pivotante y con la poda de raíces; muchos campesinos manifiestan que en el momento de la aradura, las raíces superficiales son levantadas, disminuyendo así la competencia.

b. Arboles y arbustos pueden hospedar plagas y enfermedades La limitante que los campesinos señalan como la más saltante, es que en los arbustos anidan y se crían pájaros que se comen las sementeras (foto 6). En otros casos, predatores de venados, ovejas y de otros animales tendrán ambiente favorable para vivir dentro de un sistema silvopastoril. Al convivir alta cantidad de plantas en las prácticas agroforestales, aumenta la humedad relativa como consecuencia del incremento de la evapotranspiración, creando condiciones para la proliferación de organismos patógenos (insectos, hongos y bacterias). Esta limitante se ve reducida en algunos sitios, porque la biodiversidad permite al mismo tiempo la multiplicación de controladores biológicos que merman los efectos negativos de plagas y enfermedades.

c. El desconocimiento de la biología de los componentes del ecosistema El manejo exige el conocimiento de las reacciones de los árboles y arbustos ante la aplicación de un tratamiento silvicultural y las repercusiones en los otros elementos bióticos del ecosistema, ya que la variación de uno puede influir en los otros. Por otro lado, las exigencias por luz, agua y nutrientes condicionan su uso en las asociaciones; por ejemplo, el orégano (Origanum \vlgaré) es una especie que puede prosperar en sombra, pudiéndosele cultivar cerca a los muros vivos sin que ésta afecte su desarrollo. Las especies caducifolias no podrían plantarse en cortinas contra heladas, porque en época de frío quedarían desprovistas de su follaje.

d. Complejidad de trabajo La agroforestería es más compleja que el sistema de monocultivo; las plantas ocupan el espacio aéreo en diferentes niveles (plantas herbáceas, arbustos bajos y altos, árboles), las raíces exploran el suelo a diferentes profundidades, la actividad de éste es alta, las plantas tienen diferentes exigencias y como crecen en asociación se necesita mayor cuidado. El período de descanso o barbecho es reducido o nulo.

En ciertas prácticas se tiene que dar mantenimiento a las obras físicas de conservación de suelos con las que está asociada, aumentando su complejidad.

e. Carencia de personal calificado Hace falta personal capacitado en el manejo de sistemas agroforestales, así como en la metodología y práctica de extensión. La capacitación integral de extensionistas permitiría la promoción de sistemas acordes con la tradición y necesidades de la población beneficiaría, y con la protección del medio. f. El tiempo requerido para lograr impactos En agrofcrestería generalmente se logran impactos a mediano y largo plazo. Así, para que una cortina rompevientos esté tupida, consolidada y disminuya la velocidad de los vientos, ha de pasar algunos años. El campesino como es lógico quisiera resultados en corto tiempo, lo que dificulta su aceptación.

Ecosistemas agrosilvopastoriles en los países andinos Los sistemas agroforestales tradicionales varían de un lugar a otro. Tienen un elemento que sirve de eje central, en tomo al cual se desarrollan; por ejemplo, el café en Esmeraldas (Colombia), los frutales (Quilliwaya en Bolivia y Ambato en Ecuador), agricultura en andenes (Tarma, Cusco y Puno en Perú), agricultura con cultivos asociados (la gran mayoría de campesinos la practican en Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia), crianza de llamas, alpacas y ovejas (la puna de Perú, Ecuador, Bolivia y Argentina), crianza de cabras (Chancani en Argentina), banco de proteínas (Valle del Cauca en Colombia), etc. Las prácticas agroforestales se les ha agrupado en:

a. Cultivos agrícolas en espacios limpios en el monte Se talan los árboles por manchas y en los espacios se cultivan las especies alimenticias. Al eliminar los árboles y arbustos quedan áreas ricas en materia orgánica y nutrientes, que permiten obtener buenas cosechas por algunos años, luego de los cuales se deja crecer pastos, convirtiéndose en una práctica silvopastoril.

b. Linderos o cercas vivas' Es la práctica más generalizada. El campesino planta árboles y arbustos para separar su propiedad de la de los vecinos; a veces construye también pircas. Estas cercas muchas veces cumplen funciones de cortina rompevientos o contra heladas, de acuerdo a su estructura y manejo, al sitio, a la disposición en el terreno. Las contra heladas son bajas, muy compactas y con especies resistentes al frío, las otras dejan filtrar algo de

aire y están dispuestas en posición perpendicular a las corrientes de aire. Las especies utilizadas son variadas, prefiriendo las espinosas como tuna, agave, cabuyas, hualangos, huarangos, sacha corona, arca; aunque también se utilizan otras como sachafruto, eucalipto, aliso, capulí, tara, molle, lechero, o plantas forrajeras como como leucaena, poroto o guato, matarratón, nacedero, sauce, retama, etc. Varias de estas especies sirven de postes vivos para sostener alambre. Es común encontrar también barreras vivas de colle, quishuar, quinual, saúco, chachacomos, chamana, chuca, zarzamora, entre otros.

c. Muros protectores de corrientes de agua Las acequias, los riachuelos, las quebradas, se protegen de la acción erosiva del agua circulante cultivando sauces, alisos, quinuales, guaduas, suros. En Tarma y Huancayo (Perú) se usa arrayán en los ríos y acequias de riego.

d. Taludes protectores de andenes Los andenes y terrazas están protegidos con mutuy, chuca y retama. Aquí se menciona también la protección de taludes de bargones o patapatas en Cusco (Perú) y de mogotes en Riobamba (Ecuador).

e. Churos Son bandas de cultivos alternadas con otras de pastoreo o de descanso (rastrojo); el descanso es de hasta diez años en el altiplano boliviano. La rotación de parcelas de cultivo con las de regeneración de pactes y pastoreo (Tarma, Perú) es una variante de esta práctica.

f. Arboles frutales asociados con cultivos Se cultivan plantas alimenticias y medicinales asociadas con tunas, capulíes, manzanos, durazneros, peras, tomate de árbol, moras, mangos, chirimoyas y otros. Hay casos de estas prácticas en lugares abrigados de La Paz (Bolivia), Arríbalo (Ecuador), Cundinamarca (Colombia), etc.

g. Cultivos con sombrío de árboles Se cultiva café bajo la sombra de roble, nogal, poroto o sachafruto, nogal y otros. Se asocian también, aunque con menor frecuencia, árboles con cultivos anuales como maíz, pina, lulo o naranjilla y otros.

h. Silvopasturas El pastoreo en las praderas con árboles y arbustos no está muy difundido. En el altiplano boliviano se crían alpacas, llamas y ovejas en los telares, en Roldanillo (Colombia) y Loja (Ecuador), y se pasta ganado vacuno en los pastizales que crecen bajo los espinos.

La agroforestería en los proyectos de desarrollo El desarrollo sustentable implica mantener un equilibrio dinámico entre los recursos que se producen y los que se consumen dentro de los ecosistemas. Este desarrollo sólo se consigue si se maneja racionalmente los recursos en su conjunto; presupone en consecuencia integrar los tres subsistemas: agrícola, pecuario y forestal, logrando que el recurso suelo agrícola no desaparezca o se deteriore, como está ocurriendo en el mundo (Sánchez 1990). Un sistema de utilización de tierras se dice que es sustentable (durable, viable) cuando mantiene un nivel de producción aceptable, conservando siempre los recursos de los que depende la producción, es decir asegurándola (Getahun 1989). La agroforestería como sistema de uso sustentable debería abarcar superficies grandes, aplicándola en la mayoría de las fincas de las microcuencas, cuencas, regiones y no solamente a nivel de parcelas; así el impacto en la producción y en los servicios será significativa.

La agroforestería y el manejo de cuencas hidrográficas La cuenca es la unidad geográfica natural de planificación del desarrollo de un país; para manejarla se tiene en cuenta el uso múltiple de los recursos agua, suelo y vegetación (Chang y Navarro 1987). El manejo de cuencas en este contexto es, pues, la realización de una serie de actividades coordinadas, de carácter multidisciplinario, con el objeto de conservar y aprovechar los recursos naturales renovables en beneficio de la población. Torres (1991) considera los siguientes objetivos del manejo sustentable de cuencas: a) conservar o mejorar las condiciones microclimáticas existentes, b) garantizar un adecuado aprovechamiento del agua a través de un manejo racional del ciclo hidrológico, c) controlar la erosión del suelo, así como mantener su fertilidad, d) incrementar o fomentar la cobertura vegetal, tanto arbórea como arbustiva y herbácea, e) mantener la diversidad biológica existente, f) lograr el desarrollo rural sostenido. Como se aprecia, estos objetivos se podrían lograr mediante sistemas agrosilvopastoriles convenientemente manejados. La agroforestería se debería aplicar en la mayoría de las fincas, de tal forma que éstas funcionen como elementos del todo, o sea, la cuenca hidrográfica. Una buena zonificadón de suelos, especies y clima, permitiría a las familias desarrollar prácticas agroforestales que satisfagan sus necesidades sin deteriorar el ambiente. El manejo sustentable de una cuenca tiene que permitir el mejoramiento de las cosechas, conservando y mejorando los suelos, el agua, la vegetación.

La agroforestería en la organización productiva campesina Los proyectos de desarrollo participativo consideran que la planificación, gestión, ejecución, seguimiento y evaluación de las actividades en las comunidades deberían ser responsabilidad de los propios campesinos; no sólo estar circunscrita a recibir la «opinión» para conseguir su participación. El mejor camino para la generación de programas de desarrollo (Rist 1991) podría encontrarse en la medida en que: • • • •

Antes de elaborar proyectos, se haga un diagnóstico de la zona con la participación de la población. En el proceso de conocimiento de la realidad, se reconozca que el campesino tiene un conocimiento profundo de su medio. Se revaloricenlas tecnologías campesinas -incluyendo las agroforestales con el convencimiento de que debe darse un intercambio recíproco de conocimientos. Las tecnologías incluidas en los proyectos y ejecutadas en el campo, sean compatibles con la realidad sociocultural y hayan sido probadas en el contexto en que se desenvuelve la comunidad.

En esta línea de pensamiento y acción, al iniciar el trabajo agroforestal debe conocerse y sistematizarse las prácticas agroforestales que se desarrollan en el lugar para, sobre esta base, emprender acciones que las mejoren.

La extensión agroforestal en los Ancles Se ha publicado bastante en materia de manejo integral en zonas tropicales y se tiene, inclusive, programas de simulación computarizada, pero se ha sistematizado relativamente poco sobre la experiencia agroforestal andina. Hace poco se está centrando la atención en lo referente a los sistemas de uso integrado del suelo en los Andes. Actualmente se conoce sólo descriptivamente cuáles son las prácticas tradicionales en Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia. Hay vacíos de conocimiento en lo referente a la fisiología de las especies asociadas, su manejo silvicultural, y la cuantifícación de impactos. El proyecto Desarrollo Forestal Participativo en los Andes de la FAO ha iniciado esta acción validando algunas prácticas agroforestales en Colombia, Ecuador y Perú. Hay divorcio entre la investigación formal y el campo; los resultados de la investigación no llegan a ser aplicados por los campesinos. Hacen falta extensionistas capacitados en aspectos sociales y técnicos, que sirvan

de nexo entre la investigación en la comunidad, y se conviertan en promotores del desarrollo. Las metodologías de extensión participativa que empleen los proyectos deberán ser concordantes con las carácterísticas de las comunidades. Esto quiere decir que los sistemas agroforestales que promocionen como propuesta técnica, deben efectivamente encaminar a las poblaciones al manejo sostenido de sus recursos (Gálvez 1991).

MANEJO DE SISTEMAS AGROFORESTALES ANDINOS Varias de las prácticas agroforestales instaladas con apoyo externo no están siendo manejadas; en estos casos, en lugar de presentarse como una solución, la agroforestería es considerada un limitante debido a que, entre otros, el componente arbóreo arbustivo compite con cultivos, pastos y ganado. Son pocas las plantaciones de pinos que se están raleando con miras a lograr el crecimiento de pastos y criar ganado. Como el campesino no conoce la especie arbórea, no se decide aplicarle un tratamiento silvicultural. Sin embargo, se ha podido contatar envarios lugares, que maneja las especies nativas de sus parcelas agroforestales. Cabe mencionar, por ejemplo. El manejo que se practica con Buddleja coriacea en Puno y B. Incana en Tarma, Perú, en función a las condiciones climáticas y a objetivos concretos predominados y definidos. Estos son algunos ejemplos en los que el manejo se hace pensado en satisfacer necesidades, evitar interferencias y hacer frente al clima adverso: •

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En Puno, Perú, el régimen de tallar simple permite obtener chacllas de rebrotes de colle, las que son utilizadas para el armazón de los techos de las casas. La longitud que alcanzan los tallares equivale a las dimensiones de los techos de las viviendas. En Tarma, Perú, si se requiere madera gruesa, se ralean los rebrotes del quishuar dejando uno o dos por tocón, obteniendo chacllas y madera para la tilera del arado o para mangos de herramientas. En Chiara, Cusco, Perú, para cultivar cerca de los muros vivos, se practica la poda de ramas de los tallares de aliso, en función a los requerimientos de la luz de los cultivos agrícolas. En El Dovio, Valle de Cauca, Colombia, se desmocha el nacedero y chachafruto a 1 m de altura, y se obtiene una buena cantidad de forraje; en la misma zona, para permitir el buen rendimiento de la pradera, el campesino adecúa el número de árboles de espino a los requerimientosde luz de cada asociación de pastos.

Para hacer frente a las heladas: •

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En el altiplano peruano las heladas más fuertes se presentan de junio a agosto, luego calienta un poco el clima. Los rebrotes del colle en setos vivos se cortan a ras del suelo en agosto, así el siguiente junio los nuevos rebrotes habrán alcanzado unos 80 cm de altura; como son numerosos y con muchas hojas, además de funcionar como barrera mecánica contra las heladas, abrigan el ambiente. En Píllaro, Ambato, Ecuador, se podan los tomates de árbol, para que rebroten en épocas de menor incidencia de heladas. Si se tiene necesidad de cubrir espacios vacíos: En Cusco y Puno, Perú, el replante del colle se realiza mediante los acodos simples; en Santa Cruz, Perú, se rellena los espacios entre las pencas, con plantas obtenidas por regeneración natural. También se protege las plantas recién instaladas, se hace pircas individuales, cerchas de espinas, etc. En Girardot, Colombia, se protege el suelo esparciendo la chamisa de vegetación secundaria sobre la superficie, evitando así la erosión.

Como se aprecia, existe un manejo en función a las condiciones ecológicas, que satisface necesidades prioritarias sin causar destrucción, conservando el ecosistema y con un claro sentido de rendimiento sostenido.

Manejo de un ecosistema agrosilvopastoril Manejo significa ordenar las parcelas y aplicar los tratamientos que más se adaptan y convienen al ecosistema, para lograr los objetivos prefijados; para manejar entonces, hay que conocer dónde aplicar tal o cual tratamiento, cómo hacerlo, cuándo, y predecir de antemano lo que se espera como reacción del conjunto biótico. Significa, además, proteger en forma racional, es decir, con la seguridad que al aplicar algún tratamiento se evitará dañar al sistema y lograr los objetivos referentes a la producción. El objetivo condiciona los tratamientos; las cosechas del material leñoso, por ejemplo, no serán las mismas tratándose de optimizar el funcionamiento de una cortina contra heladas que de una cortina rompevientos; entonces, manejo también significa cosechar ciertos productos, determinadas plantas, con cierta intensidad, en determinada época. En resumen manejar un ecosistema agrosilvopastoril es protegerlo, cosecharlo y aplicar los tratamientos que más le convienen, sin destruir,

para de esta manera lograr un objetivo preestablecido; es cumplir a cabalidad una suerte de reglamento de aplicabilidad de intervenciones.

Consideraciones para el manejo Están relacionados con: La conservación En el ecosistema agroforestal se producen interacciones, de tal menera que el aporte de unos sirve para el desarrollo de otros, y el de éstos contribuye para el de aquéllos. Si se disturba o se atenta contra los organismos de determinado estrato forestal (arbóreo o arbustivo) agrícola, los otros sufren y a su vez el medio en que se encuentran. El ecosistema agroforestal requiere algunos tratamientos, los que influirán indistintamente en todos sus estratos y organismos; necesita que se le proteja, de lo contrario se degrada o agentes extraños pueden atentar contra su integridad; a la vez, debe ser cultivado, aprovechado o cosechado, de modo que se mantenga el recurso y se tienda al equilibrio ecológico. La idea es aplicar tratamientos, proteger y aprovechar, sin destruir. El rendimiento sostenido La idea de cultivar, criar, conservar, aplicar tratamientos y cosechar sin destruir, está ligada a la del rendimiento sostenido. Por ejemplo, si en una parcela de capulíes en edad adulta cortamos todos los árboles en una sola cosecha, se tendrá al momento mucha leña y madera, productos para consumir que se terminarán rápidamente, y no quedaría leña para cocinar, ni frutos, para un futuro próximo. De este modo, la abundancia trae escasez. La necesidad de leña y madera, alimentos y vestido, perdura toda la vida; es importante estar preparados para tener estos productos durante todo el tiempo, aunque no en abundancia; cosechar cuando se necesite, pero sin destruir la reserva; satisfacer las necesidades del presente sin atentar contra la satisfacción de las futuras, a esto se le llama rendimiento sostenido. Si en un suelo más o menos productivo se siembra un monocultivo, maíz por ejemplo, se consumen rápidamente las reservas de nitrógeno; en cambio, si se siembran varias plantas o se alternan fajas de cultivo con setos vivos de leguminosas en franjas (alley croping), los cultivos extraen parte del nitrógeno pero a su vez lo fijan e incorporan materia orgánica, reciclando éste y otros elementos, y mejorando algunas características físicas del suelo.

El sitio

a. Situación geográfica La ubicación territorial tiene importancia. Por ejemplo, un seto vivo de Btiddieja coriácea en Bolivia a 17° ó 18°, estará sujeto a manejo diferente, que el que se encuentra en Ambato, donde se está introduciendo esta especie a 1° ó 1,5° de latitud sur.

b. Características edafoclimáticas del sitio El suelo y el clirna juegan papel preponderante en el crecimiento y producción de las plantas; cada variable del suelo y del clima determinan formas diferentes de- crecimiento y consecuentemente de manejo; por ejemplo, la producción será mayor en suelos con menos pendiente (ver cuadro l) que en los más inclinados. Otras características como la textura, estructura, profundidad del suelo, son factores que influyen en la calidad de las plantas que crecen en un sitio determinado. En función a la calidad de árboles, cultivos o pastos, se aplica tal o cual tratamiento, variando inclusive la forma de aplicación. En sitios de altura y clima frío el manejo que daremos a los árboles y arbustos será diferente al que se da cuando éstos se encuentran en lugares bajos y abrigados. Los vientos, las heladas, influyen en las actividades de manejo.

La población beneficiaría del sistema Los cultivos, los animales y las prácticas agroforestales están muy ligadas a los patrones culturales del campesino; es necesario conocer la relación que pueda existir entre el árbol y sus costumbres, tradiciones y

creencias. También se requiere saber a quién pertenece la parcela y si los propietarios desean o están convencidos de manejar su ecosistema agroforestal. El conocimiento de los materiales y productos del ecosistema y su relación con las necesidades prioritarias de la familia, orienta el manejo. Se necesita conocer en qué medida el ecosistema contribuye a solucionar las necesidades de la familia y la comunidad. La práctica agr forestal

a. Objetivos Los objetivos sirven para clasificar el sistema (Caballero 1989), pudiendo ser agrosilvícola, pastoril silvícola, silvoagrícola, pastoril agrícola, silvopastoril, agropastoril, agrofrutícola y agrosilvopastoril. Dada la complejidad de una posible clasificación de los sistemas andinos, Reynel y Morales (1987) prefieren clasificar a las prácticas en función a sus objetivos. El campesino andino nombra a los sistemas con terminología diferente a la occidental, dándole la denominación asedada al componente de mayor predominancia y no porque éste incida en la satisfacción de la necesidad más urgente. Asimismo, satisface algunas de sus múltiples necesidades con los productos que obtiene de la tierra; las otras, busca satisfacerlas mediante actividades secundarias como la artesanía o el trabajo en los lugares de mayor desarrollo agroindustrial. Por ello no es fácil determinar un sólo objetivo de los sistemas, aun cuando siempre unos predominan sobre otros. Veamos algunos ejemplos. Los setos vivos de Buddieja incana en Tarmatambo, Perú, se manejan para la obtención de chadlasy para proteger las chacras; los muros vivos de B. coriácea en el altiplano, para producir madera para usos variados así como para proteger del frío, los vientos y las heladas a las viviendas y a los cultivos; el E. globulus de los linderos en el valle de Cochabamba, Solivia, para poducir madera delgada y permitir el desarrollo de la agricultura; los pinares en Porcón en Perú, y Chimborazo y Cotopaxi en Ecuador, para la producción de madera y la crianza de ovinos; los espinos en El Dovio, Colombia, para permitir el buen crecimiento de pastos y criar vacunos; el chachafruto y nacedero, en la misma zona, para obtener forraje para cerdos y vacunos.

b. Composición de las comunidades vegetales Es necesario analizar la estructura del ecosistema agroforestal y conocer las especies arbóreas, arbustivas y herbáceas que lo conforman. Este análisis debe incluir, entre otros, la presencia de estratos en el plano vertical y la relación e influencia entre ellos. Se debe averiguar la densidad de las especies en el plano horizontal, es decir, cuántos árboles, arbustos, cultivos y animales hay por unidad de

Se pondrá especial atención a: •

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las características de las copas, por ejemplo si son frondosas, si hay interferencias entre árboles, entre éstos y los arbustos, y los dos con las yerbas; si permiten crecer libremente a los cultivos y a los pastos; si la competencia es notoria; si es caducifolio o semicaduco y en qué época se caen las hojas, si éstas se descomponen rápidamente o si queda en el suelo mucha hojarasca sin descomponer; el sistema radicular, no sólo en composición sino también en estructura.

Si bien es cierto que la eficiencia contra la erosión por parte del componente arbóreo arbustivo se debe en gran medida a que las gotas de lluvia son interceptadas, también las raíces pueden aprisionar las partículas de suelo y evitar el deslizamiento de la tierra. Otro aspecto de interés es la presencia de estructuras micorríticas y nodulos bacterianos o actinorrhízicos, señal -aunque no absoluta- que fijan nitrógeno; • • • •

la capacidad de rebrote de las especies, su vigorosidad y las condiciones ambientales necesarias para que se produzca el rebrotamiento; la reacción de los componentes a los tratamientos, por ejemplo a la poda en los árboles y arbustos, al raleo; y a su vez cómo reaccionan los cultivos, pastos y animales; el grado de soportabilidad de sombra, la susceptibilidad a las heladas, vientos y granizo; la factibilidad de cultivarlos en mezclas, etc.; las interrelaciones intra e inter componentes, es decir, entre individuos de la misma especie, entre los de diferentes especies, entre estratos del componente vegetal y las plantas con los animales y todos éstos con el suelo y con el clima.

c. Producción de: • • • •

árboles y arbustos: cantidad y calidad de productos leñosos y no leñosos; cultivos agrícolas: cantidad producida por tipo de cultivo y usos; pastos y animales: cantidad de animales y producción de cada uno; servicios que prestan.

Los usos actuales y potenciales que da la población a los productos del sistema; en qué se usan, por ejemplo, las ramas, las hojas, las flores, los frutos, la madera, la fibra, las raíces, las cortezas, etc.

d. Crecimiento y rentabilidad Antes de intervenir una masa forestal se debe hacer el inventario para saber cuánto hay de cada espede, de qué dimensiones, qué cultivos y animales, características y rendimientos de todos estos elementos; se podrá estimar, por ejemplo, el volumen de madera o la biomasa que produce la parcela y por hectárea. Tratándose de árboles y arbustos, una vez conocido el volumen o la biomasa, necesitamos saber también la edad de los árboles, el incremento medio anual en área basal y volumen. La importancia de conocer el incremento medio anual radica en que, basándonos en él, se puede determinar la cantidad de árboles o arbustos a retirar o cortar en un raleo, inclusive se posibilita la fijación del período que tendría que pasar entre un raleo y el siguiente (rotación). El inventario practicado anualmente o cada dos años en parcelas manejadas y sin manejo, permitirá conocer la evolución del crecimiento y se podrá verificar si se justifican o no, desde el punto de vista biológico y económico, las diversas intervenciones (raleos, podas, etc.). Se verificará al mismo tiempo cómo evoluciona la producción total de la parcela antes de la próxima intervención.

Beneficios del manejo agroforestal Un buen manejo • • •

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mantiene e incrementa la biodiversidad; evita la aplicación de prácticas destructivas, es decir, no atenta contra la integridad biológica del ecosistema, lo conserva; busca mejorar la producción, preservando los recursos naturales y respetando la identidad de la población; evita la improvisación, porque prácticamente todo se hace de acuerdo a un plan, el que se modifica conforme se gana experiencia; por ejemplo, el corte de los tallares de Buddieja incana se realiza cuando florecen, señal que las chacllas han llegado a su madurez, es decir han alcanzado el turno técnico; conserva el ecosistema, no destruye; al contrario, se trabaja para mejorarlo y de esta manera, aumentar la producción, cosechar varios productos y tender hacia la sostenibilidad; puede restablecer el equilibrio que caracterizó al ecosistema antes de las intervenciones; beneficia a varios de sus componentes. Por ejemplo, al podar las ramas de los árboles en una práctica silvopastoril, el árbol se beneficia porque

mejora su aspecto, su fuste no tendrá nudos, la madera será de mejor calidad; los pastos crecerán mejor porque habrá más luz, los animales tendrán mayor libertad para sus desplazamientos, la materia orgánica se humifícará con mayor rapidez porque los rayos solares llegan al suelo elevando la temperatura. Al practicar la poda alta y lateral en un seto vivo, los arbustos forman más rebrotes, los cultivos tendrán más luz (se evita la competencia por luz), habrá mayor circulación de aire en las bandas de cultivos y tendrán mayor cantidad de materia orgánica; como los arbustos tienen más rebrotes hay mejores cosechas y más productos para el dueño. Mejora también el aspecto externo; •

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actúa con objetivos concretos, aplicando los tratamientos que más convienen a las plantas, al suelo y a los animales; si además de cosechar productos agrícolas se desea «chacllas», se practica tallar simple; si necesita madera gruesa y productos agrícolas, se prefiere tallar modificado; satisface las necesidades de los propietarios (alimentos, madera, combustible, frutos, forraje, dinero, etc.), pero tratando de lograr un rendimiento sostenido; trata de lograr los mayores beneficios en términos económicos, obtención de productos variados (forestales, agrícolas, pastos y animales), uso integral del suelo, y microclima: todo esto sin llegar a la destrucción; fortalece la resistencia de árboles, arbustos, cultivos, pastos, animales y otros componentes, frente a la acción destructora de vientos, heladas, granizadas y otras plagas y enfermedades; mantiene la belleza escénica del paisaje; un campo con diversidad de árboles, arbustos, cultivos, animales, bien ordenados y cuidados, es más hermoso que aquel donde se practica el monocultivo.

Tratamientos silviculturales en prácticas agroforestales Los tratamientos silviculturales son una serie de cuidados que se dan a los componentes biológicos y al suelo, con la finalidad de conservar los recursos naturales, mantener y elevar la productividad (André 1978), buscando satisfacer las necesidades de los propietarios y encaminar al ecosistema hacia el equilibrio. Los tratamientos que se aplican a los diferentes componentes del ecosistema agroforestal, en función a las características del sitio, pueden ser:

a. Al componente arbóreo arbustivo: recalce, entretejido de ramas, limpieza, raleos, poda de ramas, poda de raíces; protección del

ecosistema del ataque de animales superiores, plagas, enfermedades bióticas y abióticas, incendios, etc.

b. Al componente agrícola: remoción del suelo, desyerbos, abonamiento, desahije, riegos, rotaciones, prevención y control de plagas y enfermedades, etc.

c. A los pastos: desyerbos, resiembras, abonamientos, cortes, etc. d. A los animales: empadre, descole, castración, marcación, destete, desparasitación (ecto y endoparásitos), vacunación, selección, suplemento con sal común, suplemento vitamínico, esquila. Tratamientos al componente arbóreo arbustivo en sistemas agrosilvopastoriles Luego de la siembra o plantación y en acciones de seguimiento, se debe prever la protección a fin de aumentar el prendimiento y lograr la supervivencia y buen crecimiento de las plantas; las intervenciones posteriores buscarán elevar la productividad pero conservando los recursos naturales. Protección de los plantones instalados Para asegurar buen prendimiento en campo definitivo se debe prever estrategias de protección. Algunas de las prácticas de manejo campesino para proteger las plantas pequeñas son: •





Con espinas. Los campesinos logran una buena protección y prendimiento colocando ramas secas de especies espinosas alrededor y sobre los arbólalos recién plantados; esta práctica da buenos resultados donde el campo está casi siempre con animales. En las comunidades de San Rafael y Huayllarcocha (Cusco, Perú) han podido instalar colles y queñuas protegiéndolos con ramas de coñor o llauli (Bamadesiaspp.}. Con pircas individuales. Los hornos o pircas cilindricas para cada planta constituyen una técnica practicada en el altiplano peruano boliviano (foto 7); las piedras almacenan calor y abrigan el microambíente, mermando el efecto nocivo de la baja temperatura. Con los cultivos. Se plantan los arbolillos al mismo tiempo que se siembran los cultivos agrícolas, de esta manera crecen juntos; así, cuando los animales entran a comer el rastrojo o se inicia el período de descanso, las plantas forestales estarán convenientemente instaladas y soportan el ramoneo. En la comunidad de Tambomachay (Cusco, Perú) se plantan los colles al mismo tiempo que se siembran las habas. En Cañar, Ecuador, el aliso se planta junto con el maíz; cuando éste adquiere su madurez, los arbolillos alcanzan l ,5 m de altura.





A la sombra de arbustos. En lugares muy fríos, primero se plantan arbustos resistentes como chucas, retamas, saúcos, colles, queñuas; cuando éstos han crecido y mejorado el microclima, se plantan algunos arbolillos que es imposible que desarrollen solos debido a las heladas. En La Encañada (Cajamarca, Perú), a 3800 m de altitud, crece bien el E. globulus con protección de Sambucas peruviana-, en Riobamba, Ecuador, se planta el Alnus jorullensis entre matas de chuca y retama. Con cercas. Las plantaciones de Pinus radiata en la comunidad de Chilacat (Cajamarca, Perú) han sido protegidas del ganado con cercas de piedra y Agave americana.

Relleno Los espacios vados son perjudiciales no sólo porque disminuyen la producción sino porque en ciertos casos, como en cortinas, merman la eficacia de la práctica. Una cortina rompevientos tiene que ser uniforme y semipermeable; las contra heladas tienen que ser compactas, cualquier espacio vacío deja filtrar el aire frío; en un seto vivo cuyo fin es evitar la erosión, los espacios vacíos pueden dar origen a la formación de cárcavas. El relleno, replante o recalce, se practica con plantas producidas en viveros. El campesino lo hace, con las especies que lo permiten, por acodo simple. En Puno, Perú, los espacios vacíos que quedan en los setos de colles son rellenados mediante acodado, que consiste en doblar a ras del suelo las ramas bajas, aquellas de l a l ,5 cm de diámetro basal y alrededor de un año de edad, taparlas con tierra en el tercio medio de su longitud y fijarlas con una piedra (figura 4); estas ramas pueden dar origen a una o más plantas hijas. El mismo tratamiento es practicado en Porcón, Cajamarca, en los setos vivos de Polylepis racemosa. La limpieza Consiste en la eliminación de los individuos mal formados, enfermos, muertos; algunos arbustos, plantas trepadoras y herbáceas grandes que impidan la visibilidad del pastor y el libre transitar de los animales, se eliminan también. Este tratamiento favorece colectivamente a toda la población y no al desarrollo individual de los mejores individuos. En lugares húmedos la vegetación secundaria invade rápido y es necesario eliminarla. Los bancos de proteínas y otras prácticas en el Valle del Cauca requieren ser desyerbados constantemente: También se aplica, en menor intensidad, en los tallares de colles y queñuas, eliminando los mal formados y deformes. El entretejido de ramas

Se practica en cortinas rompevientos y muros vivos de contención y contra heladas. Las ramas que invaden los espacios dedicados a los cultivos se doblan para cruzarlas con aquellas que se dirigen de una

planta a otra. De esta manera se cubren los espacios vacíos, consolidando el muro vivo. En un principio se le da la forma de abanico, que luego se cubre totalmente por la proliferación de ramillas. El raleo En algunas plantaciones hay muchos árboles en un espacio reducido, lo cual hace que estén muy delgados. Luego de unos años de haber cortado los eucaliptos, los alisos, quinuales, colles y otros árboles, brotan varias ramas; si se las deja que crezcan todas, se tendrá tallares delgados y de mala calidad. Para obtener árboles gruesos o tediares buenos, se debe ralear. El raleo consiste en la disminución voluntaria y progresiva de la densidad del ecosistema forestal, para, sin desequilibrarlo, dar mayor espacio y buenas condiciones de crecimiento a los mejores individuos (Andrè 1979). Consiste en cosechar algunos árboles de una plantación muy densa, es decir, donde los árboles crecen muy juntos; consiste también en cosechar algunos de los rebrotes de un mismo tocón o sepa. La función principal del raleo es dar a los árboles que quedan, el espacio y las reservas nutricionales suficientes para que puedan crecer mejor, y brindar mejores condiciones de desarrollo a los rebrotes que quedan. Un raleo bien ejecutado no tala muchos árboles porque los que quedan en pie podrían sufrir volcadura, pues debido a la elevada densidad antes del raleo, el sistema radicular de los árboles es reducido y las corrientes de aire no son muy fuertes. El ambiente dentro del bosque después del raleo cambia, lo cual influye en beneficio del suelo, de los otros vegetales, e incluso de los animales. Al darles mucho espacio la presión del viento será más fuerte que antes; por eso, la disminución de la densidad debe ser gradual. El equilibrio existente entre las especies, el suelo y el microclima (temperatura, humedad del aire, luz) antes del raleo, se verá alterado si retiramos un número elevado de árboles o arbustos. Efectos directos del raleo

a. En las copas Antes del raleo los rayos solares no inciden sobre el suelo porque las copas a pesar de ser reducidas están muy juntas; las ramas, sobre todo las inferiores, tienen pocas hojas, lo que indica que contribuyen cada vez menos a la fotosíntesis. Al espaciar los árboles, las copas quedan libres de competencia y desarrollan libremente, lo que hace que las ramas crezcan más y haya proliferación de hojas, es decir, la copa aumenta su volumen (figura 5), incrementando también la actividad fotosintética. En suma, «la fábrica tendrá mayor capacidad para producir alimentos». Al dejar muchos rebrotes en una misma sepa, se mantienen muy cercanos, ocupando un espacio individual reducido, entonces tomarán

los nutrientes de un volumen de suelo limitado; al mantener pocos rebrotes en una sepa, el mismo volumen de suelo alimentará a menos rebrotes, en consecuencia éstos serán más robustos y tendrán más hojas, más ramas y una copa voluminosa.

b. Mejor descomposición de la materia orgánica El suelo también se beneficia. Antes del raleo hay mucha hojarasca sin descomponer debajo de los árboles; al talar algunos, el sol abriga más al suelo y aumentan los microorganismos, lo cual acelera la descomposición de la materia orgánica e incrementa la fertilidad del suelo, redundando en una mayor producción.

c. Mejora la sanidad La sanidad del ecosistema se mejora considerablemente, porque se retiran los focos de infección (árboles muertos y enfermos). A menor cantidad de árboles por unidad de área, hay menos individuos que evapotranspiran, disminuyendo también la humedad relativa; este hecho provoca la disminución de patógenos como el Dotéis/roma pinni en las plantaciones de Pínus radiata en Perú y Ecuador; en otras prácticas la población de pulgones, cigarritas, cochinillas, disminuye también.

d. Aumenta el crecimiento de árboles y tallares que quedan en pie El efecto predominante de los raleos es un incremento substancial del espesor de los árboles, lo que permitirá disponer de mayor cantidad de madera. El efecto en el crecimiento en altura es mínimo. Al dejar menos árboles bien distribuidos en el bosque, en el lindero o en la parcela, crecerán más gruesos, aunque no más altos. A su vez, si dejamos uno, dos, tres o muy pocos rebrotes en un tocón, crecerán más robustos, no serán tan delgados (figura 5). La producción total no se ve afectada, puede bajar temporalmente; pero después, cuando los árboles responden a las condiciones más favorables dentro del rodal (más luz, más espacio, más nutrientes), retoma el crecimiento. El valor del incremento medio anual en P. patula (Cajamarca, Perú) se restablece después de dos años de haber practicado el raleo (ver capítulo IV). Se dice que en ambos casos el volumen acumulado que se cosecha es el mismo, pero sin raleo al final cosechamos más árboles pero más delgados; con raleo serán menos árboles pero más gruesos y de mayor valor económico. Por una chacla en Puno pagan US $ 0,25 y se la obtiene en 3 a 4 años; por una vara para el arado pagan US$ 15 y se la obtiene en tres rotaciones (del período indicado) con raleos y cuidados especiales.

e. Cosecha escalonada de productos leñosos Cuando no se ralea, se cosecha una sola vez al final del turno; se tendrá bastante madera, pero para ello se tiene que esperar mucho tiempo.

Al ralear, digamos cada 3 ó 4 años, se obtiene leña, postes, forraje, satisfaciendo en cierto modo las necesidades del propietario.

f. Facilita el crecimiento de pastos En el sotobosque de muchos rodales no se observa vegetación herbácea, debido a que no hay suficiente luz. Al tener los árboles más separados, la luz y los rayos solares llegan al suelo, lo que permite el crecimiento del pasto; entonces se puede criar ganado dentro de las plantaciones (figura 6). El raleo de árboles y de rebrotes posibilita también el cultivo de plantas cerca a las cortinas rompevientos, linderos y cercos. En Tarma, Perú, los campesinos ralean los rebrotes de Buddleja incana, así, pueden sembrar hortalizas, maíz y gladiolos muy cerca a los muros vivos.

g. Producen frutos y semillas La incidencia de los rayos solares en toda la copa no sólo aumenta la producción de biomasa sino que permite la floración. Luego del raleo, los árboles empiezan a producir flores, frutos y semillas.

h. Finalmente, si se tiene que efectuar la poda de ramas, después del raleo queda menor cantidad de árboles para podar. Frecuencia e intensidad La rotación es el intervalo entre dos raleos en un mismo ecosistema, en otras palabras, el período que transcurre entre un raleo y el siguiente. Puede ser corta, cada 3 a 5 años por ejemplo, o larga si el período es más prolongado (en Cotopaxi el raleo en los rodales de P. radíata se practica cada 6 ó 7 años). También depende del distanciamiento inicial de la plantación; a menores distancias, períodos más cortos. Generalmente en poblaciones jóvenes las rotaciones son cortas; luego, a medida que avanza la edad, el período va alargándose. En raleos cortos se retira poca cantidad de árboles, pero el crecimiento de la madera es homogéneo pues no hay mayor diferencia entre la madera formada en cada estación de crecimiento. Muchos factores determinan la periodicidad de los raleos: la fertilidad del suelo (en suelo pobre hay que darle rápidamente más espacio), el tamaño de la copa de los árboles, las exigencias de luz de las especies, la velocidad de crecimiento de los árboles, la práctica agroforestal que se conduce, la calidad de madera o productos que se desean cosechar, etc. Según sus características, unas especies necesitan mayor espacio que otras. La rotación también depende de la cantidad de árboles a talar en cada raleo, la especie de árboles, la pendiente, el

clima de la zona, la cantidad y clase de animales que se desea pastorear, entre otros.

La intensidad indica la relación entre el volumen de madera que se retira y la que queda en pie; en general, si lo que se retira es superior a la madera restante se traía de un raleo fuerte, si es menor es un raleo débil, y neutro si es semejante (André 1979). Si se practica raleo débil, éste será de rotación corta; contrariamente si el raleo es fuerte, el período que separa del próximo raleo debería ser largo. Clases de raleo El raleo es sistemático si se siguen parámetros fijos, por ejemplo, si se corta una de cada -tres o cuatro filas o líneas de árboles. Raleo bajo, si se retiran los árboles más pequeños, dejando los grandes o dominantes. Raleo alto o de copa, si se corta los grandes, dando un buen espacio a los intermedios. Raleo mixto si se deja los mejores, sean dominantes o intermedios (Galloway 1987). Raleo libre es una combinación de dos o más de las operaciones mencionadas; este tipo de intervención generalmente es utilizada en rodales irregulares en edad, densidad y composición (Guzmán 1989). Las especies y el raleo Los rodales de especies que no rebrotan (pinos, cipreses, casuarinas, etc.) se manejan practicando el raleo. En cambio, los de aquellas que no rebrotan (eucaliptos, alisos, acacias, etc.) se pueden ralear también, pero es mucho más difícil porque los rebrotes que crecerían a la sombra de los árboles graneles seguro que serían malos. En estos casos, mejor se hace la cosecha de todos y luego se ralean los rebrotes. Si se decide ralearlos, habrá que eliminar los tocones, como se hace en El Do vio, Colombia. El primer raleo No es la edad la que indica cuándo hay que practicar el primer raleo. Hay que observar las características de los árboles para darse cuenta si ya es hora de ralear. El primer raleo de una parcela de Pinus radiata se hace cuando: • • •

las ramas se entrecruzan, signo de que hay competencia no sólo en la copa sino también en el sistema radicular; para que un árbol crezca bien no debe tener la interferencia de los otros (figura 7); las ramas inferiores empiezan a secarse, carecen de hojas verdes, es decir, a pesar de mantenerse vivas ya no contribuyen a la alimentación del árbol, ya no fotosintetizan (figura 7); debido a la alta densidad (muchos árboles en la parcela) algunos empiezan a caerse («volcadura»). Estos árboles han crecido muy juntos,

empiezan a caerse («volcadura»). Estos árboles han crecido muy juntos, entonces su sistema radicular es muy reducido, insuficiente para fijar el árbol al suelo; • •

se observa alta densidad de árboles, las copas están cerradas, muy juntas, no permiten el paso de la luz. Debajo de los árboles se observa únicamente la hojarasca, pues debido a la sombra no crece pasto ni arbustos; se observa que varios árboles están enfermos, con liqúenes, inclusive con achupallas (Tillandsia}. Algunos de ellos mueren.

Para ralear rebrotes, tampoco se tendrá en cuenta únicamente la edad; se toman las mismas indicaciones que para los árboles, es decir, cuando: •

se nota un elevado número de rebrotes;

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hay una competencia fuerte entre ellos, lo que se muestra en la forma de crecimiento (torcidos, curvados, muy delgados, ahilados); las ramas inferiores se secan o, si están vivas, carecen de hojas verdes; la hojarasca no se descompone, tampoco hay pasto. Los cultivos cercanos se presentan amarillentos y raquíticos, debido ala excesiva sombra que los perjudica.

Si la plantación presenta las características señaladas es necesario ralearla, de lo contrario se va deteriorando, los árboles crecen mal, no se puede criar animales y se obtendrá madera de mala calidad. Al instalar la plantación las plantas son semejantes en tamaño, entonces ¿cómo es que unos años después hay grandes y chicos, gruesos y delgados, unos de copa muy amplia y otros que casi ni tienen copa?; así es la reacción de los individuos en la naturaleza, hay árboles dominantes (muy grandes) y otros que, enfermos y moribundos, crecen bajo la sombra de los primeros (dominados), como los hay también intermedios. Ejecución del raleo Para hacer el raleo se observan los árboles y se marcan los que se talarán. Se debe tener claro que si se tala el árbol, éste desaparece, ya no rebrota, y que si se lo retira es para mejorar la masa forestal. La marca se hace mediante cortes en el fuste en cruz o en equis, con un cuchillo o con machete; se puede hacer una marca también con pintura. Se inicia cortando los árboles enfermos, mal formados, bifurcados, con la guía terminal muerta, con cola de zorro, aquellos que impiden el desarrollo de otros de buena apariencia. Se cuidará de no dejar manchones sin árboles, porque se desproteje al suelo y los árboles que quedan no están acostumbrados a los espacios vacíos. La tala de los árboles marcados se hará con mucho cuidado, de preferencia con motosierra o con hacha. Un mejor árbol no necesariamente es el más alto, depende de los objetivos que se persigue; así, si se busca formar una buena cortina rompevientos, el mejor será aquel que tiene más ramas bajas, permite crecer arbustos, se mantiene siempre verde, tiene copa espesa, soporta la poda lateral, etc. Dadas las características de las plantaciones en la sierra andina, es posible que en este primer raleo se eliminen unos 400 a 500 de los más o menos 1000 a 1500 por hectárea que se tiene antes de ralear; en Cotopaxi, Ecuador, en el primer raleo se elimina el 30% de árboles de Pinus radíala. Productos que se obtienen del primer raleo

Al cosechar algunos árboles en el primer raleo se obtiene leña, estacas, postes, madera para muebles sencillos como bancos, sillas,

etc. Algunas especies como el aliso (Ainus jorullensis}. matarratón (Gliríddiasepíurri), nacedero (Trichanfhera gigantea, chachafruto {Erythrína edulié), permiten cosechar forraje. Si los árboles están grandes y gruesos se podría tener madera para techos de casas, corrales, etc. En ciertas comunidades andinas han practicado el primer raleo en plantaciones de Pinas radiata retirando la leña cuando está seca, así las hojas se quedan en el bosque incorporando materia orgánica al suelo. El primer raleo de rebrotes permitirá obtener leña, chacllas, madera para mangos de escoba, y forraje. Los siguientes raleos Para practicar el segundo raleo se debe esperar algunos años, hastas observar las características notadas antes del primero. Un segundo raleo en los bosques de pino podría hacerse cuatro o seis años después del primero (en Cotopaxi se practica seis o siete años después). En los rebrotes rara vez se hace un segundo raleo, es decir, los tallares seleccionados quedan hasta la cosecha; practicada ésta, nuevamente crecen los rebrotes y se repite la labor de raleo. En Puno, Perú, en el primer realeo los campesinos seleccionan los tallares de Buddieja coriácea que irán cuidando, para que cuando alcancen el grosor deseado puedan utilizarlo para yugos, timón de arado, mangos de herramientas, muebles, etc. El último raleo El último raleo precede a la cosecha final. Es posible que en éste se talen árboles gruesos, muy altos y de madera muy buena, pero los mejores quedan en pie por unos anos más. Tal vez en estos últimos años de vida del bosque el pastoreo sea menos intenso, pues la sombra incidirá en el crecimiento de los pastos. Poda de ramas La poda es el corte o eliminación de las ramas muertas vivientes de los árboles o arbustos. Época de ejecución Se aconseja podar en época en que los árboles y arbustos estacionan su crecimiento, esto es, en temporada de latencia de yemas. Los campesinos que practican podas en sus parcelas agrosilvopastoriles, la realizan en agosto, a más tardar en setiembre, porque en estos meses termina el período seco y de heladas y da paso a la temporada de mejor clima y de crecimiento en las plantas. En el altiplano, entre setiembre y marzo, las plantas crecen rápido. (Cartón 1992)

Efectos • Permite obtener madera de calidad Hay árboles, como el ciprés, que mantienen sus ramas secas adheridas al tronco; éstas deben ser cortadas porque de lo contrario la madera queda nudosa, con la base de las ramas incrustada en la albura, a voces en el duramen, madera que no es de buena calidad (figura 8). En los sistemas silvopastoriles, la poda de ramas vivas es aplicable en ramas bajas, porque si se cortan las de la mitad o las de más arriba se contribuye a disminuir el volumen foliar o fotosintético de las plantas. En general la poda de ramas no incrementa el crecimiento del árbol en altura ni tampoco en diámetro; al contrario, si se abusa cortando rnuchas ramas hay peligro que el árbol podado produzca menos que el no podado (Galoway 1987). • Facilita el desplazamiento de los animales Si persisten las ramas, los animales no pueden desplazarse entre los árboles (figura 9). En algunas plantaciones de Pínus radíala de las comunidades andinas se pasta ganado ovino sin realizar la poda de ramas, las cuales impiden que los animales consuman el pasto que crece junto a los fustes de los árboles debido a que no pueden entrar. En plantaciones podadas de la misma especie en Chimborazo, Ecuador, y Porcón, Perú, se aprecia cómo los ovinos consumen el pasto hasta en las inmediaciones de los troncos, aprovechando la sombra para descansar.

• Facilita el crecimiento del pasto El corte de ramas disminuye la sombra posibilitando el mejor crecimiento de cultivos y pastos circundantes. Las ramas bajas producen sombra, y como muchas especies de pastos, sobre todo las gramíneas, son heliófilas, no crecen bajo copas muy cerradas; la poda despeja el ambiente y permite reactivar el crecimiento de los pastos. La poda de ramas de Prosopis spp. en Chancani, Argentina, ha propiciado la regeneración natural de los pastos, permitiendo el manejo silvopastoril. • Disminuye el peligro de. incendio La mayor parte de incendios se propagan por la presencia de material inflamable en las plantaciones; dejar las ramas secas adheridas a los árboles implica mantener el peligro inminente. Por otro lado, cuando las ramas están secas es posible también que los pastos se mantengan en este estado, aumentando el peligro de incendio. En lugares de alto riesgo, las ramas cortadas no deben quedar dentro de las plantaciones porque podrían incrementar la cantidad de material inflamable; se las retira y utiliza como leña, forraje, tintes o para preparar carbón, compost, etc.

• Se obtiene forraje La poda de Leucaena leucocephala, Glirícidia sepium, Trichanthera gigantea, Erytfirinaspp., Alnus jorullensis, Schínus molle, Baccharíssp., Buddieja incana y otras especies, permite obtener forraje (figura 10), realizándola cuando las hojas se encuentran con el mayor contenido alimenticio, generalmente cuando alcanzan el tamaño máximo o antes de la floración, según la especie. • Se obtiene madera para leña y otros usos Tal vez para muchas comunidades andinas ésta sea la ventaja más importante en varias prácticas agroforestales, pues cualquiera que sea la modalidad de poda de ramas, siempre se obtiene leña. Mediante la poda, la población obtiene madera para diferentes usos. Por ejemplo, de los muros vivos de Cassia mutuy enTarma y Puno en Perú, y de Acacia cavens en linderos de Palermo, Argentina, para mangos de herramientas; de Pinus radiata en sistemas silvopastoriles de las comunidades de Chimborazo, Ecuador, para sillas y mesas; de P patilla en Porcón, Perú, se obtiene leña; de Buddieja coriácea en el altiplano de Perú y Bolivia, para armazones de techos de casas, arados, yugos y hasta para muebles. • Se reduce la competencia con los cultivos Para reducir la sombra sobre los cultivos se podan las ramas que se extienden sobre ellos. Una de las limitaciones de los muros vivos, cortinas rompevientos, linderos, setos en contorno, etc., es la disminución de la productividad de los cultivos adyacentes a las prácticas mencionadas; la poda disminuye este efecto. Tipos de poda de ramas En las plantaciones agroforestales se aplican los siguientes tipos de poda (Lojan 1991): Desmoche bajo Consiste en cortar un árbol o arbusto casi a ras de suelo, de 5 a 30 cm (figura 11). El objetivo es obtener rebrotes para forraje, varas, chacllas, para formar una barrera de protección a los cultivos o a las viviendas, y para obtener estacas grandes para postes. Se aplica en especies que rebrotan, como por ejemplo la chilca (Baccnaris spp.), guato o poroto (Hrythrina spp.), quishuar (Buddieja incana), colle (Buddieja coriácea, B. longifolia}, retama (Spartiumjunceum}, mutuy, pacte (Cassia spp.) y otras.

Desmoche alto Aquí el corte del tronco se hace a 50 cm del suelo o más (figura 12). En este caso los rebrotes salen de la parte cercana al corte; el objetivo puede ser la obtención de los mismos productos del desmoche bajo, pero manteniendo la función de la planta madre (poste vivo, cortina rompevientos, fuente de forraje o tutor para una planta trepadora). Se utiliza con especies que rebrotan, con árboles o arbustos forrajeros en sitios de pastoreo, en cuyo caso la altura del corte se regula para evitar el ramoneo. Entre las especies manejadas con este tipo de podas encontramos las siguientes: matarratón (Gliricidia sepium}, lechero (Euphorbia laurífolium}, pisonay (Erythrína fálcala}, nacedero (Trichanthera gigantea}, arca {Acacia cávense, huarango (Acacia macracantha), molle (Schínus mollea, quishuar (Buddieja íncana} y otras. Una variante de esta modalidad es el corte de todas las ramas de los arbustos a cierta altura, para homogeneizar la forma de los muros vivos o cortinas rompevientos. Recorte de ramas altas Consiste en cortar paite de las ramas largas de la copa para regular la sombra, obtener forraje y abono verde, o para estimular el rebrote de las ramas y dar forma a la copa. En este caso sólo se recortan las ramas gruesas y largas, dejando parte de ellas para que rebroten nuevas ramillas.

Este tipo de poda se aplica en árboles cuyas ramas gruesas y largas se extienden provocando sombra, se cruzan con ramas de otros árboles o invaden la propiedad del vecino. Se la utiliza con árboles y arbustos como faique o huarango (Acacia macracantha}, malva roja (Lavatera assugeníiñora), guabo (Inga spp.), matarratón (Gliricidía sepiíim) y otras. Desmoche lateral Se practica en arbustos para evitar la competencia con cultivos y pastos, dejando la estructura de los setos como muros vivos de espesor reducido (0,8 m) y uniforme (figura 12). Se practica en Polylepis racemosa en Porcón, Perú, Buddieja incana en la sierra central ecuatoriana, y en Cupresusspp. para formar cortinas cortavientos en diferentes lugares. Poda de ramas bajas Se aplica en árboles maderables con el objeto de obtener un tronco recto con madera de calidad, libre de nudos y fácil de aserrar (figura 13). En ciertos casos también se practica la poda de ramas bajas de tallares, como el caso del quishuar (Buddieja incana} en Tarma, Perú, y Chauzán San Alfonso en Riobamba, Ecuador. En muros vivos con arbustos este tipo de poda también es práctica común; se la efectúa para disminuir la cantidad de ramas, propiciar el crecimiento de ramas tiernas y obtener leña. Cómo hacer esta poda El corte debe ser nítido, paralelo y pegado al fuste, sin dañar la corteza ni dejar astillas de las ramas. Se recomienda utilizar serrucho para cortar ramas gruesas; se hacen de preferencia dos cortes, el primero en la parte baja y el segundo en la parte superior de la rama; si es muy gruesa, hasta tres (figura 14). En Cotopaxi, Ecuador, la segunda y tercera poda de P. radíala se hace con machete bien afilado; ejecutándola con cuidado no se causa heridas al fuste. Las primeras podas se practican hasta la tercera parte de la altura total del árbol, o sea dejando las dos terceras situadas en la parte superior de la copa; las podas siguientes pueden llegar hasta casi la mitad del árbol, en ningún caso más allá. La poda debe ser acorde con el tipo de manejo que se da a los árboles, sin perjudicar su crecimiento natural, porque excederse en la intensidad de la poda significa disminuir el crecimiento (Flores y Herren 1988). En este tipo de poda hay dos variantes. La poda a altura fija es cuando en todos los árboles se cortan las ramas bajas hasta una misma altura del tronco, y poda a altura variable si se cortan las ramas en forma proporcional a la altura del árbol (Carison y Anazco 1990).

La poda de raíces En los cercos, muros vivos u otros, las raíces invaden el terreno; en este espacio los cultivos crecen menos. La poda de raíces se practica en árboles y arbustos que tienen raíces superficiales y están plantados cerca a los cultivos o a las viviendas. Sólo se cortan las raíces que causan daño, hasta una profundidad de 40 cm a 50 cm.

Para evitar hacer poda de raíces todos los años, se hace una acequia de unos 50 cm de profundidad paralela al muro vivo y a un metro de distancia o algo menos del pie de los árboles, y se cortan las raíces superficiales. Si se decide tapar la acequia, deben cortarse las raíces nuevas cada cierto tiempo. En las parcelas con setos o muros vivos, linderos, etc., las raíces son cortadas en el momento de la aradura o preparación del terreno. Lo que no se ha determinado es la influencia que esta poda pueda ejercer sobre el crecimiento de los árboles y arbustos.

Tratamientos aplicados al suelo Los tratamientos aplicables al suelo, de uso cotidiano en la zona rural andina, son: • •

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El laboreo del suelo practicado con yunta, y en forma manual con zapapico, pala o, por lo general, con chaquitaclla. El abonamiento, ejecutado comunmente bajo la denominación de «majadeo», consiste en hacer pernoctar los animales en parcelas convenientemente determinadas; el estiércol depositado es enterrado mediante el laboreo del suelo. Una variante consiste en distribuir el estiércol en toda la superficie de la parcela y luego enterrarlo también con el laboreo. La incorporación de compost no es de uso común, pero se practica; del mismo modo la incorporación de las hojas de los arbustos en momento de la preparación del terreno. El humus de lombrices se está utilizando en algunos lugares. El riego en laderas va tomando auge. El inconveniente radica en el mal uso del agua, o mejor dicho, la mala tecnología de riego. El drenaje es de uso poco difundido/ Obras mecánicas de conservación de suelos a las que se le incorporan barreras vivas, son promovidas por proyectos especializados en el medio andino.

3 CASOS DE MANEJO DE PRACTICAS AGROSILVOPASTORILES

3 CASOS DE MANEJO DE PRACTICAS AGROSILVOPASTORILES

Para seleccionar las prácticas se realizó un inventario preliminar de aquéllas más comunes en las comunidades y que interesan a los proyectos de desarrollo en los países andinos. Luego de visitarlas, observarlas y analizarlas, se escogieron para recopilar más información, las prácticas exitosas y consolidadas. La selección se ha realizado teniendo en cuenta que la práctica: • • • • • • • •

sea representativa geográfica, ecológica y socialmente, de un área territorial considerable; sea exitosa y constituya una experiencia establecida, lograda, bien desarrollada y consolidada; esté sometida a manejo con objetivos claros, sencillos y con base científica; tenga impacto ecológico; sea factible de replicar, aunque introduciendo modificaciones debido a las particularidades propias de los lugares, tanto a nivel de fincas como en programas a mayor escala; pueda ser mejorada; no sea costosa; y que los propietarios estén convencidos de los beneficios socioeconómicos logrados merced a la práctica.

METODOLOGÍA DE RECOPILACIÓN DE INFORMACIÓN Elaboración de ficha de diagnóstico Era necesario contar con una herramienta que facilite la recopilación de datos en el campo y que, sin ser rígida, permitiera uniformizar criterios; dado que no se disponía de un instrumento adecuado para casos de manejo, fue necesario prepararlo. Para ello se tomó como base el formulario de encuesta para la identificación de sistemas agrosilvopastorües en el área rural (PROFOR 1991), al que se adecuó y adicionó lo correspondiente a los tratamientos del manejo, logrando el documento «Diagnóstico de manejo de prácticas agrosilvopastorües andinas» (ver anexo).

La información de campo Para recopilar de información se contó con el valioso aporte de profesionales que se encontraban laborando en las comunidades donde se había localizado las experiencias de manejo más logradas. Después de haber analizado in situ con cada uno de ellos la factibilidad de la toma de datos con el documento indicado, y haber discutido y tratado de solucionar conjuntamente las dificultades que podían presentarse, se les encargó qué llenaran el formulario. Para complementar la información de campo, se ha utilizado los siguientes procedimientos:

a. Entrevistas. La población (propietarios, vecinos, amigos) ha proporcionado la información participando en conversaciones, sin necesidad de cuestionario; los datos cualitativos fueron fáciles de obtener, la dificultad se presentó en los temas de producción y productividad.

b. Toma de datos en parcelas. La evaluación dasométrica para cuantificar el crecimiento en altura, espesor, volumen y biomasa, se ha hecho demarcando parcelas y tomando los datos siguiendo la metodología indicada por Padilla (1989 y 1990) y Buford Briscoe (1990). Los datos climáticos, las características del suelo, la composición florística y otros datos han sido obtenidos por los profesionales que figuran como informantes; fueron recopilados de los informes de campo, de los apuntes personales y en ciertos casos por investigación bibliográfica.

c. Datos de análisis. En pocos casos se ha recurrido a los análisis de muestras en laboratorios especializados.

Preparación del documento resumen de cada caso A partir de los datos obtenidos por el autor en las visitas de campo y la información contenida en la ficha correspondiente, se redactó un borrador por cada experiencia, el cual, con una serié de interrogantes, fue devuelto a la persona informante. Estos borradores, después de corregidos, han quedado listos para ser incluidos en el presente capítulo.

LOS CASOS SISTEMATIZADOS CHACRA AGROSILVOPASTORIL EN ANDENES: CUSCO, PERÚ1 Manteniendo la tradición y haciendo frente a la adversidad, don Bonifacio Achahuanco en Chiara, Cusco. Perú, construye andenes en su chacra, cultiva la tierra, cría anímales, planta y maneja los árboles, transforma frutos y extrae madera, al mismo tiempo que maximíza el uso del agua y cuida con esmero el ecosistema, el que a su vez le prodiga bienestar.

El sitio A 8 kilómetros de Combapata, a 3545 metros de altitud, en la provincia de Canchis, departamento del Cusco, Perú, se localiza la comunidad de Chiara; allí, don Bonifacio Achahuanco Tayro, maneja su chacra de cuatro hectáreas. El clima se caracteriza por tener temperaturas de -5°C a 18°C (12°C en promedio), con una precipitación de 750 mm en el período lluvioso de noviembre a marzo; tiene alrededor de 90 días de heladas entre mayo a agosto, en los que es notoria la presencia de vientos que soplan del noreste. Pertenece a una zona de vida bosque húmedo Montano Tropical. El lugar se encuentra en cabecera de valle. Los suelos derivan de areniscas, son de textura media, reacción moderadamente acida, ligeramente profundos, con buen contenido de material orgánico. La familia está constituida por siete personas; todos viven en la comunidad. La chacra agrosilvopastoril es su única fuente de ingresos; la agricultura es su actividad principal, y la ganadería, forestería, agroindustria y artesanía son sus actividades complementarias. El área de la chacra es ligeramente superior a las de los otros comuneros y no posee tierras en otras zonas agroecológicas.

La chacra agrosilvopastoril En la finca se cultivan árboles, arbustos y plantas herbáceas, y se cría ganado. El perímetro de la chacra, el de las parcelas y el talud de los andenes (indistintamente en la base inferior y superior de las pircas) está ocupado por aliso [A/nus joruJJensis), capulí (Prunas serótina) y saúco (Sambucus peruviana), intercalados con retama (Spartíum junceum) y I Información: Hido Félix Quillama, representante de CASE en Cusco, Perú, y Jorge Valeriano Leonardo.

chachacomos (EscaIIonía péndula) (foto 9); unos son árboles de primera rotación y otros son rebrotes, característica que permite constituir una cortina cortavientos. En subparcelas se cultiva en rotación papa, maíz, habas, ocas, quinua, olluco, hortalizas (zanahoria, beterraga, ajo, cebolla, repollo, lechuga, etc.) y plantas medicinales; las parcelas de pastos nativos asociados con cultivos son temporales, porque luego de unos años pasan a ser de uso agrícola. Los animales, ovejas y vacunos pastan en el día porque en la noche duermen en los corrales; la parte ganadera se completa con cuyes y se crían también abejas. «Maíz, habas, cuatro variedades de papa, oca, tres variedades de ulluco, lechuga, repollo, cebolla, zanahoria, tomate, fresa, ovejas (veinte), dos vacas... yunta se compra y se vende... alcachofa, jonfré... ajenco, palma real...» Los frutales ocupan espacios diferentes, a veces están al interior de las parcelas en prácticas agrofrutícolas, o intercalados con los árboles forestales, «capulí, chachacomo, saúco, frutales... la quinda, manzana, membrillo... granadilla». Por efecto de la arboleda, el microclima al interior de la parcela es más húmedo y abrigado que en otras fincas, y no es afectado por heladas fuertes. La propiedad se maneja como en el pasado, construyendo terrazas semejantes a los andenes incaicos. Desde hace 20 años los árboles fueron plantados uno a uno y poco a poco se construyeron los andenes. «Antes mis tierras tenían un color rojo y ahora gracias al aliso han cambiado al negro, están humeando... además yo hago compost, estas tierras son \vgenes para horticultura». Para fabricar un andén, primero se construye la pirca de piedras, muro de más o menos l ,8 m de alto y 0,8 m de ancho; se rellena el espacio vacío que queda entre el andén superior y la pirca construida. El fondo se rellena con capas de piedra de granulometría diferente; se coloca las de unos 10 cm de diámetro, luego una capa de 10 cm de grava (piedras de 2 cm de diámetro), sobre ésta, una de 5 cm de gravilla, y encima se mezcla la tierra transportada, se humedece el conjunto y apisona; al final, en la superficie, hasta nivelar con la parte superior de la pirca, se coloca una capa de suelo mezclado con hojas, pasto, estiércol, «abajo hormigones, cascajo... se recogen las piedras y se coloca ahí... encima otra tierra que puede ser arcilla, tierra cansada para que cuando se riega el agua se detiene y no filtra rápido adentro... después cuando está preparado e] terreno se deja todas las hojas del capulí, del aliso, mezclado con oíros guanos, allí ya se puede sembrar... esas piedritas que sobresalen son las escalentas para subir...»

El manejo La integralidad y la biodiversidad son la esencia del ecosistema. El objetivo del manejo es la obtención de diversos productos agrícolas y frutales, criar ganado, obtener madera para diferentes usos, frutos para la agroindustria, miel, y conservar el ambiente.

El ecosistema se encuentra en constante transformación, hay rotación de cultivo en las par celas y entre parcelas, cambio de variedades y de animales, en la estructura de los árboles, modificación en el sistema de riego en función al cultivo e incorporación de nuevos andenes, nuevas tecnologías en el proceso, etc. «Aquí no había andén..., esto va ser un pastizal y Juego en junio, julio estaremos removiendo, ahí ya va a haber bastante tierra para hortalizas, plantas medicinales...»

El manejo de los árboles Los pocos espacios vacíos que quedan en las líneas de separación de parcelas se van rellenando con plantas de aliso obtenidas por acodo etiolado en el mismo lugar. «Se observa los rebrotes acatíto (en la base del tocón), tierra... se pone el humus alrededor, y se baja la planta, entonces sólo sálela raíz, mire, ésta ya tiene su raíz, entonces esto ya es planta, hay que amontonar como quien aporca la papa». La densidad y productividad de la masa forestal en el sistema es alta; en 15 m de línea de separación de parcelas se encontró siete tocones. (cuadro 2)

Los alisos están sujetos a raleos selectivos (tanto los de primera rotación como los rebrotes) y podas en función al cultivo que habrá en las parcelas bajo la influencia de la arboleda. «Mucha sombra y gotera continua afecta rancha, la rama afecta pero vamos a tener que sacarlo después las ramas». El raleo lo practica en agosto, al final del período seco, para ello utiliza motosierra, talando los árboles a 15 cm del suelo; «sí, año tras año saco algunos». El raleo de rebrotes o tallares se hace siguiendo los mismos criterios, pero se los corta con hacha y a 0,5 m del suelo. De cada tocón elimina a los tres años alrededor de 8 tallares, dejando 2 ó 3, los que alcanzan unos 8 m de altura a los 4 años. A 140 árboles de aliso existentes en 1990, el agricultor les practicó un raleo selectivo, talando Sólo 17. Obtuvo 10 m3 de madera, que fue

utilizada para la construcción de vivienda, muebles, confección de cucharones (cucharas grandes), leña, chaolas (listones delgados para los techos) y las ramas fueron incorporadas al suelo en forma de materia orgánica. «Mí chacra sin árboles ni tendría vida, tengo leña, no compro kerosene (kerex) y cuando necesito plata vendo un árbol y listo...». Un árbol grueso de aliso de 60 cm de DAP se vende a los artesanos de Juliaca en US$ 70; de las ramas gruesas se sacan unos 100 cucharones y cada cucharón cuesta US$ 0,5. Cada sepa de tallar produce dos a tres varas de 3 m de longitud y 5 cm de diámetro a la longitud media. A los alisos se les practica la poda, tanto a los árboles principales como a los tallares, obteniéndose en promedio por árbol unas 6 ramas de 3 m de largo y 7 cm de circunferencia a la longitud media. Con esta labor se obtiene madera para leña y chaclas, y se incorpora unos 21 kg de biomasa seca al suelo en el proceso de fabricación de andenes. El material para leña se trocea en la chacra misma, se deja en el mismo sitio con hojas, para que la hojarasca caiga al suelo y se descomponga, luego se retira los palos para el fogón. «Se utiliza para leña, hay que dejarlo pudrir y se vuelve aliono una vez cuando las hojas se caen, quedan las hojas en el terreno». El tratamiento a las demás especies se hace siguiendo los mismos principios y aplicando los mismos tratamientos, pero con menos frecuencia.

La cantidad de frutos de capulí cosechados en una parcela de 140 m2 fue de 150 kg por ano, en cambio de saúco 60 kg. Con el fruto de saúco se prepara mermeladas (1 kg por cada kg de fruto, pero agregándole en la preparación 1 kg de azúcar), producto que es vendido en el comercio a 2 US$/kg. Don Bonifacio conoce las bondades de las especies, «la leña del capulí es fuerte para el carbón y arde mejor, la madera del aliso es suave pero para mesas y sillas... el saúco, en cambio, para la polilla en los armazones; la flor del saúco es buena en mates para los resfríos y sus hojas y cortezas hervidas sirven para curar el reumatismo».

Manejo de los frutales Los frutales caducifolios se siembran con plantas producidas en la misma chacra e injertándolos in situ. Luego se les practica podas de

formación y fructificación. El taxo y la granadilla se siembran junto a los árboles para que éstos sirvan de tutores.

Manejo de pastos y animales Las subparcelas de pastos son manejadas mediante el sistema de pastoreo rotativo al sogueo; en las de pastos naturales el ganado (7 vacunos y 20 lanares) pasta durante tres a cuatro meses, para luego pasarlo a los de pastos cultivados, permitiendo así el rebrote. Primero los vacunos consumen el pasto más crecido, luego entran las ovejas para «palotear» o consumir los tallos inferiores que fueron dejados por los vacunos. Esto facilita un rebrote homogéneo. Las praderas luego de cuatro años pasan a ser tierras de cultivo, laborando el terreno y enterrando el pasto. Los subproductos de la agricultura (chamisa) sirven de suplemento para los animales, lo que explica la alta carga animal. Los animales duermen en el corral; el estiércol se recolecta para las parcelas dedicadas a la producción agrícola. Al año se produce alrededor de 6000 litros de leche y se venden 6 vacunos a un precio promedio de US$ 150 a 300 cada uno; las ovejas no se venden, la carne sirve para la alimentación familiar y de ellas se obtienen 60 kg de lana para la fabricación de prendas de vestir en el hogar.

Manejo de cultivos Las parcelas de cultivos se manejan en forma intensiva, sin uso de fertilizantes ni pesticidas; se adiciona importantes cantidades de material orgánico. Se obtienen dos cosechas de hortalizas al año y una de maíz y papa; los cultivos se asocian, pero predominan las siguientes rotaciones; Parcela l : papa - repollo - avena - cebolla. Parcela 2 : ajo - zanahoria - maíz - cebolla. Parcela 3 : repollo - papa - zanahoria - maíz. Parcela 4 : repollo - zanahoria - ajo - maíz. El manejo integrado, el microclima abrigado y la baja incidencia de heladas permiten obtener buenos rendimientos en comparación con

los promedios de la zona. Los productos son para autoconsumo, pero una parte se vende en el mercado de Sicuani, Combapata y Cusco. «Mi chacra es para hortalizas, e] maíz y la cebada demoran mucho en crecer, pero tengo que ponerlos para asegurar la chicha, sino cómo trabajo...» La semilla de hortalizas se compra en Cusco y Arequipa, la de papa de las variedades Ccompis, Yungay, Chaska y CICA se compraba hasta hace unos años en Cusco; ahora don Bonifacio es un semillerista de papa. La semilla de maíz (morado negro, blanco amarillo y de la variedad Qosqo 1) se adquiere por compra.

Manejo del agua El manejo del agua es variado; don Bonifacio conoce diferentes formas de riego de acuerdo a las épocas y líneas de cultivo. Por ejemplo, cuando hay suficiente agua realiza riegos por el sistema de «mudadas», «cojeadas», «acequias contra acequias», «en camas», etc.; «para no desperdiciar el agua, con las justas o bien tanteadito hago llegar por los surcos». Como la semilla de zanahoria es pequeña, el riego se hace en camellones. Don Bonifacio está incursionando en la lombricultura, «estamos cultivando lombrices, esta semana estamos sacando el guano y ya está...», tiene compostera, cría cuyes, y quiere empezar con la crianza de aves de corral; para ello dice «voy a seguir construyendo más andenes...».

CERCAS DE MOLLE Y RETAMA COMO PROTECCIÓN DE PARCELAS AGROFRUTÍCOLAS EN ANDENES: LA PAZ, BOLIVIA2 En las laderas dominadas por el nevado lllimani, la andenería es conservada gracias al manejo de barreras vivas de molle y retama, y porque frutales y cultivos son cultivados bajo riego controlado.

El sitio A 70 km al sureste de la ciudad de La Paz, en Bolivia, se encuentra la comunidad campesina de Quillihuaya, en el Cantón del mismo nombre, provincia Murillo, departamento de La Paz. Esta comunidad provee a la capital con hortalizas, papas, maíz y frutas; desde La Paz se llega a ella por el camino carretero que va a las comunidades de Palca y Cohani. El paisaje está dominado por terrenos en laderas de 50% de pendiente media, con exposición oeste, el poblado al centro de la comunidad y el nevado Illimani en las alturas. La comunidad se extiende desde los 2800 m a 3400 m de altitud, con temperatura promedio de 12°C, pero los meses calurosos son de octubre a febrero, los más fríos son de junio a agosto, con heladas en julio y agosto; la precipitación acumulada es de 373 mm, distribuida en los meses de noviembre a marzo. La zona de vida en la parte media es estepa espinosa Montano Bajo Subtropical (eeMBST). Los suelos son de naturaleza volcánica, textura media a pesada, de moderadamente profundos a profundos, con bajo contenido de materia orgánica, reacción neutra hasta ligeramente alcalina. El potencial productivo ha sido modificado por el constante uso de fertilizantes. La composición vegetal de las parcelas agrícolas varía en función de los objetivos de producción de las familias. Tienen parcelas en distintos sitios y con altitudes diferentes, desde la orilla del río hasta la cordillera; en la primera y segunda zonas agroecológicas (2800 a 3200 msnm) se asocian los molles, retamas, taras, frutales (durazneros, manzana, pera, tunas), hortalizas, maíz, etc.; en la tercera (de 3200 a 3400 msnm), chilcas, retamas, saca, añahuaya, papa, trigo, habas, etc. «Abajo: choclo, tomate: acá: choclo, papa; arriba: maíz, papa, haba, arveja...» (J.L.) La tierra está fraccionada, es de propiedad individual, cada familia posee de 1 ha a 4 ha, «cada caballero tiene sus tres hectáreas, cuatro hectáreas, así». Todas las parcelas tienen riego permanente con agua proveniente del Illimani, «todos salimos a limpiar Ja acequia, desde arriba del río, en dos días terminamos». La producción se comercializa en La Paz. 2 Información: Walter Mollea.

Las parcelas agroforestales Las parcelas representativas se encuentran sobre áreas con andenes muy antiguos, pero bien conservados. Están protegidas por cercas vivas que funcionan corno linderos y cortinas rompe vientos, situados en el borde superior del talud de la pirca. Están conformadas por árboles de molle (Schinus mollé), tara (Caesalpínea spinosa}, k'opi (Kageneckialanceolata}, arbustos como retama (Sparfium junceum), saca (Senecio sp.), tuna (Qpuntia ficus índica}, y hierbas. Al interior se cultivan, en el estrato superior, los frutales: capulí (Prunas pérsica}, pera (Pyrus convnunisf, manzana (Malus domestica). ciruelo (Prunus domestica, lucma (Cydonia sp.); el estrato inferior se aprovecha sembrando en asociación o en subparcelas de monocultivo: maíz, papa, tomate, cebolla, arveja, zapallo, perejil, repollo, zanahoria, apio, lechuga, etc. Se cría poco ganado, principalmente para consumo familiar, pastando en los terrenos comunales y en los pocos espacios libres que quedan entre la parte cultivada y las cercas; y sacando forraje a los corrales para las ovejas, chanchos y conejos. El riego se practica con bastante cuidado; cada surco en S forma un camellón, de modo que el agua se distribuye en pequeñas cantidades. Se obtienen varias cosechas al año, dependiendo de la demanda del mercado en La Paz, mediante alguna de las siguientes rotaciones: •

maíz -> hortaliza -> maíz -> descanso 6 meses -> maíz -> papa.



tomate -> descanso 4 meses -> hortaliza -> arveja -> descanso 5 meses.



tomate -> papa -> cebolla -> descanso 3 meses.



maíz -> hortaliza -> cebolla -> descanso 4 meses -> tomate-> papa -> maíz -> hortaliza -> descanso 4 meses.

Se utilizan productos químicos bajo la forma de fertilizantes (úrea, compuesto 18 - 46 - 0) y pesticidas (ambush, tamarón, cupravit, ridomil, azufre, etc.), y productos orgánicos como estiércol, en forma constante y en cantidades elevadas.

El manejo Para sistematizar la forma de manejo del componente forestal se han seleccionado parcelas de agricultores tecnólogos. En general, el manejo se practica a través de interrelaciones, pero para mejor comprensión se han separado por prácticas.

Manejo de las cercas vivas El muro vivo representativo es el formado por molle y retama (foto 11), que ocupa más o menos 1,5 m de ancho; el molle manejado para producir rebrotes alcanza alrededor de 4 a 5 m de altura, ocupando el estrato superior; la retama, el estrato inferior, hasta dos metros de altura. En la banda contigua entre la cerca y el cultivo crece abundante pasto.

Manejo del molle El molle se maneja tratando obtener rebrotes, los cuales, una vez cosechados en forma de baretas, se utilizan como soporte para los frutales en época de producción {tíkyles), para leña, herramientas; las hojas sirven como material orgánico; también se usa para lograr una buena cerca viva. Los molles en esta zona son antiguos. Dado el manejo al que están sometidos, la altura de los fustes fluctúa entre 2 y 5 metros de altura, con un diámetro promedio de copas 2,8 m. El manejo sigue el régimen de tallar simple. Al árbol se le practica el desmoche alto; los rebrotes o tallares son cosechados en el mes de agosto, de esta manera los nuevos rebrotes nacen en primavera; éstos nacen del muñón que se forma en la parte superior del fuste, en cantidades variables por tocón, cantidad que no tiene relación con el diámetro de los tocones. En un año de crecimiento los rebrotes alcanzan más de 1,5 m de longitud y un diámetro medio mayor a l ,5 cm; el peso en verde puede variar desde 1 kg a 14 kg. En estas condiciones son nuevamente cosechados con machete al ras del muñón, y secados al sol durante tres meses en la misma chacra, de esta manera caen las hojas (que son incorporadas al suelo); una vez secos pesan alrededor de 2,5 kg.

Un muestreo de tres tikyles de 1,79 m, 2,12 m y 2,77 m correspondía a diámetros promedio de 5,82 cm, 6,21 cm y 7,26 cm, respectivamente (Mallea 1994). Se cortan también los rebrotes para que la sombra no afecte a los cultivos, principalmente al tomate, maíz y a la papa. Los comuneros manifiestan que si no se practica la poda lateral de ramas, «la sombra hace crecer mucho al tomate como a la papa, pero tiene poca producción»; en caso del maíz, «hace bajar ¡a producción y se enfermamos». Se hace crecer tumbo (Passíflora mollisima) para que trepe como enredadera sobre el molle, «porque produce mejor y no mata al árbol». Cuando un rebrote presenta características especiales para yugos y arados, se los deja crecer cuatro o más años (los demás se cosechan anualmente) para darles este fin; en la comunidad, cuatro tecnólogos fabrican estos instrumentos con destreza, técnica que aprendieron de sus padres. Por un arado los comuneros pagarán 30 Bs, «30 bolivianos cobran» (aproximadamente US$8). El molle es utilizado como planta medicinal; en forma de mate se toma para combatir los parásitos y el dolor de estómago.

Manejo de la retama La retama se maneja practicando raleo selectivo de rebrotes. La característica determinante para que un rebrote esté apto para la cosecha es que alcance unos 3 a 4 cm de diámetro de fuste, lo que en este lugar se logra a los tres anos; como la producción de rebrotes es constante, todos los anos en época seca (junio a agosto) se dispone de rebrotes para cosechar, «cada año salen así, gruesitos...» El corte se practica a unos 10 cm sobre el cuello. La planta promedio tiene las características que se muestran en el cuadro 7.

Los fustes son utilizados para leña en las viviendas y en los hornos; el follaje seco para prender la candela, verde como escobas y para la sombra de los almaácigos de hortalizas, «es pa' fogón pa' cocinar y este

grueso es pa' homo pa' la lluvia fuerte es pa' que no lo destruya a la lechuga». Las flores son utilizadas como medicina para aliviar dolores de corazón y para ceremonias. La ceniza de la retama es un buen abono. La retama es manejada con el mismo régimen en las áreas libres. En el retamal se corta y se deja secar un poco, para luego transportarlo en camiones hacia el lugar donde está ubicado el horno (foto 13).

Manejo de frutales y cultivos Se ha seleccionado la parcela de Antonio Usnayo, en la que se cultivan unas 20 especies, sin contar las plantas aromáticas y las productoras de flores. Los frutales (durazno, lucma, manzana, pera, palta o aguacate) son plantados más o menos a 3 m x 3 m, e injertados en el mismo terreno; luego se van plantando otros en los espacios libres. Los árboles se abonan con fertilizantes químicos, ceniza y estiércol; a los de hoja caduca se les poda en época de latencia natural. Los cultivos son sembrados en camellones pequeños (hasta de 1 m x 1 m) de un solo surco en S o en doble S, para aumentar la eficacia del riego y la aplicación de abonos, «cata se llama y el surco huacho...». Se cultiva tomate, lechuga, acelga, zapallo, maíz, en rotaciones variadas, obteniendo dos cosechas de productos diferentes al año, «seis meses tomate, papa casi cuatro meses...». En la parcela contigua a la casa se cultivan plantas aromáticas como la koa (Minthostachís sp.). El forraje obtenido de los cultivos y las malas yerbas sirven para criar cuyes y conejos. También tiene abejas. La cosecha mayor se realiza cuando los frutales se encuentran en proceso de agoste.

MANEJO AGROSILVOPECUARIO SOBRE LA BASE DE BANCO DE PROTEÍNAS: EL DOVIO, COLOMBIA3. En El Dovio, don Tiberio pone en práctica lo aprendido en varios eventos de capacitación; maneja su finca en clara armonía con la naturaleza, con visión empresarial y de sostenibilidad, cultivando diversidad de plantas y criando animales a base de caña y productos obtenidos del banco de proteínas

El sitio La finca de don Tiberio Giraldo Álzate, denominada «El ciprés», se encuentra localizada en la vereda Bellavista, municipio El Dovio, al norte de Cali, en el departamento Valle del Cauca. «Antes había una especie denominada ciprés de estacones, se llama Amírís puctata, usada hace mucho tiempo para postes que tienen una durabilidad natural JA, un poste es una berraquera...» (E B.) El lugar se sitúa en la cordillera occidental, en zona cafetera marginal alta, a 1750 m de altitud, con una precipitación de 1500 mm, temperatura promedio de 18 a 22°C, humedad relativa promedio de 85%, en una zona de vida la clasificación de bosque húmedo tropical Montano Bajo (bht-MB) según la clasificación de Holdridge. Los suelos derivan de cenizas volcánicas sobre diabasas, con pendientes de 15 a 45%, textura franco arcillosa, de moderadamente profundos a profundos, reacción moderadamente ácida (pH 6), bajo contenido de fósforo, bajo de potasio. La vegetación arbórea nativa dominante está representada por guadua, higuerilla, chachafruto, nacedero, cordoncillo, yarumo, porurcos, pringamosa, iraca y árbol loco. La familia está compuesta por don Tiberio, sus 10 hijos, 5 nietos, pero gran parte de la familia ha migrado o vive aparte por haber formado sus propios hogares, «somos medía familia porque dos se fueron, uno está en Cali, otro está en Puerto Berrío Antíoquia, la hija mayor se fue con el marido, la otra se fue con el noviecito». Don Tiberio es un líder nato, aunque no forma parte de la dirigencia comunal; se considera un capacitador y ha sido reconocido como el mejor agricultor de la zona, «yo no desempeño cargo, simplemente un guía, pero no me considero así... pero gracias a Dios donde vamos hemos sido escuchados... cuando es necesario voy con ¡agente; de pronto llegué a ser el mejor agricultor de 6 ó 7 municipios».

La organización del ecosistema de la finca La finca, de doce hectáreas, está organizada con visión de integralidad, caracterizada por la biodiversidad, la acción conservacionista 3 Información: Francisco Castaño y Fanor Burgos.

y la visión productiva y empresarial de su propietario. Está flanqueada por una quebrada de agua permanente, protegida por manchones de bosque natural. Tiene dos hectáreas y media de cana forrajera y seis hectáreas de potrero donde pastan 25 vacunos entre adultos y terneros. En las otras parcelas se cultiva café de variedad Colombia (0,1 ha) sembrados a distanciamientos de 2 m; café con plátano, caña y chachafruto; aguacate, lulo, yuca, arracacacha, un huerto de plantas aromáticas y el bosque protector. El banco de proteínas de nacedero y chachafruto ocupa el lugar preponderante, «tenemos 290 maticas de lulo, 1200 árboles de variedad Colombia sembrados a 2 m; un banco de proteínas de 7000 árboles, 3000 de chachafruto a metro por metro, 4000 de nacedero a metro de calle por 50 cm, estamos montando el bosque protector productor que consta de 8000 a 10. 000 árboles de nacedero, se puede contar el café, el plátano, palitos de aguacate que están en crecimiento, de mandarina, de naranja; además congo, bore, hortíga, ajenjo, yuca, arracacha; algunas aromáticas como es el tomillo, orégano, yerbabuena, ruda, caléndulas, cedrón, botón de oro; aquí guineo, nacedero a 2 m, platanilla, pringamosa de cinfuna, más guineo, el diabo o congo, la hiraca... lo que quiero montar es un banco de semillas para Ja región, después va a ser como demostrativo...» Se completa con la casa vivienda y un pequeño auditorio con bancas de caña guadua, que se encuentran en la parte baja; junto a ella se localizan los establos para chanchos, las lagunas donde se crían peces, el trapiche, los galpones para crianza de lombrices, el huerto hortícola, etc. La finca tiene acceso por camino carrozable desde El Dovio.

El manejo El tipo de manejo es fruto de varios años de trabajo y de esfuerzo, de pruebas y ensayos, «nos hemos metido en cantidad de cosas... son casi ocho años de dura tarea, a veces no queda tiempo ni para comer... tuvimos tres años en donde no me senté en los tres golpes del día a tomarme una agua panela tranquilo, l7a 20 horas diarias hasta sábado y festivo». Para cumplir con los objetivos familiares, la finca se maneja poniendo en práctica los conocimientos adquiridos en procesos de capacitación, sobre la base de la conservación del ecosistema y su biodiversidad, la sostenibilidad, la agricultura biológica, el reciclaje y la gestión empresarial. «Trabajo con asesoría y tecnología CIPAV.me asesora CVC, se han vinculado SENA pero con mínimos detalles; CIPAV no es que me traiga millones pero es que me trae muy buenas ideas para salir adelante, el caso de SENA si necesitamos algún curso, ellos están dispuestos a colaboramos.» Se tiene claro que es necesario conservar el monte natural para evitar la erosión y mantener las corrientes de agua. «Este es un lunarcíto apenas, pero si el agua no aumentó al menos se sostuvo, este es el

mejor ejemplo, porque de esa cañadita de allí tomamos el agua 23 familias...» El manejo está orientado a la obtención de productos para la satisfacción continua y permanente de las necesidades humanas y de los animales. La caña, el nacedero, el chachafruto se cosechan poco a poco, se fabrica cierta cantidad de miel todas las semanas y se pesca conforme se necesita para la alimentación. «Semanalmente estoy haciendo una pailadita de guarapo, se consume, queda por allí unos 30 kilos de miel y es lo que tomamos en los alimentos, yo no compro panela ni azúcar... ni café estoy comprando tampoco en este momento». La biodiversidad es importante para la familia porque permite buena variedad de productos para los humanos y los animales, se mantiene el ambiente, se logra el control biológico, se evita la erosión, y se deja de comprar varios productos en el mercado. «Cuando hay una cantidad de cultivos la situación tiende a mejorar, más suelos en la finca con un trabajo orgánico, hay un control biológico; porque si tu siembras maíz nada más se quedó en maíz y la plaga viene y lo acalca, pero si lo tenemos con otros cultivos el uno ayuda al otro y la mejoría ha sido bastante aceptable y este más días está mejorando más» En la finca no se usan productos químicos para fertilizar, ni para controlar plagas y enfermedades. Se recicla los deshechos de las cosechas; el estiércol y el bagazo se usan para alimentar lombrices que los transformarán en humus; toda la producción es usada, no hay elemento del ecosistema que se desperdicie, «la finca se mueve a base de boñigo (estiércol) y de desechos». Se analiza a continuación el manejo de algunos elementos por separado.

Manejo del banco de proteínas El banco de proteínas es una parcela con plantas de nacedero o cajeto (Tríchanthera gigantea), la mitad, y la otra de chachafruto {Erythrina edulis), sembrados a densidades altas, 1 m x 0,5 m el primero y l m x 1 m el segundo, instalados para la producción de forraje. «Banco de proteínas porque en el banco tienes unos ahorros que te están surtiendo a tí mismo... será el banco de la finca que está surtiendo una alunentación, en vez de estar comprando concentrado lo estamos produciendo aquí mismo». El nacedero es una especie de la familia Acanthaceae, y el chachafruto una leguminosa. Ambos son árboles de porte mediano, sus hojas son ricas en proteínas y nutrientes, «éstas porque con un porcentaje del 15% de proteína el nombre la caería muy bien allí... hasta el momento yo no creo que haya otra planta mejor que ésta. y en recuperación de suelos esto es buenísimo, en reforestación es bueno porque la mayor parte del tiempo permanece cubierto, rebrota muy rápidamente». El contenido nutricional de las hojas de nacedero es de 16,6% de proteína total, 14,1% de proteína verdadera, 16,7% de fibra y 16,9% de

ceniza. La semilla de chachafruto contiene 21 % de proteína (igual que en vaina), 51% de carbohidratos y 39% de almidones. Las hojas y ramas tiernas de chachafruto contienen más proteínas que canavalia, yuca, king grass y pasto guinea. La instalación del chachafruto es por semilla y el nacedero por estaca; como el crecimiento es rápido, en un año han alcanzado 1,5 m de altura, pero para que se consoliden y alcancen su mayor producción necesitan unos cuatro años, «después que empareje, eso va a ser después de unos cuatro años como aquél». Como el interés está en la cosecha de forraje, se practica el desmoche alto cortándole o retirando las ramas tiernas (ordeño), dejándolos prácticamente como un poste. La frecuencia de cosechas es cada tres a cuatro meses (tres a cuatro cosechas anuales), dependiendo de las variaciones climáticas, siendo más frecuentes en invierno que en verano. La producción de biomasa en cada corte varía según el clima. En épocas húmedas se obtiene en cada corte unos 5 a 6 kg/mata de hoja y en verano se reduce a 2 kg; el promedio estimado es de 4 kg/árbol/ cosecha, «cortes cada tres o cuatro meses, se corta a 1 m pero... voy a comenzar a ensayar otros cortes... cada corte produce unos 5a 6 kg por planta», teniendo acceso a unos 40.000 kg de forraje por corte y por hectárea, o sea, de 120 a 160 toneladas por ano. El forraje se proporciona al ganado vacuno y a los cerdos, siempre mezclado con caña u otras plantas forrajeras. Los animales comen con mucho agrado las hojas del nacedero, «eso le estamos dando al ganadito de ordeño y los cerdos... lo consume que da miedo pues; esto lo picamos allá con cogollo y con todo». Luego de la cosecha, debido al ingreso de luz, prolifera la vegetación herbácea en el suelo; el desyerbe se realiza con hoz y se le da también al ganado, «mire ve, todo esto que viene del suelo es comida para el ganao». Como las hojas maduras del chachafruto y algunas del nacedero caen, se descomponen rápidamente junto con la parte leñosa de las ramas que se dejan, devolviendo al suelo importantes cantidades de nutrientes, «pero es muy bueno por la cantidad de material que se va descomponiendo allí y vamos haciendo suelo de nuevo». Por la alta cobertura y buen enraizamiento de estas dos especies los bancos de proteínas protegen el suelo de la erosión. Después de cosechado el forraje, se abonan los árboles del banco enterrando en zanjas en corona, 0,75 libras de «lombricompuesto». El propietario desconoce cuántos años puede producir el banco de proteínas; hasta el momento lleva siete años «ordeñándolo» y espera hacerlo en la medida en que proporcione beneficios. A pesar de la intensa actividad a la que están afectos las dos especies en el banco, no se presentan plagas ni enfermedades de consideración. El chachafruto es invadido de gusanos chupadores, pero el dueño de la finca indica que eso se presenta siempre antes de la floración y que luego desaparece, «este gusanico le

da cuando biche cuando gecho... miren los árboles grandes que están en las mismas condiciones y cuando va florecer le cae. es una cosa natural del árbol».

Manejo agrícola Todos los cultivos reciben los mismos tratamientos generales, es decir, el preparado del suelo para la siembra, el abonado con estiércol y humus de lombrices, el desyerbo, podas en el caso de los frutales, y cosecha. No se usan productos químicos, «orgánico, garantizamos que no hay ni un gramo de químico». La caña se siembra «al chorrillo» en surcos (1 m entre surcos), se la corta periódicamente, se aporca y se acomoda la hojarasca dejando al descubierto la cepa como protección del suelo mientras se descompone. Después de los cortes se abona con compost o lombricompost (1 ton/ ha). En las épocas lluviosas se intercala frijol, habichuela y soya después del aporque. Para los objetivos de la familia, la caña es el cultivo principal, «es buenísíma para el programa y para todo pues»; los tallos se utilizan para obtener jugo y luego fabricar pamela (miel), para picarla y darle a los cerdos, y el cogollo (las puntas) para los vacunos. La cosecha es escalonada, 40 a 50 m2 por día, obteniéndose de 200 a 250 kg de material en verde; de esta forma se tiene forraje para todo el tiempo. La velocidad de rebrote y la rapidez de crecimiento permiten a la caña alcanzar su madurez a los 18 meses, «la caña es para la miel del consumo humano y para picarle a Jos cerdos». Por la calidad del producto, don Tiberio vende semilla a instituciones públicas en cantidades cercanas a la tonelada a 35.000 pesos/Tm (1US$ equivale a 800 pesos colombianos, aproximadamente) cada dos meses, «la caña para semilla yo le estaba vendiendo a la CVC a 30.000 por tonelada, pero así larga». La mayor parte de productos agrícolas son para el autoconsumo. El numero de especies va en aumento; algunas de las recién introducidas, como el lulo, ya están en producción, «ya pude coger 7 kilitos y medio, el pasador molesta un poquitico, pero ya».

Manejo piscícola Las lagunas que captan el agua de escorrentía forman parte del sistema; en ellas se crían peces que son alimentados con los residuos de las cosechas, el estiércol y el alimento que los chanchos dejan como desecho, «metimos unas tilapias, tenemos 4 lagunas, 1500 peces, apenas estamos aprendiendo déla CVC». Por el momento la producción es para autoconsumo, «más que lo tengo es para el golpe de la casa, para los antojos por ay que de pronto me pica... se saca con una afarrayita».

Manejo del ganado

El ganado vacuno se cría al sogueo en las seis hectáreas de pradera, suplementados con cogollo de la caña. La pradera está compuesta por pasto estrella (80%) y el resto kikuyo con algo de brachiaria y algunas leguminosas. La producción promedio es de 1,2 kg/ma (B.R),

y los períodos de descanso son de 28 a 31 días, «está a pastoreo pero vamos a comenzar la rotación de potreros en parcelas muy pequeñas, para tener una rotación cada 10 días», suplementarios por una dieta a base de cogollos, bagazo de la caña de azúcar, el forraje del banco de proteínas y melazas, y un suplemento nutricional (bloques) que se hacen en la finca, compuesto por 50% de melaza, 10% de úrea, 10% de cal, 5% de sal mineral y 5% de fibra. La mezcla se sirve en un comedero de cemento protegido por el sol, a vacunos mayores de seis meses en una proporción de 10% su peso. Actualmente la producción lechera es de 6 litros por vaca/día, un total de 60 litros diarios, los que se transportan a lomo de ternero hasta el centro poblado, «un poquito de leche lo estoy llevando a Quebrada Grande a 150 pesos por botella, entonces yo no debo vender leche yo hice curso de lácteos, ahí tengo las temerás que cargan». Parte del ganado mayor no se vende sino que se canjea por herramientas o insumios a un equivalente de 1050 pesos/kg en pie para sacrificio y de 1250 pesos/kg para reproducción. Unos 35 a 50 cerdos en promedio se crían en establos construidos con guadua (Bambusa guadua); se les alimenta con una ración fija a base de soya, caña picada y hojas de nacedero o chachafruto, «la alimentación de los cerdos: 500 gr de grano de soya cocinada 30 minutos, una cucharadita de sal mineralizada, un kilo de nacedero y caña picada». El costo de producción de un lechón en la granja es al destete (12 kg) 24.300 pesos y ceba (90 kg) 46.500 pesos, siendo su precio de venta de 92.200 pesos. El costo de producción incluye mano de obra, costos del nacedero, caña, grano de soya, depreciación de cocheras, del reproductor y vientres, y mantenimiento de estos últimos. Los cerdos se venden pequeños para la crianza o como lechones para el consumo. Anualmente se producen unas 86 crías, las cuales se engordan y, cuando han alcanzado unos 80 kg, se venden de 20 a 23 cada trimestre (en El Dovio se vende entre 15.000 y 18.000 pesos la arroba). En algunas ocasiones el propietario sacrifica algunos cerdos y los vende como «lechona» a los visitantes de la finca.

Manejo de las lombrices Los desechos de la producción forestal, agrícola y pecuaria son trasformados por las lombrices en humus. La lombriz se ha convertido en un elemento primordial en el manejo de la finca, «hablar de lombrícultura es lo máximo para mí»; aparte de constituir el último eslabón de la cadena de transformación, convirtiendo el estiércol y los deshechos vegetales en humus a los tres meses, don Tiberio vende también las lombrices para semilla, «millón y punta vendidos en lo que va del año, en lombriz y en abono, el kilo de lombriz 3000 pesos».

Se los alimenta de preferencia con el estiércol de los cerdos y el bagazo que éstos dejan al consumir la caña fresca, «yo trabajo directamente con buñiga fresca y bagazo de los cerdos; entonces esto

ha sido el brazo derecho mío, yo he calculado que a los tres o cuatro meses en adelante está bueno». Transcurrido el tiempo para la humifícación se coloca el estiércol fresco en un extremo del galpón y en superficie, los animales se concentran en este sitio facilitando la cosecha del humus o la de las mismas lombrices, «yo le pongo una capita de buñiga (estiércol fresco) y ellas se suben por la noche».

La mano de obra en el manejo Al momento se utilizan entre tres y cuatro personas; como las actividades van en aumento, es posible que tenga que incrementarse el número de trabajadores. «Por lo general estoy yo, el hijo y uno o dos trabajadores, a veces hay chance de meter dos, y como la cosa ha ido creciendo, más cultivos, ya hay más movimiento, entonces hay que ir también nivelando eso con personal».

El valor de la capacitación en el sistema Todas las acciones que se emprenden en la finca han sido aprendidas en algún evento de capacitación. Por otro lado, don Tiberio se encarga de hacer las adaptaciones y las pruebas del caso a las tecnologías a introducir; a eso se debe que la finca está en constante cambio. Como la finca constituye una fuente de capacitación para mucha gente, se ha construido un auditorio rústico y una casa para huéspedes; si es verdad que no se cobra por las explicaciones, la familia se beneficia con el dinero que obtiene por la alimentación y el hospedaje que brinda. A esto hay que agregarle lo que se obtendría por la venta de folletos que don Tiberio ha elaborado, «Los almuercitos que se vendan los tienen en unos ahorritos, la idea es vender los folleticos a los visitantes, ahí me ayuda un poco por el tiempo que yo dedico a esto, es que el tiempo vale billete...». La dinámica de la finca obliga a pensar en otros componentes o en mejorar la eficiencia del trabajo, «según lo que hemos aprendido parece que nos falta mucho, nos falta ponemos a nivel comercial y que nos pasemos de la inversión con la producción». A pesar de los éxitos de la finca, sólo 12 familias del lugar están trabajando con esta metodología.

CHACRA FRUTIAGRICOLA A BASE DE BIODIVERSIDAD Y USO DE MATERIA ORGÁNICA: AMBATO, ECUADOR4 En píllaro, a 2800 m de altitud, una familia se sostiene manejando los árboles frutales caducifolios asociados con otros arbustivos, con cultivos agrícolas y pastos, criando anímales y reciclando el estiércol y materia verde con el apoyo de lombrices.

El sitio La chacra frutiagrícola de la familia Robayo - Arcos se localiza a 20 km de Ambato, en la parroquia de San Miguelito, cantón Píllaro, provincia Tungurahua, Ecuador, a 2800 m de altitud, en un área semiurbana. El clima en esta zona se caracteriza por tener temperaturas promedio máxima 22°C, media l4°C y mínima 8°C; con 600 mm de precipitación, lluvias que caen de noviembre a marzo y un período seco de junio a setiembre; las heladas se presentan en noviembre y diciembre. Los vientos soplan con fuerza entre julio y setiembre, «si usted le deja la punta, la helada le cocina las puntas, cuando cae la helada quema las puntas de la mora». Los terrenos tienen pendientes promedio de 15 a 20%, son suelos moderadamente profundos, derivados de cenizas volcánicas sobre cangagua, de textura franco arenosa,- con niveles bajos de nitrógeno y fósforo, altos en potasio, pobres en materia orgánica y de reacción neutra. La vegetación natural nativa está representada por chuca, altamisa, marco, capulí, higuirilla. La familia está formada por ocho personas, de las cuales cinco viven en el hogar paternal.

La parcela frutiagrícola La chacra, de unos 5000 m2, se localiza en un terreno rectangular, cercado en tres lados por paredes de tapia y por el otro con la casa vivienda. El lote está dividido en subparcelas separadas por acequias de ladera transversales, en cuyos bordes superiores y taludes se ha sembrado pasto milín (Phalarís sp.) y alfalfa (Medicago sativa). Por la acumulación de tierra y sedimentos sobre las líneas de pastos, las bandas de cultivo se encuentran en niveles diferentes, notándose desniveles de hasta 0,5 m. Las acequias de ladera sirven de canales secundarios para el riego, ya que los principales circulan por un costado del terreno. El nivel superior del ecosistema está ocupado por la copa de los árboles adultos, el intermedio por la parte inferior de la copa de éstos y 4 Información: Máximo León y Edwin Robayo. CARE/PROMUSTA. Ambato, Ecuador.

por la de los frutales arbustivos, el bajo por los cultivos, los pastos y la vegetación secundaria. Toda la superficie está cubierta por árboles frutales de hoja caduca de diversas variedades, edades diferentes y a distanciamientos irregulares. Se puede encontrar desde árboles muy antiguos hasta recién injertados y otros inclusive en plantones que servirán de portainjertos. «Aquí hay varías (manzana), esta es delicia, esta es chilena, hay la carmelitana, la emilia, lajhona; de peras tengo cuatro, la ciruela, la pera ubilla, la pina y la pera blanca; de durazno, el zapallo». Entre estos árboles frutales se cultivan tomate de árbol y mora, ubilla, etc. A su vez, en los pocos espacios libres que quedan se siembra papa, beterava, col, frijol, zapallo, lechuga, acelga. A pesar de esta diversidad de plantas que se cultivan, surge abundante vegetación herbácea espontánea, lo que indica que la chacra está llegando al equilibrio. El ecosistema se completa con tres galpones para cerdos, patos y pollos; los canteros para lombrices, las conejeras y cuyeras, la poza para recolección de orina y estiércol de cerdos y deshechos. El patio de la casa se utiliza para la recría de plantas de mora. «Aquí tenemos pollitos, patitos, chanchos, conejos, cuyes... sólo la yerba de aquí se utiliza, lindos se crían».

El manejo Doña Teresa Arcos tiene muy claros los objetivos del manejo de su chacra. Esta tiene su propia dinámica, está en constante evolución, se trata de conservar el ambiente, mantener la biodiversidad, con preferencia por la agricultura orgánica, la maximización del uso de los recursos y la tendencia a la rentabilidad. «Mi papacito también era viejo agricultor, y hemos aprendido de él, ellos tampoco le .ponían químicos, las vacas producen abono y eso le ponían». Se riega una vez al mes. Como el manejo de la chacra se funda en el empleo de material orgánico, el poder retentivo del suelo se incrementa, lo que permite maximizar el uso del agua, «tiene riego, una vez al mes, doce horas de agua». Todos los componentes se interrelacionan, por lo que es casi imposible separar los elementos para analizar su manejo en forma aislada.

Manejo de frutales de hoja caduca Se sigue manteniendo los árboles viejos de manzanos y peros porque siguen produciendo en abundancia, «estas plantas, las más viejas sí cargan, esas tienen siquiera unas 40 a 50 años». Sólo se les eliminan algunas ramas mue,ias y otras vivas pero improductivas; la defoliación natural permite disminuir la sombra e incorporar materia orgánica al suelo, la que se descompone con rapidez, lo que no sucede en las parcelas vecinas.

Doña Teresa muestra con satisfacción cómo se van introduciendo nuevas variedades, las que se injertan en la chacra misma; se van plantando algunos

nuevos patrones, con la seguridad que serán portadores de algún injerto de una nueva variedad o de la mejor de la chacra. A estos árboles se les va dando forma de cesta a medida que van creciendo; una vez que han iniciado la producción se les aplica la poda de fructificación, luego de la cosecha que es una vez al año, «la poda se hace ya criando se termina la/ruta, en agosto - setiembre, una sola vez carga la pera, lo mismo el durazno». Se da especial atención al abonamiento, se adiciona estiércol, humus de lombrices y abono de higuirilla. Se abona por lo menos dos veces al año. Gracias a esta práctica se mantiene el potencial nutritivo del suelo y se logra alta producción, «cada seis meses se le pone el abono, se le saca toda la mala hierba, se le hace una cochita todo el ruedo y allí le pone el abono y le tapa». La aplicación del abono es en corona Estos abonos se han probado en diferentes frutales, obteniéndolos resultados mostrados en el cuadro 8.

La cantidad de humus de lombriz que se utiliza por planta y por año es: en peras, manzanas y duraznos 5 a 7 kg; en mora y tomate de árbol, 2 a 3 kg cada 3 a 4 meses. La riqueza del humus depende de los desechos que se utilizan para cultivar las lombrices, tal como se muestra en el cuadro 9.

El control de insectos chupadores, larvas de mariposas, ácaros, etc., se realiza aplicando en forma preventiva a todos los cultivos, el denominado

«purín», que se prepara utilizando orina de cerdos y macerado de hierbas de la misma huerta; sirve además como abono

foliar, «para fumigar ocupamos ese meadito de los chanchos, el purín... pero mi hijo le prepara con distintas yerbas, con higuirilla, con ortiga, le pone hasta ají, con ruda, con todo eso; con eso lo fumigamos a todas». La forma de preparación de este abono foliar e insecticida es sencillo: consiste en tornar unos 100 kg de estiércol fresco en un saco, filtrar el líquido úrico enjuagándolo con unos 50 litros de agua que se recupera para dejarlo fermentar unos tres días. A esta solución se le agrega, machacando, 10 ajíes rocotos, 10 cabezas de ajo, 4 ramas de higuirilla, un atado de ruda, y se diluye en 170 litros de agua (son 200 en total). La solución final utilizada es tres litros de purín con extracto de yerbas en 20 litros de agua, usando un litro de solución para asperjar tres a cuatro plantas anuales, o tres a cuatro litros por árbol frutal cada 15 a 30 días. Para uso directo en el suelo no hay necesidad de diluir el purín.

Manejo de los frutales arbustivos La mora y el tomate de árbol están sujetos a manejo diferente: la mora se siembra entre las matas de los árboles caducos, inclusive muy cerca y donde se proyecta la sombra. Es una especie que está todo el tiempo en producción, pero para ello se le tiene que podar constantemente, eliminando las ramas y brotes que por experiencia se sabe que no serán productivas, «la mora todo el año está cargando; a la mora como está terminándose la cosecha, ahora toca podar». Algunas ramas largas de las moras sirven para preparar nuevas plantas con un sistema de acodo simple modificado, enterrando el ápice de la rama en fundas que contienen mezcla de suelo enriquecido con humus; la rama emite raíces de la parte enterrada y brotes de la parte próxima al nivel superior de la funda; al mes y medio se tienen brotes de unos 0,2 m, lo que indica que es momento de separar la nueva planta de la madre, procediendo a cortar la rama progenitora a unos 30 cm de altura. «Siempre estamos vendiendo plantas de mora para los proyectos; estas varitas ya se hace plantas ve... se le clava así en la fundita y sale la planta solita». Al tomate de árbol, además de los tratamientos culturales indicados, se le cuida de las heladas podando los brotes tiernos, «al tomate tuvimos que podarle porque hubo una fuerte helada, ahí viene vuelta otro retoño y da pues, si usted le deja la punta sigue y sigue y así le quema todito».

Manejo de cultivos agrícolas Indistintamente, ocupando los pocos espacios libres que quedan, se siembran varias clases de plantas para el autoconsumo de la familia. Los tratamientos que reciben los cultivos son los desyerbos con cuidado individual por planta, ya que no ocupan parcelas grandes; los riegos mensuales, los abonamientos, y la aplicación permanente del purín, «algunas legumbres, la

remolacha, acelga, coles, fréjoles, alverjitas... produce nomás. y así se tiene siquiera para el consumo».

Merece especial atención y cuidado el pasto cultivado que, corno se ha dicho, ocupa los camellones, taludes, bordes de acequias, etc. La cosecha del forraje es cada 4-5 días, y sirve para alimentar a cerdos, conejos y cuyes, «bien comen los anímales este pasto, comen los puercos, los conejos».

Manejo de cerdos Los cerdos se crían estabulados, habiendo tenido hasta 60 animales. Su alimentación es a base de afrecho y plátano verde, más el pasto que se va sacando a corte y la hierba que se retira de la chacra. El estiércol de los cerdos es utilizado en la lombricultura. La orina y el agua que escurre al practicar la limpieza de las porquerizas es recibido en un estanque, porque servirá para preparar el purín.

Manejo de conejos El sistema permite criar 10 conejos, que se alimentan con la hierba. Las jaulas se encuentran cerca a los galpones de lombricultura, lo que facilita la incorporación del estiércol y de los restos de vegetales que no han sido consumidos para alimento de las lombrices.

Las lombrices en el sistema La fruta está destinada al comercio local, al igual que, en Ambato, los cerdos, gallinas y conejos. El estiércol y desechos orgánicos son colocados en lechos especialmente acondicionados, donde las lombrices se encargan de trasformarlos en humus para ser devueltos a la chacra o ser vendidos. Este humus es convertido nuevamente en materia verde y frutos, para volver en parte, de alguna manera, otra vez a las lombrices, cerrándose así la cadena, «con las lombrices estamos unos seis años; usted tiene un poquito de lombrices, le pone un poco de abono seco, basuritas pero no plásticos, desperdicios de comida... como los puerquitos son ellos, las cascaritas de papa, de arroz, híerbitas también, se comen nomos... y se le sigue aumentando, ponen huevos». Para la cosecha de humus se coloca el estiércol fresco en la superficie o en un extremo del lecho, las lombrices van tras este cebo natural dejando el humus que han preparado, «cuando usté le ve que está finito, en una parte vacía le pone otro abono fresco y agüita y ellos se pasan nomás solitos y ya le dejan ese abono listo... y con esto abonamos todo».

La producción mediante este manejo Este manejo permite mantener el potencial del suelo, obtener variedad de productos para autoconsumo, cosechar alta cantidad de fruta para el mercado, criar y vender animales, y reciclar los residuos; obteniendo fruta inclusive en ocasiones en que los vecinos no logran, «en otras partes no ha cargado esta pera,

en cambio aquí con el abono de lombrices y el de la higuirilla no deja de producir».

La dedicación a sus parcelas hace que doña Teresa conozca el rendimiento por planta: «un arbolito de éstos (árbol de pera adulta) bota más de 100.000 sucres, ahora está a 15.000 la mula (dos cajones); éste está botando cada caja unas 150 peras gruesas... un peso de unas 35 libras; éste le está botando de 15 a 20 cajones, se hacen unas así (grandes)». Como la mora produce todo el año, se cosecha en forma escalonada, teniendo casi todo el tiempo fruta para vender, «vea, yo cosecho 10 canastos semanales demora, todas las semanas cojo... cinco canastos cojo el sábado y cinco el miércoles, a 20.000 se da el canastito, son 200.000 a la semana» (1 US$ = 2100 sucres). La producción de pastos es 10 kg por m2 y por corte, haciendo aproximadamente un total de 1000 kg por corte en toda la parcela. La producción promedio de animales al año es de 50 patos, 20 chanchos, 200 pollos, 30 conejos y 50 cuyes. El rendimiento de las lombrices en humus es de 300 quintales al año (25 quintales al mes), «ahora ya tenemos bastante, ya se vende el abono... 20,30, 40 quintales, a 10.000 cada uno». Se vende en promedio unas 1000 plantas mensuales a 500 sucres cada una, o sea 12.000 plantas al año (6 millones de sucres). Como la chacra está manejada por doña Teresa, su esposo y un obrero, el gasto en mano de obra es de 2.880.000 sucres (cada jornal = 4000 sucres diarios y no se incluye mano de obra de la familia).

AGROFORESTERÍA CON TARA (CAESALPINEA SPINOSA}: CAJAMARCA, PERÚ5 La tara y las arvejas son dos leguminosas que en San Pablo se integran en manejo simultáneo, proporcionando leña, frutos para la industria, la alimentación, forraje para el ganado y enriquecen el suelo.

El sitio A 2600 metros de altitud, enclavado en la cordillera occidental del norte del Perú, encontramos al caserío de Pueblo Nuevo en la provincia de San Pablo, en Cajamarca, Perú. Lugar acogedor, con un clima templado cálido, temperatura máxima de 22°C, aunque el promedio es de 15°C. A pesar que llueve alrededor de 700 mm al año, el lugar es seco; la lluvia se presenta de enero a marzo, el resto del tiempo se caracteriza por días soleados, sin nubes y noches muy claras, con heladas poco frecuentes (unos diez días al año). Los vientos soplan con fuerza durante los meses secos, que coinciden con la cosecha de cereales como trigo y cebada. La vegetación natural está representada por plantas aisladas de tara (Caesalpinea spinosa}, molle (Schíniíñ molle), chirimoya (Annona cherimolía), huarango (Acacia macracantha), mote mote (Miconia andina), chuca (Baccharis sp.). La vegetación herbácea anual aparece en época lluviosa; en período seco el suelo permanece desprotegido, situación que se agrava debido a las pendientes escarpadas de estos lugares, situados en la cabeza de la subcuenca del Río San Pablo, cuyas areniscas erodadas refractan el calor de los rayos solares del día.

Las parcelas Los campesinos utilizan la piedra -los suelos tienen una pedregosidad altapara construir pircas en el perímetro de sus chacras, que sirven a la vez de linderos y de protección contra la erosión cuando están contra la pendiente. Asociados con estas pircas se encuentran las tayas, las chirimoyas y los mote motes. El señor Néstor Correa practica la agrosilvicultura en una parcela de 0,8 hectáreas, décima parte de su propiedad; la otra está dedicada a caña de azúcar, maíz, y parte a la práctica descrita. Tiene como lindero una pirca de l m de alto y 0,8 m de ancho; en toda la superficie de la parcela ya distanciamiento variable, crecen árboles de tara de edades desconocidas -algunos tendrán 100 años o más probablemente-, debajo de los árboles se cultiva al secano arvejas {Pisum sativa); luego de la

5 Información: Roger Sánchez. Representante de CARE/ALTURA en Cajamarca, Perú.

cosecha, para aprovechar los tallos del cultivo y los pastos, ingresan las cabras y las ovejas. La copa medianamente compacta del árbol permite que haya luz y buen desarrollo del cultivo, y la posibilidad de mantener verde el pasto; además los animales sombrean debajo de las tayas. Las hojas de estos árboles se mezclan con el suelo el momento de la preparación del terreno, incrementando la fertilidad; cada planta en promedio aporta 2,5 kg de hojas secas por año, las que se descomponen rápidamente mejorando las características físicas y químicas del suelo. En la parcela, la Caesalpinea spinosa ha creado en forma natural; algunas se han talado para permitir la siembra de arveja, principal cultivo de la zona, dejando 110 árboles distribuidos irregularmente de 3 a 9 metros de distancia unos de otros. Los árboles promedio tienen tronco limpio de 1,2 m de longitud y 0,60 m de circunferencia a la longitud rnedia; su copa es aparasolada, asimétricamente desarrollada, y llega alcanzar 7 m de diámetro. La arquitectura biológica es singularmente homogénea, del fuste nacen 4 a 5 ramas de primer orden (Rl), de cada R 1 brotan 3 a 4 ramas de segundo orden (R2), cada una de éstas a su vez origina 3 a 4 ramas de tercer orden (R3), y algunas de éstas a 2 ó 3 ramas de cuarto orden (R4) o ramillas. Del cuadro 11 se deduce que cada planta en promedio produciría 0,104 m3 de material leñoso, o sea 85 kg de leña seca, pero el propietario no corta los árboles para utilizarlos como leña, los mantiene en pie «en vista que son plantas industríales y haciendo comparación con chirimoya, la taya es mucho más rentable, es por eso que se piensa cubrir toda la parcela con taya».

El manejo Los dos componentes principales, taras y arvejas, se interrelacionan, por tanto el manejo no es separado el uno del otro. En abril empiezan a florecer las taras, dándole un colorido amarillo naranja a los árboles; mientras empiezan a formarse las vainas en los árboles, la arveja inicia la floración imprimiéndole un nuevo matiz al paisaje, esta vez blanco azulado por sobre el manto verde intenso.

Manejo de la tara Durante la cosecha de la arveja, entre mayo y junio, se aprovecha para practicar la poda de ramas secas, obteniendo en promedio 250 kg de leña de toda la parcela; si se necesita madera para mangos de herramientas también se cortan algunas ramas, las más adecuadas. La labor de limpieza de los árboles es indispensable en el lugar, porque crecen liquenes y achupallas {Tillandsiasp.} sobre las ramas; esta labor se practica en forma manual, auxiliándose de machetes

u hoces; el propietario ha constatado que la limpieza influye positivamente en la producción de vainas por parte de los árboles.

Haciendo un cálculo en función al peso de las hojas de las ramillas y considerando que la planta es semicaduca, las 110 plantas incorporarían 275 Kg de materia seca alsuelo. Entre agosto y setiembre se produce la maduración de las vainas de taya; éstas son cosechadas manualmente, obteniendo alrededor de 10 kg de vainas por árbol, o sea unos 900 kga 1000 kg por parcela, producto que se vende al equivalente a US$ 12 el quintal (1 quintal, 50 kg). Se acopia en las inmediaciones, para luego venderlo en vaina a Lima a US$ 15 el quintal. Las vainas de tara son apreciadas por su alto contenido de taninos, 50% a 60% (Reynel y León 1990); miden en promedio unos 9 cm de longitud, conteniendo 5 semillas por vaina. En el lugar se utiliza las vainas secas de la tara para el teñido de los tejidos y la curtiembre de cueros; además, se usan en infusión para hacer gárgaras y curar afecciones de las amígdalas.

Manejo de la arveja Todos los años se siembra el mismo cultivo, no hay rotación; sin embargo, preveyendo algunos anos secos, se deja la parcela en barbecho tres a cuatro anos, es decir no se siembra. Se cuida la regeneración natural.

Aprovechando las lluvias, en el mes de enero o febrero se siembra 60 kg de arveja; para ello se prepara el terreno con yunta; en los terrenos sin árboles se siembra 100 kg de semilla. Transcurrido el segundo mes, la esposa y los hijos practican el desyerbo, utilizando 3 jornales. Se observa que en esta parcela, a diferencia de las otras, crece más yerbas, debido probablemente a que se incorpora materia orgánica procedente de los árboles. La cosecha de la arveja se produce entre mayo y junio, porque se recolecta las vainas antes de la maduración para su consumo como hortaliza; de la parcelase obtienen 300 kg, los que se consumen en el hogar o se venden a US $ 0,35 el kg. La cosecha se efectúa en verde debido a que en este estado se vende a mayor precio, exportándolo a ciudades de la costa como Trujillo, Chiclayo y Lima. El rastrojo de la cosecha y el pasto que ha crecido es consumido en 30 días por 4 animales (cabras, ovejas y vacunos) al sogueo, o sea racionando el forraje, amarrándolos al cuello y por la otra punta de la soga a los árboles.

AGROFORESTERÍA CON PENCA {FOURCROYA ANDINA): CAJAMARCA, PERÚ Ocupando espacios secundarios en importancia y constituyendo un elemento adicional a la economía campesina, las pencas protegen a las chacras de los embates de la naturaleza y de los anímales, y proporcionan fibra para artesanías que ayudan a los campesinos de Santa Cruz a mitigar la carencia de dinero.

El sitio A 150 kilómetros de la ciudad de Chiclayo, pasando por Chongoyape, se llega a Santa Cruz, en la región nororiental del Marañón; a 8 kilómetros hacia el este de esta. ciudad se encuentran Maraipampa, Mitopampa y Saucepampa, a unos 3 km el uno del otro, donde las parcelas de cultivos están bordeadas por cercas de penca blanca (Fowcroya andina);el campesino conoce y maneja adecuadamente esta especie, se diría que son especialistas en pencas y artesanos de la cabuya. El área se caracteriza por tener clima templado con temperaturas promedio de l6°C; con un período de días calurosos, vientos fuertes y noches frías, entre junio y agosto; precipitación anual de 500 mm, distribuida de diciembre a abril. El relieve es accidentado, los suelos de naturaleza aluvio coluvial, de textura arcillo areno limosa, de reacción moderadamente acida a ligeramente alcalina, erosionados, con afloramientos rocosos y con acentuados signos de poca fertilidad. La vegetación arbórea natural es pobre, lo que indica un deterioro ambiental; quedan pocos falques, tayas, alisos, chamanas, yerbasantas y chucas. La penca es nativa y ha sido domesticada; se encuentra presente en todas las parcelas. Las casas tienen alrededor una chacra de extensión variable, que caracteriza a la zona; está compuesta por bananos y café principalmente, pero pueden cultivarse además naranjos, limoneros, paltos, ajíes, hortalizas, etc. Las parcelas de otros cultivos como yucas, papas, maíz en asociación con fréjol, se encuentran contiguas.

La especie Fowcroya andina (o Furcraea andina), denominada en el lugar como penca blanca, maguey, cabuya, es una planta de hojas simples y alargadas de hasta 1,2 m de longitud y 0,12 m de ancho en la parte central, con espina terminal y laterales curvadas ligeramente, distanciadas unas de otras de 5 a 8 cm. Es de color verde amarillento, a diferencia de la «penca de partir» que es de color verde más oscuro y hojas algo más anchas. La cantidad de hojas parece no estar muy influenciada por la calidad del suelo, no así el tamaño, pues en sitios pobres se la observa pequeña. En La Tribuna, cerca a Bogotá, Colombia, observamos plantas grandes, con hojas de l ,5 a más de longitud.

Al interior de las hojas, longitudinalmente y en toda la extensión, se localiza la fibra o «cabuya», que es blanca y resistente. A la inflorescencia se la denomina «maguey», alcanza hasta 8 m de altura y alrededor de 0,1 m de diámetro, de corteza fibrosa y dura, con el interior esponjoso. Las flores son numerosas, de color verde agua. La floración se produce en cualquier época, aunque es más frecuente en primavera; cada flor da origen a un bulbillo de color verde brilloso, semejante al de la cebolla, y de tamaño variable (2 a 4 cm de diámetro). En Puellag, Ibarra, donde la Fourcroya sp. crece hasta alcanzar 5 ó más metros de altura, en las cercas de cultivos de maíz, fréjol, y de pastizales donde se cría ganado criollo, o en pequeñas plantaciones en curvas a nivel. Las plantas son tan altas y longevas (tienen más de 20 años) que los campesinos tienen que usar escaleras para cosecharlas. Por ser zona de neblinas, la vegetación es abundante y se realiza el desmalezado por lo menos dos veces al año para facilitar el crecimiento de las plantas; la cosecha se practica a partir del segundo año. Están identificadas dos clases de esta penca o cabuya, la hembra que es de hojas más largas y sin espinas, más rendidora, más pesada, de fibra más gruesa y más blanca; y el macho, que tiene espinas (Fernández 1993).

Las parcelas agroforestales La penca forma parte del ecosistema chacra en el lugar, cercas vivas y linderos en líneas en contra de la pendiente (foto 17), protegiendo acequias o canales de riego, en el borde de las carreteras y caminos. Los muros vivos tienen l,2 a l ,5 m de ancho según el tamaño de las hojas; el distanciamiento de plantación es de 0,7 a l m en una sola línea. «Aquí lo sembramos en el cerco para que no entre el ganado, ni el chancho entra, pero ocupa terreno y ya no podemos sembrar nada, pero en el cerco es bueno porque da cabuya» (A. Juica). En los muros contra la pendiente el suelo se acumula en la base de la planta, además crece bastante yerba bajo su sombra. Sólo se pudo observar la asociación con Baccharís sp., no así con otros arbustos, pues es una especie exigente en luz. La penca de partir se la asocia de la misma manera en las parcelas agrícolas, pero en suelos más productivos y en menor escala.

El manejo Los bulbillos caen del maguey a la chacra y allí crecen por regeneración natural, obteniendo manchones deplantines; de allí, cuando han alcanzado unos 30 cm, se plantan en los cercos. «Para sembrar la penca primero se hace ellechuguín en la chacra y cuando está grandecita, de seis meses, se trasplanta al cerco» (R. Milián).

Después de tres o cuatro años de plantada sus hojas inferiores cambian de color, se muestran algo amarillentas I y brillosas, índice de madurez fisiológica; se pueden cosechar y extraer la fibra, esperando un

AGROFORESTERIA CON PACTE (CASSIA HOOCKERÍANÁ: TARMA, PERÚ6 El pacte forma parte de la estrategia de vida de la comunidad de Huaylara; es parte de la chacra, en las cercas vivas merma las condiciones adversas del clima y, junto con las que crecen en las parcelas en barbecho, son fuente de leña; sus hojas y sus raíces devuelven al suelo los nutrientes que extraen los cultivos agrícolas que dan el sustento a muchas familias.

El sitio Las tierras de la comunidad de Huancal y la cooperativa de Huaylara están ubicadas entre los 3600 m y 3850 m de altitud, a 15 km de Tarma. El duna es templado -frío, con temperatura promedio de unos 10°C, la máxima y mínima promedios de 16°C y 0°C, respectivamente; la precipitación anual varía entre los 500 y 700 mm (Bermejo y Pasetti 1985), con una estación de lluvias que va desde noviembre a marzo y presenta heladas nocturnas especialmente en los meses de julio y agosto. La topografía presenta fuertes pendientes, pero los suelos cultivados no se encuentran muy erosionados debido, sin duda, a la asociación con el pacte (Casaaspp.). Las 35 familias de la comunidad de Huancal tienen tierras de propiedad individual con extensiones diferentes, en un área de manejo agroforestal de 50 hectáreas. Todas las familias se dedican a la agricultura. Las laderas están dominadas por pacte, aunque se nota también la presencia de yanajara y chuca; en la parte húmeda de los lechos de quebradas se observa la presencia de algunos ejemplares de Polylepis sp., al parecer P. racemosa con tronco de hasta 0,8 m de diámetro. Las tierras rojizas descansan sobre substrato calcáreo, pero la vegetación herbácea está dominada por las gramíneas.

La especie El pacte o salligua (Cassía hoockeriana) se encuentra distribuido en una faja muy estrecha entre los 3600 y 3850 m de altitud; según Reynel y León (1990), es un arbusto de la familia Caesalpinaceae de hojas compuestas paripinnadas, de flores hermafroditas de color amarillo intenso y frutos en legumbres alargadas con 18 a 20 semillas por fruto. En Huancal y Huaylara, al parecer su habitat natural, se regenera copiosamente; en cuatro años de crecimiento alcanza 2,5 m de altura,

6 Información: Fidel Palomino. FAO-Holanda, Huancayo, Perú.

prácticamente su estatura. Las matas rebrotan con suma facilidad produciendo 50 a 60 tallares con abundantes hojas semicaducas, lo que permite incorporar buena cantidad de materia orgánica al suelo; en temporada de sequía (junio a agosto) se observa a los tallares con un penacho de hojas en el ápice, semejando una sombrilla con muchos soportes. La madera es usada como leña, la que arde produciendo abundante calor y puede utilizarse verde, «el pacte arde aunque chorreando agua». También se usa como chacllas para los techos; con manejo de tallar modificado (semejante al de quishuar en Taima) se obtienen rebrotes con madera para mangos de herramientas como lampas, calash, halachos, etc; las ramas delgadas se usan para confeccionar cestas (canastas). El pacte está tan familiarizado con el campesino, que se considera como parte de su cultura, «el pacte es querido y aborrecido, querido porque abona la tierra, da leña y mango de herramientas; aborrecido porque cría pajaritos que comen la cementera...»

El sistema agroforestal Todas las parcelas están asociadas con pacte. Si las parcelas se encuentran en cultivo las chacras están bordeadas por muros vivos de Cassia sp., si están en descanso tienen también toda la superficie cubierta con pactes; es obvio que en los bordes está mejor desarrollado y en el resto tiernos y en proceso de implantación. Por la cantidad de rebrotes existentes, los muros vivos que se forman en los bordes de las parcelas (foto 20) imprimen al área un aspecto semejante a un tablero de diferentes formas geométricas con los perímetros en alto relieve; los setos funcionan como barreras cortavientos, pues los vientos soplan en el día de este a oeste y en la noche en dirección contraria; la función como lindero es inherente al sistema porque el muro vivo separa las propiedades. Los taludes de terrayas antiguas dentro de la extensión general están protegidas por muros en contra de la pendiente, los que además cumplen las funciones antes indicadas. En las parcelas se cultiva al secano: papa, olluco, cebada, arveja; sólo una pequeña extensión tiene riego; el pasto y rastrojos de cosechas son consumidos por ganado lanar. El ganado no consume pacte.

El manejo Los campesinos asocian los arbustos y los cultivos en forma simultánea en caso de muros vivos, y de modo secuencial con los pactes que dejan crecer dentro de la parte cultivable. Los dos se interrelacionan con los cultivos en el tiempo y en el espacio.

Manejo del pacte En el plan de manejo seguido por tradición relaciona al pacte con la agricultura. Los comuneros, a pesar de tener propiedades individuales, coinciden en el tiempo y espacios dedicados a las actividades agropecuarias. Todos cultivan durante 4 años las parcelas que unidas forman una superficie grande (sólo habrá pacte en los bordes de las parcelas); luego éstas quedan en descanso o barbecho durante los próximos cuatro años, período en el que se deja crecer la regeneración natural de pacte en estas áreas y se las dedica al pastoreo pasando a cultivar en la otra extensión (de exposición diferente) y que se mantuvo en barbecho durante los cuatro años anteriores. El manejo del pacte de los linderos sigue dos regímenes: El tallar simple, que está relacionado con las necesidades de leña. Todos los setos no son cosechados al mismo tiempo, pero el corte se ejecuta siempre en agosto y setiembre (fin de período frío); la rotación de estos setos dura tres anos en áreas con riego y cuatro en la ladera. Un inventario practicado antes del corte arroja: Los setos tenían 2,5 metros de ancho de copa, 18 rebrotes por metro lineal de muro (hasta 60 tallares por sepa); los tallares son delgados, 2,5 cm de circunferencia a la longitud media, la longitud de fuste limpio es de 2 m y la total de 2,5 m, lo que indica que cuando maduro el volumen foliar no es alto; esta característica permite utilizar al pacte también como chacllas para los techos de las casas. La cosecha a tala rasa de los tallares (desmoche bajo total) se hace con machete, a más o menos 15 cm del suelo (foto 19); en este caso no interesa que se produzcan lesiones en la corteza, porque los nuevos retoños no nacen de la fracción de rama que queda sino de la sepa, prácticamente del suelo, se diría de las yemas del cuello de la sepa. El tallar modificado, que practica en los setos. Consiste en seleccionar dos o tres tallares de los más robustos por sepa (no es muy común en la ladera, sí en la parte con riego) para que luego de dos rotaciones de los tallares comunes los tale para la confección de mangos de herramientas. Es el pacte amarillo el que tiene preferencia para estos usos y para cortinas de protección, porque además tiene más hojas. La cosecha de los tallares de los muros vivos o linderos coincide también con el corte de los pactes que han crecido dentro de la zona cultivable; en este caso las raíces quedan en el terreno al igual que las hojas. Los pactes han incorporado nitrógeno al suelo y las hojas que se entierran aportan materia orgánica, reciclando nutrientes y mejorando las condiciones físicas del suelo. «Cuando se sacan los pactes del suelo, alrededor de la raíz se observa suelo blanco... cada año las hojas del pacte como del yanagiro caen al suelo y en la arada se convierten en abono... cuando se siembra en una chacra donde el pacte ha crecido en

abundancia, en el primer año sin necesidad de abono sale buena cosecha, luego si quiere que se eche un poco de abono» (Celestino Bartolo).

Manejo de cultivos El primer cultivo, después que la tierra ha descansado, es la papa, la que aprovecha la fertilidad natural producida por el pacte que desarrolla durante el período de descanso; el siguiente es la cebada, el tercero habas y al final avena. Aproximadamente un mes después de haber sido cortado, el pacte de los muros vivos rebrota y crece al mismo tiempo que el cultivo. Reynel y Felipe-Morales (1987) indica que al primer año de crecimiento, los rebrotes habrán alcanzado 3 cm a 4,5 cm de diámetro, y al segundo, 0,8 m a 2 m de longitud (foto 20). El segundo y los años subsiguientes el campesino adiciona fertilizante químico en pequeñas cantidades y estiércol. Es imposible comparar la producción con parcelas testigo porque toda la comunidad practica este manejo. La productividad aquí es 50 sacos de 40 kg de papa por yugada (1 yugada = 2000 m2) y 15 sacos de 50 kg de cebada por yugada. El ganado aprovecha el pasto que crece en el barbecho; es tanta la utilidad que aporta el pacte para el campesino, que hace camellones de tierra y piedra en las cárcavas y pequeñas corrientes de agua, para que se acumule las hojas que acarrea el agua y enriquezca el. área (Juvenal Canchón Arias).

CORTINAS CORTAVIENTOS CONTRA HELADAS CON COLLE (BUDDLEJA CORIÁCEA): PUNO/PERÚ7 A orillas del lago Titicaca, a 4000 m de altitud, en territorio peruano boliviano, los campesinos quechuas y aymarás son expertos en el manejo del colle para obtener chacllas, madera gruesa, materia orgánica y proteger los cultivos, salvándolos de las heladas y los fuertes vientos.

El sitio En el altiplano puneño los ecosistemas se zonifican tomando en consideración la posición y la influencia que ejerce el lago Titicaca en el microdima del lugar. Reynel (1988) indica que hay tres zonas bien marcadas: la circunlacustre, que se extiende desde la orilla del lago hasta 4000 msnm, donde el clima es beneficiado por la influencia hidro y termoreguladora del lago y el número de días libres de helada fluctúa alrededor de 150; la intermedia, entre los 4000 msnm y 4200 msnm, con predominancia de llanura altiplánica; y la cordillerana, que se inicia a 4200 msnm, con presencia de laderas empinadas y quebradas. El colle se localiza preferentemente en la primera y, con menos frecuencia, en la segunda. La temperatura en la zona circunlacustre fluctúa de -3,5°C a 15 ó 16°C, la media es de 7°C a 8°C; las temperaturas más altas ocurren en octubre y noviembre. La humedad relativa es baja, 53% en promedio; la estación lluviosa está claramente definida entre diciembre y marzo y la sequía de abril a octubre; llueve unos 650 mm a 700 mm, en la cordillera esta cifra disminuye. Los suelos en su mayoría son de origen sedimentario, aluvial; y a orillas del lago, de origen lacustre. Su textura va desde arcillo limoso, pasando por franco arenosos, hasta materiales de textura gruesa; y su fertilidad natural es baja con claras deficiencias de fósforo y nitrógeno.

El paisaje altiplánico con colles o quisuaras y pircas El campesino altoandino hace frente a las inclemencias del frío. Construye pircas, murallas que sirven de lindero y protección de las chacras, de los corrales y de las viviendas (foto 21). Las pircas además sirven de barrera mecánica contra los vientos y el calor que almacenan las piedras es irradiado, disminuyendo el efecto de los descensos de temperatura. De esta forma pircas y colles siempre están juntos. El uso de la pirca está inmerso en la cultura agrocéntrica del campesino altiplánico. Para proteger las plantas recién instaladas en el 7 Información: Charles Cartón y Fredy Mamani, ATP y Especialista de campo del Proyecto Arbolandino, respectivamente. Puno, Penú.

terreno, las construye circulares a manera de horno alrededor del arbolillo, «así crecen abrigadas, aguantan el frío y no se mueren» (C. Valdez).

Las parcelas agrosilvopastoriles Debido a las difíciles condiciones climáticas de la zona, el poblador del altiplano no concibe el cultivo productivo de la tierra sin la presencia de Buddieja coriácea (Padilla 1991). El colle (en Perú) o quisuara (en Bolivia) crece como árbol robusto de hasta 8 m de altura, aunque en la comunidad de San Juan de Tabaco esta especie alcanza 10 m a más de altura y 0,8 m de diámetro. De fuste nudoso y tortuoso, corteza agrietada; sus hojas son nítidamente elípticas, cortas y con el envés blanquecino o blanco lanuginoso, y sus flores amarillo anaranjadas o rojizas abundantes, permiten reconocerle (Reyneli 988). Su alta capacidad de rebrote permite utilizarla asociada en las parcelas agrícolas, pastoriles o mixtas; de allí que se la ha incluido en los programas de agroforestería de varios proyectos de desarrollo, asociado con pircas, terrazas y acequias de infiltración. Las parcelas manejadas en forma espontánea por el poblador del altiplano no fueron instaladas con la concepción de barreras cortavientos o contra heladas, de allí que no han influido en su diseño factores como la dirección del viento o la del aire frío; pero el campesino reconoce los efectos de protección y expresa su deseo de seguir implementando estas prácticas. Las cepas rebrotadas o las plantas generadas por acodos permanecen siempreverdes, con muchas ramas pobladas de hojas. Los muros, de acuerdo a su situación en relación a la dirección de los vientos, a la permeabilidad al viento, a la pendiente ya la disposición en la parcela agrícola, funcionan como cercas vivas, linderos, cortinas cortavientos, cortinas contra heladas, muros protectores de viviendas, de estructuras de riego, de ríos, etc.

El manejo tradicional campesino del colle Los cultivos agrícolas, los animales y el seto vivo se interrelacionan, de modo que las labores agrícolas están condicionadas por los colles y éstos se tratan en función del proceso de producción agrícola y de los animales; y el conjunto en función a las condiciones de clima de la época. Al aplicar los tratamientos a los colles se busca, además, obtener mejores productos leñosos para diferentes usos. Las características de crecimiento de los rebrotes condicionan el tratamiento que se dará al conjunto y a cada uno de los elementos en particular. El tratamiento individual está orientado al uso que se le dará a la madera, según se destine a corrales volantes (canchones), para chacllas (techos o cielorrasos), para mangos de herramientas, arados y yugos, estructura de telares, etc., sin descuidar la función protectora en contra de vientos y heladas, «según la planta pue'... como quiere crecerse hace crecer ese, curvaditos lo saca también para golpear cebada, habas, tamién;

esos malos se lo parte pa'la leña, esos delgaditos es pa'l canchondto de ove/as, el más grueso es para el arado y también para las casas para el techo, para el yugo también, gruesos viejos pue'... pa'l telar para tejer.. pa 'que no se raje se quema pero no mucho también, calculao nomás...» En general, luego de la plantación se cuida a las plantas de los daños mecánicos ocasionados por los animales, los vientos o las personas; para ello se construyen las pircas. Los riesgos no son ajenos a estas plantas; si el caso lo amerita «la oveja lo come, están comiendo eso, si no lo atajamos lo acaba...» El campesino practica el relleno mediante el acodo simple, que consiste en doblar y enterrar parcialmente la o las ramas laterales de 1 a 2 cm de diámetro, para permitir el enraizamiento y la generación de una nueva planta. De esta forma es imposible determinar cuál es la planta madre; todas están acodadas. A los tres años, cuando las plantas han alcanzado aproximadamente 2 m de altura, tienen varias ramas basales; se dirige el crecimiento agrupando con una cuerda todos los brotes exteriores alrededor de los centrales, así crecen derechos, o algunos se orientan dándoles desde tiernos la forma deseada para el uso que se desee; se eliminan algunos brotes no deseables por su mala conformación. Dos años después se inicia la floración y se procede al corte o primera cosecha. Las talas o cortes se practican siempre en el mes de agosto, luego que se han cosechado los cultivos agrícolas, mes que precede al período de aumento de temperatura e inicio de la mayor actividad fisiológica de las plantas en esta parte de los Andes. Inmediatamente después de las talas o cortes de ramas proliferan abundantes rebrotes, los que alcanzan 0,6 m a 0,8 m en cuatro meses; de esta forma el seto vivo se restablece casi inmediatamente para volver a cumplir su función protectora en el período de cultivos agrícolas. Esta característica hace que las cortinas permanezcan en acción el tiempo crítico de mayor frío y vientos, «siempre cortamos en el mes de julio o agosto... a que brote, esa es temporada...» El manejo sigue dos regímenes bien establecidos:

Tallar simple Apunta a la obtención del mayor número de chacllas, que son varas delgadas, rectas y flexibles que se usan para empalizar los techos de las casas (las dimensiones del ancho de los techos coincide con las de la altura que alcanzan los rebrotes de las plantas), para cielorrasos, quinchas para divisiones de las casas, entretejido de corrales pequeños, etc. Consiste en la tala rasa de rebrotes a unos 5 cm del suelo o de tocón, para permitir el rebrote y volverlos a talar en rotaciones de tres años en áreas con riego o húmedas, y de cuatro en lugares secos (foto 23); de esta forma se obtienen 30 a 40 varas (chacllas) por cepa (ver cuadro 12). Una variante de este régimen consiste en la cosecha temprana de las chacllas, cuando han alcanzado unos 2 m de altura pero no han llegado a engrosar,

a los dos o tres años, para corrales temporales y móviles de las ovejas y vacunos, los que se instalan en el área de cultivos agrícolas

luego de las cosechas para permitir el abonamiento de las parcelas (majadeo); los corrales son circulares y semejan a un enrejado. Cuando se ha terminado la acción de estercolado, los animales duermen en sus corrales definitivos, «ése para cerrar las ovejas redondito también se hace...en esta temporada (verano) duermen acá, en agosto ya no... este año ya se cultiva ¡a papa cuando está abonao...» Luego del corte se desrraman las varas; las ramillas y las hojas se distribuyen en el terreno para ser enterradas en fresco en el momento de la arada, la que se hace con yunta; las otras ramas serán para leña y las varas se usan como chacllas.

En 4 m2 de superficie de la parcela de don Oswaldo Quispe, 2 m de longitud de muro vivo, se obtuvieron 30 tallares; las ramas pesaron 46 kg, de los cuales 14 fueron de hojas. Esto indica que en un cerco de 100 m podríamos obtener 1500, que se venden en el lugar por el equivalente a US$ 300 dólares, o sea 100 al año. En la propiedad de don Teófilo Bernabé, por tallar simple se obtuvieron 243 chacllas de 5 m de longitud total, provenientes de 14 cepas y 14 kg de hoja verde por cepa; el peso individual de los tallares fue de 3 kg a 15 kg. Don Oswaldo Quispe, dueño de una de las parcelas indica que para enderezar o curvar según los casos las varas cosechadas, se las somete al calor del fuego; la savia sale por la base y luego se las coloca por unos ocho días debajo de piedras o entre estacas plantadas en el suelo, al cabo de los cuales toman la forma definitiva. Tallar modificado La madera es escasa en la zona. Esta carencia obliga al campesino a generar su propio recurso, porque la necesita para fabricar muebles, instrumentos de labranza, yugos, piezas de arado, mangos de herramientas como la jaukaña, cupañas, raucana, palas, etc.

Para lograr este objetivo, el régimen comienza con la tala en blanco (indicada en el tallar simple); la rotación siguiente es la misma que para el

caso anterior, pero en la cosecha se seleccionan algunos tallares para dejarlos engrosar en dos o tres rotaciones más; en el segundo corte se mantienen en pie los seleccionados, más algunos otros que se cortarán cuando tengan el doble de edad que los que rebrotan en la segunda cosecha; en la tercera cosecha puede hacerse lo mismo, y cuando en cuarta rotación se nota que las copas de los tallares gruesos toman la forma aparasolada propia de los árboles adultos, es momento de cosechar todos (foto 22). De esta manera se obtiene madera de hasta cuatro edades o más, lo que se manifiesta en la distribución de los diámetros y altura de los tallares, «tres han dejao... así cuando son rectos, ese lo dejan para el arado, lo cortan, lo queman y lo arman...». Se midió una parcela de 82 m2, con tallares de alturas y diámetros muy homogéneos, encontrando tres niveles de longitud o altura; los resultados se muestran en el cuadro 13.

En dos parcelas en la comunidad de Alto Ayrihuas en Zepita (ver cuadro 14), se observan cuatro grupos de clases diamétricas.

En la parcela l las dos primeras clases diamétricas tienen 3 y 6 años, respectivamente; las dos siguientes 9, y las dos últimas 12. En la parcela 2, la primera menos de 3 años, la segunda 3; la tercera y cuarta 6, y las dos últimas 9 años. La 1 está localizada en un andén, ocupa 52 m2, con un diámetro total de copa de 5 m; la altura total promedio es de 6 m; el área cultivable es de 80 m2. La parcela 2 tiene 40 m2; ambas están asociadas con cultivos agrícolas.

El manejo agrícola La campaña agrícola comienza en el mes de agosto con la roturación del terreno, simultáneamente con la cosecha de colles, para sembrar en setiembre u octubre; la rotación de los cultivos se inicia con la papa, el año siguiente siembra quinua y ocas, el que sigue, cebada, y finalmente habas; se deja uno o dos años en descanso o barbecho, para luego reiniciar el mismo patrón de rotación. Con este sistema los cultivos prosperan, lo que redunda en las cosechas. En la propiedad del Sr. Teófilo Bernabé, con manejo de tallar simple, se ha obtenido en asociación con colles, 144 kg de oca, 180 kg de papa, 50 kg de habas, en 80 m2, o sea 18.000, 22.500 y 6250 kg/ha de cada uno de los cultivos, respectivamente; 16 kg de zanahoria y 12 de cebolla por m2 de terreno. El rendimiento promedio de la zona es 40 a 50% menos en tubérculos y hortalizas.

El crecimiento de los colles instalados con plantas de vivero Los proyectos de desarrollo forestal han promocionado la instalación de barreras vivas utilizando plantas producidas por semillas en viveros. Parcela 1. Instalada en 0,06 ha en la comunidad de Chimú Alto Ayrihuas; en 1993 tenía 5 años. Se utilizaron 3000 plantas producidas a partir de semillas en el vivero central; al momento de plantarlas tenían unos 25 cm de altura y bastante follaje. El prendimiento fue bueno porque sobrevivió el 90%. Luego de 5 años, los colles han alcanzado l ,5 m de altura total, y tenían 4 a 8 ramas básales. En la parcela se cultivan mezclando indistintamente en una sola campaña, papas, habas, hortalizas. Debido a que el seto vivo todavía no se consolida, no se notan los efectos benéficos. Parcela 2. Se plantaron en línea a l m de distancia entre ellos, 50 colles producidos en vivero, protegiéndolos luego con pircas de piedras. A los cuatro años los arbolillos han alcanzado 3,2 m, pero el suelo es franco arenoso y tiene riego; a los colles se les practica raleos de ramas fustes y poda manual de las ramas basales. El raleo se efectúa anualmente, eliminando algunos tallares; se sigue el régimen de tallar simple. Se observan dos clases de altura media, 2 m y 3 m, dos de

diámetro basal de los ejes, l cm a 2 cm y 3cm a 4 cm, y cíe 5 a 7 y 3a 5 tallares por planta, respectivamente. Los rendimientos de los cultivos son 30% más altos que los de las parcelas aledañas, donde la incidencia de heladas es notoria; el incremento se debe probablemente a la protección que les proporciona el seto vivo. Se obtiene 18 kg/m2 de zanahoria, 14 kg/m2 de cebolla, 11 kg/m2 de lechuga. Parcela 3. Situada a 3935 m de altitud, tiene 400 plantas en un área de 180 m2, protegiendo el perímetro del terreno con tapial; las plantas protegerán los cultivos de hortalizas que se siembran. A los dos años los arbolillos han alcanzado 1,2 m de altura media, tienen 3 a 7 ejes por mata y un diámetro de copa de 0,6 m a 0,7 m.

ANDENERÍA CON MUROS VIVOS DE QUISHUAR (BUDDLEJA INCANA}: TARMA, PERÚ8 Los tecnólogos de Tarmatambo practican, como hace algunos siglos, el manejo del quishuar en los muros situados al borde de los andenes que heredaron y donde cultivan, con el tradicional esmero de sus antepasados, plantas alimenticias, forrajeras y ornamentales; obteniendo chacllas, madera para herramientas y abono.

El sitio A 10 km de la ciudad de Taima, en la región Andrés Avelino Cáceres, Perú, se encuentra la andenería incaica de Tarmatambo, que permite utilizar las laderas de los cerros para el cultivo. Tarmatambo está situada en una ladera con exposición noroeste; a pesar de estar a 3300 msnm, tiene clima templado, con temperaturas promedio de: máxima l8°C, mínima 4°C y media l2°C. Recibe una precipitación promedio de 500 mm, distribuida de octubre a marzo; los vientos soplan de abajo (provenientes de la selva tropical) hacia arriba por las tardes y en dirección contraria por las noches, éstos últimos en casi todo el mes de julio y ciertos días de junio y agosto, los que también ocasionan heladas negras. Los árboles nativos representativos del área son Alnus jorullensis, Buddieja incana, Sambucus peruviana, Myrcianthes sp. Hay también arbustos como Ambrosia arborescens, Baccharis sp., huaranhuay (Tecoma sambucífolia), tumbo serrano (Passí flora mollisima), entre otros. La población, eminentemente agrícola, abastece con alimentos a Tarma y Lima, capital del Perú. El cultivo de la tierra es intensivo, con aplicación de fertilizantes químicos y orgánicos, riego con tecnología local y eficiente. La andenería está construida sobre material calcáreo en terrenos con pendientes de 30 a 70%. Los andenes son estructuras en forma de terraplenes en curvas a nivel, semejando peldaños de escalera; tienen una pared frontal de pircas rectas o ligeramente curvadas, con inclinación suave hacia afuera, de arriba hacia abajo, semejando la superficie lateral de un tronco de cono. Por las características de algunos andenes inconclusos encontrados en la cabecera de la cuenca, se deduce que primero construyeron la pirca o pared frontal sobre el substrato natural, para luego rellenar la cavidad que queda tras la pared y la superficie inclinada del cerro; al parecer la construcción de la andenería se inició en la base del valle, para terminar en la colina. Los andenes se mantienen intactos, aunque para construir la carretera se han destruido algunos. En ellos se observa que en el fondo

8 Información: Fidel Palomino, Especialista en Agroforesteria de Huancayo. Proyecto FAOHolanda/DGFF.

se colocó piedra pequeña, para luego rellenar con capas sucesivas de gravilla, arena y tierra; finalmente se completó hasta la superficie con suelo agrícola y material orgánico, obteniendo de esta forma un perfil ideal de suelo; esta configuración difiere un poco de las descritas por Schjellerup (1986) para los andenes de Chachapoyas y por Málaga (1986) para los de Collagua en Arequipa, ambos en Perú. El drenaje en el suelo y en la andenería en general es muy bueno, lo que permite aplicar riego y que el andén inferior pueda utilizar el agua drenada del inmediato superior. El agua de riego es conducido por un canal hada los andenes; irriga todo el sistema sin ocasionar erosión alguna, pues se hace buen uso del agua y el pequeño exceso que pueda haber drena fácilmente. La extensión promedio de la propiedad familiar es de media hectárea (7, tongos).

El quisuar o quishuar En algunos lugares del valle del Mantaro, la especie crece con apariencia de árbol, con fuste recto en unos casos, ramificado desde la base en otros; en Tarmatambo hay muy pocos árboles, la mayoría se comporta como arbustos en estado de rebrote en tocones de individuos antiguos. La especie rebrota copiosamente; luego del corte o cosecha prolifera un número elevado de tallares, los que al crecer son rectos, cilindricos, lignificados, ramificados en la mitad superior, permitiendo obtener setos vivos compactos y semipermeables. Las hojas son simples, opuestas, lanceoladas, de unos 10 cm de longitud por 2 a 3 cm de ancho; ápice y base agudos; haz verde oscuro, lustroso; envés lanuginoso, color blanco a cremoso. Inflorescencias en cimas de cabezuelas terminales de 6 a 10 cm de longitud, con pedúnculos pubescentes; llores de 3 a 5 mm de longitud, con corola de color anaranjado vivo a rojo (Reynel y León 1990). Los rebrotes florecen entre los 3 y 4 años de edad.

El sistema agroforestal El muro vivo de Buddieja incana se sitúa sobre la pirca de los andares, los que se mantienen intactos; «estas plantas conocimos así, no sabemos cuantos años tendrán, así nomás estaban de ese tamaño, ya no han crecido» (Antonio Parra). Debido a que las raíces de los tocones van hasta el fondo del andén, abrazando a las piedras, y al excelente drenaje del sistema, el agua y los nutrientes lixiviados son aprovechados por los quisuar es; de allí su buen crecimiento y la mínima competencia por nutrientes y agua con los cultivos. Los arbustos aprovechan los nutrientes y el agua que no han sido utilizados por los cultivos. Las sepas alcanzan 1 m ó más de diámetro y los tallares pueden medir hasta 5 m.

En la superficie de los andenes se cultiva, en forma intensiva y en rotación, hortalizas, papa, maíz, plantas ornamentales, alfalfa, llegando a obtener

tres a más cosechas al año. Son pocas las parcelas donde entran los animales; la alfalfa que se siembra como última parte de la rotación, se la siega para darle a los animales en los corrales o venderla en la ciudad de Tarma. Los muros vivos funcionan como cortinas rompevientos, como muros contra heladas o como linderos, según la orientación y situación en la propiedad; en cada caso, el manejo es diferente.

El manejo campesino Manejo de quishuar En los andenes de Tarmatambo se ha observado que las parcelas agroforestales con esquema de manejo más desarrollado, pertenecen a campesinos curiosos, denominados por Moncayo (1991) como «tecnólogos», «expertos» o «investigadores campesinos», quienes han heredado de sus padres no sólo las tierras sino que son depositarios de los conocimientos de este manejo agroforestal. «Hacemos como lo hacían nuestros padres, ellos no tenían lectura pero sus quiswares estaban ahí, ellos hacían el techo con chacllas...» (Víctor Oscovilca). La actividad predominante es la agricultura, en tal razón, el objetivo que persigue el campesino es mejorar la producción agrícola a través de la protección que brindan los setos, y la obtención de madera para chacllas, mangos de herramientas y otros usos. El patrón de manejo de los tallares es más o menos similar en todo Tarmatambo y sigue dos regímenes bien definidos: Tallar simple. Consiste en el corte o cosecha, en un momento dado, de todos los vastagos o tallares que conforman la cepa. La época de corte coincide con la finalización de la temporada de frío e inicio del período de aumento de calor y humedad, es decir en julio y agosto; este es un lapso en que la mayoría de los terrenos están en descanso. Se considera que el tallar ha llegado a su madurez cuando empieza a florecer, señal que la madera se vuelve consistente. Los tallares alcanzan una altura promedio de 6,5 m y el diámetro a la altura media varía en función al número por cepa; en una de 20 chacllas el promedio es de 3,4 cm (ver cuadro 15). En este estado la copa por tallar tiene un metro y medio del ápice únicamente; la biomasa total de los tallares de tres años (edad promedio de cosecha) es de 165 kg de materia seca, de los cuales 90 corresponden a las varillas (chacllas), 20 a las ramas delgadas, 52 a las ramas gruesas y 3 a las hojas.

El corte se practica con machete; pocos campesinos lo hacen con sierra o serrucho. La altura de corte es a unos 5 cm a 8 cm de la base o nacimiento del rebrote; pero los tocones son altos, hasta 1 m a 1,5 m, para que la competencia por luz con los cultivos sea menor y los brotes tiernos crezcan lejos del alcance de los animales. «La sombra no deja crecer bien los cultivos... lo cortamos alto porque sino lo come las ovejas», inclusive si la parcela colinda con un camino, los brazos del tocón se direccionan hacia el camino y de allí nacen los tallares, ganando el vuelo al camino, se diría en terreno de nadie. Luego de la cosecha nace gran cantidad de rebrotes (150 a 250 por tocón); pasados unos 15 días ya tendrán unos 8 cm, es el momento ideal para retirarlos y utilizarlos como estacas para la reproducción en el vivero, pues el prendimiento es cercano al 100%. A los seis meses ya habrán alcanzado cerca de 2 m de altura, transformándose en una cortina de protección contra vientos y heladas, eficiente; «el quishuar abriga el terreno cuando hay fuertes vientos»' (L Chávez). En parcelas con riego, los tallares alcanzan 6 m a los tres años, considerado como su tumo técnico (foto 24).

Durante el período de crecimiento de los brotes se practican rateos. Esta práctica consiste en eliminar los tallares que se orientan hacia el terreno de cultivo y los que están débiles y malformados; se practica al primer y segundo año, antes de la preparación del terreno (julio- agosto), cortando desde su respectiva base con machete. En ciertos casos se usa este material como chacllas y en otros como leña. De los 150 a 250 rebrotes en promedio que había inicialmente en el tocón, quedan para la cosecha a los tres anos, unos 30. Después del raleo se poda las ramas de los tallares que quedan, acción que consiste en eliminar con machete las ramas inferiores o bajas de los tallares, hasta más o menos la mitad de su longitud total. Las ramitas gruesas sirven de leña, el campesino coloca las otras y las hojas en una esquina de la chacra para que se descompongan o las quema e incorpora la ceniza al terreno en el momento de la preparación, «...las hojas de quishuar que caen en abundancia se amontonan en un rincón para que se pudra... es buen abono para la chacra, otras veces se quema para ceniza... la ceniza suaviza el terreno» (R Alderete).

Cumplidos los tres años de crecimiento, se procede a la cosecha, obteniendo chacllas o varas derechas de 3 a 4 m de longitud y 4 cm de diámetro a la longitud media, las que se venden a un precio equivalente de US$ 0,3 a 0,5 la unidad. Las chacllas se usan para la armazón de techos de las casas por debajo de la teja o la paja, cielo rasos, quinchas, separación de ambientes. La producción de este material no interfiere mayormente el desarrollo de los cultivos, por lo que podría considerarse como ingreso adicional. Tallar modificado. Es una variante del régimen descrito. Consiste en seleccionar en el momento de la tala o cosecha uno, dos o más tallares y dejarlos que continúen creciendo hasta alcanzar unos dos metros más de altura. Surge entonces una nueva generación de rebrotes, a los que se les da el mismo tratamiento que se aplica en tallar simple. En el turno siguiente, o sea cuando estos nuevos tallares se corten, siguen quedando los que se habían seleccionado en espera que la siguiente población de tallares llegue a su madurez; entonces es el momento que se cosechan todos. Con este régimen se obtiene chacllas (semejante a las obtenidas en tallar simple), madera de 8, 10 cm o más de diámetro medio, que se utiliza para timón de arados, mangos de herramientas (palas, picos, lampas), varas para construcción, inclusive para muebles rústicos.

Manejo agrícola El manejo de los cultivos está íntimamente relacionado con sus exigencias por luz, con la velocidad de crecimiento de los rebrotes y con el diámetro de las copas del seto. El tamaño mediano, su impresionante capacidad de rebrote, su sistema radicular profundo, la plasticidad al manejo y la incorporación de material orgánico al suelo, colocan al quishuar como una de las especies de uso múltiple de mayor atractivo para estos lugares en los Andes. Anualmente retornan al suelo cantidades significativas de materia orgánica, ya que el arbusto se defolia parcialmente y la descomposición es relativamente rápida, permitiendo además la proliferación de lombrices y microorganismos en el suelo; los datos del análisis químico de dos muestras desuelo muestran la diferencia con y sin la presencia de muros vivos de Buddleja incana.

La rotación de cultivos procura el uso eficiente del suelo. En el primer año de crecimiento de los rebrotes se siembra plantas heliófilas como papa, maíz, trigo, cebada, habas, gladiolos; el segundo y tercer año siembra, en la banda contigua al seto vivo, cultivos con cierta tolerancia a la sombra (umbrófilas) como orégano, yerba buena, rocoto, betarraga, y en el resto lechuga, col, espinaca, acelga u otros, nunca el mismo cultivo en el mismo lugar. A los seis u ocho años se siembra alfalfa para cosechar forraje, enriquecer el suelo y aprovechar los nutrientes de los horizontes profundos; este cultivo permanece tres años, luego se incorpora al sueleen la labranza. La producción agrícola en el sistema es 18 tm de papa y 1100 kg de maíz por hectárea.

Manejo del agua Toda la andenería está sometida al riego. La acequia principal se encuentra en la cabecera y las secundarias siguen unas la pendiente y otras en contra. El agua en cada andén es distribuida con mucho cuidado en pequeñas bandas paralelas a la pirca, así se humedece uniformemente la tierra, no se erosiona el suelo y se conserva la andenería. El agua corre por canales de unos 5 cm de profundidad y 10 cm de ancho en dirección paralela a la pirca inferior del andén, por el borde de las bandas rectangulares; de esta forma el agua se distribuye por el canal siguiente una vez que ha terminado de humedecer la banda superior, hasta culminar con la que está contigua al muro vivo. Se riega sólo cuando se necesita, no en exceso.

AGROFORESTERIA CON CHAÑAR EN ANDENES ANTIGUOS: CAMAR, CHILE 9 En un pequeño oasis de la precordillera de Chile, los campesinos de Camar realizan el manejo integral de los andenes antiguos, cosechando productos agrícolas, criando ganado y tratando el chañar para obtener frutos y madera

El sitio Camar se ubica al pie del volcán Tumiza, distante 27 km al sur de Toconao, en la vertiente oeste del Salar de Atacama, sobre los primeros contrafuertes del altiplano chileno; pertenece a la comuna de San Pedro de Atacama en la provincia de Antofagasta, II Región de Chile. La agricultura se desarrolla en un pequeño oasis con agua de riego proveniente de una quebrada; esta actividad ha sido y es posible por la presencia de andenes incaicos. El área está situada a 3020 m de altitud; con excepción del oasis, todo el entorno es desértico. Camar tiene precipitaciones de 30 mm a 50 mm al año; estos sistemas desérticos chilenos dependen de la nieve que se acumula en los cerros más altos del sector, la que deshiela en los escasos riachuelos, vertientes de agua y bofedales. El problema climático de mayor importancia es la oscilación térmica diaria, es decir la diferencia de temperatura entre el día y la noche, la que llega hasta 30°C, aunque la temperatura promedio sea de 10°C a 12°C. Los vientos son fuertes y las heladas persistentes. Los suelos son de origen volcánico, de textura ligera, drenaje rápido, con estructura inestable, de reacción alcalina y con presencia de sales. La pendiente ha sido modificada con la andenería. El poblado de Camar cuenta con 114 personas. La fuente principal de ingresos para la población son los tejidos de lana; cría carneros y cabras a campo abierto, pastando en las partes altas de los cerros y quebradas cercanas; en la poca área de cultivo se siembra alfalfa, tomate, zapallo, maíz, trigo, cebolla, papas; del chañar se obtiene leña, madera y frutos para la alimentación humana y de los animales, «ovejíta y cabros... se lleva para arriba para el cerro en el campo...; lejos» (H. C.); «señáramos alfalfa, tomate, zapallo, tenemos árboles» (M.T.) La población toma casi una jornada laboral y recorre unos 6 km para recolectar la leña del cerro, de donde se la transporta en burros; cada animal carga combustible para que una familia de siete personas prepare alimentos durante tres días. «Cocinamos con pura leña. se sacan ramitas nomás, la lona son 6 km más arriba, lo traemos en burros nos vamos en la mañana con cinco burros y venimos en la tarde... nos dura para 15 días, 20 días... para 7 personas...»

9 Información: Freddy Correa. CONAE Chile.

La única especie arbórea nativa de esta parte de Chile es el chañar (Geoffroea decorticans), árbol de la familia Papillonaceae, que alcanza unos 12 m de altura, copa aparasolada, hojas lanceoladas, fruto de forma esférica con la parte carnosa semidura semejante a la parte comestible de la nuez. El fuste es liso, corteza de color amarillento, ritidomas pequeños y caedizos, madera dura. En el lugar hay un respeto por estos árboles, los que no se los tala para leña, para estos fines se aprovecha las ramas y algunos rebrotes. «Tenemos árboles pero no cortamos de acá... traemos del campo... se usa para leña, es buena leña la gentecorta chañar y los deja secar», la regeneración natural de la especie es abundante. La madera es dura, color amarillo claro; se la utiliza para construcción de casas, para mangos de herramientas, «la madera para el techo de las casas, para mangos de herramientas para azadones y picotas» (M.T.). El fruto del chañar se ha convertido en producto indispensable; se le suministra fresco a los chanchos, a los corderos, a los conejos; el poblador del lugar lo utiliza como fruta, hace harina o prepara budines (añapa), «el fruto como alimento para nosotros mismos... como fruta y también se hace budín o flan, en harina; a los animales así nomás, el cordero, chancho... seco» (M.T.). La producción se considera alta, de cada árbol se cosecharía aproximadamente 100 kg a 120 kg, aunque en el lugar no se comercializa el fruto; en poblados cercanos donde hay menos chañares o éstos no son de fruta (baja cantidad de frutos) se cotiza el saco de 50 kg a 4000 pesos chilenos (aproximadamente US$ 9,5), «produce no mucho pero por lo menos para autoabastecemos... pero depende de la planta, si es grande produce 2 sacos de 60 kg cada uno... solamente para el consumo, no la vendemos» (M.T.)

La parcela agroforestal Es una parcela de conducción familiar, ocupada por andenes de épocas incaicas, pero muestran buen estado de conservación. A diferencia de las parcelas de los demás vecinos, la de don Manuel Tejerina muestra cultivos y árboles (foto 25). El ancho de los andenes depende de la pendiente inicial que tuvo el terreno, los hay de 3 m a 25 m. En toda la parcela crecen los chañares a distancias que van de 1 m a 2 m entre ellos; se los ha dejado desarrollar en la base del andén, es decir, contiguo a la parte inferior de la pirca. En las terrazas con riego se cultiva maíz, trigo, alfalfa, tomate, papa, tomate, zapallo, habas; se crían ovejas y burros; el chañar es el árbol que completa el ecosistema. Por sobre los cultivos se observa la copa de los árboles, pero sin interferir el desarrollo de las sementeras; las hojas del chañar distribuidas en toda la parcela, se incorporan al terreno en el momento de la labranza.

El manejo Todos los componentes del ecosistema se manejan buscando la sostenibilidad.

Manejo del chañar Al chañar se le aplica los siguientes tratamientos: (i) El entresaque. La producción de frutos es alta y la regeneración natural origina que en el área cultivada crezca un número elevado de brinzales. Se retiran las plantas que estén dentro de las parcelas, dejando crecer sólo aquellas situadas en la línea contigua y muy cercana a la pirca del andén. (ü) Poda de ramas. A los árboles seleccionados se les cortan las ramas básales hasta una altura de 2 m, para disminuir de esta manera la competencia por luz con los cultivos. Se cortan también las ramas largas que invaden las áreas cultivadas. (iii) Poda de raíces. Se realiza aprovechando el laboreo del suelo; se cortan las raíces superficiales hasta una profundidad de unos 30 cm; se trata de evitar la competencia por nutrientes y agua. Un inventario al azar practicado a los chañares que bordean una «era» (terraza) de aproximadamente 280 m2 en la parcela de don Manuel Tejerino, arroja los resultados que se aprecian en el cuadro 18. La poda se hace con machete, en el mes de agosto. Al realizar la poda de ramas de los chañares se obtiene leña, postes para cercas, postes estructurales para las casas, y abundante hojarasca para mejorar las condiciones físicas y químicas del suelo. En la temporada se ha cosechado algunos árboles para utilizarlos como postes, de las dimensiones que se aprecian en el cuadro 19.

Manejo de cultivos El cultivo de la tierra se practica con pala o con arado tirado por por burro; los cultivos se manejan en rotación bianual, con la sucesión maíz, trigo; los zapallos se cultivan intercalados, al igual que los otros cultivos indicados. La parcela se abona con guano de cordero, de burro o de llamas, incorporando el estiércol con pala; se aplica también urea en pequeñas cantidades. Los

rendimientos de los cultivos en la era medida son: 50 kg de maíz y 150 kg de trigo. Los animales consumen el rastrojo de los cultivos, mediante sogueo (atados con cuerda a una estaca). La alfalfa se cultiva para los animales mayores, aunque también se crían conejos enjaulas o corrales protejidos con pirca y ramas (cerchas) alimentándolos con el producto herbáceo de la parcela.

CORTINA ROMPEVIENTOS CON ACACIA MEARNSI: SARAGURO. ECUADOR 10 En una parcela protegida por la cortina rompevientos, doña Juana Sarango cultiva plantas y cría animales, cosecha fruta, forraje, productos alimenticios y leña. La diversidad de plantas y las acequias de ladera disminuyen notoriamente la erosión del suelo

El Sitio La propiedad se encuentra a 2700 m de altitud, en el barrio de Ilincho, a 3 km de Saraguro, en la provincia de Loja, Ecuador. El lugar se ubica en un paisaje de lomadas y colinas, consuelos provenientes de material volcánico, medianamente profundos, pendientes de moderadas a empinadas, textura media y reacción ácida. El clima es templado frío, con temperaturas medias de: máxima 25°C, mínima 2°C, promedio l2°C, con poca incidencia de heladas (noviembre y diciembre), 600 mm de precipitación al año distribuidos de diciembre a abril; los meses más secos son de junio a setiembre, período en que los vientos soplan con fuerza de oriente a occidente. Las actividades predominantes en la zona son la agricultura y la ganadería de subsistencia. Se cultiva maíz, papa, arveja, habas, hortalizas; se cría ganado lanar, caballar, algunos vacunos, y animales menores como aves de corral, cuyes, etc. En la zona se observa los eucaliptos, cañaros, capulíes, nogales, guatos, etc., en linderos. 1a vegetación arbórea nativa predominante es la misma que la indicada en el caso silvopastoril con pino patula en Saraguro, de este capítulo.

La parcela agroforcstal En un tercio de hectárea, la propietaria doña Juana Sarango, que tiene también algunas propiedades en otras zonas agroecológicas, ha cultivado motivada por el proyecto CARE/PROMUSTA para construir acequias de ladera y los linderos; «me ha gustado, saliendo a la gira de observación, viendo cómo en Ambaro, para ver así...». Los linderos de Acacia mearnsi fueron plantados hace cinco años, habiéndose consolidado como cortina rompevientos. El lindero-cortina fue instalado en el costado izquierdo y en la base de la parcela, plantando 50 árboles a 1,2 m de distancia entre ellas. El prendimiento fue del 100%, y el crecimiento inicial rápido, debido a que se protegió a los arbolillos evitando el ingreso de animales; a los tres años habían alcanzado 6 m de altura total y las ramas formaban una barrera viva semipermeable al viento.

10 Información: tvíartha Quitisaca, extensión!sta del Proyecto CARE/PROMUSTA.

En forma simultánea a esta labor se construyeron cinco terrazas de huerto de 2,8 m a 3,2 m de ancho, intercaladas con bandas de cultivo de 4,5 m a 15 m de ancho; la pendiente inicial ha sido 25%. Las terrazas presentan un ancho promedio de 2,9 m, 30 cm de profundidad de la capa cultivable, una inclinación longitudinal de 1 % y 65 cm de altura promedio del talud. La protección de los taludes se hace con pasto milín, cariamanga y achira. En la chacra se asocian varios cultivos, como se aprecia en el cuadro 20.

En la última banda de cultivo se mantiene pasto king grass. Las ovejas, gallinas y cuyes forman parte también del sistema; las primeras pastan luego de las cosechas y los otros reciben forraje y granos que se cosechan selectivamente. La vivienda contigua a la parcela contribuye al abonamiento por la incorporación de basura y desperdicios. En esta asociación se dan relaciones de complementaridad entre los cultivos; no se ha notado competencias, salvo la de la acacia con los cultivos adyacentes, pero luego de la poda de ramas se restablece el equilibrio. El efecto de las cortinas rompevientos es notoria. En la parcela el aire circula a menor velocidad y se siente un ligero aumento de la temperatura, «al crecer el maíz aquí, la planta grande y cuando coge el viento por el mes de abril tiene mucha ventolera, lo tiende todo el maíz, en cambio aquí ya no cae el maíz». Las hojas de la acacia que caen son incorporadas con los rastrojos de los cultivos y el estiércol del ganado al suelo al momento de su preparación. Los frutales ocupan las terrazas de

huerto; la presencia de los frutales no interfiere el normal crecimiento de las otras plantas, las que desarrollan inclusive bajo aquellos. Los aspectos limitantes que se aprecian son, por un lado, la presencia de pájaros que anidan, en los árboles. Otro es que vecinos colindantes no aprecian los árboles como parte de su parcela, por lo que se presentan litigios y controversias, «las ramas lo trueza con la mano no con herramienta, pero al tiempo que se hace las podas él también quiere la leña, ahí sí le gusta...».

El manejo El objetivo del manejo es mantener la cortina rompe vientos, obtener leña, desarrollar la agricultura, criar algunos animales y conservar el suelo.

Manejo de la cortina rompevientos Los árboles de Acacia meamsi presentan buen aspecto fenotípico, exhiben abundante floración y fructificación; con un elevado número de ramillas y hojas de color verde oscuro, que permiten consolidar el muro vivo. A los cuatro años se practicó la poda terminal o desmoche de las acacias a 2,2 m de altura del suelo, obteniendo leña, la que arde bien, produce calor abundante y no expide mucho humo. Las características del fuste de las acacias a los seis años de edad, en promedio de una muestra del 15%, son una altura de 2,22 m, una circunferencia a la longitud inedia de 0,39 m y 0,874 m3 de volumen. Los tratamientos aplicados a las acacias son: Entretejido de ramas. Las ramas laterales se cruzaron a manera de abanico para eliminar los espacios vacíos que podían quedar. El desmoche alto se practicó cuando las plantas tenían 4 años; se cortaron los tallos a 2,2 m de altura, con sierra de arco, algunas ramas que sobrepasaban la altura indicada se mocharon con tijeras de podar, dando lugar a que la planta emita una mayor cantidad de nuevas ramillas o brotes. La poda de ramas laterales se ha efectuado de dos formas: (i) a ras del fuste, aquellas ramas gruesas que se proyectaban hacia las áreas de cultivo; (ii) el desmoche de las ramas laterales pequeñas que crecen en dirección a las bandas de cultivo, cuidando que la cortina quede de un ancho de 0,8 m. Las ramas que invaden la parcela del vecino se la poda a ras del fuste. Luego de la poda la cortina queda como un muro de paredes homogéneas. Estas podas se siguen practicando una vez al año (foto 26), en el mes de febrero, porque en esta época nacen mayor cantidad y mejores rebrotes.

Al intervenir por segundo año con las podas se obtuvo 2470 ramas de 1,8 m de longitud, l ,4 cm de espesor y 1,125 kg de peso fresco, las que una vez secas pesaron en promedio 0,2813 kg. De los desmoches de la cortina se obtiene 847 kg de leña, que alcanzaría para que seis personas preparen sus alimentos durante las dos terceras partes del año. Las hojas de la acacia se incorporan al suelo enterrándolas. Para tener una idea de la velocidad de crecimiento de los rebrotes, se desmocharon 3 m de cortina seis meses después de la poda, obteniendo 10 kg de material verde por m, o sea 10 m por km. La poda de raíces se ha practicado abriendo una acequia paralela a la línea de árboles a 0,8 m de distancia, por una sola vez; las podas siguientes se las hace aprovechando el laboreo del suelo; en los años posteriores una buena parte de la parcela no se la preparará con arado por la presencia de los frutales, pero se cortarán las raíces con el azadón.

Manejo de cultivos y frutales Los cultivos perennes son los frutales y los pastos los que se intercalan con flores y plantas medicinales. En las bandas de cultivo se prepara la tierra con yunta, sembrando con abonos orgánicos. La rotación de cultivos más regular es: se siembra papa en junio, arveja en marzo y junio, maíz en setiembre; «en julio se cosecha el maíz, después se siembra papa o se siembra arveja, alternando tengo que cambiaras!...». Las plantas menores se siembran en cualquier época (foto 27). Los frutales son sembrados y algunos de ellos injertados en el sitio por la dueña; a los caducifolios se les practica la poda de formación, y aunque recién estén entrando en producción se le da la poda de fructificación. Una planta nueva tenía al momento 120 frutos y la Claudia 95; esta producción es para consumo y algo para la venta, «manzana sí se vende pero es pa'la familia». Parte de las hierbas se dan a las ovejas fuera de la parcela, y a los cuyes en la casa, «esa hierba pa'los cuyes, pa'los borregos, pa'l caballo». Después de la cosecha las ovejas consumen el pasto en las bandas de cultivo, aunque se las amarra también en algunos espacios que puedan quedar libres, El pasto de los taludes se cosecha segando con hoz, en forma escalonada, de tal suerte que se tiene forraje todo el año, «el pasto estoy continuamente corte y corte cuando salgo así, vuelvo a salir... no sé cuantos cortes hay, pero alcanza para el cuy todo el tiempo...» De la cosecha de los cultivos se obtiene: de 1500 m2 de siembra de maíz 2,5 quintales, de 800 ma de papa 3 quintales, de 700 m3 de arveja 0,5 quintales, «la achira para los quesos».

LINDEROS CON SACHAFRUTO [ERYTHRINA EDULIS): CAJAMARCA, PERÚ1 El pajuro o sachafruto no sólo produce frutos para el consumo humano, sino también es fuente de proteínas para los animales, importante aprovisionador de nitrógeno al suelo, y forma barreras cortavientos.

El sitio El valle de Jesús se encuentra a 15 km de distancia de la capital del departamento de Cajamarca, a 2560 m de altitud. El clima se caracteriza por tener temperaturas que oscilan entre 6°C y 21 "C, precipitación de unos 700 mm que ocurre de noviembre a abril. Los suelos provienen de rocas calcáreas. La agroforestería del lugar está representada por parcelas con cercas o linderos en su mayoría con presencia de muchas especies, entre las que destacan: Prunus serótina, Caesal pinea spinosa, Spartiwn junccum, Erythrína edulis, Agave americana, Fourcroya andina, Schinus molle, Annona chenmolia, Opuníia fícusíndica, Acacia macracantha, Rubus sp., casi siempre asociadas con pircas. La agricultura es intensiva, se cultiva de preferencia maíz blanco imperial para ser consumido como choclo, hortalizas (col, zanahoria, beterraga, cebolla), papa, cebada, alfalfa. Se cultivan también paltos o aguacates, limoneros, manzanos, tomate de árbol, rocoto, etc. El lugar dispone de riego, se cultiva en parcelas pequeñas; los animales, vacunos o lanares en poca cantidad, consumen el rastrojo o permanecen a la sombra de los árboles donde se les proporciona el forraje. Varias parcelas utilizan Erythrína como linderos y cercos en cuyos fustes se clava el alambre de púas.

La parcela agroforestal Don Salatiel Mendo hace manejo sostenido de su parcela. Esta dispone de linderos, el del norte paralelo a la pendiente (30%) compuesto por árboles de poroto, pajuro, sachafruto, lupe {Erythrína edulis), a 1,5 m a 2 m; el del sur con la misma especie, bordeando una acequia de riego; el del oeste con pirca Caesalpinea spinosa y Agave americana, y el del este con Agave americana y Spartium junceum. El pH 8 y el origen calcáreo indican que son suelos de buen potencial productivo (Pajares 1992). Los árboles que conforman la barrera viva son frondosos, con una copa esferoidal de 3 m a 4 m de diámetro, sostenida por un fuste corto, y una altura total de 8 m a10 m; del fuste simple o bifurcado salen de 4 a 5 ramas, de las que crecen unas 4 ramas de segundo orden, las que a su vez dan origen a 4 de tercer orden y éstas a 5 ó más ramillas, semejando 11 Información: Henry Pérez, especialista de campo del Proyecto FAO-Holanda/DGFF.

la arquitectura de un capulí (Padilla 1990). El distanciamiento promedio entre árboles es de 2,4 m, pero las copas compactas cumplen la función de cortaviento, situado detrás de una lomada, por lo que el viento golpea las copas y no la parte baja (foto 28). La chacra se divide en franjas longitudinales, perpendiculares a la pendiente; en la superior, la cuarta y la quinta, rotan hasta en tres cosechas al año el maíz, repollos, beterragas, papa, cebada; la segunda y tercera se dedican al cultivo de alfalfa; hay también una franja angosta de este a oeste dedicada a almacigos, cultivo de habas, betarragas, frutales, rocotos, y allí se sitúan las colmenas. La casa ocupa un ángulo de las 0,75 hectáreas de extensión de la parcela. En el área influenciada por la sombra de los árboles crece abundante Pennicetum clandestínum, donde pasta en forma permanente una vaca con su cría y un toro, suplementados con los rastrojos de la cosecha y alfalfa; el resto del rastrojo es mezclado con el estiércol y las hojas del pajuro en una fosa compostera. Con la producción de esta parcela don Salatiel mantiene su hogar, compuesto por él, su esposa, dos hijos que estudian en la capital del departamento, uno en el colegio del distrito y un pequeño en pre-escolar, y da ocupación temporal a dos o tres obreros eventuales.

El manejo Los árboles tienen 30 años, fueron instalados mediante estacas de l ,5 m de longitud y no se les ha practicado poda de ramas sino en una oportunidad, «no corto las ramas porque dan sombra a los animales, tengo más frutos de pajuro y hay buen pasto para mi vaca debajo de los árboles» (S. Mendo). Lo que se hace habitualmente es la limpieza, ya que la achupallas Tillandsia sp. invaden las ramas. El volumen leñoso del pajuro va en aumento a medida que se pasa de la cabecera (estrato 1) a la parte baja (estrato 2), pasando de 0,25 m3 a 0,528 m3. En el lugar la madera de esta especie no es muy usada, salvo cuando alguna rama se seca, se la corta para leña. Como es una especie caducifolia, las hojas caen al terreno y sirven de abono; en promedio las hojas pesan en verde 36,14 kg por árbol, una biomasa de 14,13 kg; los 50 árboles estarían adicionando 1807 kg de material verde y 670 kg de materia seca al año (cuadro 21). El cálculo para extrapolar se haría en función a 166 árboles que cubrirían el perímetro de una hectárea, alcanzando en verde 6000 kg y enSeco 2346 kg (Pérez 1991).

El análisis de la hojarasca sin descomponer arrojó 1,88% de nitrógeno, valor superior al reportado por Reynel y Morales (1987) para chachacomo, queñua y colle, especies nativas no leguminosas; y una relación carbono/nitrógeno de 13. Para comprobar la calidad de materia orgánica que produce el pajuro y cuantífícar el nitrógeno que se incorpora al suelo, se preparó compost y se analizó el suelo del horizonte A. Los datos se resumen en el cuadro 22.

El compost variado (con mezcla de material herbáceo) no difiere sustancialmente del de pajuro, y a su vez éstos del terreno influenciado por los árboles (estratos l, 2 y 3). Todos éstos presentan un potencial de fertilidad mayor que los suelos tanto del lugar, así como el del valle de Cajamarca, que actuó como testigo. Estos datos fueron confirmados por los resultados de un ensayo que se condujo cultivando lechuga (Lactuca sativa} en macetas, en el que el peso de hojas por planta pasa de 40 gr/ planta, sin adición de compost a 59, 69 y 71 gr agregando 15, 30 y 45 tm/ha de compost de pajuro. En la chacra, las hojas y las cascaras del fruto son aprovechadas por el ganado; las tillandsias que crecen en las ramas también son comercializadas en temporada de navidad para los pesebres. Los árboles en el lugar producen frutos dos veces al año, los que se cosechan cuando han alcanzado su madurez fisiológica (foto 29). La primera cosecha en noviembre y diciembre, produce 163 kg por árbol; la segunda, en junio-julio, 82 kg; esto hace un total de 245 kg. La producción es comercializada en el sitio mismo o llevado al mercado del distrito, donde se venden las semillas, separadas de la vaina. Las parcelas con alfalfa que se sembraron hace seis años producen en promedio seis cortes anuales. Esto significa ochenta tercios de 55 kg por parcela de 2500 m2 por corte, o sea 26.400 kg al año. El cultivo de maíz, papa y hortalizas se hace preparando el terreno con yunta, adicionando al momento de la preparación 40 kg de compost, 40 kg de estiércol y 200 a 250 kg de fertilizante compuesto por hectárea. El manejo de la parcela es intensivo y se obtiene los rendimientos siguientes: 10 tm/ha de papa, 20.000 unidades en choclo y 2200 kg de maíz en seco, 18.000 a 20.000 unidades de repollo por hectárea, y 8500 unidades de

beterraga por hectárea; además, de un kilo de semilla de habas se cosecha 20 arrobas. La rotación de cultivos es bianual, alternando en cada subparcela maíz papa, habas - repollo. Las parcelas de alfalfa no rotan. Con el forraje se crían cuyes. En promedio puede criar 100 a 200 cuyes y alimentar cuatro unidades de vacuno (con 1 kg de alfalfa se cría 1 cuy/ día); la hembra produce tres crías por parto, llegando, a tener hasta 6 al año.

CULTIVO EN CALLEJONES CON SETOS DE POLYLEPIS: CAJAMARCA, PERÚ En las laderas de Porcón, entre fraiyas de cultivos bordeadas por múltiples setos de Polylepis racemosa instalados en curvas a nivel ya los que se les aplica podas periódicas, se obtiene buenas cosechas de papa, cereales y leguminosas; es uno de los mejores logros agroforestales en la sierra del Perú.

El sitio A 40 kilómetros al norte de la ciudad de Cajamarca, Perú, se encuentra la cooperativa agraria de trabajadores de Porcón; en un pajonal de jalea (páramo seco), modificado por la presencia de bosques monoespecíficos de Pinuspatula, R radíala, R greggiiy Rpseudostrobus. El clima del lugar está caracterizado por temperaturas promedio de 12°C, con mínimas de 4°C y máximas de 18°C; la precipitación promedio anual de 1100 mm distribuida de octubre a abril; los meses más secos son junio a agosto, período en que soplan los vientos más fuertes de este a oeste, en una zona de vida bosque húmedo Montano Tropical (bh - MT) a 3000 m de altitud. Los suelos son de origen volcánico, con pendientes que oscilan entre 10% y 30%, moderadamente profundos, de textura franco areno limosa, de reacción acida (pH 4,5 a 5) y abundante mala yerba colorada (Rumexacetocephala), turbosos (6% a 15% de materia orgánica), ricos en nitrógeno (0,35% a 0,69 %) y potasio (70% ppm a 190 ppm), pobres en fósforo (3 ppm a 7 ppm), alto contenido de aluminio (2 a 10 miliequivalentes/100 gr de suelo), deficientes en magnesio. «Nosotros sembramos los cultivos en terrazas, allá en el medio, más abajo en el plano es para pasto, el pasto lo cultivamos para las lecheras porque caen heladas; lo restante, como usted ve, es para los pastos naturales y para la forestal» (F. Q.) La vegetación natural representativa está dominada por Stipa, Calamagrostís, Paspalum, Bromus, Poa, Festuca, entre otros, en pampas y lomadas; y Ainus joruilensis, Polyiepis racemosa, Buddieja sp., en las quebradas, ríos y bordes de riachuelos. La población que maneja este sistema agrosilvopastoril pertenece a un grupo muy bien organizado de alrededor de 750 habitantes.

Las parcelas agroforestales Instalación En 1983 el Proyecto Piloto de Reforestación de Cajamarca (PPF) instaló el primer bloque de cinco hectáreas, con el apoyo técnico del Programa Nacional de Manejo de Cuencas y del Servicio Silvo

Agropecuario de la Universidad; luego tomó la posta el Proyecto Piloto de Forestación de Cajamarca. Ese año construyó acequias de ladera con camellones, denominando al conjunto «pre terrazas», con las siguientes características: -Acequias:

Trazo Sección Ancho inferior Ancho suprerior Altura Pendiente longitudinal Espaciamiento

con eclímetro trapezoidal 0.2 m 0,35 m 0,25 m 2% según pendiente del terreno, entre 5 m y 2o m Equidistancia 1,2 m (diferencia de altura relativa entre dos acequias) - Camellón: Se formó sobre la acequia con la tierra que se extrajo de las acequias. - Terraza: Lo constituye el área útil delimitada entre las acequias

En la estación lluviosa del año siguiente sobre los camellones se instalaron los setos, plantando estacas convencionales de quinual (Polylepis racemosa), de 0,6 m de longitud en promedio, a distanciamientos de 0,3 m entre estacas. «Para hacer la terraza se hace la acequia en línea en nivel, después tierra arriba se siembra la rama del quinual; así se forma la terraza, porque la sequía se limpia todos los años» (F.Q.Ch.). En la construcción de las acequias, cada persona hace 30 m por día, recolecta y planta 300 estacas de quinual, es decir que para tener una hectárea cubierta con 1000 m de acequias y setos vivos se necesitarían 35 jornales.

Desarrollo del quinual El prendimiento inicial de los quinuales fue aproximadamente del 60%; el año siguiente se replantó con nuevas estacas, logrando una densidad promedio de 1500 plantas por km de seto vivo. Los quinuales crecieron con aspecto arbustivo, sepitoso con muchas ramas, alcanzando a los dos años una altura de 1,2 m, a diferencia del crecimiento en estado natural, donde presenta porte arbóreo con fustetortuoso. Luego de cuatro años de instalados los quinuales, los setos vivos mostraron solidez, con ramificación y sistema foliar abundantes, pero las ramas invadían lateralmente el espacio aéreo de las bandas de cultivo hasta alrededor de 1,5 m. Las plantas en este período y en parcelas con poca pendiente habían alcanzado de 2,5 m a 3 m (ver cuadro 23); cada rama o estaca plantada tenía de 3 a 4 ramas fustes. La producción leñosa en estas parcelas era de 12 m3 por kilómetro

de seto vivo (1 m3=270 kg de leña); dada la abundancia de pastos naturales, en el lugar los animales no comen las hojas de los quinuales.

La práctica agroforestal El sistema tiene cuatro grandes elementos que se interreladonan: (i) los setos vivos de quinual, (ii) los cultivos y pastos en las bandas, (iii) los animales, y (iv) el suelo. Los setos en contorno forman muros continuos que siguen las curvas a nivel, separando bandas o terrazas dedicadas al cultivo (foto 30) de papa, cereales, leguminosas, en rotación trienal. Son cultivos en callejones. Las terrazas se ubican en una sucesión de niveles diferentes. Cada terraza está limitada por dos setos, el instalado en el borde inferior y el que está sobre el camellón de la terraza inmediatamente superior. La altura media del camellón es de 0,8 m a más; adyacente y paralela a la base inferior de éste, se encuentra la acequia que a veces se colmata con las hojas que caen del quinual. Las caras laterales de los setos son homogéneamente verticales, cubiertas en toda su superficie hasta el nivel del suelo por ramillas con abundantes hojas. Cada seto después de la poda luce como un paralelepípedo a lo largo de la terraza, con una altura de 2 m y un ancho de 0,8 m. Los quinuales por estar plantados sobre camellones (tienen buena aireación y drenaje) han logrado alto prendimiento y buen crecimiento. En la sierra peruana el campesino planta esta especie sobre muros de tierra removida, logrando resultados semejantes. La labranza de la tierra y las labores culturales que se aplican a los cultivos, influyen también en el establecimiento del seto. Como a los cultivos se les aplica fertilizantes, los setos pueden aprovechar parte de éstos y crecer mejor; el hecho de labrar el suelo, desmalezar y aporcar, ocasiona mayor circulación de aire en el terreno, lo que influye también en el seto.

Los impactos

El impacto que más reconoce la población es la disminución notable de la erosión del suelo. Las barreras vivas sirven de filtros, entre

cuyas estructuras queda la tierra. La plataforma que se ha formado en la banda de cultivo disminuye la velocidad del agua y permite que deje en su recorrido el suelo que lleva en suspensión. De otra parte, las hojas que caen de los arbustos aumentan la materia orgánica del suelo, lo cual retiene el agua por mayor tiempo; si a esto agregamos la disminución de la evaporación del suelo que pueden ocasionar los muros vivos, da como consecuencia que el agua quede retenida por más tiempo aún, llegando el incremento de humedad hasta un 68% en relación a los campos sin setos, comparable sólo con el de un terreno bajo influencia del bosque y del pajonal (figura 15). No se ha cuantificado el efecto de los setos vivos en la velocidad del viento, pero al situarse detrás de ellos se verifica que es menor que a campo abierto; esto hace que el suelo se deshidrate menos y que haya mejores condiciones para la vida de cultivos y animales. Se ha constatado que estos setos ejercen efecto amortiguador de la temperatura, disminuyendo el rango de separación entre las máximas y mínimas diarias. En momentos en que la temperatura máxima es elevada a campo abierto, dentro del seto es menor; y, a su vez, cuando la temperatura mínima desciende a niveles críticos a campo abierto, dentro de los setos es ligeramente superior hasta en 3°C (figura 16). Se verifica también que a campo abierto la humedad relativa es menor que dentro de los setos (figura 17); el aumento de la temperatura mínima y la humedad relativa críticas hacen que el efecto nocivo de las heladas sea menor en las terrazas. Del análisis de los impactos anteriores se puede deducir que habrá efecto positivo sobre la producción de cultivos y pastos. Al practicar la poda se obtiene anualmente de 3000 kg a 4000 kg de leña seca por kilómetro de setos, cantidad suficiente para abastecer una familia de ocho miembros durante un año (consumo diario= 1,5 kg/ persona/día). Si cosecharíamos a tala rasa para permitir el rebrote de los setos más consolidados de 10 años de edad, obtendríamos 19.000 kg a 20.000 kg de leña por kilómetro de seto (cuadro 24), con lo que la misma familia cocinaría durante cuatro años, período que requeriría el seto para ser nuevamente cosechado.

Se ha observado, sin embargo, que cerca al muro y hasta más o menos un metro de distancia, los cultivos son menos robustos, pero el pasto crece más rápido y se mantiene más verde; podría significar entonces un efecto limitante para la agricultura, pero favorable para la ganadería. Los pájaros anidan con frecuencia en los setos, tal vez por la gran cantidad de hojas y ramas que les permiten camuflar su presencia.

El manejo El manejo de los setos comprende: (i) La limpieza de las acequias, las que se colmatan con mucha regularidad con las hojas que caen de los quinuales. El material se coloca en el camellón o en la banda de cultivo. (ii) El replante o relleno, para que no queden espacios vacíos. Este replante se hace con plantas o con estacas, o mediante acodos simples (las ramas que son tapadas por los sedimentos van formando nuevas plantas) (iii) Entrecruzamiento de ramas de plantas vecinas, trenzándolas y doblando aquéllas que empiezan a invadir el terreno de cultivo, cubriendo así algunos espacios vacíos. (iv) El desmoche o poda terminal. Cuando las plantas han alcanzado más de 2 m de altura y las ramas básales invaden las áreas de cultivo, se corta de 1,8 m a 2,0 m de altura, con sierra de arco las ramas gruesas y con tijeras de podar las delgadas, de manera que todo el seto se ve con la superficie superior plana. Para conseguir uniformidad en la altura de corte, el obrero sube a un banco de 0,8 m de altura para facilitar la acción. (v) Poda o desmoche lateral. Las caras laterales se forman cortando las ramas en planos verticales y paralelos. El muro al final de la poda queda estéticamente trapezoidal de 0,8 m de ancho, l ,8 metros de alto y longitud variable (foto 30).

Las ramas que habían crecido muy inclinadas invadiendo el terreno de cultivo son podadas a nivel de fuste, de forma similar a la poda de ramas de los árboles. El desmoche se practica anualmente, al final del período seco, el que coincide con los últimos días de invierno. Este permite obtener gran cantidad de ramas delgadas, las que una vez secas, sirven para leña, arden con facilidad y producen bastante calor. Se ha obtenido de 4 kg hasta 6 kg de leña (cuadro 25) por cada metro lineal de muro vivo podado. Convertido a producción por kilómetro de cerca o muro vivo (equivalente a 1 hectárea), significaría de 4000 kg a 6000 kg de leña por ano o por poda, que podría ser aumentada en los años siguientes cuando se empiece a ralear algunas ramas fuste.

Inmediatamente después del corte reverdecen los setos, pues los nuevos brotes alcanzan unos 20 cm de longitud dos meses después de practicada la poda (foto 31). Al término de la siguiente estación seca habrán alcanzado más o menos un metro de longitud.

En los próximos años, junto con el desmoche tiene que preverse el raleo de ramas fustes, retirando las más gruesas, porque si bien es verdad que con la poda terminal no se les deja crecer en altura, se observa (cuadro 27) que se incrementa notoriamente (18 cm de circunferencia a 0,2 m de altura) y las ramas gruesas emiten menos brotes tiernos, restándole acción protectora y de abrigo. La cosecha de las ramas gruesas permitirá obtener leña gruesa y hasta podría prepararse carbón (Cetrina y Padilla 1991)

Manejo de cultivos El cultivo de la tierra es con yunta o con tractor; la rotación de cultivos que se practica, en una cosecha anual, se inicia con el cultivo de papa (Solanum tuberosa}, el segundo año siembran cereales (Triticum, Hordeum vulaore. Avena sativa, triticale), el tercero, leguminosas (Lupinus, Pisum sativa), para finalmente someterla a barbecho o descanso por 2 a 3 años. La papa se constituye como cultivo de cabecera al que se le aplica desyerbos, aporques y fertilización con N, P y K, lo que a su vez permite el cultivo exitoso de los cereales, pues después de la cosecha de la papa el terreno queda suelto y con residuos de fertilizantes. Pasada la cosecha de los cultivos, ingresan las ovejas para consumir el pasto, haciéndolo también durante el período de barbecho. Con este manejo ordenado se ha disminuido el efecto nocivo de las heladas, incrementado notablemente la producción y obteniendo hasta 25 tm/ha de papa, 2,8 tm/ha de trigo, 0,8 tm/ha de habas secas; en cambio se sabe que antes de instalar estos setos vivos la producción era de sólo 10 tm/ha de papa, 800 kg de trigo y 500 kg de habas. No es posible cuantificar la producción de forraje, porque depende del cultivo; así, asociado con la papa se permite crecer muy poco pasto, luego de segar los cereales el rastrojo es abundante, en comparación con el de las habas; de toda suerte, el pasto es considerado como producto adicional en esta práctica.

TERRAZAS MULTICULTIVO: AMBATO, ECUADOR12 Donde antes era pura cangahua, con el sistema de terrazas que promueve CARE/PROMUSTA, ahora se cultivan diversas especies de plantas y se crían animales manejando un sistema agroforestal que se replica entusiastamente por toda Angahuana y muchas comunidades del Ecuador.

El sitio A3180 m dealtitud, a 11 km de la ciudad de Ambato en la provincia de Tungurahua, se encuentra Angahuana. Allí, don Domingo Moposita, pionero de la conservación de suelos, ha construido terrazas en las que cultiva la tierra y maneja su chacra. Como zona de transición ecológica de estepa espinosa Montano Bajo (eeMB) y estepa Montano (eM), el lugar tiene una temperatura media de lO,5°C, máxima de l5°C y mínima de 6°C; llueve escasamente 450 mm de noviembre a marzo; el resto son meses secos, aunque en agosto y setiembre la sequía se acentúa, las heladas arrecian, y los vientos del sur soplan con mayor insistencia. El suelo es areno limoso, de pH 8, proveniente de materiales volcánicos compuestos por depósitos de ceniza dura compactada denominada cangahua (Cañadas 1983).

La parcela agroforestal Se encuentran en una ladera con 25% de pendiente, donde sólo se cultivaban cereales. Respondiendo a las acciones de promoción de CARE/PROMUSTA, don Domingo construyó terrazas y comenzó a cultivar diversas plantas, «antes no tenía, era sólo cangahua, sólo cultivaba cebada, tal vez 15 cm de profundidad, ahora con las terrazas se puede cultivas varías plantas» (D. M.). La parcela tiene 0,39 hectáreas, con 18 terrazas de 2,8 m a 3 m de ancho en su parte plana, donde se cultivan unas 36 especies entre frutales, hortalizas, tubérculos, plantas medicinales, forrajeras, ornamentales, aromáticas, etc. En los taludes que son semi-inclinados se cultiva «pasto milín». En los linderos sur, sur este y sur oeste, se ha plantado alisos a 1 m de distancia entre ellos; algunos pinos y cipreses se han distribuido convenientemente en todo el cerco, alternándolos con quishuar, retama y chilca. La construcción de las terrazas se inició en la parte superior, culminando cada terraza en 4 días de trabajo/hombre; los terraplenes tienen una ligera inclinación hacia el interior, disminuyendo ostensiblemente 12 Información: Mario anazco. Coordinador Zona] Proyecto FAO/DFC Cuenca, y Norman

Astudillo, responsable provincial Tungurahva. CARE/PROMUSTA.

la erosión hídrica. El sistema se completó plantando en los cercos un número variable de árboles y arbustos. Ríos (1990) indica que en terrenos con cangahua se hacen en promedio 20 m de terraza por hombre/día; en cambio en terreno suave, el mismo obrero puede hacer 80 m; el técnico de PROMUSTA acota que para una hectárea de terraza se necesitan 476 jornales.

El manejo Al cuarto año el cerco estaba compuesto por 34 alisos [Alnus jorullensis) bastante ramificados (29 ramas en promedio por árbol),de 3 m de altura total, 2 m de fuste limpio, con una circunferencia promedio a 1,5 m de 24 cm, que en total producen 0,44 m3 de material leñoso y 95 kg de hojas; 13 pinos Pinus radiata de 3,2 m de altura total, 2 m de fuste limpio, 37 cm de circunferencia a 1,5 m de altura. Además tenía 3 cipreses (Cupressus macrocarpa), 3 arrayanes (Eugenia sp.), l pumamaque (Oreopanaxsp.), 1 yagual (Potylepis racemosa), \ cedro (Cedrela sp.), y en los espacios verticales ulteriores no cubiertos por los árboles crecían 24 chucas (Baccnarissp.) y 12 retamas {Spartium junceum).

Manejo de la cortina En la cortina se ha raleado los alisos retirando 40 de los 74, quedando en pie los más derechos y mejor conformados. En esta labor se ha cosechado alrededor de 0,5 m3 de leña y unos 400 kg de materia seca. Como el aliso crecía produciendo sombra y muchas de las ramas invadían el terreno de cultivo de las terrazas, se ha practicado también la poda de ramas bajas, cortándolas en el mes de agosto a ras del tronco y con serrucho, empezando de las inferiores y hasta más o menos el 40% de la altura. El peso fresco de la rama promedio cortada fue de 0,28 kg y seco 0,12 kg. Los tocones de los alisos han rebrotado aumentando la efectividad de la cortina; un año después del raleo los tallares han alcanzado 1,5 m de altura. A los arbustos se les poda cada año, practicando el desmoche alto a l ,8 m de altura aproximada, y lateral cortando las ramas que invaden las terrazas, tratando de uniformizar la cara lateral de la cerca.

Manejo de los cultivos En la parcela se cultiva todo el tiempo y con rotaciones muy variables, determinadas en cierto modo por la demanda de productos en el mercado de Ambato a donde va la producción; el forraje que se obtiene sirve para alimentar cuyes y conejos. En las terrazas (ver foto 32) se cultivan frutales: 35 tomate de árbol (Cyphomandra betacea), 31 manzanos (Malus communis), 7 peras {Pyrus

coinmunis), 25 moras (Rubus sp.); entre estos frutales se siembran en parcelas pequeñas o mezcladas indistintamente, las siguientes plantas:

cebolla (Allium cepa}, cebada (Hordeun vulgare), melloco (Ullucus tuberosum}, acelga (Beta cyda}, arveja (Pisum sativa}, alfalfa (Medicago sativa}, chocho (Lupinus sativa), quinua (Chenopodiun quínoa}, hierbabuena (Mentha sativa}, borraja (Borrago officinalis), menta (Mentha piperita), pepino (Cucarrassaliva), gladiolo (Gervera Walteriana), manzanilla (Anthemís nobilis). orégano (Origanum vulgare), zambo {Cucúrbita sp.), toronjil [Melisa offícinales), cebolla blanca (Allium fisfolosum}, zanahoria blanca (Arracada esculenta}, maíz (Zeamays), remolacha (Beta vulgaris), brocóli (Brassica olerácea botrytis), rábano (Raphanus satívum), papa (Solanum tuberosum}, lechuga (Lactuca sativa}, col (Brassica olerácea}, culantro (Curiandrivn satívum}, perejil (Apium pefroselínum}, zanahoria amarilla (Daucus carota}, taxo (Passiñorasp.) El rastrojo y el pasto milín que se corta se da a los cuyes y conejos; también siembra Vicia sp., para incorporarlo al terreno como abono verde. Una de las rotaciones es, por ejemplo, papa - cebada - maíz - haba. El agricultor prepara compost con los deshechos de la cosecha. El pasto milín crece muy bien en los taludes, fija el suelo e impide la erosión. La cosecha del pasto es mediante corte; tan sólo de los taludes recoge 30 kg de forraje, al año cosecha 6 cargas de pasto milín. El rendimiento de los cultivos es alto: un cajón de pera, cuatro costales de maíz en mazorca, 2 quintales de zanahoria, un quintal de cebada, un cajón más 120 tomates de árbol, 5 quintales de oca, un quintal de pepinos; una canasta de mora cada ocho meses, tres cargas de alfalfa cada tres meses, 4 quintales de papa cada ocho meses, cinco atados de toronjil de 1 US$ c/u cada 5 meses. Cría 20 cuyes y 18 conejos. El señor Maposita cobra por asesorar a las comunidades, la cantidad de US$ 5 por día. En la misma comunidad otro productor maneja muros vivos en camellones y en contorno de Baccharís sp. que bordean franjas en contorno con cultivos de cebolla, mora, alfalfa, papa, cebada, acelga, melloco, arveja. En los taludes se mantiene el pasto milín. El manejo de la parcela incluye a todos los elementos: el desmoche bajo y total de la chuca, la rotación de cultivos en las terrazas, la siega del pasto milín, el pastoreo al sogueo de las ovejas y la crianza de cuyes en la casa. La chuca antes del corte midió 1,8 m de promedio de altura (cuadro 28), 8,9 cm de circunferencia promedio de ramas a 0,2 m del suelo. Por muestreo se determinó que se podría obtener 130 kg de biomasa de ramas delgadas, 117 kg de las gruesas y 590 kg de las hojas. El desmoche bajo de la chilca se practica a ras del suelo, cada seis meses. Un corte en época seca permite obtener 835 kg de peso en verde, de los cuales la parte leñosa se utiliza para cocinar y las ramas delgadas con hojas se les suministra a los cuyes, mezclando en partes iguales en volumen con el pasto milín en unos casos, con alfalfa o con una mezcla variada de vegetales en otros, incluyendo la retama.

PIRCAS Y SETOS VIVOS DE ALISO EN CONTORNO: HUARAZ, PERÚ13 Al inicio fue como una iniciativa de investigación, ahora se ha constituido en la parcela agro forestal de manejo comunal con alisos en contorno. En ella se interrelacionan los árboles, las pircas, las terrazas de formación lenta, los cultivos agrícolas y los campesinos.

La comunidad En las laderas de la Cordillera Negra se encuentran varias comunidades organizadas, pero la de Ramón Castilla tiene matices especiales por el trabajo que efectúa. Está situada a 20km al noroeste de la dudad de Huaraz en la Región Chavín, a 3600 m de altitud. El área no dispone de madera para herramientas ni para la construcción de viviendas, menos para cocinar. La productividad agrícola es baja. El clima es frío, con temperatura promedio de l2°C, máxima de 20°C, mínima de 5°C; con heladas frecuentes de mayo a julio y esporádicas en diciembre y enero; llueve unos 770 mm al año en los meses de octubre a marzo. Los suelos son derivados de areniscas coluviales, con pendientes muy fuertes, sujetos a la erosión hídrica y eólica. De contenido medio de fósforo y potasio, pobres en materia orgánica y de reacción acida. Sólo en las hendiduras y por donde nace o circulan pequeñas cantidades de agua, encontramos aliso blanco (Alnus jorullensís) con presencia de regeneración natural. Las familias son propietarias de las parcelas que cultivan, aunque tienen también terrenos comunales. En ellas cultivan papa, olluco, oca, trigo, cebada, tarwi, como cultivos importantes; el ganado, también de propiedad individual, pasta en terrenos comunales junto a los animales de sus vecinos, y en las parcelas individuales. La comunidad está compuesta por 51 familias, con una carga familiar media de 6 personas por familia, dedicándose principalmente a la agricultura y ganadería extensiva.

La parcela agroforestal En un área de más o menos una hectárea de terreno comunal en barbecho, con pendiente de 30% a 40 %, y con el apoyo profesional de los extensionistas del Proyecto FAO-Holanda/INFOR, los campesinos instalaron cinco setos vivos en curvas a nivel, dividiendo el área en 6 subparcelas en forma de franjas perpendiculares a la pendiente. Para formar los setos vivos se instalaron 450 plantas de Alnus jorullcnsis de 10 meses, producidas a partir de semillas en platabandas, situándolas en la parte baja contiguas y a 0,5 m de distanda de una pirca 13 Información: Alcides Sosa, Responsable del Proyecto CASE/ALTURA Huaraz.

de 0,8 m de ancho y 0,8 m de altura, construida de antemano, y a 0,9 m entre planta y planta. Para los dos setos inferiores Se utilizaron 100 plantones de Polylepissp. Las pircas, debido al relieve irregularmente cóncavo, no son paralelas entre sí; la distancia promedio es 17 m, 22 m y 25 m entre la primera, segunda y tercera respectivamente. Los setos inferiores están a 23 m del tercero y cuarto. De las plantas instaladas han sobrevivido el 50% de alisos y 67% de queñuales. Al segundo año de haber plantado, los alisos habían alcanzado alturas superiores a la de la pirca, 2 m en promedio. A los tres años, los alisos tenían 2,5 m a 3 m de altura, y 2 m los quenuales. Los sedimentos del suelo que se habían erosionado al principio, se acumularon en la parte superior de la pirca, tapando el borde superior y formando una miniterraza. El ambiente había sufrido un cambio positivo. Cinco años después, Lombardi et al (1993) constata, en relación a una parcela testigo, un incremento notable de la temperatura mínima, la reducción de un 80% de la velocidad del viento, aumento de un 100 % del contenido de materia orgánica, y una diferencia en favor de 100%, 300% y 733% en el rendimiento de papa, trigo y haba, respectivamente. «Se ve un colchón de hojas, éstas son como abono paralas chacras... además se ve más bonito con árboles, que alegraban... más por el canto de los pajaritos». En los setos vivos y en los pocos espacios vacíos que quedaban, habían crecido en forma natural, plantas de chilca y sheglla.

El manejo Debido al malestar que empiezan a manifestar los comuneros de Ramón Castilla, porque la copa de los alisos produda mucha sombra a los cultivos, «las plantas de aliso crecen cada vez más alto y no dejan crecer los sembraditos de al lado, nosotros queremos que se queden como cerco...», los campesinos y los profesionales del Proyecto CARE/ALTURA deciden iniciar el manejo experimental de los setos de aliso. Dada la naturaleza de la práctica y como lo que se busca es mantener los setos vivos suficientemente compactos, sólo se aplicó poda de ramas. Se ha efectuado dos podas de ramas bajas, la primera a los cinco años, la segunda un año después; para ello se ha utilizado serrucho recto, cortando sólo las ramas laterales que invadían el terreno, eliminando en promedio tres ramas de las más bajas por árbol en la primera poda, y de 3 a 5 ramas en la segunda. Se cortaron las ramas de la mayoría de árboles (80%) y se obtuvo leña de regular calidad y forraje para las ovejas y vacas, «lo que no utilizamos como leña lo come el ganadito y el resto lo colocamos en contorno como abono». Las ramas tenían en promedio 1 cm a 2 cm de diámetro en la base y pesaban en seco 2 kg a 3 kg cada una y 2 kg de biomasa de hojas. Se ha aplicado también el desmoche alto para incitar a la planta a la proliferación de ramas bajas y aumentar el sistema foliar, conformando así un

muro vivo más compacto. Se cortó el tallo a 0,8 m, a la misma altura de la pirca, dejando los árboles más rectos y mejor conformados -por decisión de los campesinos- para que continúen creciendo y a su tumo produzcan madera para arados y para carpintería. Este desmoche se hizo con serrucho, cortando los fustes en bisel; como resultado de este corte nacieron rebrotes, habiéndose contabilizado dos años después 4 a 6 rebrotes de 1,5 m a 2 m de longitud y 2 cm a 3 cm de diámetro, por planta; los árboles no desmochados ya habían alcanzado de 4 m a 5 m y el diámetro se incrementó a 4 cm ó 5 cm. A los seis años se desmocharon los nuevos rebrotes, en esta ocasión a 1,5 m de altura, los que crecían hacia arriba; los que crecían lateralmente se cortaron tratando de conformar un largo muro trapezoidal de l ,2 m de ancho. La evaluación efectuada luego de un año de haber aplicado este tratamiento arroja que se tienen de 5 a 7 rebrotes de 2,5 m a 2,8 m de altura con diámetros de 3,2 cm a 4,0 cm, las ramas de los rebrotes se han entrelazado y se nota buena incorporación de materia orgánica; los árboles que se dejaron crecer libremente han incrementado 2 m en altura y alcanzan ahora 8 m y 7 cm en diámetro. En diciembre de1991 se volvieron a evaluar los alisos. Los datos promedio por planta se incluyen en el cuadro 29.

Se estima que cada dos años se tiene que hacer este tratamiento, pero después de un ano se tiene que realizar un raleo de rebrotes para facilitar el crecimiento de nuevas ramas. La poda de raíces no hay necesidad de hacerlaen forma especial, porque en el momento de la preparación del terreno, la que se practica con yunta y arado, se cortan las raíces, evitando así la competencia con los cultivos.

El caso Túpac Cochán En 1984, en la comunidad de Túpac Cochán, a 3400 m de altitud, se instaló una parcela agroforestal de una hectárea. El sistema tiene 7 líneas plantadas con Alnus jorullensis curvas a nivel distanciadas unas de otras entre 18 a 25 m, en un terreno con pendiente promedio de 30%. Entre las líneas de alisos a manera de callejones, se cultivan seis parcelas de aproximadamente 1600 m2, donde los campesinos conducen cultivos de papa,

maíz, habas, ollucos, quinua y chocho, en rotación escalonada, es decir que mientras una parcela está con papa, la otra está con trigo, así sucesivamente. Los árboles de aliso están influenciados por las mejores condiciones del sitio en comparación a Ramón Castilla, pues el lugar es más húmedo, con menor pendiente, y al pie de la Cordillera Blanca que tiene nieve perpetua. A los siete años han alcanzado de 10 a 12 m de altura y 12 cm de DAP. La copa proyecta abundante sombra a las parcelas agrícolas, habiendo proliferado hierbas como marmaquilla (Rumex acetocella}, lengua de vaca, muña, entre otras. Se encontró importantes cantidades de hojas de aliso en el suelo. En esta plantación se ha efectuado tratamientos de poda de los alisos, con diferentes alturas de corte, las que van de 1,5 m a 3 m. Los resultados preliminares, dos años después de efectuado el corte, se aprecian en el cuadro 30.

En las cortadas a 3 m prolifera follaje sobre l ,5 m de altura; en las cortadas a 2,5 hay más follaje desde la base hasta la altura de corte; en las plantas mochadas a 2 m proliferan mayor cantidad de ramillas. En otro sector de esta misma comunidad Se han practicado los mismos tratamientos incluyendo un testigo sin corte. Los resultados preliminares se aprecian en el cuadro 31.

Esta plantación tiene mayor tamaño y como consecuencia la competencia con los cultivos es mayor. La acumulación de tierra ha logrado cubrir las pircas, por lo que se tiene que aumentar la altura de la pirca para que siga ampliándose la terraza.

MANGO Y OTROS FRUTALES ASOCIADOS CON CULTIVOS ANUALES Y BANQUETAS: CUNDINAMARCA, COLOMBIA14 En lo que fueron áreas depredadas, las familias de Guabinal Cerro y Santa Lucía, y como consecuencia de un proceso de capacitación, han logrado recuperar los suelos construyendo banquetas y manejando el sistema integrado de frutales, cultivos agrícolas, pastos y anímales

El sitio Las fincas se encuentran en las veredas de Guabinal Cerro y Santa Lucía pertenecientes a los municipios de Girardot y La Mesa, respectivamente, en el departamento de Cundinamarca, Colombia. En ambos casos se cuenta con camino carretero de acceso partiendo de la Panamericana Sur desde Bogotá. Guabinal se encuentra a 400 m de altitud, con temperaturas promedio de 26°C a 31 °C, precipitación acumulada de 700 mm, humedad relativa promedio de 68%. La vereda Santa Lucía, en cambio, se localiza a 800 m de altitud, con temperatura promedio de 24°C, precipitación de 1300 mm distribuidas en dos períodos lluviosos, el primero de marzo a mayo y el segundo de setiembre a noviembre. El paisaje en Guabinal Cerro está representado por lomadas bajas, con pendientes de moderada a ligeramente empinada; los suelos son derivados de areniscas, de textura franco arcillosa, con alto contenido de yeso, muy friables y pobres en nutrientes, con erosión laminar y presencia de cárcavas. En Santa Lucía el paisaje es más empinado que el de Guabinal, los suelos son del mismo origen, pobres en fósforo y magnesio, con alto contenido de aluminio, de reacción ligeramente acida. La vegetación natural está representada por espino {Acacia macracantha}, algarrobo {Prosopis sp.), leucaena (Leucaena leucocephala), guadmo (Guasuma ulmifolia), en Guabinal; matarratón (Gliricidia sepium}, Leucaena leucophala, frejolillo, cajeto o nacedero (Trichaníhera gigantea}, igua {Pseudosamanea guacgapele), caracoli {Anacardium excelsum}, escobo (Calíandra sp.), cambulo (Erytnrina sp.), en forma de rastrojos y cercas vivas en Santa Lucía. En ambos casos el cultivo predominante es el maíz, aunque en Santa Lucía se cultivan también mango, naranja y chirimoya, entre otros. La carencia de agua es el principal problema para poder desarrollar la agricultura rentable. La vereda Guabinal Cerro consta de 69 parcelas, de las cuales están habitadas unas 40. Los hogares constan de cinco personas en

14 Información: Agustín Cortés, Claudia López, Mireya Valencia, Deisy Meneses, César Amaya, funcionarios de la Cooperativa Autónoma de Cundinamarca.

promedio; la migración es acentuada hacia Giraldot y otros lugares. En Santa Lucía viven 22 familias compuestas de cinco personas en promedio, también con alta migración. En ambos casos la mayoría son propietarias de sus tierras, teniendo en promedio unas cinco hectáreas por finca. En general, trabajan como jornaleros en otras fincas.

Las parcelas agroforestales La parcela tipo es de doña Blanca de Corona, en Guabinal Cerro. Como la del resto de población de la vereda, hasta hace tres años era un matorral secundario, el que se limpiaba en pequeñas extensiones para sembrar maíz, «antes de tener todo esto aquí no había sino sólo maleza, lo que es pela, uña de gato... la gente no tenía a que echar mano entonces empezó a tumbar cuanto palito había para laleñita, para sacar carbón y buscar e] sustento deesa forma...» Hace tres años la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) inició un programa de preservación, mantenimiento y recuperación ambiental, empezando con acciones de capacitación mediante visitas al programa Checua y otros lugares, así como charlas en el propio lugar; «la capacitación, los cursos directamente en el lote cuando estábamos trabajando, a veces también con filmínas; vi lo del de Checua, a la Poima fuimos a ver un cultivo de mango claro sin banquetas;fuimos a ver el programa de cabras, al Sena a capacitarnos...» Posteriormente se vinculó con la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (UMATA) de Giraldot, la que apoyó el trabajo de capacitación. La parcela está organizada en bandas en contra de la pendiente dedicadas al cultivo, separadas por banquetas en cuyo camellón inferior se ha sembrado pasto king grass {Pennicetum sp.) (foto 33). Todo el conjunto está protegido por una cerca viva. La CAR proporciona capacitación permanente, la maquinaria para aperturar las acequias de infiltración (banquetas), las plantas de los frutales, y el material vegetativo de los pastos y para las cercas vivas. Las familias se han organizado para el trabajo, habiendo alcanzado un alto grado de autogestión, «entonces empezamos a trabajar, nos organizamos, la CAR nos trajo la unidad técnica, nos empezamos a capacitar con ellos y formamos un grupo... las 20 familias han hecho una hectárea en cada predio...» La distancia entre banquetas, que es también el ancho de las bandas de cultivo, está en función de la pendiente, va de 4 a 8 m. En ellas se intercalan a 4 m de distancia en tresbolillo, en hoyos de 0,6 m x 0,6 m x 0,6 m, árboles de mango {Manguitera indica} variedad Tommy, «tenemos anón, mango, guanábanos, naranjos y mandarino, limones, papayos...», cubriendo los espacios libres con cultivos como maíz, yuca, melón, auyama (calabaza), a veces en mezcla y otras un cultivo por banda. Se da especial importancia a la rotación de cultivos, «eso queda más o menos de 7 metros, nosotros hemos hecho otras de tres metros, según el terreno ¿no?, hay partes donde llena mucho, hemos hecho el tabique más cerquita para aprovechar pues, mas el agua no...»

Las acequias, que en conjunto se les denomina banquetas, están construidas en curvas a nivel, a profundidad promedio de 0,5 m, con el ancho en la base de 0,4 m y en superficie de 0,8 m; en su longitud están interrumpidas cada 5 m por tabiques de 0,2 m de ancho. La tierra extraída se ha colocado en el bordé inferior formando camellones, sobre los cuales se ha instalado una línea de pasto kíng grass, el que ha alcanzado buen estado de desarrollo, «bueno al principio se traza con el nivel, puede ser de manguera o lo que sea... le dejamos un puentecito que le sirve porque de pronto se llena y se rompe la una, queda la otra...» El cerco proyectado para ser cortina rompevientos consta de la alambrada en la parte exterior y a 0,5 m por dentro una línea de matarratón plantado a distanciamiento de 2 m; se encuentra en producción de forraje. El sistema es completado por las vacas, ovejas y chanchos con manejo estabulado, gallinas y pavos; además de una poceta para almacenar el agua de lluvia, donde se proyecta la crianza de peces. Cada elemento funciona como parte de un todo: las acequias almacenan el agua que permite mantener la humedad del suelo y con ello el desarrollo de los cultivos; los rastrojos de las cosechas se dejan esparcidos en el terreno, adicionando materia orgánica y contribuyendo a evitar la evaporación; el pasto es cortado y sacado hacia los corrales donde se les proporciona a los animales; éstos, además de producir carne, proporcionan el excremento que es incorporado en la parcela. Se espera que los frutales empiecen a producir para incrementar los ingresos, «esa banqueta pues le está dando la humedad necesaria a lo que está sembrao a la par (abajo), pongamos ahí sembramos los frutales, la yuca, el maíz; los mangos el pasto todo está bonito porque tiene esa humedad, porque sino hubiera eso pues no hubiera nada de eso, no hay erosión y nada...»

El manejo No todas las fincas son iguales, las de cada familia tienen sus particularidades. Para entender el manejo en función a los objetivos de cada campesino y en cada zona agroecológica, se ha creído conveniente separar por prácticas:

Manejo agropecuario frutícola de doña Blanca de Corona Manejo de las banquetas Las acequias se limpian regularmente porque de lo contrario se colmatan con los sedimentos. La tierra extraída se la coloca en la banda de cultivos; si el pasto de los camellones está recién cortado se coloca sobre las sepas a manera de aporque; la limpieza es manual utilizando pala; «orita nosotros sacamos la tierra, se hace mantenimiento por ay cada tres a cuatro meses... la tierra va abajo, pero muchas veces estamos cortando el pasto y la tierra va allí encima nomá...»

Manejo de cultivos agrícolas En las primeras campañas ha sido necesario desmalezar el terreno, pero como los restos de estas plantas así como el rastrojo de las cosechas se dejan esparados en toda la superficie, el proceso de descomposición y la cobertura total no dejan crecer yerbas y a la vez mejoran las condiciones fisicoquímicas del suelo. En estas parcelas no se practica la labranza del suelo; la siembra se ejecuta haciendo un hoyo con la barra; así se siembra el maíz, la yuca, el frijol, la ahuyama, el melón y otros cultivos. Cuando los frutales están pequeños se siembra a mayor densidad para luego ir disminuyendo a medida que aumenta el volumen de la copa de los árboles, sobre todo si se trata de maíz; «el maíz acosa mucho al frutal entonces sembramos yuca, inclusive ya hay que sembrar más poquita cuando crecen más los árboles en lugar de sembrar cuatro plantas sembrar uno, sí señor... la paja del maíz queda en la huerta para que nos ayude al abono, eso va pudriendo y nos va dejando abono animismo, asínomás sin enterrarlo...» Se aplica abono distribuyendo el estiércol en la superficie del terreno, cuidando que para los frutales se coloque alrededor de la planta; de esta manera se acelera también la descomposición de la masa verde incorporada; «nosotros echamos el abono encima nomás a los mangos alrededor de la planta...» Se practica la rotación de cultivos, alternando en las bandas el maíz con otros cultivos; la yuca se siembra a baja densidad mezclada con los otros cultivos. Se obtienen dos cosechas de maíz al año, «sacamos dos cosechas, éste se está cogiendo por allí en julio, se sembró en marzo, luego en setiembre para sembrar maíz». Los rendimientos promedio en la parcela son: maíz, 0,1 kg por planta y por año; yuca, «cada planta de yuca da unos 6a 7kg»; ahuyama, 20 kg por planta al año.

Manejo de los frutales Los mangos desde que tienen un año están sujetos a podas de formación, practicadas por la familia propietaria, y se les abona; «los palos están podados, los guanábanos también...»

Manejo del pasto y ganado Los animales se crían estabulados en pequeños corrales, lo que implica que los pastos tienen que ser manejados por corte. El king grass alcanza en dos meses alrededor de 1,5 m de altura y cubre 1 m a 1,2 m de ancho formando muro vivo, produciendo en promedio (datos de estación seca y lluviosa) 2,5 kg de forraje verde por planta; si consideramos qué una hectárea tiene alrededor de 2800 plantas, produciría 7000 kg de forraje verde por hectárea y por año. El corte es a

ras de suelo y se cosecha cada dos meses aproximadamente. La dueña, con idea de manejo sostenido, para tener forraje todo el tiempo inicia el corte en las parcelas

de la parte baja y va avanzando hacia la cabecera; cuando ha culminado en las últimas y las primeras están de nuevo en estado de corte; «éste está recién cortadito, hace más o menos 20 días que se cortó, terminamos el corte abajo y volvemos acá... cada dos meses más o menos». Al momento, con la parcela se alimenta a ocho ovejas y tres porcinos, suplementados estos últimos con ramillas de matarratón, con yuca y ahuyama. Esta forma de manejo del pasto permite mantener en buen estado las acequias; además, por el buen macollaje y rápido crecimiento en bloques continuos, funcionan como barreras vivas regulando las condiciones microclimáticas.

Manejo de la cerca viva El matarratón ha desarrollado rápidamente, permitiendo iniciar el manejo con desmoche alto a 1,5 m más o menos; también se cortan algunas ramas laterales que van invadiendo el área de cultivo. Dada la riqueza del forraje que produce el matarratón (cuadro 32), las ramillas se suministran a los animales como suplemento de la dieta. Se le reconoce también sus bondades curativas para afecciones bronquiales de los animales. «El matarratón es bueno para los animales, los chivos lo comen mucho, el ganado también lo come bastante, para sombrío también; lo estamos cortando para darle a los animales, en cualquier época, a 1.5m de altura, rama por rama... conforme se necesita... nosotros lo echamos todo. pero lo que deja se saca y se quema en la cocina (leña)... esa parte verdecita, ésa la come... a las gallinas... se la baña y la mejora bastante...» A los tres años, cada planta produce en promedio 10 kg de forraje verde, así que los 400 m de cerca producirían 500 kg al año; si se estima que se poda cada 3 meses, la cerca estaría produciendo 2000 kg de forraje al año. Esta producción puede suministrarse como suplemento alimenticio hasta el 10 % para aves, 25% para ovinos, 45 % para caprinos y bovinos (Chamorro 1992).

El manejo que se practica en la chacra, propiedad de doña Blanca de Corona, permite obtener forraje para que críe 24 ovejas, ó 4 vacas, ó 2 burros con 3 chanchos y 50 gallinas, en total. Si ampliara el sistema a las cinco hectáreas, el lote de animales aumentaría cinco veces también, teniendo la ocasión de dar trabajo a unas tres personas más. «Ahora me sobra bastante comida y tengo que arrancarlo y botarlo, me toca cortar un poco porque me está sobrando ya mucho... las ovejas no son mejoradas... pero van a traer un camero de cabeza negra...»

Manejo frutiagrícola-piscícola en San Joaquín (Santa Lucía) Don Frutoso Daza mantiene su finca de mangos en producción con cultivo de maíz (foto 34) y la crianza de peces y de algunos otros animales. El mango está plantado a distanciamientos promedio de 4 m, sin seguir una distribución homogénea ni preestablecida. Algunas plantas fueron producidas por injerto, otras son injertadas por el mismo dueño en el lugar definitivo. Los árboles desde pequeños son podados para orientar su crecimiento y darles forma de una cesta, para lo cual se eliminan las ramas centrales y a las laterales se insinúa el crecimiento como espaldera vertical. En árboles en producción, la poda se realiza inmediatamente después de la cosecha, «nos dieron un curso para aclare de los gajos del centro y dejarle únicamente los de fuera, desde pequeño también no dejarlo que vaya en vara, quitarle el cogollo, para que no crezca tanto». El mango produce al cuarto año. Cada planta produce aproximadamente 4 cajas (192 unidades). La producción es destinada al comercio en el propio lugar o se lleva al mercado de San Joaquín, donde se vende de 3000 a 8000 pesos la caja (US$ l = 800 pesos), «pues cuando sale harto el negociante viene, en esta estuvo bien el precio a 3000 pesos para arriba la caja... basta 10.000 pesos la caja... en base a la calidad, sacamos muy buen mango, no echamos mango dañao... acá llega mucho mango cbachallao (malo)». En año de buena producción se puede alcanzar 1500 cajas por hectárea. El cultivo tradicional es el maíz; se siembra entre los mangos y se le fertiliza adicionando al suelo úrea y compuestos, «el triple 15 y la úrea, al maíz el triple o el cafetero». Se producen dos cosechas al año, «sembramos entre los meses de febrero y marzo, y volvemos a sembrar en setiembre». Los tallos secos del maíz después de la cosecha, se cortan y se distribuyen en el terreno para que se descompongan. La finca cuenta con dos pocetas para recuperar los sedimentos y el agua en época lluviosa; en ellas se crían cachama negra (Colossoma macropomun), cachama blanca (Piaractus bracbypomus), tilapia roja (Oreocnromis sp.), mojarra plateada (O. niloticus), las que tienen una base alimenticia de concentrado con subproductos como hojas de matarratón, residuos de la mazorca y harina de maíz, mango de baja calidad, residuos de tomate y ahuyama. Se espera obtener peces de una libra de peso a los seis meses de sembrados, «el tomate, la aullama les gusta mucho... ese mango lo echamos a las cachamas».

Manejo frutiagropastoril de don Carlos Casallas La finca tiene manejo agrofrutícola con cultivo de maíz asociado con mangos, naranjos, mandarinas, chirimoyos, que están en sus primeras etapas de crecimiento. Se siembra el maíz a mayor densidad; al momento que las copas

alcanzan mayor desarrollo se siembra sólo en los espacios vacíos que quedan, siguiendo un sistema de taungia modificado; «después de cosechar el maíz se

limpia y se vuelve sembrar... hasta que la mata del mango esté grande, después se siembra sólo los espacios». A los mangos y chirimoyos se les poda para dar forma de cesta a la copa. Luego, cuando han empezado a producir, se eliminan las ramas viejas y se les practica la poda de fructificación, cortando después de la cosecha las partes de las ramas que no tienen yemas florales. .Esto se hace dos veces al año; «se van en varas y no produce, se poda después de Ja cosecha, igual para el mango se lo fumiga también a todos al mismo tiempo; la cosecha es más o menos diciembre enero y orita en junio». La producción promedio es seis toneladas de mango por hectárea, diez como máximo, cuatro de guanábana (25 kg/árbol) y dos de chirimoya; «el mango es el mejor, vale más... el mercado siempre es bueno; cuando hay bastante, baja el precio». En un lote se deja crecer pasto bajo los árboles; entre éstos se han construido las banquetas en forma interrumpida. La familia tiene seis ovejas y tres cabras. Como los animales comen la corteza de los árboles, se maneja el pasto para permitir la crianza semiestabulada de los animales. En el día consumen la pradera por sogueo y estaca, y en la tarde son llevados al corral donde se les suministra matarratón y cajeto; «los animales se comen el mango, los naranjos, la corteza, si yo los pongo acá, los amarro... los saco aquí en la mañana hasta el mediodía y por la tarde al corral o cuando llueve... les cambio de lugar tres veces en el día».

Manejo frutal con banquetas de don Alfonso Clavijo La finca está dividida en parcelas con frutales diferentes cada una, pero sólo la de chirimoya está por el momento con banquetas. El manejo de los frutales se hace en función a los requerimientos de la especie. La chirimoya necesita bastante agua, sobre todo en períodos críticos de formación de frutos, «necesita agua en el momento de la floración; esta pepa es débil al agua... se reciente muy fácil... a los fres cuatro días ya la mata está pidiendo agua» El crecimiento de la chirimoya es frondoso, por lo que las podas tienen que ejecutarse con regularidad, «las que se han apodado empiezan a florear... en parte se hizo una poda pero se está retardando para hacer otra... para cuidar los nuevos, podar aquí y volver a achicar la mata». El manejo es similar al indicado en la parcela anterior. Debido a estas características de la chirimoya y a la carencia de agua en el lugar, el impacto de las banquetas se acentúa en lo referente a la mayor retención de la humedad. La población reconoce este efecto, sin necesidad de contar con datos numéricos. Como don Alfonso riega con bomba, el ahorro en tiempo y mano de obra es impactante, «simplemente a vista le pongo 70%... los resultados los ve al otro día. Una época lo regué a goteo y no alcanzó, entonces la

banqueta duró 18 días y la mata estaba como si le hubiera roceao ese día... de otro modo tenía que bombear mínimo cada 8 días... luego, para llevar la bomba al río, entre motor y bomba pesa 14 a 24 arrobas… hay que trasnochar ay veces lo hacía en dos días y una noche y repetir cada ocho días... las 36 horas de máquina son 18 galones de gasolina, el costo, al tipo que trasnocha hay que pagarle 15.000 en lugar de 5000».

SILVOPASTURAS CON THOLA, LLAMAS Y ALPACAS EN EL ALTIPLANO: ORURO, BOLIVIA15 La cultura del comunero altiplánico de Bolivia está ligada a la thola; con este arbusto cría su ganado, se cura de sus dolencias y lucha contra la adversidad. Tholas, pastos, animales comparten con el hombre, el ecosistema que maneja con sabiduría y objetivos concretos.

El sitio El lugar seleccionado para caracterizar el manejo integrado de un grupo de arbustos denominados tholas, con pastos, llamas y alpacas, cultivos y el hombre, ha sido el ayllu Sullka Sally, perteneciente a la Comunidad Mayor de Turco, provincia Sajama, departamento de Oruro. La vía de acceso es el camino carretero La Paz - Oruro - Turco - Marcarani. La zona se encuentra a 4000 m de altitud. Se caracteriza por tener inviernos secos y veranos con una precipitación acumulada anual de 450 mm, temperatura media de 9°C, humedad relativa muy baja, presentando heladas casi todo el año. Se define la zona de vida como desierto Sub Alpino Templado (d-SATE) El paisaje está dominado por cerros de poca altura y llanuras, por cuyas depresiones corren pequeñas cantidades de agua conformando las quebradas, las que irrigan los bofedales. Los suelos son derivados de areniscas, de textura media a ligera, reacción moderadamente acida y bajo contenido de materia orgánica. La microcuenca en la que se encuentra el ayllu recibe aguas de las nevadas eventuales y de las lluvias, las que discurren en pequeñas cantidades a la quebrada de Marcarani. Toda la superficie está cubierta de tholas, interrumpida sólo por los bofedales en la parte plana. En las laderas se localizan los pocos terrenos de uso agrícola, que se encuentran cuadriculados por pircas; también en la ladera, cerca a la vivienda, se sitúan los corrales para llamas y alpacas; finalmente, en las inmediaciones de la casa están los corrales para las ovejas. Alrededor de las viviendas, las tholas han desaparecido por el constante consumo, del mismo modo que en los bofedales, ya que son especies que prefieren suelos secos. Las especies dominantes en esta parte del ecosistema altiplánico son las tholas (leñas), representadas por la shupothola (Parastrephia lepidophylla}, alpachuthola (R cuadrangulare), chekathola (P phylicaeformis), ñakathola (Baccharis incarum), y algunos sub-arbustos como añawaya (Adesmia spinosisimtí) y cheke (Tetraglochin cristatum}. También pajas como el iruichu (Festuca ortophylla) y sicuya ichu (Stipa venusta); dentro de las gramíneas blandas tenemos a los géneros Poa, Festuca, Calamagrostis, Muhienbergia, etc.

15 Información: José Mallea.

El uso actual del territorio es eminentemente silvopastoril, con pequeñas áreas de ladera para la agricultura. Los animales que se crían son de preferencia las llamas/alpacas, ovejas y muy pocos vacunos. La propiedad por familia es de alrededor de 450 ha, abarcando en general varios subsistemas como tholares, tholar - pajonal, pajonal - tholar, vegetación de serranía y bofedal; las partes altas, incluyendo el bosque de queñua, son de uso comunal. No existe peligro de fragmentación de la tierra porque el padre la deja en sucesión a un sólo hijo, sea el mayor o rnenor; las mujeres no tienen derecho ala tierra.

El sistema Al parecer todos los componentes funcionan condicionados por la presencia de animales, aunque las interrelaciones son en todas direcciones. Los componentes en unos casos ocupan dos estratos en un mismo espacio horizontal (thola y pajas), en otros ocupan el mismo estrato pero en espacios horizontales diferentes (thola - pastos, thola - bofedal, thola - pastos - animales); la parcela agrícola forma parte del sistema en el sentido que se elimina el arbusto para cultivar, pero es parte de la rotación puesto que, después del período de cultivo de una parcela, se espera un tiempo mayor hasta recuperar el equilibrio natural de un tholar antes de volver a cultivarla. Animales, tholas y pastos aportan material orgánico al suelo, pero las tholas sólo ocupan áreas con suelos secos con una densidad promedio de 4700 plantas/ha; si son húmedos los ocupan cierto grupo de pastos de crecimiento cepitoso y pequeño en los bofedales. Los animales extraen biomasa de pastos y arbustos; los cultivos extraen nutrientes pero a su vez proporcionan alimento humano y animal. El hombre aprovecha el producto agrícola y animal, pero hace manejo sustentable para evitar el deterioro. Cada espacio en función a su composición es utilizado para el pastoreo durante los períodos del día, de la semana y del año. El agua se usa para consumo humano, de los animales y para mantener húmedo los bofedales. El tholar proporciona protección de los vientos y abrigo para los pastos, «la thola no le pega al pasto, más bien le cubre pues la thola lo abriga... en esta parte no hay tanto, mira, donde hay leñita siempre hay algo más, mira...»

El manejo En el altiplano la vida se desenvuelve en función a la thola. Hasta se podría decir que la vida animal y humana en estos lugares es posibilitada por la thola. El manejo de cada elemento del ecosistema obedece a objetivos predeterminados. Aunque el ecosistema funciona como un todo en la cultura del

poblador de Marcarani, para mejor comprensión se explica como interacciones separadas:

El manejo de la thola Para el comunario (comunero) de estos lugares, todas las especies leñosas que crecen en su entorno reciben el apelativo de thola; aquí se practica el manejo sostenido de estos arbustos, aplicando los tratamientos siguientes: • Raleo selectivo. Se seleccionan las plantas más grandes, las que se extraen con raíces. Este material es utilizado para cercar los corrales (foto 35), que al cabo de dos años se renuevan. También se sacan algunas tholas para la leña, «lo sacamos las grandes pa' el corralito... cuidamos las tholas pequeñas, las tholas mayores están sacando pa' la leña ypa' corrales... si lo dejamos todo pelado ya no habría pasto» (J.M.) • Extracción de ramas secas. La planta tiene varias ramas básales; las exteriores se van secando y se retiran para la leña, «esos que están secos nomás hay que recogerlo para atizar... los que están verde no» «para la leña, las de edad, esas arden bien... las tholas que están jóvenes arden con humo ya... cada uno de la familia aprovechamos pues... único con leña» (J. M.). El pastor a medida que cuida el ganado va recolectando la leña. • Quema. Se practica en período lluvioso para luchar contra las granizadas, y al final del período seco para permitir el rebrote de los pastos. La thola no muere con la quema, porque de la corona (cuello) nacen abundantes rebrotes, «cuando se quema en junio y julio, va a retoñar en noviembre y hasta que comience a tomar cuerpo va a pasar casi un año... pero ya ha habido el campo suficiente como para que haya pasto» (J. M.).

La thola y la agricultura En las laderas cercanas a las casas se cultiva papa y cebada en pequeñas parcelas, protegiéndolas con pircas perimetrales para que los estragos de las heladas sean menores. Se cultiva papa amarga (luky) para chuño y papa dulce para el consumo en fresco; también se cultiva cebada y habas. Se inicia el cultivo con papa durante dos campañas; el tercer año se cultiva haba y cebada, luego se deja en descanso por 10 a 15 años para permitir el crecimiento de la thola y de esta forma restituir el ecosistema natural con la correspondiente incorporación de materia orgánica; «si lo repetimos cada dos años callpa no da buen producto... llega a cubrir de todo, ya está conforme con todo sus plantas, se cultiva la poroma (tierra virgen)... es la tierra negra». Se cultivan también algunas parcelas en lugares planos. En estos casos se acondicionan barreras muertas con plantas grandes de tholas, las que se colocan en posición vertical sobre pircas o camellones de unos 0,8 m de altura que se levantan cubriendo las raíces con tierra; estas barreras tienen de 1,5 a 2 m de altura.

La thola y la leña La queñua es el único árbol que crece, y en poca cantidad, en la zona. Pero se encuentra en los cerros distantes de las viviendas, por lo que su uso como leña es muy restringido; es la thola la que se usa para preparar los alimentos. En invierno se cocina con cualquier tipo de tholas secas; la dificultad se presenta en verano debido a las lluvias, época en la que cocinan con la ñacathola que es quebradiza y contiene resinas, por lo que arde en estado fresco; «cocino con thola siempre pues,... arde bien, arde más aunque mojadito una vez prendido arde nomás la ñaca» (R de M.). La thola usada en corrales y en cercas muertas es empleada como leña una vez que termina su función en estas instalaciones.

La thola y la crianza de ganado Thola, pastos y ganado se manejan juntos. Llamas, alpacas y ovejas se crían en un solo hato. (foto 36) El manejo de potreros es como sigue: Se practica la rotación por sectores de terreno, tomando en cuenta la calidad de la pradera y la distancia de los puntos a los bofedales. En principio se reserva el mejor canchón para la peor época, la del invierno, «la mitad se guarda para el inferno... desde febrero ya se cuidan hasta mayo»; en los otros canchones pastan en cada uno, un día a la semana. En verano, cuando los animales están fuertes, el hato sale del corral por las mañanas y va consumiendo tholas (foto 36) desde las cercanías de la casa hasta la cima del cerro, y luego emprenden lentamente el retomo, llegando hacia el mediodía ala llanura y bofedales donde continúan pastando hasta el atardecer en que vuelven a los corrales, «en la mañana lo llevamos al cerro, a las 12 ya van bajando albofedal». En invierno el ganado pasta en el canchón que se ha cuidado y destinado para este fin, en las partes planas y en el bofedal, «en invierno albofedal nomás... ya no llegan arriba, están débiles yhace calor...» (J. M.)

El forraje en estas condiciones En condiciones tan difíciles, la selectividad de consumo es relativa. Las especies más palatables son las de los bofedales, las pajas que rebrotan después de haberlas quemado, «hiruichuyhuayllalo come más rico», una especie espinosa (añawaya, chuku) y las tholas. Estas últimas son más apetecibles en época de floración, pero en general son los brotes y las flores los más consumidos, de preferencia en época de escasez; «la thola también come pues el ganado..., llama, alpaca, come... oveja todo come pero temporal nomás come pues, cuando está floreciendo come pues harto... cuando está medio secando come la ñacathola» (Fde M.); «en setiembre el animal consume más thola cuando está en flor y en este tiempo haymenos pasto...» (J. M.)

Los datos promedio de análisis bromatológicos de la thola (en indican que tendría buena cantidad de nutrientes: materia seca 84 a 90, P C. 6 a 10, E. E. 1,4 a 4,5, E. L. N. 52 a 58, cenizas 3,5 a 4,5, calcio 0,5 a 1,2, fósforo 0,15 a 0,35; «al animal le gusta, más fuerza le da la thola, se engordamos, come de todo un poco». Al parecer los períodos de mayor consumo son las primeras horas de la mañana y al atardecer; a eso se debe que junto a las viviendas han desaparecido los tholares. Los animales comen al salir de los corrales y por las tardes antes de entrar en ellos, «en la mañana porque está más fresco y tiene un poco de hambre y en la tarde porque pasan el tiempo allí», «la casa era un tholar, pero los animalitos siempre comen» (R. S.) Cuando cae nieve cubre los pastos, quedando a disposición de los animales sólo las tholas, «en la nevada obligado tiene que comer el arbusto». En estos lugares las heladas fuertes son beneficiosas. En invierno hace falta forraje, pero una fuerte helada influye en la fisiología de las plantas haciendo que el sabor amargo de algunas como el chocho amargo se vuelvan dulces; incluso la ortiga cambia de sabor y los pelos urticantes merman su agresividad, «ese lo consume en mayo cuando llega la helada, el achapalla... la helada lo quema en mayo, lo come como a cebada, es dulce ya, las alpacas lo comen... crece en los corrales» (J.M.), «kelathola está en crecimiento en febrero, marzo crece, luego viene la helada y se hace dulce, ya come el ganado... lo come harto en abril» (J. M).

La thola y el manejo de bofedales Las áreas de mayor uso para el pastoreo son los bofedales. Estos se localizan en forma natural en las llanuras por donde discurre el agua en forma permanente y donde los animales pastan todo el año (foto 37). En los bofedales no hay thola. Se han desarrollado varias tecnologías para la formación de bofedales. La más común consiste en someter el área a riego constante para matar las tholas y las matas altas de paja, las cuales mueren tres años después, invadiendo nuevas especies de pastos cuyas semillas llegan con el agua, «un canalcito hemos sacado, por ahí llega y va humedeciendo abajo por ahí nomás sale el bofedal... tarda, pues las leñas tienen que secar, las pajas tienen que secar.. solitas tienen que secar, sí sacamos ya no da pues...» (F de M.), «con el agua dulce trae semilla...» (R.S). A veces para matar la thola se procede a quemarlas, luego se riega el área.

Los corrales Hay tres tipos de corral: (i) los de las ovejas, que se construyen con plantas grandes de thola. Se extraen las tholas con sus raíces, se cierra con estas plantas todo el perímetro (dejando sólo la puerta, que es también de thola), colocándolas verticalmente y enterrando las raíces (foto); estos corrales se renuevan cada dos

años; (ii) los de llamas y alpacas se hacen en las laderas y sobre muros o camellones de tierra a unos 0,8 m de altura, sobre los que se colocan las plantas de tholas; (iii) los de pircas.

La crianza de los animales El sistema de cría es semiestabulado; en el día pastan en forma libre, bajo el cuidado de pastores. Los machos de llamas (janachos) pastan en las partes altas (suni), los bajan sólo en época de empadre; a veces se obtienen prestados los reproductores a cambio de una cría macho (ancuta). La parición coincide con el inicio del verano, «los janachos están arriba... los traigo de otro lado, a veces nos prestan en diciembre comienzan a parir...». Las ancutas se venden al año y medio o dos años de edad, y las crías hembras reemplazan a las viejas o enfermas. La venta de llamas se realiza en las ferias o los compradores van al lugar. Generalmente se comercializan los machos a partir del cuarto año de edad, «se vende los machos, las hembras viejas es pa' consumo» (J.M.). Una llama adulta cuesta de US$ 40 a US$ 50. La alpaca se cría de preferencia para aprovechar la. lana. Los comuneros practican el mejoramiento genético en función a la demanda de determinado color de lana; en la actualidad el interés se centra en la obtención de color negro, marrón (karua), pardo (paro), manchado (agllo), blanco y marrón (kellua); el blanco no es muy apreciado debido a la poca demanda de lana de este color y porque el animal es más delicado, «queremos volver a negro y plomo, café, ya no el blanco... el blanco es más delicado pues, vamos a comprar machos...» (R.S). La esquila se practica cada dos años con lata afilada, pocas veces con tijeras; la lana es vendida en las ferias y en el lugar.

La thola como medicina La thola es usada en el lugar para aliviar dolencias del corazón, estómago, la tos y resfríos, inclusive para el cansancio y problemas del sistema nervioso; se amarra alrededor de los huesos quebrados o movidos para provocar la soldadura o aliviar las dolencias de humanos y de los animales, respectivamente; «la thola sirve para curar el mal aire... se muele toda dase de thola, se toma como cafecito asímás o menos para el mal aire...», «ñaca... es pa' fractura, a veces se quiebra su mano o su pie se cura con ñacatola, se lo amarra... golpes ñacatola se muele, también para las llamas si se fractura su manilo, se muele y se amarra», «tarathola para el dolor de corazón; pa'la tos es bueno, eso hay que hacer quemar un poquito con azúcar», «la checatola. la supotolala molemos, hacemos hervir más limón, le damos un litro para la fiebre, se recuperan las alpacas...», «todas las clases de thola para la temperatura, para el resfrío», «para la macurca... chocopaco en mate pa' la tarde cuando duelen los músculos, cansancio», «checatola para el dolor de barriga» (J.M.).

La thola y su uso alimenticio En las raíces de la shupothola vive una planta parásita, la que produce una especie de tubérculo voluminoso de hasta 40 cm de longitud por 10 cm de diámetro, denominado ancañoco. El ancañoco presenta dos partes, la primera alargada de color blanco con escamas en forma de brácteas, que es jugosa, suave y se consume; la segunda es abultada (papa) y de color marrón, tiene cualidades curativas utilizándola en forma de infusión; «ancañoco... pa' comer, se come el amañoco el vive de la raíz de la thola. ..da en el mes de abril para la pascua, se come asínomás con un cuchillito, hay que pelarlo, se come como sandía... la papa se llama puro y es medicina, es bueno para colerín así pa' temperatura, se toma en mate es bueno como tecito una pasadita» (J.M.} Se dice que una especie de thola produce una suerte de miel que es consumida por los humanos como golosina, «la ñacathola llora, dulce bota, y hasta dulce da pa' deseo es como miel» (J.M.)

La thola y la lucha contra el clima adverso Las heladas, nevadas, granizadas, tormentas, vientos secos y fríos, son algunos fenómenos que dificultan la vida de humanos y animales. Cuando avecina una granizada, que puede causar la muerte de animales pequeños, se quema la thola; «para la granizada... este tiempo hay granizada cuando ya viene con el relámpago de lejos clarito viene pues... se quema verde nomás porque seco no humea pues...» (R de M.)

SILVOPASTURAS CON PINOS Y OVINOS: COTOPAXI, ECUADOR16 Al pie del nevado Cotopaxi, en la sierra central del Ecuador, unas dos mil ovejas aprovechan los pastizales que crecen en mil hectáreas de bosques de pino radiata y pino patula. manejados para producir a la vez madera para aglomerados, muebles, construcciones y leña; lana, carne, estiércol, y proteger el ambiente

El sitio El bosque, propiedad de la empresa Aglomerados Cotopaxi, se encuentra ubicado en la hacienda San Joaquín, en el sector Chasqui, perteneciente a la parroquia Mulalo, cantón Latacunga, provincia Cotopaxi, a la altura del km 60 de la Panamericana Sur. El lugar se localiza en el páramo a 3200 m de altitud, con una temperatura promedio: media de 10,4°C, máxima 20,4°C, mínima l,5°C (Garrison 1993), precipitación promedio de 800 mm, con meses lluviosos de octubre a mayo, aunque llueve también en los otros meses; el período seco es de junio a setiembre, en que los vientos son fuertes. La zona de vida es bosque húmedo Montano. Los sucios son de origen volcánico, profundos; con un horizonte Aoo de 5 cm, A2 de 25 cm de color negro, A3 de 10 cm color negro café, B2 de 40 cm negro y arcilloso, y un C hasta 2 m de color café claro. La textura de los suelos es franco en todos los horizontes, bien drenados, pH 6 a 6,2, rico en materia orgánica en superficie, contenido medio a alto de nitrógeno total, bajo en fósforo, medio en potasio, alto en calcio, bajo en magnesio, fierro, manganeso y zinc (datos de análisis practicado en el Laboratorio de Suelos del MAG). Las especies dominantes en el matorral natural dentro del bosque son: sacha capulí, chucas, mortiño, romerillo, sacha mortiño, sigse.

El sistema silvopastoril El sistema funciona en unas 1600 hectáreas de bosques de P. radíata y de P. patula, sujetas a podas y raleos, aunque aproximadamente en 1000 hectáreas ha crecido pasto de alta calidad que es consumido mediante pastoreo controlado por unas 2000 ovejas, «porque hay áreas de chaparro que no son aptas para pastoreo» (M.V) El estrato superior está ocupado por la copa de los árboles que, a causa de las podas de ramas y raleos que se practican, permiten entrada de suficiente luz. El estrato intermedio no existe (en las áreas de pastoreo no hay arbustos); el interior está ocupado por las praderas y durante el día también por las ovejas. 16 Información: Mario Vásconez y Germán Escobar, funcionarios de Aglomerados Cotopaxi S.A.

La generación del bosque La empresa Aglomerados Cotopaxi ha comprado la hacienda San Joaquín y otras propiedades, que hacen un total de 4000 hectáreas. La reforestación se inicia en 1979 en que se instalan 81 hectáreas con P. radiata; en 1983 se contaba con 1137 hectáreas reforestadas. Hasta 1993 se ha plantado 2603 hectáreas más, de las cuales 1200 son de P patula. La implantación la ejecuta por contrata la fundación Juan Manuel Durín, que cobra alrededor de 200 US$/ha. Esta empresa utiliza semilla proveniente de huertos semilleros de Nueva Zelandia y Zimbawe, produciendo las plantas en paperpot, la plantación se realiza en cuadrado a 2,5 m x2,5 m (1600 plantas aproximadamente). El prendimiento ha sido bueno y sólo es necesario replantar en campañas con fuertes sequías. La pradera está compuesta por pastos introducidos que se encontraron en el terreno, que tuvo uso agrícola antes de implantar el bosque, y que han ido aumentando por las buenas condiciones microclimáticas y de suelo: avena forrajera (Bromussp.), rye grass (Loliun perenne), trébol (Trifolíum sp.), pasto azul (Dactylis sp,), holco (Holcus lanatus}; y por pasturas naturales como Calamagrostis bogotensis, paspalum (Paspalum graminae), grama (Bouteloua spp.), orejuela (Alchemilla orbiculata) y otras (Valencia 1991).

El programa ovino Se inició hace diez años, motivado por los pastizales que crecían en abundancia dentro de los bosques a cuyos árboles se les había practicado la primera poda de ramas. Se inicia con 200 ovejas de procedencia local, criollas y media cruza, todas hembras, introduciendo como raza mejorante machos puros de raza Corriedale a fin de ir mejorando la calidad de las crías por medio del cruce. Luego se adquieren 300 hembras con sus respectivos machos de la raza Romney Marsh, caracterizadas por tener doble parto y doble propósito, lana y carne, las cuales no prosperaron en el medio, «nos dijeron que se trataba de animales que parían doble y era mejor que la Corriedale, pero fracasó» (G. E.). La Corriedale, entonces, resultó mejor debido a su prolificidad y rusticidad. Se continuó el programa con la raza Corriedale, logrando obtener animales de buen aspecto con alta producción de carne y lana, adaptados a las condiciones del medio, «una raza de doble propósito que nos na servido para obtener lana y carne a la vez». Al momento se crían unas 1800 ovejas (600 a 700 hembras, 250 capones, 200 maltonas, 200 maltones, 40 reproductores, 200 crías y 200 en venta), «empezaron con 200 animales, a partir de entonces se na ido purificando la raza. Se ha definido la raza mejorante, la Corriedale» (G. E.).

Las interacciones Solamente 1000 hectáreas del bosque se manejan bajo el sistema silvopastoril. Las interacciones son notorias: los pastos muestran color

verde intenso y, aunque no se consumen totalmente, en dos o tres meses alcanzan unos 20 cm de altura. Los animales que aprovechan este pasto se nutren bien porque no necesitan ninguna dosificación alimenticia adicional; cada día incorporan aproximadamente 200 a 300 gr de estiércol fresco al suelo por animal (1 a 1,5% de su peso, asumiendo que la mitad lo deposita en el día), o sea media tonelada de abono fresco por día; los árboles desarrollan sin interferencias. «El árbol ha influido en el crecimiento del pasto, entonces la alimentación de la oveja dentro del bosque ha sido pues una complementación mutua de las dos partes: animales y árboles; la oveja produce un abono naturalcon sus excrementos y orina, esto ha permitido que el pasto siempre retoñe en buena forma, más aún la humedad que facilita el bosque» (G. E.). El suelo no presenta signos de erosión, salvo en los caminos. Las ramas obtenidas en la primera poda y que se dejan en la superficie, muestran descomposición avanzada; se observa buena cantidad de hongos de la especie Suillus luteus.

El manejo silvopastoril Aunque árboles, pastos y animales se manejan como elementos de un sólo ecosistema (foto 38), por facilidad de comprensión se analizan por separado.

Manejo de los árboles El manejo del componente arbóreo es semejante en las dos especies, difiere únicamente la edad a la que se practica la primera poda. En el P radiata es a los cuatro años; en el P. patula es máximo a los tres, debido a que en los verticilos inferiores de los árboles de esta especie se forman varias ramas que engruesan rápidamente y producen más sombra disminuyendo el crecimiento del pasto; «en el patula a los tres años máximo, tiene una característica que de los molinetes inferiores o bajos engrosa demasiado las ramas y si se le deja crecer aparte de lo que le quita vigor a la planta el trabajo se vel ve muy fuerte» {M.V.}. Esta primera poda en las dos especies se practica con sierra, en las ramas de hasta dos metros de altura aproximadamente en el P. patula;al P. radiata se le poda hasta 2,5 m. Las ramas extraídas sirven para separar los potreros a manera de cercas muertas o se las deja secar y descomponerse en el mismo lugar. A los seis años se practica un raleo mixto selectivo que retira aproximadamente un 35% de los árboles, es decir unos 600 árboles que producen alrededor de 20 m3 a 25 m3 de madera aprovechada como chíps para los aglomerados. No se tiene todavía rodales de P. patula en condiciones de practicar el segundo raleo. En los rodales de P. radiata, el segundo raleo se practica cuando los árboles tienen 12 a 13 años cosechando alrededor del 60%, es decir 600 árboles que producen unos 70 m3 de madera; las ramas y la madera delgada se «chipea»

para los aglomerados. Después del raleo el pasto crece rápido, sobre todo en verano.

Los raleos se realizan en períodos secos de junio a setiembre y de diciembre a enero. Los árboles que quedan en pie son podados (foto 39) hasta una altura de 7 m a 8 m (hasta la mitad de la copa); estas ramas son molidas en el mismo lugar, al igual que el resto de madera delgada, con una máquina portátil. De las ramas se obtiene aproximadamente 30 m3. Con estos tratamientos se espera la corta final que tendría lugar pasados los 20 años, aunque es posible que se practique otro raleo si las condiciones biológicas de los árboles lo ameritan, «posiblemente habrá que hacer un tercer raleo, llegaríamos máximo a unos 250, veremos cómo va evolucionando» (M.V) Los datos sobre tratamientos y producción aproximada por hectárea de P. radiata y P,patula en la Hacienda San Joaquín, se resumen en el cuadro 33.

Manejo de pastos y animales Los animales pasan el día pastando en el bosque y en la noche en los corrales. Salen de los corrales a las 7 de la mañana y regresan a las tres de la tarde; toman dos horas en el camino hacia y de vuelta del bosque, que queda de dos a tres kilómetros de distancia, pastando alrededor de 8 horas. Los corrales son móviles compuestos por talanqueras; los animales permanecen en un sitio de cuatro a cinco noches, luego se traslada el corral a otro lugar, de esta forma se va abonando el terreno

para el cultivo de pastos para el ganado vacuno y hembras recién paridas. Este manejo permite obtener lana con poca suciedad. El cuidado de las ovejas esta a cargo de cinco pastores. Los rebaños están conformados en forma separada por clases: «dividimos en 350a 400 ovejas por rebaño; tenemos un rebaño de capones, un rebaño de madres, un rebaño de padres, un rebaño de maltonadas, están adecuadamente distribuidos, como clases están bien controlados» (G. E.) Anualmente nacen más o menos 400 ovejas, de las cuales la mitad pueden ser machos los que son castrados; «se les capa para obtener rápido crecimiento y mejor aprovechamiento de pastos... poder obtener carne más rápido y poder vender un capón de mejor peso». Los pequeños pasan algunos días con las madres en las praderas cerca a los corrales, hasta que puedan caminar hasta el bosque. El calendario de tratamientos se cumple rigurosamente, «se le da sal una vez por semana, cada lunes...» (un pastor), como se aprecia en el cuadro 34.

Las praderas se dividen en canchones de 3 a 4 hectáreas cada una, según la calidad del pasto; la separación se hace mediante cercas muertas que se construyen con las ramas que se sacan en la poda. Cuando el pastor observa que las ovejas han consumido adecuadamente los pastizales pasan el hato al siguiente canchón, llegando al mismo cada dos a tres meses, «según la estación en dos meses terminarnos la corrida desde abajo.., en siete lotes, hasta acabar de abajo hasta aquí ya está de nuevo en dos meses» (pastor). Se estima que al momento la pradera está subutilizada, pues podría soportar mayor cantidad de animales. La producción de pastos en promedio es de 2000 kg/ha de materia seca (Garrison 1993), es decir soportaría 2 ovejas/ha/año en los sitios pobres y 8 a 10 en los mejores,

6 en promedio (Delgado 1994). Los pastos que más consumen las ovejas son el pasto azul, rye grass, toyco, tréboles, paspalum, etc. El número de animales se mantiene más o menos estable, porque las nuevas crías sustituyen a un número semejante al que sale del hato; anualmente se sacan entre 200 y 250; «la política nuestra está en mantener un número adecuado de explotación, para el camal y para cumplir con compromisos que se tiene con la misma gente que trabaja en la institución...» Los animales de saca están constituidos por: (i) los capones que alcanzan dos años obteniendosu máximo de peso y han proporcionado lana en dos esquilas, (ii) las hembras y algunos machos que han cumplido su ciclo de reproducción, (iii) un lote de camerillos y borreguillas de 6 a 11 meses aptos para la reproducción, los que se venden para la crianza en sus hogares, exclusivamente a los trabajadores de la empresa. De las crías producidas, generalmente la mitad son machos y la otra hembras. Del lote de crías machos se seleccionan y se castran para ser engordados durante dos años, pasados los cuales son destinados al camal; las hembras pasan a incrementar el lote de madres, pero con mejor pureza de sangre. La mortandad de los animales alcanza de 10 a 15%.

Beneficios obtenidos Los productos que se obtienen al momento son:

Del componente arbóreo Leña: Producto de la primera poda y algunas ramas de la segunda. La población aprecia el material leñoso. Madera para aserrío: En el segundo raleo se retiran árboles de buenas dimensiones, «el segundo raleo ya sale algo para aserrío, con fuste de 18 hasta 20 cm». Madera para aglomerados: Se obtiene troncos y ramas gruesas en el primer raleo, árboles delgados y ramas del segundo raleo, y ramas de la segunda poda; «de la poda alta que hacemos, esa rama la molemos con una chipeadora móvil que tenemos aquí, esos chips lo mandamos a la fábrica». En el primer raleo se obtiene unos 25 m3/ha sin incluir ramas; en el segundo se ha obtenido 70 m3, incluyendo las ramas sube a 100 m3. La producción se estima que podría llegar a 400 m3./ha, pues de un bosque sin manejo y en edad de corta en condiciones semejantes de sitio se obtiene esta cantidad de madera pero de baja calidad. Para practicar la primera poda se utilizan cinco obreros por hectárea; para el primer raleo más o menos 10 personas; en el segundo se ha utilizado 40 personas/ha. La tarea incluye corte, desrrame, troceado y cargado al camión. La instalación de la plantación cuesta 200 US$/ha.

Del ganado Los productos que se obtienen de los animales son: Lana: Cada oveja produce en promedio 2 kg de lana por esquila, la que se vende a 2500 sucres/kg (US$ 2,2). Es una lana con mecha apropiada para la industria textil, de 12 cm de longitud, 56 micras de grosor y de buena aceptación en el comercio. Tiene un sucio natural debido al polvo del suelo en verano; se dice que la acícula no lo ensucia. La lana se vende a la empresa Textilana. Carne: Los animales adultos se venden con un peso promedio de 40 a 45 kg en vivo lo que se comercializa a 2000 sucres por kg de peso vivo (US$ 1.0 =2100 sucres). Los capones se venden al segundo año; otros de 6 a 11 meses para el personal de la fábrica. Se vende en vivo para crianza familiar. Estiércol: Se utiliza para los potreros fuera del bosque, que son sectores con pastos para las vacas y caballos. El personal encargado de la conducción ganadera está compuesta por un técnico ovejero, un mayordomo y cinco pastores.

Impacto ambiental Aunque no se ha cuantificado, se puede aseverar que el suelo se encuentra protegido y la erosión es mínima; que dentro del bosque el aire es fresco y más húmedo que fuera de él; que los pastos crecen vigorosos, rebrotando rápidamente después del pastoreo. Las ovejas viven en estado sanitario satisfactorio, aportan al ecosistema abonando el terreno y eliminan el pasto que, cuando seco, mantendría latente el peligro de incendios.

Limitaciones Los encargados de la administración y conducción del sistema silvopastopril reconocen como limitaciones las siguientes: • El período de espera entre la plantación y el ingreso de los animales al bosque, pues se tiene que esperar que los árboles alcancen tres a cuatro metros de altura para que el animal no interfiera el crecimiento del componente arbóreo, «así, el ovino, por ser un animal menor, ha sido introducido sin ningún factor desfavorable para la planta». • Los depredadores, como el puma, león americano y lobos; «aquí hay animales, la puma, el león.. lobo; el perro se encarga en seguida de repuntarse por el monte» (pastor). • La dificultad para el pastoreo. Los animales transitan por el bosque a pesar de tener buen pasto y disponer de cercas, pero los árboles impiden la visibilidad. El traslado del corral al bosque implica cuidado constante, más aún si se tiene

animales pequeños; si queda alguno en el bosque, el pastor debe regresar en su búsqueda; el pastor permanece solo en el bosque.

SILVOPASTURAS CON PINOS: CAJAMARCA, PERÚ Por influencia de varios proyectos de desarrollo, la Cooperativa Agraria de Trabajadores Porcón ha zonifícado sus doce mil hectáreas de terrenos, dedicándolos a bosques de coniferas, a praderas naturales donde se crían tres mil ovejas, a pastos cultivados criando medio millar de vacunos de doble propósito, a la agricultura; con un manejo sostenido ha logrado bienestar social y buenos rendimientos

El Sitio Porcón se encuentra a 40 km al norte de la ciudad de Cajamarca, en la sierra norte del Perú. Los sitios dedicados a bosques se caracterizan por tener un paisaje de lomadas y colinas entre 2900 m y 3500 m de altitud. El clima en esta zona es el típico de la jalea, con temperatura promedio l2,8°C, precipitación anual 1100 mm, humedad relativa 67%, 180 días con lluvia, con períodos discontinuados de heladas, en una zona de vida bosque muy húmedo Montano Tropical (bmh-MT) y paramo muy húmedo -sub alpino Tropical (pmhSaT). Los suelos en su mayor parte son derivados de rocas volcánicas y de areniscas en menor superficie, con pendientes de moderadas a empinadas; horizonte A orgánico de superficial a moderadamente profundo, sobre un C degradable y penetrable; ricos en nitrógeno total, pobres en fósforo y de contenido medio de potasio; reacción ácida. La vegetación natural está representada por gramíneas de los géneros Calamagrostis. Stipa, Paspalum, Agrostis. Posr, por otra parte, donde se ara para cultivar invade el Rumexacetocella. En las riberas y en las partes húmedas de las vertientes o quebradas, al igual que en los contrafuertes de las acequias naturales, se puede encontrar pequeños manchones de montes de aliso (Alnus jorullensís), quinuales (Polylepis racemosa), quishuares (Buddieja spp.), chilcas (Baccharis spp.) y otros arbustos. «De allí sacábamos la leña». Actualmente la población está organizada en la Cooperativa Agraria de Trabajadores (CAT) Atahualpa Jerusalén, con unos 750 habitantes pertenecientes a 84 familias, los jefes de 47 de las cuales, son socios. Cuentan con 12.880 hectáreas de terreno; en el 63% se ha instalado bosques de pinos, el 21% está dedicado a praderas naturales con predominancia de pajonal, el 12% son eriazos, en el 2% se han cultivado pastos y sólo el l ,3% está dedicado a cultivos agrícolas. A partir de 1976, la CAT se ha visto beneficiada con la intervención de varias instituciones que han instalado las plantaciones de pino, en su mayoría arreglando el reparto de la futura cosecha de la madera en partes iguales con la Cooperativa: Centro de Investigación y Capacitación Forestal (CICAFOR), Proyecto de Reforestación con Apoyo Alimentario (PRAA) del

Ministerio de Agricultura, Proyecto Piloto de Reforestación de Cajamarca (Cooperación Técnica Belga - Comunidad Económica Europea) y Asociación para la Investigación y Desarrollo Forestal (ADEFOR). La investigación condiciona el manejo de los recursos naturales, los cultivos a sembrar, los animales a criar, las labores a realizar en las chacras, pastos, bosques, etc. La población ha vivido dependiente de la investigación.

El manejo silvoagropecuario Existe racionalidad en el manejo del suelo, agua y árboles; se han zonificado las áreas para bosques, praderas naturales y artificiales, y para cultivos agrícolas. Las doce mil hectáreas son manejadas con objetivo silvopecuario agrícola. Los bosques son en su mayoría de Pinus patula, P. radíata, pero también se ha plantado en menores extensiones P. pseudostrobus, P. greggii, P. muricata, P. montezumae, entre otros. Los bosques de mayor edad son los de P radiata (30 años), los demás tienen 13 años o menos. (foto 40). Se crían bajo cuidado de pastores y a pastoreo libre pero con rotación de canchones, unos tres mil ovinos de raza Comedale, unas 150 alpacas y 50 vacunos Hereford. En 250 hectáreas de pastos cultivados de Dactylis glomerata. Festuca arundinacea, Trifolium repensy en menor cantidad Avena fatua, se crian bajo pastoreo controlado medio millar de vacas de raza Brown swíss. En 80 hectáreas de terreno de vocación agrícola con setos de contención de Polylepis racemosa, se cultivan en rotación trienal y en una campaña agrícola por año, papas de variedades mejoradas comprobadas insitu, habas, trigo, cebada, chocho, etc.

Las silvopasturas Pastoreo dentro del bosque La experiencia en silvopasturas se inicia con el raleo que se practica en el bosque de P. radiata. Luego, a consecuencia de la mayor incidencia de la luz en el suelo, se observa mayor cantidad de pasto aunque muy maduro y que el Paspalum sp., que es el que aprovechan las ovejas y los vacunos, se encuentra muy deteriorado debajo del pajonal. Los campesinos que han vivido todo el tiempo en la zona saben que los caballos aprovechan el pajonal alto, que tienen hábitos de consumo diferentes a ovinos y vacunos, y que después que han pastado estos equinos el rebrote surge mejor. Se decidió pastar 10 caballos en 60 hectáreas; luego de 5 meses los caballos habían comido el ichu y otros pastos de consistencia no muy dura; dos meses después de la salida de los caballos sobrevino el rebrote de pastos palatables para los ovinos (foto 41). El esquema de manejo de los árboles de estos rodales se resume en el cuadro 35.

ADEFOR ha iniciado los trabajos de investigación silvopastoril en los rodales de Pinus patula de siete años de edad, haciendo pastar temeros. Sanabria (1993) considera que la carga animal de las pasturas en este lugar luego de la primera poda del P. patula, es de 3 ovinos por hectárea. La unidad animal (UA) corresponde a un vacuno adulto de 450 kg de peso vivo. En base a la producción observada en poblaciones de P patula en el lugar (80 m3/ha a 10 años). Padilla y Cartón (1993) proponen el esquema de manejo para fines silvopastoriles, con tres raleos y la tala final a los 26 años. (cuadro 35)

Crianza semiestabulada de ganado vacuno Los potreros de pastos cultivados ocupan las partes planas .''tienen cercas de alambre y dispositivos de riego por inundación en parcelas separadas por acequias secundarias. Los 450 vacunos están separados en clases, vacas en seca, vacas en producción y terneras, y pastan durante el día. Los animales pasan la noche en los establos. El ordeño se efectúa dos veces, durante las primeras horas y al atardecer.

Beneficios de la sílvopasturas

La población reconoce que el ambiente ha mejorado; indican que antes hacía mucho frío y que las heladas eran más fuertes. Los datos comparativos de temperatura y humedad durante cinco días dentro de

los rodales y fuera de ellos indica que la máxima pasa de 17,6°C a 19 16°C la mínima de -0,67°C a 0,67°C y la humedad relativa de 92% a 95% (Flores et al 1994). Al realizar la poda de ramas y el primer raleo en los bosques de pino se obtiene madera delgada, casi todo para leña. En una primera poda de P patula a los 7 años de edad. se han eliminado en promedio 20 ramas por árbol, obteniendo 9000 kg de leña seca por hectárea, la que servirá para que una familia de 8 personas cocine durante dos años (consumos 1,5 kg de leña seca por persona y por día). La calidad de la leña es reconocida sobre todo por las mujeres, quienes manifiestan que la del pino es buena cuando está bien seca, que arde con facilidad,

rápido infiere sabor agradable a la comida; «antes no había leña, sacábamos de lejos, de los quinuales, ahora ya tenemos

mucha leña, sólo o recogemos y lo sacamos a la carretera, después el camión lo lleva hasta cerca a ¡a casa; esta leña arde bien, con harta calda y se cocina rico». De otro lado, se aprovecha el material leñoso del P. radiata en postes y, si son más gruesos, en la preparación de tablas y cuartones (para patas de sillas, armazón de camas, puertas, etc.). En Porcón las silvopasturas forman parte de un sistema mucho más complejo, que ha sido determinante en la obtención de mejores condiciones de vida de la población: no hay población joven analfabeta, hay trabajo para la mayoría, la Cooperativa reparte útiles escolares para los estudiantes de preescolar, primaria, secundaria; para los socios hay reparto de utilidades, se da apoyo a las comunidades vecinas con pastos, leña, madera, semillas, etc. «Estos animales no son de la cooperativa, son de los vecinos, nosotros les damos pastos por 15 días, pero ellos nos apoyan cuando se presentan los incendios, nos ayudan a apagarlo, así nos llevamos bien...» (F.Ch.), «nos dan los útiles, en eso ya no gastamos, pero antes no era así» (R. XX). Mediante las silvopasturas se amplía el área de pastoreo y lógicamente será posible tener más animales; en campo abierto pueden pastar 2500 ovejas durante un mes, lo que indica que pastando en los pinares el hato aumentaría. «Cortando el pasto seco primero para que brote, podemos tener más ganado, ahora están menos las manadas porque no hay campo, no hay espacio, será hasta que los árboles tengan cinco años nomás...» (Rosario).

Limitaciones reconocidas de las silvopasturas Se tiene que esperar que los árboles alcancen la altura conveniente para que los animales entren a la pradera, pues de lo contrario causan quebraduras de ramas, malogran los fustes. Se dificulta el cuidado de los animales, por la poca visibilidad y el rápido desplazamiento sobre todo de los ovinos. Los pastos necesitan un cuidado especial para tener un buen rebrote, el que en campo abierto lo obtienen mediante la quema.

Selectividad de consumo En presencia de pastos diversificados hay una fuerte selectividad de consumo, las ovejas son más exigentes, luego el ganado vacuno, y los de menor exigencia en este aspecto, el caballar y los auquénidos. «El canay lo come las ovejas y el ganado, este pasto más crecido lo come el caballo, el vacuno y ovejas ya no lo comen porque está muy duro; La alpaca come este tumbaburro» (F.Ch.); «las ovejas comen trébol y zaraquegua; a las lecheras les damos pasto cultivado con riego» (Rosario).

SILVOPASTURAS CON PINUS RADIATA: CHIMBORAZO, ECUADOR17 En la cima de un cerro erosionado, la comunidad de Cacha Chuyug generó una plantación de 90 hectáreas de pino radiata. Luego de cuatro años, dado el buen crecimiento, han cosechado pastos por corte, ahora pastan ovejas y manejan el bosque.

El Sitio La plantación de Cacha Chuyug se encuentra a 3600 m de altitud, en la provincia de Chimborazo, a 15 km de la ciudad de Riobamba, en los Andes centrales del Ecuador. Es un lugar frío, pues la temperatura promedio es de 9°C, la máxima de l6°C y la mínima de 0°C; llueve de 800 mm a 1000 mm al año de noviembre a abril, presentándose los meses secos de junio a setiembre. El suelo es de textura franca, de 20% a 40 % de pendiente, pH ligeramente ácido. La plantación es de la comunidad de Cacha Chuyug, compuesta por 200 familias con cinco miembros en promedio cada una. En la época en que se instaló la plantación de Pínus radiata (1981 - 1983), el área mostraba claros signos de desertificación debido al sobrepastoreo. Historia de la plantación La Comunidad decidió generar un bosque por influencia del Programa Nacional Forestal (hoy INEFAN), en base a un convenio entre la institución mencionada y la comunidad. El distanciamiento inicial fue de 2 m x 2 m; el prendimiento fue bueno. Una persona cuidaba diariamente la plantación para que no ingrese el ganado; de esta manera los arbolillos crecieron sin interferencia de los animales, «ningún animal ha entrado al bosque.si querían pasto, se' permitía el corte con hoz y en forma limitada, mas no a pastoreo directo, esto ha permitido el buen desarrollo de los árboles» (M.R). Ocho años después, debido al desarrollo alcanzado se acentuaron las características propias de la alta densidad, 1325 árboles por hectárea en promedio: las ramas se entrecruzaban, había interferenda de las copas, las ramas bajas carecían de acículas; las hojas secas se habían acumulado en el suelo con poca o nula descomposición, el pasto que como consecuencia de la protección había crecido fue desapareciendo, dando paso a la generación de una espede de tapiz de orejuela (Hydrocotyle mexicana) y oreja de cuy (Achemilla orbículata). Como la especie no tiene poda natural, las ramas bajas (muchas de ellas muertas) daban mal aspecto; 17 Información: Marcelino Pita, Coordinador zonal del Proyecto Desarrollo Forestal Campesino del Ecuador.

una buena cantidad de árboles estaban deformados, con bifurcaciones, otros con la guía terminal muerta; el aspecto general era malo. Como consecuencia de la asociación micorrítica de los pinos, entre el colchón de acículas y el tapiz de hierbas ha crecido una población de hongos de las especies Boletas luteus, Telephora terrestris. Lacearía laccata, entre otros; los primeros llamaron la atención de los degustadores de champiñones.

El manejo silvopastoril Cumplidos cinco años se notó el buen crecimiento del pasto, pero no se permitía la entrada de las ovejas; el pasto se cosechaba por corte y se proporcionaba a los animales fuera de la masa forestal. Con el correr del tiempo las copas de los árboles fueron cerrándose, disminuyendo la cantidad de pasto; es cuando los técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) pensaron en aplicar el primer raleo. Las pasturas. Se han identificado las siguientes especies de pastos: holco (Holcus lanatus}, timote (Calamagrostis bogotensis), kikuyo (Paspalum gramínae), cyperus (Cyperus spp.), avena forrajera (Bromus lanatus), pasto fino (Festuca dorychophyla), pasto alto fino (Lolium sp.), Bouteloua spp., oreja de cuy (Alchemilla orbiculares, musgo nigua (Azore/la peduncularís), orejuela (Hydrocotyie mexicana), flor amarilla (Bidens humilis), perejil (Geranium chíloensis), sangre de toro (Rumexacetocella), Plantago spp., taraxaco (Taraxacum offícinalís), trébol mixto (Trifolium amabile), menta (Verónica peregrina}. El raleo. Se ha practicado un raleo selectivo mixto hace tres años, cortando con motosierra aproximadamente el 40% de los árboles, en forma ascendente de los de menor a los de calidad ligeramente superior. La madera obtenida se retiró una vez que los árboles habían dejado caer sus acículas y el material leñoso se había secado; se la usó únicamente para leña, repartiéndose equitativamente entre toda la comunidad. A los árboles que quedaron en pie se les podó las ramas bajas hasta más o menos el 40% de la altura total, actividad que fue realizada por las mujeres de la comunidad (foto 41), quienes son cuidadosas en practicar el corte a ras y sin causar lesiones a la corteza del fuste. El inventario practicado en las parcelas de estudio a principios del año próximo pasado, a 11 años de haberlos plantado, arroja los resultados mostrados en el cuadro 37. Resultados preliminares de evaluaciones tendientes a determinar la producción herbácea bajo la influencia de intensidades de raleo, indican que a menor densidad aumenta la cobertura .herbácea, y como consecuencia aumenta la producción forrajera. Los datos se muestran en el cuadro 38.

Actualmente la comunidad en asamblea ha decidido permitir la entrada de ovejas de los comuneros, sin limitar la cantidad. Para ello debe pagar 200 sucres (US$ l = 2000 sucres) por oveja adulta y por mes. El control lo realiza diariamente un delegado de la directiva en el bosque, habiendo constatado un promedio de 30 ovejas. No se hace rotación de potreros. Con los fondos recaudados por este concepto, la comunidad compra zapatos y útiles escolares para los niños de la escuela. Impacto ecológico. Dentro del bosque se aprecia un microclima especial, los vientos no soplan tan fuerte como fuera del rodal; en momentos de insolación fuerte, al interior es posible gozar de aire fresco y lógicamente la sombra es agradable. El suelo se ha regenerado en calidad, ahora crece pasto, mientras que donde no se plantó el lugar sigue inhóspito.

SILVOPASTURAS CON PINUS FATULA: LOJA, ECUADOR18 En una parcela de pino patula sometida a raleos y podas, una campesina de Saraguro pasta vacas y ovejas, cosecha leña y postes, recolecta hongos y piensa obtener semillas.

El Sitio En la comunidad de Hincho, a 3 km de Saraguro, en la provincia de Loja, Ecuador, algunas parcelas donde las plantaciones de coníferas han reemplazado parcialmente al monte secundario que surgió a consecuencia de la destrucción del bosque debido a la presión por la tierra. El paisaje en general es de utilización silvopastoril, en el que se combinan manchones de pastos naturales linderados por cercas vivas compuestas de arbustos o por pequeños bloques de monte natural (purmas) que desarrollaron como consecuencia de la quema o roso de las masas naturales. Este paisaje de lomadas y colinas tiene alta cobertura herbácea y arbustiva. Los suelos son de origen volcánico, de poco profundos a profundos, pendiente moderada a empinada, textura media, reacción ligeramente ácida, fertilidad natural buena, ricos en materia orgánica. La vegetación natural está representada por pequeños relictos de bosque natural compuesto por laurel de cera (Myrica pubescens), cucharillo (Embothyum grandíflorum, sarar (Weimnannía fagoroides), mora silvestre (Rubus glabratus), jopaya (Mackleanía popenío), pichana (Brachyotum ledífolíum), quillullu (Miconia sp.), chilca (Baccharís floribunda), duramil o duramin (Tibouchina laxa), pega pega (Písonia macranthocarpa). Las pasturas naturales representativas son el pasto bermuda o grama (Cynodon dactylon) , kikuyo (Pennícetum clandestínum), grama nativa (Pannicum sp.), paja ichu (Stipa ichu), sigsig (Cortaderia), trébol nativo (Triifolium repens, etc. Se cría ganado vacuno, lanar y caballar. En el área no se practica la agricultura, propia de los ecosistemas situados a menor altitud, pero los campesinos poseen tierras en dos o más zonas agroecológicas distintas, teniendo acceso a una variedad importante de productos alimenticios y medicinales. El árbol es fuente de leña, abundante en la región, de madera para construcción y para herramientas (mango de hachas, azadones, lampas, etc.). Las achupallas que como plantas epífitas crecen sobre los árboles son utilizadas como forraje para el ganado mayor y para los cuyes, sobre todo en temporada seca. En la zona los indígenas consumen los hongos del bosque (Agaricus y Boletus), conocidos como «callambas».

18 Información: Augusto Pinzón, CARE/PROMUSTA. Cañar, Ecuador.

La parcela silvopastoril La propietaria de la parcela, doña Juana Sarango, tiene como actividad principal la agricultura, la crianza de animales menores y una tienda de víveres. Como la mayor parte de campesinos en el lugar, doña Juana cría ganado en potreros de pastos naturales, pero conduce además una parcela de 0,3 ha, en la que hace 9 años, con el apoyo del proyecto CARE/PROMUSTA y con participación comunal, se plantó Pinus patula a distanciamiento de 2,5 m, en cuadrado. El prendimiento de los arbolillos fue bueno y el crecimiento inicial bastante rápido; la cerca de protección con alambre de púa no ha permitido la entrada de animales, y tampoco se presentaron daños por microorganismos patógenos. La parcela tiene acceso por vía carrozable; es atravesada por una acequia de riego, agua que humedece el suelo por filtración. El bosquete está limitado por una cerca viva que cumple las funciones de cortina rompevientos conformada por varias espedes, entre las que destacan el sarar, cucharillo, laurel, chilca, mora, joyapa, llashipa, dumamil, a pichana, escoba, pegapega. El bosquete ha sido manejado con podas y raleos, por lo que la densidad es menor en relación a la inicial. Esto ha permitido el crecimiento del pasto bajo el dosel, una mezcla de grama, pasto blanco, estipa, trébol, etc; los pastos alcanzan una altura promedio de unos 0,2 m, no crecen más porque están sujetos al pastoreo. El aspecto general de la parcela es bueno, los árboles están sanos, el suelo dado a la cobertura vegetal no muestra signos de erosión, las acículas que caen de los pinos se van acumulando aunque no en cantidades altas como para impedir el crecimiento normal de los pastos. En época lluviosa proliferan cantidades importantes de hongos superiores: Suillus luteus, Agarícussp., Laccaría lacata, Telephora terrestris, entre otros.

El manejo Para ejecutar la plantación se ha practicado el desmonte, eliminando los arbustos de crecimiento alto; no se ha aplicado fertilización de cabecera. A los 4 anos de edad (1989) se practicó el primer raleo, retirando 200 árboles de 0,12 m de DAP y 6 m de altura total promedio, extrayendo unos 6 m3 de madera, que sirvió para leña. Quedaron en pie 300 árboles, que fueron podados a un tercio de la altura, 2 m en promedio. Dos años después (1991) se volvió a ralear, retirando 53 árboles, pero no se dispone de datos de producción. Se han practicado dos inventarios, en 1992 a los 7 años y en 1994 a los 9 años; los árboles presentaron las características que se muestran en el cuadro 39.

En 1994 se ha hecho la marcación para el raleo. Se estimó el volumen leñoso a retirar sobre la base de los datos del árbol promedio a talar, arrojando intensidad baja; se retirarían los árboles de menor calidad

y únicamente en áreas donde se nota el entrecruzarniento de ramas; se talarían 8 árboles de 0,58 m de circunferencia promedio, 0,41 de factor de forma, 9 m de altura total, de cada uno se obtendría dos trozas de 0,130 m3 y 0,041 m3, respectivamente, y 215 kg de leña verde (85 kg de leña seca); en la poda de ramas de los árboles que quedan en pie, se retirarían 3 verticilos de cada uno con un peso promedio de 70 kg (28 kg de leña seca). Es decir en raleo y podas, en total 16 trozas de 3 m, unos 700 kg de leña, más 6700 kg de leña seca como producto de la poda de ramas de los árboles que quedan en pie; o sea 7400 kg de leña, con los que podría cocinar una familia de 8 personas durante tres meses (consumo 1 kg de leña por persona y por día).

Con este manejo la propietaria tiene acceso a la madera para leña y en el futuro para carpintería y construcción; hongos y frutos de mora para la alimentación, flores de cucharillo para la medicina, y los propios productos de la explotación ganadera. Se dice que las acículas del pino sirven para reemplazar a la paja en la fabricación de adobes para las casas, «quiero para hacer mi chocita y las ramas pa' la leña... la primera poda lo hicimos con Ja comunidad, el segundo ya en minga con mi familia; las callampas se hace freído con cebolla». Se nota buena producción de conos, por lo que la dueña está interesada en la recolección de semillas. La parcela produce del primer al segundo raleo alrededor de 1,5 tm de forraje verde, que es consumido por cuatro bovinos cada tres meses durante siete días; una vez que salen los bovinos entran cinco ovejas que pastan al sogueo (foto 42), «primero la vaca, después las ovejas, a veces juntos también, pero siempre come lo mejor la vaca; la moda de nosotros es adelante la vaca, atrás la borrega y el caballo va comiendo lo que dejan».

SILVOPASTURAS CON ACACIA MACRACANTHA Y VACUNOS DE ENGORDE: ROLDANILLO, COLOMBIA19 A 1400 m de altitud, en un pequeño valle, dentro de un bosque de medio millar de hectáreas de espino convenientemente manejado, se crían cerca de un millar de vacunos de engorde, que consumen a pastoreo libre en potreros de pasturas naturales y cultivadas

El Sitio La finca de don Adolfo Castro se encuentra en la vereda Cajamarca, del municipio de Roldanillo, departamento Valle del Cauca, Colombia. En un pequeño valle irrigado por el río Cauquita, a 1400 m de altitud; con clima cálido moderado a medio, muy seco; con temperatura promedio de l8°C, máximas de 24°C y mínimas de l5°C; precipitación anual promedio de 800 mm a 1200 mm, lluvias que se producen en los meses de marzo y abril, mayo a noviembre, en los otros meses se tiene un período seco intenso, «en verano es una cosa berraca, seco seco». Le corresponde una zona de vida bosque muy húmedo Montano Bajo (bmh-MB) según la clasificación de Holdrigde. Los suelos son aluviales, de textura pesada, profundos en el valle, superficiales en los cerros, pH 6,1. En el valle la población dedica sus terrenos a la producción de fruta (cítricos, ahuacate), maíz, frijol, tomate. Las laderas están dedicadas a praderas naturales donde crían ganado vacuno, o al cultivo marginal de café en pequeña escala. La vegetación natural arbórea de este lugar está compuesta por el espino, nacedero, chiminango, tochuelo, lechudo, laurel, palma de chonta, cachimbo pela, entre otros.

La finca silvopastoril En una extensión de 524 hectáreas, don Adolfo Castro cría cerca de un millar de vacunos para carne y un centenar de caballos, aprovechando el pasto natural e introducido que crece bajo el dosel de árboles de aromo o espino yugo (Acacia macracantha, sin. Poanax macracantha) (foto 43). La finca está dividida en 20 potreros separados con cercas vivas de espino plantados en línea recta a 2,5 m de distancia entre plantas. En toda la superficie y a distanciamientos más o menos regulares se han dejado crecer árboles de la misma especie, a densidades diferentes según la clase de pasto; la pradera está compuesta por pastos naturales de trenzilla, rabo de zorro y por pasturas introducidas, habiendo lotes de 19 Información: Fanor Burgos, CVC. Cali, Colombia.

pasto estrella (Cynodon dacrylon}, pasto guinea (Panicum maximun) y pasto para (Bracchiaria sp.). Al momento aprovechan el forraje 690 vacunos de tres razas: cebú, media de cimental y media de charolai, y 85 caballos, «ahora hay poquitos, 690, pero esto es pa' 950, hay chico y grande vacuno, equino hay 85 caballos» Las interacciones de los componentes del sistema permiten criar ganado de buena calidad. Los árboles producen vainas que al caerse sirven de alimento para el ganado, e incorporan materia orgánica al suelo por tratarse de una especie caducifolia, que además fija nitrógeno; el pasto aprovecha estas condiciones, la sombra controlada y la adición de estiércol por parte de los animales que pasan todo el tiempo en los potreros; vacunos y equinos se protegen de la insolación a la sombra de los árboles y consumen el forraje producido por árboles y pasturas.

El manejo Todos los elementos del sistema se manejan para conseguir un objetivo: obtener ingresos por la venta del ganado para camal.

Manejo de la regeneración natural del espino Los animales comen las vainas que al madurar caen de los árboles, y las semillas son arrojadas junto con los excrementos, produciéndose la regeneración natural. Se han sacado las plantas y trasplantado en las cercas para que cumplan la función de postes, «los del cerco tienen por ai unos seis a ocho años... estaban en e! estiércol del ganado, se sacó de ai y se trasplantó... sólito crece, lo que está en el cerco todo se hizo plantaciones». La densidad del bosque se mantiene más o menos estable, se reemplaza los árboles viejos y aquellos que son aprovechados para postes y leña. Antes de cortar un árbol se deja crecer muy cerca de éste el que lo reemplazará; para ello se selecciona el mejor entre los que crecen cerca y se le poda para que crezca con buen fuste. El árbol se tala a ras del suelo y se van eliminando los rebrotes a medida que van apareciendo en la sepa, hasta que ésta muere y se pudre en el mismo terreno; el resto de arbolillos de regeneración natural se eliminan cuando pequeños cortándolos con machete, «se corta a ras de piso y se deja otro que esté creciendo más cerquita, se arregla el más chiquito para que vaya creciendo y reemplace a ése».

Manejo de los árboles La densidad inicial del bosque fue elevada, y desde hace unos 15 años ha sido reducida progresivamente hasta llegar a la que tiene en la actualidad. Los datos actuales de las características dasométricas de los árboles se aprecian en el cuadro 40.

Los tratamientos que reciben los árboles, son los siguientes: • Aclareo. Se realiza para eliminar algunos árboles viejos, o para aprovecharlos usando la parte gruesa como postes y como leña la más delgada; la leña obtenida se entrega a las ladrilleras, las que pagan con ladrillos a una equivalencia de 350 ladrillos por m3 de leña. Esta es transportada por las ladrilleras hacia sus galpones en camiones si la distanda es larga o en carretas si es corta, «se les da la leña y ellos dan los ladrillos, se lleva en camión o en zorras».

La leña es apreciada por su alto poder calorífico, «la leña es muy buena, es muy caliente como para nomos, a la gente le gusta mucho». Los tocones son eliminados esparciéndoles aceite usado de vehículo o arrancando los rebrotes a medida que van naciendo, «se mocha, ya no se deja que brote, porque ya brota muy delgada la rama. no sirve para posteadura». El aclareo implica la reposición con una planta de regeneración natural cercana al tocón, a la que se le permite crecer libremente. • Poda de ramas. Las ramas y ramillas que nacen del tronco hasta una altura aproximada de 2,5 m se cortan con machete, para permitir el libre acceso de los animales hasta la base del árbol y de paso mejorar la calidad del fuste, «de abajo nomás las ramas que están estorbando bajotas, el resto los deja uno para que engruesen para posteadura».

Manejo de pastos Los pastos se siembran roturando el suelo con palín, para luego distribuir la semilla. La división en potreros obedece a la composición de las praderas, encontrándose hasta tres clases de composición: rabo de zorro + trenzilla + pará, pasto guinea + estrella.

El espino se maneja para que tenga un fuste más o menos recto y su copa aparasolada; ésta proyecta sombra al pasto, de allí que la densidad del bosque se adecúa al pasto que se ha sembrado en cada potrero, «para el guinea es favor porque necesita sombra y calor, para el para con mucho palo no crece tanto, toca cortar para que entre calor, a la estrella si le gusta sombra, vio que está más cerrao». Tres personas manejan el hato: dos vaqueros y el mayordomo. Los tres se encargan de los animales, árboles y pastos, «hace 15 años llegué como montador, después pasé a vaquero, ahora mayordomo». El ganado está agrupado en hatos por clases. Se los agrupa en: vacas en estado de preñez, toretes de engorde, terneros y temerás, en función a la composición de la pradera. Estos hatos pastan en los potreros y duermen en ellos. El ganado pasa en cada potrero alrededor de 30 días, lo que indica que los animales vuelven al mismo potrero cada 60 días. Las personas que trabajan en el sistema conocen la dinámica de la finca, «están clasifícaos, aquí hay dos potreros seguidos que son pa' temerás hembras pequeñas, hay otros tres potreros acá pa' temeros grandes, después los temeros más pequeños a un lao. los otros ya medianos en este lao y los novillos ya en este potrero, se va clasificando el ganao; el potrero ya se sabe cuanto animal se le echa pa' que se sostenga el ganao ahí y no movelo, uno lo maneja siempre a caballo». El manejo de una vaca para pariciones, desde que nace, es el siguiente; «se llevan de aquí para parir en otro potrero, de allí se topizan, se pasan a otro potrero y de allí ya a la loma para echarles ya toro». Nacimiento Alimentación de leche materna y pasto Destete a los 10 meses Selección Empadre

Junio/julio Ocho meses Febrero Febrero Cuando ha cumplido 18 meses

El manejo de una novilla o novillo para venta varía del anterior, en que al destete se lo selecciona, para luego someterlo a engorde en los potreros correspondientes. «Las temeras para clasificarlas cuáles se quedan aquí y cuáles se venden, se venden las más malitas». Se venden animales con un peso promedio de 450 kg. «ahora están pagando como 850 cada kg de vaca pero de novillo está a 1010 pesos». Los terneros se alimentan con la leche materna. No se ordeñan las vacas porque no se trata de raza lechera, lo que permite lograr terneros de un cuarto de tonelada de peso al destete, «para alimentarlos temeros nomás... se escoge una mejorcita para la leche del gasto de uno... se cría los temeros bien bonitos, son unos temerofes de 260 kg al destete a los 10 meses». Para el empadre se practica la inseminación artificial o se emplean padriles de raza que se tienen pastando en la pradera, «cebú manso y el otro es medio

simentao... esta amarilla es media cimental, esta más blanca amarillosa es medio charolai y la blanca es cebú grama... hay semental de cimental y de charolai». La composición de la pradera y el destino que tendrán los animales están ligados, porque el animal pasta según los beneficios que prestarán. Algunos pastos como el rabo de zorro son consumidos más en época seca y otros como el para son para el ganado de engorde, arabo de zorro que lo come el ganao en verano cuando está algo seco porque verde es amargo... el pará le gusta más para engordar». El forraje arbóreo está constituido por las vainas que los animales recogen del suelo, y algunos brotes tiernos de las plantas pequeñas, «los frutos... lo come cuando está maduro, y lo ayuda a sostener, verde lo come pero no alcanza». No se aplica suplemento alimenticio a los animales, debido a la riqueza de los pastos y la poca o nula presencia de enfermedades, «al ganaola sal, se lo vacuna, sí les falta vitamina se le pone vitamina, nada más gracias a Dios aquí no se enferman, sólo les ataca la fiebre de garrapata». La sombra que prodigan los árboles ha influido en el hábito de los animales, los que después de tomar agua al mediodía pasan bajo la copa de los espinos algunas horas de fuerte insolación, «al ganaole gusta la sombra, por ahí a las doce y media, una hasta las dos de la tarde los ve por allí echaos sombreando, ya después pasan otra vez a salirse, pastorear y comer ellos mismos».

4 MANEJO DE ALGUNAS ESPECIES NATIVAS

4 MANEJO DE ALGUNAS ESPECIES NATIVAS Para la elaboración de la ficha técnica de manejo de algunas especies forestales, se retoman los datos de los casos analizados en el capítulo anterior. Dada la complejidad de las prácticas agroforestales, se trata de indicar las características básicas de instalación y crecimiento inicial de la especie arbórea o arbustiva como parte de una práctica agroforestal en buenas condiciones de sitio, así como los posibles regímenes, los tratamientos y sus especificaciones técnicas, y los productos que se obtendrían en cada intervención, durante el manejo previsto. Esta forma de manejo presupone que se ha escogido una práctica agroforestal acorde con el sitio y las expectativas de los propietarios, que se ha hecho una conveniente selección de las especies y que, en tal caso, éstas desarrollan bien. El técnico debe adaptar los tratamientos de las especies en fundón a las características de la localidad, a la práctica agroforestal que se está planificando manejar y a los objetivos que tiene el propietario. La decisión de la aplicación de tal o cual tratamiento no obedece a la edad, sino a las características de crecimiento de las plantas y a las interrelaciones observadas entre y con los demás elementos del sistema.

Uso de la ficha técnica Para facilitar la síntesis de las características del manejo de las especies, se ha preparado una ficha para cada práctica. La ficha incluye el nombre de la práctica; los objetivos considerados principales, sin hacer alusión a los secundarios; los aspectos básicos para que al instalar la práctica tenga buen prendimiento y crecimiento inicial; los tratamientos que hay que aplicar al conjunto de plantas para que se oriente hacia la consolidación de la práctica, incluyendo la intensidad, frecuencia, los productos a obtener y la posible evolución; y los tratamientos encaminados a consolidar la práctica y al aprovechamiento.

ANEXOS

BIBLIOGRAFÍA

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