Marruecos en moto [ Por Àlex D. Cardona ]

LA RUTA Marruecos en moto A TENER EN CUENTA [ Por Àlex D. Cardona ] Ir en moto convierte cualquier viaje en aventura y más aún cuando nuestro dest
Author:  Blanca Castro Cano

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LA RUTA

Marruecos en moto

A TENER EN CUENTA

[ Por Àlex D. Cardona ]

Ir en moto convierte cualquier viaje en aventura y más aún cuando nuestro destino es un país africano. Sobre dos ruedas y equipado con lo necesario ponte rumbo a Marruecos. El objetivo de esta ruta es cruzar Marruecos de norte a sur por el interior, atravesando el Atlas hasta el desierto del Sahara. Completar el viaje que te proponemos te llevará un mínimo de 15 días, aunque puedes acortarlo o alargarlo según tu disponibilidad y gustos. Durante el viaje tendrás una tentación enorme de hacerte pasar por un participante del Dakar y optar por la ruta más difícil. Sin embargo, debes tener muy presente que cualquier avería o contratiempo lejos de una carretera puede convertirse en un serio problema. Por ello, y más si viajas en solitario, debes dejarte de aventuras con riesgos innecesarios y disfrutar de los paisajes espectaculares que también te aguardan en la carretera. Así, ¿te atreves a vivir esta aventura? Pues, ¡ponte el casco y lánzate!

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El viaje que te proponemos es principalmente por asfalto, aunque las condiciones del asfalto en Marruecos son a menudo lamentables. La moto para emprender esta aventura no debería ser inferior a 600cc, preferiblemente trail o rutera con suspensiones de largo recorrido. La puesta a punto debe ser muy rigurosa y hay que proveerse de recambios y aceite para todo el viaje. Es muy recomendable llevar neumáticos mixtos con cámaras reforzadas, en el caso de no ser tubeless.

Se recomienda evitar los meses de verano, ya que la combinación entre temperaturas extremas y ropa de moto puede ser explosiva. Tampoco el invierno es una buena época para viajar en moto por el Atlas, pues las temperaturas también son de frío extremo y las carreteras pueden estar cortadas por nieve. Así, la mejor opción para lanzarse a la carretera son los meses de primavera y otoño, evitando las estaciones de lluvias.

Adventure motorcycling handbook, Chris Scott. Way to go, Geoff Hill Cuaderno de viaje, Craig Thompson

El equipaje El equipo personal está compuesto de chaqueta y pantalón impermeables con refuerzos, guantes, casco, botas, faja y ropa térmica. Un GPS con cartografía de la zona (www.island-olaf.de/travel/marokko/gps.html) puede sacarte de un apuro y te puede ser muy útil para ir marcando rutas y puntos de interés. De todas formas, es imprescindible llevar un mapa de papel, el más común es el Michelín 742. La ropa y el equipo deben ir bien anclados a la moto, lo más habitual es llevar alforjas o maletas rígidas estancas.

Gastronomía Después de 15 días de viaje no es extraño que todo te sepa a comino y que huyas del tahine para lanzarte hacia una pizza, pero la verdad es que los ingredientes de la gastronomía marroquí son esencialmente mediterráneos y se emplean para cocinar platos muy sabrosos que reconfortan tras un día en la carretera. Los más maniáticos con la comida pueden optar por la universal omelette (tortilla).

Saber + Horizons unlimited (www.horizonsunlimited.com) GS Trail (www.gstrail.es) Foro ATCE (http://atce.mforos.com)

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Primera etapa: Tánger - Chaouen - Fez El puerto de Tánger es el punto de inicio y destino de esta ruta. Hasta esta puerta de entrada al continente africano llegan ferrys desde Algeciras y Tarifa, siendo esta última la opción más recomendable (35 minutos en el ferry rápido). Una vez en tierra, con el formulario que entregan a bordo ya rellenado, hay que pasar la aduana. Con el sello en el documento y tras haber sorteado los falsos agentes fronterizos que van a la caza de la propina, ya puedes salir de Tánger rumbo a Chaouen. El primer examen importante para la moto y sus ocupantes es el Rif, la imponente cordillera que se eleva cerca del mar en el norte de Marruecos y que tienes que atravesar para llegar hasta Tetuán, donde puedes hacer una primera parada para comprobar que todo el equipaje sigue en su sitio. El desvío hacia tu primer destino, Chaouen, se encuentra fácilmente desde la misma carretera N2. Chefchaouen (o Chaouen a secas) se merece un alto en el camino, simplemente para pasear entre los estrechos callejones de su medina, donde todas las casas están pintadas de azul. En el caso de querer pasar la noche, es recomendable hacerlo en alguno de los modestos hoteles fuera de las murallas, donde por el mismo precio te vigilan la moto. Y para recuperar fuerzas, una cena para relamerse los dedos en el restaurante de Casa Hassan (http://www.casahassan.com).

Otra vez en la carretera, ya de camino a Fez, puedes optar por seguir sin prisas y disfrutar del paisaje o bien desviarte un poco del camino para visitar las ruinas romanas de Volúbilis, la ciudad sagrada de Moulay Idriss o la imperial Meknès. Sea cual sea tu opción (todas recomendables), al llegar a Fez es importante tener un destino claro. La circulación en esta ciudad (la tercera más grande de Marruecos) es caótica y es fácil desorientarse. Los alrededores de la estación de trenes son una alternativa al bullicio de la medina y, además, la moto dormirá tranquila en la puerta de algún hotel (y tú más), del estilo del Hotel Perla (http://www.hotelperlamaroc.com). No hace falta decir que la medina de Fez es una visita obligatoria, con guía o sin él.

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Segunda etapa: Fez - Midelt - Arfoud Al salir de Fez rumbo al sur toca abrigarse. La carretera N8 cruza el Atlas Medio, la segunda cordillera más alta del país con una altitud máxima de 3.356 metros. Durante el invierno y la primavera lo más probable es encontrar nieve y algún puerto de montaña cerrado. En este caso, cárgate de paciencia y traza una ruta alternativa. Por el camino te encontrarás con Ifrane, una población que alberga una estación de esquí y que ha sido bautizada como "la Suiza de Marruecos". La verdad es que el grosor de la nieve, los cedros y las casas al más puro estilo alpino pueden despistar a más de uno. Tras haber recuperado fuerzas en alguno de los muchos cafés que hay en el pueblo, sigue con la brújula apuntando hacia el sur cruzando el Parque Nacional de Ifrane. Midelt, una pequeña ciudad entre el Atlas Medio y el Alto Atlas, es una buena opción para hacer un alto en el camino y pasar la noche cuando sólo te separan 300 km del desierto. Es un enclave turístico de las rutas hacia el sur, así que es fácil encontrar alojamiento y restaurantes.

Siguiendo el curso del río Ziz y engullidos por la carretera que trazan sus famosas gargantas, llegas hasta el Barràge du Hassan (Lago Hassan), una espectacular masa de agua turquesa que pide a gritos una parada para descansar y hacer fotos. Y finalmente llegas hasta Er-Rachidia, una ciudad moderna que fue base de la legión francesa y que hoy es un buen enclave para encontrar repuestos de automóvil, y moto con un poco de suerte, antes de adentrarte en el desierto. Pero tu objetivo, Arfoud, todavía está unos kilómetros más hacia el sur. Tras unos días sobre ruedas, qué mejor premio para el cuerpo que un hotelazo donde recuperar fuerzas con un hammam o un buen masaje. Próxima parada: Kasbah Hotel Chergui (www.hotelchergui.com).

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Tercera etapa: Erg Chebbi - Ouarzazate Sólo 60 km de carretera o pista separan Arfoud de uno de los tesoros de Marruecos, Erg Chebbi. Este erg o formación de dunas tiene una altura máxima de 150 metros y una extensión de 22 km de largo y 5 km de ancho de arena dorada. Doradas, blancas, naranjas, incluso rojas. Sus espectaculares dunas cambian de tonalidad según la hora del día. La mejor luz para visitarlo y retratarlo es la que se refleja cuando sale o se esconde el sol. Alojarse en el Erg Chebbi es relativamente fácil debido a la gran cantidad de hoteles y albergues que se han construido entre las localidades de Hassi-Labiad y Merzouga. El albergue Atlas du Sable o de "Ali el cojo"(www.alielcojo.com), como lo conoce todo el mundo, es una buena opción. Dispone de amplias habitaciones construidas en adobe, respetando la arquitectura berebere, y toda clase de servicios para explorar el Erg Chebbi. Tras descansar de carretera y relajarse en un entorno de desconexión total, el próximo objetivo es Ouarzazate, puerta de entrada al Sahara para múltiples expediciones y para los viajeros que buscan el desierto desde Marrakech. Es una etapa larga, por lo que conviene salir pronto de Merzouga para programar algunas paradas en puntos de visita casi obligada. Uno de ellos son las espectaculares Gargantas del Todra, donde unas espectaculares paredes de piedra se elevan más de 100 metros desde la carretera que sigue el curso del río. Se accede desde Tinerhir, que ofrece unas maravillosas vistas del palmeral del valle junto

a construcciones de adobe. Los vendedores, niños y propietarios de camellos están estratégicamente situados para cazar al turista cuando éste se detiene a inmortalizar las vistas con su cámara. Otro rincón para explorar y disfrutar de la carretera camino a Ouarzazate son la Gargantas del Dadès. Ascenso y descenso de curvas y más curvas que puedes interrumpir para visitar el fuerte de Aît Youl o la aldea de Aît Oudinar. De vuelta a Boulmane de Dadès para retomar la carretera N10, parada para comer en el restaurante-hotel La Vallée (www.hotellavalleemaroc.com), donde un tahine con vistas desde su fantástica terraza te dará fuerzas para completar la etapa.

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Cuarta etapa: M'hamid - Agadir El segundo acceso al desierto del Sahara desde Marruecos (el primero es Erg Chebbi) es M'hamid, un pueblecito a cinco horas al sur de Ouarzazate con buenos y modernos alojamientos. La cercanía a la frontera con Argelia ha alejado durante años de conflicto a los turistas, pero el fin de las hostilidades abre una enorme puerta a los viajeros que pretenden descubrir el mayor erg del país, el Erg Chegaga. Para adentrarse hasta el corazón del Erg Chegaga se puede contratar una excursión de un mínimo de dos días en 4x4 o bien hacerlo en camello (una semana de viaje). Otra opción es quedarse en M'hamid y hacer alguna pequeña incursión a las dunas en moto, pero siempre fijando una referencia para volver o marcando los tracks en el GPS Uno de los mejores hoteles en M'hamid es Dar Azawad (www.darazawad.com), un merecido regalo para el cuerpo, que ya

empieza a notar los efectos de tantos días montado en moto. Y tras el descanso, una de las etapas más largas del viaje que te llevará hasta la costa. Para cambiar de paisajes, en Agdz toma el desvío hacia la carretera 6951 hasta Tazenakht. Una vez allí, la vía principal N10 te llevará directo hasta Agadir. Esta ciudad costera sufrió un devastador terremoto en 1960 y fue totalmente reconstruida. Hoy en día se trata de un destino de turismo de masas, por lo que se recomienda parar a descansar y seguir por la costa en dirección norte. Para dormir, una apuesta segura sin tener que regatear el precio de la habitación es el hotel de la cadena Ibis Moussafir (www.ibishotel.com/gb/hotel-2031ibis-moussafir-agadir/index.shtml) que se encuentra en las afueras de la ciudad. Una apuesta poco original pero fiable.

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Quinta etapa: Essaouira - Marrakech El Atlántico y su costa salvaje te da la bienvenida tras muchos días de paisaje desértico. La brisa y las agradables temperaturas durante todo el año convierten esta zona de Marruecos en un paraíso para los surfistas europeos, que poblan sus playas incluso en invierno. Essaouira se encuentra a 73 km al norte de Agadir, una distancia que se duplica en tiempo porque es imposible no parar en alguna playa o acantilado a contemplar el mar. Essaouira es una ciudad turística, pequeña, fácil de visitar y, por encima de todo, con mucho sol y pescado. La vida gira entorno a su puerto pesquero, flanqueado por unas murallas que ofrecen una panorámica única del Atlántico. El encanto de la ciudad cautivó en su día a Orson Welles, que la utilizó como escenario para rodar Otelo. A cambio, el director recibió años después su reconocimiento dando nombre a la plaza más concurrida de la ciudad. No hay que irse de la ciudad sin haber dado un paseo por la playa hasta la duna de Mogador, visitado alguno de sus mercados o zocos, y haber comido pescado y marisco en sus parrillas al aire libre. Durante la estancia es aconsejable dejar aparcada la moto en un parking vigilado (unos 10 dirhams al día) y después buscar un hotel en la medina.

Ya de camino a Marrakech, puedes aprovechar alguna parada de descanso para comprar aceite de argán en alguna de las muchas cooperativas de mujeres que te encontrarás anunciadas en la carretera. Para informarte mejor acerca de la estancia en Marrakech, nada mejor que consultar el No te pierdas Marrakech (www.shandycruzcampo.com/aspx/no_te_pierdas.aspx?doc_name= marrakech_destino) que publicamos en el Magazine del Trotamundos. Sólo un consejo, deja la moto en el parking que hay en la esquina sureste de la plaza Djemaa el Fna y olvídate de ella durante tu estancia en la ciudad. Sufrirás mucho menos.

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Sexta y última etapa: rumbo a Tánger Si la última etapa hacia el norte de Marruecos significa el regreso hacia casa, el consejo es que desde Marrakech cojas la autopista, y a parte de ir mucho más seguro, evites las grandes ciudades. Si por el contrario, quieres parar y conocer Rabat y Casablanca, la recomendación es que te dejes ver lo mínimo posible con la moto y la dejes bien escondida durante tu estancia en ambas ciudades. Si tu opción es el retorno, puedes atacar de una sola jornada el trayecto Marrakech-Tánger, incluso te quedará tiempo para descansar tranquilamente en Assilah, un precioso pueblo de costa con un pasado muy vinculado a España. Los ferrys que cruzan el Estrecho zarpan cada dos horas hasta las 22:00 horas, aunque el viento o la falta de pasajeros pueden obligar a cancelar alguno. Es recomendable que te dirijas a una de las muchas oficinas que se encuentran cerca de la zona de embarque (junto a la aduana), y que compres los billetes sin la "ayuda" de los supuestos agentes de aduanas que te asaltarán cuando bajes de la moto. Y como en el viaje de ida, un último consejo: a menos que quieras regalar los últimos dirhams que te queden, tramita tú mismo la documentación de la moto en la ventanilla de la policía.

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