FACTORES PROTECTORES FAMILIARES PARA LA PREVENCIÓN DEL USO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS (SPA) EN ESTUDIANTES DE QUINTO DE PRIMARIA DE LA INSTITUCION EDUCATIVA SAN LUIS GONZAGA DEL CORREGIMIENTO DE CHICORAL, EL ESPINAL (TOLIMA)
MARTHA MAGDALENA ACEVEDO SILVA LUISA JULIETA CAMARGO CARDONA
UNIVERSIDAD DEL TOLIMA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN MAESTRÍA EN EDUCACIÓN IBAGUÉ – TOLIMA 2012 1
FACTORES PROTECTORES FAMILIARES PARA LA PREVENCIÓN DEL USO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS (SPA) EN ESTUDIANTES DE QUINTO DE PRIMARIA DE LA INSTITUCION EDUCATIVA SAN LUIS GONZAGA DEL CORREGIMIENTO DE CHICORAL, EL ESPINAL (TOLIMA). 2012
MARTHA MAGDALENA ACEVEDO SILVA LUISA JULIETA CAMARGO CARDONA
Tesis presentada para optar al título de Magister en Educación
Asesora de tesis ELIZABETH FAJARDO Magister en Enfermería con énfasis en familia Directora programa de Enfermería
UNIVERSIDAD DEL TOLIMA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN MAESTRÍA EN EDUCACIÓN IBAGUÉ – TOLIMA 2012 2
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ADVERTENCIA La Facultad de la Educación de la Universidad del Tolima, el director, codirector y el jurado calificador, no son responsables de los conceptos, ni de las ideas expuestas por los autores del presente trabajo. Artículo 16, Acuerdo 032 de 1976 y Artículo 29, Acuerdo 064 de 1991, emanados por el Consejo Académico de la Universidad del Tolima.
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DEDICATORIA
Al eterno, fuente de toda sabiduría, de todo conocimiento y de toda ciencia, quien me ha cuidado y guiado siempre, ha iluminado cada paso grande y pequeño que he dado en mi vida, me ha provisto del deseo de realizar esta maestría, y me ha acompañado fiel y generosamente hasta el día de hoy. A Yesid mi esposo compañero incomparable e incansable en el maravilloso trasegar de la vida; a Laura Beatriz, Melissa Gabriela y Martha Catalina, mis maravillosas hijas quienes con su fuerza y juventud me contagian de sueños y grandes prospectos cada día, a mi madre quien hace dos años camina el sendero a la eternidad, por su ejemplo y valentía inolvidables, que hoy palpitan en mi pecho y me alientan a superar obstáculos y lograr metas.
Martha Magdalena Acevedo Silva
A Dios, por darme la oportunidad de vivir y por estar conmigo en cada paso que doy, por fortalecer mi corazón e iluminar mi mente. A mis padres, que con su grandeza humana supieron inculcar en mi valores que me motivan a una superación constante y que desde el cielo son mis ángeles tutelares. A mis hermanos, en especial a Carola, Rosalba, Margoth, Amparo y Emilia por su apoyo invaluable, compartir alegrías, tristezas y siempre perseverar a través de sus arduos consejos. A mis hijos Daniel Enrique y Luisa María quienes con su ayuda, compañía, cariño y comprensión han sido parte fundamental en mi vida.
Luisa Julieta Camargo Cardona
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AGRADECIMIENTOS
Nuestros más sincero agradecimientos: A Nuestros compañeros quienes cargados de conocimiento y experiencia, nos brindaron su apoyo incondicional. En quienes contamos con gratitud y aprecio a Don Hernando Espinoza Gómez, Rector de la Institución Educativa donde fue realizado el presente proyecto de investigación. A los niños jóvenes y padres de familia quienes de buena voluntad sentaron las bases de este proyecto con desinterés y compromiso. A la asesora de tesis Elizabeth Fajardo, a la profesora Martha Nuñez y a la socióloga Esperanza Milena Torres, quienes despertaron el interés y el valor de investigar, y con su conocimiento y experiencia nos acompañaron hasta la consecución de los objetivos de esta investigación.
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RESUMEN El trabajo de investigación permitió identificar los factores protectores familiares frente al consumo y dependencia a las SPA, en estudiantes del grado quinto de primaria de la institución Educativa San Luis Gonzaga de Chicoral, entre dichos factores se categorizaron en cuatro grandes tópicos conceptuales, en primer lugar, la magnitud e involucramiento de los padres o figura de autoridad frente a sus hijos e hijas, en segundo lugar la calidez de la interacción entre los miembros del hogar, el monitoreo disciplinario relacionado con el establecimiento de reglas familiares y la consistencia de la disciplina, y la comunicación familiar. Dichos factores protectores condensan la búsqueda teórica de este estudio, el trabajo de campo, el análisis de los resultados y la interpretación de la información. La metodología utilizada fue de tipo cuantitativo, descriptivo y transversal. El análisis y procesamiento de la información se llevó a cabo mediante la utilización del paquete estadístico Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) en su versión 18. La recolección de la Información se realizó a través de la aplicación de una encuesta, una escala tipo Lickert autoaplicable denominada “Escala de factores de riesgo y protección” adaptada de la investigación mexicana titulada Factores Familiares y de pares asociados al consumo de drogas en estudiantes con edades comprendidas entre 11 y 18 años. (2007) y un proceso de observación sistemático. Palabras claves: Familia, factores protectores, adicción, sustancias psicoactivas, pubertad, prevención, educación familiar.
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ABSTRACT
The research identified the family protective factors against consume and drug dependence to the psychoactive substances, in the fifth grade primary students of San Luis Gonzaga school in Chicoral City, among these factors were categorized four main conceptual topics: first of all , the magnitude and parents involvement or authority figure in front of their sons and daughters, secondly the warmth of the interaction between the members of the house, to monitor the disciplinary aspects related to the establishment of family rules and consistency of the discipline, and family communication. These protective factors condense the theoretical finding of this study, field work, the result analysis and the interpretation of the information. The methodology used was quantitative, descriptive and transversal. The analysis and information processing was performed using the Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) 18th version. Information collection was performed through a survey, a scale type Lickert auto- applicable called "Scale of risk and protective factors" adapted from Mexican research called Family factors and associated pairs with drug use in students between 11 and 18 years old. (2007) and a process with a systematic observation. Key Words: Family, protective factors, addiction, psychoactive substances, puberty, prevention, family education.
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CONTENIDO
Pág. INTRODUCCIÓN
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1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 1.1 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
19 22
2. OBJETIVOS 2.1 OBJETIVO GENERAL 2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
23 23 23
3. JUSTIFICACIÓN
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4. REFERENTES INVESTIGATIVOS, LEGALES Y TEÓRICOS 4.1 ANTECEDENTES 4.2 MARCO LEGAL 4.3 MARCO TEÓRICO 4.3.1 La familia como núcleo y estructura fundante del ser humano 4.3.2 Cambios funcionales en la familia y la escuela 4.3.3 Ciclo vital de la familia 4.3.4 La familia con hijos en edad escolar o adolescentes 4.3.5 Pubertad: Crecimiento, cambio, rupturas. 4.3.6 Sustancias psicoactivas y dependencia 4.3.7 Prevención 4.4 FACTORES PROTECTORES: ALTERNATIVAS PARA RESISTIR. 4.4.1 Factores protectores en la familia 4.4.2 Categorización de los factores protectores 4.4.3 La comunicación 4.4.4 Involucramiento familiar y magnitud de apoyo 4.4.5 Calidez en la interacción familiar 4.4.6 Disciplina familiar
27 27 32 34 34 37 38 39 39 40 41 42 44 46 46 48 50 51
5. METODOLOGÍA APLICADA 5.1 TIPO DE INVESTIGACIÓN 5.2 DISEÑO DE INVESTIGACIÓN 5.2.1 Fase 1: Problematización
54 54 54 54 9
Pág. 5.2.2 Fase 2: Sensibilización e información a la comunidad educativa 5.2.3 Fase 3: Recolección de datos 5.2.4 Fase 4: Construcción de documento de resultados 5.2.5 Fase 5: Socialización con la comunidad educativa 5.3 POBLACIÓN Y MUESTRA 5.3.1 Criterios de inclusión en la muestra 5.4 MÉTODOS APLICADOS 5.5 MANEJO DE LA INFORMACIÓN 5.6 VARIABLES E INDICADORES 5.7 ASPECTOS ÉTICOS
55 55 55 56 56 56 57 58 58 62
6. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS 6.1 CARACTERIZACIÓN DE LA MUESTRA INFORMACIÓN SOCIODEMOFIGURA. 6.1.1 Factores protectores en la Institución Educativa San Luis Gonzaga del corregimiento de Chicoral, el Espinal (Tolima) 6.1.2 Magnitud de apoyo e involucramiento familia. 6.1.3 Calidez en la interacción familiar. 6.1.4 Disciplina familiar 6.1.5 Comunicación familiar
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7. CONCLUSIONES
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8. RECOMENDACIONES
107
REFERENCIAS
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ANEXOS
111
10
64 69 69 77 84 89
LISTA DE TABLAS
Pág. Tabla 1. Preguntas en la escala Lickert para magnitud de apoyo e involucramiento familiar
59
Tabla 2. Preguntas en escala Lickert para la calidez familiar
60
Tabla 3. Preguntas en escala Lickert para disciplina familiar
60
Tabla 4. Preguntas en escala Lickert para comunicación familiar
62
Tabla 5. Correlación entre pregunta guía y preguntas de involucramiento y magnitud de apoyo
76
Tabla 6. Correlación entre pregunta guía y preguntas de calidez familiar
83
Tabla 7. Correlación entre pregunta guía y preguntas de disciplina familiar
89
Tabla 8. Correlación entre la pregunta y guía y preguntas de comunicación familiar
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LISTA DE FIGURAS
Pág. Figura 1. Frecuencias de la variable sexo en la muestra
64
Figura 2. Frecuencias de la variable edad en la muestra
65
Figura 3. Frecuencia variable: personas con quien vive el adolescente
66
Figura 4. Frecuencia variable: tipo de vivienda en la que habita el adolescente
67
Figura 5. Frecuencia variable último nivel educativo de los padres o padrastros
68
Figura 6. Frecuencia variable último nivel educativo de las madres o madrastras
68
Figura 7. Frecuencias de respuesta a ¿Te preguntan tus padres a dónde vas cuando sales?
69
Figura 8. Representación de comunicación familiar y factores protectores
71
Figura 9. Frecuencias de respuesta: ¿Tus padres muestran Interés en tu vida cotidiana?
71
Figura 10. Frecuencias de respuesta: ¿Tus padres te apoyan para hacer lo que consideras importante?
72
Figura 11. Frecuencias de respuesta: ¿Se molestan tus padres porque tus amigos fumen o consuman alcohol?
72
Figura 12. Frecuencias de respuesta: ¿Se interesan tus padres por conocer personalmente a tus amigos?
73
Figura 13. Frecuencias de respuesta: ¿Tus padres te motivan para salir adelante cuando tienes problemas?
73
Figura 14. ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, etc)?
75
12
Pág. Figura 15. Frecuencia de respuesta: ¿Pasas o compartes tiempo con tus padres?
78
Figura 16. Frecuencia de respuesta: ¿Tus padres son afectuosos contigo?
78
Figura 17. Frecuencia de respuesta: ¿Tus padres juegan un papel importante en tu vida?
79
Figura 18. Frecuencia de respuesta: ¿Te sientes a gusto cuando estas con tu familia?
79
Figura 19. Frecuencia de respuestas: ¿Sientes que eres importante para tus padres?
80
Figura 20. ¿Te gusta convivir con tus padres?
80
Figura 21. Representación correlación afecto e importancia adjudicada a los padres por sus hijos
82
Figura 22. Representación jóvenes expuestos a situaciones de riesgo y calidez en la interacción familiar
84
Figura 23. Frecuencia de respuestas: ¿Puedes asistir a fiestas sin permiso o conocimiento de tus padres?
85
Figura 24. Frecuencia de respuestas: ¿Tus padres expresan con claridad cuáles son las reglas que debes cumplir?
86
Figura 25. Frecuencia de respuestas: ¿Cuándo sales de casa, debes regresar a una hora determinada?
86
Figura 26. Frecuencia de respuestas: ¿Existen en tu casa horarios más o menos fijos para comer, dormir, ve la tv, etc.?
87
Figura 27. Frecuencia de respuestas: ¿Te preguntan tus padres quienes son o que hacen tus amigos?
90
Figura 28. Frecuencia de respuestas: ¿Te comunican tus padres las decisiones importantes para la familia?
91
Figura 29. Frecuencia de respuestas: ¿Tus padres comparten contigo sus problemas?
92
13
Pág. Figura 30. Frecuencia de respuestas: ¿Cuándo tienes problemas recurres a tus padres?
93
Figura 31. Frecuencia de respuestas: ¿Platicas con tus padres sobre tus problemas personales?
94
Figura 32. Frecuencia de respuestas: ¿Tus padres te hacen sentir confianza para hablar de cualquier tema con ellos?
96
Figura 33. Sexo versus ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales como consumir alcohol, drogas, o tabaco?
100
Figura 34. Edad vs ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales como consumir alcohol, drogas, o tabaco?
101
Figura 35. ¿Con quién vives? vs ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales como consumir alcohol, drogas, o tabaco?
102
Figura 36. Nivel educativo de los padres vs ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales como consumir alcohol, drogas, o tabaco?
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LISTA DE ANEXOS
Pág. Anexo A. Ficha de datos personales del estudiante
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Anexo B. Solicitud de consentimiento del Rector de la Institución educativa San Luis Gonzaga para el trabajo de campo
113
Anexo C. Modelo carta de consentimiento informado por parte de los padres de familia
114
Anexo D. Solicitud consentimiento a la directora para la realización del trabajo de campo
115
Anexo E. Escala Lickert
116
Anexo F. Autorización para utilizar el instrumento. (Escala Lickert)
122
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INTRODUCCIÓN
El uso de sustancias con la propiedad de alterar los sentidos, ha formado parte de la vida del ser humano desde sus inicios, la misma naturaleza provee una gran cantidad de elementos que al ser consumidos por las personas generan una alteración en la forma de percibir lo que les rodea. Los usos de dichas sustancias, no ha tenido la misma connotación a lo largo de la historia, el significado que tienen transita desde lo sacro a lo profano, de lo culto a lo vulgar, de lo espiritual hasta el sentido más material que puede tener en un escenario de intercambio mercantil como el presente. Ese componente histórico y sociológico no puede desconocerse a la hora de entablar un debate desde la educación encaminado a afrontar el consumo de psicoactivos, en adelante SPA, desde la perspectiva de una problemática social que compuesta por múltiples matices y una amplia diversidad de facetas culturales, económicas, sociales y políticas, plantea uno de los más grandes retos a la Escuela y a la familia. El sistema económico particularmente, ha marcado un punto de inflexión en la manera de entender y afrontar el uso de SPA, la inserción de los psicoactivos como mercancía ha consolidado todas unas estructuras económicas a nivel mundial que se desglosan hasta el nivel más micro, convirtiendo la esquina del barrio, la salida de la Escuela y el mismo ambiente familiar en escenarios donde es posible acceder a cualquier tipo de SPA y con el poder de cambiar a cualquier ciudadano en un vendedor o en un cliente más. Este fuerte acento económico que tiene el consumo de SPA, constituye el contexto macro del problema que se aborda en esta investigación, a la vez es el principal reto para la educación formal e informal, que deben proveer las herramientas para enfrentar un escenario de complejidades y desafíos. La dependencia en el uso de sustancias psicoactivas ha crecido de manera preocupante en la población más joven en los últimos años, esta situación plantea la necesidad de buscar soluciones que mejoren la capacidad de afrontar desde el componente educativo y familiar esta problemática. La educación y la promoción de la salud, son algunas de las herramientas claves para poner en marcha medidas que ayuden a identificar tempranamente las diversas condiciones de riesgo, tanto personales como ambientales, a las que diariamente se enfrentan los escolares. El primer escenario de socialización humano es la familia, considerada frecuentemente como la estructura fundamental de la sociedad, especialmente porque es en ella donde se generan los primeros procesos de socialización y el 16
aprendizaje básico del lenguaje y las pautas de conducta, necesarias para lograr la convivencia y la relación con otros. Esa ventana social que representa el núcleo familiar es el primer escenario de contacto humano, por lo tanto, un microcontexto donde se pueden evidenciar tanto los efectos, como las causas de la dependencia a los SPA. De ahí que sea necesario vigilar y analizar la forma cómo la familia asume situaciones de dependencia a SPA, mediante la adopción y transmisión de valores, actitudes, hábitos, creencias, normas, pautas de crianza y estilos de vida que contribuyen a sus hijos e hijas a determinar la forma eficaz de enfrentarse y de relacionarse con las drogas, elementos básicos para la construcción de factores protectores. El consumo de drogas en jóvenes escolares es una de las problemáticas que origina mayor preocupación social y se constituye en uno de los objetivos centrales de la investigación en el área de la salud pública, educación y en todas aquellas disciplinas tendientes a la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, en la población escolar. Sin embargo, no se le ha dado la pertinencia necesaria a la familia, como un factor relevante en la prevención del uso de psicoactivos, tal como lo afirman Hawkins y Miller, (1992) quienes coinciden en la importancia que tiene el “manejo familiar” en la probabilidad del consumo de drogas de los hijos e hijas. Cada vez son más los estudios que alertan sobre la prioridad de realizar investigación sobre el tema de la familia como factor protector de los hijos en el consumo de SPA. Es así como Hawkins, y Miller, (1992); del Barrio, (1994); Merikangas, Dierker y Fenton, (1998); Kumpfer, Olds, Zucker y Gary, (1998); Muñoz y Graña, (2001), citados en Pérez, (2011), han establecido la forma como la familia puede desplegar acciones tendientes a prevenir adicciones. Estos resultados nos orientan a considerar la necesidad de volver al ámbito familiar, para reconocer en esta estructura una de las primeras y más importantes plataformas en el campo de la prevención y que por lo tanto necesita más atención sobre su incidencia en el desarrollo de los jóvenes en la comunidad contemporánea. Con el presente estudio, se logró la identificación de Factores Protectores Familiares para prevenir el uso de sustancias psicoactivas en estudiantes del grado quinto de primaria de la Institución educativa San Luis Gonzaga de Chicoral Tolima, centro de carácter público. Se aplicó como instrumento de medición una adaptación de la encuesta “Escala de Factores de riesgo y protección (FRP), asociados al consumo de drogas” tomada del estudio Factores Familiares y de pares, asociados al consumo de sustancias psicoactivas en estudiantes de educación Media, realizada por la Universidad Continental de México en el año 2007. Sin embargo, es prioritario aclarar que de esta encuesta solamente se tomaron los ítems relacionados con factores protectores, dado el objetivo de la presente investigación. 17
Adicionalmente se empleó un proceso sistemático de observación que posibilitó acceder a aquellos escenarios y realidades que se escapaban al instrumento de medición y permite dar cuenta de las grietas y fisuras que tienen las familias y los factores protectores que se pueden encontrar o desarrollar en ellas. Con los resultados que se presentan se espera contribuir a ampliar el conocimiento acerca del rol que puede desempeñar la familia en la protección y prevención de situaciones de riesgo frente el consumo y dependencia a las SPA, se espera que estos conocimientos sean un insumo para que tanto la escuela como el Estado coordinen actividades y estrategias que mejoren la gestión familiar y sus competencias educativas, promocionando actitudes de protección que disminuyan las situaciones de riesgo que conllevan a los escolares al consumo y dependencia de los SPA. Adicionalmente, los resultados del presente estudio pueden contribuir a la auto reflexión de las familias respecto a su propio funcionamiento y a sus roles protectores que permitan aumentar la toma de conciencia acerca del entorno en que viven, revisar sus estilos educativos, pautas y modelos de crianza, de modo, que puedan mejorar la relación con cada hijo/a, para fortalecer su personalidad, y entregarles herramientas que les permitan enfrentar positivamente los retos de la modernidad. Se espera que los resultados de esta investigación sirvan como un catalizador a nuevas preguntas, que al igual que nosotros, inquieten en aquellos interesados nuevas búsquedas para adentrarse en el estudio de la familia, como la estructura y el escenario de apoyo más favorecedor en la sociedad y que tiene la potencialidad de generar elementos protectores para los estudiantes frente los riesgos que conlleva el consumo y la dependencia de los SPA. Adicionalmente, se espera contribuir a la apuesta del Programa de Gobierno del Espinal, (2013) que en el componente de salud, plantea la necesidad de “desarrollar la Promoción de la Salud Mental, con el fortalecimiento de las redes, en la prevención de la violencia intrafamiliar, el maltrato, la drogadicción y el suicidio. El compromiso que queda sobre la mesa es el abordaje de una perspectiva preventiva, integral y sistémica desde el contexto familiar, que tenga en consideración a la familia como un sistema dinámico que cambia y se desarrolla a través del tiempo, al respecto es válida la aseveración de Carrasco, (2011) quien expresa: “Es así como el individuo crece, se desarrolla, madura y envejece a través de cambios y ajustes sucesivos, consecuencia del contexto próximo la familia y del ambiente social en general.
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1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA El uso y dependencia a las SPA en la población joven se ha constituido en una problemática de tipo social con grandes alcances, a nivel mundial esta situación ha ocasionado graves daños a la salud y al bienestar de las personas, reflejado en el desequilibrio tanto físico como psicológico a nivel personal y en la ruptura social y comunicativa que en muchas ocasiones acompaña la adicción. El Informe Mundial sobre las Drogas, (2012), muestra que aproximadamente 230 millones de personas, es decir el 5% de la población adulta mundial con una edad entre los 15 y 64 años, consumió una droga ilícita durante el año 2010. Concluye además que un total de 27 millones de personas son consumidores dependientes, lo que equivale, a la existencia de un consumidor de sustancias psicoactivas por cada doscientas personas. Las cifras y las implicaciones personales y colectivas permiten afirmar que la dependencia al consumo de SPA es un grave problema de salud pública, que reclama canalizar acciones preventivas como un elemento primordial de la estrategia mundial para reducir la demanda y consumo de sustancias psicoactivas. Colombia no es ajena a esta problemática, el uso de sustancias psicoactivas y especialmente la dependencia a estas, están inmersas en la cotidianidad del país con cifras preocupantes, como una bomba de tiempo desfila desde la penumbra y muchas veces desde el anonimato una realidad conocida por muchos y negada por otros, que demuestra lo poco efectivas que han resultado las medidas punitivas que han intentado aplicarse desde hace unos años, así lo refleja el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en población Escolar Colombia, realizado por el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Justicia y de Derecho, el Ministerio de Educación Nacional y el Ministerio de Salud y Protección Social, (2011). El corregimiento de Chicoral, escenario de la presente investigación, permitió evidenciar como a nivel micro se puede presenciar de manera directa el uso y la dependencia al consumo de sustancias psicoactivas como parte de los mundos juveniles, espacios de la cotidianidad que mezclan las búsquedas de sentidos personales propios de la edad, con los contextos fragmentados de poco o nulo apoyo familiar y con un fuerte acento en la ruptura comunicativa y de construcción colectiva que se teje al interior de los hogares. Resultó preocupante observar que de los estudiantes objeto de este estudio, correspondientes a 1134 establecimientos educativos de 161 municipios Colombianos, el 12.1% declararon haber consumido al menos una sustancia psicoactiva alguna vez en su vida. Esta importancia que ha adquirido el consumo de SPA en la cotidianidad y en el proceso de desarrollo humano, como un 19
elemento simbólico, de integración social o de simple renuncia al día a día, se constituye en la preocupación principal del presente estudio. El departamento del Tolima, específicamente la Gobernación del Tolima, a tráves de la secretaría de Salud, realizaron un estudio denominado: Prevalencia del consumo de Sustancias Psicoactivas en el Tolima (2009); donde se concluyó, que en el municipio de El Espinal, la prevalencia en el consumo entre los jóvenes entre los 13 y 18 años de edad, corresponde a un 13,7% para marihuana; 1,1% para cocaína; 1,1% para éxtasis, 1,1% para tranquilizantes, 41,91% para alcohol, y 5,3% para bazuco. Con respecto a la prevalencia del consumo del último mes se encontró: 9,5% para marihuana, 1,1% para cocaína, 16,8% para alcohol, para el consumo de éxtasis, tranquilizantes y bazuco no aparecen cifras reportadas en este estudio. (Secretaría de Salud del Tolima, 2009. p. 14) Estas cifras permiten comprender las dimensiones que tiene el uso de sustancias psicoactivas y la manera como se ha presentado un crecimiento en los últimos años, antes como un fenómeno de las grandes ciudades, ahora como un problema que azota a una gran diversidad de poblaciones, como es el caso del corregimiento el Chicoral, El Espinal- (Tolima), escenario de la presente investigación, permitió evidenciar como a nivel micro se puede presenciar de manera directa el uso y la dependencia al consumo de sustancias psicoactivas como parte de los mundos juveniles, espacios de la cotidianidad que mezclan las búsquedas de sentidos personales propios de la edad, con los contextos fragmentados de poco o nulo apoyo familiar y con un fuerte acento en la ruptura comunicativa y de construcción colectiva que se teje al interior de los hogares. Allí se presentan marcadas situaciones de riesgo y vulnerabilidad para los jóvenes estudiantes, expuestos a una multiplicidad de dificultades de tipo social, psicológico, cultural, económico y familiar, como se evidencia en la ficha personal de cada uno de los integrantes de este estudio. (Ver Anexo A.) El contacto profesional como docentes de la institución Educativa San Luis Gonzaga, es un referente que permite reafirmar los anteriores hallazgos, la población objeto de estudio se encuentra en un estado de alto riesgo de consumo de sustancias psicoactivas, relacionado principalmente por el entorno familiar donde se desarrollan los jóvenes escolares. Los hogares de los jóvenes escolares vinculados al estudio, se caracterizan por ser ambientes negativos, en donde predominan las carencias psicoafectivas, los bajos niveles de comunicación, la ausencia de monitoreo y establecimiento de reglas familiares, la falta de apoyo e involucramiento familiar, la agresividad, las conductas sexuales de riesgo, el bajo nivel académico, la deserción escolar y la violencia doméstica en general. Todos estos aspectos como consecuencia de la 20
ausencia de patrones de crianza, el abandono y la falta de consolidación de lazos estables de protección y apoyo. Un gran número de estudiantes poseen hogares en los que no se han consolidado lazos de apoyo fuertes, cuyos padres mantienen relaciones con poca o deficiente comunicación, dejándolos bajo la responsabilidad de las abuelas, tíos, padrinos, personas cercanas y en algunos casos bajo la custodia de Bienestar Familiar, como se puede ver en la ficha personal de los estudiantes, aplicada durante el trabajo de campo de esta investigación, dicho acercamiento demuestra la prevalencia de escenarios de riesgo al interior de la familia donde prima la ausencia de factores protectores que prevengan el uso y la dependencia a las sustancias psicoactivas en los estudiantes. El escenario de riesgo que se manifiesta en las familias, va acompañado por biografías de estudiantes implicados en la distribución y comercialización de sustancias psicoactivas, algunos motivados por el ejemplo de padres expendedores, otros por los grupos de amigos con quienes se relacionan en sus lugares de vivienda (barrios de invasión); casos que han sido detectados en el ambiente escolar y que se han canalizado a través del departamento de psicoorientación de la institución educativa, que brinda la atención profesional necesaria cuando los padres de familia no hacen presencia, han sido puestos a disposición de Bienestar Familiar, quienes han realizado los seguimientos y acciones pertinentes, tendientes a su rehabilitación dentro de Instituciones estatales adscritas al departamento del Tolima. Sin embargo, las acciones realizadas por el estado y la familia no son suficientes, su intervención es limitada y no se da cumplimiento a la Constitución Política de Colombia en donde en varios de sus artículos, hace responsable al estado junto con la familia y la sociedad, de la prevención en el uso de sustancias psicoactivas, mediante la asistencia y protección de la infancia, garantizándole su desarrollo armónico e integral. Así lo evidencian el Artículo 5, Artículo 13, Artículo 44, Artículo 45, Artículo 67 (Constitución Política de Colombia, 1991, p. 4). Es por lo tanto, la familia una de las instituciones pilares del ser humano y por consiguiente, un escenario donde es posible generar procesos de prevención al uso y dependencia a los SPA, mediante el incremento y potenciación de factores protectores. La falta o la debilidad de factores protectores familiares para prevenir el uso y dependencia de sustancias psicoactivas en los estudiantes, se evidencia en la ausencia de ambientes saludables que genera espacios propicios para el aislamiento, las carencias afectivas y comunicativas. La construcción y el fortalecimiento del hogar como un escenario de resistencia y apoyo, puede 21
favorecer la prevención y el distanciamiento de los jóvenes del consumo de psicoactivos. Es así como Ugarte, (2009), reconoce a la familia como el primer elemento socializador en cuyo seno se enseña y transmite al infante las creencias, los valores, los conceptos y patrones de comportamiento que les permitirán ser adultos responsables y autónomos, capaces de enfrentarse e integrarse eficazmente al mundo que les rodea, alejados del consumo de sustancias psicoactivas. Tanto los modelos como las pautas de crianza que se viven y se transmiten en las familias son factores protectores que se encargan de proteger o aminorar el efecto de estímulos nocivos, además sirven como escudos para equilibrar o amortiguar los factores de riesgo que rodean a la familia y al contexto donde se desarrolla. En el mismo sentido Becoña, (2007), manifiesta la necesidad de incidir de modo intensivo en la familia, potenciando y reforzando factores protectores, para que esta tome conciencia de la importancia que tienen como agentes de salud para sus hijos. De estas reflexiones surge la necesidad de reconocer la situación actual, especialmente de identificar la presencia o no de factores protectores en las familias de los estudiantes objeto de estudio. 1.1 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN ¿Cuáles son los factores protectores familiares de los estudiantes del grado quinto de primaria de la Institución Educativa San Luis Gonzaga de Chicoral corregimiento de El Espinal Tolima, para prevenir el uso de sustancias psicoactivas? ¿Qué contraste existe entre los factores protectores familiares hallados en los estudiantes del grado quinto de la institución Educativa San Luis Gonzaga de Chicoral, y los expuestos por algunos autores en diferentes investigaciones relacionadas con el tema? ¿Cuáles son las características sociodemográficas en que se encuentran los estudiantes del grado quinto, de la institución San Luis Gonzaga de Chicoral, corregimiento del Espinal, que pueden favorecer o no la presencia de factores protectores familiares para prevenir el uso de sustancias psicoactivas en la población objeto de estudio?
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2. OBJETIVOS 2.1 OBJETIVO GENERAL Determinar los factores protectores familiares que previenen el uso de sustancias psicoactivas en los estudiantes del grado quinto de primaria de la Institución Educativa San Luis Gonzaga de Chicoral corregimiento de El Espinal Tolima. 2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Identificar los factores protectores generados desde la familia de los estudiantes del grado quinto de primaria de la Institución Educativa San Luis Gonzaga de Chicoral. Analizar y describir los factores protectores familiares, existentes en los estudiantes del grado quinto de primaria, de la Institución Educativa San Luis Gonzaga de Chicoral para prevenir el uso de sustancias psicoactivas. Contrastar los factores protectores familiares hallados en los estudiantes del grado quinto de primaria de la Institución Educativa San Luis Gonzaga de Chicoral, con los expuestos por algunos autores en diversas investigaciones al respecto. Identificar las características sociodemográficas que pueden favorecer o no la presencia de factores protectores familiares de los estudiantes del grado quinto de primaria, de la Institución Educativa San Luis Gonzaga de Chicoral, en la prevención del uso de sustancias psicoactivas.
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3. JUSTIFICACIÓN El uso y la dependencia del consumo de psicoactivos por parte de los jóvenes, se ha constituido en un problema de alcance global, la complejidad de este fenómeno es innegable, especialmente por la multiplicidad de factores que convergen en las biografías personales y en los escenarios de desarrollo que tiene el ser humano, tales como la familia y la escuela. A nivel mundial y nacional existe una preocupación generalizada por el incremento constante del consumo de drogas legales e ilegales entre los jóvenes. Según el Informe Mundial sobre las drogas 2012,, muestra que aproximadamente 230 millones de personas, consumieron una droga ilegal durante el año 2010 .. Este mismo informe, mostró que el 5% de la población mundial, entre 15 y 64 años, ha consumido drogas ilegales al menos una vez en ese año, teniendo mayor prevalencia la marihuana (4%), las anfetaminas (0,6%), los opiáceos (0,4%), la cocaína (0,3%) y el éxtasis (0,2%). En Colombia la situación no es muy distinta; diversos estudios realizados muestran un incremento constante en el consumo de drogas, una mayor incidencia a medida que los jóvenes avanzan en su formación y con edades de inicio cada vez más tempranas. En todos los estudios se ha observado que la droga legal más consumida es el alcohol y la ilegal la marihuana Comisión Nacional de Investigación en Drogas, (2001); Ministerio de Educación, (2006); Ministerio de Protección Social, (2003); Pérez, (1999); UNODC, (2006) lo anterior, evidencia que el país no es ajeno a esta problemática, constituyéndose en un factor determinante en la crisis de la salud de las familias y de las comunidades. La población del corregimiento de Chicoral también se ha visto implicada en este fenómeno, generada por marcadas situaciones de riesgo y vulnerabilidad para los niños y jóvenes, que están expuestos a dificultades de tipo social, psicológico, cultural, económico y familiar, que se materializan en los entornos cotidianos como la familia, donde predominan las carencias psicoafectivas, la agresividad, las conductas sexuales de riesgo, el bajo nivel académico, la deserción escolar, los problemas de convivencia y la violencia doméstica en general, adicionalmente, se observaron casos de familias comprometidas con la distribución y comercialización de sustancias psicoactivas (bazuco y marihuana) y en ciertos casos con historias previas de familiares o personas cercanas que son reconocidos consumidores de dichas sustancias, convirtiéndolos en población vulnerable y de alto riesgo frente al uso de las mismas. Aunque existen una gran variedad de acercamientos investigativos a esta problemática, el consumo de a los SPA, posee una diversidad de facetas y dimensiones que solo pueden ser comprendidos desde la particularidad de la realidad en donde se asientan. La mirada local de un problema de dimensiones globales, representa un aporte importante y necesario para la comprensión del 24
fenómeno y una apuesta por las lecturas complejas. El corregimiento de Chicoral y la institución educativa que fue espacio de este proceso investigativo, representa un escenario micro con acento rural y por lo tanto un contexto interesante de exploración, para la generación de un conocimiento localizado y con alcances globales, frente a una problemática de la que se ha dicho mucho, pero que continúa siendo un gran interrogante sin resolver. La conveniencia social del estudio se soporta en los efectos que ha tenido el consumo de SPA, sobre todo la fuerte acogida que tienen en la población más joven, que exige un replanteamiento del rol que está jugando la familia y lo que puede y debe llegar a ser. El estudio fue un reto profesional y social, que requirió asumir el liderazgo en el desarrollo de una propuesta de investigación tendiente a identificar los factores protectores que caracterizan a la familia como unidad social y como espacio primario adecuado para la prevención. A partir del estudio, pudieron reafirmarse y ampliarse elementos teóricos importantes relacionados con los factores protectores familiares, que como categorías de trabajo a nivel local, dan cuenta de las particularidades que tienen las adicciones juveniles a las SPA y dan pistas de una problemática que requiere un cambio de mirada. La acción sobre las causas y por lo tanto sobre los factores que deben potenciarse dentro de las familias, permite un viraje en la lectura que se inserta en la lógica de la prevención y la educación y que deja de lado las medidas correctivas y de castigo, que han demostrado sus grandes limitaciones. La investigación se constituyó en un ejercicio crítico y reflexivo en la comunidad educativa y especialmente entre las familias, que partió del reconocimiento del núcleo familiar y sus relaciones afectivas saludables, como agente determinante y fundamental en la formación de los infantes. Los aportes de esta investigación, permiten reflexionar y cuestionar las responsabilidades de la familia, encargada de generar ambientes donde se consoliden los patrones de comportamiento y esquemas de personalidad, que favorecerán la presencia de factores protectores al uso y dependencia de psicoactivos y la ausencia de conductas desadaptadas frente al entorno social en donde se desarrollan, tal como lo expresa Ugarte, (2009) es la familia el primer elemento sociabilizador, en cuyo seno se educa y se forma al individuo, para que sus miembros sean capaces de desarrollarse y ser personas autónomas que puedan enfrentarse e integrarse a la vida. (p. 138) La sociedad actual demanda estudios que permitan nuevas lecturas que den pistas para encontrar salidas a problemáticas tan perjudiciales como el consumo de SPA en la juventud. Se espera que a través de los resultados y hallazgos del presente estudio, pueda contarse con un mapa de exploración de un fenómeno lleno de baches y trampas, para que de esta manera puedan pensarse soluciones
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efectivas que contribuyan a la toma de responsabilidades por parte de la comunidad, donde se asuma la educación y la prevención como una prioridad y una necesidad que debe estar presente en las acciones locales. Quizás en el fondo este estudio es una apuesta por el futuro, por el gran reto de constituir fortalezas alrededor de las familias, que facilite construir y caminar por proyectos de vida exitosos, alejados del miedo, alejados de las dependencias, una apuesta por una juventud que no le tema a verse y sentirse así misma en libertad.
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4. REFERENTES INVESTIGATIVOS, LEGALES Y TEÓRICOS 4.1 ANTECEDENTES Dentro de las bases de datos revisadas y siguiendo un protocolo de búsqueda con palabras clave tales como familia, factores protectores, pubertad, adolescencia y sustancias psicoactivas, prevención, se encontró que tanto a nivel nacional como internacional, principalmente España y algunos países de Suramérica, se han realizado algunas investigaciones tendientes a valorar y analizar variables familiares como factores protectores y de riesgo, en el uso de sustancias psicoactivas en estudiantes y en jóvenes adolescentes, reconociendo la importancia del papel de la familia en la instauración de la salud física y mental de sus hijos. Sin embargo, se debe reconocer que los estudios específicos a factores protectores son muy limitados, aunque sus títulos hacen alusión a factores protectores, sus hallazgos y conclusiones al respecto son muy débiles y poco profundos. Es así como Zubarew, (2008), quien estudió la Influencia de la familia, como factor protector de conductas de riesgo en escolares Chilenos, determinó la prevalencia de factores y conductas protectoras y de riesgo en adolescentes Chilenos y estudió la correlación entre la percepción del funcionamiento familiar del adolescente, sus síntomas emocionales y las conductas de riesgo. El estudio concluyó que los escolares integrantes de hogares percibidos por los estudiantes como disfuncionales, tuvieron riesgos significativos en preguntas que exploraban la percepción de los adolescentes acerca de diversas dimensiones de la vida familiar; funcionamiento, comunicación, cohesión y dinámica familiar, mayor consumo de tabaco, marihuana, tranquilizantes, alcohol y cocaína. Los resultados también mostraron que los adolescentes cuyos padres consumían sustancias psicoactivas, tenían mayor riesgo de consumir estas sustancias en comparación a los adolescentes cuyos padres no las consumían. Además los trastornos emocionales y el riesgo de tener relaciones sexuales a más temprana edad, fue significativamente mayor en adolescentes de hogares percibidos como disfuncionales, con relación a los jóvenes de hogares funcionales. En el mismo sentido, Cruz, y Martínez. (2011), compararon el perfil del funcionamiento familiar en adolescentes con y sin drogadicción, en un colegio de bachilleres del estado de Querataro (México), con la participación de adolescentes, con edades entre los 13 y 19 años. El análisis estadístico, mostró que el 100% de los adolescentes mantenía una tipología familiar de predominio nuclear simple, de los cuales el 50% de los adolescentes con drogadicción provenía de familias desintegradas. Ante los hallazgos los investigadores concluyeron que la disfuncionalidad familiar es un factor de riesgo para el consumo de drogas en adolescentes, cuando es deficiente la autoridad y la 27
supervisión de la familia, mientras que el apoyo familiar y la buena comunicación son factores de protección. Por otra parte, también en la cultura mediterránea, la familia sigue siendo la agencia modeladora por excelencia. Se considera su influencia, el apego entre sus miembros, la supervisión paternal, el clima afectivo y la dinámica socio-familiar tan importantes que sobre estos indicadores Moral Jiménez (2009), estudia la influencia familiar sobre las actitudes ante el consumo de drogas en adolescentes españoles, entre 12 y 18 años de edad. Los resultados evidenciaron que a partir del análisis del factor de apoyo, se reafirma la importancia concebida a este indicador mediante las manifestaciones de amor y apoyo, valorado por los adolescentes que no consumen drogas. En la tesis doctoral Factores Protectores del Consumo de drogas en población adolescente infractora, Glavic, (2008), identificó las variables asociadas a la familia que operan como protector del consumo de drogas en la población adolescente. Encontró que las variables familiares, especialmente las relacionadas con el involucramiento parental ejercen una gran influencia, constituyéndose en factores protectores del uso de sustancias. Además halló que el 29% de los adolescentes cuyos padres expresan un alto nivel de involucramiento, sus hijos nunca han consumido drogas. En esta misma línea teórica, la Universidad Continental de México, también reconoce la importancia de la familia en la prevención del uso de sustancias psicoactivas. A través de la investigación Factores Familiares y de pares asociados al consumo de drogas en estudiantes con edades comprendidas entre 11 y 18 años. En dicho estudio se determinó el peso predictivo de algunos factores de riesgo y protección del uso de drogas en la familia y entre los estudiantes usuarios y no usuarios de drogas. Para hallar los efectos de riesgo o protección de estos factores, Se realizó un análisis de regresión logística (SPSS versión 10). Los investigadores crearon y utilizaron como instrumento una escala tipo Lickert auto aplicable, con 133 preguntas relacionadas con variables sociodemográficas y otros indicadores que evalúan predictores familiares y de pares. A través del instrumento se evaluaron aspectos como el involucramiento familiar, magnitud del apoyo y calidez de la interacción familiar, monitoreo y establecimiento de reglas familiares y consistencia de la disciplina. Entre las conclusiones del estudio se evidencia que los factores protectores familiares fueron significativamente más altos entre los estudiantes que nunca han usado drogas. Así mismo, la presencia de factores de riesgo fue más alta entre los usuarios de drogas que entre los no usuarios. Los estudiantes que han consumido algún tipo de droga reconocen un menor grado de apoyo y calidez de parte de los miembros de su familia, mientras que los estudiantes que no han consumido drogas expresan que su vida familiar ha estado 28
marcada por la presencia de normas y reglas consistentes al interior de estas. También se concluyó que la interacción personal entre los miembros de las familias de los no usuarios, presenta menores situaciones de conflicto y menor permisividad ante situaciones que generen riesgo para la salud e integridad física de los estudiantes. Se reafirmó la importancia de la familia como factor protector del uso de psicoactivos, ya que se pudo identificar que la magnitud del apoyo y calidez de la interacción familiar, así como el establecimiento de reglas familiares claras y un monitoreo adecuado, constituyen factores protectores significativos dentro del contexto familiar. Sin embargo, se encontró que mientras el apoyo y la calidez de la interacción familiar se convierte en un factor protector para los estudiantes de secundaria, ya para los jóvenes que cursan el bachillerato deja de ser significativo como un elemento protector, reconociendo así el papel protector de la familia a edades tempranas de sus hijos. La tesis de doctorado titulada Medición y caracterización de factores familiares, individuales y ambientales en consumo y no consumo de drogas en población adolescente hombres y mujeres escolarizados. De Díaz, (2011), Caracterizó los factores familiares (riesgo familiar, salud familiar, estilos y prácticas de crianza parental) individuales (problemas conductuales, conductas alimentarias de riesgo, autoestima, ajustes psicosociales) y ambientales (pertenencia a redes sociales desviantes, adquisición de drogas) en los hombres y mujeres adolescentes escolarizados consumidores y no consumidores de drogas, de la región de Minatitlán, Veracruz. Se concluyó que a pesar de la existencia de variables de riesgo significativo de uso de psicoactivos en una población, como edad, sexo, personalidad, factores negativos relacionados con el grupo de pares y la comunidad en general, el factor familia se sobrepone a ellos como el factor de mayor peso en la influencia o no del consumo en adolescentes. Los factores de riesgo individual que comprenden la edad, el sexo, la personalidad el grupo de amigos y la comunidad en general, considerados importantes y significativos en la incidencia del consumo de drogas, no pueden ser desestimados. Sin embargo, el factor familia se sobrepone a ellos, como el factor de mayor peso en la influencia del consumo de drogas en los adolescentes. Díaz, (2011) reconoce que a través de las rutinas, la recreación, las celebraciones, normas y reglas de crianza dentro de un contexto afectivo, es la familia quien favorece la estabilidad del adolescente, permitiendo un equilibrio para interactuar entre lo aprendido en la familia y los nuevos aprendizajes, comportándose de manera saludable y rechazando conductas permisivas de consumo de psicoactivos.
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En Colombia investigaciones tales como: Identificar y analizar los factores protectores presentes para prevenir el consumo de drogas en familias de niños que asisten a Hogares Comunitarios de Bienestar Familiar de los autores Medina Arias y Das Gracas, (2010), mostraron que el 77% de las familias encuestadas corresponden a madres, algunas de las cuales asumen el rol de jefe cabeza de hogar. La permanencia en un lugar por un lapso de tiempo igual o superior a tres años, equivalente al 83% de la población objeto de estudio, demostró ser un factor protector, por cuanto permite un buen conocimiento del sector y el establecimiento de relaciones de apoyo con el grupo de convivencia, tanto vecinal como familiar. Otro factor protector hallado en dicho estudio, fue la permanencia estable de los padres en convivencia, la participación con el cuidado de los hijos y la integración del hogar en términos de afecto y comunicación. Los padres consideran la importancia de la familia y la ayuda de la escuela para prevenir el consumo de SPA en edades tempranas. De igual forma, se manifestaron algunos factores de riesgo al uso de sustancias psicoactivas en familias con presencia de un solo progenitor y el bajo nivel de escolaridad de los padres. El estudio de salud titulado Interacción familiar como factor protector ante el consumo de drogas en adolescentes del 2009, encaminado a conocer la situación mental de adolescentes, realizado en Medellín, encontró que el porcentaje de adolescentes con buenas relaciones con la familia y una apropiada comunicación con los padres, lo que se constituye en un factor de protección asociados a la disminución del riesgo de dependencia de bebidas alcohólicas y de otras drogas. (Guarate, 2009. p. 39). La población incluida en dicho estudio, estuvo conformada por 495 adolescentes y se utilizó un cuestionario basado en la escala de Likert para la medición. Los resultados del análisis confirmaron que un 80% de los encuestados, con presencia de factores protectores se mantienen alejados del consumo de drogas. Estos resultados obtenidos, podrían entenderse si se tiene en cuenta que el grupo familiar contribuye a cimentar bases sólidas y de apoyo para el desarrollo de la personalidad, permitiéndoles desarrollar la capacidad para comunicarse, valorarse y tener seguridad, para ser capaz de enfrentarse a situaciones de riesgo. (Guarate, 2009. p. 115). Por otra parte, se determinó que la constitución del grupo familiar es fundamental para que en los adolescentes se creen hábitos de consumo o de prevención, dado que la adquisición de conocimientos en materia de prevención se realiza inicialmente en los hogares.
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Los estudios revisados evidencian que el tema del consumo de drogas se ha asumido por fuera contexto socio educativo Tolimense y que ha primado una lectura de dicho fenómeno en términos urbanos, por lo cual es necesario explorar investigativamente las particularidades del consumo y dependencia de SPA en las zonas rurales, como el caso Chicoral. Las dificultades relacionadas con el consumo y dependencia a las SPA persisten y cada día toman mayor vigorosidad en los mundos juveniles. Un gran número de estas investigaciones están enfocadas a examinar algunos factores protectores en forma genérica, visualizando jóvenes adolescentes de edades que oscilan entre los 14 y 19 años de edad y no se dirigen a la población escolar de básica primaria, donde la mayoría de los estudiantes de encuentran iniciando la adolescencia. Reconocida la importancia de la adolescencia para encaminar acciones de prevención y en virtud de que la mayoría de los estudios revisados coinciden en afirmar que ya en las fases finales de ésta se hace tardía la prevención de cualquier trastorno de salud mental, incluido el consumo de SPA, se enfocó la presente investigación hacia el trabajo con adolescentes de la zona rural. El estudio Nacional de consumo de sustancias psicoactivas en población escolar 2011, reafirma lo anterior, al expresar que se deben realizar programas preventivos del uso de SPA desde edades tempranas, que incluye dirigir acciones en cursos como el grado quinto de la básica primaria, encaminadas a la prevención de consumo de tabaco y alcohol en todos los estudiantes de primaria. Los resultados arrojados por dicho estudio presentan como los estudiantes de grados inferiores tienen una menor percepción de riesgo frente al uso frecuente de sustancias ilícitas o aceptadas socialmente (tabaco y alcohol), este hecho acompañado del incremento en la oferta y la facilidad de acceso a estas, genera un mayor riesgo de consumo, esto se evidencia en que el 70.8% de los estudiantes objeto de estudio manifiesta que le resultaría fácil adquirir cualquiera de estas sustancias. De igual forma Díaz, (2011), encontró que existen vacíos en el conocimiento acerca de los factores familiares relacionados con los estilos y prácticas de crianza parenteral y la estructura familiar. Sin embargo, aclara que la estructura familiar por sí sola no es un factor definitivo en el consumo de drogas en los adolescentes, por lo tanto, se hace necesario plantear futuras investigaciones que exploren en forma detallada las relaciones de padres e hijos con variables como la comunicación, supervisión y disciplina, en donde son más importantes la naturaleza de las relaciones familiares, la cohesión familiar y el ambiente familiar. En el mismo sentido Diaz, (2011), propone caracterizar las anteriores variables en diferentes países, principalmente con población adolescente, a fin de valorar diferenciaciones culturales, viendo si aquellas que son efectivas durante la 31
adolescencia temprana también lo son a través del tiempo, estableciendo diferenciación de los adolescentes de acuerdo a raza, nacionalidad, edad y género. Se debe recalcar como algunos autores concuerdan, al concluir que la mayoría de las investigaciones están dirigidas a identificar los factores de riesgo del uso de psicoactivos, dando por hecho que sencillamente los factores protectores dependen de si están o no presentes los factores de riesgo y que la presencia de unos está determinada por la ausencia de los otros, sin reconocer que los factores protectores son variables que actúan independientemente de los factores de riesgo. Así como lo afirma Canal, (2003) los factores protectores, no siempre son opuestos a los factores de riesgo y su impacto varía durante el proceso de desarrollo. Se observa así como en un gran número de investigaciones, en las que sus títulos hacen alusión a factores protectores y de riesgo del uso de SPA, su desarrollo y presentación de resultados, da mayor trascendencia conceptual a los factores de riesgo, tocándose los factores protectores de una forma superficial. Ante las anteriores perspectivas, se reconoce la importancia de realizar investigaciones, como la presente, enfocadas a vislumbrar los factores protectores familiares, que de potenciarse pueden disminuir y/o evitar en los jóvenes, el uso y la dependencia a las sustancias psicoactivas. La familia, particularmente, se asume como un ente protector que debe observarse sistemáticamente, por ser un ente que puede generar las competencias necesarias para asumir y contrarrestar los efectos negativos de estímulos ambientales, nocivos sobre el ser humano, incluidos los causados por el uso de SPA; reduciendo así la probabilidad de emitir conductas de riesgo. 4.2 MARCO LEGAL La Constitución Política de Colombia de 1991, representa el principal marco legal del presente estudio, en dicho documento se establecen las mínimas necesarias que se deben tener en cuenta para emprender un proceso de educación y prevención al consumo y dependencia de las SPA, en ella prevalecen los derechos tales como la protección integral y las garantías y efectividad esperados por parte del Estado, la sociedad y la familia, en cuestiones de seguridad a la población más joven. El consumo de sustancias psicoactivas de menores de edad en Colombia está prohibido por el marco legal que rige la protección de la infancia y la adolescencia, desde la Constitución del 91, en la cual se establece como derecho y deber el propiciar escenarios de cuidado y seguridad a la población joven, en procura de su bienestar y salud integral. 32
Al respecto de los conceptos claves para el presente estudio y según el texto de la Constitución Política de Colombia, se define la familia como el “núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión firme de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla” (Constitución 1991, Artículo 42, p. 18) De la misma manera se contempla en el Titulo II: De los derechos, garantías y deberes, que son derechos fundamentales de los niños: “(…) la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Sean protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados por Colombia.” (Constitución 1991, Artículo 44, p. 20) Otras disposiciones legales vigentes en las que se ampara a los niños, niñas y adolescentes y en las que prevalece su integridad física, psicológica y moral, es la Ley 1098 de 2006, en la que se establece que es el Estado, la sociedad y la familia quienes deben asumir las responsabilidades en el cumplimiento de la norma. Particularmente dicha ley plantea que se debe expedir el “Código de la Infancia y la Adolescencia”, teniendo como finalidad garantizar a los niños, a las niñas y a los adolescentes su pleno y armonioso desarrollo para que crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión. En esencia el marco legal de Colombia parte del reconocimiento de los niños, niñas y adolescentes, como sujetos de derechos, establece las garantías necesarias para dar cumplimento a los derechos, así como los mecanismos para la prevención de su amenaza o vulneración. Plantea como prioridad la seguridad en su restablecimiento inmediato, si alguno de los derechos fue quebrantado, en desarrollo del principio del interés social. Otros artículos importantes al respecto que se rezan en la ley de Infancia y adolescencia. Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a la vida, a una buena calidad de vida y a un ambiente sano en condiciones de dignidad y goce de todos sus derechos en forma prevalente. Este derecho supone la generación de condiciones que les aseguren desde la concepción cuidado, protección, alimentación nutritiva y equilibrada” (Código de Infancia y Adolescencia, Artículo 17. p. 55)
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Derechos de Protección: Los niños, las niñas y los adolescentes serán protegidos contra: 3. El consumo de tabaco, sustancias psicoactivas, estupefacientes o alcohólicas y la utilización, reclutamiento o la oferta de menores en actividades de promoción, producción, recolección, tráfico, distribución y comercialización. (Código de Infancia y Adolescencia, Artículo 20. p. 62) Respecto las obligaciones de la familia, se encuentra el Artículo 39, respecto a las obligaciones de la familia, donde se afirma que “La familia tendrá la obligación de promover la igualdad de derechos, el afecto, la solidaridad y el respeto reciproco entre todos sus integrantes. Son obligaciones de la familia para garantizar los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes: 1. Protegerlos contra cualquier acto que amenace o vulnere su vida, su dignidad y su integración personal. 9. Abstenerse de realizar todo acto y conducta que implique maltrato físico, sexual o psicológico y asistir a los centros de orientación y tratamiento cuando sea requerido. 14. Prevenirles y mantenerlos informados sobre los efectos nocivos del uso y el consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales.” (Código de Infancia y Adolescencia, Artículo 39. p. 83) A pesar de la reglamentación, social y culturalmente el uso de sustancias psicoactivas se ha consolidado como un componente de los códigos sociales de conducta lo que amalgamado con escenarios de riesgo, han contribuido al posicionamiento del consumo de SPA como un problema de tipo social con diferentes niveles de afectación, que se evidencia en lo global y en lo local. 4.3 MARCO TEÓRICO 4.3.1 La familia como núcleo y estructura fundante del ser humano. El ser humano ingresa a la sociedad a través de lo que puede denominarse un grupo primario de socialización o familia. Dicho grupo, sirve como escalón al individuo en su preparación en las competencias mínimas para ser considerado un sujeto social, tanto el aprendizaje del lenguaje como la estructura emocional y afectiva básica, se consolidan en dicho escenario. En términos de la teoría funcionalista en el campo de la sociología, la familia favorece y posibilita la integración social de los nuevos sujetos, quienes deben aprender las normas, códigos de conducta, valores y lenguaje, para ser considerados sujetos funcionales o que pueden cumplir lo esperado de ellos por los otros individuos en la estructura social. De no generarse este proceso de adaptación, integración o socialización, se genera un fenómeno denominado como anomia, es decir la exclusión que recae sobre el individuo al no
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lograr acoplar su naturaleza individual a las expectativas del colectivo. (Durkheim, 1912, p. 18). Sin embargo y a pesar de lo planteado por estas primeras definiciones a nivel científico, es importante resaltar que a pesar de las generalizaciones conceptuales que recaen sobre el término de familia, como estructura y en la naturaleza de las relaciones que operan en su interior, la familia tiene una multiplicidad de particularidades, que para comprenderlas requieren el posicionamiento de su lectura en el contexto específico en el que se van a tener en consideración. En otras palabras, la familia es una realidad histórica, sujeta a las diferencias culturales, por lo tanto, no todas las familias son iguales, ni debe esperarse que lo sean. “La familia como objeto de investigación, no es una categoría abstracta sino histórica, su vida y sus formas están condicionadas por el régimen económico social imperante y por el carácter de las relaciones sociales en su conjunto”, (Rodríguez, 2012, p. 1). Este grupo primario, denominado como familia, ha adquirido diversas conceptualizaciones a lo largo del tiempo, inicialmente los acercamientos venían dados por la antropología, Desde la Antropología, se la considera como un hecho social total, un microcosmos que representa a toda la organización social en la que está inmersa, siendo sus funciones fundamentales la cooperación, la socialización, la educación, la reproducción, etc.” (Cerdá, & Paolicchi, 2013. p. 1) Posteriormente y gracias a la importancia que se le otorgó como célula social, se convirtió en objeto de reflexión de otras ciencias sociales como la sociología, la psicología, la economía política, entre otras. El Psicoanálisis hace su aporte teniendo en cuenta los enlaces entre los miembros. Así considera que hay por lo menos dos vínculos principales: uno biológico, en tanto perpetúa la especie y es contenedor de la indefensión inicial; otro psicológico, que es el proveedor de gratificaciones afectivas básicas para el desarrollo y de un bagaje de identificaciones que intervienen en la etiología sexual. (Cerdá, & Paolicchi, 2013. p. 1). Otros acercamientos desde la psicología, adjudican a la familia la función de educar en las capacidades para que el individuo logre su propia autonomía, es decir, a través de la familia el sujeto alcanza su libertad e individualidad. Es la familia el primer elemento sociabilizador, en cuyo seno se educa y forma al individuo, para que 35
sus miembros sean capaces de desarrollarse y ser personas autónomas que puedan enfrentarse e integrarse a la vida. (Ugarte, 2009. p. 138) De la misma manera, Hidalgo, (2004), reconoce en la familia una unidad básica de la sociedad, que ejerce una marcada influencia en el proceso de salud mental del individuo, que cuando cumple adecuadamente sus funciones, en su forma y pautas de crianza y protección, ayudará a prevenir o enfrentar problemáticas de salud, ayudando a propiciar en mayor o menor grado situaciones de protección, riesgo o vulnerabilidad. Becoña, (2002) por su parte, asume la familia como una estructura, cuya función es la transmisión tanto al niño como a la niña, de creencias, ideas, valores, conceptos y patrones de comportamiento, que permitirán establecer y mantener la formación de adultos autónomos y capaces de enfrentarse e integrarse eficazmente al entorno social que les rodea. El mismo autor considera que es la familia quien desde el mismo nacimiento del individuo, se encuentra presente, para potenciar procesos de aprendizaje y de socialización que ocurrirán a lo largo de toda la vida, y es en la niñez en donde adquirirán mayor importancia los diferentes modelos y pautas de crianza familiares y en donde el niño verá a sus padres como modelos de comportamiento. En otras palabras, la familia bajo esta conceptualización desempeña un rol mediador, entre la individualidad y la vida colectiva. Dulanto y Redondo, (2000), define la familia un grupo que está unido o no por lazos de consanguinidad y que reunido intercambia afecto, valores, otorgándose mutua protección. Coincide con los demás autores en reconocer la familia como el centro primario de socialización infantil y juvenil. Estos acercamientos desde diferentes perspectivas permiten comprender que la familia ha sido objeto de reflexión y cuestionamiento para muchas disciplinas, dada la dimensión social e individual que debe desarrollar el ser humano desde su nacimiento para su sobrevivencia y adaptación al entorno y a los roles que se le han adjudicado a la familia dentro de este proceso. El concepto de familia debe comprenderse desde una perspectiva compleja que involucre la dimensión histórica y cultural, lo que se asume frecuentemente como el deber ser familiar, se constituye en muchas ocasiones en un punto de partida incuestionable que obstaculiza la interpretación de las relaciones sociales y las maneras cómo se organiza este grupo en la contemporaneidad y desde la especificidad local. Lo que se ha considerado como el deber ser de la familia, corresponde a lo que se ha consolidado como la concepción de la familia tradicional, caracterizada por la monogamia, el lazo religioso y la definición de roles al interior de acuerdo al género.
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La estructura normatizada del entorno familiar, está conformada por un padre, una madre y la descendencia, y corresponde a un modelo familiar ligado a la cultura patriarcal y al sistema económico capitalista, en los cuales la conservación de la propiedad privada se consolida como una preocupación prioritaria para los sujetos, que a través del mantenimiento de un apellido y de los lazo de consanguineidad, esperan conservar el patrimonio material que han heredado de anteriores generaciones a través de la línea masculina. (Para ampliar este tema véase el acercamiento de Federico Engels en su obra El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado del año 1884). La familia contemporánea transita en una constante reestructuración tanto en la forma como en las funciones esperadas de dicha institución. A pesar de ello, la socialización primaria continúa asentando su lugar en dicho grupo primario, y por lo tanto el aprendizaje del lenguaje y de las pautas básicas para la inserción social. 4.3.2 Cambios funcionales en la familia y la escuela. El auge de la sociedad de la información y la crisis de la modernidad, han generado una transfiguración de las funciones que inicialmente se le adjudicaban a la familia y a la escuela, los medios de comunicación y con ellos la descentralización del saber, han generado un nuevo panorama de múltiples flujos informativos, en los que el aprendizaje del ser humano se bifurca en una maraña de modelos y datos que están en constante ebullición. Esta pérdida de centralidad que ha tenido la familia y la escuela, ha ramificado la función educativa, que actualmente no sólo transcurre por las instituciones tradicionales, sino que atraviesa una multiplicidad de canales que ponen en cuestionamiento el papel del aula y del núcleo familiar. El cumplimiento de nuevos roles sociales por parte de los medios de comunicación y la redefinición a la que son llevados tanto la escuela como la familia, como las instituciones centrales de conocimiento, genera un panorama de destiempos, en los que el sujeto en formación accede a una multiplicidad de discursos fragmentados acerca de lo que es bueno o malo, justo o injusto, verdad o falsedad, entre otras, que proponen un escenario de retos en el terreno de la educación. Es así como puede afirmarse, que existe una responsabilidad compartida entre medios informativos, familia y escuela frente al tema educativo, en la que la intención educativa que conlleva el proceso sistemático y estructurado de la educación formalizada se choca con la educación espontánea que proponen los medios informativos. Al respecto, existen varios acercamientos reflexivos desde la academia, especialmente desarrollados desde el pensamiento latinoamericano, donde han
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tenido auge áreas de especialidad como la educomunicación, o la educación para la comunicación. La interrelación constante entre la escuela, la familia y los medios de comunicación es innegable, así lo evidencian autores como Scotti, (2012) profesora de Historia quien expone como “(…) los medios definen modelos y hoy estamos invadidos de distintos modelos que influyen en los estilos de comportarse, de vestirse, de hablar adicionalmente afirma que Hoy educar es más que nunca una cuestión de todos porque todos somos aprendices. Y es precisamente esta sociedad de aprendices la que se asume como un nuevo escenario para la población más joven, que ingresa al mundo social, atravesado por una diversidad de mediaciones, de discursos, argumentos y sentidos que muchas veces en contraposición unos con otros, entran a jugar parte de la malla de significados en los que se inserta el individuo. (Scotti, 2012. p. 14). El rol de la familia en este panorama es quizás hoy más que nunca la de servir de hilo conductor, en una maraña cada vez más extensa de contenidos y saberes. La familia debe reinventarse en sus roles y en su capacidad de mediar al individuo con el mundo social para consolidarse como un escenario por excelencia comunicativo y de apoyo, como un punto de referencia que le permita al individuo construir sentidos tanto de su vida como de lo que le rodea. Desde esa reflexión se reconoce la importancia de la familia como el primer espacio donde se puede prevenir e intervenir, empezando desde la infancia y la adolescencia, etapas del desarrollo evolutivo del ser humano en que ocurren profundos cambios desde el punto de vista físico, psicológico y social. La atención integral en los primeros años, provee bases sólidas para el crecimiento, la supervivencia, la construcción de sentidos de vida y el desarrollo. 4.3.3 Ciclo vital de la familia. Referirse al ciclo vital de la familia es hacer alusión a los diferentes momentos que atraviesan los miembros de este grupo en el transcurso del tiempo, dicho ciclo está impregnado de las experiencias y las historias en común que se constituyen en referentes subjetivos que se insertan en la memoria del individuo y del colectivo. El desarrollo y evolución de la familia están ligados a los cambios de cada uno de sus miembros, es decir, que la familia no es una realidad estática sino todo lo contrario, y que su funcionalidad y composición dependen del contexto en general y de los integrantes que componen el grupo. Al respecto, Agintzari, (2007) clasifica el ciclo vital de la familia, en cuatro etapas que están organizadas en torno al crecimiento de los hijos: 38
Formación de la pareja La familia con hijos pequeños La familia con hijos en edad escolar o adolescentes La familia con hijos adultos 4.3.4 La familia con hijos en edad escolar o adolescentes. Particularmente del acercamiento realizado por Agintzari, (2007), se considera para los fines de la presente investigación, aquellas familias con hijos en edad escolar o adolescentes. Según el autor, la presencia de una población joven en el núcleo familiar produce un cambio significativo en todo el sistema familiar, determinado por el inicio de la edad escolar. En la edad escolar, la familia comienza a relacionarse con un nuevo grupo social y por lo tanto surge la necesidad de establecer nuevas pautas relacionadas con la escolarización, tales como son las tareas escolares, horarios, tiempos de estudio, actitudes y responsabilidades escolares, adquisición de hábitos para el desarrollo de la educación, relaciones de los hijos con sus iguales, orden, higiene, etc. Esta etapa del ciclo familiar es importante en el desarrollo del individuo ya que en ella, el sujeto comienza a desarrollar un proceso de inmersión en un mundo social ampliado y en la construcción de un perfil de sus gustos, afinidades y espacios de encuentro con otros por fuera del contexto del hogar. Adicionalmente, esta etapa permite el establecimiento de relaciones de amistad y por lo tanto el reconocimiento de otras esferas sociales, donde se genera de manera intencional y no intencional procesos de aprendizaje significativos. La familia por su parte, se enfrenta en esta etapa a la necesidad de consolidar vínculos comunicativos más estrechos con sus integrantes, con el fin de conectar esos nuevos mundos paralelos y no aislar la historia del colectivo de los entornos sociales que confluyen en las historias de vida individuales. El proceso formativo que se da en un individuo desde la familia no se termina con el inicio de la vida escolar, sin embargo, si se amplían en esta etapa los marcos de referencia y los espacios para la obtención de conocimiento, valores, rutinas, elementos simbólicos, entre otros. Ante ello, la familia debe ofrecer a sus hijos e hijas canales de comunicación eficientes y las oportunidades de encontrar nuevos roles que le permitan ejercitarse en el papel de adultos para integrarse como población joven al marco social, sin que se produzcan conductas desadaptadas. 4.3.5 Pubertad: Crecimiento, cambio, rupturas. El ser humano se transforma constantemente, el paso del tiempo marca su ser físico, social y psicológico, de
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ahí que el establecimiento de cortes en el proceso de maduración humana, se haya convertido en objeto de estudio de numerosas disciplinas, que centran su atención en las particularidades que tiene el desarrollo del sujeto a lo largo del tiempo. Según el pediatra Molina, (2009) la pubertad específicamente, representa una de esas etapas de transformación, en la que se genera la ruptura entre la etapa de la infancia y la etapa adolescente, el concepto más frecuente de pubertad está asociado al rango de edades entre los 12 y 14 años, etapa en la cual tanto hombres como mujeres comienzan a atestiguar cambios físicos que los adentran en la vida reproductiva, en el hombre con la eyaculación seminal y en la mujer con la primera menstruación. La pubertad es el período final del crecimiento y maduración del niño en el que se alcanza la capacidad reproductiva, es una etapa de transición entre la infancia y la edad adulta. Comienza cuando aparecen los caracteres sexuales secundarios y aumenta la velocidad de crecimiento, más adelante el niño va experimentando cambios somáticos y psicológicos que progresan ordenadamente, hasta que al final alcanza la talla adulta, la madurez psicosocial y la fertilidad. (Temboury, 2009. p. 1). Esta etapa de crecimiento se manifiesta con múltiples cambios y búsquedas personales, la maduración corporal como psicológica, permiten posicionar a la pubertad como un escenario importante para la formación y la dirección de acciones de prevención. La pubertad puede favorecer o no el aprendizaje de conductas que permitan el consumo de SPA, de acuerdo al Programa de “Promoción de la salud y prevención escolar del consumo de drogas en contextos de vulnerabilidad social” realizado en Argentina y dirigido por De Vincenzi y Bareilles (2002 y 2009), se presenta como “El grado de influencia que ejerzan los factores ambientales sobre el niño/a o adolescente dependerá de factores psicológicos, como la autoeficacia, la autoestima el sentido de control personal, el ajuste psicológico, la ansiedad social y la percepción de las oportunidades que le ofrece su vida”. (pág. 584), ligado estrechamente a los factores de apoyo y protección existentes en la etapa de la pubertad. 4.3.6 Sustancias psicoactivas y dependencia. A pesar de que las sustancias con la capacidad de alterar el estado mental de las personas han existido a lo largo del tiempo, su reconocimiento, estudio y definición, están relacionadas con el surgimiento de la Organización Mundial de la Salud, (1984), como una dependencia especializado de las Naciones Unidas para que actuara como 40
autoridad directiva y coordinadora en los asuntos sanitarios y la salud pública a nivel internacional De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, una sustancia psicoactiva se define como aquella sustancia de tipo químico o natural que una vez introducidas en el organismo por cualquier vía (inhalación, ingestión, intramuscular, endovenosa), es capaz de actuar sobre el sistema nervioso central, provocando una alteración física y/o psicológica, la experimentación de nuevas sensaciones o la modificación de un estado psíquico, es decir, capaz de cambiar el comportamiento de la persona. En el informe de la OMS titulado Neurociencia del consumo y dependencia de sustancias psicoactivas, del año 2000, “(…) se sostiene que la dependencia de sustancias tiene tanto de trastorno cerebral como cualquier otro trastorno neurológico o psiquiátrico.” Adicionalmente afirma, que existen diversos factores que están relacionados con la dependencia a las sustancias psicoactivas, entre ellas factores de tipo biológico y genético. (OMS, 2006. p. 2). Siguiendo los lineamientos de dicho informe, se plantean que el funcionamiento del cerebro es diferente en casa ser humano, por lo tanto los efectos de las SPA serán distintos en cada caso. El acceso a los SPA como mercancía al sistema económico, ha favorecido que se los tipos de SPA se diversifiquen y se jerarquice su uso en dependencia de la capacidad adquisitiva, esta complejidad actual en el terreno de los psicoactivos, requiere una constante actualización de la conceptualización referente a los tipos de sustancias psicoactivas a los que están teniendo acceso las personas más jóvenes y sus usos. 4.3.7 Prevención. Hablar de la prevención implica abordar el tema del consumo desde la perspectiva de la educación y el fortalecimiento de los factores protectores. Dadas las consecuencias sociales, psicológicas y económicas que acompañan la dependencia a las sustancias psicoactivas, diferentes organizaciones a nivel internacional y nacional han encaminado sus esfuerzos para que las acciones se dirijan antes de la aparición del problema. De acuerdo al Ministerio de Sanidad, servicios sociales e igualdad del gobierno de España, En el imaginario colectivo y de forma especial entre los más jóvenes, se tiene que fomentar la asociación entre el consumo de drogas y el fracaso en la vida, contraponiéndolo a la creencia errónea que identifica consumo de drogas con éxito social. Los jóvenes deben empezar a tomar conciencia de que el consumo de drogas como el cannabis y la cocaína, tanto esporádico como 41
habitual, puede conducirles al fracaso en todos los órdenes de la vida (fracaso afectivo, laboral, intelectual, social, etc...). La dirección de acciones de prevención requiere en primer lugar fortalecer las percepciones de riesgo en torno al consumo de SPA, para ello es importante encaminar esfuerzos de tipo educativo que provean a los jóvenes los referentes necesarios para decidir en pro de su propia calidad de vida. Esto debe ligarse con los mandatos de las Naciones Unidas que a través de la Organización Mundial de la Salud establece que todos los gobiernos deben asumir la responsabilidad de contribuir a proteger y promover la salud de todas las personas. (OMS, 2013. p. 15) Según Hormilougue, (1997) La prevención por lo tanto constituye una necesidad y una responsabilidad de los gobiernos y entidades encargadas a nivel local. La prevención del abuso de drogas es conveniente llevarla a cabo desde los comienzos, en determinada edad, trabajando sobre la conciencia del abuso de otros productos tales como golosinas y algunas medicinas, luego sobre tabaco y alcohol. Hasta alcanzar el objetivo último evitar los abusos de sustancias potencialmente psicoactivas. 4.4 FACTORES PROTECTORES: ALTERNATIVAS PARA RESISTIR. Esta investigación se detuvo en aquellos elementos del entorno familiar desde la perspectiva de los mismos jóvenes, que se consolidan o deben fortalecerse como factores de protección ante la amenaza del consumo de SPA. Generalmente hablar de jóvenes dirige la mirada directamente a los riesgos que pueden acompañar esta etapa, tanto social como individualmente, sin embargo, los factores protectores que se pueden encontrar en la familia y la calidad de sujetos participativos y consientes que tienen los jóvenes, es frecuentemente desconocida. Al respecto, y antes de iniciar con la discusión en torno a la definición de los factores protectores, es importante poner en consideración que estos no son la contraposición de los factores de riesgo y que por lo tanto no se excluyen mutuamente, sino que requieren una conceptualización rigurosa que contemple la complejidad del contexto en el que se dan y el rol que pueden desempeñar. Para iniciar con la conceptualización, se retoma a Hawkins, (1985) citado en Ugarte, (2009) quien expresa: que “(…) los factores de protección son aquellos factores psicológicos o sociales que modifican la acción de un factor de riesgo para desestimular o evitar la aparición de una problemática”. Los factores protectores son aquellos recursos o estrategias que atenúan o neutralizan el 42
impacto del riesgo, posibilitando conductas saludables y debilitando o extinguiendo factores y elementos que reduzcan la salud física y mental del individuo. Díaz, (2011), por su parte, asegura que los factores protectores son todas aquellas situaciones y características que protegen o aminoran el efecto de estímulos nocivos sobre las personas, sirven como escudos para favorecer el adecuado desarrollo de los seres humanos, evitando la aparición de conflictos y por ende, cumpliendo una función de protección del estado de salud física y mental. Los factores protectores, bajo esta conceptualización que ofrece Díaz, (2011), disminuye las posibilidades de generar conductas de riesgo, o consecuencias negativas sobre el desarrollo de las personas. La presencia de un factor protector no excluye la presencia de un factor de riesgo, sin embargo, si logran equilibrar o amortiguar los efectos negativos de los factores de riesgo y es probable que se reduzcan o desaparezcan situaciones conflictivas. De igual forma Becoña, (2002), coincide con el anterior autor al plantear que un factor protector es una característica, una situación o una condición existente en un contexto determinado, que puede llegar a inhibir factores de riesgo, atenuando la posibilidad de caer en el uso de sustancias psicoactivas, especialmente en etapas tempranas del ser humano. En el caso del consumo y dependencia a los SPA, Sécades y Fernández, (2001) hacen alusión a los factores protectores en términos de variables que pueden llegar a limitar o modular el uso de psicoactivos. Así mismo, Canal, (2003), define los factores protectores como aquellas circunstancias que aminoran las influencias negativas vividas en el ambiente del adolescente, haciéndolo más resistente a situaciones adversas o de riesgo, tal como el consumo de drogas, por lo tanto, estos llegan a modificar o alterar las respuestas ante las amenazas generadas en el entorno. Los factores protectores, son entonces aquellas barreras que posibilitan la resistencia ante los factores negativos del entorno, y permiten aminorar el efecto negativo de las situaciones de riesgo de la población joven. Los autores consultados, recomiendan el reconocimiento e identificación de los factores protectores familiares para prevenir el uso de SPA, lo que permitirá diseñar estrategias y actividades tendientes al fortalecimiento de las familias de acuerdo al contexto donde estas se desarrollan y de esta forma abordar la problemática de las drogodependencias, mediante intervenciones específicas al interior de las mismas.
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4.4.1 Factores protectores en la familia. Como se describió anteriormente, a pesar de las transformaciones que tiene la familia, tanto en sus funciones como en su estructura, es innegable que continúa desempeñado un papel vital en la vida humana, especialmente como la primera mediadora entre la vida individual y la vida colectiva. Por esa razón, se hace necesario en este estudio, escudriñar el entorno familiar y la manera como los factores de protección se amalgaman en escenarios de riesgo y con características rurales. Al respecto, Clayton, (1992) invita a reconocer que los factores protectores familiares, son atributos o características, condiciones, situaciones y/o contexto ambiental que inhibe, reduce o atenúa la probabilidad del uso y/o abuso de drogas, o la transición en el nivel de implicación con las mismas. Por tanto, dependiendo de la presencia o ausencia de factores protectores al interior de la familia se potenciarán actitudes y comportamientos favorecedores o aversivos del uso de SPA, especialmente en la época de la infancia. Weinreich y Hidalgo, (2004), se refieren a los factores protectores como aquellos recursos familiares, sociales e institucionales que promueven el desarrollo exitoso del joven o que pueden disminuir el riesgo de que surja un desarrollo alterado y que se da, fundamentalmente como resultado de la calidad de la interacción dentro de las familias. Otros autores, como Rutter y Serrano, (1999), denominan los factores protectores como las circunstancias, características, condiciones y atributos que facilitan el logro de la salud integral del adolescente y sus relaciones con la calidad de vida y el desarrollo de éstos como individuo y como grupo. Es decir, que mediante estas diferentes condiciones y características, se experimentan y vivencian al interior de la vida familiar, manifestaciones, normas y patrones de crianza, que favorecerán o aislarán al individuo de comportamientos adecuados o inadecuados frente al uso de sustancias psicoactivas. Es necesario tener en cuenta los aportes de Salazar, (2007), quien reafirma la importancia del desarrollo y fortalecimiento de los factores protectores desde el interior de las familias. Salazar, (2007) plantea la necesidad de fortalecer factores protectores teniendo en cuenta las siguientes categorías: el desarrollo personal, la imagen de uno mismo y los sentimientos de autoestima, la autonomía para la acción, y la responsabilidad en el cuidado y mantenimiento de la salud, la confianza y eficacia en la resolución de problemas y conflictos, el asumir responsabilidades, las relaciones interpersonales, el entorno y finalmente la utilización del ocio y el tiempo libre El mismo autor sostiene que una familia consciente de su papel como agente generador de factores protectores, permitirá actuar para la prevención, mediante un ambiente familiar basado en el diálogo y la comunicación. Además establece la 44
importancia de la familia y cómo, principalmente las madres y los padres deben comprender su urgente necesidad de intervención de una forma temprana para disminuir la vulnerabilidad que tienen los jóvenes frente al consumo de SPA. Torres de Galvis y Zapata, (2009), expresan que para hablar de salud mental del adolescente y de los factores protectores del uso de psicoactivos, es necesario hacer hincapié sobre la familia, puesto que según sea su forma de funcionar, puede convertirse en un factor de protección, entendiendo por familia, la unidad social primaria y universal, por tanto ocupa una posición central para la comprensión de la salud y la enfermedad. Hawkins, citado en Ugarte, (2009), establece que la familia protectora, es aquella que desarrolla relaciones muy fuertes con los niños, es cariñosa, tiene expectativas claras frente a cada uno de sus miembros, comparte responsabilidades y maneja el estrés eficazmente. Según este autor, una familia protectora del uso de SPA, es aquella que presenta en las relaciones entre sus miembros los siguientes factores protectores: Desarrolla una relación fuerte con el niño. Valora y alienta la educación. Maneja el estrés eficazmente. Pasa el tiempo positivamente con los hijos. Usa un estilo de tratar a los hijos en forma cálida y bajo en la crítica (en lugar de ser autoritario y permisivo). Es protectora y cariñosa Tiene expectativas claras. Fomenta las relaciones de apoyo con los adultos afectivos. Comparten las responsabilidades de las familias En este mismo, sentido Perotto y Valdivieso citado en Ugarte, (2009) en un estudio sobre factores protectores y de riesgo en el consumo de drogas, identificaron como factores protectores familiares las siguientes categorías: Buena relación con los hermanos. El hecho de que los padres vivan juntos y cuiden sus hijos. 45
La comunicación familiar. La buena percepción del padre. Buena integración en el hogar. El llevarse bien en casa con todos los miembros que la conforman. El tiempo compartido entre sus miembros. Buena cohesión familiar, entendiéndose esta de acuerdo a la OMS, como la vinculación emocional entre los miembros, incluyendo cercanía, compromiso familiar, individual Del trabajo de indagación realizado en este estudio, como de la revisión teórica, se pudo extraer que existen elementos en la vida familiar que desempeñan una función protectora, por ello, es necesario detenerse en dichos aspectos y categorizarlos, para tener una mejor comprensión de las maneras como se evidencian en la cotidianidad del hogar. 4.4.2 Categorización de los factores protectores. Los factores protectores no son iguales en todas las familias y no se dan de la misma manera en todos los casos, de ahí que sea necesario para su reconocimiento, conceptualizar los factores protectores como categorías de trabajo, en las que se vincula tanto los resultados indagados en esta investigación como la revisión teórica de fuentes que soportan el presente estudio. 4.4.3 La comunicación. Elemento posibilitador de factores protectores familiares. La comunicación es el componente esencial de la interacción social que permite la construcción de significados colectivos, posibilita el aprendizaje del ser humano en sociedad y favorece la transmisión cultural, indispensables para la vida en grupo. A lo largo del tiempo, la comunicación ha adquirido diferentes lecturas desde una variedad de campos disciplinarios, inicialmente fue desde la física que se planteó el modelo lineal de la comunicación, ligado al flujo informativo y a los usos tecnológicos, específicamente los telecomunicativos. Dicho concepto incipiente ha sido evaluado desde las ciencias humanas, que posicionan los procesos comunicativos, como procesos relacionados a la comprensión del ser humano y especialmente a la construcción de sentidos sociales y personales. La capacidad de interpretación y de construcción de sentidos del mundo, está en el centro del concepto de la comunicación, que a 46
través del lenguaje le permite al individuo la interacción con su entorno y con los otros. Según Cevallos, (2008) la comunicación como condición inherente al ser humano facilita la acción de comunicar como un acto cotidiano que permite a los individuos reconocerse como seres sociales dentro de un grupo cultural determinado. Los seres humanos construyen significación, es decir, dan sentido/contenido a los objetos/signos a partir de un contexto cultural y social. Desde esta perspectiva la comunicación es un proceso constructor de sentido colectivo. Hablar de la comunicación en el entorno familiar, es entablar una discusión en esos términos, en primer lugar, del aprendizaje del lenguaje y del establecimiento de las primeras relaciones del ser humano con su entorno. En segundo lugar, se aborda esa construcción de sentidos que permite la comunicación; la familia más allá de una realidad material, a través de la comunicación, se consolida como un escenario de encuentro, de sentidos de vida y construcciones de significados compartidos, que por lo tanto fortalecen el hogar en su dimensión subjetiva, que se evidencia en las relaciones de apego, el sentido de pertenencia por un grupo y la calidad de las interacciones sociales. Unicef, (2003) la familia es el primer lugar donde aprendemos cómo comunicarnos. La manera de hacerlo en nuestra familia de origen determinará cómo nos comunicaremos con los demás. En el entorno familiar la comunicación desempeña un rol esencial en la construcción de la individualidad y de interacciones que permiten prevenir o propiciar escenarios de riesgo para los adolescentes y estos procesos son aprendidos de generación en generación. “El estilo y la forma de comunicación que tengan como familia está influida a su vez por la historia de las formas de comunicación de las familias de los padres. La comunicación, entendida como la capacidad de poner en común, favorece el establecimiento de relaciones cálidas y la aceptación de unas mínimas de disciplina necesarias y que evidencian el flujo comunicativo en el hogar. Los padres pueden controlar a sus hijos si saben dónde están, y lo saben si sus hijos se lo cuentan. El control y la supervisión están en función más del flujo de comunicación del joven hacia el progenitor, que en función de si éste toma la iniciativa y busca información sobre las actividades del adolescente. (Montañes, Bartolomé, Montañez, & Parra, 2008. p. 402) Las variables familiares que pronostican de forma significativa el consumo de drogas durante la adolescencia son la existencia de conflictos familiares, una pobre comunicación familiar, el consumo familiar y un estilo educativo parental permisivo (Montañes, Bartolomé, Montañez, & Parra, 2008. p. 403) 47
La comunicación aparece dentro de las investigaciones referenciadas, como un componente estrechamente ligado a los factores protectores, de ahí la importancia de abordar el tema de la comunicación familiar como un elemento de gran importancia para comprender las dinámicas del hogar y como se constituye en la plataforma indispensable para que se den los factores protectores. Es importante tener en cuenta que la comunicación está asociada al uso de las palabras, los gestos, el uso de señas e incluso los silencios, hacen parte del proceso comunicativo. Existen estas dos formas de comunicarnos: verbal y no verbal. La primera se refiere a la comunicación a través de la palabra, lo que decimos o escribimos. Lo no verbal corresponde a gestos, actitudes, posturas corporales, tono de voz o miradas. Para que la comunicación pueda considerarse como positiva, se requiere que exista en el hogar la capacidad de interpretar el sentido de quien transmite un mensaje, “Para que la comunicación sea efectiva es necesario que el mensaje que se transmite sea coherente en nuestra expresión verbal y no verbal. adicionalmente, “Es fundamental que todos los miembros de una familia puedan expresar sus necesidades, emociones y expectativas sin temor a ser rechazado o no ser considerados por los demás. Al hacer explícitas estas necesidades se establecen relaciones más claras y eficientes. (Unicef, 2003. p. 32) 4.4.4 Involucramiento familiar y magnitud de apoyo. Las familias establecen en su interior relaciones sociales, gracias a la interacción que viene dada por la convivencia en un espacio y tiempo compartidos. Estos dos componentes permiten el reconocimiento mutuo de los integrantes del hogar, por lo tanto, es el primer punto de referencia para establecer un nosotros que define un adentro y un afuera del núcleo familiar. Tanto el tiempo y el espacio compartido en el día a día, permite que entre los integrantes de un grupo, además del reconocimiento mutuo, se generen dos tipos de relaciones, por un lado, de afecto y apoyo emocional, ligados al trato cálido y afectuoso, o bien relaciones sociales de dirección negativa, cuando el trato se sustenta en cualquier forma de violencia o en la indiferencia, catalogada como una ausencia de procesos comunicativos abiertos. El tema del involucramiento familiar, lo aborda Valenzuela, (2006), a partir de un análisis de la población escolar chilena, con la cual estableció que un bajo involucramiento de los padres en la vida de sus hijos adolescentes aumenta su probabilidad de consumo de drogas. (Montañes, Bartolomé, Montañez, & Parra, 2008. p. 38) 48
Dependiendo de la naturaleza de la relación que se establece al interior de un hogar, pueden identificarse si se generan factores protectores o factores de riesgo, relacionados con el involucramiento que tienen los integrantes de la familia entre sí. Dicho nivel de involucramiento se evidencia en el grado de preocupación, interés y conocimiento que tiene un integrante del hogar frente a los demás integrantes del grupo familiar. Una figura de autoridad involucrada se define de la misma manera, como aquel sujeto que cuenta con el reconocimiento de su liderazgo por parte del grupo, (generalmente son los padres de familia, pero este rol lo desempeñan también hermanos mayores, tíos, abuelos, etc.) y que cuenta con la capacidad de dar cuenta de las actividades, amigos/as de los hijos/ as, y puede responder generalmente a las preguntas: ¿Dónde están? ¿Qué hacen? ¿Con quién se relacionan, a dónde van y con quién?, e incluso puede hacer referencia a actividades cotidianas como los programa de televisión favoritos, la frecuencia con que comen juntos, controla la hora de llegada, etc. El concepto de involucramiento familiar está vinculado con el concepto de participación familiar, que Norma Gómez, Coordinadora de la Unidad de Involucramiento Familiar de la Oficina de Educación en el Condado de San Diego, basada en la tipología de Epstein, (s.f.) desarrolla en los siguientes términos: “La participación de padres es el apoyo en la casa, comunidad y escuela que afecta directamente y positivamente el desempeño educacional de todos los alumnos Tiene éxito la participación de los padres cuando es fomentado como un convenio entre el hogar y la escuela.” (Gómez, 2012. p. 20) La participación de los padres con la vida de sus hijos es efectiva si genera confianza y respeto mutuo, igualdad en la relación y mutua colaboración y apoyo. Gómez, (2012). Por lo tanto la participación de los padres de familia en la vida de sus hijos, favorece unas interacciones valiosas en el crecimiento y apoyo del adolescente. Muy ligado al involucramiento familiar, que se entiende como la participación que establece la familia con los menores, se encuentra la magnitud del apoyo familiar, que tiene en cuenta no sólo el tipo de relación que se da, sino la intensidad que tiene dicha relación. Identificar la magnitud del apoyo familiar, requiere por lo tanto, conocer el tipo de relaciones sociales que se establecen al interior de la familia. Según lo cita Glavic y Barrios, (2008) Centros de integración Juvenil (CIJ) en uno de sus estudios con estudiantes de educación media encontró que la magnitud de apoyo y calidez de la interacción familiar constituye un factor protector significativo dentro de este contexto.
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Dicha magnitud está asociada al nivel de apoyo que puede recibir un integrante por parte de otro integrante, evidenciada en la incondicionalidad, en el apoyo moral en las decisiones, las expectativas positivas en los proyectos de vida personal, en la motivación, el soporte en situaciones difíciles, la apertura a conocer los mundos individuales y por lo tanto a compartir tiempo de calidad en grupo, aspectos que vinculados constituyen un factor importante de protección. Estudios ya habían confirmado la influencia de variables familiares como factores protectores del consumo de drogas: la cohesión familiar, la comunicación y el apoyo de los padres, la relación positiva, los vínculos afectivos estrechos, el establecimiento de normas, el acuerdo de los padres en temas educativos, la actitud no permisiva de los padres respecto al consumo de drogas y la desaprobación familiar del uso de drogas (Calafat, 1999; Muñoz, Graña, 2001; y otros, 2004. Citado en Garcia, 2004). La magnitud del apoyo familiar, rebasa el cumplimiento de funciones por lazos de consanguineidad y traspasa al establecimiento de relaciones de amistad y disfrute de la compañía del otro. Se comparte la confianza en los integrantes del grupo, lo que permite que el entorno de la familia sirva como una plataforma de apoyo estable y duradero. Citado por Glavic, y Barrios, Rutter, (1979) afirma que tener una relación cálida y de apoyo con uno de los padres puede amortiguar los efectos negativos de un padre disfuncional o de vivir en una familia con un gran conflicto y tensión. 4.4.5 Calidez en la interacción familiar. El concepto de calidez remite a las relaciones de afecto y que proporcionan bienestar a las personas. Las relaciones familiares, dado su permanente contacto en el escenario de la cotidianidad, son propicias para que se generen lazos de comunicación estrechos, que permitan fortalecer el hogar como un entorno donde los menores pueden desarrollar habilidades personales y sociales, con acompañamiento, apoyo y sensación de bienestar. Bowlby, (1995) citado por Glavic y Barrios, (2008) afirma que se han realizado estudios que dan cuenta de la necesidad de amor, seguridad y tolerancia de los niños por parte de sus padres o cuidadores. Agrega que el vínculo afectivo es entendido como la atracción que un individuo siente por otro individuo claramente diferenciado y preferido. Donde los vínculos intensos y persistentes entre individuos constituyen la regla general en muchas especies. La permanencia en proximidad y el reconocimiento mutuo, son partes esenciales del afecto y por lo tanto de la calidez que se puede generar en una interacción familiar.
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La formación de autoconceptos y autoestima positivos, la tolerancia a la frustración, la adecuada resolución de conflictos, la resistencia a la presión de grupo, el desarrollo de habilidades sociales tales como comunicación y asertividad, la capacidad para reconocer y expresar adecuadamente emociones y sentimientos, la adecuada integración escolar, social y académica, entre otras, son factores que pueden fortalecerse y aprenderse en escenarios de afecto, que proporcionen seguridad y protección emocional. Becoña, (2002) citado por Glavic y Barrios, (2008) señala que si en la familia las relaciones entre los padres y los hijos carecen de cercanía y la madre no se involucra en actividades con ellos, es cuando otros factores de tipo familiar como el conflicto toman lugar. Relacionado con las interacciones humanas, la calidez está vinculada a las emociones, a la capacidad de proveer afecto, ternura y un ambiente de satisfacción que de privársele al individuo pueden generar frustraciones y problemas en la interacción social. Glavic y Barrios, (2008) el negar o alejar al individuo de sus padres puede causar una propensión al odio que le puede causar dificultades más adelante. Uno de los principales efectos de la separación madre e hijo es una gran intensificación del conflicto. Por lo tanto, es importante dentro de este factor protector, el reconocimiento del gusto por un escenario y por un vínculo como un elemento fundamental en la vida humana y en la calidad de vida, en la que las expresiones de cariño y la confianza en los otros integrantes del hogar, fortalece en la familia un clima afectuosos apropiado para el desarrollo de la personalidad, que tenga como eje central el disfrute de la compañía y de la presencia de los miembros del núcleo familiar. 4.4.6 Disciplina familiar. El establecimiento de reglas de comportamiento, constituye uno de los mecanismos de integración que puede rastrearse en todas las organizaciones sociales desde el origen del ser humano. La familia particularmente, como la primera institución socializadora del ser humano, es decir, como la estructura que permite a los individuos la adquisición de su "ser social" Durkheim, (1926), es la primera instancia donde se genera la transmisión de las normas que le permitirán al individuo adaptar su individualidad al colectivo mediante un proceso de educación. Es importante hacer la distinción entre disciplina y obediencia, ser disciplinado es mucho más complejo e importante que ser obediente. Mientras que el individuo disciplinado actúa voluntariamente y con conocimiento de sus deberes, teniendo su conducta bajo control, las personas obedientes actúan bajo presión, temor, coacción, etc. Adicionalmente el individuo disciplinado hace lo correcto independientemente de los sistemas de supervisión y castigo, mientras que el obediente se desorganiza cuando no tiene supervisión. (Riquelme, 2000. p. 11). 51
Considerar la disciplina y el aprendizaje de normas dentro de la familia, como un factor protector, radica en la consideración de que el individuo para lograr su pleno bienestar requiere de los otros sujetos, por lo tanto, el establecimiento y aceptación de unas mínimas de conducta, que constituye uno de los principales mecanismos garantes para el grupo pueda convivir colectivamente. Esta transmisión de normas y valores, se logra a través de la educación, que según Durkheim, (1926) desempeña la función de generar un cierto número de estados físicos y mentales, que los miembros de la sociedad a la cual pertenece el individuo considera indispensables. Este proceso inicial de educación que se da en el entorno familiar, es lo que permitirá establecer una disciplina efectiva, entendida esta como “el ordenamiento consciente, responsable y voluntario que cada individuo hace de sus pensamientos y actuaciones con el objetivo de maximizar la efectividad de sus esfuerzos para alcanzar exitosamente sus objetivos y metas que se ha trazado a sí mismo.” (Riquelme, 2000. p.11). Particularmente en el entorno familiar, el nivel de involucramiento y la magnitud del apoyo no son suficientes para generar un ambiente de protección a la población joven, el reconocimiento de la autoridad y el respeto por unas reglas mínimas de conducta, representa un ejercicio necesario para ingresar al mundo adulto y asumir responsabilidades frente al colectivo. Tal como lo plantean Romagnoli, Kuzmanic, y Caris, (2006) los padres protegen a sus hijos/as cuando establecen límites claros, compuestos por pocas normas, bien definidas, bien comunicadas y adaptadas a la etapa de desarrollo de sus hijos/as. Las figuras de autoridad que se consolidan en un grupo familiar, deben tener la capacidad de establecer unas normas claras y sensatas para su cumplimiento por los integrantes, que favorezcan la integración y el establecimiento de unos patrones de conducta positivos para el grupo en general. El elemento disciplinario en una familia, puede evidenciarse de diferentes maneras: la asistencia a fiestas con permiso de la figura de autoridad, establecimiento de horas de llegada, establecimiento de tareas dentro del hogar, horarios para la realización de actividades de ocio y actividades académicas, entre otras. Aspectos que permiten cuestionar si la disciplina al interior de las familias cumple con la efectividad necesaria para consolidarse como un factor protector, reconociendo que la disciplina funciona en la medida que se enriquece la autonomía, la aceptación y la interiorización de las normas mínimas de conducta. Estas mínimas de conducta requieren ir acompañadas de sanciones y reconocimientos cuando la ocasión lo amerita, lo que garantiza la consistencia en la disciplina característica adicional que debe 52
concretarse en la efectividad de la misma, es decir, en la autodisciplina o disciplina personal, al interiorizar los individuos las normas y reglas de la sociedad. Esto ocurre primero con el concurso de los padres y luego se refuerza con la educación. La importancia de la disciplina radica en que permite que los sujetos asuman sus roles, favorece el aprendizaje del cumplimiento de las responsabilidades, el desarrollo del autocontrol, la auto expresión y el desarrollo del autoestima. (Riquelme, 2000. p.11).
53
5. METODOLOGÍA APLICADA
5.1 TIPO DE INVESTIGACIÓN Como punto de partida se considera que la realidad social contiene elementos subjetivos y objetivos que pueden a través de la investigación conocerse y teorizarse. La investigación realizada fue de tipo cuantitativo, es decir se consideraron aquellos aspectos de la vida social susceptibles de cuantificarse y que den cuenta de la familia como un aspecto institucional de la vida de los adolescentes y de la manera como en la cotidianidad, permite que se consoliden factores protectores, evidenciados en prácticas, hechos y pautas de crianza, expresados por los mismos adolescentes y observados en el entorno de la Escuela. La investigación social cuantitativa está directamente basada en el paradigma explicativo, utiliza preferentemente información cuantitativa o cuantificable para describir o tratar de explicar los fenómenos que estudia, en las formas que es posible hacerlo en el nivel de estructuración lógica en el cual se encuentran las ciencias sociales actuales (Briones, 1996. p. 17) 5.2 DISEÑO DE INVESTIGACIÓN El acercamiento a los resultados que se presentan en este documento, se logró a través de las siguientes fases: 5.2.1 Fase 1: Problematización. Por medio de la observación directa se identificó la necesidad de abordar los factores protectores familiares frente a las drogas, desde una perspectiva investigativa. Las situaciones de riesgo a las que constantemente se ven abocados los jóvenes desde tempranas edades, requiere implementar un trabajo preventivo desde el núcleo familiar que permita fortalecer el componente educativo en las familias de los jóvenes estudiantes de la Institución San Luis Gonzaga del Corregimiento de Chicoral, institución pública de Tolima.
54
Se problematizaron los componentes rurales que adquiere el consumo de SPA y la importancia que de los factores protectores en la pubertad, que se desarrollan en el entorno familiar. 5.2.2 Fase 2: Sensibilización e información a la comunidad educativa. Una vez estructurado el problema de investigación y realizada la construcción teórica, se realizaron una serie de reuniones con los integrantes de la comunidad educativa: Padres de familia, profesores, directivas y estudiantes. Dichas reuniones tenían como objetivo sensibilizar acerca de la importancia que tiene abordar desde la investigación el tema de los factores protectores familiares ante la amenaza al que se exponen los adolescente con el consumo y de SPA, con miras a incentivar la reflexión en torno al tema y que a largo plazo permita fortalecer estrategias educativas y preventivas que vinculen al adolescente y a su familia. Las reuniones de sensibilización e información permitieron consolidar compromisos con el estudio, especialmente dirigidos a facilitar la información requerida, el consentimiento informado de padres y adolescentes y facilitar los escenarios para la realización de la investigación. 5.2.3 Fase 3: Recolección de datos. La recolección de datos se compuso de varios acercamientos para realizar un trabajo de observación, la aplicación de una encuesta y un proceso permanente de sistematización y reflexión, que posibilitó construir unas categorías conceptuales de los factores protectores familiares. El formato de la encuesta, para probar su aplicabilidad al escenario de la Institución Educativa San Luis Gonzaga del Corregimiento de Chicoral, en Tolima, contó con una prueba piloto, que facilitó su ajuste al escenario específico en el que se realizó el estudio. 5.2.4 Fase 4: Construcción de documento de resultados. La construcción documento de resultados se ha enriquecido desde el inicio del proceso investigación, la búsqueda y reflexión teórica así como la sistematización trabajo de campo que acompaño este estudio, permitieron la presentación presente informe de resultados.
55
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5.2.5 Fase 5: Socialización con la comunidad educativa. La socialización con la comunidad educativa, es la fase final de este diseño de investigación, con miras a que los resultados expuestos se consoliden como una carta de navegación para plantear propuestas desde la educación familiar, la prevención y la adolescencia. 5.3 POBLACIÓN Y MUESTRA El proyecto de investigación se realizó con los estudiantes del grado quinto de la institución San Luis Gonzaga de Chicoral, caracterizada por ser principalmente rural, perteneciente al estrato 1 y 2 de acuerdo al régimen subsidiado SISBEN, esta información extraída de la hoja personal del estudiante levantada en este estudio. (Ver Anexo A) Estas características compartidas por la comunidad educativa, permiten hablar de unas similitudes tanto demográficas, económicas y culturales de la totalidad de integrantes de la comunidad de la Institución educativa y el Corregimiento. La muestra del presente estudio fue de tipo no probabilístico, es decir no todos los sujetos tenían la misma posibilidad de ser seleccionados, puesto que los criterios de la investigación y las condiciones específicas de información, voluntariedad y cumplimiento de los requisitos, fueron elementos que permitieron seleccionar la muestra. Por lo tanto, la conveniencia para la investigación fue uno de los aspectos centrales del proceso de muestreo. 5.3.1 Criterios de inclusión en la muestra. Los criterios para la selección de la muestra fueron los siguientes: 1. Pueden participar en la encuesta, adolescentes que se encuentren oficialmente matriculados en la Institución Educativa, al momento de la aplicación de la encuesta. 2. Los participantes deben estar cursando el grado quinto de primaria. 3. La edad de los participantes debe oscilar entre los 10 y 15 años de edad. 4. Los participantes deben contar con el permiso de sus padres o tutores, quienes deben firmar el consentimiento informado, para ser incluidos en el estudio. 5. Los estudiantes participantes, deben conocer el objetivo de la investigación y decidir voluntariamente participar o no en ella.
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5.4 MÉTODOS APLICADOS El acercamiento para conocer los factores protectores familiares en el grupo de adolescentes seleccionado, se realizó a través de los siguientes métodos: 1. Observación: Entendida como el método principal de cualquier investigación, de acuerdo al profesor, Bernal, (2006) la observación directa cada día cobra mayor credibilidad y su uso tiende a generalizarse debido a que permite obtener información directa y confiable, siempre y cuando se haga mediante un proceso sistematizado y muy controlado. (p. 117). La observación permitió identificar que los estudiantes de quinto de primaria de la Institución Educativa San Luis Gonzaga del Corregimiento de Chicoral, en Tolima, están expuestos constantemente a situaciones de riesgo, en las que pueden consumir drogas o alcohol, este fue el punto de partida para plantear el problema de investigación que guía este estudio, adicionalmente acompañó el acercamiento a los estudiantes, a la comunidad educativa y a las familias de los adolescentes. 2. Encuesta: De acuerdo al profesor Cesar Augusto Bernal Torres, la encuesta “es una de las técnicas de recolección de información más usadas (…). La encuesta se fundamenta en un cuestionario o conjunto de preguntas que se preparan con el propósito de obtener información de las personas.” (Bernal, 2006. p. 177) La encuesta utilizada en el presente estudio, dada la estructuración y la eficacia de las preguntas usadas, fue acoplada del estudio “Factores familiares y de pares asociados al consumo de drogas en estudiantes de educación media”, de Solveig Enréndira Rodríguez Kurí, Verónica Pérez Islas y Alberto Javier Córdova, de Departamento de Investigación Psicosocial y Documental de Centros de Integración Juvenil en México. La aplicación del instrumento de medición se constituyó de dos fases: 3. Pretest o prueba piloto: Se identificó una muestra de veinte sujetos con características similares a las de la población de trabajo identificada en la Institución Educativa San Luis Gonzaga del Corregimiento de Chicoral, en Tolima. Las características homólogas a las de la población de trabajo, permitió validar el instrumento y la factibilidad de su aplicación para los objetivos de esta investigación. 4. Test: Se aplicó la encuesta utilizando una muestra no probabilística, es decir, utilizando los criterios establecidos por el investigador y la voluntariedad de los participantes, como los principales elementos de inclusión.
57
Como parte de la encuesta, se incluyó una escala tipo Lickert autoaplicable, dicho instrumento fue diseñado para la medición de factores de riesgo y protección por el profesor Alberto Córdova de la Universidad Continental de México quien dio su autorización para que el instrumento pueda ser utilizado para el cumplimiento de los objetivos de este estudio. Es importante anotar, que de dicho instrumento solamente se tomaron las preguntas relacionadas con factores protectores, elementos necesarios para cumplir con los objetivos proyectados. El instrumento estuvo conformado por una primera sección que incluye las variables sociodemográficas sexo y edad. Una segunda parte que contiene 54 preguntas sobre factores protectores familiares, con cinco opciones de respuesta (1) nunca, (2) casi nunca, (3) a veces, (4) casi siempre, (5) siempre, correspondientes a la Escala Lickert. 5.5 MANEJO DE LA INFORMACIÓN Una vez aplicada la encuesta se procedió a tabular los datos, de acuerdo a las variables. El trabajo con la información cruda extraída de la aplicación de la encuesta tuvo el siguiente manejo: 1. Elaboración de una base de datos para la sistematización de preguntas y respuestas en el programa estadístico SPSS en su versión 18.0. 2. Realización de un análisis estadístico de tipo descriptivo. 3. Interpretación de la información cuantitativa. El análisis estadístico se realizó con el software SPSS, el programa utilizado fue el SPSS 18, Statistical Package for the Social Sciences (SPSS), programa estadístico informático muy utilizado en las ciencias sociales, las empresas de investigación de mercado y por diversos investigadores del mundo. 5.6 VARIABLES E INDICADORES
Magnitud de apoyo e involucramiento familiar: Para la medición de esta categoría se utilizaron los reactivos que se presentan en la siguiente tabla:
58
Tabla 1. Preguntas en la escala Lickert para magnitud de apoyo e involucramiento familiar Número
Pregunta
49
¿Tus padres muestran interés en tu vida cotidiana?
54
¿Tus padres te apoyan para hacer lo que consideras importante?
80
¿Se molestan tus padres porque tus amigos fuman o consumen alcohol?
89
¿Compartes alguna actividad recreativa con tus amigos?
107
¿Han rechazado tus padres a alguno de tus amigos por mala influencia?
2
¿Se interesan tus padres por conocer personalmente a tus amigos?
7
¿Se han enterado tus padres de lo que has hecho?
8
¿Tus padres están atentos de que cumplas tus hábitos?
22
¿En tu familia todos cumplen las reglas?
10
¿Te dicen tus padres que esperan de ti respecto a tu desempeño escolar?
40
¿Tus padres te motivan para salir adelante cuando tienes problemas?
47
¿Tus padres te apoyan con las tareas o trabajos escolares?
91
¿Pueden visitarte en tu casa tus amigos?
3
¿Tus padres están pendientes de que cumplas con tus obligaciones escolares?
46
¿Cuando tienes sentimientos de tristeza o desesperación, puedes encontrar apoyo en tus padres?
Fuente: Las autoras
59
Calidez en la interacción familiar: Para medir la calidez que perciben los estudiantes frente la interacción con su familia, se incluyeron los siguientes reactivos: Tabla 2. Preguntas en escala Lickert para la calidez familiar Número 34.
Pregunta ¿Sientes que eres importante para tus padres?
35
¿Te sientes a gusto cuando estas con tu familia?
37
¿Te gusta vivir con tus padres?
38
¿Tus padres son afectuosos contigo?
43
¿Pasas o compartes tiempo con tus padres?
48
¿Tus padres juegan un papel importante en tu vida?
55
¿Te sientes amado por tus padres?
57
¿Tus padres te demuestran cariño?
67
¿Tus padres se llevan bien?
41
¿Se reúnen para comer o ver la televisión en casa
Fuente: Las autoras
Disciplina familiar: Las preguntas incluidas en la encuesta respecto a la disciplina familiar fueron las siguientes: Tabla 3. Preguntas en escala Lickert para disciplina familiar Número 5
Pregunta ¿Puedes asistir a fiestas sin permiso y conocimiento de sus padres?
9
.¿Cuando sales de casa, debes regresar a una hora determinada?
13
¿Te piden tus padres que avises cuando sales de casa?
15
¿Existe en tu casa horarios más o menos fijos para comer, dormir, ver televisión etc.
16
¿Tus padres establecen reglas sobre el tipo de amigos que puedes tener?
60
Número 21
Pregunta ¿Tus padres expresan con claridad cuáles son las reglas que debes cumplir?
28
¿Tus padres te recuerdan las reglas que debes cumplir?
29
¿Si las circunstancias lo ameritan, tus padres permiten que se modifiquen las reglas.?
26
¿Las sanciones o el reconocimiento de tus padres son equivalentes para todos los miembros de la familia?
33
¿Cuándo cumples las reglas establecidas, tus padres te lo reconocen?
12
¿Te prohíben tus padres convivir o salir con ciertos amigos?
20
¿Existen reglas en tu casa relacionadas con hábitos tales como bañarte con determinada frecuencia, lavarte los dientes, cambiarte la ropa, cortarte el cabello, limpiar tu cuarto?
23
¿Son razonables las reglas que establecen tus padres en tu casa?
25
¿Las reglas de tu casa son adecuadas para cada miembro de la familia, de acuerdo con sus necesidades y posibilidades?
30
¿En cuanto a las reglas que establecen, tus padres predican con el ejemplo?
31
¿Tus padres te sancionan cuando no cumples con las reglas establecidas?
78
¿Tus padres ven mal que las personas fumen o tomen?
1
¿Te preguntan tus padres a dónde vas cuando sales?
4
¿Te preguntan tus padres quiénes son o que hacen tus amigos?
36
¿Te comunican tus padres las decisiones importantes para la familia?
39
¿Tus padres comparten contigo sus problemas?
42
¿Cuando tienes un problema recurres a tus padres?
45
¿Platicas con tus padres sobre tus problemas personales? 61
Número 50 52
Pregunta ¿Tus padres te hacen sentir confianza para hablar de cualquier tema con ellos? ¿Conversas con tus padres sobre tus problemas personales?
Fuente: Las autoras
Comunicación Familiar: Las preguntas incluidas en la encuesta respecto a la disciplina familiar fueron las siguientes Tabla 4. Preguntas en escala Lickert para comunicación familiar Número 4
Pregunta ¿Te preguntan tus padres quiénes son o que hacen tus amigos?
36
¿Te comunican tus padres las decisiones importantes para la familia?
39
¿Tus padres comparten contigo sus problemas?
42
¿Cuando tienes un problema recurres a tus padres?
45
¿Platicas con tus padres sobre tus problemas personales?
50
¿Tus padres te hacen sentir confianza para hablar de cualquier tema con ellos?
52
¿Conversas con tus padres sobre tus problemas personales?
Fuente: Las autoras
5.7 ASPECTOS ÉTICOS Para dar cumplimiento al requisito de consentimiento informado, se solicitaron verbalmente y por escrito las respectivas solicitudes de permiso al rector de la Institución Educativa. De igual forma se firmaron los permisos concedidos por los padres de familia, para la implicación de sus hijos y de ellos mismos en la investigación. Se expresó la voluntariedad en la participación de los estudiantes frente la investigación, tanto al inicio como en el desarrollo. Por ello, se respetó la decisión de algunos estudiantes de no participar en el estudio.
62
Quienes voluntariamente accedieron a formar parte activa de la investigación fueron conscientes que no obtendrán ningún beneficio económico, sólo la satisfacción de poder contribuir a una investigación en bien de la comunidad en general. Se dejó claridad la responsabilidad de los investigadores, frente la protección de la identidad y el manejo ética a la información suministrada por los estudiantes. Para dar garantía a los aspectos mencionados, se trabajó con cartas de consentimiento informado, donde se da cuenta de todos los elementos esenciales de tipo ético que deben procurarse cuando se trabaja con sujetos humanos.
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Figura 3. Frecuencia variable: personas con quien vive el adolescente
Fuente: Las autoras
Con relación al tipo de vivienda, en su mayoría, los estudiantes viven en una casa arrendada (60.77%), seguido de las casas de invasión (26.9%) y una minoría (19.23%) que tienen una casa propia. Estos datos son un indicador de la situación económica de la familia y la inestabilidad en el lugar de residencia. (Figura 4). El tipo de vivienda es un factor que permite identificar si se establecen o no relaciones de apego y apoyo a nivel microsocial, en espacios como el barrio. La no propiedad sobre el lugar de residencia puede influir en la volatilidad en la permanencia reflejado en el cambio constante de lugar de vivienda, la poca apropiación por un escenario y por lo tanto la falta de cohesión social, visible en relaciones de amistad y compañerismo con otros vecinos y otras familias del sector.
66
Figura 4. Frecuencia variable: tipo de vivienda en la que habita el adolescente
Fuente: Las autoras
Respecto el nivel cultural de la familia de los sujetos encuestados, se puede evidenciar un bajo nivel educativo, reflejado en el 36.15% de padres o padrastros que tienen como máximo nivel de educación la básica primaria y el 33.85% secundaria. Como un porcentaje minoritario se encuentran los niveles Técnicos y tecnológicos (16.92%) y profesional (16.92%). (Figura 5) En relación con el nivel de formación de las madres o madrastras, la situación no varía significativamente. Lo que evidencia un bajo nivel educativo en el núcleo familiar en general. El 35.35% tiene estudios primarios y el 34.62% secundarios, datos en los que se condensa la mayor parte de la población, (Aproximadamente un 70%). Estos datos son seguidos por un 20% con estudios de tipo técnico o tecnológico y un 6.9% profesional. Esta información suministrada por los estudiantes, permite ubicar al núcleo familiar en un bajo nivel educativo, estrechamente relacionado con la propiedad sobre las viviendas, por lo tanto en la estabilidad económica de los hogares. (Figura 5 y Figura 6):
67
Figura 5. Frecuencia variable último nivel educativo de los padres o padrastros
Fuente: Las autoras
Figura 6. Frecuencia variable último nivel educativo de las madres o madrastras
Fuente: Las autoras
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El 16% es un porcentaje significativo dada la cantidad de personas incluidas en la encuesta (130), y evidencia la presencia de varios hogares donde el involucramiento familiar con la vida de los hijos no se ve reflejado en la cotidianidad. Por el contrario, el 84% de los jóvenes encuestados, expresan sentir el interés de sus padres frente sus actividades cotidianas, constituyéndose este en un factor protector importante, que como veremos se refleja en los datos de consumo de los estudiantes encuestados. La Subsecretaría de Bienestar Social de Buenos Aires, realizó un estudio en el año 2007, en el que se evidenció que está probado que los riesgos asociados al consumo de sustancias disminuyen cuando mayor es el cuidado parental expresado en conductas de interés y participación en las actividades de los hijos y de supervisión de los que los hijos hacen. Gobierno de Buenos Aires, (2007). Adicionalmente, se afirma en dicho estudio que estos adultos, ayudarán a niños y adolescentes a ser menos vulnerables a la presión de los pares, a la necesidad de aprobación del grupo de amigos y a la publicidad entre otros factores de riesgos, fomentando el desarrollo de recursos protectores del consumo de sustancias, tales como alta autoestima, habilidades sociales, expresión emocional, resolución de conflictos, valores y actitudes prosociales y cooperativas. Esta pregunta acerca de la información que solicitan los padres de familia cuando sus hijos salen, permite adicionalmente identificar la manera como se da la comunicación al interior del hogar. En el estudio realizado en el 2007 por la Subsecretaría de Bienestar Social de Buenos Aires, ante la pregunta si los padres saben dónde se encuentran sus hijos cuando salen, “casi el 34% de los padres de los estudiantes de nivel medio no sabe dónde están sus hijos cuando no están en su casa, aunque se interesan más por los lugares donde van a divertirse cuando salen. La comunicación fluida y permanente entre padres e hijos, posibilita un mayor involucramiento por parte de los integrantes de la estructura familiar y consolida el núcleo familiar como una red de apoyo para el joven. En otras palabras, la comunicación es un posibilitador de los factores protectores familiares.
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Como se puede evidenciar en las Figuras presentadas, los hogares de los estudiantes expresan desde diferentes dimensiones las maneras como se genera la interacción con sus padres, específicamente relacionada con el apoyo y el involucramiento familiar. La Figura 9, presenta el interés que tienen los padres de familia por la vida cotidiana de sus hijos, que en un 72% manifestaron sentir “Siempre” dicho interés, versus un 18% que vacila entre las opciones “A veces”, “Casi nunca” y “Nunca” Resultados similares se encontraron en las preguntas ¿Tus padres te apoyan para hacer los que consideras importante?, que obtuvo un 73% en la opción “Siempre”, “Casi siempre” un 8%,, y las opciones “A veces”, “Casi nunca” y “Nunca” un 19%, obtenido de la sumatoria de los porcentajes individuales. (Figura 7) En la Figura 12 se exponen las respuestas a la pregunta ¿Se interesan tus padres por conocer personalmente a tus amigos?, ante la cual el 67% afirmó que “Siempre”, el 14% “Casi siempre” y el 19% que agrupa las respuestas “A veces”, “Casi nunca” y “Nunca” La Figura 13 se detiene en la motivación que expresan los padres ante los problemas de sus hijos, pregunta ante la cual un 82% afirmó que “Siempre” siente dicho apoyo emocional, seguido del 5% a la opción “Casi siempre” y un 13% que agrupa las opciones de respuestas “A veces”, “Casi nunca” y “Nunca”. De los resultados presentados hasta este momento se pueden extraer varios aspectos relacionados con el involucramiento y la magnitud de apoyo familiar, en primer lugar, se observa una frecuencia entre los porcentajes de jóvenes que manifiestan que existe una relación de apoyo e involucramiento con sus padres que oscila entre un 73% y 82%, versus un grupo de jóvenes, entre el 13% y 18% del total de la muestra, que expresaron relaciones de poco involucramiento y apoyo familiar. Sin embargo, para reconocer que esta magnitud de apoyo e involucramiento familiar, encontrado en un segmento de la población (73% - 82%), tiene relación con la manera como los jóvenes se resuelven ante situaciones de riesgo, es necesario observar la relación de dichos datos con la pregunta de referencia que hemos seleccionado como guía en este estudio (Pregunta 6 en la escala Lickert): “¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, viajar con amigos a altas velocidades, participar en peleas, haber tenido prácticas sexuales de riesgo, dejar de alimentarte por tiempo prolongado, provocarte vómito intencionalmente, etc.)?”. Esta pregunta se tomó como punto de referencia el análisis, ya que permite identificar si los factores protectores encontrados tienen relación o no con las situaciones de riesgo posibles de los jóvenes, donde se incluye el consumo de psicoactivos. 74
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Tabla 5. Correlación entre pregunta guía y preguntas de involucramiento y magnitud de apoyo Pregunta de referencia
Pregunta
Correlación
¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, etc)?
¿Te preguntan tus padres a dónde vas cuando sales?
-0,78903
¿Tus padres muestran interés en tu vida cotidiana?
-0,5439
¿Tus padres te apoyan hacer lo que consideras importante?
0,000465
¿Se interesan tus padres por conocer personalmente a tus amigos?
-0,59313
Fuente: Las autoras
La correlación permite identificar si existe o no una relación entre dos variables, más no nos permite definir relaciones de causa y efecto entre ellas, ya que una relación causal requeriría unas mediciones más amplias que rebosan el presente estudio y el descarte de todas las posibles variables que inciden en el fenómeno a estudiar, a pesar de ello, posibilita la realización de una interpretación aproximada de lo que ocurre con el problema de estudio. “La coeficiente de correlación puede variar desde -1.00 hasta 1.00. La correlación de proporcionalidad directa o positiva se establece con los valores +1.00 y de proporcionalidad inversa o negativa, con -1.00. No existe relación entre las variables cuando el coeficiente es de 0.00.” (Ramón, 2000. p. 1) De acuerdo a esto, se correlacionaron la pregunta de referencia: ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, etc)? Que permite identificar los casos de adolescentes que se han enfrentado a situaciones de riesgo y las preguntas dirigidas a la medición del involucramiento familiar y la magnitud de apoyo. Estas correlaciones, tal como se presenta en la tabla es moderada e inversa en la mayoría de los casos. Es decir, no hay una relación directa y perfecta entre una y otra variable, sin embargo, si se puede establecer una relación entre unas y otras.
76
Llama la atención de este coeficiente, el signo negativo que acompaña a la mayoría de las correlaciones (tres de cuatro cruces.) Este tipo de correlación indica que existe una relación inversa entre las variables, aumenta una y disminuye la otra, en otras palabras, a mayor involucramiento familiar y apoyo, reflejado en: el interés de los padres en la vida cotidiana de sus hijos, la información que solicitan los padres de familia cuando sus hijos salen, el apoyo que perciben los hijos por parte de sus progenitores y el interés demostrado por conocer los amigos de los hijos, menor es la cantidad de sujetos que consumen alcohol, tabaco o drogas en algún momento de sus vidas. Este resultado de la investigación no se aleja de los acercamientos realizados por otros estudios que confirman que los padres y la relación que establecen con sus hijos es un factor central para la prevención del consumo y que puede servir como un factor protector ante situaciones de riesgo. Cantón y Cortés, (2000). Citado por Rodríguez, Pérez, y Córdova, (2007). De acuerdo a lo planteado por Aseltine (1995), “los altos niveles de apego y supervisión parental actúan restringiendo la conducta desviada, como puede ser el consumo de drogas. La correlación con el coeficiente más alto (-0.789. Ver tabla 4) corresponde a: ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, etc)? versus ¿Te preguntan tus padres a dónde vas cuando sales?, en la cual se evidenció una correlación inversa pero alta. Esto puede indicar que los jóvenes encuestados sienten que sus padres, si tienen interés por conocer dónde están sus hijos cuando salen, factor que sobresale frente a los demás seleccionados para medir la magnitud de apoyo y el involucramiento familiar. 6.1.3 Calidez en la interacción familiar. Como quedó planteado en el marco teórico, el concepto de calidez hace referencia al bienestar que proporciona una relación de afecto y cercanía. Este aspecto puede evidenciarse en la día a día del joven y en el sentimiento de comodidad y protección que puede lograr en la compañía de los integrantes de su familia. Retomando los aportes de Bowlby, (1995), la calidez familiar da cuenta de la necesidad de amor, seguridad y tolerancia que necesitan todos los seres humanos, especialmente en la infancia. (Glavic, & Barrios, 2008. p. 13). Para evidenciar este aspecto de proximidad en las relaciones familiares, se incluyeron varias preguntas en la escala Lickert para tener un acercamiento a la medición de la calidez familiar de los adolescentes objeto de estudio. (Tabla 2: Preguntas en escala Lickert para la calidez familiar), de las cuales se extrajeron algunos datos representativos que se presentan en las siguientes Figuras:
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En la Figura 16, relacionada con la pregunta ¿Pasas o compartes tiempo con tus padres?, el 67% de los jóvenes respondieron “Siempre” y un 16% respondieron “Casi Siempre”. Estos datos en contraste con un 17% que ubicaron sus respuestas en las opciones “nunca”, “casi nunca” y “a veces”. En la pregunta si los padres demuestran cariño hacia sus hijos (Figura 16), se reflejan importantes carencias afectivas, que sobrepasan los porcentajes observados hasta el momento. Del total de jóvenes encuestados el 14% manifestó que sus padres nunca son afectuosos, el 1% dijo que casi nunca y el 7% indicó que a veces, esto equivalente al 22% del total de la muestra. El 67% del total de la muestra ubicó su respuesta en la opción siempre y el 11% en casi siempre. La Figura 17, presenta las respuestas a la pregunta ¿Tus padres juegan un papel importante en tu vida?, que al igual que en la pregunta relacionada con el afecto, evidencia carencias que vale la pena resaltar, el 20% ubicó sus respuestas entre las opciones “nunca”, “casi nunca”, y “a veces”, versus el 72% que expresó que “Siempre” y el 8% “casi siempre”. Para comprender algunas particularidades de la calidez familiar que arrojó la encuesta, se relacionó la pregunta del afecto que perciben los adolescentes por parte de sus padres (Pregunta 38 en la Escala Lickert) y la pregunta acerca de la importancia que tienen los padres en las vidas de los jóvenes (Pregunta 48 en la Escala Lickert). Dicha correlación permitió identificar que el afecto que perciben los hijos de parte de sus padres y la importancia que le adjudican los hijos a sus padres (Figura 16 y 17), presentan una correlación positiva y moderada (0,56), es decir, que en la medida que se generan relaciones de afecto entre los padres y sus hijos, puede encontrarse que es mayor la importancia que adquieren en la vida de sus hijos. De la misma manera, entre menos afecto se evidencia en las relaciones padres e hijos, puede ser menor la importancia que le adjudican los hijos a sus padres. Este resultado obtenido acerca de la calidez familiar en las relaciones, es similar al resultado obtenido en la investigación Factores Familiares y de pares asociados al consumo de drogas en estudiantes, en el cual se afirma que los estudiantes que han consumido alguna droga al menos una vez en su vida, parecen percibir un menor apoyo y calidez por parte de los miembros de su familia, particularmente entre ellos y los mismos padres. (Rodríguez, Pérez, & Córdova, 2007. p. 172).
81
Este resultado queda representado en la siguiente Figura: Figura 21. Representación correlación afecto e importancia adjudicada a los padres por sus hijos
Fuente: Las autoras
En la Figura 18 se presentan las respuestas a la pregunta: ¿Te sientes a gusto con tu familia? (Pregunta 35 en la Escala Lickert), a la cual el 12% respondió entre las opciones “nunca”, “casi nunca” y “a veces”, entre tanto el 82% afirmó que “siempre” y el 6% “casi siempre”. En la Figura 19 se puede observar la importancia, que perciben los jóvenes, en la vida de sus padres (Pregunta 34 en la Escala Lickert), el 85% considera que siempre, el 6% casi siempre, y el 9% agrupa las respuesta “nunca”, “casi nunca”, y “a veces”. En la Figura 18 los jóvenes se expresaron respecto a si se sienten a gusto o no conviviendo con sus padres (Pregunta 37 en la Escala Lickert), ante dicho cuestionamiento, el 84% manifestó “siempre” y el 6% ubicó sus respuestas en las opciones “nunca”, “casi nunca” y “a veces”. Las correlaciones que se realizaron para corroborar si estos aspectos tienen o no relación con el consumo de drogas y se consolidan como factores de protección en las familias fueron las siguientes:
82
Tabla 6. Correlación entre pregunta guía y preguntas de calidez familiar Pregunta de referencia ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, etc)?
Pregunta
Correlación
¿Pasas o compartes tiempo con tus padres?
-0,01
¿Tus padres son afectuosos contigo?
-0,52332
¿Tus padres juegan un papel -0,34107 importante en tu vida? ¿Te sientes a gusto cuando estas con tu familia?
-0,63121
¿Sientes que eres -0,49481 importante para tus padres? ¿Te gusta convivir con tus -0,62667 padres? Fuente: Las autoras
Las correlaciones entre las preguntas vinculadas con la calidez en la interacción familiar y la pregunta de referencia, dirigida a identificar si los jóvenes han estado en contacto con alguna situación de riesgo, presentaron coeficientes de correlación entre -0,01 (Muy bajo casi no hay correlación) y -0,62 (Correlación alta e inversa). De estos resultados se destaca que en todos ellos, el signo de la correlación es negativo, que indica que la dirección que tiene dicha correlación es inversa, es decir, que mientras una variable adquiere valores más altos, los valores de la otra decrecen. El signo negativo de la correlación entre estas variables permite afirmar que a medida que existe en un hogar, relaciones de afecto, vínculos de cariño, sensación de bienestar en la convivencia y en la compañía de los integrantes del grupo familiar, menos casos de jóvenes que se han visto expuestos a situaciones como el consumo de drogas, alcohol y tabaco, alguna vez en sus vidas. Estos datos obtenidos del estudio confirman la información suministrada por Romagnoli, Kuzmanic y Caris, (2001) que de 83
acuerdo a la investigación que realizó CONACE en Chile en el año 2001 y que se presentó en el Cuarto Estudio Nacional de Drogas en población escolar de octavo a cuarto medio, “que los padres altamente involucrados en la educación y crianza de los hijos, y con una clara postura de oposición al consumo de drogas, logran disminuir la prevalencia de consumo de manera significativa.” (CONACE, 2001. p.1) Figura 22. Representación jóvenes expuestos a situaciones de riesgo y calidez en la interacción familiar
Fuente: Las autoras
6.1.4 Disciplina familiar. Tal como se presentó en el marco teórico, la disciplina familiar hace referencia a las reglas de comportamiento que un grupo social crea como mecanismo de control para mantener un orden que se asume como deseado por todos los integrantes de dicho grupo. Sin embargo, y como lo menciona Riquelme, (2000), la disciplina efectiva, requiere un proceso de interiorización por parte del individuo y no es netamente una cuestión de obediencia, de ahí que hablar de disciplina trasciende el marco de las normas al terreno de la educación. La familia particularmente, por ser el primer contacto social del individuo, es el espacio más adecuado para el aprendizaje de las primeras normas de convivencia que posteriormente le permiten a los sujetos el ingreso a la cultura y al grupo social más amplio. Es por esto que resulta fundamental sensibilizar a los padres y/o adultos significativos acerca de la importancia de su papel como agentes preventivos, promoviendo el desarrollo de factores protectores. (Romagnoli, Kuzmanic, & Caris, 2001. p. 1).
84
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Por otra parte, en la Figura 25, se indagó con los jóvenes si en los hogares se manejan horarios para comer, dormir, ver televisión y otras actividades cotidianas. En esta pregunta, se evidenciaron varias carencias percibidas por los mismos encuestados en el manejo de la disciplina al interior de las familias. El 30% afirmó que nunca existe una regulación de los tiempos al interior del hogar, el 4% “casi nunca” y “a veces” el 18%. En el cuestionamiento representado en la Figura 24 referente a la regulación de las horas de llegada a la casa, el 79% ubicó sus respuestas en las opciones “siempre” y “casi siempre”, versus un 19% que manifestó una carencia ante este requerimiento. Finalmente en la Figura 22, se observa si los jóvenes cuando salen a fiestas, lo hacen con o sin el permiso de sus padres, al respecto, el 25% afirmó que “a veces”, “siempre”, y “casi siempre” podían hacerlo, frente a un 72% que se expresó con la opción “nunca”. Con relación a la normatividad que se refleja en el interior de los hogares, pudo identificarse en este estudio, que hay un amplio porcentaje de adolescentes que viven en familias sin claridad respecto a las normas que deben cumplir. El factor disciplinario por lo tanto, se constituye en el factor protector que menor evidencia tiene en las interacciones familiares de la población objeto de estudio. Al respecto de la disciplina familiar, se puede afirmar que la nula o baja supervisión y control sobre los hijos, sobre todo cuando los padres se encuentran por fuera de la casa, sin conocimiento de las personas con las que sus hijos se relacionan, representa un debilitamiento del factor disciplinario como un factor protector. Este hecho se refuerza cuando las normas no están bien definidas y hay una mala comunicación de las mismas, adicionalmente por la inexistencia de expectativas respecto a la conducta, una disciplina inconsistente o excesivamente severa. (Martínez, 2009. p. 266). Para conocer la manera como las variables seleccionadas en este estudio se relacionan con la pregunta ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, etc)?, incluida en la escala Lickert, se establecieron los siguientes coeficientes de correlación:
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Tabla 7. Correlación entre pregunta guía y preguntas de disciplina familiar Pregunta de referencia
¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, etc)?
Pregunta
Correlación
¿Puedes asistir a fiestas sin permiso?
-0,46809
¿Tus padres expresan claramente las reglas que debes cumplir? ¿Existen en tu casa horarios para comer, dormir, ver tv, etc) ¿Cuándo sales de casa debes regresar a una hora determinada?
-0,02731
-0,56092
-0,61596
Fuente: Las autoras
La fuerza de las relaciones que se plantearon es moderada y permite evidenciar en los signos negativos repetidos en cada uno de los cruces que a medida que la disciplina y las normas familiares son claras en el hogar, los jóvenes no se involucran con situaciones de riesgo. Este resultado se corrobora con otros estudios que han identificado la importancia que tiene la disciplina familiar como un factor protector. 6.1.5 Comunicación familiar. La comunicación intrafamiliar, como se mencionó en el marco teórico, corresponde a un factor protector por excelencia que adicionalmente es el posibilitador de la existencia de otros factores protectores al interior del hogar. Guarate, (2009). En la Institución San Luis Gonzaga del Corregimiento de Chicoral, institución de educación pública en el departamento del Tolima, el factor protector de comunicación intrafamiliar se evidenció en torno a una serie de indicadores incluidos en la escala Lickert y que permitieron obtener la siguiente información relevante:
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Figura 27. Frecuencia de respuestas: ¿Te preguntan tus padres quienes son o que hacen tus amigos?
Fuente: Las autoras
Al cuestionamiento, ¿Te preguntan tus padres quienes son o que hacen tus amigos?, del 100% de encuestados, el 18% afirmó que nunca y casi nunca, sumado a un 17.7% que afirmaron que “a veces”. Estas opciones de respuesta corresponden aproximadamente al 35% del total de la muestra, un porcentaje significativo que vacila acerca de la información que solicitan sus padres de las relaciones entre pares que tienen los jóvenes.
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Figura 28. Frecuencia de respuestas: ¿Te comunican tus padres las decisiones importantes para la familia?
Fuente: Las autoras
A la pregunta ¿Te comunican tus padres las decisiones importantes para la familia?, aproximadamente el 14% ubicó sus respuestas entre las opciones “nunca”, “casi nunca” y “a veces”. La opción siempre y casi siempre representó la mayor frecuencia de respuestas en la muestra con un 73% y 12% respectivamente. Con esta pregunta es posible evidenciar el flujo comunicativo en el hogar, que perciben los jóvenes por parte de sus progenitores, permite cuestionar que la comunicación no se trata de un proceso unidireccional, sino que requiere mutualidad y la apertura por parte de los padres para hablar con sus hijos. Encaminada de la misma manera, se planteó la pregunta ¿Tus padres comparten contigo sus problemas?, con miras a evaluar la capacidad de apertura comunicativa que tienen los padres con sus hijos. (Figura 28) 91
Figura 29. Frecuencia de respuestas: ¿Tus padres comparten contigo sus problemas?
Fuente: Las autoras
Al igual que las preguntas previas, el cuestionamiento ¿Tus padres comparten contigo sus problemas? Es un indicador de la comunicación bidireccional entre padres e hijos, en el caso particular de la unidad de estudio. Este interrogante permitió observar una amplia distribución entre todas las opciones de respuesta evidenciando importantes carencias en el tema de la comunicación intrafamiliar. La opción “nunca” y “casi nunca” agrupa aproximadamente el 28% de la muestra, por su parte la opción “A veces” obtuvo un 30.8%. Es decir, que más de la mitad de los sujetos encuestados (66%) no sienten que sus padres establezcan un diálogo abierto que permita a los jóvenes un mayor involucramiento con los problemas de los progenitores. Adicionalmente el 31% respondió que “siempre” y “casi siempre” el 10.8%. 92
La información revisada hasta el momento respecto al factor protector comunicación familiar, permite vislumbrar algunas deficiencias que vale la pena traer a colación. Como se observa en las Figuras 26, 27 y 28, la comunicación no es fluida al interior de los hogares, así lo evidencia un gran porcentaje de adolescentes (33% a 66% de la muestra) que expresan desde diferentes puntos de vista, la barrera comunicativa que tienen los padres para abrir sus experiencias, vivencias y problemáticas con sus hijos. Esto permite cuestionar si realmente la comunicación al interior de los hogares está cumpliendo la función esperada y que se evidencia en la medida que se geste en el hogar el diálogo abierto acerca de los sentimientos, opiniones y experiencias entre los integrantes del hogar, basado en respeto mutuo por las diferencias y vivencias del grupo. (Romagnoli, Kuzmanic & Caris, 2006. p. 4) Figura 30. Frecuencia de respuestas: ¿Cuándo tienes problemas recurres a tus padres?
Fuente: Las autoras
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Figura 31. Frecuencia de respuestas: ¿Platicas con tus padres sobre tus problemas personales?
Fuente: Las autoras
Las Figuras 29 y 30 evidencian la confianza que sienten los hijos para contar sus problemas a sus padres. En la Figura 29 se presentan las respuestas a la pregunta ¿Cuándo tienes un problema recurres a tus padres?, la cual arrojó datos similares a los demás factores protectores. El 15%, aproximadamente, ubicó sus respuestas entre las opciones “nunca”, “casi nunca” y “A veces”. Las opciones “siempre” y “casi siempre”, obtuvieron un 70% y 13% respectivamente. La Figura 30 presenta las frecuencias de respuesta a la pregunta ¿Platicas con tus padres sobre tus problemas personales?, que permitió conocer la confianza que expresan los hijos frente a sus padres a la hora de afrontar una situación difícil. Las opciones “Nunca”, “Casi nunca”, y “A veces” agruparon el 30% del total de la muestra, frente un 70% que ubicó sus respuestas en las opciones “Siempre” y “Casi siempre”.
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Este componente de la comunicación intrafamiliar, evidencia en primer lugar, los lazos de confianza que se establecen al interior del hogar, en el caso en particular, un porcentaje importante de jóvenes no encuentran en sus padres los confidentes apropiados para narrar sus dificultades, esto puede responder a la ruptura generacional y a la incapacidad de establecer un diálogo abierto y receptivo, que como se ha afirmado constituye un factor protector esencial en la vida de los jóvenes. Al respecto del conflicto intergeneracional, se afirma que la adolescencia es una etapa de búsqueda de autonomía que generalmente choca con lo establecido como normativo en la familia, este puede constituirse en un limitante al establecimiento de una comunicación adecuada al interior del hogares, La familia ha sido y continúa siendo uno de los contextos educativos, socializadores y de transmisión de valores más importantes que tiene no sólo el niño, sino también el adolescente. De ahí la necesidad de mantener la conexión padres-adolescente. Ciertamente esta conexión no puede ser la misma una vez que se inicia el proceso de autonomía del adolescente. Por lo que es necesario cuestionarse si es posible armonizar autonomía y conexión, o necesariamente la familia en este momento se ve abocada al conflicto intergeneracional. Este elemento llama la atención dada la importancia que tiene la comunicación como un factor protector y como el posibilitador de otros factores protectores, varios estudios al respecto han demostrado que una educación democrática, requiere una comunicación abierta, lo que facilita el equilibrio entre control y autonomía, aspectos que en conjunto disminuyen la probabilidad de comportamientos problemáticos. (Montañés, Bartolomé, Montañés, & Parra, 2008. p. 394) Muy relacionado al tema de la comunicación abierta entre padres e hijos, se encuentra el tema de la confianza, como se evidencia en la siguiente Figura:
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Figura 32. Frecuencia de respuestas: ¿Tus padres te hacen sentir confianza para hablar de cualquier tema con ellos?
Fuente: Las autoras
A la pregunta ¿Tus padres te hacen sentir confianza para hablar de cualquier tema con ellos?, obtuvo las siguientes frecuencias en las respuestas: Las opciones “Nunca”, “Casi nunca” y “A veces” representa un 20% de la muestra y el 80% restante ubicó sus repuestas en las opciones “siempre” y “Casi siempre”. El tema del establecimiento de relaciones de confianza está estrechamente relacionado con la capacidad de entablar una comunicación abierta, relacionada directamente con la educación democrática, “Los adolescentes educados por padres democráticos son los que reciben una influencia más positiva de la familia: desarrollan mejores habilidades sociales, son más autónomos y responsables, puntúan mejor en autoestima, tienen una mejor planificación del futuro, trabajan por recompensas a largo plazo, adquieren una moral autónoma, tienen límites y reglas pero también apoyos, y mayor probabilidad de evitar comportamientos de riesgo como tomar drogas o actividades sexuales precoces.” (Montañés, Bartolomé, Montañés, & Parra, 2008. p. 398)
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Para conocer la relación que hay entre los indicadores utilizados para medir la comunicación familiar, se realizaron una serie de cruces con las preguntas relacionadas a este ítem y la pregunta de referencia que ha guiado el presente análisis, tal como se presenta a continuación: Tabla 8. Correlación entre la pregunta y guía y preguntas de comunicación familiar Pregunta de referencia ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, etc)?
Pregunta ¿Te preguntan tus padres quienes son o que hacen tus amigos? ¿Te comunican tus padres las decisiones que son importantes para la familia? ¿Tus padres comparten contigo sus problemas? ¿Cuando tienes problemas recurres a tus padres? ¿Platicas con tus padres sobre tus problemas personales?
Correlación -0.534
0.049176563
0.021435036
-0.622469821
-0.613480763
¿Tus padres te hacen sentir confianza para -0.546011896 hablar de cualquier tema con ellos? Fuente: Las autoras
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La primera correlación establecida entre las preguntas ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (…)? Y la pregunta ¿Te preguntan tus padres quienes son o que hacen tus amigos?, presentó una correlación negativa moderada (-0.5), que evidencia que estas dos variables tienen una relación inversa. Dicho resultado permite afirmar que a medida que existe un mayor interés manifiesto por parte de los padres por las amistades de sus hijos, menores casos de jóvenes que manifestaron en la escala Lickert haber consumido sustancias psicoactivas alguna vez en su vida, es decir que ante la pregunta de referencia respondieron (Siempre, casi siempre y a veces). En segundo lugar, la correlación entre la pregunta de referencia y ¿Te comunican tus padres las decisiones importantes para la familia?, no presentó un coeficiente significativo (0.04), por lo cual no se puede determinar que haya relación entre estas dos variables. La misma correlación baja se encontró entre la pregunta de referencia y ¿Tus padres comparten contigo sus problemas?, que debido al bajo coeficiente presentado (0.02) no nos permite realizar una interpretación de cómo interactúan dichas variables. Resultados diferentes se presentaron en la correlación entre la pregunta de referencia y el cuestionamiento ¿Cuándo tienes problemas recurres a tus padres?, dicha correlación fue moderadamente alta y de signo negativo (-0.62). Esto puede evidenciar, que para los jóvenes, la apertura que tienen sus padres para escuchar sus problemas, constituye un elemento de mayor relevancia a la apertura que tienen sus padres para narrar sus propios problemas. Este resultado puede estar relacionado con la percepción que tienen los jóvenes de sus padres como figuras de autoridad, uno de los componentes de la ruptura generacional. Este elemento puede dificultar la comunicación bidireccional, que podría favorecer a que los padres puedan recurrir a sus hijos como agentes de escucha, confidentes y un apoyo para los problemas. Este factor comunicacional, puede estar relacionado con la búsqueda de autonomía que caracteriza a los adolescentes y que en muchas ocasiones se constituye en un factor de conflicto al interior de los hogares, “Los adolescentes están convencidos de que pueden tomar decisiones a edades más tempranas de lo que consideran sus padres. Esta discrepancia influirá en la conducta de los padres hacia sus hijos y viceversa, lo que podría afectar a sus relaciones afectivas y hacer más probable la aparición de conflictos entre ellos.” (Montañés, Bartolomé, Montañés, & Parra, 2008. p. 395) Por su parte, la correlación entre las preguntas ¿Has hecho cosas perjudiciales (…)? Y ¿platicas con tus padres sobre tus problemas personales?, presentó una correlación moderada y negativa (-0.61).
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Con referencia a la correlación entre la pregunta de referencia y el cuestionamiento ¿Tus padres te hacen sentir confianza para hablar de cualquier tema con ellos?, presentó una correlación negativa y moderada (-0.54). En los dos casos mencionados se presentan correlaciones moderadas e inversas, que como se mencionó en apartados anteriores, indica que a medida que incrementan los valores de una variable, los valores de la otra variable decrecen. Esto indica que los jóvenes que evidenciaron relaciones de confianza con sus padres y que perciben apertura de parte de sus progenitores para escuchar los problemas de sus hijos, no presentaron casos de jóvenes expuestos a situaciones de riesgo. Esto confirma lo que se ha expresado en las investigaciones sobre el apego que han demostrado que la vinculación afectiva de los adolescentes con sus padres es positiva para ellos, sobre todo si se ha desarrollado un apego seguro. El apego seguro facilita el bienestar y el ajuste social del adolescente, además de ser un factor protector de los comportamientos problemáticos. (Montañés, Bartolomé, Montañés, & Parra, 2008. p. 393). Dicho apego está vinculado directamente con la posibilidad de una comunicación abierta, donde el diálogo y el respeto permitan establecer vínculos de confianza entre los padres y sus hijos. Adicionalmente, era importante para la investigación conocer si algunos aspectos sociodemográficas podían estar relacionados con la presencia o ausencia de los factores protectores, para ello se extrajeron de la ficha de datos personales del estudiante (Ver Anexo A) las variables sexo, edad, personas con las que viven los menores y el nivel académico de los padres y se los relacionó a través de una tabla de contingencia con la pregunta de la escala Lickert ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales (p.ej. consumir alcohol, tabaco o drogas, etc)?.
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Figura 33. Sexo versus ¿Has hecho cosas que podrían ser perjudiciales como consumir alcohol, drogas, o tabaco?
Fuente: Las autoras
Como se observa en la Figura 26, del 53,48% de hombres adolescentes encuestados, el 91,3% afirmó “nunca” haber consumido drogas, alcohol o tabaco en sus vidas, frente al 5,8% que ubicó sus respuestas en las opciones “casi nunca”, “a veces” y “Siempre”, que indican que por lo menos una vez en la vida han hecho uso de estas sustancias. Por su parte, el grupo de mujeres adolescentes, que constituyó el 46,51% de la muestra, afirmó con un 95% que nunca han hecho consumo de drogas u otro tipo de sustancias, versus el 5% que expresaron que “casi nunca”, “nunca” y “a veces” han hecho uso de ellas. Estos datos permiten comprender, que el fenómeno del consumo no tiene características diferenciales por género que se puedan establecer con la muestra. Al respecto es importante tener en cuenta, que la conformación de la muestra fue casi homogénea, con la participación de un 53.48% de hombres y un 46.51% de mujeres y que los casos de los jóvenes que han consumido alguna vez en su vida algún tipo de SPA se encuentran distribuidos sin ningún peso significativo en los dos géneros.
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7. CONCLUSIONES
El estudio permitió reconocer la importancia que tienen los factores protectores para el desarrollo integral y saludable de los adolescentes. Tanto el involucramiento familiar y la magnitud de apoyo, la calidez familiar la disciplina y la comunicación familiar son factores que tienen en el hogar y las interacciones humanas que se gestan en su interior su principal escenario. La familia es el factor protector por excelencia y por lo tanto el espacio hacia donde se deben encaminar los procesos de prevención al consumo de las SPA.
El estudio permitió comprender que el fenómeno de consumo a SPA no tiene características diferenciales para el contexto urbano y el contexto rural. Los estudios revisados y referenciados para esta investigación se realizaron en su mayoría en espacios de tipo urbano, sin que ello sea un elemento significativo en la distinción de los resultados obtenidos. La realidad que se vive en la Institución Educativa San Luis Gonzaga de Chicoral permitió aterrizar datos obtenidos en investigaciones a nivel nacional, como el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas realizado en Colombia en el año 2011, que presenta que un 12,1% de los estudiantes de Colombia declaran haber consumido al menos una sustancia ilícita o de uso indebido, porcentaje cercano al encontrado en los estudiantes objeto de este estudio con un 12%.
La comunicación es el factor que permite la existencia o ausencia de factores protectores. Tal como lo afirma Cevallos (2008), la comunicación, como acción cotidiana posibilita las relaciones sociales y el reconocimiento mutuo, los seres humanos como seres en busca de sentido, requieren de la comunicación para encontrarse y establecer relaciones, porque la comunicación es un proceso constructor de sentido colectivo.
La comunicación fluida y permanente entre padres e hijos, posibilita un mayor involucramiento por parte de los integrantes de la estructura familiar y consolida el núcleo familiar como una red de apoyo para el joven. En otras palabras, la comunicación es un posibilitador de los factores protectores familiares
El factor protector denominado involucramiento familiar y magnitud de apoyo, permitió conocer que en los hogares donde se vislumbran relaciones de cercanía, reconocimiento y apoyo mutuo, tiene adolescentes menos propensos al consumo de cualquier SPA. Tal como lo expresa Eduardo Valenzuela (2006) a partir de su estudio en Chile, donde evidencia que los adolescentes con padres poco involucrados tienen una alta probabilidad de consumir drogas y otras sustancias. 104
El 16% de los adolescentes manifestaron que sus padres no se interesan por sus vidas cotidianas, esto como un indicador del factor protector involucramiento familiar y magnitud de apoyo. Dicho porcentaje se considera significativo y que requiere ser atendido por las autoridades competentes para que no se convierta en un factor de riesgo, tal como lo plantea el Gobierno de Buenos Aires, (2007) en su investigación, en la que afirman que el consumo disminuye en la medida en que los padres de familia demuestran interés y participan en la vida de sus hijos.
Existe una alta correlación entre la exposición de los adolescentes a consumo de SPA y el interés que demuestran los padres por el lugar donde se encuentran sus hijos cuando salen de los hogares, tal como quedó demostrado en el análisis estadístico.
El factor protector denominado calidez en la interacción familiar, presenta algunas carencias que vale la pena poner en consideración. Existe una percepción negativa de los adolescentes frente las expresiones de afecto que tienen sus padres, que se evidencia en el 22% de adolescentes que manifestaron que sus padres no tienen expresiones de cariño con ellos. Este elemento afectivo está correlacionado con la importancia que le adjudican los adolescentes a sus padres en sus vidas.
El factor disciplinario en las familias es el que presenta mayores deficiencias, en los hogares de los jóvenes encuestados, no hay claridad respecto a las normas que se deben cumplir, como tampoco hay un acompañamiento por parte de los padres al cumplimiento de estas mínimas.
En la muestra, los jóvenes entre los 10 y 11 años de edad no presentaron ningún caso de consumo. Los casos de consumo se evidenciaron entre el rango de los 12 a 15 años de edad, lo que evidencia los resultados del estudio de Factores protectores de pares asociados al consumo de drogas, en el que se manifiesta que este rango de edad presenta una mayor vulnerabilidad. (2007). Sin embargo, es importante ahondar con otras muestras y generar unos datos comparativos que permitan confirmar esta afirmación.
De acuerdo a los resultados, los casos de jóvenes que consumieron algún tipo de sustancia alguna vez en su vida, no se encuentran relacionados con la configuración de la familia nuclear, (padre, madre e hijos) esto evidencia que se pueden generar factores protectores en familias no nucleares y que es el tipo de relación que se establece al interior de los hogares lo que tiene un mayor peso en el desarrollo de los adolescentes.
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La comunicación bidireccional entre padres e hijos está determinada por diversas variables como la ruptura generacional, que impide que los padres de familia compartan con sus hijos sus problemas. Sin embargo, con los resultados del estudio se reafirma la importancia que tiene que los padres de familia tengan la apertura necesaria para escuchar y apoyar a sus hijos. Esto favorece relaciones de confianza, necesarias para que se den factores protectores al interior de los hogares.
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8. RECOMENDACIONES
Dirigir investigaciones encaminadas a ampliar los resultados y alcances de este trabajo de investigación, que permita evidenciar la presencia de factores protectores en diferentes grupos etarios, pre adolescentes, adolescentes, jóvenes, adultos, etc. Con miras a contrastar los resultados obtenidos en el presente estudio. Propiciar trabajos de intervención que tengan como punto de partida el fortalecimiento del núcleo familiar, especialmente las relaciones democráticas al interior del hogar, basadas en la comunicación, la disciplina familiar, el apoyo y el involucramiento. Esto con el fin de generar un trabajo de prevención en cuanto al consumo de SPA en los grupos más jóvenes. Promover espacios de diálogo entre la institución educativa y los padres de familia, que permitan generar un proceso de formación integral para los jóvenes, y el fortalecimiento de una red de apoyo que posibilite el distanciamiento de los jóvenes de situaciones de riesgo. Las estrategias que se encaminen en cuanto a la prevención de consumo de SPA, debe considerar las particularidades de los adolescentes y sus familias, por lo tanto, se hace necesario pensar modelos educativos desde lo local, que considere las diferencias culturales, económicas, sociales y simbólicas que tiene cada comunidad. Acompañar los procesos de intervención de un constante seguimiento basado en la investigación, que permita alimentar la información obtenida y el constante crecimiento del saber académico, como respaldo legítimo de la acción. Explorar los factores protectores desde metodologías cualitativas y mixtas, que permita ampliar la mirada que posibilita la metodología cuantitativa empleada en el presente estudio.
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REFERENCIAS
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110
ANEXOS
111
Anexo A. Ficha de datos personales del estudiante
112
Anexo B. Solicitud de consentimiento del Rector de la Institución educativa San Luis Gonzaga para el trabajo de campo
113
Anexo C. Modelo carta de consentimiento informado por parte de los padres de familia
114
Anexo D. Solicitud consentimiento a la directora para la realización del trabajo de campo
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Anexo E. Escala Lickert
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Anexo F. Autorización para utilizar el instrumento. (Escala Lickert) Copia correo electrónico De: Alberto Cordova Fecha: 16 de abril de 2012 10:52 Asunto: saludos desde México y envio de instrumento Para:
[email protected] Estimada Martha Magdalena Me da gusto que te interesaste de nuestro trabajo, el año pasado estuve en Medellín en el congreso Interamericano de Psicología que se llevó a cabo del 26 al 30 de junio. Me encanto tu país, sus costumbres su comida muy rica, el museo de Botero y todo lo demás, la gente muy amable. Claro con todo gusto te envió el cuestionario y en lo que te podamos apoyarte cuenta con ello Inclusive parece?
podríamos sacar un estudio comparativo posteriormente ¿ que te
Saludos desde México Alberto Por favor envíame un correo de que te llego el instrumento Gracias
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