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Medicina natural Carlos Wimmer Introducción La Naturopatía o Medicina Natural pude de definirse como la ciencia que estudia como cuidar, recuperar y conservar la salud, por métodos exclusivamente naturales, utilizando para ello los elementos que la naturaleza pone a nuestro alcance; y que son los mismos que sostienen la vida, es decir alimento, hierbas, el sol, el aire, la tierra, el agua. Partiendo del principio de que el organismo posée la energía y la capacidad de equilibrarse y/o de curarse a sí mismo, la Vis Naturae Medicatrix de Hipócrates, o la Homeostasis de la ciencia moderna. De hecho la misma ciencia oficial reconoce que el 80% de todas las patologías o enfermedades humanas se curan solas, es decir, son autolimitadas, a través de la puesta en marcha de los mecanismos autorreguladores que el propio organismo posée. Recordemos que el mismo Hipócrates, el Padre de la Medicina, afirmaba entre otras cosas (aforismos) que “lo que mantiene la salud, cura la enfermedad, y lo que cura la enfermedad mantiene la salud”. A modo de introducción de este trabajo, diremos que hoy una gran parte de la medicina de vanguardia en todo el mundo, está reconociendo y valorando la sabiduría y la eficacia de los métodos naturales de curación, a través de una impresionante cantidad de trabajos científicos que respaldan estas aseveraciones. Parece que por fin la medicina oficial vuelve a descubrir, o “redescubrir”, que la mejor de las medicinas es la prevención, que “vale más que un kilo de curación”. También Hipócrates tenía muy en claro este concepto, al afirmar que “la salud se merece, se gana y se defiende día tras día con métodos previstos por la naturaleza, y no por medicamentos”. Historia La Medicina Natural o Naturista no es nueva, ni es patrimonio de una sola cultura o civilización, sino que ha sido utilizada desde los tiempos mas remotos, por todas las grandes culturas de la historia, las cuales han transmitido esta sabiduría a las distintas generaciones, permitiendo así que llegasen hasta nuestros días. Como ejemplo citaremos, entre otras, la medicina ayurvédica, con mas de 6000 años de antigüedad, la medicina china con mas de 5000 años, y, mas cerca, tenemos la medicina griega en occidente, con 2500 años aproximadamente, siendo Hipócrates su más famoso representante en esta escuela, y el primero en otorgarle una base racional a la medicina, la cual llega a conocerse como Medicina Hipocrática, y la cual representa la fuente de la actual medicina naturista en occidente. Esta filosofía médica constituyó la medicina dominante en la cultura occidental, durante muchísimos años, hasta principios del siglo XIX, cuando Luis Pasteur (1822-1895) desarrolla la teoría microbiana, a partir del descubrimiento de los microbios, dando origen así al nacimiento de la Microbiología. La teoría microbiana de Pasteur, sostiene que la enfermedad es el resultado del ataque de un agente extraño, en este caso el microbio, el cual produce una enfermedad específica, y para la cual existe un tratamiento determinado (medicamentoso). Así, a partir de esta teoría, se dejan de lado las viejas enseñanzas hipocráticas, y los programas de estudio de la Medicina sufren un giro espectacular en cuanto a la concepción y también del tratamiento de la enfermedad, para acudir en defensa de un organismo indefenso, que ha sido agredido por un agente externo. De éste modo se exonera al individuo de toda responsabilidad sobre su salud, ya que a partir de ahora se convierte en una víctima de las circunstancias, en este caso, de un microbio. De ahora en mas la medicina se transforma en el arte de cazar microbios, en el organismo enfermo (?). Cabe resaltar que antiguamente, y anterior al descubrimiento del microbio, la enfermedad era atribuida a los miasmas, o “entes” misteriosos, y que al igual que los microbios, se apoderaban de un organismo enfermo, lo cual demuestra que en el fondo, la concepción fatalista y causal del estado de enfermedad, sigue siendo la misma, y ajena a la persona, llámese miasmas, o mas científicamente, “microbios”. Como veremos, ésta concepción microbiana de la enfermedad, está siendo cuestionada cada vez más por numerosas investigaciones modernas, que demuestran que muchas de las afecciones de las sociedades modernas, no “encajan” y no pueden ser explicadas por el modelo microbiano. Así, el Dr. René Dubos, microbiólogo y catedrático de Microbiología de la Universidad Rockefeller, recalcó que, mientras muchas clases de bacterias coexistían pacíficamente en el cuerpo humano, los organismos patógenos sólo se desarrollan cuando se produce un desequilibrio fisiológico del organismo; es decir cuando el terreno se vea favorecido por condiciones que permiten la proliferación de una microflora patógena.
El fisiólogo Claude Bernard (1813-1878), en contraposición a la teoría de Pasteur, sostenía que era “el terreno”, y no los microbios, el elemento mas importante a tener en cuenta. Cabe recordar también, que en su lecho de muerte, Pasteur finalmente reconoció que “Bernard tenía razón”, “el microbio no es nada, el terreno lo es todo”. A partir de la teoría microbiana de la enfermedad, comienza toda una nueva era de la Medicina, la de la “medicina científica”, y la utilización de fármacos especiales para luchar contra éstas criaturas (o miasmas) causantes de la enfermedad. Aparecen las sulfamidas, y posteriormente, los antibióticos (anti-vida). Como resultado de este nuevo enfoque terapéutico, muchas voces se levantan en señal de desacuerdo, al advertir sobre las consecuencias para la salud, el hecho de confiar únicamente en productos de laboratorio, y dejando de lado las normas elementales y de sentido común sobre el cuidado de la salud. De este modo, surgen los naturópatas, cada vez más numerosos, y que deciden reivindicar las viejas y siempre nuevas enseñanzas hipocráticas para el cuidado y tratamiento de las enfermedades por los médicos naturales. El término Naturopatía es acuñado por primera vez por Benedict Just, en EE.UU. en 1902, para definir un sistema terapéutico de curación natural, y que representa toda una síntesis de distintas terapias naturales para el cuidado y recuperación de la salud reconocida y valorada cada vez más, no sólo por el público en general, sino también por un amplio sector de la medicina oficial y ortodoxa ante la necesidad de ofrecer a los pacientes una medicina “más humana”, y con una filosofía holística o integral, es decir una medicina donde se reconozca al “ser humano” como una entidad total, es decir, además de un cuerpo físico, un componente emocional, mental, y espiritual. Tanto en Europa como en los EE.UU existen numerosas escuelas de Naturopatía, con un excelente nivel de formación académica, y en el propio ámbito de la medicina oficial u ortodoxa ya existen cursos de capacitación en medicinas alternativas o complementarias. En EE.UU., por ejemplo, un número cada vez mayor de Facultades de Medicina incluyen estos cursos de capacitación. De hecho, la mismísima Escuela de Medicina Harvard, ha estimado que en 1997, una de cada dos personas, en edades comprendidas entre los 35 y los 49 años, se sometió por lo menos a una terapia natural o alternativa. En Australia, casi el 60 % de la población utiliza algún tipo de terapia natural; en Alemania y Francia, el porcentaje es entre un 46 y un 50% respectivamente. Y esta tendencia hacia los métodos naturales de prevención y curación sigue en aumento, tanto por parte de los pacientes, como de los profesionales. De esta forma, la Naturopatía moderna, en su escena y filosofía, ha redescubierto y rescatado el “arte perdido de la medicina”. ¿Por qué Medicina Natural? Son muchas las causas que justifican la puesta en práctica de los principios de la Naturopatía o Medicina Natural. Fundamentalmente, creo, al igual que otros profesionales de la salud, que la medicina moderna está en crisis, y que todo su arsenal tecnológico no logra brindar a los pacientes verdaderas soluciones de fondo, debido a su rígida estructura de pensamiento, y visión reduccionista y mecanicista de la salud. Este criterio y visión mecanicista es adoptado a partir de los conceptos desarrollados por René Descartes, quién declaró que el hombre estaba constituido por dos partes bien definidas; una formada por la mente (res cogitans), y otra por el cuerpo (res extenso), y que el cuerpo era solo una máquina, y la enfermedad era la consecuencia de una avería del mecanismo corporal. Como dijimos anteriormente, esta visión mecanicista de la vida queda relegada a partir de los descubrimientos y principios de la física cuántica, donde se demuestra que todo forma parte del todo, y el hombre no escapa a esta ley de integridad, ya que el todo es mucho más que la simple suma de las partes. Para la Medicina Natural, los elementos naturales representan el vínculo que nos une a la naturaleza toda, y en especial al mundo vegetal, en donde los alimentos y las plantas poséen la capacidad de devolver el equilibrio y la armonía del paciente, dado que la enfermedad representa una pérdida de la armonía entre la materia y la energía (Hipócrates). Las medicinas naturales son en esencia holísticas, porque respetan este concepto de integridad y sobre todo porque no “tratan enfermedades sino personas, seres humanos completos, no segmentados o parcializados, es decir, no solamente un cuerpo físico o un órgano deteriorado, sino también sentimientos y emociones desequilibradas y mentes perturbadas”. Por otro lado, los mismos médicos se sienten defraudados por los grandes esfuerzos puestos en tratar de brindar soluciones, algunas altamente sofisticadas, pero que en realidad no dejan de ser superficiales; que no resuelven los reales problemas de fondo, lo que se traduce en la adquisición de una salud artificial, que sólo se sostiene a base de
medicamentos, energía, transplantes, y un largo etcétera. Con respecto a éste último punto, hay mucho por decir, y seguramente, el lector se sorprenderá por las enfermedades aquí realizadas, chocando tal vez con su sistema de creencias, pero lamentablemente, la realidad es muy distinta de lo que la gente considera lo que debería ser la Medicina. Lejos de ser una simple y atrevida opinión personal acerca de los modernos tratamientos de la medicina oficial y sus consecuencias sobre la salud, se han recopilado algunos datos que regularmente lo sorprenderán. Por ejemplo, en un estudio realizado por la Dra. Bárbara Starfield, de la escuela de Higiene y Salud Pública John Hopkins, y publicado en el Journal of the American Medical Association (J.A.M.A.), de Julio del 2000, (Vol 28426), se demuestra que el sistema médico de los EE.UU. es la tercera causa de muerte en ese país. Anualmente, como consecuencia del tratamiento médico, fallecen nada mas ni nada menos que 250.000 “personas” (!). De esta cifra, unas 100.000 muertes, son consecuencias de los efectos secundarios de los medicamentos “correctamente recetados”, y el resto es atribuído a errores de diagnóstico, o de tratamiento propiamente dicho. Y estas cifras son el producto de datos oficialmente registrados, ya que el estudio fue realizado en pacientes hospitalizados, y no se incluyen tampoco los efectos negativos asociados a malestar o incapacidad. Por otro lado, otras investigaciones ponen en tela de juicio la base científica de los tratamientos médicos modernos. Así por ejemplo, la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud), ha llegado a la misma conclusión, como producto de sus investigaciones. Las mismas confirman que entre el 80 y el 90% de todas las enfermedades existentes en la actualidad “no pueden tratarse con los procedimientos médicos ortodoxos, por tratarse, en su mayoría, de problemas crónicos, y cuyas causas profundas tienen como base el estilo de vida moderna (sobre todo el stress, el ritmo de vida acelerada, a todo nivel y muy especialmente, la alimentación). La mayoría de los procedimientos utilizados para tratar estos problemas son de dudosa justificación, y en su mayoría, son generadoras también de cuadros crónicos de una enfermedad. El 10 o 20% restante de los problemas habituales, están representados y/o relacionados con situaciones de urgencias, para los cuales, los procedimientos médicos aplicados, si han demostrado ser eficaces y estarán plenamente justificados, tal es el caso por ejemplo, de los accidentes o de las enfermedades agudas en los cuales las consecuencias del daño son mesurables y tangibles, mientras que las enfermedades crónicas, que son abrumadora mayoría, los factores determinantes como el estilo de vida y las emociones, no son mesurables, sino subjetivos, y no encajan en la estructura de pensamiento de la medicina moderna. Al no tener en cuenta estos factores, es prácticamente imposible generar respuestas y soluciones de fondo. Sin embargo, cabe destacar que en la profesión médica, existen muchos profesionales con la verdadera y sincera vocación de servicio al prójimo, pero lamentablemente, ellos también están limitados y condicionados por intereses que se benefician a costo de la enfermedad y la mala salud de la población. Y, aunque bien intencionados en sus objetivos, los medios empleados no solo no sastifacen las expectativas en materia de salud, sino que, según nuestro punto de vista, son inadecuadas e insuficientes. Este es el motivo principal de que cada vez sean más los médicos de la escuela oficial que adopten los conceptos y puntos de vistas más holisticos, aplicando procedimientos y criterios naturopáticos de salud. ¡En horabuena! Fundamentos Los fundamentos que respaldan los principios de la Medicina Natural se encuentran en la comprensión de los fenómenos y las leyes naturales que gobiernan los sistemas biológicos en toda su dimensión. Recordemos que la biología es la ciencia que estudia la vida. Esta concepción de la vida y de los fenómenos biológicos, se denominan “Vitalistas”. Tal como la aplica el Dr. Berdonces, médico naturista español, en su libro Manual de Medicina Naturista, ninguna parte del sistema biológico puede comprenderse si no se relaciona con el resto del organismo, y con las circunstancias en que se desarrolla su función. Es por ello, que la vida se mantiene en un equilibrio de acción y reacción de gran complejidad, cuya organización y coordinación, sencillamente no pueden ser explicadas por la concepción mecanicista de la vida. De todo esto, queda claro que la salud es un estado de equilibrio y armonía entre todas sus funciones biológicas y de sus reacciones con el entorno. La enfermedad es la consecuencia de la ruptura de ese equilibrio, por ignorancia o desinterés, y también en muchos casos por creer que el hombre es ajeno a estas leyes biológicas, desoyendo de este modo los mensajes que la naturaleza nos envía para corregir errores, antes de que sea demasiado tarde. Y es aquí donde el estilo de vida juega un papel fundamental para el cuidado, y sobre todo para la recuperación de la salud, como consecuencia. De este corto circuito entre la vida moderna, y los dictados de la naturaleza, el ser humano nunca ha estado tan
enfermo e intoxicado, tanto física como mentalmente, como en estos 150/200 años. Este estado de intoxicación se manifiesta en, prácticamente, todos los aspectos de nuestra vida. El estilo de vida actual, como bien se explicó anteriormente, es el origen de la inmensa mayoría de las enfermedades que sufren las sociedades modernas, las cuales tienen su raíz en una alimentación inadecuada y artificial, en el sedentarismo y falta de actividad física, y sobre todo por el stress generalizado, reflejado en el hecho de querer ganarle tiempo al tiempo. Este ritmo acelerado de vida, impide que el cuerpo disponga del tiempo suficiente para recuperarse y desintoxicarse adecuadamente. La consecuencia es un estado de cansancio y agotamiento crónicos hoy tan común entre la gente, y cuando un cuerpo esta cansado y agotado, es imposible que pueda curarse. Por lo tanto, el objetivo principal de las terapias naturales, está centrado en la desintoxicación del organismo, el cual se encuentra saturado de venenos de todo tipo. Para ello, la Naturopatía utiliza diversas técnicas y terapias adecuadas para cada caso, y queda claro entonces que la función del Naturópata es doble, por un lado la de asesorar y guiar sobre las terapias más adecuadas para resolver los problemas y/o trastornos de salud (terapéutica aplicada), como se cuida y se atiende la salud. Terapias Utilizadas Ante todo, hemos de aclarar que la Naturopatía forma parte de las medicinas alternativas o complementarias, y las personas que la ejercen se denominan Naturópatas, siendo estos Profesionales de la Salud con una formación médica - biológica que los capacite para desempeñar óptimamente su función, que como ya explicamos, es doble, es decir tanto a nivel terapéutico, como nivel docente. Para los Naturópatas, el cuidado de la salud representa un concepto y una filosofía que exceden ampliamente los límites que definen el concepto convencional de “Medicina”. Es eso y mucho más. El término Medicina Natural, no sólo hace referencia a la faz terapéutica, si no también a un sistema, un método que enseña a la gente un estilo de vida sana, creando así una consecuencia de lo que significa tener salud, pero una salud total, óptima, que solo se consigue siguiendo los principios de la higiene biológica. De este modo, la Naturopatía constituye una verdadera “escuela de salud”, porque no sólo mantiene la salud, también cura la enfermedad. Para tratar los problemas de salud, normalizar y cargar la fuerza vital o curativa del organismo, las principales terapias utilizadas son: -Alimentación Natural -Fitoterapia -Hidroterapia -Ejercicios Físicos y Respiratorios -Respiración -Geoterapia -Flores de Bach -Técnicas Corporales y Masoterapia -Complementos Nutricionales y Terapéuticos Otros Recursos Como vemos, la Naturopatía o Medicina Natural, cuenta con una gran variedad de recursos terapéuticos, que permiten al organismo todo recuperar su equilibrio de forma natural, y respetando el principio básico hipocrático “lo primero, no perjudicar”, pero por sobre todas las cosas, ofrece verdaderas soluciones de fondo, que no se limitan a la simple supresión de los síntomas, sino que trabaja sobre todas las causas. Modalidades de Tratamiento Como ya hemos explicado, la funcionalidad del tratamiento naturista es la modificación de los hábitos y estilo de vida del paciente. Para ello se elabora un “programa de salud”, conforme a las necesidades y posibilidades de cada persona. Para ello, y durante la primer consulta, la cual se extiende aproximadamente por 90 minutos (las posteriores duran menos), se realizan una serie de preguntas las cuales permiten obtener valiosísimos datos sobre el estilo de vida del paciente en general. Se examina el iris (Iridoanálisis), la lengua, el estado de la piel, su textura, las manos, las uñas, el pulso, etc. y luego, con todos estos datos, el Naturópata y el paciente trabajan juntos para establecer un programa de
tratamiento “personalizado” con vistas a la recuperación de la salud. Las consultas posteriores se establecen en función de las necesidades del caso; por lo general se realizan cada treinta días aproximadamente, para evaluar la marcha del tratamiento y las reacciones orgánicas en respuesta al mismo, y a medida que la salud del paciente mejora, las consultas se irán espaciando. Consideraciones Finales La primera riqueza a la que debemos aspirar es a la salud, porque sin ella, todo lo demás carece de sentido. La salud es un estado que todos anhelan tener, y sin embargo, pocos la tienen; a tal punto esto es así, que hoy lo “normal” es estar enfermo, cuando lo más normal realmente es “estar sano”. Este trabajo ha sido realizado con el propósito de que la gente conozca y descubra, a través de la Naturopatía, “el poder curativo de la Naturaleza”, y las enormes posibilidades que ella nos brinda para el cuidado y la recuperación de nuestra salud. Como bien explica el Dr. Pablo Saz Peiró, “la elección de los métodos naturales de curación a los métodos artificiales, no se debe simplemente a una ideología fundamentalista, o a un capricho, sino porque el organismo está mejor adaptado a los estímulos naturales, conforme a sus características innatas. Por eso, la gran diferencia entre la medicina moderna y las medicinas naturales, es que la primera dirige todos sus esfuerzos a luchar contra la enfermedad y toda su estrategia de actuación gira alrededor de ella, mientras que la medicina naturista está orientada a “crear salud”, siendo esta condición el objetivo de todos sus tratamientos”. La salud es mucho más que la simple supresión o ausencia de síntomas, pero para conseguirla se requiere compromiso personal, autoestima, como así también “amor y respeto” hacia uno mismo y a su cuerpo. Cuando las personas toman real consecuencia de lo frágiles y vulnerables que somos, la vida toda cobra sentido, y la visión de ésta también. El Dr. Bach afirmaba que “la enfermedad no debe interpretarse como un castigo, sino como un aviso. Es un instrumento del que se sirve nuestra propia alma para mostrarnos nuestros errores.” Cuando comprendemos esto, entonces comenzamos a ver la enfermedad como un desafío para poder avanzar en la vida, y una manera de alcanzar un mayor estado de conciencia. El tratar la enfermedad por métodos artificiales, tomando “atajos”, hace que la misma se transforme en motivo de angustia, de miedo, y de preocupación; en contrapartida, las terapias naturales representan la oportunidad de una liberación, tanto física como al poder sentir y vivenciar la capacidad curativa de nuestro cuerpo. ¡La medicina natural tiene sentido! Una vida plena, llena de energía, salud, y vitalidad es posible. Los métodos naturales están ahí, a nuestra disposición, para ayudarnos a proteger nuestra salud, y a curarnos cuando la hemos perdido. Para aquellos que todavía tengan dudas, y no se deciden al cambio, el consejo es que no tengan miedo, y se animen a emprender el camino hacia la salud, y descubrir así la verdad, la belleza y la sabiduría de la Medicina Naturista. fuente http://www.carloswimmer.com.ar