MÉDICO-FARMACÉUTICO

AÑO I X . NÍÍM, 38. M a d r i d 14= de Octubre de 1 8 9 0 . E L J U R A D O MÉDICO-FARMACÉUTICO. R E V J S T A DE jVlEDIClNA} S E M A N A L p

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AÑO I X .

NÍÍM, 38.

M a d r i d 14= de Octubre de 1 8 9 0 .

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J U R A D O

MÉDICO-FARMACÉUTICO. R E V J S T A

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FUNDADA EN EL AÑO 1881. (Eco imparcial de la Ciencia y de los intereses Profesionales.) ORG.\.\O

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Y DE LA ACADEMIA MOLINESA (GUADALAJARA.) P r e m i a d o c

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Precios y condiciones de s u s c r i p c i ó n . M a d r i d , u n mes, u n a peseta; P r o v i n c i a s , u n t r i m e s t r e , a i d . : E x t r a n j e r o , i d . , 4; U l t r a m a r , u n sem e s t r e , S J . L a s s u s c r i p c i » nes se l i a r á n al c o n t a d o en M a d r i d , y en p r o v i n c i a s y e x t r a n j e r o por l i b r a n z a s de f á c i l c o b r o ó sellos de c o m u n i c a c i o n e s , no r e s p o n d i e n d o (le su r e c i b o s i n ser c e r t i f i c a d a su r e m i s ¡ ó n . ~ S e considera s u s c r i p t o r á t o d o e l que, a u n q u e no r e n u e v e l a susc r i p c i ó n , no avise su baja y s i g a r e c i b i e n d o l o s n ú m e r o s , a s í c o m o á cuantos t e le r e m i t a n y no los d e v u e l v a n á su p r o c e d e n c i a , E l j U K A n 0 MÉDICO-FARMACÉUTICO se p u b l i c a r á en M a d r i d c u a t r 0 veces a l me ó sea iog d í a g , 81 ^ ' •' . ^ • L o s anuncios á precios convencionales.

RED ACCtÓN Y A DMl N ISTR A CCIÓ N :

V a l verde, 4 8 y 5 0 , p r i n c i p a l SUMARIO. S e c c i ó n p r o f e s i o n a l : 27 de E n e r o de 1990.—La S e m a n a . — C r ó n i c a de l a peste b u b ó n i c a en l a P e n í n s u l a ( c o n t i n u a c i ó n ) . — » % C ( ; ¡ o « cientiflea: D i a g n ó s t i c o de la peste b u b ó n i c a . — I n v e s t i g a c i ó n e t i o ' ó g i c a d e l a u m e n t o de l a e n d e m i a t i f o i d e a de M a d r i d . — C o n f e r e n c i a s de V e n e c i a de 18Í)2, ( c o n t i n u a c i ó n ; . — i V o í i c i a s . — A n u n c i o s p r t f e s i o n a l e s y vacantes.

SECCION PROFESIONAL. 27 DE ENERO DE 1900 Se aproxima el plazo que marca la oclava disposición transitoria de los estatutos para que el régimen del Colegio de Médicos se ostente efectivo, en todas sus manifestaciones, hasta el extremo de pretender imponer la pavorosa condicional de que, textualmente «no p o d r á ejercer ningún médico su profesión como no se halle incorporado al Colegio de Médicos de la provincia donde resida h a b i t u a í mente.» Prescindiendo de la redacción, con la que no se expresa lo que se quiere decir, y se dice algo en contrario de los mismos estatutos, pues el activo no p o d r á ejercer, no es como el pasivo se le p r o h i b l r á el ejercicio, lo cual no quila que pueda continuar ejerciendo; ni tampoco es de rigor que el profesor se colegie en el de la provincia donde re

sida haMtualmente, pues, aunque como e x c e p c i ó n , acontecerá en algunos casos lo contrario, sin que por esta circunstancia se le pueda impedir que ejerza; prescindiendo de estos detalles, y aceptando que entramos en el período de efectividad de las colegiaciones obligatorias, que sería castigar á los autores de la colegiación forzosa con el mayor fracaso, que es la impotencia y el ridículo, no se nos alcanza, ni nos damos cuenta de que exista un r e gular criterio que sanamente reflexione la posibilidad de p r i v a r de su p r o p i e d a d á u n ciudadano, s i n causa j u s t i f i c a d a , s i n que lo resuelva, a u t o r i d a d competente, y , en definitiva s i n p r e v i a siempre la correspondiente i n d e m n i z a c i ó n . Pensar así, no puede excusarse m á s , y esto nos parece aún menos comprensible, por la incalificable ignorancia que significarla, que por desconocer el concepto de propiedad, ó limitarlo exclusivamente, que para él caso es lo mismo, á los bienes muebles, inmuebles y semovientes, como pensara el labriego más rústico. Si no es así, si el ejercicio do todas las profesiones, dentro de la legislación vigente, constituye propiedad industrial, el que es de ella poseedor, pagando los impuestos correspondientes, no puede ser privado de lo que es tan suyo como pudiera serlo una finca cualquiera que poseyese, finca que, seguramente, mientras nuestras leyes constituidas no se reformen, no dejará de poseer por m á s que.

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otros propietarios similares, se asocien entre sí, i m poniendo, por ejemplo, la condicional de asociarse, y asociarse forzosamente, como se pretende con los Colegios de Médicos, sin que sean autoridad c o m petente y sin causa j u s t i ñ e a d a . Tal Intento liaría reir á los menos cuerdos. Mas, extremando las hipótesis hasta lo más u t ó pico, supongamos que los que siendo dignos profesores, no se despojan de los derechos de ciudadanía,, amparados bajo el artículo décimo de nuestra constitución m o n á r q u i c a , y no se colegian y les privan de su propiedad y su disfrute, que es el ejercicio; pues el rni.-mo articulo, obliga siempre á la previa indemnizaenn, y, ya en este caso, es m á s que probable, que la inmensa m a y o r í a del profesorado español, se dejara despojar de su triste ejercicio, y alegremente recibiría la indemnización que le sufragara los gastos de su vida y la de los suyos. Más, ni lo primero ni lo segundo es factible para los Colegios. Es hasta candoroso, por no darle más realista adjetivo, el intento de querer prohibir el ejercicio á un médico, ampliando á su m á s ó m e nos numerosa clientela la prohibición de que u t i l i ce sus servicios p- rsonales técnicos, cuando no pueda conseguir anular e! intruismo descarado, que á todas horas pone á las juntas de Gobierno en n o torio r i d í c u l o . Casi casi entramos en ganas de que llegue la fecha que dé vida oficial á las actuales colegiaciones obligatorias, para ver de q u é delito calificaban el ejercicio profesional, de cuantos no quieren colegiarse, y en que forma y con que p r o cedimiento invalidaban la voluntad de derecho de los clientes que reclamasen sus servicios profesionales á los médicos, é imposibilitaban á estos para prestarlos, aun dada la aberración increille de j u z garlos de condición peor que á los intrusos. De cierto, parece mentira que se esterioricen tales delirios, que se trastuequen de este modo las leyes m á s claras y m á s fundamentales, atentando contra ellas con bizarría envidiable, para otras más altas empresas; solo así se comprende que los a u tores de la magna obra, interpreten ó confundan el deber con el derecho, y mientras el aii;c:.lo d é c i mo tercero de nuestra constitución proclama que l'odo e s p a ñ o l tiene DERECHO de asociarse p a r a los fines de l a v i d a h u m a n a , nuestros i l u s t r e s colegisladores, imponen el DKSER de que se asocien forzosamente las clases m é d i c a s . . . . Tras de esto nos parece m á s imponderable la 1 i zarra gallardía de la disposición final: « Q u e d a n derogadas todas las disposiciones anteriores que se opongan al cumplimiento de lo pievenido en estos estatutos;» y nosotros a ñ a d i m o s : empezando por la Constitución de la m o n a r q u í a esp a ñ o l a de 30 de Junio de 1876. ¿.No es cierto, ex celenlísimo señor Director General de SanidadV

L A

SEMANA

En el proyecto de los futuros presupuestos «se aumenta, para las nuevas farmacias que se establecen, la partida consiguiente d é l o s sueldos de tres subinspec-

tores de segunda, tres farmacéuticos primeros y seis segundos.» Esto amaga, y podría amagar y no dar, si en nuestros parlamentos, nuestros ilustres compañeros legisladores, no traicionan á la clase con indefensión incomprensible, ya porque esta partida ó la ley de Sanidad se aprueben por sorpresa; procedimiento intentado al suspender las sesiones del período parlamentario último, ó presenciando su lectura con la elocuencia de las esfinges. Todo es de temer, porque médicos y farmacéuticos, en esos ambientes de altura, sólo aspiran á ser políticos.

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Después de partida de gastos tan agresiva para el ejercicio de la farmacia civil, nos depara otra mala noticia nuestra paternal administración de hacienda en Badajoz; y en un juicio verificado para resolver un expediente de defraudación incoado por aquel Colegio de F a r m a c é u t i c o s contra la Farmacia militar, y en el que se probó documentalmente y por el informe del Secretario de su Junta de Gobierno que Ja mb litar despachaba al público en genera], se declara incompetente para declarar la defraudación, que es lo que más le compete, y se entra por los trigos de la moral y de la transgresión á fin de agravar la falta que no castiga, manifestando que reconoce que se faltaba al reglamento. La indefensión de los derechos é intereses de las farmacias civiles, no puede ser más elocuente; poro más elocuente es aún el rotnlito que se ostfenta en la Farmacia militar, en las vidrieras de la puerta: Entrada p a r a el público. ¿Qué más documento, n i informe, n i prueba? *,

Sobre la ley está el autoritarismo, y contra el autoritarismo no es posible ejerci tar procedimientos que utiliza para su servicio. El suministro de medicamentos ampliado á las clases civiles, practicado con verdadera ostentación por dependencias administrativas conocedoras de los derechos y deberes de todas las clases, no puede apreciarse como defecto de aplicación, sino como agresión prevista en su origen, generada en las alturas ministeriales. Hemos oído, y se nos repite con insistencia, que las Farmacias militares se instalaron como negocio y para facilitar cuantiosos ingresos; finalidad lograda, y según murmuran, en provecho del Ministerio de la "Guerra, y para cierta clase de gastos que pudieran dar por saldados algunos colegas políticos. ¿Cuándo se hace el balance de cuentas de las Farmacias militares y en dónde constan?

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Todas estas noticias é impresiones, deben ser el punto de partida para que la Asamblea de los Colegios F a r m a c é u t i c o s provinciales, ahonde y recabe los datos preciosos y apure los medios que la ley concede, en defensa de sus derechos é intereses, á les individuos y á las corporaciones que constituyan. Esperamos con verdadera impaciencia que se realice el 18 próximo la sesión preparatoria de constitución y cambiar impresiones con la escogida representación que acude de provincias. El cuestionario, objeto de sus tareas, es completo; pero es de todo punto preciso que sean sus conclusiones determinantes y categóricas, y los acuerdos y procedimientos u n á n i m e s y enérgicos. Las imposiciones de los de arriba, justifican las imposiciones de los de abajo: al que se oprime sede concede en el acto el derecho de ser opresor. GIL BLAS. - « - o - O - O O O-O {>O-0

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Este rasgo de justa e n e r g í a , es honroso para el gobierno portuen^'e, y bueno es hacerlo constar á fin de que sirva de ejemplo en otras naciones, que, coEN L A PENÍNSULA. mo en la nuestra, abundan las bulas. El 8, cinco casos: uno de ellos de la calle de Fonte (CONTINUACION.) Taurina, del foco primitivo, y otro del Café Suizo, El 5, cuatro invasiones; tres de forma grave; uno que también es repetido. Casi lindando con este estade éstos, como los otros á< s del día anterior, ocurrió blecimiento existe una iglesia, que por estar invadida lindante á la calle Fonte Taurina, donde está probado de ratones y haber aparecido muchos muertos, se ha que a ú n subsic-te un foco epidémico que ha resistido mandado su clausura para el culto. El doctor Ricardo, por orden superior, ha hecho el examen bacterioh todos los medios de desinfección empleados. La corporación municipal de Oporto, en vista de lógico de muchos ratones de la zona limpia y de la la continuación de la peste bubónica, por previo infestada, y á consecuencia del resultado, aconseja el acuerdo de la colectividad, se ba dirigido al gobierno exterminio de estos ahora tan temibles roedores. Otra vez en la prensa se hace recuento de las i n de Lisboa solicitando que promulgue una ley que dé intervención á les municipios en la construcción de vasiones y defunciones habidas desde el primer caso, los predios urbanos, para imponer en su inll^rior las y resulta que hasta este día oficialmente ha habido debidas condiciones de salubridad é bigiene. El acuer- 141 invasiones y 44 defunciones. Como se ve, hay recdo es tan bueno que debiera generalizarse á todas las tificación á favor en ambas cifras. Sin embargo, en poblaciones, con la precisa condicional del informe la de invasiones hay discrepancia; hay colega que estécnico, pues el perito, en estos asuntos, debe ser el cribe sólo 123. Actualmente existen en los hospitales 45 enferúnico árbitro. Así como en algunas ciudades, aunque no con el rigorismo que se exige, la presentación al mos: 11 graves, 8 en estado poco alarmante y 26 conmunicipio del proyecto de construcción, autorizado valecientes. En la cárcel se ha registrado un caso sospechoso. por xín arquitecto en ejercicio, asimismo debiera acompañarse un informe pericial de cumplir el dicho Se ha desinfectado la penitenciaría, presenciando la proyecto, con los preceptos que determinan la babi- operación el doctor ruso Hoepner, quedando muy satisfecho del procedimiento, s e g ú n la prensa portalidad perfectamente higiénica. El 6, tres invasiones y una defunción. Se extreman tuense. El 9, dos casos; falta suero en el Laboratorio mulos procedimientos de aislamiento. Uno de los dos casos ke presentó en la parte alta de la ciudad, en don- nicipal, por cuyo motivo lo solicita al Gobierno el doctor Jorge. de también existe otro foco peligroso, como el de la El Ayuntamiento continúa tratando del saneacalle Fonte Taurina. En todos los casos invadidos en miento, acordó suministrar material de desinfección los focos de contagio, se observa m á s gravedad y curso más rápido. Una mujer, invadida el día ante- á las cuadrillas de bomberos voluntarios y destruir rior, en la calle ya citada, falleció á las veinticuatro los barrios insalubres. El 10, cuatro casos en Oporto; uno procede deFonhuras. Se desalojan muchas casas, que seguidamente te Taurina, y además un caso dudoso en Travagent: arrasa el fuego, trasladando sus habitantes á barra-' se siguen organizando brigadas de desinfección y quemando casas. cas, construidas á este objeto. A propuesta del doctor Ha muerto un enfermo en el Hospital de Güellas Ricardo Jorge, se van á construir dos nuevos pabede Pau. Sin decir en qué hospital, la prensa da la nobellones en el hospital de Güellas de Pan. El 7, seis invasiones y una defunción. Esta se re- ticia de que existen en uno 32 mujeres y niños. El 11, nueve casos y todos graves; una señora ha fiere á una infestada que hacia ya días estaba en tramuerto de enfermedad sospechosa; &e a u t o p s i a r á matamiento en el hospital de B o m ñ n . Procedía de lacalie Fonte Taurina. En este mismo hospital han in- ñana; el soldado fallecido en el cordón sanitario de muerte sospechosa, se comprobó que no fué de la gresado nneve casos invadidos, en días anteriores y peste. En el Hospital de Güellas de Pau existen 54 ende distintas procedencias. Una de las invasiones refermos en tratamiento; 15 en estado grave. cayó en un enfermero del hospital de la Misericordia. Los frascos de suero de Yersin, con tanta ansieEl doctor Jorge, la Junta de Sanidad y las autodad esperada, están detenidos en la Aduana porque ridades de Oporto, no cesan un momento en su labor el administrador no quiere entregarlos sin percibir penosa. Uno de los invadidos en este día, lo fué en la los derechos arancelarios. No es de él la culpa, sino manzana del Leal, calle de Bomjardín, y es el cuarto que se registra en dicha zona, lo que prueba la defi- de los notables de arriba que no previenen y ordenan su franquicia. ciencia de los saneamientos anteriores, por cuyo mo* tivo, y ante el muy justificado temor de que se repi* * tieran nuevos casos, se aprobó, á instancias de dicho El doctor Roux, perito de la mayor excepción en doctor y por acuerdo de la Junta citada, que se quelos estudios de la peste bubónica, ha expuesto las simasen las casas en que hubo invasiones y las que guantes conclusiones respecto al microbio pestífero, fueran sospechosas por insalubres. que sirven de punto de partida para la profilaxis: También se tomó el acuerdo de tolerar las funcio1. a ¿k qué temperatura muere seguramente el nes públicas y espectáculos, bajo las prescripciones microbio de Ja pest-? En medio húmedo muere en sanitarias siguientes: menos de una hora á 58° y más rápidamente á 100°. Según Kitasato, la desecación mata al microbio. Que se limite el n ú m e r o de localidades en las gaLos cultivos de sangre de la pulpa de órganos l e r í a s que se practique en las mismas una rigurosa pestíferos desecados, no contienen microbios vivos, inspección y desinfección, extensivas á los palcos y después de cuatro días. Puesto que la desecación plateas; que se procure exterminar por todos los medios las ratas y las pulgas, y que los teatros no pue- mata el microbio, es cierto que ella, ayudada del calor, le hará perecer primero. Los cultivos expuestos dan abrirse sin que proceda una visita pericial é inal aire y á la luz solar, se esterilizan r á p i d a m e n t e . forme sanitario. 2. " ¿Hay certidumbre científica acerca de si obEn este mismo día ha sido condenado el Director de Obras Públicas de Oporto, preso por no cumplir jetos de tal ó cual naturaleza son capaces de transportar vivo y lejos el microbio de la peste? Es impocon lo ordenado, que obliga á todo viajero á pres-msible decir, d p r i o r i , que tal objeto no puede ser vetarse á la Inspección sanitaria; la pena impuesta, además de la prisión sufrida, es de seis meses de hículo transmisor de la peste, pero se puede siempre concebir las condiciones en que los objetos pueden arresto, multa de cien reís por día y las costas y gashaberse infectado. tos del proceso.

CRONICA DE LA PEST1Í BüBÚMCA

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En la práctica, los objetos, por su naturaleza, pueden estar m á s ó menos expuestos á infeccionarse, así los lienzos y los trajes de uso serán evidentemente más contaminados que los granos, las maderas, etc., que no lo serán m á s que por excepción y en los casos en que ellos contengan ratas atacadas de peste. A l mismo tiempo puede asegurarse que el microbio de la peste no se conservará mucho tiempo sobre los materiales infectados, sino en ciertas condiciones de humedad y de no exposición al aire y á la luz.

*

El 7, ha publicado la Gaceta una Real orden de Gobernación creando en Ayamonte una inspección fluvial equivalente á las inspecciones sanitarias te rrestres de Badajoz, Fregeneda, etc., otra de segundo orden en Sanlúcar de Guadiana y una subinspocción municipal en Isla Cristina. Esta es la primera disposición que sobre materia tan importante se publica en E s p a ñ a , llenando un vacio de notoria necesidad en los pueblos ribereños que viven de la pesca. He aquí su razonado preámbulo: Las circunstancias especiales en que han de funcionar las inspecciones sanitarias creadas en Ayamonte, Isla Cristina y Sanlúcar del Guadiana, para hacer compatibles los gravísimos intereses de la salud pública con los muy cuantiosos industriales propios de aquella comarca de la provincia de Huelva, y con los naturales de la vida de relación social ordinaria, obligan á este ministerio á dar disposiciones especiales, ya que no puedan regirle exclusivamente aquellas inspecciones n i por las leyes referentes á las direcciones de Sanidad m a r í t i m a , ni por las disposiciones referentes á las inspecciones sanitarias terrestres que hay organizadas en los restantes puntos de la frontera "hispanolusitana. En su v i r t u d , y para evitar que sin una justificación sanitaria bien entendida y sin beneficios reales para la nación se produzcan daños importantes, cuando no una verdadera ruina en fuentes de vida local, que deben merecer el respeto y en lo posible la protección de todo gobierno previsor, el cual ha de procurar siempre con cuidado evitar causas de miseria en las comarcas industriosas y mercantiles, y para evitar asimismo que por una improcedente y apasionada aplicación de las leyes sanitarias, promulgadas para producir el bien y no para engendrar el mal se perturben desatentadamente relaciones sociales dignas del mayor respeto. Atendiendo á tan sanos principios, se crea en Ayamonte una inspección fluvial equivalente á las terrestres de Badajoz, Fregeneda, Fuentes de Oñoro, Valencia de Alcántara y Tuy. la cual instalará sus servicios de inspección y desinfección en lugar y forma adecuados en la ciudad ó sus inmediaciones, determinados por el inspector ssnitario de acuerdo con las autoridades locales correspondientes. Esta inspección estará dotada del material y personal necesario, como las } a mencionadas de primer orden, y desempeñará sus mismos servicios, haciendo las veces de puente internacional las barcas autorizadas para este objeto. Se crea una subinspocción sanitaria fluvial de segundo orden en Sanlúcar del Guadiana, dotada del personal correspondiente, la cual funcionará bajo la vigilancia y de acuerdo con la de Ayamonte, sirviéndose de" barcas á propósito para el cruce de viajeros de una á otra orilla, y dando paso á todas aquellas materias de comercio que permitan sus medios de desinfección ó autoricen las reales órdenes publicadas para el servicio de las inspecciones de su misma clase en la frontera hispanoportuguesa. H a b r á otra subinspección, ésta municipal, en Isla Cristina, con el exclusivo fin de vigilare! servicio de barcas y tripulantes dedicados á la provisión de las industrias pesqueras. F u n c i o n a r á bajo la dirección de la de Ayamonte,

la cual cuidará de que sean respetados los elementos de vida necesarios á la industria pesquera, sin desatender las exigencias imperiosas de la Sanidad, que reclama la epidemia de peste bubónica que existe actualmente en Portugal, sometiéndolos á las practicas de saneamiento y desinfección necesarias. La inspección de"Ayamonte y la subinspección de Isla Cristina harán un registro escrupuloso y adecuado de las barcas y barcos pequeños y de sus tripulantes que sirven exclusivamente para suministrar el pescado á sus industrias, rechazando en absoluto cualquiera otra substancia; .vigilarán sus movimientos y los exceptuarán de los tratos á que somete la Real orden de 14 de Agoste último las procedencias m a r í t i m a s de Portugal, ejerciendo sobre aquéllos una inspección oportuna que les permita responder á sus fines fundamentales ele proveer con oportunidad al sostenimiento de las industrias posqueras; y cuidarán, de acuerdo con los directores eie Sanidad marítima, de impedir bajo su responsabilidad que, falseando las previsiones bienhechoras de la Real orden, se cometan abusos en perjuicio de los intereses del Tesoro ó de los m á s altos de la salud pública.» [Continmrá]

SECCION CIENTÍFICA. DIAGNOSTICO DE L A PESTE BUB NICA R E L A C I O N A D O S CON L O S E S T U D I O S C L Í N I C O S D E N Ü T S T 1 OS

piiÁcncos.

Za Asociación regional médica, de Villavieja, de la provincia de Salamanca, como tema de discusión de verdadera actualidad circunstancial y siempre de transcendencia técnica, ha propuesto y discutido el "de diagnóstico de la peste bubónica, relaciunado con los actuales conocimientos del profesorado español médico, ó sea con su competencia clínica. Un compañero, individuo de dicha as( elación, el doctor García Alonso, con claro criterio, .discute la tesis, razonando el siguiente acertado interrogatorio: ¿Es fácil el diagnóstico clínico de la peste? ¿Es indudable el diagnóstico bacteriológico? ¿Es fácil el diagnóstico precoz ó del comienzo de la enfermedad? ¿Se haya en todo caso al alcance de los médicos todos? I.0 ¿ E s f á c i l el diagnóstico clínico de la peste?— Entiendo por diagnóstico clínico aquel que se fundamenta, no sólo en los síntomas que el enfermo presenta, su orden de aparición, marcha de cada uno y de la enfermedad en general, sino también en otra porción de circunstancias ó elementos extraños al enfermo, como la existencia de casos anteriores de ella en la localidad en que el enfermo habite, en alguna limítrofe ó con ella relacionada, el contacto con a l g ú n apestado, el uso ó contacto de objetos procedentes de un punto infestado, la ingestión de alimentos del mismo origen, etc., datos todos que, unidos y concordes, parecen por sí ser bastantes para diagnosticar la peste, y seguramente lo son en casos ulteriores. Pero el caso primero que se presente en una localidad, ¿podrá juzgarse á conciencia del mismo modo? E.-to es lo arduo, porque en aquéllos tenemos ya el punto de comparación con el caso primero, para ejbservar iguales ó parecidos síntomas, análoga tendencia 6 fisonomía de la enfermedad, y hasta habremos hallado con evidencia las relsciones que con él tuvo el invadido y medios por los cuales se efectuó el contagio; circunstancias éstas que si pueden pasar inadvertidas al observador en poblaciones de gran vecindario, no sucede así en los pueblos pequeños, en los que, sin gran esfuerzo, consigue ver el médico el

EL JURADO MÉDICO-FARMACÉUTICO. engranaje y trabazón de unos casos con otros. Para el caso primero, estos datos se ocultan generalmente ó no aparecen claros; y aun cuando así no sea, falta el término de comparación. H a j , pues, que prescindir de los datos de índole externa y diagnosticar, acaso, sólo por los síntomas. Cierto que éstos son de i m portancia capitalísima y que á su lado los otros peco representan. Valdrán si confirman á aquéllos, pero si los niegan, poco les hacen desmerecer. Veamos, pues, los síntomas. ¿Hay alguno patognomónico de la peste? Desde luego que no. N i el bubón, y eso que goza el privilegio de haber dado sobrenombre á la enfermedad, n i los carbuncos, ni las petequias, ni el carácter de la fiebre, ni la adinamia, n i n i n g ú n otro síntoma de los mencionados por los autores, se presenta indefectiblemente, y del mismo modo en todo apestado, ni puede calificarse de peste por ellos, aislados ó unidos, á toda enfermedad en que se presenten. Evoluciona á veces la pe^te con tanta rapidez, que caen los enfermos como heridos por el ra} o y sucumben sin dar lugar al desarrollo de los síntomas que pasan por m á s característicos (bubonesy carbunco.-). Toma en otros casos la forma neumónica y sucumben ó curan; pero sin presentar trastornos locales de resonancia m á s que en el aparato respiratorio. Se presentan bubones ó adenitis con fiebre alta, consecutivos á veces á erosiones ligeras de la piel ó mucosas de regiones de las que emergen los linfáticos que abocan á los ganglios enfermos, y pueden estos bubones pasar por delatores de casos sospechosos, tomando con los enfermos medidas de aislamiento, como se dice haber ocurrido en una de las Inspecciones sanitarias de la frontera. Preséntanse también en la erisipela, en la escarlatina, en la piohemia, en la fiebre tifoidea (1) y en varias otras enfermedades tratadas por cáusticos ó vesicantes y cuyas lesiones se hayan descuidado. Se presenta el carbunco, tumor ó mancha gangrenosa en la pústula maligna, pudiendo ésta ser doble, t r i ple y hasta múltiple. Puede el médico, en casos como estos, no ser llamado á tiempo y no haber apreciado, por tanto, las lesiones locales antes del desarrollo de síntomas generales (principal carácter distintivo entre la pústula maligna y el carbunco pestilencial). Puede la pústula ó pústulas coincidir con una afección febril de tendencia a d i n á m i c a . Pueden bubones y carbuncos coincidir también con la p ú r p u r a hemor r á g i c a , con el escorbuto, con equimosis de causa externa; y todos estos síntomas y lesiones, con infacciones primitivas ó secundarias de orden general, que desvirtúen ó quiten valor como signos diagnósticos de la peste, á los bubones, carbuncos y petequias. Y aun cuando el conjunto sintomático y demás circunstancias anejas se aunen para inclinar el ánimo hacia la peste, es este un diagnostico tan tremendo, que difícilmente hallaráse un médico que lo formule sin pruebas de otra índole ó sin que la presencia de nuevos casos relacionados por contagio evidente con el primero, á ello le obliguen. Resultado: que el diagnóstico clínico de la peste bubónica es tanto m á s fácil cuantos más casos vayan ocurriendo en una localidad, siendo dificilísimo para el primero. 2.a ¿Es indíihitahle el diagnóstico iacteriológico? Así lo atestiguan las actuales'autoridades en la materia. El bacilo de Yersin y de Kitasato en la sangre, (1) O c ú r r e m e a l paso una o b s e r v a c i ó n . ¿ L l e g a r á d í a en que l a c i e n c i a considere á l a peste c o m o enfermedad i g u a l en esencia á l a fiebre t i f o i d e a ? P o r q u e los casos a g u d í s i m o s de é s t a , ' c o m o a l g u n o s que y o h e v i s t o , se parecen t a n t o á los d e s c r i t o s de peste n o r m a l , que si en esta o c a s i ó n se m e hubiese presentado a l g u n o , me b a b r í a v i s t o p e r p l e jo para d i a g n o s t i c a r c l í n i c a m e n t e . B u b o n e s en una, p a r ó t i d a s en o t r a ; carbuncos en a q u é l l a , escaras g a n g r e n o s a s en é s t a : a l l í f o r m a n e u m ó n i c a y a q u í liebre i i e u m o t i f o i d e a ; a d i n a m i a en ambas, p u t v i lez, hemor r a g i a s d e l i r i o . . .. Difiere su i n t e n s i d a d , mas t a m b i é n d i f i e r e l a fiebre p e r n i c i o s a de l a c u a r t a n a de l a r g a fecha, siendo en esencia i g u a l e s . D i f i e r e n t a m b i é n en sus b a c i l o s o r i g i n a r i o s . Pero ¿ e s t á l a B a c t e r i o l o g í a en t e r r e n o t a n firme, que n o p u e d a m a ñ a n a a f i r m a r lo que h o y niega? ¿ N o d e s c r i b í a a y e r al b a c i l o de E b e r t h , c o m o d i f e r e n t e del coli communi, y h o y d i c e n que ha descubierto que son uno mismo? ¿ C a b r á i g u a l suerte al bacilo de Y e r s l p y de K i t a s a t o ?

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esputos y pus de los bubones de los apestados, es el único signo cierto de la enfermedad pestilencial; como que ésta no existe sin que aquél la de origen, n i puede éste hallaKe dentro del organismo sin dar l u gar á aquélla. Es esta conquista de la Bacteriología; y hoy que la Clínica camina, al partcer, supeditada á aquélla, por lo menos en las grandes alturas, sería una herej í a contradecirla. Por atreverme yo á manifestar en ocasión solemne que existen autores que dudan de la especificidad del bacilo de Eberth en lafitbre tifoidea y que puede distinguirse esta fiebre de la palúdica remitente sin auxilio del microscopio, estuve á punto de sufrir grandes disgustos. Hay que creer, pues, que la peste tiene un signo cierto en dicho bacilo; y tanto m á s , cuanto que por ser novísimo el descubrimiento y acaso también por ser desconocida la enfermedad para la casi totalidad de los clínicos europeos, no hay hasta la fecha quien lo contradiga. Y que para diagnosticarla es ya en rigor innecesario el enfermo, puesto que basta con una gota de pus ó sangre sacada del mismo y transportada al laboratorio con las debidas precauciones. IN'o obstante esto, bueno es que preceda al análisis de esta gota un detenido examen del enfermo, y se tengan en cuenta las circunstancias en las ó por las que contrajo la enfermedad. Porque si estas son favorables á la idea de peste, los síntomas la confirman, y si, como ú l t i m a pincelada, da el examen bacteriológico como resultado la presencia en la gota del bacilo de Yersín, entonces puede afirmarse rotundamente, hasta por el m á s excéptico, que la enfermedad que trata de diagnosticarse es la peste. No caben ya dudas ni distingos, lo mismo que el caso observado sea el primero de la localidad, ó uno de los sucesivos. No de otro modo se ha procedido en la declaración de la actual epidemia de Oporto, n i se procederá en lo sucesivo, si continúa la epidemiología por los mismos derroteros que hoy. Resultado: que aunque el diagnóstico bacteriológico es considerado hoy por hoy como el único cierto de la peste, es convenientisimo asociar á sus datos los que sirven para fundamentar el diagnóstico clínico. 3.a ¿ E s / i c i l el diagnóstico precoz ó muy del p r i n cipio de la enfermedacif—Con respecto al caso primero de peste que se presente en una localidad, queda ya dicho que es dificilísimo el diagnóstico clínico, siquiera la enfermedad se halle en su apogeo; de lo que se infiere que el precoz ó el que hubiera de hacerse en los comienzos, es imposible. En los casos siguientes desaparece ya la imposibilidad; y tanto m á s cuanto sean éstos m á s numerosos. Pero esta relativa facilidad diagnóstica, es para los casos de enfermedad ya confirmada, y nunca para los pródromos, para la invasión, para las horas primeras de la dolencia, aquellas en las cuales se nos quiere obligar á que demos cuenta. Todo lo m á s que podremos hacer en ellas es dudar, sospechar, inclinar nuestro ánimo en pro de la peste en grado mayor ó menor, s e g ú n que los síntomas se nos presenten m á s ó menos claros, y seg ú n también los antecedentes acerca del modo y forma en que puede verificarse el contagio. Y esto ya no es poco; y como aplicable lo mismo al caso primero que ocurra en un pueblo que á los sucesivos, puede ya ser fuente de previsión para atajar el mal y precaverse contra su p r o p a g a c i ó n . El diagnóstico bacteriológico tampoco r e s u é l v e l a cuestión. Necesita horas, días acaso, para afirmar alg-o concreto. E l examen microscópico del líquido en que se busque el bacilo, su aislamiento, siembra y cultivo en medios apropiados, son operaciones que requieren tiempo; y mucho m á s es necesario para la inoculación de dichos cultivos en animales y estudio de sus efectos; contraprueba sin la cual las observaciones anteriormente hechas no tendrían nunca en sus conclusiones el valor de decisivas. Se precisa, pues, tiempo en uno y otro caso, para

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hacer un diagnóstico de la pctte que satisfaga á la conciencia. E l precoz, por tanto, es imposible; y para el primer caso que se presente en una localidad, todo lo m á s que el médico podrá hacer, será darlo como dudoso y acaso sospechoso. 4." ¿Se halla en lodo caso el diagnóstico a l alcance de los médicos lodos?—Si el clíuico no do certeza absoluta, sobre todo en el caso primero, dedúcese que siempre deberá practicarse el examen bacteriológico, cuyos resultados pasan por ÍLfalibles. Y éste ha de hacerlo el mismo médico si tiene conocimiento y arte para ello, ó cualquier bacteriólogo, aunque no sea médico. Pero éstos no abundan; y aunque segiin el cariz que ha ido tomando la Medicina debiéramos hoy serlo ya todos, el hecho es que no lo somos; y aun cuando lo fuéramos, necesitaríamos luego e.-tar provistos en villas y villorrios de local, aparatos, instrumentos, caldos, animales, etc., etc. Y como esto no puede improvisarse, así como tampoco los conocimientos para con poco fruto dedicarse á trabajos de laboratorio, de los que carecemos (dicho sea en honor de la verdad) la inmensa mayoría de los médicos españoles y no españoles, de ahí el que, sobre todo los que vegetamos en pequeñas localidaxles, tengamos que sujetarnos á la Clínica para diagnotticar la peste, esperando, como va dicho, al apogeo de la enfermedad ó casos subsiguientes, so pena de encargar á un bacteriólogo á quien habremos remitido material de estudio, que nos dé su dictamen cuando el enfermo no lo precise por muerto ya ó curado. Dedúcese, por tanto, que un diagnóstico exacto de la peste bubónica, fegün el criterio que hoy domina en la ciencia sobre esta enfermedad, sólo puede hacerse por un n ú m e r o reducidísimo de profesores. Resumiendo ahora todo cuanto antecede, como contestación á las cuatro preguntas formuladas al principio del presente escrito, pueden sacarse las siguientes conclusiones: 1. a El diagnóstico clínico de la peste, dificilísimo para el caso primero que ocurra en una localidad, se hace m á s y m á s fácil á medida que los casos van repitiéndose. 2. a El diagnóstico bacteriológico, según el carácter y tendencias d é l a ciencia médica actual, pareceser el único que da g a r a n t í a s de seguridad. 3. a El diagnóstico precoz de la peste bubónica es imposible, si pretende darse como cierto. 4. a La inmensa mayoría de los médicos, no están en el caso de poder diagnosticar con certeza la peste, á no ser que hayan observado casos anteriores. Sirvan estas respuestas de contestación á repetidas circulares y avisos que de distintas autoridades estamos recibiendo á la sazón, exigiéndonos cosas imposibles. Guardas y centinelas avanzados, como ahora somos, de la pública salud, debemos procurar cumplir á conciencia nuestro cometido. Acaso nosotros, por nuestra proximidad á la frontera y por la situación de nuestros pueblos en la vía m á s directa de comunicación entre E s p a ñ a y Oporto, seamos los primeros que tengamos que conocer la enfermedad. Si este caso llegase, nada de ocultaciones, que serían un crimen de lesa humanidad, pero tampoco alarmas i n justificadas. Algo de insólito y anormal habríamos de ver en el caso primero que se nos presentase, para que nos creyésemos en el caso de denunciarlo; pero nunca como caso de peste confirmada, sino bautizándolo con el simple nombre de sospechoso, que si á los ojos del vulgo aparenta querer envolver nuestra i g norancia, es para nosotros g a r a n t í a de cordura y sensatez, al paso que última palabra de la ciencia y agudo acicate para la autoridad encargada de poner remedio á los males que aparezcan en lontananza.

Reciba el doctor García Alonso y la Asociación, nuestros sinceros plácemes.

INVESTIGACION ETIOLOGICA DEL ¿ U M t N T O DE L A E N O E M K T I F U O E A

DE M A D R I D .

Aunque no estamos de perfecta conformidad en as conclusiones que deduce de su trabajo concienzudo, el doctor don L . Rodrigo Lavín, de la Beneficencia municipal y Subdelegado de Medicina de la villa y corte, merece nuestro aplauso por su abundosa y escudriñada información, y es digno de quedarlo constado como dato valioso para estudios ulteriores, aunque m á s no sea que como apunte de topografía médica y dato de las condiciones higiénicas de la metrópoli. Estamos disconformes en la finalidad de atribuir, por modo exclusivo, el aumento de las fiebres tifoideas á la infección de las aguas del B a j o Abroñigal; para ser aceptada, es, en nuestro concepto, de precisión, demostrar que el aumento de casos lo era en todas las clases que bebían dicha agua infecta, no precisamente en las menesterosas y avecindadas en barrios y casas insalubres, con alimentación deficiente, sofisticada y maleada; circunstancias estas dos últimas que alcanzan á todas las clases, como se comprueba todos los días en las denuncias de adulteración y descomposición de comestibles, á u n en las tiendas de los barrios m á s higiénicos y aristocráticos. El mismo autor de investigación tan laboriosa, hablando de tifoideos ocurridos en la calle de Juan de Mena, reconoce, á pesar de que en dicho barrio se usa para bebida de las aguas de dicha procedencia, que es terdad que p o r a l l i no ha tomado g r a n impulso la epidemia (si así puede llamarse la enfermedad reinante); j>9ero esto se explica bien por ser la zona que rodea á la fuente de las de menor densidad de población, con mejores y amplias vias, etc., etc. ¿En qué quedamos,? Si la infección de las aguas se esteriliza tan fácilmente, con sólo un ambiente higiénico, ¿no es conceder á éste más potencia infecciosa y anteinfecciosa que á las aguas infectas1? Pues el problema estaría resuelto con cambiar el medio ambiente de los que viven en malos barrios y en casas insalubres, sin necesidad de perder el tiempo analizando el estado de las aguas Sin embargo, los casos de la calle de Juan de Mena, aunque sin intensidad bastante para constituir un foco, es un hecho que existieron, á pesar de las buenas condiciones de las casas y del barrio; ¿fué por el uso de las aguas del Bajo Abroñigal? Si por su uso fué ¿cómo no se generalizó siquiera como en los barrios bajos? ¿Sólo por las predichas condiciones higiénicas? La afirmativa resultaría tan gratuita como hipotética. En nuestro concepto, es preciso orientarse, y sin prejuicio de ninguna especie, despreocupado el ánimo, atisbar indicios de verosimilitud condicional determinante de alteraciones gastro-intestinales, francamente infecciosas, ya que no tóxicas. Para esto sólo basta la afición á leer la prensa diaria, con un poco de atención, y reflexionar en la cifra y carácter de descomposición, putrefacción y de sofisticaciones alimenticias, que exigen el auxilio de las casas de socorro, la intervención de la inspección municipal y las operaciones de análisis que en su laboratorio se practican á diario, con informes de toxicidad, en asombroso n ú m e r o . Para prueba, ahí van los siguientes recortes de la prensa diaria: Este trabajo honra á su autor, y es la mejor apo«En la Plaza Mayor fué detenido Miguel Pereira Arias, el cual llevaba una cesta con 15 kilos de chología de la Asociación regional médica de Villavieja, y un depresivo interrogante para nuestros impuestos rizos, que estaban en malas condiciones para el consumo. Colegios médicos.

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EL JURADO MÉDICO-FARMACÉUTICO. »La detención se hizo á instancia de un snjeto, y resultó cierta, según se comprobó en el Laboratorio municipal. »Los chorizos procedían de un puesto que en la Plaza de San Miguel posee Torné Rodríguez.» [ E l I m p a r c i a l del 5.) «Han visitado nuestra redacción varios vecinos del distrito del Congreso para expresarnos su extrañeza por no haber visto en las relaciones de artículos adulterados que se vienen publicando estos días nada que se refiera á dicho distrito. »¿Es que allí no se cometen faltas ó es que aquel teniente de alcalde no se preocupa de la salud de aquellos vecinos? »TampoGO en la ú l t i m a relación publicada aparece noticia alguna referente al distrito de la Inclusa. »Bueno será que la ley se aplique por igual á todos los defraudadores.» \ [dem del 6.) «En e!Gabinete Médico del barrio de Salamanca fueron auxiliados ayer Epifanía Méndez Franeisco y sus hijos Bernarda/Elisa y Yicente Rodríguez. »Todos ellos presentaban síntomas de intoxicación, por haber comido boquerones en mal e.-tado. »Los enfermos habitan en la calle de Velázquez, n ú m . 49, piso tercero, y el establecimiento donde se vendió la mercancía es una tienda de ultramarinos de la calle de Gravina, n ú m . 1(5, de la que es encargado Pedro González. »Según dice un periódico de la noche, cuando los dependientes de la autoridad se presentaron en la tienda para incautarse del género averiado, no les fué posible conseguirlo, negando además el dueño que allí lo hubieran adquirido los enfermos. »Por lo visto sirven de poco las denuncias que á diario se hacen de casas donde se expenden alimentos en malas condiciones. »En el distrito de Buenavista debe preocupar poco este asunto á las autoridades municipales, pues no hace muchos días ocurrieron otros dos casos de intoxicación producida también por boquerones.» [Idem id.) «Otra familia que habita en la calle de la Concepción J e r ó n i m a resultó también intoxicada por haber comido boquerones en mal estado.» [Idem id.) «Nuestro muy querido amigo y director de la Agencia Madrileña, don Mariano Perpén, y algunos individuos de su familia, sufrieron también ayer las consecuencias de haber comido boquerones deteriorados. »Procedían éstos de una tienda de comestibles de la calle del Carmen, esquina á la de T e t u á n . »Son varios los casos de intoxicación ocurridos con motivo de comer dicho pescado; y como quiera que en cada uno de ellos los boquerones han sido expendidos en diferentes establecimientos, se supone que el hecho es debido á las malas condiciones de las vasijas en que han sido remitidos.» [ j i l Liberal del 8.) «También fué auxiliado, ayer 8, en la Casa de Socorro del distrito de la Inclusa el joven de diecinueve años Vicente Méndez Camino, que tuvo la mala idea de comer pescados de lata adquiridos en una tienda de la calle de Embajadores, cuyo número ignoramos. »Llamamos la atención defalcalde primero sobre asunto tan importante, y creemos que tales delitos deben perseguirle con mano firme, para hacer entender á tan poco escrupulosos comerciantes que la salud pública está por cima de sus intereses.» [ E l I m p a r c i a l del 9.) Finalmente, nos remitimos á el Boletín del Ayuntamiento de M a d r i d , que publica los datos y resultado de la inspección practicada en la semana finada. De su relación denunciadora se comprueba que no hay distrito en que no haya grave riesgo de intoxicación; en el de Palacio se recogieron pasteles por falta de aseo, despojos en mal e^ado para el consumo, liviano cocido, sardinas en putrefacción; en el de la Universidad, leche aguada, besugos podridos, café con achicorias, aceitunas fermentadas, jalea, perada

y bacalao en malas condiciones; en el del Centro, leche en malas condiciones, y queso y frutas; en el de Buenavista, chocolates adulterados con grasas extrañas, materias feculentas y coloreadas con óxido férri-. co, salchichón, boquerones descompuestos y jamones clandestinos, pulmones de carnero y de ternera insuflados, leche aguada y sofisticada; en el del Congreso, una fábrica de bizcochos, por su local de malas condiciones, pulmones, leche, etc.; el del Hospital, hígado, besugos, etc.; en el de la Latina, conejos, aceitunas, bacalao, leche, etc.; el de la Audiencia, embutidos de todas clases, ¡hasta la sal!! etc., etc. ¿Se quieren m á s pruebas? ¿No basta este relato de cuatro días consecutivos, 672 los que pxiede asegurarse que en ellos no fueron denunciadas todas las sustancias alimenticias adulteradas intencionalmente, ó p o r la acción natural de descomposición del calor, del tiempo ó de malas condiciones de depósito"1. Pues, en vista de tanto repetirle el abuso do los tenderos corsarios, como aviso saludable al vecindario, el alcalde de Madrid adoptó el buen acuerdo de publicar el nombre, domicilio y clase de productos analizados y comprobados de nocivas condiciones, en E l Boletín Oficial, y á pesar de ser algunos cientos los mercaderes llevados á la barra con sambenito,el fraude, la sofisticación y la venta de alimentos descompuestos, sigue haciendo verdadera competencia á toda clase de rigorismos, anulándolos, como ya indicamos en uno de nuestros anteriores números. Para que sojuzgue que no exageramos, léase lo que dice el doctor Óvilo en sus Crónicas de Higiene m i g a r , publicadas en E l Liberal del día 9. En el laboratorio municipal «se hacen unos cinco mil análisis al a ñ o , resultando que un sesenta p o r ciento de las substancias alimenticias que allí se examinan están adulteradas, comprobándose las m á s extrañas soíisticaciones: aguardientes, en los que no entra para nada el alcohol de vino; remolachas desecadas, tostadas y dadas de color con el permanganato de potasa, convertidas en t é ; cáscaras de piñones, imperfectamente molidas, transformadas en achicorias; huesos de majuela, tostados, vendidos por pimienta en grano; margarina por manteca; qué m á s . . . polvos de ladrillo, molido, sin mezcla de otra substancia, por pimentón.» «Una casa de comercio francesa enviaba á un fabricante español, para teñir los fideos un polvo que no era otra cosa que picrato de potasa en cantidad suficiente para... v o l a r l a fábrica. En la fabricación del azafrán se hacen verdaderos prodigio.-: un cincuenta por ciento está formado por sulfates y cloruros de sosa y el otro por fibras vegetales indescriptibles teñidas con fuchsina. Las aguas gaseosas suelen tener cobre, debido al mal estañado de los aparatos de obtención, y ácido sulfúrico, con y muchas están endulzadas por la sacarina, cuya substancia —que ya preparada al efecto se vende públicamente —se faísifican jarabes, melazas y otros artículos de consumo. La sacarina, como alimento, está prohibida en todas partes, y es una de las sofisticaciones que rinden m á s ganancia extraordinaria; baste decir que endulza—en igual cantidad—doscientas ochenta veces m á s que el azúcar.» (Continuará.)

CONFERENCIAS DE VENECIA DE 1892 CONVENIO INTERNACIONAL DE VENECIA DE 1892. (CONTINUACIÓN.)

Art. 3.° Los agentes de las Compañías de navegación y los capitanes deben terminar su cuarentena en la estación sanitaria de El-Tor y en Ras-Mallap. Los peregrinos egipcios solamente están autorizados para dejar definitivamente el navio y dirigirse á

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EL JURADO MÉDICO-FAEMACÉUTICO.

sus casas. No se reconocerán como eg-ipcios ó residentes en Eg-ipto, sino los peregrinos que ileven una carta de residencia, emanada de una autoridad egipcia y conforme á un modelo establecido. Estos modelos se depositarán en las autoridades consulares y sanitarias de Djeddah y de Yambo, donde los agentes y capitanes de navio podrán examinarlas. Les peregrinos no egipcios, turcos, rusos, persas, tunecinos, argelinos, marroquíes, etc., no podrán, después de dejar El Tor, desembarcar en un puerto egipcio. Por consecuencia, los agentes de navegación y capitanes cuidarán de que el trasbordo de peregrinos extranjeros á Egipto no se efectúe en El Tor, n i Suez, n i Port Said, n i en Alejandría. Los barcos que lleven peregrinos de las nacionalidades mencionadas, sufrirán el trato de estos peregrinos, y no serán recibidos en n i n g ú n puerto egipcio del Mediterráneo. Art. 4.° Los navios con patente sucia de cólera procedentes de un puerto del Hedjaz ó de cualquier otro puerto de la costa a r á b i g a del mar Rojo^sin haber embarcado peregrinos ó masas a n á l o g a s , y que no hayan tenido á bordo durante la travesía accidente sospechoso, se colocan en la categoría de les navios ordinarios sospechosos. Se someten á las medidas preventivas y al tratamiento impuesto á estos navíc s. Si van destinados á Egipto sufrirán una observación cuarentenaria de tres días en las Fuentes de Moisés, y no serán admitidos á libre plática sino después de visita médica favorable. Se entiende que si estos navios, durante la travesía, han tenido accidente sospechoso, sufrirán la cuarentena en El Tor, y será de quince días. Cuando se manifieste un accidente sospechoso á bordo, en la travesía de El-Tor á Suez, será desechado el navio á El-Tor, para sufrir allí la cuarentena prevista en el párrafo precedente. Las caravanas compuestas de peregrinos egipcios deberán, antes de dirigirse á Egipto, sufrir una cuarentena de rigor de quince días en El-Tor; luego se dirigirán á Ras-Mallap para sufrir allí una cuarentena de cinco días, después de la cual no se admitirá á libre plática, sino después de visita médica favorable y desinfección de sus efectos. Las caravanas compuestas de peregrinos extranjeros, antes de dirigirse á sus hogares por la vía terrestre, se someterán á las mismas medidas que las caravanas egipcias, y deberán ser acompañadas por guardas sanitarios hasta los límites del desierto. Las caravanas procedentes de Hedjad por el camino de Kaba, ó de Mola, serán sometidas á su llegada al Canal á la visita médica y desinfección de la ropa sucia y los objetos de uso. A r t . 6.° I.0 Durante el tiempo de retorno de los peregrinos, los navios procedentes del Hedjad ó de otro puerto de la costa a r á b i g a del mar Rojo, con patente limpia y peregrinos á bordo, debe dirigirse á El-Tor para sufrir una observación de tres ó cuatro días después del desembarco completo de los peregrinos. 2. ° Sólo los peregrinos serán desembarcados en los campamentos cuarentenarios. 3. ° Después de haber sufrido esta observación de tres ó cuatro días, los navios serán recibidos en Suez á libre plática, si la visita médica es favorable. 4. ° Sin embargo, los peregrinos egipcios ó residentes en Egipto, provistos de carta de residencia, son los únicos autorizados para desembarcar en Suez. 5. ° Respecto á los demás peregrinos de nacionalidad extranjera, se seguirán las mismas regias establecidas en el párrafo tercero del art. 3.° 6. ° El trasbordo de peregrinos está rigurosamente prohibido en todos los puertos egipcios. 7. ° Los navios procedentes del Hedjaz ó de un puerto de la costa a r á b i g a del mar Rojo con patente

limpia, sin peregrinos ó masas análogas, ni accidente sospechoso durante la travesía, se admiten á libre plática en Suez, previa visita médica favorable. Art. 7 ° Los navios procedentes del Hedjaz con patente limpia y peregrinos con destino á un puerto de la costa africana del mar Rojo, están autorizados para dirigirse á Souakim para sufrir la observación de tres ó cuatro días, con desembarco de pasajeros y campamrnto cuareutenario, - A r t . 8.° Las caravanas y peregrinos llegados por tierra se someten á visita médica y á desinfección en las Fuentes de Moisés. (Continuara.) N O T I C I A S . Se nos ha remitido el cuaderno 53 del Tratado de Ánalomia humana, por L . Testut, traducido al español por los señores Corominas y Riera; y Sueroterapia a n t i d i f U r i c a , por el docttr don Pedro Roca Anguet, miembro del Instituto Microbiológico de Madrid, etc. Agradecemos la deferencia de los señores remitentes. A propuesta de la Comisión de Beneficencia del Ayuntamiento de Madrid, fue aprobada sin discusión, el miércoles último, la jubilación de los jefes facultativos de la Beneficencia municipal señores Blasco, Balaguer (don Juan), Santos y Parra. A estas vacantes ascienden los médicos primeros, señores Albitos, Martínez Pérez, Soto López y Deleito. A médicos primeros ascienden los segundos, señores Morena, Sobejano, Herrera y Reboles. A médicos segundos los terceros, señores Villanova, Loza Collado, Horma y López Izquierdo, y á estas plazas los cirujanos numerarios, señores Saúco y Alafón. Las dos plazas que quedan se reservan al turno de oposición. Ascienden á cirujanos los señorss Ortiz y Ferrer y Fernández Catalán. La Junta directiva del Colegio Médico del Distrito de Tarancón, se ha constituido en la forma siguiente: Presidente: don Pedro Rodríguez del Campo.— Tesorero: don Rogelio M . Barranco.— Vocales: don Federico Ramos Palau, don Jerónimo Rico.—Secretar i o : don Emiliano García Huete. Felicitamos la constitución de este Colegio de Distrito, y vivamente deseamos que cunda el ejemplo y se organicen en toda nuestra patria. Parece que por la Facultad de Medicina de Cádiz, á iniciativa de su digno Decano, se piensa celebrar el 50.° aniversario de la licenciatura del doctor don Federico Rubio, que se cumple en el mes de Junio de 1900. Nada m á s justo que honrar la sabiduría, el trabajo y la venerable ancianidad que concurren en un maestro que es honra y gloria de la ciencia española. Desde el día 3 hasta el día 11 no ha ingresado ning ú n enfermo en el Hospital general. El día 7 existían 53 enfermos, en su mayoría convalecientes. El día 11 ingresaron dos. En la Inclusa, ingresaron 19, fallecieron tres, se dieron de alta nueve y quedaban siete convalecientes el día 8. Como se ve, las cifras de tifoideos ni la mortalidad es alarmante. Se ha prorrogado ei término para poder pedir las patentes de médicos. ¡Lástima no pudiéramos conseguir que se expidieran lo mismo para toda clase de intrusos de ambos sexos, religiosos y brujos y láicos! MADRIB-

S99.—Imprenta de F e l i p e M a r q u é s , Madera, 11,

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LABORATORIO Y OFICINAS

Jteosillos y material cíeafifta© para laboratorios. Envases de cristal, loza y porcelana para d r o g u e r í a s y p e r f u m e r í a s . Cajas m e t á l i c a s de c a r t ó n y madera.

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T e l é f o n o n ú m e r o 2 803.

Obleas y aparatos Morstad, Sewcik, Marti y otros.

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CURA LAS ENFERMEDADES DEL ESTÓMAGO

Novísima fórmula superior al sándalo, copaiba, cubeba, etc., para la curación de la B l e n o r r a g i a , C i s t i t i s , C a t a r r o s d e l a v e g i g a y enfermedades de las vías urinarias. 4 pesetas, principales farmacias; correo, 4,50.—Madrid. F. G A YOSO, sucesor de Moreno Miguel, ARENAL,, 2. —Barcelona, R A M B L A D E L A S F L O R E S , 4.

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Importación de productos naturales y especialidades farmacéuticas extranjeras Especialidades farmacéuticas españolas. Productos químicos para la farmacia é industria. Depósitos de aguas minerales nacionales y extranjeras importadas directamente de los manantiales. Perfumería nacional y extranjera. Extractos y esencias de frutos para la fabricación de confitería, licores y jarabes. Abonos minerales ^ie la fábrica española «La Osteina» y de las manufacturas franresas de Saint Gobain. Depósito de aparatos de aplicación á la medicina y cirugía, objetos de goma y cuantos productos de curación se han introducido en la cirugía. E S C I R I T O n i O Y

P l a z a d e l C o r d ó n , 1, SAN WAFCOS, 12, 14 Y 16 Y MAYOR PRINCIPAL, 52 Y 54.

DESPACHO MAYOR

PRINCIPAL,

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Y

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