Mercado laboral y crisis económica, dos formas de reaccionar: los casos de Italia y España. Artículo

1 Mercado laboral y crisis económica, dos formas de reaccionar: los casos de Italia y España Artículo Anna Giulia Ingellis, Enric Sanchis, Ricard Cal

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Mercado laboral y crisis económica, dos formas de reaccionar: los casos de Italia y España Artículo Anna Giulia Ingellis, Enric Sanchis, Ricard Calvo Introducción En este artículo se presentan los principales resultados de la comparación de los mercados del trabajo de Italia y España y de sus reacciones ante la crisis. A pesar de situaciones económicas muy similares en los dos países, si se observa el dato del paro, se nota una gran diferencia: en enero de 2013 en España era del 26,02% y en Italia del 11,7% (Eurostat, 2013). El punto de partida del presente artículo es intentar explicar esta diferencia, ampliando la mirada del dato del paro al análisis de las fuerzas de trabajo. Por un lado se ha realizado un análisis trasversal y comparativo: ¿qué diferencias presentan los dos mercados de trabajo antes de la crisis?; por otro un análisis longitudinal: ¿cómo han evolucionado las situaciones de ambos países entre 2006 y 2012? El punto de partida es la observación de las relevantes diferencias entre el paro y su estructura en los dos países. ¿A que se deben estas diferencias? ¿Realmente indican una situación mucho peor en España? ¿Se trata de una diferencia atribuible a una diferente reacción ante la crisis o se trata de diferencias estructurales entre la población activa de ambos países preexistentes a la crisis? Para contestar a estas preguntas el artículo presenta, en la primera parte, la situación de los dos mercados de trabajo antes de la crisis internacional, en la segunda parte la evolución y los cambios que se han producido en ambos mercados con motivo de la crisis económica. Finalmente se analiza el resultado de la comparación de los dos países después de algunos años de crisis, concretamente en el primer trimestre de 2012. Se han utilizado los datos de las encuestas trimestrales de población activa (Encuesta Población Activa-EPA en España y Rilevazione Trimestrale Forze di Lavoro -RFTL en Italia) de los dos institutos nacionales de estadística (Instituto Nacional de EstadisticaINE e Istituto nazionale di Statistica- ISTAT). Por lo que se refiere al periodo antes de la crisis económica se han considerado los datos relativos al I trimestre de 2006, y para el posterior los del I trimestre de 2012.

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Para ambos países se han analizado los datos relativos a los activos (ocupados y parados) y a los inactivos, considerando las distribuciones por género y nacionalidad. Se han analizado las tasas de actividad, de ocupación, de temporalidad y salarización y se ha elaborado una estructura básica del paro para los dos países. Se ha realizado posteriormente una comparación de los dos mercados laborales, antes y después de la crisis. La elección de las variables analizadas se ha visto afectada por los límites impuestos por las definiciones y la operacionalización de los conceptos, que describen el mercado del trabajo elaborada por los institutos de estadística de los dos países (INE,2008; ISTAT,2006a) y por el tipo de elaboración de los datos disponibles, a veces ligeramente diferente. Entre otros cabe destacar la diferencia en la edad de comienzo de la vida laboral, en Italia a partir de 15 años y en España a partir de 16, la disponibilidad de los datos italianos con los millares redondeados, que nos ha obligado a hacer lo mismo con los datos españoles, la imposibilidad de realizar desagregaciones por nacionalidad de muchas tasas a causa de la no representatividad de la muestra de extranjeros en Italia, así como la ausencia de desagregación por sectores productivos de los datos del paro italiano. El mercado laboral de Italia y España antes de la crisis Si se observan los dos mercados del trabajo en 2006 (INE,2006;ISTAT,2006b), centrándose exclusivamente en el dato del paro, no notaremos grandes diferencias: España presenta una tasa de paro del 9,07% e Italia del 7,60%. Como se puede observar en la tabla 1, algunas diferencias se notan en la desagregación por género y por nacionalidad. Tabla 1 Tasas de paro España-Italia 2006 I trimestre

Tasas de paro

Diferencias

España

Italia

total

9,07%

7,60%

1,47

hombres

6,81%

6,10%

0,71

mujeres

12,22%

9,90%

2,32

jovenes (15/16-24)

18,70%

26,40%

-7,7

nacionales

8,62%

7,50%

1,12

extranjeros

12,33%

9,30%

3,03

Fuente: INE_ISTAT

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En España la tasa de paro de las mujeres (12,22%) es superior en 2,32 puntos porcentuales a la italiana (9,90%) y la tasa de paro de los extranjeros (12,33%) es superior en 3,03 puntos a la de Italia (9,30%). No se trata de diferencias llamativas salvo en el caso de la tasa de paro juvenil (15/16-24 años): 26,40% en Italia contra 18,70% en España. En principio, el dato indica que los jóvenes lo tienen bastante peor en Italia, cosa que llama la atención ya que el paro juvenil es uno de los rasgos característicos tradicionales del mercado de trabajo español. La posición ligeramente más ventajosa de la situación italiana en su conjunto parece ser consecuencia de la tradicional mejor posición de Italia en términos de ocupación. Si nos quedáramos en este dato, la situación de los dos países parecería ser muy similar. En términos de análisis longitudinal la situación en 2006 es el resultado de dos trayectorias totalmente diferentes (Grafico1). Gráfico 1 Evolución de la tasa de paro. Italia-España 1990-2012

(a)

Dato reconstruidos

Fuente: INE_ISTAT

España había conocido el periodo de crecimiento económico más largo de su historia reciente e Italia un largo periodo de estancamiento. Por lo que se refiere a España la tasa de paro es inusualmente baja, muy cerca de la media UE, cuando en muchas ocasiones la ha doblado. Este nivel se consigue tras un largo periodo de fuerte crecimiento del empleo que comienza en 1994 y se acelera a partir de 1998, cuando el Gobierno del PP cambia la ley del suelo liberalizándolo. Esto, junto a la política monetaria europea de dinero barato y las facilidades crediticias, dio alas a una burbuja inmobiliaria que generó millones de empleos en la construcción y un saldo migratorio positivo históricamente inédito. Lo que explica la caída radical del paro desde casi el 25% en los primeros años 90 hasta el nivel de 2006 .

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Por lo que se refiere a Italia, en torno a 1999, a partir de la aplicación de la reforma laboral de 1997 empieza el descenso del paro que hasta el comienzo de la crisis, en 2007, se ha reducido a la mitad, bajando en 5 puntos (grafico1). Se trata de un descenso que se puede poner en relación con la introducción de los contratos temporales y con la reforma en su conjunto, ya que la incidencia de los contratos temporales en la ocupación ha ido creciendo en medida relevante (ISTAT, 2002; 2011) mientras que el PIB no ha dejado de contraerse. A pesar de que haya habido recorridos diferentes, la observación de la situación justo antes de la grave crisis económica internacional, considerando el dato del paro, nos indica la ausencia de diferencias significativas. Sin embargo, si queremos comparar la capacidad relativa de dos economías para generar y mantener empleo, no podemos fijarnos solo en las tasas de paro, ya que están sesgadas por las tasas de actividad. Calculada sobre la población de 15-16 y más años, en Italia la tasa de actividad (48,21%) es significativamente (-9,77) inferior a la de España (57,98%). Gráfico 2 Evolución de la tasa de actividad. Italia-España 1990-2012

70

60

50

40

30

20

10

0 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 (a) (a) (a) (a)

España

50,77 50,83 50,67 50,82 50,98 50,95 51,26 51,59 51,96 52,46 53,59 52,98 54,27 55,48 56,36 57,35 58,32 58,92 59,8 59,94

Italia

49,4

50,1

49,9

49,4

48,8

48,7

48,7

48,7

49,1

49,4

49,6

49,8

50,1

49,8

49,4

49

49,2

48,9

49,3

48,7

60 48,4

60,01 59,98 48,4

49,2

femenina España 34,26 34,73 35,43 36,11 37,08 37,66 38,2 38,87 39,22 39,96 41,38 40,43 42,2 43,84 45,19 46,41 47,95 48,94 50,46 51,57 52,26 52,92 53,39 femenina Italia

(a)

35,4

35,8

36,1

35,8

35,6

35,8

36,1

36,4

37

37,5

38

38,5

38,7

38,7

38,3

37,9

38,1

38

38,7

38,3

38,2

38,5 39,76

Datos reconstruidos

Fuente: INE_ISTAT

Como se puede observar en el gráfico 2, mientras que en los últimos 20 años en España la tasa de actividad crece constantemente, hasta marcar un crecimiento total de casi 10 puntos porcentuales, la italiana permanece estable e incluso pierde alguna decima de

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punto. La diferencia se hace más llamativa si nos fijamos en la tendencia de la tasa de actividad femenina: mientras la de Italia crece poco y despacio, menos de 5 puntos en 22 años, la española crece mucho (en total en 22 años crece en 20 puntos, casi un punto al año) y a partir de 2001 a un ritmo muy acelerado, 13 puntos en 10 años. Si la tasa de actividad es mucho más alta en España y la tasa de paro casi es la misma, las tasas de ocupación tienen que ser muy diferentes. En efecto, frente a la española del 52,72%, la italiana es del 44,53%, significativamente más baja. Estos datos son en principio sorprendentes, pues siempre se ha tendido a considerar que la economía y, en general, la sociedad italiana es más moderna que la española. Tasas de paro relativamente similares se sustentan en tasas de actividad y de ocupación muy diferentes: son los niveles de actividad y ocupación mucho menores los que impiden que Italia tenga una tasa de paro tan elevada como la española. Las diferencias en las tasas de ocupación se mantienen al desagregarlas por sexos y al calcularlas para la población extranjera: alrededor de 8 puntos en el primer caso y de 12 en el segundo. Una posible explicación de estas diferencias podría encontrarse en las tradicionales disparidades regionales italianas (norte, centro, sur), aunque en España también existen Sin embargo, al comparar los datos agregados españoles con los italianos regionalizados encontramos que, desde la perspectiva que estamos utilizando, España en su conjunto es más “moderna” que el Settentrione italiano, en particular por lo que se refiere a las tasas de ocupación y actividad femenina. (tabla 2) Tabla 2 Tasas de actividad y ocupación femenina en España y Norte de Italia. I t. 2006

tasa de actividad

tasa de ocupación

España

47,47%

41,67%

Norte de Italia

43,50%

41,60%

Fuente: INE_ISTAT

Leyendo el informe del ISTAT dedicado al análisis del perfil de los inactivos (ISTAT, 2011b), notamos que efectivamente el porcentaje de inactivos que no buscan trabajo pero que estarían dispuestos a trabajar es una peculiaridad italiana ya que el porcentaje sobre la población activa es de11,1%, el triple de la media europea, 3,5%, mientras que el porcentaje español es más parecido al dato europeo, 4,2%. El 42% de este colectivo en Italia, no busca porque se declara convencido de que no va a conseguir ningún

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resultado por varias circunstancias: escasa disponibilidad de ocasiones en el mercado local, baja cualificación de su perfil, ser demasiado jóvenes o viejos, etc. En el mismo informe se traza un perfil de este tipo de inactivos: 6 sobre 10 son mujeres, el porcentaje en el Sur es 6 veces el del Norte, son preferentemente jóvenes con baja cualificación. También muestran diferencias significativas las tasas de salarización y temporalidad. Tabla 3 Tasas de salarización y temporalidad. España-Italia I t.2006 Tasa de temporalidad España

Italia

Todos

33,33%

12,65%

Hombres

31,27%

M ujeres

36,14%

Diferencias

Tasas de salarización

Diferencias

España

Italia

20,68

81,90%

73,38%

8,52

10,61%

20,66

79,21%

69,56%

9,65

15,42%

20,72

85,87%

79,26%

6,61

Fuente: INE_ISTAT

Aunque España como Italia se caracterizan tradicionalmente por el peso de la pequeña y mediana empresa y del trabajo no asalariado, la tasa de salarización española es de 8 puntos y medio más alta (81,90% en España, 73,38% en Italia). El dato sugiere una mayor modernización de la economía española y una consolidada propensión de los italianos al trabajo autónomo. Hay que remontarse entre dos y tres décadas para encontrar en España una tasa de salarización tan baja como la italiana de 2006. La diferencia se reduce un poco en el caso de las mujeres porque en Italia la tasa de salarización de las mujeres es bastante más alta que la de los hombre, casi 10 puntos porcentuales. Una de las diferencias más llamativas entre España e Italia la encontramos en las tasas de temporalidad. Solo en este dato sale España desfavorecida en la comparación (tasa de temporalidad del 33,33% frente al 12,65% en Italia, cercana a la media europea) una diferencia de más de 20 puntos porcentuales y sin diferencias significativas, entre hombre y mujeres. Junto con la tasa de paro, la de temporalidad es el rasgo más característico del mercado de trabajo español desde mediados de los años 80, cuando un Gobierno PSOE liberaliza las fórmulas de contratación para hacer frente a un paro alto y creciente. Lo que se defendía era que más valía estar mal ocupado que parado, y que el empleo precario pero legal era una buena alternativa al trabajo en negro y una vía de acceso al empleo estable (Cortés, 2002; 2005; Llorente, 2003). Más de dos décadas

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después es discutible que el abuso de la contratación temporal (la tasa de temporalidad española ha llegado muchas veces a casi triplicar la media europea) haya estimulado el ritmo de generación de empleo (tradicionalmente muy alto durante las fases de crecimiento), mientras que queda fuera de duda que ha servido para fracturar gravemente el empleo asalariado entre estables y precarios. Algunos pretenden recomponer ahora esta fractura mediante la introducción de un contrato único que aproxime las condiciones de empleo de los estables a las de los precarios. En todo caso, lo que no se puede negar es que desde mediados de los años ´80 el mercado de trabajo español no ha dejado de flexibilizarse, ha conocido unos cincuenta retoques y reformas (Fundación 1º de Mayo,2012). En Italia el proceso de liberalización de las formas contractuales es mucho más reciente y de naturaleza muy diferente. La reforma laboral que ha flexibilizado el mercado del trabajo se ha llevado a cabo en dos etapas: la primera con la Ley n.196 de 24 de junio de 1997 (el llamado “Paquete Treu”), la segunda con la promulgación de la Ley “Biagi”, la ley de poderes n.30 de 14 febrero de 2003 y decreto legislativo posterior. Ambas leyes solo han flexibilizado el acceso al empleo (Mandrioli, 2005) pero no la salida del mismo. La rigidez está determinada sobre todo por el artículo 18 del estatuto de los trabajadores italiano que prohíbe a las empresas con más de 15 trabajadores el despido individual sin justa causa, ni siquiera bajo indemnización (Parlamento italiano, 1970). La flexibilización en la salida del empleo se debe a una oposición social, sindical y al conflicto social que se genera cada vez que se plantea esta cuestión. En 1999 y en 2002 las Brigadas Rojas mataron a los técnicos, Massimo D’Antona y Marco Biagi, que estaban asesorando a los Ministros de trabajo sobre la reforma del mercado laboral. La reforma que finalmente se hizo introdujo casi 50 tipos diferentes de contratos temporales, la mayoría de ellos caracterizados por menores garantías sociales y algunos por un régimen especial de cotización reducida permitiendo además la ampliación del límite máximo de 36 meses en el uso concadenado de estos contratos (Borghi, 2000) . Las formas contractuales que luego han tenido más aplicación han sido: el trabajo temporal gestionado por ETT (Ichino et al., 2003), las “ collaborazioni coordinate e continuative”, un hibrido entre trabajo asalariado y autónomo que no configura una relación de trabajo dependiente (Altieri et al. 2004; Altieri y Cuomo, 2006;Altieri, 2009, ISTAT, 2002), la posibilidad de ser autónomos incluso con un único cliente (Bologna y Fumagalli, 1997). El resultado (Gattoni, 2005), no ha sido una utilización uniforme y

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amplia de las fórmulas temporales (de hecho la tasa de temporalidad es muy similar a la europea) sino la creación de un nicho de mercado laboral totalmente desprotegido dirigido a los trabajadores más débiles como las mujeres (Saraceno, 2002;Trifiletti, 2003), o los jóvenes en busca de primer empleo (De Luigi y Nizza, 2011; Sacconi y Tiraboschi, 2006; Zajczyk et al. 2006; CE, 2012), sobre todo los jóvenes trabajadores altamente cualificados (CE, 2012). Por lo que se refiere a la estructura del paro, utilizando como criterio diferenciador la edad, se observa que el porcentaje de parados de edad comprendida entre 35 y 44 años no difiere casi entre los dos países. Son las clases de edad 15/16-24 y 25-34 años y más de 45 años las que presentan diferencias significativas: en Italia los más desfavorecidos son los jóvenes (5 puntos de parados más), mientras que en España son los mayores de 45 años a tener el 5 % más de parados. Esta diferencia en la distribución quizás se debe a mayores diferencias en las tasas de actividad a partir de los 45 años, o como consecuencias de la rigidez del mercado del trabajo italiano: en fases negativas del ciclo económico, siendo casi imposible el despido, que afectaría preferentemente a personas con más de 45 años, las empresas no contratan a jóvenes. En función del nivel de estudios se observan diferencias más relevantes. En España el peso de los parados con niveles de estudios más bajos y más altos sobre el conjunto de parados duplica al de Italia. Para interpretar la diferencia habría que conocer la estructura de la población en edad de trabajar según el nivel de estudios. A falta de este dato puede suponerse, probablemente de manera acertada, que en España es mayor el peso de ambos colectivos, por el déficit histórico que todavía arrastra el sistema educativo y, paradójicamente, por la elevada proporción de jóvenes que ingresan en la Universidad desde hace dos décadas (de las más altas de Europa, mientras que en Italia es más bien baja). En cuanto a la distribución del paro por nacionalidad, además, en Italia está más concentrado entre los autóctonos. Finalmente también son relevantes las diferencias en el paro de larga duración (47,09% en Italia contra el 27,38% de España) y el porcentaje de personas que están buscando su primer empleo (33,55% en Italia y 10,49% en España).

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La evolución entre 2006 y 2012 ¿Cómo están reaccionando Italia y España ante la crisis internacional? Para contestar a esta pregunta hemos comparado los datos de los dos países en dos años clave: 2006, (antes de la crisis) y 2012, cuando ya llevamos unos años en ella. En Italia todos los cambios se caracterizan por ser muy poco significativos, la mayoría de los datos solo han variado en 1 o 2 puntos porcentuales. En concreto, la tasa de actividad sube ligeramente entre 2006 y 2012, apenas un punto, pero son las mujeres las que más salen del colectivo de los inactivos: la tasa de actividad femenina sube 2,17 puntos. Los nuevos activos entran sobre todo en el colectivo de los que buscan más que en el de los que tienen trabajo, ya que la tasa de ocupación de las mujeres sube solamente 1,04 puntos. Los cambios en la tasa de actividad realmente de dan relevantes entre los extranjeros más que entre los italianos. En el caso de estos últimos la tasa sube un punto, a pesar de que la masculina cae ligeramente, mientras que la tasa de actividad de los extranjeros sube 9,65 puntos, más entre las mujeres (13,94) que entre los hombres (4,91). La tasa de ocupación agregada prácticamente no varía, pero por efecto combinado de diferentes movimientos: la bajada de la tasa de ocupación masculina (-2,39), la subida de la tasa de ocupación de las mujeres (1,04), y sobre todo la subida entre los extranjeros (4,59). Considerando que tradicionalmente los mejores empleos y los mejor retribuidos son los de los hombres y que a las mujeres y extranjeros se les suelen asignar trabajos menos cualificados, podemos suponer que se ha destruido trabajo cualificado y sustituido con trabajos menos cualificados. Por lo que se refiere a la salarización, la tasa solo ha crecido en 1,59 puntos, confirmando la tendencia general de los trabajadores italianos a elegir trabajos autónomos. Proporcionalmente ha crecido más (un punto de diferencia) la tasa de salarización de las mujeres que la de los hombres. La tasa de temporalidad prácticamente queda sin cambios, aunque hay que señalar que se trata de un dato resultado de dos movimientos opuestos: ha crecido entre los hombres (+1,57) y se ha reducido entre las mujeres. Nos parece un indicador de que en el mercado laboral italiano tampoco se ha reaccionado ante la crisis utilizando más contratos temporales. Por lo que se refiere a la tasa de paro encontramos una subida generalizada. La tasa de paro agregada sube en 3,3 puntos porcentuales, llegando al 10,90 %. Crece más entre

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los hombres (3,90) que entre las mujeres, donde crece en 2,30 puntos. La tasa de paro más alta se encuentra en concreto entre los jóvenes de entre 15 y 24 años, que crece en 9,50 puntos, quedándose en el 35,90% . La tasa de paro crece más entre los extranjeros (+ 6,00) que entre los italianos (+2,90).Veamos ahora cuáles han sido los cambios que se han producido en la estructura del paro. El peso del paro se ha desplazado de los jóvenes a los adultos. Proporcionalmente hay menos parados entre 15 y 34 años y más a partir de 35 años. El fenómeno afecta sobre todo a las personas de 45 a 54 años. Nos parece un indicio de que la crisis ha reducido la tendencia del mercado laboral italiano, registrada en los últimos 15 años, a reaccionar ante las dificultades económicas creando, como hemos visto, un mercado dual: de un lado los adultos incorporados al mercado del trabajo en fases expansivas del ciclo económico, protegidos por un contrato indefinido y por el art.18 del Estatuto de los Trabajadores, y por el otro los jóvenes cada día más precarios, los únicos que han pagado hasta ahora el precio de la flexibilización del mercado laboral (De Luigi y Rizza, 2001; Bertolini, 2011). La crisis de la industria mecánica y pesada de los últimos años, ha expulsado del empleo a las personas con más de 45 años, la crisis ha reequilibrado la distribución del peso del paro entre todas las clases de edad a causa de la subida del paro entre las personas mayores. En todo caso las personas al final de su trayectoria laboral (55 años y más) son las menos afectadas, siendo el 6,28% del total de parados. En la distribución por nacionalidad se aprecia que desciende en casi 8 puntos el peso porcentaje de los italianos en paro con respecto a los extranjeros: con la crisis los extranjeros pierden el trabajo más que los italianos. Si tenemos en cuenta el nivel de estudios podemos ver que la crisis parece afectar menos a las personas que han acabado la segunda etapa de educación secundaria que a los que tienen un nivel educativo más bajo. Los que poseen una educación superior siguen siendo el mismo porcentaje de parados sobre el total. Prácticamente estable, el paro de larga duración solo sube un punto, mientras que desciende de forma significativa la proporción de parados que buscan el primer empleo: aproximadamente 8 puntos porcentuales. Veamos qué ha sido lo que ha sucedido en España en este mismo periodo. El dato más llamativo de la evolución española es la relevancia de los cambios: la crisis en solo 6 años marca cambios muy profundos en la población activa y su composición.

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Comenzamos por la tasa de actividad; aumenta en su conjunto en casi dos puntos (1,96), pero lo más interesante es que la crisis reduce la tasa de actividad entre los hombres (2,07) y aumenta significativamente entre las mujeres (5,88). Entre los hombres, sin diferencias relevantes entre españoles y extranjeros, pero entre las mujeres las que más entran en el mercado laboral son las españolas, con un crecimiento de 5,40 puntos porcentuales, llegando su tasa de actividad a ser del 50,72%. Como se puede observar comparando el dato de hombres y mujeres entre 2006 y 2012, la diferencia entre las respectivas tasas de actividad, pasa de 23 al 14 puntos, marcando un recorte significativo a las diferencias entre los dos colectivo y una mejora en el camino hacia la igualdad. Por lo que se refiere a las características de la población ocupada, podemos observar que la tasa de ocupación en su conjunto se reduce en 7,43 puntos. Se trata de un dato que esconde una diferencia importante de género: la tasa de ocupación de los hombres se reduce en unos 13,48 puntos porcentuales y la de las mujeres solo en 1,58. La reducción de la tasa de ocupación por lo tanto es el resultado de una pérdida masiva del trabajo especialmente entre los hombres. Es el resultado de la crisis económica de un sector productivo típicamente masculino como la construcción. El peor dato lo alcanzan los extranjeros que pasan de una tasa de ocupación del 66,61% en 2006 a otra del 48,96% en 2012, perdiendo más de 17 puntos. En cuanto al tipo de ocupación, autónomo o asalariado, no se registran cambios significativos: la sociedad española no reacciona ante la crisis modificando el tipo de ocupación, sigue teniendo la misma distribución. Aunque la elección de los españoles sigue siendo preferentemente a favor del trabajo asalariado, lo que la crisis cambia de forma significativa es la importancia del trabajo temporal sobre el conjunto del trabajo asalariado, reduciéndose la tasa de temporalidad en 9,57 puntos, 10,77 entre las mujeres y 8,97 entre los hombres. En el primer semestre de 2012 la tasa de temporalidad se queda en 23,76%: la pérdida de trabajo parece haber afectado más a los trabajadores temporales que a los que tenían un contracto indefinido. La gran utilización de estos contratos en España en los años anteriores explica de alguna manera la rapidez con que ha crecido la tasa de paro, es decir la rapidez con que las consecuencias de la crisis se han traducido en paro. Las tasas de paro, sin duda, son el dato que más llama la atención sobre la situación de España: en el primer semestre de 2012 la tasa de paro agregada era de 24,44%, con una subida, desde el primer semestre de 2006, de 15,37 puntos. Creció mucho más el paro

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masculino que el femenino, el primero en 17,28 puntos y el segundo en 12,64 eliminando así las diferencias de género que aun se notaban en 2006. La subida más significativa es la del paro juvenil (16-24 años): 33,31puntos, llegando al 52,01%. Entre españoles y extranjeros la situación es diferente. La tasa de los extranjeros crece 24,61 puntos, mientras que entre los españoles crece en 13,42 puntos. ¿Pero cómo ha cambiado la estructura del paro en España entre 2006 y 2012? Si consideramos la distribución por clases de edad, se reduce el peso de los parados más jóvenes y aumenta el de los mayores de 35 años. La distribución por nacionalidad nos dice que el porcentaje de parados españoles se reduce en 8,37 puntos. Por lo que se refiere a los niveles educativos, cabe destacar que no hay cambios significativos, solo se reduce el peso del paro en los extremos (con bajo nivel de formación o educación superior) y sube en 4 puntos en los niveles intermedios de secundaria obligatoria o de segunda etapa. En cuanto al paro de larga duración la subida de la tasa es de casi 5 puntos (4,94), mientras que se reduce el peso de las personas en búsqueda de primer empleo sobre el conjunto de los parados: 2,40 puntos porcentuales menos.

El mercado laboral de los dos países después de 6 años de crisis económica Después de 6 años de crisis económica la situación del paro en los dos países se presenta como se indica en la tabla 4: Tabla 4 Tasas de paro. España-Italia I t. 2012

Tasas de paro

Diferencias

España

Italia

total

24,44%

10,90%

13,54

hombres

24,09%

10,00%

14,09

mujeres

24,86%

12,20%

12,66

jovenes (15/16-24)

52,01%

35,90%

16,11

nacionales

22,04%

10,40%

11,64

extranjeros

36,94%

15,30%

21,64

Fuente: INE_ISTAT

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Los datos indican claramente la existencia de diferencias muy importantes, tanto en el dato agregado como en sus desagregaciones por género, nacionalidad y edad. El paro en España no se diferencia por género, la tasa es igual para hombres y para mujeres. La mayor tasa de paro de las mujeres en Italia reduce la diferencia entre el paro femenino de los dos países, de casi 2 puntos. Una diferencia que destaca es la que encontramos entre las tasas de paro juvenil entre 15/16-24 años que es de 16,11 puntos porcentuales, esta vez desfavorable para España. Mucho más marcada la diferencia entre nacionales y extranjeros en España que en Italia. En el primer país la diferencia es de casi 15 puntos mientras que en Italia solo es de 5 puntos. También se detectan diferencias con respecto al paro de larga duración, considerablemente más importante en Italia que en España (+16,06 puntos) y el porcentaje de parados que buscan su primer empleo. Los que están intentando entrar en el mercado del trabajo en Italia (25,60% ) son 17,51 puntos porcentuales más que en España (8,09%). La distribución del paro por clases de edad muestra que en Italia afecta más a los jóvenes (15-24 años) que en España, donde son los mayores de 45 años quienes soportan más el peso del paro. En cuanto a la distribución por niveles de educativos, en Italia los que han completado el ciclo de educación secundaria se ven más afectados por el paro que en España, donde el paro se concentra más en los extremos de la distribución: en los que tienen como máximo una educación primaria o al contrario tienen una educación superior. Esta es la situación del paro en los dos países después de 6 años de crisis. Lo más llamativo es la diferencia entre las tasas de paro. Si ampliamos la mirada a los otros datos, veremos que también es relevante la diferencia entre las tasas de actividad (España 59,94%, Italia 49,27%). Si consideramos conjuntamente los datos del paro y de la población inactiva, la diferencia entre el número de personas que no trabajan (inactivos y parados) en Italia y España es bastante más reducida, ya que en Italia hay muchos más inactivos que en España, sobre todo entre las mujeres: las primeras son el doble menos activas que los hombres con respecto al dato de España. Sería una línea interesante de investigación profundizar en el análisis de los inactivos de los dos países. Por lo que se refiere a la población ocupada, en Italia hay menos ocupados (la tasa de ocupación es 1,41 puntos más baja), además de menos activos y son especialmente las mujeres las que están menos ocupadas, con una tasa de ocupación 5,18 puntos más baja

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que la española). En cuanto a la nacionalidad las tasas de ocupación son más diferentes entre los nacionales que entre los extranjeros. También las tasas de salarización registran diferencias significativas, siendo la española 7,70 puntos más elevada ., una diferencia más evidente entre los hombres (8,54 puntos). Finalmente con respecto a la temporalidad cabe destacar que en España hay una tasa de temporalidad superior en 10 puntos. Discusión La observación conjunta de los datos de 2006 y de 2012 sugiere que algunas de las diferencias detectadas en 2012 entre los dos países se deben a la crisis, mientras que otras podrían atribuirse a la naturaleza de los dos mercados del trabajo y a sus características estructurales. La situación antes de la última crisis internacional presenta dos mercados laborales diferentes sobre todo en relación a las tasas de actividad y de ocupación, (inferiores en Italia respectivamente en 10 puntos porcentuales la primera y en 8 puntos la segunda) y también a la tasa de paro, siendo la italiana inferior en dos puntos. Ulteriores elementos de diferencia se han encontrado con respecto a las tasas de salarización (inferior en 8 puntos porcentuales en Italia),y de temporalidad: en España casi 3 veces la de Italia. Después de la crisis los cambios más significativos afectan: a la tasa de temporalidad que en España se reduce de 2006 a 2012 en 10 puntos porcentuales y en Italia apenas varía, y finalmente a la tasa de paro que en Italia creció en 3 puntos porcentuales y en España en 15 puntos. Esta última es la diferencia que más claramente podemos atribuir a los efectos de la crisis. Antes de la crisis, España presenta un mercado laboral mucho más dinámico y moderno, en el que hay muchos activos, ocupados y asalariados, pero con una tasa de temporalidad mucho más alta. En Italia en cambio encontramos un mercado laboral mucho más rígido: lo demuestran la proporción del paro de larga duración, casi 20 puntos porcentuales más elevada en Italia (47,09%) que en España (27,38%), y el dato de los que buscan primer empleo (33,55% en Italia contra al 10,49% en España): además la temporalidad es mucho más baja. En 2012 sigue observándose en Italia un mercado de trabajo mucho más menos fluido: en España el 60% de los parados perdió el trabajo hace menos de un año, mientras que en Italia este colectivo solo es el 25%. Por decirlo de otra manera, en Italia alrededor del 75% de parados están fuera del empleo o porque no han conseguido entrar (25,60%) o porque no encuentran trabajo desde más de

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1 año (48,38%).Estas diferencias nos indican que en Italia parece más difícil acceder al empleo, tanto por primera vez, como una vez que se ha perdido el trabajo. Además se puede suponer que es esta rigidez una de las razones, no la única, que explica la elevada tasa de inactividad italiana. Los trabajadores, finalmente desanimado, dejan de buscar trabajo, entrando en el colectivo de inactivos (ISTAT, 2010).Se trata de datos que se confirman también después de la crisis y que por lo tanto podemos atribuir a la naturaleza estructural de los dos mercados y no a la crisis. Se puede suponer que la diferente tasa de temporalidad explica la mayor rapidez de la subida del paro en España, aunque para entender mejor las diferencia en temporalidad, tanto respecto a Italia como a la UE en su conjunto, habría que analizar los distintos regímenes jurídico-normativos, es decir, que implica, en cada caso, ser estable o precario, de qué niveles de protección gozan unos y otros. El incremento más acelerado de la tasa de paro en España se puede explicar también con el diferente comportamiento de la tasa de actividad. Su aumento en España es el resultado de dos movimientos contrapuestos: la reducción en dos puntos de la actividad masculina y el fuerte aumento (casi 6 puntos) de la femenina. Es un comportamiento que tiene poco que ver con la crisis y que refleja cambios estructurales muy profundos en la sociedad española que se observan desde hace décadas y que son poco sensibles a las oscilaciones del ciclo económico, en particular por lo que se refiere a la tasa femenina. Tradicionalmente, durante las crisis, entre las mujeres dominaba el efecto “trabajador desanimado” (abandono de la actividad al perder el empleo) sobre el efecto “trabajador adicional” (el ama de casa se incorpora a la actividad cuando el marido pierde el empleo). Ahora está ocurriendo, por una parte, lo contrario; pero por otra, más importante, las nuevas generaciones de mujeres han “masculinizado” la orientación al trabajo remunerado y trabajan o desean trabajar independientemente de las mayores o menores oportunidades que ofrece el mercado en cada fase del ciclo. En consecuencia el paro se desborda. En seis años aumenta en más de 3,5 millones de efectivos y la tasa se dispara hasta el 24,44%. Otro dato que más llama la atención en términos comparativos es el distinto comportamiento del paro juvenil. Expresado en tasas, mientras en el momento inicial la

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situación de los jóvenes españoles era mejor (18,70% frente a 26,40%), en 2012 el panorama es radicalmente diferente: 52,01% frente a 35,90%. Para explicar esto habría que considerar al menos dos factores (Alonso y Fernandez, 2008; Sanchis, 2011; Lopez Calle y Castillo, 2005). Primero, las tasas de escolarización. Presumiblemente la capacidad de retención del sistema educativo español más allá del nivel obligatorio es menor. Segundo, la enorme diferencia en las tasas de temporalidad (en el momento inicial 33,33% en España y 12,65% en Italia) y su distinto comportamiento durante la crisis: caída de 10 puntos en España frente a incremento imperceptible en Italia. En España la gran mayoría del empleo destruido corresponde a asalariados temporales. Como la temporalidad es mucho mayor entre los jóvenes, cabe suponer que una cosa y otra guardan relación. Los dos mercados laborales han reaccionado a la crisis de forma diferente: el de Italia con cambios no relevantes en términos cuantitativos, con la redistribución del peso del paro a todas las clases de edad y con la reducción de las personas que buscan el primer empleo; España sin embargo ha reaccionado con una masiva subida del paro y sobre todo con la expulsión de trabajadores temporales. Se puede atribuir en cierta medida estas reacciones a las características propias de cada mercado del trabajo: la enorme tasa de temporalidad del mercado laboral español, su característico dinamismo han permitido que se dispare el paro rapidísimo, mientras que la rigidez y la falta de dinamismo del mercado italiano, la menor tasa de actividad, han ralentizado la traducción de la crisis en pérdida de puestos de trabajo. Conclusiones El análisis efectuado ha permitido identificar importantes diferencias entre los dos mercados del trabajo con respecto a: la temporalidad, la tasa de actividad, sobre todo a la femenina, la tasa de salarización y las diferencias en el mercado juvenil. Como hemos visto se trata de diferencias estructurales de los dos mercados por un lado, y por el otro diferencias en la reacción ante la crisis. El análisis descriptivo realizado hasta ahora ha dejado abiertas algunas cuestiones e hipótesis explicativas de las diferencias encontradas. La diferente reacción ante la crisis puede estar relacionada con: las diferencias estructurales y anteriores de los dos mercados del trabajo, con diferencias en la situación económica generada por la crisis o con los diferentes marcos legislativos.

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Las líneas de investigación que por lo tanto se abren a partir de los resultados de este primer análisis a nuestro parecer son: un análisis comparativo más profundo de las características de los inactivos que conteste a la pregunta: quiénes son y por qué están fuera de la población activa; un análisis de las diferencias existentes en los principales indicadores económicos de la crisis: en qué medida las diferentes características de la crisis desde una perspectiva económica puede explicar las diferencias; una comparación de los estatutos de estables y temporales en ambos países.

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