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Mi amigo el Espíritu Santo “Espíritu de sabiduría e inteligencia ” Isaías 11: 1 “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos” ¡Qué hermosa y qué necesaria es la obra del Espíritu en cada creyente! Es nuestro amigo, nuestra ayuda, nuestro Señor, quien muda nuestro corazón y nos transforma para que podamos cumplir los buenos propósitos de Dios para nuestra vida. Pues bien, creo que la gran necesidad del Espíritu de Dios queda perfectamente establecida en la escritura que acabamos de leer, cuando encontramos de que está hablando nada menos que de Jesús. Sí, esta profecía apuntaba a Jesús. Él es la vara del tronco de Isaí, él es el retoño. Y dice que sobre Jesús reposaría la plenitud del Espíritu de Dios: Espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y de poder y además espíritu de conocimiento y temor de Dios. Ésta es la plenitud del Espíritu de Dios. La descripción de ésta plenitud, corresponde al diseño del candelabro que Dios ordenó se instalara dentro del lugar santo del tabernáculo para iluminarlo. Como ustedes se acordarán, el lugar santo estaba totalmente cubierto por tres diferentes telas, lo que hacía totalmente imposible que la luz del exterior pudiera entrar. Fuera de día, fuera de noche, el lugar santo estaría totalmente oscuro; a no ser por la única luz que iluminaba allí dentro y que debía permanecer siempre encendida, la del candelero. El tabernáculo es una figura de nuestro ser compuesto por cuerpo, alma y espíritu; así el tabernáculo estaba configurado por un atrio, un lugar santo y un lugar santísimo. Evidentemente el atrio corresponde a nuestro cuerpo, la parte exterior visible; nuestra alma corresponde entonces al lugar santo, un lugar oculto para la gente pero que en realidad define nuestra personalidad y al que permitimos entrar a un reducido número de personas; y finalmente nuestro espíritu encuentra su correspondencia con el lugar santísimo, un lugar totalmente apartado, donde nadie, sino el Sumo Sacerdote podría entrar; es un lugar preparado para que sea Dios, por medio del Espíritu Santo quien resida allí. Pues bien, entonces comprendemos que nuestra alma no debe ser iluminada por ninguna luz que provenga del mundo; por ninguna corriente filosófica, por ninguna versión o corriente de pensamiento; sino únicamente por el candelero que debe estar brillando continuamente allí, la luz que proviene del Espíritu de Dios. El candelero tenía siete lámparas. Una lámpara central, y a partir de allí, habría unos tubos comunicantes desde el centro hacia los dos extremos. Cada uno de esos tubos tendría dos lámparas. Así, teniendo tres tubos comunicantes llegamos contar seis lámparas, más la lámpara central desde donde provenía el aceite que irrigaba a las demás lámparas.
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
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Es por ello que el profeta Isaías describe la plenitud del Espíritu que reposaría en el alma de Jesús como siete lámparas, seis de ellas en tres pares: Sabiduría e inteligencia, Consejo y Poder, Conocimiento y Temor de Dios; donde, evidentemente la lámpara central es el Espíritu Santo que es el aceite combustible que fluye para que las otras lámparas ardan. Para que Jesús lograra tener un ministerio maravilloso como el que tuvo, era completamente necesario que su alma solo fuera alumbrada por estas siete lámparas y no por los pensamientos lógicos del mundo. Entonces concluyo: Si Jesús requirió del derramamiento del Espíritu, pues nosotros mucho más. Es imprescindible para nuestra vida mantener ardiendo la llama del Espíritu en nuestra alma, es vital que nuestra alma no sea alumbrada por el mundo.
No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos Era necesario que Jesús no juzgará por la vista de sus ojos, ni hablara por lo que escucharan sus oídos; es decir la luz que proviene del mundo; sino de la luz que provenía de su interior. Es necesario que nosotros no juzguemos nuestra vida a través de las circunstancias que nos rodean, que no pongamos nuestra autoestima en las manos de las personas sino en la Palabra de Dios; sino que juzguemos todo conforme a lo que el Espíritu dice de nosotros. Es vital igualmente que no hablemos de lo que escuchamos en el mundo, de sus corrientes de pensamiento, a partir de su lógico; sino que hablemos lo que el Espíritu ha dicho a nuestra alma. Es por ello que requerimos ser llenos, al igual que Jesús, de toda la plenitud del Espíritu de Dios. DESARROLLO 1. Espíritu de sabiduría e inteligencia Es en éste marca que debemos entender la operación de estos espíritus. El Espíritu de sabiduría y el espíritu de inteligencia por lo tanto son sabiduría e inteligencia muy diferentes de las que operan en el mundo. La sabiduría y la inteligencia de Dios no se parecen a la sabiduría e inteligencia de los grandes intelectuales ni pasados ni modernos. a). El enojo Por ejemplo: Proverbios 29: 11 “El necio da rienda suelta a toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega” La sabiduría de Dios operando por el Espíritu Santo, provocará que el enojo sea sosegado y entonces los conflictos sean resueltos en paz; pero el necio le da rienda suelta a su enojo. Notemos que tanto el sabio como el necio se enojan, allí no hay diferencia. El contraste puede verse en lo que se hace con el enojo. Hay día maestros educados arremeten con lujo de violencia en contra de edificios, policías y otras personas ajenas a su conflicto; tan solo porque no se hace lo que ellos quieren, y entonces culpan a los demás de lo que sucede. “Ellos tienen la culpa porque no nos hacen caso”. Sabiduría mundana.
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Mucha gente ve en la paciencia y en la benignidad una debilidad. Existe un dicho mexicano: “Niño que ni chilla no mama”, así que si quieres que te hagan caso hay que hacer un escándalo.
b) Celos y contención vs. paciencia, amabilidad, benignidad. Pero la sabiduría de Dios es diferente: Santiago 3: 14 “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía” Sabiduría terrenal: Celos, contención, amargura. ¿Algunos ejemplos de esta gran sabiduría contemporánea? Feminismo, la lucha amarga de muchas mujeres por conquistar los espacios que habían estado reservados a los hombres. Hasta allí suena más o menos bueno. Pero entonces llegamos a los resultados: El 25% de las familias en México son dirigidas por una mujer, causado no por la viudez, sino por los divorcios. La mujer entonces lleva la función de padre y madre, trabaja largas jornadas laborales y aparte tiene que trabajar también en su casa e intentar educar a sus hijos, quienes, obviamente, viven solos, en la calle, con sus amigos, aprendiendo a ser delincuentes. ¿Es terrible no? Pues lo increíble es que esta cifra es celebrada por las mujeres feministas como un gran avance. El 25% de las familias ahora es dirigida por una mujer, ¡qué éxito!, dicen. Celos de mujeres hacia los hombres, celos en los matrimonios. “Yo no me dejo”, dice ahora la gente: Esa es su sabiduría. Pero la sabiduría de Dios es: Pura, pacífica, amable, benigna, misericordiosa. ¡Qué diferencia! ¿Cómo venció Jesús al mundo? Con esta sabiduría. Gran diferencia hay entre la luz proveniente del mundo a la luz del Espíritu Santo dentro de ti. c) Apartarse del mal o quedarse a recibir el daño
Proverbios 14: 16 “El sabio teme y se aparta del mal;
Mas el insensato se muestra insolente y confiado. 17 El que fácilmente se enoja hará locuras” La sabiduría de Dios, hace que te apartes del mal cuando lo ves. El Espíritu Santo te prevendrá del mal siempre, aún hasta de las cosas más intrascendentes. Si ves el mal y eres sabio, ¡apártate de inmediato! Pero la sabiduría de este mundo dice que eso es ser cobarde. Si ves el mal nada te va a pasar, muéstrate confiado. El insensato recibe todo el mal por no quitarse, se creyó superman.
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Muchos han visto que no reciben el daño y entonces dicen; ¿Ves? No me pasó nada, y siguen así hasta que finalmente reciben el daño, y una vez recibido ya no hay remedio. 4. ¿Dónde la encuentro?
Job 28: 12 “Mas ¿dónde se hallará la sabiduría?
¿Dónde está el lugar de la inteligencia? 13 No conoce su valor el hombre, Ni se halla en la tierra de los vivientes. 14 El abismo dice: No está en mí; Y el mar dijo: Ni conmigo. 15 No se dará por oro, Ni su precio será a peso de plata. 16 No puede ser apreciada con oro de Ofir, Ni con ónice precioso, ni con zafiro. 17 El oro no se le igualará, ni el diamante, Ni se cambiará por alhajas de oro fino. 18 No se hará mención de coral ni de perlas; La sabiduría es mejor que las piedras preciosas. 19 No se igualará con ella topacio de Etiopía; No se podrá apreciar con oro fino. 20
¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia? 21 Porque encubierta está a los ojos de todo viviente, Y a toda ave del cielo es oculta. 22 El Abadón y la muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos. 23
Dios entiende el camino de ella, Y conoce su lugar. 24 Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve cuanto hay bajo los cielos. 25 Al dar peso al viento, Y poner las aguas por medida; 26 Cuando él dio ley a la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos, 27 Entonces la veía él, y la manifestaba; La preparó y la descubrió también. 28 Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia” Hoy día se piensa que la sabiduría puede encontrarse en la vejez, en los estudios de las ciencias, en los libros. ¿De dónde procede la sabiduría? Si es verdad que la sabiduría viene con la edad, pues lo único que tenemos que hacer es crecer y hacernos viejos y algún día seremos sabios. Si acaso es con
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los estudios y los libros, pues no habría que despegarse de ellos. Sin embargo les propongo que traigan a memoria a los grandes intelectuales de nuestro tiempo y consideren sus palabras, sus acciones y sus hechos; ahora díganme si todo lo anterior es sabiduría. Pues bien, dice la Palabra que la sabiduría y la inteligencia no está en la tierra, ni en el mar, ni en los abismos, ni puede comprarse con dinero. Tampoco está en la muerte; sino en Dios. ¿Dónde está la sabiduría y la inteligencia? En el temor de Dios y en apartarse del mal.
Proverbios 2: 6 “Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” Si, así es. La fuente de la sabiduría es Dios, de Su boca, en Su Palabra encontrarás el conocimiento y la inteligencia. ¿Quieres ser sabio e inteligente? El Espíritu de Dios ya ha puesto en ti Su Espíritu de sabiduría e inteligencia, entonces busca en Él, en la Palabra de Dios lo que tenga que decirte. Dejar de alumbrar tu alma con la luz que proviene del mundo, con sus corrientes de pensamiento; y empieza a alumbrar tu alma con el Espíritu de Dios.
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