MI BLANCA BICICLETA, MI DESEABLE UNIVERSIDAD

MI BLANCA BICICLETA, MI DESEABLE UNIVERSIDAD -Hoy no tengo fuerzas - dice mi cuerpo, sí, es él el que muchas veces habla por mí, al que estoy obligada

1 downloads 96 Views 84KB Size

Recommend Stories


Mi nombre es: Mi Parroquia:
Mi nombre es:_________________________________ Mi Parroquia:__________________________________ Me dicen: ____________________ Se llama: ___________

Mi nombre es: Mi Parroquia:
Mi nombre es:_________________________________ Mi Parroquia:__________________________________ Me dicen: ____________________ Se llama: ___________

mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada
Determinantes y pronombres 1. Observa el texto que tienes a continuación. Seguro que te resulta conocido. ¿Serías capaz de diferenciar en él los prono

Story Transcript

MI BLANCA BICICLETA, MI DESEABLE UNIVERSIDAD -Hoy no tengo fuerzas - dice mi cuerpo, sí, es él el que muchas veces habla por mí, al que estoy obligada a escuchar si no quiero que las consecuencias sean peores, tengo que mantener la calma y seguir adelante, es la única manera de sobrellevar mis diferencias con los demás. No tengo ya ni que ser sincera, ni que contarlo, suficiente a estas alturas con padecerlo y darme cuenta que ya no más, que si quiero seguir tiene que ser en “guerra fría”, en silencio y con borrón y cuenta nueva, y sin embargo, me ha vuelto a pasar, he querido cambiar un ritmo corporal impuesto por mi fatiga y he ambicionado conseguirlo, pero ¡ains! una vez más, justo apenas empezar, lo he tenido que abandonar. Hay que ser realista, o no, me expresaré mejor, hay que entender mi realidad y no dejar de ponerla en práctica. Lo siento, ayer ví un programa en la televisión y leí algunas experiencias de personas con mi enfermedad que habían llegado lejos. Yo llevaba tiempo sin intentar subir mi ritmo deportivo, me encontraba más agotada mentalmente pero bien físicamente, mejor que en otras temporadas pero preocupada por estar moviendo poco mi cuerpo y porque la capa de grasa que recubre mi cintura se está haciendo tan grande que hasta me cuesta atar los cordones de mis zapatos…jeje, sí, y me confié, me dispuse a ir en bici a la facultad, qué buena idea, qué ilusión, qué nuevos paisajes, qué nuevas miradas, qué nuevas percepciones, qué liberación del estrés de los atascos, qué bien para nuestro medioambiente, qué ahorro en petróleos…

1

Pero qué inversión tan rápida había hecho yo, apenas había cobrado a día uno de mes me decidí, no era cara y me lancé, me compré mi deseada bicicleta blanca, sí, color blanco puro, inocente, pequeña, con accesorios que me hiciesen todo más fácil, como la cesta para impedir que mi espalda cargase la mochila, o luces para ver y ser vista, un timbre para hacerme oír, un asiento más grande supuestamente para hacerme el camino más tierno y menos incómodo y hasta pedí que me cambiasen el manillar para no caer en el error de ir muy encorvada y fastidiarme las temidas cervicales… Estaba todo controlado, hay ascensor y balcón en casa, hay aparcamiento y vigilancia al lado de mi facultad, y…¿qué falló entonces? Pues no fue la falta de tiempo ni la falta de ganas, no fue el frio ni el calor, no fue la presencia de otros en el entorno, ni siquiera el ruido ni la mala disposición del carril, solo fue mi cuerpo el que me obligó a decir adiós, mi mente la que se martirizó una y otra vez recordando que esto ya pasó otras veces de forma similar, que ya una vez intenté hacer “batuka” y me llevó a dos meses de baja y antes había intentado el aerobic y el aquafitness, y nada, dinero, planes e intentos fallidos… Mi cuerpo lo consigue un solo día, parece que soy capaz, que solo yo noto el cansancio pero nadie más, nadie diría que tengo una discapacidad, y esa noche mi cuerpo revienta de dolor, a mi cuerpo le gustaría chillar, mis nervios están tan cansados, pero tan realmente cansados que no me dejan en paz y todo esto desemboca también en que cualquier pequeño ruido es como un terremoto en mi percepción, no puedo, me siento horrible, apenas tengo fuerzas para cenar y mira que me gusta comer…

2

No, qué mal, tampoco puedo dormir, me dispongo a leer un rato porque yo sé que ello me relaja, pero nada, hasta que no me ayudo de una pastilla no consigo dormir. El día siguiente mi cuerpo se despertó con tantos o más dolores que el anterior y mi cabeza se levantó negativa, ya no tengo entusiasmo, me duele, me duele el hombro, me duele el brazo, no siento la pierna izquierda, mi pie izquierdo no se orienta al andar, no siento la parte izquierda de mi cara y sin embargo mis oídos sí, ellos sí sienten, se sienten demasiado molestos con el jaleo de la calle, es el mismo de todos los días pero hoy, a mí, y solamente a mí, me parece insoportable…no, no quiero, otra vez vuelta a empezar, me siento desvalida, sola, diminuta, ¿hasta cuando me durarán los dolores, me seguirán molestando los ruidos y la gente? ¿será necesario ir otra vez al médico? Hace poco que tuve la enésima revisión, pero ¿cuándo se me irá este malestar? No puedo, no quiero ir al trabajo, dejaré la facultad, no puedo con todo, no voy a aprender, o para qué aprender, así no voy a ser nada mas, no cocinaré, no limpiaré, voy a no quedar con las amigas, no puedo comer mucho, no puedo beber nada de alcohol, no me apetece hablar, no puedo viajar, no puedo cuidar de menores, no, no sirvo, no valgo, no debo, no puedo… Estoy obligada a trabajar, vale, lo intentaré, tengo que levantarme, vale, será buena idea, me volveré paranoica si sigo sola con mis pensamientos, no tengo hambre, o sí, sí la tengo y mucha, bueno, solo quiero comer dulce, nadie sabe nada y nadie me escucha, pero claro, porque nadie me va a entender, ¿quién va a querer escuchar cómo me quejo una vez más? Qué pudor, qué rabia, qué malestar…

3

Pero voy a ir a clase, sí, eso me distraerá, así que cojo mi cochecito automático y sin esfuerzo ninguno (bueno, tan solo el de aguantar mi mente negativa…) llego a clase y allí escucho a la profesora y me entretengo la mente, aprendo, me distraigo, no me aburro, tengo menos tiempo para pensar, allí nadie tiene porqué saber que ya hoy no fui en mi bicicleta blanca, no, no quiero pensar en ella, fue duro intentar un pacto con ella, no, no lo entiendo, voy mejor a intentar entender a la profesora de fisiología que hoy nos habla sobre la membrana celular, lo maravilloso de los transportadores, su selectividad, su permeabilidad y un sinfín de cosas más, es genial, es otro mundo y yo lo entiendo y lo imagino, incluso lo digiero mejor que mis compañeros de clase, tengo más madurez y lo aprovecho más creo yo, pero ayer no leí nada de mis apuntes y parece que hoy me pierdo más que otros días, parece que me he quedado atrás, claro, eso fue por el sofocón de la bici, vaya, se me olvidó, sí que me ha traído problemas, pero hace un rato los he olvidado, qué bien, entonces voy a seguir escuchando. Después tenemos química analítica, qué bien, de esto sí que se yo, voy por delante del profesor, llevo tanto tiempo trabajando en los laboratorios, he hecho ya tantas cosas diferentes…sí, llevo desde los trece años trabajando y ahora que tengo todas las tardes para darme una oportunidad más en la universidad la voy a aprovechar, quizás algún día yo pueda trabajar en otro puesto más alto, saber más y abarcar cosas más complicadas, resolver problemas más importantes, ganar más dinero trabajando el mismo número de horas, sí, poder vivir con mas comodidades (todas aquellas que me faltaron de pequeña) y más mejor aún, disfrutar enseñando todo lo que sé y lo que llegue a saber, y conseguir dejar posibilidades a mi descendencia, o a las personas de mi alrededor que cada vez que caigo mala han

4

estado ahí, sí, y ser reconocida como que valgo para algo, y para algo importante, porque sé, porque lo he estudiado, porque lo he trabajado, porque experimento, porque investigo, porque llego a conclusiones que otros no, porque no soy torpe, no, yo no soy torpe… Me repito que no, que yo no soy torpe, es mi enfermedad la que me entorpece, pero hasta ahí, no mas, no me hace inútil, me pone las cosas más difíciles pero no imposibles, y aprendo nuevas estrategias para esquivar las dificultades que se me presentan, y estas estrategias son diferentes, son raras para los demás, vaya vaya!, puedo llegar a ser más capaz que los capaces, invento fórmulas que me ayudan a memorizar y llego a límites insospechables, empiezo a sentirme por delante de los demás en muchas cosas, pero cómo desaprovechan el tiempo, cómo se pueden permitir dejar la vida pasar, pero qué suerte, qué rápido van, pueden hacer de todo y de nada, pueden aparentar y se pueden presentar, yo ya no puedo estar en ese carro, yo voy más lenta, pero ni ellos ni yo tenemos tiempo ni para pelar una castaña, sin embargo, yo busco tiempo para quitarle las espinas a un pescado, no busco que me den tanto todo hecho porque entonces no podría comer sano, o no saborearía un pastel casero, o no soñaría tanto y con tanto anhelo. Claro, hay cosas que nos ponen a esta sociedad todo más fácil pero otras que nos hacen inútiles, y yo soy una luchadora, quiero comodidades pero no quiero que me tomen por inútil… Ha terminado la clase, y aunque me siento un poco nerviosa por todo lo que acaba de pasar por mi cabeza, estos pensamientos que con mucha asiduidad me asaltan me han distraído un poco de la clase, quizás un poco bastante, quizás porque lo que contaba la profesora yo ya lo sabía, son contenidos que yo hace

5

tiempo aprendí, no sé, mañana me arrepentiré, pero claro, es que mi cuerpo aún chilla un poco y mi pierna izquierda se resiente, aún me recuerda que ayer cogí la blanca y bonita bicicleta pero que me agotó, ¡estúpida bicicleta! No, estúpida yo que le seguí el juego a esta sociedad con personas delgadas e invencibles, tonta yo que me he distraído y lo voy a lamentar, porque algo se aprende repitiendo, repasando, y no que otra vez me he ido a mis pensamientos, aunque no sé, no me siento tan mal, algunos de mis pensamientos han sido buenos, me han hecho soñar, me han hecho verme capaz e incluso más que capaz. Me voy para casa pensando que a lo mejor, como muchas veces, no hay mal que por bien no venga, y ahora que tengo remordimientos por no haber atendido a última hora en clase voy a optimizar, voy a ser capaz de sentarme un rato a leer antes de cenar, porque si no me voy a quedar atrás, no voy a enterarme mañana, me va a costar más trabajo y más tiempo estudiar, que yo ya sé cómo va esto, es tan importante para mí recibir clases, me quedo tan ensimismada durante el aprendizaje que adquiero en clase, disfruto tanto y me ayuda tanto… Sí, manos a la obra, porque si no mañana me voy a sentir más inútil y así no me gusta sentirme a mí, si no me aplico no conseguiré aprobar y me acobardaré y puede que lo dejase y ya no, ya no podría soñar todo lo que he puesto en pie en mi cabeza, todo eso de aprender, entender, investigar, aprovechar oportunidades, cosechar, procrear, crear, ceder…y todo eso que me hace respirar con la cabeza alta porque llego a ser más que capaz, más aún que los demás, no, no lo olvido y cuando llego a casa abro los apuntes y me pongo retos, retos pequeños, recuerda, que si son muy grandes voy a acabar llamándolos estúpidos como a mi bicicleta, recuerdo que mi mente también se agota y chilla, pero ya tenemos claro que no, que no es

6

para tanto, que no me imposibilita, que si hago uso de mis estrategias yo puedo, puedo llegar a entender y a memorizar esto que leo. Vale, ya voy cogiendo la onda, estoy aprendiendo nuevas cosas, qué bien voy a dormir esta noche, cómo la facultad me ha ayudado a evadirme de los malos pensamientos que la bicicleta había provocado, o que tal vez yo, y solo yo, había provocado. Porque no soy como los demás, mi mundo cambió con mi enfermedad, pero yo tengo un sitio en el mundo, y este sitio es más grande cuando yo voy a dormir y siento que he aprendido, que la universidad me ha enseñado, que la universidad me ha entretenido, que incluso la universidad me ha cuidado, me ha abierto un mundo de posibilidades, y aunque a veces me trata como si no me conociera, quizás soy yo la que elige pasar desapercibida y por ello no le doy la oportunidad de entenderme. Es mi nuevo sitio, hay personas detrás que miran por mí, que me brindan posibilidades para hacerme la tarea menos difícil, y para que si empeoro, ellas me brindan tener más tiempo los libros de la biblioteca a mi disposición, tener copias de mis compañeros porque a mí me sea difícil seguir el ritmo, tendría un aparcamiento, tendría un elevador, y además, y si necesito repetir y pagar más, y si caigo en brote y entro en el círculo de médicos, especialistas… esto de no tener que pagar es bueno, amortigua mi “¿y si no voy a ser capaz?” o ¿cómo la conseguiré pagar? Tengo que cuidarme, que pensar en guerra fría como así debió empezar toda esta aventura, yo tengo esto y lo sufro, pero yo también lo estoy aprendiendo a llevar.

7

Hoy es viernes, por fin, qué raro, quiero descansar, lo necesito, a ver qué hago con mi fin de semana sin ir a clase, bueno, aún no tengo ganas de ver a nadie que me note mal, pero me entretendré, tengo muchos ejercicios pendientes. Ya es tarde, así que veré una película, sí una que me relaje, que me evada de mis pensamientos, probaré con una que me recomendaron (“El guerrero pacífico”), y resulta que sí, que es muy buena y me dá que pensar, me enseña me hace ser consciente de que no, no es el final sino el camino lo que me hace disfrutar, ya, qué ilusión, mi camino está en mi facultad y no me voy a permitir dejar pasar esta oportunidad. Yo la voy a aprovechar.

Autora: Anónima con EM

8

CONCURSO “CONTAMOS TODOS”

RELATO PROYECTO ACERCA DE LA DISCAPACIDAD EN LA UNIVERSIDAD

9

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.