Migraña crónica: epidemiología e impacto

PONENCIA Migraña crónica: epidemiología e impacto Patricia Pozo-Rosich Resumen. La migraña crónica (sufrir una migraña durante 15 o más días al mes)

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PONENCIA

Migraña crónica: epidemiología e impacto Patricia Pozo-Rosich

Resumen. La migraña crónica (sufrir una migraña durante 15 o más días al mes) es una enfermedad que afecta aproximadamente al 0,5-2,5% de la población según las estadísticas que se analicen y la definición de migraña crónica que se utilice. La incidencia de transformación de una migraña episódica a una crónica es de un 3% anual, y un 6% pasa de una migraña de baja frecuencia (1-9 días/mes) a una de alta frecuencia (10-14 días/mes). Los factores de riesgo para desarrollar una migraña crónica son genéticos, realizar un uso frecuente de analgésicos, ser mujer, tener malos hábitos higienicodietéticos, desarrollar ansiedad/depresión, tener una baja posición socioeconómica, padecer obesidad y ser una persona divorciada o viuda. A pesar de la modificación de los factores de riesgo, todavía no se ha demostrado que se pueda disminuir la posibilidad del desarrollo de una migraña crónica. La migraña crónica tiene un gran impacto sobre la calidad de vida de los pacientes medido en escalas de discapacidad, calidad de vida e impacto en la actividad diaria. Estos pacientes tienen el doble de posibilidades de sufrir depresión, ansiedad y dolor crónico, por lo que necesitan mayores cuidados sanitarios; pero muchos todavía están por diagnosticar y tratar. En un estudio epidemiológico español, se hizo un seguimiento de los pacientes con cefalea crónica diaria tras haber realizado una intervención terapéutica, y hasta un 60% de los pacientes mejoró. Es decir, con un mayor interés y diagnóstico de esta enfermedad, muchos pacientes se beneficiarían de tratamientos adecuados. Palabras clave. Calidad de vida. Comorbilidad. Epidemiología. Impacto. Migraña crónica.

Servicio de Neurología. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Barcelona, España. Correspondencia: Dra. Patricia Pozo Rosich. Servicio de Neurología. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Pg. Vall d’Hebron, 119-129. E-08035 Barcelona. E-mail: [email protected] Declaración de intereses: La autora manifiesta la inexistencia de conflictos de interés en relación a este artículo. Aceptado: 10.10.11. Cómo citar este artículo: Pozo-Rosich P. Migraña crónica: epidemiología e impacto. Rev Neurol 2012; 54 (Supl 2): S3-11.

Introducción La migraña se conceptualiza como una enfermedad crónica con manifestaciones episódicas. En la segunda clasificación –International Classification of Headache Disorders (ICHD-II)– de la Sociedad Internacional de Cefaleas [1], publicada en 2004, se introduce por primera vez el término ‘migraña crónica’ (MC) como complicación de una migraña, dentro del apartado 1.5. Este término ha supuesto algo de confusión, dado que la migraña es una enfermedad crónica por definición, con manifestaciones episódicas, que en algunos pacientes puede progresar o transformarse. A esta progresión de la enfermedad se la denomina MC. La transformación de una migraña episódica (ME) es un proceso gradual y puede subdividirse en tres tipos de evoluciones naturales: remisión, persistencia y progresión (Tabla I) [2]. Es importante recordar que cuando es progresiva la transformación primero pasa de pacientes episódicos a pacientes que sufren una migraña de baja frecuencia; posteriormente, a una migraña de alta frecuencia y, finalmente, a una MC. Además, este proceso no es irreversible, y el paciente (en vez de sufrir una progresión hacia la cronificación) puede experimentar

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una progresión hacia la mejoría de los síntomas. Resumiendo, la progresión a sufrir 15 o más días de migraña al mes se llama MC. El proceso se suele denominar transformación. Se ha observado que esta transformación puede ser clínica y fisiológica. Es interesante identificar los factores de riesgo que favorecen la remisión y la progresión de la migraña. Los factores de riesgo de cronificación se pueden dividir entre aquellos que son modificables y los que no son modificables (Tabla II) [3-5]. Estos factores de riesgo dan información sobre la fisiopatología de la enfermedad y sobre las intervenciones necesarias para intentar modificar el curso de la enfermedad. Una vez aclarado el concepto de que la migraña puede progresar, vamos a definir qué es una MC según la ICHD-II [1]. La MC se define como una cefalea que sufre el paciente durante al menos 15 días al mes en (como mínimo) los últimos tres meses, en los que al menos en ocho de estos días tiene que cumplir los criterios estrictos de migraña y en los otros siete días algunos de los criterios, sin presencia de abuso de analgésicos. Los criterios de migraña serían localización unilateral, cualidad pulsátil, de intensidad moderada o grave, que se agrava con la actividad física, que se acompaña de náuseas, vó-

© 2012 Revista de Neurología

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P. Pozo-Rosich

Tabla I. Esquema de la historia clínica de la migraña (adaptado de [2]). Remisión

Evolución hacia un período de tiempo libre de síntomas

Persistencia

Estabilidad clínica relativa. Sin indicios de progresión

Funcional

Frecuencia de los ataques Obesidad

Aumento de la frecuencia  migraña crónica (2-3%)

Clínica Progresión

Tabla II. Factores de riesgo de cronificación de la migraña episódica (adaptado de [3]).



Anatómica

Cambios funcionales en la sustancia gris periacueductal. Sensibilización central  alteraciones del umbral dolor (alodinia)

Abuso de analgésicos Factores modificables

Estrés Apneas del sueño

Lesiones en el cerebro, hiperintensidades en la sustancia blanca

Ingesta excesiva de cafeína Presencia de otros trastornos de dolor crónico

mitos, fotofobia o fonofobia y que al tratarse con triptanes se alivia si se administra el tratamiento al inicio de los síntomas (Tabla III) [6]. Dado que, como se ha comentado, se trata de un proceso habitualmente gradual, se ha propuesto identificar de forma arbitraria dos subtipos de ME (< 15 días de migraña/mes), que serían la migraña de baja frecuencia (1-9 días/mes) y la migraña de alta frecuencia (10-14 días/mes) [2].

Edad Sexo femenino

Factores no modificables

Raza caucásica Nivel cultural bajo Posición socioeconómica Factores genéticos

Prevalencia Globalmente, la prevalencia de la migraña es de cerca de un 12% (18% en mujeres y 8% en hombres). La prevalencia de la MC es de aproximadamente un 2%, según dónde y cuándo se hayan hecho los estudios [7,8]. Esto tiene relación con los criterios empleados: cefalea crónica diaria (hasta 1996), migraña transformada (desde 1996) [9] o MC (desde 2004) [1]. Recientemente, un estudio poblacional realizado en Alemania comparó la prevalencia y las características epidemiológicas de los pacientes con MC según la definición utilizada. En este estudio se establecieron tres definiciones de MC: – Tipo I: migraña durante 15 días/mes; el ≥ 50% debe ser migraña o probable migraña. – Tipo II: migraña o cefalea durante ≥ 15 días/mes; de éstos, el paciente puede tener ≥ 8 días con migraña o migraña probable (definición de la ICHD-II). – Tipo III: migraña o cefalea > 15 días/mes durante al menos un mes (definición de Silberstein et al [9]). Encontraron que un 2,9% de pacientes sufría globalmente ≥ 15 días/mes, un 2,0% cumplía los criterios tipo III de MC, un 0,5% cumplía los criterios tipo II de MC y que un 0,4% cumplía los criterios ti­po I de MC. Sin embargo, las características epidemio-

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lógicas entre estos grupos no fueron estadísticamente diferentes. Al hacer un análisis por países donde se han efectuado estudios de prevalencia de la MC, podemos observar una gran variabilidad, empezando por Europa (Tabla IV). En España, la prevalencia de la migraña es de un 12,8% según el estudio PALM [10], la prevalencia de la cefalea crónica diaria es de un 4,7% y la prevalencia de una migraña transformada (criterios de Silberstein et al [9]) es de un 2,4% (el 50,6% de los pacientes con cefalea crónica diaria) [11]. Este estudio se llevó a cabo antes de que se introdujese la ICHD-II [1]. En Alemania se llevó a cabo otro estudio epidemiológico poblacional utilizando los criterios de la ICHD-II, y en él se incluyó a 7.417 adultos de tres regiones alemanas. Se le diagnosticó MC a un 0,2% de la población y, de este porcentaje, la mitad también cumplía los criterios de abuso de medicación. Epidemiológicamente, los pacientes con MC presentaban un mayor índice de masa corporal (≥ 30) y eran más fumadores [12]. El estudio HUNT en Noruega encontró que la presencia de cefalea crónica era del 1,5%; de este porcentaje, un tercio de los pacientes (0,5%) tenía

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características de migraña, que probablemente representaba a la MC o transformada [13]. En otros estudios europeos que utilizan los criterios de cefalea crónica diaria, como en Francia, se calculó una prevalencia del 2,1% [14], o en Italia [15]; en otro estudio europeo se calculó que la prevalencia anual de cefalea crónica era de un 4% [16]. Fuera de Europa, se han realizado estudios similares en Taiwán, Brasil y Estados Unidos. En un pequeño estudio epidemiológico brasileño, la prevalencia de la cefalea crónica diaria era de un 5,1%, y aproximadamente un 80% de estos casos se clasificó como MC [17]. En Taiwán se llevaron a cabo dos estudios con estimaciones de prevalencia de la MC del 1,7% [18]. Estos estudios se realizaron con 3.377 pacientes. Sin embargo, la prevalencia fue algo inferior (0,98%) en el estudio KINDS, en el que participaron 1.533 adultos mayores [19]. En Estados Unidos la prevalencia de la MC varió entre el 1,3% y el 4,1%. Estos datos están basados en tres grandes estudios [20-22]. Sin embargo, dos de estos estudios no especificaron ni definieron bien lo que significaba una migraña o cefalea diaria. En la tabla IV se resumen los estudios de prevalencia llevados a cabo hasta ahora, diferenciados según el año de realización, la definición utilizada para MC y el número de pacientes incluidos. En definitiva, globalmente los estudios epidemiológicos realizados indican que la prevalencia de la cefalea crónica con características migrañosas varía entre un 0,5-2,4%, dependiendo de si se efectuaron antes o después de la nueva clasificación. Las razones para esta variabilidad no son claras, aunque entre otras cosas podría ser porque se han realizado en diferentes contextos y utilizando diferentes definiciones de migraña. La gran diferencia entre la prevalencia en los estudios poblacionales epidemiológicos de la migraña transformada y la MC probablemente indique también que los criterios de la ICHD-II son muy restrictivos, dado que los pacientes con ME de alta frecuencia (actualmente considerada a partir de más de 10 días de migraña al mes) ya pueden empezar a ser similares a los pacientes con MC [2]. Además, quedan dudas técnicas de cómo realmente se pueden diferenciar los pacientes con MC de los pacientes que abusan de medicación. Por este motivo, y aunque probablemente no se resolvió del todo la cuestión, en 2006 se publicaron los criterios revisados de la clasificación para la MC en los que se decía que con ≥ 8 días al mes en los que se cumpliesen los criterios estrictos de ME y con características parciales en el resto de días, sin abuso de analgesia

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Tabla III. Criterios de migraña crónica: nuevo apéndice (2006) [6]. A. Cefalea (migraña o cefalea de tensión) durante al menos 15 días/mes y durante > 3 meses B. En el paciente con al menos cinco ataques que cumpla los criterios B-D de la migraña sin aura (1.1) C. En ocho o más días al mes durante al menos 3 meses que cumpla C1 y o C2:

1. Al menos cumple dos criterios de a-d:



a) Localización unilateral



b) Cualidad pulsátil



c) Intensidad moderada o grave



d) Que se agrava con la actividad física



y al menos un criterio a o b:



a) Náuseas o vómitos



b) Fotofobia y fonofobia



2. Tratada y que se alivia con triptanes antes del desarrollo de C1.

D. Sin abuso de analgésicos

y con buena respuesta a triptanes, ya se podía diagnosticar MC [4]. Una cuestión importante es que la clasificación de la Sociedad Internacional de Cefaleas a la hora de definir la MC (> 15 días/mes de migraña) es arbitraria. Las diferencias entre la ME y MC existen, pero quizá deberían empezar a aplicarse, por ejemplo, a partir de 10 días de migraña al mes, o decidir dónde está el punto de corte entre ambas entidades. La incidencia de transformación de una ME en una MC es de aproximadamente un 3% anual; y un 6% pasa de una migraña de baja frecuencia (0-9 días de migraña/mes) a una migraña de alta frecuencia (10-14 días de migraña/mes) [23]. Los factores de riesgo para desarrollar una MC son genéticos, consumir frecuentemente analgésicos, ser mujer, tener una baja posición socioeconómica y ser una persona divorciada o viuda. Otros estudios observaron que la obesidad también se asocia con sufrir MC [21,24]. Sin embargo, es importante destacar que en un estudio epidemiológico español se realizó un seguimiento de los pacientes con cefalea crónica diaria con abuso de medicación durante cuatro años y se constató que, tras la intervención realizada, casi un 60% de los pacientes mejoró y ya no cumplía los criterios de cefalea crónica ni de abuso de medicación [25,26]. Por este motivo se debe tener en cuen-

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P. Pozo-Rosich

Tabla IV. Prevalencia de la migraña crónica según la frecuencia de la cefalea (prevalencia más elevada primero). Adaptado de [8].

Cefalea crónica diaria con migraña

> 15 días de migrañas/mes

Ref.

País

n

Mujeres (%)

Definición utilizada

Duración del estudio

Prevalencia (%)

[17]

Brasil

625

54

CCD con ICHD-I

1 año

5,1

[11]

España

1.883

53

Migraña transformada a

NE

2,4

[14]

Francia

10.585

NE

CCD con ICHD-I

NE

2,1

[18]

Taiwán

3.377

53

Migraña transformada a

1 año

1,3

[20]

EE. UU.

13.343

60

Migraña transformada a

1 año

1,3

[21]

EE. UU.

30.849

65

CCD con > 12 migrañas en el último año

1 año

1,3

[14]

Francia

10.585

NE

CCD con ICHD-I

NE

1,3

[19]

Taiwán

1.533

56

CCD con ICHD-I

1 año

0,98

[14]

Francia

10.585

NE

CCD con ICHD-I

NE

0,86

[13]

Noruega

49.064

NE

ICHD-I

1 año

0,7

[45]

Alemania

4.061

52

Migraña > 15 días/mes

Toda la vida

0,05

[46]

Dinamarca

740

48

ICHD-I > 180 días/año

1 año

0

[22]

EE. UU.

60.000

NE

Migraña transformada a

NE

4,1

[15]

Italia

833

56

CCD + migraña

1 año

1,6

Otros

CCD: cefalea crónica diaria; ICHD-I: primera clasificación de cefaleas de la Sociedad Internacional de Cefaleas (1988); ICHD-II: segunda clasificación de cefaleas de la Sociedad Internacional de Cefaleas (2004); NE: no especificado. a Según criterios de Silberstein y Lipton.

ta que con la atención médica adecuada estos pacientes que están muy discapacitados pueden también mejorar.

Epidemiología Es importante destacar que la prevalencia de la MC es entre 2,5 y 6,5 veces mayor en mujeres (1,7%4,0%) que en hombres (0,6%-0,7%) [8]. Además, la MC es el diagnóstico más frecuente dentro de las cefaleas crónicas diarias en las unidades de cefalea especializadas [27]. Se han hecho diversos estudios epidemiológicos para comparar la ME y la MC.

Perfil sociodemográfico y comorbilidad El estudio Americano de la Prevalencia y Prevención de la Migraña (AMPP) es un estudio poblacional,

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longitudinal, que en 2005 se utilizó para analizar las diferencias en los perfiles sociodemográficos y las tasas de comorbilidades entre los pacientes con MC y ME siguiendo los criterios de la ICHD-II [28]. El estudio se llevó a cabo mediante un cuestionario que se remitió por correo durante el 2004 a 120.000 domicilios. Se recibió respuesta de 77.879 domicilios y 165.576 individuos ≥ 12 años de edad. Se diagnosticó mediante el cuestionario a 30.721 personas que referían sufrir cefalea intensa, y de éstas se seleccionó a 28.601 personas de manera aleatoria para ser entrevistadas y realizar un estudio prospectivo longitudinal y observacional, que siguió a los pacientes desde 2004 hasta 2009. De estas 28.601 personas, 18.500 contestaron y además eran personas adultas; en un seguimiento en el año 2005, de 15.757 personas, a 655 se les diagnóstico MC, y a 11.249, ME. El resto padecía cefalea de tensión u otros tipos de cefalea. Es relevante mencionar que el cuestionario realizado a todas las personas incluidas en el estudio

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AMPP tenía un 100% de sensibilidad y un 82% de especificidad para efectuar un diagnóstico de migraña [29], y una sensibilidad del 93% y una especificidad del 85% para diagnosticar una MC. Los datos del estudio AMPP indicaron que los pacientes con MC eran algo mayores que los pacientes con ME, poseían un mayor índice de masa corporal (IMC) y contaban con un nivel socioeconómico y educacional menor. Además, los pacientes con MC tenían menos trabajo a jornada completa (37,8% de los pacientes con MC frente al 52,3% de los pacientes con ME) y estaban mucho más discapacitados (20,0% de los pacientes con MC frente al 11,1% de los pacientes con ME). No se observaron diferencias con relación al sexo o la raza. En el estudio AMPP, se hizo también un análisis sobre las enfermedades comórbidas que presentaban los pacientes [30]. La mayoría de enfermedades se valoró tomando en consideración un diagnóstico por parte de médicos que atendían al paciente al contestar éste si se le habían diagnosticado diversos problemas médicos que se detallaban seguidamente, a excepción de la depresión, que además se midió utilizando un cuestionario autoaplicado y mediante el módulo de la depresión del cuestionario sobre la salud del paciente (PHQ-9) [31]. En el estudio AMPP, en comparación con la ME, los migrañosos crónicos tenían el doble de posibilidades de sufrir depresión, ansiedad y dolor crónico. En los pacientes con MC también había más prevalencia de trastornos respiratorios: bronquitis, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, así como factores de riesgo cardíaco: hipertensión, diabetes, niveles de colesterol elevados y obesidad (Tabla V). Este estudio fue importante para establecer diferencias entre la ME y la MC. Indica que sufrir una MC no sólo está asociado a la presencia de un dolor crónico, sino que además se relaciona con la presencia de más enfermedades comórbidas y con mayor discapacidad. Aunque, sin duda, tiene limitaciones que se han de tener en cuenta –como llevar a cabo el diagnóstico con cuestionarios autoaplicados, la realización de comparaciones múltiples y el diseño–, ha aportado información interesante y útil. Después de este estudio se ha efectuado un estudio poblacional comparativo entre las diferentes definiciones de MC comparando los perfiles epidemiológicos según la definición utilizada. Se ha dividido a los pacientes en MC, ME de alta frecuencia y ME de baja frecuencia. Se enviaron cuestionarios a 18.000 personas entre 18 y 65 años en Alemania. Respondieron 9.350 personas. El diagnóstico más restrictivo (es decir, que incluye a menos pacientes) de MC es el de la IHCD-II (2004). No se encontra-

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Tabla V. Comparación entre la prevalencia de enfermedades comórbidas entre la migraña episódica (ME) y la migraña crónica (MC) según resultados del estudio AMPP [28]. Prevalencia Prevalencia en la ME (%) en la MC (%)

p

Artritis

22,2

33,6

< 0,001

Dolor crónico

15,1

31,5

< 0,001

Ansiedad

18,8

30,2

< 0,001

Depresión

17,2

30,2

< 0,001

Trastorno bipolar

2,8

4,6

0,024

Obesidad (IMC ≥ 30)

21,0

25,5

0,020

Trastornos circulatorios

11,4

17,3

≤ 0,001

Enfermedad cardíaca

6,3

9,6

0,012

Presión arterial elevada

27,8

33,7

0,021

Ictus

2,2

4,0

0,019

Alergias

50,7

59,9

≤ 0,001

Asma

17,2

24,4

≤ 0,001

Bronquitis crónica

4,5

9,2

≤ 0,001

Enfisema/EPOC

2,6

4,9

0,005

Sinusitis

37,0

45,2

≤ 0,001

EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; IMC: índice de masa corporal.

ron diferencias en la edad, el sexo, el IMC o la educación. Las diferencias más significativas se apreciaron entre el grupo de MC y el de ME (fuesen o no de alta o baja frecuencia) [32]. En España se ha desarrollado un estudio de la MC vista por el neurólogo además de por el propio paciente [33] para conocer la realidad de los implicados: carga asistencial, actitud del neurólogo frente a la MC y opinión del paciente con su propia patología. El estudio se llevó a cabo mediante dos cuestionarios que se enviaron por vía electrónica. Participaron 145 neurólogos. Los resultados mostraron que un 4,1% de pacientes consultó por MC, sobre todo mujeres en la quinta década de la vida, y sólo la mitad de los pacientes sabía que sufría una MC. El retraso en el diagnóstico fue de 28,7 meses. Estas

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P. Pozo-Rosich

Figura 1. Discapacidad en la migraña crónica y en la migraña episódica (medida con la Migraine Disability Assessment Scale). Se observa de manera específica que sobre todo se marca la diferencia con la puntuación IVB (publicado con permiso de [40]).

cifras dan una idea del impacto asistencial y médico que tiene la MC en la consulta de neurología. Es interesante saber que en opinión de los pacientes que sufren MC la herencia y la ausencia de un tratamiento adecuado podían haber contribuido al desarrollo de su MC. A pesar de que todos los neurólogos habían recomendado la realización de un tratamiento preventivo desde el inicio del diagnóstico, el diagnóstico se hacía demasiado tarde y quizá eso podría influir en su eficacia. Esto nos vuelve a indicar que la MC se debe tratar con más celeridad y, por lo tanto, el paciente debería llegar a las consultas de neurología antes.

Impacto y calidad de vida La Organización Mundial de la Salud considera la migraña como una de las enfermedades más incapacitantes. Se tiene en especial consideración el hecho de que un día vivido con migraña es tan incapacitante como un día vivido con demencia, tetraparesia, psicosis e incluso más incapacitante que la ceguera, la paraparesia o la artritis reumatoide [34]. La MC supone una mayor discapacidad relacionada con migraña [35] y una alteración en la calidad de vida relacionada con cefalea medida con la escala Health-Related Quality of Life (HRQoL) [36]. En un subanálisis del estudio AMPP [30] realizado a los tres meses, se observó cómo los pacientes con MC faltaban más al trabajo que los pacientes con ME (p < 0,001), perdían más días de actividades familiares y sociales (p < 0,001) y consultaban mucho

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más (87,6%) a profesionales sanitarios en relación con su enfermedad. Este estudio demostró además que, de los pacientes con MC, sólo a un 20,2% se le había diagnosticado en alguna ocasión MC, migraña transformada o cefalea crónica diaria. Asimismo, aunque casi todos los pacientes con MC cumplían criterios para recibir tratamientos preventivos, sólo un tercio lo hacía [37]. En un estudio español se analizó la calidad de vida mediante la versión abreviada del cuestionario SF-36 en 89 pacientes extraídos de un estudio epidemiológico de la población general que cumplía criterios de cefalea crónica diaria. Los resultados del SF-36 se ajustaron para las enfermedades comórbidas. Los pacientes con cefalea crónica diaria mostraron una disminución significativa en cada concepto relacionado con la salud en el SF-36 al compararlos con sujetos control. No se observaron diferencias en los resultados del SF-36 entre los pacientes con cefalea de tensión crónica y los pacientes con migraña transformada. Sin embargo, los pacientes con migraña transformada sí que presentaron diferencias en los aspectos del SF-36 relacionados con salud general, vitalidad y salud mental. Finalmente, los pacientes con cefalea crónica diaria sin abuso de medicación mostraron valores más elevados en el SF-36 en los aspectos relacionados con función física y dolor corporal. Es decir, en este estudio se pudo observar cómo la cronicidad de la cefalea era lo que más reducía la calidad de vida (más que el dolor), y esto se reflejaba más en los pacientes con abuso de medicación [38]. Otro estudio interesante y reciente que evaluó el impacto de la ME frente a la MC utilizando la escala HIT-6 demostró que, de los 2.049 participantes, a un 6,4% se le diagnosticó MC; a un 42,1%, ME, y a un 51,5% se lo considero libre de migraña. Los resultados en el Headache Impact Test (HIT-6) se correlacionaron con los resultados obtenidos en la Migraine Disability Assessment Scale (MIDAS) de discapacidad en migraña, la intensidad de la cefalea y los días de cefalea sufridos al mes. Por lo tanto, se demuestra que la MC tiene un mayor impacto en la vida de un migrañoso que la ME y que, además, la escala HIT-6 es una escala útil para discriminar el impacto entre la ME y la MC [39]. No obstante, quizá el estudio internacional más importante que se ha llevado a cabo recientemente para medir la discapacidad y el impacto en la calidad de vida de los pacientes que sufren migraña es el estudio conocido como el International Burden of Migraine Study (IBMS) [40,41]. Se trata de un estudio multicéntrico (Australia, Canadá, Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido, Taiwán y Esta-

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Migraña crónica: epidemiología e impacto

dos Unidos) en el que se invitó a 63.000 personas a participar mediante un correo electrónico. Contestó un 31% (n = 19.365); de éstos, un 55% cumplía criterios para poder participar. Se envió un cuestionario a todas estas personas, y contestó un 82% (n = 8.726), del cual un 5,7% (n = 499) cumplía criterios de MC. Al diferenciar a los sujetos de estudio según el diagnóstico de ME o MC, se pudieron comparar los resultados de las escalas: MIDAS (cuestionario de discapacidad en migraña en los últimos tres meses), calidad de vida en migraña v.2.1, un cuestionario sobre la salud del paciente y el uso de recursos sanitarios. Se encontró que los pacientes con MC tenían mayor discapacidad, menor calidad de vida, mayores niveles de ansiedad y depresión, realizaban un mayor uso de los recursos sanitarios y tenían más días de pérdida de productividad laboral (Figs. 1, 2 y 3).

Figura 2. Porcentaje de discapacidad medido con la Migraine Disability Assessment Scale según la frecuencia de días de migraña al mes (publicado con permiso de [40]).

Impacto económico: costes económicos y sanitarios Al valorar el impacto real de la migraña en el entorno laboral, se han reanalizado datos del estudio AMPP y se ha medido el tiempo de pérdida en la productividad. Esto se calculó sumando la horas de trabajo perdidas más las horas de productividad reducida por la migraña. Los pacientes con MC tenían un 19% menos de probabilidad de tener un contrato frente a los pacientes con ME con ≤ 3 días de migraña al mes. De media, los pacientes con MC perdieron 4,6 horas de trabajo a la semana frente a las 1,1 horas perdidas por los pacientes con ≤ 3 días de migraña al mes. Aquellos pacientes con migraña entre 10 y 14 días al mes o con MC representaban sólo un 9,1% de los pacientes migrañosos contratados y generaban un 35% del tiempo de pérdida total laboral [42]. Es decir, la MC ocasiona más costes indirectos como enfermedad, y quizá la presencia de otras enfermedades comórbidas en este grupo de pacientes suponga incluso más costes directos. Además, se han realizado diversos estudios económicos que han intentado hacer estimaciones del coste sanitario que tiene la migraña. Hasta la fecha, se han realizado dos estudios comparando los costes sanitarios que provoca la ME frente a la MC. El estudio de Munakata et al [43] se basa en el estudio AMPP, y el de Stokes et al [44], en el IBMS. Globalmente, los servicios más utilizados por los pacientes serían los medicamentos relacionados con la migraña, las visitas a médicos (atención primaria y neurólogos), las visitas a urgencias y todas las exploraciones complementarias que se realizan. En Estados Unidos, los pacientes con MC visitan más frecuentemente a su médico de atención primaria (26,2%

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Figura 3. Duración y gravedad de las crisis (publicado con permiso de [40]).

frente a 13,9%; p < 0,001); esta cifra diferencial todavía es más elevada si se compara en Canadá (p < 0,0001). El coste medio relacionado con sufrir migraña de los pacientes con MC en Estados Unidos fue tres veces superior (1.036 frente a 383 dólares) que para los que padecen una ME. Es decir, se puede afirmar que la MC se asocia a un mayor uso de recursos sanitarios y costes totales que la ME.

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Conclusiones La MC es una enfermedad con una prevalencia del 0,5-2,4%, muy discapacitante y que tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes. Muchos pacientes todavía no han recibido un diagnóstico, lo que les permitiría beneficiarse de tratamientos más adecuados para minimizar su situación. Bibliografía 1. The International Classification of Headache Disorders. 2 ed. Cephalalgia 2004; 24 (Suppl 1): S1-160. 2. Bigal ME, Lipton RB. Clinical course in migraine: conceptualizing migraine transformation. Neurology 2008; 71: 848-55. 3. Bigal ME, Lipton RB. Modifiable risk factors for migraine progression. Headache 2006; 46: 1334-43. 4. Lipton RB, Bigal ME. Migraine: epidemiology, impact, and risk factors for progression. Headache 2005; 45 (Suppl 1): S3-13. 5. Bigal ME, Lipton RB. Concepts and mechanisms of migraine chronification. Headache 2008; 48: 7-15. 6. Olesen J, Bousser MG, Diener HC, Dodick D, First M, Goadsby PJ, et al; for the Headache Classification Committee. New appendix criteria open for a broader concept of chronic migraine. Cephalalgia 2006; 26: 742-6. 7. Scher AI, Stewart WF, Liberman J, Lipton RB. Prevalence of frequent headache in a population simple. Headache 2003; 43: 336-42. 8. Natoli JL, Manack A, Dean B, Butler Q, Turkel CC, Stovner L, et al. Global prevalence of chronic migraine: a systematic review. Cephalalgia 2010; 30: 599-609. 9. Silberstein SD, Lipton RB, Sliwinski M. Classification of daily and near-daily headaches: field trial of revised IHS criteria. Neurology 1996; 47: 871-5. 10. Matias-Guiu J, Porta-Etessam J, Mateos V, Díaz-Insa S, López-Gil A, Fernández C; Scientific Committee of the PALM Program. One-year prevalence of migraine in Spain: a nationwide population-based survey. Cephalalgia 2011; 31: 463-70. 11. Castillo J, Muñoz P, Guitera V, Pascual J. Kaplan Award 1998. Epidemiology of chronic daily headache in the general population. Headache 1999; 39: 190-6. 12. Straube A, Pfaffenrath V, Ladwig KH, Meisinger C, Hoffmann W, Fendrich K, et al. Prevalence of chronic migraine and medication overuse headache in Germany: the German DMKG headache study. Cephalalgia 2010; 30: 207-213. 13. Hagen K, Zwart JA, Vatten L, Stovner LJ, Bovim G. Prevalence of migraine and non-migrainous headache: head-HUNT, a large population-based study. Cephalalgia 2000; 20: 900-6. 14. Lanteri-Minet M, Auray JP, El Hasnaoui A, Dartigues JF, Duru G, Henry P, et al. Prevalence and description of chronic daily headache in the general population in France. Pain 2003; 102: 143-9. 15. Prencipe M, Casini AR, Ferreti C, Santini M, Pezzella F, Scaldaferri N, et al. Prevalence of headache in an elderly population: attack frequency, disability and use of medication. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2001; 70: 377-81. 16. Stovner L, Hagen K, Jensen R, Katsarava Z, Lipton R, Scher A, et al. The global burden of headache: a documentation of headache prevalence and disability worldwide. Cephalalgia 2007; 27: 193-210. 17. Queiroz LP, Barea LM, Blank N. An epidemiological study of headache in Florianopolis, Brazil. Cephalalgia 2006; 26: 122-7. 18. Lu SR, Fuh JL, Chen WT, Juang KD, Wang SJ. Chronic daily headache in Taipei, Taiwan: prevalence, follow-up and outcome predictors. Cephalalgia 2011; 21: 980-6.

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Migraña crónica: epidemiología e impacto

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Chronic migraine: its epidemiology and impact Summary. Chronic migraine (that is to say, cases where migraine is suffered on 15 or more days per month) is an illness that affects approximately 0.5-2.5% of the population, depending on the statistics that are analysed and the definition of chronic migraine used. The incidence of transformation from episodic to chronic migraine is 3% per year, and 6% go from low-frequency (1-9 days/month) to high-frequency migraine (10-14 days/month). The risk factors for developing chronic migraine are genetic, frequent use of painkillers, being female, having poor hygienic-dietary habits, developing anxiety/depression, having a low socioeconomic status, suffering from obesity and being divorced or widowed. Despite the modification of the risk factors, it has still not been proved that the chances of developing chronic migraine can be lowered. Chronic migraine has an important impact on patients’ quality of life, as measured on disability, quality of life and impact on daily activities scales. These patients have twice the chance of suffering from depression, anxiety and chronic pain, which means they therefore need greater health care. Many have still to be diagnosed and treated, however. In a Spanish epidemiological study, a follow-up was carried out on patients with chronic daily headache after undergoing a therapeutic intervention and up to 60% of the patients showed improvement. In other words, with increased interest and diagnosis of this illness, many patients would benefit from suitable treatments. Key words. Chronic migraine. Comorbidity. Epidemiology. Impact. Quality of life.

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