Modernización, cultura y desarrollo regional, un marco de referencia

Modernización, cultura y desarrollo regional, un marco de referencia •••••••••• TERESA PACHECO MENDEZ* Introducción La coyuntura económica, política

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Modernización, cultura y desarrollo regional, un marco de referencia ••••••••••

TERESA PACHECO MENDEZ*

Introducción La coyuntura económica, política, social, cultural y educativa de México plantea la necesidad de formular análisis novedosos y con perspectivas distintas para abordar los problemas actuales. Si bien los temas del desarrollo son aún los ejes de la pro blemática nacional, las condiciones y los elementos a partir de los cuales habrá que abordarlos en el entorno del proyecto modernizador tendrán que apuntar al cambio estructural de su funcionamiento y alcances.

Modernización y desarrollo La idea predominante de la modernización está directamente asociada a los procesos de cambio estructural, en los cuales el componen te económico es el que marca el paso de un estad io de crecimiento a otro en las sociedades altamente desarrolladas . Desde esta perspectiva, los cambios económ icos son los que determinan la consecuente modernización en los ámbitos social, político y cultural. 1 Las formas de modernización en México y los países de América Latina. difieren mucho del modelo convencional que se aplica en las naciones desarrolladas. Para una corriente importante de analistas latinoamericanos, hablar de modernización en l. Para una revisión más amplia al respecto, véase Daniel Lerner, "Modernización. Aspectos sociales", en Enciclopedia Interna cional de las Ciencias Sociales, Editorial Ag uiJ ar, Madrid, 1979.

* Investigadora del Centro de Estudios Sobre la Universidad, UNAM

la reg ión supon e referirse a un crecimiento restringido del mercado, a mecanismos de democratización circunscritos a grupos minoritarios y a una tendencia renovadora de las ideas pero escasamente eficaz en el plano de los procesos sociales. 2 El modernismo latinoamericano, es decir, el formado por los grupos promotores del proyecto modernizador que se hacen cargo -en el mundo de las ideologías- de la confluencia de diferentes "temporalidades históricas", no corresponde necesariamente a una representación de la modernidad socioeconómica de América Latina . Tales temporalidades son resultado de la sedimentación, yuxtaposición y entrecruzamiento de lastradiciones indígenas, el hispanismo colonial y las acciones políticas, educativas y de comunicació n de la sociedad moderna, 3 y en este sentido su representación no se distingue por supertenencia exclusiva a determinado grupo social sino a momentos y circunstancias particulares. Pero más que las formas en que lo moderno permea a las sociedades latinoamericanas, lo que importa señalar son los distintos sentidos que se dan al término "moderno" para hacer referencia a momentos históricos (modernidad), procesos (modernización) y proyectos sociales (modernismos), así como a sus respectivas formas de vinculación con el concepto de "desarrollo". Como categoría histórica, la modernidad se refiere a diferentes momentos en que confluyen diversos rasgos del desarrollo social 2. Nestor García Canclini , " ¿Modernismo sin modernización?", Revista Mexicana de Sociología , núm . 3, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM , México, 1989, pp. 168 y 171-172. 3. /bid.

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y económico; en este sentido, la modernidad se constituye a partir de la perspectiva y la coyuntura históricas de un país o de algunas sociedades. Tratándose de procesos, la modernización no se refiere al efecto o la manifestación del desarrollo social y económico, sino a los caminos y estrategias que han orientado los procesos sociales globales, independientemente de que se hayan dirigido o no a un estado de modernidad claramente explícito. Aunque en distintos planos, hablar de modernidad o de modernización supone la presencia de uno o varios proyectos modernizadores. Los modernismos son manifestaciones más concretas de la modernidad; se refieren a proyectos particulares y constituyen la unidad de análisis de los procesos de modernización. La idea del desarrollo antecede a la de modernización, pero sus variantes en cuanto a sentido y dirección dependen del nivel y de la propuesta social en que se inscriba. Cuando la modernidad se considera un proceso social global, el sentido del desa~rollo dependerá del tipo de derroteros hacia los que se orienta la acción. 4 Cuando aquélla se concibe como coyuntura o momento histórico, el desarrollo denota el alcance de cierto estadio de la sociedad o bien determinados cambios y modificaciones estructurales. De igual modo, todo proyecto social que busque alguna forma de modernismo contiene una propuesta de desarrollo que da fundamento a su estrategia programática. Alain Touraine define el modelo de desarrollo de los países latinoamericanos a partir de la "desarticulación" entre la economía, por un lado; y la política y la cultura por otro. De acuerdo con este autor, "la participación" de los movimientos sociales no constituye toda la demanda social de modernización, pues de manera concomitante aquélla abre paso a la presencia no menos significativa de elementos o sistemas sociales de "exclusión" que son los que dan cuerpo y forma a la expresión cultural. 5 La aparente vinculación entre las dos esferas económica y político-cultural se explica porque: "En América Latina, lo que está separado de la práctica está unido en las representaciones y en las ideologías, lo cual da a la vez una fuerza de atracción considerable a estas últimas, y crea un desfase constante entre las fuerzas sociales y las expresiones ideológicas." 6 4. Tales derroteros pueden ser los que apuntan a la realización del modelo de desarrollo marcado por los países desarrollados, los sustentados por los grupos de poder o económicos dominantes o bien los que se materializan en los cambios estructurales. 5. Por sistemas sociales nos referimos a los modos de regulación predominantes en las esferas económica, política y cultural, de acuerdo con el respectivo planteamiento de modernización, desarrollo e identidad. 6. Véase Ala in Touraine, "Los problemas de una sociología propia en América Latina", Revista Mexicana de Sociología, vol. LI, núm. 3, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, México, 1989, pp. 8-10. El autor subraya que en el plano simbólico se sitúa a la acción universitaria ya que ésta asocia movimientos de "integración nacional", "modernización económica" y "luchas de clases", los tres principios que la práctica social nunca ha llegado a integrar por completo.

Si bien la modernización y el desarrollo son conceptos indisociables que tocan diferentes realidades y modos de producción, es necesario delimitar áreas y campos de influencia para que el análisis permita dar cuenta de los aspectos particulares y específicos. En este sentido, cabe retomar la distinción entre "modo de producción" como categoría abstracta, y "modo de desarrollo" como modelos y procesos concretos. En el primer caso se hace referencia a los sistemas de acción histórica donde no tiene significado la separación de órdenes de hechos o de instancias. En cambio, el segundo se define por el predominio de los hechos económicos, políticos o ideológicos. 7 En su vertiente económica, la modernización en América Latina responde a la implantación de diversos modos de producción. Un caso es el que se impulsó en México desde la década de los treinta, alcanzó su mayor grado de consolidación a partir d~ los años cincuenta y que, bajo diversas formas, prevaleció hasta los ochenta. Se trata de un modernismo sustentado en un proyecto social, vertebrado por una idea de desarrollo que se define por características como las siguientes: despegue de un modelo industrial de desarrollo económico; conso lidación y expansión de asentamientos urbanos; ampliación y diversificación de mercados culturales; incorporación de nuevas tecnologías de comunicación, y auge de movimientos políticos de tipo radical. 8 Aquí se advierte la presencia de distintas orientaciones sociales e ideológicas, aun cuando prevalezcan, como orientaciones, bajo el orden de elementos comunes a una estructura. En su vertiente política, la modernización de América Latina toca al conjunto de procesos de cambio cultural y estructural de los distintos países. "La modernización política se refiere a aquellos procesos de diferenciación de la estructura política y de secularización de la cultura política que refuerzan la capacidad[ ... ] del sistema político de una sociedad." 9 Un ejemplo es la efervescencia producida por los movimientos posrevolucionarios en México, que luego fue sustituida por un nuevo proceso, el de la institucionalización de la revolución. En los años cincuenta y sesenta se institucionaliza el nuevo proyecto modernizador y se consolida no sólo en el plano del discurso gubernamental sino en todo el ámbito de la vida nacional. El nuevo proyecto modernizador impulsado desde los años ochenta reitera el llamado a la modernización pero desde una plataforma, la perspectiva de un proyecto y un modo de desa- , rrollo radicalmente distintos de los del modelo anterior. Es la puesta en marcha de un proyecto de globalización de la economía la que plantea a los países en desarrollo modificaciones de 7. Alain Touraine, Las sociedades dependientes, Siglo XXI Editores, México, 1979, pp. 35-36. 8. N estor García Cancl ini, op. cit., p. 180. 9. James Coleman S. , " Modernización. Aspectos políticos", en Enciclopedia Internacional ... , op. cit. , p. 177.

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as formas de representación de la cultura se explican por el tipo de relación que establece el individuo en las esferas económica, política y cultural y por los distintos modos de producción predominantes, sea en la sociedad toda o en grupos sociales particulares. La cultura también se expresa en las formas 11

socioculturales de participación" o exclusión", las cuales están definidas 11

por los sistemas de relaciones sociales entre los sujetos

tipo estructural en los ámbitos económico, político, social y cultural, a partir de las cuales tendrán que replantearse los nuevos patrones de vida social, política y educativa. Así, el nuevo modelo se perfila de la siguiente forma: "Cooperación, libre comercio y promoción del crecimiento constituyen los ejes sobre los cuales ha sido planteado el desarrollo de la economía global, esto es, de la mayor interdependencia no sólo de países sino de regiones del mundo. Las propuestas siguieron al fin de la 'guerra fría' y se asociaron a la construcción de un nuevo orden económico internacional que se perfila hacia el siglo XXI." 10 Al dirigirse al plano económico de los países en desarrollo, la propuesta apunta a una expansión gradual y sólida del potencial productivo de la economía y, por tanto, del ingreso nacional. En México se hace hincapié en dos aspectos de orden económico: la reducción de la inflación y la insistencia en reformas estructurales que hagan más competitiva la planta productiva nacional. Las perspectivas que ofrece el nuevo proyecto de modernización aún no trascienden el plano del análisis; en cambio, en el terreno de la realidad tanto las economías de alto desarrollo como las que están en desarrollo tienen problemas comunes relativos a un lento crecimiento, falta de inversión e incertidumbre generalizada.

Cultura e identidad Por lo general, el análisis de la cultura se aborda desde la óptica de las formas de pensamiento acabadas respecto de los estilos 10. Editorial de El Financiero, México, 1 de febrero de 1993, p. l.

de vida y de las concepciones del mundo . A esta perspectiva obedece la persistencia de los enfoques historiográficos y cronológicos que parten de recortes descriptivos de las "expresiones culturales" de la realidad social. El predominio de tales corrientes ha contribuido a mantener una visión compartimentada de la realidad cultural que ha limitado sensible y sistemáticamente la posibilidad de ofrecer un panorama sociohistórico de la cultura, no sólo en el plano nacional sino fundamentalmente en el regional. 11 La cultura representa un conjunto coordinado de maneras de pensar, actuar y sentir; es el conjunto de los modelos de comportamiento que manifiestan casi todos los miembros de una sociedad; la cultura adquiere forma y contenido en la economía, la tecnología, la organización social y los patrones de asentamiento. Según Messmacher, la cultura es normativa en cuanto determina un conjunto de reglas de conducta, no en el sentido de preservar regularidades, sino en la medida en que permite el análisis a partir de los valores que explican la pertenencia e identificación de los individuos a un grupo social y a sus respectivas normas. En este sentido, se considera que la cultura es un proceso sujeto a la continuidad y al cambio, a la permanencia y a la discontinuidad. En algunos casos, las sociedades experimentan cambios prolongados y lentos y conservan sin cambios algunos rasgos y patrones culturales que les son propios; en otros casos, el comportamiento de otras sociedades es el opuesto Y 11. Ello se debe principalmente al uso casi exclusivo de metodologías de corte etnográfico para el estudio de casos, así como, en algunas ocasiones, a la adopc ión de modelos teóricos para estud ios particulares. 12. M. Messmacher, "Introducción general", en La dinámica maya, Fondo de Cultura Económica, México, 1986, p. 9.

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Las formas de representación de la cultura se explican por el tipo de relación que establece el individuo en las esferas económica, política y cultural y por los distintos modos de producción predominantes, sea en la sociedad toda o en grupos sociales particulares. La cultura también se expresa en las formas socioculturales de "participación" o "exclusión", las cuales están definidas por los sistemas de relaciones sociales entre los sujetos. Tal enfoque sujeto/mundo acerca de la producción cultural permite identificar los espacios, los modos de reproducción cultural y los cambios; también hace posible incorporar nuevos elementos para emprender análisis más finos sobre la identidad social de los grupos y las sociedades. El replanteamiento de la cultura exige entonces definir conceptos tales como identidad, 13 tradición, preservación y conservación de valores, ya no como continuidades ahistóricas sino como dimensiones sociales que adquieren sentido y significación sólo a partir del entorno social en que se inscriben. En consecuencia, la cultura es lo que el individuo de manera estructurada integra del mundo y de sí mismo:" ... la cultura es sobre todo una manera de aprehender tanto los componentes como la configuración general del mundo del hombre o de su espacio vital" . 14 Lo externo y la realidad ya no se refieren a lo único y universal de la cultura sino a lo específico del actor social, pues éste experimentará el medio de modo diferente y, así, integrará su significado de la realidad. Es habitual que la identidad se aborde desde los planos individual y social. En el primero se le considera un fenómeno complejo, formado por las representaciones que se hace el sujeto sobre diversos referentes: a] su condición biológica; b] los papeles que desempeña, incluyendo el sexual, y su "presenciaausencia" en determinados ámbitos sociales (nación, etnia, religión, etc.); e] su estatus y posición social (incluyendo laposición de clase); d]las imágenes que los otros le demandan de sí mismo ("identidades atribuidas") , incluyendo las exigidas por las instituciones (identidades institucionales atribuidas ). 15 Desde el punto de vista social, la identidad se considera colectiva en la medida en que cumple con el principio de ser compartida por más de un sujeto; a su vez, cada sujeto puede compartir varias identidades colectivas. Así, las identidades colectivas se asocian a la existencia de un grupo organizado, sin estar necesariamente ligadas a él. También se considera que la identidad

13. Definimos la identidad cultural como un conjunto de significaciones que aluderi a formas culturales anteriores, presentes y que inciden en la constitución de nuevas representaciones sobre el mundo. 14. Georges Devereux, Ensayos de etnopsiquiatría, Ed. Barra!, Barcelona, 1973, pp. 374 y 273 . 15. Véase Carlos Apud Barbe, "Identidad e identidades colectivas en el análisis del cambio institucional", Revista de Estudios Políticos, núm. 37, enero-febrero de 1984, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, pp . 67-87.

colectiva es producto de representaciones e imágenes que se producen en los sujetos; en este caso, ella es un atributo del sujeto y no el sujeto mismo. Desde esta perspectiva, aunque el conocimiento sobre identidades puede abordarse por medio de los individuos, no todos contribuyen a la formación de un actor colectivo que comparte plenamente todos los componentes de una misma identidad colectiva. Dado que los procesos que constituyen la identidad colectiva son variables es importante puntualizar sus características fundamentales: • Con frecuencia, las identidades colectivas constituyen uno de los requisitos de la acción colectiva, aunque no siempre detrás de ésta hay una identidad colectiva. • El que exista una identidad común a varios sujetos no significa que se generará una acción colectiva, pero hay un margen de posibilidad. Por eso la identidad es una condición necesaria mas no suficiente para que se genere una acción. • Las identificaciones pueden contribuir a la formación de la identidad pero se trata siempre de dos fenómenos distintos. • No se puede separar la identidad colectiva del concepto básico de identidad, pues es parte de la definición de identidad de cada sujeto. Ambas propuestas facilitan el acceso a los procesos de constitución de la identidad; no obstante, el conocimiento de ésta, en tanto componente básico de la cultura, no cuenta aún con los elementos suficientes para hacer de ella una unidad de análisis. Se le estudia para conocer cómo los sujetos se vinculan de manera constante con el presente que los interpela y cómo mediante este proceso ellos constituyen de manera permanente su identidad. La poca atención a las definiciones clave de cultura e identidad ha traído serias consecuencias en los ámbitos individual, social e institucional. Un caso claro es el del reconocimiento, en el plano normativo , de la condición de indígena. Más que a institucionalizar la libertad y la obligación de preservar prácticas particulares, se ha tendido a legitimar la marginación de numerosos grupos sociales y a formalizar su condición de inferiores. Lo mismo ha sucedido con la investigación sobre estos temas; se pretende recuperar una "identidad" y una " tradición" que corresponden a una "historia en abstracto" o, en algunos casos, a momentos de ella, en que las formas de expresión de los valores culturales son algo más que "puras" . 16 16. Otro problema es el de los numerosos esfuerzos de investigación que se limitan a dar respuesta a las necesidades del investigador y a las demandas de lo que éste, restringida o ampliamente, haya logrado delimitar dentro del universo de la realidad histórica.

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En las regiones donde la composición social presenta una significativa porción "indígena", el predominio de los análisis con tendencias indigenistas 17 refleja sin duda la concepción habitual de lo que se ha considerado como la dimensión nacional de la cultura. En estos casos, se destacan aspectos tales como la identidad, la cosmovisión, la marginalidad, y '!a tradición cotidiana, elementos que se abordan como valores de carácter interno, autónomos, permanentes e inamovibles. 18 Salvo contadas excepciones, este punto de partida cancela en cierto modo la posibilidad de abordar la·cultura como un producto social que supone un proceso complejo en el que intervienen de manera definitiva la totalidad de las formas y estructuras propias de la sociedad global, los modos de producción y de' desarrollo, las formas de organización social, los proyectos y las estructuras de poder. Desde esta perspectiva, el estudio sobre el 1'mundo de la vida" indio .se constituye en un componente social y cultural de la modernidad como momento histórico. 19

tos sectores de la sociedad, las 'c omuñídades·y los grupos mar.gínáles mantener sus vlnculos 'coi1la realidad'¡'nmediata; cómo Se modifican y actiJalizim J:is práCticas SQCiale~ gJe l~s,definen como sector, grupo o comunidad; y donde. radica sü capacidad para institucionalizar de manera propia'y autó'nom'a s4 mundo de vida. ¡ o

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Sin duda hay un contacto insoslayable entre la constitución de la identidad individual/colectiva y los ·procesos -de legitimación, que se da en el marco de la institucionalización y so

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